LA ANIMACIÓN PASTORAL ORGÁNICA DEL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL
presencia animadora que va más allá de los confines del espacio físico y
de las ‘horas de oficina’.
Tradicionalmente, tiene lugar en el patio de recreo, en el aula, en talleres,
en el teatro, etc. En la era digital, la asistencia y el acompañamiento
salesianos tienen lugar más allá de los confines del espacio físico, es decir,
la “presencia” y la influencia del educador salesiano pueden tener lugar
en las redes sociales.
Los jóvenes que acuden a los CFP salesianos se sienten a menudo
atraídos por el ambiente familiar que encuentran. Es importante,
en la animación de los CFP, que los educadores estén cada vez
más dispuestos al encuentro personal con los alumnos.
Teniendo en cuenta las diferentes fases de la edad de desarrollo
de los jóvenes, en cada sector los educadores deben ofrecer un
espacio y un tiempo adecuados para los encuentros personales
con los jóvenes para un dialogo sobre el camino recorrido por
cada uno y las propuestas a realizar.
Todos los educadores deberían estar disponibles para coloquios personales,
pero algunos de aquellos deberían dedicarse especialmente a este servicio.
Se puede establecer un programa de tutoría en el que los educadores
impliquen a miembros cualificados de la Familia Salesiana para que
acompañen a los alumnos. Y si el apoyo psicológico es un servicio
importante que prestar a los alumnos, los salesianos pueden ponerse a su
disposición para un acompañamiento personal.
❖ Los contenidos sistemáticos de las distintas disciplinas se ofrecen
como conocimientos que hay que adquirir, verdades que hay que descubrir,
técnicas que hay que dominar, respuestas a preguntas profundas y valores
que hay que asimilar. El enfoque pedagógico y, sobre todo, las ideas
culturales fundamentales que se transmiten contribuyen a esta claridad
del conocimiento.
En este sentido, a nivel de formación, los cursos plurianuales son más
eficaces que los anuales. Por ello, es deseable que los cursos de formación
profesional no sean “abreviados”, destinados a facilitar exclusivamente una
rápida entrada en el mercado laboral, sin adquirir un repertorio diferenciado
de competencias (no sólo conocimientos técnicos y científicos, sino también
perspectivas éticas, sociales y culturales).
38
EL CENTRO SALESIANO DE FORMACIÓN PROFESIONAL (CFP)
Esto implica, por una parte, que se haga hincapié en la experiencia
humana subyacente a las distintas disciplinas, ayudando a los jóvenes a
captar, apreciar y asimilar los valores inherentes a los hechos presentados
y explorados; por otra parte, que se abra el interés a la cultura universal en
contacto con las expresiones de los distintos pueblos y el patrimonio de
valores compartidos por la humanidad.
En los CFP salesianos, los educadores activan itinerarios educativos ricos en
humanismo cristiano y salesiano y que se refieren a los nudos centrales de
la maduración de los jóvenes: la formación de la conciencia, la educación
para amar, la educación sociopolítica, la educación para salvaguardar la
creación y, específicamente, la formación religiosa. En el contexto actual
de los CFP, el plan de estudios bien diseñado debe complementarse con
oportunidades de aprendizaje práctico y basado en proyectos que ayuden
a los alumnos a resolver problemas en situaciones reales.
La exposición de obras maestras de fin de curso es una
práctica muy habitual. La celebración de estos actos aumenta
considerablemente la motivación de los alumnos y también es
beneficiosa desde el punto de vista del aprendizaje y, por tanto,
del éxito académico. Los profesores ponen mucho empeño en ello,
aunque a veces sea un trabajo extra. Lo hacen con gusto porque a
menudo reciben comentarios positivos.
❖ Para Don Bosco, la educación salesiana es una cuestión de corazón,
que va más allá de un método de enseñanza “rígido”. Un método de
enseñanza eficaz busca el bien de cada persona y los medios para sacar
lo mejor de ella. Por esta razón, elegimos la personalización de las
propuestas y la colaboración como método pedagógico-educativo. A
veces, los jóvenes que eligen un curso de formación profesional vienen
con motivaciones diferentes (la practicidad del curso, la falta de ganas
de estudiar, los repetidos fracasos formativos, la posibilidad de trabajar
pronto) y los formadores les convierten en artífices de su propio destino
descubriéndoles competencias, sobre todo manuales, que otros no habían
conseguido sacar a la luz.
Esta didáctica activa, basada en el uso de metodologías inductivas, desarrolla
en los alumnos la capacidad de descubrimiento, teniendo en cuenta su nivel
y ritmo de aprendizaje, y desarrolla hábitos de creatividad y de crecimiento
cultural autónomo; un enfoque interdisciplinar en el que las diferentes
39