22
de enero
BEATA
LAURA VICUÑA
Adolescente
Memoria
libre
Para el Instituto de Hijas de María Auxiliadora: Memoria
Laura Carmen Vicuña nació en Santiago de Chile el 5 de abril de 1891. Educada según el Sistema Preventivo de san Juan Bosco en el colegio «María Auxiliadora», de los Andes argentinos, esta ejemplar adolescente no tardó en ser modelo de amistad. con Jesús, de caridad apostólica entre sus compañeras y de fidelidad a sus deberes cotidianos.
Llena de confianza, soportó con heroica fortaleza sufrimientos físicos y morales superiores a su edad. Fiel a la inspiración del Espíritu Santo, no vaciló en ofrecerse como víctima para que su madre volviera al camino de la salvación. Murió el 22 de enero de 1904 en Junín de los Andes (Argentina). Juan Pablo II la beatificó el 3 de septiembre de 1988 en la Colina de las bienaventuranzas juveniles de Castelnuovo Don Bosco (provincia de Asti, Italia).
Del Común de santas mujeres: pág. 481. Los salmos, de la feria correspondiente.
Oficio de lectura
HIMNO
Esta joven no quiso
tomar varón ni darle su ternura,
selló su compromiso
con otro amor que dura
sobre el amor de toda criatura.
Y tanto se apresura
a zaga de la huella del Amado,
que en él se transfigura,
y el cuerpo anonadado
ya está por el amor resucitado.
Aquí la Iglesia canta
la condición futura de la historia
y el cuerpo se adelanta
en esta humilde gloria
a la consumación de su victoria. Amén.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autoridad eclesiástica.
El versículo, la primera lectura y el responsorio puede tomarse del Común: pág. 482 y 483.
SEGUNDA LECTURA
De la Vida de Laura Vicuña, escrita por Augusto Crestanello, presbítero
(Sacra pro Causis Sanctorum Congregado, Beatificationis et Canonizationis Servae Dei Laurae Vicunia {...] Summarium, Roma 1969, pág. 227 ss. pássim)
Mi mejor oración es hacer la voluntad de Dios
Desde los primeros días de su ingreso en el colegio, notose en Laura —refiere su directora— un juicio superior a su edad y una verdadera inclinación a la piedad. Su inocente corazón no hallaba paz y descanso sino en las cosas de Dios. Aunque niña, su devoción era seria; nada de afectación ni de exageraciones en ella.
En todo era llana y sencilla. Durante el rezo se echaba de ver que tenía su mente atenta a la acción que estaba ejecutando. Casi nunca se daba cuenta de lo que pasaba a su alrededor, y muchas veces hubo que advertirle que se la llamaba o que era tiempo de salir de la iglesia.
Con esta misma atención procedía en el cumplimiento de todos los demás deberes. Había comprendido bien y tomado para sí aquella sentencia: «Haz lo que haces», y con santa libertad de espíritu, alegre y contenta, pasaba de la iglesia a la clase, de esta al taller o a cualquier otro trabajo, o al recreo.
«Para mí —solía decir— es lo mismo rezar o trabajar, rezar o jugar, rezar o dormir. Haciendo lo que me mandan, hago lo que Dios quiere que haga, y esto es lo que yo quiero hacer: ésa es mi mejor oración.»
«Luego que conoció la piedad —escribe su directora—, la amó, y alcanzó un don de oración tan alto y continuo que se la veía en tiempo de recreo absorta en Dios.»
«Me parece —decía— que Dios mismo es quien mantiene vivo en mí el recuerdo de su divina presencia. Dondequiera que me hallo, ya sea en la clase, ya en el patio, ese recuerdo me acompaña, me ayuda y me consuela.»
«Es que usted —le objetó el padre [confesor]— estará siempre preocupada con ese pensamiento, descuidando tal vez sus deberes.»
«¡Ah, no, padre!, repuso ella. Conozco que ese pensamiento me ayuda a hacerlo todo mejor y que en nada me estorba; porque no es que esté yo pensando continuamente en él, sino que sin pensarlo estoy gozando de ese recuerdo.»
RESPONSORIOSal 70,17; 74,2; 88,1; Is 49,2
R. Me enseñaste, Dios, desde la juventud: * Anunciaré de edad en edad tu fidelidad.
V. Me escondió en la sombra de su mano. * Anunciaré.
La oración, como en Laudes.
Laudes
HIMNO
Señor, que ensalzas y humillas, ¡qué grande eres en tus santos, y qué pobres nuestros cantos ante tantas maravillas!
Ellos son los seres grandes que van siguiendo tu huella.
Gracias, pues, porque en los Andes
brotó esta rosa tan bella.
Tú le enseñaste a crecer con la firmeza del viento para ser, cuando mujer, limpia como el firmamento.
Aprendió a alzarse del suelo, libre de intenciones malas, como el cóndor alza el vuelo sin sentir lastre en las alas.
Por eso, cuando pretende dominarla el poderoso, ella se encara y defiende su tesoro más precioso.
Al final, cuando ya sabe que se acerca la partida, pide a la madre que acabe dando sentido a su vida.
Y el cielo acepta propicio el cuerpo grácil, exhausto, que se ofrece en sacrificio como el mejor holocausto.
Señor, que ensalzas y humillas, ¡qué grande eres en tus santos, y qué pobres nuestros cantos ante tantas maravillas! Amén.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autoridad eclesiástica.
LECTURA BREVERom 12,1-2
Ahora hermanos, por la misericordia de Dios, os exhorto a ofreceros como sacrificio vivo, santo, aceptable a Dios: sea ése vuestro culto espiritual.
No os acomodéis a este mundo, antes transformaos con una mentalidad nueva, para discernir la voluntad de Dios, lo que es bueno y aceptable y perfecto.
RESPONSORIO BREVE
R. Dios la sostiene * Con la luz de su rostro. Dios la sostiene.
Y. No podrá dudar: Dios está con ella, * Con la luz de su rostro. Gloria al Padre. Dios la sostiene.
Benedictus, ant. Dios reveló los misterios del Reino a la gente sencilla.
PRECES
Con ánimo filial elevemos nuestra oración a Dios Padre, fuente de toda santidad, y digámosle: Tú eres, Señor, nuestra vida.
Padre santo, que en todo tiempo enriqueces a tu Iglesia con modelos siempre nuevos de santidad juvenil,
haz que, fieles a las promesas de nuestro bautismo, sintamos la alegría de seguir a Cristo.
Tú que inspiras decisiones generosas de entrega, a imitación de tu Hijo,
acepta el ofrecimiento de nuestra vida para crecer en la comunión contigo y con los hermanos.
Tú que quisiste que la familia cristiana fuera imagen de tu amor,
haz que los padres vivan su mutua entrega con fidelidad y generosidad.
Tú que con el don de tu Espíritu Santo hiciste a Laura Vicuña fuerte en la fe, pura de corazón y heroica en la caridad,
suscita en los adolescentes y en los jóvenes la voluntad de servirte en el prójimo con alegría y desinterés.
Tú que nos alimentas y renuevas con tu Palabra y con los sacramentos,
— haz de nosotros un signo de m bondad para cuantos encontremos hoy en nuestro camino.
Padre nuestro.
Oración
Padre de inmensa ternura, que en la adolescente Laura Vicuña uniste de modo admirable la fortaleza de espíritu y el candor de la inocencia; concédenos, por su intercesión, valentía para superar las dificultades de la vida y dar testimonio, ante el mundo, de la bienaventuranza de los limpios de corazón. Por nuestro Señor Jesucristo...
Vísperas
HIMNO
¡Qué grande eres en tus santos, Señor, qué admirable en ellos!
Encarnando tu palabra, se hicieron tus mensajeros. Su vida es mensaje tuyo, espejo de tu Evangelio.
Gracias por Laura Vicuña: ¡cómo germinó en su pecho la alegría de vivir
la hermosura de tu Reino!
Sencilla, ofreció su vida por quien se la dio primero, y tú acogiste la flor ardiente de sus deseos.
Y aprendió de ti la dócil mansedumbre de cordero,
víctima sobre la cruz pura de su ofrecimiento.
Danos, Señor, la grandiosa sencillez de los pequeños, y poder entrar un día
corno niños en tu Reino. Amén.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autoridad eclesiástica.
LECTURA BREVERom 8,28-30
Sabemos que todo concurre al bien de los que aman a Dios, de los llamados según su designio. A los que escogió de antemano los destinó a reproducir la imagen de su Hijo, de modo que fuera él el primogénito de muchos hermanos. A los que había destinado los llamó, a los que llamó los hizo justos, a los que hizo justos los glorificó.
RESPONSORIO BREVE
R. El Señor te escogió * Y te ha hecho predilecta. El Señor.
V Te ha hecho habitar en su casa * Y te ha hecho predilecta. Gloria al Padre. El Señor.
Magníficat, ant. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
PRECES
Demos gracias a Dios Padre por las maravillas que hace en sus santos, y digámosle:
Padre, escúchanos.
Suscita en tu Iglesia guías sabios e iluminados,
— que ayuden a los jóvenes a conocer y vivir con generosidad tu proyecto de vida.
Protege a los jóvenes que viven en medio de las dificultades y tentaciones de nuestro tiempo,
para que no se sientan abrumados por el egoísmo, la soledad y el desaliento.
Da a los que sufren en el cuerpo o en su espíritu la sabiduría de la cruz,
para que, a ejemplo de la beata Laura, sepan descubrir el valor del sufrimiento que purifica y redime.
Conforta y protege a los misioneros y misioneras del Evangelio,
para que fomenten los auténticos valores humanos y cristianos con miras al progreso de los pueblos.
Acuérdate de quienes han cerrado sus ojos a la vida terrena,
admítelos en tu casa con los ángeles y los santos. Padre nuestro.
La oración, como en Laudes.