Salmos|21
  • Salmo 21
  • Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
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  • Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
  • a pesar de mis gritos, mi oración no te alcanza.
  • Dios mío, de día te grito, y no respondes; de noche, y no me haces caso;
  • Pero yo soy un gusano, no un hombre, vergüenza de la gente, desprecio del pueblo;
  • al verme, se burlan de mí, hacen visajes, menean la cabeza:"acudió al Señor, que lo ponga a salvo; que lo libre si tanto lo quiere".
  • Tú eres quien me sacó del vientre, me tenías confiado en los pechos de mi madre;
  • desde el seno pasé a tus manos, desde el vientre materno tú eres mi Dios.
  • No te quedes lejos, que el peligro está cerca y nadie me socorre.
  • Me acorrala un tropel de novillos, me cercan toros de Basán;
  • abren contra mí las fauces leones que descuartizan y rugen.
  • Estoy como agua derramada, tengo los huesos descoyuntados;
  • mi corazón, como cera, se derrite en mis entrañas;
  • mi garganta está seca como una teja, la lengua se me pega al paladar;
  • me aprietas contra el polvo de la muerte.
  • Me acorrala una jauría de mastines, me cerca una banda de malhechores;
  • me taladran las manos y los pies, puedo contar mis huesos.
  • Ellos me miran triunfantes, se reparten mi ropa, echan a suerte mi túnica.
  • Pero tú, Señor, no te quedes lejos; fuerza mía, ven corriendo a ayudarme.
  • líbrame a mí de la espada, y a mí única vida de la garra del mastín;
  • sálvame de las fauces del león; a éste pobre, de los cuernos del búfalo.
  • Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
  • Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo