Salmos|70
  • Salmo 70
  • Tú, señor, fuiste mi esperanza desde mi juventud
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  • A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre;
  • tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo, inclina a mí tu oído, y sálvame.
  • Se tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve, porque mi peña y mi alcázar eres tú.
  • Dios mío, líbrame de la mano perversa, del puño criminal y violento;
  • porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
  • En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno tú me sostenías, siempre he confiado en ti. […]
  • Dios mío, no te quedes a distancia; Dios mío, ven aprisa a socorrerme.
  • Que fracasen y se pierdan los que atentan contra mi vida,
  • queden cubiertos de oprobio y vergüenza los que buscan mi daño.
  • Yo, en cambio, seguiré esperando, redoblaré tus alabanzas; […]
  • Contaré tus proezas, Señor mío, narraré tu victoria, tuya entera.
  • Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas,
  • ahora, en la vejez y las canas, no me abandones, Dios mío. […]
  • y yo te daré gracias, Dios mío, con el arpa, por tu lealtad; […]
  • porque quedaron derrotados y afrentados los que buscaban mi daño.
  • Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo