Salmos|101
  • Salmo 101
  • Deseos y súplicas de un desterrado
  • Automático
  • Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti;
  • no me escondas tu rostro el día de la desgracia.
  • Inclina tu oído hacia mi; cuando te invoco, escúchame en seguida.
  • Que mis días se desvanecen como humo, mis huesos queman como brasas;
  • mi corazón está agostado como hierba, me olvido de comer mi pan;
  • con la violencia de mis quejidos, se me pega la piel a los huesos.
  • Estoy como lechuza en la estepa, como búho entre ruinas;
  • estoy desvelado, gimiendo, como pájaro sin pareja en el tejado.
  • Mis enemigos me insultan sin descanso; furiosos contra mí, me maldicen.
  • En vez de pan, como ceniza, mezclo mi bebida con llanto,
  • por tu cólera y tu indignación, porque me alzaste en vilo y me tiraste;
  • mis días son una sombra que se alarga, me voy secando como la hierba.
  • Tú, en cambio, permaneces para siempre, y tu nombre de generación en generación.
  • Levántate y ten misericordia de Sión, que ya es hora y tiempo de misericordia. […]
  • Los gentiles temerá tu nombre, los reyes del mundo, tu gloria.
  • Cuando el Señor reconstruya Sión, y aparezca en su gloria, […]
  • cuando se reúnan unánimes los pueblos y los reyes para dar culto al Señor. […]
  • Los hijos de tus siervos vivirán seguros, su linaje durará en tu presencia.
  • Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo