Salmos|85
  • Salmo 85
  • Oración del pobre ante los problemas
  • Automático
  • Inclina tu oído, Señor, escúchame, que soy un pobre desamparado;
  • protege mi vida, que soy un fiel tuyo; salva a tu siervo, que confía en ti.
  • Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor, que a ti te estoy llamando todo el día;
  • alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti;
  • porque tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan.
  • Señor, escucha mi oración, atiende a la voz de mi súplica.
  • En el día del peligro te llamo, y tú me escuchas.
  • No tienes igual entre los dioses, Señor, ni hay obras como las tuyas.
  • Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor; bendecirán tu nombre:
  • "Grande eres tú, y haces maravillas; tú eres el único Dios".
  • Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad;
  • mantén mi corazón entero en el temor de tu nombre.
  • Te alabaré de todo corazón, Dios mío; daré gloria a tu nombre por siempre, por tu gran piedad para conmigo,
  • porque me salvaste del abismo profundo.
  • Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí,
  • una banda de insolentes atenta contra mi vida, sin tenerte en cuenta a ti.
  • Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso,
  • lento a la cólera, rico en piedad y leal, mírame, ten compasión de mí.
  • Da fuerza a tu siervo, salva al hijo de tu esclava;
  • dame una señal propicia, que la vean mis adversarios y se avergüencen,
  • porque tú, Señor, me ayudas y consuelas.
  • Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo