SDL HOME
»
Salesian spirituality
»
Document
IT
|
EN
|
ES
|
FR
|
PT
|
PL
Preferences
Help
Login
text,dc.Title,Title
date
creator
language
format
description
Text Search
Fielded Search
Advanced Search
titles
creators
dates
languages
5 most recent
Salmos|48
Salmo 48
Vanidad de las riquezas
Automático
Oíd esto, todas las naciones; escuchadlo, habitantes del orbe: plebeyos y nobles, ricos y pobres;
mi boca hablará sabiamente, y serán muy sensatas mis reflexiones;
prestaré oído al proverbio y propondré mi problema al son de la cítara.
¿Por qué habré de temer los días aciagos, cuando me cerquen y acechen los malvados,
que confían en su opulencia y se jactan de sus inmensas riquezas,
si nadie puede salvarse ni dar a Dios un rescate?
Es tan caro el rescate de la vida, que nunca les bastará para vivir perpetuamente sin bajar a la fosa.
Mirad: los sabios mueren, lo mismo que perecen los ignorantes y necios, y legan sus riquezas a extraños.
El sepulcro es su morada perpetua y su casa de edad en edad, aunque hayan dado nombre a países.
El hombre no perdurará en la opulencia, sino que perece como los animales.
Este es el camino de los confiados, el destino de los hombres satisfechos:
son un rebaño para el abismo, la muerte es su pastor,
y bajan derechos a la tumba; se desvanece su figura, y el abismo es su casa.
Pero a mí, Dios me salva, me saca de las garras del abismo y me lleva consigo.
No te preocupes si se enriquece un hombre y aumenta el fasto de su casa:
cuando muera, no se llevará nada, su fasto no bajará con él.
Aunque en vida se felicitaba: "Ponderan lo bien que lo pasas",
irá a reunirse con sus antepasados, que no verán nunca la luz.
El hombre rico e inconsciente es como un animal que perece.
Oíd esto, todas las naciones; escuchadlo, habitantes del orbe: plebeyos y nobles, ricos y pobres;
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
Designed by SDB,
powered by greenstone3