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31 de enero
SAN JUAN BOSCO
Sacerdote.
Fundador de la Sociedad de san Francisco de Sales,
del Instituto de Hijas de María Auxiliadora,
de la Asociación de Salesianos Cooperadores
y de la Asociación de Devotos de María Auxiliadora
Solemnidad
La vida de san Juan Bosco se distingue por las intervenciones de la divina Providencia y por
la presencia de la Santísima Virgen.
Juan Bosco, nacido en Castelnuovo d'Asti el 16 de agosto de 1815 en una familia de
campesinos pobres, desde niño se sintió llamado a consagrar su vida a los jóvenes. Una vez
ordenado sacerdote en Turín tras años de sacrificio, dedicó todas las fuerzas de su rica
naturaleza y de su infatigable celo a crear obras educativas para la juventud abandonada, a
defender la fe en el pueblo y a colaborar en la evangelización de tierras lejanas.
Para continuar trabajo tan generoso, fundó la Sociedad de san Francisco de Sales (1859), el
Instituto de Hijas de María Auxiliadora (1872) y la Asociación de Salesianos Cooperadores
(1876), a los que legó, como secreto de buenos resultados, el tesoro de su Sistema
Preventivo: razón, religión y amor; sistema que se inspira en una caridad cuyas raíces se
nutren del encuentro vivo con Jesucristo, especialmente en la Eucaristía, de la confianza
ilimitada en María Santísima y de la fidelidad a la Iglesia y a su magisterio.
Murió en Turín el 31 de enero de 1888. Fue canonizado por Pío Xl el 3 de abril de 1934,
solemnidad de la Pascua de Resurrección; durante el centenario de su muerte, celebrado en
1988, Juan Pablo II lo proclamó padre y maestro de la juventud (24 de enero de 1989).
1Vísperas
HIMNO
Gracias, Señor, te damos por Juan Bosco, a quien llamamos padre. Tú le diste un corazón
inmenso como el mar, desbordante de paz y de alegría.
Como pastor, él siempre va delante y sabe hacerse amigo y nos protege. Y si hay espinas en
nuestro camino él nos señala el cielo y las estrellas.
Nos dio en herencia la sabiduría de la fe, la razón y la bondad.
Y él es la casa, siempre abierta, donde caben todos los jóvenes del mundo.
Su nombre es un mensaje de tu amor a los jóvenes, luz de tu sonrisa;
palabra de esperanza que sembramos con fe en el surco abierto de la historia.
Gracias, Señor, te damos por Juan Bosco. Que su espíritu aliente en nuestro espíritu, y que
un día podamos a su lado
cantar tus alabanzas en el cielo. Amén.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autoridad eclesiástica.
Ant. 1. Dios te levantó del polvo y te hizo sentar con los grandes de su pueblo.
Los salmos y el cántico, como en el Común de santos varones: pág. 463.
Ant. 2. Por ti el Señor dio pan a los hambrientos, un padre a los huérfanos y un amigo a los
jóvenes.
Ant. 3. Dios te suscitó en la Iglesia para alabanza y gloria de su gracia, a fin de mostrar a los
jóvenes el misterio de su amor.
LECTURA BREVE
2Tes 2,13-17
Siempre tenemos que dar gracias a Dios por vosotros, hermanos amados del Señor, porque
Dios os tomó como primicias de salvación, por la consagración del Espíritu y la fe verdadera;
y por medio de nuestra predicación de la Buena Noticia, os llamó a poseer la gloria de
nuestro
Señor Jesucristo. Así que, hermanos, estad firmes, retened las enseñanzas que aprendisteis
de mí, de palabra o por carta.
Que nuestro Señor Jesucristo y Dios nuestro padre, que os amó y os favoreció con un
consuelo perdurable y una esperanza magnífica, os dé ánimo y os fortalezca para toda clase
de palabras y obras buenas.
RESPONSORIO BREVE

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R. El Señor lo amó, * Y lo colmó de honor. El Señor.
V. Lo vistió de gloria. * Y lo colmó de honor. Gloria al Padre. El Señor.
Magníficat, ant. Todo mi aliento y todas mis fuerzas estarán al servicio de los jóvenes.
O bien:
Hijo mío, escucha la corrección de tu padre, no rechaces las instrucciones de tu madre:
grábalas en lo más íntimo de tu corazón.
PRECES
Nuestra fe se afianza con el testimonio de los santos, signos de la presencia del Espíritu en
la Iglesia. Unidos a su oración, invoquemos al Padre, fuente de toda santidad: Aumenta en
nosotros la fe, la esperanza y la caridad.
Suscitaste en tu Iglesia a san Juan Bosco como padre y maestro de la juventud,
concédenos la gracia de amar a los jóvenes y de dedicar generosamente nuestra vida a
su bien.
Diste al santo de los jóvenes la gracia de unir a la acción incansable una intensa vida de
oración,
asístenos con la fuerza de tu Espíritu para que en el trabajo apostólico vivamos siempre
unidos a ti.
Tú, Señor, quieres que los padres de familia sean los primeros y principales educadores de
sus hijos,
haz que encuentren en ti la fuerza y la alegría de ser siempre conscientes de la grandeza
de su misión.
Por designio de tu bondad paterna, la Virgen María fue madre y maestra de nuestro
Fundador,
da a los miembros de la Familia Salesiana confianza en su auxilio y el don de
experimentar siempre su presencia materna.
A quienes han muerto después de gastar sus mejores energías en la educación de los
jóvenes según el carisma salesiano,
dales la felicidad del cielo y la luz sin ocaso. Padre nuestro.
La oración, como en Laudes.
Completas
Del domingo. Se puede concluir con la antífona Bajo tu protección nos acogemos, o bien O
María, Virgo patena, como en el Ordinario: pág. 23.
Imvitatorio
Ant. Aclamemos al Señor en esta celebración de san Juan Bosco.
El salmo invitatorio, como en el Ordinario: pág. 13.
Oficio de lectura
HIMNO
Santo alegre, san Juan Bosco, que enseñaste a tus muchachos que quien es un santo triste
suele ser un triste santo,
danos hoy desde tu cielo
de músicas y de cánticos la gracia de la alegría de vivir como cristianos.
Tú, maestro de sonrisas, hijo del Resucitado,
supiste andar sobre rosas con paso firme, pisando las espinas que te herían juntamente con
los pétalos; haz que sintamos la Pascua mientras vamos caminando.
Que este mundo sea más justo, más hermoso, más humano, que haya paz y amor en todos,
que se acabe ya el pecado; que sepamos, san Juan Bosco, trabajar por los hermanos que
Jesús llamó pequeños y bendijo con su mano.
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. Amén.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autoridad eclesiástica.
Ant. 1. El Señor le dio sabiduría e inteligencia y un corazón grande como las playas junto al
mar.
Los salmos, como en el Común de santos varones: pág. 463.
Ant. 2. Creyó contra toda esperanza, y fue hecho padre de muchas naciones.
Ant. 3. Confía en el Señor, haz el bien y pon en él tu alegría.
V. Escucharás una palabra de mi boca. R. Y la llevarás a tus hermanos.

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PRIMERA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pablo
a los Tesalonicenses 1,2-6; 2,7-9a.10-12
Nuestro proceder fue leal, justo e irreprochable
Damos siempre gradas a Dios por todos vosotros, mencionándoos en nuestras súplicas,
recordando vuestra fe activa, vuestro amor solícito y vuestra esperanza perseverante en
nuestro Señor Jesucristo ante Dios nuestro Padre. Nos consta, hermanos queridos de Dios,
que habéis sido escogidos; porque, cuando os anunciamos la Buena Noticia, no fue solo con
palabras, sino con la eficacia del Espíritu Santo y con fruto abundante. Conocéis nuestro
estilo de vida entre vosotros, a vuestro servido, y vosotros seguisteis nuestro ejemplo y el del
Señor, recibiendo el mensaje con el gozo del Espíritu Santo en medio de grave tribulación.
Aunque podíamos, como apóstoles, seros gravosos. Al contrario, nos portamos con vosotros
con toda bondad, como una madre que acaricia a sus criaturas. Tal afecto os teníamos, que
estábamos dispuestos a daros no solo la Buena Noticia de Dios, sino también nuestra vida:
¡Tanto os queríamos! Recordad, hermanos, nuestro esfuerzo y fatiga.
Vosotros sois testigos y también Dios del trato que mantuvimos con vosotros, los creyentes:
santo, justo e irreprochable; sabéis que tratamos a cada uno como un padre a su hijo,
exhortándoos, animándoos, urgiéndoos a proceder de modo digno de Dios, que os llamó a su
reino y su gloria.
RESPONSORIO
1Tes 3,12-13a; 4,2
R. Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que
nosotros os amamos. * Y así os fortalezca internamente, para que os presentéis santos e
irreprensibles ante Dios, Nuestro Padre.
Y. Conocéis bien las instrucciones que os dimos, en nombre del Señor Jesús. * Y así os
fortalezca internamente.
SEGUNDA LECTURA
Del proyecto de Reglamento para el Oratorio masculino de san Francisco de Sales (1854),
escrito por san Juan Bosco, sacerdote
(Ed. 11 Braido et alii, Scritti pedagogici e spirituali, Roma 1987, 41-44 paIrsim)
Un nuevo modo de evangelizar a los jóvenes
Para reunir a los hijos de Dios dispersos (Jn 11,52). Creo que estas palabras del Evangelio,
que nos revelan que el divino Salvador vino del cielo a la tierra para reunir a todos los hijos
de Dios dispersos por el mundo, se pueden aplicar literalmente a la juventud de nuestros
días. Esta porción de la sociedad humana, la más delicada y preciosa, en la que se fundan
las esperanzas de un porvenir feliz, no es de por sí de índole perversa. Si se remedian la
dejadez de ciertos padres, el ocio y las malas compañías a que está expuesta
particularmente en los días festivos, resulta muy fácil inculcar en sus tiernos corazones los
principios del orden, de las buenas costumbres, del respeto y de la religión, porque si algún
niño está ya viciado a dicha edad, es más por irreflexión que por verdadera malicia.
Estos jóvenes necesitan una mano bienhechora que cuide de ellos, los cultive, los conduzca
a la virtud y los aleje del vicio. La dificultad está en encontrar el modo de reunirlos, poder
hablarlos y formarlos moralmente.
Tal fue la misión del Hijo de Dios, y eso únicamente lo puede hacer su santa religión. Ahora
bien, esta religión que es eterna e inmutable en sí misma y ha sido y será siempre la maestra
de los hombres, tiene una ley tan perfecta, que sabe plegarse a las vicisitudes de todos los
tiempos y
adaptarse a la índole de cada persona. Los oratorios están considerados como uno de los
medios para cultivar el espíritu de religión en los corazones rudos y abandonados. Tales
oratorios son reuniones en las que se entretiene a la juventud con diversiones agradables y
honestas después de asistir a las funciones de iglesia.
El apoyo recibido de las autoridades civiles y eclesiásticas y el celo con que muchas
personas me ayudaron con medios materiales y con su trabajo son señal indudable de las
bendiciones del Señor y de la aceptación pública de los hombres.
No pretendo establecer leyes ni preceptos; solo quiero exponer lo que se viene haciendo en
el oratorio masculino de san Francisco de Sales, surgido en Valdocco, y cómo se ha hecho

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hasta ahora.
Es posible que alguna frase dé la impresión de que busco mi propia gloria y honor. No se
trata de eso, sino del interés que tengo por describir las cosas tal como han ocurrido
realmente y cómo siguen en la actualidad.
Cuando empecé a trabajar en esta parcela del sagrado ministerio, decidí consagrar todas mis
energías a la mayor gloria de Dios y al bien de las almas; propuse dedicarme a formar
buenos ciudadanos en esta tierra, a fin de que fueran dignos ciudadanos del cielo. Que Dios
me ayude a continuar en este propósito hasta el último aliento de mi vida.
RESPONSORIO
Col 3,17; 1Cor 16,14
R. Y cualquier actividad vuestra, de palabra o de obra, hacedla en honor del Señor Jesús. *
Dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Y. Os ruego, sin embargo, hermanos, por el mismo Señor nuestro Jesús, que os pongáis de
acuerdo y no haya bandos entre vosotros. * Dando gracias.
O bien:
SEGUNDA LECTURA
De la carta «luvenum patris» de Juan Pablo II, papa
(AAS 80 [1988] 969-987)
San Juan Bosco, padre y maestro de la juventud
San Juan Bosco se daba cuenta de que había recibido una vocación especial y de que, en el
cumplimiento de su misión, estaba asistido y como guiado directamente por el Señor y por la
intervención materna de la Virgen María. Su respuesta fue tal, que la Iglesia lo ha propuesto
oficialmente a los fieles como modelo de santidad.
Su talla de santo lo pone, con originalidad, entre los grandes fundadores de institutos
religiosos en la Iglesia. Brilla por muchos aspectos: inicia una verdadera escuela de nueva y
atrayente espiritualidad apostólica; promueve una devoción especial a María, Auxiliadora de
los Cristianos y Madre de la Iglesia; da testimonio de un leal y valiente sentido eclesial,
demostrado en delicadas mediaciones en las entonces difíciles relaciones de la Iglesia con el
Estado; es apóstol realista y práctico, abierto a las aportaciones de los nuevos
descubrimientos; es organizador celoso de misiones, con sensibilidad verdaderamente
católica; es, de modo conspicuo, ejemplo de amor de predilección a los jóvenes,
particularmente a los más necesitados, para bien de la Iglesia y de la sociedad; es maestro
de una eficaz y genial praxis pedagógica, legada cual preciado don que hay que custodiar y
desarrollar... Precisamente tal intercambio entre educación y santidad es un aspecto
característico de su figura: es educador santo, se inspira en un modelo santo Francisco de
Sales, es discípulo de un maestro espiritual santo José Cafassoy entre sus jóvenes
sabe hacer santo a uno de sus alumnos: Domingo Savio.
De san Juan Bosco, fundador de una gran familia espiritual, puede decirse que el rasgo
peculiar de su creatividad se vincula a la forma de educar que llamó Sistema Preventivo, que,
en cierto modo, representa la síntesis de su sabiduría pedagógica, constituye el mensaje
profético que legó a los suyos y a toda la Iglesia y ha merecido la atención y el
reconocimiento de numerosos educadores y estudiosos de pedagogía.
La sustancia de su enseñanza permanece, y la peculiaridad de su espíritu, intuiciones, estilo
y carisma no pierden valor, pues se inspiran en la pedagogía transcendente de Dios.
En la Iglesia y en el mundo, la visión de una educación integral y completa, según aparece
encarnada en Juan Bosco, es una pedagogía realista de la santidad. Hay que recuperar el
verdadero concepto de santidad en cuanto elemento de la vida de todo creyente. La
originalidad y audacia de la propuesta de una santidad juvenil es intrínseca al arte educativo
de este gran santo, que con razón puede definirse como maestro de espiritualidad juvenil. Su
secreto personal estuvo en no defraudar las aspiraciones profundas de los jóvenes
necesidad de vida, de amor, de expansión, de alegría, de libertad, de futuroy,
simultáneamente, en llevarlos gradualmente y con realismo a comprobar que solo en la vida
de gracia, es decir, en la amistad con Cristo, se alcanzan en plenitud los ideales más
auténticos.
RESPONSORIOFlp 3,17; 4,9; 1Cor 1,10; 10,31
R. Y lo que aprendisteis, y recibisteis, y oísteis, y visteis de mi o en mí, eso llevadlo a la

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práctica. * Así el Dios de la paz estará con vosotros.
V De todas formas, hacedlo todo para honra de Dios. * Y el Dios de la paz.
HIMNO Te Deum: pág. 15. La oración, como en Laudes.
Celebración de la vigilia
Los que deseen una celebración más extensa de la vigilia, en primer lugar celebrarán el
Oficio de lectura; después de las dos lecturas y, antes del Te Deum, añadirán los cánticos y
el evangelio que se indican a continuación.
Ant. Todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor.
Cántico I. Jer 17,7-8.
Bendito quien confía en el Señor.
Cántico II. Eclo 14,20-21; 15,3-5a.6b. Felicidad del sabio.
Cántico III. Sab 9,1-6.9-11. Dame, Señor, la sabiduría.
EVANGELIO
Se lee un evangelio del Leccionario del Misal Propio de la Familia Salesiana.
1. Mt 5,13-19 Vosotros sois la sal de la tierra;
vosotros sois la luz del mundo.
2. Mt 18,1-6.10 El que acoge a un niño en mi nombre, me acoge a mí.
3, Mt 22,34-40 Amarás al Señor tu Dios; amarás a tu prójimo.
4. Mc 9,33-37 El que acoge a un niño como
este en mi nombre, me acoge a mí.
5. Mc 10,13-16 Dejad que los niños se acerquen a mí.
6. Lc 22,24-30 Yo
estoy
en
medio
de
vosotros
como quien sirve.
7. Jn 10,11-16 El Buen Pastor da su vida por las ovejas.
8. Jn 15,9-17 Vosotros
sois
mis
amigos,
si hacéis lo que os mando.
Después del evangelio puede hacerse, si parece oportuno, la homilía.
Himno Te Deum: pág. 15. La oración, como en Laudes.
Laudes
HIMNO
Señor, hoy celebramos la memoria de nuestro padre y guía, san Juan Bosco. Tú lo enviaste
como mensajero de tu bondad al mundo y a los jóvenes.
Soñó desde pequeño en ser pastor de la grey que ponías en sus manos. Y le diste en María
una maestra que le enseñara la sabiduría.
Él caminó por una senda dura, pero con alegría y esperanza. Y supo hacerse todo para
todos, imagen transparente de tu amor.
Él nos unió en familia y quiso darnos su corazón para seguir como él acogiendo a tus hijos
más humildes y hacerlos ciudadanos de tu Reino.
Haz que como él seamos portadores
de tu amor a los jóvenes y, juntos
con él, cantemos siempre la alabanza
a ti, Padre, a tu Hijo y al Espíritu. Amén.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autoridad eclesiástica.
Ant. 1. Gloria y honor a ti, Dios de mis padres, que me diste sabiduría, humildad y fortaleza.
Los salmos y el cántico, del domingo de la I semana: pág. 27.
Ant. 2. Alabad a nuestro Dios con danzas, cantadle al son de tambores y arpas. Aleluya.
Ant. 3. Lo llenas de gozo en tu presencia, y proclama a los jóvenes tus bienaventuranzas.
LECTURA BREVE
Heb 13,17.20-21
Obedeced y someteos a vuestros guías, pues velan como responsables por vuestras vidas;
así lo harán contentos y sin lamentarse, de lo contrario no os aprovecharía. El Dios de la paz,
que sacó de la muerte al gran pastor del rebaño, a Jesús nuestro Señor, por la sangre de una
alianza eterna, os provea de toda clase de bienes para que cumpláis su voluntad. Realice en
vosotros lo que le agrada, por medio de Jesucristo. A él la gloria por los siglos de los siglos.
Amén.
RESPONSORIO BREVE

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R. El Señor es mi pastor, * Nada me falta. El Señor.
V. En verdes praderas me hace recostar. * Nada me falta. Gloria al Padre. El Señor.
Benedicrus, anr. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los limpios
de corazón, porque ellos verán a Dios.
PRECES
Bendigamos a Dios Padre, que llamó a san Juan Bosco a anunciar el Evangelio de la alegría,
y, al conmemorarlo litúrgicamente, oremos diciendo:
Bendice a tu pueblo, Señor.
Tú que demostraste en san Juan Bosco tu predilección por los jóvenes y pobres,
ayúdanos a reconocer en ellos el rostro de Cristo, tu Hijo, y a servirles con caridad
pastoral.
Lo hiciste apóstol de los sacramentos de la Eucaristía y de la Reconciliación,
haz que sepamos conducir a los jóvenes a esas inagotables fuentes de vida y de gracia.
Abriste la mente y el corazón de san Juan Bosco a los grandes horizontes de la Iglesia,
concédenos espíritu misionero y creatividad apostólica para la construcción de tu Reino.
En tu Providencia le diste serenidad y confianza en las pruebas de la vida,
concédenos confiar siempre en ti y perseverar con fidelidad en tu servicio.
En san Juan Bosco diste a tu Iglesia una imagen viva de Jesucristo buen pastor,
haz que no se pierda ninguno de los que confías a nuestra misión de educadores.
Padre nuestro.
Oración
Señor, Dios nuestro, en tu providencia nos has dado a san Juan Bosco, padre y maestro de
los jóvenes, que, bajo la guía de la Virgen María, trabajó con entrega infatigable por el bien
de la Iglesia; suscita también en nosotros la misma caridad apostólica, que nos impulse a
buscar la salvación de los hermanos para servirte a ti, único y sumo bien. Por nuestro Señor
Jesucristo...
Hora intermedia
HIMNO
¡Con qué poder todavía tu rostro irradia esa magia que cautiva y que contagia como ninguno
podría! Tu bondad y cercanía son mensajes del amor de Jesús, el buen pastor,
que a los jóvenes te manda y tu corazón se agranda, ¡enviado del Señor!
Juan Bosco vive: su aliento
se percibe en la tersura
de las frentes, la frescura
de los ojos y el acento
de la voz, y en el contento
de que asiste, guiadora,
cada día, cada hora,
como luz de la existencia,
la solícita presencia
de María Auxiliadora. Amén.
O bien el himno apropiado a la hora de la celebración.
SALMODIA
Salmodia complementaria: pág. 147. Cuando esta solemnidad cae en domingo, los salmos
se toman del domingo I: pág. 27.
Tercia
Ant. Servid al Señor con alegría. Aleluya.
LECTURA BREVE
1Tes 5,16-22.28
Estad siempre alegres, orad sin cesar, dad gracias por todo. Eso es lo que quiere Dios de
vosotros como cristianos. No apaguéis el espíritu, no despreciéis la profecía, examinadlo
todo y retened lo bueno, evitad toda especie de mal. La gracia de nuestro Señor Jesucristo
esté con vosotros.
R. Alabad al Señor e invocad su nombre. Y Proclamad sus obras entre los pueblos.
Sexta
Ant. Adorad a Dios en todo: en la alegría y en el dolor. LECTURA BREVE FIp 2,1-4

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Si algo puede una exhortación en nombre de Jesucristo, o un consuelo afectuoso, o un
espíritu solidario, o la ternura del cariño, colmad mi alegría sintiendo lo mismo, con amor
mutuo, concordia y buscando lo mismo. No hagáis nada por ambición o vanagloria, antes con
humildad tened a los otros por mejores. Nadie busque su interés, sino el de los demás.
R. Prodamad conmigo la grandeza del Señor. Y. Ensalcemos juntos su nombre.
Nona
Ant. Que Dios nos ayude a caminar por la senda del cielo.
LECTURA
Rom 12,9-13
El amor sea sin fingir: detestando el mal y adheridos al bien. El amor fraterno sea afectuoso,
estimando en más a los otros. Servid al Señor con celo incansable y fervor de espíritu.
Alegraos con la esperanza, sed pacientes en el sufrimiento, perseverantes en la oración;
solidarios de los consagrados en sus necesidades, practicando la hospitalidad.
R. Tú eres, Señor, bueno y fuente de toda bondad. V Eterna es tu misericordia.
La oración, como en Laudes.
II Vísperas
HIMNO, como en las I Vísperas.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autoridad eclesiástica.
Ant. 1. Mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren.
Los salmos y el cántico, como en el Común de santos varones: pág. 477.
Ant. 2. Primicia de la sabiduría es el temor del Señor, tienen buen juicio los que lo practican.
Ant. 3. Grande y maravilloso eres, Señor, en todos tus caminos.
LECTURA BREVE
1Cor 13,4-8a.13
El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso ni busca aparentar; no es orgulloso
ni actúa con bajeza, no busca su interés, no se irrita, sino que deja atrás la ofensas y las
perdona, nunca se alegra de la injusticia y siempre se alegra de la verdad. Todo lo aguanta,
todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
RESPONSORIO BREVE
R. La boca del justo * Expone la sabiduría. La boca del justo.
V. En su corazón, la ley de Dios. * Expone la sabiduría. Gloria al Padre. La boca del justo.
Magníficat, ant. Con muchísimo gusto gastaré toda mi vida por el bien de vuestras almas.
PRECES
Unidos en el amor de Cristo, al final de este día festivo, presentemos a Dios Padre nuestros
anhelos y esperanzas, diciendo:
Protege, Señor, a esta tu familia.
Por san Juan Bosco diste a tu Iglesia nuevas familias religiosas,
haz que en ellas florezcan la vida evangélica y el testimonio profético.
Inspiraste a nuestro Fundador la idea de congregar a muchos que trabajaran por la salvación
de la juventud,
manda nuevas vocaciones a la Familia Salesiana y mantenla en la unidad.
Quieres que todos los pueblos lleguen al conocimiento de la verdad,
por intercesión de la Virgen María, bendice y haz fecundo el trabajo de los misioneros del
Evangelio.
Hiciste a san Juan Bosco formador y educador de los jóvenes, especialmente los más pobres
y abandonados,
ayúdanos a imitar su sabiduría pedagógica en el camino que has trazado para cada uno
de nosotros.
Has llamado junto a ti a muchos hermanos nuestros, que consagraron su vida a la extensión
de tu Reino,
concede el premio prometido a quienes te sirvieron con fidelidad y amor.
Padre nuestro.
La oración, como en Laudes.
Completas
De domingo. Se puede concluir con la antífona Bajo tu protección nos acogemos, o bien O
María, Virgo potens, como en el Ordinario: pág. 23.