1) a nivel económico-político: que en la interdependencia global, quede en evidencia (y
venga practicada) la exigencia de la solidaridad y de un “desarrollo sustentable”,
humanamente digno para todos y cada uno. De otro modo, se da el aumento de las
diferencias entre la población, entre las naciones, entre las zonas del mundo, tanto de
cantidad (acceso a los bienes de consumo, uso de los medios) como de cualidad
(cultura, calidad de vida, equidad y justicia social). Como se dice, también las nuevas
tecnologías muestran en modo claro que “digital divides”;
2) a nivel cultural: que se vaya más allá de la perspectiva occidental (= el pensamiento
occidental no es “el” sino “un” punto de vista del mundo) y se ponga (y se realice) la
exigencia del diálogo intercultural: se debe evitar el fundamentalismo y el desencuentro
entra las civilizaciones (S. Huntington). Ello debe permitir que se conjuguen en el
terreno de los derechos humanos, 1) el compartir de ideas/valores, 2) la convergencia
activa para su efectiva realización, 3) la legitimación de la diferenciación de las
motivaciones y de las justificaciones fundantes tanto del compartir ideal como de la
convergencia operativa, 4) el debate, la confrontación, la discusión democrática en la
búsqueda del más allá, de lo ulterior, de lo mejor, del más;
3) a nivel cognoscitivo: que se practique un conocimiento y un pensamiento que sepa
comprender la complejidad y conjugar cultura humanística y cultura científico-
tecnológica; tradición, ciencia, sabiduría; historia, arte y tecnología; realidad, virtualidad
y valor; posibilidades tecnológicas, perspectivas axiológicas y opciones éticas. Y, en
particular, que se actualice la esperanza de un pensamiento “glocal” (al mismo tiempo
global y local, a medida del ser humano);
4) a nivel de convivencia civil: que se pueda vivir una “ciudadanía múltiple” o como la
llaman otros, “unitaria y plural” (local, nacional, internacional, mundial... “celeste”) y, al
mismo tiempo, diferenciada entre “indígenas” y “huéspedes”: que sea sostenida por el
derecho internacional, y con una legalidad legítima y justa para todos y cada uno, en
las diferencias de origen, pertenencia, status y condiciones de vida, etc.
5) Y “last, but not least”: la exigencia de educar/se, que es una verdadera y real
“emergencia epocal”.
6. Educación y desarrollo
Los organismos humanitarios internacionales, las iglesias, las organizaciones no
gubernamentales, los movimientos culturales humanísticos (y en realidad también muchos
gobiernos, incluso entre infinitas contradicciones), apuntan a la educación como estrategia de
equidad e integración en vistas a un desarrollo sustentable para todos y para cada uno. Una
sociedad que quiera ser inclusiva requiere una educación que a su vez sea inclusiva; o sea,
que tenga en cuenta las exigencias de cada persona y, en particular, las exigencias de los
pobres y los más vulnerables, de las personas discapacitadas, de los jóvenes que viven en
zonas rurales y en aquellas urbanas degradadas, de los jóvenes y los adultos sin ninguna
discriminación: como se encuentra en las expectativas de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos: “Toda persona tiene derecho a la educación... La educación tendrá por
objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los
derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia
y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el
desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz. Los
padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus
hijos” (Art. 26). Estas afirmaciones se repiten también en la Declaración sobre la Educación
Cristiana del Concilio Vaticano II “Gravissimum educationis”, la cual afirma: “Todos los
hombres, de cualquier raza, condición y edad, en cuanto participantes de la dignidad de la
persona, tienen el derecho inalienable de una educación, que responda al propio fin, al propio
carácter, al diferente sexo, y que sea conforme a la cultura y a las tradiciones patrias y, al
- 4 - Congresso Internazionale “ Sistema Preventivo e Diritti Umani “ Roma, 2 – 6 Gennaio 2009