24 de mayo
MARÍA, AUXILIADORA
DE LOS CRISTIANOS
Patrona principal
del instituto de Hijas de María Auxiliadora
y de la familia salesiana
Solemnidad
Cuando esta solemnidad coincide con un domingo del tiempo pascual o la solemnidad de Pentecostés, su celebración se desplaza al primer día libre que le siga (cf. Misal Romano, Normas universales sobre el año litúrgico y el calendario, núms. 5 y 60).
Por el bien pastoral de los fieles, cuando esta solemnidad cae entre semana, es licito celebrarla en domingo, con tal que sea del tiempo ordinario. En este caso, el formulario puede emplearse en todas las misas en que participa el pueblo (cf. ibídem, núms. 58 y 59).
En la compleja maraña de las vicisitudes humanas, el pueblo cristiano ha experimentado no pocas veces en su historia el auxilio concreto de la Virgen María, especialmente en momentos difíciles para la vida de la Iglesia. De ahí nació la costumbre de invocar a la Madre de Dios también con el título de Auxiliadora de los cristianos. Como fecha de su fiesta se estableció el 24 de mayo, día en que el papa Pío VII, milagrosamente liberado de su prisión, regresaba a Roma el año 1814.
San Juan Bosco vio, en la invocación Auxiliadora de los cristianos, una síntesis admirable del misterio de la Santísima Virgen en el plano de la salvación que se realiza en la Iglesia, hasta el punto de escribir: « Una experiencia de dieciocho siglos nos demuestra de modo luminosísimo que María ha continuado, desde el cielo y con el mejor de los
resultados, la misión de madre de la Iglesia y auxiliadora de los cristianos que había comenzado en la tierra » (Meraviglie della Madre di Dio, 1868, pág. 45).
Fiel al espíritu y misión de su Fundador, la familia salesiana se deja guiar y sostener por la presencia materna de la Virgen, para llegar a una entrega cada vez más plena al Señor y ser testimonio del amor de Dios a los jóvenes.
El concilio Vaticano II reconoció que María « con su amor materno se cuida de los hermanos de su Hijo que todavía peregrinan y se hallan en peligros y ansiedad hasta que sean conducidos a la patria bienaventurada. Por este motivo, la Santísima Virgen es invocada en la Iglesia con los títulos de Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora » (Lumen gentium, núm. 62).
Celebrar la Pascua de Cristo recordando y venerando a « la gloriosa siempre Virgen María » (Canon romano) implica, por tanto: -escuchar como ella la palabra de Dios, hacerla fructificar y anunciarla con celo; -verla e invocarla como ejemplo de oración y de caridad pastoral; -reconocerla como maestra y guía; -acudir a ella con filial confianza.
En cuanto patrona principal de la familia salesiana y maestra de sabiduría, María nos ayuda a amar como amaba san Juan Bosco; en cuanto modelo de caridad, brilla como estrella en nuestra tarea de evangelización y promoción humana.
El formulario litúrgico es, ante todo, un himno de gratitud por la obra de Dios Padre (cf. salmo resp.) que, en su admirable plan de salvación, envió a su Hijo, « nacido de una mujer » (II lect. ); la Virgen María, constituída « Madre y Auxiliadora de los cristianos », es la « figura portentosa », « la mujer vestida de sol » (I lect.).
En esta línea, los textos son también un jubiloso cántico de alabanza a la Santísima Virgen, porque: -como « humilde esclava » del Señor y « modelo de toda virtud, respondió plenamente a su designio de amor, cooperando, por la obediencia de la fe y el ardor de la caridad, a la obra de Cristo, nuestro salvador » (pref. ); -unida ya a su Hijo « en la gloria, continúa su misión para con la Iglesia », que sigue en el tiempo su « camino hacia la Jerusalén del cielo » en medio de luchas y peligros (cf. pref.) .
La santa asamblea, segura de todo esto, al celebrar el memorial del misterio de Cristo, « nacido de la Virgen María » (posc. ), « vencedor de la muerte » (bend.) y « resucitado como primicia de la nueva creación » (posc. ), se pone en actitud de plena disponibilidad, como María, para el plan de Dios (cf. evang. y com. ). Por ello, eleva su oración para pedir el don del Espíritu, « que descendió sobre los apóstoles reunidos en el cenáculo con la Virgen María » (bend.) para: -« adelantar en la fe, en la esperanza y en la caridad » (ofr. ); -« superar con sabiduría y amor todas las pruebas »
(col.); -« ser cada vez más conformes a Cristo » (ofr. ); -seguir llevando adelante con fe y valor el propio compromiso en la historia para el crecimiento del Reino; -« caminar hacia el Padre en novedad de vida » (posc. ), y -« participar desde ahora en la victoria de Cristo » (col.).
AN'I'IF'ONA DE ENTRADAcf. Jdt 13, 18b. 19
Bendita eres, Virgen María,
de Dios, el Altísimo,
más que todas las mujeres de la tierra; él ha engrandecido tanto tu nombre, que tu alabanza estará siempre en la boca de todos los que recuerden la hazaña de Dios. U.P. Aleluya.]
Se dice Gloria. ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios nuestro,
que hiciste a la Virgen María
Madre y Auxiliadora de los cristianos; concede, por su intercesión, a la Iglesia la fuerza de tu Espíritu
para superar con paciencia y amor todas las pruebas y participar ya desde ahora
en la victoria de Cristo, tu Hijo. Él, que vive y reina contigo...
Se dice Credo.
ORACIÓN DE LOS FIELES: págs. 243-244. ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Padre, las súplicas y ofrendas de tu pueblo
en la solemnidad de María, Auxiliadora de los cristianos; concédenos, por su intercesión,
progresar en la fe, en la esperanza y en la caridad,
para que seamos cada vez más conformes a Cristo Señor,
que se entregó a sí mismo por la vida del mundo. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.
PREFACIO (para el texto musicalizado: págs. 223-224). María, madre de un pueblo en camino
C. El Señor esté con vosotros.
R . Y con tu espíritu.
C Levantemos el corazón.
R . Lo tenemos levantado hacia el Señor.
C. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R Es justo y necesario.
En verdad es justo darte gracias,
es bueno bendecir tu nombre,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Te alabamos, te bendecimos y te glorificamos en la solemnidad de la Virgen María, Auxiliadora de los cristianos.
Porque ella, humilde esclava y modelo de toda virtud, respondió plenamente a tu designio de amor
cooperando, por la obediencia de la fe y el ardor de la caridad, a la obra de Cristo, nuestro salvador.
Y, unida a él en la gloria,
continúa su misión para con la Iglesia:
con cuidado materno ayuda y asiste a sus hijos en las luchas y en los peligros, mientras caminan hacia la Jerusalén del cielo.
Por este don de tu benevolencia,
el cielo y la tierra se unen en común alegría para cantar un cántico nuevo:
Santo, Santo, Santo...
ANII'ONA DE COMUNIÓNcf. Jn 2, 1. 5
Hubo una boda en Caná de Galilea. María dijo a los sirvientes:
Haced lo que él diga. [T.P. Aleluya.]
O bien:cf. Lc 1, 48, 38
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho grandes obras por mí. Aquí está la esclava del Señor,
hágase en mí según tu palabra. [T.P. Aleluya.]
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre, que nos has alimentado con el pan del cielo, Jesucristo, nacido de la Virgen María y resucitado como primicia de la nueva creación; concédenos
caminar hacia ti en novedad de vida y colaborar a la llegada de tu reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
BENDICIÓN SOLEMNE
Dios Padre, que quiso
que María fuese Auxiliadora del pueblo cristiano, derrame sobre vosotros la abundancia de su amor.
1 Amén.
Cristo Jesús, vencedor de la muerte,
que desde la cruz nos dio a María por madre, os haga participar en la riqueza de su vida.
.. Amén.
El Espíritu Santo, que descendió sobre los apóstoles reunidos en el cenáculo con la Virgen María, os haga en el mundo testigos de la resurrección.
1 Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.
1 Amén.
Dios quiso que la Madre de su Hijo fuera llena de gracia. Oremos para que haga partícipes de esta riqueza a la Iglesia y a todos los
hombres de buena voluntad. W Ayuda, Señor, a tu Iglesia.
1. Por la Iglesia difundida por toda la tierra: para que, alentada por la presencia del Espíritu Consolador, viva de acuerdo con el Evangelio que anuncia, roguemos al Señor.
2. Por la paz entre los pueblos: para que, superada toda división y respetando la diversidad de culturas, se promuevan los valores esenciales de la familia humana, roguemos al Señor.
3. Por la familia salesiana: para que, renovando cada día su devoción a María Auxiliadora, encuentre siempre nuevas energías para continuar su misión en la Iglesia y en la sociedad, roguemos al Señor.
4. Por los padres de familia: para que, a la luz del hogar de Nazaret, eduquen con sabiduría a sus hijos en el crecimiento humano y cristiano, roguemos al Señor.
5. Por cuantos celebramos esta festividad: para que, como María Santísima, seamos perseverantes en la fe, fuertes en la esperanza y solícitos en la caridad, roguemos al Señor.
6. Otras intenciones.
Oh Dios, que asociaste a la Virgen María a la obra de Cristo, tu Hijo: escucha, por su intercesión, la voz de quienes, dóciles al Espíritu Santo, desean dar un testimonio diario de su fidelidad al
Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
O bien:
Oremos a Dios Padre que, en su bondad infinita, quiso que María cooperara en la misión salvífica de su Hijo.
1. Escucha, Señor, nuestra oración.
1. Por la Iglesia, pueblo de Dios en camino: para que busque siempre en María un modelo concreto de vida y una ayuda solícita para su misión, roguemos al Señor.
2. Por el Papa y por nuestros pastores: para que en su ministerio de anunciadores del Evangelio confíen en María, estrella de la evangelización, roguemos al Señor.
3. Por los responsables de las naciones: para que en su misión miren siempre a María, que se puso en manos de Dios para salvar el mundo, roguemos al Señor.
4. Por la familia salesiana: para que viva y actúe según el espíritu de las bienaventuranzas en la Iglesia de nuestro tiempo, roguemos al Señor.
5. Por los jóvenes, particularmente los que viven angustiados y sin ilusión: para que descubran en María la madre solicita por sus hijos y confíen en ella, fuente de esperanza, de comunión y de paz, roguemos al Señor.
6. Por los que celebramos la fiesta de María Auxiliadora: para que podamos experimentar en todo momento su presencia materna, prenda de paz, alegría y conformidad perfecta al querer de Dios, roguemos al Señor.
7. Otras intenciones.
Dios, Padre misericordioso, escucha nuestras súplicas y, por intercesión de María, Auxiliadora de los cristianos, haz que progrese
mos en la fe, en la esperanza y en la caridad para vivir todos los días según tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.