Pastoral Juvenil-Manual|Parte IV

IV. OBRAS – SERVICIOS SOCIALES PARA LOS JÓVENES

EN SITUACIONES DE RIESGO



La opción por la juventud pobre, abandonada y en peligro ha estado siempre presente en el corazón y en la vida de la Familia Salesiana, desde Don Bosco hasta hoy.

Esta ha realizado por todas partes una gran diversidad de respuestas, de estructuras y de servicios para los jóvenes pobres, siguiendo la opción educativa inspirada en el criterio preventivo.


La nueva situación de nuestras sociedades nos desafía a encontrar nuevas respuestas. La pobreza crece siempre más hasta hacerse presente en una dimensión trágica, que golpea a muchas personas y comunidades y, entre ellas, a muchísimos jóvenes. Podemos hablar también de nuevas pobrezas y, por tanto, de nuevas formas de marginación y exclusión social, entre las cuales nos golpean de modo particular aquellas que comprometen las posibilidades de crecimiento de los jóvenes, creando nuevas pobrezas juveniles, malestar y para algunas, también desviación.


Los salesianos, por vocación, no podemos permanecer tranquilos ante esta situación, presente ahora no sólo en el llamado Tercer Mundo, sino también en todas partes; por el contrario, esta realidad nos empuja y nos compromete a ofrecer respuesta a las situaciones más urgentes de jóvenes en riesgo (CG21, 158; CG22, 6.72; CG23, 203-214).


Dentro del PEPS inspectorial, en los diversos lugares respondemos a este compromiso en todas nuestras obras y presencias mediante un nuevo estilo de acogida y de presencia, un servicio educativo integral centrado en la persona, sobre todo de los más necesitados, la formación social y la promoción de una cultura de la solidaridad, el compromiso por la justicia y la transformación de la sociedad (Cf. C 33).


A pesar de la atención precedente, muchos de nuestros destinatarios preferenciales (los más pobres y necesitados) se encuentran en algunas situaciones de fuerte exclusión social y de malestar, que exigen de parte nuestra presencias más específicas en respuesta a sus necesidades (obras – servicios sociales para jóvenes en situación de riesgo); en estas obras específicas, con una atención educativa de prevención, de acogida, de acompañamiento para la recuperación…, les ofrecemos respuestas concretas, dentro de un camino de crecimiento integral. Por todas partes se dan respuestas creativas, según el contexto, con diversas obras o servicios: para muchachos que viven en la calle, abandonados –huérfanos- con problemas en la familia; jóvenes encarcelados o con problemas judiciales, o tóxicodependientes, para jóvenes que se automarginan de la sociedad, para jóvenes de sectores populares riesgosos, para los emigrantes, los refugiados, los prófugos – traslocados, para grupos étnicos…






  1. LA ORIGINALIDAD DE LAS OBRAS–SERVICIOS SOCIALES PARA JÓVENES EN SITUACIÓN DE RIESGO



Muchas de estas obras y servicios presentan un modelo nuevo desde el punto de vista pedagógico y salesiano, y exigen competencia profesional, programas especializados y la colaboración con otras instituciones civiles. En estas obras se están desarrollando también las mejores formas de participación laica y de voluntariado.


Esta realidad nos exige explicitar la identidad salesiana de nuestra respuesta de prevención de las diversas formas de malestar juvenil, y compartir con los laicos esta especificidad para construir juntos un proyecto educativo salesiano.

He aquí los elementos fundamentales de esta identidad:


1.1 Un ambiente familiar animado por una comunidad


Los jóvenes en situaciones de riesgo, la mayoría de ellos con problemas familiares, tienen necesidad de un ambiente de familia, donde encuentren las condiciones favorables para reestructurar y reorientar adecuadamente su vida; un ambiente donde puedan vivir una relación y un diálogo espontáneo y educativo desde la autonomía e interdependencia, y puedan crecer unidos en solidaridad, reciprocidad y servicio mutuo.

Este ambiente necesita una animación comunitaria, en la que la comunidad SDB, junto a los educadores laicos, tiene un papel irrenunciable en el núcleo animador.


1.2. La opción por la educación


La pobreza y la marginación no son fenómenos meramente económicos, sino «[…] una realidad que toca la conciencia de las personas y desafía la mentalidad de la sociedad. La educación es, por tanto, un elemento fundamental para su prevención y superación, y es también la aportación más específica y original que como salesianos podemos dar» (Carta del Rector Mayor J.E. VECCHI, Sintió compasión de ellos (Mc 6,34). Nuevas pobrezas, misión salesiana y significatividad, Actas del Consejo General, n.259, p. 31).


Educamos a partir de la convicción y de las motivaciones personales, con amabilidad y una relación personal de acogida y de diálogo, acogida y aceptación incondicional que despiertan la autoestima y la conciencia de la propia dignidad y valor.


1.3. La prevención


Un aspecto muy importante en estas obras y servicios es el criterio preventivo que, aceptando a los jóvenes tal como los encontramos (en situaciones de riesgo, heridos por estas situaciones, o en aquella que es llamada desviación), intenta favorecer las condiciones para que vivan una vida digna, evitar el empeoramiento de la situación negativa de la desviación, para hacer a las personas autónomas y capaces de gestionar con responsabilidad la propia vida, y de transformar las situaciones sociales y culturales que están en la raíz de la marginación.


Según el tipo de jóvenes que hay en estas obras, algunas de ellas se dedican directamente a la recuperación y a la reeducación. Sabemos que la recuperación de cierto tipo de jóvenes no es nuestro campo específico, pero «la fuerza educativa del Sistema Preventivo se muestra también en la capacidad de recuperación de los jóvenes perdidos, que conservan recursos de bondad» (CG22, 72). Don Bosco presenta su sistema como el más adecuado para la reeducación de los muchachos, tocados por la delincuencia o, de cualquier modo, gravemente marginados.



1.4 La perspectiva socio-política


La respuesta salesiana a la marginación y a la exclusión juvenil, tiene necesariamente también una perspectiva social y política; en este sentido, estas obras y servicios promueven una cultura del otro, de la solidaridad, de la disponibilidad a compartir gratuitamente, en una obra de amplia prevención, de acogida y de apoyo a quien tiene necesidad; y colaboran en la transformación de las realidades de exclusión social, y en la construcción de la justicia la paz, y la salvaguardia de lo creado.


1.5. La inspiración evangélica y la intencionalidad evangelizadora


Todo nuestro empeño educativo está inspirado en el Evangelio y orientado a abrir a los jóvenes a Cristo.

En estas obras y servicios no se busca solamente responder a problemas y necesidades primarias de los destinatarios, sino que se les ayuda a desarrollar todos los recursos de la persona, aspira a la promoción humana y social, abierta a los valores religiosos y del Evangelio.

Con esta acción educativa se anuncia y se actúa la Salvación, ofreciendo en todos los elementos de la obra una imagen evangélica, y compartiendo con los jóvenes una propuesta y un camino de fe en la medida de sus posibilidades.


1.6. El profesionalismo y el sentido vocacional


Una acción educativa de calidad exige un profesionalismo estrictamente vinculado con un profundo sentido vocacional, tanto en el educador individual, como en el conjunto de la comunidad.

Este sentido vocacional hace a los educadores sensibles a la persona de cada joven, especialmente de los más pobres, y los compromete con más motivaciones en una formación sistemática y adecuada para afrontar con competencia la complejidad de las situaciones de malestar, gestionar con eficacia los largos y complejos procesos educativos y de recuperación y trabajar en estrecha colaboración con otros profesionales.



2. LA COMUNIDAD EDUCATIVO–PASTORAL DE ESTAS OBRAS


Don Bosco, a través del Oratorio, quiso ofrecer a los jóvenes abandonados una verdadera familia donde pudieran desarrollarse y prepararse para la vida; por eso consideró importante la comunidad.

En todas nuestras presencias, pero sobre todo en estas, se debe superar «aquella forma excesivamente individual de actuar, por la cual algunas de estas obras estaban consideradas como asunto exclusivo de algún hermano concreto, que quizás había tenido el mérito de proyectarlas e iniciarlas. Hay que caminar hacia una mayor integración de las iniciativas y de los hermanos en el proyecto inspectorial» (Carta citada de don J.E. VECCHI, p. 20).



2.1 Características de la CEP en las obras - servicios que actúan en el campo del malestar juvenil


La CEP de estas obras-servicios, en su configuración y crecimiento, favorece la vida familiar a través de:


  • Una organización y un modo muy familiar: que todos, comenzando por los educadores, vivan un contacto de humana calidad con los jóvenes: cercanía, familiaridad, presencia, asistencia, amabilidad (amorevolezza)… No solo se trabaja por los jóvenes pobres sino que se lo hace en solidaridad y comunión con ellos.



* Una clara identidad de nuestra originalidad y propuesta por parte de todos los animadores, especialmente los laicos vivida con profesionalismo y sentido vocacional.

Esto exige de ellos:


- profundizar continuamente las motivaciones que guían las opciones, y renovar los valores del Sistema Preventivo que las inspiran; tener la preparación necesaria para llevar a cabo el proyecto con verdadero profesionalismo en la complejidad de las situaciones de malestar, trabajando en equipo y en estrecha colaboración con otros profesionales, como sociólogos, psicólogos, médicos, abogados…;

- cultivar un profundo conocimiento de la realidad juvenil en el mundo de la exclusiónmarginación social, de la cultura que hay dentro y alrededor (en la zona) y gestionar con eficacia los largos procesos educativos y de recuperación;

- profundizar en el estudio del Sistema Preventivo para actualizarlo en las situaciones cotidianas; y

- promover una formación continua sobre la dimensión social de la caridad y el modo de actuarla en esta obra concreta (CG23, 209-214), y sobre la espiritualidad de la pobreza.


  • Participación y protagonismo de todos, especialmente de los jóvenes. Esta experiencia será una escuela para ellos, en el sentido que se hacen educadores de los mismos jóvenes, sea en el proceso, sea en su término, asumiendo el servicio de educador en la misma obra o en otra.


  • Una clara definición de las funciones y responsabilidades de los diversos organismos y funciones dentro de la obra, promoviendo la colaboración y la complementariedad, así como la claridad en la definición y gestión de los programas y del mismo financiamiento ante las otras instituciones civiles o eclesiales a las que se hace referencia.


  • Estructuras y medios adecuados a la realidad de los jóvenes y a su inserción socio–familiar; con confianza en la Providencia, procurando que la primera preocupación sean los jóvenes y su educación; abiertos a la colaboración y a la vinculación con otra obras e instituciones similares.


2.2 Algunos criterios prácticos a tener en cuenta en estas CEP


- Antes que nada, la realización y la experiencia de la CEP, aunque esta sea pequeña y flexible, según los criterios aprobados por el Inspector y su Consejo;

- participación de toda la comunidad en la elaboración y realización del PEPS, según las líneas del PEPS inspectorial;

- relación y comunicación de la comunidad con las demás obras de la Inspectoría, compartiendo propuestas e intervenciones; y

- conexión e interrelación sistemática con las familias, con la zona y sus instituciones, con los especialistas–profesionales y con los voluntarios, con otras instituciones o asociaciones que trabajan en el mismo campo, promoviendo al mismo tiempo la autonomía y la interdependencia.



3. LA PROPUESTA EDUCATIVO–PASTORAL EN ESTAS OBRAS-SERVICIOS


3.1. Finalidad de nuestra propuesta


  • Ofrecer a los jóvenes en situación de dificultad especial un camino de crecimiento integral que les permita afrontar el malestar, desarrollar sus recursos positivos y convertirse en buenos cristianos y honestos ciudadanos; más en concreto:

  • ofrecer respuestas a sus necesidades primarias, sobre todos de supervivencia y seguridad, para que puedan reencontrarse con la normalidad con autonomía y superar actitudes de dependencia;

  • promover su capacitación cultural y técnica, para insertarse con normalidad en la vida de familia, de trabajo, social y política;

  • ayudarles a experimentar y a asimilar personalmente los valores educativos, religiosos y evangélicos de autonomía, libertad, responsabilidad, amor, servicio, autodisciplina, tolerancia…; y

  • ayudarles a descubrir y a experimentar la presencia amorosa y paternal de Dios en la propia vida, y acompañarlos con paciencia y con confianza en su progresiva apertura a la fe cristiana.


* Ayudar a crear una nueva mentalidad y una nueva cultura «que suscite cambios de criterios y visiones a través de gestos y acciones… Se trata de promover una cultura del otro, de la sobriedad…de la disponibilidad a compartir gratuitamente, de la justicia, entendida como atención al derecho de todos a la dignidad de la vida, y más directamente, de implicar personas e instituciones en una obra de amplia prevención, de acogida y de apoyo de quien tiene necesidad» (VECCHI J., Se conmovió por ellos, ACG 359, p.31-32).

  • Hacer concreta la participación y el compromiso liberador conr la justicia y la paz (C 33):


  • comprometiéndose en la lucha contra la explotación social, política y cultual de los menores (niños, adolescentes y jóvenes) y de los más débiles;

  • siendo proféticamente su portavoz;

  • contribuyendo a la construcción de una sociedad más digna del hombre;

  • ayudando a la transformación de esta realidad estructuralmente injusta (pecado estructural); y

  • formando a los jóvenes en la dimensión social de la caridad.


    1. Características de nuestra propuesta educativa pastoral en estas obras


      1. Una propuesta integral y orgánica



La propuesta parte de una actitud de cercanía y acogida gratuita de los jóvenes en dificultad, suscitando un proceso educativo que desarrolla lo mejor que estos jóvenes tienen dentro de sí mismos, sus recursos más profundamente humanos y, por tanto, coincidentes con los valores evangélicos; de esta manera se les ayuda a integrarse positivamente en el propio ambiente social y se les prepara para el encuentro con Jesucristo (CG23, 291-292).

Esta propuesta, realizada de varias maneras y en tiempos diversos, según las exigencias de cada muchacho, ofrece respuestas específicas y muchas veces rápidas a sus dificultades y necesidades.

El testimonio de los educadores y de la comunidad educativa, el ambiente de acogida y de familia, la defensa y promoción de la dignidad personal, llegan a ser un anuncio de Cristo y de su proyecto de salvación y un ofrecimiento de liberación y de plenitud de vida.



3.2.2 Con un estilo educativo y preventivo


Nuestra propuesta educativa, aunque incluye también la asistencia y la protección social, no busca sólo la superación de una emergencia, o la resolución de un problema ocasional; va más a las raíces de la situación, al descubrimiento de las verdaderas causas, para que las intervenciones puedan transformar también dichas causas.


La prevención, por tanto, no es sólo un método para aliviar el malestar o para prevenir los efectos negativos que puedan darse; la prevención es una acción sistemática en la red social: sobre los jóvenes que viven en situaciones de malestar en cualquier nivel (en situaciones de riesgo, golpeados por estas situaciones, o en aquella que es llamada desviación); sobre la sociedad misma, sus instituciones, y procesos. Ella quiere influir a nivel estrictamente educativo (las personas individuales), a nivel cultural (maduración de una nueva mentalidad social), y a nivel político (el ejercicio del poder para el bien común).




3.2.3 Animada con paciencia, gradualidad y profesionalismo


La situación de los jóvenes que llegan a estas obras y nuestro estilo preventivo hacen que el desarrollo de la propuesta sea llevado adelante por parte de los educadores:


- con esperanza y optimismo realistas, que nacen de la amabilidad (amorevolezza) de los educadores, y son expresión de nuestra confianza en la educación y de nuestra convicción en la fuerza humanizante de la gracia de Cristo;

- con gradualidad, inherente a todo proceso educativo, que sabe encontrar a cada uno donde se halla, y estimular al crecimiento personal y comunitario según un itinerario propuesto por el PEPS de la obra; y

- con profesionalismo, o sea, con educadores que no sólo tienen identidad salesiana, sino la preparación necesaria para este servicio.



3.2.4 Se convierte también en una propuesta de transformación para la zona y la realidad social


El trabajo educativo de estas obras, al mismo tiempo que prepara y ayuda a los jóvenes a comprometerse en la zona, debe promover la transformación de la mentalidad del ambiente y colaborar en la transformación de la realidad social. Por otra parte, la continua reflexión sobre la pobreza y la marginación y su influencia en el propio ambiente del joven, especialmente sobre la familia, implica también una colaboración sistemática entre las diversas instituciones educativas y educadores presentes en la zona.



3.3. Intervenciones


  • En el territorio


  • Análisis continuo de la realidad, concretizando los desafíos que presenta;

  • proponer y realizar intervenciones específicas;

  • colaborar con otras instituciones en la elaboración de políticas educativas, familiares, juveniles, urbanísticas y otras capaces de prevenir y superar las causas estructurales del malestar; y

  • tomar la opción específica de la atención de los más débiles, especialmente los jóvenes.


  • Con los jóvenes presentes en la obra–servicio



- Acercarse, interesarse y conocer su situación, compartir sus intereses en su mundo;

- ofrecerles una acogida familiar en la casa salesiana, que haga caer la barrera de la desconfianza y despierte el deseo de iniciar un proceso educativo;

- proponer intervenciones concretas según las necesidades primarias como:

- respuesta a las necesidades de supervivencia: alimento, casa, cama, salud;

- respuesta a las necesidades de seguridad: casa que acoge en la familiaridad, cercanía, amabilidad;

- intervenciones de reestructuración/recuperación, si es necesario; y

- respuesta a la necesidad de relaciones de crecimiento: ayudar a los jóvenes a que tengan una relación normal consigo mismos, con los demás (una sana convivencia con los compañeros y demás miembros de la CEP), y con las cosas que están a su servicio (sentido de pertenencia).


  • Iniciar intervenciones más sistemáticas y comprometidas, en orden a un camino de crecimiento integral:


- estudio y escuela (a veces no formal): inserción crítica en el saber y en la cultura;

- talleres de formación técnico–profesional: preparación calificada para el trabajo;

- actividades de tiempo libre (deporte, música, teatro, arte, lectura, etc.), acompañadas por los educadores;

  • posibilidades de orientación profesional y de diálogo educativo–pastoral con los educadores;

  • posibilidades de orientación profesional y de diálogo educativo pastoral con los educadores; también posibilidad de diálogo y orientación cristiana y vocacional;

  • participación en actos–celebraciones de la zona;

  • experiencias que lleven desde pequeños compromisos a compromisos más grandes;

  • posibilidad de asociarse en grupos y movimientos;

- conocer su mundo religioso y ofrecerles experiencias que estimulen el crecimiento de su dimensión religiosa;

- enseñanza religiosa;

- primer anuncio cristiano: buenos días, buenas tardes, jornadas de reflexión;

- catequesis de primera Comunión, de Confirmación;

- celebraciones en la casa salesiana o participación en las parroquias o en otros lugares; y

- formación de animadores cristianos.


- Orientarlos en el crecimiento de la dimensión social de la caridad;

- ayudarles en la inserción, con autonomía–libertad–responsabilidad, en la vida social, en la familia de origen, en la familia que forman, en el trabajo, en el compromiso social…;

- acompañarlos en el desarrollo de su vida familia, laboral, social y cristiana; y

- ofrecer una formación específica que capacite a estos jóvenes a ser educadores de los mismos jóvenes que se hallan en dificultad.










L. Ferraroli, Disagio, in Dizionario di Scienze dell’Educazione, o.c., pp. 304-305.


V. Masini, Emarginazione, in Dizionario di Scienze dell’Educazione, o.c. pp. 371-372.


Dicastero per la Pastorale Giovanile – UPS/FSE, Emarginazione giovanile e pedagogia salesiana, LDC, Torino 1987. Todo el volumen es de interés, pero véanse especialmente:


  • J. E. Vecchi, Salesiani ed emarginazione in Europa, pp. 78-96.


  • Conclusiones de los tres Seminarios: Europa e Nordamerica, pp. 142-145; America Latina, pp. 290-293; Asia e Pacifico, pp. 400-401.


J. E. Vecchi, Sintió compasión de ellos. Nuevas pobrezas, misión salesiana y «significatividad», ACG 359, pp. 3-36


J. E. Vecchi, Il nostro impegno per ragazzi e giovani a rischio, in Dossier PG, Esperienze a confronto 2, 1987, pp. 63-70.


J.E. VECCHI, Ambientes para la Pastoral Juvenil. Lugares de ayer y de hoy en la evangelización de los jóvenes. CCS, Madrid, 1991, pp. 165-194


CENTRO NACIONAL SALESIANO DE PASTORAL JUVENIL, La propuesta educativo-pastoral salesiana en la marginación, Madrid, 1997.


DICASTERIO PER LA PASTORALE GIOVANILE SALESIANA – VIS, Ragazzi di strada. Meeting internazionale, Roma, 7-11 diciembre, 1998, Roma, SDB, 1999.


SEPSUR, La familia salesiana y la evangelización de los más pobres. Curso regional de Pastoral Juvenil, Resistencia – 26 al 30 de Julio de 1999. CUADERNOS DE PASTORAL JUVENIL – 37.


DBYA – INDIA (a cura di M.G. George), Don Bosco national Forum for street and working children/youth (DBNF-SWC/Y), New Delhi, DBYA, 1998.


DICASTERIO PER LA PASTORALE GIOVANILESALESIANA –DBI, Don Bosco 2000. Lotta alle nuove povertà e all’esclusione sociale dei giovani in Europa. Atti del Seminario di cooperaziones europea dei reponsabili nazionali del Movimiento Don Bosco, Benedikbeuem, 04-08 gennaio 2000, Roam SDB, 2000.


DBYA – INDIA (a cura di M.C. George), The Young at Risk, New Delhi, DBYA, 2000.


DBYA – INDIA ( a cura di M. C. George), Consultation on the Young at Risk, New Delhi, DBYA, 2000.