EL VOLUNTARIADO


EL VOLUNTARIADO

1 EN LA

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2 MISIÓN SALESIANA

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Manual de Guía y Orientaciones

















Direzione Generale Opere Don Bosco
Dicasterios para la Pastoral Juvenil y para las Misiones
Roma – 2008











3 CONTENIDOS

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Presentación(4)


Premisas(5)


Capítulo 1: EL VOLUNTARIADO: UN SIGNO DE LOS TIEMPOS(7)


1.1 El voluntariado en el mundo(7)

1.2 El voluntariado en la Iglesia(8)

1.2.1 Como desarrollo de la vocación bautismal

1.2.2 Como motivación evangélica alimentada por una fuerte espiritualidad cristiana

1.2.3 Como expresión del dinamismo misionero de la fe

1.3 El voluntariado en ambiente salesiano(9)

1.3.1 Orientaciones de los Capítulos Generales

1.3.2 Una floración de experiencias


PRIMERA PARTE:

LA IDENTIDAD DEL VOLUNTARIADO SALESIANO


Algunas Aclaraciones(12)


Capítulo 2: EL VOLUNTARIADO COMO “ESCUELA DE VIDA”(14)


2.1 Una tradición iniciada en el tiempo de Don Bosco(14)

2.2 Un compromiso que crea una mentalidad nueva(14)

2.3 Características fundamentales de la nueva mentalidad(15)

2.3.1 Una visión vocacional de la vida como don y como servicio

2.3.2 Actitud de servicio desinteresado y de solidaridad

2.4 Inspirado en los valores de la Espiritualidad Salesiana(15)

2.5 Abierto a todas las personas de buena voluntad(16)

2.6 El voluntariado salesiano y la misión ad gentes(17)

2.7 Una posibilidad para la Familia Salesiana(17)


Capítulo 3: EL VOLUNTARIADO SALESIANO EN EL CAMINO DE LA

PASTORAL JUVENIL SALESIANA(18)


3.1 El recorrido formativo de la PJ valoriza y promueve el espíritu del voluntariado(18)

3.2 La experiencia del voluntariado enriquece el proyecto educativo-`pastoral salesiano (19)

3.3 Movimiento Juvenil Salesiano: terreno fértil para promover el voluntariado (19)

3.4 Etapas del camino del voluntariado(19)


Capítulo 4: EL VOLUNTARIADO SALESIANO:

CARACTERÍSTICAS Y TIPOLOGÍA(20)


4.1 Características(20)

4.2 Misión(20)

4.2.1 El área de la evangelización

4.2.2 El área educativo-cultural

4.2.3 El área social

4.3 Valores y actitudes del voluntariado salesiano(22)

4.4 Tipología del voluntariado salesiano(23)

4.4.1 Según la duración y la calidad del compromiso

4.4.2 Según el lugar de realización del compromiso

4.4.3 Según la forma de inserción en el proyecto salesiano

4.4.4 Según la forma de organización

4.5 Participación de los adultos en el voluntariado salesiano(24)



SEGUNDA PARTE

LA REALIZACIÓN DEL VOLUNTARIADO SALESIANO


Capítulo 5: LA DIMENSIÓN COMUNITARIA DEL VOLUNTARIADO SALESIANO (26)


5.1 La experiencia comunitaria del/la voluntario/a(26)

5.2 Modelos de inserción en la comunidad que recibe(27)

5.3 Función de la comunidad que envía(28)

5.4 Función de la comunidad salesiana que acoge(28)

5.5 Algunas condiciones para una relación positiva entre voluntarios y comunidad(28)

5.6 Acogida de voluntarios de otras religiones y confesiones y de los voluntarios en búsqueda religiosa(29)


Capítulo 6: LA FORMACIÓN DE LOS VOLUNTARIOS(30)


6.1 Objetivos(30)

6.2 Contenidos(31)

6.3 Criterios metodológicos(32)

6.4 Recursos formativos(33)

6.5 Etapas principales de la formación para el voluntariado(34)


Capítulo 7: ANIMACIÓN DEL VOLUNTARIADO SALESIANO(35)


7.1 A nivel local(35)

7.2 A nivel inspectorial(37)

7.3 A nivel interinspectorial, nacional y de “región salesiana”(38)

7.4 A nivel mundial(38)

7.5 Los organismos no gubernativos salesianos de voluntariado(39)


CONCLUSIÓN(41)


ABREVIACIONES(42)


4 PRESENTACIÓN

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El documento sobre el Voluntariado salesiano, que aquí presentamos, ofrece una reflexión sobre su identidad en el cuadro de la propuesta educativo-pastoral de la Congregación y algunos criterios y líneas operativas.

El voluntariado es una realidad en crecimiento en muchas Inspectorías. Para los salesianos es una oportunidad para compartir en concreto su misión y espiritualidad con los jóvenes y los seglares. Muchas veces es fruto del camino formativo propuesto por la Pastoral Juvenil Salesiana y una experiencia de compromiso salesiano en favor de los jóvenes más pobres y de una sociedad más solidaria. En muchos ambientes llega a ser para muchos jóvenes un camino de discernimiento y maduración vocacional.

Las experiencias de voluntariado son múltiples: esto constituye su riqueza, pero también un peligro para su identidad y capacidad formativa. Esto nos ha llevado a retomar el documento “Voluntariado y Misión salesiana”, presentado en 1995 por los Dicasterios para la Pastoral Juvenil, para las Misiones y para la Familia Salesiana, y a hacer una lectura renovada, a la luz de la abundante experiencia de estos años, de las orientaciones del CG24 y de las líneas fundamentales de la Pastoral Juvenil Salesiana.

Esta nueva edición del Manual ha tenido una larga historia. Después de varios años de reelaboración, una primera versión se publicó el 31 de enero de 2006. En 2007 una serie de 7 encuentros se organizaron en diversas partes del mundo, implicando a la mayor parte de las Inspectorías salesianas. Participaron en estos encuentros los delegados inspectoriales para la pastoral juvenil y para la animación misionera, y otros hermanos directamente implicados en la animación y promoción del voluntariado en las Inspectorías. El objetivo principal de estos encuentros era hacer conocer el Manual y así promover el voluntariado. A la luz de las discusiones tenidas en estos encuentros y de las sugerencias de mejora proponemos ahora esta versión definitiva.

El documento se dirige a toda la Congregación y, por tanto, se mantiene necesariamente a nivel de principios y criterios generales, sin afrontar problemas particulares de ciertas zonas o situaciones. Constituye un “cuadro de referencia” para toda la Congregación, a la luz del cual cada Inspectoría, organización o grupo de voluntariado deberá individuar concretamente criterios y líneas operativas en un plano de acción propio.

No se trata de un documento destinado a la biblioteca, sino al estudio y a la reflexión de todos los que están directamente implicados en el voluntariado. Lo confiamos a las comunidades inspectoriales, pero de modo especial a los Delegados inspectoriales de pastoral juvenil y a sus equipos, a los Delegados inspectoriales para la animación misionera y a los encargados tanto inspectoriales como locales del voluntariado, con el compromiso de hacerlo objeto de estudio y de reflexión para un profundo examen, en vistas de la renovación y la promoción del voluntariado salesiano.

Una primera tarea que se les confía es presentarlo a las comunidades salesianas y suscitar en ellas una nueva sensibilidad y atención a la realidad del voluntariado, como proponía el CG24: elaborar un “Plan inspectorial del Voluntariado”, “que contenga una propuesta articulada que se inserte en el proyecto educativo-pastoral, tanto para la preparación de los voluntarios, como para el acompañamiento durante su servicio y la acogida y revisión cuando vuelven a casa” (CG24, n. 126).

Este documento está destinado también a las ONG Salesianas que promueven el voluntariado para que aseguren su identidad y sus características salesianas, y colaboren con las Inspectorías para su desarrollo.

Según el ejemplo de Don Bosco, que confiaba todas sus iniciativas a la Auxiliadora, invocamos la presencia materna de María, para que sea la guía en este camino que la Congregación ha emprendido: un camino que está ofreciendo nuevas oportunidades de entrega a tantos jóvenes adultos llamados a ser misioneros de los jóvenes.

Antonio Doménech

Consejero General para la Pastoral Juvenil

Francis Alencherry

Consejero General para las Misiones



Roma, 31 de enero de 2008,

Solemnidad de San Juan Bosco


5 PREMISAS

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[1]Los Dicasterios para la Pastoral Juvenil y para las Misiones ofrecen a las Inspectorías Salesianas una visión unitaria del voluntariado salesiano como proceso educativo integrado orgánicamente en la Pastoral Juvenil Salesiana (PJ). Esta reflexión es fruto de la experiencia del voluntariado que se viene realizando desde hace muchos años, a lo largo de los cuales hubo dos tiempos fuertes de reflexión, cuyos resultados se publicaron en 1995 y en 2001.

Los miembros de la Familia Salesiana están invitados a aprovechar este texto para actuar la sinergia en la promoción del voluntariado en la misión salesiana, de modo particular donde desarrollan su específica misión en colaboración con los salesianos.

5.1

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5.1.1 Voluntario/a – Voluntariado

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[2]En este documento, si bien se habla sobre todo del voluntariado, queremos poner en el centro de nuestra reflexión la persona del/la voluntario/a, porque nuestra atención se dirige principalmente a su crecimiento humano y cristiano/religioso, y a su inserción en la vida social y eclesial. Nos interesa la dimensión del ser más que las multiformes actividades que, sin embargo, son necesarias para su servicio.

[3]Consideramos a todo joven un/a potencial voluntario/a, o sea una persona en crecimiento hacia una visión de la vida como don, como vocación, por tanto hacia la adquisición de una disposición interior de servicio; una persona en formación permanente hacia la plena madurez humana y cristiana/religiosa. El compromiso de guiar y sostener este camino es el deber normal de la PJ. Por consiguiente, también en el análisis específico del crecimiento y de los terminales operativos del voluntariado, consideramos que debemos referirnos al cuadro de conjunto de la PJ.

[4]Para facilitar este crecimiento humano y cristiano/religioso del/la voluntario/a nace el voluntariado como expresión operativa de una actitud interior de servicio y de solidaridad. Por esto, toda la dinámica del voluntariado, es decir, la organización de las diversas actividades para su promoción, la evaluación y la formación, el envío, el acompañamiento del/la voluntario/a, debe estar orientada a su desarrollo integral mediante el crecimiento de dicha actitud interior y el hacerlo concreto en un compromiso rico de frutos.

[5]El voluntariado salesiano no se limita sólo a los/las jóvenes cristianos/as practicantes. Se abre también a las personas de buena voluntad, tanto bautizadas no practicantes, como de otras religiones que, en un espíritu de apertura hacia personas y culturas quieren crear un mundo nuevo por medio de la acción social, compartiendo el ideal salesiano y su método, al menos en sus líneas esenciales. Por tanto, los detalles de cuanto se dice del/la voluntario/a se aplican también a ellos con las debidas adaptaciones, sin disminuir las exigencias del carisma y método salesiano.

Aunque aquí se presenta el voluntariado como una realidad integrada en la PJ, está abierto también a los jóvenes que no están insertos en sus estructuras y a los adultos deseosos de participar en la misión salesiana.

5.1.2 Finalidad del documento

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[6]El presente documento tiene el objetivo de:


1. Ofrecer los criterios fundamentales y comunes a toda la Congregación sobre la realidad y la práctica del voluntariado en la misión salesiana: la identidad, la formación y la animación del voluntariado salesiano.

2. Promover el voluntariado en las Inspectorías, en el camino formativo promovido por la PJ para inculcar en los jóvenes una actitud de servicio a los más pobres y necesitados, ofreciéndoles experiencias significativas de compromiso social y misionero, que los ayuden a madurar una opción vocacional.

3. Individuar los criterios indispensables para una evaluación salesiana, eclesial y social de las actividades de voluntariado.

[7]El documento va dirigido a todos los que tienen el deber de promover el voluntariado en las Inspectorías. De modo particular se dirige a los agentes de PJ, a los animadores de la dimensión misionera, a los equipos inspectoriales o interinspectoriales y a las ONG/organizaciones salesianas que promueven diversas propuestas de voluntariado, para que consideren el voluntariado como una experiencia privilegiada que proponer a los jóvenes y cuiden que su realización se inserte en el proceso de maduración humana y cristiana/religiosa intrínseco en la propuesta educativo-pastoral salesiana..


6 CAPÍTULO 1

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7 EL VOLUNTARIADO: UN SIGNO DE LOS TIEMPOS

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7.1

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7.1.1 1.1 El voluntariado en el mundo

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[8]El significado del término “voluntariado” en la sociedad y en la cultura es notablemente más amplio que la experiencia realizada en el mundo salesiano. De todos modos es una tendencia social importante que nos afecta. Por esto, antes de definir salesianamente de qué voluntariado queremos hablar en este documento, examinemos los aspectos más significativos de este fenómeno a nivel mundial, poniendo en relieve sus valores educativos.

[9]De hecho, en casi todas las naciones del mundo se ha difundido entre los ciudadanos una mayor conciencia de participación activa en la vida social, que se define precisamente como “voluntariado”.

En este sentido el término “voluntariado” tiene un contenido muy amplio y poco definido que quiere evidenciar la decisión libre de ciudadanos o de grupos organizados de ser protagonistas de la vida social.


Algunas características del voluntariado en el mundo


[10]* Nace como libre decisión de la persona

Es fruto de la acción libre de millones de personas que deciden dedicar una parte de su tiempo, es decir, de la propia vida, a mejorar la condición de personas más desfavorecidas.


[11] * Tiene su raíz en un cuadro de valores

Constituye, por tanto, un gran testimonio sobre el valor de la solidaridad y de la gratuidad en un mundo individualista.

Nace para promover la transformación de la sociedad, para contribuir a la eliminación de las causas que generan pobreza e injusticia; para dar una respuesta válida a las necesidades de la zona, dedicando una atención prioritaria a los pobres y a los marginados.

[12]* Promueve una nueva actitud hacia la vida

Es, ante todo, una actitud y un estilo de vida y de acción que comprende la apertura a los demás, la generosidad, la solidaridad y el servicio gratuito, y – para el cristiano – un testimonio del Evangelio de Jesús.

Pero es también una colaboración organizada, o sea una forma de participación social de ciudadanos, dotada de una cierta continuidad y de programas compartidos, en beneficio de una comunidad.

Desarrolla la cultura de la ciudadanía, haciendo crecer la conciencia de los derechos de las personas y la responsabilidad de garantizarlos a los más débiles, el valor de la implicación personal y la fuerza de la iniciativa social de base.

[13]* Se presenta cada vez más como sujeto social

El voluntariado se constituye como sujeto social y político diverso del Estado y del Mercado, como “Tercer Sector” que supera la tensión entre “público” y “privado, en el desarrollar un nuevo espacio (“el privado social”), que no funciona según la lógica del provecho ni de la coacción, sino que sigue el principio de la gratuidad y de la participación voluntaria. De este modo el voluntariado desarrolla una relación sinérgica con el mundo del “Mercado” (beneficio, eficacia, intercambio…), con el mundo del “Estado” (mínimos garantizados a todos, seguridad, coacción…) y con los mundos vitales de las personas y de las comunidades primarias (don, proximidad, implicación personal…).


7.1.2 1.2 El Voluntariado en la Iglesia

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[14]En el ámbito de la Iglesia se ha difundido ampliamente la práctica del voluntariado, y se han multiplicado las organizaciones que lo promuevan. Éste, como afirma el Papa Juan Pablo II: “… constituye un auténtico “signo de los tiempos” y revela una fuerte toma de conciencia de la solidaridad que une recíprocamente a los seres humanos. Al dar a los ciudadanos la posibilidad de participar activamente en la gestión de los servicios de los que son destinatarios, y a las diversas estructuras e instituciones, el voluntariado contribuye a imprimir aquel “suplemento de alma” que las haga más humanas y respetuosas de la persona”.1

[15]Hablando a los jóvenes en 1988, el mismo Papa Juan Pablo II ya había declarado con claridad el valor del voluntariado en la Iglesia: “En cuanto a vuestro papel de jóvenes, digo simplemente: sois indispensables, no por lo que podéis con vuestras solas fuerzas humanas, sino por lo que podéis a través de la fe en el Dios de la paz que se hace cultura y compromiso de paz. Pero podréis ser lo que los hombres esperan de vosotros, si ya hoy os decidís a obrar. Vistas las situaciones, intervenid. El voluntariado, fenómeno tan maravilloso de nuestro tiempo, está vivo entre nosotros. Tened sólo la pureza de las motivaciones que os hace transparentes, el respiro de la esperanza que os hace constantes, la humildad de la caridad que os hace creíbles. Me atrevo a decir que un joven de vuestra edad que no diera, de un modo o de otro, algún tiempo prolongado al servicio de los demás, no puede decirse cristiano; tales y tantas son las peticiones que provienen de los hermanos y hermanas que nos rodean”.2

[16]El voluntariado en la Iglesia, por su valor de testimonio, por su dinamismo vocacional y por su fuerza de compromiso al servicio de la liberación integral del hombre, es un signo del Reino de Dios. Manifiesta cómo se concreta el amor en la tierra por medio de los creyentes que, movidos en lo más profundo de su ser por la fuerza de la caridad, dedican sus esfuerzos a dar la vida por los demás.

El rol del voluntariado en la Iglesia podría ser entendido desde diversos puntos de vista.



[17]1.2.1 Como desarrollo de la vocación bautismal

El voluntariado cristiano es un signo y una realización concreta de la vocación y misión de los seglares, los cuales, corresponsables por el bautismo de la misión de la Iglesia, están llamados a contribuir a la venida del Reino de Dios, a la construcción de la comunidad humana, a la transformación del mundo según el proyecto de Dios,3 como una levadura dentro de las realidades seculares.

La laicidad es un valor cristiano plenamente proclamado por la Gaudium et Spes, ratificado por todos los sucesivos documentos de la Iglesia y en particular por la Christifideles laici. “El hombre es el primer camino que la Iglesia debe recorrer en el cumplimiento de su misión”.4

Esta laicidad capacita al bautizado para un anuncio del Evangelio profundamente inserto en las realidades humanas terrenas.

El servicio de los voluntarios alcanza su plenitud cuando su acción está explícitamente motivada e inspirada por la opción cristiana y por el testimonio de la caridad.


[18]1.2.2 Como motivación evangélica alimentada por una fuerte espiritualidad cristiana

El voluntariado cristiano se inspira en el Evangelio y en él se alimenta. Se presenta como un proyecto de vida alternativo que se esfuerza por vivir y proponer valores que brotan del Evangelio, poco presentes o ausentes del todo en la comunidad en que se vive o se trabaja. Hoy es vivido con sensibilidad y modalidades nuevas, como respuesta a la actual situación histórica y a la conciencia eclesial desarrollada en el Concilio Vaticano II.

El estudio de los complejos problemas del desarrollo de los pueblos, la búsqueda de soluciones en las cuestiones de carácter social, cultural, político y técnico, los compromisos cotidianos de servicio gratuito a las personas, sobre todo a los más pobres…, todo esto debe ser sostenido, alimentado y transformado por una fuerte espiritualidad centrada en la oración, en la escucha de la Palabra de Dios, en la Eucaristía y en la participación diaria en la vida de la comunidad cristiana.


[19] 1.2.3 Como expresión del dinamismo misionero de la fe

El voluntariado es también una manifestación eficaz y calificada del dinamismo misionero de la Iglesia, tanto en el compromiso de la “nueva evangelización” como del anuncio de Cristo “ad gentes”. No se trata sólo de resolver las necesidades materiales concretas de las personas más desvalidas, sino de llevarlas a experimentar de modo personal la caridad de Dios. Por medio del voluntariado, el cristiano se hace testimonio de la caridad divina: ésta es el objeto de su anuncio y se hace tangible en todo momento, en la medida en que él mismo se siente inmerso en ella y la vive.5

El/la voluntario/a con su servicio testimonia que “¡el hombre es amado por Dios!” “Éste es el simplicísimo y sorprendente anuncio del que la Iglesia es deudora respecto del hombre. La palabra y la vida de cada cristiano pueden y deben hacer resonar este anuncio. (…) Esta nueva evangelización, dirigida no sólo a cada una de las personas, sino también a enteros grupos y culturas, está destinada a la formación de comunidades eclesiales maduras. (…) Los fieles laicos tienen su parte que cumplir (…) también con el empuje y la acción misionera entre quienes todavía no creen.” 6



7.1.3 1.3 El Voluntariado en ambiente salesiano

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[20] Se constata que también en el ambiente salesiano el voluntariado se ha desarrollado ampliamente en los últimos decenios, tanto que algunas obras salesianas iniciadas en los últimos 25 años no serían lo que son sin el precioso servicio de los voluntarios.


[21] 1.3.1 Orientaciones de los Capítulos Generales

Los últimos Capítulos Generales de la Congregación Salesiana han dedicado una atención particular al voluntariado, integrándolo en la propia misión y considerándolo un medio adecuado para la formación integral de los jóvenes.

  • El CG21, sin aludir explícitamente al voluntariado, habla de la participación directa de los seglares en las misiones.7

  • El CG22 pide dar vida “al voluntariado juvenil y salesiano, en coordinación con las iniciativas de la pastoral juvenil.8

  • El CG23 trata del voluntariado en el ámbito de la espiritualidad juvenil salesiana, como “servicio civil y misionero, para colaborar con otros organismos en la promoción humana y en la evangelización”;9 y como vía concreta “de compromiso y de servicio gratuito entre los más pobres”, en el ámbito de la orientación vocacional de los jóvenes.10

  • Pero es, sobre todo, el CG24 el que dedica una atención especial al voluntariado:

    • Hace una evaluación de él, reconociendo su desarrollo y la variedad de formas, su significativo éxito vocacional y formativo y el estímulo positivo para las mismas comunidades salesianas que reciben a los voluntarios.

    • Pone de relieve también algunos problemas, subrayando especialmente los que se presentan al/a la voluntario/a cuando vuelve de la experiencia de voluntariado.11

    • Propone a las comunidades locales e inspectoriales algunas orientaciones operativas para favorecer el aprecio y el desarrollo del voluntariado en la misión salesiana, la acogida, la formación y el acompañamiento de los voluntarios, sobre todo a su regreso.12

[22] 1.3.2 Una floración de experiencias

El fenómeno del voluntariado se ha desarrollado a nivel mundial de modo admirable, especialmente entre los jóvenes. En todas partes en el mundo los salesianos encuentran jóvenes conscientes y generosos que se sienten atraídos – no sin la acción directa de la gracia de Dios – hacia el voluntariado. En él los jóvenes descubren un espacio de libertad y de iniciativa; vislumbran un camino que los lleva al servicio a los demás; reconocen la posibilidad de una “profecía”, que se hace contestación valiente de la mentalidad individualista y consumista que insidia muchos estratos sociales. Comprometiéndose en el voluntariado, los jóvenes buscan y pueden encontrar un camino que da autenticidad a su vida y los hace capaces de anunciar – más con los hechos que con las palabras – que no vale la pena vivir si no se vive para servir. Se debe captar este “signo de los tiempos”, explicitando sus múltiples valores, especialmente en la dirección de la educación y de la solidaridad.

[23] Actualmente en el mundo salesiano existe una multitud de experiencias que se consideran “voluntariado”. Es difícil hacer un elenco exhaustivo de ellas. Mencionamos algunas más comunes:


  • El servicio gratuito de los animadores, catequistas y otros colaboradores en los oratorios-centros juveniles y en las parroquias salesianas. Algunos de éstos prestan un servicio a tiempo pleno, mientras otros hacen un servicio regular, pero intermitente.

  • Voluntariado social entre los más pobres.

  • Voluntariado en las estructuras educativas.

  • Voluntariado directamente evangelizador.

  • Voluntariado como experiencia específicamente vocacional en una obra salesiana.

  • Voluntariado como opción vocacional de la vida, durante un tiempo ilimitado.

  • Experiencias de grupo, normalmente fuera del propio contexto y de breve duración – de dos semanas a tres meses – para la realización de un proyecto específico. Con frecuencia estas experiencias se realizan en los contextos salesianos en países en vías de desarrollo.

  • Voluntariado para un breve período (3 meses a un año) o en períodos más largos (un año o más) en otros países en los territorios de misión confiados a la Congregación.

  • El servicio civil (social) sostenido por el Estado, que podría sustituir al servicio militar.


De la variedad de este elenco, al que se podrían añadir otras experiencias, se percibe que en las diversas partes del mundo salesiano no todos piensan en la misma realidad cuando se habla del “voluntariado salesiano”.

Por esto, sentimos la necesidad de establecer algunos criterios para la organización y la promoción de este rico y prometedor fenómeno. Como salesianos, deseamos descubrir la riqueza y acoger su provocación, teniendo presente el contexto social y eclesial actual, dentro del horizonte de la historia y de los valores salesianos.

8 PRIMERA PARTE

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9 LA IDENTIDAD DEL VOLUNTARIADO SALESIANO

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9.1

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9.1.1 Algunas aclaraciones

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[24] La descripción de la identidad del voluntariado salesiano que proponemos en esta parte es funcional y práctica, indicando las opciones más importantes para asegurar la calidad educativo-pastoral salesiana de la experiencia y para facilitar una comunicación y colaboración entre las diversas Inspectorías y organizaciones salesianas de voluntariado.

Ante todo, queremos explicar algunos términos y darles un significado bien preciso en este manual.


[25] 1. El/La Voluntario/a

Como ya se ha aludido en las premisas, queremos poner en el centro de nuestra reflexión la persona del/la voluntario/a, porque nuestra atención va principalmente dirigida a su crecimiento humano y religioso, y a su inserción en la vida social y en la comunidad de fe. Nos interesa la dimensión del ser más que las multiformes actividades que, sin embargo, son necesarias para su servicio.

El/la voluntario/a salesiano/a es una persona seglar de mayor edad, hombre o mujer, joven o adulto, célibe o casado, que, después de una adecuada preparación, pone al servicio desinteresado de los jóvenes o de la clase popular, especialmente de los más pobres y “en peligro”, la propia profesionalidad u otras dotes y capacidades personales, para la realización de la misión salesiana, con un compromiso explícito y continuativo.

Abierto a la mundialidad, a la interculturalidad y con un profundo respeto de la dignidad de la persona humana, él/ella da una respuesta competente, creativa y continuativa a las necesidades emergentes. Colaborando con las instituciones civiles y eclesiales, él/ella promueve una acción de transformación de la sociedad y de supresión de las causas de la injusticia según el modelo evangélico y el sistema educativo de Don Bosco, inspirándose en la espiritualidad salesiana.


[26] 2. El Voluntariado

Por voluntariado se entiende un servicio desinteresado, por un período determinado, realizado a través de un compromiso continuativo (tanto en el sentido intensivo del término – un período prolongado y no interrumpido de tiempo, por ejemplo 6 meses, uno o más años, - como en sentido extensivo, un servicio continuado en el tiempo, incluso durante muchos años, pero con un compromiso diario o semanal de algunas horas), desarrollado en forma de proyecto y estructurado implicándose en asociaciones, ONG, organismos inspectoriales, etc.

Las breves experiencias individuales o de grupo que tienen características de voluntariado, son consideradas como preparación y formación para un verdadero servicio de voluntariado.



[27] 3. Voluntariado salesiano

El servicio prestado por un/a voluntario/a es considerado como voluntariado salesiano en cuanto es promovido por las comunidades salesianas o realizado en un contexto (obra/comunidad) salesiano y, de todos modos, para la realización de la misión salesiana.

Por tanto, el voluntariado salesiano es una realidad organizada que promueve durante un tiempo determinado un programa de acción voluntaria, inspirada en los valores de la espiritualidad salesiana e inserta en el proyecto educativo-pastoral salesiano.13


10 CAPÍTULO 2

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11 EL VOLUNTARIADO COMO “ESCUELA DE VIDA”14

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11.1

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11.1.1 2.1 Una tradición iniciada en el tiempo de Don Bosco

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[28] Don Bosco sabía comprometer a sus muchachos, muchas veces jovencísimos, en tareas de voluntariado casi heroicas. Basta recordar a los jóvenes “voluntarios” en la época del cólera. A través de estos compromisos de servicio los ayudaba a madurar una opción vocacional de vida.

La implicación directa de los mismos jóvenes en la propia educación y en la transformación del ambiente fue para Don Bosco una de las claves fundamentales de su sistema educativo, además de ser una verdadera escuela de ciudadanía y de santidad.

En práctica, en Valdocco Don Bosco logró crear un estilo de vida centrado en la presencia afectuosa de los educadores entre los jóvenes, en un ambiente de alegría y de confianza en las personas y en su posibilidad de crecimiento, en su protagonismo y en su colaboración, con una atención especial para con los más necesitados y en peligro.

Así, él mostró y suscitó una gran sensibilidad hacia lo social. Supo convocar y entusiasmar a muchas personas, jóvenes y adultos, seglares y consagrados, al servicio de la educación y promoción de los jóvenes necesitados y del pueblo, dentro y fuera de las obras salesianas.

Para la realización de su proyecto educativo y social Don Bosco dio inicio a un gran movimiento de personas,15 que colaboraron con él compartiendo los valores de su espiritualidad.

Hoy, promoviendo el voluntariado, los Salesianos quieren realizar más ampliamente estas intuiciones de Don Bosco. A través de él se propone una actitud de vida profundamente inspirada en una visión positiva y evangélica de la persona y de la vida, capaz de conducir a los jóvenes y a los mismos educadores al pleno desarrollo de su vocación humana y cristiana/religiosa.

11.1.2 2.2 Un compromiso que crea una mentalidad nueva

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[29] En sintonía con la misión salesiana y la espiritualidad que la alimenta, el voluntariado salesiano se basa en los valores evangélicos. Se compromete en un proyecto de vida centrado en el servicio de las personas necesitadas y de la sociedad humana en general; promueve los derechos humanos de toda persona, participando en los esfuerzos por la solidaridad, la justicia y la paz; y colabora así en el desarrollo integral de los pueblos.16 Para los miembros de la Iglesia es también una invitación a compartir la propia fe a través de su testimonio y su servicio.

De este modo el voluntariado, aunque es una fase temporal en la vida de una persona, crea una nueva mentalidad, que transforma progresivamente el modo concreto de afrontar la propia vida como compromiso por la creación de un mundo nuevo a través del servicio a la humanidad necesitada.


“Esta labor tan difundida es una escuela de vida para los jóvenes, que educa a la solidaridad y a estar disponibles para dar no sólo algo, sino a sí mismos. De este modo, frente a la anticultura de la muerte, que se manifiesta por ejemplo en la droga, se contrapone al amor, que no se busca a sí mismo, sino que, precisamente en la disponibilidad a ‘perderse a sí mismo’ (cf Lc 17,33 y par.) a favor del otro, se manifiesta como cultura de la vida.”17



11.1.3 2.3 Características fundamentales de la nueva mentalidad

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[30] Podemos referirnos a dos características, que consideramos fundamentales, de esta nueva mentalidad que debería resultar de una experiencia de voluntariado salesiano bien hecho. Se dan en cualquier voluntario/a prescindiendo de su fe o religión.

[31] 2.3.1 Una visión vocacional de la vida como don y como servicio

El/la voluntario/a asume una visión vocacional de la vida, concebida como un don recibido gratuitamente y que hay que compartir al servicio de la plenitud de vida para todos.

Esta cultura vocacional se hace realidad vivida cuando el/la voluntario/a adquiere actitudes y valores importantes: la defensa y la promoción del carácter sagrado de la vida humana; la confianza en sí y en el prójimo; la interioridad que permite descubrir en sí y en los demás la presencia y la acción de Dios; la disponibilidad para sentirse responsable y para dejarse implicar por el bien de los demás en actitud de servicio y de gratuidad; el valor de soñar y desear grandemente con audacia el bien de los demás.

Esta visión debe desarrollarse durante la formación de los voluntarios y debe inspirar sus proyectos y servicios de tal modo que la experiencia de voluntariado no se reduzca a un paréntesis, en el modo de plantearse la propia vida en la sociedad y en la Iglesia.


[32] 2.3.2 Actitud de servicio desinteresado y de solidaridad

El voluntariado se convierte en una verdadera escuela de vida, sobre todo para los jóvenes. Contribuye a educarlos en una cultura de solidaridad con los demás, sobre todo los más necesitados, en el espíritu de acogida, apertura y don gratuito de sí.

Constituye un factor peculiar de humanización: gracias a las diversas formas de solidaridad y de servicio que promueve y concreta, hace la sociedad más atenta a la dignidad de la persona humana y a sus múltiples expectativas.

A través de las actividades emprendidas, el/la voluntario/a descubre que sólo quien ama y se da a los demás, se realiza plenamente como una criatura humana.

11.1.4 2.4 Inspirado en los valores de la Espiritualidad Salesiana

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[33] En el oratorio de Don Bosco los colaboradores jóvenes y adultos han tenido la experiencia de vivir y trabajar juntos con él por la educación y por la salvación de los jóvenes. Tal “vida carismática” y comunitaria, núcleo de la Espiritualidad Salesiana, ilumina el proyecto de voluntariado salesiano. He aquí algunas características:

  • el amor preferencial por los jóvenes, especialmente por los más pobres, como señal de un amor especial de Dios por ellos;

  • la pedagogía de la bondad, expresión de una caridad concreta a la medida de los jóvenes, que suscita en ellos correspondencia de amor;

  • el espíritu de familia: un estilo de relación humana serena y acogedora, que suscita una visión positiva de sí, construye un ambiente formativo estimulante, anima el camino de grupo y el protagonismo en el propio compromiso de crecimiento;

  • los compromisos de lo cotidiano como el espacio de respuesta a la propia vocación humana y cristiana y el lugar en el que colaboramos para desarrollar la misión redentora de Cristo y la transformación del mundo;

  • el optimismo y la alegría de la vida: confianza en la victoria del bien, apertura a los valores humanos presentes en todas las personas, también las más pobres y carentes, la pedagogía de la alegría y de la fiesta.


11.1.5 2.5 Abierto a todas las personas de buena voluntad

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[34] Los grandes desafíos de hoy: la globalización y el desarrollo de los pueblos, la paz y la defensa de la naturaleza, la nueva evangelización, el protagonismo de los seglares… exigen de nosotros el esfuerzo de superar la tentación de encerrarnos en nuestro ámbito o proyecto y de considerar a los demás como antagonistas de los que debemos defendernos.

La salvación de los jóvenes exige unir las fuerzas, buscar lo que nos une, crear redes de colaboración y de apoyo recíproco, abandonar los protagonismos estériles que tantas veces nos dividen. Y esto comenzando en cada una de las comunidades y obras, dentro de una zona y, dentro de las Inspectorías, entre los diferentes ámbitos y servicios de la pastoral juvenil. Una forma significativa de esta corresponsabilidad en la misión salesiana es precisamente el voluntariado,18 que es también un camino privilegiado para madurar en los seglares la vocación salesiana.

[35] En este espíritu, el voluntariado salesiano no se limita sólo a los cristianos bautizados o practicantes. Está abierto también a jóvenes y adultos que se han alejado de la Iglesia, a los practicantes de otras religiones o a jóvenes en búsqueda religiosa. Todas las personas de buena voluntad que quieren trabajar junto a los Salesianos, compartiendo la visión y el proyecto educativo de Don Bosco, pueden participar en el proyecto del voluntariado salesiano.

La experiencia del voluntariado podría constituir para muchos jóvenes indiferentes ante la religión una ocasión para descubrir la propia fe y para abrirse y asumir el camino hacia una fe adulta, comprometida, eclesial y misionera – un verdadero camino de evangelización.

[36] Para orientarse en este delicado proceso de participación y de comunión, para garantizar un verdadero voluntariado salesiano, es importante asegurar algunos criterios y condiciones. La persona que quiere entrar en el voluntariado salesiano, debe manifestar algunas cualidades:

  • suficiente madurez humana y coherencia personal necesarias para ser una referencia educativa para los jóvenes;

  • aprecio y estima por Don Bosco y los salesianos;

  • actitud educativa y sensibilidad por la condición juvenil, sobre todo la de los más pobres;

  • aceptación del proyecto educativo salesiano y del método educativo de Don Bosco;

  • apertura a la búsqueda de Dios y respeto a la propuesta evangélica y a los valores de las otras religiones y culturas.19


11.1.6 2.6 El voluntariado salesiano y la misión ad gentes

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[37] El compromiso misionero ad gentes es parte integrante del carisma salesiano. El voluntariado ofrece a las personas interesadas la posibilidad de comprometerse al lado de los salesianos para la llegada del Reino de Dios en diversos contextos. Este compromiso

  • lo/la guía a madurar la conciencia de que todos los bautizados son “mandados” por el Señor a predicar la buena noticia;

  • lo/la desafía a abrirse a la mundialidad y a la interculturalidad y a insertarse en una cultura diversa de la propia;

  • lo/la introduce en el diálogo interreligioso y ecuménico, que valoriza la originalidad de las diversas experiencias religiosas;

  • propone al/a la voluntario/a la formación de una conciencia crítica;

  • le ofrece espacios de compromiso directo sobre la frontera de la evangelización, a través de un servicio desinteresado y especializado según su profesionalidad;

  • le propone modelos que ayudan a vivir la dimensión laical en forma solidaria con las necesidades humanas más urgentes, a luchar contra la injusticia, contra el surgir de nuevas divisiones y de nuevas pobrezas.


Los protagonistas del voluntariado ad gentes son no sólo los jóvenes, sino también los adultos individualmente, parejas de esposos y familias.

11.1.7 2.7 Una posibilidad para la Familia Salesiana

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[38] En el vasto movimiento de personas que Don Bosco quiso realizar para la salvación de la juventud, la Familia Salesiana tiene un puesto privilegiado. En el voluntariado ésta puede encontrar la posibilidad de proponer a adultos y a jóvenes adultos una modalidad concreta de implicación en la misión salesiana, y de encontrar espacios para un compromiso creativo al servicio de los más pobres, y formas concretas para llegar a ser protagonistas en la transformación de la sociedad de hoy, según el estilo de Don Bosco.

Los componentes de la Familia Salesiana están invitados a ayudar a los voluntarios a insertarse en una zona concreta colaborando para la realización de la misión salesiana y promoviendo el vasto movimiento salesiano. Por otra parte, el voluntariado ofrece espacios de formación y de testimonio que pueden conducir a la maduración de una vocación en uno de los grupos de la Familia Salesiana.

12 CAPÍTULO 3

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13 EL VOLUNTARIADO SALESIANO EN EL CAMINO DE LA PASTORAL JUVENIL SALESIANA

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13.1

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13.1.1 3.1 El recorrido formativo de la PJ valoriza y promueve el espíritu del voluntariado

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[39] La Pastoral Juvenil Salesiana es la expresión operativa del carisma y de la misión de Don Bosco, es decir, la realización en el hoy de su misión educativa y evangelizadora, con el estilo del Sistema Preventivo y animada por el dinamismo de la Espiritualidad Salesiana. Tiene como objetivo la promoción integral de la persona en su realidad de ser humano y en su vocación de hijo de Dios (ciudadano y cristiano).20

[40] Este camino de crecimiento integral de la persona, promovido por la PJ a través de diversos itinerarios formativos específicos, desarrolla y ayuda a madurar en los jóvenes los valores y las actitudes del voluntariado.21 En concreto, este proceso refuerza

  • la inserción activa y responsable en la realidad socio-cultural, económica y política para su transformación;

  • la actitud de servicio y de solidaridad en la sociedad y en la Iglesia;

  • el desarrollo de la dimensión religiosa, que abre la persona a la trascendencia y al “descubrimiento de Dios”;

  • la experiencia significativa de vida cristiana que oriente hacia el encuentro con Jesucristo y una posible opción vocacional de vida según el Evangelio.


[41] Evidentemente, la PJ no existe sólo en función del voluntariado, porque la promoción integral de la persona no se agota en él. A pesar de todo, el voluntariado es un signo eficaz del buen éxito de la PJ. Después del recorrido de la formación impartida por la PJ, el compromiso en el voluntariado de un joven manifiesta la personalización de los valores antes indicados.

Se constata también que centenares de jóvenes y muchos adultos que no han seguido el recorrido de la PJ se ofrecen para un compromiso de voluntariado en el ámbito salesiano cuando de diversos modos, especialmente a través de internet, entran en contacto con la realidad salesiana. Para éstos, tanto jóvenes como adultos, es necesario organizar un período de formación adecuada que les ofrezca la posibilidad de ponerse en este camino de crecimiento integral en el estilo salesiano para adquirir los valores necesarios para un voluntariado salesiano. Acoger y formar a estas personas, especialmente a los jóvenes, es un nuevo e importante desafío de la Pastoral Juvenil Salesiana actual.


13.1.2 3.2 La experiencia del voluntariado enriquece el proyecto educativo-pastoral salesiano

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[42] La experiencia del voluntariado ayuda a un joven a madurar ulteriormente su recorrido formativo realizado en la PJ y, al mismo tiempo, enriquece con sus valores la misma propuesta educativo-pastoral. En concreto, valoriza:

  • el compromiso educativo y de promoción hacia los más pobres y en estado de estrechez;

  • el protagonismo laical y la estrecha colaboración entre SDB y seglares en la misión salesiana;

  • una presencia eficaz y significativa en la zona, a través del diálogo y la colaboración con otras instituciones y agencias educativas y de promoción;

  • la renovación del dinamismo misionero, insertándolo en la cultura popular para que sea estímulo de humanización y de liberación personal y comunitaria;

  • un nuevo estilo de presencia entre los jóvenes y jóvenes adultos, abierto a la solidaridad, que favorece la maduración de opciones de vida a través del servicio gratuito a los demás.

13.1.3 3.3 Movimiento Juvenil Salesiano: terreno fértil para promover el voluntariado

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[43] El Movimiento Juvenil Salesiano, a través del camino global y gradual promovido en los grupos según las diversas edades, ofrece una preparación eficaz para el voluntariado salesiano. En efecto, la pertenencia a los grupos del Movimiento, el itinerario formativo que en ellos se desarrolla y la experiencia de leadership y de animación que en ellos se realiza, promueven los valores de la cultura del voluntariado. Así el MJS ofrece la posibilidad de madurar opciones más comprometidas en este campo, que se realizan en el voluntariado asumido libremente.

13.1.4 3.4 Etapas del camino del voluntariado

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[44]Como ya se ha indicado, el voluntariado salesiano es una realidad unitaria, un camino o proceso educativo integrado orgánicamente en la PJ, que lleva a los jóvenes hacia el don de sí por el bien de los demás y eventualmente una opción vocacional estable.

Esquemáticamente se pueden identificar las siguientes etapas de este camino:


1

EDUCACIÓN EN LOS VALORES
DEL VOLUNTARIADO


2

LA ANIMACIÓN Y UN
COMPROMISO PERSEVERANTE
DE SERVICIO


3

EXPERIENCIAS
DE VOLUNTARIADO


4

VOLUNTARIADO ADULTO

  • El desarrollo de la cultura de voluntariado y la formación en sus valores (servicio desinteresado, apertura al otro, solidaridad…) a lo largo de todo el proceso educativo-pastoral con los muchachos y los adolescentes.

  • La formación para el voluntariado a través de experiencias diversas de servicio generoso y desinteresado como la animación, la participación activa en las diversas asociaciones o experiencias breves de voluntariado.

  • La opción de voluntariado organizado o formal que los jóvenes adultos o los mismos adultos hacen durante un período consistente de tiempo.

  • A lo largo de este camino, y a través de estas experiencias de voluntariado, los jóvenes maduran opciones vocacionales conscientes y duraderas.

14 CAPÍTULO 4

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15 EL VOLUNTARIADO SALESIANO:

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16 CARACTERÍSTICAS Y TIPOLOGÍA

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[45] Como realidad organizada y positivamente promovida, el voluntariado salesiano tiene características y tipologías propias. En el elenco de experiencias que son consideradas voluntariado en diversas zonas geográficas de la congregación no todas pueden ser reconocidas como verdaderas experiencias de voluntariado. Por esto, queremos poner de relieve las características y las tipologías que querríamos promover más, sin, por ello, negar el valor de otras experiencias como una buena preparación para un verdadero voluntariado salesiano.

16.1

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16.1.1 4.1 Características

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[46] * Evangélico

El voluntariado salesiano propone los valores del Evangelio de Cristo a través del testimonio de servicio desinteresado y solidario, según el espíritu salesiano.

Favorece y colabora en el compromiso “misionero” de anunciar el Evangelio en regiones en las que no es suficientemente conocido.

Esta característica podría ser considerada evidente cuando se trata de voluntarios bautizados y practicantes, y menos aplicable a los demás. Sin embargo, se realiza también en los demás, dado que un voluntario salesiano, sea cual sea su fe, participando en la misión salesiana, se compromete en la actuación de ciertos valores evangélicos, especialmente la gratuidad, la solidaridad, la justicia, la paz, etc. De hecho, esta característica les ofrece la posibilidad de un camino de profundización religiosa.


[47] * Educativo

El voluntariado salesiano se preocupa ante todo de la maduración personal y social del/la voluntario/a que acepta el desafío de “educar educándose”.

Se compromete en programas de desarrollo humano de las personas, con atención prioritaria hacia los últimos, marca las intervenciones con el estilo salesiano; está abierto y promueve el diálogo intercultural e interreligioso.


[48] * Socio-político

El voluntariado salesiano se inserta activa y responsablemente en la realidad socio-cultural, económica y

política, y se compromete en su transformación, colaborando con otras instituciones civiles y eclesiales.

[49] * Laical

En el centro del voluntariado salesiano se coloca la persona del/la voluntario/a que vive la propia vocación humana y religiosa en las realidades seculares de la familia, del trabajo, de la cultura, de la política, de la economía, etc. Se compromete en transformar estas estructuras según los valores del Evangelio, haciendo presentes en ellas las propuestas de la espiritualidad salesiana y ofreciendo un testimonio evangélico específico en el mundo.

[50] * Juvenil

El/la voluntario/a es, normalmente, un “joven adulto”, que vive su servicio con espíritu juvenil y en sintonía profunda con los jóvenes a quienes es mandado a servir.

Muchos son también los adultos que ofrecen una válida aportación a la misión y al proyecto salesiano de promoción humana, social y cristiana de los jóvenes y de las clases populares.

[51] * Comunitario

El aspecto comunitario del voluntariado salesiano se manifiesta en el hecho que el/la voluntario/a es enviado/a para su servicio por una comunidad después de una preparación adecuada y es acogido/a por otra comunidad. Experiencias de grupo, vividas en el espíritu de familia inspirado por Don Bosco, ayudan a desarrollar los valores del diálogo y del don de sí. Aun sin excluir que se pueda trabajar en proyectos no salesianos, normalmente el/la voluntario/a salesiano/a se inserta en una Comunidad Educativo-Pastoral salesiana con la que colabora, compartiendo su Proyecto educativo-pastoral.


16.1.2 4.2 Misión

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[52] Las áreas de servicio a las que el/la voluntario/a da su propia aportación son diversas según la profesionalidad, la fe personal y las competencias del/la voluntario/a y de los contextos en que está llamado a obrar. Citemos tres principales:

4.2.1 El área de la evangelización

Comprende, entre otras cosas:

  • anuncio, catequesis y camino de educación en la fe;

  • enseñanza de la religión;

  • animación espiritual (oración, liturgia, ejercicios espirituales, acompañamiento espiritual);

  • formación de catequistas, animadores y agentes pastorales;

  • animación vocacional;

  • animación de grupos y asociaciones.


[53] 4.2.2 El área educativo-cultural

Comprende, entre otras cosas:

  • iniciativas educativas de tipo informal (alfabetización, recuperación escolar, orientación para el trabajo…);

  • experiencias educativas de tipo formal (escolásticas y profesionales);

  • promoción del asociacionismo, en sus diversas modalidades;

  • animación de la cultura (por ej.: deporte, música, arte, teatro) y del tiempo libre.

[54] 4.2.3 El área social

Comprende, entre otras cosas:

  • trabajo de promoción y defensa de los derechos humanos;

  • animación social en el territorio (cooperativas, asociaciones, grupos estructurados…);

  • intervenciones de prevención de fenómenos de disgregación social;

  • iniciativas de recuperación de la marginación (por ej.: muchachos de la calle, tóxico-dependientes, inmigrados…);

  • actividad sanitaria;

  • actividades para satisfacer las necesidades primarias (comida, agua, habitación…)-


16.1.3 4.3 Valores y actitudes del voluntariado salesiano

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[55] El voluntariado salesiano promueve algunos valores y actitudes de fondo que constituyen su estilo de acción:22

* Servicio desinteresado: como actitud de entrega de toda la propia vida y de la propia profesionalidad para la construcción de un mundo mejor. Una persona se ofrece completamente sin pensar en la propia ganancia ni en las propias conveniencias para la realización de un proyecto de desarrollo humano. El desinterés consiste precisamente en centrar la atención en las necesidades de los demás más que en la promoción personal.23

[56] * El espíritu comunitario: el/la voluntario/a pone generosamente sus dotes y cualidades al servicio del proyecto y de la comunidad en que trabaja. Evita actuar individualmente o de modo aislado. Está disponible al diálogo y a la confrontación, a la programación y a la evaluación, al trabajo en “equipo”.

[57] * El estilo “oratoriano”: el/la voluntario/a expresa en la acción un “corazón oratoriano” que sabe estar con los muchachos y hacerse amar, anima a dar el primer paso para compartir la vida, crea un ambiente de familia que junte, en lo cotidiano, demandas juveniles, experiencias de vida y camino de fe. Acompaña a los jóvenes en itinerarios formativos pensados según su medida y respetuosos de su sensibilidad.

[58] * Interculturalidad y solidaridad: con una opción clara y preferencial por los últimos, en particular por los pobres y marginados, el/la voluntario/a se esfuerza por descubrir, respetar, apreciar y hacer apreciar los valores de la cultura en que trabaja, y aprender la lengua del lugar. Armoniza el valor de la profecía con la paciencia de la espera. Evita los extremismos y controla la tendencia al dominio, que puede esconderse bajo las apariencias del servicio.

[59] * La inserción crítica y responsable en la realidad social en la que trabaja y en la pastoral de la Iglesia local: El/la voluntario/a adquiere una visión global y crítica de la realidad social, contribuye a la remoción de las causas de la injusticia, colabora en la construcción del Reino de Dios y promueve los valores evangélicos del amor, del servicio, del perdón, de la participación fraterna, de la confianza en la bondad del Padre. Se compromete también en la pastoral orgánica de la Iglesia local, trabajando con los demás organismos eclesiales.


16.1.4 4.4 Tipología del voluntariado salesiano

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Podemos distinguir algunas modalidades de realización del voluntariado salesiano desde diversos puntos de vista.24

[60] 4.4.1 Según la duración y la calidad del compromiso:

Es un compromiso que siempre se debe pensar como algo duradero, sistemático y continuativo y no sólo como hecho de experiencias puntuales. Se puede realizar:

  • durante el tiempo libre del trabajo profesional o de estudio (un servicio prestado regularmente en una manera part-time durante un período de tiempo continuativo);

  • con una entrega plena durante un largo tiempo, como por ejemplo en el voluntariado en el extranjero.


[61] 4.4.2 Según el lugar de realización del compromiso:

Se puede pensar en el:

  • Voluntariado local: en el ambiente en que vive el/la voluntario/a.

  • Voluntariado nacional e inspectorial: fuera del propio ambiente, tanto dentro de la propia nación o Estado, como dentro de la propia Inspectoría (teniendo en cuenta el hecho que algunas Inspectorías comprenden áreas culturales y lingüísticas distintas tanto en el mismo Estado como en diversos)

  • Voluntariado internacional: desarrollado en un país diverso del propio en otra Inspectoría, con frecuencia en un país en vías de desarrollo.


[62] 4.4.3 Según la forma de inserción en el proyecto salesiano:

Podemos pensar en un voluntariado:

  • que colabora directamente en el proyecto educativo-pastoral de una obra salesiana concreta;

  • que colabora en la evangelización en países de misión (voluntariado misionero);

  • que apoya la actividad salesiana a través de una obra o un servicio propio de la misma organización de voluntariado.


[63] 4.4.4 Según la forma de organización:

Se puede hablar de un voluntariado coordinado:

  • a través de una organización salesiana local o inspectorial;

  • a través de una organización de voluntariado reconocida a nivel civil (ONG o algo semejante) inserta en el proyecto salesiano de una Inspectoría.


[64]4.4.5 Dos formas principales:

Podríamos decir que como una realidad organizada, las diversas formas del voluntariado salesiano se sintetizan en dos formas principales de realización:


* El voluntariado local

Es ésta la tipología de voluntariado que ofrece más posibilidades de realización, porque son muchos los jóvenes y los adultos que, en los contextos sociales y en los países más diversos, dedican con generosidad, plenamente o part-time, su tiempo y su competencia al voluntariado.

Este voluntariado local se desarrolla tanto en el campo de la acción educativa y social como también en el evangelizador y misionero.

Además, hay Estados donde las leyes prevén para los jóvenes la posibilidad del llamado “Servicio civil”, que dura entre 10 y 12 meses, en actividades sociales de utilidad pública, en estructuras expresamente seleccionadas. Debidamente preparado y acompañado, el servicio civil en los ambientes salesianos es una posibilidad formativa, con las características del voluntariado salesiano.


[65] * El voluntariado internacional

Es una forma más exigente de voluntariado que requiere fuertes motivaciones, objetivos bien determinados, un auténtico proyecto de vida que el/la voluntario/a ya ha madurado, la profesionalidad necesaria, la precisión de las funciones y deberes que cumplir durante el servicio y las perspectivas operativas y asociativas al regreso.

Para el voluntariado internacional se ofrece un período consistente de uno a tres años.

Una forma concreta de voluntariado internacional es el voluntariado misionero con el que el/la voluntario/a se inserta en un proyecto de misión “ad gentes· de la Congregación Salesiana.



16.1.5 4.5 Participación de los adultos en el voluntariado salesiano

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[66]Adultos cada vez más numerosos se ofrecen para participar en las iniciativas y en los compromisos del voluntariado salesiano. Algunos de ellos pertenecen a la Familia Salesiana o son colaboradores de nuestras obras. Hay otros que han conocido a los salesianos por sus programas de educación, de promoción humana y evangelización.

A través del testimonio de su vida cristiana y del trabajo caritativo, se comprometen en la evangelización, en el desarrollo humano, y en tareas educativas por un período consistente de tiempo. Muchos de ellos con su profesionalidad y experiencia enriquecen la calidad educativa y promocional del proyecto salesiano; con su experiencia de vida seglar favorecen la inserción social y política del proyecto; con su entusiasmo y fervor misionero con frecuencia son un apoyo precioso al compromiso misionero de la comunidad salesiana.

La mayor parte de estos adultos, cuando se insertan en el voluntariado, no han recorrido el camino de la pastoral juvenil que prepara para el mismo. Para éstos, la Inspectoría o la organización que los acoge deberá programar un plan de formación adecuado a su situación, que les permita conocer en profundidad la naturaleza del voluntariado salesiano, asumir sus actitudes fundamentales y prepararse a trabajar en íntima colaboración con las comunidades salesianas, participando activamente en el proyecto a ellas confiado.

Este compromiso puede ser para cada voluntario/a, cualquiera sea su estado de vida, una oportunidad de maduración en la vocación humano-cristiana y de crecimiento en el espíritu salesiano.


SEGUNDA PARTE


LA REALIZACIÓN

DEL VOLUNTARIADO SALESIANO





[67] Los tres capítulos que forman esta segunda parte ofrecen algunas indicaciones generales que deberán ser aplicadas convenientemente a las diversas tipologías de voluntariado, según las características y exigencias de cada una.


Corresponde a cada Inspectoría y a las organizaciones salesianas del voluntariado elaborar un proyecto concreto de voluntariado, precisando el modo de aplicar estos principios y criterios a la propia realidad.


17 CAPÍTULO 5

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18 LA DIMENSIÓN COMUNITARIA

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19 DEL VOLUNTARIADO SALESIANO

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[68] La dimensión comunitaria es un valor irrenunciable del voluntariado salesiano: enriquece al/a la voluntario/a, a la comunidad salesiana y la zona. Caracteriza también su estilo de compromiso en la educación, en la transformación de la sociedad y en la construcción de la Iglesia: ser signos y constructores de diálogo, de preocupación por el crecimiento integral de los demás, según el estilo de familia vivido por Don Bosco.

Por eso, la inserción de los voluntarios en la comunidad salesiana y en la comunidad educativo-pastoral se presenta como proceso preferencial para la formación, el crecimiento, la preparación y la realización de la misión del/la voluntario/a salesiano/a.


19.1

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19.1.1 5.1 La experiencia comunitaria del/la voluntario/a

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[69] La experiencia comunitaria del/la voluntario/a se expresa y se vive a diversos niveles:

* Con la comunidad que envía

La comunidad salesiana acoge e integra en su vida y acción a las personas deseosas de ofrecerse para el voluntariado con el fin de prepararlas para su inserción en el futuro contexto de voluntariado. En ella los candidatos experimentan y asumen de ella los valores de la pedagogía y de la espiritualidad salesiana.


[70] * Con la comunidad salesiana que acoge

Lo voluntarios asumen las riquezas humanas y evangélicas que descubren en la comunidad salesiana que los acoge, como la vocación para la educación, la pasión por la salvación de los jóvenes, la fraternidad y el estilo de familia y una vida caracterizada por la profesión de los consejos evangélicos.

Su presencia enriquece la comunidad salesiana con una tonalidad juvenil, haciéndola más sensible al mundo de los jóvenes y motivándola en su entusiasmo apostólico. Los voluntarios se hacen así un estímulo para las comunidades salesianas y un elemento de renovación para una mayor fidelidad al carisma.

[71] * Con la comunidad educativo-pastoral

Los/las voluntarios/as se insertan en la Comunidad Educativo-Pastoral, compartiendo su Proyecto Educativo-Pastoral, favorecen en ella las relaciones personales, la colaboración y la participación; presentan a los jóvenes y a los educadores una alternativa de vida fundada en el don gratuito de sí mismos, en la aceptación y valorización del otro, en el servicio, la colaboración y la solidaridad.


[72] * Entre los mismos voluntarios

Las relaciones entre los voluntarios (entre los insertos en una misma comunidad y entre todos los que están insertos en las diversas comunidades de la misma nación o Inspectoría] se inspiran en el modelo familiar de Don Bosco. Cada uno aporta la propia riqueza humana y espiritual, para crear un ambiente en que se siente acogido y ayudado en el propio crecimiento personal. Compartiendo cotidianamente alegrías y sufrimientos, tiempo libre y trabajo, los/las voluntarios/a maduran el sentido de la fraternidad y de la amistad. Se aceptan, se estiman, se quieren. Tienen momentos de confrontación, de comunicación, de oración, de distensión, como también de descanso y de recogimiento personal.

El/la voluntario/a mantiene también una relación frecuente con quien lo/la envía, tanto la comunidad salesiana como la organización de voluntariado a la que pertenece.


19.1.2 5.2 Modelos de inserción en la comunidad que recibe

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[73] El/la voluntario/a debe hacerse consciente de que el espíritu comunitario hay que adquirirlo pacientemente, día tras día. Para ello acepta los compromisos que se derivan, aprendiendo a controlar las relaciones interpersonales.

En este esfuerzo son indispensables los momentos de reflexión y de comunicación, de oración y de celebración en común, el acompañamiento y la atención a las personas. Esto se puede realizar de formas diversas:

  • Voluntarios que viven por su cuenta, pero compartiendo con otros voluntarios y con la comunidad salesiana, además del trabajo educativo y apostólico, momentos regulares de familia, de reflexión y de oración.

  • Voluntarios que viven juntos en alojamiento diverso del de la comunidad salesiana, con relaciones regulares de familia, de reflexión y de oración con la comunidad salesiana con la que colaboran.

  • Voluntarios que viven insertos como seglares en una comunidad salesiana compartiendo su vida diaria, excepto los momentos de carácter estrictamente perteneciente a la comunidad religiosa.


[74] La modalidad concreta depende de numerosas variables, como: la duración del período de voluntariado, la madurez afectiva y el estado de vida del/la voluntario/a (célibe o casado/a, con o sin hijos), el número de los voluntarios en una misma comunidad, la presencia o no presencia de salesianos (o de otros miembros de la Familia Salesiana), etc.

[75] La modalidad de inserción de un/a voluntario/a en una comunidad salesiana no puede dejarse al caso, sino que debe ser objeto, antes del principio del servicio de voluntariado, de una adecuada y atenta reflexión y diálogo entre la comunidad o la organización que lo/la envía y la que lo acoge. Requiere una preparación adecuada de la comunidad para acoger al/a la voluntario/a, la precisión de la función del/la voluntario/a en el proyecto educativo-pastoral, y la definición de algunas normas precisas y concretas que regulen las relaciones recíprocas, considerando la diversa opción vocacional de los voluntarios y de los religiosos. Conviene definir claramente estas normas, con condiciones, derechos y deberes, en una convención escrita entre la Inspectoría o la organización de voluntariado que envía al/a la voluntario/a, y la Inspectoría que lo/la recibe, de acuerdo con la comunidad en la que será inscrito/a.

[76] Sea cual sea el modelo de inserción y de colaboración de los voluntarios en la comunidad, debe respetarse y mantenerse la identidad, la cohesión y la integridad de la comunidad salesiana como comunidad religiosa, y el estado laical no consagrado del/la voluntario/a.


19.1.3 5.3 Función de la comunidad que envía

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[77] La comunidad salesiana, tanto local como inspectorial, y las organizaciones que promuevan el voluntariado salesiano se preocupan de la inserción gradual del/la voluntario/a en la realidad de la comunidad salesiana y en las obras salesianas. Esto requiere un itinerario de formación bien organizado con frecuentes contactos con la comunidad salesiana.


19.1.4 5.4 Función de la comunidad salesiana que acoge

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[78] La comunidad salesiana recibe al/a la voluntario/a con corazón abierto y agradecido, favorece su inserción en el Proyecto educativo-pastoral de la comunidad educativo-pastoral, respeta su identidad laical y aprovecha sus cualidades y su experiencia para el trabajo educativo y apostólico, ofreciéndole espacios de participación y de corresponsabilidad.

La comunidad es responsable de la formación y del acompañamiento del/la voluntario/a, y establece las normas esenciales para el planteamiento de su vida comunitaria y de su función apostólica.25 Trata de transmitir la riqueza de la espiritualidad salesiana y el estilo de la misión juvenil, sobre todo a través del testimonio. No descuida la posibilidad de hacerle la propuesta vocacional concreta de adhesión a uno de los grupos de la Familia Salesiana.

La opción de vida consagrada exige de los salesianos tomar la iniciativa para construir comunión y testimoniar la radicalidad evangélica, en un diálogo capaz de garantizar la calidad educativa de la experiencia de voluntariado

19.1.5 5.5 Algunas condiciones para una relación positiva entre voluntarios y comunidad

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[79] Para establecer una relación positiva de fraternidad, participación y colaboración entre voluntarios y comunidad, se consideran importantes las siguientes condiciones:

  • El recíproco conocimiento, la capacidad de acogida y la apertura para compartir la misión. A la oferta de servicio desinteresado por parte del/la voluntario/a, corresponde la generosidad de la acogida por parte de la comunidad, que ofrece información y comunicación recíproca, momentos regulares de convivencia gratuita y participación en la vida en la fe.

  • Reconocimiento y acogida de la diversidad de los voluntarios (edad, opciones de vida, países de proveniencia…) y de la diversidad de las comunidades salesianas y de las comunidades educativo-pastorales.

  • El compartir el proyecto de voluntariado por parte de la comunidad salesiana y de la CEP; y del Proyecto Educativo-Pastoral (PEPS) por parte del/la voluntario/a. Esto exige el reconocimiento del papel de los seglares en la CEP, claridad en determinar las responsabilidades y funciones del/la voluntario/a, encuentros periódicos de programación y de evaluación juntamente con la comunidad salesiana y la comunidad educativo-pastoral.

  • La atención educativa por parte de los SDB en la relación con los voluntarios: reconocimiento de la vocación personal de todo voluntario/a, consciencia de su camino de maduración humana y religiosa, cuidado de su formación y de su asimilación de la pedagogía y espiritualidad salesiana, disponibilidad de un SDB como responsable y acompañante de los voluntarios…

  • La disponibilidad de colaboración recíproca para favorecer y promover el crecimiento del voluntariado local.

  • Una mayor y más rica relación entre SDB. FMA y otros grupos de la FS, que permita enriquecer la relación con los voluntarios.

19.1.6 5.6 Acogida de voluntarios de otras religiones y confesiones y de los voluntarios en búsqueda religiosa

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[80] La comunidad salesiana que acoge a los voluntarios que son cristianos no practicantes, personas en búsqueda religiosa o adherentes a otras religiones, a su vez, debe:

  • vivir y manifestar la fidelidad al propio carisma y a la integridad de la propuesta educativa salesiana;

  • favorecer el diálogo de la vida a través de la acogida respetuosa y el compartir sincero de los valores humanos y laicales presentes en el Sistema Preventivo;

  • cuidar el diálogo de la acción, compartiendo el compromiso por la educación, por el desarrollo humano y por la justicia y la paz;

  • estimular el diálogo sobre la experiencia religiosa, que implica el compartir experiencias de oración y de búsqueda de Dios.26

20 CAPÍTULO 6

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21 LA FORMACIÓN DE LOS VOLUNTARIOS

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[81] El voluntariado salesiano es una verdadera escuela de vida y, al mismo tiempo, el fruto de un largo y metódico camino formativo; es como la flor de una planta larga y metódicamente cultivada: sus semillas se arrojan y se cultivan en el camino formativo de la pastoral juvenil y se profundizan en el camino de formación específica antes y durante la experiencia del voluntariado. Por eso, tomarlo en serio significa promover en nuestros ambientes y en las diversas experiencias educativas salesianas un serio camino de formación a través de motivaciones y propuestas que abren:

  • a la dimensión social de la caridad,

  • a una espiritualidad del servicio desinteresado y responsable,

  • a una confianza valiente en los jóvenes, capaz de lanzarlos hacia el mundo de quien pide solidaridad y ayuda,

  • a la agregación en grupos que robustecen el camino formativo,

  • al contacto orgánico con los que ya viven con dignidad una experiencia de voluntariado.

Con estas actitudes fundamentales se inicia el recorrido formativo de todo tipo de voluntariado, que sucesivamente se desarrolla con recorridos formativos específicos, según los diversos tipos de voluntariado.


21.1

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21.1.1 6.1 Objetivos

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[82] En el voluntariado salesiano, la formación debe capacitar al/a la voluntario/a a obrar eficazmente en el campo de la educación y de la evangelización de los jóvenes, sobre todo de los más pobres, contribuyendo a la transformación de la sociedad según el espíritu y la misión de Don Bosco.27

Para lograr este objetivo general, el/la voluntario/a salesiano/a se compromete a ser un testimonio de los valores del Reino, un orientador, un promotor y un educador.


[83] Para testimoniar debe SER, desarrollando algunas actitudes que lo hacen propositivo:

  • coherencia personal, para ser referencia educativa para los jóvenes;

  • donación total de la propia vida y profesionalidad, animada por profundas motivaciones vividas y compartidas;

  • conciencia crítica, unida a capacidad de diálogo y de discernimiento;

  • capacidad de aprecio y de diálogo con otras culturas y modos de pensar, de vivir y de hacer;

  • sentido educativo y sensibilidad para comprender y sintonizarse con la condición juvenil, sobre todo la de los más pobres;

  • apertura a la fe y voluntad de profundizarla y de testimoniarla.


[84] Para orientar debe SABER, poseyendo contenidos socio-culturales, cristianos/religiosos, salesianos, especialmente acerca de:

  • el sistema social en que actúa, con sus valores, desequilibrios, problemas, etc.;

  • las esperanzas y las necesidades específicas de la zona;

  • la lengua y la cultura en la que deberá trabajar;

  • las normas que regulan la propia relación con la organización en que está inserto.


[85] Para promover debe SABER HACER, adquiriendo las habilidades necesarias para:

  • actuar con competencia y calificación profesional;

  • usar los “instrumentos” de intervención y de participación más adecuados a los problemas y a las situaciones de los jóvenes y de la gente;

  • interactuar con otros y trabajar en red.

[86] Para educar debe SABER ANIMAR, teniendo la competencia pedagógico-pastoral para:

  • acoger a los jóvenes y estar y dialogar con ellos;

  • sembrar caminos de auto-desarrollo, ampliando y reforzando las posibilidades de los sujetos de aumentar las capacidades de acción en el propio contexto con opciones más conscientes;

  • suscitar colaboradores y trabajar en equipo con ellos;

  • conocer los principios y las técnicas de la animación de grupo y de comunidad.


21.1.2 6.2 Contenidos

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[87] Los contenidos del proceso formativo pueden disponerse en torno a cinco áreas:

  • Área del desarrollo motivacional, en la que se profundiza la propia identidad humana y

  • cristiana/religiosa en vista de un compromiso calificado de educador y se desarrollan los contenidos fundamentales de un itinerario de evangelización y de educación en la fe.

  • Área del conocimiento y formación salesiana: tiende a ofrecer un conocimiento suficiente de la Congregación Salesiana, de la Familia Salesiana, y de lo que los salesianos hacen; una introducción al Sistema educativo-pastoral de Don Bosco y al modo de organizar una casa/obra salesiana.

  • Área de las competencias técnicas: se refiere a conocimientos y competencias inherentes a la tipología de servicio o actividad realizada; aspectos administrativos, jurídicos y fiscales necesarios según el sector de intervención; competencias de proyecto y de evaluación de los programas, etc.

  • Área de las competencias comunicativas y capacidades relacionales, dentro de la cual se coloca una demanda formativa relativa a la comunicación, al conocimiento de la lengua y cultura del lugar, a la gestión de los conflictos interpersonales, a las modalidades de trabajo de grupo y a la capacidad de leer las propias necesidades (como grupo y como organización); en el plano más estrictamente organizativo, entran en esta área también las capacidades y competencias (el saber hacer y el saber ser) relativas a la gestión de los recursos humanos internos.

  • Área de la capacidad de actuar en lo social, dentro de la cual se encuentran los contenidos formativos relativos a la identidad y a la promoción del voluntariado, a la adquisición de la capacidad de leer las necesidades de la comunidad y del usufructo, a la capacidad de confrontarse y de trabajar en colaboración con los otros sujetos de la comunidad, con las otras organizaciones de voluntariado y con los organismos, asociaciones e instituciones sociales comprometidas en el lugar. En esta área es importante también ofrecer a los jóvenes voluntarios itinerarios de educación intercultural y de educación en la mundialidad, de modo que lleguen a ser operarios eficaces de educación para el desarrollo en patria o en el extranjero, promotores de una cultura de la paz y de la solidaridad internacional, también al término de su servicio de voluntariado.

21.1.3 6.3 Criterios metodológicos

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[88] El proceso de formación de los voluntarios salesianos se realiza teniendo en cuenta los siguientes criterios:

  • su duración y sus contenidos dependen del tipo de voluntariado y de su duración: las Inspectorías y las organizaciones que acogen y preparan a los voluntarios deben adecuarse a su situación y a los compromisos que deberán asumir;

  • se desarrolla como un camino gradual de crecimiento personal, a través de un itinerario concreto hecho de momentos de reflexión, experiencias prácticas y evaluaciones, que consienta al/la voluntario/a hacerse protagonista de la propia formación y de resistir a la tentación de acelerar demasiado los caminos formativos;

  • se realiza en la vida ordinaria de la familia, de la comunidad, del grupo; esto ayudará a evitar el peligro de la sola comunicación de contenidos teóricos o de las “cosas que hacer” y asegurará la profundización de las motivaciones personales que guían las opciones cotidianas;

  • facilita la inculturación del/la voluntario/a en el ambiente donde será enviado, a través del conocimiento de la vida, de la lengua, de los recursos y de los problemas de la realidad que encontrará y su apertura a las otras culturas; esto, de modo especial, en el voluntariado internacional;

  • profundiza la fe del/la voluntario/a y la orienta hacia una opción vocacional cristiana en la vida laical, en el ministerio ordenado o en la vida consagrada, cuidando de modo especial la propuesta vocacional en la Familia Salesiana;28

  • asegura un sistemático acompañamiento personal que permita el conocimiento profundo del/la voluntario/a y de sus motivaciones, que le ayude a personalizar las propuestas formativas, sin limitarse a cursos colectivos, o a encuentros de grupo o a relaciones epistolares;

  • orienta a una formación permanente que desarrolle la constancia en las actitudes de don y de crecimiento en la propia opción vocacional, evitando hacer del voluntariado un “paréntesis” en la vida.


[89] Como ya se ha indicado precedentemente, 29 para los que vienen de ambientes externos a la PJ, sería necesaria una inserción gradual en la realidad salesiana, participando en el proyecto de una comunidad salesiana durante un período consistente, antes de enviarlos como voluntarios.


21.1.4 6.4 Recursos formativos

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[90]Entre los recursos disponibles para la formación de los voluntarios, señalamos en particular:

* Los itinerarios formativos, que ayudan a los voluntarios a alcanzar, de forma gradual y según el ritmo y la posibilidad de cada uno, las metas formativas prefijadas; para ello se promueven cursos, retiros, jornadas de estudio, encuentros, y experiencias prácticas de breve duración.

* El acompañamiento personal, espiritual y profesional, que ayuda al/a la voluntario/a en su proceso de maduración personal y vocacional, en su inserción en el proyecto escogido y en la evaluación de los resultados.

[91] * El grupo

El grupo de pertenencia ofrece ordinariamente al/a la voluntario/a:

  • momentos de encuentro amigables para compartir sentimientos, proyectos, alegría, fiestas, actividades varias;

  • tiempos dedicados a la formación, mediante conferencias, reflexiones, celebraciones, retiros, etc.;

  • ocasiones para el ejercicio de leadership, colaboraciones varias;

  • oportunidades de servicios concretos de promoción humana y evangelización;

  • animación misionera;

  • experiencias de breve duración en países pobres, campos de trabajo en la Inspectoría o en la patria, vacaciones comprometidas…

[92] * La comunidad salesiana

El/la voluntario/a se forma en interacción con la comunidad salesiana. En ella, en contacto con la praxis de Don Bosco, aprende a ser generoso y a amar a Dios y a los jóvenes con “corazón oratoriano”.

La comunidad local que envía:

  • Estimula al candidato a la solidaridad, a la gratuidad, a la responsabilidad,

  • sostiene al/a la voluntario/a durante su compromiso de servicio,

  • garantiza una suficiente preparación del candidato al servicio y a la vida de comunidad,

  • a su regreso, favorece su reinserción.

La comunidad local que acoge:

  • favorece la inserción del/la voluntario/a en el propio proyecto,

  • lo sostiene en su compromiso de servicio,

  • lo inserta en la comunidad educativa y en la zona en que obra,

  • lo acompaña en su proceso formativo a nivel cultural, pedagógico, espiritual.


La comunidad inspectorial, como primera responsable de la misión salesiana en la zona, incluye el voluntariado en el propio proyecto educativo-pastoral, previendo un camino formativo y garantizando formadores y acompañantes.


[93] * Las organizaciones de voluntariado

Las organizaciones salesianas de voluntariado asumen la responsabilidad de la formación y de la calificación de sus voluntarios, les aseguran las informaciones y los recursos necesarios para la realización de sus servicios, y promueven la colaboración con otros organismos de voluntariado, en particular los eclesiales y salesianos, que en diversos niveles apoyan la acción del voluntariado.


21.1.5 6.5 Etapas principales de la formación para el voluntariado

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[94]En orden cronológico se pueden distinguir diversas etapas en la formación de un/a voluntario/a:

  • la formación según la situación del/la voluntario/a y el tipo de voluntariado al que está destinado/a;

  • la preparación inmediata al envío que conviene concluir con una celebración comunitaria;

  • la formación durante el servicio animada por la comunidad a la que está destinado/a;

  • la evaluación de la experiencia al regreso;

  • la reinserción del voluntario/a en su propio ambiente.

22 CAPÍTULO 7

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23 ANIMACIÓN DEL VOLUNTARIADO SALESIANO

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[95]El voluntariado está ya presente en la vida y en los documentos de muchas Inspectorías. La propuesta de voluntariado es un modo concreto para realizar cuanto afirman las Constituciones de los SDB: “…nos esforzamos por suscitar en ellos [en los jóvenes] la convicción y el gusto de los valores auténticos, que los orienten al diálogo y al servicio”.30

Así, pues, el voluntariado es una propuesta educativa que atrae a los jóvenes, llevándolos a experimentar y madurar la capacidad oblativa y dirigiéndolos hacia el discernimiento y una opción vocacional. Para ello, la PJ, juntamente con las estructuras de Animación Misionera. Es la primera responsable del deber de desarrollar en su propuesta educativo-pastoral los valores del voluntariado y de promover entre adolescentes y jóvenes acciones de servicio voluntario. Éste es el primer y fundamental nivel de animación.

[96] Pero también es importante suscitar en las Inspectorías grupos y organizaciones de voluntariado que promuevan propuestas concretas de voluntariado. Por esto, el Capítulo General 24 pide que cada Inspectoría “redacte y ponga en marcha un plan inspectorial que, según las orientaciones del documento Voluntariado y Misión Salesiana, contenga una propuesta articulada que se inserte en el proyecto educativo-pastoral, tanto para la preparación de los voluntarios, como para el acompañamiento durante su servicio y la acogida y revisión cuando vuelven a casa.”31

A la luz de la experiencia de estos años y para orientar a las Inspectorías en la promoción del voluntariado salesiano, ofrecemos algunas estrategias de animación y de gobierno que exigen una estrecha coordinación y colaboración entre la PJ, la Animación Misionera y las organizaciones salesianas del voluntariado de una Inspectoría o grupos de Inspectorías.


23.1

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23.1.1 7.1 A nivel local

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[97] La comunidad salesiana local es la primera responsable de la misión salesiana en la zona, y por tanto también del voluntariado salesiano que en ella se realiza.

Por esto, la comunidad local debe:

  • conocer y compartir la naturaleza, la identidad y la metodología del voluntariado salesiano;

  • elaborar un proyecto de voluntariado compartido y asegurar su continuidad;

  • estar abierta a acoger a cuantos piden hacer experiencia de voluntariado, tanto en la patria como en el extranjero, creando un ambiente en el que puedan vivir y experimentar el espíritu salesiano y compartir la misión comunitaria;

  • colaborar en la formación, acompañamiento y animación espiritual de los voluntarios de la propia obra, sin descuidar la posibilidad de hacer la propuesta vocacional concreta de adhesión a uno de los grupos de la Familia Salesiana;

  • acompañar a los voluntarios que regresan del extranjero, con una fraterna acogida, pero también con una ayuda concreta para su reinserción laboral, social y eclesial;

  • apoyar al responsable local del voluntariado y todas las iniciativas que tratan de ampliar los espacios educativos donde los voluntarios puedan insertarse corresponsablemente.32

[98] El director, como animador de la comunidad, está llamado a estimular a los responsables de la Pastoral Juvenil a promover los valores del voluntariado y a implicar la comunidad salesiana y la comunidad educativo-pastoral [CEP) en el conocimiento y acogida de los voluntarios.


[99] El responsable local del voluntariado: es oportuno encargar a un hermano como responsable local del voluntariado. Él, en estrecha relación con el encargado local de la pastoral juvenil, desarrolla los siguientes aspectos:33

* Promueve el voluntariado, es decir,:

  • en comunión con el director, informa a la comunidad salesiana y a la CEP para implicarlas cada vez más;

  • sensibiliza la opinión pública, a través de las formas disponibles de comunicación social, acerca de los espacios que se ofrecen al voluntariado;

  • colabora con la organización salesiana de voluntariado de la Inspectoría o de la Región, para promover el voluntariado y el cuidado de los que trabajan en la zona;

  • en comunión con otras agencias educativas, se hace portavoz de esta sensibilidad en todos los ambientes juveniles, y estimula en los jóvenes el interés por el voluntariado.

* Favorece la experiencia comunitaria de los voluntarios:

  • cuida la experiencia del espíritu salesiano de familia entre ellos, con los SDB y con los otros colaboradores, a través de una educación cotidiana para la aceptación de las personas, para trabajar juntos, para la comunicación de vida, para compartir la fe;

  • promueve espacios y tiempos de participación y de corresponsabilidad dentro de la comunidad educativo-pastoral, con modalidades diversas según el tipo de voluntariado.

* Cuida la formación de los candidatos al voluntariado, es decir:

  • cultiva las relaciones personales con los candidatos al voluntariado y asegura de modo especial su acompañamiento;

  • ayuda al/a la voluntario/a a madurar su opción vocacional de vida, tanto como laico/a comprometido/a en la Iglesia y en la Familia Salesiana, como en la vida religiosa o sacerdotal;

  • colabora en la selección de los candidatos y en su formación, en comunión con la organización de voluntariado y con el responsable inspectorial;

  • mantiene las relaciones con las familias de los candidatos.

* Apoya a los jóvenes que regresan de experiencias de voluntariado, es decir:

  • los acoge y los sigue fraternalmente en el camino de reinserción en la vida ordinaria;

  • los ayuda a hacer una relectura crítica de la experiencia vivida;

  • favorece su integración en los grupos, asociaciones y comunidades que viven los valores del voluntariado;

  • les propone colaborar en la difusión del voluntariado salesiano y en la formación y animación de otros voluntarios.34


23.1.2 7.2 A nivel inspectorial

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[100] El Inspector, junto con el Consejo inspectorial, es el primer responsable de la PJ y de la Animación Misionera de la Inspectoría y, por tanto, también del voluntariado salesiano.

Guiada por el Inspector, cada Inspectoría hace las propias opciones concretas respecto del voluntariado salesiano, a través de un plan inspectorial; ayuda a los hermanos y a las comunidades a reconocer la importancia del voluntariado para la misión salesiana; asegura la continuidad de los proyectos de voluntariado.35

El Inspector con su Consejo:

  • estudia y aprueba los proyectos concretos de voluntariado, cuidando su inserción en el proyecto educativo-pastoral inspectorial;

  • garantiza la disponibilidad de SDB responsables y el apoyo económico necesario;

  • reflexiona sobre las experiencias de voluntariado existentes en la Inspectoría y evalúa su eficacia pastoral.


[101] La animación y la coordinación del voluntariado salesiano a nivel inspectorial se confían al responsable inspectorial del voluntariado salesiano, asistido por un grupo de expertos o consultores; este responsable forma parte del equipo inspectorial de la Pastoral Juvenil. Entre sus funciones se evidencias las siguientes:

* Promueve el voluntariado:

  • sensibiliza a los SDB y a las comunidades sobre los valores del voluntariado, y los motiva acerca de la importancia y la naturaleza del voluntariado salesiano;

  • favorece los contactos positivos de los voluntarios con las comunidades salesianas, y el conocimiento y el compartir proyectos de voluntariado de los diversos grupos y organizaciones existentes en la Inspectoría;

  • promueve la propuesta del voluntariado salesiano en la comunidad educativo-pastoral y en los grupos y asociaciones del Movimiento Juvenil Salesiano; ámbito privilegiado de esta propuesta son los Oratorios – Centros Juveniles y las Obras sociales;

  • mantiene relaciones de comunicación y de colaboración con los organismos civiles y eclesiales de voluntariado.

* Cuida la formación de los voluntarios:

  • desarrolla un plan inspectorial de formación para el voluntariado;

  • acompaña el proceso de selección y de preparación de los voluntarios;

  • cuida una relación directa y personal con los voluntarios;

  • orienta la inserción de los voluntarios en un proceso concreto, considerando tanto la preparación, la calificación y el nivel de madurez de los candidatos, como las necesidades del lugar y las posibilidades de la comunidad para acoger voluntarios;

  • acompaña a los voluntarios cuando comienzan su servicio, siguiéndolos, visitándolos, si es posible, cuidando la estipulación de un convenio entre los voluntarios y las comunidades que los acogen.

* Coordina el voluntariado a nivel inspectorial:

  • anima y coordina a los responsables locales del voluntariado;

  • es el punto de referencia y de unidad de los voluntarios y de las organizaciones de voluntariado;

  • visita periódicamente las comunidades que acogen a voluntarios;

  • asegura una abundante y clara comunicación entre la Inspectoría/organización que envía y la Inspectoría/ comunidad que recibe;

  • cuida la información constante y la coordinación con el equipo de PJ, el Delegado de la FS, el de las Misiones y con el Inspector y su Consejo;

  • cuida el archivo actualizado de los candidatos, voluntarios y regresados del voluntariado.

* Apoya a los que regresan de la experiencia de voluntariado:

  • mantiene relaciones con ellos y los ayuda en la eventual inserción vocacional en la sociedad y en la Iglesia, de modo especial en la Familia Salesiana;

  • los ayuda a hacer una relectura crítica de la experiencia que han vivido y una reproyectación de la vida a la luz de las novedades que encuentran en sí mismos y en el ambiente que los acoge nuevamente;

  • favorece la inserción de los que vuelven a entrar en equipos, para apoyar las experiencias de voluntariado, colaborar en la formación de los voluntarios jóvenes, difundir la cultura del voluntariado;

  • favorece los contactos con la comunidad en la que los voluntarios han prestado el servicio, para que sea asegurada la continuidad de la experiencia.36


23.1.3 7.3 A nivel interinspectorial, nacional y de “región salesiana”

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[102]Los responsables inspectoriales de una misma nación o grupo de Inspectorías concierten un plan, unificando criterios, colaborando en la formación de los voluntarios, compartiendo informaciones y subsidios, procediendo juntos en la reflexión. Creen también una red y una banca de datos, sea de voluntarios como de áreas o lugares que requieren la presencia de los voluntarios.

23.1.4 7.4 A nivel mundial

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[103] La promoción y la animación del voluntariado a nivel de Congregación es responsabilidad compartida del Dicasterio para la Pastoral Juvenil y del Dicasterio para las Misiones.

A nivel de la Dirección General de la Congregación es nombrada una persona para coordinar toda forma de Voluntariado. Esta persona desarrollará su función con referencia a los Consejeros para la Pastoral Juvenil y para las Misiones. En particular:

  • sigue el desarrollo del voluntariado salesiano, en sus diversas formas;

  • anima la reflexión y el estudio sobre dicho voluntariado;

  • coordina las diversas realidades y organizaciones existentes en las Inspectorías y Regiones, especialmente las ONG salesianas que promueven el voluntariado;

  • cuida de modo especial la calidad de las propuestas de formación de los voluntarios;

  • favorece la realización de una banca de datos de la Congregación, tanto de voluntarios como de lugares de voluntariado;

  • promueve con particular atención el voluntariado específicamente ad gentes;

  • busca apoyo económico para la promoción del voluntariado, a través de proyectos adecuados.


23.1.5 7.5 Los organismos no gubernativos salesianos de voluntariado

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[104]Entre las diversas formas de organización del voluntariado salesiano, existen las ONG Salesianas que promueven el voluntariado salesiano en el contexto social, internacional y misionero.

Son asociaciones sin fines de lucro, reconocidas en la sociedad civil, que promueven la justicia social, la equidad, el desarrollo y la salvaguardia de los derechos humanos, sin vínculos institucionales respecto de los gobiernos y sus políticas; obran con profesionalidad en el propio campo y tratan, a través de proyectos oportunos, de responder a las urgencias de la sociedad con tempestividad y eficacia.

Las ONG Salesianas promueven y sostienen, en el ámbito de la Congregación y de la Familia Salesiana:

  • la educación para la mundialidad, la solidaridad y la colaboración entre los pueblos;

  • campañas de sensibilización por la justicia social, la equidad, el desarrollo y la promoción de los derechos humanos, en red con otras asociaciones del sector;

  • la programación, la financiación y la realización de proyectos de educación y de desarrollo humano y social de los jóvenes y de los pobres, en particular de los jóvenes marginados, en los Países en vías de desarrollo;

  • la selección, formación, envío y acompañamiento de los voluntarios.

En la realización de estos objetivos es deseable que las ONG Salesianas trabajen en estrecha unión entre sí, compartiendo proyectos y colaborando en la promoción, formación y apoyo de los grupos y de los proyectos de voluntariado en las Inspectorías y Regiones.

[105]Compete a estas ONG salesianas de:

  • Colaborar con los Delegados inspectoriales de la Pastoral Juvenil y para las Misiones en la educación en el espíritu del voluntariado y en la promoción del voluntariado inspectorial y nacional;

  • Promover la opción, la formación y el acompañamiento de los voluntarios, de modo particular de los comprometidos en un voluntariado internacional y misionero;

  • Asegurar a los voluntarios comprometidos en los proyectos de voluntariado internacional las condiciones jurídicas, económicas y laborables justas según su condición y estado de vida;

  • Establecer con las Inspectorías y comunidades que reciben a los voluntarios una convención que defina las normas, las condiciones, los derechos y los deberes de los voluntarios, de la organización que envía y de la Inspectoría y comunidad que acoge;

  • Facilitar una mayor comunicación y un “network” entre ellos y con otras organizaciones inspectoriales de voluntariado salesiano, favoreciendo el intercambio de informaciones, materiales formativos, programas, etc.


24 CONCLUSIÓN

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[106] Dedicando una especial atención al Voluntariado, con la Iglesia y la Congregación, reconocemos en él un “signo de los tiempos”, que debemos mirar con confianza. Lo acogemos como estímulo a la fidelidad a Don Bosco que siempre ha valorizado a los seglares voluntarios en el servicio de la misión juvenil. Nos comprometemos a actuar el proyecto de voluntariado cálidamente promovido por el CG24, como un fuerte signo de la colaboración entre los salesianos y los seglares para la realización de la misión salesiana. Recogemos el desafío, mientras recordamos a Mamá Margarita, que fue la primera, al lado de Don Bosco en el Oratorio de Valdocco, un verdadero voluntariado, y a tantos jóvenes que, como Domingo Savio, han vivido los valores y el espíritu del voluntariado salesiano.

Las palabras de Juan Pablo II con ocasión del año internacional del voluntariado constituyen una solemne confirmación de nuestro camino.


[107] “A través de la actividad que desarrolla, el Voluntariado llega a experimentar que, sólo si ama y se da a los demás, la criatura humana se realiza plenamente a sí misma.

A través del amor a Dios y el amor a los hermanos, el cristianismo libera toda su potencia liberadora y salvífica. La caridad representa la forma más elocuente de evangelización porque, respondiendo a las necesidades corporales, revela a los hombres el amor de Dios, providente y padre, siempre solícito por cada uno. (…) A través del Voluntariado, el cristiano se hace testimonio de esta divina caridad; la anuncia y la hace tangible con intervenciones valientes y proféticas. (…)

Que se trate de miniproyectos o grandes realizaciones, el Voluntariado está llamado a ser en todo caso escuela de vida sobre todo para los jóvenes, contribuyendo a educarlos en una cultura de solidaridad y de acogida, abierta al don gratuito de sí.

¡Cuántos voluntarios, al comprometerse valientemente por el prójimo, llegan a descubrir la fe en Cristo, que pide ser servido en los pobres, habla al corazón de quien se pone a su servicio!. Hace experimentar la alegría del amor desinteresado, amor que es fuente de la verdadera felicidad.

Queridos Hermanos y Hermanas, que constituís este “ejército” de paz difundido en todos los rincones de la tierra, vosotros sois un signo de esperanza para nuestros tiempos. Donde surgen situaciones de malestar y de sufrimiento, haced fructificar los recursos insospechables de entrega, de bondad e incluso de heroísmo, que están en el corazón del hombre”.37


25 ABREVIACIONES

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Const.Constituciones de la Sociedad de San Francisco de Sales

CEP Comunidad Educativa Pastoral

CGCapítulo General, seguido del número del documento capitular

CFLChristifideles Laici, Exhortación Apostólica de Juan Pablo II

GSGaudium et Spes, documento del Concilio Vaticano II

MJSMovimiento Juvenil Salesiano

PJ Pastoral Juvenil Salesiana

ONGOrganización No Gubernamental

PEPSProyecto Educativo Pastoral Salesiano

SRSSollicitudo Rei Socialis, Encíclica de Juan Pablo II









1 Juan Pablo II, Discurso a los voluntarios de la diócesis de Roma (10 de noviembre de 2001).

2 Juan Pablo II, Discurso en el encuentro con los jóvenes en el estadio municipal de Turín (3 de septiembre de 1988), n. 8b.

3 Christifideles Laici, 15, 32.

4 Ibi, 36.

5 Ibi, 34-35; Redemptoris missio, 72, 82.

6 Christifideles laici, 34.

7 CG21, 145, 146, 147d.

8 Cfr. Orientaciones operativas 10.

9 CG23, 179.

10 CG23, 252.

11 CG24, 26 y 34.

12 CG24, 122, 124, 126.

13 Cfr. CG24, 122.

14 Benedicto XVI, Deus Caritas est, n. 30 b.

15 Const. 5.

16 Cfr. GS 43, 72, 75, 88; CFL 36-43; Sollicitudo Rei Socialis, 32, 38-40.

17 Benedicto XVI, Deus Caritas est, n. 30b.

18 CG24, 122.

19 Cfr. CG24, 164 y 185.

20 Dicasterio para la Pastoral Juvenil, La Pastorale Giovanile Salesiana. Quadro di riferimento fondamentale, (2ª edizione, Roma 2000), pp. 20-27.

21 Ver más adelante 2.3 (30-32) y 4.3 (55-59) para más detalles.

22 Ver también 2,3 (30-32) anteriores.

23 Queda dicho que para desarrollar su servicio un/a voluntario/a tiene necesidad de dinero, tanto por su trabajo como para sus necesidades personales. Recibir un estipendio para este fin no contradice el carácter gratuito de este servicio desinteresado.

24 Cfr. CG24, 26.

25 Cfr. CG24, 124.

26 Cfr. CG24, 183-184.

27 Cfr, CG24, 138-143.

28 Cfr. CG24, 124, 141.

29 Cfr. 3.1 (41) anterior.

30 Const. 32.

31 CG24, 126.

32 Cfr. CG24, 124.

33 Cfr, CG24, 124.

34 Cfr. CG24, 124.

35 Cfr. CG24, 126.

36 Cfr. CG24, 126

37 Juan Pablo II, Mensaje con ocasión del año internacional del Voluntariado (5 de diciembre de 2001),
nn. 2-3.

42

El Voluntariado en la Misión Salesiana