CentroSalesiano_FormacionProfesionalCFP_SPA


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El Centro
Salesiano de
Formación
Profesional
(CFP)
Sector de
Pastoral Juvenil
Salesiana

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Diseño gráfico: Artia Comunicación
Ilustraciones: Javier Carabaño
Propiedad reservada al Sector de la Pastoral Juvenil, SDB
Salesianos de Don Bosco - Sede Central
Via Marsala, 42. 00185 Roma
El Centro
Salesiano de
Formación
Profesional
(CFP)
Sector de
Pastoral Juvenil
Salesiana

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ACRÓNIMOS Y ABREVIATURAS
MO Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales de
1815 a 1855 por Juan Bosco. Ensayo introductorio y notas
históricas de Aldo Giraudo (Roma, LAS 2011).
CR Pastoral Juvenil Salesiana. Cuadro de referencia (Roma 2014).
PJF Pastoral Juvenil Salesiana y Familia. Sector para la Pastoral
juvenil (Roma, 2021).
PJA Pastoral juvenil que educa para amar. Sector para la
Pastoral Juvenil (Roma, 2023).
CEP Comunidad Educativo-Pastoral.
Const. / Reg. Constituciones y Reglamentos de la Sociedad de San
Francisco de Sales (1984).
CFP Centro de Formación Profesional.
PEPS Proyecto Educativo-Pastoral Salesiano.
Resumen
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
Capítulo 1
La originalidad del Centro Sallesiano de Formación Profesional . . 9
1.1 El deseo de Don Bosco de garantizar dignidad y futuro
a los jóvenes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
1.2 La Escuela Salesiana y el Centro de Formación Profesional . . 13
1.3 Centros de formación preprofesional e internados . . . . . . 15
Capítulo 2
La Comunidad Educativo-Pastoral del Centro Salesiano de
Formación Profesional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
2.1 La importancia de la CEP del CFP salesiano . . . . . . . . . . . 18
2.2 Los sujetos de la CEP del CFP salesiano . . . . . . . . . . . . . . 18
Capítulo 3
La propuesta Educativo-Pastoral del Centro Salesiano de
Formación Profesional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
3.1 La inspiración por los valores evangélicos y la
propuesta de fe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
3.2 Una educación eficaz y cualificada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
3.3 La pedagogía salesiana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
3.4 La función social y la atención a los más necesitados . . . . 32
3.5 Un entorno acogedor en contextos multiculturales y
multirreligiosos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
Capítulo 4
La Animación Pastoral Orgánica del Centro Salesiano de
Formación Profesional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
4.1 Principales intervenciones de la propuesta . . . . . . . . . . . . 36
4.2 Estructuras de participación y responsabilidad . . . . . . . . . 45
Animación local . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
Animación inspectorial/nacional/regional . . . . . . . . . . . 46
5

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Presentación
Desde sus orígenes, la Sociedad Salesiana es conocida y
apreciada por sus Centros de Formación Profesional, a
través de los cuales ofrece a los jóvenes una formación humana y una
preparación para un trabajo de calidad, que les permita afrontar el
futuro con confianza y responsabilidad.
La intensa experiencia biográfica de Don Bosco adolescente nos
recuerda cómo, por habilidad y necesidad, aprendió numerosos oficios
y fue acróbata profesional; se convirtió en gran animador de juegos y
actividades recreativas; fundador de escuelas y talleres; guardián de los
derechos de los jóvenes trabajadores con asociaciones de ayuda mutua
y con contratos de aprendizaje en colaboración con empresas locales; se
rodeó de colaboradores llenos de entrega total entre sus alumnos que
correspondieron al bien recibido abrazando la misma identidad carismática.
Estos jóvenes y primerísimos salesianos, que podemos llamar auténticamente
cofundadores de Don Bosco y que aprenden en la escuela de su maestro,
son sus alumnos por partida doble. En primer lugar, como muchachos que
hay que educar, como lobos que se convierten en corderos, y en segundo
lugar como aspirantes a educadores, como corderos que se convierten en
pastores (cfr. Sueño de los 9 años de Don Bosco).
Aún hoy, una de las principales motivaciones de la Formación Profesional
Salesiana es saber que en nuestros centros llevamos a cabo prácticas y
proyectos que se distinguen por su nivel de innovación, por la atención
con la que se adaptan a las necesidades y deseos de los alumnos y de
las familias, por la implicación y el espíritu de familia que consiguen
desencadenar entre el equipo de formadores y el grupo de alumnos, por
6
el éxito educativo de los alumnos y por la equidad social y la prosperidad
para todos.
Estas páginas deben aprovecharse, ciertamente, como una oportunidad
para repensar la propia acción formativa y revisar los propios caminos
en los CFP, de manera que sean más congruentes con la propuesta
educativo-pastoral salesiana. La formación de los profesores es quizás la
fase más exigente, hecha de contactos, de momentos de confrontación, de
diálogo, pero es también la inversión más significativa para un incremento
real de la calidad de la oferta salesiana y formativa del propio centro.
Don Miguel Angel García Morcuende, sdb
Consejero General de Pastoral Juvenil
ROMA, 31 DE JULIO DE 2024
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LA ORIGINALIDAD DEL CENTRO
SALESIANO DE FORMACIÓN
PROFESIONAL
CAPÍTULO
I
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LA ORIGINALIDAD DEL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL
“Palpé entonces por mí mismo que estos muchachos reemprendían una
vida honrada, olvidando el pasado, y se transformaban en buenos cristianos
y honrados ciudadanos, si -una vez fuera del lugar de castigo- encontraban
una mano benévola que se ocupara de ellos, los asistiera en los días
festivos, les buscara un lugar de trabajo con un buen patrón, yéndolos a
visitar alguna vez durante la semana” (MO, 129).
11
EL DESEO DE DON BOSCO DE GARANTIZAR DIGNIDAD
Y FUTURO A LOS JÓVENES
El Centro de Formación Profesional y la escuela salesiana se crearon
en Valdocco para responder a las necesidades concretas de los jóvenes
e incluirlos en un proyecto global de educación y evangelización,
especialmente de los más necesitados.
Desde el principio Don Bosco se interesó por el desarrollo de los jóvenes
estudiantes como trabajadores y opta por la creación de espacios educativos
abiertos a los sectores más humildes de la población. En particular, el
primer Oratorio Don Bosco nació como una iniciativa para los
jóvenes trabajadores. Se les llamaba “artesanos” y tenían un reglamento
y un itinerario educativo diseñado especialmente para ellos.
En el primer borrador de las Constituciones (1858) de la futura
Sociedad de San Francisco de Sales, Don Bosco define a los
beneficiarios de la obra de los Salesianos, como aquellos a los
que “se les debe proporcionar alojamiento, comida y vestido y, al
mismo tiempo, se les debe instruir en las verdades de la fe; además,
se les iniciará en un arte o en un oficio como se hace actualmente
en la Casa anexa al Oratorio de San Francisco de Sales de esta
ciudad”. (J. Bosco, Constituciones de la Sociedad de San Francisco de
Sales [1858-1875], Roma, LAS, 1982, p. 75, artículos III y IV).
Ya en 1853, Don Bosco había creado un modesto taller de zapatería
para jóvenes aprendices en una pequeña habitación del primer instituto
socioeducativo fundado en Valdocco, Turín. A partir de entonces, la
sección de artesanos” ocupó un lugar cada vez más importante en la
Casa anexa al Oratorio de San Francisco de Sales y en las demás casas
salesianas, junto a los muchachos que cursaban estudios humanísticos. Con
10
EL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL (CFP)
una clara preocupación preventiva -evitar los graves peligros morales de
los talleres artesanales en la ciudad- y con una finalidad práctica explícita,
abrió seis talleres en esta casa anexa: el ya mencionado para zapateros
(1853), y después: para sastres (1853), para encuadernadores (1854), para
carpinteros (1856), para impresores (1861) y para herreros (1862).
Como vemos, en la mente de Don Bosco, el mundo del trabajo
experimentó una continua y progresiva evolución y concluyó con la
apertura de talleres internos con el objetivo fundamental de educar a los
jóvenes y, en consecuencia, hacerles vivir en un ambiente que les permitiera
crecer en su realización profesional, humana y cristiana. La creación de los
talleres y de las escuelas profesionales en Valdocco representó para Don
Bosco un desarrollo continuo hacia una mejora siempre abierta de este
ambiente educativo salesiano dentro de la “casa” salesiana.
Cuando Valdocco buscaba la manera de mejorar la condición de los
artesanos, Don Bosco pensaba naturalmente en muchos aspectos:
religiosos y morales junto con los educativos; la limpieza y la higiene; el
compromiso con el trabajo; la necesidad de hacer más productivos los
talleres; la organización de la vida escolar (festivales, juegos, gimnasia,
paseos por el campo, música vocal e instrumental, veladas, representaciones
teatrales, que debían “entretener e instruir”).
Don Bosco sentía la necesidad de tenerlos “en casa” precisamente para lograr
el objetivo de su intervención formativa. Y en la casa no sólo como internos
(empezó en 1847), sino también como estudiantes y artesanos. Don Bosco
prefería crear sus grandes talleres, cuyo ciclo de producción constituía un
aprendizaje útil para los jóvenes aprendices a nivel popular y escolar.
Animado por el deseo de garantizar dignidad y futuro a los jóvenes, Don
Bosco dio vida a los talleres de artes y oficios y, al mismo tiempo, ayudó
a sus muchachos en la búsqueda de trabajo y consiguió contratos para
evitar su explotación. Uno de ellos está fechado el 8 de febrero de 1852, y
es el “contrato” entre el maestro Giuseppe Bertolino y el joven Giuseppe
Odasso, “con la intervención del reverendo Don Juan Bosco, y con la
asistencia y autorización del padre del muchacho”.
Este servicio y esta preparación se enriquecerán con la vocación y la presencia
del Salesiano Coadjutor. Don Bosco fue incorporando paulatinamente a
estos salesianos para materializar el ambiente educativo que él mismo
11

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LA ORIGINALIDAD DEL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL
había previsto. En 1860 se puede decir que esta nueva figura del Salesiano
Coadjutor, íntimamente asociada a la gran misión de la juventud, toma
oficialmente cuerpo en la Sociedad.
Esta es la matriz de los CFP actuales que se preocupan por
promover la formación humana, cristiana y profesional
de los jóvenes. Esta propuesta responde a las predisposiciones,
capacidades y perspectivas de muchos de ellos que, al final de
su formación básica, aspiran a entrar en el mundo laboral. La
formación profesional ha sido, y sigue siendo, una herramienta
eficaz para la maduración humana integral y la prevención del
malestar juvenil, así como para promover la animación cristiana
en las realidades sociales y el desarrollo en el mundo del trabajo.
La iniciativa de Don Bosco se basa en las experiencias personales que él
mismo describe en sus Memorias del Oratorio. Para comprender el valor
educativo que Don Bosco reconoció en el trabajo desde el principio, es
necesario tener presente el sentido del deber y del trabajo que le transmitió
especialmente Margarita Occhiena.
El propio Don Bosco había sido un pequeño obrero, un estudiante-
trabajador, y había conocido desde muy joven la dureza de trabajar bajo las
órdenes de un maestro. De niño había participado en los trabajos agrícolas en
las tierras de la familia; como estudiante en Chieri, había sido aprendiz de sastre
en casa de Roberto Gioanni; “cafetero y licorero” en el bar y pensión de Gioanni
Pianta. En las vacaciones de verano, durante sus años de seminario, ayudaba
en el campo y hacía trabajos de carpintería. Tras su ordenación sacerdotal y el
inicio de su actividad pastoral -de 1841 a 1843- entró en contacto con jóvenes
albañiles, pintores y soladores que frecuentaban su Oratorio, que abrió en las
afueras de Turín, en los barrios de Valdocco y Borgo Dora.
En resumen, como lugar de agregación, recreo, evangelización,
catequesis y promoción social, el Oratorio fue una respuesta adecuada
a la “emergencia educativa” de su tiempo. Don Bosco fue único en
perseguir la educación y la evangelización de los pobres y menos favorecidos
de su tiempo, ya que la sociedad de la época tendía a trabajar con y para los
privilegiados y la clase media por el prestigio y las ventajas asociadas a ellos.
La protección de los jóvenes aprendices y su formación profesional es un
objetivo que Don Bosco persiguió con tenacidad en un momento de la
12
EL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL (CFP)
historia en el que comenzaba el desarrollo industrial. Don Bosco conocía los
riesgos que corrían en una sociedad que estaba pasando de una economía
predominantemente agrícola a una economía de mercado. Para él era
importante proporcionar a estos jóvenes desfavorecidos habilidades útiles.
Fue más allá, proporcionándoles lo que más necesitaban: el desarrollo de su
personalidad y la formación de sus valores. Con esta propuesta holística, el
CFP se diseñó para dotar a los jóvenes marginados de habilidades, actitudes
y fe que ayudaran a construir una sociedad mejor.
12
LA ESCUELA SALESIANA
Y EL CENTRO DE FORMACIÓN PROFESIONAL
La escuela salesiana y el CFP salesiano son dos estructuras de formación
sistemática con características propias. No existe una verdadera escuela
salesiana que no tenga como objetivo preparar a los jóvenes para el trabajo,
ni un verdadero CFP salesiano que no tenga en cuenta la elaboración
sistemática de la cultura.
Al igual que la escuela, el CFP forma parte de la propuesta integral de
educación y evangelización de los jóvenes, y ambos tienen aspectos
distintivos. Es importante definir el alcance y los límites de cada una de las
dos áreas de misión.
En general, el CFP educa con el trabajo y para el trabajo
de forma más directa y a corto plazo, con el aprendizaje de
una habilidad profesional, la inclusión positiva en la sociedad
y con modelos y programas diferentes a los de la escuela. En
algunos países, el CFP ha aumentado en general su relevancia
al plantearse pactos o acuerdos sobre empleo, productividad,
relaciones laborales, etc. con diversos gobiernos locales, organismos
y organizaciones no gubernamentales (ONG).
Concretamente en el ámbito salesiano, los CFP se diferencian de las
escuelas en que garantizan:
◗◗ Un PEPS que se centra en los jóvenes más desfavorecidos económica
y culturalmente (en situación de riesgo) según el sistema pedagógico
salesiano.
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LA ORIGINALIDAD DEL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL
◗◗ El CFP salesiano promueve el acceso inclusivo a la formación para el mundo
laboral con igualdad de oportunidades, sentido de la responsabilidad a
través de prácticas formativas diseñadas con empresas de las respectivas
áreas y garantiza la preparación, actualización y desarrollo de competencias
para el trabajo con procesos continuos y de calidad.
◗◗ A través del CFP creamos espacios de interacción con el sector
productivo, laboral y económico, desarrollamos procesos de inserción
y promovemos la inclusión igualitaria en el mundo formal del trabajo,
fortaleciendo en los jóvenes la responsabilidad que demanda la
complejidad del mundo laboral.
◗◗ El desarrollo de competencias sociales y espirituales se promueve
a través del diseño integral del PEPS con una visión humanista y
evangélica del trabajo. Además de promover las competencias
laborales, también se desarrollan las competencias del siglo XXI.
◗◗ Se promueve el aprendizaje a través del “hacer”, lo que permite a los
alumnos percatarse de sus habilidades y vincular la operatividad con
el conocimiento.
◗◗ Las Comunidades Educativo-Pastorales se forman a través de procesos
de reflexión pedagógica y de gestión del conocimiento que implican
tanto a los educadores como a los jóvenes en procesos educativos
acordes con los avances técnicos y científicos.
◗◗ Gracias a su capacidad para adaptarse al entorno y a la cultura, los CFP
se integran bien en el contexto histórico y normativo definido por las
leyes de cada país y promueven una investigación que apoye la justicia
social, la productividad, el respeto, la sostenibilidad y la inclusión.
◗◗ En algunos países, el CFP se ha convertido en un lugar excelente
para la educación de los jóvenes, incluidos los no católicos y los no
cristianos. En estos contextos, la oferta de formación profesional ha
sido la razón de la aceptación de la presencia salesiana. El CFP se ha
convertido en una institución abierta que acoge a los jóvenes pobres
y les ayuda a adquirir habilidades y a crecer en los valores comunes
a las confesiones cristianas y no cristianas. Como salida, algunos CFP
colaboran prudentemente con líderes de otras religiones para enseñar
la fe a sus alumnos pertenecientes a esas religiones.
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EL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL (CFP)
13
CENTROS DE FORMACIÓN PRE-PREPROFESIONAL
E INTERNADOS
También existen Centros de Formación Preprofesional con una
formulación especial y propuestas diversificadas: iniciativas de orientación,
educación y formación, actualización, inserción y reinserción sociolaboral, y
fomento del emprendimiento social. Contribuyen al éxito personal de cada
individuo y se dirigen a un amplio abanico de destinatarios: jóvenes que cursan
la enseñanza obligatoria; jóvenes y adultos que buscan empleo; jóvenes en
situación difícil o que han abandonado los estudios; inmigrantes o aprendices.
Estos itinerarios ofrecen una propuesta muy personalizada para facilitar la
reincorporación al sistema escolar formal o para iniciarse en el mundo laboral.
La formación preprofesional implica una serie de intervenciones destinadas a
familiarizar al individuo con el entorno laboral y a prepararle para gestionar
mejor las etapas de incorporación a un nuevo empleo.
Algunas inspectorías ofrecen un servicio de internado para los
jóvenes que asisten a los CFP. Los internados disponen de una residencia
que permite al alumno permanecer todo el día, incluida la noche. Sobre
todo, el internado puede crear un entorno en el que los jóvenes se sientan
acompañados.
Es un entorno adecuado para estudiar en un ambiente de convivencia
pacífica. Los alumnos están constantemente acompañados por un equipo
de educadores. La figura del educador adquiere gran importancia en los
internados: asiste y aconseja a los alumnos durante las horas de estudio
y de recreo, se sienta con ellos en el comedor y los acompaña a lo largo
del día. En algunos casos, el educador también se ocupa de la formación
humana y cultural que sirve de apoyo al estudio diario. El programa diario
está bien planificado para garantizar la asistencia a la escuela, el estudio,
el recreo, el deporte sano y las actividades espirituales.
Debido a la naturaleza del vínculo “24/7”, funcionando 24
horas al día, 7 días a la semana, existe un sentido de familia,
comunidad y amistad que surge de vivir juntos, cuidarse
y apoyarse mutuamente y pasar juntos el tiempo libre. Los
internados ofrecen instalaciones para la música o el deporte, de
modo que los alumnos tienen una amplia gama de actividades,
programas y retos para elegir cada día.
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LA ORIGINALIDAD DEL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL
De hecho, el internado salesiano es un entorno donde el aprendizaje, el
crecimiento y la búsqueda personales son una prioridad absoluta, donde
se saborea la formación espiritual, donde los programas y las actividades
son variados, donde hacer amigos es primordial y donde se celebra el éxito.
Los internados son también una importante forma de protección para
los niños y jóvenes en peligro en situaciones de emergencia, como las
guerras civiles. En muchos lugares, los salesianos dirigen internados para
ofrecer cobijo y educación a los niños de la calle y a los desplazados por los
conflictos en curso. El ambiente del internado es crucial para la salud y el
desarrollo físico y mental del niño. Los internados proporcionan una buena
nutrición, higiene y salubridad; una rutina diaria equilibrada con higiene
personal; educación; deportes y recreación; y hábitos de estudio. Los niños
conocen nuevos estilos de vida, nuevas rutinas y responsabilidades, nuevas
tecnologías y nuevos profesores y compañeros de fuera de su comunidad.
EL CENTRO SALESIANO DPEAFSOTROMRACLEIÓGNIOPVRAONFIELSEIOENFALM(ICGFLPIA)
LA COMUNIDAD EDUCATIVO-PASTORAL
DEL CENTRO SALESIANO
DE FORMACIÓN PROFESIONAL
CAPÍTULO
II
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LA COMUNIDAD EDUCATIVO-PASTORAL DEL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL
“Entre las principales obras de caridad que lleva a cabo nuestra Pía Sociedad
está la de acoger, en la medida de lo posible, a aquellos jóvenes que están tan
abandonados que todo cuidado hacia ellos es inútil, de instruirlos en las verdades
de la fe católica y también de iniciarlos en algún arte u oficio. Por eso, en las casas
donde el número de artesanos es considerable, se puede designar a uno de los
miembros para que se ocupe especialmente de ellos con el nombre de consejero
profesional” (“Indicaciones que se darán a la clase obrera en las casas salesianas”,
Deliberaciones del cuarto Capítulo General de la Pía Sociedad Salesiana 1886 - el
último celebrado bajo la presidencia de Don Bosco).
2 1 LA IMPORTANCIA DE LA CEP DEL CFP SALESIANO
En las décadas comprendidas entre finales del siglo XX y principios del XXI,
se intentó pasar de un modelo educativo institucional a un modelo educativo
comunitario, de un modelo en el que la educación se delegaba en unas pocas
personas consagradas (religiosos, profesores) a un modelo de participación
activa de todas las personas implicadas en el proceso educativo.
La Comunidad Educativo-Pastoral (CEP) es el nuevo sujeto de la
responsabilidad educativa y del entorno educativo. La convergencia
de intenciones y convicciones por parte de todos los miembros facilita y
hace más eficaz el trabajo del PEPS (con diferentes formas de adhesión o
vínculo) en los CFP salesianos.
El objeto de la misión llevada a cabo por un CFP es la comunidad
comprometida con los jóvenes de hoy. Esta comunidad está
formada por una serie de figuras que comparten la visión de
la educación salesiana, establecen relaciones con el tejido
empresarial, proponen procesos educativos y se organizan
en torno a un proyecto.
2 2 LOS SUJETOS DE LA CEP DEL CFP SALESIANO
Podemos afirmar que el futuro de nuestras sociedades depende de la
Formación Profesional. La naturaleza y el alcance de la formación profesional,
en particular de la formación inicial, son amplios y heterogéneos e implican
18
EL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL (CFP)
a diferentes grupos (adultos en formación permanente, trabajadores,
desempleados, personas en diferentes situaciones, etc.). En particular, los
salesianos pretenden contribuir de forma prioritaria a la inclusión de los
jóvenes de entre 15 y 24 años en el mercado laboral y en la sociedad.
El sistema educativo y de formación actual debe disponer de todas las
herramientas, recursos y calidad necesarios para cualificar, reciclar y
actualizar eficazmente a la población juvenil.
Los alumnos son los principales protagonistas del proceso
educativo. No son meros beneficiarios del proceso educativo, sino
agentes activos de su propia formación y desarrollo. Participan activa y
creativamente en el desarrollo y la realización de los objetivos educativos en
las distintas etapas y no son simplemente informados; crecen en capacidad
relacional a través de su formación y educación.
Respondiendo a la exigencia expresada por los jóvenes de una
preparación cultural y profesional seria, el CFP se preocupa
de acompañarlos hacia el sentido de la vida y del trabajo,
teniendo en cuenta sus necesidades, aptitudes y aspiraciones
diferenciadas. El CFP salesiano establece itinerarios, actividades
e iniciativas que responden esencialmente a esta preocupación.
Según la expresión de Don Bosco, el personal docente crea una
“familia” con los jóvenes, una comunidad juvenil en la que los intereses
y las experiencias de los jóvenes se sitúan en la base de todo el arco
educativo. Las enseñanzas del maestro se cristalizan en la memoria de cada
alumno. Por consiguiente, en el CFP salesiano se puede ver y vislumbrar
el encuentro con un testimonio de vida auténtico y de dedicación a la
enseñanza. El método salesiano, de hecho, sólo puede funcionar a través
de una dedicación incondicional como la de Don Bosco, que decía: “Cerca
o lejos siempre pienso en ti. Solo uno es mi deseo: verte feliz en el tiempo
y en la eternidad” (Carta de Roma a la comunidad salesiana del Oratorio
de Turín-Valdocco, Roma, 10 de mayo de 1884).
Por lo tanto, los educadores serán eficaces en la formación de los alumnos
si sus cualificaciones y su formación salesiana son adecuadas. Esto requiere
que los CFP elaboren y apliquen un programa de actualización profesional
para mejorar las competencias profesionales, de gestión, técnicas,
pedagógicas, salesianas y pastorales de sus educadores.
19

2 Pages 11-20

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LA COMUNIDAD EDUCATIVO-PASTORAL DEL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL
En la época de Don Bosco siempre ha sido fundamental la selección de
los educadores, buscando un alto nivel de profesionalidad y de relaciones
educativas. Además de la selección de los jefes de taller, son fundamentales
su formación, su aprendizaje y la colaboración coordinada y formativa entre
los distintos superiores de las escuelas profesionales y los formadores.
Los educadores no se limitan a enseñar, sino que “asisten”, trabajan,
estudian y rezan junto a los alumnos. Son personas dispuestas a estar
con los jóvenes, capaces de asumir sus problemas y escuchar sus
preocupaciones.
Don Bosco los describía así: “El maestro al que sólo se le ve en la
cátedra es un maestro y nada más, pero si comparte recreo con
los jóvenes se vuelve como hermano” (Carta de Roma a la comunidad
salesiana del Oratorio de Turín-Valdocco, Roma, 10 de mayo de 1884).
El profesorado está formado por salesianos y laicos que se implican
plenamente en el compromiso educativo-pastoral según el proyecto
salesiano y sus competencias profesionales:
◗◗ La elección de los laicos es la expresión de una decisión cuidadosa
y ponderada que requiere equilibrio, seriedad y un nivel de vida
coherente: laicos que asuman con alegría el compromiso educativo y
estén abiertos a los intereses pedagógicos propios del CFP salesiano.
Tienen competencia profesional, disposición para la actualización
sistemática y participan activamente en los procesos de planificación
y verificación. Su profesionalidad educativa valora las relaciones
interpersonales y se caracteriza por una dimensión ética fundamental,
entendida como testimonio personal, que ayuda a los alumnos a
adquirir valores. Los profesores laicos aportan su experiencia vital
laica, expresada cultural y profesionalmente en sus opciones
vitales, conocimientos y actividades, también en las actividades
extraescolares. Se recomienda que los criterios de contratación de
los educadores y su programa de iniciación queden registrados en un
manual o guía de referencia permanente.
◗◗ Por su parte, los docentes religiosos dan testimonio de su
experiencia como personas consagradas que inspiran nuevas
formas de hacer cultura y educación según una visión cristiana de la
vida, del hombre y de la historia. Pueden convertirse en un estímulo
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EL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL (CFP)
para guiar, inspirar y motivar a sus colaboradores para que sean
verdaderos educadores salesianos.
El personal auxiliar y administrativo contribuye a la acción educativa
a través de la atención que presta al CFP, su estilo relacional y su buen
funcionamiento logístico y organizativo.
El personal administrativo desempeña las funciones administrativas,
contables, de gestión, instrumentales y operativas relacionadas con las
actividades del CFP, en colaboración con el director y el personal docente. El
papel del personal administrativo es también indispensable como apoyo a la
acción docente y la mejora de sus competencias es crucial para la eficiencia
y la eficacia del servicio y la consecución de los objetivos de formación.
La calidad de la relación con el público y el personal tiene una importancia
fundamental, ya que contribuye a determinar el clima educativo del CFP
y a favorecer el proceso de comunicación entre los distintos componentes
que se mueven en el centro educativo o en torno a él.
Cada CFP busca y promueve, dentro del equilibrio de sus competencias
respectivas y salvaguardando el respecto de la relación educativa en el
Centro, la colaboración con la familia. Alumnos y profesores necesitan
la presencia de la familia: que se convierte en impulso, apoyo, puesta en
común de los objetivos educativos, de las dificultades y de las metas.
La familia sigue siendo un punto de referencia para los estudiantes y, por lo
tanto, no puede ser ignorada; si la familia está presente de forma positiva,
la colaboración es más fácil. Con la familia, el reconocimiento mutuo se
hace necesario; el tratamiento del respeto mutuo es esencial.
Algunos CFP salesianos ofrecen formación a los padres de los estudiantes,
que son los primeros educadores de sus hijos y colaboran con los
educadores en el proceso integral de educación y evangelización. A través
de los programas de formación, los padres se convierten en miembros
responsables de la CEP. Es bueno reconocer la presencia y la ayuda de
algunos padres miembros de la Familia Salesiana, porque su colaboración
con los educadores puede ser particularmente ejemplar.
Por último, el Sistema Preventivo de Don Bosco se inspira en la familia y se
practica en las relaciones familiares. Forma parte de nuestros CFP ser un
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2.2 Page 12

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LA COMUNIDAD EDUCATIVO-PASTORAL DEL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL
modelo de relación y de crecimiento en el diálogo con los adolescentes y
los jóvenes:
“Las Asociaciones de Padres, los Grupos Familiares, los Programas
de Colaboración Escuela-Familia y otras iniciativas, pueden
estructurarse según un amplio abanico de propuestas con distintos
énfasis: caritativas y de servicio, formativas, espiritual y educativo-
pastorales. Sin embargo, cada acción, con su propia especificidad,
está llamada a ser signo y estímulo para los jóvenes y a introducir
en la propuesta formativa un estilo más fraterno de relaciones
personales que revelen la dimensión familiar de la CEP y de la
Iglesia” (PJF, capítulo 3, 3.2).
Otros profesionales desempeñan un papel importante dentro de
nuestros CFP en el mundo salesiano (expertos en orientación y tutoría
personalizada) o incluso fuera del CEP (mentores en la empresa, antiguos
alumnos experimentados y otros agentes interesados en nuestros centros
educativos). Por ello, el papel de la empresa es indispensable. El ámbito
de las relaciones escuela-empresa es también crucial para el éxito de las
prácticas o periodos de formación en el puesto de trabajo en una empresa
o institución determinada: el éxito de las prácticas depende a menudo de
la buena sintonía entre el estudiante y el mentor de la empresa.
Así pues, aseguramos la participación de todas aquellas fuerzas sociales y
empresariales especialmente interesadas en la formación profesional de los
trabajadores, sobre todo de los jóvenes. Necesitamos empresas socialmente
comprometidas, capaces de asumir un papel formativo y transformador en
la vida de los jóvenes, especialmente los más necesitados.
La formación profesional en un contexto laboral debe apoyarse en las
diferentes formas de articulación del proceso formativo (marcos normativos,
convenios marco) entre el CFP y la empresa, con el objetivo en ambos
entornos de lograr un aprendizaje más integral. Este enfoque requiere una
estrecha relación entre los diferentes agentes y entornos de enseñanza-
aprendizaje, en la que la estructura, la gestión y la sistematización
desempeñen un papel clave tanto en el CFP como en la empresa de
formación. Nos referimos no sólo a las empresas, sino también a otros
lugares de trabajo como los organismos públicos (agencias municipales,
regionales o nacionales) o las organizaciones sin ánimo de lucro.
22
EL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL (CFP)
LA PROPUESTA
EDUCATIVO-PASTORAL DEL
CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN
PROFESIONAL
CAPÍTULO
III

2.3 Page 13

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LA PROPUESTA EDUCATIVO-PASTORAL DEL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL
“El objetivo que la Pía Sociedad Salesiana se propone al acoger y educar
a los jóvenes artesanos es educarlos de tal manera que cuando salgan de
nuestras casas, una vez terminado su aprendizaje, hayan aprendido su
oficio para ganarse el pan con honor, estén bien instruidos en la religión
y posean los conocimientos científicos adecuados a su estado. De ello se
deduce que la orientación que debe darse a su educación religioso-moral,
intelectual y profesional debe ser triple”. (“Indicaciones que se darán a
la clase obrera en las casas salesianas”, de las Deliberaciones del cuarto
Capítulo General de la Pía Sociedad Salesiana 1886 - fue el último celebrado
bajo la presidencia de Don Bosco).
El educador salesiano tiene la tarea y el arte de reflexionar sobre el
contenido de su enseñanza desde la perspectiva del desarrollo integral de
los jóvenes. El objetivo es ofrecer a los alumnos numerosas oportunidades
de crecimiento profesional y personal, un desarrollo completo de
cada una de sus facultades y dimensiones, así como de los valores
que de ellas se desprenden.
Por un lado, las competencias laborales, es decir, las
imprescindibles para el trabajo; por otro, las competencias
actitudinales de “saber ser” y “saber actuar”. Estas últimas
incluyen las competencias afectivo-motivacionales y socio-
relacionales: madurez, seguridad emocional, autoestima y sentido
de autoeficacia, empatía, comunicación asertiva, trabajo en equipo
y liderazgo, gestión y resolución de conflictos, buenas relaciones
interpersonales y ética personal, entre otras.
Llegados a este punto, conviene recordar brevemente algunos rasgos
esenciales de la praxis educativo-pastoral que hace del CFP salesiano
un excelente medio de formación integral: un elemento válido para el
desarrollo del ciudadano íntegro y un contexto para la evangelización eficaz
del buen cristiano.
31
INSPIRACIÓN POR LOS VALORES EVANGÉLICOS
Y LA PROPUESTA DE FE
Con un genio educativo extraordinario, Don Bosco logra encontrar
nuevas respuestas para la realidad juvenil de su tiempo, analizada en su
24
EL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL (CFP)
complejidad e interpretada en sus necesidades. Comprende también todos
los aspectos humanos: desde el trabajo, a la familia, a la vida moral y
religiosa.
Hay que subrayar que los alumnos de nuestros Centros son generalmente
portadores de diferentes ideas y concepciones de la vida, con una
multiplicidad de cosmovisiones. Sin embargo, nuestra propuesta formativa
es ante todo un ecosistema en el que el valor fundante es precisamente la
búsqueda del bien de la persona con vistas a una maduración integral. La
preocupación central del CFP es la totalidad de la persona y su dignidad,
sea hombre o mujer, y su igual dignidad y capacidad complementaria
para construir la sociedad. Porque la oferta profesional por sí sola, por
muy bien estructurada que esté, no puede producir buenos cristianos y
ciudadanos íntegros.
La intención de un Centro de Formación Profesional es crear una red de
intervenciones basada en el PEPS y en la situación de los jóvenes que acoge.
En este sentido, a continuación, se enumeran tres propuestas educativo-
pastorales para el entorno de la Formación profesional: la centralidad de la
espiritualidad y de la ética del trabajo; el acompañamiento de los alumnos;
y la recuperación de la dimensión humanística.
Nos parece importante recuperar en nuestros Centros de FP la
centralidad de la espiritualidad y la ética del trabajo. La espiritualidad
sencilla es parte de la vida cotidiana, y además ennoblece a la persona. Una
espiritualidad que sea fuente de superación y vida ética, para la búsqueda
y recuperación de los valores humanos, científicos, morales y espirituales.
Se hace necesario recuperar una “espiritualidad del trabajo”, no entendido
únicamente como una tarea más a realizar, sino como un modo privilegiado
de comunicación, de autoexpresión, de autorrealización, de relaciones
interpersonales y sociales siempre nuevas, de contribución de la persona a
la mejora del mundo en el que vive y trabaja.
La cultura técnico-científica es, desde el punto de vista del crecimiento
de la persona, insuficiente: de hecho, corre el riesgo, si se absolutiza, de
excluir la posibilidad de acceder a la dimensión más humana. La necesidad
de una preparación técnica seria no puede separarse de una formación
ética más amplia. En efecto no hay duda de que el trabajo humano tiene
un valor ético, el cual está vinculado completa y directamente al hecho de
25

2.4 Page 14

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LA PROPUESTA EDUCATIVO-PASTORAL DEL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL
que quien lo lleva a cabo es una persona, un sujeto consciente y libre, es
decir, un sujeto que decide de sí mismo.
Un buen comportamiento ético permitirá al alumno priorizar y elegir los
mejores valores al servicio de los cuales desplegar técnicas y habilidades.
Como hemos visto, del trabajo como instrumento educativo Don Bosco
intuyó el extraordinario poder edificante de la personalidad humana en
todos los sentidos y en todo momento. En este sentido, la espiritualidad
y la ética del trabajo son dos elementos importantes de una educación
salesiana integral para vivir en el mundo de hoy:
“Fomenten las inspectorías el compromiso educativo hacia los
jóvenes obreros. Incorpórense, con iniciativas y servicios específicos,
a la pastoral de las Iglesias particulares. Procuren conocer el
mundo del trabajo y la situación de los jóvenes obreros. Cuiden los
centros de formación profesional desde el punto de vista pastoral,
pedagógico y técnico, y preparen programas adecuados para formar
a los jóvenes en una auténtica espiritualidad del trabajo” (Reg. 2).
Un punto de partida fundamental es el acompañamiento de los
jóvenes: conocer su riqueza humana y religiosa, observar el contexto de
sus entornos, valorar lo que hay de positivo en ellos y escuchar atentamente
sus expectativas. El taller, el aula, el patio y todos los demás espacios del
Centro son un lugar de encuentro, más allá de los diferentes papeles. Esta
“pedagogía de las situaciones cotidianas” es esencial, porque esconde
enormes posibilidades educativas: son oportunidades “gratuitas” para
escuchar y proponer, es una pastoral de proximidad.
Esta conectividad de las interacciones cotidianas genera relaciones inspiradas
en la aceptación mutua e incondicional con respeto, la colaboración, el
sentido de la responsabilidad y, por tanto, el amor evangélico. La capacidad
de construir relaciones que no sólo sean funcionales sino activas es uno de
los elementos clave de la calidad de los centros de Formación profesional
de inspiración cristiana.
No se pueden minimizar el alcance de las leyes sobre identidad de
género aprobadas por algunos gobiernos y sus muchas implicaciones
importantes para el sector educativo. Por un lado, muchas de estas
disposiciones legales contienen normas que los centros educativos
26
EL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL (CFP)
deben seguir en caso de que un alumno plantee una situación particular
relacionada con su identidad de género. Por otro lado, proporcionan
directrices más o menos prescriptivas para la educación de los alumnos
en estas cuestiones.
Este segundo aspecto, en particular, es de gran importancia para la
formación en nuestros CFP y toca temas muy importantes relacionados
con el concepto de la persona que debe transmitirse, tocando -y a veces
chocando frontalmente- con los supuestos antropológicos de una visión
cristiana de la persona.
Por ello es importante, y no sólo por estas leyes, que los CFP salesianos
cuenten con un programa de educación afectivo-sexual, adaptado a las
diferentes edades de los alumnos. Los alumnos deben ser apoyados en su
proceso de maduración, en plena conformidad con la antropología cristiana
y respetando sus derechos y libertades personales.
Además, es esencial transmitir un mensaje de apoyo y pleno respeto a
cada persona de nuestros centros, siendo conscientes de su individualidad.
Los asuntos personales requieren un tratamiento cuidadoso y prudente,
siempre por el bien del joven, especialmente a la luz de nuestros principios
y valores. Cada joven necesita tiempo y un entorno de confianza en el que
crecer. Por ello, es importante crear un entorno amistoso y acogedor para
todos los alumnos.
Por último, en este contexto, es necesario que la Inspectoría establezca
una serie de criterios (véase PJA, capítulo 7), directrices y protocolos que
determinen cómo actuar ante situaciones relacionadas con la identidad
de género vividas por los alumnos. Todas estas herramientas deben ser
conocidas por todo el personal del centro (religiosos, profesores, operadores
varios, voluntarios, etc.), porque todos son educadores. En este sentido, es
necesario promover acciones para detectar, prevenir y proteger acciones de
discriminación o acoso y evitar la enseñanza de contenidos discriminatorios.
Esta acción pasa necesariamente por la educación en el principio elemental
del respeto a la dignidad humana inherente a toda persona.
Las actuales circunstancias hacen deseable que la Formación Profesional
hunda sus raíces en una educación que no separa lo técnico de lo
humanístico. No es posible adentrarse en el tema de la cultura y el trabajo
en un Centro Profesional de inspiración católica sin destacar la “agenda de
27

2.5 Page 15

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LA PROPUESTA EDUCATIVO-PASTORAL DEL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL
valores” (centrada en una visión compartida de la persona, el mundo y Dios)
con una visión antropológica integral inspirada en el humanismo cristiano.
Es esencial evitar el riesgo de descuidar o incluso excluir
el vínculo con los valores fundamentales que subyacen al
“conocimiento” científico y tecnológico. La educación en valores,
los ideales y la investigación son algunos de los aspectos
formativos que constituyen la columna vertebral de una acción
educativa integral.
En las distintas asignaturas, los profesores introducen a los alumnos en el
encuentro vivo o vital con el patrimonio cultural y profesional en diálogo
con el humanismo cristiano. Para ello, se presta especial atención a la
cuidadosa selección de los libros de texto y otros materiales didácticos. Sin
embargo, cuando es necesario, también se fomenta la elaboración de libros
de referencia para garantizar que el contenido se base en valores auténticos
y sea coherente con la Doctrina Social de la Iglesia.
La realidad de la formación tal y como se ha configurado y cómo los CFP la han
apoyado y guiado, a pesar de las dificultades, permite a la Iglesia una presencia
en el mundo del trabajo. En quienes trabajan en la FP existe la conciencia de
que dar hoy una cualificación a un joven, a una persona necesitada de trabajo,
es ya ofrecer la posibilidad de un primer paso hacia la salvación.
3 2 UNA INSTRUCCIÓN EFICAZ Y CUALIFICADA
Entre las muchas formas en que se puede llevar a cabo la evangelización,
los salesianos privilegiamos aquellas en las que se respeta más la
preocupación educativa, en las que se garantizan procesos bien definidos.
En un sentido muy general, la educación es una intervención “planificada”
(con objetivos precisos, papeles definidos, experiencias adecuadas) y un
trabajo en grupo (CEP). Desde este punto de vista, los CFP salesianos
ofrecen una propuesta educativo-cultural de calidad, en la que:
◗◗ las dinámicas de enseñanza/aprendizaje parten de una base educativa
sólida para gestionar la transición adecuada hacia una economía
verde y digital, en tiempos de cambio demográfico y de ciclos
económicos;
28
EL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL (CFP)
◗◗ el objetivo es identificar, diseñar y aplicar una formación profesional
acreditada y orientada al éxito para combatir el abandono escolar y
formativo;
◗◗ se cultiva la atención continua para que los jóvenes sean capaces de
pensar de forma crítica sobre su experiencia, su vida y el contexto
natural, social y cultural, local y global en el que están inmersos;
◗◗ se ofrece un enfoque pedagógico-metodológico ordenado, que
anima a los jóvenes a descubrir su proyecto de vida;
◗◗ la actualización continua de la cualificación profesional y de la
identidad salesiana de todos los miembros del CEP está garantizada
por procesos sistemáticos de formación continua;
◗◗ se fomenta una adecuada pedagogía y planificación de la acción
educativa, cuidando la estrecha relación entre los objetivos educativos,
didácticos y pastorales;
◗◗ se garantiza una red y unas experiencias comunes que vinculan a
todos los educadores y estudiantes de los CFP de todo el mundo
salesiano.
La punta de lanza es la dimensión educativo-profesional de la
orientación, es decir, capaz de acompañar a cada joven para que se
conozca a sí mismo, sus aptitudes e inclinaciones, el mundo laboral y las
profesiones, permitiéndole elegir el proyecto de su futuro y la mejor manera
de lograrlo.
La orientación así entendida no se limita a la prestación de un servicio
ocasional que interviene en los momentos de toma de decisiones con
pruebas presentadas por técnicos y psicólogos, sino que se configura como
un itinerario educativo que acompaña al joven; de hecho, una empresa
colectiva, que requiere que los profesores reconozcan los intereses y
deseos de sus alumnos pero también que apoyen concretamente y alienten
con realismo su trayectoria, para que las opciones que se plantean se
transformen en posibilidades efectivas.
Es esencial garantizar una formación a la profesionalidad en la
que el joven participe en un proceso educativo global; además de las
29

2.6 Page 16

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LA PROPUESTA EDUCATIVO-PASTORAL DEL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL
competencias relacionadas con el trabajo, aprenda los derechos y deberes
de la ciudadanía activa; experimente un comportamiento social marcado
por la cooperación, la responsabilidad individual y la solidaridad;
mejore sus conocimientos culturales; y desarrolle su propia identidad para
integrarse en el tejido social y civil.
El objetivo principal del CFP no es la escolarización de los
alumnos, sino su inserción en el mundo laboral. Se trata de una
perspectiva laboral a corto plazo, en muchos casos la última
oportunidad de entrar en el mundo laboral. Se trata, por tanto,
de una educación “para” el trabajo de los jóvenes y de una
educación “a través” del trabajo, elemento fundamental de
la propuesta educativo-pastoral salesiana: el trabajo no sólo
se considera una necesidad existencial, sino también un valor
a través del cual se construye se realiza y se expresa la propia
capacidad creativa y, más en general, la propia personalidad.
Es necesario garantizar la empleabilidad de los estudiantes y su implicación
con la comunidad empresarial. Para ello es necesario establecer nuevos
métodos de aprendizaje, desarrollando y ampliando la oferta educativa,
especialmente en los sectores laborales en crecimiento.
Por ello, los centros de formación profesional también deben prestar
especial atención a los jóvenes trabajadores o desempleados, fomentando
su aceptación y protagonismo, adoptando una metodología que facilite su
integración en el entorno y proponiendo iniciativas que respondan a sus
necesidades más percibidas.
En muchos lugares han surgido iniciativas de formación para el empleo,
ayudas al autoempleo, becas de trabajo o iniciativas similares.
3 3 PEDAGOGÍA SALESIANA
El CFP salesiano alcanza sus objetivos con el método y el
estilo educativo de Don Bosco:
“Este sistema –escribe don Bosco en los primeros párrafos del
folleto sobre “El Sistema preventivo en la educación de la juventud”
30
EL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL (CFP)
del 1877 – se apoya enteramente en la razón, la religión y el cariño;
por lo que se excluye todo castigo violento y trata de mantener lejos
hasta los castigos ligeros”.
Su sistema educativo (Sistema Preventivo) se basa sobre todo en tres pilares,
estrechamente interrelacionados, profundamente compenetrados entre sí,
tanto en los fines y contenidos, como en los medios y métodos: la Religión
(la apertura antropológica a la existencia de lo trascendente y la búsqueda
de Dios), la Razón (la racionalidad que guía de las mentes y conciencias con
la claridad de las ideas y de las verdades, nunca mediante la sugestión o la
violencia moral o psicológica) y la Amabilidad (el estilo relacional afectivo),
que se manifiestan en la alegría, el trabajo, el espíritu de sacrificio y la
amabilidad como en una familia.
La experiencia de los siguientes aspectos ofrece el rasgo típico de nuestros
centros educativos:
◗◗ animar, orientar y coordinar de manera oratoriana, haciendo de
la institución una familia donde los jóvenes tienen “su casa”
(cf. Const. 40), una acogida en un lugar donde uno se siente bien y
donde percibe el sentido de lo que hace;
◗◗ hacer hincapié en la personalización de las relaciones educativas,
basadas en la confianza, el diálogo y la presencia-asistencia de los
educadores entre los jóvenes en determinados espacios significativos
(el patio, el taller, los buenos días o buenas tardes, las convivencias,
las visitas culturales, las fiestas o los actos salesianos);
◗◗ cuidar el equilibrio, la mesura, la racionalidad de los reglamentos, de
las prescripciones, de las relaciones interpersonales constantemente
motivados e integrados por la exigencia y el estímulo del educador
activamente presente;
◗◗ asumir la integridad de la vida de los jóvenes, haciendo que
los educadores se impliquen en los intereses de los jóvenes y promoviendo
actividades de ocio como el teatro, el deporte, la música, el arte, en
un entorno educativo de familiaridad;
◗◗ prepararse para afrontar activamente un papel responsable en la vida
familiar y en la sociedad civil.
31

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LA PROPUESTA EDUCATIVO-PASTORAL DEL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL
Por último, el aprendizaje también está fuertemente influenciado por el
estado de bienestar emocional: la relación afectividad/inteligencia actúa
en continua interacción, cada vez que este vínculo está dominado por el
miedo (a no valer, a no ser amado, a no tener éxito, a no ser comprendido,
a ser engañado...) se produce un bloqueo improductivo de las capacidades
racionales, de la capacidad de decidir, de tomar iniciativas. Es importante
que el joven tenga, desde el principio, la sensación de que no está solo en
los momentos de confusión e incertidumbre, sino que puede contar con
el apoyo de los formadores salesianos (cf. PJA, capítulo 6).
34
LA FUNCIÓN SOCIAL Y LA ATENCIÓN
A LOS MÁS NECESITADOS
“La escuela salesiana sea popular por su ubicación, por la cultura y
orientación a las que da la primacía y por los jóvenes que acoge. Organice
servicios útiles a la población de la zona: como cursos de cualificación
profesional y cultural, de alfabetizaci6n y de recuperación, fondos para
becas y otras iniciativas semejantes” (Reg. 14).
Los itinerarios educativos están abiertos a la colaboración con empresas,
otros socios u organismos. Los educadores acompañan la inserción de los
jóvenes en la realidad, en colaboración con las instituciones y agencias
educativas/formativas relacionadas. La plena inclusión de los jóvenes
en su entorno y su asunción de responsabilidades es un objetivo de la
educación integral en los CFP salesianos. Nuestros CFP pretenden contribuir
a la construcción de una sociedad más justa y humana. Para lograr este
objetivo tratan de:
◗◗ instalarse en las zonas más populares y priorizar la inclusión y la
igualdad de oportunidades para los jóvenes más necesitados;
◗◗ denunciar cualquier condición discriminatoria o realidad de exclusión;
◗◗ favorecer el criterio de acompañar a todos frente a la selección de
los mejores;
◗◗ promover la educación social sistemática de sus miembros;
32
EL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL (CFP)
◗◗ dar prioridad a la integración justa y fácil de los jóvenes en el mundo
laboral, para que puedan ver mejorada su calidad de vida y recibir
apoyo educativo para su promoción profesional, manteniendo al
mismo tiempo un contacto sistemático con el mundo empresarial;
◗◗ convertirse en centros de animación y servicios culturales y educativos
para la mejora de la zona, haciendo hincapié en aquellos planes de
estudios, especializaciones y programas cuidadosamente diseñados
que satisfagan las necesidades de los jóvenes de la zona;
◗◗ demostrar proximidad y solidaridad, con la disponibilidad de
personas y locales, con la prestación de servicios de promoción abiertos a
todos y con la cooperación con otras instituciones educativas y sociales;
◗◗ promover una presencia significativa en el mundo de los antiguos
alumnos, para que puedan participar activa y proactivamente en el
diálogo cultural, educativo y profesional que tiene lugar en el área
local y en la Iglesia local.
Como ya hemos dicho, el objetivo de nuestra intervención educativa no es
sólo preparar a los jóvenes para el trabajo, sino también hacerlos aptos para
desempeñar dignamente su vocación y colaborar así en la transformación
de la sociedad. Este objetivo nos obliga a establecer ciertas prioridades
en los programas educativos de los CFP, como la centralidad de la persona
humana frente a la economía, la atención preferente a los más débiles y
vulnerables en la búsqueda del bien de la comunidad, la salvaguarda de la
dimensión de “ciudadanía solidaria” frente al excesivo poder del beneficio,
la profesionalidad vivida en términos de competencias personales y
profesionales, y la promoción de modelos de desarrollo justos que impidan
ampliar la brecha de las desigualdades en el sistema.
35
UN ENTORNO ACOGEDOR EN CONTEXTOS
MULTICULTURALES Y MULTIRRELIGIOSOS
Dado que los CFP salesianos se han establecido en diferentes contextos
para ofrecer educación y formación a todos los jóvenes, esto se extiende a
contextos no católicos y no cristianos; otros en sociedades multiculturales y
multiétnicas. Pero incluso en algunos países no cristianos, los jóvenes eligen
33

2.8 Page 18

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LA PROPUESTA EDUCATIVO-PASTORAL DEL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL
el CFP salesiano porque es un buen entorno que ciertamente enseña valores
y disciplina además de sus estándares educativos y profesionales. El CFP
salesiano se está convirtiendo en un faro de diversidad e inclusión.
Al acoger a estudiantes de diferentes culturas y confesiones, el CFP
salesiano les familiariza con diferentes perspectivas, un paso esencial en el
desarrollo de su moralidad. Un entorno tan acogedor permite interacciones
multiculturales basadas en el humanismo cristiano que pueden conducir a
una visión más amplia del mundo, al desarrollo de ciertas actitudes como el
respeto, la compasión, la responsabilidad, la honradez personal y la amistad
(que son valores genuinamente evangélicos), a la apreciación de la belleza
de la vida e incluso a una comprensión más profunda de la propia fe. Es
posible respetar y promover la fe de los alumnos no católicos sin “diluir”
la fe católica de aquellos que están interesados.
Los educadores salesianos en estos contextos deben estar
preparados para tratar no sólo con los alumnos sino también con
el desafío cultural y religioso que llevan los alumnos que tenemos
ante nosotros, como ciudadanos y como creyentes. Incluso algunos
educadores no católicos pueden integrarse en el cuerpo docente,
gracias a sus competencias pedagógicas y profesionales y a su
deseo de cumplir la misión.
Por lo tanto, la formación de los educadores laicos sobre el Sistema
Preventivo y la Espiritualidad Juvenil Salesiana debe planificarse y aplicarse
cuidadosamente.
Cuando los CFP salesianos acogen a estudiantes no cristianos y responden
a sus necesidades, plantan semillas de fe a través de su identidad y de los
valores del humanismo cristiano que impregnan las experiencias de los
estudiantes. El proselitismo no tiene cabida en el entorno educativo porque
es antitestimonial. Los educadores que tratan a los alumnos no cristianos
con respeto y cuidado tienen una magnífica oportunidad de moldear su
fe cristiana mediante el testimonio de vida y la proclamación explícita y
oportuna de la Palabra (proclamación inicial). Los jóvenes, lo admitan o no,
poseen esa hambre de algo más profundo en su interior y se dan cuenta
de que buscan a Dios o de que Dios los busca pacientemente.
34
EL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL (CFP)
LA ANIMACIÓN PASTORAL
ORGÁNICA DEL CENTRO SALESIANO
DE FORMACIÓN PROFESIONAL
CAPÍTULO
IV
35

2.9 Page 19

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LA ANIMACIÓN PASTORAL ORGÁNICA DEL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL
“En cada casa profesional se celebrará anualmente una exposición de los
trabajos realizados por nuestros alumnos con ocasión de la distribución
de los premios; y cada tres años se celebrará una exposición general en la
que participarán todas nuestras casas de artesanos”. (“Indicaciones que se
darán a la clase obrera en las casas salesianas”, de las Deliberaciones del
cuarto Capítulo General de la Pía Sociedad Salesiana 1886 - fue el último
celebrado bajo la presidencia de Don Bosco).
4 1 PRINCIPALES INTERVENCIONES DE LA PROPUESTA
En la tradición salesiana, las personas, el tiempo, el espacio, las
relaciones, la enseñanza, el estudio, el trabajo y cualquier otra actividad
interactúan en un ambiente de serenidad, alegría y compromiso: éste es
el ambiente educativo.
Además de la atención a los deberes del estudio, la investigación y el
trabajo, es importante desde el punto de vista educativo conseguir el
respeto y el cuidado de las herramientas, el equipamiento y los locales
(lugares y espacios acogedores, sanos y limpios) en los que se desarrolla la
vida escolar y profesional, como expresión de pertenencia.
Es necesario cualificar las relaciones educativas sobre la base de la
razonabilidad de las necesidades, la valorización de la vida cotidiana y
el acompañamiento educativo. El patio de recreo es un factor ineludible
y central para ello. No es sólo un lugar de actividades e iniciativas, sino
también un momento de construcción de relaciones personales, a partir
de la animación, el juego y el deporte.
El patio salesiano es un espacio educativo rico en significados
donde se producen múltiples interacciones. La “presencia
educativa” salesiana en el patio es un auténtico acto educativo
que crea las condiciones de acogida y escucha que permiten a los
jóvenes desarrollarse de forma autónoma y ejercer su libertad.
Experimentar una plena convivencia fuera de la escuela es muy
diferente a estar juntos en una clase o en un taller. Tras estas
experiencias, los jóvenes se sienten mejor consigo mismos, con los
demás y con los profesores.
36
EL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL (CFP)
Cada CFP salesiano está llamado a salvaguardar el tiempo y el espacio
reservado para que los alumnos se puedan encontrar espontáneamente. La
CEP es la garante del cuidado de los jóvenes en este espacio en el espíritu
de Don Bosco.
El autodescubrimiento y la autorrevelación sólo pueden tener lugar en
un contexto en el que uno se sienta acogido y aceptado por lo que es.
Si falta esta premisa, el joven con un bajo nivel de autoestima seguirá
presentándose según los estereotipos y los condicionamientos externos,
impidiéndole la posibilidad de surgir de forma espontánea y auténtica y de
definir objetivos personales acordes con su proyecto de vida.
La Formación Profesional Salesiana es, por tanto, una formación muy “a
medida”, en la que cada persona tiene el espacio para realizar su propia
vida desarrollando una personalidad autónoma y un pensamiento crítico
e independiente.
Cada CFP fomenta la construcción de una comunidad segura y acogedora
que aborde fácilmente el acoso y el ciberacoso, la desmotivación, el
aislamiento, la depresión o cualquier otro problema de salud mental.
En el complejo entorno actual, el entorno educativo debe
proporcionar orientación sobre el uso y la gestión adecuados de
la tecnología y los medios sociales para crear vínculos virtuales
saludables sin dejar de fomentar las relaciones interpersonales
reales.
La educación salesiana sitúa al joven en el centro de su acción educativa
y evangelizadora. El estilo pedagógico, que brota del ambiente deseado,
es relacional y requiere, por tanto, la presencia activa y animadora del
educador. Las palabras de Don Bosco: “No basta con amar a los jóvenes,
es necesario que sepan que son amados”, tienen un fuerte impacto en el
apostolado educativo. Los educadores salesianos adoptan el “amor amable”
como estilo fundamental en el trato con los jóvenes, especialmente con
aquellos que son “poco amables”. Como resultado, los jóvenes valoran las
amistades formadas durante la formación en un CFP salesiano.
El CFP salesiano defiende la máxima de que ‘la educación ocurre siempre y
en todas partes’, en cada lugar y en cada momento. Por eso la ‘asistencia
salesiana’ es un rasgo distintivo de la pedagogía de Don Bosco. Es una
37

2.10 Page 20

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LA ANIMACIÓN PASTORAL ORGÁNICA DEL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL
presencia animadora que va más allá de los confines del espacio físico y
de las ‘horas de oficina’.
Tradicionalmente, tiene lugar en el patio de recreo, en el aula, en talleres,
en el teatro, etc. En la era digital, la asistencia y el acompañamiento
salesianos tienen lugar más allá de los confines del espacio físico, es decir,
la “presencia” y la influencia del educador salesiano pueden tener lugar
en las redes sociales.
Los jóvenes que acuden a los CFP salesianos se sienten a menudo
atraídos por el ambiente familiar que encuentran. Es importante,
en la animación de los CFP, que los educadores estén cada vez
más dispuestos al encuentro personal con los alumnos.
Teniendo en cuenta las diferentes fases de la edad de desarrollo
de los jóvenes, en cada sector los educadores deben ofrecer un
espacio y un tiempo adecuados para los encuentros personales
con los jóvenes para un dialogo sobre el camino recorrido por
cada uno y las propuestas a realizar.
Todos los educadores deberían estar disponibles para coloquios personales,
pero algunos de aquellos deberían dedicarse especialmente a este servicio.
Se puede establecer un programa de tutoría en el que los educadores
impliquen a miembros cualificados de la Familia Salesiana para que
acompañen a los alumnos. Y si el apoyo psicológico es un servicio
importante que prestar a los alumnos, los salesianos pueden ponerse a su
disposición para un acompañamiento personal.
Los contenidos sistemáticos de las distintas disciplinas se ofrecen
como conocimientos que hay que adquirir, verdades que hay que descubrir,
técnicas que hay que dominar, respuestas a preguntas profundas y valores
que hay que asimilar. El enfoque pedagógico y, sobre todo, las ideas
culturales fundamentales que se transmiten contribuyen a esta claridad
del conocimiento.
En este sentido, a nivel de formación, los cursos plurianuales son más
eficaces que los anuales. Por ello, es deseable que los cursos de formación
profesional no sean “abreviados”, destinados a facilitar exclusivamente una
rápida entrada en el mercado laboral, sin adquirir un repertorio diferenciado
de competencias (no sólo conocimientos técnicos y científicos, sino también
perspectivas éticas, sociales y culturales).
38
EL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL (CFP)
Esto implica, por una parte, que se haga hincapié en la experiencia
humana subyacente a las distintas disciplinas, ayudando a los jóvenes a
captar, apreciar y asimilar los valores inherentes a los hechos presentados
y explorados; por otra parte, que se abra el interés a la cultura universal en
contacto con las expresiones de los distintos pueblos y el patrimonio de
valores compartidos por la humanidad.
En los CFP salesianos, los educadores activan itinerarios educativos ricos en
humanismo cristiano y salesiano y que se refieren a los nudos centrales de
la maduración de los jóvenes: la formación de la conciencia, la educación
para amar, la educación sociopolítica, la educación para salvaguardar la
creación y, específicamente, la formación religiosa. En el contexto actual
de los CFP, el plan de estudios bien diseñado debe complementarse con
oportunidades de aprendizaje práctico y basado en proyectos que ayuden
a los alumnos a resolver problemas en situaciones reales.
La exposición de obras maestras de fin de curso es una
práctica muy habitual. La celebración de estos actos aumenta
considerablemente la motivación de los alumnos y también es
beneficiosa desde el punto de vista del aprendizaje y, por tanto,
del éxito académico. Los profesores ponen mucho empeño en ello,
aunque a veces sea un trabajo extra. Lo hacen con gusto porque a
menudo reciben comentarios positivos.
Para Don Bosco, la educación salesiana es una cuestión de corazón,
que va más allá de un método de enseñanza “rígido”. Un método de
enseñanza eficaz busca el bien de cada persona y los medios para sacar
lo mejor de ella. Por esta razón, elegimos la personalización de las
propuestas y la colaboración como método pedagógico-educativo. A
veces, los jóvenes que eligen un curso de formación profesional vienen
con motivaciones diferentes (la practicidad del curso, la falta de ganas
de estudiar, los repetidos fracasos formativos, la posibilidad de trabajar
pronto) y los formadores les convierten en artífices de su propio destino
descubriéndoles competencias, sobre todo manuales, que otros no habían
conseguido sacar a la luz.
Esta didáctica activa, basada en el uso de metodologías inductivas, desarrolla
en los alumnos la capacidad de descubrimiento, teniendo en cuenta su nivel
y ritmo de aprendizaje, y desarrolla hábitos de creatividad y de crecimiento
cultural autónomo; un enfoque interdisciplinar en el que las diferentes
39

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áreas temáticas realizan aportaciones complementarias; la evaluación de
los procesos de desarrollo de los alumnos, de su capacidad de aprendizaje
y de investigación a través de una retroalimentación constructiva periódica
y no sólo atendiendo a los resultados finales.
Los métodos y medios educativos (disciplina, reglamentos, organización de la
comunidad educativa, intervenciones del educador) han de ser inspirados en
el sentido común, la sencillez, la funcionalidad y la atención a la diversidad.
En este sentido, el tema del respeto de las reglas es esencial
en los CFP: son la línea divisoria, delimitan el comportamiento
adecuado del inadecuado, pero, sobre todo, transmiten un mensaje
de claridad y moderación. La adquisición de reglas va de la mano
de una mayor adquisición de confianza por parte del alumno y
del reconocimiento del propio valor. Por desgracia, el proceso de
adquisición no es ni obvio ni sencillo; las cualidades autoritarias
de los formadores y su flexibilidad a la hora de permitir que los
alumnos experimenten algunas infracciones se vuelven cruciales.
La educación integral requiere completar el programa escolástico-
profesional con otros caminos libremente elegidos y con actividades
complementarias que los apoyen. El CFP Salesiano da un amplio espacio
a las actividades lúdicas y recreativas (arte, ocio, deporte, cultura), tendiendo
también a convertirse en una escuela a tiempo completo.
El CFP salesiano da cabida a diferentes grupos (de estudio-investigación,
culturales, recreativos, artísticos, de servicio comunitario, de voluntariado,
de crecimiento cristiano, de orientación vocacional o de compromiso
cristiano), los promueve y acompaña, reconociendo en ellos una mediación
privilegiada de educación y evangelización. Algunos CFP ofrecen talleres
sobre habilidades prácticas para la vida, como educación financiera,
educación sobre medios de comunicación y programas de salud y bienestar.
Otros CFP ofrecen oportunidades para reuniones informales, salones, salas
de música, etc. La planificación anual debe incluir horarios específicos para
la participación en dichas actividades.
Uno de los pilares que sostienen la identidad de los CFP salesianos es
la articulación clara y orgánica de intervenciones explícitamente
evangelizadoras. La propuesta educativo-pastoral se traduce en
experiencias y actividades entrañables para la tradición salesiana:
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EL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL (CFP)
◗◗ el momento peculiar y breve de la dinámica de reflexión y
autoformación es el momento de los “Buenos Días”, breves encuentros
diarios organizados para el conjunto o por grupos, inspirados en las
“Buenas Noches” practicadas por Don Bosco en su experiencia de vida
con los muchachos de Valdocco. Los “Buenos días” son un momento
de oración y de lectura sabia de la vida con vistas a una asunción
progresiva de un juicio cristiano sobre los acontecimientos;
◗◗ se ofrecen experiencias formativas y espirituales al personal y a los
alumnos a lo largo de todo el año escolar; realizadas preferentemente
durante los periodos fuertes del año litúrgico, son un momento
propicio para el crecimiento en la fe y para examinar la propia vida a
la luz del mensaje cristiano;
◗◗ fiel a la época en que Don Bosco vivía con los chicos acogidos en
Valdocco, cada CFP propone momentos explícitos de oración y
celebración. También pueden participar alumnos pertenecientes a otras
confesiones cristianas o a otras religiones, como una oportunidad para
la integración cultural y el conocimiento de la tradición religiosa de la
nación en la que viven. La Eucaristía y las celebraciones de tiempos
litúrgicos o devociones locales son parte integrante de la propuesta
educativo-pastoral. Debe prestarse especial atención a la celebración
de la Reconciliación según un calendario adecuado, previsto en la
planificación de las actividades anuales de formación;
◗◗ los momentos de encuentro y festivos deben planificarse como
ocasiones para expresar gratitud y educar en la corresponsabilidad y la
pertenencia. Las familias y los distintos componentes de la CEP deben
participar activamente en la organización y puesta en marcha de
algunas de estas iniciativas. Debe hacerse hincapié en la celebración
de las fiestas salesianas, momentos de crecimiento en el espíritu de
familia y de gratitud.
Los encuentros entre alumnos de diferentes CFP a nivel
inspectorial, nacional, regional o mundial pueden ser una fuente
de enriquecimiento para ampliar sus perspectivas y su visión del
mundo. Estos encuentros pueden adoptar la forma de programas
de intercambio u otros encuentros que incluyan exposiciones
técnicas, presentaciones culturales, competiciones deportivas,
formación de equipos, formación en espiritualidad juvenil
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salesiana y experiencias religiosas. Si se fijan los objetivos de este
tipo de programas, se organizan las actividades y se reflexiona
sobre las experiencias, el encuentro resultará ser una celebración
eficaz de la educación salesiana.
Incluso cuando los alumnos hayan terminado de asistir a nuestros CFP,
un acompañamiento continuo durante el periodo de su salida inmediata
de las instituciones los llevaría a vivir gradualmente su vida después de la
formación salesiana.
Forma parte de la tradición salesiana mantener el contacto con los antiguos
alumnos, los jóvenes que han asistido a nuestros CFP. Es necesario encontrar
las mejores maneras de implicarlos como individuos y como grupo. En
algunos países, los CFP salesianos han empezado a hacer un seguimiento
de sus antiguos alumnos durante 24-36 meses después de su graduación,
para garantizarles buenas oportunidades de empleo y mantenerlos cerca
del entorno salesiano.
Nuestra vocación educativa nos invita a reflexionar detenidamente
sobre los efectos que puede tener una experiencia sistemática de fracaso
y a plantearnos, como educadores, la siguiente pregunta: “¿Cómo puedo
ayudar a este alumno a experimentar el éxito? ¿Qué puede representar
para él el éxito escolar?”
El éxito o el fracaso de la educación salesiana depende también de la
voluntad, la disponibilidad y la capacidad de los educadores salesianos para
facilitar, acompañar y poner en práctica los programas y las actividades. De
ahí la urgencia y la importancia de la formación continua.
De hecho, la formación y la actualización del profesorado son grandes
oportunidades para toda institución educativa y para quienes trabajan en
ellas. El contexto actual exige de nuestros CFP salesianos una formación
continua que acompañe a los profesores a lo largo de toda su vida profesional.
En los centros de formación profesional a veces es necesario planificar
el reciclaje con vistas a asumir nuevascompetencias, o bien, con vistas a
planificar un nuevo orden de cualificaciones profesionales.
Las oportunidades de intercambio y movilidad (tanto a nivel nacional como
internacional): el abanico de actividades que pueden beneficiarse de apoyo
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EL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL (CFP)
es amplio, como por ejemplo el aprendizaje por observación y cursos de
desarrollo profesional para personal, períodos de formación práctica y
períodos de inserción laboral de larga duración, expertos invitados y otras
actividades. Todos estos programas de desarrollo profesional forman a
los educadores salesianos para que sean animadores y facilitadores del
aprendizaje más que meros instructores.
Necesitamos formar y actualizar a nuestros profesores - no sólo en lo que
se refiere a los métodos de enseñanza y a sus disciplinas - para cualificar su
profesionalidad en la escuela salesiana, según un proyecto de formación
que combine fe, ciencia y vida. Por tanto, la formación de los profesores
debe garantizar una profesionalidad pedagógicamente eficaz; un estilo
educativo salesiano cualificado; una espiritualidad vivida cristianamente;
una personalidad humanamente rica y acogedora. En la formación debe
prestarse mayor atención a la pastoral educativa de la dinámica específica
de la escuela.
Regularmente se planifican iniciativas locales o inspectoriales que
responden a un plan inspectorial de formación del profesorado,
con especial atención a la formación de los profesores
recién contratados. A los que se incorporan por primera vez
a la formación profesional salesiana se les ofrece un apoyo de
contenidos y metodológico específico para esta área, según el PEPS.
Los cursos, jornadas de reflexión y formación, a los que están llamados a
participar los profesores salesianos del CFP, les implicarán en un recorrido
que incluye el conocimiento de Don Bosco y del Sistema Preventivo.
También está siempre previsto un intercambio sobre los aspectos prácticos
inherentes a la metodología y a la didáctica de la tradición salesiana.
Todos los elementos e intervenciones indicados que configuran el
CFP deben incluirse en el PEPS más amplio y global, de acuerdo con las
disposiciones legislativas dictadas por los Gobiernos. El diseño pastoral
del PEPS expresa, configura y define la identidad de la escuela, haciendo
explícitos los valores evangélicos que la inspiran, traduciéndolos en
términos operativos precisos. El PEPS es el criterio de todas las opciones e
intervenciones (plan de estudios, elección de profesores y libros de texto,
planes de enseñanza, criterios y métodos de evaluación). Caracteriza la
intencionalidad pastoral que anima toda la CEP, determinante en todos los
elementos y articulaciones del CFP. Es la conciencia que guía a la CEP en
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la consecución de sus objetivos, en la evaluación de sus esfuerzos y en la
búsqueda de nuevas mejoras.
Como instituciones educativas, nuestros centros salesianos se enmarcan
en un contexto histórico y están definidos por leyes nacionales que
determinan su orden organizativo y didáctico, reconociendo y aprobando
rutinariamente nuestras metas y objetivos del CFP, nuestros principios y
valores.
El PEPS es nuestro “carné de identidad”. Presenta el carisma
que inspira nuestra oferta educativa (las motivaciones originales
deben seguir iluminando hoy nuestro trabajo); el concepto de
educación integral; el modelo de comunidad educativa, la CEP;
los valores de referencia; el método educativo y las opciones
preferentes del momento.
La identidad de nuestro CFP salesiano establecida en el PEPS local
constituirá, por tanto, una propuesta educativa común para todos los
alumnos y todas las clases. El PEPS, que en su programación pastoral
define intervenciones explícitamente evangelizadoras, es plenamente
coherente con la cultura del currículo educativo (opciones educativas y
didácticas generales); con la más amplia, que presenta también propuestas
extraescolares y organizativas; y con la de gestión (itinerarios formativos,
actividades, iniciativas educativas, organización y gestión de las estructuras,
personas y recursos de la escuela). La acción pastoral no está aislada, sino
que impregna toda la labor educativa.
Todos los diferentes componentes de la CEP están por tanto
comprometidos en la realización de los principales contenidos de la
pedagogía salesiana actual. Tanto más aquellos que por su papel, función
y capacidad están llamados al servicio del liderazgo de los institutos-
centros. Los ámbitos en los que este liderazgo pedagógico podría ser más
evidente conciernen lo que sigue:
◗◗ gestionar recursos humanos (elección de personas, desarrollo de sus
competencias, planificación de objetivos personales y organizativos,
organización de roles, tareas y funciones);
◗◗ orientar a las personas (mejorar, animar, aumentar el nivel de
motivación, guiar, apoyar);
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EL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL (CFP)
◗◗ formar a las personas (a nivel profesional, humano, salesiano y
cristiano).
Pero también existe un segundo nivel que tiene como objetivo hacer que las
cosas funcionen bien dentro de la organización. La selección de personal,
la gestión económica del Centro, la gestión de los recursos humanos
según un organigrama específico, la obtención de recursos económicos y
financieros, la distribución de estos recursos en el funcionamiento mínimo
del Centro y en la innovación pedagógica y didáctica, el cuidado del back
office administrativo, de gestión, normativo, tecnológico y didáctico, la
difusión de la imagen del Centro en el territorio, el contacto con otros
CFP, padres, servicios sociales, entre otros, son algunas de las principales
acciones de liderazgo en este nivel de la organización.
La gestión de los recursos económicos, los edificios y
el equipamiento se lleva a cabo según las directrices de la
Inspectoría y con la debida transparencia administrativa. Los
centros de formación profesional documentan la contabilidad
de acuerdo con la normativa vigente y llevan un registro de las
actividades de formación.
4 2 ESTRUCTURAS DE PARTICIPACIÓN Y RESPONSABILIDAD
Animación local
Las estructuras de participación y corresponsabilidad pretenden crear las
condiciones ideales para una comunión, un intercambio y una cooperación
cada vez mayores entre los distintos componentes de la CEP. El objetivo es la
aplicación responsable de los PEPS y el crecimiento de la colaboración entre
profesores, alumnos y padres. Estas estructuras varían según los países y
las diferentes legislaciones escolares. Por ello, cada Inspectoría debe definir
formas adecuadas y concretas de organización, funcionamiento interno y
responsabilidades de los CFP, teniendo en cuenta los siguientes elementos:
◗◗ en primer lugar, el Consejo de la CEP para el CFP (según las
distintas denominaciones), conforme a las disposiciones de cada
Inspectoría, es el órgano que anima y orienta toda la acción salesiana
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con la reflexión, el diálogo, la programación y la revisión de la acción
educativo-pastoral (CR, capítulo VIII, n.2.1/d);
◗◗ en segundo lugar, el Equipo de Profesores se encarga de diseñar las
orientaciones pedagógicas en los momentos de propuesta, discusión,
toma de decisiones y verificación según lo previsto en el PEPS. Cada
CFP garantiza también la estructuración de la Junta de Profesores
en comisiones (o equipos o grupos de trabajo) y departamentos (o
áreas temáticas) para el diseño, la planificación y la aplicación de las
iniciativas pedagógicas;
◗◗ por último, el equipo pastoral, dirigido por el coordinador pastoral,
anima la acción evangelizadora asegurando su integración profunda
en el proceso pedagógico y educativo. Los criterios de composición
de este equipo se definen a nivel local. Algunos alumnos también
forman parte de él (CQ, capítulo VIII, n° 6.3/b).
Animación inspectorial/nacional/regional
Las estructuras organizativas de los CFP salesianos existen a nivel
inspectorial, nacional e internacional (o regional). Pueden ser entidades
con personalidad jurídica reconocida civilmente. Con políticas y
procesos claros, esta red de cooperación a diferentes niveles constituye
una presencia activa en el sistema de formación profesional, interactuando
con el sector productivo, con organismos públicos (gubernamentales o
de la sociedad civil) y privados de investigación y desarrollo en formación
profesional, con otros interlocutores sociales (empresas y organizaciones no
gubernamentales) y sindicatos, así como con otros organismos nacionales
e internacionales interesados en los procesos educativos y las políticas
laborales. Estas estructuras sirven para orientar a los socios existentes y
potenciales en la misión educativa y evangelizadora de los CFP salesianos,
en armonía con la construcción y transformación de la sociedad.
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EL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL (CFP)
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