Queridísimos Hermanos y Hermanas de la Familia Salesiana:
Os escribo esta “Comunicación” al término de la Consulta Mundial de la Familia Salesiana.
Dicha Consulta, compuesta por los superiores/dirigentes centrales (o por sus representantes) de cada uno de los ventiún Grupos que actualmente la forman, se reunió desde el viernes 28 de mayo hasta el domingo 30 de mayo de 2004, para la sesión anual ordinaria. El lugar de encuentro ordinario es la Casa Generalicia del Rector Mayor, Don Pascual Chávez, el sucesor de Don Bosco, reconocido por todos como Padre y centro de la misma Familia Salesiana.
Durante este encuentro se ha tenido, ante todo, la oportunidad de un intercambio de noticias referentes a todas las Congregaciones y Grupos asociados. Este año se ha subrayado la feliz coincidencia del comienzo de las celebraciones del Centenario (1905 – 2005) de las Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y de María. En segundo lugar, el 70º aniversario de la Fundación de Mons. Cognata, las Salesianas Oblatas del Sagrado Corazón de Jesús, el 50º aniversario de las Hijas de la Realeza de María Inmaculada y el décimo aniversario de la fundación de los Voluntarios con Don Bosco.
Nuestro encuentro giraba alrededor de la propuesta de reflexión sobre dos temáticas::
La Familia Salesiana y su modo de vivir la Comunión y la Misión con la Iglesia.
La Familia Salesiana y la Misión de Educar a los jóvenes a ser Iglesia.
El intercambio ha sido muy provechoso y se ha enriquecido con el trabajo de grupos que han considerado dicha temática desde la perspectiva de los grupos de vida consagrada y de vida laical plenamente inserta en el contexto secular.
Esta reflexión nos ha introducido también en la preparación de las próximas jornadas de espiritualidad de la Familia Salesiana que se celebrarán los días 20-23 de enero de 2005, en el Salesianum de la Casa Generalicia, vía de la Pisana.
Queremos subrayar unánimemente el clima de gran fraternidad en el que se ha realizado este encuentro de la Consulta. La percepción clara es la de un gran don común que lleva el nombre de Don Bosco y de una vital y espiritual unidad que nos une a su IX Sucesor, Don Pascual Chávez. Damos gracias a Dios por este don y os hacemos partícipes de él, con el fin de que en todo lugar y en toda situación los Grupos de la Familia Salesiana refuercen sus vínculos de unidad y fraternidad y el compromiso común de la misión salesiana.
Desde el punto de vista práctico, proponemos a todos vosotros estos compromisos para el próximo año:
Hacer funcionar la Consulta de la Familia Salesiana a nivel inspectorial y local.
2. La atención al tema de la Iglesia, en la que todos nosotros representamos fuerzas vivas
unidas por un mismo Carisma. Esto, en consonancia con el anunciado Aguinaldo del Rector Mayor para el 2005.
3. Las jornadas de espiritualidad de la Familia Salesiana (20-23 de enero de 2005), con una
atención temática a nuestra inserción vital en la Iglesia.
La difusión del conocimiento de la Familia Salesiana por medio del sitio oficial de los Salesianos de Don Bosco (www,sdb.org) con una presentación esencial, pero completa, de todos los Grupos asociados hasta el presente.
5. La búsqueda de unidad y visibilidad en el conjunto y en la toma de posición en relación
con las grandes temáticas que representan un desafío sobre los temas de los jóvenes, de la
educación y de las principales problemáticas sociales. La Familia Salesiana se compromete
por ahora a una relación más directa con organizaciones y media de expresión eclesial.
Queridísimos Hermanos y Hermanas:
La Familia Salesiana es un don que se nos ha hecho a todos nosotros. Un don que hay que cultivar, valorizar y hacer crecer. Se requiere un compromiso de conocimiento, de formación y de actuación concreta de iniciativas inspiradas en los dos grandes documentos: la “Carta de Comunión” y la “Carta de la Misión”. Esta Comunicación es, pues, una invitación, a todos vosotros, en primer lugar a los responsables de Grupos y Comunidades, para dar un “paso adelante” en todo contexto y en todo lugar de nuestra vida salesiana.
María Auxiliadora y Don Bosco, nuestro Padre común, nos acompañen en el camino de cada uno de nosotros.
Roma, 15 de junio de 2004.
Don Adriano Bregolin, sdb