consigo y que comparta ese espíritu inquieto y apasionado. La segunda, es que esa
ética debería presentar un desafío social de carácter genérico, es decir, que el
potencial de cualquier comunidad de hackers no debería quedarse encerrado sino
que el desafío debería ser poder contaminar de ética hacker otros espacios sociales
y culturales. Estos dos conceptos abren la posibilidad de reflexionar sobre el caso
que plantearemos a continuación. Queremos construir un relato sobre una
experiencia realizada desde ese intersticio del capitalismo al que hicimos referencia,
porque se trata de una experiencia que encuentra lugares comunes y acerca a la
gente, que propulsa espacios sociales y colectivos desde la idea de horizontalidad y
que (lo sepan o no) su acción social tiene mucho de la ética de la cultura del SL.
Cuando comenzamos este texto hablábamos de dos sistemas con lógicas
contrapuestas. Creemos que esa distinción parte de dos conceptos antagónicos
sobre la propiedad y la libertad, y que la ética es la clave para conservar la lógica
que quisiéramos esparcir, multiplicar y compartir.
4.
Este apartado tiene como fin utilizar algunos de los planteos de Hinamen y
Stallman donde se propaga la idea de ética y libertad hacia la diversidad de otros
movimientos culturales que generan ideas y eventos, que se movilizan, se
apasionan y liberan su obra (es decir, que comparten una clave ética).
En Buenos Aires desde hace tres años se realiza la Feria del Libro Independiente
y Autónoma (FLIA), un evento independiente que no recibe subsidios de ningún tipo
y que se (auto)organiza tres veces al año logrando juntar más de diez mil personas.
El espacio surgió de un grupo de escritores y editores que cansados de “esperar”
ser publicados por “las” editoriales, decidieron hacer libros por sus propios medios
para venderlos luego en las plazas y espacios sociales. Cuando se encontraban en
los mismos lugares vendiendo libros se preguntaban por qué no hacían cosas en
común. Con el tiempo fueron generando eventos hasta que convocaron una
contraferia en la puerta de la feria oficial. Luego de la acción callejera pensaron que
en lugar de ir “en contra” de una feria que los invisibilizaba, podían armar una feria
propia donde las reglas se definan colectivamente en asambleas horizontales. Es
asñi que cada feria independiente se organiza en asambleas horizontales, es decir,
no hay “dirigentes” sino que se hace y se decide democráticamente entre todos los
participantes. En esas asambleas se decidió que siempre habría libertad de puestos
y gratuidad de ingreso (estas reglas rigen hasta el día de hoy).
Además de escritores y editoriales independientes en el espacio se conjugan una
serie de actores culturales como artistas callejeros, poetas, estudiantes, editores,
músicos, periodistas, fotógrafos, artistas visuales, realizadores de cine, actores, y
hasta activistas de Software Libre. En el espacio se dan charlas, conferencias y
talleres sobre cultura libre, armado de libros artesanales, licencias libres para
escritores, historia del movimiento, experiencias políticas, entre otros muchos temas.
También participa un festival itinerante de cine underground, mostrando una
selección del festival con películas que no tienen ningún tipo de circulación
comercial. Hay un escenario donde se recita poesía, un micrófono abierto a los
poetas, el intercambio y el diálogo entre escritores y lectores. La feria no es estática
sino que itinera por diferentes barrios de la ciudad de Buenos Aires. En algunas
oportunidades se hizo en mercados, en universidades, en fábricas recuperadas por
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