V. NUEVAS FORMAS DE PRESENCIA SALESIANA ENTRE LOS JÓVENES
Frente a las nuevas exigencias juveniles, se percibe la dificultad que tienen las actuales instituciones para dar respuestas adecuadas a las demandas de educación y de educación de la fe. Se constata un progresivo alejamiento entre el mundo de los adultos y el mundo de los jóvenes; un alejamiento humano, cultural y religioso que hace difícil el verdadero diálogo y la comunicación entre sus referentes fundamentales y los de los adultos. No obstante la substancial eficiencia en la organización de las estructuras y el compromiso activo de los educadores, se advierte una cierta impotencia ante esta nueva situación.
En esta sociedad compleja y pluralista asistimos al surgimiento de nuevos lugares o formas de educación de la juventud, que proponen modelos y crean estilos de vida que fascinan a las masas juveniles; piénsese en la escuela paralela de los medios de comunicación, en las agrupaciones en torno a los intereses musicales y deportivos, en el turismo, en las nuevas formas de compromiso social y eclesial, en el área vital del tiempo libre, nuevo lugar de identificación personal.
Una de las formas de presencia amplia y extensiva es el Movimiento Juvenil Salesiano (MJS).
EL MOVIMIENTO JUVENIL SALESIANO
Movimiento Juvenil Salesiano: una expresión privilegiada de la pedagogía de Don Bosco
La tendencia asociativa, la vida de los grupos, la inspiración comunitaria ha sido experiencia casi espontánea en la vida de Don Bosco, una inclinación de su índole naturalmente llevada a la sociabilidad y a la amistad. El asociacionsimo juvenil es una exigencia indispensable en el tipo de proyecto preventivo y popular anhelado por Don Bosco (Cf. ACS 294, 17).
El Movimiento Juvenil Salesiano entre los movimientos eclesiales
Entre los frutos de la renovación que el Espíritu Santo ha generado a partir del Concilio Vaticano II, están los movimientos eclesiales, que «son expresiones providenciales de la nueva primavera suscitada por el Espíritu» (Juan Pablo II 31/5/98).
“El término [movimiento] es a menudo referido a realidades diversas, entre ellas, a veces hasta por configuración canónica. Si, por un lado, ella no puede ciertamente agotar ni fijar la riqueza de las formas suscitadas por la creatividad vivificante del Espíritu de Cristo, por el otro, indica una concreta realidad eclesial de participación predominantemente laica, un itinerario de fe y de testimonio cristiano que funda el propio método pedagógico sobre un carisma preciso dado a la persona del fundador en circunstancias y modos determinados”. (Juan Pablo II, Congreso, 4).
Entre estas nuevas expresiones de la vida eclesial, el Espíritu ha hecho brotar en la realidad salesiana el Movimiento Juvenil Salesiano.
1.3. Características del MJS
El Movimiento Juvenil Salesiano (MJS) es una de las formas de presencia entre los jóvenes más amplias y extensivas.
Es un movimiento de carácter educativo ofrecido a todos los jóvenes, para hacerlos sujetos y protagonistas de su crecimiento humano y cristiano, con impulso misionero, abierto a los alejados, con una voluntad de incidencia en el territorio y en la sociedad civil y de inserción y aporte a la Iglesia local.
Los grupos y las asociaciones juveniles que, aún manteniendo su organización autónoma, se reconocen en la espiritualidad y en la pedagogía salesiana, forman de modo implícito y explícito el Movimiento Juvenil Salesiano.
1.3.1. Elementos de identidad del MJS
Son dos los elementos de identidad que caracterizan al MJS:
La referencia a la Espiritualidad Juvenil Salesiana (EJS) y a la pedagogía salesiana: la persona de Don Bosco, iniciador en la Iglesia de una forma concreta de vida cristiana, la EJS, y de una praxis educativa, el Sistema Preventivo Salesiano, es la referencia unificadora para todos los grupos y asociaciones.
La vinculación entre los grupos, lo que se expresa en el compartir los valores e ideas-fuerza y en la coordinación de iniciativas comunes, que se convierten en ocasiones significativas de diálogo, de confrontación, de formación cristiana y de expresión juvenil (Cf. CG23, 275-277).
1.3.2. Opciones fundamentales del MJS
Estos elementos se concretizan en algunas opciones importantes:
La opción educativa, que pone el acento en el camino de crecimiento de las personas, que lo abre a todos los jóvenes, sobre todo a los más pobres y alejados, con la voluntad de acompañarlos hasta la plenitud de la vida cristiana (la santidad). La atención de los educadores se dirige a la persona del joven más que a las estructuras de agrupación.
La opción asociativa–eclesial, que abre la experiencia de grupo a una realidad más amplia de comunicación, compartir y colaborar hasta transformarla en una experiencia de Iglesia.
La opción formativa que da siempre la prioridad al proceso de crecimiento integral y permanente de las personas, al servicio de las cuales articula las diversas actividades e iniciativas.
La opción apostólica, que compromete a los jóvenes a formarse en el servicio gratuito por los otros, compartido, profundizado y celebrado juntos.
La opción civil, para convertirse en un instrumento de experiencia y formación social y para estar presentes con eficacia en la sociedad, en los niveles en los cuales se deciden las políticas juveniles.
Estas opciones se traducen en algunos elementos operativos que guían la vida de grupo del movimiento:
la variedad de grupos y asociaciones según los intereses del joven, cuidando sobre todo aquellos más adecuados a los jóvenes más pobres; sin grupos de base no se puede ser MJS;
un camino de experiencia comunitaria en torno a la persona de Don Bosco y a los valores de la EJS. Esta referencia a Don Bosco y a los valores de su espiritualidad son el punto de convergencia en la fuente de inspiración cualificante de todos los grupos y asociaciones que hacen referencia al MJS;
el compromiso apostólico de los jóvenes entre los mismos jóvenes; SDB; FMA y jóvenes juntos al servicio de la Iglesia y de la sociedad;
los animadores, que viven y hacen propia la propuesta salesiana en los grupos y las asociaciones; y
los encuentros y la fiesta, como momentos de comunicación, de formación y de experiencia de vida.
1.3.3. Elementos para la animación del MJS
Aun siendo las realidades muy diversas, algunos aspectos de la animación son fundamentales:
promover un organismo inspectorial e interinspectorial de coordinación con la participación de los jóvenes;
proyectar una propuesta formativa ofrecida a los diversos grupos y asociaciones como punto de referencia para su plan de formación;
considerar la formación de los animadores y educadores la carta vencedora del Movimiento;
crear una red de información y de vinculación entre los diversos grupos y asociaciones y también entre ellos y los otros grupos y asociaciones en la Iglesia y en el territorio (encuentros, hojas o revistas, iniciativas de conjunto, etc.);
considerar los lugares salesianos como lugares de encuentro espiritual y de propuesta cristiana; y
considerar el delegado PJ con su equipo promotor del conjunto del MJS.
Los ámbitos de interés y de compromiso del MJS
Las expresiones del MJS son múltiples y manifiestan la variada propuesta asociativa salesiana. Esta se coloca en diversos niveles y en varios tipos de grupos que describimos brevemente.
El área de la amplia acogida: se trata de amar las cosas de los jóvenes y sus intereses (deportivos, recreativos, etc.) para implicarlos en un proyecto de vida, para educarlos no como individuos, sino como comunidad, en relación, diálogo, colaboración y participación con las familias y la sociedad.
El área de la formación humana que desarrolla la creatividad, la capacidad de proyección y competencia en la realización la capacidad de soñar y crear, la capacidad de utilizar el lenguaje de los mass media, etc.
El área de la animación cultural, social y política que apunta con particular atención al conocimiento de la realidad del territorio, al compromiso social y político que se juega sobre algunos valores de solidaridad: el desarrollo, la paz, la justicia, la globalización, la ecología, etc.
El área de la formación religiosa y cristiana que compromete a los grupos y a las asociaciones a cualificar el mensaje religioso y cristiano que tienen como finalidad específica y prioritaria, para acompañar a los jóvenes en su crecimiento religioso y en su itinerario de educación a la fe.
Las convocatorias juveniles
Los encuentros juveniles son uno de los elementos que caracterizan al MJS; son ocasiones significativas de comunicación entre los grupos y de circulación de los mensajes y de los valores de la Espiritualidad Juvenil Salesiana.
En estos años, se están multiplicando estos grandes momentos de encuentro. En el lapso de un año, diversas inspectorías viven jornadas en las cuales se intensifica el diálogo entre todos los componentes juveniles que constituyen el MJS.
El clima de fiesta es una característica de estos encuentros, pero el educador debe también cuidar los contenidos; la convocatoria en su conjunto debe resultar un verdadero anuncio y un momento fuerte de llamada y de relanzamiento de la propuesta educativo-pastoral. Por esto es necesario:
Prever en la diversidad de los momentos y de las expresiones una cuidadosa convergencia de los contenidos, poniendo el énfasis en la calidad y significación de la propuesta educativa y evangelizadora.
Insertar el encuentro en el amplio proceso educativo de los grupos, pensando un conveniente camino de preparación y un «después del encuentro» que lleve la esperanza a la vida de cada día.
Cuidar la preparación y participación de un número proporcionado de animadores, especialmente jóvenes, conscientes de los objetivos propuestos.
NUEVAS FORMAS Y SERVICIOS EDUCATIVOS
En el conjunto del mundo salesiano se han desarrollado nuevas formas de agrupación juvenil, nuevas formas educativas, servicios y obras para responder a las nuevas necesidades de contacto y de presencia en el mundo juvenil. Sin pretender ser exhaustivos, he aquí algunas:
asociaciones y servicios en el campo del tiempo libre, como el deporte, el turismo, la música, el teatro…;
voluntariado en sus diversas formas;
servicios especializados de formación cristiana y de animación espiritual (casas de espiritualidad y de retiros);
programas de animación vocacional (comunidades, propuestas, centros de acogida vocacional, campamentos vocacionales…);
presencias en el mundo universitario (pensionados universitarios, animación de la pastoral universitaria; acogida y atención a los universitarios…); y
otras formas de presencia en los medios de comunicación masiva, y en el campo pastoral específicamente misionero, animados por los respectivos dicasterios para la comunicación social y para las misiones.
2.1. Características de estas nuevas formas de presencia
Todas estas nuevas formas de presencia son realidades ligeras, capaces de responder y de adaptarse a las cambiantes necesidades y urgencias con mayor libertad de acción y de iniciativa; utilizan principalmente las posibilidades de la comunicación con el ambiente natural de los jóvenes, más que la estabilidad de un ambiente físico; privilegian la espontaneidad de las relaciones y la libertad de adhesión, la centralidad de las personas más que la estructura y el proyecto; en ellas es relativamente más fácil involucrar a los mismos jóvenes en la conciencia de que el camino a cumplir juntos está en sus manos; cultivan una ligazón de fondo entre las diversas realidades y trabajan en mutua interacción con otras instituciones y servicios en un territorio, buscando ofrecer una respuesta global a las situaciones. Son, por tanto, expresión de una forma de presencia en el mundo juvenil e instrumentos eficaces de respuesta a las nuevas urgencias educativas y evangelizadoras.
2.2. Criterios de identidad salesiana
Estos nuevos espacios y formas educativas están también expuestos a algunos peligros que pueden reducir su eficacia educativa y evangelizadora, como por ejemplo el individualismo en la gestión, una identidad débil o poco definida, una realización provisoria y un proyecto precario, que hacen difícil la continuidad de los procesos educativos de larga duración.
Conviene, pues, presentar algunos elementos y criterios que ayuden a orientar estas nuevas formas de presencia y de articulación positiva con las tradiciones al interior del proyecto de la Inspectoría. He aquí algunos:
Claridad de la finalidad educativa y pastoral salesiana (C 41);
- apertura al criterio permanente de discernimiento y renovación: cada actividad y obra es «para los jóvenes casa que acoge, parroquia que evangeliza, escuela que prepara para la vida y patio para encontrarse con los amigos y vivir en alegría» (C 40).
realización comunitaria: la comunidad salesiana es siempre el sujeto de la misión (C 44); e
integración en el proyecto inspectorial con una permanente interacción y colaboración entre las diversas obras y servicios educativo-pastorales de la Inspectoría (C 58).
SERVICIOS DE ANIMACIÓN DEL TIEMPO LIBRE
El valor educativo–pastoral salesiano del tiempo libre
Las actividades de tiempo libre, deporte, turismo, cultura, música, teatro, etc., son realidades que agrupan a muchos jóvenes, incluso lejanos, que buscan satisfacer sus típicos intereses; están presentes en todas nuestras obras.
Este tipo de intervención educativa es hoy considerado de gran valor social y de relevancia preventiva; es un modo nuevo a recrear el ambiente oratoriano suscitado por Don Bosco en Valdocco: el patio fue para él el lugar predilecto para acción educativa pastoral.
Características de la animación de actividades de tiempo libre
Existe en el mundo salesiano una gran variedad de iniciativas, grupos y asociaciones que desarrollan la propuesta educativo-pastoral salesiana en estos ámbitos con pluralidad de estilos de acción, formas de organización, y cantidad de participantes. Pero en todas podemos individuar algunos elementos que caracterizan su identidad:
la centralidad del joven en la obra educativa y en todas las actividades y proyectos;
el grupo y la experiencia asociativa como opción educativa privilegiada y esencial para una maduración humana integral;
el tiempo libre como un tiempo liberado de los condicionamientos consumistas y disponible para la expresión, desarrollo y profundización de los intereses juveniles;
la formación integral, personal y social de los jóvenes, valorizando su demanda educativa a través del desarrollo de sus intereses;
el estilo educativo de la animación;
la participación y el protagonismo de los laicos, sobre todo de los mismos jóvenes; y
la presencia activa en el territorio, para ofrecer un proyecto de hombre y de sociedad inspirado explícitamente en la visión cristiana y en el sistema educativo de Don Bosco.
3.3 Criterios y líneas operativas
Integrar todos estos grupos y asociaciones de actividades de tiempo libre (juego, deporte, turismo, música, teatro, cine, etc., …) en el proceso educativo-pastoral, que favorece:
el descubrimiento y el desarrollo de las energías positivas y de los recursos y valores que el joven tiene dentro de sí; y
la oferta de experiencias positivas y de calidad educativa, como el encuentro amistoso, la alegría del compartir, el esfuerzo por alcanzar una meta, la autodisciplina, la capacidad creativa, etc.; y
las exigencias y los intereses siempre más profundos y de más calidad humana y cristiana.
Reunir el protagonismo de los jóvenes, siempre central, con la presencia activa y significativa de los educadores entre ellos, para crear juntos un ambiente de familia y de relación personal, en sí mismo signo y testigo del Evangelio.
Pensar la necesaria organización al servicio del proceso educativo-pastoral y de una presencia significativa en lo social. Estas actividades tienen necesidad de estructuras y organizaciones eficaces y competentes, y también de fuentes de recursos económicos; se trata de realidades y procesos necesarios, pero también cargados de riesgos, razón por la cual se debe cuidar mucho:
la selección de los responsables y su formación, procurando que compartan los criterios y los objetivos del PEPS que se integran en la CEP;
los criterios de distribución de los dineros, privilegiando los aspectos educativos, al servicio de los jóvenes necesitados; y
la elección de los proyectos de colaboración y de los partners.
Facilitar el sentido de pertenencia de los diversos grupos y asociaciones a un proyecto y un ambiente educativos más amplios e integrales, para superar el peligro del sectarismo. Esto supone:
hacer participar a los responsables y animadores de los diversos grupos y asociaciones presentes en una obra salesiana en la única CEP, sintiéndose responsables solidariamente del ambiente educativo;
promover experiencias de participación, colaboración y de apertura a los otros grupos a través de información recíproca, momentos de encuentro y celebración en conjunto, colaboración en iniciativas y actividades de conjunto, etc.; y
favorecer una cierta comunión de bienes al servicio de las necesidades del conjunto.
EL VOLUNTARIADO SALESIANO
Una experiencia en crecimiento
En la realización de la misión salesiana, a través de la Pastoral Juvenil Salesiana, nosotros animamos, sea el espíritu del voluntariado (servicio, solidaridad –dimensión social de la caridad, gratuidad, disponibilidad en relación a las personas en dificultad…), sea el voluntariado mismo (todas las formas específicas de voluntariado educativo organizado), para que sean vividos en cada una de nuestras comunidades educativas pastorales (CEP).
En estos años se ha desarrollado en las Inspectorías y en el MJS una gran diversidad de grupos y asociaciones de voluntariado, sobre todo, juvenil. El CG24 ha reconocido la realidad del voluntariado como un nuevo estilo de apertura al otro, especialmente en ambientes de pobreza y marginación, como un desafío contra la injusticia y los egoísmos imperantes, como una salida vocacional significativa y una prueba del camino educativo recorrido por los jóvenes en unión con los SDB (cf. CG24, 26).
El voluntariado juvenil salesiano es también una manifestación importante de la riqueza y amplitud del carisma de Don Bosco y del protagonismo juvenil en la dedicación y el compromiso en la pastoral y promoción humana.
Existe una gran pluralidad de realizaciones del voluntariado salesiano: voluntariado en las obras de la Inspectoría o en los territorios de misión; voluntariado social entre los más pobres o voluntariado educativo (animadores) o voluntariado directamente evangelizador; voluntariado de larga duración (un año o más) o de tiempo breve; el servicio social sustitutivo del servicio militar (objeción de conciencia)…
Muchas inspectorías están haciendo una importante reflexión sobre el voluntariado, llegando hasta asumirlo en su pastoral orgánica. La Congregación, a través de los Dicasterios de Pastoral Juvenil, Familia Salesiana y Misiones, ha ofrecido un documento (Voluntariado y misión salesiana), como marco de referencia general para la animación de esta experiencia.
4.2. Identidad del voluntariado salesiano
A la luz de este documento y de las experiencias hechas últimamente, señalamos algunas características:
Característica laica y juvenil. El voluntario salesiano es un laico, hombre o mujer, mayor de edad, que después de una adecuada preparación se pone al servicio desinteresado de los jóvenes y de las clases populares, dedicando una atención prioritaria a los más pobres, en la línea de la misión salesiana y por un cierto tiempo.
Característica educativa: promueve una respuesta competente, creativa y continuada a las necesidades emergentes, con iniciativas de educación y de promoción humana.
Característica socio-política: propone, en colaboración con instituciones civiles y eclesiales, una acción encaminada a transformar la sociedad y a suprimir las causas de la injusticia.
Característica evangélica: se esfuerza y vive un peculiar estilo de presencia, inspirado en el Evangelio; acepta la opción cristiana de educar evangelizando y de evangelizar educando, y favorece la acción misionera.
Característica comunitario–salesiana: vive en equipo y comunidad dentro de una estructura organizada, practicando el Sistema Preventivo de Don Bosco con corazón oratoriano, inspirándose en la Espiritualidad Juvenil salesiana.
Característica orgánica: se realiza organizadamente al interior de la PJ Salesiana con un plan concreto de desarrollo, y con una coordinación inspectorial y /o interinspectorial.
4.3 El voluntariado salesiano en la PJ
El voluntariado propone a la PJ un camino concreto para redescubrir los valores de los orígenes salesianos, para activar nuevas modalidades de intervención pastoral, y dedicar una atención cualificada a los jóvenes mayores, abiertos a la solidaridad, aunque sus motivaciones de fe aparezcan todavía débiles. Ofrece también la posibilidad de diálogo y colaboración con otras agencias educativas, buscando la promoción social de los más pobres.
La pastoral juvenil propone al voluntariado un camino global de maduración e itinerarios formativos específicos. Ofrece la experiencia vivida de la Espiritualidad Juvenil Salesiana y criterios para hacerlo apostólicamente más significativo.
Pone en contacto con una rica tradición educativo–preventiva (el corazón oratoriano) y en comunicación con otras experiencias juveniles, eclesiales y civiles. Así ayuda al voluntario a vivir su vocación bautismal y le acompaña en el discernimiento de su opción vocacional específica en la Iglesia o en la Familia Salesiana.
4.4 La animación del voluntariado salesiano
Para orientarlo, es necesaria una animación concreta y sistemática que exige:
Promover la sensibilización de los salesianos y de la comunidad:
- el conocimiento y la apertura a los valores del voluntariado y a su importancia en la misión salesiana;
- acogida cordial del voluntario en el propio proyecto, respetando siempre su identidad de laico;
- colaboración para la elaboración y la práctica del plan inspectorial de promoción y animación del voluntariado inserto en el proyecto educativo-pastoral (Cf. CG24, 126).
Favorecer la experiencia comunitaria de los voluntarios,
- cuidando la experiencia del espíritu salesiano de familia entre ellos, con los SDB y los demás colaboradores;
- mediante una educación cotidiana de la aceptación de las personas, del trabajo en común, de la comunicación de vida y del compartir la fe;
- ofreciendo momentos cotidianos de comunicación, de oración y de distensión; espacios de participación y campos de corresponsabilidad dentro de la comunidad educativo-pastoral o de la comunidad salesiana; y
- con modalidades diversas según el tipo de voluntariado: su duración, el estado de vida de los voluntarios, su número, la presencia o no de un salesiano y de otros miembros de la Familia Salesiana.
Cuidar su formación a través de:
- el contacto sistemático con una comunidad salesiana donde aprenda a vivir y a trabajar según los criterios del sistema educativo salesiano;
- el conocimiento directo de la realidad, la reflexión y la participación en las situaciones, la profundización en las motivaciones, la programación y la realización en común;
- un acompañamiento personal que oriente el propio proceso de maduración;
- un grupo de pertenencia, con un programa concreto de formación general y específica;
- algunas experiencias especiales de formación: campos de trabajo, vacaciones comprometidas, experiencias en el extranjero de breve duración, etc.; y
- una clara perspectiva vocacional, o, como seglar, comprometido en la Iglesia o en la Familia Salesiana, o en la vida religiosa o sacerdotal.
Desarrollar algunos instrumentos de animación en la comunidad local e inspectorial:
La responsabilidad de la animación y coordinación inspectorial compete al Delegado inspectorial para la PJ y a su equipo, a través de un encargado de este sector.
Este encargado:
- promueve el voluntariado organizado, sensibiliza a los hermanos y a los laicos;
- cuida de la formación de los voluntarios, dentro de un plan inspectorial;
- coordina, de acuerdo con el delegado de PJ, las diversas iniciativas de voluntariado en la Inspectoría;
- mantiene relación con el Encargado inspectorial para las Misiones y con el Delegado de la Familia Salesiana;
- se relaciona con otras inspectorías y con los organismos civiles y eclesiásticos; y
- apoya a los que vuelven de la experiencia de voluntariado en el extranjero.
El responsable local del voluntariado, de acuerdo con el responsable local de Pastoral, anima y coordina la promoción y formación de los voluntarios en cada obra salesiana.
* Promover también una forma de coordinación más amplia, interinspectorial, nacional o regional, organizando, si es posible Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que, en colaboración con otras instituciones de la Iglesia y de la sociedad, favorezcan la formación de los voluntarios, la promoción de proyectos de formación humana con la participación de voluntarios y la búsqueda de financiamiento público y privado.
5. SERVICIOS ESPECIALIZADOS DE FORMACIÓN CRISTIANA Y DE PASTORAL VOCACIONAL
Entre los jóvenes mayores y, sobre todo, entre los animadores, se da una búsqueda de espiritualidad. Estos años en el MJS se han profundizado y compartido los valores de la Espiritualidad Juvenil Salesiana, hasta enriquecer y hacer más explícita la propuesta del CG23.
El CG24 ha resaltado la convicción de que la espiritualidad es la fuente de comunión entre SDB y laicos, y ha propuesto la espiritualidad salesiana como el elemento central del proceso de formación a realizar juntos.
A la luz de estas expectativas, en los últimos decenios han nacido en la Congregación diversas iniciativas y servicios de formación cristiana y de educación en la espiritualidad, por ejemplo, experiencias de retiro, escuelas de oración, casas de espiritualidad, centros de formación pastoral y catequética, santuarios, etc. Dichas iniciativas tienen también una fuerte incidencia vocacional; hoy la vocación sólo puede madurar en el joven si vive una profunda y encarnada espiritualidad.
Estas iniciativas constituyen una nueva forma de presencia salesiana entre los jóvenes, que cada vez se ve más necesaria y urgente.
5.1 Servicios de experiencia y de formación cristiana. (Casas de retiro y de espiritualidad, escuelas de oración, centros de formación pastoral y catequética…)
Para dar calidad y consistencia a estas iniciativas, conviene programarlas y realizarlas según algunos criterios:
Asegurar la presencia de un equipo de SDB y de otros miembros de la Familia Salesiana; organizar estas casas, no simplemente como lugares de hospedaje, sino como comunidades o equipos de personas que acogen, acompañan y comparten con los jóvenes una misma experiencia espiritual.
Con un programa preciso de profundización y pedagogía espiritual, con diversas propuestas y niveles, según las necesidades de los diversos grupos de destinatarios; superar la simple oferta de iniciativas aisladas para presentar un camino preciso de iniciación y de profundización espiritual.
Dar especial importancia a la pedagogía de la oración y de la escucha de la Palabra de Dios; con ofertas de experiencias de oración, de escucha de la Palabra y de participación en los sacramentos según los valores de la Espiritualidad Juvenil Salesiana; cuidar especialmente la iniciación y el acompañamiento para ayudar a los jóvenes a hacer una verdadera experiencia vivida y personalizada.
Ofrecer a todos los jóvenes la posibilidad de tener un diálogo personal con algún salesiano o animador durante el encuentro y de un acompañamiento sistemático, si así lo desea.
Desarrollar siempre el tema vocacional, ayudando a los jóvenes a situar la propia vida ante el Señor y su proyecto de salvación.
Existen otros servicios pastorales que se extienden más allá de la presencia salesiana en una obra concreta; algunos al servicio de la Iglesia local (como, por ejemplo, los salesianos comprometidos en la pastoral vocacional diocesana o que animan movimientos juveniles no salesianos), otros al servicio de una zona (por ejemplo, el encargado de la formación de los educadores en una zona). Estos servicios pastorales han de ser asumidos de acuerdo con el Inspector y en coherencia con el PEPS inspectorial.
5.2 Servicios y comunidades vocacionales
En el esfuerzo de búsqueda de nuevos caminos para la Pastoral Vocacional han nacido y se han consolidado algunas experiencias o servicios de animación y orientación vocacional (comunidades de acogida, comunidades de propuesta, centros de orientación vocacional, etc.). En todas ellas se ofrece a los jóvenes la oportunidad de hacer una experiencia concreta de la vida y misión salesiana, de compartir y profundizar sistemáticamente el tema vocacional y de hacer un acompañamiento más cuidado e inmediato.
Es importante que en todas estas presencias se asegure:
La presencia de una comunidad salesiana abierta y acogedora, con un testimonio vocacional significativo para los jóvenes, una experiencia de vida fraterna y de misión salesiana, y un acompañamiento sistemático del proceso de maduración vocacional de cada uno.
La estrecha relación y colaboración con las demás comunidades de la Inspectoría en su responsabilidad de animación vocacional según el plan inspectorial de Pastoral Vocacional.
La participación especializada en las iniciativas de animación pastoral, cuidando especialmente la dimensión vocacional.
La colaboración con los centros de Pastoral Vocacional de la Iglesia local y de los demás institutos religiosos.
5.3 Santuarios
Un santuario es un centro de espiritualidad popular que puede tener una notable importancia en la evangelización y en el itinerario de educación en la fe del pueblo y también de los jóvenes.
Muchos de los santuarios atendidos por nosotros son lugares significativos para el desarrollo de la espiritualidad salesiana: centros de irradiación de la devoción mariana, como el santuario de María Auxiliadora de Turín y tantos otros esparcidos por el mundo; lugares para compartir y participar el espíritu salesiano a través de la figura de Don Bosco; centros de revitalización de la vida cristiana a través de la vida litúrgica, la participación en la Eucaristía, en el sacramento de la Reconciliación y en la oración; puntos de referencia y metas de peregrinaciones de personas, grupos y pueblos.
Ello nos obliga a dar calidad a la pastoral del santuario en torno a un proyecto pastoral consensuado y significativo para la evangelización del pueblo y de los grupos juveniles. He aquí algunos aspectos que hay que cuidar de modo especial en su renovación:
La calidad de la acogida que ofrezca a las personas alejadas de la fe o con una experiencia muy pobre de ella, que tienen necesidad de sentirse escuchadas, comprendidas y animadas a desarrollar la semilla de fe que traen al visitar el Santuario;
una propuesta fuerte de evangelización, que abra al encuentro con Jesucristo y su Evangelio por medio de una experiencia de conversión. Para ello, es importante ofrecer espacio y posibilidades para la oración y para la participación en los sacramentos, especialmente el de la Reconciliación;
una oportunidad para el diálogo y el acompañamiento espiritual; el santuario puede llegar a ser una mediación importante para la maduración cristiana de muchos jóvenes en su búsqueda vocacional; y
una síntesis dinámica y creativa entre la calidad evangélica y la sensibilidad y el lenguaje de la religiosidad popular, entre la práctica religiosa y las preocupaciones, esperanzas y necesidades de la vida familiar, comunitaria y social del pueblo.
6. PRESENCIAS PASTORALES EN EL MUNDO DE LA UNIVERSIDAD
Las nuevas exigencias de la PJ nos llevan, cada vez más, a abrirnos a la franja alta de la juventud, es decir, a los universitarios, animadores, voluntarios, catequistas, colaboradores, etc. Pero es el trabajo pastoral directo con los universitarios y la presencia pastoral en el mundo de la universidad y de la cultura el que ofrece nuevas posibilidades en nuestra misión juvenil:
La edad juvenil se ha prolongado, y los estudios universitarios son accesibles a los jóvenes de las clases populares; la realidad nos dice que en este ambiente universitario nos encontramos con jóvenes que se encuentran también en situación de abandono y de peligro.
La presencia en la universidad es exigida también por el principio de la continuidad educativa, que exige la prolongación en el acompañamiento educativo más allá del período de la adolescencia.
El mundo universitario es un lugar pastoral importante que nos permite ofrecer calidad al mundo de la cultura, de la educación y del trabajo, y de contribuir a hacer una síntesis entre la fe y la cultura.
6.1 Diversos niveles y tipos de obras
La acción pastoral en el mundo universitario se desarrolla en un triple nivel estrechamente relacionado:
Como pastoral de la cultura universitaria, que atiende a la evangelización y animación cristiana de la cultura universitaria, en vistas a lograr una síntesis de fe y cultura, de cultura y vida.
Como pastoral de los universitarios, que cuida la promoción humana y la formación cristiana de la población universitaria.
Como dimensión de la Pastoral Juvenil y de la pastoral de conjunto, que en diferentes ambientes pastorales encuentra una franja consistente de jóvenes a quienes se dirige la acción pastoral, y que se encuentra en tal condición existencial aun cuando se encuentra en ambientes distintos.
Estas perspectivas educativo-pastorales orientan las diversas realizaciones prácticas de la presencia salesiana en el campo universitario. Estas se pueden agrupar en tres tipos o formas principalmente:
- instituciones universitarias dirigidas por la Congregación;
- pensionados o residencias para universitarios; y
- diversos servicios de animación pastoral universitaria, como capellanías universitarias, estructuras pastorales parroquiales o diocesanas dirigidas precisamente a los estudiantes de la educación superior, etc.
6.2 Cuadro de referencia
Pedagogía del ambiente comunitario
Es una convicción profunda del espíritu salesiano que la formación se hace a través del ambiente y del clima que en él se respira. En estas presencias, el ambiente debe presentar algunas características específicas:
- debe ser de alta calidad humana, cultural y evangélica, capaz de suscitar y promover en los jóvenes intereses y experiencias valiosas;
- debe apelar a la responsabilidad y a la participación comunitaria, promoviendo la implicación y el compromiso personal de los mismos jóvenes; y
- debe brindar una pluralidad de propuestas diferenciadas (recreativas, culturales y religiosas), adecuadas a las auténticas necesidades de las personas.
Pedagogía de la mediación cultural
La presencia educativo-pastoral en el ámbito universitario debe ayudar a los jóvenes:
- a integrar los saberes dentro de la formación de la persona;
- a abrirse a los múltiples niveles y formas de acercamiento a la realidad: la racionalidad científica y tecnológica o la eficiencia y productividad económica, pero también la razón analógica y simbólica;
- en el diálogo intercultural;
- al desarrollar la dimensión ética del saber y de la profesión, a través de la reflexión crítico-valorativa sobre las conquistas del saber y de la ciencia, y la búsqueda de los ejes fundamentales de la cultura, como el campo privilegiado para un diálogo entre fe y cultura, y la síntesis entre cultura y vida; y
- al diálogo interdisciplinario y sistemático con la fe, en orden a la formación de una mentalidad cristiana.
Pedagogía del compromiso y de la implicación con la propia realidad cultural, social y eclesial
Es importante evitar la separación entre la pregunta y la búsqueda de sentido en el ámbito teórico y subjetivo y la vida social y comunitaria en la que se está inserto, pues de esta forma se supera el riesgo de caer en el individualismo y en la búsqueda obsesiva de un éxito desligado del conjunto de la vida personal y comunitaria. Esto es especialmente grave cuando se trata de jóvenes con singulares capacidades personales y con especiales funciones en la sociedad y en la Iglesia. Se ha de cautelar, por tanto:
- una educación en la responsabilidad ética y civil y la formación socio-política;
- el ofrecimiento de experiencias de voluntariado y de servicio gratuito a la comunidad y a la zona;
- la participación activa en las iniciativas culturales, sociales y religiosas existentes o propuestas; y
- y la inserción y la colaboración con otras organizaciones y estructuras civiles y eclesiales que actúan en el ámbito del territorio y de la Iglesia local.
Pedagogía del acompañamiento personal
En este momento de su vida, el joven universitario necesita elaborar una escala de valores humanos y cristianos que den sentido a su vida, y le ayuden a echar luz sobre sus opciones de futuro. Esto hace que sea necesario:
- ofrecerle una propuesta de acompañamiento, hecha de acogida, de disponibilidad y de amistad, de relación interpersonal, de sentido de la progresión paso a paso, de discernimiento y mejor desarrollo de las situaciones en que vive; y
presentarle los diversos caminos vocacionales, para ayudarles a tomar conciencia de su vocación y misión en la sociedad y en la Iglesia.
SUGERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS PARA PROFUNDIZAR
Movimiento Juvenil Salesiano
Dicastero per la Pastorale Giovanile, Il Movimento Giovanile Salesiano come espressione della Spiritualità Giovanile Salesiana, Atti del Convegno Europeo di Sanlúcar la Mayor, 1992, Roma, 1993.
G. B. Bosco, Il Movimento Giovanile Salesiano, in Dicastero per la Pastorale giovanile, Il cammino e la prospettiva 2000, o.c., pp. 123-147.
DICASTERIO PARA LA PASTORAL JUVENIL SALESIANA, Grupos juveniles salesianos. Dossier PG Esperienze a confronto 6. Roma, 1990.
Voluntariado
Dicastero per la Pastorale Giovanile, Esperienze di volontariato salesiano, Dossier PG 10, Roma, 1995.
Esperienze di volontariato salesiano. Dossier PG 10. Roma, 1995.
Formazione al volontariato salesiano, Dossier PG 10, Roma, 1996.
- Giovani come tutti, ma... Testimonianze di volontari, Dossier 12, Roma, 1996.
En los tres dossier se presentan experiencias y materiales interesantes.
SEPSUR, Voluntariado Juvenil, En Cuadernos de pastoral juvenil – 36, mayo 1998.
Centros de animación vocacional
Algunas experiencias iluminadoras y algunas indicaciones y criterios de acción.
Dicastero per la Pastorale Giovanile, Pastorale vocazionale salesiana. “Vieni e vedi”, Dossier PG, Esperienze a confronto 4, Roma, 1989.
- Salesiani... Come... Perchè? Dossier. Esperienze a confronto 5, Roma, 1989.
Presencia entre universitarios
C. Nanni (a cura di), Salesiani e pastorale tra gli universitari, Roma, 1988.