Misiones Don Bosco ano ciento 1875 SDB y 1877 FMA


Misiones Don Bosco ano ciento 1875 SDB y 1877 FMA

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SALESIANOS
HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA
EDITORIAL SDB ROMA
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA

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MISIONES DON BOSCO
AÑO CIENTO
SALESIANOS 1875
HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA 1877
VOLUMEN CONMEMORATIVO PREPARADO POR
«UFFICIO STAMPA SALESIANO»
Y «UFFICIO STAMPA FMA»
COORDINADOR: Héctor Segneri
TEXTO: Enzo Bianco
Colabora: Assunta Maraldi FMA
ESTADÍSTICAS:
Silvano Sarti, María Costamagna FMA
SECCIÓN FOTOGRÁFICA:
Héctor Segneri, Marisa Pagge FMA
Archivo fotográfico:
Guido Cantoni, Genoveva García FMA
REVISIÓN: Antonio Altarejos
TÍTULO DE LA EDICIÓN ITALIANA:
MISSIONI DON BOSCO. ANNO CENTO
TRADUCCIÓN Y ADAPTACIÓN:
Jesús Mélida
OBRA TRADUCIDA AL:
Alemán: Oficina Inspectorial
Francés: Oficina Inspectorial
Inglés: Patrick MacQuaid, Bernard Grogan
Portugués: Walter Bini
COMPOSICIÓN E IMPRESIÓN:
ISBS - Castelnuovo Don Sosco (Asti)
EDITRICE SDB- 1975
Via della Pisana 1111 - C.P. 9092
00100 Roma-Aurelio
EDICIÓN EXTRACOMERCIAL
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA

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SUMARIO
1 - MENSAJE DE PABLO VI, 6
2 - CARTA DEL RECTOR MAYOR, 10
3 - CIEN AÑOS DE MISIONES SALESIANAS, 13
1875: El granito de arena de Don Bosco, 14
Un programa para sus hijos, 20
Panorámica de un siglo de historia, 24
Las misiones hasta la muerte de Don Bosco, 24
Primera expansión hasta la gran guerra, 25
Segunda expansión entre las dos guerras mundiales, 27
El resurgir misionero hasta el Concilio, 29
Dificultades y perspectivas del Postconcilio, 32
La Familia Salesiana en las misiones hoy, 33
Las misiones en el centro de la vocación salesiana, 33
La participación del coro, 34
Fidelidad al proyecto misionero de Don Bosco, 35
En la Iglesia y en el mundo de hoy, 36
4 - LLEVAR LOS HOMBRES A CRISTO, 37
Desde las primitivas civilizaciones, 38
"Santidad, el palo seco ha florecido" (los Shuar del Ecuador), 38
Las HMA, 10 grados al sur del ecuador (Mozambique), 40
Los días del "sí" a Cristo (India Nordeste), 42
Desde las culturas milenarias, 46
Convertirse en tierra japonesa, 46
En la tierra de los hombres libres, la libertad de Cristo, 49
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA

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CARTA
DEL RECTOR
MAYOR
¿ Un mensaje que prologue
este libro conmemorativo del
CENTENARIO DE LAS MISIONES
SALESIANAS?
Yo creo que el libro entero es ya un mensaje:
en sus cortas, pero jugosas páginas
de texto, fotografías y estadísticas
hace desfilar ante los ojos del lector,
como en un documental de cine,
una historia viva y verdadera,
pero tan maravillosa que raya en la leyenda.
El mensaje evangélico que ha resonado en el
mundo
desde aquel histórico 11 de noviembre de 1875
hasta nuestros días,
lo han proclamado,
junto con Don Bosco y Santa María Mazzarello,
millares y millares de almas generosas
que han creado y mantenido
el (<milagro misionero salesiano"
durante estos cien años.
Quien ojee el presente volumen
comprende perfectamente
que hablar de (<milagro salesiano"
no es una hipérbole triunfalista,
sino un intento de dar nombre a un fenómeno
que realmente se sale de los lindes de lo ordinario.
...¡Y que nos hace pensar!.
El "fenómeno" - si así preferimos llamarlo -
examinado en profundidad,
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA

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misioneros fC/Decr. AG, n. 25-26), y el mismo cometido
misionero confiado a los Institutos Religiosos (Cfibid., 40)? Sus
afirmaciones son más claras, estimulantes y persuasivas de
cuantas se podrían referir aquí, y tenemos la seguridad de que
las meditaréis con atención y asiduidad en vuestros encuentros.
Recordemos dos frases: « Siendo aún muchas las naciones que
hay que llevar a Cristo, los Institutos Religiosos continúan
siendo muy necesarios» (Ibid., 27);por eso, «pregúntense
sinceramente delante de Dios si pueden extender su actividad
para la expansión del Reino de Dios entre los gentiles »
(Ibid., 40). ¿No parecen resonar las dulces palabras del
Evangelio: « Alzad vuestros ojos, y ved los campos que
amarillean ya para la siega » (7n 4,35)?
Acometer empresas mayores
Cuando aludíamos más arriba a los jóvenes, de propósito
hemos omitido una cosa. En algún punto de nuestra reciente
Exhortación apostólica « Gaudete in Domino », hablamos de la
relación entre la Iglesia y la juventud, de donde no sólo
dimanan motivos de cristiana alegría, sino también estímulos
eficaces para una renovación auténtica (Capítulo VI). Nos
pensamos que ciertamente existe un vínculo similar entre la
Sociedad Salesiana y la juventud, y que de ello se derivará
igualmente aliento para continuar las obras iniciadas, con la
esperanza de éxito feliz.
Querido Hijo, sentíamos el deber de decir estas cosas
públicamente en ocasión de este próximo aniversario, para, con
el testimonio de nuestra paternal benevolencia, estimular a
todos los Salesianos a anhelar y acometer empresas siempre
más grandes, más nobles, más eclesiales por la causa de las
Misiones Católicas.
Sostenidos por tal esperanza, con gran afecto y en el nombre
del Señor, impartimos a ti y a todos tus Hermanos, sacerdotes y
laicos, así como a las Religiosas del Instituto de Hijas de María
Auxiliadora, la Bendición Apostólica, como prenda de gracias
celestiales.
Dado en Roma, junto a San Pedro, el 15 de agosto,
solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María,
del año 1975, trece de Nuestro Pontificado.
(Nuestra traducción del texto latino).
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misma de la nueva Congregación. En efecto, ya desde los
primeros años en que empezó a florecer en Turín, tuvo como
nota propia atraer hacia sí sobre todo a los jóvenes, a los
pobres, a la gente del pueblo, sintiéndose destinada en modo
particular a ellos. Por consiguiente, la citada característica
juvenil se reveló casi necesariamente también en la realización
de la tarea misionera: fueron jóvenes los primeros predicadores
del Evangelio enviados a las naciones de América, y jóvenes
también fueron los destinatarios a quienes, en primer lugar,
decidieron ir a evangelizar e instruir. Permítasenos, pues, decir
que eran jóvenes los dos términos de aquella misma y única
actividad.
Por tanto, no es de extrañar que para educar cristianamente a
la juventud, también en las residencias misioneras se
implantaran idénticas obras, las mismas escuelas de todo tipo y
la enseñanza profesional ya en uso en otras partes; se
construyeron iglesias, hospitales, casas, y se pusieron en marcha
otras iniciativas exigidas por las condiciones de tiempos y
lugares.
Al elencar y elogiar la obra llevada a cabo, las fuerzas
derrochadas y los éxitos logrados, no podemos olvidar la intensa
actividad que, junto con los Salesianos, desarrollaron las Hijas
de María Auxiliadora, ya que no se puede perder de vista que
también ellas, en todos sus centros misioneros, se prodigaron
incesantemente, con el fervor de su nobilísimo espíritu.
Ambas Familias Religiosas acogían con simpatía y benevolencia
no sólo a los autóctonos o indígenas, sino también a los
emigrantes extranjeros que, obligados a abandonar la propia
patria, acudían, en grandes grupos, a procurarse allí el
sustento, en medio de grandísimas angustias. También en este
campo la acción pastoral de los Salesianos ha hecho acopio de
méritos.
Momento de reflexión y de renovación
Sabemos que este inminente acontecimiento histórico de la
Congregación será recibido como una benéfica pausa en su ya
secular recorrido. Lo confirma no sólo el inteligente "calendario
de celebraciones" programadas para el Año Centenario que tú,
querido hijo, diligentemente has hecho llegar a Nos, sino
también la firme voluntad de toda la Familia Religiosa: como
1875 fue el fausto año que marcó el inicio de sus misiones, así el
actual año 1975 se presenta como ocasión propicia para
repensar la empresa misionera, renovar fuerzas y reafirmar
propósitos, teniendo particularmente presente el Decreto del
Concilio Vaticano II sobre la actividad misionera de la Iglesia.
La Iglesia, como frecuentemente y con toda razón se suele
decir, es una comunidad misionera; como tal, debe realizar tan
alta misión con la mayor diligencia y posible perfección, para
adherirse a la voluntad de su divino Fundador. Ella exhorta
insistentemente a sus hijos a que le presten la ayuda necesaria;
aprovechando la presente oportunidad, exhorta también a todos
los Salesianos para que - con el corazón dilatado por la caridad
- le aporten cuanto pueden y deben, sirviéndose de los
instrumentos, normas y enseñanzas características del acervo
pedagógico que constituye la herencia peculiar de San Juan
Bosco.
¿Será necesario, para confirmar nuestra exhortación, repetir
aquí los principios del mismo Concilio acerca de la formación,
tanto espiritual como apostólica, que hay que dar a los
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extranjeras, mereció su pleno asentimiento y bendición. Con
ello quedaba rubricado su espíritu generoso y su entrega al
sagrado ministerio, notas con que ya comenzaba a distinguirse
la joven Congregación.
Quien ahora observa la situación de la Iglesia Católica en las
mencionadas regiones, encuentra constituidas allí tres
jurisdicciones eclesiásticas (Viedma, Rivadavia y Río Gallegos),
que, elevadas a diócesis, por la extensión del territorio, por el
número siempre creciente de fieles y por las fundadas
esperanzas que ofrece de ulteriores progresos para toda la
Iglesia Argentina, desarrollan un papel nada insignificante ni
secundario.
Y, si extendemos nuestra mirada por otras regiones, Nos
consuela igualmente contemplar la amplitud e importancia de
las Misiones Salesianas en su conjunto, dado que, tras aquella
memorable expedición, han seguido ininterrumpidamente otras
muchas, y otros misioneros, - en número de casi nueve mil -
han seguido ese camino abierto a todos los continentes, desde
América del Sur y del Norte, al Medio y Extremo Oriente,
África y Australia.
Justamente se puede concluir que desde sus comienzos el campo
de la Patagonia estaba destinado a tan grande y providencial
floración, cuyas primicias de ubérrima mies produjeron
enseguida una vasta y fecunda actividad en bien de la Santa
Iglesia de Dios, como primera destinataria, y a favor de la
sociedad humana, en orden a su progreso social
Jóvenes predicadores del Evangelio
Pero, ¿cuál era la finalidad de aquella empresa? Fue,
ciertamente, la de mostrar, no sólo con palabras sino con
hechos, la naturaleza misionera de la Iglesia; fue la de afirmar
idéntica condición en la Sociedad recién fundada; fue - como
claramente se colige de las dos afirmaciones anteriores - la de
participar en la actividad multiforme de la Iglesia Católica,
asumiendo las consiguientes incomodidades y fatigas.
Débese, pues, tributar un reconocimiento particular al
Fundador de esta Congregación, el cual en el siglo pasado -
cuando se abrían a la Iglesia Católica más amplios caminos -
prestó la máxima atención a una tarea tan agobiante, y, sin
dudarlo, tomó la decisión, en nombre propio y de sus
colaboradores, de empeñarse en cumplirla.
Y, ¿cuál fue, después, el comportamiento que adoptó? Es éste
un asunto que se relaciona directamente con la naturaleza
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MENSAJE
DE PABLO VI
¡Contemplad los campos que amarillean ya para la siega!
A nuestro querido hijo Luis Ricceri,
Rector Mayor de la Sociedad de San Francisco de Sales
Según Nos ha sido comunicado, se avecina para la Sociedad
Salesiana un importante aniversario: han trascurrido cien años
desde la fecha en que diez hijos de Don Bosco, movidos de
caridad evangélica, iniciaron la actividad misionera.
El recuerdo de aquella afortunada expedición, iniciada en el
nombre y bajo la égida de la Bienaventurada Virgen María
Auxiliadora (los intrépidos hombres arribados a los lejanos
litorales de América del Sur habían partido del Templo que en
Turín lleva su nombre), penetra con facilidad en Nuestro
espíritu y lo conmueve profundamente. Al contemplar hoy los
frutos abundantes del inmenso trabajo realizado, Nos no
podemos por menos de alegrarnos y condividir contigo, querido
hijo, y con todos los religiosos que viven bajo tu dirección, los
sentimientos de una grata alegría y consuelo espiritual.
Una empresa difícil y atrevida
Vuestra Congregación acababa de nacer: a un año apenas de
su aprobación oficial por la autoridad de la Santa sede, ya
algunos de sus miembros (entre los cuales Nos complace
recordar, para honor suyo, a Juan Cagliero, jefe de la
expedición, más tarde Vicario Apostólico, Obispo y Cardenal de
la Santa Iglesia Romana), fueron enviados, en noviembre de
1875, a las extensas regiones de la Patagonia.
La empresa era, sin duda, difícil y atrevida: casi desconocido el
territorio, pocos sus habitantes, incierto el resultado; pero el
entusiasmo era grande, el corazón estaba encendido en sanio
celo, y la decisión de vuestro Padre y Fundador resultaba
estimulante. Este, habiendo expuesto al Papa Pío IX, Nuestro
predecesor de feliz memoria, su proyecto de Misiones
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA

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Desde el chabolismo sin Cristo, 52
Comenzó con dos papeletas de una rifa (Belem, Brasil), 52
Desde los desiertos de la emigración, 54
"Buscad a esos hermanos", 54
La "nueva frontera" del Ariari, 56
Desde la soledad del sufrimiento, 58
"Estaba enfermo y me visitasteis", 58
"Hermano, estamos aquí por ti" (Arni, India), 59
"Ahora veo, aunque no tengo ojos" (Bang Kok, Thailandia), 61
5 - AL SERVICIO DE LOS HERMANOS, 63
El trabajo de retaguardia, 64
En el centro: los Dicasterios de Misiones, 64
Las Procuras misioneras, 66
La epopeya de los "Caglierinos", 67
Los roperos misioneros, 69
Revistas de animación misionera, 70
El Centro de Estudios sobre las misiones salesianas, 71
Nuevas fuerzas al lado de los misioneros, 72
Los Institutos de perfección, 72
Jóvenes a las misiones, 73
Multiplicar los catequistas, 75
6 - AVENTUREROS DEL REINO, 77
El capitán bueno (Mons. José Fagnano), 78
Madre Angela, Salesiana "a la marinera" (Madre Valiese), 82
El Padre motocicleta (Mons. Manuel Bars), 84
Más poderosa que los hechiceros (Sor María Troncatti), 86
Maestro albañil de la casa del Padre (Santi Mantarro), 88
Sor Matilde anda entre sueños (Sor Meukens), 90
La tribu invisible (Francisco Fernández), 92
Orfeo en el poblado de las bienaventuranzas (Padre Mantovani), 94
7 - DE LAS MISIONES A LOS ALTARES, 97
Los buenos pastores dan la vida (Versiglia, Caravario), 98
Era la última esperanza de los Araucanos (Ceferino Namuncurá), 100
Mi vida por mi madre (Laura Vicuña), 103
Apóstol de la alegría entre los leprosos (D. Luis Variará), 106
Algo bueno ha salido de Nazaret (Simón Srugi), 108
8 - LOS HIJOS DE DON BOSCO EN EL MUNDO, 111
(resumen por naciones)
9 - EL CENTENARIO EN CIFRAS, 120
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA

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tiene su explicación en una sola palabra;
una de aquellas palabras que,
tomadas en serio por unos cuantos hombres,
y traducidas a hechos de vida,
llegan a realizar lo increíble,
desafiando y postergando
las normas de la prudencia humana:
Esta palabra es: la FE.
Es, ante todo, la fe de Don Sosco,
hecha de aquel temple que "mueve las
montañas", la que explica el milagro.
Y detrás de él y con él,
es la fe profunda y total en Dios
(y, por qué no decirlo, en Don Bosco)
de tantos y tantos hombres y mujeres,
más o menos famosos, muchos anónimos,
que en estos cien años han sido los artífices
de la maravillosa realidad
de las Misiones Salesianas en el mundo.
Es esta fe la que los ha llevado a zonas inhóspitas
de la tierra,
donde viven pueblos de lengua y costumbres
completamente diversas.
Es esta fe la que los ha animado a superar
las mil dificultades de todo género
que han ido encontrando
a lo largo de su caminar evangélico.
Es la fe de estos hombres, a veces sencillos
- no con demasiada ciencia humana
pero ricos de aquella sabiduría
que dimana de la fe misma,
y que es la ciencia del Amor de Dios -
es estafe,
la que los ha lanzado a los caminos del mundo
para comunicar a los hermanos la verdad
y el amor.
Es esta fe
la que ha transformado a tantas débiles criaturas,
bajo los soles más diversos,
haciéndolas testigos de Cristo
y de su amor al hombre.
Ante esta extraordinaria realidad nos corresponde
a nosotros
- que tenemos el gozo y la responsabilidad
de iniciar el segundo siglo misionero salesiano -
dar gracias a Dios;
gracias plenas y sinceras,
por haber suscitado tantas almas generosas
que, tras la huella del Padre,
y con la entrega aprendida en su escuela,
han trabajado sin ahorrar fatiga
en estos cien años por el Reino de Dios.
en el Centenario;
interpelación tanto más urgente y directa
cuanto es mayor su derecho a hacerla.
Ellos nos recuerdan,
a cuantos nos sentimos más o menos ligados
a la Familia Salesiana,
que la salesianidad tiene una componente esencial:
el carisma misionero.
Don Bosco quiso
que la Familia Salesiana fuera misionera.
Este carisma misionero,
con todos los valores que encierra,
es una riqueza, una idea-fuerza para los miembros
de la Familia en cualquier sitio
en que se encuentren y trabajen.
Que no se apague esta llama:
que se reavive y crezca.
El ideal misionero,
vivido en coherente profundidad,
será el secreto para mantener joven
el espíritu de Don Bosco en los años futuros.
Por esto me parece escuchar
a las falanges misioneras
esparcidas por el mundo y por el tiempo,
que repiten con el Padre:
"¡No podemos detenernos!".
Este, creo yo, debe ser para nosotros el fruto
de la evocación de estos cien años misioneros:
Fieles a nuestro pasado,
y en sintonía con las directrices de la Iglesia,
corramos confiados, como nos anima S. Pablo,
hacia el futuro:
Millares de almas nos están esperando.
Y Don Bosco caminará a nuestro lado.
Escucho en estos momentos la interpelación
que este ejército de evangelizadores nos hace
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
Sac. Luis Ricceri
Rector Mayor

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CIEN AÑOS
DE MISIONES
SALESIANAS
1875: el granito de arena de Don Bosco es la historia
del ideal misionero de Don Bosco, y su realización
a través de las primeras expediciones misioneras
de Salesianos e Hijas de María Auxiliadora
a la América Latina.
Un programa para sus hijos: el proyecto misionero
que soñó Don Bosco, primero para sí mismo,
y que luego perfeccionó
y transmitió a sus hijos espirituales
y a toda la Familia Salesiana.
Panorámica de un siglo: es la historia
de la penetración misionera, que ha estado siempre ligada
y condicionada a los acontecimientos externos;
éstos son precisamente los que aconsejan
la división práctica de esta breve historia en cinco fases:
1. Las Misiones hasta la muerte de Don Bosco (1875-1888)
2. Primera expansión hasta la Gran Guerra (1888-1914)
3. Segunda expansión entre las dos Guerras Mundiales
(1918-1939)
4. El resurgir misionero hasta el Concilio (1945-1964)
5. Dificultades y perspectivas del Postconcilio (1965-1975)
Han pasado cien años. Recordar quiere decir
ordenar las cosas en el corazón
para conocerlas mejor y amarlas más.
¿Logrará la Familia Salesiana
ordenar en su corazón
los ideales, la generosidad,
la valentía en la iniciativa atrevida,
en el riesgo,
que Don Bosco fue capaz de alentar entre sus hijos
hace cien años?.
En las páginas que siguen, en cuatro breves capítulos,
se ha intentado señalar un camino:
un camino para los recuerdos,
para el corazón.
La Familia Salesiana en las misiones hoy
es una visión rápida
de la situación actual: fuerzas comprometidas
en el campo evangélico,
sectores donde trabaja, modalidad de su acción,
necesidad de nuevos planes misioneros para llegar mejor
a la realidad, también nueva, de la Iglesia actual.
En esta rápida panorámica, proyectada en el tiempo y en el
espacio,
- quede ya puntualizado desde ahora - se hará,
junto con la historia
y la descripción de las misiones salesianas,
también un poco de historia de las Congregaciones
fundadas por Don Bosco:
será imposible distinguir dónde se está desarrollando
una actividad típicamente misionera,
y dónde se da una labor pastoral general.
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1875: el granito de
arena de Don Bosco
Bosco prosigue: "Nuestro corazón re-
bosa de gozo viendo que, en nuestra
pobreza, ponemos también nosotros
nuestro granito de arena en el gran
edificio de la Iglesia".
Es un granito de arena: pero ¡ cómo le
pesa ese granito!. "Adiós; tal vez ya no
os volveré a ver en esta tierra. Un día
nos reuniremos todos juntos en el
cielo para siempre...".
Y, en medio de un silencio tenso, ben-
dice Don Bosco a sus hijos. Después
los abraza a todos uno a uno; los de-
más salesianos lo imitan...
Luego abandonan los diez misioneros
el presbiterio, atravesando la iglesia en
"Nuestro divino Salvador, reuniendo a
sus apóstoles, les dijo: Id por todo el
mundo y predicad mi Evangelio a to-
das la criaturas...". La voz de Don
Bosco, que habla desde el pulpito del
santuario de María Auxiliadora en
Turín, Valdocco, vibra de emoción. «Y
nuestro Salvador no daba sólo un
consejo, sino una orden. De esta orden
o "misión" viene el nombre de Misio-
neros que se da a todos aquellos que
van de nuestros países a predicar la
verdad de la fe a otras tierras».
Aquella tarde del 11 de noviembre de
1875 la Basílica rebosaba de gente: los
muchachos en los bancos y en el coro,
los diez futuros misioneros en el pres-
biterio, todos los demás Salesianos a
su alrededor, y en los espacios libres,
muchos amigos, autoridades, fieles,
curiosos... "Nosotros, intentando cum-
«En el último confín del horizonte vi una turba de hombres casi desnudos, de estatura extraordinaria,
aspecto feroz...». Del primer sueño de Don Bosco, a la realidad:
un grupo de indios Onas, como los encontraron los primeros misioneros salesianos en las tierras
magallánicas.
plir nuestra partecita del precepto de
Jesús, según nuestras pobres fuerzas,
hemos optado por una misión en
América del Sur, en la República Ar-
gentina".
Y los ojos de todos se clavan con envi-
dia en aquellos seis sacerdotes que lle-
van en la mano aquel extraño som-
brero y en los cuatro coadjutores, de
traje negro y sombrero de copa sobre
las rodillas, que dentro de un mes se
encontrarán muy lejos obedeciendo el
mandato, "la misión" de Cristo.
"De este modo damos principio a una
gran obra. No porque tengamos pre-
tensiones o pensemos convertir el
mundo en unos días, no. Pero, ¡quién
sabe si no será esta partida y esta pe-
queña aportación nuestra como una
semilla de la que nacerá un árbol!". Sí,
todos están convencidos, asienten con
la cabeza...
ello y están emocionados como él.
Los futuros misioneros tendrán que
ocuparse allí - sigue diciendo Don
Bosco - de los emigrantes: "Encontra-
réis muchos niños y adultos que viven
en la más deplorable ignorancia cultu-
ral (no saben leer ni escribir) y reli-
giosa. Id y buscad a estos hermanos
nuestros a quienes la miseria o la des-
gracia llevó a tierra extranjera".
Don Bosco les señala también el otro
campo, el de las misiones, perdido en
la distancia y en el misterio, pero fasci-
nador al mismo tiempo: "En las regio-
nes que están alrededor de la tierra ci-
vilizada, hay numerosas tribus de sal-
vajes en las que no ha penetrado to-
davía la religión de Jesucristo ni la ci-
vilización...". Para éstos, sobre todo,
parten los misioneros.
El altar mayor aparece cubierto de flo-
res como en las grandes ocasiones;
medio de un mar de manos que los
van despidiendo. Saludos, abrazos. El
último en llegar al umbral de la puerta
es Don Bosco: a la luz de los faroles
que iluminan la noche, aparece la plaza
abarrotada de gente y la larga fila de
coches de caballos que llevarán a los
misioneros a la estación de ferrocarril.
Parten sus hijos, y es cierto que mu-
chos de ellos ya no le volverán a ver.
Pero el granito de arena ya está puesto
y - escribirá un biógrafo de Don Bosco
- queda abierta para la historia de la
Congregación salesiana una página
nueva cargada de futuro.
Una noche tuvo un sueño. El aconte-
cimiento misionero del año 1875 no
llegó por casualidad y como de impro-
viso: Don Bosco lo había madurado y
preparado desde hacía mucho tiempo.
Ante todo había sentido personal-
Ya no los volverá a ver. Don Bosco se
dirige ahora a sus misioneros: "... la
voz se me apaga, las lágrimas ahogan
mis palabras". Todos se dan cuenta de
centenares de luces inundan con su
resplandor la iglesia; María Auxilia-
dora, Reina y Madre, desde el gran-
dioso cuadro del altar, lo domina todo
con su presencia viva y suave. Don
mente desde muy joven la llamada de
las lejanas tierras. Siendo joven semi-
narista en Chieri, leía apasionada-
mente cuanto se refería a las misiones.
Y luego, sacerdote novel, mientras
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14

2.4 Page 14

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completaba sus estudios, aprendió un
poco de español y preparó el baúl:
habría partido con los Oblatos de
María, si D. Cafasso, su director espiri-
tual, no lo hubiese detenido (su mi-
sión, le dijo claramente, estaba allí, en-
tre los muchachos de la periferia de
Turín). Don Rosco renunció a ir a las
misiones, pero nunca al ideal misio-
nero: mandaría a otros. D. Rúa recor-
daba harberle visto alguna vez jugando
con un pañuelo ante los ojos extraña-
dos y curiosos de sus muchachos:
arrugaba el pañuelo, lo extendía al
viento, lo pasaba de una mano a otra,
mientras decía hablando consigo
mismo: "Si tuviese doce jóvenes de los
que pudiera disponer como dispongo
de este pañuelo... Quiero llevar el
nombre de Cristo a tierras lejanas".
Luego fueron creciendo a su alrededor
los primeros Salesianos, que él moldeó
un poco a la medida de su alma; pero
eran pocos y no disponía de recursos
económicos... Durante mucho tiempo
se contentó con dejar correr la imagi-
nación por el mapamundi.
Una noche tuvo un sueño que le vol-
vió a avivar el fuego misionero; lo
contará años después, pero es lo cierto
que desde el principio le dio suma im-
portancia.
"En el último confín del horizonte vi
una turba de hombres casi desnudos,
de estatura extraordinaria, aspecto fe-
roz, de color broncíneo o morenos...
Algunos corrían persiguiendo a las fie-
ras para cazarlas, otros llevaban clava-
dos en la punta de la lanza trozos de
carne sanguinolenta. El terreno estaba
sembrado de cadáveres... En esto apa-
recen unos misioneros de diversas Or-
denes: se acercan para predicarles, pero
los bárbaros, con furor diabólico, ma-
tan a todos. Yo me dije: ¿Cómo
convertir a esas gentes?. En esto vi en
lontananza otros misioneros que avan-
zaban con rostro alegre, precedidos de
un ejército de jovencitos. Me acerqué y
los reconocí: ¡eran mis Salesianos!
Quise hacerles volver, pero vi que su
presencia daba alegría a todas aquellas
tribus. Los salvajes bajaban las armas,
deponían su fiereza...".
Eran los Patagones. Don Bosco consi-
deró aquel sueño como una predicción
para el futuro. Recordaba muy bien los
rasgos de aquellos indígenas, la fiso-
nomía de la región en la que vivían, y
comenzó a interesarse por ellos y a
buscarlos en los atlas de geografía, en
las ilustraciones de los libros, en los
diarios de exploradores que narraban
sus viajes, en las conversaciones de los
misioneros que se encontraban de paso
y que solían ir a visitarle para propo-
nerle ir a misiones o mandar al menos
a sus misioneros. ¿Eran de África, de
Hong Kong, de Australia, de la India?
No, la respuesta era siempre negativa,
pero él, testarudo, seguía buscando en
los mapas el dedo de Dios...
Hasta que un día alguien le puso en el
justo camino: Fue el cónsul argentino
de Savona, el comendador Juan Gaz-
zolo. Residía en Savona, donde había
conocido a los Salesianos; los apreció
desde el primer momento y pensó que
serían una gracia de Dios en su patria.
En 1874, habiendo ido a Turín para
unos asuntos, fue a visitar a Don
Bosco, y de esta conversación obtuvo
Don Bosco la certeza de que los indí-
genas del "sueño" eran los Patagones
del confín sur de la Argentina.
Una correspondencia muy precisa co-
menzó a cruzarse a lo ancho del
Océano. El Arzobispo de Buenos Aires
ofrecía una oportunidad única a los Sa-
lesianos; las autoridades civiles no se
quedaban atrás en dar facilidades.
El 22 de diciembre de 1874 los Supe-
riores de la joven Congregación sale-
siana, convocados por Don Bosco,
aprobaron el proyecto de una primera
expedición.
El ideal misionero de Don Bosco irrea-
lizable en él, se multiplicaba en cada
uno de sus hijos misioneros: en su lu-
gar los enviaría a ellos por todo el
mundo a centenares, a millares...
Partir. Es el 20 de enero de 1874; Don
Bosco en Valdocco ha mandado ador-
nar con aires de fiesta el salón - estu-
dio de sus muchachos y se ha mon-
tado un estrado. Los muchachos ba-
rruntan algo extraordinario. A la hora
señalada entran todos de puntillas en
el estudio, y con ellos los Salesianos de
Valdocco; están también los directores
de las otras casas del Piamonte, que
han venido ex profeso; y no falta nin-
guno de los Superiores Mayores de la
Congregación. Hay también un desco-
nocido al que Don Bosco prodiga trato
especial: tiene abundante barba, viste
uniforme de gala, espada a la cintura,
y le cuelgan del pecho seis gruesas me-
dallas.
La presidencia ocupa su puesto en el
estrado; Don Bosco y el personaje de la
barba se sientan en el medio; los mu-
chachos contienen la respiración.
En esto se levanta el señor de la barba
y se presenta: es el comendador Juan
Gazzolo, cónsul de la Argentina. Dice
que tiene dos importantes cartas que
leer: una está firmada por el Arzobispo
de Buenos Aires, la otra por las autori-
dades civiles de la misma ciudad. Y las
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
dos invitan a Don Bosco a mandar allí,
a la Argentina, a sus Salesianos para
abrir alguna misión entre los indios de
la Patagonia y trabajar además en Bue-
nos Aires.
Ha terminado; se sienta; y se levanta
Don Bosco: Da las gracias, dice que
está de acuerdo con la propuesta, pero
que pedirá primero la bendición al
Papa.
La noticia cae como una bomba (eran
muy pocos aún entre los Salesianos,
los que la sabían); es una sorpresa que
produce alegría incontenible; estallan
los aplausos; la idea de las misiones
pone fuego en la fantasía y en los cora-
zones. Partir... tierras lejanas, almas
que salvar, lo desconocido, aborigénes
emplumados, ríos que vadear, caba-
llos, fieras, dormir en una estera, fle-
chas envenenadas, tal vez el martirio...
"Para calibrar la impresión producida -
escribe D. Eugenio Ceria - hay que
trasladarse a aquellos tiempos en los
que la Congregación tenía todavía un
aire de familia estrechamente unida
entorno al Padre. El pábulo que se dio
aquel día a la fantasía llevó a imaginar
de repente horizontes infinitos, y agi-
gantó el concepto, ya grandioso, que se
tenía de Don Bosco y de su obra".
Sólo por tres meses. Ahora que la má-
quina se ha puesto en moviemiento
¿quién la parará? Siete días más tarde
Don Bosco informa en una circular a
todos los Salesianos que la expedición
ya está decidida, e invita a que los que
lo deseen hagan la petición por escrito.
Resultado: Sobre la mesa de Don
Bosco se amontonan las peticiones de
casi todos los Salesianos.
No existe otra dificultad que la de es-
coger.
En primer lugar hay que señalar el jefe
de la expedición. Don Bosco, por su
cuenta, ya ha puesto los ojos sobre un
auténtico pionero: aquel hombre de re-
15

2.5 Page 15

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Don Basco con los primeros misioneros salesianos
(1875): El Santo entrega al jefe de la expedición,
Don Cagliero, las Constituciones Salesianas.
En el centro el Comendador Gazzolo,
cónsul argentino en Savona.
ció temple, Juan Cagliero, que desde
niño se había entregado en cuerpo y
alma a Don Bosco, y que un día había
tenido una crisis crucial: había llegado
a sus oídos que Don Bosco quería ha-
cer de él y de sus compañeros los fun-
dadores de una Congregación nueva.
El no había pensado en la vida reli-
giosa. Durante algunos días se había
debatido en la duda; luego había excla-
mado: "Fraile o no fraile, es lo mismo;
después de todo he decidido desde
hace mucho tiempo no abandonar ja-
más a Don Bosco".
Ahora, a los- 37 años, robusto, jovial,
superdotado, doctor en teología, com-
positor de música, ídolo de los mucha-
chos, solicitado para la dirección espiri-
tual, D. Cagliero parece insustituible
en Valdocco. Ni siquiera ha hecho la
petición para ir a las misiones. Más
aún, forma parte del grupo de Salesia-
nos que dicen: somos poquísimos, no
llegamos a hacer el trabajo de aquí,
y ¡ahora nos vamos a América!.
gún lo convenido: los tres meses se
convertirán en 30 años. Será el primer
Obispo misionero y el primer Cardenal
de la Congregación.
Don Bosco lo llama aparte y le confía
sus temores: estos misioneros tendrán
necesidad de un salesiano maduro y
experimentado que les acompañe a
América y se quede con ellos al menos
los tres primeros meses, luego podrá
retornar. "Dejarlos enseguida solos,
sin un apoyo, me parece muy duro, no
me lo permite el corazón".
Y D. Cagliero ha respondido con la fo-
gosidad de costumbre: "Si Don Bosco
no encuentra a otro y me juzga idóneo,
yo estoy dispuesto a ir". Todo termina
con un simple "de acuerdo"; pero
cuando ya el tiempo urge y hay que
decidir, de nuevo Don Bosco se hace
el encontradizo con D. Cagliero: "De
aquello de ir a América, ¿sigues con la
misma idea o lo decías en broma?".
"¡Vd. sabe que yo con Don Bosco no
bromeo nunca!". "Bien, entonces pre-
párate: ya ha llegado el momento".
Y D. Cagliero parte para tres meses se-
Buscad almas. En octubre los diez ele-
gidos van a Roma a visitar al Papa. Pío
IX los recibe de una manera original:
"He aquí un pobre viejo - dice sa-
liendo a su encuentro - ¿dónde están
mis pequeños misioneros?". Salen de
la audiencia electrizados, están dis-
puestos a ir hasta el fin del mundo.
Vueltos a Turín, pasan los últimos
días de espera rodeados casi de venera-
ción. Aun hoy día causa sensación un
viaje a ultramar, entonces era para vol-
verse locos. Salesianos y niños, vién-
dolos por Valdocco vestidos exótica-
mente, se les acercaban con curiosidad
y respeto, los contemplaban como a
aventureros temerarios que están a
punto de afrontar el misterio.
Finalmente el 11 de noviembre llega el
momento del adiós. El 14 de noviem-
bre zarpan de Genova y el 14 de di-
ciembre desembarcan en Buenos Ai-
res: aquellos diez Salesianos están a
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
16
punto de escribir una página nueva en
la historia de la Congregación.
Don Bosco, antes de despedirlos, ha
dado a cada uno un papelito con sus
"recuerdos" personales. El primer re-
cuerdo dice: "Buscad almas, no dinero,
ni honores ni dignidades". El quinto:
"Tened un cuidado especial por los en-
fermos, los niños, los ancianos y los
pobres". El decimotercero: "Amaos
entre vosotros, aconsejaos, corregios.
El bien de uno, sea el bien de todos;
las penas y sufrimientos de uno sean
consideradas, como penas y sufrimien-
tos de todos." Y el último, el vigésimo:
"En las fatigas y en los sufrimientos
no olvidéis que tenemos un gran pre-
mio preparado en el cielo".
Primero los emigrantes. En Buenos
Aires los misioneros se encuentran en-
seguida rodeados de amigos. Ha salido
a recibirlos, junto con el Arzobispo de
la ciudad y algunos sacerdotes, un nu-
meroso grupo de inmigrantes italianos
que les dan a gritos la bienvenida. En-
tre ellos, sorpresa entre las sorpresas,
algunos exalumnos de Valdocco...

2.6 Page 16

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Se dedican al principio a aprender la
lengua y a observar. Hay que captar el
ambiente y decidir las actividades más
oportunas. D. Cagliero ha quedado im-
presionado por el espectáculo de una
población de buena índole y de sanas
tradiciones, que respetan a los sacerdo-
tes, pero ignorante en extremo y nece-
sitada urgentemente de asistencia reli-
giosa. Están en condiciones todavía
más lamentables los 30.000 inmigran-
tes italianos que hay en Buenos Aires
y los 300.000 diseminados por todo el
país, abandonados a sí mismos.
Falta sobre todo quien se interese por
los jóvenes, los predilectos de Don
Bosco. Jóvenes de 16, de 18 años, invi-
tados a hacer la señal de la cruz, no lo
consiguen... no la saben: se les pre-
gunta si van a misa los días de fiesta y
se excusan diciendo que no saben
cuándo es domingo. El clero local es
muy escaso: la situación recuerda
aquella que encontró Don Bosco
cuando comenzó la obra del Oratorio
para muchachos vagabundos.
Allá al sur, esperan los indígenas,
cierto... pero primero habrá que preo-
cuparse de esta gente. Estas son, por
otra parte, las consignas recibidas de
Don Bosco.
Entretanto llueven las posibilidades
concretas, las invitaciones, los ofreci-
mientos para fundar obras: De Cór-
doba, de Dolores, de Buenos Aires.
Llega de Montevideo una llamada
inesperada: son 100.000 los habitantes
de la capital del Uruguay y no existe
un solo colegio cristiano; en todo el
Uruguay no hay un solo seminario. En
Buenos Aires insisten en que se abra
una escuela profesional de uartes y ofi-
cios" al estilo de la de Valdocco.
Al cabo de unos cuantos días se divide
el grupo: D. Cagliero con dos Herma-
nos se establece junto a la parroquia de
"Mater misericordiae", en un barrio
poblado por inmigrantes italianos; ora-
torio para los muchachos, hermosas
funciones de iglesia, contacto abierto y
cordial con la gente: "un bien in-
menso", exclama satisfecho el Arzo-
bispo. Y el otro grupo, capitaneado por
D. Luis Fagnano (figura excepcional
cuyos rasgos biográficos vienen pre-
sentados más adelante) marcha a San
Nicolás de los Arroyos, al norte de la
capital, donde les espera ya casi termi-
nado y a punto de ser estrenado, un
colegio.
Pero los éxitos tienen un precio: D.
Juan Bautista Baccino, alma de la acti-
vidad vertiginosa que se desarrolla en
la parroquia "Mater misericordiae",
muere a los 34 años, el 14 de junio de
1877, fulminado por una enfermedad
que no dura 24 horas, víctima, en úl-
timo término, de un agotamiento total
debido al trabajo desenfrenado. Es el
protomártir de las misiones salesianas.
Pocos meses después morirá en San
Nicolás de los Arroyos el coadjutor
Jaime Barberis... Tendrán que apren-
der los demás esta dura lección de vida
que les da la muerte.
Una inesperada y gratísima carta le
llega a Cagliero desde Italia; está fir-
mada por Madre María Mazzarello, la
fundadora, junto con Don Bosco, de
las Hijas de María Auxiliadora: "Pre-
párenos una casa bien grande. Nues-
tras jóvenes quieren hacerse todas mi-
sioneras... Tenga la bondad de enviar-
Las Hijas de Maña Auxiliadora de la segunda expedición (1879). En el centro, Santa María
Mazzarello da la mano a Sor Magdalena Martini que conducirá el grupo a América
nos libros en español para que poda-
mos estudiar la lengua y estar prepara-
das para la primera llamada".
Refuerzos. A finales de 1876 llega de
Italia la segunda expedición misionera:
es un gran refuerzo, 23 Salesianos.
Don Bosco se priva de hombres indis-
pensables; gasta lo que tiene y lo que
no tiene ("Esta expedición - escribe a
D. Cagliero - nos ha hecho llegar el
agua al cuello; pero Dios nos ayuda y
saldremos con bien").
Y con los refuerzos se amplía el campo
de acción. Buenos Aires consigue la
tan deseada "escuela de artes y ofi-
cios"; y se acepta una segunda parro-
quia en otro barrio popular, La Boca,
plagado de inmigrates, antro de la ma-
sonería, donde los sacerdotes no se de-
jan ver por prudencia. Se satisface
también al Obispo de Montevideo: los
Salesianos se establecen en Villa Co-
lón, en las afueras de la capital, y
abren una parroquia y el tan suspirado
colegio.
Al frente de este grupo está D. Lasa-
gna, un genio y una enciclopedia de
iniciativas. Planta vides y, contra todos
los pronósticos de los labradores del
país, les demuestra que pueden crecer
allí y dar espléndidas cosechas. Consi-
gue para el colegio una inestimable co-
lección de insectos y fósiles. Monta un
observatorio meteorológico que presta
un precioso servicio a la navegación.
En 1885 vota el Gobierno la expulsión
del Uruguay de todos los religiosos;
pero ¿quién se atreve a echar del país a
aquel benemérito grupo de Salesia-
nos?: nadie les molesta y son los úni-
cos que quedan. Llega una tercera ex-
pedición a finales de 1877: 17 Salesia-
nos y - Madre Mazzarello ha cumplido
su palabra - seis Hijas de María Auxi-
liadora.
Y entre tanto, ¿ qué ha sido de los in-
dios?. Están lejos, en la sombra, difu-
minados, como un telón de fondo...
Los Salesianos que han partido con la
ilusión romántica de una misión entre
los salvajes, han comprendido cuan
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
17

2.7 Page 17

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necesario y urgente era trabajar entre mience a estudiar español. Se decide, a
los emigrantes; y como lluvia benéfica principios de septiembre, la inclusión
se han dejado absorber por el terreno de las Hermanas en la próxima expedi-
reseco.
ción, y el día 8 de este mismo mes es-
cribe Don Bosco a las Hermanas invi-
Misioneras por naturaleza. "Es impo-
sible atender a las misiones sin las
Hermanas. Más aún, en las misiones
debe haber más Hermanas que misio-
neros", dirá un día Pío XI a D. Felipe
Rinaldi, tercer sucesor de Don Bosco..
Y el mismo D. Rinaldi confirmará:
"Sí, se requiere la mujer para educar a
la mujer.. Sin las Hermanas no se
puede convertir un país".
Será la historia misionera de las Hijas
de María Auxiliadora, vivida al lado y
en colaboración con los misioneros sa-
lesianos, la que hará ciertas estas re-
flexiones de D. Rinaldi y de Pío XI.
Es el suyo un Instituto religioso fun-
dado por Don Bosco y María Mazza-
rello y calificado de "misionero por na-
turaleza y vocación", como precisan
sus Constituciones.
Y además misionero desde sus oríge-
nes. Madre Mazzarello, sencilla, pero
santa mujer, venida del campo, vive
con una fe total el ansia de la salvación
de los hermanos. Niña aún ya está ins-
crita en la parroquia en la uObra de la
Santa Infancia". Cuando llega, contra
su voluntad, a Superiora General de
las Salesianas, en 1872, va transmi-
tiendo a sus hijas de Mornese (su pue-
blo natal y primera casa del Instituto)
el ideal misionero, con la misma ilu-
sión que Don Bosco a sus hijos de Val-
docco. ¡Los Salesianos van a partir para
las misiones!. La noticia es sensacional
también para las Salesianas, que les
sostienen primero con sus oraciones,
les van siguiendo después sobre el
mapa geográfico, para terminar madu-
rando la determinación de partir con
ellos.
Mientras Don Bosco prepara la se-
gunda expedición, Madre Mazzarello
escribe una vez más a D. Cagliero:
"prepare un rincón también para noso-
tras. No terminaría nunca si le pusiera
en esta carta el nombre de todas las
que desean ir". Y bromeando un poco,
pero con el más ardiente deseo, se
ofrece a sí misma: "Es cierto que valgo
poco, pero sé hacer la polenta; lavaré la
ropa; y, si quiere, hasta aprenderé a co-
cinar... Haré todo lo que pueda para
que estén contentos de mí y me dejen
tándolas a hacer su petición para las
misiones. Entre las muchas peticiones,
se seleccionan las de seis Hermanas,
todas muy jóvenes (el Instituto no
tiene más que cinco años de vida); tres
incluso son menores de edad; sor An-
gela Valiese que va al frente de la ex-
pedición tiene sólo 24 años.
Se busca por un lado y por otro algo
de ropa, unas pocas prendas y muy po-
bres: la economía no da para más. No
se puede pagar el viaje de Roma a to-
das para ver a Pío IX: van solamente
dos, Sor Valiese y Sor Borgna, a las
que acompaña Madre Mazzarello. Una
vez más se pone de manifiesto el ca-
riño de este gran Pontífice: "Sois como
un remanso en el río, que recibe el
agua y la conserva para darla a los de-
más; remanso de virtud y de ciencia...
Si sois madres solícitas y cariñosas ha-
réis mucho bien".
Era el 9 de noviembre de 1977: no ol-
vidarán las palabras del Papa. El 14 se
juntan en Genova con el resto de la
expedición: Salesianos, e Hijas de
María Auxiliadora que estrenan su pri-
mera singladura; Don Bosco ha ido
también a despedir a unos y otras.
"No iréis enseguida a misionar entre
los indígenas - les puntualiza - sino
que comenzaréis a consolidar el reino
de Dios en medio de los fieles que lo
han abandonado; después ya tendréis
tiempo de extenderlo entre los que no
lo conocen".
Y comienzan a trabajar, no en Argen-
tina sino en Uruguay, donde D. Fa-
gnano les ha preparado una modestí-
sima casa en Villa Colón. Todavía no
ha pasado un año y una joven del lu-
gar, Laura Rodríguez se les une en el
trabajo: es la primera vocación sale-
siana de América. A finales de 1878
llega una segunda expedición de diez
Hermanas. Al año siguiente abren una
casa en Buenos Aires, en el barrio de
la Boca, donde ya estaban los Salesia-
nos, y que por su poco recomendable
vecindario lo llamaban las personas
pías la "Boca del diablo". Y en 1880
abren otra casa en el Uruguay: la Her-
mana responsable tiene 19 años.
Aquel mismo año están ya las Hijas de
María Auxiliadora con los Salesianos
en las misiones de verdad, iniciadas fi-
nalmente en la lejana y soñada Patago-
Sois como un remanso en el río. En nia. "Será la primera vez - escribe un
mayo de 1877 comunica Don Bosco a periódico de la capital anunciando la
Mornese que ya ha llegado el mo- noticia - desde que el mundo es
mento de que alguna Hermana co- mundo, que se ven Hermanas en
Misiones Don Bosco a18ño ciento. 1875 SDB 1877 FMA
aquellas remotas tierras australes".
Es el principio de una colaboración mi-
sionera que será cada día más estrecha
y eficaz y que demostrará la fecunda
complementariedad de las dos Congre-
gaciones fundadas por Don Bosco: am-
bas viven el mismo espíritu y condivi-
den - cada una en su propia mansión -
la misma misión.
Un plan perfecto en teoría. La asis-
tencia espiritual a las gentes de origen
europeo se ha presentado a los misio-
neros salesianos más absorbente de lo
que esperaban. A pesar de todo, el ob-
jetivo remoto era siempre la Patagonia
con sus aborígenes...
Patagonia, nombre de epopeya y de
misterio, evocaba entre aquellos pri-
meros Salesianos inmensidades inex-
ploradas, climas inhóspitos, tribus de
indios que, según una fantasiosa opi-
nión entonces en boga, no tenían re-
paro alguno en comerse a los prisione-
ros de guerra, y demostraban además
una predilección especial por la carne
de los blancos...
La palabra "salvajes", que ofende hoy
a la sensibilidad moderna, difícilmente
admisible en su significado literal,
también entonces adolecía de una
carga negativa de alusiones a una civi-
lización atrasada y a una crueldad de-
senfrenada. Pero los misioneros la em-
plean siempre sin mala intención; más
aún, la dicen con cariño: "nuestros sal-
vajes", y en realidad los quieren hasta
estar dispuestos a dar la vida por ellos.
Claro que no era nada fácil estable-
cerse en aquellas tierras plagadas de
peligros. D. Bosco había trazado sobre
el papel un plan preciso: primero se
abren colegios en las ciudades lindan-
tes con las tierras de los indios; allí se
recoge a los hijos de los indígenas, y
por medio de éstos se va llegando a los
adultos. Entre tanto - escribe, eterno
optimista, en una circular de 1876 -

2.8 Page 18

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orilla del Río Negro, ya en el corazón
de los territorios de los indios. Pero
falta muy poco para que la expedición
no termine en tragedia: se desata un
fuerte viento pampero que no cesa de
soplar durante tres días y dos noches,
y los tres aventureros consiguen a du-
ras penas llegar a puerto con el barco
desmantelado y las fuerzas al borde del
agotamiento.
En la primavera del año siguiente se
organiza un nuevo plan. El General
Julio Roca parte con cuatro columnas
de soldados, con el fin de "pacificar el
desierto", es decir, acabar de una vez
para siempre con la capacidad ofensiva
Y nuevamente sobre la silla del ca-
ballo, para recorrer los 1.300 kilóme-
tros que faltan hasta el Río Negro. Al
otro lado del río está la Patagonia de
los sueños de Don Bosco...
A finales de julio ya están los misione-
ros de vuelta en Buenos Aires; en
cuanto a los soldados, su expedición
durará todavía un par de años. Los sol-
dados con sus carabinas arrollan im-
placables a las tribus inermes; algunas
consiguen atrincherarse en los Andes,
ofreciendo una última resistencia,
otras se rinden, otras se dispersan y
comienzan a vivir pacíficamente entre
los blancos. Uno de los caciques derro-
tados, que ha huido a los montes, se
llama Manuel Namuncurá: es el padre
del Siervo de Dios Ceferino Namun-
curá (más adelante se perfila su bio-
grafía en estas mismas páginas: fue un
muchacho excepcional, acrisolado por
la desgracia).
Dibujo de la realidad, del período 1880 -1890:
Hijas de María Auxiliadora
cruzando un río en Argentina.
"se van cultivando las vocaciones ecle-
siásticas que tal vez empiecen a des-
puntar entre los alumnos; así se irán
preparando misioneros para la Patago-
nia, de forma que los indios lleguen a
ser los evangelizadores de los mismos
indios".
El plan, trazado con tiralíneas, es
magnífico. Pero D. Fagnano, D. Lasa-
gna y D. Costamagna, que dejan de
cuando en cuando los colegios para
realizar largas correrías misioneras a
caballo, inspeccionando muchas millas
a la redonda, no encuentran jamás ni
el rastro de un indio, Las "ciudades
lindantes con los territorios de los in-
dios" existen sólo sobre el papel...
"La campaña del desierto." En la pri-
mavera del 1878 acompañan dos Sale-
sianos al Vicario de la Diócesis de
Buenos Aires en una expedición de
exploración. Descienden en un vapor-
cito a lo largo de la costa hasta llegar a
Bahía Blanca; y desde allí intentan
proseguir hasta Patagones, situado a la
de los indios. De nuevo dos Salesianos
y el Vicario de la diócesis se ponen en
camino agregados al ejército como
capellanes militares. No es que estén
conformes con los objetivos y métodos
de la expedición, pero podrán obser-
varlo todo y, llegado el caso, interve-
nir. Los tres sacerdotes disponen de un
caballo por persona y un carro que
transporta el altar, los objetos para de-
cir misa y los equipajes.
Después de varias semanas de marcha
aparecen los primeros indios. No es
difícil cruzar algunas palabras con
ellos, darles una bendición y alguna
medalla. Pero conforme se va avan-
zando es más difícil entenderse...
En Carhué, en el corazón de la Pampa,
da D. Costamagna su primera lección
de catecismo. Un joven indio, hijo del
cacique, que conoce el español, va tra-
duciendo para todos. "Con un poco de
esfuerzo y con la ayuda de los ángeles
custodios de mis catecúmenos les en-
señé la señal de la cruz". Para la se-
gunda lección se dispuso una amplia
tienda, que tenía por asientos cráneos
y mandíbulas de caballos y asnos, bri-
llantes por el uso. "¿Queréis ser cris-
tianos?". "Sí, Padre". "¿Por qué?".
"Para ir al cielo".
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
El granito de arena. En 1881 los in-
dios dejan de ser una fuerza ofensiva:
ya no oponen resistencia alguna a la
invasión y colonización de los blancos.
Viven dominados, controlados, en la
más mísera pobreza, en un continuo
temor. Abandonados de todos, sin je-
fes ni estructuras sociales, son objeto
de una implacable represión; se intenta
reducirlos a esclavitud en las hacien-
das o simplemente eliminarlos. No
acudirá en su defensa más que el mi-
sionero y alguna que otra voz aislada.
En realidad los tres sacerdotes han
vuelto de la expedición parcialmente
satisfechos; pero el recuerdo de las
atrocidades cometidas les llena de ho-
rror y de dolor; han logrado ver los te-
rritorios que se extienden a lo largo del
Río Negro donde se pueden establecer
las primeras bases de las que se podrá
partir para desarrollar actividades mi-
sioneras. En 1880, en la orilla opuesta
del Río Negro se fundan dos centros
misioneros: uno en Patagones, donde
se establece D. Fagnano, y otro en
Viedma, a donde va D. Milanesio.
En 1883 ya se han administrado cin-
cuenta bautismos y se ha construido
una iglesia, dos capillas, una escuela
atendida por los Salesianos y otra por
las Hijas de María Auxiliadora. El gra-
nito de arena de las misiones salesia-
nas se va haciendo cada vez mayor en
el edificio de la Iglesia de Dios. "Quien
sabe - había dicho Don Bosco al des-
pedir la primera expedición - si esta
semilla tan pequeña no se convertirá
en un gran árbol...".
*
19

2.9 Page 19

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Un programa para sus
hijos
A la crisis del ideal misionero, consta-
tada a lo largo del siglo XVIII en toda
la Iglesia, sucede durante la juventud
de Don Bosco (nace en 1815) un claro
y potente despertar: vuelven a oirse
noticias sobre las misiones, nace con
las nuevas generaciones un deseo in-
contenible de "hacer", y surgen nue-
vas iniciativas de obras concretas. El
seminarista y luego joven sacerdote
Juan Bosco, lee todo lo que cae en sus
manos sobre las misiones y siente
fuego en el corazón cuando se entera
de las hazañas misioneras narradas en
las páginas de "Los Anales de la Pro-
pagación de la Fe". Piensa desde sus
años jóvenes en las misiones, como
meta de su apostolado en sentido es-
tricto, como "Tierra de infieles"; y
sueña románticamente en encarnarse
en pueblos salvajes y crueles con el
riesgo incluso (¿tal vez el deseo?) del
martirio.
Cuando llega la tajante negativa de D.
Cafasso, ("Vd. no debe ir a las misio-
nes") Don Bosco trata de realizar su
proyecto en una idea un tanto román-
tica al principio, luego poco a poco más
real y finalmente totalmente eficaz: en
su lugar enviará a los demás, a sus jó-
venes, a sus sacerdotes, a sus coadju-
tores, a sus Hermanas.
Por otra parte toda una serie de acon-
tecimientos lo empuja en esta direc-
ción: El Concilio Vaticano I en 1870
ha vuelto a revitalizar el ideal misio-
nero en toda la Iglesia, y desde hace
tiempo van visitando a Don Bosco
obispos de todas las latitudes pidién-
dole ayuda para sus diócesis. No es
menor el ánimo que recibe del Papa,
quien en 1864 ha aprobado la Congre-
gación Salesiana, en el 72 la de las Hi-
jas de María Auxiliadora y en el 74, de
forma definitiva, las Constituciones
salesianas. Le parece ver en todos es-
tos acontecimientos la invitación apre-
miante de Dios a correr mayores ries-
San José Cafasso, director espiritual
de Don Bosco: « Vd. no debe ir
a las misiones».
gos, a comprometerse en empresas
más grandes y difíciles. Y por si esto
fuera poco, no falta la leña para ali-
mentar el fuego: aumenta casi mila-
grosamente el número de los que pro-
fesan los votos religiosos y se ponen a
su completa disposición para realizar
sus proyectos...
De este modo, el plan misionero, que
Don Bosco no pudo realizar en per-
sona, lo van actuando poco a poco
aquellos a los que con cariño inmenso
los comienza a llamar "sus hijos".
Una teología sencilla y práctica
En la base de este proyecto misionero
y, como cuadro de valores al que sus
hijos tendrán que hacer referencia,
Don Bosco pone una teología sencilla
y práctica, que se va deduciendo de
sus palabras y no menos de su estilo
peculiar de acción.
Una primera idea básica de la Iglesia,
"centro seguro, infalible", que une di-
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
20
rectamente al cristiano con Dios:
"Nuestro divino Salvador venido del
cielo a la tierra para salvar a todos los
hombres, fundó su Iglesia, a manera
de un gran edificio en el cual pudiesen
encontrar refugio y salvación los hom-
bres de todos los tiempos y de todas
las latitudes". De sus vicisitudes terre-
nas tiene Don Bosco una visión opti-
mista y reconfortante; en efecto, a su
crecimiento y expansión "ayuda todo:
la paz, la guerra, las persecuciones, las
revoluciones políticas, sobre las que
flota la Iglesia como el arca de salva-
ción sobre las olas".
No es que le falte una visión realística;
Don Bosco conoce muy bien cómo se
desarrollan las cosas aquí abajo:
"Donde hay hombres hay también mi-
serias, pero - añade con realismo de
puro cuño sobrenatural - la Iglesia no
tiene nada que temer, está siempre
sosteniéndola el Espíritu Santo".
Y en realidad los misioneros no traba-
jan para sí mismos, ni para Don Bosco,
ni siquiera para la Congregación: traba-
jan únicamente para la Iglesia: "El
bien de la Iglesia ha de ir siempre por
delante, aun antes que el bien de
nuestra Congregación", porque ade-
más "la Congregación, en buena ló-
gica, pertenece a la Iglesia".
Cosas todas éstas muy claras en línea
de principios, pero fácilmente olvida-
das en la práctica. Por eso insiste Don
Bosco en que "los Salesianos trabajen
por la Iglesia hasta dar el último
aliento". "En tus correrías apostólicas
- escribe, por ejemplo, a D. Fagnano
en 1885 - no te afanes jamás en bus-
car ventajas temporales; que tus es-
fuerzos vayan siempre encaminados a
cubrir las necesidades crecientes de tu
Madre; sed Mater tua est Ecclesia Dei,
como dice San Jerónimo".
Don Bosco ve y vive intensamente la
universalidad de la Iglesia. Y además
de una manera muy concreta, si es que
es cierto - como refieren sus biógrafos
- que su secretario D. Berto frecuente-
mente "lo veía con los ojos clavados
en el mapa geográfico explorando tie-
rras que conquistar para el Evangelio".
Su fantasía se llena a veces de imagi-
naciones vivísimas que lo hacen excla-
mar: "¡Qué hermoso día aquel en que
los misioneros salesianos que suban
por el Congo, se encuentren con sus
Hermanos que han penetrado por el
Nilo, y se estrechen las manos dando
gracias a Dios!".
A decir verdad Don Bosco, tanto por
temperamento como por presupuesto
teológico, no es capaz de concentrar su
acción en un punto, con peligro de per-

2.10 Page 20

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Don Bosco recuerda muy bien los rasgos de
aquellos salvajes vistos en el sueño, y comienza
a buscarlos: en los atlas de geografía,
en el mapamundi, en las ilustraciones de los
libros... En esta fotografía: su mesa de trabajo.
der la visión de conjunto. Su amor im-
pulsivo y conquistador abrazaría si pu-
diese todo el mundo.
Y porque trabaja por la Iglesia, Don
Bosco quiere ser enviado por la Iglesia,
quiere recibir su investidura explícita-
mente. Les dice a sus primeros misio-
neros: "Habéis sido enviados por el
Vicario de Cristo a realizar la misma
misión de los apóstoles, que fueron
mandados por el mismo Jesucristo".
Y para que posean un sentido concreto
de esta investidura, les manda a Roma
(no sólo a sus primeros misioneros,
sino también a las primeras Hijas de
María Auxiliadora que han de partir
también para América): "Amados hi-
jos, vais a ir a Roma, os vais a postrar
a los pies de nuestro incomparable
«Iréis a Roma - dice Don Bosco a los primeros misioneros - os postraréis a los pies
de nuestro gran benefactor Pío IX... Y él, Vicario de Jesucristo, os enviará
a predicar...». Don Bosco quiere para sus misioneros la investidura explícita del Papa.
bienhechor Pío IX, y le vais a pedir la
bendición apostólica. Y del mismo como una segunda finalidad que los el trabajo con los jóvenes".
modo que Jesús Salvador envió a sus Salesianos añaden a su trabajo normal En otras palabras, y éstas son de Don
Apóstoles a predicar el Evangelio, así "por la juventud, especialmente la Bosco: "Irá adelante y hará un gran
él, Vicario de Jesucristo, sucesor de más pobre". "El hecho y la acción mi- bien el misionero que esté rodeado de
San Pedro, os mandará también a vo- sionera - ha precisado recientemente una hermosa corona de jóvenes".
sotros a predicar...".
D. Ricceri - no es para la Congrega-
ción un elemento o una actividad mar-
Enseguida consigue Don Bosco de ginal, algo que se ha superpuesto, algo ¿A quién mandar?
Roma que se formen en la Patagonia epidérmico y superficial que podría
las circunscripciones eclesiásticas y
que sean confiadas a los Salesianos.
Parece esto a primera vista un gesto
dictado por la ambición o por el deseo
darse o no darse sin que cambiara por
eso su naturaleza, sino que es un ele-
mento indispensable, caracterizante,
que toca a la esencia misma de nuestra
Don Bosco al llevar a cabo sus once
expediciones no encontró más dificul-
tad que la elección de los misioneros -
tanto entre los Salesianos como entre
de independencia (en realidad era ne- Congregación".
las Salesianas - por la abundancia de
cesaria una cierta libertad de acción) "En realidad - sigue puntualizando candidatos que se le ofrecían.
pero no es así: hay en el fondo un mo- D. Ricceri - la vocación fundamental El primer criterio de elección es la li-
tivo teológico decisivo: quiere Don de trabajar por los jóvenes pobres, y la bertad: "La Congregación - dice a
Bosco que los lazos de unión entre los vocación misionera, han coexistido sus jóvenes - no manda a América a
misioneros y la Santa Sede se refuer-
cen en aquellos territorios a través de
la institución de la jerarquía; quiere
que la Congregación en aquel lejano
siempre en D. Bosco, encontrando en
la caridad teológica la raíz común, y
fundiéndose ambas en una síntesis fe-
liz. Don Bosco ha hecho de las misio-
nadie sin que lo pida el interesado;
sólo deja partir a los que lo piden con
insistencia". Y aun entre éstos escoge
a los mejores: "Eran los que mejor tra-
rincón del mundo aparezca más visible nes el área privilegiada donde poder bajaban en sus oratorios y colegios -
e inconfundiblemente "Iglesia".
ejercitar su peculiar vocación de após- precisará su tercer sucesor D. Rinaldi
tol de los jóvenes, y ha obtenido de - de forma que, el prescindir de ellos
Por otra parte, la actividad misionera ellas la tonalidad característica de espe- para enviarlos a las misiones, suponía
no está considerada por Don Bosco cial ardor apostólico indispensable en para él un grave sacrificio, ya que dis-
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
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3 Pages 21-30

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3.1 Page 21

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ponía de poquísimo personal. Pero
siempre actuó en este asunto con toda
serenidad y sin dudar un momento".
La elección la hace el "Consejo Supe-
rior" de la Congregación, que examina
ula santidad, la preparación cultural y
las dotes físicas y morales" de cada
uno de los candidatos.
Hecha la elección, no los manda a la li-
gera, sino que los prepara: "Los elegi-
dos - establece el mismo Don Bosco -
se retirarán juntos durante el tiempo
que sea necesario, para instruirse en la
lengua y costumbres de los pueblos a
los que intentan llevar la palabra de
vida eterna". Reconforta ver cómo es-
tos principios han saltado a primer
plano en el documento conciliar "Ad
Gentes".
«Bibliófilo cattolico o Bollettino Salesiano
mensuale»: tomando el título de una
publicación ya existente, Don Bosco en 1877
la transforma poco a poco en el futuro
Boletín Salesiano (en la fotografía: los primeros
números de la revista, de cuatro páginas
apenas). Hoy, 32 Boletines Salesianos,
en 13 lenguas diferentes, continúan
difundiendo en el mundo las noticias de las
misiones salesianas.
Para los indígenas, los emigrantes,
los jóvenes y las vocaciones
Se ha señalado anteriormente el doble
objetivo de los primeros misioneros sa-
lesianos: la conversión de los indios de
la Patagonia y la atención a los emi-
grantes.
Los emigrantes. El primer encuentro
con los emigrantes (italianos en su
mayoría) en la Argentina, es sobreco-
gedor: "No tienen escuelas para los ni-
ños y están alejados de las prácticas de
la religión, en parte por su culpa, en
parte por la falta total de sacerdotes".
He aquí un campo para un compro-
miso urgente y generoso de los Sale-
Un grupo de indios Shuar con el misionero salesiano en Taisha (Ecuador):
«También en las misiones - dice Don Bosco - hemos de cuidar de modo
especial la juventud, sobre todo la pobre y abandonada».
sianos.
Enseguida se extiende su acción a to-
dos los ciudadanos en general, con es- habéis comprendido. Hemos de ir a la educados en nuestras obras, los que
cuelas de todo nivel y grado (en parti- Patagonia: el Santo Padre lo quiere, llevarán a sus padres a la fe y a la civi-
cular de tipo profesional), y en los lu- Dios lo quiere. Muévete por tanto. lización.
gares más necesitados, poniendo en Preséntate al Gobierno argentino, ha-
marcha iniciativas requeridas por la
necesidad del momento: observatorios
meteorológicos, construcción de carre-
teras y presas, y, más adelante, la crea-
bla, insiste para que se encuentre el ca-
mino de aquella misión".
Los jóvenes. Don Bosco considera a
Las vocaciones. De esta forma los jó-
venes, blancos o indios, se convierten
en apóstoles de su propio ambiente.
Don Bosco espera con impaciencia que
ción de emisoras de radio.
los jóvenes como el arma secreta de la se dé entre ellos una hermosa floración
Los indígenas. Sin embargo, aun
cuando la dramática realidad de la
emigración impresiona a los primeros
misioneros, ellos mismos -y Don
Bosco se lo va recordando - son cons-
cientes de que el objeto fundamental
estrategia misionera salesiana. Tam-
bién "en las misiones - recalca - nos
debemos ocupar en particular de la ju-
ventud, sobre todo de la pobre y aban-
donada". Y siempre según el Sistema
Preventivo: "Que sea algo nuestro:
nunca castigos corporales, nunca pala-
de vocaciones para consolidar "sobre el
terreno" lo más pronto posible la
Congregación y poner en marcha tam-
bién el clero local.
No hace todavía cinco meses que los
Salesianos han llegado a América y ya
está solicitando Don Bosco permiso
de su empresa es mirar a los "salvajes bras humillantes, nunca reprimendas del Santo Padre para abrir casas de
con afecto de predilección". Pocos me- delante de los demás..." - escribe a sus formación, informándole poco después
ses después de su llegada a América misioneros insistiendo en los puntos a D. Cagliero del éxito de su gestión
recibe D. Cagliero una carta de Don claves de su sistema educativo. La ju- en Roma, que le ha concedido "abrir
Bosco: "En general, recuerda siempre ventud educada cristianamente es - un noviciado y un estudiantado en
que Dios quiere que encaminemos según Don Bosco - fermento seguro América, en cualquier lugar, siempre
nuestros esfuerzos hacia las Pampas, en la transformación de la sociedad. Y que se tenga el consentimiento del Or-
hacia los Patagones". Y algo más tarde esto en todas partes, pero más aún en dinario diocesano".
escribe también algo impaciente a D. las misiones; concretamente entre los Pero la realidad desarma su impacien-
Costamagna: "Ni tú, ni D. Bodrato me indios, serán los hijos de los indígenas, cia (se tropieza con enormes dificulta-
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
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3.2 Page 22

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des entre los indios cristianos, y no
menores dificultades, en un primer
momento, retrasan la floración voca-
cional también entre los blancos) En la
actualidad continúa todavía el gene-
roso fluir de vocaciones de Europa,
pero cuenta la Congregación ya con el
trabajo misionero de relevantes voca-
ciones locales, algunas incluso proce-
dentes de los diversos grupos étnicos
de los primeros tiempos.
casa. Y un poco más lejos de San Ni-
colás de los Arroyos comienzan las tri-
bus de los salvajes... muchos de los
cuales muestran intención de abrazar
el cristianismo siempre que vaya al-
guien a enseñárselo..."
Así pues, en el pensamiento de Don
Bosco deben ir a las misiones (y de he-
cho van) evangelizadores y hombres
del campo, profesores y cocineros, ca-
tequistas y directores de banda.
todos los Directores de los alrededores
para que cuando vuelvan a sus casas lo
cuenten todo a sus muchachos y a sus
Hermanos.
Basta pensar en el eco que tiene esta
misma noticia en los periódicos de la
época, en el gesto de enviar a los mi-
sioneros oficialmente a Roma para vi-
sitar al Papa, en la solemne función de
despedida, en la plaza de la Basílica re-
bosante de gentío esperando la partida.
Todos misioneros. Don Bosco no
acepta la idea incompleta - desechada
ya por el Vaticano II en "Ad Gentes",
aunque todavía en vigor en alguna
parte - que hace coincidir la figura del
misionero con la del sacerdote. Quiere
Don Bosco que todos los suyos se
hallen implicados en el proyecto misio-
nero, que puedan partir, si llega el mo-
mento, a tierras de misión, o participen
al menos en trabajos de retaguardia.
Manda sacerdotes y clérigos, pero co-
loca a su lado desde el primer mo-
mento a los salesianos coadjutores:
son cuatro sobre un total de diez en la
primera expedición; y explica: "porque
hay cosas que los sacerdotes y clérigos
no pueden hacer, y las haréis voso-
tros".
Luego, apenas le es posible, en 1877,
envía a las misiones también a las
Hermanas, cuyo Instituto es "misio-
nero por naturaleza y vocación" desde
sus orígenes. No han pasado un par de
años y recibe esta significativa y sin-
cera carta de D. Costamagna: "En
cuanto a las Hermanas, no me hubiera
imaginado nunca que nos pudieran
ayudar tanto en la misión. Puedo afir-
marlo sin temor a equivocarme que no
se habría podido hacer el bien que se
ha hecho, sin la intervención de las
Hermanas...".
Era - usando las palabras de D. Ricceri
- "el principio de una colaboración mi-
sionera que se va haciendo cada día
más estrecha y eficaz, y que viene a
demostrar la fecunda complementarie-
dad de las dos Congregaciones funda-
das por Don Bosco".
Hay más todavía. En mayo de 1875, o
sea antes de que partiesen los primeros
misioneros, hablando Don Bosco a sus
muchachos, les hace estas curiosas re-
flexiones: "En aquellos países de mi-
sión habrá que trabajar con toda clase
de personas. Se requieren predicado-
res; se requieren profesores que den
clase; profesores de canto que toquen
el piano, porque allí les gusta mucho la
música; se requiere quien lleve las
ovejas al pasto; se requieren personas
para hacer todos los servicios de la
Un frente interno. Todavía no es sufi-
ciente. Allí, en San Nicolás, está espe-
rando que lleguen los primeros salesia-
nos un Cooperador, "un venerable an-
ciano de la parroquia", como dicen las
crónicas, un tal José Francisco Benítez,
que se honra de "tomar bajo su protec-
ción a los Salesianos (a él se debe en
efecto el que la obra de San Nicolás
haya comenzado).
También a los Cooperadores los-
quiere Don Bosco implicados en su
proyecto misionero. Ellos ayudarán
desde Europa a sostener el esfuerzo
económico, ellos se organizarán por su
cuenta al otro lado del mar, formando
"comités" (Venezuela y Méjico) para
solicitar y hacer posible la llegada de
los Salesianos.
Existe por tanto una retaguardia, una
"quinta columna", desde donde los
que no parten ofrecen a los que parten
solidaridad y ayuda de toda clase.
"Iréis - explica Don Bosco en la despe-
dida a sus primeros misioneros - pero
no estaréis solos: todos os acompaña-
remos. Muchos seguirán vuestro
ejemplo... y los que no puedan mar-
char con vosotros irán con el pensa-
miento, con la oración, condividirán
con vosotros las alegrías, las tristezas,
las flores y las espinas".
Hoy podemos afirmar resumiendo:
Don Bosco entendía comprometer en
sus misiones a toda la Familia Sale-
siana.
Un animador excepcional.
Seguramente que habría fracasado el
proyecto misionero de Don Bosco si
no hubiese sido porque tenía un ani-
mador exepcional: él mismo. Sus ideas
son fascinantes (soñaba "a lo grande",
se ha dicho de él), y los gestos que rea-
lizaba suscitaban entusiasmo e incon-
dicional adhesión.
Basta pensar en el sugestivo aparato
que acompaña el anuncio de la activi-
dad misionera, delante de todos los
muchachos reunidos en magna asam-
blea, con todos los Superiores y con el
cónsul de la Argentina vestido con to-
das sus galas. Ha llamado D. Bosco a
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
Epopeya. Los misioneros escriben lar-
gas cartas, que luego Don Bosco leerá
y comentará en público. El 1877 edita
el Boletín Salesiano en lengua italiana;
la publicación, destinada a los Herma-
nos, pero más en particular a los Coo-
peradores Salesianos, ha sido ideada
por Don Bosco a la par que la empresa
misionera, y como un instrumento
para sostenerla. Quiere que donde la
realidad salesiana vaya adquiriendo
una cierta consistencia, esté presente y
operante el periódico de la Congrega-
ción (léase lo que se ha dicho al res-
pecto al hablar del Boletín, pag. 66).
Entretanto el salesiano D. Lemoyne
escribe diversos libros sobre América,
que Don Bosco va editando y que los
jóvenes leen con interés; escribe tam-
bién un drama en cinco actos sobre la
actividad misionera en la Patagonia,
que es representado con el aparato es-
cénico del caso.
Resumiendo: Don Bosco suscita de
mil maneras entre jóvenes y adultos,
cercanos y lejanos, un fascinante clima
de epopeya misionera cuyas conse-
cuencias positivas nunca se sabrá
hasta dónde alcanzaron.
Una clara visión del futuro. Don
Bosco, enviando sus expediciones,
jugó fuerte, tanto en el plano econó-
mico como respecto al personal que
tenía a disposición. Pero siempre supo
a dónde iba. Desde las palabras de des-
pedida a los primeros misioneros, de-
muestra una clara visión del futuro:
"¡Quién sabe si esta partida vuestra no
ha despertado en el corazón de mu-
chos el deseo de consagrarse a Dios en
las misiones, haciendo equipo con no-
sotros y reforzando nuestras filas!".
Y así es de verdad, tanto que en la se-
gunda expedición escribe a D. Ca-
gliero: "Escucha esta hermosa historia:
Seis sacerdotes se van a América, y
otros seis sacerdotes entran en la
Congregación. Siete clérigos parten
con los sacerdotes, y siete, ni uno más
ni uno menos, son los clérigos que pi-
den entrar. Doce coadjutores deben
partir para America, para Albano, para
23

3.3 Page 23

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Panorámica
de un siglo de historia
Trinitá, y doce nuevos coadjutores,
fervorosos de verdad, han hecho su
petición y han sido recibidos entre no-
sotros. ¿Te fijas cómo es Dios el que
lleva adelante nuestras cosas?".
Y no se trata sólo de muchachos arras-
trados por un fácil y contagioso entu-
siasmo; como escribe a D. Cagliero en
otra circunstancia, hay "un gran fer-
mento que mueve a la gente mayor a
ir a las misiones: abogados, notarios,
párrocos, profesores... piden hacerse
salesianos ad hoc".
Don Bosco está tan seguro de sí
mismo, que, a los Salesianos que se le
quejan de que está desmantelando de
hombres las obras de Italia, acostum-
bra repetirles: "Quédate tranquilo; por
cada misionero nos mandará el Señor
dos buenas vocaciones y aún más".
Así es como puede escribir D. Ceria:
"Se vio entonces aumentar las voca-
ciones al estado eclesiástico, crecieron
sensiblemente las peticiones de ins-
cripción en la Congregación, y un ar-
dor nuevo de apostolado se apoderó de
muchos de los que estaban ya inscri-
tos".
He aquí la fórmula de este animador
excepcional: Grandiosidad en los idea-
les, claridad en los planes de aposto-
lado, valentía en la acción; esto, junto
con la gracia de Dios, ha contribuido al
éxito de Don Bosco como organizador
y jefe. O mejor: creemos que todos es-
tos elementos han servido al Señor
para asegurar el éxito del programa mi-
sionero, que Don Bosco había soñado,
con cariño y entrega sin límites, para
sus hijos.
*
Las misiones de Don Bosco son "una
realidad que, desde aquel 11 de no-
viembre, con la gracia de Dios, ha ve-
nido extendiéndose y creciendo como
las aguas bienhechoras de un inmenso
río" - ha escrito el sexto sucesor de
Don Bosco. Y ciertamente la imagen
del río da una idea clara, es la compa-
ración más luminosa de estos cien
años de compromiso religioso, moral y
social, de generosa entrega y abnega-
ción, con errores y fracasos humanos,
pero, también y sobre todo, con conso-
ladores resultados positivos.
1. Las misiones en tiempo de Don
Bosco
Son once las expediciones misioneras
que parten viviendo Don Bosco, todas
para la América Latina: casi una por
año, con un total de 150 Salesianos y
50 Hijas de María Auxiliadora.
Estas expediciones obligan a las dos
recién aprobadas Congregaciones a
realizar un esfuerzo excepcional para
poner a punto hombres y medios eco-
nómicos, pero reciben a su vez de to-
das partes signos inequívocos de apro-
bación y aceptación, (se dan vocacio-
nes, afluyen los medios materiales...)
que les compensan ampliamente de
sus heroicos sacrificios.
De momento el objetivo es único:
América Latina. Los Salesianos llegan
a Argentina en 1875, al Uruguay en el
76, al Brasil el 83, a Chile el 87 y al
Ecuador el 88.
A su vez las Hijas de María Auxilia-
dora comienzan en el Uruguay en
1877, luego pasan a la Argentina en el
79 y a Chile en el 88.
Abren al mismo tiempo cuatro misio-
nes entre los indios: la primera en la
Patagonia (Argentina), la segunda en
la Tierra del Fuego (Chile), luego en
Río Negro (Brasil) y entre los Shuar
(Ecuador).
El Cardenal Juan Cagliero,
primer misionero salesiano.
Argentina. El esfuerzo mayor se ha
realizado en tierras argentinas. Des-
pués de las obras abiertas para atender
a los emigrantes, la atención de D. Ca-
gliero, D. Fagnano, D. Milanesio y D.
Beauvoir, (protagonistas de los prime-
ros tiempos) se centra cada vez más en
el sur, en la Patagonia, entre los indios
de la región austral, (en parte sin ex-
plorar todavía) a la que dan el nombre
de Tierra del Fuego.
Los dos centros de Patagones y
Viedma abiertos en 1880, justo en el
umbral de la Patagonia, funcionan en-
seguida a pleno rendimiento; al lado
de los Salesianos trabajan las Hijas de
María Auxiliadora.
Los indios, a los que se pretende lle-
gar, son los Patagones, los Araucanos
y los Teheulches. La situación es difí-
cil pero los primeros resultados entu-
siasman a aquellos "poetas de las mi-
siones".
En 1883 el Papa León XIII desmembra
la parte sur de la Argentina de la Dió-
cesis de Buenos Aires (de la cual, por
otra parte, dependía sólo de nombre) y
hace de la Patagonia centro-norte, un
Vicariato Apostólico, y de la parte sur,
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
24

3.4 Page 24

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uniéndole la parte de la Tierra del
Fuego, una Prefectura Apostólica. Y
confía estos dos Territorios a D. Ca-
gliero (que es ordenado Obispo) y a D.
Fagnano respectivamente. La decisión
de la Santa Sede, propuesta por el
mismo Don Bosco, es ventajosa bajo
todos los puntos de vista: los misione-
ros consiguen una mayor independen-
cia en su trabajo, mayor prestigio,
mayor ilusión.
El Capitán bueno. La inmensa isla de
la Tierra del Fuego, dividida en su día
sobre el mapa a lápiz y regla por los
políticos, pertenece en buena parte a
Chile, y es así como se tiene el primer
contacto salesiano con este país.
D. Milanesio, un explorador a lo Li-
vingstone, atraviesa en 1886 los An-
des, y llega hasta Concepción (Chile),
donde habla con el Obispo sobre la
apertura de una casa.
El mismo año Mons. Fagnano visita
"su isla" uniéndose a una expedición
militar.
Al año siguiente se establece en Punta
Arenas, en territorio chileno.
Los indios le reconocen su categoría de
"jefe", pero lo distinguen de todos los
otros capitanes blancos, llamándole "el
Capitán Bueno".
En 1888 llega también a Punta Arenas
un intrépido grupo de Hijas de María
Auxiliadora, y los Salesianos abren
nuevas obras en distintas ciudades de
Chile.
en el ámbito de la Familia Salesiana,
suele acompañar a Don Bosco en la vi-
sita que gira a los lugares de misión.
Una vez vuela sobre las diversas mi-
siones en un misterioso vehículo. En
los dos últimos sueños visita no sólo la
América Latina, sino también el Asia,
África, Australia, donde prevé cercana
la apertura de obras misioneras. Re-
fiere detalles geográficos que hoy nos
sorprenden (como por ejemplo, los re-
ferentes a la ciudad de Brasilia).
Declara que los primeros Salesianos
tendrán que sembrar y que los que
continúen su obra ("de aquí a 150 o
200 años") recogerán frutos abundan-
2. La primera expansión
después de Don Bosco
Entre la muerte del fundador y la pri-
mera guerra mundial, los Salesianos
extienden el campo de acción en
América y comienzan la evangeliza-
ción en África y en Asia.
D. Rúa, que siendo Vicario de Don
Bosco tanto se había preocupado,
nombrado Rector Mayor (1888 - 1910)
prosigue el programa misionero del Pa-
dre con tanta dedicación y entusiasmo,
que un biógrafo escribirá: "Su sed mi-
sionera era insaciable".
De hecho el desarrollo de la obra sale-
El último sueño misionero de Don Bosco, en 1886 (lo recuerda este cuadro
de la Capilla de Don Bosco en Barcelona, Sarria): una pastorcita señala al Santo los montes,
los mares, las inmensas regiones de América, África y Asia, donde trabajarán sus misioneros.
Al Brasil llegan los Salesianos el año
1883. La escasez de clero local, una ju-
ventud descuidada y abandonada, la
urgencia de establecer una misión en-
tre las tribus de la selva amazónica,
son motivos más que suficientes para
comenzar. D. Lasagna, que ha dejado
el Uruguay, va al frente del primer
grupo de Salesianos que se establece
en Niteroi (Río de Janeiro). Dos años
después abre una casa en Sao Paulo.
Los Salesianos enviados al Ecuador, a
petición del mismo Presidente de la
República, llegan allí el 28 de enero de
1888: tres días después morirá Don
Bosco.
Sueños. Sobre estos y sucesivos acon-
tecimientos tuvieron un influjo parti-
cular los "sueños misioneros" de Don
Bosco.
Además del primero, recordado ante-
riormente, narró Don Bosco otros cua-
tro sueños (uno en 1883, dos a lo largo
del 85, y el último en el 86). Normal-
mente, algún personaje muy conocido
tes, con tal de que - advierte - "no se
dejen llevar del amor a las comodida-
des".
Muere Madre Mazzarello en 1881 (le
han sobrado sus cuarenta y cuatro
años recién cumplidos, para llegar a las
cumbres de la santidad): precede en
siete años a Don Bosco en el encuen-
tro del Padre. Pero ha logrado infundir
tal espíritu misionero en su Instituto,
que su sucesora, Madre Catalina Da-
ghero, no tendrá más trabajo que el de
continuar el camino trazado. Será esta
mujer excepcional la que al timón de
la nave durante 43 años, hasta 1924,
desarrollará plenamente el proyecto
tan audazmente pergeñado por Madre
Mazzarello durante los primeros años
de la Congregación.
A la muerte de Don Bosco, después de
trece años de actividad misionera, sus
dos Congregaciones están presentes en
cinco países, tienen la plena responsa-
bilidad cristiana en dos vastos territo-
rios, y cuentan con el prestigio de un
Obispo salesiano.
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
siana en América va a la par con el
crecimiento casi milagroso de la
Congregación en Europa.
En Buenos Aires, el colegio salesiano
Pío IX es algo así como el Oratorio de
Valdocco en Turín, la Casa Madre de
los Salesianos de América: allí se for-
man las nuevas generaciones, allí van
a parar los misioneros que llegan para
prepararse a sus futuras incumbencias.
En una goleta. Los resultados obteni-
dos aquellos años en las misiones son
reconfortantes: a finales del siglo ya
hay en Argentina, en el ámbito de las
misiones salesianas, 13 iglesias, 23
capillas, 14 escuelas para muchachos y
10 atendidas por las Hijas de María
Auxiliadora. El Presidente argentino
General Julio Roca llamará pública-
mente a Mons. Cagliero "civilizador
del sur y de la Patagonia".
En su Prefectura austral, Mons. Fa-
gnano se aventura por los difíciles ma-
res sureños en una goleta, y logra reu-
nir en poblados a los indios en la isla
25

3.5 Page 25

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de los blancos y la desconfianza de los
indios.
Otra misión tremendamente difícil es
la del Vicariato Apostólico de los in-
dios Shuar (Jíbaros) en el Ecuador,
creado en 1893 y confiado al recién
consagrado Obispo Mons. Costama-
gna. En realidad, por dificultades sur-
gidas con el Gobierno, estará muy po-
cos meses el Obispo en el Vicariato.
El 3 de diciembre de 1888 las primeras Hijas
de María Auxiliadora llegan a Punta
Arenas: esta fotografía histórica, poco tiempo
después
de la llegada, muestra a la Superiora, Madre An-
gela Valiese,
con una indiecita de la misión, Luisa Peña.
Dawson, que el Gobierno chileno le ha
cedido en propiedad durante 20 años.
Y hasta allí llegan también tres Hijas
de María Auxiliadora: una de ellas, la
uruguaya Sor Filomena Michetti,
cuenta apenas 17 años y trabajará en la
misión hasta los 86, rodeada de la in-
condicional admiración de los indios
que la llaman desde el primer día "tes-
cus hascua", ula niña blanca".
El gran trabajo realizado en Argentina,
mueve a la Santa Sede a confiar a los
Salesianos también las misiones del
Brasil, a donde llega desde el Uruguay
el polifacético D. Lasagna.
Primero consolida los centros entre los
blancos, después, consagrado Obispo
en 1893, con jurisdicción sobre "todos
los indios" del inmenso país, escoge el
Mato Grosso como primer campo de
trabajo. Pero dos años depués, muere
en un accidente ferroviario, junto con
otro salesiano y cuatro Hijas de María
Auxiliadora.
La pérdida es irreparable. Las Salesia-
nas que acababan de llegar al Brasil
ven truncado trágicamente su primer
intento de trabajo misionero. Llegan
otros misioneros, pero el campo resulta
difícil de roturar por la incomprensión
Comités de Cooperadores. Entre
tanto, se van abriendo casas en casi to-
dos los otros estados del Continente.
En 1890, están los Salesianos en Co-
lombia, a petición del Gobierno; el 97
dor en 1897) y a los Estados Unidos: se
abren dos parroquias en San Francisco
y una en Nueva York, en barrios de
fuerte inmigración italiana (solamente
en Nueva York hay 400.000).
/
llegan también las Hijas de María
Auxiliadora. Desarrollan obras de am-
plio compromiso social y toman a su
cargo dos lazaretos, empresa conside-
rada entonces temeraria por el proba-
ble contagio.
En 1891 están en el Perú; las Salesia-
nas llegan dos años después. Desde
1889 se han organizado en México por
su cuenta los Cooperadores Salesianos,
que trabajan formando un "comité"
para que vayan los Salesianos; al
tiempo que esperan abren un primer
colegio y lo van llevando adelante. Los
Salesianos se hacen cargo de él en
1892 y dos años más tarde llegan tam-
bién las Salesianas a México.
En 1894 le toca el turno a Venezuela,
donde otro "comité" de Cooperadores
trabajaba desde hacía ocho años para
que llegasen los Salesianos. Entran
también en Bolivia en 1896 invitados
por el mismo Presidente de la Repú-
blica y se ocupan desde el principio de
los indios de la altiplanicie.
El mismo año se abre una casa en el
Paraguay, a donde llegan las Salesia-
nas en 1900.
Antes de que se cierre el siglo le toca
el turno a Centroamérica (San Salva-
El veinticinco aniversario. El 1900 es
justamente el año del vigésimo quinto
aniversario de la actividad misionera, y
en el Colegio Pío IX de Buenos Aires
se celebra un congreso internacional.
D. Rúa envía su representante, D. Pa-
blo Albera (su futuro sucesor), que
nada más llegar se embarca en una
empresa paciente y animosa: una vi-
sita a todas las casas salesianas y de
Hijas de María Auxiliadora de Amé-
rica. Son 250 y D. Albera, decidido a
saludar a todos los misioneros por per-
didos y aislados que se encuentren,
emplea tres largos años en la aventura.
El recién estrenado siglo XX encuen-
tra a los Salesianos en el Ecuador,
desde el primer día en la vanguardia
entre los indios Shuar; pero la situa-
ción se hace poco a poco insostenible y
en 1911 decide Madre Daghero retirar
a las Salesianas. "Volveremos".
Entretanto prosigue la expansión en
América Central (Panamá, Costa Rica,
Honduras, Nicaragua); llegan primero
los Salesianos y al cabo de un tiempo
las Hijas de María Auxiliadora. Es ésta
una constante: los Salesianos abren ca-
mino y piden enseguida la colabora-
ción de las Hermanas. Parece que sólo
trabajando codo a codo, pueden reali-
zar plenamente el programa misionero.
Los rápidos progresos conseguidos se
explican por múltiples razones. Hay
que contar ante todo con el potente
empuje de la Familia Salesiana en sus
principios. Cuenta el apoyo incondicio-
nal de los Cooperadores, no sólo en
Europa sino en la misma América.
Cuenta la necesidad urgente de autén-
ticos pastores tan dramáticamente
manifestada por los obispos locales.
Misiones Don Bosco a2ñ6o ciento. 1875 SDB 1877 FMA

3.6 Page 26

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des entre los indios cristianos, y no
menores dificultades, en un primer
momento, retrasan la floración voca-
cional también entre los blancos) En la
actualidad continúa todavía el gene-
roso fluir de vocaciones de Europa,
pero cuenta la Congregación ya con el
trabajo misionero de relevantes voca-
ciones locales, algunas incluso proce-
dentes de los diversos grupos étnicos
de los primeros tiempos.
casa. Y un poco más lejos de San Ni-
colás de los Arroyos comienzan las tri-
bus de los salvajes... muchos de los
cuales muestran intención de abrazar
el cristianismo siempre que vaya al-
guien a enseñárselo..."
Así pues, en el pensamiento de Don
Bosco deben ir a las misiones (y de he-
cho van) evangelizadores y hombres
del campo, profesores y cocineros, ca-
tequistas y directores de banda.
todos los Directores de los alrededores
para que cuando vuelvan a sus casas lo
cuenten todo a sus muchachos y a sus
Hermanos.
Basta pensar en el eco que tiene esta
misma noticia en los periódicos de la
época, en el gesto de enviar a los mi-
sioneros oficialmente a Roma para vi-
sitar al Papa, en la solemne función de
despedida, en la plaza de la Basílica re-
bosante de gentío esperando la partida.
Todos misioneros. Don Bosco no
acepta la idea incompleta - desechada
ya por el Vaticano II en "Ad Gentes",
aunque todavía en vigor en alguna
parte - que hace coincidir la figura del
misionero con la del sacerdote. Quiere
Don Bosco que todos los suyos se
hallen implicados en el proyecto misio-
nero, que puedan partir, si llega el mo-
mento, a tierras de misión, o participen
al menos en trabajos de retaguardia.
Manda sacerdotes y clérigos, pero co-
loca a su lado desde el primer mo-
mento a los salesianos coadjutores:
son cuatro sobre un total de diez en la
primera expedición; y explica: "porque
hay cosas que los sacerdotes y clérigos
no pueden hacer, y las haréis voso-
tros".
Luego, apenas le es posible, en 1877,
envía a las misiones también a las
Hermanas, cuyo Instituto es "misio-
nero por naturaleza y vocación" desde
sus orígenes. No han pasado un par de
años y recibe esta significativa y sin-
cera carta de D. Costamagna: "En
cuanto a las Hermanas, no me hubiera
imaginado nunca que nos pudieran
ayudar tanto en la misión. Puedo afir-
marlo sin temor a equivocarme que no
se habría podido hacer el bien que se
ha hecho, sin la intervención de las
Hermanas...".
Era - usando las palabras de D. Ricceri
- "el principio de una colaboración mi-
sionera que se va haciendo cada día
más estrecha y eficaz, y que viene a
demostrar la fecunda complementarie-
dad de las dos Congregaciones funda-
das por Don Bosco".
Hay más todavía. En mayo de 1875, o
sea antes de que partiesen los primeros
misioneros, hablando Don Bosco a sus
muchachos, les hace estas curiosas re-
flexiones: "En aquellos países de mi-
sión habrá que trabajar con toda clase
de personas. Se requieren predicado-
res; se requieren profesores que den
clase; profesores de canto que toquen
el piano, porque allí les gusta mucho la
música; se requiere quien lleve las
ovejas al pasto; se requieren personas
para hacer todos los servicios de la
Un frente interno. Todavía no es sufi-
ciente. Allí, en San Nicolás, está espe-
rando que lleguen los primeros salesia-
nos un Cooperador, "un venerable an-
ciano de la parroquia", como dicen las
crónicas, un tal José Francisco Benítez,
que se honra de "tomar bajo su protec-
ción a los Salesianos (a él se debe en
efecto el que la obra de San Nicolás
haya comenzado).
También a los Cooperadores los-
quiere Don Bosco implicados en su
proyecto misionero. Ellos ayudarán
desde Europa a sostener el esfuerzo
económico, ellos se organizarán por su
cuenta al otro lado del mar, formando
"comités" (Venezuela y Méjico) para
solicitar y hacer posible la llegada de
los Salesianos.
Existe por tanto una retaguardia, una
"quinta columna", desde donde los
que no parten ofrecen a los que parten
solidaridad y ayuda de toda clase.
"Iréis - explica Don Bosco en la despe-
dida a sus primeros misioneros - pero
no estaréis solos: todos os acompaña-
remos. Muchos seguirán vuestro
ejemplo... y los que no puedan mar-
char con vosotros irán con el pensa-
miento, con la oración, condividirán
con vosotros las alegrías, las tristezas,
las flores y las espinas".
Hoy podemos afirmar resumiendo:
Don Bosco entendía comprometer en
sus misiones a toda la Familia Sale-
siana.
Un animador excepcional.
Seguramente que habría fracasado el
proyecto misionero de Don Bosco si
no hubiese sido porque tenía un ani-
mador exepcional: él mismo. Sus ideas
son fascinantes (soñaba "a lo grande",
se ha dicho de él), y los gestos que rea-
lizaba suscitaban entusiasmo e incon-
dicional adhesión.
Basta pensar en el sugestivo aparato
que acompaña el anuncio de la activi-
dad misionera, delante de todos los
muchachos reunidos en magna asam-
blea, con todos los Superiores y con el
cónsul de la Argentina vestido con to-
das sus galas. Ha llamado D. Bosco a
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
Epopeya. Los misioneros escriben lar-
gas cartas, que luego Don Bosco leerá
y comentará en público. El 1877 edita
el Boletín Salesiano en lengua italiana;
la publicación, destinada a los Herma-
nos, pero más en particular a los Coo-
peradores Salesianos, ha sido ideada
por Don Bosco a la par que la empresa
misionera, y como un instrumento
para sostenerla. Quiere que donde la
realidad salesiana vaya adquiriendo
una cierta consistencia, esté presente y
operante el periódico de la Congrega-
ción (léase lo que se ha dicho al res-
pecto al hablar del Boletín, pag. 66).
Entretanto el salesiano D. Lemoyne
escribe diversos libros sobre América,
que Don Bosco va editando y que los
jóvenes leen con interés; escribe tam-
bién un drama en cinco actos sobre la
actividad misionera en la Patagonia,
que es representado con el aparato es-
cénico del caso.
Resumiendo: Don Bosco suscita de
mil maneras entre jóvenes y adultos,
cercanos y lejanos, un fascinante clima
de epopeya misionera cuyas conse-
cuencias positivas nunca se sabrá
hasta dónde alcanzaron.
Una clara visión del futuro. Don
Bosco, enviando sus expediciones,
jugó fuerte, tanto en el plano econó-
mico como respecto al personal que
tenía a disposición. Pero siempre supo
a dónde iba. Desde las palabras de des-
pedida a los primeros misioneros, de-
muestra una clara visión del futuro:
"¡Quién sabe si esta partida vuestra no
ha despertado en el corazón de mu-
chos el deseo de consagrarse a Dios en
las misiones, haciendo equipo con no-
sotros y reforzando nuestras filas!".
Y así es de verdad, tanto que en la se-
gunda expedición escribe a D. Ca-
gliero: "Escucha esta hermosa historia:
Seis sacerdotes se van a América, y
otros seis sacerdotes entran en la
Congregación. Siete clérigos parten
con los sacerdotes, y siete, ni uno más
ni uno menos, son los clérigos que pi-
den entrar. Doce coadjutores deben
partir para America, para Albano, para
23

3.7 Page 27

▲back to top
Panorámica
de un siglo de historia
Trinitá, y doce nuevos coadjutores,
fervorosos de verdad, han hecho su
petición y han sido recibidos entre no-
sotros. ¿Te fijas cómo es Dios el que
lleva adelante nuestras cosas?".
Y no se trata sólo de muchachos arras-
trados por un fácil y contagioso entu-
siasmo; como escribe a D. Cagliero en
otra circunstancia, hay "un gran fer-
mento que mueve a la gente mayor a
ir a las misiones: abogados, notarios,
párrocos, profesores... piden hacerse
salesianos ad hoc".
Don Bosco está tan seguro de sí
mismo, que, a los Salesianos que se le
quejan de que está desmantelando de
hombres las obras de Italia, acostum-
bra repetirles: "Quédate tranquilo; por
cada misionero nos mandará el Señor
dos buenas vocaciones y aún más".
Así es como puede escribir D. Ceria:
"Se vio entonces aumentar las voca-
ciones al estado eclesiástico, crecieron
sensiblemente las peticiones de ins-
cripción en la Congregación, y un ar-
dor nuevo de apostolado se apoderó de
muchos de los que estaban ya inscri-
tos".
He aquí la fórmula de este animador
excepcional: Grandiosidad en los idea-
les, claridad en los planes de aposto-
lado, valentía en la acción; esto, junto
con la gracia de Dios, ha contribuido al
éxito de Don Bosco como organizador
y jefe. O mejor: creemos que todos es-
tos elementos han servido al Señor
para asegurar el éxito del programa mi-
sionero, que Don Bosco había soñado,
con cariño y entrega sin límites, para
sus hijos.
*
Las misiones de Don Bosco son "una
realidad que, desde aquel 11 de no-
viembre, con la gracia de Dios, ha ve-
nido extendiéndose y creciendo como
las aguas bienhechoras de un inmenso
río" - ha escrito el sexto sucesor de
Don Bosco. Y ciertamente la imagen
del río da una idea clara, es la compa-
ración más luminosa de estos cien
años de compromiso religioso, moral y
social, de generosa entrega y abnega-
ción, con errores y fracasos humanos,
pero, también y sobre todo, con conso-
ladores resultados positivos.
1. Las misiones en tiempo de Don
Bosco
Son once las expediciones misioneras
que parten viviendo Don Bosco, todas
para la América Latina: casi una por
año, con un total de 150 Salesianos y
50 Hijas de María Auxiliadora.
Estas expediciones obligan a las dos
recién aprobadas Congregaciones a
realizar un esfuerzo excepcional para
poner a punto hombres y medios eco-
nómicos, pero reciben a su vez de to-
das partes signos inequívocos de apro-
bación y aceptación, (se dan vocacio-
nes, afluyen los medios materiales...)
que les compensan ampliamente de
sus heroicos sacrificios.
De momento el objetivo es único:
América Latina. Los Salesianos llegan
a Argentina en 1875, al Uruguay en el
76, al Brasil el 83, a Chile el 87 y al
Ecuador el 88.
A su vez las Hijas de María Auxilia-
dora comienzan en el Uruguay en
1877, luego pasan a la Argentina en el
79 y a Chile en el 88.
Abren al mismo tiempo cuatro misio-
nes entre los indios: la primera en la
Patagonia (Argentina), la segunda en
la Tierra del Fuego (Chile), luego en
Río Negro (Brasil) y entre los Shuar
(Ecuador).
El Cardenal Juan Cagliero,
primer misionero salesiano.
Argentina. El esfuerzo mayor se ha
realizado en tierras argentinas. Des-
pués de las obras abiertas para atender
a los emigrantes, la atención de D. Ca-
gliero, D. Fagnano, D. Milanesio y D.
Beauvoir, (protagonistas de los prime-
ros tiempos) se centra cada vez más en
el sur, en la Patagonia, entre los indios
de la región austral, (en parte sin ex-
plorar todavía) a la que dan el nombre
de Tierra del Fuego.
Los dos centros de Patagones y
Viedma abiertos en 1880, justo en el
umbral de la Patagonia, funcionan en-
seguida a pleno rendimiento; al lado
de los Salesianos trabajan las Hijas de
María Auxiliadora.
Los indios, a los que se pretende lle-
gar, son los Patagones, los Araucanos
y los Teheulches. La situación es difí-
cil pero los primeros resultados entu-
siasman a aquellos "poetas de las mi-
siones".
En 1883 el Papa León XIII desmembra
la parte sur de la Argentina de la Dió-
cesis de Buenos Aires (de la cual, por
otra parte, dependía sólo de nombre) y
hace de la Patagonia centro-norte, un
Vicariato Apostólico, y de la parte sur,
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
24

3.8 Page 28

▲back to top
uniéndole la parte de la Tierra del
Fuego, una Prefectura Apostólica. Y
confía estos dos Territorios a D. Ca-
gliero (que es ordenado Obispo) y a D.
Fagnano respectivamente. La decisión
de la Santa Sede, propuesta por el
mismo Don Bosco, es ventajosa bajo
todos los puntos de vista: los misione-
ros consiguen una mayor independen-
cia en su trabajo, mayor prestigio,
mayor ilusión.
El Capitán bueno. La inmensa isla de
la Tierra del Fuego, dividida en su día
sobre el mapa a lápiz y regla por los
políticos, pertenece en buena parte a
Chile, y es así como se tiene el primer
contacto salesiano con este país.
D. Milanesio, un explorador a lo Li-
vingstone, atraviesa en 1886 los An-
des, y llega hasta Concepción (Chile),
donde habla con el Obispo sobre la
apertura de una casa.
El mismo año Mons. Fagnano visita
"su isla" uniéndose a una expedición
militar.
Al año siguiente se establece en Punta
Arenas, en territorio chileno.
Los indios le reconocen su categoría de
"jefe", pero lo distinguen de todos los
otros capitanes blancos, llamándole "el
Capitán Bueno".
En 1888 llega también a Punta Arenas
un intrépido grupo de Hijas de María
Auxiliadora, y los Salesianos abren
nuevas obras en distintas ciudades de
Chile.
en el ámbito de la Familia Salesiana,
suele acompañar a Don Bosco en la vi-
sita que gira a los lugares de misión.
Una vez vuela sobre las diversas mi-
siones en un misterioso vehículo. En
los dos últimos sueños visita no sólo la
América Latina, sino también el Asia,
África, Australia, donde prevé cercana
la apertura de obras misioneras. Re-
fiere detalles geográficos que hoy nos
sorprenden (como por ejemplo, los re-
ferentes a la ciudad de Brasilia).
Declara que los primeros Salesianos
tendrán que sembrar y que los que
continúen su obra ("de aquí a 150 o
200 años") recogerán frutos abundan-
2. La primera expansión
después de Don Bosco
Entre la muerte del fundador y la pri-
mera guerra mundial, los Salesianos
extienden el campo de acción en
América y comienzan la evangeliza-
ción en África y en Asia.
D. Rúa, que siendo Vicario de Don
Bosco tanto se había preocupado,
nombrado Rector Mayor (1888 - 1910)
prosigue el programa misionero del Pa-
dre con tanta dedicación y entusiasmo,
que un biógrafo escribirá: "Su sed mi-
sionera era insaciable".
De hecho el desarrollo de la obra sale-
El último sueño misionero de Don Bosco, en 1886 (lo recuerda este cuadro
de la Capilla de Don Bosco en Barcelona, Sarria): una pastorcita señala al Santo los montes,
los mares, las inmensas regiones de América, África y Asia, donde trabajarán sus misioneros.
Al Brasil llegan los Salesianos el año
1883. La escasez de clero local, una ju-
ventud descuidada y abandonada, la
urgencia de establecer una misión en-
tre las tribus de la selva amazónica,
son motivos más que suficientes para
comenzar. D. Lasagna, que ha dejado
el Uruguay, va al frente del primer
grupo de Salesianos que se establece
en Niteroi (Río de Janeiro). Dos años
después abre una casa en Sao Paulo.
Los Salesianos enviados al Ecuador, a
petición del mismo Presidente de la
República, llegan allí el 28 de enero de
1888: tres días después morirá Don
Bosco.
Sueños. Sobre estos y sucesivos acon-
tecimientos tuvieron un influjo parti-
cular los "sueños misioneros" de Don
Bosco.
Además del primero, recordado ante-
riormente, narró Don Bosco otros cua-
tro sueños (uno en 1883, dos a lo largo
del 85, y el último en el 86). Normal-
mente, algún personaje muy conocido
tes, con tal de que - advierte - "no se
dejen llevar del amor a las comodida-
des".
Muere Madre Mazzarello en 1881 (le
han sobrado sus cuarenta y cuatro
años recién cumplidos, para llegar a las
cumbres de la santidad): precede en
siete años a Don Bosco en el encuen-
tro del Padre. Pero ha logrado infundir
tal espíritu misionero en su Instituto,
que su sucesora, Madre Catalina Da-
ghero, no tendrá más trabajo que el de
continuar el camino trazado. Será esta
mujer excepcional la que al timón de
la nave durante 43 años, hasta 1924,
desarrollará plenamente el proyecto
tan audazmente pergeñado por Madre
Mazzarello durante los primeros años
de la Congregación.
A la muerte de Don Bosco, después de
trece años de actividad misionera, sus
dos Congregaciones están presentes en
cinco países, tienen la plena responsa-
bilidad cristiana en dos vastos territo-
rios, y cuentan con el prestigio de un
Obispo salesiano.
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
siana en América va a la par con el
crecimiento casi milagroso de la
Congregación en Europa.
En Buenos Aires, el colegio salesiano
Pío IX es algo así como el Oratorio de
Valdocco en Turín, la Casa Madre de
los Salesianos de América: allí se for-
man las nuevas generaciones, allí van
a parar los misioneros que llegan para
prepararse a sus futuras incumbencias.
En una goleta. Los resultados obteni-
dos aquellos años en las misiones son
reconfortantes: a finales del siglo ya
hay en Argentina, en el ámbito de las
misiones salesianas, 13 iglesias, 23
capillas, 14 escuelas para muchachos y
10 atendidas por las Hijas de María
Auxiliadora. El Presidente argentino
General Julio Roca llamará pública-
mente a Mons. Cagliero "civilizador
del sur y de la Patagonia".
En su Prefectura austral, Mons. Fa-
gnano se aventura por los difíciles ma-
res sureños en una goleta, y logra reu-
nir en poblados a los indios en la isla
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de los blancos y la desconfianza de los
indios.
Otra misión tremendamente difícil es
la del Vicariato Apostólico de los in-
dios Shuar (Jíbaros) en el Ecuador,
creado en 1893 y confiado al recién
consagrado Obispo Mons. Costama-
gna. En realidad, por dificultades sur-
gidas con el Gobierno, estará muy po-
cos meses el Obispo en el Vicariato.
El 3 de diciembre de 1888 las primeras Hijas
de María Auxiliadora llegan a Punta
Arenas: esta fotografía histórica, poco tiempo
después
de la llegada, muestra a la Superiora, Madre An-
gela Valiese,
con una indiecita de la misión, Luisa Peña.
Dawson, que el Gobierno chileno le ha
cedido en propiedad durante 20 años.
Y hasta allí llegan también tres Hijas
de María Auxiliadora: una de ellas, la
uruguaya Sor Filomena Michetti,
cuenta apenas 17 años y trabajará en la
misión hasta los 86, rodeada de la in-
condicional admiración de los indios
que la llaman desde el primer día "tes-
cus hascua", ula niña blanca".
El gran trabajo realizado en Argentina,
mueve a la Santa Sede a confiar a los
Salesianos también las misiones del
Brasil, a donde llega desde el Uruguay
el polifacético D. Lasagna.
Primero consolida los centros entre los
blancos, después, consagrado Obispo
en 1893, con jurisdicción sobre "todos
los indios" del inmenso país, escoge el
Mato Grosso como primer campo de
trabajo. Pero dos años depués, muere
en un accidente ferroviario, junto con
otro salesiano y cuatro Hijas de María
Auxiliadora.
La pérdida es irreparable. Las Salesia-
nas que acababan de llegar al Brasil
ven truncado trágicamente su primer
intento de trabajo misionero. Llegan
otros misioneros, pero el campo resulta
difícil de roturar por la incomprensión
Comités de Cooperadores. Entre
tanto, se van abriendo casas en casi to-
dos los otros estados del Continente.
En 1890, están los Salesianos en Co-
lombia, a petición del Gobierno; el 97
dor en 1897) y a los Estados Unidos: se
abren dos parroquias en San Francisco
y una en Nueva York, en barrios de
fuerte inmigración italiana (solamente
en Nueva York hay 400.000).
/
llegan también las Hijas de María
Auxiliadora. Desarrollan obras de am-
plio compromiso social y toman a su
cargo dos lazaretos, empresa conside-
rada entonces temeraria por el proba-
ble contagio.
En 1891 están en el Perú; las Salesia-
nas llegan dos años después. Desde
1889 se han organizado en México por
su cuenta los Cooperadores Salesianos,
que trabajan formando un "comité"
para que vayan los Salesianos; al
tiempo que esperan abren un primer
colegio y lo van llevando adelante. Los
Salesianos se hacen cargo de él en
1892 y dos años más tarde llegan tam-
bién las Salesianas a México.
En 1894 le toca el turno a Venezuela,
donde otro "comité" de Cooperadores
trabajaba desde hacía ocho años para
que llegasen los Salesianos. Entran
también en Bolivia en 1896 invitados
por el mismo Presidente de la Repú-
blica y se ocupan desde el principio de
los indios de la altiplanicie.
El mismo año se abre una casa en el
Paraguay, a donde llegan las Salesia-
nas en 1900.
Antes de que se cierre el siglo le toca
el turno a Centroamérica (San Salva-
El veinticinco aniversario. El 1900 es
justamente el año del vigésimo quinto
aniversario de la actividad misionera, y
en el Colegio Pío IX de Buenos Aires
se celebra un congreso internacional.
D. Rúa envía su representante, D. Pa-
blo Albera (su futuro sucesor), que
nada más llegar se embarca en una
empresa paciente y animosa: una vi-
sita a todas las casas salesianas y de
Hijas de María Auxiliadora de Amé-
rica. Son 250 y D. Albera, decidido a
saludar a todos los misioneros por per-
didos y aislados que se encuentren,
emplea tres largos años en la aventura.
El recién estrenado siglo XX encuen-
tra a los Salesianos en el Ecuador,
desde el primer día en la vanguardia
entre los indios Shuar; pero la situa-
ción se hace poco a poco insostenible y
en 1911 decide Madre Daghero retirar
a las Salesianas. "Volveremos".
Entretanto prosigue la expansión en
América Central (Panamá, Costa Rica,
Honduras, Nicaragua); llegan primero
los Salesianos y al cabo de un tiempo
las Hijas de María Auxiliadora. Es ésta
una constante: los Salesianos abren ca-
mino y piden enseguida la colabora-
ción de las Hermanas. Parece que sólo
trabajando codo a codo, pueden reali-
zar plenamente el programa misionero.
Los rápidos progresos conseguidos se
explican por múltiples razones. Hay
que contar ante todo con el potente
empuje de la Familia Salesiana en sus
principios. Cuenta el apoyo incondicio-
nal de los Cooperadores, no sólo en
Europa sino en la misma América.
Cuenta la necesidad urgente de autén-
ticos pastores tan dramáticamente
manifestada por los obispos locales.
Misiones Don Bosco a2ñ6o ciento. 1875 SDB 1877 FMA

3.10 Page 30

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Don Antonio Belloni abre las puertas
del Oriente Medio a los Salesianos.
Cuenta el deseo de muchos gobernan-
tes de confiar la juventud de su país a
experimentados educadores: unos
ofrecen parroquias, otros escuelas so-
bre todo profesionales y agrícolas...
Y los hijos de Don Bosco, mientras se
comprometen a fondo en las misiones
propiamente dichas, se convierten
también entre la gente blanca en cons-
tructores entusiastas de iglesias y es-
cuelas y en fecundos animadores de
las comunidades locales.
trata sólo de tímidos comienzos. Se re-
querirán algunos años para su desarro-
llo progresivo.
También cabe señalar que durante
todo este período, a los misioneros
procedentes de Italia se va uniendo un
número cada vez mayor de Salesianos
de diversos países europeos.
Los valores de los indios. Durante
toda esta etapa, es digna de admira-
ción la obra personal realizada por Ma-
dre Daghero, primera sucesora de Ma-
dre Mazzarello. Coherente con su prin-
cipio "hay que ver con los propios
ojos, tocar con las propias manos",
emprende una larga serie de agotado-
"imbuyeran de la vida y costumbres
de los nuevos países, desprendiéndose
de todo lo que fuera propio de su país
de origen". Recomendaba el respeto y
la conservación de los valores de vida
y cultura de los indios: "En cuanto a
ciertas costumbres que tienen los
aborígenes, buscad la manera de cris-
tianizarlas, a no ser que sean pernicio-
sas para el alma o para el cuerpo".
Luego, bajo el rectorado de D. Albera,
vendrá el espectro terrorífico de la pri-
mera guerra mundial. El odio levan-
tará barreras infranqueables entre los
pueblos y paralizará la obra generosa
de los sembradores de la Buena
Nueva.
En Asia y en África. También en Asia
se va difundiendo la Obra Salesiana. El
punto de arranque en Tierra Santa está
unido a la singular figura de un joven
profesor de seminario, D. Antonio Niñas indias en Viedma (Patagonia, año 1924) aprendiendo a cocinar.
Belloni que, a imitación de Don Bosco,
comienza en Jerusalén en 1874 a reco-
ger muchachos de la calle, y funda una
pequeña Congregación. Abre tres ca- res viajes que la llevan, primero a Pa- 3. La segunda expansión misionera
sas, y en 1887 se las ofrece a Don lestina, después al África septentrio- entre las dos guerras mundiales
Bosco; "Ahora no, después", le res- nal, y luego, durante dos años casi
ponde el Santo. Y aquel "después" completos, a tierras de América.
Durante el rectorado de D. Albera
llega en 1891: D. Belloni y la mayor Las crónicas recuerdan sus visitas a las (1910-1921), duramente probado por
parte de los "Hermanos de la Sagrada cabanas de los indios de la Tierra del la primera guerra mundial, sólo 345
Familia" se hacen Salesianos. Aquel Fuego, los pequeños regalos llevados a Salesianos salen de Europa para otros
mismo año se establecen también las los Bororos del Mato Grosso, su emo- continentes. Sufren mucho las misio-
Hijas de María Auxiliadora en Tierra ción hasta las lágrimas ante las duras nes con el cruel conflicto mundial,
Santa.
condiciones de vida de sus queridas como sufre a su vez la Congregación
La presencia salesiana en el Oriente Hermanas y ante la serenidad en el (dos mil salesianos se ven obligados a
Medio se consolida con las casas de trabajo en medio de tantas privaciones. empuñar las armas; incluso en algún
Alejandría en Egipto (1886), Estambul A la muerte de D. Rúa (1910) las fuer- frente se matan unos a otros...).
(1903) y Damasco (1913). Y allí, muy zas comprometidas en América La- Pero, pasada la tormenta, vuelve pu-
lejos, espera la India, la fascinante tina, misioneras o no misioneras, eran jante la expansión misionera bajo el
China: Se ha abierto una casa en Ma- ya muy considerables: 1.473 Salesianos rectorado de D. Rinaldi (1921-31), y
cao en 1906, y otra el mismo año en sobre los 4.001 que son en total, y luego de D. Ricaldone.
Tanjore, en el estado indio de Madras. 1.060 Hijas de María Auxiliadora sobre Se da un gran impulso a la actividad
También se fundan las primeras casas un total de 2.988.
misionera en América, donde se abren
en África: los Salesianos llegan a Arge- La expansión misionera recorrida so- casas en los pocos países a los que no
lia en 1891 y las Hijas de María Auxi- bre un mapamundi llega a impresionar había llegado todavía la Obra Sale-
liadora en el 93; a Túnez en el 94 y 95 de verdad. Pero tal vez signifique más siana: Cuba, Guatemala, Santo Do-
respectivamente.
si se considera a fondo el compromiso mingo, Panamá, Venezuela, Solivia.
En 1896 ya están los Salesianos en Su- social y moral deseado e inculcado por En 1933, Salesianos e Hijas de María
dáfrica; en 1907 en Mozambique, y en D. Rúa.
Auxiliadora a la par, inician su activi-
1911 en el Congo Belga (hoy Zaire). Daba D. Rúa a los misioneros directri- dad en los suburbios de Puerto Prín-
Pero tanto en Asia como en África se ces abiertas y modernas; quería que se cipe, capital de Haití, entre los negros
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
27

4 Pages 31-40

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4.1 Page 31

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descendientes de los esclavos importa-
dos de Dahomey y de la Guinea, su-
midos en la más lamentable miseria
moral y material.
Con los indios. La actividad en Amé-
rica se intensifica sobre todo traba-
jando con los indios, para los que se
multiplican los puestos de misión en
los territorios confiados por la Santa
Sede.
En 1935 la "Guía de las Misiones Ca-
tólicas" afirma que los indios de la Pa-
tagonia son ya todos católicos; la
misma Patagonia y la Tierra del Fuego
ya no se consideran como tierras de
misión sino como diócesis regulares.
En otras partes se avanza más lenta-
mente. En el Ecuador los indios
Shuar, un tiempo "cortadores de cabe-
zas", son todavía en 1920 - lo dirá su
Obispo Mons. Comín a Pío X - "un
palo seco" que se sigue regando sin
fruto alguno. Vuelven las Hijas de
Mari Auxiliadora en 1925: en esta ex-
pedición ha llegado la inolvidable "ma-
drecita" Sor María Troncatti, que
consigue la incondicional adhesión de
todos los Shuar. Algún año después se
experimenta un nuevo método de
evangelización: se recoge a los indios
en poblados, se distribuyen parcelas de
terreno y así comienza definitivamente
a dar fruto una misión que parecía im-
posible. El "palo seco" ha empezado a
florecer.
En el Paraguay comienzan en 1920 los
Salesianos su labor misionera entre las
diversas tribus del Chaco. Desde 1927
se cuenta con la valiosa cooperación de
las Hijas de María Auxiliadora. Poco a
poco se toma contacto con los Leguas,
honrados y dispuestos; los Sanapanas
alegres y vivaces; los Tobas taciturnos
y un poco rebeldes; los Angaites, bue-
nos trabajadores; los Guanaes...
En 1932 se abre una nueva misión en-
tre los indios del Alto Orinoco, en Ve-
nezuela, a la que llegan las Salesianas
en 1940.
También en las vastas florestas brasile-
ñas se trabaja con renovado esfuerzo.
La Prefectura de Registro do Araguaia,
confiada a los Salesianos desde 1914,
tiene una extensión como Italia y com-
prende, además de los "pioneros"
blancos ("fazendeiros" explotadores
del ganado, y "garimpeiros" buscado-
res de diamantes) los indios Bororos,
Carajas y Chavantes.
Estos últimos, reavivado el odio por
los continuos y crueles encuentros con
los blancos, dan muerte en 1934 a dos
misioneros salesianos el suizo Fuchs y
el brasileño Sacilotti, que habían salido
a buscarlos. Habrá que reponer las dos
preciosas vidas para que los Chavantes
tengan quien les señale el camino de la
fe y del Evangelio.
Una misión que comienza a dar discre-
tos frutos es la de Río Negro, en los lí-
mites de Brasil con Colombia y Vene-
zuela. Comprende, además de los
blancos que recogen con avidez el cau-
cho, las tribus de los Tucanos, Macus
y Táñanos.
Las luchas por la posesión de la selva
son sangrientas. Los Salesianos y
desde 1923 las Hijas de María Auxilia-
dora, multiplican los centros de civili-
zación cristiana, se dedican sobre todo
a la juventud, y van logrando poco a
poco pacificar el "infierno verde".
Siempre en el Brasil, en 1926 se abre la
misión de Porto Velho en el límite con
Bolivia. La región que tiene una exten-
sión de 300.000 km2, es extremada-
mente malsana, por eso los Salesianos
establecen entre las primeras obras un
hospital.
El cincuentenario. Entretanto en 1921
y 24 ocurren dos acontecimientos en el
puente de mando de las Congregacio-
nes de Don Bosco. El sucesor de D.
Albera, D. Felipe Rinaldi siente pro-
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
28
fundamente "las misiones": en su ju-
ventud había pedido partir, pero Don
Bosco le había quitado la idea, asegu-
rándole que más adelante él enviaría a
muchos más en su lugar: serán en
efecto 1.600 los misioneros que envíe
durante su rectorado.
A su vez Madre Daghero, de extraor-
dinario ímpetu organizativo, definida
por D. Ricaldone "corazón de mujer y
temple de hombre", dejaba también el
timón de la aventura misionera en ma-
nos de Madre Luisa Vaschetti. En 43
años de gobierno había dado una fiso-
nomía definitiva a la Congregación,
abandonada a sí misma demasiado
pronto por Madre Mazzarello. Madre
Vaschetti, a su vez, es una misionera
de los primeros tiempos: tenía 16 años
cuando comenzaba el noviciado en
Buenos Aires y 34 cuando se ponía al
frete de la Inspectoría y de las misio-
nes en Argentina.
A estos dos "superiores misioneros"
toca en suerte la celebración, en 1925,
del cincuentenario de las misiones sa-
lesianas, y ambos a dos dan al grato
acontecimiento un singular relieve.
Se organiza una expedición misionera
extraordinaria (183 Salesianos y 58 Sa-
lesianas), se monta una magna exposi-
ción misionera que alcanza gran reso-
nancia. Y maduran aquel año una se-
rie de iniciativas de "retaguardia": una
revista y una asociación misionera,
"Juventud Misionera", casas especia-
les de formación misionera...
Y como realización - recuerdo del cin-
cuentenario se comienza ese año la
Obra Salesiana en el Japón.
Penetración en el Asia. En el período
de paz entre las dos guerras mundiales
se hace una rápida penetración misio-
nera en Asia. Se consolida la presencia
salesiana en el Oriente Medio con una
primera fundación en el Irán (1936) y
diversas obras en otras partes; se tra-

4.2 Page 32

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Viedma: «telegrafía sin hilos» instalada
en la misión salesiana por los años 20.
Mons. Luis Mathias tomó como lema:
«Sé arriesgado y espera».
baja sobre todo por las minorías euro- que son... 167 tribus de lengua, reli-
peas dispersas en estos países. La her- gión y costumbres diferentes entre sí.
mosa aventura misionera del Japón, a En 1922 llegan también a la India las
donde los Salesianos llegan en 1926 y Hijas de María Auxiliadora y abren la
las Hijas de María Auxiliadora el 29, primera casa en Tanjore: una casita
tiene en este libro una narración inde- con seis catres, seis colchonetas, seis
pendiente completa. Igualmente la mi- palanganas, un banco y... nada más).
sión de Thailandia (Salesianos en 1927 Al año siguiente se les unen otras Her-
y Salesianas en 1931) se reseña exten- manas; y desde entonces, se han ido
samente más adelante.
prodigando en toda clase de trabajo, en
Merece también ser citada la infortu- continuas y fructíferas visitas a los po-
nada misión de la China. Los Salesia- blados de las tribus, extendiéndose por
nos llegan a Macao, provincia portu- toda la geografía del país como bené-
guesa de la Costa de China, en 1906, y fica mancha de aceite, suavizando mi-
a Hong Kong, colonia inglesa, algo serias y ungiendo cuerpos y almas de-
después en 1910, aunque no llegan a bilitados por el hambre y el dolor.
trabajar establemente hasta 1927.
Sobresale en la India la figura de
En China propiamente dicha entran Mons. Mathias, genial pionero, que
los Salesianos en 1918 y las Hijas de toma como lema de su episcopado:
María Auxiliadora en 1923 y se hacen "Arriesga y espera", y que con toda ra-
cargo de la misión de Shiu Chow en el zón es denominado el "Cagliero de la
Kwang Tung.
India". Su primera preocupación es la
Al frente de la expedición va el siervo atención a las casas de formación: trae
de Dios D. Luis Versiglia, después de Europa a jóvenes misioneros y los
Obispo, y mártir en 1930 (se presenta forma en estrecha unión fraterna con
su figura más adelante). La misión las numerosas vocaciones autóctonas.
funciona bien (22 centros, cada uno Consigue de este modo una presencia
con su escuela e iglesia, una escuela de de obreros evangélicos tan consistente,
magisterio y un seminario) hasta el día que permite a los Salesianos hacerse
en que hay que entendérselas con Mao cargo en 1928 de la Diócesis de Ma-
Tse - tung.
dras y en 1943 de la de Shillong, a la
Desde 1927 los Salesianos de Portugal vez que se van abriendo casas en otras
trabajan también con verdadero es- muchas partes de la inmensa India.
píritu de sacrificio en el Timor portu-
gués, entre las míseras tribus primiti-
vas del interior.
En vísperas de la segunda guerra
mundial se inicia también la misión de
Birmania.
África y Australia. Aunque algo me-
nos espectaculares, son sin embargo
aceptables los resultados en África. En
el norte del continente negro se de-
sarrolla sobre todo la actividad entre la
población blanca (dependen además
Seis catres. Sin embargo los mejores las diversas casas de las inspectorías de
resultados de toda el Asia hay que Francia).
buscarlos en la India a partir del 1922. Breve en cuanto al tiempo y poco afor-
Este año se establecen los Salesianos tunado en resultados, es el trabajo de
en el nordeste de la India, en el As- los italianos en Libia: marchan allí en
sam, para trabajar entre las prometedo- 1939 con Mons. Lucato, que ha sido
ras tribus de origen mongólico que nombrado Vicario apostólico de
pueblan el valle de Brahmaputra: sólo Derna, justamente en el momento en
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
que estalla la guerra mundial; tendrán
ocasión de prodigarse en los campos
de concentración, y volverán a Italia
en 1948.
Los Salesianos angloirlandeses ponen
el pie en Sudáfrica.
Pero el mayor resultado se da en el
Zaire (Congo Belga). A los Salesianos,
presentes en el Congo desde 1911, se
les confía en 1925 la Diócesis de Saka-
nia; llegan al año siguiente las Hijas de
María Auxiliadora y se intensifican las
obras de compromiso social para blan-
cos y para negros, con resultados apre-
ciables.
Don Bosco había visto en sueños la
tierra de Australia: era la quinta parte
del mundo en la que todavía no ha-
bían comenzado a trabajar los misione-
ros salesianos. Es en 1922 cuando van
allí, y empiezan atendiendo provisio-
nalmente el Vicariato Apostólico de
Kimberley. En 1927 devuelven el terri-
torio a los Pallotini (que se habían
visto obligados a abandonarlo durante
la primera guerra mundial), pero no se
van del "continente novísimo": abren
varias obras destinadas en particular a
los emigrantes de Europa, y así se van
extendiendo lentamente "sin prisa
pero sin pausa".
Nueva conflagración mundial. Entre-
tanto ven los Salesianos a su Funda-
dor y Padre proclamado Beato en 1929
y luego Santo el 34; y las Hijas de
María Auxiliadora celebran en 1939 la
beatificación de Madre Mazzarello.
Al frente de la Congregación Salesiana
se encuentra, desde 1932, D. Pedro Ri-
caldone, quien, siendo Rector Mayor
D. Rinaldi, ya había dirigido la activi-
dad misionera en los cinco continen-
tes.
Posee dotes no comunes de organiza-
dor, tiene geniales intuiciones y se
lanza a iniciativas siempre nuevas; rea-
liza frecuentes y agotadores viajes por
todo el mundo para hacerse una idea
personal de todas las actividades sale-
sianas; a él se deben apuntar en gran
parte los éxitos obtenidos durante este
periodo que concluye...
Que concluye tristemente con una
nueva conflagración mundial
(1939-45), más cruel, más vasta y
más absurda que la precedente. Y no
menos nefasta para las misiones sale-
sianas.
4. Resurgir misionero
hasta el Concilio
El favorable clima de reconstrucción,
particularmente necesario después de
29

4.3 Page 33

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la segunda guerra mundial, encuentra
a D. Ricaldone y a la Congregación Sa-
lesiana dispuestos a comenzar de
nuevo la labor misionera.
El precedente período de formidable
desarrollo misionero sugiere la idea de
crear en el máximo organismo de go-
bierno salesiano, en el "Capítulo Supe-
rior" (hoy "Consejo Superior"), el
nuevo cargo de "Consejero para las
Misiones".
Entre las Hijas de María Auxiliadora
sucede a Madre Vaschetti en 1943 Ma-
dre Linda Lucotti que, terminada la
guerra, se apresura a rehacer los cua-
dros de las Hermanas dispersas por
todo el mundo. Hace enseguida una
visita a las casas de Europa y en 1949
realiza una largo viaje, de un año en-
tero, a América.
Y la expansión, cruelmente frenada
por la guerra, vuelve a darse con ím-
petu incontenible.
Criaturitas indias llaman a la puerta
de la vida y reclaman su puesto
en el mundo. A la izquierda: una indiecita
Kekchí (Guatemala) cuida a su hermano;
abajo: las Hijas de María
Auxiliadora distribuyen la comida a los
niños de Puerto María Auxiliadora
(Chaco Paraguayo).
En América. Aquí los Salesianos
abren sus primeras casas en Puerto
Rico en 1947, las Hijas de María Auxi-
liadora en el 61. Ya son muy pocos los
países del continente americano en los
que no estén todavía los Hijos de Don
Bosco.
Igualmente se intensifica el trabajo
con los Indios. En Brasil aceptan los
terribles Chavantes al misionero en
1951. En el 61 se confía a los Salesia-
nos la Prelatura de Humaitá en el co-
razón de la selva amazónica.
En 1940 las Hijas de María Auxilia-
dora se establecen al lado de los Sale-
sianos en el Alto Orinoco (Venezuela)
entre los indios Guaicas, Piaroas, los
Guahibos, los Maquiritares. Hay que
trabajar contra reloj, porque ellos están
todavía en estado natural y la llamada
"civilización" de los blancos está
irrumpiendo en la selva.
En 1959 las Salesianas llegan también
a las misiones de Guatemala, donde
una por una todas las obras que van
surgiendo año tras año.
En Asia. La penetración en Asia es
más espectacular. Los Salesianos lle-
gan a Siria en 1948, a Filipinas el 51,
Líbano el 52, Corea el 54, Vietnam el
55, Ceylán el 56, a Formosa el 63.
los Salesianos están trabajando desde
1930 entre los indios Kekchíes:
100.000 indios, se supone, disemina-
dos por la selva, a los que hay que pre-
parar también para su encuentro con
A su vez las Hijas de María Auxilia-
dora se establecen en el Líbano en
1954, en Corea el 57, en Vietnam y
Birmania el 61, en Formosa, como los
Salesianos, en dos ocasiones.
los blancos, y a los que habrá que de- En el Oriente Medio van funcionando
fender de su explotación.
las obras en un clima ecuménico de
En 1962 la Santa Sede confía a los Sa-
lesianos la Prelatura de los Mixes en
México y llegan también allí el año si-
guiente las Salesianas.
Se ofrece un inmenso trabajo de pro-
moción social y religiosa que habrá
que desarrollar entre estas gentes.
Al mismo tiempo, poco a poco, se va
consolidando la presencia salesiana en
los países americanos; pero resultaría
excesivamente largo y árido nombrar
apertura, recibiendo jóvenes de todas
las religiones (en la casa de Teherán
hay jóvenes de doce religiones o ritos
diferentes).
En la India progresa mucho el trabajo
en el Nordeste, donde la Diócesis de
Shillong ha tenido que ser dividida
más de una vez, para atender mejor a
los nuevos cristianos que aumentan
continuamente.
Y desde la India los misioneros tienen
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
30
oportunidad de extender la obra misio-
nera a los países cercanos: Birmania
(aunque las Hijas de María Auxilia-
dora fueron expulsadas en 1961 y su
obra nacionalizada), Formosa, y más
tarde Bhután.
El "fracaso" de la China. En este pe-
ríodo la página más sugestiva de las
misiones Salesianas en Asia podría ti-
tularse así: "El desmoronamiento de la
China católica". La misión que funcio-
naba en Kwang Tung, tuvo un po-
tente resurgir al terminar la guerra; el
Vicariato se convierte en Diócesis en
1948. Los Salesianos ya son 300, de los
que un centenar es de origen chino, y
han abierto obras también en Pekín,
Shangai y Nankín.
Pero en 1949 sube al poder Mao Tse-
tung, y, a partir de ese momento, se
origina poco a poco una parálisis pro-
gresiva de todas las instituciones cató-
licas del país. Las obras Salesianas no
son una excepción: una detrás de otra
van siendo confiscadas; se expulsa a

4.4 Page 34

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4**, Ánwírrr£, AeCcAfr Ou&t* ty
4y& M Q-tU&lQ /HfVU^fe^o ,<KVP JÜLwJ^Q
~_>V«utft*>.......... „..........„„......_
En 1958 a Madre Lucotti sucede Ma-
dre Angela Vespa, que durará en su
cargo hasta el 69 y que orientará deci-
didamente la Congregación por los ca-
minos de la evangelización catequé-
tica, con evidente provecho para la ac-
tividad misionera.
La vuelta al mundo. A su vez en la
Congregación Salesiana D. Ricaldone
I
«Querido Padre Coceo», escribe Isaías, indiecito Guatea de Ocamo (Alto Orinoco,
Venezuela). El P. Coceo (fotografía de abajo) ha ido nada menos que a ver al Papa,
acompañado del jefe de la tribu y de un papagayo.
todos los misioneros llegados de Eu-
ropa (se acusa incluso ridiculamente a
algunas Hijas de María Auxiliadora de
que matan a los niños y mandan a Eu-
ropa sus ojos para hacer medicamen-
tos...)
Peor es la suerte que corren los Hijos
de Don Bosco de origen chino: algu-
nos pagan con la vida la fidelidad al
Evangelio, otros con largas condenas
de cárcel o trabajos forzados o "lava-
dos de cerebro".
En 1954 sólo quedan en tierras de la
China 21 salesianos, imposibilitados
de desarrollar cualquier actividad. La
revolución maoista como un gigan-
tesco "bulldozer" lo ha echado todo
por tierra.
O mejor aún, como un fuerte huracán,
ha arrasado todo el trabajo de aquellos
Salesianos que pusieron sudor y sangre
en su labor misionera.
Para otros hubiera supuesto esto una
ruina irreparable, para los misioneros
ha sido un despertar de la fe y la
confianza en Dios y un tratar de sacar
consecuencias buenas de tanto desas-
tre.
La primera consecuencia buena de la
persecución china es haber podido re-
forzar con el personal expulsado de
China las misiones de Hong Kong y
Macao. Pero no se contentan con esto
aquellos misioneros intrépidos sino
que ponen la mirada más lejos: Filipi-
nas, Corea, Vietnam, Formosa... Ya se
sabe: las persecuciones siempre han
dado su fruto.
Un África "en cambio". También en
África sigue a buen ritmo el desarrollo
de las misiones con el telón de fondo
de una nueva realidad sociopolítica
que hace cambiar a veces radical-
mente los métodos de trabajo. Por los
años 60, en efecto, muchos estados
africanos recuperan su independencia
política, no siempre de una forma pací-
fica, frecuentemente con hostilidad
hacia la figura del misionero a quien
juzgan, con verdad o erróneamente, li-
gado al anterior régimen colonial.
El proceso de descolonización trae fa-
tales consecuencias a algunas obras del
norte del continente negro; otras en
cambio evolucionan dedicándose a la
juventud musulmana.
Los misioneros portugueses abren
obras en Mozambique y en las Islas de
Cabo Verde; los franceses en la excolo-
nia del Congo-Brazzaville; los irlande-
ses en el Transvaal y en Swaziland, en
el extremo sur del continente. Por los
mismos años los Salesianos de Ka-
tanga (en el Zaire), en fase de pleno
desarrollo, abren casas en los pequeños
estados limítrofes de Rwanda y Bu-
rundi.
También las Hijas de María Auxilia-
dora se establecen en Mozambique,
Angola, y en Sudáfrica.
A todo esto en 1951 han canonizado a
la Fundadora, "misionera de ilusión y
corazón", Madre María Mazzarello.
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
que puede contar la impresionante ci-
fra de 2.500 misioneros enviados a mi-
siones o fuera de Europa durante su
rectorado, deja el puesto a D. Renato
Ziggiotti, quien, famoso por su página
de vida militar como capitán de artille-
ría y por su legendaria resistencia fí-
sica, se embarca en la aventura de
"dar la vuelta al mundo", que le ofrece
la oportunidad de saludar a casi todos
los misioneros dispersos por los cinco
continentes. Cuando se retira de su
cargo de Rector Mayor, en 1965, su-
man 1.600 los salesianos que han par-
tido para las misiones bajo su man-
dato.
Por esos años cuentan los Salesianos
con quince territorios de misión: siete
en América Latina, siete en Asia y
uno en África. (Se pueden ojear a este
respecto las estadísticas de las últimas
páginas de este volumen).
Vive entretanto la Iglesia la aventura
febril del Concilio Vaticano II con sus
urgentes problemas, las dificultades
reales de un mundo en continuo y rá-
31

4.5 Page 35

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pido cambio, y con la esperanza radical Sin embargo la novedad parece que
puesta en Cristo.
hay que buscarla en una nueva dimen-
sión, en la transformación del espíritu
5. Dificultades y perspectivas
del postconcilio
misionero, en la nueva configuración
de la presencia misionera, en los obje-
tivos diferentes a los que se tiende
El Vaticano II reafirma el carácter mi- hoy.
sionero de la Iglesia (es "por naturaleza
peregrina y misionera") y hace votos Vocaciones autóctonas. Da alegría,
por una renovación radical de los reli- por ejemplo, ver el número de vocacio-
giosos, renovación que comienza para nes autóctonas que florecen en las dos
los Salesianos en el Capítulo General Congregaciones de Don Bosco. Hay
del 65.
países del Tercer Mundo en los que (la
D. Ziggiotti, con un gesto que le atrae
la admiración de todos, presenta la di-
misión (es el primer Rector Mayor
emérito de la Congregación).
Le sucede D. Luis Ricceri, elegido por
India por ejemplo) se ha cerrado la
puerta a los misioneros europeos, sin
que por ello haya sufrido lo más mí-
nimo la actividad salesiana: los Hijos
mayoría abrumadora para que realice
con equilibrio la difícil renovación de
estructuras y mentalidad necesaria en
el momento. Y, de hecho, da la pauta
de su actuación y de toda la Congrega-
ción el mismo día de su elección:
"Con Don Bosco vivo hoy, frente a las
exigencias de nuestro tiempo y a las
esperanzas de la Iglesia". Y reafirma el
carisma misionero de la Congregación
que - son sus palabras - "ha nacido,
crecido y caminado siempre como
Congregación misionera".
Sin embargo el Postconcilio resultará,
primero a nivel de Iglesia, bastante
más arduo de lo que se había su-
puesto.
Siguiendo los cauces de los años ante-
riores, continúan los Salesianos du-
rante algún tiempo desarrollando a
pleno su actividad misionera; luego se
irán resintiendo de dificultades inter- de Don Bosco surgidos sobre el te-
nas y externas... Hoy, al lado de una rreno, ya han aprendido a caminar so-
indiscutible crisis, que a decir verdad los y organizar las comunidades por su
no tiene sólo aspectos negativos, em- cuenta. Regiones en las que se ha im-
piezan a vislumbrarse con claridad los plantado recientemente la obra sale-
signos inequívocos y esperanzadores siana, ya están en grado de proporcio-
de una nueva etapa.
nar vocaciones misioneras que están
Es D. Ricceri en una carta a sus Her- trabajando en Thailandia (Salesianos) y
manos los Salesianos, (julio del 72) en Korea y Vietnam (Hijas de María
quien afirma que en el ideal misionero Auxiliadora).
encontrarán precisamente "el camino Hasta los últimos acontecimientos
de la renovación".
políticos, se había logrado en el Viet-
Análogas consideraciones se pueden nam una realidad cristiana impresio-
aventurar para el Instituto de las Hijas nante: en 1954 no había una sola casa
de María Auxiliadora, al frente del salesiana, y últimamente trabajaban
cual se encuentra desde 1969 Madre 150 Salesianos, casi todos vietnamitas,
Ersilia Canta.
con una edad media de 30 años.
Los dos nuevos superiores realizan lar- Lo mismo se puede decir de las Sale-
gos viajes para poder tomar el pulso sianas.
con objetividad a los nuevos tiempos; Los Salesianos que trabajan en países
y no dejan de enviar misioneros, aun- del Tercer Mundo son en total 6.959, o
que en menor número, por todo el sea más de un tercio del total de la
mundo.
Congregación, y de ésos, 4.722 son au-
No es difícil hacer también en este pe- tóctonos. En cuanto a las Hijas de
ríodo una larga lista de nuevos países a María Auxiliadora, están en el Tercer
los que ha llegado la obra salesiana Mundo 6.540, un tercio también del
(Gabón, Guinea Ecuatorial, Bhután...). total.
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
32
Desde 1969 se encuentra al frente de las Hijas de
María Auxiliadora, Madre Ersilia Canta
(en la fotografía, durante un viaje reciente
a Thailandia).
Aquel río. La presencia salesiana al
lado de los pueblos primitivos es to-
davía muy consistente y conserva
aquel atractivo fascinante de los pri-
meros años; pero sigue igualmente,
como en los primeros tiempos, hacién-
dose evidente la urgencia del trabajo
en los suburbios de las grandes ciuda-
des, aun en países de vieja tradición
cristiana, donde cada vez con mayor
frecuencia se van dando situaciones de
regresión en la fe y de urgente acción
misionera.
Continúa todavía hoy fluyendo "aquel
río de aguas benéficas", al que D. Ric-
ceri ha comparado la obra de las misio-
nes salesianas, que aquel lejano 11 de
noviembre no era más que un límpido
pero insignificante manantial, agigan-
tado luego en su dimensión de tiempo
y espacio por la generosidad de los Sa-
lesianos.
Es el proyecto apostólico de Don
Bosco que se va desarrollando en la
Iglesia en la medida en que sus Hijos
han permanecido fieles a sus directri-
ces.
*

4.6 Page 36

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La Familia Salesiana
en las misiones hoy
Ser Hijo de Don Bosco comporta, por
tanto, tener espíritu misionero, "lo que
significa - puntualiza de nuevo D. Ric-
ceri - visión de fe, ardiente deseo de la
venida del Reino, conciencia de la ur-
gencia de la evangelización, coherencia
de vida, disponibilidad y generosidad
personal, solidaridad, verdadero amor
al trabajo...".
Todas estas consideraciones se refieren
a las dos Congregaciones fundadas por
Don Bosco, pero ¿cómo no vamos a
referirlas también a los demás miem-
bros de la Familia Salesiana? Es la Fa-
milia entera la que está llamada a ser
misionera, aunque en la práctica cada
miembro interviene de manera dife-
Los salesianos del Tercer Mundo, lo
repetimos, son hoy 6.959, de los que
2.992, se encuentran en "países de mi-
sión" usando la denominación de la
Santa Sede. Las Hijas de María Auxi-
liadora son respectivamente 6.540 y
1.526. Son unas cifras considerables,
pero no es para extrañarse, ya que el
motivo de esta presencia misionera si-
gue siendo el mismo de hace 100 años:
la juventud.
Entre los jóvenes - escribía Don Bosco
en las primeras Constituciones - son
dignos de la mayor compasión los que,
junto con sus familias y sus pueblos,
no han sido iluminados por la luz del
Evangelio".
De estos jóvenes, familias y pueblos
rebosa hoy más que nunca la superfi-
cie del planeta: los cuatro mil millones
de habitantes son una meta inmi-
nente, y se calculan siete mil millones
para el año 2.000.
Por otra parte el Tercer Mundo es una
auténtica marea de jóvenes que va su-
biendo... Mientras los países occiden-
tales se ven agobiados por la presencia
cada vez más "molesta" de los viejos,
el 4396 de la población de Asia, de
América Latina y de África no rebasa
los 15 años.
Los dos tercios de la población de estos
tres continentes tienen menos de 25
años. Es de creer que la predilección
de Cristo por los jóvenes siga pasando
todavía hoy por el meridiano apostó-
lico de Don Bosco.
Las misiones en el centro
de la vocación salesiana
También hoy, por tanto, conserva in-
tacta la Familia de Don Bosco la carac-
terística del carisma misionero. "La
Congregación Salesiana - son palabras
de D. Ricceri - ha nacido y trabajado
siempre como Congregación misio-
nera". Y el Rector Mayor señala el
D. Luis Ricceri (entre los jóvenes de Shillong, India Nordeste): «El camino de la
renovación para la Congregación Salesiana pasa por el meridiano de las misiones».
ideal misionero como "el camino para
la renovación de la Congregación".
Mantiene la tesis de: "las misiones,
centro del espíritu salesiano". Según
él, las misiones "no son solamente
una obra, todo lo importante que se
quiera, en línea con todas las demás
obras, colegios, escuelas, oratorios,
etc.; no son ni siquiera un sector de la
acción salesiana, que abarca un deter-
minado número de actividades". En-
tonces ¿cómo definir el carisma misio-
nero?: Las misiones son "un lugar pri-
vilegiado donde se realiza la misión sa-
lesiana, es un espíritu, un modo de
desarrollarla".
De hecho, "la acción misionera - artí-
culo 24 de las Constituciones - in-
cluye todos los compromisos educati-
vos y pastorales de los Salesianos", y
"las misiones - Capítulo General 1971
- interesan a toda la Congregación: to-
dos los Hermanos están comprometi-
dos bajo diferentes formas en la acción
misionera".
rente en la acción misionera.
A la luz de este axioma: "el carisma
misionero es el núcleo vivificador de la
vocación total salesiana" se com-
prende aquel gesto entre generoso y
"suicida" de las primeras Salesianas de
España. En 1886 habían abierto su pri-
mera casa, "la Casa Madre" de Es-
paña, en Barcelona - Sarria. Preparan
con ilusión la penetración en la penín-
sula a través de una segunda funda-
ción en el sur: pero pasarán siete años
hasta que estén en disposición de pre-
parar un grupo de Hermanas que
pueda hacerse cargo de la segunda
casa, en Valverde del Camino
(Huelva), a pesar de que el pueblo, el
arcipreste, las bienhechoras y... la pro-
pia casa estén esperando desde hace
cuatro años. Y es que en 1891 "han te-
nido" que enviar desde Barcelona a
Sor Isabel Mayo al Perú y en el 92 a
otras cuatro Hermanas a Santiago de
Chile para que abran la casa de San
Miguel...
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
33

4.7 Page 37

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Una emisora misionera:
«Radio Caiarí» de Porto Velho (Brasil).
Un singular concurso de canto
entre gallos, que ha alcanzado un éxito
extraordinario. En la página siguiente:
una transmisión de miniartistas.
La participación del coro
En realidad es toda la Familia Sale-
siana - ya se vio en los tiempos de
Don Rosco - la que participa en el
concierto misionero como una "schola
cantorum" afinada y compenetrada.
Por comenzar con una voz cualquiera
del coro, nombremos a los Sacerdotes
salesianos: algunos de ellos eran jo-
vencísimos clérigos cuando partieron,
casi niños de 16, 15 años, a punto de
comenzar el noviciado; tenían que
identificarse con el pueblo al que iban
a dedicar su trabajo durante toda la
vida.
¿Y cómo no recordar a los 108 Obispos
salidos hasta hoy de las filas salesia-
nas?. Más de la mitad viven todavía;
casi todos ellos están en territorios de
misión. El episcopado les ha sido
conferido como un servicio a la Iglesia,
pero también como un regalo de los
Pontífices a la Familia Salesiana, que
lo recibe con gratitud y como un
nuevo y concreto elemento de unión
con el Papa.
Al lado de la figura del sacerdote va
inseparable la del Coadjutor salesiano.
Ha sido muchas veces como la sombra
del sacerdote: lo acompaña en sus lar-
gos y peligrosos viajes apostólicos, le
ayuda, le resuelve todos los problemas
prácticos que se presentan. Y desarro-
lla también frecuentemente una activi-
dad misionera propia y autónoma pa-
ralela a la del sacerdote, a veces con
mayor eficacia.
(En este volumen del Centenario se
presentan más adelante tres figuras de
coadjutores: la de Santi Mantarro, la
del Siervo de Dios Simón Srugi y la de
Francisco Fernández, 53 años entre los
Chavantes). Las Constituciones reno-
vadas afirman: 'Tiene el coadjutor en
muchos sectores una misión comple-
mentaria insustituible", y esto resulta
cierto de un modo especial en las mi-
siones.
Una función no menos decisiva han
desarrollado y continúan realizando en
las misiones de Don Bosco las Hijas
de María Auxiliadora. Su capacidad
de adaptación con delicadeza e intui-
ción - dones naturales de mujer acre-
centados por la gracia de Dios - a las
diversas y complicadas situaciones de
la sicología de los aborígenes o de la si-
cología popular en los suburbios de las
grandes ciudades, han sido elementos
decisivos en la evangelización. El co-
mún patrimonio de espiritualidad y
métodos, que condividen con los Sale-
sianos, ha dado unidad y armonía a las
diversas obras que han realizado en co-
mún.
Su presencia en las obras misioneras
salta a primer plano hoy que está des-
arrollándose en todo el mundo un pro-
ceso de promoción de la mujer (preci-
samente el "Año Internacional de la
Mujer", proclamado por la ONU, coin-
cide con el año del Centenario de las
Misiones Salesianas).
La presencia femenina en las misiones
de Don Bosco se ha visto enriquecida,
poco a poco, con diversos Institutos de
Perfección, florecidos como capullos
en el rosal salesiano: hoy son 12 las
Congregaciones y 3 los Institutos Se-
culares comprometidos apostólica-
mente, aunque no todos realicen ta-
reas estrictamente misioneras.
En estos cien años nunca ha faltado la
ayuda generosa y preciosa de los Coo-
peradores Salesianos. Animados por
el Boletín Salesiano, han aportado ayu-
das económicas, iniciativas y, lo que es
más válido, prestaciones personales. Se
abren nuevas perspectivas a los "Coo-
peradores jóvenes" que ya se están or-
ganizando en muchos países buscando
una presencia directa en el campo mi-
sionero: algunos ya han comenzado a
Grupo de Obispos misioneros salesianos, reunidos en Roma con ocasión del Concilio.
Casi todos los Obispos salesianos son misioneros o trabajan en el Tercer Mundo.
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
34

4.8 Page 38

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trabajar en este sentido.
Otros jóvenes bajo diferentes formas
de organización, intervienen en la acti-
vidad misionera como voluntarios, y
hay fundadas esperanzas de buenos re-
sultados en un futuro próximo.
La participación de la Familia Sale-
siana (entendida aquí en sentido
amplísimo) aparece ya como una reali-
dad palpable, capaz de seguir la línea
de fidelidad al primer proyecto misio-
nero de Don Bosco.
espacio a la primera evangelización,
pero no podemos permanecer insensi-
bles a la urgente llamada que nos llega
de la periferia de las grandes ciudades,
verdaderos hormigueros, donde pulula
toda especie de miseria humana, y del
mundo de los jóvenes, víctimas del
ateísmo, de la droga y del erotismo".
La catcquesis (en la foto, una
Salesiana con jóvenes catecúmenos
japonesas) está considerada hoy,
no menos que ayer, labor
fundamental y decisiva.
Modalidades. Don Ricceri ha su-
brayado algunas modalidades de la ac-
ción misionera salesiana.
Se desarrolla en estrecha comunión
con el Centro de la Congregación. O
sea, en un clima de familia querido y
recomendado por el mismo Don
Fidelidad al proyecto misionero
de Don Bosco
Una conmemoración cobra valor por
las orientaciones que sugiere para una
perspectiva de futuro. El Rector Mayor
en una segunda "carta misionera" diri-
gida a los Salesianos en enero del 75,
ha intentado una nueva lectura del ca-
risma misionero de Don Bosco sobre la
falsilla de la nueva realidad actual. (Di-
gamos desde el principio que él toma
con frecuencia en la carta la palabra
"misiones" en el sentido más amplio
que tiene el concepto ya muy genérico
de "misión").
He aquí pues las características más
salientes que el Rector Mayor ha seña-
lado en la actividad misionera.
Ante todo, el nunca olvidado compro-
miso por la juventud: "Nuestros mi-
sioneros han tenido siempre presente
la palabra del Padre... Desde los mu-
chachos del barrio de La Boca en Bue-
nos Aires, hasta la "Barracópolis" de
Tondo en Manila, pasando por los mi-
llares de muchachos pobres de Haití, y
por los de la Ciudad de los Muchachos
de Lubumbashi, en todas partes nues-
tros Hermanos han salido al paso ins-
tintivamente de los jóvenes, sobre
todo de los más abandonados, y les
han llevado aquel estilo, aquel mé-
todo, aquel clima inconfundible que
termina por conquistar al muchacho
de cualquier raza, país o cultura".
Este es evidentemente el camino que
hay que seguir recorriendo.
Luego, el compromiso por la Promo-
ción humana de las gentes: "En mu-
chos casos es para quedarse asombra-
dos, al ver el trabajo que han realizado
con medios frecuentemente tan limita-
dos aquellos misioneros". Y D. Ricceri
hace un largo recuento de las obras
realizadas: desde carreteras, hasta coo-
perativas agrícolas, desde observato-
rios meteorológicos a emisoras de ra-
dio. "Y todo esto, como medio de
evangelización, tomada como libera-
ción del hombre".
Las crisis actuales del Tercer Mundo
evidencian la existencia de inmensos
espacios libres para poder desarrollar la
actividad misionera hoy y mañana.
Otra característica viene señalada al
hablar de la actividad desarrollada en
el hormiguero de las megápolis. "La
evangelización no se da sólo entre los
pueblos que no tienen fe, sino que
tiene mordiente también en aquellos
países en los que una serie confusa de
causas han hecho que esta fe se vaya
debilitando, distorsionando o desapa-
reciendo. Por eso dedicamos el debido
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
Bosco: "Este clima que no es fácil de
definir, pero que, al respirarlo, da una
sensación de agradable bienestar, lo
llevaron los primeros misioneros a
América como por instinto". Nacía de
una certeza reconfortante de que estu-
vieran donde estuvieran, allí en Val-
docco quedaba un Padre, Don Bosco,
que los amaba de verdad como a Hi-
jos, que pensaba en ellos y que traba-
jaba por ellos.
En la base del espíritu misionero está
la fe, "no siempre rica de teologías es-
pecialmente puestas al día, pero fe ro-
busta y profunda": una fe que ha per-
mitido a los misioneros afrontar "las
situaciones más duras y a veces huma-
namente desesperadas".
También: la preocupación por la catc-
quesis: el "¡ay de mí si no evangeli-
zare!" de San Pablo; una catcquesis
considerada necesaria por los misione-
ros de ayer, y no menos decisiva hoy.
Y finalmente el testimonio que es "co-
herencia de vida y mensaje" y "pre-
misa ineludible para que ese mensaje
pueda ser aceptado".
La fidelidad de la Familia de Don
Bosco a su proyecto apostólico exige
que no desaparezcan estas modalida-
des de la acción misionera, característi-
35

4.9 Page 39

▲back to top
cas "clave" que D. Ricceri ha vuelto a
señalar con insistente interés en 1975 a
sus Salesianos.
En la Iglesia
y en el mundo de hoy
Está cambiando la geografía del
mundo, la geografía de la Iglesia y
hasta, en su pequenez, la geografía sa-
lesiana.
Se sigue con el alma en un hilo la mar-
cha del Tercer Mundo, con sus cicló-
peos problemas, sus violentas reivindi-
caciones, sus fuerzas incontenibles.
También en la Iglesia se está despla-
zando el centro de gravedad: pronto -
son previsiones de los sociólogos de la
religión - serán más numerosos los
cristianos del Tercer Mundo que los de
los otros países.
Y avanzan cifras: en 1900 eran 392 mi-
llones los cristianos de los países occi-
dentales desarrollados; hoy son 637, y
el año 2000, serán 796. Siempre en mi-
llones, los cristianos de los otros paí-
ses, prácticamente los del Tercer
Mundo, eran 62 en 1900, son 370 hoy,
y serán 1.118 el año 2000. Solamente
el 42% de los cristianos estarán en el
mundo occidental; el 58% habitarán el
Tercer Mundo.
Las cifras dadas son para todos los
cristianos indistintamente. Si se consi-
deran solamente los católicos, los por-
centajes aparecen más desproporciona-
dos todavía: los católicos del Tercer
Mundo serán el año 2000 el 70% del
total.
La pregunta, contestataria un día "¿de
qué color es la piel de Dios?", tendrá
finalmente una respuesta imparcial.
Los cambios sociales y religiosos inci-
den también de hecho en la estructura
y en la vida de la Familia de Don
Bosco. Las estadísticas, que hablan
con preocupación del descenso de vo-
caciones en algunos países de Occi-
dente, señalan en cambio un floreci-
miento vocacional en países como la
India, Vietnam, Filipinas...
Hoy se ve con claridad que el trabajo
realizado en cien años, no ha sido inú-
til, que las oleadas de misioneros y mi-
sioneras salidos de Valdocco, Mornese,
Niza, de Europa en general, han
conseguido, en los lugares donde han
trabajado, el nacimiento y progresiva
maduración de las Familias Salesianas
locales, con un esperanzador número
de vocaciones autóctonas, con una
prudente política de desvinculación del
exterior, con una capacidad cada vez
mayor de autogobierno.
46No podemos detenernos". De este
conjunto de hechos dimana la oportu-
nidad de la descentralización que, si se
hace con equilibrio, no compromete ni
la unidad de acción ni la unión de
mentes y corazones, tanto a nivel ecle-
sial como congregacional.
Como consecuencia se ha dado una
apertura de horizontes espirituales más
amplios y una nueva perspectiva mi-
sionera en la que "misión" no es sola-
mente algo que obliga a unos cuantos
"llamados", sino, sobre todo y por en-
cima de todo, un derecho de los pue-
blos a recibir el mensaje.
De aquí se deriva también la visión de
una Iglesia más dinámica, más pere-
grina, en trance de "éxodo", mirando
hacia adelante, cada vez más compro-
metida en conseguir para la humani-
dad "los cielos nuevos y la tierra
nueva".
De aquí, finalmente, emana una lumi-
nosa participación, dentro de la Fami-
lia Salesiana, de aquella ansia irrepri-
mible e insaciable que atormentaba a
Don Bosco y que ha hecho decir re-
cientemente a D. Ricceri: "Cierta-
mente no las ignoramos, ni queremos
cerrar los ojos ante las dificultades.
Pero los obstáculos de cualquier orden
¿pueden detener a quien cree firme-
mente en la palabra de Jesús: id y en-
señad?. Para los hombres de fe las difi-
cultades no son una invitación a la tre-
gua o a la deserción, sino que se
convierten en incentivo para la acción,
para buscar medios y caminos nuevos
para vencer los obstáculos. Por eso,
iluminados y armados de la misma fe
que nuestro Padre, repitamos aquella
palabra suya, expresión de una volun-
tad tan confiada en Dios como indo-
mable: "¡No podemos detenernos!".
Programar. De aquí la necesidad de
preocuparse menos de los aspectos ne-
gativos, de crisis, y mucho más de las
nuevas oportunidades y posibilidades
que ofrecen los tiempos presentes con
una abundancia sin precedente. Se ha
dicho que muchas instituciones lan-
guidecen y mueren, no porque les falte
el deseo y la fuerza para cambiar, sino
porque no saben programar un futuro
nuevo.
Ciertamente no es este el caso de Don
Bosco que proyectaba "a lo grande" y
acostumbraba decirse a sí mismo y a
los suyos: "Si fuese... si tuviese... si
pudiese...".
Todo proyecto puesto en marcha es un
golpe de aire que ayuda a remontarse
de un punto muerto. Esto es aplicable
a la Humanidad, a la Iglesia y también
a la Familia Salesiana.
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
36
Pensar que en 1950 no había un solo
misionero en Filipinas y hoy, después
de 25 años de labor misionera, los sale-
sianos filipinos marchan a Thailandia,
Corea, Vietnam...
Y un salesiano de la India que desde
hace algún tiempo trabaja en la misión
de los indios Kekchí en Guatemala...
Y a nivel de Iglesia, pensar en la "re-
volución" llevada a cabo por Madre
Teresa de Calcuta, que ha enviado a
sus Hermanas de la India a trabajar
entre las barracas de la periferia de
Roma...
Y todo esto ¿ hasta qué punto ayuda a
comprender el futuro?: "El porvenir -
se ha dicho - no es una obra de teatro
totalmente escrita hasta el último de-
talle y que nosotros hemos de repre-
sentar como actores: es un libreto que
nosotros hemos de ir creando y repre-
sentando momento a momento". *

4.10 Page 40

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LLEVAR
LOS
HOMBRES
A CRISTO
Las Hijas de María Auxiliadora,
10 grados al sur del ecuador
es la narración de su floreciente misión
en Mozambique.
Los días del "sí" a Cristo es otra historia emocionante,
la de la misión del Assam, en el nordeste de la India.
• Desde las culturas milenarias:
Convertirse en tierra japonesa era el deseo
hoy ya cumplido - de Mons. Cimatti,
iniciador de la actividad salesiana en el Japón.
En la tierra de los hombres libres, la libertad de Cristo
es el regalo que quieren hacer los misioneros a Thailandia.
Llevar los hombres a Cristo... Ha afirmado el Concilio
que la Iglesia - y dentro de la misma también
la pequeña Familia de Don Bosco - "sigue mandando
misioneros hasta que las nuevas Iglesias no estén
plenamente constituidas y puedan continuar por sí
mismas la obra de la evangelización".
Las páginas siguientes presentan ejemplos
sencillos de evangelización, espigados en las páginas,
numerosas y prietas,
de 100 años de historia misionera.
Se podía dar la relación escueta de todos los nombres,
de todas las hazañas misioneras;
se podía hacer la lista alfabética de todas las iniciativas,
pero resultaría un frío índice de archivo,
árido y, seguramente, inútil.
Se ha preferido narrar "vida"...
Y se ha ido escogiendo y por tanto dejando...
Somos los primeros
- lo decimos para los muchos misioneros
que no ven aquí ni siquiera nombrada su obra -
en dolemos de las omisiones
que nos hemos visto obligados a hacer.
He aquí, pues, algunas situaciones-tipo
en las que la Familia Salesiana se ha comprometido
para poder llevar los hombres a Cristo.
• Desde las primitivas civilizaciones:
"Santidad, el palo seco ha florecido" es la historia
de los indios Shuar del Ecuador,
a los que envió Don Bosco su última expedición.
• Desde el chabolismo sin Cristo:
Comenzó con dos papeletas de una rifa la actividad
de las Hijas de María Auxiliadora en Belém (Brasil);
pero si se quisiera escribir todo
sobre el apostolado en los suburbios, sobre el chabolismo,
este volumen no bastaría.
• Desde los desiertos de la emigración:
"Buscad a esos hermanos" fue el mandato de Don Bosco
a sus primeros misioneros.
La "nueva frontera" del Ariari,en Colombia,
es un típico ejemplo de migración interna.
(Nace un pueblo, debe nacer también la Iglesia).
• Desde la soledad del sufrimiento:
"Estaba enfermo y me visitasteis" dirá un día Cristo
a tantas Hijas de María Auxiliadora
que se hicieron enfermeras
en los hospitales, ambulatorios, dispensarios...
"Hermano, estamos aquí por ti" es la historia
emocionante de Arni,
un dispensario en la India.
"Ahora veo aunque no tengo ojos", dirá un joven ciego
del Instituto para invidentes
que las Hijas de María Auxiliadora
han abierto en Bang Kok.
...y otras muchas obras, seguramente las mejores,
están escritas en el libro de Dios.
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
37

5 Pages 41-50

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5.1 Page 41

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La tzantza. Los Shuar son de estatura
mediana, musculosos, fornidos, tienen
la cara ancha, los pómulos salientes.
Los ojos grandes y negros. En aquella
época llevaban cabellos largos, el
cuerpo pintarrajeado, y les colgaban
aros de las orejas agujereadas. Cono-
cían los secretos de la selva: las raíces
comestibles, las hierbas curativas, los
insectos sabrosos y nutritivos. Vivían
de la caza y de la pesca.
Consideraban la venganza como cues-
" Santidad,
el palo seco ha
tión de honor, como un riguroso pre-
cepto de su decálogo moral. Se mataba
a los enemigos, pero, como se les
florecido"
consideraba peligrosos aun después de
muertos, era necesario hacer con su
Quien se hubiese arriesgado en aque-
llos tiempos a cruzar el interior del
Ecuador, al otro lado de los Andes, ha-
cia los desolados "llanos", habría
vuelto seguramente con el "souvenir
más inquietante" del mundo: una
"tzantza", la cabeza de un hombre re-
cabeza una tzantza.
Muy sencillo: el Shuar separa la cabeza
del cuerpo de su enemigo, la abre con
un corte detrás de la nuca, la.vacía;
después hierve la piel para evitar su
putrefacción; luego la reduce y la llena
de piedrecitas calientes: las piedrecillas
absorben la humedad, mientras la ca-
ducida y momificada. Hoy los turistas beza va disminuyendo hasta reducirse
no encuentran más que imitaciones de al tamaño de una naranja, conser-
cuero de estos "preciosos" objetos hu- vando en miniatura los rasgos del anti-
manos, y todo por culpa de los misio- guo propietario. Así el enemigo ya no
neros.
puede ser peligroso. Y el Shuar da
Han sido éstos los que han convencido rienda suelta a su alegría, danzando
a los feroces cortadores de cabezas, los horas y horas el baile de la tzantza.
indios Shuar, de que a los enemigos es Estos eran los hombres a los que iban
mucho mejor convertirlos en herma- a enseñar el amor de Cristo.
nos que en macabros trofeos de victo-
ria.
Estamos regando. El primer Vicario
Agonizaba Don Rosco el 28 de enero Apostólico de los Shuar fue Mons.
de 1888 cuando llegó el telegrama que Santiago Costamagna. Su madre no
anunciaba que la primera expedición quería que marchase a las misiones,
de sus hijos había llegado al Ecuador:
se le iluminó el rostro, y su mano tem-
blorosa trazó en el aire una bendición,
la última bendición a sus hijos misio-
neros.
Cuatro años más tarde, se constituía el
Vicariato Apostólico de Méndez y
Gualaquiza acotando una amplia
franja de selva andina, habitada por los
indios Shuar, confiándola a los Salesia-
pero él, joven sacerdote, le dijo:
"Mamá, ¿y si hubiese en América una
sola alma que espera para que yo la
salve?". La madre inclinó la cabeza
convencida.
Y sin embargo Mons. Costamagna no
pudo hacer casi nada por los Shuar: la
subida al poder de un gobierno anticle-
rical le cerró las puertas del país.
Fueron años y años de trabajo ím-
nos.
En 1894 establecían los primeros cua-
tro Salesianos su residencia en Guala-
quiza, a la sombra de milenarios ce-
dros y teniendo como telón de fondo,
probo para los misioneros, sin resulta-
dos positivos. Faltaba todo, el personal
era escaso, las autoridades civiles da-
ban, con frecuencia, más dolores de
cabeza que ayuda. En 1911 la situación
la gigantesca cordillera volcánica. En llega a ser tan precaria, que la pruden-
1902 llegan junto a los Salesianos las
Hijas de María Auxiliadora.
Misión difícil en aquel ambiente tó-
rrido, donde sale el sol indefectible-
mente a las seis de la mañana durante
todo el año, y cae de repente la noche,
con la misma regularidad, sobre los es-
cenarios majestuosos de la selva, sobre
los animales salvajes y sobre los in-
dios, por aquel entonces no menos sal-
vajes.
cia aconseja retirar durante algunos
años a las Hijas de María Auxiliadora.
El segundo Vicario Apostólico fue
Mons. Domingo Comín. El año en
que se abría la misión entre los Shuar,
era él un soldato del ejército italiano,
implicado en una guerra colonial en
Eritrea. Era radiotelegrafista, y un día
recibió la orden de partir para una mi-
sión militar en Amba Alagi; luego
llegó la contraorden y le sustituyó un
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
38
compañero.
No quedó un superviviente en Amba
Alagi. Comín se jugará en el campo de
las misiones aquella vida salvada por
la suerte.
Pero los resultados no se veían por
ningún lado. "Santidad - dijo un día al
Papa Benedicto XV en una audiencia-
estamos regando un palo seco desde
hace treinta años". "No os desaniméis
- le había replicado el Papa- lo veréis
florecer".
Hubo que cambiar método: renunciar
a los adultos y empezar por los niños.
Los adultos partenecían irremisible-
mente a la era paleolítica, era imposi-
ble transplantarlos a la era de la má-
quina de vapor. Los niños en cambio
no pertenecen a ninguna época: están
situados al margen del tiempo, sin es-
trenar, dispuestos a aceptar cualquier
civilización. Los misioneros los reco-
gieron dentro de las misiones, los hi-
cieron vivir en grupo, amar la escuela
y el trabajo. Cada misión tuvo su in-
ternado.
Las madrecitas. En este trabajo obtu-
vieron resultados decisivos las Salesia-
nas, que habían vuelto el año 1925.
Abrieron escuelas en todos los centros
de misión. Las muchachas Shuar res-
pondieron con docilidad y voluntad
extraordinarias, de forma que muy
pronto llegaron a ser ellas mismas ca-
tequistas, enfermeras y maestras ele-
mentales. Luego fueron ejemplares es-
posas y madres.
Hoy son millares las familias Shuar
enteramente cristianas que forman el
núcleo de un pueblo nuevo.
Cuánto de todo este éxito se debe a las
"Madrecitas" lo ha manifestado el ac-
tual Vicario Apostólico Mons. José
Pintado: "Es el trato fino y delicado,
unido a un amor sin límites y a una
paciencia inconmensurables de estas
Hijas de María Auxiliadora, lo que ha
constituido la base de estos nuevos
hogares. La mujer Shuar, que ha pa-
sado varios años durante su juventud
en la misión, es la garantía más firme
de la conversión y perseverancia de los
indios. De ninguna otra manera hubié-
ramos obtenido familias cristianas".
El trabajo hasta ahora desarrollado es
impresionante. Los misioneros han
abierto caminos (importantísimo el
Pan-Méndez que une las dos vertien-
tes de la Cordillera), han fundado colo-
nias para blancos e indios, han edifi-
cado más de cien escuelas elementales,
dos escuelas de magisterio, una es-
cuela agrícola, varios internados, tres
hospitales atendidos por las Hijas de
María Auxiliadora en Sucúa, Méndez

5.2 Page 42

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Tres momentos de la vida Shuar. A la izquierda,
arriba, el antiguo baile de la Tzantza;
abajo, una retransmisión de la emisora
de la Federación Shuar:
sobre, un grupo dejóvenes Shuar
desfila por las calles de Quito.
y Gualaquiza (y sus correspondientes
ambulatorios abiertos todo el día, y
muy frecuentados), han llevado la lí-
nea telefónica, han explanado tres
campos de aviación, han editado publi-
caciones de índole geográfica, histórica
y étnica, libros de texto, la gramática y
diccionario de la lengua Shuar...
Federación Shuar. En el plano social,
los Salesianos han organizado a los na-
tivos en la "Federación Shuar". Ya tie-
nen constituidos 103 centros, agrupa-
dos en asociaciones que forman, entre
todas, la "Federación Central". Esta
funciona a través de comisiones, como
si fuera un gobierno con seis ministe-
rios.
La "Comisión del Departamento de
Colonización" mantiene contacto con
la autoridad civil del Gobierno, y es la
encargada del registro de población y
de la defensa de los territorios de los
Shuar.
La "Comisión de Trabajo e Industria"
se ocupa de las infraestructuras bási-
cas: calles, puentes, caminos, etc, y po-
tencia la cría de ganado.
La "Comisión de Educación" organiza
cada mes cursillos de concientización;
en el sector religioso ha asegurado la
presencia en cada centro, de un jefe es-
piritual que, entre otras incumbencias,
tiene la de reunir cada domingo a la
gente y presidir una celebración de la
palabra.
La "Comisión de la Salud" prepara, de
entre los mismos Shuar, "a los promo-
tores de la salud" a los que confía pe-
queños dispensarios médicos; organiza
campañas de sensibilización sobre la
higiene y sobre el agua potable; ha
abierto también esta comisión un mo-
derno hospital en el centro de la Fede-
ración.
La "Comisión de Comunicación So-
cial" lleva todo lo concerniente a la ra-
dio, prensa y propaganda. Publica un
periódico en lengua Shuar y española,
edita libros. La radio de la Federación
transmite en las dos lenguas, desde las
6 de la mañana a las 10 de la noche,
programas de cultura general, informa-
ción, evangelización... Una Hija de
María Auxiliadora pone todos los días
en onda una lección de catecismo. Con
los cursillos de escolarización se está
dando un duro golpe al analfabetismo:
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
casi todos los centros tienen un encar-
gado que recibe a los muchachos, los
orienta en las diversas materias escola-
res y da cuenta periódicamente de sus
progresos.
Los Shuar son en el Ecuador, en la ac-
tualidad, no más de 35.000, y más de
la mitad pertenecen a la Federación.
Esta ha sido fundada por los misione-
ros salesianos, pero la intención es que
se vayan formando ellos mismos para
estos puestos de responsabilidad, hasta
que sea completamente autónoma.
Sólo así quedará asegurado el futuro
de este pueblo, milenario y menor de
edad al mismo tiempo.
Un considerable número de grupos ét-
nicos, en América Latina y en otros
lugares, han perdido su identidad y
han desaparecido con su lengua y su
precioso patrimonio cultural, fundidos
en el deshumanizante crisol de pue-
blos y culturas que es la gran ciudad.
Con sus 90 años de acción misionera y
con la Federación Shuar, intentan los
Salesianos salvar, no sólo el alma de
cada Shuar, sino el alma del pueblo
Shuar.
Si Mons. Comín volviese a la audien-
cia del Papa, hoy le podría decir con
alegría: "Santidad, hemos regado tanto
que finalmente ha florecido el palo
seco".
*
39

5.3 Page 43

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Las Hijas
de María Auxiliadora,
10 grados al
sur del ecuador
Sobre el Océano Indico, frente a la
gran isla de Madagascar, a 10 grados
de latitud sur del círculo máximo del
ecuador, se encuentra Mozambique.
En sus 784.000 km2 de superficie vi-
ven 7 millones de habitantes, casi to-
dos de raza negra, en su mayoría no
cristianos, con alto índice de analfabe-
tismo y de miseria. Esta es la "instan-
tánea" de este jovencísimo estado afri-
cano.
Las primeras Hijas de María Auxilia-
dora desembarcaron en la capital Lou-
rengo Marques en 1952. Las animaba
una gran confianza en Dios y la cer-
teza de la asistencia de la Madre Auxi-
liadora. En el corazón de aquellas jóve-
nes Hermanas, llenas de entusiasmo y
de valentía, ardía un solo deseo: abrir,
en esta negra tierra de África, un surco
en el que depositar la semilla de la pa-
labra de Dios.
Blanco, negro, chocolate. La "Asis-
tencia Pública" - una sección de la ad-
ministración del Gobierno portugués
que se interesaba por el desarrollo de
Mozambique, bajo diversas formas so-
ciales - ofreció a las Hijas de María
Auxiliadora en la ciudad de Namaa-
cha, un gran edificio situado entre el
verde intenso de una pinada, flan-
queada por dos filas de cimbreantes y
esbeltos eucaliptos.
El aspecto austero y casi monacal de
aquella construcción asustaba a las pri-
meras muchachas que, un poco por
curiosidad y un poco por interés, co-
menzaban a asomar las cabecitas por
los matorrales para curiosear lo que
hacían las nuevas huéspedes. Y la in-
tensa alegría de las Hermanas, su sen-
cillez y natural acogida, la sonrisa
abierta y leal, no tardaron en disipar
todo temor en aquellas jóvenes marca-
das ya por el sufrimiento.
El pequeño grupo de los primeros días
aumentó rápidamente: el Instituto
"Sao Joáo de Deus" cuenta hoy con
más de 200 muchachas. Sus rostros de
tan diversos colores -blanco, negro,
chocolate- transparentan una realidad
de sufrimiento intenso y profundo.
Son huérfanas o abandonadas por sus
padres: en cualquier caso siempre muy
pobres.
La situación en que se encuentran les
hace ser, tal vez, un poco movidas y
rebeldes. La obra educativa es difícil y
delicada. Todas frecuentan las clases
elementales; las más dotadas conti-
núan sus estudios hasta obtener el di-
ploma. Aprenden a coser, a cocinar, a
tener en orden la casa y ... a escribir a
máquina.
Cuando dejan el Instituto a los 18
años, poseen una formación humana y
cristiana, y están en grado de ejercer
una profesión.
¿Resultados? El tiempo lo dirá. Un re-
sultado es cierto por ahora: cuando las
exalumnas vuelven a ver a "sus" Her-
manas, cuentan lo que hacen y los es-
fuerzos que realizan para mantenerse
fieles a los compromisos que tomaron:
su alegría y gratitud son el testimonio
de que el trabajo de las Hermanas no
fue baldío.
Preparar para el matrimonio. En el
interior, en el bosque tipo sabana, ais-
ladas o en grupos, se esconden las ca-
racterísticas "palhotas" (cabanas de
bambú y paja) de los africanos.
En 1961 las Hijas de María Auxilia-
dora, con la ayuda de los misioneros
portugueses Cucujáes, abandonan el
centro misionero habitado, y fundan la
misión de "Santa Isabel" en el poblado
de Chiure.
El trabajo que desarrollan las Herma-
nas es insólito: preparar a las mucha-
chas para el matrimonio. La empresa
no es fácil: cuesta bastante obtener de
las madres que la hija, próxima al ma-
trimonio, se aleje un mes de casa para
una mínima e indispensable prepara-
ción.
Es imposible convencer a las madres
de que retrasen incluso el matrimonio
de las hijas hasta una edad más razo-
nable, al menos hasta los 16 años. Se-
gún la mentalidad de aquella gente, la
mujer no tiene más misión que dar
vida al mayor número posible de hijos;
para lo demás no tiene ningún dere-
cho. Consecuentemente las madres no
tienen más que una preocupación: ca-
sar a las hijas lo más pronto posible, no
importa con quién; y saber que las hi-
jas van a ser pronto madres, es la
mayor alegría.
Lentamente se va obteniendo algún
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
40
resultado y son cada vez más numero-
sas las "noivas" que pasan por la mi-
sión para hacer el cursillo prematrimo-
nial.
Los primeros días del curso son muy
duros. No es nada sencillo tenerlas
sentadas con la aguja en la mano para
que aprendan a coser, ni habituarlas a
la higiene de la persona y de la cabana.
Todo es difícil para ellas, les produce
cansancio, y para las Hermanas consti-
tuye una verdadera hazaña hacerlas
trabajar.
En cambio escuchan con gusto las
charlas morales y religiosas. El pueblo
africano tiene un profundo sentido de
"lo sagrado". Sus ritos del nacimiento,
de la muerte, del matrimonio, de la ve-
jez, son expresiones de un innato "ins-
tinto de lo divino". El alma del afri-
cano tiene hambre de Dios: cree en el
Ser Supremo, da culto a los antepasa-
dos, tiene un respeto casi religioso por
el jefe de la familia, llama "hermanos"
a los miembros del grupo. Todos estos
elementos abonan bien el terreno para
recibir la semilla del Cristianismo que,
sin destruir todos estos valores, los
dignifica y consolida. Esta es la razón
por la que las Hermanas, aun sin ha-
cerse demasiadas ilusiones, tienen
confianza en que la semilla germinará
y dará fruto.
En "Santa Isabel" atienden también
las Hermanas un dispensario, carente
de muchas cosas necesarias, pero fre-
cuentadísimo por los negros.
Llegan muchos enfermos después de
haber recorrido 60 y 70 kilómetros a
pie, no pocos en condiciones desastro-
sas porque primero se han sometido a
las artes mágicas del hechicero, o han
perdido un tiempo precioso tratando
de descubrir el espíritu maligno que ha
sido el causante de la enfermedad.
La creencia en estos espíritus malignos
está arraigadísima. Hay que cambiar
toda una mentalidad, y esto requiere
tiempo y recursos inagotables de pa-
ciencia.
Sobre colchones improvisados. Sobre
una incomparable colina, cubierta de
exuberante vegetación, a 170 km. de
Porto Amelia, está la misión "Santa
Filomena" en Macomía, fundada por
las Salesianas en 1963. La zona es
completamente salvaje y los habitan-
tes viven en estado primitivo.
La mayoría practica las religiones tra-
dicionales, excepto un cierto número
de musulmanes y un reducidísimo
grupo de cristianos. La misión está or-
ganizada como la anterior: las Herma-
nas preparan a las muchachas al matri-

5.4 Page 44

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Las Hijas de María Auxiliadora en Mozambique:
una visita al poblado.
obra está enclavada en el centro de un
barrio periférico de la ciudad, todo de
cabanas, donde la gente malvive en la
más dura miseria moral y material.
Además de la alfabetización se dan
lecciones de higiene y bordado, y se
aprovecha, desde luego, para sembrar
la palabra de Dios.
Al lado de esta obra surge un pequeño
"nido" con 25 cunas. Se reciben niños
desde un mes hasta tres años, para
cuidarlos durante el trabajo de sus ma-
dres. Las Hijas de María Auxiliadora
se industrian de todas las maneras
para hacer el bien.
Una escuela: niños blancos y negros.
monio, atienden un pequeño dispensa- clase en los institutos, asisten y orien-
rio donde la enfermera cura centenares tan a las alumnas en los estudios, or-
de indígenas, realizan visitas a las al- ganizan en fin actividades de todo gé-
deas...
nero entre las jóvenes.
Durante las visitas, que suelen hacer-
las normalmente el sábado y domingo, "En el cementerio de los blancos". El
las Hermanas curan a los enfermos y mismo año de 1964 se establecen las
ayudan a la gente a mejorar el nivel de Hijas de María Auxiliadora en Tete,
vida; de este modo son un testimonio capital del Bajo Zambeze, recostada en
evangélico y preparan a la gente a des- la ladera de una desnuda colina a la
cubrir la persona de Jesús.
orilla del gran río Zambeze. El clima,
Las Hermanas condividen la vida de calurosísimo y muy poco saludable, ha
estos hermanos pobres: aceptan contribuido a dar a este lugar el poco
cuanto se les ofrece y duermen sobre atrayente nombre de "cementerio de
colchones improvisados, donde es una los blancos". Con todo, en estos últi-
verdadera hazaña lograr cerrar los ojos. mos años, no son tan desagradables
las condiciones de vida y el porvenir se
En Porto Amelia. También en la pin- presenta menos oscuro.
toresca ciudad de Porto Amelia, capital Las Hijas de María Auxiliadora dirigen
de Cabo Delgado, asomada a una es- el "Lar da crianza", una casa-hogar
pléndida bahía sobre el Océano Indico, para niñas pobres. Son en su mayoría
las Salesianas han abierto un centro en mestizas, huérfanas o abandonadas,
1964.
que necesitan todo, en especial, cariño.
Ayudan a los sacerdotes en la parro- En 1970 el Obispo de Tete, Mons. Fé-
quia, dirigen un concurridísimo orato- lix Nisa Ribeiro, confió a las Hermanas
rio para la juventud en un barrio de ca- el Centro Social "Santa Teresita" para
banas de la periferia de la ciudad, dan la promoción de la mujer indígena. La
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
Los padres en el oratorio. En el centro
misionero de Namaacha, 13 años des-
pués de la primera fundación, se ha
abierto el colegio "María Auxiliadora"
frecuentado hoy por más de 150 mu-
chachas de todo color y clase social. Se
imparte enseñanza elemental y media.
Las mayores asisten a cursos de peda-
gogía, didáctica y teología, para estar
en condiciones de ayudar a las Herma-
nas en la catcquesis de los indígenas
desperdigados por la selva. Funciona
también desde 1968 un oratorio. Asis-
ten 200 muchachas.
Con frecuencia les acompañan sus pa-
dres que contemplan gustosos los jue-
gos de sus hijos y toman parte en las
lecciones de catecismo y en el rezo del
rosario. Animados por los hijos un
buen número de adultos ha comen-
zado un serio catecumenado que les
llevará al bautismo.
El secreto. El "Lar Doña Cristina" de
Lourengo Marques, capital de Mozam-
bique, ha sido fundado por la Asisten-
cia Pública portuguesa.
Confiado a las Hijas de María Auxilia-
dora en 1947, tiene la finalidad de aco-
ger a las jóvenes que desean continuar
los estudios hasta conseguir el di-
ploma. Asisten a las escuelas públicas,
pero encuentran en la "casa hogar" a
las Hermanas que las animan, las
orientan, las ayudan a completar la
formación humana y cristiana.
Lo que más atrae a las jóvenes es el
testimonio de vida de las Hermanas,
vida de gozoso sacrificio, y su incondi-
cional amistad. ¿Qué es lo que las hace
tan abiertas, leales, llenas de entu-
siamo?. Este es el secreto que tratan
de descubrir estas jóvenes; y esto es
precisamente lo que las Hermanas
quieren darles: Cristo.
41

5.5 Page 45

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variopintos. Les siguieron los Bodo,
los Garó, los Naga con su inquietante
fama de "cortadores de cabezas", los
Mikir, los Meiteos, los Mizo... Llega-
ban a oleadas con el ímpetu de los
conquistadores, e invadían el valle
obligando a sus habitantes a retirarse a
las colinas. Poco tiempo después ter-
minaban, a su vez, confinados en los
montes, empujados por la oleada de
sucesivas invasiones.
De este modo se ha formado un As-
sam que es un incomparable museo
Los días del "sí"
arqueológico, rebosante de pueblos y
tribus todavía en estado primitivo que
a Cristo
participan, dentro de la India, de una
civilización plurimilenaria. El estudio
Por los años sesenta escribía el Pandit
Nehru: "Mi amor por esas tribus creció
cuando aprendí a conocerlas; con el
amor llegó el respeto por ellas. En me-
de los diversos grupos étnicos ha reve-
lado, al lado de rasgos mongólicos pre-
dominantes, signos inequívocos de ra-
zas negras, dravinianas, arias...
Misión de Chiure (Mozambique):
el momento de hacer los rizos.
dio de ellas renuncié a todo aire de su-
perioridad y a las poses de superhom-
bre..."
Pues, ¿qué tienen de extraordinario las
150 tribus que viven en las colinas del
Assam como para conseguir la estima
y el afecto no sólo de aquel gran pri-
mer ministro indio, sino también, in-
condicionalmente, de aquellos misio-
neros que han trabajado y trabajan con
ellos?.
Incomparable. Para comenzar, su
"Si", con entusiasmo. Sigue exis-
tiendo aun hoy por desgracia una mar-
cada desigualdad, también en el as-
pecto social: las tribus que ocupan la
fértil llanura gozan de un cierto bie-
nestar; en cambio, las que viven perdi-
das en las montañas son víctima de la
pobreza y del hambre. Casi siempre se
trata de gente pacífica que sabe (por
experiencia secular) que se puede fiar
del misionero.
Los misioneros son para ellos una
casta curiosa de hombres que, en vez
mundo ya se presenta incomparable de preocuparse como todos de su inte-
Los "maestros del lugar". Casi a un (Assam significa precisamente "sin' rés, gasta su vida por los demás, por
kilómetro de la misión "Santa Inés" igual"): aquel immenso apéndice de la ellos, por ejemplo, los hombres de la
las Salesianas en colaboración con los India (220.000 km2) llamado hoy sim- tribu.
misioneros Cucujáes han abierto en plemente India Nordeste, está cruzado De la mutua estima ha nacido un
1969, en la misma Chiure, la escuela por el misterioso río Brahmaputra, de pacto tácito pero inquebrantable, que
normal "B. Ñuño de Santa María". Y cauce imprevisible, que en la estación hace que los hombres de las colinas
se han impuesto el difícil compromiso de las lluvias no conoce orillas. Al acepten, no sólo la sabiduría y la en-
de preparar a los futuros maestros para norte, el Himalaya desafía al cielo con trega de misionero, sino también su
las escuelas diseminadas por la selva: sus cumbres nevadas. Y en la vasta mensaje, su Dios.
son los llamados "maestros del lugar". llanura, las infinitas plantaciones de te El animismo predomina entre las tri-
Se trata de hacer frente al analfabe- transforman el país en un jardín de bus: culto a los muertos, veneración y
tismo, grave plaga y obstáculo insupe- oro.
un sagrado terror a los espíritus. Las
rable para la promoción social y reli- Enormes elefantes transportan con bo- tribus del valle se han ido acercando
giosa de los indígenas.
nachona paciencia sus cargas más in- también a las grandes religiones de la
De estas escuelas salen también los ca- verosímiles, mientras desde las copas India: al induísmo, al budismo y hasta
tequistas. Las Hijas de María Auxilia- de los árboles los monos parecen reírse al islamismo; pero cuando les llega, a
dora sienten el compromiso y la res- de ellos con sus gritos estridentes. Las través del testimonio convincente de
ponsabilidad de tal formación, y al pequeñas colinas color verde-floresta la vida del misionero, el mensaje cris-
mismo tiempo experimentan la alegría se asoman espejándose en el río, habi- tiano, lo abrazan con gusto y pronun-
de trabajar al estilo salesiano prepa- tadas por las pintorescas tribus.
cian un "sí" a Cristo con entusiasmo.
rando a los futuros portadores de la pa- Tribus completamente diferentes unas «Me parece -decía el primer ministro
labra de Dios.
de otras por la lengua, las costumbres, Nehru- que hemos de evitar los dos
Las dificultades en Mozambique, ob- los orígenes. Llegaron al Assam a lo extremos: el de aquellos que gozarían
viamente, son muchas. Pero las Sale- largo de los siglos, descendiendo del estudiando a estas tribus como "rare-
sianas de Don Bosco se sienten con norte siguiendo el curso del Brahma- zas arqueológicas", campo único para
fuerzas para vencerlas, fuerzas que en- putra, bajo los avatares de los más va- ensayos científicos, y el de aquellos
cuentran en la misma apasionante la- riados acontecimientos históricos.
que quisieran fundirlas en la gran
bor de comunicar a los hermanos Los primeros habitantes fueron segu- masa del pueblo indú».
aquel Cristo Señor, que ellas tuvieron ramente los Khasi, alegres y pacíficos, Este punto de vista tan lógico, porque
antes la suerte de conocer y amar. * amantes de la música y de los colores parte del respeto a la persona humana
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
42

5.6 Page 46

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y al grupo étnico, ha sido, de hecho,
plenamente compartido por los misio-
neros desde el primer momento.
Fueron los misioneros protestantes los
primeros que durante muchos años
pudieron trabajar "sin que les moles-
tara nadie" en el Assam (en la época
colonial habían conseguido del Go-
bierno inglés el "monopolio de la
evangelización" del Assam); y consi-
guieron múltiples conversiones. Los
Metodistas del País de Gales, trabaja-
ron entre los Khasi, los Baptistas ame-
ricanos, entre los Garó y los Naga...
A partir de 1890, año en el que las
puertas del Assam se abren definitiva-
mente para los misioneros católicos,
sión... sin embargo queremos poner
toda nuestra confianza en el Señor. Y
por ello... consideramos que es una fe-
liz conyuntura el poder manifestar
nuestra aceptación... El buen Dios sos-
tendrá nuestra debilidad y nos dará las
fuerzas necesarias".
El 9 de enero de 1922, llega a Calcuta
la primera expedición misionera para el
Assam: son 10 Salesianos capitaneados
por un hombre excepcional, D. Luis
Mathias que acostumbra repetir con
frecuencia su lema favorito como pro-
grama de acción: "arriésgate y espera",
que no tardará mucho tiempo en apa-
recer en su insignia episcopal: "Aude
et spera".
Y llegan los jóvenes de Europa, pero la
adaptación a las condiciones ambienta-
les resulta más difícil de lo que se
creía: muchos contraen enfermedades
que ahora nos hacen sonreír, pero que
entonces resultaban perniciosas.
D. Mathias llega a otra conclusión -y
la historia le dará la razón-: hay que
formar futuros misioneros de entre los
cristianos de la India.
Por otra parte, ¿no lo había dicho ya
León XIII?: "Oh India, tus hijos serán
tu salvación". Y en las casas de forma-
ción van creciendo juntos los jóvenes
salesianos llegados de Europa y los de
la India, todos hermanados en un an-
sia común de apostolado a lo Javier.
La catedral de Shillong: a la izquierda, el edificio de madera y chapa destruido
por un incendio en 1934; derecha, el nuevo edificio inaugurado en 1947.
son los religiosos alemanes Salvatoria- El 12 de enero llegan los misioneros a
nos los que preparan el camino del en- Shillong: en el tejado de la iglesia cató-
cuentro de las tribus con Cristo a tra- lica ondea al viento la bandera blanca
vés de la siembra evangélica.
y amarilla del Papa, y, en la escalinata,
un grupo de muchachos dirigidos por
Arriésgate y espera. Los Salvatorianos dos misioneros Salvatorianos gritan a
trabajaron durante 25 años, abriendo coro todo el italiano que saben: "Buon
cinco obras y luchando denodada- giorno, Padri!".
mente contra las abrumadoras dificul-
tades que comportan los principios. Si tuviésemos Hermanas... La situa-
Luego estalló en Europa la guerra en- ción no es demasiado alentadora: la
tre ingleses y alemanes, y las tribus del misión de Shillong es la única que se
Assam sufrieron también las crueles conserva; los otros centros (Raliang,
consecuencias: los Salvatorianos tuvie- Gauhati, Badapur, y el lugar donde
ron que irse, y sus obras quedaron casi más llueve del mundo, Cherrapunjee)
completamente abandonadas.
hay que reconstruirlos desde el princi-
Así las cosas, la Santa Sede ofrecía en pio. Los católicos en el Assam son
1921 a los Salesianos la Prefectura apenas 5.000, entre una población total
Apostólica del Assam.
de 10 millones.
El entonces Rector Mayor, D. Pablo Pero los misioneros se arriesgan y no
Albera, debía, hablando humana- pierden la esperanza. D. Mathias abre
mente, declinar la invitación: la inmediatamente un noviciado y un es-
Congregación se encontraba en fase de tudiantado filosófico. Pide a Europa
reorganización, escaseaba el personal, personal joven para formarlo "sobre el
llegaban de todas partes peticiones de terreno", para que puedan aclimatarse
nuevas obras. Y sin embargo respon- desde jóvenes, aprender las múltiples
dió, en carta del 21 de julio, que "en lenguas de la región y anunciar ense-
circunstancias tan difíciles, aunque guida la buena nueva, de la manera
todo invita a no aceptar la nueva mi- más adaptada a aquella gente.
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
Al final del año 1923, al lado de los Sa-
lesianos, se encuentran ya las Hijas de
María Auxiliadora, después de haber
sido esperadísimas durante más de un
año. Abren una obra en Gauhati, otra
en 1926 en Joway sobre las colinas
Khasi entre gente sumida en la mise-
ria. Allí trabajaban desde hacía tiempo
los protestantes, los cuales -faltan
unos cuantos años para que llegue el
movimiento ecuménico- hacen todo lo
posible para desanimarlas; pero cuando
constatan la generosidad con que se
entregan al trabajo de aliviar la mise-
ria, suspiran a media voz: "¡Quién tu-
viera también Hermanas como los ca-
tólicos!".
Ya hacía bastantes años que los Sale-
sianos se habían establecido en puntos
de la India, pero es la misión del As-
sam la que llega en poco tiempo a co-
brar tal importancia, que en 1926, con
las diversas casas de la India, se forma
la Inspectoría del Assam: Shillong es el
centro y D. Luis Mathias el primer
Inspector.
La obra salesiana se va extendiendo
como una mancha de aceite, las casas
de formación están llenas, las funda-
43

5.7 Page 47

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ciones se suceden.
En 1934 la Prefectura Apostólica se
convierte en Diócesis y D. Mathias en
Mons. Mathias, primer Obispo de la
misma. Al año siguiente la Inspectoría
se divide en dos: India Norte e India
Sur, y Mons. Mathias es nombrado por
la Santa Sede Arzobispo de Madras:
Debe abandonar el Assam, pero otros,
siguiendo sus huellas, han aprendido
ya "a arriesgarse"... En Shillong le su-
cede otro Obispo salesiano, Mons. Es-
teban Ferrando.
Y de nuevo la guerra. Aquel mismo
año desaparece, pasto de las llamas, la
catedral de Shillong con todas las obras
dia: sus libros sobre la India y su
eterno optimismo, llenaron un decenio
de ilusión por las misiones que dio un
fruto imposible de medir.
En 1942 las tropas japonesas invaden
la cercana Birmania y amenazan el As-
sam. La población huye al paso de los
invasores; muchos, haciendo agotado-
ras marchas a través de los intrincados
bosques, buscan refugio en el Assam.
Llegan los prófugos también hasta
Gauhati, extenuados por el cansancio,
el hambre y las enfermedades. Hay
que organizar la asistencia; las Hijas de
María Auxiliadora se prodigan hasta lo
inverosímil.
Termina la guerra y vuelve a brillar el
anejas: eran de madera, como todas las
casas de la ciudad, que había apren-
dido, después de trágicas experiencias,
a defenderse de los terremotos con es-
tas construcciones ligeras, pero ...no
del fuego.
El golpe es muy duro para los Salesia-
nos; la reconstrucción pondrá a prueba
la fe de los mismos misioneros; la
nueva espléndida catedral, obra de al-
bañilería a prueba de terremotos y de
incendios, no se inaugurará hasta
1947.
Mientras tanto, sigue la evangelización
con resultados sorprendentes.
Hasta que en 1939 estalla de nuevo la
guerra mundial...
Esta vez se enfrentan también italia-
nos e ingleses, y esto significa que de
nuevo las tribus del Assam pagarán las
consecuencias: los 135 misioneros ita-
lianos son internados en campos de
concentración.
Religiosos de otras congregaciones y
de otras nacionalidades acuden en
ayuda de los pocos Salesianos que han
quedado...
Es la hora de los misioneros españoles
que pueden trabajar con relativa tran-
quilidad dada la situación de España
de país "no alineado".
Nombres como D. Gumersindo Cid,
D. Eduardo Gutiérrez, D. Francisco
Mármol, D. Mariano Uguet, D. José
Luis Carreño nos recuerdan los prime-
ros años de trabajo difícil e ilusionado
por tierras de San Francisco Javier. Y
¿cómo no nombrar a Mons. Manuel
Bars, un salesiano que ha entrado a
formar parte de la historia legendaria
de las misiones salesianas? (más ade-
lante se da un perfil de su vida).
Por estos años va sembrando, por la
geografía española, poesía y entu-
siasmo otro misionero de los primeros
tiempos, D. José Luis Carreño, al que
se deben vocaciones preciosas que tra-
bajan con eficacia y sacrificio en la In-
sol: abundan las vocaciones autócto-
nas, se abren nuevas obras, las Hijas
de María Auxiliadora crecen tanto, que
forman una Inspectoría independiente;
para dividirla a los siete años en dos.
Los Salesianos están hoy organizados
en cuatro florecientes Inspectorías...
El peligro amarillo. La situación ha
evolucionado profundamente. En 1947
la India obtiene la independencia y sa-
luda el amanecer de la liberación con
una explosión delirante de alegría; las
campanas de todas las iglesias católicas
se unen a la común alegría.
Hoy, por desgracia, ya empiezan a des-
puntar, movidas tal vez por un desme-
surado nacionalismo, sospechas y des-
confianzas referentes a los misioneros
venidos de fuera. Se van creando aquí
y allá dificultades a la acción misio-
nera.
A pesar de todo, siguen los últimos
años marcados por el trabajo entu-
siasta de los misioneros de dentro y de
fuera.
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
44
En 1951 se desmembra de Shillong la
Diócesis de Dibrugarh y es confiada al
Obispo salesiano Mons. Orestes Ma-
rengo.
En 1959 se separa también de la Ins-
pectoría del Norte de la India la parte
del Assam, que pasa a formar Inspec-
toría independiente.
En 1969 se eleva a Archidiócesis la
Diócesis de Shillong, y el primer arzo-
bispo es el salesiano indio Mons.
D'Rosario; en el 73 se crean las nuevas
Diócesis de Tura y Kohima-Imphal,
encomendadas también a dos obispos
salesianos...
Son los signos externos de una pro-
funda transformación interior, fruto de
Visita ilustre: la primer Ministro, ludirá
Gandhi, en Kohima (India) posa para
la foto con las alumnas de la tribu Naga.
unos años intensos de trabajo misio-
nero que lograron "hacer Iglesia" En-
tretanto, nuevas desgracias ponen a
prueba el noble pueblo del Assam.
En 1962 las tropas de Mao, después de
haber invadido y ocupado el Tibet
obligando al Dalai Lama a huir, irrum-
pen en territorio indio.
La invasión es por sorpresa, de modo
que se le hace imposible al ejército in-
dio organizar la defensa. Los invasores
llegan sin encontrar resistencia hasta
las proximidades de Tezpur donde los
Salesianos y Salesianas tienen sus
obras más florecientes.
Una vez más la población se da a la
fuga: corren las madres montaña
abajo, por todos los senderos, con el
terror en los ojos, dobladas bajo el peso
de sus hijos pequeños y de los enseres
del hogar; también las obras salesianas
son evacuadas, quedando tres Salesia-
nos y dos Hijas de María Auxiliadora
en la ciudad con aquella parte de la po-
blación que no ha conseguido huir.
Al final, de la misma manera que ha-

5.8 Page 48

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bían atacado de improviso, desapare-
cen también de improviso los soldados
chinos.
Y todo vuelve a la normalidad. Pero
hay algo que han aprendido todos: el
"peligro amarillo" existe y habrá que
prepararse concienzudamente para de-
fenderse de él en un futuro más o me-
nos próximo.
El Assam es declarada "zona de inte-
rés militar", se le potencia militar-
mente y queda bajo vigilancia. Hay
que desconfiar de los extranjeros: Y
entre los extranjeros aparecen de
nuevo los misioneros en primer plano:
• '¡Fuera los misioneros del Assam!".
Desde la India han pasado los misioneros
al vecino país del Bhután, y han abierto
la primera escuela superior del pequeño reino.
El muchacho de la «melena»
es el jovencísimo rey del Bhután (19 años):
ha traído al colegio el equipo de basket
de su Guardia Real, y ha jugado con él,
como un muchacho más, contra los chicos
del colegio salesiano.
Los abandonados. Una desgracia más
todavía en 1964: India y Pakistán
siempre han estado a la greña: se dis-
putan el territorio de Kashimir; los
ejércitos se vigilan mutuamente ame-
nazadores. Pero los que pagan las
consecuencias son una vez más los
humildes, los pequeños, los abandona-
dos: en este caso los Garó y los Hajan
procedentes del Assam, pero emigra-
dos al Pakistán hace algunos años en
busca de trabajo y pan. Eran unos
120.000 los que habían emigrado al te-
rritorio pakistaní, de los cuales 30.000,
católicos.
Ahora los pakistaníes no toleran a es-
tos "extranjeros" en su territorio; les
hacen la vida imposible, molestándo-
los de todos los modos posibles y per-
siguiéndolos hasta en sus mismas ca-
sas.
Una noche, deseperados, de común
acuerdo, deciden abandonar el país y
volver al Assam. Una dolorosa marea
humana participa en el éxodo lleván-
dose lo puesto y algún que otro bulto
que han podido recoger.
Y, una vez más las Hermanas y los
misioneros se prodigan sin límite, tra-
bajando con cariño por las tribus más
pacíficas e inermes de la tierra, que,
como Jesús, han cargado con los peca-
dos del mundo.
participar el viejo catequista Max: tiene
82 años y vive lejos, en las montañas;
lo transportan a hombros por aquellos
escabrosos caminos. Al terminar la
marcha quiere hablar: 'Tocar a los Pa-
dres de nuestras almas, es tocarnos a
nosotros. Y nosotros estamos dispues-
tos a defender muestra fe con la san-
gre si es preciso". No es preciso: nadie
dirá nada a los misioneros, aunque
La procesión del silencio. En 1967 las desde entonces viven con la espada de
amenazas contra los misioneros se ha- Dámocles sobre la cabeza.
cen más insistentes. Es aprobada una En abril de 1969 se niega a cinco mi-
propuesta de ley por el Gobierno cen- sioneros el permiso de residencia, y, de
tral de Nueva Delhi: de ahora en ade- nuevo, organizan los cristianos una
lante no se permitirá a los misioneros manifestación, una "procesión del si-
extranjeros establecerse por encima de lencio": Desfilan 20.000 de seis en
la orilla norte del Brahmaputra.
fondo, haciendo un recorrido de cuatro
Pero cuando llega el momento de apli- kilómetros; las madres llevan sobre
car la ley, los cristianos del Assam se sus espaldas el último fruto de sus en-
unen en emocionante solidaridad, y trañas; los jóvenes portan enormes
organizan demostraciones, marchas, pancartas que dicen: "Pedimos que los
protestas...
misioneros extranjeros se queden con
En una de estas marchas ha querido nosotros". Al final de la marcha del si-
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
Shillong (India): El Arzobispo Salesiano
Hubert D'Rosario con los jóvenes
de la obra salesiana.
lencio se suceden los oradores ha-
blando uno detrás de otro, en un am-
plio parque; cae el agua con fuerza,
pero los 20.000 escuchan impasibles
bajo la lluvia. Se redacta un "memo-
rándum", que luego es remitido a la
autoridad competente: contiene una
larga lista de obras sociales realizadas
por los misioneros en el Assam, y ter-
mina lacónicamente con estas pala-
bras: "Por estas razones se deben que-
dar los misioneros".
Siguen los misioneros todavía ahora
con la amenaza constante de la expul-
sión, pero... ¡siguen!.
Un pueblo y una Iglesia. En Assam
está surgiendo un pueblo y una Iglesia
Todos los misioneros -junto a los Sale-
sianos trabajan ya desde hace tiempo
otras Congregaciones- han organizado
la enseñanza, desde los parvularios
hasta los institutos superiores; de éstos
últimos han salido los cuadros dirigen-
45

5.9 Page 49

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tes. Algunos distritos, en los que la po-
blación cristiana es mayoría (Naga,
Khasi, Mikir, Garó), han pedido y ob-
tenido una cierta autonomía que el
Gobierno central ha concedido gus-
toso, reconociendo que son capaces de
organizarse por su cuenta.
Los misioneros han apoyado todo pro-
greso social. Como botón de muestra,
vale lo que se ha hecho en Tura, entre
los prófugos Garó que estaban sumi-
dos en la miseria: una "Organización
contra el hambre en el mundo" sur-
gida en Turín por los años sesenta, ha
proporcionado a 221 familias un te-
Convertirse
rreno de cultivo, simientes para la pri-
mera cosecha, un par de bueyes y, en
en tierra japonesa
no pocos casos, la casa-cabaña. Eran
prófugos necesitados, ahora son ya pe-
queños propietarios; ponen gran inte-
rés en su trabajo, cuidan de la educa-
ción de sus hijos y los hacen ir a la es-
cuela.
Ha surgido también una "Cooperativa
de mejora del campo" que tiene como
finalidad experimentar métodos y pro-
ductos que hagan más rentable el tra-
bajo agrícola. Hasta el gobierno local
sigue con explicable interés estas acti-
vidades.
Tura no es, por otra parte, más que un
ejemplo entre muchos.
Veintiséis de diciembre de 1925. En
Turín, en aquel relicario salesiano que
son las habitaciones de Don Bosco, un
grupo de nueve Salesianos participa en
la misa que, para ellos, celebra el en-
tonces Rector Mayor D. Felipe Ri-
naldi. "Amados hijos - les dice - es-
táis a punto de marchar al Japón. No
os ilusionéis con recibimientos solem-
nes ni abundantes cosechas inmedia-
tas, como ocurre en otras misiones
donde es más fácil recoger la mies.
Vais a un país de un progreso y una
cultura que no tiene nada que envidiar
al Occidente. Entonces, ¿es que no
vais a poder dar nada al Japón?. Sí, vo-
Más de 300.000. Hoy los cristianos del
Assam son capaces de llevar adelante
por su cuenta su propia Iglesia. Los
obispos europeos han dejado su puesto
a obispos indios. Entre los niños color
café que Mons. Marengo había promo-
cionado, había un tal Roberto Ker-
ketta: uno más entre todos, tal vez un
poco mejor... Ahora Mons. Kerketta
gobierna la Diócesis que fue de Mons.
Marengo.
Si se cierran las puertas a los misione-
ros extranjeros ¿qué importa?; los
50.000 católicos de 1922 se han
convertido en 300.000 y el Assam cris-
tiano ya ha aprendido a andar solo.
sotros tenéis algo que el Japón no lo
tiene y lo está esperando: la caridad.
Vuestro apostolado será eficaz en pro-
porción a la caridad de Cristo que irra-
diéis sobre el pueblo japonés".
Los misioneros son seis sacerdotes y
tres coadjutores; al frente D. Vicente
Cimatti. Al Japón no se puede enviar a
cualquiera; la petición de la Santa Sede
ha sido bien explícita a este respecto:
uEn vista del desarrollo intelectual y
civil de que goza el país, conviene que
los misioneros estén dotados de cuali-
dades excepcionales. Lo están, y D.
Cimatti es, por añadidura, un superdo-
tado.
Si existe algún secreto mágico en
aquellos misioneros, puede que venga Daría todos mis títulos. Genuino "ro-
revelado en la sencillez de este episo- magnolo" (nacido en Faenza en 1879),
dio sucedido en 1966: Las autoridades queda huérfano de padre cuando no
civiles de Nongstoin (cerca de Shi- tiene más que tres años; pocos días
llong) se enteraron de que se estaba después, lo lleva su madre a la iglesia
iniciando una nueva misión católica. parroquial, donde tiene un encuentro
Fueron y vieron a unos obreros traba- extraordinario. u¡Vicentín, mira D.
jando: "¿Dónde están los Padres?". Bosco!", le dice la señora Rosa, y lo
"Somos nosotros...". Los Padres se aupa sobre las cabezas de todos para
habían convertido en albañiles, carpin- que el rostro fascinador de aquel viejo
teros y pintores.
cura se le quede grabado a fuego en los
Las 150 tribus pobres y pacíficas del ojos y en el corazón para toda la vida.
Assam han demostrado que aprecia- Don Bosco está en Faenza porque se
ban éste y otros muchos testimonios abre un Oratorio. Y a este Oratorio co-
de pobreza y entrega.
* menzará a ir Vicentín apenas pueda,
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
46
llevado "a caballo" por su hermano
mayor Luis.
Ya tiene 16 años: ¿Qué va a ser Vi-
cente en la vida?; Luis ya es salesiano,
la hermana también ha entrado en el
convento. El, desde luego, quisiera lle-
gar a ser como sus maestros, pero
mamá no se va a quedar sola en casa.
"Si el Señor te llama - le dice la señora
Rosa - yo soy muy feliz de entregarte
a El. No pienses en mí. Rezarás por mí
y eso me bastará".
Vicente marcha, y aquella animosa
mujer se queda sola en casa, asida
fuertemente a su bastidor de bordar y
a su fe.
Un doctorado en ciencias naturales, un
segundo doctorado en filosofía, luego
el diploma de composición en el
conservatorio... "¿Cuál será su
próximo doctorado?", le pregunta un
alumno curioso. Y D. Cimatti res-
ponde sin pensarlo dos veces: "Daría
todos mis títulos por merecer la gracia
de ser misionero".
Una gracia que se hará esperar... En
1923 escribe a su Superior: "Búsqueme
un puesto en la misón más abando-
nada; ¡hágame caso de una vez!".
Finalmente (tiene 46 años) llega la or-
den de partida para el Japón. Aquel día
escribe en su diario: "Esta noche,
puesta de sol sobre el pasado. Principio
de un nuevo curso de pensamientos,
aspiraciones. El Sol Naciente, la flor
del cerezo... ¡Ahora sí que tendré nece-
sidad del Señor!".
Nueve alumnos de párvulos con
barba. El 16 de febrero de 1926 los Sa-
lesianos de la primera expedición al Ja-
pón se encuentran ya en Miyazaki, y
toman posesión de su casa: tiene un
hermoso jardín y es graciosa como una
bombonera. En el umbral se quitan los
zapatos, se ponen las babuchas y se
deslizan dentro con mil precauciones
atentos a no romper ninguno de los
delgados tabiques de madera y papel
de flores.
Se les ha confiado un territorio con un
millón y medio de habitantes, de los
que sólo trescientos son católicos. Pero
hay muchos pobres a los que se puede
dar testimonio del amor de Cristo.
"¡Nuestros pobres! - escribe D. Ci-
matti al Rector Mayor -. Si viera cier-
tas chabolas; ni siquiera el establo de
Belén... Bueno: ahora estamos en
nuestra casa y nos pondremos inme-
diatamente a evangelizar a los pobres".
Comienzan como Don Bosco: Orato-
rio, música y, apenas se puede, una es-
cuelita. El jardín hace de patio, los
muchachos comienzan a dar sus pri-
meros saltos y se escuchan las prime-

5.10 Page 50

▲back to top
IIlll
ras risas. Es una etapa de incomunica-
ción: "los muchachos hablan entre
ellos de nosotros, discuten; nosotros
los miramos, pero somos como esta-
tuas mudas".
Hay que aprender la lengua. Llaman a
un maestro elemental y compran los
libros del primer grado: "Somos nueve
alumnos de párvulos, con barba".
Aquel año los Franciscanos están "de
fiestas": celebran el séptimo centena-
rio del Pobrecillo de Asís. Invitan a D.
Cimatti a participar en la parte musical
de su programa de festejos, y él acepta.
Se presenta, acompañado de dos Her-
manos, en cinco conciertos de música
europea.
El éxito es clamoroso, los periódicos
hacen la reseña y publican su foto.
Llueven ofertas de otras entidades y
D. Cimatti acepta de nuevo: «En el
mayor salón de Tokyo espero poder
entonar aquel canto coral "Cristo resu-
cite en todos los corazones"».
Y a lo largo y a lo ancho del Japón da
centenares de conciertos, durante mu-
chos años; conciertos nada rentables al
bolsillo, pero sí a la simpatía y propa-
ganda de los Salesianos y de los Católi-
cos.
Era necesario empezar: la actividad
misionera en el Japón cumplía los cua-
tro siglos, y sin embargo el cristia-
nismo estaba dando todavía los prime-
ros pasos. Hasta el mismo San Fran-
cisco Javier que había desembarcado
aquí en 1549, no había logrado ningún
fruto.
Mons. Vicente Cimatti,
iniciador de la misión salesiana en el Japón.
Luego vino a continuación el denomi-
nado "siglo cristiano": los convertidos
llegaron a 700.000.
Pero las persecuciones (10.000 Márti-
res) y, en 1639, la expulsión de todos
los misioneros, arruinaron las cristian-
dades del Japón: solamente se conser-
varon unas brasas bajo las cenizas en
la ciudad de Nagasaki.
En 1869 con el emperador Meiji, el
"iluminado", cesó de repente el aisla-
miento del país: llegó el decreto de la
"libertad de religión" y 20.000 cristia-
nos salieron a la luz con sus antiguas
oraciones en un latín ininteligible, pero
con una fe entera y pura. Hace tiempo
que las actividades misioneras fueron
reemprendidas, pero los resultados
habían sido exiguos. El pueblo japonés
- como alguien ha escrito - imbuido
de la filosofía sintoísta y budista, pa-
rece refractario a la idea del pecado, de
la muerte, de un Dios personal. No
queda, para luchar con ellos, más que
el arma de la caridad de Cristo, del
amor a los hombres.
Bienvenidas. Desde 1929 comienzan a
trabajar, al lado de los Salesianos, las
Hijas de María Auxiliadora. Han lle-
gado seis, casi niñas; solamente la jefe
del grupo, Sor Leticia Begliatti, tiene
algún año más y experiencia por todas.
(En 1963 le pondrán al pecho una pre-
ciosa medalla al mérito civil, adornada
de rubíes, signo de alto reconoci-
miento decretado por el emperador en
persona.. Pero ella no se enterará: en
aquel momento estará ya en coma).
Los principios son difíciles para las Hi-
jas de María Auxiliadora: ¡la lengua, y
aquel tener que estar sentadas sobre
los talones, acurrucadas en el suelo...!;
faltará además alguna que otra vez el
pan, o sea el arroz.
Algún tiempo después se trasladan a
Beppu, frente a la hermosa bahía de
Oita, junto a la obra de los Salesianos.
Pero se preguntan un tanto desconcer-
tadas: ¿Qué es lo que quiere la Virgen
de nosotras? Y la respuesta llega muy
concreta, en forma de niñita de ocho
meses a la que una madre, con la
muerte en el rostro, abandonará en sus
manos.
Es una noche de invierno; el perro no
deja de ladrar intentando llamar a al-
guien... A la mañana siguiente en-
cuentran las Hermanas un vidrio roto
en una ventana y a una recién nacida
abandonada en el suelo; el fiel perro
les mira "dolido" sin alejarse de la
criatura a la que istintivamente ha
dado calor toda la noche. Está muy
claro: la primera obra de las Hermanas
será un orfelinato. Llegan otros bebés;
se corre la voz de que las mujeres lle-
gadas de Occidente recogen los niños
de nadie y que a cambio no piden
nada: no se lo explican... Hanako, la
primera novicia japonesa, lleva al pasto
la Cabra para que dé mucha leche para
el biberón de los bebés.
La casa se llama Saryuri Aijien, "Pe-
queño Lirio".
Un día reciben la visita de los bonzos
de la pagoda con su "superior" al
frente. Algún tiempo después les vi-
sita también el príncipe heredero. Y las
autoridades comienzan a ayudarles,
aunque siguen sin entender por qué
aquellas extranjeras han venido de tan
lejos para dedicarse, con tanto cariño, a
cuidar aquel desecho de la sociedad.
"Monseñor," ¡una pamplina!
En alas de esta fábula, que resulta ver-
dad, se va difundiendo la obra de Don
Bosco. En 1933 ya se encuentran los
Salesianos en Tokyo, la capital. Tokyo
se presenta caótica y tumultuosa,
como una immensa llanura abarrotada
de casas, de fábricas, y a su alrededor
un hervidero de miseria. D. Cimatti
anota en su primera visita: "El barrio
de Mikawashima es paupérrimo, se le
considera el más mísero de toda la ciu-
dad. Iremos allí".
En Nakatsu abren el aspirantado, lleno
muy pronto de muchachos generosos
de las familias cristianas de Nagasaki.
D. Cimatti les suele decir con frecuen-
cia: "Creced rápidamente, porque no-
sotros nos hacemos viejos y, apenas
podamos, pondremos en vuestras ma-
nos las escuelas, los oratorios, las deu-
das, todo".
En 1934 se erige la Prefectura Apostó-
lica de Miyazaki, y D. Cimatti es nom-
brado encargado de la misma (dejará
en 1940 el puesto para que lo ocupe
uno del clero local), recibiendo el título
de Monseñor...
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
47

6 Pages 51-60

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6.1 Page 51

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Una Salesiana de Tokyo enseña
a las jóvenes alumnas cómo se toca
el arpa japonesa.
u¿Por qué queréis envenenarme la
sangre? - escribe inmediatamente a
Turín -. Dejadme trabajar tranquilo,
sin perifollos. Este título y otros ador-
nos parecidos, me resultan una pam-
plina. ¡Quién imagina a Don Bosco
con flecos y ribetes!". Y a los amigos
de Italia que le han enviado el "equipo
de Monseñor" se lo devuelve: "Ven-
dedlo y mandadme el dinero para mis
pobres".
Al poco tiempo canta su primera misa
el primer sacerdote salesiano del Ja-
pón. Llorando de emoción, se arrodilla
ante él Mons. Cimatti y le pide la ben-
dición.
En 1937 las casas del Japón dejan de
depender de fuera y se crea una Ins-
pectoría independiente de la que
Mons. Cimatti es nombrado también
Inspector.
La actividad de las Hermanas se va ex-
tendiendo al mismo ritmo: se abren
nuevas casas, una de ellas en Tokyo
junto a la de los Salesianos.
Y llega la segunda guerra mundial con
sus absurdos estragos. Cuarenta cléri-
gos salesianos tienen que partir para la
guerra: la casa de formación queda
vacía. Escriben desde el frente: ellos,
que solamente querían sembrar el
bien, se ven obligados a matar, a des-
truir. Más de uno cae herido en el
frente, otros no volverán más del
campo de batalla... Mons. Cimatti los
había recibido niños todavía, los había
visto crecer. Anota en su diario: "Se-
ñor, te gusta escoger las flores y dejas
en cambio sobre la tierra a este pobre
viejo inútil y estéril. Jesús, llévate al
pastor y perdona a las ovejas".
Las bombas empiezan a caer sobre la
capital. Después de cada bombardeo
hay algún niño más a quien su padre o
su madre ya no podrán irlo a recoger
de la casa hogar; ésta se va convir-
tiendo poco a poco en orfelinato...
Falta el carbón, los niños tiemblan de
frío. Mons. Cimatti busca leña para la
estufa, les entretiene con marionetas,
les alegra tocando el piano.
En 1943, después del armisticio de Ita-
lia, los misioneros italianos deben ser
confinados en campos de concentra-
ción, pero a las autoridades japonesas
les falta valor para encerrar a las Her-
manas de Tokyo; se limitan a vigilarlas
desde lejos.
Y, finalmente, el trágico epílogo de las
dos bombas atómicas; la segunda, so-
bre Nagasaki, cayó en la vertical del
barrio de los Urakami, el único barrio
enteramente católico de todo el Japón,
y abrasó a 8.000 católicos en un ins-
tante. De allí habían salido casi todas
las primeras vocaciones salesianas del
Japón.
¿Por qué, Señor?...
Habrá que reconstruir. La guerra ha
terminado: basta de desolación. Ahora
hay que reconstruir. Las calles están
llenas de muchachos abandonados, de
vagabundos acampados en las ruinas,
gente que no tiene otra preocupación
urgente que la de sobrevivir. Limpia-
botas, vendedores de periódicos, la-
dronzuelos y gente que vive del robo.
"Hemos de hacer algo y pronto". Sur-
gen dos "ciudades de los muchachos",
una en Tokyo y otra en Nakatsu.
Las autoridades ayudan, las tropas
americanas de ocupación colaboran
con entusiasmo. Las Hermanas logran
comprar a bajo precio una colina en-
tera que dispone de cómodos barraco-
nes militares; y abren allí un nuevo
asilo.
Los marines limpian el terreno de me-
tralla y alambre de espinos, y llevan
todos los días las abundantes sobras de
su cocina.
El general Chase regala su caballo para
que los niños se diviertan.
Hasta los soldados ya licenciados si-
guen mandando dólares desde su pa-
tria.
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
48
La Hermana Directora del asilo distri-
buye las limosnas en diversas bolsas,
según las necesidades más perentorias:
arroz, leche, combustible... Un día
toma una bolsa y escribe en ella "Para
la nueva construcción". ¡Llegó por fin
la hora de sustituir los viejos barraco-
nes militares por una construcción
adecuada!.
También los Salesianos intentan a su
vez mejorar las construcciones. D. Ci-
matti los frena un poco: "No os lancéis
a obras grandiosas; no va a ser el ce-
mento armado el que salve a la juven-
tud japonesa".
Llegan nuevas vocaciones, a veces del
modo más imprevisto. Un kamikaze,
hijo de un samurai, es sorpendido
mientras robaba en la iglesia de la mi-
sión. Convertido al cristianismo es hoy
sacerdote y está al frente de una gran
obra.
Sor Kyoko era una muchacha elegante
con quien tropiezan dos Hermanas en
el tren; le llaman la atención aquellos
extraños vestidos; pregunta; va a ver-
les. Un mes después pide el bautismo
y luego se hace Salesiana.
Sor Mitsu había perdido bajo las ceni-
zas de Nagasaki, desintegrados por la
bomba atómica, a su padre, a su madre
y una hermana. Cuando volvió al lu-
gar que había ocupado la casita, encon-
tró unos huesos calcinados, los recogió
en una bolsa de plástico y, acompa-
ñada por una Hermana salesiana de la
misión, los depositó en el cementerio.
Sor Kieko estaba al frente de un taller
de bordadoras. Un día les dice a sus
compañeras: "He encontrado la ver-
dad, se llama Jesucristo. Me hago cris-
tiana, ¿quién viene conmigo?"; y al-
guna le sigue... Su historia como Sale-
siana está cuajada de anécdotas llenas
de amor y simpatía.
Hacerse japoneses. En 1949 cumple
Mons. Cimatti 70 años y consigue, al

6.2 Page 52

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fin, lo que siempre había pedido: dejar
de ser superior. Con todo, aún es nom-
brado Director de la casa de formación
de Chofu: da clase, confiesa, hace de
jardinero... Cada año se va retirando
un poco más para dejar paso a los jóve-
nes. Se preocupa de que todo vaya
bien en casa; de que los Hermanos en-
cuentren, al volver del ministerio, la
comida caliente; de que las estufas (y
se levanta temprano por la mañana y
camina silencioso con los zapatos en la
mano) estén encendidas a tiempo.
Una mañana de 1957, mientras ayuda
a misa como un monaguillo inquieto,
En la tierra
de los hombres libres
le faltan las fuerzas y se dobla sobre sí
mismo. Una embolia.
la libertad de Cristo
Pasará largos años clavado en el lecho,
rodeado del cariño de todos, como un
patriarca, en un silencio lleno de ora-
ción.
Muere el 6 de octubre de 1965, cuando
sus hijos, ya mayores, no lo necesitan.
Hoy los Salesianos de la Inspectoría
del Japón son 150 y han extendido la
obra hasta Corea; las Hijas de María
Auxiliadora pasan de 300.
Los Salesianos han dado también vida
a una Congregación femenina local
que cuenta con 400 Hermanas. Todos
juntos siguen dando testimonio del
amor de Cristo en aquel difícil país.
Los católicos en el Japón son apenas
350.000 (la mitad de los que eran hace
tres siglos). Pero una reciente en-
cuesta-sondeo ha proporcionado una
sorpresa: de dos a tres millones de ja-
poneses se declaran católicos aunque
no están bautizados y no practican.
Los llaman "católicos anónimos". A
nosotros nos puede parecer absurdo, a
ellos no.
Es su manera de ir hacia Cristo, su pri-
mer paso hacia una fe completa y ma-
dura.
Este pueblo, que parece a primera vista
que no tiene necesidad de Dios, tro-
pieza hoy con nuevos obstáculos: el
bienestar de la sociedad de consumo,
el proceso de secularización... Los mi-
sioneros que llegan del extranjero ad-
miten que es difícil penetrar en la
mentalidad japonesa, "hacerse japone-
ses".
...Y sin embargo no se puede renun-
ciar a ello. Así lo pensaba Mons. Ci-
matti, hoy Siervo de Dios, cuando
decía: "Quisiera morirme aquí y
convertirme en tierra japonesa". *
Llegó a casa una calurosa tarde de ve-
rano. Era un muchacho decidido, ves-
tido pobremente y con un paquete bajo
el brazo: en él llevaba todo lo que
tenía. Llamó a la puerta de la misión
de Bangkok. El Obispo salesiano que
lo recibió, Mons. Pasotti, podía imagi-
nar cualquier cosa en aquel momento,
todo menos que aquel joven thai des-
conocido, con aspecto de vagabundo,
ocuparía un día su puesto al frente de
la Diócesis.
Aquel desconocido se llamaba Roberto
Ratna y era hijo de un rico comer-
ciante de la capital. Había asistido a la
escuela católica, luego al colegio uni-
versitario católico, y, a la vez que ob-
tenía el título, recibía también el bau-
tismo. Por eso su padre lo había deshe-
redado y arrojado de casa.
Mons. Pasotti se preocupó de aquel
singular "heredero del cielo", y lo
llevó paso a paso hasta el sacerdocio.
En 1969 la Santa Sede desmembraba
en dos la Diócesis de los Salesianos, y
por insinuación de Mons. Carretto (su-
cesor de Mons. Pasotti) encomendaba
la sede de Ratburi al nuevo Obispo
Mons. Roberto Ratna.
De este modo, cedían los Salesianos al
clero secular la parte de la Diócesis que
habían cultivado más intensamente,
dotándola de escuelas, iglesias, hospi-
tales, obras sociales y, sobre todo, de
fieles.
La otra parte de la Diócesis, terreno to-
davía sin cultivar evangélicamente, se
la había reservado Mons. Carretto para
sí y para sus misioneros.
Alguien ha llamado a estos misioneros
de vanguardia "marines de la Iglesia",
destinados a una obra de conquista,
prontos a lanzarse al torbellino, pero
dispuestos a dejar a las tropas ordina-
rias del clero local las posiciones
conquistadas.
En realidad éste era al trabajo para el
que fueron mandados por la Santa
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
Sede los misioneros Salesianos a Thai-
landia. Llegaron en 1927 tres sacerdo-
tes, siete clérigos y once novicios. Al
frente de la expedición iba D. Gaetano
Pasotti, el futuro Obispo, con diez
años en su haber de experiencia misio-
nera en la China.
Los cristianos, como agujas en un pa-
jar. Se encuentran en el puerto aquel
día para recibirlos, los Padres de las
Misiones Extranjeras de París, que los
acompañan a Bang Nok Khuek, a ori-
llas del Meklang, el río de los mil
afluentes de plata, y permanecen a su
lado todo un año: es un aprendizaje in-
dispensable. Todo es nuevo para los
misioneros salesianos: el clima (calu-
rosísimo y húmedo), las costumbres, la
lengua.
¡Y qué lengua... con sus 44 consonan-
tes y 32 vocales!. Hay 15 formas dife-
rentes de decir "yo", y se debe usar
una u otra según el que habla o el que
escucha y según los sentimientos que
se quieren expresar.
Por si esto fuera poco, el thailandés es
un idioma "cantado", con cinco tonos
diferentes, de forma que la palabra
"suyo", según el tono, puede significar
"vestido", "tigre" o "alfombra".
Al año siguiente, 1928, los Salesianos
salen de la "tutela" de los Padres de
las Misiones Extranjeras y se hacen
cargo de cinco residencias misioneras.
En 1929 el territorio a ellos confiado se
convierte en misión "sui iuris": cuenta
dos millones y medio de thai, disemi-
nados en 118.000 km2, de todos mo-
dos, no es para asustarse: en 1662 toda
Thailandia era una sola parroquia...
El territorio es original hasta en la
forma: un interminable istmo (1.400
km.) que une la península de Malaca al
continente. En esta inmensidad se en-
cuentran 7.000 cristianos como agujas
en un pajar.
Y para los desplazamientos no hay
más que un tren de vía estrecha que
une Singapur con Bangkok.
En 1931 llegan las Hijas de María
Auxiliadora: hacen, también ellas, el
difícil aprendizaje en Bang Nok
Khuek, y comienzan con un dispensa-
rio médico y una escuelita.
"Siguiendo el ejemplo de Don Bosco,
tenéis que atender a los jóvenes" -
había dicho Pío XI a los misioneros en
el momento de partir, y así lo hacen. A
D. Pasotti le parece que la escuela es
"el instrumento más eficaz de aposto-
lado en este país eminentemente bu-
dista, que produce arroz y... niños".
Escuelas para los niños católicos (¡son
tan pocos!) y para los budistas.
49

6.3 Page 53

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Y hoy es así también: pero no se ha
perdido el tiempo: muchos exalumnos
formados en estos 50 años, en su
mayoría budistas, van abriendo el ca-
mino a una camprensión del cristia-
nismo sin prejudicios tradicionales, y se
muestran agradecidos a los educadores.
Es precisamente a través de la escuela,
como se realiza el encuentro entre el
misionero y el alma thai. Los niños
son dóciles, disciplinados, acuden a la
escuela gustosos y aprenden con facili-
dad. Las autoridades civiles, convenci-
das de la urgente necesidad de la ense-
ñanza, aprecian el trabajo y prestan va-
liosa ayuda.
En 1934 el rey de Thailandia visita
Roma. Por aquellos días es proclamado
Santo Don Bosco, en la Basílica de San
Pedro, y el rey solicita el alto honor de
asistir a la ceremonia, "en agradeci-
miento - dice - a lo mucho que traba-
jan los Salesianos en mi país".
En 1941 parece mejorar la situación: la
Prefectura se convierte en Vicariato,
D. Pasotti es consagrado Obispo; y,
para cambiar un poco, son los soldados
japoneses los que invaden el país.
Campos de concentración, cárceles
abarrotadas... Cada misionero se mul-
tiplica para atender y animar a todos.
Cuando la marea negra de la guerra se
retira en 1945, deja tras de sí la resaca
acostumbrada: por todas partes niños
abandonados; Bangkok es un hervi-
dero.
"Para asegurarse la bendición de Dios,
cada Inspectoría debe abrir un orfano-
obispo como los demás: soy un pobre
obispo misionero". A la hora de comer
saca su bocadillo y la gente del depar-
tamento se siente honrada ofrecién-
dole su comida.
Cuando se pone finalmente en Bang-
kok en manos de los médicos ya es de-
masiado tarde: le descubren una leuce-
mia incurable y en su fase final.
"Yo estoy dispuesto a partir".
Durante varias horas, cristianos y pa-
ganos desfilan ante su cadáver; el cor-
tejo fúnebre con las barcas que lo
acompañan sobre el gran río, se
convierte en una apoteosis: todos quie-
Roturar con la oración. Aquel mismo
año se abren nuevas obras; las casas
salesianas de Thailandia pronto for-
man Inspectoría independiente; la mi-
sión se eleva a Prefectura Apostólica.
En 1936 las Hijas de María Auxilia-
dora abren en Ban Pong una casa a la
que dan el significativo nombre de
"Narivuth" (Prosperidad para la ju-
ventud); siguen florecientes escuelas y
parroquias.
Siempre en 1936, D. Pasotti llama a un Primeros tiempos de la obra misionera en Thailandia: los neófitos
grupo de Clarisas de rigurosa clausura de un poblado con los misioneros.
y les construye un monasterio de ma-
dera en Ban Pong: ellas han de "rotu-
rar con la oración el duro campo misio- trofio" - dice por aquellos días el Rec- ren decirle después de muerto lo que
nero" (Hoy el monasterio es de piedra tor Mayor.
el temor a herirle en su humildad les
y cemento, y a las primeras Clarisas, Y la Inspectoría de Thailandia abre el impidió decirle mientras vivía.
que eran de Florencia, se les han suyo en la capital: Un chalet señorial, El nuevo Prefecto Apostólico es Mons.
unido espléndidas vocaciones del país). destrozado por los soldados (faltan Carretto (tiene dos hermanas Hijas de
En 1937 funda D. Pasotti las Auxilia- puertas y ventanas, muebles, instala- María Auxiliadora y su hermano es el
doras, Congregación local de Herma- ciones, todo...) es la primera sede; los famoso "Hermano Carlos" que escribe
nas de vida activa, "industriosas como muchachos recogidos de la calle apren- cartas desde el desierto...).
abejas", y encomienda a las Hijas de den el oficio de sastres, carpinteros, ti- Es el año 1951: ¡Hay tanto qué hacer!.
María Auxiliadora su dirección.
pógrafos. La esposa del embajador Por ejemplo, la comunidad cristiana de
Y también aquí como en las demás americano funda el "Comité para el Bang Nok Khuek está superpoblada, y
misiones, el ciclón de la guerra mun- orfanotrofio Don Bosco".
los jóvenes se ven obligados a emigrar:
dial viene a devastar el fructuoso tra-
abandonados a sí mismos, terminan
bajo realizado. En 1938 ya se habían Un pobre misionero. Mons. Pasotti es por perder la fe: una idea nueva es
puesto tensas las relaciones diplomáti- todavía joven, pero se encuentra muy contruir para ellos, en la selva, un po-
cas entre Thailandia y Francia, y los cansado. Una enfermedad oculta le va blado.
primeros en pagar las consecuencias minando la salud sin que él lo sepa. En 1952 - con el incondicional apoyo
son los misioneros franceses; a conti- En 1948 vuelve a Italia para presentar de las autoridades civiles que regalan
nuación serán todos los misioneros ex- su relación al Papa y éste lo abraza y lo el terreno - son robados a la selva seis
tranjeros en general.
besa dejándolo confundido y emocio- kilómetros cuadrados de tierras inme-
Los Padres de las Misiones Extranjeras nado. Luego parte para Turín para ha- jorables, que luego son parceladas y
de París han sido expulsados y los Sa- blar con el Rector Mayor.
trasformadas en hermosas plantacio-
lesianos reciben de la Santa Sede la or- En el tren toma el billete más econó- nes. Las familias católicas que han for-
den de cubrir los huecos que puedan. mico. El que lo acompaña intenta mado el poblado "Stella matutina" vi-
Luego son clausuradas todas las escue- convencerlo: "Excelencia, no está bien ven felices: tienen su iglesia (la más
las, algún Salesiano encarcelado, otros que un obispo viaje en tercera".
hermosa de toda la misión), su es-
maltratados.
"Tienes razón, pero yo no soy un cuela, y les atienden tres misioneros.
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
50

6.4 Page 54

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Una carretera y un servicio regular de
autobuses los une a la civilización. Son
13.000 personas, y constituyen la co-
munidad cristiana más numerosa de
toda la Diócesis.
Algún año más tarde, se construye un
segundo poblado, "María Auxilia-
dora". 'Tengo 65 años, de los cuales
45 los he pasado en la misión - dice D.
Crespi que ha tenido que vencer innu-
merables dificultades para llevar ade-
lande los dos poblados - y me toca tra-
bajar como si fuera un joven; pero es-
taría dispuesto a comenzar otro po-
blado en la selva, porque son sacrifi-
cios que merece la pena de verdad ha-
cerlos".
Visitas ilustres: a la izquierda, el Salesiano
Mons. Pedro Carretto, recibe
al Gobernador y a dos monjes budistas;
abajo, el Soberano Phumiphon Adunyadet
y la reina Sirikit acompañados por
el P. Inspector Salesiano durante la visita a la
exposición de la escuela técnica de Bang Kok.
La iglesia construida... con la barba.
En 1957 traslada Mons. Carretto el
centro del Vicariato, de Bang Nok
Khuet, un poco a desmano, a Ratburi,
y construye en la misión un pequeño
hospital para los leprosos. En Thavá se
encuentra el centro misionero más an-
tiguo, que se honra de tener la primera
iglesia de Thailandia dedicada a María
Auxiliadora: una iglesia construida
ucon la barba del misionero".
Es cierto: corría el año 1881; el Padre
Grand, de las Misiones Extranjeras,
tenía como enemigo personal decla-
rado al "cacique del pueblo", que le
tendió un día una emboscada: sus es-
birros le patearon cuanto quisieron, le
arrancaron la barba y lo abandonaron
medio muerto. El gobernador tomó en convertido en Diócesis, y ésta a su
serio la defensa del misionero y vez, como ya se ha dicho, fue dividida
condenó al "señor del pueblo" a pagar en dos el año 69: la parte más traba-
un tanto por "cada pelo que le habían jada ha sido transferida a Mons.
arrancado de la barba" al afortunado Ratna.
misionero. Así fue como el padre En Ratburi, antes de que llegaran los
Grand construyó la primera iglesia de Salesianos, no había sido anunciado el
María Auxiliadora.
cristianismo todavía; ahora hay una
Era de madera y desentonaba lamen- gran iglesia que hace de catedral, tiene
tablemente entre las ricas pagodas; Obispo autóctono, un pequeño semi-
ahora es de cemento y de estilo thai nario, la casa sacerdotal, dos colegios
moderno.
con tres mil alumnos y una Iglesia
El dispensario médico para los leprosos viva e inquieta.
está atendido por un exalumno cris- Mons. Carretto ha hecho las maletas y
tiano que se multiplica en su trabajo, se ha trasladado al Sur, verdadera
como enfermero, al lado de los Salesia- tierra de misión, donde está todo por
nos.
hacer. La nueva Diócesis, que tiene la
También las obras de las Hijas de sede en Surat Thani, está formada por
María Auxiliadora han ido en au- el largo istmo que une Malasia al
mento, atendiendo a una juventud continente. Tiene 4 millones de habi-
cada día más numerosa. Desde 1947 tantes y 4.000 cristianos: el uno por
tienen en la capital un centro para ni- mil.
ños ciegos que es el predilecto de las Mons. Carretto ha procurado sembrar
personas pudientes de la ciudad (de él el istmo de obras salesianas cercanas
se habla ampliamente en estas mismas unas a otras, como si fueran cuentas
páginas).
de un laborioso rosario de estrategia
En 1965 juzgó el Papa que la cristian- misionera; son actualmente 22: en
dad de Thailandia era ya mayor de cada centro hay una escuela y una
edad, y la organizó con Jerarquía pro- iglesia de madera.
pia. El Vicariato de Ratburi se ha Poco a poco, se va reforzando la obra:
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
uun misionero más, y algunos ladrillos
que sustituyen la vieja construcción de
madera".
Las iglesias de Thailandia son como
pequeñas cruces plantadas en un bos-
que de pagodas.
Tierra dura para la evangelización.
Los caminos de la fe son duros en
Thailandia. Hay diez diócesis, de las
que cuatro ya están en manos del clero
local. Son diez las Congregaciones
masculinas y 20 las femeninas que es-
tán comprometidas en la evangeliza-
ción. Los cristianos llegan apenas al
0'4% de la población total. En alguna
zona de Thailandia, donde el encuen-
tro con la gente no ha dado todavía su
fruto, si hay algún cristiano, no es
thailandés, sino chino o vietnamita o
laosiano, todos emigrados.
Hay que contar con la difícil realidad
del budismo: uYo soy thai" significa
aquí "yo soy budista". La idiosincrasia
popular está montada sobre el bu-
dismo. De por sí el budismo no es una
religión, ni siquiera es contrario al cris-
tianismo; Buda no es una divinidad,
sino un pensador, un filósofo, "un ilu-
minado"; su doctrina ha inculcado a
51

6.5 Page 55

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La graciosa imagen de «Nuestra Señora
de Thailandia».
Comenzó con dos
papeletas
de una rifa
sus seguidores el respeto a la vida, la
benevolencia, la amistad, que es lo que
hace a los thailandeses agradables
desde el primer encuentro. El budismo
es una doctrina de liberación del mal,
del dolor; y aboga por una liberación
para todos los hombres.
La gente suele comprar a veces en los
templos pájaros o tortugas o peces:
luego recita una oración, abre la jaula y
los deja en libertad. (Thai, no olvi-
darlo, quiere decir también "libre" y
Thailandia es la "Tierra de los hom-
bres libres").
¿Es posible injertar sobre el budismo la
revolución cristiana?. Cierto que sí,
pero no se ha dado todavía con el
punto justo.
Si hubieseis venido veinte años antes.
Un día del 1955 entregaron a D. Juan
Ulliana una carta que llevaba el mem-
brete de la pagoda de Bang Kok,
donde radica el "Centro de Estudios También los niños thailandeses
Superiores Budistas".
tienen su naricilla...
El Rector en persona comunicaba al
misonero salesiano que sus bonzos landia no se dedican sólo a pedir a su
"deseaban conocer a fondo el cristia- pueblo una escudilla de arroz: están
nismo, y lo invitaban a dar un curso "con" su pueblo y para su bien.
sobre el mismo". Desde entonces, y A su vez el P. Ulliana comenta: "Yo
durante varios años, las conferencias creo que ellos han esperado siempre
de D. Ulliana se han multiplicado, y nuesta invitación a trabajar con noso-
ha llegado a la conclusión de que, el tros, y que siempre han estado dis-
tan deseado diálogo de que habla el puestos a aceptar nuesta colabora-
Concilio, no solamente es posible, sino ción".
necesario y útil.
¿Será éste el camino?.
Últimamente D. Ulliana ha ido más Entretanto el trabajo misionero va
lejos: ha buscado para la realización de adelante lentamente y con no pocos
las obras sociales de su parroquia, la sacrificios. También la nueva Diócesis
colaboración de los budistas. "Padre, si de Mons. Carretto será un día un
Vd. hubiera venido aquí hace 20 años, campo bien cultivado: "Y cuando lle-
ya tendríamos recorrida juntos una gue ese día - dice el animoso Obispo
buena parte del camino". Y otro misionero - la Diócesis pasará, como
bonzo: "No os preocupéis; cuando ten- la anterior, a un obispo autóctono".
gáis algo que hacer, comunicádnoslo, y Porque lo que de verdad cuenta para el
nosotros colaboraremos con vosotros misionero, es que la "tierrra de los
como si se tratase de algo nuestro". hombres libres" se enriquezca también
De hecho los 250.000 bonzos de Thai- con la libertad que viene de Cristo. *
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
52
Para financiar la construcción del Co-
legio Salesiano de Belém (Brasil), D.
Lorenzo organizó una lotería gigante:
el premio era un jeep.
La víspera del sorteo sólo quedaban
por vender dos papeletas.
"Si sale una de estas dos papeletas,
¿nos dará a nosotras el jeep?", propone
Sor Rocivalda. "Hecho", promete el
sacerdote sin darle importancia. La
Hermana, en cambio, está convencida
de que el coche será suyo: ha dado un
ultimátum a la Divina Providencia...
El día del sorteo es esperado con ansie-
dad (las Hermanas dejan caer alguna
que otra esperanzadora avemaria).
Está todo preparado para sacar de la
bolsa el número premiado; las Herma-
nas contienen el aliento. Se saca un
número... ¡justo uno de los dos que
tiene Sor Rocivalda!.
Y ¿qué hacemos con un jeep?. Muy
sencillo: lo cambian por unos terrenos.
Y sobre aquel solar deciden construir
el "Centro Social Auxilium".
Aquel Centro es hoy hermosa reali-
dad: surge en los alrededores de Nues-
tra Señora de Belém, capital del estado
federal del Para, en el Brasil, concreta-
mente en el barrio de Sacramenta.
Un pequeño mundo errante. Desde
hace mucho tiempo, antes, incluso, de
la famosa lotería, Sor Rocivalda y otras
dos Hijas de María Auxiliadora del
Colegio "San Juan Bosco" de Belém,
van cada sábado y domingo a Sacra-
menta para dar catecismo y hacer un
poco de oratorio.
Su presencia ha atraído a un pequeño
mundo errante que va en aumento de
semana en semana: 200, 300...600.
Grandes y pequeños, adolescentes y
jóvenes de 17 y 18 años, y hasta las
madres que asoman la nariz entre
aquella explosión de vida joven, atraí-
das por la espontánea alegría y el tra-
bajo de aquellas Hijas de María Auxi-

6.6 Page 56

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A la derecha: Sacramenta, en la periferia
de Belém (Brasil), donde trabajan Salesianos
y Salesianas en obras de
fuerte compromiso social.
D. Lorenzo Bertolusso, con un grupo
de sus muchachos de Belém.
liadora.
Juegos, cantos, catecismo, unas nor-
mas de comportamiento: todo muy ru-
dimentario, todo al aire libre. No tie-
nen nada que les resguarde de la llu-
via, que les defienda de los rayos im-
placables del sol y del bochorno sofo-
cante de la canícula brasileña. Hay que
buscar un abrigo. Muy fácil de decir...
¿y el dinero?. Todas las puertas se cie-
rran ante las Hermanas. ¿Posible que
la Providencia las abandone?.
No. Interviene de la manera más insó-
lita, con un jeep, que es la primera pie-
dra de una obra con ribetes de mila-
grosa.
El barracón. Sobre los terrenos del
Centro se construye un barracón de
madera. El 1 de noviembre de 1964, "la
sede" está dispuesta. Bajo aquel barra-
cón funciona cada sábado, todavía en
embrión el "Club de las madres", diri-
gido por una asistente social; un mé-
dico, padre de dos alumnas del "Cole- Educación ha asignado a la escuela di-
gio San Juan Bosco", presta su bené- rigida por los Salesianos un determi-
fica colaboración.
nado número de maestros pagados por
Los domingos el barracón se trans- el Estado: hay cinco maestros de más,
forma en teatro, sala de canto, de baile; y D. Bertolusso piensa en las niñas del
y cuando llegan las fechas de las "fies- Centro Auxilium. Dicho y hecho: el
tas del lugar", es centro de todas las barracón se transforma en escuela con
manifestaciones folklóricas. También cinco grados.
se celebra en el barracón la misa, ¿Y los pupitres, las pizarras, los libros,
cuando la lluvia impide reunir a toda los cuadernos?. Todo tiene solución:
la juventud al aire libre.
con un poco de sentido práctico los
Aquellos pobres corazones, mordidos viejos bancos del patio de recreo del
por la miseria material y espiritual, co- colegio de D. Lorenzo, harán de pupi-
mienzan a recobrar la confianza: es el tres; los cuadernos y libros sobre las
principio de una nueva vida. Pasan rodillas.
toda la semana esperando el encuentro Las niñas contemplan curiosas a las
con las Hermanas. El estribillo que se Hermanas; los adultos están un poco
repite con nostalgia cada domingo por escépticos. Se barre, se limpia, se quita
la tarde es siempre el mismo: "Os es- el polvo a los desvencijados bancos...
peramos el sábado, venid pronto", Y en esto, unas voces que vienen de
mientras se agolpan alrededor del co- fuera interrumpen el trabajo: ¡son pu-
che del amigo, que se ha ofrecido a lle- pitres de verdad, lo que están traspor-
varlas cada semana.
tando los muchachos de D. Lorenzo!.
Un amigo de los Salesianos, director
Los pupitres de la escuela. Se ha co- de una escuela privada, ha cerrado los
menzado la obra, pero cuánto falta por locales; y aquel día precisamente, car-
hacer... El índice de analfabetismo es gando los pupitres en unos camiones
alto tanto entre los adultos como entre los llevaba a los Salesianos. D. Berto-
la juventud. ¿Qué hacer?: Rezar y es- lusso desvió simplemente el convoy
perar.
hacia las Salesianas. Es una alegría
En 1955 un nuevo suceso acelera los verlos colocados: no han quedado
acontecimientos: El Secretariado de la unas clases último modelo, pero ha
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
nacido una escuela nueva, una escuela
viva, una escuela piloto.
Dos hamacas y un hornillo. En 1966
ya son siete las clases; el barracón de
madera resulta insuficiente; hay que
pensar en un edificio de ladrillos y ce-
mento.
Comienza para las Hijas de María
Auxiliadora una verdadera odisea para
buscar el dinero necesario. Se llama a
todas las puertas.
Finalmente se obtiene la tan deseada
firma del Gobernador: las autoridades
toman la obra con interés, y se ve sur-
gir la primera planta del edificio.
Las clases del barracón continúan sin
embargo: a las clases de cultura gene-
ral se han añadido lecciones de bor-
dado, corte y confección. Ha llegado el
trabajo a tales proporciones, que ya no
es posible atender a todas las peticio-
nes por falta de personal. Son entonces
las mismas muchachas las que se
convierten en maestras de sus compa-
ñeras.
En 1967 se trasladan a la nueva sede,
todavía sin puertas y sin ventanas...
Son 17 clases.
El barrio de Sacramenta está superpo-
blado y el desempleo reina por do-
quier. No falta el desorden y la inmo-
53

6.7 Page 57

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Belém: una joven de la Obra Social,
establecida en los suburbios de Sacramenta,
por las Hijas de María Auxiliadora.
" Buscad a esos
hermanos"
ralidad: las jóvenes de 15, 16 años, La incipiente "industria" comienza a
provenientes de familias deshechas recibir pedidos. Muchas jóvenes en-
por la emigración, descontroladas, en cuentran aquí su trabajo: muy pronto
ambientes dudosos, salen difícilmente son más de 700, sustraídas al influjo
incólumes de tanta prueba: corren el de la calle, las que pasan la jornada en-
riesgo de perderse para siempre. Hay tera en lo que ha llegado a ser su pro-
que prepararlas para el trabajo, darles pio hogar, más que escuela o fábrica.
una profesión que les permita vivir Más adelante aprenden otras a mane-
económicamente independientes. Las jar las máquinas de tricotar y de
Hermanas comprenden el problema y confección industrial. Y también este
se deciden a fijar, finalmente, su resi- tipo de trabajo tiene éxito. La batalla
dencia definitiva entre aquella gente. contra la miseria ya está en marcha.
Se establecen en una mísera casita de
madera: dos hamacas, un hornillo de
gas, un cajón con unas ollas y escasas
provisiones, dos palanganas, una mesa
y dos sillas, forman el ajuar casero de
aquellos inicios.
Cómo anima una sonrisa. Hoy pulu-
lan las obras en torno al "Centro Auxi-
lium". En poco tiempo se han abierto
32 aulas elementales, el oratorio fes-
tivo y diario al que asisten más de
1.500 muchachas y niñas, las incipien-
Escuela, fábrica, hogar. El 24 de junio tes industrias, el Centro catequístico
de 1967, llega la noticia de que en con 20 grupos llevados por 20 cate-
Icoaraci cierra una pequeña industria y quistas seglares, a las que las Herma-
está en venta toda la maquinaria y nas buscan y preparan durante las va-
herramental para la fabricación de la caciones, y el "Club de las madres".
artesanía típica del lugar: hamacas, Todo esto es un testimonio real de la
tiendas de campaña, alfombras, bolsas, esperanza que siempre animó a estas
tejidos en general de la típica fibra "ri- Hijas de María Auxiliadora.
zal".
"Saber leer y escribir, adquirir una for-
Se piensa enseguida en un viejo mación profesional y recobrar la
proyecto que les bulle en la cabeza confianza en sí mismo, es descubrir
hace mucho tiempo, para el que ese que se puede progresar junto con los
material, que se vende, vendría como demás". Son estas palabras de Pablo
anillo al dedo. Pero ¿dónde encontrar VI en la "Populorum Progressio" las
el dinero?.
que animan el "Centro Auxilium", y
El Presidente de la "Asociación Juan encuentran a la par en el mismo res-
XXIII" es el instrumento del que se puesta y confirmación. Una confirma-
sirve la Providencia. Ya se había inte- ción que se hace visible en la sonrisa
resado cuando se construía el edificio: de esperanza que florece en todos
ahora lo hace posible aportando los aquellos semblantes abiertos cristiana-
medios para realizar el proyecto.
mente a la vida.
Comienza así una originalísima es- En el mísero barrio de Sacramenta se
cuela profesional. Los trabajos de arte- construye lentamente el Reino de
sanía de las alumnas - bajo la direc- Dios. En esta área de fuerte subdesa-
ción y organización de las Salesianas - rrollo, foco de vicio y de ignorancia, va
quedan perfectos en la ejecución y lla- tomando posesión el Señor, de aquel
man la atención por su originalidad en sector de la humanidad que fue califi-
la combinación de los colores: se los cado de "bienaventurado" en el ser-
quitan de las manos.
món de la montaña.
*
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
54
"Buscad a esos hermanos a quienes la
miseria o la desgracia llevó a tierra ex-
tranjera": la invitación de Don Bosco a
los misioneros salesianos, en la pri-
mera expedición, abordaba un pro-
blema humano y cristiano, dramático
entonces, y no menos urgente hoy.
No se ha realizado por desgracia to-
davía el principio bíblico de que la
tierra y sus bienes son propiedad de
Dios, el cual la ha transferido a los
hombres en usufructo; propriedad que
ha de ser repartida entre todos los hu-
manos: esta es la razón por la que el
egoísmo de unos, obliga a emigrar a
los otros.
Abandonan una cultura o intentan
adaptarse a otra nueva, pero terminan
marginados. Al ser muchos los que
acuden a disputarse los pocos puestos
de trabajo que quedan libres, su tra-
bajo es minusvalorado, y terminan
siendo explotados por los "traficantes
de brazos".
No encuentran escuelas donde se ha-
ble la lengua de sus hijos, ni organiza-
ciones donde encuadrarlos, y los ven
crecer en el abandono cultural y moral
más doloroso. Intentan integrarse en
una Iglesia local que es insensible al
problema de la migración, porque no lo
padece, y se convierten en cristianos
bautizados pero no evangelizados. Su-
fren, en fin, todos los inconvenientes
del éxodo bíblico, pero sin la esperanza
de una tierra de promisión.
"Buscad a esos hermanos...". La invi-
tación de Don Bosco ha encontrado
siempre dispuestos a los misioneros
salesianos.
En busca de una nueva patria. Así
describía Mons. Jeremías Bonomelli
en 1900 la situación de tantas existen-
cias arrancadas de su tierra natal y
obligadas a buscar una nueva patria:
"Diseminados por países de los que
desconocen las costumbres y la len-

6.8 Page 58

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gua, sin lazos de unión con el lugar y
la gente, sin defensa posible contra las
artes de especuladores sin conciencia,
sin saber cómo hay que actuar en ca-
sos de desempleo, accidente laboral o
cualquier otra contingencia, en gran
parte analfabetos, estos trabajadores se
desenvuelven a menudo en condicio-
nes verdaderamente lastimosas. Y no
son menos graves los problemas mora-
les: la pérdida de la fe, la ruina de las
buenas costumbres, la insinuación de
doctrinas sectarias, el envenenamiento
intelectual, el odio de clase que beben
a grandes tragos en periódicos, conver-
saciones, antros anárquicos, y que sue-
len dar amargos frutos. Todo esto es
un oratorio festivo y, más adelante,
una escuela elemental y de comercio
para los hijos de los emigrantes.
Más tarde, en 1906, se establece un
"Secretariado del pueblo" para hacer
frente a tantos casos ordinarios y ex-
traordinarios.
En 1877, funda D. Cagliero en Buenos
Aires una segunda obra en favor de los
emigrantes en el barrio, entonces de
no muy buena fama, de La Boca, nido
de las más diversas sectas religiosas o
facciones políticas, dominado por la
irreligiosidad y la mala vida. Durante
algunos años los Salesianos tienen que
afrontar dificultades sin fin, luchas,
violencias, amenazas de muerte;
Buenos Aires: Grupo de emigrantes italianos
organizado por los Salesianos en la parroquia
«Mater misericordiae» a principios de siglo.
consecuencia natural del estado de luego, poco a poco, las diversas obras
abandono y aislamiento al que arroja asistenciales y escolares que funcionan
necesariamente la emigración al traba- bien, terminan por purificar la zona.
jador".
En 1908 tienen los Salesianos y Sale-
sianas en Buenos Aires 12 oratorios y
En Buenos Aires. Los misioneros sale- 10 colegios frecuentados por millares
sianos se ocupan desde el principio de de jóvenes, en su mayoría inmigrantes
los emigrantes italianos, cuyo contin- italianos.
gente, modesto en los comienzos de la También las otras casas salesianas del
colonización, aumentará de año en país, cuyo fin primario no es precisa-
año, hasta alcanzar cifras impresionan- mente el cuidado de los inmigrantes,
tes. Son 100.000 en 1880; 600.000 en se interesan siempre que pueden por
1900 y llegarán a 900.000 en 1913. No este problema.
es extraño por tanto que la primera
obra abierta por los Salesianos en Los Secretariados del pueblo. En 1904
América, sea para los emigrantes.
crean los Salesianos en Turín una
La capital argentina tenía, en 1875, "Comisión para los emigrantes" que,
30.000 italianos, y mientras los emi- hasta la primera guerra mundial, y aun
grantes franceses, ingleses, alemanes, después, marca pautas precisas de tra-
tienen sus capellanes, los italianos - bajo, y anima diversas actividades.
que hasta se han construido su propria La principal es la apertura, en varias
iglesia - carecen de ellos.
casas, de los "Secretariados del pue-
Por eso D. Cagliero en 1875 divide a blo", en los que los inmigrantes en-
los primeros misioneros en dos grupos cuentran consejo y ayuda: se les faci-
y dedica uno al servicio de los emi- lita la escritura y envío de la corres-
grantes. El templo que les confían bajo pondencia, las relaciones con las auto-
el título de "Mater misericordiae" es ridades civiles, las gestiones para
más conocido como "Iglesia de los ita- conseguir un puesto de trabajo, para
lianos". Abre Cagliero, al lado de ésta, rellenar un impreso... Los Secretaria-
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
dos están abiertos a todos, sin distin-
ción de credo político o religioso.
Los emigrantes se van orientando na-
tural y familiarmente hacia las obras
salesianas, con la seguridad de encon-
trar siempre un amigo dispuesto a
ayudarles.
Esta panorámica se da, no solamente
en Argentina, sino en cualquier sitio
donde esté presente la obra salesiana;
por ejemplo en Sao Paulo donde la in-
migración es un problema de primera
línea dado el número grande (un mil-
lón de italianos en 1910) de europeos
que han acudido a la "tierra prome-
tida" del Brasil.
La necesidad de ayuda es mayor to-
davía en Estados Unidos, donde la di-
ficultad de la lengua, mucho mayor
que en América Latina, encierra a tan-
tos emigrantes en la cárcel de un aisla-
miento social y religioso. De aquí que
las primeras obras salesianas en este
gran país están dedicadas a los inmi-
grantes: en Nueva York, San Fran-
cisco, Paterson, Hawthorn...
"Misiones". No es menor la atención
que se dedica a los emigrantes italia-
55

6.9 Page 59

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La " nueva frontera"
del Ariari
nos en los países de Europa, donde Por los años cincuenta eran alrededor
han surgido obras sólo con esta finali- de un millar de personas; en 1964
dad, denominadas con el nombre, ya unos 50.000; y actualmente son
consagrado por el uso, de "misiones". 260.000 los pioneros del Ariari (35.000
Cuando, al lado de misioneros de ori- km2 de selva virgen en el Departa-
gen italiano, se encuentran también mento de Meta, en Colombia).
salesianos de otras nacionalidades, se Decir Ariari es hablar de una carrera,
encargan ellos de sus compatriotas más bien de un asalto a la selva virgen
emigrantes. Así, hay sacerdotes pola- situada en la verde llanura que des-
cos en Buenos Aires, en Estados Un- ciende desde los Andes hasta la in-
didos y en Londres; alemanes en Val- mensa cuenca brasileña del Amazo-
divia de Chile; portugueses en Califor- nas: Una migración cada vez más
nia; españoles en Alemania y Suiza... densa, un problema humano y un pro-
Se han abierto a este fin casas en blema de la Iglesia.
África y Asia: Oran, Ciudad del Cabo, Estos pioneros son gente llegada de to-
Túnez, Esmirna, Estambul.
das partes de Colombia. Los primeros
D. Rúa, el sucesor de Don Bosco, es de todos - lo demuestran los mismos
explícito con sus misioneros: ordena nombres que daban a los poblados: El
que en toda obra situada en los países Dorado, Fuente de Oro, Puerto Rico, y
donde trabajan, haya siempre un sale- el nombre que dieron a la región,
siano que se encargue de los emigran- Ariari, "oro-oro" - eran buscadores de
tes. A su muerte, en 1910, funciona- oro, desilusionados de tanta búsqueda
nan 43 "Secretariados del pueblo" en inútil; hombres a veces con ganas de
todo el mundo.
olvidar un pasado; con frecuencia
Luego, la primera guerra mundial y la comprometidos en política, vencidos
creación de numerosos organismos ci- de las múltiples guerras civiles del
viles y religiosos para los emigrantes, país... (Dice la copla popular: "En Co-
han hecho menos apremiante esta lombia que es la tierra - de las cosas
obra, y esta actividad "misionera y hu- singulares - traen la paz los militares -
manitaria" ha ido a menos, sin que se y los paisanos la guerra").
pueda decir que se ha apagado del todo
el interés salesiano en esta parcela.
Hoy se estudian y realizan formas de
"Poseed la tierra". Las gentes del
Ariari son gente ruda, hombres de una
asistencia pastoral puestas al día. * unueva frontera" que les obliga a un
continuo duelo a muerte con la selva.
Llegaba primeramente el jefe de fami-
lia solo, con su caballo, el machete (el
terrible machete usado para abrirse ca:
mino en la floresta y para imponer res-
peto al enemigo) y un saco de si-
miente. Se instalaba en el límite entre
la tierra cultivada y la selva, y, a golpe
de machete, se acotaba su futura par-
cela tan grande como juzgaba conve-
niente para sí y para todos los suyos
(pronto llegarán las disposiciones de la
autoridad señalando límites, progra-
mas de cultivo y expropiaciones de te-
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
56
rrenos excesivamente grandes).
El colono obedecía sin saberlo al man-
damiento bíblico: "Poseed la tierra".
La primera tarde se construía una ca-
bana para defenderse de las sorpresas
nocturnas. Luego abatía el bosque y le
daba fuego, marcando los límites del
campo (las cenizas hacían de poderoso
fertilizante).
Apenas podía, hacía la siembra, esco-
giendo los productos que más rápi-
mente se cosechaban.
Venían luego los meses más duros de
lucha contra el hambre y los peligros
de la naturaleza. Recogida la primera
cosecha, el colono se apresuraba a lle-
varla al mercado, y empleaba el exiguo
importe de la misma en comprar los
mínimos aperos de labranza necesarios
en la plantación.
Luego tomaba a su mujer y a sus hijos
y los llevaba a la cabana.
Caballo, machete, sombrero. Desde
hace años controla el Gobierno el mo-
vimiento de los colonos, asigna terre-
nos, favorece la penetración en la selva
mediante un mínimo de infraestruc-
tura: traza caminos, tiende puentes, y,
cuando se ha formado un pequeño
centro, construye una escuela.
Pero a esos pequeños centros acuden
también por desgracia, y en abundacia,
comerciantes y especuladores que in-
troducen la cerveza, el alcohol y la
prostitución. Llega luego la plaga de la
violencia. "En mi parroquia -comenta
un misionero de la primera hora -
había un homicidio cada ocho días,
como en las películas del Oeste. Pero
hace años que ya no se dan delitos.
¿Que por qué?: muy sencillo: porque
los matones se han ido eliminando
mutuamente y los pocos que queda-
ban han sido invitados a abandonar el
lugar, de modo que ha quedado sólo la
gente pacífica".
"Caballo, machete y sombrero - hacen
de un hombre un llanero", dice el di-
cho popular. Y lo corrobora la vieja
canción colombiana: "En mi caballo yo
solo - y encima...sólo el sombrero".
La selva exige sudor y sangre para de-
jarse dominar, pero es agradecida. Los
poblados van surgiendo amplios y es-
paciosos. En las recientes urbanizacio-
nes de los pueblos, entre casa y casa
(todas de madera y de un solo piso)
queda un espacio enorme para el tra-
zado de amplias avenidas en la ciudad
del futuro.
Pues, en este mundo de emigrantes
que se mueven en busca de seguridad
y estabilidad, se han encarnado los Sa-
lesianos por invitación de la Santa

6.10 Page 60

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Sede, intentando ser levadura en la
masa para conseguir "hacer Iglesia".
El recibimiento. Granada, la capital
del Ariari, era en 1964 poco más que
un pueblo. La sede de la Prefectura
Apostólica confiada a los Salesianos
era una vieja casucha reducida y des-
tartalada.
Aquel cinco de abril, Mons. Jesús Co-
ronado y sus seis Salesianos colombia-
nos (cuatro de los cuales eran sacerdo-
tes) hicieron su entrada sencilla, fami-
liar, en la ciudad. La gente del pe-
queño centro los recibió con alegría y
simpatía. En el Ariari están todos bau-
tizados, todos se declaran cristianos,
ses en el recibimiento, pero muy flojos
en el cumplimiento del mínimo com-
promiso cristiano.
Las Hermanas en jeep. Aquel mismo
año va Mons. Coronado a Roma, al
Concilio, y vuelve con nuevas perspec-
tivas pastorales ...y con dos nuevos
misioneros. Cada año llega algún Sale-
siano más, pero la llegada que causa
sensación es la de las Hijas de María
Auxiliadora (1965).
"Cuando ellas no estaban todavía - re-
cuerda un misionero - teníamos la im-
presión de que nunca íbamos a lograr
nada. Pero luego, al verlas a ellas, la
gente cambió su actitud con respecto a
metro de maderas entrelazadas que
une por carrretera dos puntos estraté-
gicos de la región.
Las Hijas de María Auxiliadora abren
en 1967 en Granada una escuela de
magisterio: era difícil hacer venir de
otros lugares maestros preparados; en
alguna ocasión ha ejercido de maestro
el alumno más promocionado que
había acabado el último curso...
En 1969 los Salesianos fundan la es-
cuela agrícola "Holanda" que acoge al-
gunos internos. El 72 la Prefectura se
ve enriquecida con la labor de tres
Hermanas colombianas "Hijas de los
Sagrados Corazones", la Congregación
fundada por el salesiano D. Luis Va-
riara en el lazareto de Agua de Dios.
Las Hijas de María Auxiliadora abren
una segunda obra y una ter-
cera...Mons. Coronado es promovido
en 1973 a la sede episcopal de Girar-
dot, y lo sustituye Mons. Jaramillo
Duque.
Se tiene la impresión de que se ha ce-
rrado una etapa y comienza otra, de
nueva organización, casi se diría de
mayoría de edad.
Vista Hermosa (Ariari, Colombia): la «calle mayor» del pueblo. Las casas tienen
todavía los tejados de paja, pero las calles están trazadas a la medida de la futura gran ciudad.
todos quieren ser enterrados con la
presencia del sacerdote, pero luego vi-
ven como pueden (no todos, por ejem-
plo, piensan que sea necesario el ma-
trimonio para crear una familia). Los
más viejos del lugar, al ver las blancas
sotanas de los misioneros, recordaban
a los demás el antiguo refrán "Pueblo
con curas progresa", y asentían satisfe-
chos moviendo la cabeza.
Además de las dificultades normales a
todos los misioneros, encontraron los
Salesianos aquí la gran dificultad de
los viajes, sepultados en una inmensa
región impenetrable, donde en ciertos
momentos es ideal el jeep, en otros la
canoa, en muchas ocasiones el caballo,
y siempre las alas.
Por todas partes son recibidos los "Pa-
drecitos" con muestras de afecto.
Gente buena, resignada, con la ilusión
rota mil veces por la vida nómada que
han llevado, pero con la voluntad deci-
dida de recomenzar siempre y de vol-
ver a construir un futuro mejor: córte-
la religión".
Y sigue comentando: "Será también
porque en Colombia hay una profunda
veneración por las Hermanas; el caso
es que desde entonces nuestras inicia-
tivas tienen éxito, sobre todo en los lu-
gares donde trabajamos juntos".
Algunas de las Salesianas son itineran-
tes: parten el lunes por la mañana con
el jeep (que conducen como pueden
por aquellos caminos impracticables,
demostrando un temple de acero) y
vuelven el sábado.
Durante la semana pasan por las casas
perdidas en la selva, poniendo a dispo-
sición de las mujeres del lugar sus co-
nocimientos de higiene, puericultura,
costura, cocina, y dando instrucción
religiosa, en medio de mil peligros y
dificultades.
Cada año, junto con la población, au-
menta también el fruto misionero de
los Salesianos y Salesianas.
En 1967 han construido los Salesianos
un puente sobre el rio Ariari: un kiló-
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
Ser cristianos en grupo. De hecho el
Ariari ha sido dotado de carreteras y
puentes: es ahora más fácil comuni-
carse con el resto del país, y - cosa
también muy importante - los colonos
pueden llevar con facilidad sus pro-
ductos a los mercados nacionales. La
situación escolar ha mejorado mucho:
hay 165 escuelas elementales atendi-
das por maestros fijos y tres escuelas
medias: dos femeninas llevadas por las
Salesianas y la escuela agrícola sale-
siana; el total de los que asisten a estas
escuelas medias roza el millar.
El Ariari tiene ahora 11 parroquias,
trece iglesias y diez capillas; hay tam-
bién 16 residencias. Son 26 los Salesia-
nos que trabajan en este campo (20 sa-
cerdotes) y 17 las Hijas de María Auxi-
liadora, más siete Hermanas de otras
Congregaciones y cinco catequistas lai-
cos a plena dedicación.
Al principio estaban desperdigadas to-
das estas fuerzas por diversos puntos
de la Prefectura; ahora, siguiendo un
nuevo plan pastoral, han sido reunidas
todas las fuerzas apostólicas en cinco
centros de irradiación. Esto permite
una vida comunitaria más vigorizante
para los misioneros y un influjo más
positivo en la población.
Es, en efecto, la gente del Ariari
aconstumbrada a vivir su propia reli-
giosidad de una manera individual. Y
no sabe, porque no lo ha visto nunca,
que es posible ser cristiano en grupo,
57

7 Pages 61-70

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7.1 Page 61

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Canaguaro, en el Ariari:
a la izquierda, el pá ñoco
P. Ángel Bianchi; abajo, fiesta de
las Primeras Comuniones en la obra,
de reciente fundación, de las Salesianas.
" Estaba enfermo
y me visitasteis"
que es posible hacer Iglesia entre to-
dos.
Las cinco comunidades misioneras tie-
nen también esta misión: proporcionar
un modelo, un grupo de muy diversas
personas, y demostrar que esto es
upuro estilo cristiano".
La acción ude puerta a puerta" de mi-
sioneros y Salesianas itinerantes, ha
dado buenos resultados. Pero han
cambiado los tiempos y los métodos.
El' método de Don Bosco, "el interés
desinteresado por los jóvenes", una
vez más se ha demostrado eficaz. (En
el fondo, los hijos son la verdadera ri-
queza de esta pobre gente).
Objetivos. Sin embargo queda todavía
por realizar la mayor parte de la obra
misionera: el Ariari es uuna nueva
frontera" también para la Iglesia.
familias ejemplares, maestros educa-
dores. Igualmente, para hacer frente a
la pobreza reinante, hay que promover
formas de cooperativismo cristiano.
La región del Ariari va encontrando
fatigosamente en sus proprias entrañas
y en la tenacidad de su pueblo joven
las energías para realizarse.
El Ariari cristiano va a depender mu-
cho del trabajo de estos próximos
años: falta, es cierto, una tradición de
fe, pero tampoco existe el peso muerto
de tradiciones superadas.
Este pueblo emigrante, todavía en es-
tado de fluidez, poco a poco se rea-
firma y adquiere consistencia. Es de
suma importancia para su futuro que
esté presente en su masa la levadura
de un Evangelio joven, atrayente y efi-
caz.
*
Objetivos inmediatos son las obras
para la juventud: crear oratorios, cen-
tros juveniles, grupos de reflexión y
compromiso cristiano.
Hay que preparar "multiplicadores" de
la acción pastoral: catequistas seglares,
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
58
Filas interminables de mamas con sus
bebés a la espalda, de hombres, de
muchachos, de viejos...: todos los en-
fermos que vengan, sin excluir los le-
prosos, se agolpan cada día en los dis-
pensarios, ambulatorios, hospitales de
las Hijas de María Auxiliadora; espe-
ran con confianza, escuchan un
consejo para los niños enfermos, piden
una medicina que les devuelva la sa-
lud.
Las Hijas de María Auxiliadora atien-
den un total de 22 hospitales y 56 dis-
pensarios con casi un millón de casos
al año.Trabajan a veces en plena selva,
como en Sangradouro o San Marcos en
el Brasil, en Chiguaza, Bomboiza, Su-
cúa, Sevilla en el Ecuador; o se en-
cuentran en las altas cordilleras, como
en Totontepec y Santa María Tlahui-
toltepec entre los Mixes de México; o
en pequeños centros de las periferias
sangrantes de las grandes ciudades,
como en Tondo en las Filipinas, y en
Shillong, Vyasarpady, Katpadi, Arni
en la India. Su obra de asistencia sani-
taria no es más que una forma integra-
tiva del apostolado misionero, pero so-
cial y cristianamente de importancia
capital.
Las Hermanas reciben a todos: cristia-
nos y no cristianos, buenos y menos
buenos, sin preguntar por la raza o la
lengua. El dolor hace a todos iguales, y
todos acuden en la confianza de ser es-
cuchados y curados con amor.
Cuerpos y almas. En los ambulatorios
y dispensarios la Hija de María Auxi-
liadora ha de sustituir al médico, que
reside lejos y se deja ver alguna que
otra vez al mes y, en ciertos puestos de
vanguardia, sólo una vez al año. Así es
que descansa sobre ella todo el peso
del trabajo y de la responsabilidad.
Presta los primeros auxilios en caso de
mordeduras de serpientes o picaduras
de insectos; ha de curar heridas de

7.2 Page 62

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lanza o de armas de fuego, desgarra- DISPENSARIOS
mientos de animales; se convierte a 10
veces, incluso, en cirujano (¡cuántas
veces es necesario amputar un miem-
bro para atajar el estado avanzado de
gangrena!).
Los hospitales de la misión no siempre
pueden presentar una funcionalidad
ideal ni pueden ofrecer un instrumen-
tal que responda a las exigencias de la
cirujía moderna. Pero en general los
enfermos tienen poco (¡nada!) que es-
coger y acuden de todas partes.
Las pobres (¡muy limpias!) habitacio-
nes suelen estar superpobladas de en-
fermos: todas las camas ocupadas y las
camillas colocadas en los corredores:
siempre queda un lugar para el niño
áí
con quemaduras de tercer grado o para HOSPITALES
el hombre del infarto; rápidamente se
curan las quemaduras y con la misma
rapidez se suministra oxígeno...
Sería de desear el don de la bilocación,
más aún, el de la multicolación apli-
cado a camas, instrumentos, medici-
nas y Hermanas: tal vez así se llegaría
a todo.
Los enfermos, además de los cuidados
materiales, reciben también la ayuda
tangible del Señor, invocado siempre
con fe por la Hermana enfermera, so-
bre todo en los momentos difíciles.
AMBULATORIOS
«Por la noche - cuenta una Salesiana -
arrodillada delante del sagrario, rezo
completas, y me vienen a la memoria
los nombres de todos mis enfermos. Si
tengo tiempo se los recomiendo al Se-
ñor uno por uno. Los días en los que
se me hace tarde, y el sueño no me
deja tener los ojos abiertos, pido al Se-
ñor que les dé la bendición a todos uen
bloque", y me voy a dormir tranquila».
* En la ordenada se señala el número de dispensarios, hospita-
les, ambulatorios.
La Hija de María Auxiliadora hace lo * En la abscisa el lugar donde se encuentran.
posible para que todos los enfermos
sientan al Médico divino en su cabe-
cera dispuesto a curarles el alma y el
cuerpo, y se considera humilde instru-
mento de Dios.
Así es como el pequeño Shuar José
María o el viejo musulmán Mahmud o
la mujer indú Vanjakshi, han llegado a
conocer al Padre revelado en Cristo, a
través del testimonio de la Hermana.
último rincón de la selva, o situadas a
lo largo de los ríos. La rodean ense-
guida los habitantes del poblado y co-
mienzan a desgranar su rosario dolo-
roso: "Arráncame este diente, hace
diez días que me duele". "Ven a mi
casa, tengo a mi niño enfermo". "¿No
ves cómo no puedo andar?", y le tiran
del hábito... ¡Igual que Cristo hace dos
mil años por los polvorientos caminos
Itinerante. Alguna Salesiana es enfer- de Palestina!
mera itinerante. A bordo de un jeep, Así todo el día. Vuelve por la noche a
en moto, o simplemente en bicicleta, la misión con la fatiga en el rostro y el
parte cada día con su bolsa de medici- dolor de las enfermedades ajenas en el
nas (antibióticos, sulfamidas, anelgési- corazón, pero con el alma iluminada.
cos y vitaminas) y su viejo botiquín Y hay que dormir aprisa, porque al día
desgastado por el uso, que contiene el siguiente se parte al salir el sol.
estetoscopio, un bisturí y unas pinzas Así día tras día, año tras año, hasta
de extracción de muelas.
que un día se escucha cariñosa la voz
Las visitas a los poblados la entretie- del Señor: "Ven, bendita de mi Padre,
nen todo el día. Va a buscar a los en- a poseer el reino, porque estuve en-
fermos en las cabanas perdidas en el fermo y me visitaste".
*
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
Hermano,
estamos aquí por ti
Ya se ha puesto el sol... Acaba de ce-
rrarse la puerta del pequeño dispensa-
rio. Las Hermanas pueden concederse
por fin un merecido descanso. Pero,
no, todavía llama un enfermo: es el
pobre Raj, a quien la lepra ya en su
fase final le obliga a caminar arrastrán-
dose. Le curan las llagas, le vendan las
heridas. Y una sonrisa y un puñado de
arroz hacen que se asome todavía un
brillo tenue a sus pobres ojos febrici-
tantes y apagados, pero agradecidos y
confiados.
Raj ha aprendido de las Hermanas que
el sufrimiento tiene un valor, que su
dolor es fecundo. Desde que ha descu-
bierto que Dios es amor, es feliz de po-
der participar en el sufrimiento de
Cristo por, la salvación de los herma-
nos.
Y como Raj, fueron hoy otros 300 le-
prosos los que recibieron asistencia, los
que encontraron un alivio físico y espi-
ritual. Una mano fraterna se ha posado
sobre cada uno de los enfermos para
aliviar el mal, una sonrisa ha serenado
aquel corazón desgarrado, y una pala-
bra de ánimo le ha devuelto la
confianza en la vida.
Era una misera cabana. Las Hijas de
María Auxiliadora aceptaron el pe-
queño dispensario de Arni, contiguo a
una escuela-orfanatrofio, cuando las
Hermanas de San José Cluny se vie-
ron en la necesidad de dejarlo. Era el
año 1928.
El dispensario está en un barrio de las
afueras de Arni, pequeña ciudad a 45
kilómetros de Vellore, en el sur de la
India. La mayoría de sus habitantes,
37.000, es indú. Los católicos son po-
cos y, como siempre, los más pobres.
El clima es caluroso y seco. Hay muy
poca agua, y con frecuencia aparece el
espectro del hambre, porque se pierden
las cosechas a causa de la sequía que
azota la región.
59

7.3 Page 63

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El dispensario funcionó hasta 1967 en
una pequeña y mísera cabana, que las
inclemencias del tiempo hicieron, poco
a poco, inhabitable. Había que pensar
en su reconstrucción.
La asociación alemana "Misereor" y
los amigos de América, que ayudan a
los leprosos, contribuyeron.
Hoy es un hospital de dos plantas y re-
cibe a enfermos que llegan de todas
partes. Está organizado para realizar las
curas del ambulatorio, pero hay tam-
bién algunas habitaciones para internar
los casos de urgencia. Está dotado de
moderno instrumental para ejercer la
medicina con toda garantía. Las fichas
para obrar así: hay quien prefiere la no-
che para no mostrarse ante la gente
como leproso.
Desnutrición, falta de agua y de hi-
giene, ignorancia... éstas son las causas
más inmediatas de todos los males,
que tocan toda la gama: desde simples
anemias, hasta llagas gangrenosas in-
curables; desde los primeros síntomas
de la lepra, hasta la mutilación de dife-
rentes partes del cuerpo.
Prevenir. El centenar de leprosos que
frecuentan el dispensario ofrecen un
espectáculo lastimoso y a veces repul-
sivo. La enfermedad no hace distin-
busca además la forma de romper el
aislamiento y la soledad que se da en-
tre ellos con harta frecuencia. En oca-
siones especiales las Hermanas, con
las jóvenes que frecuentan las clases
superiores, entretienen cariñosamente
a los enfermos con programas musica-
les, recitales y otras diversiones. La
fiesta de Navidad es la más emocio-
nante, familiar y esperada.
Son casi siempre los pobres, los que
más ayudan a los mismos pobres. Un
día las jóvenes de la escuela contigua
al dispensario, atendida también por
las Salesianas, quisieron llevar al altar
el fruto de sus sacrificios para ofrecerlo
a los enfermos. Todas tenían algo que
ofrecer, aunque sólo fuera un puñado
de arroz envuelto en un papel o el plá-
tano de la merienda. Al final de la
misa, con los regalos depositados en
las cestas al ofertorio, se pudo preparar
un paquete para cada enfermo del dis-
pensario: era el don de los pobres para
los pobres.
Un indú que no miraba con buenos
ojos el dispensario y que se había enfa-
dado en un principio con su hija por
los alimentos "llevados a las Herma-
nas", después de contemplar el espec-
táculo de felicidad de aquellos desgra-
ciados, se arrojó al suelo pidiendo per-
dón. Acababa de descubrir el milagro
de la "caridad desinteresada".
Arni, India: El dispensario de las Hijas de María Auxiliadora en sus tiempos difíciles (1949).
clínicas de los leprosos en activo pasan ción de edad: se encuentran aquejados
de 800.
de tan horrible enfermedad viejos,
adolescentes, niños de apenas dos
Vienen de noche. Una doctora, la se- años.
ñorita Shanty, trabaja aquí a plena de- Las Salesianas intentan además preve-
dicación desde hace quince años. Su nir la enfermedad (miles de personas
sueldo mensual no llega a la 25 rupias: son leprosas sin saberlo): en los niños
unos honorarios irrisorios para un tra- puede ser prevista y curada.
bajo tan grande; pero es ella misma la A este fin las dos Hermanas enferme-
que no desea más, porque quiere vivir ras pidieron a las autoridades escolás-
como las Salesianas: pobre entre los tica y obtuvieron permiso, en la prima-
pobres.
vera del 74, para visitar a los alumnos
Los casos particularmente difíciles y de las escuelas públicas. En una sola
dolorosos son los que requieren sus escuela elemental encontraron más de
cuidados. Es ella la que señala a la Di- 70 casos de lepra incipiente. Les some-
rectora aquella niñita que tiene necesi- tieron a curas de prevención y a una
dad absoluta de un reconstituyente, dieta especial. Para otros casos recla-
aquella familia a la que hay que sumi- maron una radical intervención por
nistrar alimento y vitaminas, aquella parte de la autoridad civil, con el fin de
joven futura mamá a la que hay que evitar el contagio.
sobrealimentar y hacerla descansar en
ambiente tranquilo y sano.
El don de los pobres. Los enfermos re-
Dos enfermeras Hijas de María Auxi- ciben en el dispensario, además del
liadora están totalmente dedicadas a tratamiento para la enfermedad que
recibir y curar a los enfermos. Trabajan padecen, el alimento necesario para vi-
a ritmo acelerado. La salida del sol las vir y para combatir el mal; se les da
encuentra en su trabajo. Por la noche, también vestido y cuanto necesitan.
aun tarde, esperan, pacientes, la lle- Se desviven las Hermanas por salir al
gada de MloissioúlntiemsosD; ohnayBuonscmooativñoo ceienncutoen.t1ro87d5e StoDdoB e1l8q7u7e FsMufrAe. Se
Estoy aquí por ti. A través del ali-
mento de cada día y del cuidado del
cuerpo, quieren las Hermanas llegar al
alma de estos pobres hermanos que
sufren. Desmenuzan la palabra de
Dios con sencillez, con amor, con clari-
dad. Su misma vida de lento sacrificio
y heroica inmolación es un testimonio
deslumbrante de que el Cristianismo
es la religión del Amor.
Ahora los tiempos están cambiando.
Las Salesianas, a través de la asistencia
de varias organizaciones, aun locales,
reciben con regularidad cuanto necesi-
tan para los enfermos. Pero su espíritu
ha permanecido igual: la fe es su única
fuerza. El servicio fraterno, cariñoso,
hecho sólo por amor, sigue consti-
tuyendo su estilo de vida.
Los días discurren veloces en el dis-
pensario de Arni. La alegría de la en-
trega es siempre nueva. Nuevos her-
manos llaman a las puertas y al cora-
zón de las Salesianas, que van repi-
tiendo a cada uno con renovado gozo:
"Hermano, estamos aquí por ti".
La seguridad de que "aquello que ha-
céis a uno de estos pequeños, me lo
hacéis a mí", les sostiene en medio de
las privaciones, de las incomprensio-
nes y de los fracasos.
*
60

7.4 Page 64

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La placa del «Instituto para ciegos»:
al frente de él las Hijas de María Auxiliadora
(Bang Kok).
" Ahora, aunque
no tengo ojos, veo"
Virija Sae, joven thailandés de Bang Pero otros, demasiados, quedaban sin Encuentran una finalidad. Muchos de
Kok, estudiante inteligente y aplicado, que nadie les atendiera, necesitados de los que están en el colegio de ciegos, lo
fue alcanzado durante la guerra por la ayuda para aprender de nuevo el difícil están gratuitamente; otros pagan una
explosión de una bomba, y quedó arte de vivir.
pensión simbólica; pero a ningún niño
ciego para siempre.
La fundadora de la obra, al repatriarse, le ha faltado nunca nada.
La pérdida de la vista, la tristeza de ser había recomendado al Sr. Arzobispo Más aún, según sus aptitudes natura-
objeto de expiación (según los budis- que su obra continuara con criterios les, consiguen una cualificación profe-
tas, toda desgracia es un castigo en ex- educativos cristianos. Después de la sional o continúan los estudios hasta
piación de los pecados propios o de los partida de Genevieve Caufield, el pre- obtener el título superior. Muchachos,
padres o de los antepasados), el dis- sidente budista del "Comité de soste- que han sido probados por la desgracia,
gusto de no poder continuar sus estu- nimiento" de la obra hacía solemne están en condiciones de integrarse con
dios, todo esto estaba llevando al jo- entrega de la misma a las Hijas de dignidad en la sociedad. Jóvenes, que
ven al borde de la desesperación
María Auxiliadora, declarando: "Os se creían condenados al aislamiento y
Y como Virija, ¡cuántos ciegos, jóve- hemos confiado esta obra de caridad a vivir marginados, encuentran una fi-
nes, muchachos, niños, víctimas de en la seguridad de que ponemos a es- nalidad a su existencia y aprenden a
curas equivocadas, de prácticas super- tos infelicen en buenas manos. Si construirse un nuevo estilo de vida va-
sticiosas, de desgracias, de la guerra! vuestra religión puede contribuir a que lorizando sus cualidades.
Son las sombras que contrastan con las sean menos desgraciados, no les ne- La casa es ahora una amplia y sólida
luces exuberantes del maravilloso cua- guéis este consuelo".
construcción de tres plantas de ce-
tro de Thailandia, la península de oro, Y las Hijas de María Auxiliadora, tres mento y ladrillos. El jardín que rodea
de vida, de sol, de cielo eternamente en total, se pusieron manos a la obra. el edificio y el amplio parque con jue-
azul, de vegetación siempre verde, de Al principio abundaron las dificulta- gos apropiados, ofrecen campo a la
pájaros juguetones que estallan en des, normales en algo que empieza. continuidad de experiencias de trabajo
bandadas de mil colores. Virija ya no Pero había algo que no era normal: las que han iniciado en las aulas.
verá nunca estas maravillas; se le han casas de madera, al ser alquiladas, ca- El tiempo transcurre para los inviden-
apagado las pupilas... Y los mil Virijas recían, además de las mínimas como- tes (entre 150 y 160 en la actualidad)
de Thailandia tampoco.
didades, de un requisito indispensable: en la exploración y descubrimiento de
Pero un día alguien pensó que había, la estabilidad.
la realidad que les rodea y en la forma-
seguramente, un camino para traducir Se vio clara, por otra parte, la razón de ción cultural y espiritual.
estas sensaciones y ponerlas en clave ciertas amenazas de expulsión sin jus- La escuela parece a primera vista una
perceptible para ellos.
tificación alguna, cuando se conocie- especie de castillo encantado. Se escu-
Con cariño, con paciencia, con bon- ron los enredos con los que se inten- chan por los corredores suaves pisadas
dad, con el alfabeto mágico del cora- taba alejar de la escuela a las religiosas. de menudos pies descalzos que, con
zón. La primera en intentarlo, en 1941, La obra molestaba a alguien. Fueron rara sensibilidad perceptiva, soslayan
fue una joven católica americana, Ge- los mismos jóvenes huéspedes, los que todo obstáculo y caminan ligeros sobre
nevieve Caulfield, ciega también ella intuyeron y desenmascararon la insi- las esteras. Son figuras alargadas, con
desde la infancia. Pero en 1947 desistió dia de ciertas maniobras: declararon la cabeza erguida y con una expresión
desanimada. A partir de entonces son taxativamente a las autoridades que serena y decidida, que van y vienen
las Hijas de María Auxiliadora las que no quedaría ninguno, si se mandaba con un orden admirable fruto del in-
siguen haciendo pruebas con resulta- fuera a las Hermanas.
nato sentido de propiedad que les nace
dos positivos; y no han pensado to- Ahora todo esto es agua pasada. Las dentro.
davía en desanimarse.
Hijas de María Auxiliadora cuentan La disposición de las diversas aulas,
con el incondicional apoyo de las auto- adaptadas a pequeños grupos, es muy
Pusieron manos a la obra las tres. La ridades y la ayuda concreta de perso- variada y lleva a los visitantes de sor-
escuelita abierta por la joven ciega nas de toda condición. Y pueden de- presa en sorpresa: mapas geográficos
americana, había reunido una veintena sarrollar plenamente su programa: en relieve y animales de plástico, jue-
de alumnos. Después de la guerra "Ayudar a los ciegos a que se ayuden gos de número y bolas, máquinas de
contaba con cuarenta niños ciegos. ellos mismos".
escribir, instrumentos musicales de di-
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
61

7.5 Page 65

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Bang Kok: Alumnas del «Instituto para ciegos»
tocan un instrumento musical de cañas, muy
popular en Thailandia.
versas clases... Y luego juncos, sar- la alfombra con el libro en las rodillas,
mientos, cintas, para tejer cestillos finí- en cualquier sitio de la sala. Las manos
simos; rafia y ovillos de hilo, telares se deslizan con delicadeza sobre las
para tejer alfombras, esteras, tapetes, blancas páginas, mientras la expresión
chales bellísimos, mantos...
del rostro refleja las emociones suscita-
Los alumnos de los cursos elementales das por la narración, a través de aque-
y sobre todo los de los cursos superio- llas líneas de puntos en relieve.
res estudian bajo la dirección de los A la Directora, Sor Rosa, le confían
mejores profesores de la ciudad, que se alegrías y sufrimientos, dudas y preo-
consideran muy honrados de colaborar cupaciones, los deseos de hoy y los
con las Hijas de María Auxiliadora en sueños del futuro.
esta obra única en la nación.
En la gozosa expansión del juego co-
El que manifiesta dotes especiales rren y saltan con un sentido admirable
puede ingresar en la universidad, in- de la medida, con habilidad infinita,
cluso en América, ayudado con becas sin tropezar una sola vez. Patines y
de estudios por la benemérita Gene- zancos, toboganes y columpios, son to-
vieve Caulfield, que sigue siendo mados al asalto: ¡son racimos de mu-
amiga y protectora de los ciegos, y a chachos que aman la vida y gozan con
quien el gobierno de su patria ha reco- la amistad!.
nocido el título de bienhechora de la Y luego la música, mucha música. La
humanidad y le concedió (el mismo natural predisposición del pueblo thai
John Kennedy se la impuso) la más viene potenciada por la finísima sensi-
alta condecoración de su país: la Me- bilidad auditiva, y por el ejercicio al
dalla de la Libertad.
que se entregan con verdadera pasión.
En el pequeño conjunto musical que
Siempre música. El colegio no se pre-
senta como una triste y silenciosa mo-
rada que encierra dentro una resigna-
ción obligada y pasiva ante la desgracia
han formado, la amistad encuentra
nuevos cauces de expresión dentro de
la profundidad del contenido artístico
que realizan juntos.
irremediable. Al agradable y refres-
cante rumor del surtidor del jardín se El rey del saxo. En este campo de la
suman a veces las notas de una over- música es muy fácil hacer amistad
tura de música clásica. Es la hora del hasta con ...el rey. El rey de Thailan-
concierto. Los muchachos han ido a la dia, que por constitución debe ser bu-
terraza con su transistor, sintonizan la dista, es además el "protector oficial"
onda y se abandonan a las armonías de todas las religiones reconocidas en
musicales que su sensibilidad extrema- el Estado, por lo que asiste habitual-
mente delicada sabe gustar con pro- mente a las ceremonias religiosas de
fundo placer.
cualquier rito.
Y cuando no suena la música, es una Con el colegio de Bang Kok tiene un
animada conversación la que expresa lazo de simpatía todavía más estrecho:
la fraternal comprensión y la alegría de realiza todos los años una visita oficial
todos los muchachos del mundo. Es- con la reina. Siente pasión por la mú-
tos muchachos son lectores apasiona- sica y además compone, y toca con
dos. Disponen de una abundante bi- singular maestría el saxofón, por lo
blioteca de libros transcritos en que le llaman el "rey del saxo". La vi-
"braille".
sita a los muchachos se concluye
Los pequeños lectores se sientan sobre siempre con una demostración musical
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
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ofrecida por el rey. Los muchachos
aplauden junto con la reina: luego los
más decididos se ofrecen a acompa-
ñarlo con el violín o con otros instru-
mentos.
Ven mas lejos. Los alumnos del Cole-
gio de Bang Kok son en su mayoría
budistas. Pero todos consideran la ca-
pilla como el punto de cita de su espiri-
tualidad, en una atmósfera de sereni-
dad y de confianza. Nadie les obliga a
ir; el sonido de una campanilla, a una
hora determinada, anuncia que va a
comenzar la misa. Los que lo desean,
con delicada rapidez de movimientos,
entran y ocupan un puesto.
De cuando en cuando se respira en la
capilla aires de solemnidad: cuando se
administra algún Bautismo o se hacen
las primeras Comuniones o se da la
Confirmación a los pequeños neófitos,
¡qué alegría; - es la confidencia de un
neobautizado - no había pensado
hasta hoy, que en el cielo no seré ya
ciego, y podré ver a la Virgen...!". Dios
permitió que sus ojos quedaran cerra-
dos para que viera más lejos. Entre los
muchachos del colegio se encuentra
también Virija. Ha descubierto "la
nueva vida en Cristo", ha pedido y re-
cibido el Bautismo. Y su nuevo pro-
grama de vida es: entrega, servicio y
amor concreto hacia sus compañeros
invidentes. Suele decir con toda since-
ridad: "Antes teniendo ojos no veía,
ahora veo sin tenerlos".
*

7.6 Page 66

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AL SERVICIO
DE LOS
HERMANOS
Los roperos misioneros, una actividad inestimable,
nacida del corazón y de la iniciativa
de las Cooperadoras Salesianas.
Revistas de animación misionera que han cumplido,
y siguen cumpliendo,
su misión informativa y santamente inquietante.
El Centro de Estudios sobre las misiones salesianas,
recién fundado, que ofrece útiles aportaciones
de documentación y reflexión.
Hablar, en el campo misionero,
de primera línea y de retaguardia,
tiene más de romanticismo que de objetividad,
aunque hay que reconocer que es, por otra parte,
muy práctico.
De hecho, para hacer posible y más eficaz
el proyecto misionero de Don Bosco,
colaboran (con actividades a veces escondidas,
pero no por eso menos meritorias)
tanto los que trabajan en retaguardia,
como las nuevas e incondicionales fuerzas,
al lado de los misioneros, en primera línea.
• El trabajo de retaguardia. La actividad
misionera salesiana está apoyada en una intensa acción
organizativa, de ayuda y de animación:
En el Centro: Los Dicasterios de misiones
de las dos Congregaciones fundadas por D. Bosco.
Además de estos argumentos,
de los que vamos a tratar a continuación,
existen muchos más que, en aras de la brevedad,
hemos de sacrificar,
dedicándoles únicamente alguna alusión;
como por ejemplo, la iniciativa nacida en Turín
del "Club de los Cienmil"
o la de los Cooperadores españoles de
"Cooperación para el Tercer Mundo",
o la actividad incansable del
"Ufficio Spedizioni" de Valdocco, que desde hace años
presta servicios inapreciables a los misioneros,
adquiriendo, y enviando a sus expensas,
montañas de material destinado a todo el mundo.
Nuevas fuerzas al lado de los misioneros
en primera línea han ido surgiendo en el organigrama
del proyecto apostólico salesiano en todas las latitudes,
cerrando filas en torno a problemas comunes
de juventud,
de situaciones de pobreza, de "Iglesia nueva".
Tres movimientos, al menos, merecen una presentación:
Las Procuras misioneras, en diferentes partes del mundo,
asumen la misión especial del apoyo próximo.
Los Institutos de perfección crecidos en el ceto salesiano
(son dieciséis en la actualidad).
Las casas de formación para misioneros
que en años no muy lejanos
prepararon
millares de jóvenes misioneros y misioneras: bajo el título
"La Epopeya de los Caglierinos"
se recuerda aquí esta empresa.
Jóvenes a las misiones: es un fenómeno
todavía no muy visto en el área salesiana,
pero con unas perspectivas prometedoras.
Los catequistas: multiplicarlos como los panes y los peces,
es la ilusión de los Obispos misioneros...
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
63

7.7 Page 67

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En el Centro,
los Dicasterios
de misiones
Las dos Congregaciones Salesianas
fundadas por Don Bosco tienen en las
Casas Generalicias personas y oficinas
técnicas dedicadas e la organización
general de las misiones.
Los Salesianos. El Rector Mayor orga-
niza la actividad misionera de la
Congregación a través del "Consejero
para las Misiones", que forma parte
del Consejo Superior de la Congrega-
ción. El Consejero actual (1971-77) es
D. Bernardo Tohill, irlandés, de larga
experiencia misionera.
Está asesorado por el "Secretariado
para las Misiones".
Esta figura del Consejero fue introdu-
cida en el Capítulo Superior después
de la segunda guerra mundial, cuando
las misiones cobraron tal importancia,
que hicieron necesaria la presencia de
un Superior dedicado exclusivamente
a este sector. Anteriormente el Vicario
del Rector Mayor (entonces llamado
Prefecto General) se ocupaba, entre
otras incumbencias, también de las
misiones. D. Pedro Ricaldone, por
ejemplo, siendo Prefecto General en
Madre Lidia Carini, del Consejo Superior, encargada de las misiones de las Hijas
de María Auxiliadora, durante una visita a las obras de la India.
tiempo de D. Rinaldi, desarrolló excep-
cional actividad en este sector. Des- Es además el responsable de la anima- cuales, podían volver a sus Inspecto-
pués de él, han venido ocupándose de ción interna de las obras salesianas: rías de origen (luego, en realidad, se
las misiones D. Modesto Bellido, D. nombra en las diversas naciones los han ido quedando definitivamente la
Albino Fedrigotti y, hoy, D. Tohill. animadores entre los Hermanos y los mayor parte).
Las incumbencias asignadas al Conse- jóvenes; orienta las actividades de las Últimamente se ha confeccionado una
jero para las Misiones son muy varia- Procuras misioneras diseminadas por lista de "urgencia de personal" para las
das. Recibe las peticiones de los sale- todo el mundo; hace de enlace con las diversas misiones, con la indicación
sianos que solicitan ir a las misiones, organizaciones caritativas internacio- precisa de las competencias y especiali-
las examina, y fija los destinos. Con la nales (Misereor, Adveniat, etc.); distri- zaciones que se necesitaban: una espe-
colaboración de su Secretariado pre- buye los fondos de la "Solidaridad Fra- cie de "guía de necesidades" que, di-
para para su futura actividad a los que terna"; fomenta la prensa misionera fundida en el ambiente salesiano, ha
parten. Sigue con interés la acción mi- salesiana y los grupos juveniles de orientado a no pocos Hermanos en la
sionera haciendo frecuentes visitas a orientación misionera y Tercer elección del puesto más apropiado.
los centros de misión, señalando en- Mundo.
cuentros diversos para el estudio de Desarrolla, igualmente, cualquier acti-
problemas prácticos y mejora de los vidad que revista particular interés.
medios de evangelización. Organiza Por los años 60 se organizó una expe-
también cursillos de puesta al día para dición misionera especial de "volunta-
misioneros "veteranos".
rios por cinco años", al finalizar los
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
Las Hijas de María Auxiliadora. En la
Casa Generalicia de las Hijas de María
Auxiliadora existen estructuras muy
análogas a las de los Salesianos: desde
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7.8 Page 68

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el año 1969, por decisión de su Capí-
tulo General Especial, forma parte del
Consejo Superior del Instituto una
"Consejera para las Misiones", que, a
través de una "Oficina Misionera Cen-
tral" organiza las distintas actividades.
La actual Consejera para las Misiones
es Madre Lidia Carini, nacida en los
Estados Unidos, que ha realizado ya
frecuentes visitas a las misiones de
África y de Oriente. En base a las deli-
beraciones del Capítulo General del
1969, el Dicasterio de las Misiones
tiene, entre otros, dos objetivos preci-
sos: sensibilizar en sentido misionero a
toda la Congregación, y cuidar el re-
torno temporal de las misioneras a la
patria.
Desde 1969 se han organizado once
"operaciones retorno" que han permi-
tido a 720 Hermanas Salesianas un
merecido descanso y la oportunidad de
reponerse también espiritualmente.
Esta "operación retorno" implica la
posibilidad de un descanso en casa de
los padres o familiares, un encuentro
en Roma con las Superioras, la emo-
cionante partecipación en una audien-
cia del Papa, un cursillo de espirituali-
dad salesiano-pastoral-misionera, y las
eventuales actividades de sensibiliza-
ción misionera en parroquias, colegios,
grupos juveniles, colonias, etc. de las
Hijas de María Auxiliadora o de otras
comunidades.
Para promover la sensibilización misio-
nera de todo el Instituto, el Dicasterio
de Misiones ofrece una rica gama de
D. Bernardo Tohill, del Consejo Superior, encargado de las misiones salesianas.
Ha trabajado 25 años en la Inspectoría China (en la foto, de hace algunos años, con sus
pequeños amigos de ojitos almendrados).
iniciativas. Prepara a las futuras misio-
neras, proporcionándoles en la misma campo de acción. Promueve en su co- dos campañas concretas de colabora-
Casa Generalicia un oportuno e intere- munidad la "Jornada de espiritualidad ción: una el "Miniauxilium", a través
sante "cursillo de misionología"; re- misionera" y "la Misa misionera men- de la cual los círculos juveniles esta-
coge y pone al día las informaciones y sual". Lleva adelante entre las jóvenes blecen contactos duraderos con una
datos referentes a la actividad misio- los "Círculos misioneros", cuidando misión, y otra el "Maxiauxilium", un
nera de las Hijas de María Auxiliadora; su formación espiritual y su orienta- plan misionero de interés inspectorial
estudia las necesidades concretas y los ción eclesial. Organiza la "Jornada (o o nacional para un curso o un año.
problemas que surgen a diario por do- Semana) Misionera Mundial", y lanza La respuesta a estas iniciativas se va
quier; recibe las ayudas materiales para iniciativas, como el Día de la Santa In- haciendo más consistente de año en
las misiones y las distribuye entre los fancia, de los leprosos, etc., Ofrece, fi- año tanto por parte de las Hermanas
diversos centros misioneros.
nalmente, a los misioneros o misione- como de las jóvenes, o de las Antiguas
La "Oficina Central Misionera" cuida ras que están de paso, la posibilidad de Alumnas y Cooperadoras.
y anima con particular empeño las dar charlas, tener reuniones...
Si es cierto que no falta el trabajo en
"Oficinas Inspectoriales Misioneras": La "Oficina Misionera Central" utiliza primera línea, también es cierto que en
se preocupa de que se creen en todas también con finalidad propia los me- retaguardia se trabaja a tope en estas
las Inspectorías y de que funcionen dios de comunicación social: publica actividades de animación y apoyo. *
con eficacia. Para ello prepara subsi- una colección de folletos misioneros
dios diversos para las iniciativas a ni- para la juventud, se preocupa de que
vel local, inspectorial e internacional. haya artículos misioneros en las revis-
Asegura en especial la adecuada prepa- tas que publican las Hijas de María
ración de las Delegadas Inspectoriales Auxiliadora, difunde "depliants" sobre
a través de cursillos montados por las documentación misionera, series de
Obras Pontificias Misioneras.
diapositivas...
La Delegada local, encargada de la En el campo de la ayuda material a las
mentalización misionera en los diver- misiones sirve de enlace con organis-
sos sectores de la pastoral juvenil y de mos de caridad (Misereor, Caritas, Ad-
adultos, tiene en concreto un vasto veniat, etc.), organiza para las jóvenes
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
65

7.9 Page 69

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cristianas, dan origen a veces a un in-
tercambio epistolar con el misionero,
que la Procura encauza y organiza ha-
ciendo de centro coordinador de la co-
rrespondencia.
Se realiza también una intensa labor de
información y sensibilización entre los
católicos, y aun entre los no católicos,
sobre el problema misionero y sobre
necesidades concretas del Tercer
Mundo; igualmente es muy apreciada
la orientación vocacional que ofrece. A
tal objeto se distribuye por todo el país
Las Procuras
una publicación trimestral, con una ti-
rada del orden del millón, sin contar la
Misioneras
avalancha de cartas-circulares (un tér-
mino medio de 40 millones al año) que
Definidas con un poco de fantasía
como "las bases de abastecimiento de
las líneas de fuego del frente de Dios",
las Procuras Misioneras fueron creadas
por el Capítulo General de 1965: "Se
hace necesaria, dice el documento en
cuestión, la creación de Procuras mi-
sioneras en los países en los que la
obra misionera esté muy desarrol-
lada". A decir verdad, ya existían algu-
nas: la de Bonn desde el año 1960, y
todavía era más antigua la de New Ro-
chelle, creada en 1946.
Hoy existen en Europa: Bonn, Madrid,
Lyon, Bruselas, La Haya, Lugano; y
en América: en New Rochelle, Ciudad
de México, Buenos Aires, Quito, y Ca-
racas. Son muy diversas entre sí, por
origen, importancia y hasta por su acti-
vidad.
En 1965, el Capítulo General Salesiano
les señalaba también la finalidad:
van sembrando inquietudes misione-
ras en todas las familias católicas de
Norteamérica. Las aportaciones econó-
micas de los amigos de la Obra sale-
siana permiten poner en marcha y
mantener un buen número de misio-
nes. La Procura asesora también a los
misioneros en la adquisición del mate-
rial necesario para levantar escuelas,
hospitales, iglesias, montar talleres,
consiguiendo, a través de su larga ex-
periencia, precios y calidades inmejora-
bles. La misma Procura se encarga de
la expedición del material.
En su conjunto, la Procura de New
Rochelle consigue presentar con sim-
patía la actividad misionera a los cató-
licos de Estados Unidos, y hace que
Don Bosco sea conocido, admirado y
querido; y ofrece en definitiva una
imagen positiva y sugerente de la vo-
cación misionera.
"Asistir a los misioneros en la salida,
en la llegada, durante la estancia en la
patria; promover toda actividad, en es-
pecial económica, a favor de las misio-
nes". La finalidad económica no es
ciertamente la más importante, pero sí
la que más se ve. Y tiene su explica-
ción: las misiones se encuentran en
general en países pobres, que necesitan
ser ayudados materialmente. Esta es la
razón por la que los países ricos, como
Estados Unidos, Alemania Federal,
realizan un trabajo maravilloso con
aquello que el desaprensivo Papini lla-
maba "el estiércol del diablo"...
Bonn. La Procura de Bonn surgió con
el fin de colaborar con los organismos
del Gobierno alemán encargados de la
distribución de las ayudas al Tercer
Mundo. Desarrolla su atividad en es-
trecha colaboración con las conocidas
organizaciones Misereor, Adveniat,
Caritas; y trabaja no solamente en fa-
vor de las misiones salesianas, sino
también de otras. El procedimiento es
siempre el mismo: el misionero
concreta una necesidad urgente de su
misión, presenta un plan para solucio-
narla y el correspondiente estudio eco-
nómico. Llegada la aprobación y reci-
New Rochelle. La Procura de New Ro- bida la asignación, queda por cumplir
chelle, la más compleja de todas, está un último requisito: los organismos
atendida por varios Salesianos, algunas que han financiado la obra envían, a
decenas de empleados, y hasta por un su debido tiempo, una comisión espe-
incansable cerebro electrónico. Acoge cializada a inspeccionar la realización
a los misioneros que van a los Estados de la obra. La seriedad de este procedi-
Unidos en busca de ayuda, y les miento hace que a los pobres del Ter-
orienta en la programación, de viajes, cer Mundo, no sólo se les dé el pez,
encuentros, conferencias, etc..
sino que además se les enseñe a pes-
Estos contactos con las comunidades car, como quiere el aforismo oriental.
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
66
El «meridiano del subdesarrollo».
Las inquietantes situaciones del Tercer Mundo
estimulan a las Procuras Misioneras^ a
realizar un urgente esfuerzo económico que sea
testimonio de caridad cristiana hacia
el prójimo.
Madrid. La Procura de Madrid se ha
propuesto tres fines concretos, y, por el
orden en que se señalan, se puede adi-
vinar cuál es la meta a la que se
apunta: primero, estimular el espíritu
misionero de los salesianos y de los
grupos de la Familia Salesiana, sobre
todo los alumnos; en segundo lugar,
atender a los misioneros que parten y a
los que están de paso, orientándolos y
colaborando con ellos en sus múltiples
y variadas actividades; finalmente,
conseguir ayudas económicas.
Entra dentro de este programa, por
tanto, la atrayente y simpática activi-
dad que está desarrollando haciendo
dar "la vuelta a España" - lleva ya un
par de años - a una "exposición misio-
nera itinerante", que va pasando inin-
terrumpidamente por todas las casas
salesianas, despertando vivo interés
entre los niños, jóvenes y adultos. Los
organizadores no se limitan a ofrecer
sin más una documentación visual de
la idea misionera, sino que se prestan
también a charlas, proyecciones e ini-
ciativas litúrgicas...
Otras Procuras orientan de modo dife-
rente su trabajo; alguna incluso pro-
mociona exclusivamente una determi-
nada misión (como la de Caracas, al
servicio del Vicariato de Puerto Aya-
cucho, o la de Ciudad de México, que
se dedica sólo a los indios Mixes).
Está en proyecto una remodelación
más lógica y más profunda de las Pro-
curas; de hecho, el Procurador no
puede ser mirado solamente como un
simpático y generoso Papá Noel de la
Providencia, sino como un verdadero
animador de la idea misionera en to-
dos sus aspectos.
*

7.10 Page 70

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La epopeya
de los " caglierinos"
Dada "la grave y urgente necesidad de
personal para las misiones", en 1922,
el entonces Rector Mayor D. Pablo Al-
bera se anima a jugar una arriesgada
carta, que, por otra parte, alcanza un
éxito rotundo desde el primer día: abre
en Ivrea (Turín) el "Instituto para las
Misiones Salesianas".
La originalidad, en cierto modo revo-
lucionaria, consiste en que, hasta el
presente, se habían ido preparando
para las misiones sólo Salesianos pro-
fesos: de ahora en adelante se forma-
rán en el Instituto de Ivrea mucha-
chos, jóvenes y también adultos, y se
les enviará a las misiones antes de que
sean Salesianos. Terminados los estu-
dios irán a hacer el noviciado a tierras
de misión, para lograr una completa
adaptación a la lengua, al clima, a las
costumbres y a la gente del nuevo
país.
El Insititudo empieza a funcionar el
año que coincide con el Tercer Cente-
nario de Propaganda Fide, y en vistas
al Cincuentenario de las Misiones Sa-
lesianas que será, tres años más tarde,
en 1925. De hecho, la solemne inaugu-
ración del Instituto constituirá uno de
los actos del programa del Cincuente-
nario. Al Instituto se le da el nombre
del primer misionero y primer Carde-
nal salesiano, Juan Cagliero, que está
por entonces a punto de celebrar sus
bodas de diamante de la ordenación
sacerdotal.
tiples trabajos que se presentan en las
misiones". La programación escolás-
tica también es sumamente realista: se
cursan estudios medios, con "oportu-
nas adaptaciones de duración y pro-
fundidad, según la edad y capacidad
de los alumnos". En cuanto a los gas-
tos, es todo gratuito.
La crónica señala en fecha 5 de octu-
bre de 1922: "Hoy han llegado los
cinco primeros aspirantes". Y deja
constancia para la historia del nombre
del "primerísimo": Es un sacerdote de
Piacenza, D. Pedro Parisi. Al terminar
el primer año los "caglierinos" (como
ya se les empieza a llamar) son 56.
Cinco años después son 200. Llegan
de todos los rincones de Italia, ilusio-
nados y ansiosos de partir a las misio-
nes.
El Instituto está a tope; el Director se
lamenta: "Ya no sabemos donde po-
nerlos"; D. Ricaldone le contesta:
"Apretad los puestos, llenad todos los
huecos"; el Director vuelve a insistir:
"Ya lo hemos hecho, pero no basta to-
davía". Orden de D. Ricaldone: "Bus-
cadles, durante un mes, un sitio en el
desván, en el granero... También
puede ser ésta una prueba de adapta-
ción a la vida misionera". Poco tiempo
después, está ya en funcionamiento
un segundo Instituto misionero en Pe-
nango, luego el tercero en Foglizzo.
¿Quiénes son estos "caglierinos"? Son
muchachos desde los 14 años (es la
mínima edad requerida), pero en su
mayoría son jóvenes plétóricos de vida
y entusiasmo, que tal vez vuelven a
tomar los libros después de un largo
paréntesis de trabajo, jóvenes que de-
jan la Acción Católica por una opción
más radical. El Boletín salesiano los
presenta así: "Jóvenes intrépidos y va-
lientes, de toda edad y condición so-
cial, unidos en un ideal común de
amor y de fe", que "ante la llamada
angustiosa de tantos millones de infie-
les, siguen respondiendo con el he-
roico sacrificio de sus años jóvenes, y,
renunciando a lo más querido y
atrayente que la vida les ofrece, llaman
a la puerta del Instituto, palestra au-
téntica de corazones generosos"...
"Muchos de ellos - puntualiza el Bo-
letín - son de edad madura, algunos
han hecho ya el servicio militar, otros
son jóvenes que vienen, después de
haber superado difíciles pruebas, con la
visión clara de lo que les espera, cons-
cientes de los deberes y sacrificios que
abrazan".
Son pues, resumiendo, vocaciones ma-
duras que buscan únicamente forma-
ción escolástica y cultural, pues la op-
ción vocacional la tienen ya tomada.
Piden una sola cosa: partir.
Al terminar el curso en Ivrea se cum-
ple en ellos, un poco cada año, el
sueño misionero; es una ceremonia
emocionante: «Entra el Superior en la
amplia sala de estudios, donde están
todos reunidos esperando con el cora-
zón abierto a la esperanza, con la vo-
luntad dispuesta a la voz de Dios. El
Director lee un nombre; un joven se
pone de pie; se le asigna a continua-
ción la nueva patria espiritual; el joven
pronuncia un sincero "Deo gratias", y
los compañeros disimulan la emoción
Ivrea, los primeros «caglierinos» (arlo 1924): cada cabecita un proyecto misionero.
"Jóvenes intrépidos y valientes". La
nueva obra se presenta en el Boletín
salesiano como "dedicada toda y sólo a
la formación de personal apto para las
misiones salesianas" y abierta (con
mucho realismo ya entonces) a "todos
los que se sientan llamados a las mi-
siones, no sólo como sacerdotes o clé-
rigos, sino también a aquellos seglares
que aspiran a colaborar con ellos como
catequistas o responsables de los muí-
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
67

8 Pages 71-80

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8.1 Page 71

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con una cerrada salva de aplausos. cerdotes, 116 clérigos, 124 coadjutores) parar Hermanas misioneras.
Hay destinos para la Patagonia, Japón, sin contar otros 102 sacerdotes que pa- En 1923 abren en Arignano (Turín) un
China, Ecuador, Thailandia, India, Pa- saron a las diócesis o a otras congrega- aspirantado misionero, donde las jóve-
lestina...»
ciones.
nes se preparan aprendiendo alguna
La experiencia de Ivrea ha sido tam- profesión útil para las tierras de mi-
El espíritu caglierino. La anécdota la
ha contado un "caglierino", D. César
del Grosso (hoy en el Brasil): «Nos dis-
tribuyeron aquellas "cartas de obe-
diencia" con las que nos repartíamos el
mundo: Tú... la India, tú... Venezuela.
Eramos 40 jóvenes a los que nos ha-
bían impuesto recientemente la so-
tana, todos dispuestos a ir al fin del
mundo. En seis cartas estaba escrito:
"destino, la China", pero había esta-
llado la revolución en la China. Los
Superiores repensaron un momento
los destinos y concluyeron: "Bueno,
entonces vais al Brasil". Y esta es la
razón por la que me encuentro aquí
desde hace 40 años..."
Así de sencillo: China o Brasil... ¡era lo
mismo!.
Había que andar frenando continua-
mente la impaciencia de los más jóve-
nes. Otro "caglierino", Mons. Pedro
Carretto, nos ha contado: «Llegué a
Ivrea con pantalones cortos, pero con
una decisión inquebrantable de ir a las
misiones. Cuando, cuatro años des-
pués, desembarqué con algunos com-
pañeros en Thailandia, rebosábamos
tal entusiasmo, que nuestro obispo
Mons. Pasotti nos tuvo que frenar con
cariño: «Eh, muchachos del "Ca-
gliero", tomaos las cosas con calma;
no se puede convertir el mundo en
cuatro días; puede que sea necesario al
menos un mesecillo...»
Había de verdad en ellos algo difícil de
definir, algo que se ha dado en llamar
"espíritu caglierino" y que ha sobrevi-
vido en muchos misioneros de aquella
bién de gran provecho para muchos sión. Durante los días de fiesta y las
que han seguido otros caminos. "El vacaciones se entregan con entu-
año que pasé allí - ha afirmado un siasmo al trabajo del oratorio, comen-
exalumno que llegó luego a diputado zando así a practicar aquel espíritu mi-
del Parlamento italiano - fue el más sionero que ha de ser la dimensión de
importante de mi vida, el año en el su vida.
que llegué a hacerme esta pregunta: En 1924 abren también en Turín la
¿Qué quiere Dios de mí? Hoy, en me- "Casa Misionera Madre Mazzarello"
dio de esta vida política tan intensa y para la preparación inmediata de las
llena de preocupaciones, me viene el Hermanas que parten para las misio-
recuerdo de aquellos lejanos días, en nes. Llegan Hermanas jóvenes de to-
los que el Señor me forjó para futuras das las Inspectorías, realizan cursos es-
batallas, que hoy tienen para mí la peciales, ponen a punto su preparación
misma dimensión misionera que profesional. Y también aquí en los
anima a mis compañeros perdidos por tiempos libres trabajan en las activida-
el mundo: trabajar por un mundo más des "misioneras" del oratorio, campo
cristiano».
ideal de entrenamiento para el futuro.
La lista de "caglierinos ilustres" sería Basta un solo dato para dar una idea
interminable (entre ellos figura el P. de lo que ha significado la "Casa Ma-
Mantovani a quien se dedican unas dre Mazzarello" en la historia de las
páginas en este volumen); pero vamos misiones salesianas: son 1.233 las Her-
a recordar al menos a cuatro obispos manas que se han preparado aquí con
salesianos: Mons. Pedro Carretto, "espíritu caglierino" y que luego han
Mons. Miguel Arduino, Mons. Juan ido a sembrar a los cuatro puntos car-
Marchesi, y Mons. Andrés Sapelak. dinales del mundo.
Los Institutos de Ivrea, Penango y Fo- Por aquellos años abren también un
glizzo en Italia no han sido los únicos "noviciado misionero" en Casanova
que han preparado jóvenes para las (Turín), que tiene carácter internacio-
misiones: esta misma idea misionera nal. Allí acuden novicias de toda Eu-
fue llevada a la práctica también en ropa, y durante algún tiempo, después
otras naciones: en Francia en Coat-an- de la guerra mundial, también de otros
Doch, en España en el seminario mi- continentes.
sionero de Astudillo (este año precisa- En 1955 se abre un aspirantado misio-
mente celebran el cincuentenario), en nero en Brosna (Irlanda), de donde
Inglaterra en Shrigley, y en Irlanda en parten misioneras para Sudáfrica, Mo-
Ballinakill. Cada una de estas obras ha zambique, Australia, Thailandia, Co-
formado una pléyade de valientes mi- rea y Brasil.
sioneros, esparcidos hoy por todo el Todavía en 1969, surge, con la colabo-
mundo.
ración de las jóvenes de todos los cole-
época.
gios de España, un nuevo aspirantado
En 50 años ha dado el "Cagliero" a la También las "Caglierinas". Las Hijas misionero en Zaragoza, a la sombra de
Congregación más de 700 misioneros de María Auxiliadora no han ido a la la Virgen del Pilar, venerada Patrona
(en 1972 se han podido contar 475 sa- zaga en la fundación de obras para pre- de toda Iberoamérica: se organizan a
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
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En la página precedente, a la izquierda:
las «caglierinas» del noviciado de Casanova
(1938): también la vida dura del campo
sirve de rodaje para la futura actividad misionera.
A la derecha: los «caglierinos» de Ivrea hoy.
La situación ha cambiado, pero el Instituto
continúa siendo palestra de entrega
y de ideal misionero
para los jóvenes.
Los roperos misioneros
nivel nacional campañas generales Una simpática actividad de las Coope- tiene la misa del grupo. Una o dos ve-
"del papel", "de la botella", "del radoras salesianas la constituyen los ces al año, se organiza una rifa, una
sello"; una de aquellas jóvenes roperos misioneros, en los que señoras tómbola, una exposición. Y periódica-
"cultivó", cortó y vendió sus hermo- decididas y activas se reúnen para ha- mente van mandando a éste o aquel
sos cabellos rubios...
cer juntas algún trabajo, que pueda misionero cuanto van haciendo o reco-
luego ser útil para alguna lejana mi- giendo: cajas de ornamentos, dinero,
Hoy. Han pasado aquellos tiempos sión.
medicinas, objetos varios.
"irrepetibles" de la epopeya caglierina. El "Manual de dirigentes" de los Coo- La correspondencia tiene una particu-
El Instituto de Ivrea recibe hoy jóve- peradores, reserva un capítulo entero a lar importancia: los misioneros cuen-
nes abiertos a los problemas de los de- esta actividad explicándola y recomen- tan sus vivencias, los sufrimientos de
más, y los forma para el apostolado, dándola; por eso, en los lugares donde los pobres, de los que ellos también
dándoles una educación liberadora que está muy difundido el movimiento de participan, los éxitos, los fracasos, las
a través del descubrimiento del "otro", los Cooperadores, se multiplican tam- esperanzas. En los roperos se escucha
lleva al servicio de los hermanos como bién los roperos misioneros. Se tiene todo esto, y sirven de tema de medita-
misión de vida. Y sigue proporcio- noticia de más de un centenar. Suelen ción esta antología del dolor, los traba-
nando vocaciones valiosas a la surgir más frecuentemente en las jos ocultamente heroicos de los misio-
Congregación.
Obras de las Hijas de María Auxilia- neros, los pequeños progresos logrados
Y también las otras casas de formación dora, pero también se dan en las casas en un pueblecito perdido en la India o
misionera, tanto de Salesianos como de los Salesianos, y alguna vez en casa en un dispensario abierto en plena
de Hijas de María Auxiliadora, se han de alguna Cooperadora.
selva amazónica.
ido transformando más o menos. Bajo Muchos roperos llevan el nombre, A veces las Cooperadoras logran enro-
la presión de los profundos e irreversi- muy acertado por cierto, de Mamá lar en su movimiento de ayuda, a otras
bles cambios sociales de hoy, la "epo- Margarita, la madre de Don Bosco (sin personas: las amigas y conocidas, las
peya caglierina" es ya una página de la duda la primera Cooperadora sale- madres de las alumnas... Interesan
historia que está a punto de cerrarse. siana), que en 1846, abandonando su también a sus maridos en trabajos
Pero aunque estos misioneros y misio- pueblecito natal, se fue a pie, con la "duros" de facturación de mercancía o
neras no sean ya más que un recuerdo, cesta bajo el brazo, hasta Turín para de preparación material de la exposi-
quedará para siempre en la Iglesia la quedarse con su hijo; allí estuvo traba- ción misionera; incluso, no pocas ve-
realidad reconfortante da unas comu- jando hasta el final de su vida en la co- ces, siembran el espíritu misionero en
nidades cristianas que ellos supieron cina y en la ropería, en bien de los mu- la familia, interesando a los hijos en
animar, y en muchos casos suscitar y chachos del Oratorio, como si fueran campañas del papel, sellos. Y, por si
crear de la nada.
* sus hijos.
esto fuera poco, logran poner nervio-
Para hacer un ropero misionero basta sos a muchos "teóricos del partido"
un local o dos, y un grupo de activas que dicen y no hacen.
señoras con intención de ser útiles a
las misiones. Se suelen reunir una vez
por semana, basta una tarde (la que no
puede acudir, se lleva el trabajo a su
casa), y entre todas, organizan la acti-
vidad del grupo. Se confeccionan ves-
tidos, ornamentos litúrgicos, ropa en
general... En las reuniones no falta un
momento de oración al Señor de la
mies, luego se examina la situación y
los planes de trabajo, se lee la corres-
pondencia de los misioneros. En algu-
nos roperos se fijan las Cooperadoras
incluso una cuota. Una vez al mes, se
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
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8.3 Page 73

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Ha llegado, procedente del Ropero Misionero de Borgofranco de Ivrea, el cajón
lleno de cosas útiles. Las enfermeras del hospital de Shillong hacen el inventario, pero los
más entusiasmados están los niños, que van sacando curiosos juguetes.
Cooperadoras Salesianas trabajando en el Ropero Misionero de Turín, Valdocco.
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
Dos revistas
de animación
misionera
La sensibilización de la gente en favor
de las misiones salesianas se ha hecho
y sigue haciéndose a través de algunas
publicaciones, dos de las cuales mere-
cen especial atención: "Juventud Mi-
sionera" y "Boletín Salesiano".
"Juventud Misionera". Es menos im-
portante y está menos difundida que el
Boletín. Fue lanzada para los mucha-
chos en 1923, dentro del programa de
iniciativas del Cincuentenario de las
misiones salesianas. Su finalidad era la
de apoyar la "Asociación Juventud
Misionera" y los grupos similares que
iban naciendo dentro de las obras sale-
sianas.
Se imprimía en Turín en diversas len-
guas: italiano, francés y español. Hoy
sigue adelante solamente la edición es-
pañola, publicada por la Procura misio-
nera de Madrid. Cuando en 1970 dejó
de publicarse lamentablemente la edi-
ción italiana, la española, que había lle-
gado a una tirada de 24.000 ejempla-
res, sufrió también la correspondiente
crisis, de la que supo salir adelante,
aunque su tirada se redujo a 6.000
ejemplares: hoy, debido al entusiasmo
y tesón de los hombres de la Procura
de Madrid, no solamente sigue vi-
viendo, sino que con sus 13.000 ejem-
plares sigue siendo información e in-
quietud misionera para tantos mucha-
chos de los colegios que viven todavía
ilusionados con el ideal misionero y
salesiano.
Varios misioneros que hoy se encuen-
tran trabajando en lejanos campos de
apostolado, confiesan que su vocación
nació con la lectura de las páginas de
"Juventud Misionera".
El "Boletín Salesiano". Es una genial
iniciativa de Don Bosco, que sus suce-
sores han desarrollado con entusiasmo
y eficacia, hasta verla difundida por
todo el mundo con una tirada actual

8.4 Page 74

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de un millón de ejemplares al mes.
Fue fundado por Don Bosco en 1877 -
dos años después del comienzo de la
gran aventura misionera -; era consi-
derado por él como "el periódico de la
Congregación" dirigido principalmente
a los Cooperadores salesianos (hoy se
diría, hablando más genéricamente, a
la Familia Salesiana), y con la finalidad
precisa de "dar a conocer lo más posi-
ble nuestras cosas".
El Boletín debía llegar a ser - siempre
según las palabras de Don Bosco -
"una potencia, no en sí misma consi-
derada, sino por las personas a las que
iba a servir de lazo de unión". Así se
expresó en el primer número (agosto
1877): "Aquí no se pretende fundar
una Hermandad, una asociación reli-
giosa, literaria o científica, y mucho
menos un periódico; sino una unión surgir en Turín (Valdocco) una organi-
de bienhechores de la humanidad, dis- zación, al principio sin muchas etique-
puestos a aportar no sólo palabras, sino tas, después, poco a poco, más estruc-
hechos, preocupaciones, molestias, sa- turada y racionalizada: en 1929 recibirá
crificios, para lograr nuestro objeto". el nombre de "Ufficio Stampa Cén-
Don Bosco presentó el Boletín a sus trale Salesiana" ("Oficina Central de
Salesianos como "el principal apoyo de Prensa"). En 1930 contará ya en su nó-
nuestras obras: si él fracasa, también mina con 30 personas a plena dedica-
fracasarán nuestras obras".
ción (sacerdotes, coadjutores y emplea-
La idea misionera está implícita, pero dos) que se encargarán de editar el Bo-
es evidente. De hecho el Boletín ha te- letín Salesiano, primero en seis len-
nido una parte decisiva en el desarrollo guas, luego en siete, en ocho, y publi-
de las misiones salesianas: les dedicaba cará además otras revistas.
amplio espacio, publicando las cartas En 1935 la tirada total es ya de 350.000
de los misioneros ("sección correspon- ejemplares, mientras se imprimen ade-
dencia"), noticias sobre las expedicio- más en otros países ocho ediciones con
nes misioneras, y toda clase de infor- 137.000 ejemplares al mes. En todas
maciones capaces de despertar interés las ediciones puede verse un amplio
y simpatía, de encauzar las limosnas, espacio dedicado a la información y
de madurar la vocación de los jóvenes. animación de las misiones salesianas.
A la edición italiana añadió Don Bosco La ya casi lograda "cadena mundial"
en 1879 la francesa, en 1880 la argen- sufre un brusco parón, casi un golpe
tina, y en el 86 salió la edición para Es- de muerte, durante la segunda guerra
paña: cuatro ediciones situadas estraté- mundial. Pero pasada la tormenta, una
gicamente donde la Familia Salesiana valiente política de reconstrucción
iba alcanzando considerable importan- hace florecer (en más de un caso resu-
cia.
citar) una veintena de Boletines Sale-
sianos.
Una "cadena mundial". D. Rúa
continuó en esta línea: entre 1880 y
1910 se amplió a diez el número de
ediciones y aun se lanzaron algunas
más en los años subsiguientes.
Va tomando así cuerpo la idea de Don
Bosco - que no la manifestó en sus pa-
labras, pero se adivinaba en su inten-
ción - de conseguir con los diversos
Boletines diseminados por todo el
mundo una "cadena mundial de
prensa" organizada - merece la pena
A la cabeza de todos se encuentra el
Boletín en lengua italiana con 370 mil
ejemplares al mes; dedica abundante
espacio a las misiones; presenta figuras
relevantes de misioneros, los progresos
de las obras y sus dificultades; encauza
hacia las misiones las limosnas de la
gente buena (cuyos deseos son siem-
pre escrupulosamente respetados);
mantiene, en fin, viva la llama evan-
gelizadora. Los otros Boletines - en
menor tirada, porque también son más
reducidas las Familias Salesianas loca-
señalarlo - según el estilo periodístico les - desarrollan análoga función.
que será puesto de moda años más Hoy el "Reader's Digest" de los Sale-
tarde bajo el nombre de "Reader's Di- sianos, cuenta con 32 ediciones en 14
gest".
lenguas diferentes, con una tirada total
Durante los años veinte, comienza a de un millón de ejemplares.
*
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
Al lado de la obra de evangelizarían,
la investigación científica: mucho habría
que escribir sobre los numerosos misioneros que
han roturado, a la par, el campo de la fe y el de la
ciencia, como étnicos, exploradores, geógrafos,
etc...
Entre ellos sobresale la excepcional figura
de D. Alberto De Agostini (en la fotografía),
a quien se deben muchos descubrimentos geográfi-
cos en el extremo sur de la América Latina.
El Centro de Estudios
sobre las misiones
salesianas
"Los Salesianos hacen historia, pero
no la escriben". Era éste un tópico,
hoy finalmente desmentido: la corta -
sólo en cuanto al tiempo - historia de
las misiones de Don Bosco, está
siendo objeto de una esmerada reco-
gida de datos y su correspondiente es-
tudio crítico, en un Centro de Estudios
que tiene su sede en la Universidad
Pontificia Salesiana de Roma.
La finalidad de este recién constituido
"Centro de Estudios (3 de enero de
1973) de Historia de las Misiones Sale-
sianas", es, ante todo, la de recoger y
catalogar en un Archivo Central todo
el material publicado o inédito que se
relacione directa o indirectamente con
las misiones salesianas, para proceder
luego, con todo este material, a la pu-
blicación de una "Historia de las Mi-
siones Salesianas" y de otras obras so-
bre este argumento.
La "Historia" está concebida como
una serie de monografías dedicadas a
cada una de las misiones consideradas
en sentido propio.
Se han planificado también cuatro co-
lecciones: Diarios y Memorias, Investi-
gaciones y Estudios, Biografías, Subsi-
dios. Estas colecciones encuadrarán di-
versas obras, algunas de las cuales ya
están preparadas para su publicación
con motivo del Centenario de las Mi-
siones Salesianas.
El Centro, bajo la dirección de Rafael
Fariña, cuenta con la colaboración de
competentes estudiosos diseminados
por todo el mundo, como Pedro Scotti,
Luis Coceo, Sor Asunción Maraldi, Je-
sús Borrego, Ángel Martín, Franz
Knobloch, bien conocidos en el campo
de la etnografía, de la historia y de la
misionología.
*
71

8.5 Page 75

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Institutos de
perfección nacidos bajo
el árbol salesiano
Los Salesianos, en su expansión por
todas las latitudes, se han visto en la
necesidad de dar vida a diferentes Ins-
titutos de perfección, casi siempre de
ámbito local, implicados en su región
en formas particularmente urgentes de
apostolado.
Suscitando estos Institutos, los Salesia-
nos han realizado lo que el Concilio
Vaticano II ha recomendado en la
Constitución "Ad Gentes": "En las
Iglesias de nueva creación hay que
promover las diversas formas de vida
cristiana, para que muestren los mu-
chos aspectos de la misión de Cristo...
y se consagren a las diversas activida-
des pastorales".
Hoy se pueden contar en conjunto 16
Institutos fundados por los Salesianos
(casi la mayor parte por obispos misio-
neros). Concretamente: Una Congre-
gación masculina, 12 Congregaciones
femeninas y tres Institutos Seculares
femeninos. Estos Institutos conservan
con la Familia Salesiana un lazo de
unión espiritual, a veces también jurí-
dico, más o menos fuerte: en algunos
casos, tienen en común con los Sale-
sianos la espiritualidad, los fines, los
métodos; algunos se consideran a todo
efecto miembros de la Familia Sale-
Arriba: los chiquillos de la «Ciudad de los muchachos» abierta en Ka Ho (Coloane, Macao)
por las Voluntarias de Don Bosco.
siana. La mayoría de estos Institutos Una «Hermana de la caridad de Miyazaki» en el Japón, el fundador de esta Congregación
han surgido en América Latina y en D. Antonio Cavoli, y un huerfanito que ha caído.., en buenas manos.
Asia.
He aquí una rápida reseña:
desarrollan un concreto apostolado siervo de Dios D. Luis Variara (cuya
parroquial.
biografía se presenta más adelante en
- Las "Hermanas Josefinas" de Forta- este volumen); este Instituto surgió
Institutos en América. Brasil cuenta leza, que colaboran con los párrocos para el apostolado específico de los le-
con cuatro Congregaciones, dos en el principalmente en el cuidado de la ju- prosos, pero hoy desarrolla también
Mato Grosso y dos en el Nordeste: ventud.
otras actividades misioneras entre los
- Las "Hermanitas de Jesús Adoles- En Argentina trabajan las "Hijas de la indios Shuar del Ecuador.
cente", fundadas en Corumbá, encar- Inmaculada Concepción", fundadas en
gadas de la asistencia a los enfermos y Salta (Córdoba), que se ocupan de la Institutos en Asia. La India cuenta
de la catcquesis.
juventud femenina; y el "Instituto de con dos Congregaciones: las "Herma-
- Las "Misioneras del Buen Jesús", María Mazzarello", en Buenos Aires, nas de María Inmaculada" que traba-
en Guiaba, dedicadas a los centros de dedicado a la asistencia religiosa en los jan en Bengala Occidental (Krishna-
misión.
oratorios y asilos.
gar), famosas por sus visitas a las al-
- Las "Mensajeras de Santa María", En Colombia las "Hijas de los Sagra- deas en bicicleta; y las "Misioneras de
nacidas en Petrolina (Pernambuco) que dos Corazones", fundadas por el María Auxiliadora" fundadas en Shi-
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
72

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Los jóvenes marchan
a las misiones
llong (al nordeste de la India), también Algunos jóvenes, surgidos en su
para apoyar el trabajo de los misione- mayoría del área salesiana, han co-
ros.
menzado a convivir durante algún
En Thailandia están las "Esclavas del tiempo, más o menos largo, con los
Corazón Inmaculado", dedicadas a la misioneros, terminando bastantes de
educación de la juventud; y el Insti- ellos por quedarse en los centros de
tuto secular "Hijas de la Realeza", misión.
consagrado a la enseñanza y a las visi- El fenómeno es reciente y todavía
tas a las familias.
poco conocido, pero es de esperar que
En el Japón son ya 400 las "Hermanas tenga en el futuro una gran importan-
de la caridad de Miyazaki" que, impli- cia.
cadas en arduas obras de caridad, tra- He aquí algunas de las iniciativas más
bajan también en Corea y entre los conocidas en Argentina, Brasil, Guate-
emigrantes japoneses de Bolivia y Bra- mala e Italia.
sil.
En Hong Kong se están reestructu-
rando las "Anunciadoras del Señor",
nacidas en China y dispersadas a la lle-
gada de Mao Tze-tung: desarrollan el
apostolado de la catcquesis en las es-
cuelas y dirigen dispensarios médicos.
Argentina: grupos misioneros en la
Patagonia. Los jóvenes, "complica-
dos" cristianamente, son capaces de
afrontar particulares situaciones hu-
manas y eclesiales. Hay, en efecto, en
las diócesis patagónicas de Río Negro,
En Europa. Hay tres: uno en Polonia y Neuquén y Chubut, muchas aldeas y
dos en Italia.
hasta comarcas enteras de difícil cate-
Los "Oblatos de Cristo", fundados por quización por falta de sacerdotes,
el Cardenal Hlond, se ocupan, dentro donde malviven grupos de indígenas
y fuera de la patria, de los emigrantes parcialmente civilizados, necesitados
polacos.
todavía de estímulo y promoción hu-
En Italia las "Hermanas Salesianas mana y cristiana
Oblatas" cuentan con 80 casas (las lla- Jóvenes de diversas ciudades han res-
man "misiones") y se extienden sobre pondido a esta situación, marchando a
todo por el sur del país, en las zonas de esos lugares durante un mes o más
mayor subdesarrollo y pobreza.
tiempo; repiten la experiencia todos los
El Instituto secular "Voluntarias de D. años, y toman como base de operacio-
Bosco", nacido en Turín, con sus casi nes el centro eclesiástico más cercano.
600 miembros, es el grupo más consis- Solamente en la Diócesis de Río Ne-
tente y el único extendido de verdad gro, durante el año 74, han colaborado
por todo el mundo. Desarrolla activi- 22 grupos juveniles provenientes de
dades, la mayor parte misioneras, en nuestras obras salesianas. Durante el
Asia y en América.
año estos grupos preparan la expedi-
Estos 16 Institutos de perfección naci- ción, profundizando en el estudio de
dos del tronco salesiano, suman en los problemas locales, organizando los
conjunto unos 3.000 consagrados (360 planes de actividades a desarrollar,
religiosos, 2.000 Hermanas y 750 se- procurándose con mil industrias los
glares). Están implicados en su medios para cubrir los gastos. Los
mayoría en apostolados verdadera- obispos locales miran con simpatía y
mente misioneros y radican casi todos esperanza estos grupos misioneros y
en terrenos de misión.
* los animan y apoyan.
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
Brasil: grupo misionero "Auxilio".
Surgió espontáneamente en 1969 en
Sao Paulo. Salesianos y jóvenes se
ofrecieron a sustituir durante el mes
de enero (vacaciones de verano) a los
misioneros de Porto Velho, con el fin
de que se tomaran unos días de mere-
cido descanso. Aquellos primeros par-
ticipantes vieron la necesidad de conti-
nuar su iniciativa y se han ido organi-
zando cada vez con mayor éxito. La
expedición de 1971 contaba ya con 32
personas distribuidas en cuatro centros
de misión. Hoy los simpatizantes son
ya un centenar, y desarrollan activida-
des diversas también durante el año
(catecismo, promoción social, jornadas
de oración y de formación).
Durante su estancia en el centro de
misión colaboran los jóvenes en ar-
monía con la pastoral del misionero,
en trabajos manuales, catcquesis, etc..
Durante el año se van preparando con
encuentros periódicos de formación y
planificación.
Brasil: "VIBRA". Quiere decir "Vo-
luntarios Internacionales y Brasileños
para la Amazonia". Es un movimiento
misionero seglar nacido en Belém,
constituido por jóvenes y adultos, pre-
parados pastoral o profesionalmente.
Su campo de acción es la Amazonia,
donde la Iglesia ha creado más de
treinta Prelaturas confiadas a diversas
congregaciones.
El movimiento esta comenzando to-
davía: está organizando los primeros
planes, pero ya se le ve una clara pos-
tura ideológica y práctica.
Guatemala: Operación Carcha. Fue
iniciada por los jóvenes del colegio "S.
Juan Bosco" de Guatemala en 1969;
luego continuó con la adhesión de
otros jóvenes de diferentes obras sale-
sianas.
Cada año marchan estos jóvenes du-
rante las vacaciones a S. Pedro de Car-
cha y a otros pueblecitos, donde los
misioneros salesianos trabajan con los
indios Kekchí, y allí desarrollan a su
lado intensa y fructífera labor social y
evangelizadora.
Italia: Operación Mato Grosso. Es
una asociación seglar que cuenta con
la animación de los Salesianos y que
ve afluir a sus filas a muchos jóvenes
de diversas obras salesianas. En 1967
organizó algunas expediciones a Amé-
rica Latina (el nombre del grupo pro-
viene precisamente de la región del
Brasil donde se desarrollaron las pri-
meras actividades, pero también ha es-
73

8.7 Page 77

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tado presente el grupo en el Ecuador y
Bolivia).
Las expediciones que organiza OMG
suelen durar cuatro meses, y persiguen
objetivos muy concretos: construir una
escuela, o un asilo, un acueducto, un
taller, un centro agrícola, unos almace-
nes de grano, prestar asistencia higié-
nico-sanitaria... Son una espléndida
colaboración en el marco de las misio-
nes salesianas.
El contacto con la dura realidad mueve
siempre a algún joven a quedarse más
de cuatro meses: no pocos hasta un
año entero, y alguno ha decidido que-
darse definitivamente. Jóvenes de la
OMG se han casado incluso allí (casi
tuamente, una semana de orientación,
luego dos períodos de residencia fija en
la sede de Tierra Nueva (cada uno de
un mes, aproximadamente), alternán-
dose con tiempos de reflexión. La pre-
paración dura en total casi un año.
Estos voluntarios son, en general, titu-
lados o diplomados, todos ellos en dis-
posición de poder desarrollar una acti-
vidad precisa y concreta.
Trabajan en las misiones de los Sale-
sianos y de otras Congregaciones, y
además colaboran con entidades de
inspiración cristiana.
Las Hijas de María Auxiliadora. In-
numerables iniciativas análogas a éstas
han creado el "Centro médico-asisten-
cial"; en San José de Costa Rica pres-
tan inestimabile ayuda a la organiza-
ción "Vivienda de los pobres" empe-
ñada en que no haya ningún deshere-
dado sin techo; en Colombia, donde
casi todas las obras son de marcado
compromiso social, las exalumnas y
las mismas alumnas prestan la más
completa colaboración en la promoción
humana; igualmente en Paraguay, en
Perú...
Cooperadores jóvenes. A estos movi-
mientos hay que añadir la asociación
de "Cooperadores jóvenes" que des-
arrolla sus actividades, misioneras o
Sesenta jóvenes de la «Operación Mato Grosso» a punto de partir de Roma para
unas «vacaciones de trabajo» en las misiones del Brasil. Marchan para tres o cuatro meses,
pero alguno se da cuenta de que su puesto está allí, y se queda unos años... A veces para siempre.
se podría decir que se han casado con aquí reseñadas, son llevadas a cabo en
la obra misionera) y continúan con en- varios países por las alumnas y exa-
tusiasmo su obra de promoción hu- lumnas de las Hijas de María Auxilia-
mana y cristiana.
dora. Se trata en su mayoría de verda-
dera y auténtica labor misionera, como
Italia: Tierra Nueva. Fue inspirada por ejemplo, la de las jóvenes colom-
por el Rector Mayor D. Luis Ricceri, y bianas que tienen organizado el
comenzó su trabajo en 1969. Se define "Campo Misionero" en Canagua, "El
como "una obra salesiana y eclesial de Ariari", o la de las participantes en el
los jóvenes, para jóvenes dispuestos a "Apostolado en Matagallinas", entre
asumir una responsabilidad seglar en los indios Mixes de México.
las misiones y en los países en vías de A veces trabajan en la alfabetización,
desarrollo, con el fin de trabajar por la como las jóvenes brasileñas de los gru-
evangelización y la promoción hu- pos "lulac" de Belo Horizonte, o "Mo-
mana". Tierra Nueva elabora y realiza bral" (Movimiento Brasileño de Alfa-
"proyectos apostólicos". En estos betización) en Manaus, Belo Hori-
proyectos misioneros se pueden enro- zonte, etc... Merece especial mención
lar los que quieran hacer su "servicio también el grupo de jóvenes "Duoc"
civil" en vez del servicio militar.
de Chile.
Los planes - referentes por ahora a Sería demasiado largo hacer la lista de
América Latina y África - pasan a tra- las muchas obras sociales que llevan
vés de diferentes fases de elaboración: estas jóvenes al lado de las Hijas de
propuesta, estudio, aprobación, actua- María Auxiliadora. Un grupo de exa-
ción... e historia. También los jóvenes lumnas dirige en un barrio extremo de
voluntarios pasan por fases de prepara- Manaus el "Centro Social Juan
ción: un McoilsoiqounioespaDraocnonBocoesrsceomauñ-o cXieXnItIoI".; 1e8n7B5arSqDuiBsim1e8to77(VFeMnezAuela)
no, en su propria nación, y que sumi-
nistra preciosas vocaciones misioneras.
Hasta ahora han salido vocaciones de
Cooperadores jóvenes en Italia, Ir-
landa, México, que trabajan con entu-
siasmo y eficacia en el Ecuador, Sudá-
frica, entre los indios Mixe.
Exalumnas. Algunas exalumnas de
Europa están trabajando en diversos
centros de misión donde han visto que
pueden ser más útiles en el ejercicio de
su profesión. Jacquelin Marcelin, exa-
lumna de Lyon, diplomada en eco-
nomía doméstica, ha ido al Chiad
(África). "Un día nos preguntó la Her-
mana en clase qué habíamos hecho
por los demás en nuestra vida. Aque-
llas palabras me hicieron reflexionar.
Decidí dedicar al menos dos años de
mi vida a los demás... Mi apostolado
aquí consiste en dar testimonio de
vida sencilla y sana, a base de escuchar
a la gente y brindarles mi amistad.
Bajo rudas apariencias se esconde con
74

8.8 Page 78

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frecuencia en estos africanos un cora-
zón de oro; y aunque tengan apenas lo
justo para vivir, te lo ofrecen todo por
agradarte. La mayor alegría es consta-
tar que estamos contribuyendo a la
formación de una Iglesia joven..."
Giovannina Ronchi marchó a Sao
Paulo (Brasil) al servicio de los emi-
grantes. Allí se entera cuándo vienen
los nuevos, les sale a recibir, se preo-
cupa de buscarles acomodo. Y sobre
todo realiza las ingratas e intermina-
bles gestiones burocráticas de la legali-
zación de documentos, certificados,
solicitudes...
Catequistas a plena
Rosita Escudero, española, doctora en
medicina y casada con un médico, ha
dedicación
ido con su marido a la "Misión de la
Esperanza" en plena selva del Perú.
Lleva cinco años trabajando entre los
pobres: allí en la floresta le han nacido
sus tres niños Rosita, Eduardito y Ja-
vier.
Mafalda Tirolli ha escogido una "fa-
vela" de Sao Paulo, donde viven 90 fa-
milias pobres. Se industria para pro-
veerles de alimento, vestido, etc.. Se
preocupa de los enfermos, de las jóve-
nes "desviadas", de los muchachos
huérfanos. Ha fundado para ellos un
orfanatrofío. Desde hace 20 años
consagra su vida a este trabajo, y aun
le quedan tiempo y ánimos para can-
tar: a su hermosa voz se unen las vo-
ces cristalinas de aquellos niños que se
han convertido por un milagro de
amor de Dios en "sus niños"...
Existe desde 1966 en Dibrugarh el
"Centro para la formación de catequis-
tas": Lo creó el Obispo porque en-
tendía que los catequistas son una ri-
queza apostólica inestimabile, sobre
todo si, como ocurre en esta Diócesis,
trabajan en el campo de la catcquesis a
plena dedicación. Su colaboración es
muy útil cuando faltan los misioneros
(fenómeno que ya se está dando in-
cluso fuera de las misiones); y es más
útil todavía donde el misionero no co-
noce la lengua, los usos y costumbres,
y el ambiente donde debe trabajar. En
Dibrugarh los catequistas son, desde
luego, indispensables: la Diócesis
abarca 50 grupos lingüísticos diferen-
tes, de forma que, aun suponiendo que
fuera abundante el clero, las dificulta-
des serían insuperables. Los Obispos
Hacia un descubrimiento de valores
nuevos. Todos estos jóvenes, aunque
no hayan tenido como punto de arran-
que tal vez el imperativo apostólico, se
van abriendo, poco a poco, en su tra-
bajo hacia una perspectiva de valores
cada vez más profundos y cristianos.
En un primer tiempo se sienten llama-
dos a un compromiso de promoción
socio-económica del hermano necesi-
tado; luego sienten la necesidad de li-
berarlo de estructuras sociales injustas,
que atrapan a tantos hombres negán-
doles las condiciones mínimas de vida,
a las que tienen derecho. Más adelante
añaden a estas motivaciones extrínse-
cas la necesidad de una liberación que
sea también interior; liberación de la
ignorancia, de la cobardía ante la vida;
llegan así a una liberación de conte-
nido ético y espiritual: liberación de
dictaduras personales internas, de la
inclinación al mal, de la esclavitud del
pecado. Su trabajo se ha ido purifi-
misioneros aprecian grandemente el
trabajo de los catequistas sobre todo si
están a plena dedicación. Alguien los
ha definido, "la lengua, los oídos y las
manos del misionero"; otro, "la co-
lumna vertebral de la misión"; un ter-
cero ha hablado por propria experien-
cia: "Poned un catequista en un pue-
blo y veréis surgir automáticamente
un catecumenado". La conclusión es
muy sencilla: habría que multiplicarlos
como Jesús multiplicó los panes y los
peces. Esta es la razón por la que el
Obispo de Dibrugarh ha fundado un
Centro de formación de catequistas,
para conseguir mayor número y mejor
formación. Un Centro con biblioteca
completa, con trescientas películas de
argumento bíblico, con subsidios di-
dácticos modernos. Los catequistas es-
tán retribuidos normalmente (también
el "obrero de la viña" tiene derecho a
su denario); suele ser gente madura,
segura en la fe, de vida intachable (casi
cando hasta llegar a descubrir "por sí siempre se reclutan de entre los padres
mismos" el compromiso del testimo- de familia de fama irreprensibile).
nio cristiano, y, finalmente, el compro- A estos catequistas se debe la conver-
miso de "hacer Iglesia".
* sión de poblados enteros y el que las
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
nuevas generaciones caminen hacia
un compromiso cristiano más exi-
gente.
También la Diócesis de Shillong tiene
sus catequistas, preparados en la mi-
sión de Jowai. Alguno de ellos lleva
veinte y hasta treinta años dando
vueltas por los poblados; sólo Dios lle-
vará la cuenta de los kilómetros que ha
caminado. Y no falta quien expone su
vida. Un ejemplo... El catequista Tho-
mas fue atacado, por la espalda, en
plena floresta, por un oso que, después
de arrojarlo a tierra, le desgarró las car-
nes del primer zarpazo, abriéndole las
entrañas. Luego, satisfecho de su ac-
ción, desapareció. El pobre Thomas se
vendó como pudo las heridas, y du-
rante dos interminables jornadas se
fue arrastrando hasta llegar a la cer-
cana misión de Raliang. Los cristianos
le atendieron inmediatamente. Des-
pués de curarle las heridas, viendo la
gravedad de las mismas, lo quisieron
transportar al hospital de Shillong:
"Thomas, le dice el misionero que ha
llegado sin aliento, allí te curarán y sa-
narás". "No, Padre, responde, la única
gracia que había pedido al Señor era la
de poderme confesar y recibirlo en mi
corazón. Ya me la ha concedido, no
pido otra cosa". Murió a los pocos días;
pero en Raliang sigue viviendo en el
recuerdo de todos.
Las jóvenes Shuar. Las Hijas de María
Auxiliadora han realizado otra expe-
riencia muy interesante en Sevilla Don
Bosco, entre los indios Shuar del Ecua-
dor.
Sevilla es una parroquia de misión,
formada por 14 pequeños centros, to-
dos ellos con su correspondiente ca-
pilla, donde se reúnen los Shuar cris-
tianos para rezar y recibir instrucción
religiosa. Las Hijas de María Auxilia-
dora, cinco en total, se ven desborda-
das en medio de tantas actividades a
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8.9 Page 79

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Catequistas a plena dedicación: foto de arriba,
el Obispo de Dibrugarh (India) al terminar
el curso entrega a los nuevos catequistas
el Evangelio y el Crucifijo.
Abajo: el catequista trabajando en un poblado.
las que han de dedicarse; no pueden De este modo, donde los misioneros o
atender con regularidad a todos los misioneras no pueden llegar, están las
centros de misión. Por eso están pre- jóvenes Shuar compartiendo con su
parando jóvenes Shuar de su misión pueblo los tesoros de fe y de gracia que
que les ayuden en la catcquesis.
ellas recibieron antes.
Algunas han frecuentado un curso de Con estas experiencias se entiende
catequética y ya han comenzado a visi- mejor por qué el Concilio Vaticano II
tar los diversos centros, dando instruc- ha dicho de los catequistas: "Digno de
ción religiosa en lengua shuar. Otras se toda alabanza es el ejército de catequis-
han preparado como enfermeras y, en tas, hombres o mujeres, a quienes
sus visitas a las aldeas, prestan cuida- tanto debe la obra misionera entre los
dos médicos al mismo tiempo que pueblos. Estos catequistas, animados
atienden a la catcquesis.
de celo apostólico y no sin grandes sa-
Algunas, después de una seria prepa- crificios, contribuyen singular e insus-
ración en la misión, se quedan a vivir tituiblemente a la propagación de la
en uno de los catorce centros y van fe".
dando clase regularmente; llevan tam- La Iglesia ha abierto a estos catequis-
bién con auténtico espíritu misionero tas la puerta del diaconado, aunque es-
la catcquesis del poblado y responden tén ya casados: ¿quién, en efecto, tiene
de la marcha espiritual de "su" comu- más méritos que ellos para ser aso-
nidad. Misiones Don Bosco año cciiaednotoal. s1ac8e7rd5ocSioDmBin1is8te7r7ialF?MA *
76

8.10 Page 80

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AVENTUREROS
DEL REINO
El Capitán bueno: El garibaldino José Fagnano,
pionero de la Tierra del Fuego,
llamado por los indios "bueno"
para distinguirlo de otros capitanes malos.
Madre Angela, Salesiana "a la marinera": Angela Valiese
es la primera misionera de las Hijas de María Auxiliadora,
incansable pionera al lado de Mons. Fagnano.
El Padre motocicleta: cariñoso apodo con que lo nombran
familiarmente
las tribus del Assam a Mons. Manuel Bars,
por sus correrías... ¡a pie!, por las bellas colinas khasi.
Más poderosa que los hechiceros: Sor María Troncatti,
la legendaria "madrecita" de los indios Shuar.
"Estamos seguros de que los intrépidos Salesianos
Maestro albañil de la casa del Padre: Santi Mantarro
no dejarán en mal lugar la fama de sus héroes...".
hizo un día un descubrimiento: que había algo mejor
Lo ha dicho Pablo VI
en el mundo que plantar coles en Sicilia, y se convirtió
- en parte como alabanza, en parte como cariñoso
en la India en "constructor" de iglesias para el Señor.
tirón de orejas - en la Beatificación de Don Rúa.
Y la palabra del Papa plantea una vez más a los Salesianos Sor Matilde entre dos sueños: Matilde Meukens,
un serio problema.
la primera Hija de María Auxiliadora
Problema que ya lo tuvo Don Bosco por primera vez,
misionera en el Congo; hizo caso a todos sus sueños,
cuando, invitados sus Salesianos a dar su nombre para incluido aquél en el que se le prohibía morir
la primera expedición misionera en 1875, tuvo que escoger porque quedaba todavía mucho que hacer.
sólo diez nombres de la larguísima lista de voluntarios
dispuestos a partir. Y por segunda vez,
La tribu invisible: Francisco Fernández,
cuando se repitió el hecho en iguales circunstancias
coadjutor salesiano: escapó dos veces a la muerte
para la primera expedición de Hijas de María Auxiliadora. bajo las flechas de los Chavantes,
¿Cómo escoger ahora,
pero hoy, ya convertidos, cumplirán el pacto
después de 100 años de aventuras... a lo divino,
que con él hicieron: lo enterrarán
entre tantísimas biografías, todas dignas de ser presentadas, bajo las estrellas, cerca de su aldea chavantina.
y forzando dulcemente,
por una parte el pontificio tirón de orejas, y por otra,
Orfeo en el poblado de las bienaventuranzas: historia
inexorablemente, el espacio limitado de este volumen? del P. Mantovani que, desde niño y durante toda su vida,
He aquí, pues, elegidos casi por sorteo,
luchó a favor de los pobres
unos protagonistas de la ilusión misionera de Don Bosco. contra la "pantera negra" del hambre.
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
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9 Pages 81-90

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9.1 Page 81

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Mons. José Fagnano.
El capitán bueno
El espíritu aventurero es algo que se Cruz Roja con las tropas de Garibaldi.
lleva dentro. El padre ha dicho: uEsta La guerra no va de broma: hay muer-
noche habrá que hacer guardia en la tos, heridos, y José desafía el peligro
viña", y el pequeño José ha respon- continuamente cumpliendo con su de-
dido: "Voy yo". Y coge la escopeta y ber. Un día algunos soldados garibaldi-
marcha a la viña.
nos caen malheridos en la misma línea
Todavía no ha cumplido los diez años. de fuego: hay que socorrerlos cuanto
Es noche de luna. ¡Un ruido!. José antes; pero los austríacos continúan
ahueca la voz: "¿Qué haces en mi vomitando un infierno de fuego desde
viña?; escapa o disparo". "Chaval, lár- las trincheras de enfrente; asomar la
gate - le responde alguien - si no quie- cabeza es un suicidio. José se quita su
res ganarte un par de sopapos". camisa blanca y la iza sobre un palo:
"Bueno, yo ya te he avisado...". Y car- cesa el fuego inmediatamente, y él
gando la escopeta, apunta a la luna y acude corriendo a socorrer a los heri-
hace fuego. En el surco ha quedado dos: luego será citado en la orden del
abandonada una cesta llena hasta casi día por el mismo Garibaldi.
la mitad de uva recién cortada.
Este espíritu aventurero no le aban-
dona ni siquiera en el seminario: una
noche decide asaltar la despensa, junto
con algunos compañeros. Se deslizan
de la cama con las luces apagadas, en-
filan los oscuros corredores y encuen-
tran la puerta cerrada con llave. Pero el
montante de la puerta está abierto.
José, aupado por sus compañeros,
sube encima de la puerta, pasa el
cuerpo por el pequeño agujero del
montante y, al quedar colgando del
otro lado dispuesto a dar el salto defi-
nitivo, nota que sus pies flotan en un
líquido denso: ¡aceite!. Dejará huellas
por donde pase... Para no ser descu-
bierto tendrá que despistar las huellas:
va andando por toda la casa, dejando
clarísimas huellas de aceite hasta de-
lante de las puertas de los cuartos de
los superiores del seminario.
Cuando comienza a pensar en serio, se
da cuenta de que la aventura es más
bonita si, al mismo tiempo, se hace el
bien a los demás. Y a los 16 años, con
su sotana de clérigo, se presenta vo-
El primer colegio del nuevo mundo.
La casualidad le pone en el camino de
aquel otro aventurero del bien que se
llama Don Bosco: terminada la guerra,
no se puede abrir enseguida el semina-
rio, y los seminaristas van a Valdocco
para hacer sus estudios de bachillerato.
De Don Bosco se cuentan cosas fabu-
losas; José se le acerca un día y le pide
que le confiese. "Si te parece - le dice
el Santo - yo mismo te diré tus peca-
dos, ¿quieres?". Claro que quiere: pri-
mero está muerto de curiosidad, luego
se queda admirado, y termina conmo-
vido. Don Bosco es un Santo y Fa-
gnano decide no abandonarlo nunca.
En 1864 Don Bosco manda un sacer-
dote y siete clérigos a Lanzo, cerca de
Turín, para que se hagan cargo del
nuevo colegio. Uno de los siete es el
clérigo José Fagnano.
El colegio de Lanzo es un edificio
viejo, casi en ruinas. Los siete jóvenes
ponen, como primera operación, carto-
nes y toallas, tapando las ventanas que
no tienen un solo cristal. Para cenar
luntario al ejército como enfermero echan mano de lo poco que han lle-
(aquel año, 1859, ha estallado la se- vado consigo, pero no encuentran ni
gunda guerra de la independencia ita- una mesa: preparan dos caballetes, po-
liana). Hincha el pecho para aparentar nen encima una puerta que han en-
que ya es un hombre y se alista en la contrado en los escombros y se acomo-
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
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dan alrededor. Tampoco hay camas:
por esa noche, algunos encuentran alo-
jamiento en un colegio cercano; otros
buscan paja e improvisan un lecho. Y
al día siguiente comienzan a limpiar,
arreglar, ordenar...
En 1875 todos los Salesianos, en
mayor o menor grado, están afectados
de fiebre misionera. D. José Fagnano,
sacerdote y administrador de Varazze,
se ha puesto incondicionalmente en
las manos de Don Bosco, pero Don
Bosco no lo pone en la lista de la pri-
mera expedición.
Claro que los caminos de Dios son
otros: uno de los de la lista de D. Ca-
gliero no está en condiciones de partir
y D. Fagnano parte para las misiones
"tapando un agujero"...
Unos días en Buenos Aires para am-
bientarse, y luego la división de la ex-
pedición en dos grupos: D. Fagnano
encabeza un grupo de seis misioneros
que remontan el majestuoso río Pa-
raná, hasta la ciudad de San Nicolás,
con la misión de abrir el primer colegio
salesiano del nuevo mundo.
El edificio recuerda un poco el de
Lanzo: están los muros, pero falta
todo. Don Fagnano consigue un banco
de carpintero, tablas y herramientas y
todos se entregan al trabajo. En poco
tiempo aquel "esbozo" de colegio está
en condiciones de alojar a 144 alum-
nos internos. Asisten también algunos
externos, a los que un "autobús esco-
lar" (dos coches de caballos) transporta
desde los pueblos vecinos.
Dos pececillos. Además del colegio
hay que pensar en los indios, a los que
habrá que evangelizar. Para llegar
hasta ellos habrá que ir a caballo, y Fa-
gnano se dedica a la hípica durante los
tiempos libres.
Un año más tarde llega la segunda ex-
pedición de misioneros: Don Fagnano
amplía el colegio. Pero la construcción

9.2 Page 82

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del nuevo edificio queda interrumpida cuales abarca un territorio que se tarda une a ella como capellán. Puede ser
al llegar el invierno.
semanas en recorrerlo a caballo. Esta que suavice los ánimos de los soldados
Y un día de lluvia intensa, se derrum- parroquia es la que el Arzobispo quiere y evite daños mayores.
ban las paredes... D. Fagnano acude encomendar a los Salesianos.
Un día abandona el campamento y se
inmediatamente, contempla la catás- D. Fagnano se presenta allí a princi- adentra en la selva; oye un leve ruido;
trofe y hace un gesto con los brazos: pios de 1880, con dos sacerdotes, dos baja del caballo y avanza con precau-
"Dios nos envía el bien para animar- coadjutores y cuatro Hijas de María ción. De repente caen sobre él cuatro o
nos y el mal para probarnos; hágase su Auxiliadora.
cinco indios que lo inmovilizan y lo
voluntad". Lo mismo que dijo Job... Por aquellas latitudes ya se habían llevan hasta una cabana: lo dejan y sa-
Y en efecto, mejora el tiempo, sale el visto sacerdotes, pero Hermanas no: la len a discutir fuera sobre la suerte del
sol y D. Fagnano recomienza la obra noticia la comentan los periódicos.
prisionero. Uno se ha quedado de
desde el principio.
El centro de la parroquia es Patagones; guardia: "Eres un espía - le echa en
Para pagar las obras se dedica a la cría Mons. Fagnano improvisa la capilla en cara - y vas a morir". Don Fagnano le
de ganado lanar: compra 50 ovejas, y un viejo granero, y luego funda, no alarga la cantimplora, y el alcohol hace
hace venir desde Italia a un hermano uno, sino dos colegios, el segundo para su efecto: el indio lo desata antes de
suyo para que las cuide y explote: las niñas.
caer dormido. Por esta vez ha salvado
pronto llegan a 1.000 las cabezas; en- Los niños de esta región no son como la vida...
tonces las vende y salda las deudas.
Con no poco sacrificio logra organizar
entre los muchachos una banda de
música que es la admiración y la
alegría de pequeños y grandes. Pero el
recuerdo más grato de todos aquellos
primeros alumnos y salesianos es el de
las excursiones por la selva: salen to-
dos a caballo, al mediodía comen en
cualquier lugar a base de carne asada
(el famoso "asado con cuero") que la
preparan allí mismo, y, al caer la tarde,
montan el campamento bajo los árbo-
les mientras el sol, que muere en el
horizonte, alarga las sombras sobre la
llanura...
Cantan luego alrededor del fuego de
campamento y se duermen felices en-
vueltos en las mantas, bajo las estre-
llas.
Un día el Paraná viene crecido por las
lluvias torrenciales de los últimos días;
desborda las orillas, y el barrio de San
Mons. Fagnano (a la izquierda) a punto de partir con otro misionero para una de
sus muchas correrías apostólicas.
Nicolás queda inundado por las aguas.
D. Fagnano acude a caballo en ayuda
de los damnificados. Bien entrada la
noche todavía no ha vuelto: los mu-
chachos del colegio no quieren irse a
dormir, y se quedan en vela rezando...
De pronto se escucha el galopar de un
los de San Nicolás: éstos son indios,
pero también para ellos se organizará
una banda de música: los indiecitos no
han visto en su vida un instrumento
musical, pero soplan con tanto entu-
siasmo, que al fin llegan a producir so-
La expedición militar concluye: han
hecho 300 prisioneros de entre los in-
dios: hombres, mujeres y niños.
Llegados a Patagones, los hijos de los
prisioneros son separados de sus pa-
dres y confiados a diversas familias
caballo: es él, y trae un envoltorio al
brazo: "Mirad, dos pececillos que he
pescado sin caña ni anzuelo. Cuidad
de ellos". Son dos huerfanitos, calados
hasta los huesos.
A fines de 1879 el colegio ya está enca-
minado, y el Arzobispo de Buenos Ai-
res reclama a D. Fagnano para una mi-
sión más bien difícil.
Los muchachos del colegio lo despiden
uno a uno; le besan la mano, emocio-
nados, mientras les brillan los ojos do-
minando las lágrimas que pugnan por
salir.
nidos aceptables. En las fiestas folkló-
ricas del pueblo reciben calurosas ova-
ciones: "La música de los muchachos
- dice Don Bosco - se escucha, no con
el oído, sino con el corazón".
D. Fagnano realiza largas correrías por
el interior en busca de las tribus indí-
genas. Pero los indios, derrotados en
diversos encuentros con las tropas na-
cionales, hostigados sin tregua, llenos
de odio contra todos los blancos,
huyen cuando éstos aparecen, escon-
diéndose en la floresta, en los valles de
los Andes o en el sur del territorio.
que trabajan a lo largo del río.
D. Fagnano contempla el llanto deses-
perado de las madres, pero nada puede
hacer por ellos. Y a estos indios habrá
que hablarles más adelante del amor,
del perdón cristiano, de la paz, y tal
vez hasta de la superior civilización de
los hombres blancos.
Monseñor, pero no tanto. Ya se en-
cuentran los misioneros en el extremo
sur del continente americano, ¿cómo
organizar la región en circunscripcio-
nes eclesiásticas?. La Santa Sede
¿Cómo hacerse amigo de ellos?, consulta con Don Bosco, quien pro-
La "superior" civilización de los ¿cómo hablarles de Dios y conducirlos pone hacer tres partes y confiar la más
blancos. El territorio del otro lado del a las aguas del Bautismo?
meridional (y la más difícil) a Don Fa-
rio Colorado está dividido (sólo sobre Una de tantas expediciones militares gnano: "Lo considero con suficientes
el mapa) en dos parroquias, una de las pasa por Patagones y D. Fagnano se dotes para regir la Prefectura Apostó-
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
79

9.3 Page 83

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lica de la Patagonia Meridional: es de
constitución hercúlea, no conoce la fa-
tiga, no se acobarda ante las empresas
más difíciles". Así es como Don Bosco
lo describe y así es como D. Fagnano
llega a Monseñor ("pero no tanto",
como puntualizará un autor moderno).
Se está organizando una expedición
geográfica a las tierras del Sur, y, una
vez más, aprovecha la oportunidad
Mons. Fagnano uniéndose a ella como
capellán: unos cuantos estudiosos, de-
fendidos por los fusiles de 25 soldados,
llevan como misión la de marcar en el
mapa el recorrido de los ríos del Sur;
Mons. Fagnano seguirá a su vez otro
recorrido, el de las almas del Sur.
Ya está finalmente en el extremo del
continente, en la helada tierra del Un indio de la isla Dawson (Tierra del Fuego).
Fuego (el fuego es allí una necesidad
para no congelarse, para sobrevivir; de
ahí el nombre de Tierra del$ Fuego, por que piensa en nosotros".
las muchísimas hogueras encendidas Se hace enseguida con un terreno y
que se ven).
abre una escuela: mientras tanto, va
Un día salen del campamento, para tomando contacto poco a poco con los
una misión de reconocimiento, quince indios que bajan a Punta Arenas a
soldados con su jefe. Los indios Onas vender sus productos; los encuentra
huyen y los soldados los persiguen y dóciles, los va educando, los aconseja:
alcanzan: los indios, como gacelas caí- "No os emborrachéis como hacen los
das en la trampa, intentan defenderse blancos malos".
con sus flechas, y los soldados respon-
den con el plomo de sus fusiles. Que- Un espectáculo, el agua hirviendo.
dan en el campo 28 cuerpos sin vida. Cincuenta kilómetros más al sur se
Mons. Fagnano, al oir los disparos, encuentra la Isla Grande, la Tierra del
acude veloz y arremete contra el jefe Fuego, muy recortada y completa-
de la expedición con tal violencia, que mente inhóspita.
los soldados quedan amedrentados. Los indios, los colonos ingleses, los
Un testigo ha escrito: "Era un hombre guanacos y los rebaños de ovejas, dis-
de Dios en medio de aquellas vastas curren todo lo que pueden para ha-
soledades y se alzaba como un profeta cerse mutuamente la vida imposible:
para condenar la crueldad. Ahora es los guanacos suministran alimentos y
cuando tiene Mons. Fagnano final- vestidos a los indios, pero son muy vo-
mente una idea clara de lo que abarca races y dejan sin hierba a las ovejas;
su Prefectura y del trabajo que le es-
pera.
Está formada la Prefectura Apostólica
por territorios de tres estados: Chile,
Argentina y algunas islas que están
bajo la bandera inglesa.
Mons. Fagnano fija su residencia en
Punta Arenas, una localidad del ex-
tremo sur, con una historia nada ilus-
tre: era una colonia de deportados -
carne de presidio - a los que se han
unido, con el correr de los años, aven-
tureros y cazadores de focas, buenos
bebedores y mejores jugadores, gente
de conciencia encallecida, capaz de di-
lapidar en una noche las ganancias de
un año.
Mons. Fagnano lleva consigo a un clé-
rigo y a un coadjutor. "Somos los hijos
más lejanos del querido Padre Don
los colonos ingleses miran por sus ove-
jas y disparan contra los guanacos; en-
tonces los indios asaetean las ovejas;
se enfadan los colonos y disparan
contra los indios que responden a su
vez con sus flechas demostrando su
puntería sobre los colonos...
Mons. llega y observa; regala a los in-
dios galletas y pañuelos, y vuelve de la
Isla Grande convencido de que sólo la
presencia del misionero traerá la paz a
la región.
Al año siguiente, 1888, decide montar
la nueva misión: alquila una goleta, la
carga de materiales, y aguarda a que el
capitán dé la orden de partir; pero el
capitán no se encuentra por ninguna
parte, nadie sabe a dónde ha ido a pa-
rar; aparece por la tarde, completa-
mente borracho. Parten al día si-
guiente.
Bosco, pero seguramente los más cer- Mons. Fagnano se lleva un sacerdote y
canos a su corazón, por el cariño con un coadjutor, y unos cuantos obreros a
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
80
sueldo. Terminada de montar lo mejor
posible la misión, ven que se les acer-
can 17 indios: éstos aceptan los regalos
que les dan los misioneros, se dejan
desinfectar de los insectos que tienen,
cortar las largas melenas, lavar, y...
hasta vestir. Los misioneros, ilusiona-
dos, construyen para ellos unas caba-
nas de madera, pero ellos tienen miedo
a que se les caiga el techo encima y
prefieren dormir a la intemperie. Todo
les causa admiración: el agua hir-
viendo es un espectáculo para ellos;
uno de ellos intenta tocar con la mano
las burbujas de vapor, pero la retira en-
seguida gritando: "Me ha mordido el
agua". Algunos días después desapa-
recen los indios, con el mismo miste-
rioso sigilo con que se habían presen-
tado.
En la misión de la Isla Grande han
quedado el sacerdote y el coadjutor.
Un día aparecen los indios de repente:
son seis, vienen armados hasta los
dientes y sin decir nada les atacan fie-
ramente. El sacerdote recibe una cu-
chillada que se le lleva el labio, al
coadjutor un golpe de hacha le ha de-
jado el brazo colgando. Se suceden días
de terror: la herida del labio se va ce-
rrando, pero el brazo empeora.
Suben al herido a una barca para lle-
varlo a Punta Arenas, y, para colmo de
infortunio, la barca se hunde en medio
de una tempestad; todos alcanzan la
orilla menos el herido que desaparece
entre las olas.
Mons. Fagnano al conocer la triste no-
ticia oculta el rostro entre las manos
y... rompe a llorar.
Habrá que cerrar la misión por el mo-
mento, y Monseñor tendrá que ir a
Turín en busca de ayuda.
Vuelve algunos meses después con un
precioso cargamento de esperanza y de
futuro: diez Salesianos y cinco Hijas de
María Auxiliadora vienen destinados a
su Prefectura.
Entonces surge la misión de la Isla
Grande más hermosa que antes. Han
montado hasta una serrería, que lanza
al cielo potentes resoplidos y que fun-
ciona a vapor.
Poco tiempo después serán bautizados
los primeros indios y la fiesta se so-
lemniza con danzas de alegría.
En 1890 el Gobierno chileno hace ce-
sión a los Salesianos de toda la isla
para su uso y usufructo durante veinte
años. Un buen negociante habría obte-
nido pingües ganancias: Mons. Fa-
gnano lo invierte todo en los indios y a
él le quedan las deudas.
Claro, que las instrucciones recibidas
de Don Bosco eran tajantes: "Buscad
almas, no dinero...".

9.4 Page 84

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Venga a nosotros el "Torino". En la
Isla Grande conviven dos tribus de in-
dios: los Onas y los Alakalufes. Los
Onas habitan en el interior de la isla,
los Alakalufes en las costas. Los pri-
meros viven aislados en la floresta,
casi no conocen a los blancos; los otros
tropiezan con ellos a cada momento.
Es por esto por lo que los Onas se han
conservado buenos, pacíficos, dóciles;
los Alakalufes, en cambio, son traido-
res, dominantes, rebeldes, ladrones y
vengativos.
En febrero de 1893 decide Mons. Fa-
gnano construir otro centro de misión
en la isla, en el estuario del Río
Grande, el único río que merece real-
surará a llevar víveres y materiales de
construcción a sus misioneros...
En uno de los primeros viajes del "To-
rino", en el que va a bordo también
Mons. Fagnano, la chalupa que lo ha
de llevar a tierra tarda demasiado en
atracar, y Monseñor, impaciente, se
quita los zapatos, salta al agua y corre
a abrazar a los suyos. Está nevando y
la temperatura ha descendido a 20 gra-
dos bajo cero...
Los indios se muestran contentos con
todos, pero admiran los extraños aros
de alambre que lleva Monseñor Fa-
gnano sobre la nariz.
Habrá que ampliar la misión ya que no
caben todos los indios que van líe-
los indios cuando las ven aparecer. Las
contemplan entre curiosos y acobarda-
dos, hasta que, vencidos los primeros
momentos, deciden bautizarlas, debido
a su hábito negro y su pecherín blanco,
con el inofensivo y cariñoso nombre
de "pingüinos".
La misión, recién contruída con tanto
sacrificio, se convierte en humo. Así
de sencillo y así de trágico: un incen-
dio casual destruye hasta la última
viga.
...y Mons. Fagnano comienza de
nuevo.
Sobre cualquier goleta a vapor que
surca aquellos mares helados, saben
los indios que se encuentra un capitán
La gran plaza central de la misión salesiana en la isla Dawson, en una antiquísima fotografía.
Se pueden ver los Salesianos, las Salesianas, grupos de indios, niños
y niñas del internado, y en primerísimo plano, la lana después de esquilar las ovejas.
mente este nombre en toda la isla.
Algunos meses después, seis Salesia-
nos se embarcan en un vaporcito y lle-
gan a la desembocadura del río, pero el
capitán de la nave, asustado, por los
peligrosos arrecifes, no se atreve a
acercarse a la costa y se vuelve. Los
misioneros alquilan entonces una go-
leta por su cuenta y vuelven a partir,
esta vez solos. El estuario del río es
verdaderamente terrorífico; lo estudian
palmo a palmo durante la marea baja,
luego, en medio de mil precauciones,
lo atraviesan y desembarcan.
La nueva misión ya está montada,
pero los indios no se dejan ver: tienen
miedo. ¿Cómo convencerlos de que
los misioneros son blancos "diferen-
tes?".
Un día, por fin, se les ve llegar: ¡es una
tribu entera, 244 personas en total!
Hay que abastecer la misión, falta
todo. Las goletas resultan demasiado
endebles e inseguras: Mons. Fagnano
comprará un vaporcito y lo bautizará
con el nombre de "Torino" y se apre-
gando a vivir en ella: Fagnano tiene
grandes ideas: se marca sobre el te-
rreno una plaza cuadrada de cien me-
tros de lado, con casas para los indios a
tres lados, y la iglesia y las escuelas
para niños y niñas en el cuarto lado.
Mons. Fagnano no cesa de hacer viajes
continuos con el "Torino" aportando
materiales de construcción para la
nueva misión. Aquí la impaciencia se
apodera de todos entre viaje y viaje.
Los indios no dejan de rezar, y, mez-
clando las cosas un poco irreverente-
mente, en el Padre nuestro cambian a
su antojo una de las peticiones más
misioneras "venga a nosotros tu
reino" por otra no menos misionera, al
menos en aquellas latitudes: "venga a
nosotros el "Torino".
A comenzar de nuevo. Manda Fa-
gnano a la misión nuevos misioneros
que la potencian al máximo, y esta vez
acompaña, ilusionado como nunca, a
las primeras cinco Hijas de María
Auxiliadora, que son la comidilla de
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
blanco, dispuesto siempre a matar, ro-
bar y destruir sus cabanas. Por eso los
capitanes blancos son capitanes ma-
los...
Pero Mons. Fagnano los protege y los
ayuda; por eso, para distinguirlo de los
otros capitanes que son malos, le lla-
man "El Capitán Bueno".
Y con esta condecoración gloriosa ga-
nada en buena lid, se presenta Mons.
Fagnano en 1916 a su General en
Jefe...
En la isla existe un lago largo y estre-
cho, con sus aguas color perla que el
viento azota sin cesar: lleva su nom-
bre: "Lago Fagnano". Así recordarán
siempre aquellas tierras al aventurero
de Dios, al "Capitán Bueno" que tuvo
una compasión sin límites por sus in-
dios, a los que consagró entera su vida.
81

9.5 Page 85

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Madre Angela:
Salesiana
" a la marinera"
uEs una naturaleza completamente abraza la vida religiosa en Mornese en-
agotada - dice el médico moviendo la tre las Hijas de María Auxiliadora. Es-
cabeza - , no hay nada que hacer". Y cribirá a sus seres queridos: "Soy muy
en ese mismo momento, en la otra feliz en la casa del Señor; nunca aban-
parte del mundo, en las capillitas de donaré esta casa".
madera de sus pobres misiones, allá en La noticia de la primera expedición mi-
lo más recóndito de la América Latina, sionera de Salesianos, a punto de par-
se eleva al cielo un coro de oraciones tir, contagia también a las Hijas de
por ella, Madre Angela Valiese, la María Auxiliadora, y, de una manera
umadrecita": son las voces de los in- extraordinaria, a Sor Angela que no ha
dios Fueguinos, Onas, Tehuelches, olvidado... los niños "moritos" de su
sus hijos, por los que ha ido dando su infancia.
vida gota a gota.
Don Bosco anuncia el 8 de septiembre
Se ha cumplido un año exacto de su de 1877 que también las Salesianas
vuelta a Italia (había vuelto para el partirán para las misiones: "Las que
Capítulo General de la Congregación), deseen trabajar en las misiones - les
aquel "añito" que ella misma había invita - que hagan su petición por es-
pedido y pactado con el Señor para crito".
prepararse...; un año pasado en la som- Inmediatamente se ofrece Sor Angela,
bra y en el silencio, esperando el en- y se sorprende al verse con sus 23 años
cuentro.
mal cumplidos, al frente de la primera
"Pulmonía doble" ha sentenciado el expedición.
doctor; los pulmones, que tanto han Quedan apenas dos meses: la prepara-
sufrido con aquellos fríos polares, han ción es intensa y rápida. Con Madre
sido los primeros en ceder. Suave- Mazzarello y otra misionera va Sor
mente va al encuentro del Padre el 17 Angela a Roma a recibir la bendición
de agosto de 1914.
del Papa. Luego se juntan todas en
Genova, desde donde, el 14 de no-
Los niños "moritos". Angela había viembre, el barco leva anclas...
nacido el 8 de enero de 1854 en Lu
Monferrato (Italia), en una familia nu- La primera misión. Villa Colón, junto
merosa y forjada en la más estricta po- a Montevideo, recibe a las primeras
breza. A los siete años la han inscrito Hijas de María Auxiliadora. Allí traba-
en la "Santa Infancia", y ella se lo jarán entre los blancos durante algún
toma en serio, rezando y recogiendo li- tiempo; no es suficiente la preparación
mosnas para los lejanos niños "mori- remota que han realizado ya para estar
tos".
en forma para la aventura misionera.
A los diez años ya explica el catecismo: Es Don Bosco el que ha dicho a las Hi-
su palabra tiene mordiente, y cautiva a jas de María Auxiliadora: "No vais a
los pequeños que le han sido enco- ser enseguida misioneras entre los in-
mendados.
fieles de la Pampa o de la Patagonia;
Va creciendo sin conocer las comodi- comenzaréis a consolidar el Reino de
dades; para ayudar a su familia trabaja Dios estre los fieles, predicándolo en-
de modista. El ambiente familiar sen- tre aquellos que lo han abandonado:
cillo, la oración fervorosa y el trabajo después ya lo llevaréis a los que to-
continuo hacen madurar en ella la lla- davía no lo conocen".
mada de Dios: reflexiona, reza, se Las Hermanas comienzan su aposto-
aconseja, y, el 18 de agosto de 1875, lado: clases, catcquesis de niñas, ins-
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
82
trucción a las madres; y además lavar,
planchar, remendar la ropa de los nu-
merosos alumnos del colegio "Pío IX"
de los Salesianos.
Madre Angela (ya la llaman todos así)
agradece a su aguja el que le ayude a
ganarse el cielo.
Al año siguiente, se abre una segunda
casa en las Piedras, con escuela, orato-
rio y catecismo.
Y llegamos al 1880... Una goleta se
aleja de la orilla: Mons. Aneyros, Ar-
zobispo de Buenos Aires, traza una
bendición en el aire. Bendice a las pri-
meras cuatro intrépidas Hermanas que
se aventuran rumbo a las heladas re-
giones del Sur; van con los Salesianos
Madre Ángela Valiese, primera misionera
de las Hijas de María Auxiliadora.
a Patagones, a fundar una misión: ¡fi-
nalmente!
Patagones, sobre el Río Negro, es la
primera misión de verdad de los hijos
de Don Bosco entre los indios.
Madre Angela se siente feliz en medio
del duro trabajo entre los indios Arau-
canos y Tehuelches; hace largas jorna-
das a caballo de toldo en toldo, cu-
rando enfermos, dando lecciones de
higiene, hablando de Cristo.
Un día comienza a escucharse en la
misión el duro concierto de la garlopa,
el martillo y la sierra; se está cons-
truyendo el colegio "Santa María de
los indios". Madre Angela urge con
impaciencia las obras. Y por fin lo
inauguran las indiecitas: ya pueden
aprender ahora cómodamente a coser,
a bordar, a cocinar.
Aprenden además a amar, a rezar, a
perdonar.
Cada día ha de contemplar Madre An-
gela un espectáculo rutinario y mono-

9.6 Page 86

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tono, y también un poco triste: delante
del colegio, en la orilla opuesta del río,
se pasan las horas muertas, el día en-
tero, un grupo de mujeres negras ha-
ciendo la colada. Son los descendientes
de "los negros de la loma" (así los lla-
man) importados un tiempo como es-
clavos y considerados aún ahora de in-
ferior condición, segregados de los
blancos y hasta de los indios. Alrede-
dor de las pobres lavanderas se arraci-
man los negritos, sus hijos.
Madre Angela no puede permanecer
insensible ante tanta miseria y aban-
dono. Un día se decide y baja. Al ins-
tante, grandes y pequeños le salen al
encuentro. Los niños le cogen las ma-
nos, le tiran del hábito. Les habla de
muchas cosas, de Dios. Comienza así,
en las horas libres y fuera del colegio,
una escuela y un oratorio para aquellos
niños: ¡cómo iba a abandonarlos! ¿No
son éstos acaso en carne y hueso aque-
llos "moritos" de su niñez?
neras se miran preocupadas, pero Ma-
dre Angela tiene salidas para todo:
"¡Estupendo, así no perdemos tiempo
deshaciendo los baúles!".
Comienza la nueva misión... Madre
Angela se reserva siempre el trabajo
más duro. Suele decir a las Hermanas:
"Vosotras lo hacéis mejor que yo, te-
néis más estudios. Os toca a vosotras
dar clase y enseñar el catecismo. Yo
estoy hecha para trabajos más bastos".
En 1890 es esta intrépida misionera la
primera que pone los pies en la ansiada
isla Dawson. Los indios miran a las
misioneras curiosos y sorprendidos.
Las observan desde lejos; luego, ani-
mados por su sonrisa, se les acercan y
El sol está contento. Más al sur espe-
ran las heladas tierras de Magallanes.
Tierras desérticas, áridas, donde el ve-
rano hace un breve saludo y el in-
vierno parece que no vaya a tener fin.
Madre Angela y sus compañeras lle-
gan allí el 3 de diciembre de 1888, y se
establecen en Punta Arenas, pequeña
ciudad de Chile, frente a la Tierra del
Fuego. Les han preparado una casita
de madera. Madre Angela la describe
así: "Es muy bonita. Cierto que es de
madera, pero las habitaciones están
empapeladas con papel de flores...".
Aquella primera noche austral les re-
serva una sorpresa: no acaba de oscu-
recer. Son las 10 de la noche, y no se
ha puesto todavía el sol. Una de las
Hermanas jóvenes, no muy fuerte en
geografía, pregunta admirada: u¿Qué
Mujeres fueguinas hilando, en la misión de las Salesianas
(isla Dawson).
pasa hoy?". La respuesta de Madre
Angela es convincente por demás: "Es
que el sol no quiere ponerse porque quieren tocar aquellos tres extraños se- los indios Ona; "El Buen Pastor", se-
está contento de vernos aquí". Las res vestidos de blanco y negro. "Kaste gunda casa en la isla Dawson, para po-
Hermanas bromean y no se deciden a chiachi?", preguntan a Mons. Fa- bres muchachos abandonados, necesi-
irse a la cama. Claro, que por otra gnano: quieren saber si son "pájaros tados de cariño y de instrucción reli-
parte, no deja de ser un problema difí- pingüinos". "No - les dice riendo D. giosa.
cil ese de irse a la cama... porque no Fagnano - son madres buenas".
Madre Angela ha de hacer continuos
hay camas. Sólo hay una hamaca y no Madre Angela acaricia a los niños que viajes para visitar a todas las Herma-
la quiere nadie. "Madre, es para Vd.", abrazan asustados a sus madres, pero nas. Se hace a la mar en las incómodas
dicen las Hermanas. "No, que la use las miradas se cruzan y se entienden al goletas, azotadas por el frío viento aus-
alguna de vosotras que se encuentre instante: les va diciendo con los ojos: tral, en noches interminables en las
peor que yo". Total, que duermen to- ¡nos quedaremos para siempre con vo- que el tibio sol no termina de ponerse
das sobre el duro suelo.
sotros!
nunca.
Al día siguiente comienzan a organi-
En los años sucesivos va abriendo
zarse. ¿Dónde está el equipaje? No lo De goleta en goleta. Madre Angela otras misiones a lo largo de la costa ar-
han descargado: en realidad... es que el siembra con los ojos, con la oración, gentina: Río Gallegos (1901), Santa
barco no lo ha traído, porque, por un con el sacrificio, la pequeña semilla del Cruz (1904). En enero de 1907 inau-
error, ha ido a parar a otra Punta Are- Reino. Se suceden las fundaciones, gura la lejana y aislada fundación de
nas que se encuentra en Costa Rica; una detrás de otra: surge "La Candela- Port Stanley, en el archipiélago de las
(llegará... un año después). Las misio- ria" (1895) en la Tierra del Fuego, para Malvinas. Un año después abre una
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
83

9.7 Page 87

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El padre motocicleta
casa en Porvenir, capital chilena de «Y el brazo que mordió la cobra ¿ha
Tierra del Fuego, al otro lado del estre- quedado bien del todo? Nos lo mues-
cho, a! fondo de una bahía recortada tra todo acribillado de cicatrices que,
en la costa.
desde el hombro hasta la muñeca, pa-
Van pasando los años entre viaje y recen envolverlo en una roja malla;
viaje, de goleta en goleta... Madre An- unas se ven cerradas en línea recta,
gela, misionera "a la marinera", lleva como el filo de los cuchillos que inter-
alegría y ánimo a sus hijas y a sus hi- vinieron en la operación, y otras en
jos de adopción; todo en generosa e in- zigzag, como los dientes de los "bárba-
teligente colaboración con las atrevidas ros" que mordieron aquellas carnes
empresas de Mons. Fagnano, olvidán- para chupar el veneno de la cobra infil-
dose de sí misma, empeñada en la trado en los capilares...»
dura batalla de sostener a sus misione- Mons. Manuel Bars había nacido el
ras en aquellas frías tierras1, con un ex- año 1889 en Torroella de Montgrí (Es-
quisito sentido de maternidad espiri- paña), un pueblecito recostado en los
tual sin límites.
Pirineos catalanes, en donde los am-
Su entusiasmo sigue siendo el mismo plios y bulliciosos círculos concéntricos
de los primeros tiempos, pero la salud del baile popular de "la sardana", po-
no la acompaña: se le ve cada día más nían una nota de arte, música y fol-
pálida y débil, consumida por los viajes klore regional en la plaza del ayunta-
continuos, por el frío, por las fatigas, miento, los domingos por la tarde.
por los sufrimientos. Ha llevado el Su vocación misionera y salesiana
evangelio a los últimos confines del había rodado alegre por las casas de la
mundo, se ha entregado sin reserva al- Inspectoría de Barcelona, donde se res-
guna. De ahora en adelante tendrá que piraba todavía la emoción de la visita
realizar su misión en la oración y en el que Don Rosco había realizado unos
silencio.
años antes.
Ha sembrado a manos llenas, pero está D. Manuel Bars es un superdotado
dispuesta a no ser ella la que recoja el para las matemáticas y las ciencias na-
fruto. La llaman a su patria para parti- turales, pero es un hombre universal:
cipar en el Capítulo General. Ella pide le interesa todo. Se ordena sacerdote
al Señor un "añito" para prepararse, y en Italia, donde ha cursado los estu-
se retira. Siempre gustó del pan, a ve- dios de teología obteniendo el grado de
ces algo duro, de la obediencia en línea doctor, y desde 1917, año de su orde-
de humildad, fruto, después de todo, nación, hasta el 21 consagra su vida,
de un Amor generoso.
* con entusiasmo y eficacia, a la enseña-
naza en los colegios de Mataró (Barce-
lona) y Salamanca.
Esta universalidad en el campo de la
ciencia será una de las características
de su vida: es difícil comprender cómo
pudo dedicarse a un trabajo intenso en
el apostolado de las misiones, culti-
vando a la par la faceta intelectual: es-
taba al día en campos tan diferentes
como las matemáticas, la teología y la
filología khasi, de la que llegó a ser un
auténtico y profundo estudioso.
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
84
Hablaremos el idioma de la caridad.
En 1922 llegan a la India del Norte los
primeros 11 misioneros salesianos al
mando del intrépido P. Luis Mathias:
se encuentra entre ellos D. Manuel
Bars, joven sacerdote de 32 años, que
ha dejado un brillante porvenir cientí-
fico y un irreparable hueco en su Ins-
pectoría de España.
Este primer grupo era lo más parecido
a la Torre de Babel por aquello de ula
confusión de lenguas": un grupo de
italianos, franceses y españoles, que
tenían que entenderse en inglés, en
una región, el Assam (encrucijada de
razas y civilizaciones), donde se habla-
ban 50 idiomas diferentes.
D. Mathias, en pura línea de carisma
pentecostal, da una solución que
convence a casi todos: "Hablaremos el
idioma de la caridad y ya veréis cómo
nos entienden todos".
A D. Manuel Bars no le parece mal la
idea, pero, sin renunciar al idioma de
la caridad, que lo aprendió y practicó a
las mil maravillas, él, hombre práctico,
se dedica a profundizar en la lengua
khasi. A las pocas semanas de su lle-
gada a Shillong, ya predica en lengua
khasi: y, perfeccionista como es, logra
aprenderlo tan bien, que llega a ha-
blarlo mejor que los propios nativos. A
él le consultan los filólogos de la na-
ción cuando se trata de orientar el es-
tudio de las lenguas más importantes
de la políglota India.
Y es obra suya el "Diccionario de la
lengua khasi", recientemente publi-
cado, el más completo de cuantos se
han hecho. "No deja de ser un dato
curioso - comenta un periodista indio
- que haya sido un español el autor del
diccionario khasi-inglés". Y es que la
solución lingüística propuesta por D.
Mathias había sido óptima, pero el P.
Bars la había mejorado interpretándola
como caridad-servido.
Sobresalía igualmente el P. Bars en la
literatura y en la música: aún se reci-
tan hoy sus versos en el Assam y se
cantan los himnos religiosos que com-
puso este hombre polifacético.
En las colinas Khasi. Al iniciarse,
aquel lejano 1922, la misión en el As-
sam, el P. Bars recibe el encargo de or-
ganizar la "Escuela Don Bosco" de
Shillong: era en realidad lo que había
estado haciendo hasta el momento de
partir para las misiones, y para lo que
demostraba tener un talento organiza-
tivo especial.
Pero... él no había dejado a sus mu-
chachos de Salamanca para encontrar-
los de nuevo en Shillong, ni le gustaba

9.8 Page 88

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aquella vida que se le antojaba dema- visitó las colinas Khasi: es su cruz y su Dios! Te aseguro que el dolor era
siado cómoda y fácil. Por eso, apenas alegría ver a sus cristianos, interesarse atroz y continuó aumentando: tuve el
encuentra quien le sustituya en el por su promoción social y humana. brazo atado durante catorce horas.
"Colegio Don Bosco", se consagra al Se dedica igualmente con renovada Pero este dolor no era nada comparado
trabajo misionero en las hermosas coli- ilusión al estudio dé nuevas lenguas, y con el que me produjeron los cuchillos
nas Khasi. Las recorre todas, compe- al cabo de poco tiempo domina el que cortaban las venas; los dientes de
netrándose con el modo de ser de idioma de esta región, el garó, con la los "chupadores" que desgarraban las
aquellas sencillas gentes. Y, en aque- misma perfección que el khasi. Ha de- fibras de los músculos hasta llegar al
llos tiempos en los que las misiones jado, a punto de publicar, otro com- hueso después de haber "masticado"
estaban muy lejos de ser motorizadas, pletísimo diccionario garo-inglés, obra la carne; la sal y el limón que desinfec-
los buenos Khasi lo conocen familiar- única en su género.
taban; la tea encendida que acercaban
mente por el cariñoso nombre de "Pa- En 1934 nombran a Mons. Ferrando a toda aquella carnicería sanguino-
dre motocicleta", debido a la rapidez Obispo de la diócesis, y él, que siempre lenta, que habían envuelto en una
incansable con que recorría... ¡a pie! ha rehuido los cargos de gobierno por- hoja de plátano. ¡Cómo me acordé de
sus bellas colinas.
que - dice - "no es mi fuerte", ocupa ti, madre...!».
Si los parajes del distrito de Laitkinsew desde entonces todos los puestos de Y por los terribles tigres de Bengala no
pudiesen hablar, narrarían muchas trabajo: desde Vicario General hasta demuestra tener un cariño especial:
asistente, párroco o sustituto de cual- "...En las enmarañadas selvas y caña-
quier misionero que lo necesitara. El verales, bajo un fuego infernal, hier-
trabajo "sí es su fuerte"...
ven los miasmas de todas las fiebres y
Y así durante 52 años ininterrumpi- las ponzoñas de todas las serpientes y
dos.
los instintos sanguinarios de esos ti-
gres famosos, únicos, grandes como
Tigres, caballos y serpientes. Mons. mulos, rayados de un modo siniestro y
Bars entusiasta de todo lo referente a magnífico, que se contemplan con
las Ciencias Naturales, conocedor pro-
fundo, como pocos, de la fauna y flora
bengalí, tiene una idea muy personal
sobre ciertos animales... En una oca-
sión, durante una de sus excursiones
gozo en los parques zoológicos, pero
que nadie quiere encontrar en la selva,
como no sea esos cazadores intrépidos
que van allí expresamente a jugarse la
vida".
misioneras cayó del caballo y se rom-
pió una pierna: aquella caída le impidió "Tapa, tapa". Mons. Bars se distin-
seguir haciendo las largas caminatas guió siempre por su silencio. Sólo se
de costumbre, y le privó para siempre conocen estos episodios de su vida mi-
del cariñoso apodo, que él tanto apre- sionera porque no pudo silenciarlos o
ciaba, de "Padre motocicleta".
porque los tuvo que contar, venciendo
"No, esta vez no fue una serpiente, su natural repugnancia, al precio de
Mons. Manuel Bars misionero del Assam, India,
« el Padre motocicleta »
fue mi testarudo caballo que me jugó
una mala pasada: en vísperas de ir al
ayudas materiales que consiguió de
sus amigos de todo el mundo.
Capítulo General que se celebraba en Su mayor gozo era pasar inadvertido,
Turín, una tarde, mi caballo dijo que quedar en el anonimato. "Monseñor,
no seguía adelante, y sacudiéndose en ¿cómo le ha ido en la misión?". Y él
anécdotas heroicas del Padre motoci- medio del camino, dio con mis huesos respondía con su famoso "tapa,
cleta.
en tierra. No pude asistir al Capítulo y tapa"... y tomaba una hoja de euca-
me quedó esta cojera de recuerdo". lipto y explicaba las dos cualidades que
Monseñor. Cuando la Santa Sede creó Pero aquella vez sí que fue una ser- de ellos existen en la India, aduciendo
en 1928 la nueva Diócesis de Krishna- piente, una cobra, de veneno activí- los nombres latinos. Toda su vida fue
gar, en la llanura de Bengala, la confió simo, la que ni siquiera le mordió un trabajo silencioso; hombre de pocas
a los Salesianos. Y allí fue destinado el (habría muerto en tres minutos), le palabras pero de un indomable espíritu
P. Bars en calidad de Administrador rozó, tan sólo, la yema del dedo con de trabajo, que además lo sabía hacer
Apostólico.
un diente emponzoñado. Se salvó casi eficaz en grado sumo.
Fueron años difíciles por la escasez de de milagro y... debido a la serenidad El P. Mateo Pulingathil resumió así,
medios y de personal, pero la expan- que tuvo en "dirigir" él mismo su pro- en el elogio fúnebre que leyó ante los
sión misionera siguió su paso acele- pia operación. Una vez curado, escri- miles de amigos que abarrotaban la ca-
rado según un plan de organización birá una emocionante carta a su ma- tedral y alrededores, en el funeral de
que Mons. Bars fue llevando a la prác- dre, en la que relata la aventura.
Mons. Bars en Shillong, la hermosa
tica: penetración, consolidación y esta- «Esta vez tengo una historia que vida del querido misionero: "Vivió
bilidad con la promoción y formación contarte, madre; hubiera podido haber una vida larga, llena hasta rebosar de
del clero local. De nuevo cabe admirar, sido algo trágico, pero terminó en glo- actividades constructivas y útiles. Eru-
en Krishnagar, el trabajo sacrificado de ria. Tu hijo, madre, se iba directa- dito, con la paciencia y el optimismo
este hombre incansable que encuentra mente al otro mundo, pero lo echaron de un investigador, aprovechó al
tiempo y derrocha cualidades en tareas atrás, porque no estaba aún maduro... máximo todos los instantes de su vida.
tan variadas como son el gobierno de Hice atar el brazo más arriba y todavía Nada se escapó a su atención y a su in-
la Diócesis y las correrías apostólicas: la sangre de encima de la ligadura era terés: literatura, matemáticas, música,
recorre las selvas bengalíes con el negra; una nueva atadura más arriba y medicina, geología, botánica, meteoro-
mismo espíritu de juventud con que esta vez la sangre era buena, ¡gracias a logía... todo fue objeto de su estudio.
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
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Más grande
que los hechiceros
Sirvió a la Iglesia y a la Congregación
con entera dedicación y caballerosidad
y fue un ejemplo viviente de vida reli-
giosa para todos. No hizo nunca mal a
nadie... Amó y fue correspondido. Su
vida fue una vida de servicio, sin que
para él significaran nada puestos altos
o bajos. Humor y alegría, piedad y de-
voción, amor a Dios y al prójimo, y
celo por las almas, se mezclaron admi-
rablemente en él...".
Sor María Troncatti había nacido en
un humilde pueblecito de Italia, per-
dido en los Alpes, a pocos kilómetros
de Suiza, donde el invierno duraba
ocho meses y no había más edificio
importante que la iglesia parroquial...
Las Hijas de María Auxiliadora de
Nizza Monferrato la recibieron en su
Casa Madre. Pero aquella postulante
montañesa no respondía más que con
monosílabos: Sí, no, gracias. Y no de-
jaba de llorar.
Se fue con las últimas estrellas del
amanecer... Últimamente, cuando los
achaques de sus 85 años le obligaron a
internarse en el hospital, todos se
asustaron un poco, y, no solamente
por el hecho de que pudiera ser la úl-
tima vez que se le veían pasear por
casa, luciendo su leve cojera, recuerdo
de un "caballo testarudo", sino tam-
bién porque ¿quién acabaría la publica-
Y, sin embargo, Dios la había llamado
por su nombre a vivir aquella vida ma-
ravillosamente rica que le atraía, fasci-
nante, desde las páginas del "Boletín
Salesiano" que su maestra le daba a
leer.
Y por fin dijo "sí", y esta vez era cons-
ciente de que su monosílabo signifi-
caba cruz y calvario; pero es que "decir
'no' era peor que la muerte"...
ción de la Biblia khasi que desde hacía
años preparaba en colaboración con el El ecuador es un círculo. Después de
P. Fantín?; él era el diccionario vi- su profesión, el 17 de septiembre de
viente que tenía siempre a punto la pa- 1908, fue enviada a Varazze, donde
labra justa en la traducción sagrada, permaneció diez años oculta en el si-
pero que hacía al mismo tiempo sabro- lencio de una vida de sacrificio que a
sos comentarios a los pasajes bíblicos y ella la llenaba, y para la que parecía ha-
exégesis de auténtico especialista.
ber nacido. Escribía: "Tener presente a
Pero esta vez iba de veras: todos se Dios en todo lo que hacemos, en los
habían acostumbrado a verlo con su pasillos, en los dormitorios, por las es-
abundante barba blanca, con su forta- caleras... Hacer silencio". Para ella
leza proverbial; era, un poco, el sím- todo se convertía en adoración. Y, sin
bolo de aquella época romántica de embargo, Varazze no era más que una
pioneros (queda todavía, también en simple rampa de lanzamiento hacia un
Sallong, D. Gumersindo Cid, español a lazareto: ¡los leprosos!, este era su
su vez, el último superviviente de la sueño.
primera expedición del 22, hace 53 Estalló la primera guerra mundial: Sor
años) que hicieron posible con su tra- María hizo un cursillo de enfermera y
bajo y su amor, los actuales días de se ofreció - magnífico noviciado - a
prosperidad cristiana en la India.
curar a los heridos que traían al hospi-
Y el 4 de abril de 1974 - no quiso lle- tal de Varazze.
gar a nuestro Centenario de las misio- ¿Y los leprosos? Los había visto siem-
nes él, que había llenado medio siglo pre en su imaginación, hablaba de
de misiones en su querida India - se lo ellos con tal realismo, que a su her-
llevaron a la casa del Padre las últimas mana Catalina, con quien solía des-
estrellas del amanecer...
* ahogarse, se le ponía la piel de gallina
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
86
tan sólo al recordarlo. La ilusión no se
perdía y la esperanza tampoco.
En 1922 estaba Sor María de enfer-
mera en el colegio de Nizza. Una
alumna, Marina Luzzi, se está mu-
riendo de pulmonía. La última noche
se quedan las dos solas y hablan: "Ma-
rina, apenas veas a la Virgen ¿la salu-
darás de mi parte?". "Sí, Sor María".
"Marina, dile que me obtenga de Jesús
la gracia de ir a las misiones con los le-
prosos". Silencio... "Marina... la gracia
de ir misionera... ¡entre los leprosos!".
"No, Sor María, Vd. irá misionera al
Ecuador".
Tres días después - Marina ya está en
el cielo - la Madre se cruza con Sor
Troncatti y le dice: "¡Vaya, tú precisa-
mente!. Has pedido para ir a las misio-
nes, ¿verdad?". "Sí, Madre". "Bien,
irás al Ecuador".
Sor María sabía que el ecuador era el
círculo máximo que rodea la tierra,
aunque la maestra de su pueblo decía
que existía también un estado en
América que se llamaba Ecuador...
Adiós, queridos leprosos.
En el infierno verde. El Ecuador se di-
vide en tres partes muy bien diferen-
ciadas: la Costa, la Cordillera y el Este,
es decir, la selva, el reino de los Shuar.
Un buen día Sor Troncatti se encontró
a las puertas del Oriente Ecuatoriano:
había viajado durante un mes entero,
del Atlántico al Pacífico; luego había
estado tres años en Chunchi, entre los
indios que la adoraban.
Y ahora, en 1925, en una expedición
capitaneada por Mons. Comín, se di-
rigía junto con otras dos jovencísimas
Hermanas, Sor Dominga Barale y Sor
Carlota Nieto, a la verdadera misión,
entre los Shuar.
Les acompañaban la Inspectora, Madre
Carolina Mioletti, y una novicia, que
luego pensaban volver... si es que iba a
tener fin aquel interminable viaje a
través de la peligrosa selva. Iban un
poco a caballo y "un mucho" a pie,
abriéndose camino a golpe de ma-
chete. Las jóvenes Hermanas ya el pri-
mer día habían perdido los tacones de
los zapatos. A pesar de todo iban
riendo todas, todas menos Sor Tron-
catti a quien atenazaba el alma una an-
gustia mortal: ella iba a quedarse allí,
como una cosa perdida en aquel in-
fierno verde, con aquellas dos criaturas
jóvenes, casi niñas, tan hermosas, tan
inocentes, pero tan inexpertas. Y de
repente se desmayó.
Cuando volvió en sí, sorbió la taza de
café que le ofrecían y estalló en un
llanto incontenible. Todas rompieron a
llorar. También Mons. Comín estaba

9.10 Page 90

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Sor María Troncatti. Arriba: con las manos de la «madrecita» sobre la frente
(anestésico incomparable), encuentra la mujer Shuar el valor hasta para dejarse
arrancar un diente...
Abajo: los restos del avión estrellado contra el suelo, en el que pereció trágicamente la «madrecita
de los Shuar».
palabra recristianizaron el ambiente.
¿Y los Shuar? Acudían a Sor María
para que los curara, pero eran muy
desconfiados: no dejaban nunca la
lanza de la mano y estaban siempre
preparados para huir. "Y pensar que
hemos venido precisamente para
ellos... ¡Lo quiere el Papa!"
Una mañana, al despuntar el sol, en-
contraron en la puerta de la cabana
una niña de unos nueve años.
"¿Quién eres?" - le preguntaron. "Soy
Yambauchi - respondió - Os he visto
pasar el río Blanco. Quiero estar siem-
pre con vosotras." María Troncatti
aprendió de Yambauchi las primeras
palabras en lengua Shuar. Luego se
hizo traducir un pequeño catecismo
por un misionero. Cuando iba a las al-
deas de los indios a curar a los enfer-
mos llevaba en el maletín del botiquín
la "salvación de Dios". Después de
Yambauchi, las indiecitas internas fue-
ron diez, luego treinta, ochenta...
emocionado, pero se dominó: "Vamos camino libre para ella y sus acompa-
rápidos, de lo contrario nos cogerá la ñantes...".
noche en descampado"... No había ni En Macas pasaron las Navidades todos
tiempo para llorar...
juntos. Y al comienzo del año la cara-
vana que las había acompañado, em-
Con una navaja. Macas era un po- prendió el camino de regreso. Queda-
blado de cabanas, habitado en su ron las tres Hermanas solas en la ca-
mayoría por colonos. Esta era la meta sita de madera y ...lloraron hasta ago-
final del viaje de las misioneras. La no- tar las lágrimas; luego se fueron a dor-
ticia de su venida les había precedido, mir temblando: kilómetros de selva al-
junto con otra noticia extraordinaria: rededor, el silbido de las serpientes, los
los Shuar de Méndez, sede del Vica- aullidos de las fieras, la amenaza
riato, habían dejado pasar la caravana, oculta de los Shuar.
sólo en atención a Sor Troncatti, que ¡Y sin embargo aquellas tres mujeres
un día había extraído una bala con una vivieron allí toda una vida! En Macas,
simple navajita y había salvado la vida los colonos, hechos a toda clase de
a la joven hija del cacique, gravemente aventuras, recibieron cordialmente a
herida por arma de fuego. El "Tuntui" las Hermanas. Las mujeres, y sobre
o tambor de la tribu había anunciado todo las niñas, se les hicieron ense-
con su "tam - tam" a toda la selva: guida amigas: unidas en torno al cua-
"Ha llegado una hechicera más pode- dro prodigioso de María, "la Purí-
rosa que todos los hechiceros; dejad el sima", poco a poco con el ejemplo y la
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
Ella me ha dado la vida. La ley Shuar
exigía matar de inmediato todo niño
que nacía deforme o ilegítimo. Sin em-
bargo todos supieron enseguida que
madre María reclamaba para sí aque-
llos niños. Renació la confianza: se los
llevaban a cambio de alguna chu-
chería, un espejo por ejemplo. Esta era
la razón por la que siempre había al-
guna cuna en la casa de madera...
Uno de los niños, que debería haber
muerto, fue José María. Lo trajo a la
misión su hermanita, chillaba como
un pájaro: su madre había muerto en-
venenada. Luego diría el huérfano:
"Cuando llegué al uso de razón supe
que no tenía otra madre sobre la tierra
más que a Sor María. En ella encontré
cariño y ternura, una casa, una educa-
ción. Estoy tentado de afirmar que ella
me dio el ser, la vida...".
Y, como José María, se cuentan a mi-
les los que llaman madre a la heroica
87

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10.1 Page 91

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Maestro albañil
en la casa del Padre
misionera; y, entre estos, no son cier- quien la animaba a descansar una tem-
tamente los últimos los mismos misio- porada.
neros. A su muerte, blancos y Shuar
se lamentaban indistintamente: "Ya
no tenemos a nadie, ha muerto nues-
tra madre...".
Volveré enseguida. El miedo instin-
tivo de antaño había sido sustituido
por un amor sin medida. Le tocó vivir
momentos de inmenso dolor: la noche
43 años en la selva. Sor Troncatti vi- del 4 de julio de 1969 un voraz incen-
vió en la selva 43 años. También ella, dio redujo a pavesas el modesto edifi-
como Mons. Comín y todos los demás cio de la Federación Shuar en Sucúa.
misioneros, regaba "el palo seco" de la Supuso para ella un golpe doloroso.
estéril misión con el trabajo, con las lá- Gracias a Dios no hubo víctimas.
grimas, con la oración.
El odio iba, por otra parte, enfrentando
Iba a donde la llamaban, de día y de solapadamente a colonos y Shuar. La
noche; curaba enfermedades repug- anciana misionera, hecha un mar de
nantes, sepultaba a los muertos, acu- lágrimas, decía frecuentemente: "Si
naba a los recién nacidos, preparaba a hace falta una víctima, Señor, aquí es-
las jóvenes Shuar al matrimonio ense- toy yo...".
ñándoles la honradez, el amor de Dios, Tal vez hacía falta una víctima: El 25
las recetas de cocina, los secretos del de agosto de 1969, Sor María subió al
bordado, cómo se ordeña una vaca, jeep que la llevaba al aeropuerto para
como se lleva la administración de una tomar el avión de Quito, para hacer allí
familia recién formada...
Ejercicios Espirituales. Dijo a Sor Car-
La selva se iba cubriendo poco a poco lota que la despedía emocionada: "No
de poblados cristianos. En todas partes llores, volveré enseguida". Y así fue,
era conocido y amado el nombre de volvía media hora después ...muerta.
madre María, aun en sitios en los que El avión, nada más elevarse, se había
no había puesto los pies.
precipitado contra el suelo. La compu-
Visitando un misionero la terrible sieron, le limpiaron la sangre, en "su"
tribu Achuaras, encontró a una niña pequeño hospital, y la llevaron a la ca-
agonizando y la llevó a Sor María. La pilla.
pobre hijita, cosumida por una anemia De toda Sucúa, de todos los puebleci-
maligna, no duraría un par de días. tos de alrededor y hasta de Macas y de
Pero Sor María estaba allí, con su rosa- Sevilla Don Bosco, llegaron sus hijos a
rio, con sus "María Auxilium Christia- verla por última vez con las lágrimas
norum", con sus cuidados médicos y en los ojos.
con su inagotable paciencia. La niña se Durante toda su vida religiosa Sor
salvó. Vino el jefe de la tribu a visitarla María se había levantado puntual-
al asilo y le entregó una corona hecha mente a las cuatro de la madrugada,
de plumas de pájaro: desde aquel día haciendo adoración al Señor mientras
los Achuaras la veneran como a una llegaba la hora de la misa. Encendía la
diosa...
lámpara del sagrario y repasaba en su
Cuarenta y tres años entre Macas, Se- oración los nombres de todos. Desde
villa Don Bosco (al otro lado del río, mañana será otra mano la que en-
cada vez más al interior) y Sucúa. Sin cienda la lámpara del tabernáculo... *
parar, sin descansar. No quiso volver
nunca a Italia. "Nos entregamos una
vez para toda la vida" solía decir a
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
Le han dicho a Mons. Mathias, Obispo
de Shillong (India), que este coadjutor
salesiano de unos cuarenta años - sin
estudios especializados, pero con una
inteligencia práctica que se le escapa
por la punta de los dedos - sabe hacer
de todo, y el Obispo lo pone a prueba
inmediatamente.
Estamos en el año 1929; se trata de
construir una iglesia para la misión de
Jowai (a 64 km. de Shillong), y además
tiene que ser de cemento armado para
que resista los terremotos y la voraci-
dad de las hormigas blancas.
Santi Mantarro se remanga los bra-
zos... pero no hay duda de que la em-
presa es difícil: no hay camino que me-
rezca tan honroso nombre, hay que
transportar el material al hombro o uti-
lizando algún mulo a través de la
selva. Y él, Santi, no conoce todavía
una sola palabra de la lengua khasi ni
habla inglés; a decir verdad sólo co-
noce bien el siciliano. Claro que a él le
sobran todos los idiomas: habla con las
manos y con el ejemplo. Se pone a la
cabeza del grupo de indios khasi que
están dispuestos a ayudarle y co-
mienza a trabajar él el primero. Mons.
Mathias ha inventado un sistema pri-
mitivo para hacer adobes: se llena el
molde con las manos, se prensa con
los pies, se mete en el fuego, y el
adobe está hecho.
Los trabajos duran tres años, y al fin la
iglesia de tres naves - único edificio de
albañilería, durante muchos años, en
aquella región - resulta bonita de ver-
dad. Los Khasi comentan: "Es her-
mosa como el cielo".
Sí, Santi Mantarro se las sabe todas, y
su llegada a la India es una verdadera
providencia, porque, mientras cons-
truía su primera iglesia, la catedral de
Mons. Mathias ha sido pasto de las lla-
mas. Los daños materiales son míni-
mos, porque se han quemado sola-
mente unas cuantas maderas, pero es

10.2 Page 92

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que esas pocas maderas eran toda la
catedral de Mons. Mathias.
Un arquitecto amigo ha presentado el
proyecto de la nueva catedral y Santi
Mantarro, con su equipo de ayudantes
khasi, se encargará de irlo realizando
detalle tras detalle y bloque sobre blo-
que.
Cuando termina el trabajo de la cons-
trucción se entretiene en el oratorio:
un ejército de muchachos le esperan
impacientes: juegos, teatro, ejercicios
gimnásticos, cantos, catecismo, oracio-
nes y unas largas "buenas noches";
luego se van los muchachos despidién-
dose a gritos con su cordial "khublei",
hasta luego. A continuación, después
de tomar un bocado, vuelve al oratorio
donde le esperan ahora los jóvenes, los
adultos y la banda.
Causa admiración su poder de adapta-
ción a cualquier trabajo y apostolado.
"Santi - le preguntan - ¿cómo te las
arreglas para saber tantas cosas?" Y
Mas importante que plantar coles.
¿Cómo se le ha ocurrido a este campe-
sino siciliano (había nacido en 1890 en
un pueblecito cuyo entrañable nom-
bre, San Fratello a Mesina, sonaría
más o menos así de dulce en caste-
llano: San Hermano...) cómo se le ha
ocurrido, decimos, hacerse Salesiano y
marcharse misionero al otro extremo
del mundo? Siendo muchacho había
dejado pronto los libros de la escuela El coadjutor salesiano Santi Mantarro. A la izquierda: con sus oratorianos. Al lado y abajo,
por los trabajos del campo y había cre- dos iglesias construidas por él: la de Jowai y la de Cherrapunjee (ver también en la pag. 43
cido sano y robusto. Un día llega a San la hermosa catedral nueva de Shillong).
Fratello, durante una de sus incursio-
nes apostólicas, un predicador de reco-
nocida fama en Sicilia: es el pintoresco
y fogoso salesiano D. Fasulo. Dirige Finalmente la paz: el noviciado, la pe- responde un poco desconcertado: "No
allí también la palabra al pueblo con tición para la misiones, y la "obedien- sé, las pienso..."
vehemencia pentecostal, y Santi, todo cia" para Shillong, donde se ha que- Maravilla todavía más el ver cómo se
oídos, decide que en la vida hay cosas mado una catedral...
gana a la gente. Los muchachos son
más importantes que plantar coles. Después de la catedral hay que cons- amigos incondicionales; luego crecen
También él será salesiano.
truir el seminario para los jóvenes sale- se hacen hombres, se casan, y él conti-
Dicho y hecho: entra en la casa de for- sianos de la Inspectoría, en Mawlai. núa siendo el amigo inolvidable, unido
mación de San Gregorio; pero antes de Aquí tampoco hay caminos y además cordialmente a sus familias.
ser soldado de Don Bosco tendrá que escasea el agua, pero él ya ha logrado Su cuarto es un bazar, abarrotado de
cumplir como soldado de la patria: hacerse entender en su jerga lingüís- mil cosas que fueron útiles en otras
hace dos años de servicio militar y tica de siciliano-khasi y vence todas las tantas circunstancias. Viste la ropa que
vuelve a San Gregorio para el novi- dificultades. Luego otras ocho iglesias mandan de Europa para los pobres de
ciado. No tan aprisa: Italia ha decla- (entre ellas la de Cherrapunjee, donde la misión, toda de segunda mano, a
rado la guerra a Libia y hay que partir no le ha escaseado el agua ya que es el veces remendada por él mismo. No
de nuevo. Vuelve al terminar la guerra punto del globo donde más llueve), el gasta un céntimo para sí mismo. En
y comienza el noviciado. Pero tampoco hospital de Shillong, y un sin fin de es- los 42 años que estuvo en la India no
esta vez lo llega a acabar: estalla la pri- cuelas y residencias misioneras.
volvió una sola vez a su patria. "¿Y
mera guerra europea y la patria lo ne-
cuál es su patria?:" él se considera in-
cesita. Santi toca bien la corneta: lo en- Las pienso. Goza de buena salud y dio. De hecho, cuando estalla la se-
cuadran en la banda de música de la tiene una resistencia a toda prueba. gunda guerra mundial, a él lo tratan
división que se dedica a dar vueltas Comienza la jornada salesianamente las autoridades como si fuera indio; los
por el frente llevando un poco de con la meditación y la misa, luego de- demás misioneros italianos son inter-
alegría a los soldados.
dica la mañana y la tarde a las obras. nados en campos de concentración,
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
89

10.3 Page 93

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Sor Matilde
anda entre sueños
con él hacen una excepción y lo dejan De cuando en cuando Matilde Meu-
libre.
kens va a Lieja a visitar a su hermana
María Elena, que es monja en la Fami-
Siete mil amigos. Pasada la tormenta
de la guerra, sigue él como "obrero de
la construcción". En 1871 lo llaman al
Consulado Italiano de Calcuta para co-
municarle que el Presidente de su pa-
tria lejana lo ha nombrado "Cavaliere
della Repubblica".
Un día de fiesta, Santi se siente mal
durante una función de iglesia y pierde
el conocimiento: un hilillo de sangre le
sale de la boca. Lo llevan urgente-
mente al hospital de Calcuta y el diag-
nóstico es terrible: un tumor maligno
le ha invadido el pulmón derecho, hay
que operar con urgencia. La interven-
ción es a vida o muerte: de pronto el
corazón deja de latir, pero el cirujano
logra reactivarlo. Santi deja en el qui-
rófano su pulmón enfermo, pero, con
el bueno, vuelve poco después a cons-
truir de nuevo iglesias para la India.
Queda, entre otras cosas, por terminar
la catedral de Shillong a la que hay que
añadir unas ampliaciones laterales;
Santi pone todo su interés en terminar
la obra. Siente que se le escapa el
tiempo de las manos, pero llega a ver
cubierta la nueva construcción.
Lo llevan de nuevo al hospital, esta
vez a "su" hospital de Shillong. Dos
horas antes de expirar da las últimas
instrucciones sobre los trabajos en
curso.
Domingo 1 de agosto de 1971: pasan
de siete mil los amigos que lo acompa-
ñan al cementerio cristiano.
Santi Mantarro, maestro albañil de la
casa del Padre. Uno de aquellos hom-
bres de pocas palabras y muchos he-
chos, que el buen Dios manda de
lia de Don Bosco, y es así como llega a
conocer a las Hijas de María Auxilia-
dora. Constata que viven en un am-
biente pleno de serena espiritualidad,
queda encantada, y poco después pide
ser admitida.
Profesa como Hermana, inicia en Lip-
pelo (Bélgica) su actividad de maestra
y educadora, y durante 14 años se en-
trega a esta misión con todas sus fuer-
zas.
El tiempo corre tranquilo y veloz; na-
die le pronostica un futuro tan dife-
rente e imprevisto...
¿Quién es el que cree en sueños?. En
1924 Sor Matilde ve en sueños a Ma-
dre Mazzarello que le dice con vehe-
mencia: "Tú debes ir a las misiones!".
Se despierta estupefacta: nunca había
pensado partir... Por otra parte su tra-
bajo actual es apasionante y fructífero,
¿por qué había de dejarlo?
Pero ahí están las palabras del sueño
que le martillean continuamente la ca-
beza a todas horas, durante el día, du-
rante la noche: ha perdido la paz... "Tú
debes ir a las misiones!" Y un día se
decide y escribe a Madre General.
Precisamente aquellos días se está pre-
parando la primera expedición misio-
nera de Salesianas al Congo Belga.
¡Muy bien! - deciden las Superioras -
Sor Matilde partirá con este grupo y
además será su Directora.
Son los últimos días del año 1925,
cuando embarcan en Rotterdam
rumbo a la misteriosa África: el 24 de
enero de 1926, después de tres sema-
nas de barco y una de tren, llegan a su
destino: Sakania en Katanga.
cuando en cuando a la tierra para ense- En esta pequeña ciudad les han prepa-
ñar a los demás cómo se construye, rado una casita. Al entrar en ella Sor
con las cosas de acá abajo, una man- Matilde, con gesto sencillo y natural,
sión para el reino del Padre.
* se arrodilla y besa el suelo. Allí la ha
llamado la voluntad de Dios con una
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
90
voz misteriosa, y allí se entregará a los
demás.
La dificultad de la lengua. Sakania es
el nombre de la pequeña ciudad donde
residen, pero a su vez lo es también de
la región entera, una lengua de tierra
que se mete como una cuña en Rho-
desia. Es una tierra riquísima en mi-
nas; alguien la ha bautizado "la caja
fuerte de Katanga". Pero las riquezas
son para los demás, para los amos de
las minas que llegaron de fuera, mien-
tra los nativos siguen crucificados a la
pobreza de siempre, pobreza que se
hace más amarga al compararla con las
comodidades de los explotadores.
Los primeros contactos de las misione-
ras con el ambiente no son fáciles:
existe el obstáculo de la lengua - el Ki-
benba - que hace imposible todo in-
tento de diálogo. No existe. ninguna
gramática ni diccionario: las Hermanas
Blancas que trabajan en la vecina Rho-
desia, han compilado algunas palabras,
deduciendo algunas reglas gramatica-
les: Sor Matilde les pide el manuscrito
y lo copia letra por letra con un trabajo
ímprobo. La comunidad se esfuerza en
estudiar la nueva lengua y están al
cabo de unos meses en grado de ha-
cerse entender en kibenba.
Ya pueden encarnarse sin complejos
en el ambiente, hablar con la gente,
dar catecismo, impartir la enseñanza,
organizar un oratorio, visitar las al-
deas: ahora es cuando la vida misio-
nera entra finalmente en la fase de ple-
nitud de donación de amor.
En 1929 la comunidad, muy pequeña
todavía, se divide en dos: en Sakania
se quedan dos Hermanas, y las otras
tres levantan el vuelo hacia la nueva
fundación de Kafubu.
Llegan nuevos refuerzos al final del
año, tres misioneras más. Luego llega-
rán siete Hermanas en 1932, cinco más
en el 36... y se abre una nueva obra en

10.4 Page 94

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Sor Matilde Meukens: con las primeras Hermanas de la misión de Sakania (1926).
Arriba, el primer huerfanito recogido por ella en la misión.
Musoshi.
Cristo que sufre en los pobres enfer-
Todo el trabajo de las misiones de las mos.
Salesianas está orientado a la promo-
ción de la mujer congoleña: promoción
a una vida menos miserable, a una Tienes que seguir trabajando. Llega
vida cristiana.
un momento en que las fuerzas físicas
Sor Matilde entrelaza sus deberes de dicen "basta". Un mal día Sor Matilde
Directora con los de maestra educa- cae enferma: la deben internar urgen-
dora, y, sacrificando horas de necesario temente en el hospital; los médicos no
descanso, cuando el sol canicular in- ocultan la extrema gravedad del caso.
vita después de comer a quedarse en la Sor Matilde se mantiene serena. Re-
sombra, ella da una vuelta por los cibe los últimos sacramentos y se dis-
campos cercanos, llevando una palabra pone a morir.
de ánimo y de fe cristiana a aquellos Pero no cuenta con un nuevo sueño;
campesinos y obreros.
es otra vez Madre Mazzarello que le
El calor es sofocante y va minando sus dice: "No, Sor Matilde, a ti no te ha
fuerzas, pero una entrega sin medida llegado todavía la hora; has de trabajar
hace agradable cualquier sacrificio. mucho aún...". Y sor Matilde da de
Para ella no cuentan las distancias con nuevo crédito a los sueños, y se pone
tal de llegar a ésta o aquella aldea, en buena y vuelve con mayor entusiasmo
un afán de iluminar con la luz del a su trabajo.
Evangelio a nuevas tribus, intentando Ama a todos con cariño de madre y no
además curar - en ambulatorios y ca- repara en sacrificios con tal de sembrar
banas habilitadas a este efecto - al la alegría a su alrededor. Sabe, por
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
ejemplo, que a las niñas del oratorio
les gusta hacer largas excursiones por
la selva y, cuando se da cuenta de que
las asistentes están agotadas y no pue-
den acompañarlas, ella con sencillez y
naturalidad las sustituye tomando so-
bre sí tan duro trabajo.
Le llevan con frecuencia a la misión
huerfanitos medio muertos (y se los
llevan porque saben que Sor Matilde
les tiene un especial cariño): muchas
veces ya no se puede hacer nada por
estos angelitos; apenas hay tiempo de
bautizarlos y mandarlos al cielo. Al-
guno logra sobrevivir y crece en la mi-
sión. Luego conservará toda su vida
un cariño infinito por su madrina de
bautismo y la irá a visitar escuchando
sus consejos...
Después de 21 años de trabajo ininte-
rrumpido, vuelve Sor Matilde a su pa-
tria en 1947, para ver a sus padres, a
sus hermanos. Y allí experimenta el
mayor dolor de su vida: dada su deli-
cada salud deciden las Superioras que
no vuelva a misiones.
Y en este duro trance sólo la consuela
un pensamiento: la seguridad de que
alguien ocupará su puesto. Allí lejos,
entre las jóvenes que ella ha educado,
comienzan a despuntar, en efecto, las
primeras vocaciones...
*
91

10.5 Page 95

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La tribu invisible
Al tiempo de escribir estas líneas, vís-
peras gozosas del 11 de noviembre del
75, inicio del Centenario de las Misio-
nes Salesianas, se está apagando man-
samente en la Misión Salesiana de
Sangradouro (Brasil), la vida de un ve-
terano misionero, cuyo nombre, Fran-
cisco Fernández, puede inscribirse con
toda justicia en las páginas gloriosas de
los hombres de leyenda.
Nace en Béjar (España) - nos lo va a
decir él mismo - el 4 de abril de 1891;
hace el noviciado y la profesión como
coadjutor salesiano en Madrid, y co-
mienza su vida de trabajo apostólico
en Ciudadela (Isla de Menorca), donde
recibe la carta que cambiará el rumbo
de su vida...
Trabaja en su juventud entre los in-
dios Bororos del Brasil, con el intré-
pido P. Balzola, y más tarde, con el no
menos legendario P. Colbacchini, en-
tre los fieros Chavantes, "la tribu invi-
sible", a la que consagra toda su vida.
Alguien tuvo la feliz idea de pedirle
unos datos sobre su vida "por el bien
de las misiones", frase mágica que lo
ha movido a escribir anécdotas e histo-
ria que de ninguna manera habría rela-
tado, dada su natural timidez y humil-
dad.
Para él - lo dice así - este "bien de las
misiones" significa dar a conocer la
causa misionera, por la que tan gallar-
damente trabajó durante 53 años de su
larga vida.
Es una autobiografía: conserva el en-
canto de las florecillas de S. Francisco.
Habrá que saber percibir, entre líneas,
el delicioso perfume de una vida mi-
sionera, que él, lógicamente, narra sin
adjetivos personales ni alusiones a un
heroísmo que se adivina en cada episo-
dio.
Los Padres Fuchs y Sacilotti en orillas del Rio das Mortes
El padre Modesto Bellido, visitador extraordinario,
con el padre Guido Borra, Inspector del Mato Grosso,
y misioneros salesianos
¡Diga, diga, Don Francisco...!
"Ochenta y cuatro años, 53 de los cua-
les pasados en tierras de misión, son
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
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10.6 Page 96

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muchos años para que mi memoria no ros se enteraran. Finalmente, los in-
me traicione. Escribo a mi pesar este dios decidieron dejarse ver, y el primer
resumen de mi vida, pues mis trabajos encuentro tuvo lugar a orillas del río
no son tantos cuantos yo quisiera; lo Das Mortes, el 1 de noviembre.
hago no obstante con la ilusión y la Cuando se les acabaron los pequeños
idea de que, al conocer nuestra vida, obsequios que llevaban para los indíge-
vengan unos brazos jóvenes y robus- nas, se dirigieron los misioneros a la
tos a sustituir los míos, cansados, en embarcación para tomar algunos más,
esta mi querida misión de los Chavan- lo que fue mal interpretado por los in-
tes".
dios, que allí mismo les dieron muerte
uNací en Béjar, la hermosa ciudad in- con su flechas.
dustrial salmantina, recostada en las Era el 1 de noviembre de 1934".
laderas de la sierra de su nombre y do-
minada por la ermita de la Virgen del Una flecha pasó rozando mi cabeza.
Castañar. Allí nació mi vocación sale- "Por el momento se desistió de acer-
siana y misionera".
carse a los Chavantes. Pero la primera
"Hice mi noviciado en Carabanchel sangre derramada no podía quedar es-
(Madrid) y a continuación mi profesión téril, y se intentó una nueva aproxima-
como coadjutor salesiano en la misma ción con otra expedición que duró
casa. Luego pasé como maestro a desde 1937 a 1939. La mandaba el P.
nuestro colegio de Ciudadela, en Me- Chovelón, y esta vez sí que pude for-
norca".
mar parte de ella".
"En 1922 se convirtió en realidad el "Fue una expedición peligrosa, pues
gran sueño de mi juventud: las Misio- los ánimos de los salvajes estaban muy
nes. Fui destinado al Mato Grosso, en soliviantados por unos cuantos aven-
Brasil. Para dar una idea de la inmen- tureros que se habían adentrado en la
sidad de este territorio, baste decir que selva, buscando la caza del indio y las
tardamos 15 días en atravesar el pepitas de oro de sus ríos. Los salvajes
Atlántico y dos meses en llegar a mi no distinguían entre misioneros y
destino por vía terrestre y fluvial: Co- aventureros: sólo veían al blanco, el
rumbá".
odiado enemigo de la raza".
"Pero con gran sentimiento mío, por- "Tuvimos un encuentro amistoso que
que allí no había indios que convertir, pudo haber terminado en tragedia.
el P. Provincial me dejó en esta ciudad Probablemente interpretaron mal al-
de Corumbá. Por fortuna para mis de- guno de nuestros gestos, y nos ataca-
seos, tuve que cambiar de clima por ron: yo pude agacharme a tiempo y la
motivos de salud, y fui destinado a la flecha pasó rozándome la cabeza: iba
Colonia del Sagrado Corazón, con los derecha al corazón; pero al P. Chove-
indios Bororos. Durante 14 años segui- lón se le clavó otra flecha en el ante-
dos fui maestro de música y director brazo... En vista de esto, regresamos a
de la banda, profesor y administrador la misión".
de la Colonia, meteorólogo y agricul- "Luego me destinaron al colegio de
tor. Yo entendía muy poco de agricul- Araguaya, en espera de organizar me-
tura, pero aprendí pronto por amor a jor una nueva expedición".
los indios".
El encuentro definitivo. "Cuando
supe, en 1949, que el P. Colbacchini
Martirio frustrado. «Los Bororos ya era trasladado a Chavantina, Colonia
estaban casi totalmente civilizados, y abierta en el límite de ambas tribus,
yo deseaba ardientemente salir al en- Bororos y Chavantes, pedí ir en su
cuentro de otras tribus salvajes. Por compañía".
entonces, año 1933, se estaba prepa- «En 1951 tuvimos el primer encuentro
rando una expedición para entablar amistoso con los Chavantes del caci-
contacto con los Chavantes, enemigos que Eribocuá, y otro con los del caci-
encarnizados de los Bororos, y difíciles que Jorurá. En 1953 tuvimos un tras-
de encontrar, aunque con frecuencia se cendental encuentro, llamado el "de la
les "sentía" cerca, por lo que se les lla- laguna", porque los Chavantes habían
maba la "tribu invisible". Esta expedi- construido su aldea junto a un her-
ción estaba formada por los Padres moso lago. Estos indios son los que
Juan Fuchs y Pedro Sacilotti; por más forman ahora la misión de San Marcos
que insistí para unirme a ellos, los Su- y la de San José de Sangradouro,
periores me dejaron con los Bororos». donde me encuentro actualmente».
"Los expedicionarios lograron, tras va- "De 1955 a 1962 estuve en la misión
rias semanas de viaje, establecer de Santa Teresita, en la orilla del rio
contacto con los indios, que venían es- Das Mortes, con los Chavantes4del ca-
piando sus pasos sin que los misione- cique Jorurá. La sangre de los mártires
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
comenzaba a dar sus primeros frutos:
la tribu invisible y fiera se rendía ante
el mensaje evangélico, entrando sus
primeros hijos en el redil de la Iglesia".
"Estos indomables salvajes de otro
tiempo, son ahora mansos corderos en
nuestras Misiones: obedientes, alegres,
rezan, participan devotamente en las
funciones litúrgicas, y ayudan al mi-
sionero".
He elegido mi tumba. "Esta ha sido la
misión de mi vida: llevar la civilización
y la fe a estos hermanos nuestros
confinados en este apartado rincón del
mundo. Aunque queda mucho por ha-
cer todavía, creo que he cumplido mi
misión. Lo único que deseo ahora es
que unos brazos jóvenes y robustos to-
men mi relevo para continuar lo que
yo, sin fuerzas y achacoso, en los mis-
mos umbrales de la eternidad, no he
podido más que comenzar".
"Nunca he vuelto a España desde que
salí de allí aquel lejano 1922, y apenas
tengo parientes en mi ciudad natal,
Béjar, que vi por última vez en 1915.
Mis parientes son ahora mis indios
Chavantes, a quienes quiero y me
quieren... Les he dicho que deseo mo-
rir entre ellos, y ya les he señalado el
lugar donde quiero ser enterrado en
nuestro humilde cementerio".
"Con ellos soñé en mi juventud; a
ellos dediqué todo el vigor de mis años
maduros, y a ellos estoy consagrando
los achaques de mi vejez. Quiero que
mis huesos sean el último legado para
esta tribu a la que tanto he amado,
para quedarme con ellos hasta el día
de la resurrección".
Francisco Fernández
Misionero salesiano
Colonia de S. José, Sangradouro
93

10.7 Page 97

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Orfeo en el poblado de
las bienaventuranzas
puede trabajar con los pobres; los hay
por todas partes.
Y sin embargo, después de 13 años de
intenso trabajo, ha de abandonar su
campo de apostolado y retornar a su
patria completamente agotado. Vuelve
a la India en 1964 y su Arzobispo
Mons. Mathias le asigna una parroquia
de la periferia. Va a verla y vuelve de-
silusionado: "Excelencia, creo que no
lo voy a hacer bien". "¿Por qué?" ,
pregunta extrañado el Arzobispo.
"Porque son pobres, pero no dema-
siado. Yo conozco otro sitio...". Este
lugar es Vyasarpady, guarida de la
"pantera negra" "¿Cuándo marchas?"
"Si le parece bien, esta misma
En la India llaman al hambre "la pan-
tera negra". El Padre Orfeo Mantovani
ha ido allí para combatirla y acabar con
ella. Aunque, a decir verdad, la batalla
contra el hambre la viene librando
desde hace muchos años, desde su ni-
ñez, en el pobre caserío de sus padres,
en Mena de Castagnaro (Verona, Ita-
lia).
Orfeo era el mayor de 13 hermanos;
trabajaba con ahínco los campos para
ayudar a sus padres a mantener la nu-
merosa familia. Y una tarde... Es su
primer encuentro con la "pantera ne-
gra", el principio de un desafío que du-
rará toda una vida.
Aquella tarde... (hace tiempo que ha
terminado la primera guerra mundial,
pero la miseria sigue azotando cruel-
mente vastas regiones de Italia, que ha
salido de la guerra profundamente he-
rida, desangrada, desilusionada),
aquella tarde la familia Mantovani se
Piadoso rito en el pabellón de los moribundos. El Padre Orfeo ha hecho un pacto con
los muchachos de la zona, con la policía y con los barrenderos: dará dos rupias por cada moribundo
que encuentren por la calle y se lo lleven a él.
sienta a la mesa como de costumbre:
los pequeños acercan el plato a la
mamá para que se lo llene de polenta.
Orfeo, que trabaja como un hombre, es
siempre el primero a quien sirve su
madre, pero esta vez observa que el
cazo va tocando fondo: no ha quedado
nada en la olla y aún hay dos platos
vacíos, el de papá y el de mamá.
"¡Vamos, bendecid la mesa, y a co-
mer!", anima a todos la madre. "¿Y
vosotros?", pregunta Orfeo. "Hoy no
tenemos apetito". "Pues yo, tam-
poco", grita Orfeo, y sale corriendo a
deahogar llorando toda la amargura
que tiene en el corazón.
Se le acercan los padres y tratan de
consolarlo. Pero él les dice con obsti-
nación: "Ya sabéis que de pequeño
tenía la idea de hacerme sacerdote;
mienza la lucha contra la "pantera ne-
gra".
Son pobres pero no bastante. Apenas
llega el segundo hermano a la edad de
poder ayudar en casa, Orfeo marcha al
Instituto misionero de Ivrea. Es el año
1930; a los 19 años comienza animoso
los estudios de bachillerato; toma en
sus encallecidas manos los intrincados
textos del latín y del griego: ¡y va sa-
liendo adelante!
Consigue que le envíen a Madras, en
la India, a hacer el noviciado. Luego
los estudios de filosofía y el trienio
práctico como asistente de novicios...
Todos lo recuerdan como a un hombre
exigente, consigo mismo en primer lu-
gar, luego con aquellos muchachos
que quieren entregar su vida al Señor.
tarde, apenas refresque un poco..."
Sí, aquel es el sitio. Abre enseguida un
centro de ayuda social y lo bautiza con
el nombre de "las bienaventuranzas".
Al lado de la vía del tren, en un te-
rreno ennegrecido por el polvo de car-
bón, en unos viejos depósitos de mate-
rial ferroviario, va almacenando y cla-
sificando las basuras de la ciudad. Por
todas partes ve gente que vive en la
miseria, acurrucada en las aceras en
espera de que pase el tiempo: ¡Y el
tiempo pasa, pero también la vida!
Gente que no tiene valor para enfren-
tarse a la vida, y se deja caer en tierra
esperando la liberación de la muerte...
El P. Mantovani adapta una gran ba-
rraca para... los moribundos; luego
hará un contrato con los muchachos
de la zona, con los guardias, con los
ahora mismo lo acabo de decidir: dedi- En 1944, a los 33 años, canta su pri- barrenderos: dará dos rupias por cada
caré toda mi vida a los pobres, a los mera misa. Lo nombran enseguida vi- moribundo que encuentren por la ciu-
que tienen hambre como tengo yo cepárroco; a continuación, durante dad y se lo traigan a la barraca. Y los
ahora".
cuatro años, Maestro de novicios; y moribundos van llegando, todos los
Es una declaración de guerra: co- por último párroco en Madras: ya días alguno, arrumbado sobre un trici-
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
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cío o sobre el carro de la basura. La rigiéndose al relator del proyecto, le manos, a veces con sus muñones, rea-
barraca está siempre llena.
dice con dureza: "Quisiera saber, ca- lizan las labores que pueden. Hay un
ballero, qué diría Vd. si entre estos muchacho, afectado de parálisis, que
Si no los tomas, los mato. En 1964
Birmania ha expulsado de su territorio
a todos los indios que residían en el
país: muchos de ellos se han refugiado
en Vyasarpady. Han llegado con sus
fardos, pero no encuentran posibilidad
de trabajar ni de vivir. El P. Manto-
vani construye centenares y centena-
res de chabolas, y en poco tiempo los
prófugos, que llegan a 15.000, han
quedado acogidos en una ciudad de la-
tas y cartón. Con los prófugos aumen-
tan los niños, de los que hay que preo-
cuparse con especial cuidado.
desgraciados, a los que intenta asesi-
nar, estuviera su padre o su madre".
La propuesta es rechazada sin más, y
el P. Mantovani asume la responsabili-
dad de dar una solución cristiana y hu-
mana, construyendo un lazareto.
Será luego, más tarde (¡demasiado
tarde!) cuando comience a sospechar
que ha cometido una imprudencia:
¡No tiene un céntimo!...
Pero no importa: el dinero llegará. Pa-
blo VI, a finales del 65, hace un llama-
miento a todos los hombres de buena
voluntad del mundo invitándolos a
ha aprendido a sacar los clavos de los
cajones viejos: todas las tardes hace
entrega de 18 o 20 clavos, contento
como unas pascuas; es que se siente
útil, y, en su sencillez, acepta muy se-
rio su pequeño salario. Son obreros, no
mendigos.
Rezar con las manos. Atraídas por la
pobreza van llegando poco a poco otras
almas generosas a trabajar al lado del
P. Mantovani: las Hermanas de una
Congregación india; hay algunas per-
sonas pagadas por el Gobierno, que
Un día dejan a los pies del P. Manto-
vani cinco niños, esqueléticos, desnu-
dos. "Si tú no los tomas - dice su ma-
dre - ¡los mato!" u¡Eres una fiera!", le
grita el misionero indignado. Y la mu-
jer, retorciéndose las manos y rom-
piendo a llorar desesperada, añade:
"No soy una fiera, pero si se quedan
conmigo morirán de hambre; prefiero
matarlos; iré a la cárcel, pero créeme,
Padre, no puedo verlos morir uno a
uno delante de mis ojos".
Y el Padre Mantovani explana más te-
rreno y construye más chabolas. Hay
que buscar un lugar para las inocentes
criaturas que llaman a la puerta de la
vida: surge un "nido" para los peque-
ñines. Se levantan aulas para los
mayores, que comen en la misión y
vuelven al atardecer a sus chabolas,
porque deben crecer al lado de su ma- Se han entendido muy bien: Raoul Follereau y el Padre Mantovani, dos vidas en lucha contra el dolor
dre y de su padre. Y vienen de fuera, y el sufrimiento.
de muy lejos mendigos a pedir ali-
mento, y hacen largas filas: todos los
días se distribuyen mil comidas, luego
dos mil, tres mil... Algún mendigo
pasa dos veces, y ¿quién le dice que
no?
combatir la miseria de los pueblos, y
muchos se lanzan generosos a tan no-
ble empresa.
El P. Mantovani hace construir, a 10
km. de Vyasarpady, un poblado que se
admira, aplaude y subvenciona parte
de la obra.
Llegan también continuamente grupos
voluntarios de jóvenes europeos que
ayudan temporalmente.
Se ha de limpiar la ciudad. Pobres en-
tre los pobres son los leprosos (hay
cuatro o cinco mil en esta región): to-
dos los marginan.
Corre la voz de que en Madras han
llena enseguida con trescientos lepro-
sos. La mayoría sigue fuera pidiendo
ansiosamente un puesto en el po-
blado...
Obreros, no mendigos. Los pobres re-
Con no muy fuerte fundamento teoló-
gico, pero con mucha fe y amor, el P.
Orfeo propone a todos sus ayudantes
una regla de vida: "Rezar con los la-
bios es bueno, pero rezar con las ma-
nos es mejor". Y él les da alto ejemplo
nombrado una comisión de estudio ciben ayuda, pero lo que quiere el P. de una y otra oración.
que intenta dar una solución drástica e Orfeo es que sean ellos mismos, los Colaborar con él no es fácil: es dema-
inhumana a este problema de los le- pobres, los que se arreglen solos.
siado exigente consigo mismo, y es
prosos. El P. Mantovani consigue estar Así derrotarán a la "pantera negra". difícil para los que se encuentran a su
presente en la reunión del municipio. Por eso exige que den lo que puedan, lado seguir su mismo ritmo. Alguien
Un distinguido caballero explica el que paguen algo. "Lo que se da gratis lo ha conseguido: un misionero holan-
proyecto: "Hay que limpiar la ciudad no es apreciado ni siquiera por los po- dés que ha conocido de niño, también
de leprosos: propongo que se haga una bres".
él, lo que es el hambre, y ha encon-
redada de infecciosos y se les deje mo- Y les exige que trabajen: los hombres trado ahora su felicidad en el trabajo
rir en las tierras pantanosas". El al- construyen barracas, hacen muebles o con los pobres.
calde de la ciudad se vuelve al misio- trabajan la tierra; las mujeres cocinan, Por las manos del P. Mantovani han
nero y le pregunta: "Padre, ¿qué cosen o tejen cestillos de mimbre; la pasado grandes cantidades de dinero,
piensa sobre el particular?" "Que es limpieza corre a cargo de los más vie- pero nada ha quedado en ellas: él de-
una solución cruel e inhumana"; y, di- jos. Hasta los leprosos, con sus torpes clara siempre: "Mi mayor gloria, la
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
95

10.9 Page 99

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El Padre Orfeo ha dejado en Vyasarpady
un digno sustituto: el misionero
salesiano holandés Padre Francisco Schlooz.
única, es ser hijo de Don Bosco, que haga un reconocimiento.
me ha sacado de la nada y me ha he- El 19 de mayo de 1967, después de de-
cho capaz de realizar algo útil para los cir misa, se ve obligado a acostarse.
pobres. Si el Señor me da un poco más Comenta: esto pasará. Al mediodía lo
de vida, le pido: - Señor, dame más encuentran en condiciones desespera-
hambrientos que alimentar, más das: vomita sangre. En la ambulancia
fuerza para amar a los pobres, más ge- que lo lleva al hospital, el salesiano
nerosidad para dedicarme a ellos".
que lo acompaña acierta a entender
Llega un día un médico de los Estados apenas sus últimas palabras: "Madre
Unidos y hace una visita a Vyasar- mía, llévame de tu mano". En la
pady, donde permanece unos días; mano sostiene un rosario que resbala
toma al P. Mantovani aparte un mo- al suelo... Ha inclinado la cabeza bajo
mento y le dice; "Padre, una vida el peso de tantas enfermedades ocul-
como la de Vd. yo no la llevaría ni por tas, suyas y de los pobres a los que ha
un millón de dólares". "Ni yo tam- amado y servido hasta la muerte.
poco", dice sonriendo el P. Orfeo.
Había dicho una vez: "Cuando quiera
llevarme el Señor, me gustaría que-
La fuerza para continuar. Todo lo ha
dado a los demás: él se ha quedado tan
sólo con sus amarguras: esos momen-
tos de desfallecimiento que nunca fal-
tan a quien desafía la prudencia hu-
mana y se decide a vivir según las bie-
naventuranzas.
Le atormenta la tristeza de no darse
del todo. Y le consuela un secreto, que
sólo es dado conocer a los más peque-
ños: "Las dificultades que tenemos
darme para siempre entre estas palme-
ras, con mis pobres".
Y allí lo enterraron, entre sus "biena-
venturados de la tierra": los pobres, los
leprosos, los desterrados, los prófugos,
los que tienen (como él tuvo) hambre
y sed del pan material y del pan de jus-
ticia, los moribundos...
Lo enterraron, no sin vencer grandes
dificultades, porque todos lo querían
ver una vez más, tocarlo una vez más.
son enormes, pero, cuando estoy de-
lante de un pobre, pienso: es Jesús". Y al anochecer, cuando sospechan que
"Acostumbro a repetirme a mí mismo: todos se han alejado ya del amigo que-
Mira, arrodillarse delante de la Euca- rido que descansa en la paz de la tierra
ristía y quedar en éxtasis es fácil, pero que él amó, van llegando con mil pre-
hacer una meditación delante de un cauciones para no molestar a nadie, los
Jesús sucio y repugnante, abandonado leprosos, aquellos que él acostumbraba
en mitad de la calle, esto es lo difícil; llamar "mis perlas", "mis joyas".
pero ésta es la meditación que Un representante del Gobierno, des-
conviene hacer. Con este pensamiento plazado desde Madras, ha asistido a los
recobro la fuerza para continuar".
funerales. Cuando vuelva comentará:
Sin embargo un día ya no es capaz de "Si la religión cristiana es capaz de pro-
recobrar la fuerza para continuar. Dos ducir almas como la del P. Mantovani,
años y unos meses han sido suficien- hay que confesar que tiene el sello de
tes para quemarlo. Los demás lo ven Dios".
agotado por el trabajo, pero él los en- "La fuerza de continuar" la han here-
gaña a todos (tal vez, hasta a sí dado otros, y allí en Vyasarpady, en el
mismo): "estoy fuerte como un toro". poblado de las bienaventuranzas, sigue
Esta es la frase acostumbrada con la sin cuartel la lucha contra la "pantera
que evita que le visite el médico y le negra".
*
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
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10.10 Page 100

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DÉLAS
MISIONES
A LOS
ALTARES
Seis "siervos de Dios" en las misiones salesianas.
No podía ser de otra manera.
"Es voluntad de Dios que seamos santos; es tan fácil
conseguirlo... En el cielo está preparado un gran premio
para los santos".
Esta invitación de D. Bosco que marcó la existencia
- vaya como ejemplo - de Domingo Savio, es también
una componente del plan apostólico del Santo Fundador.
Y los seis siervos de Dios, madurados en las misiones
salesianas, son un testimonio de ello.
Algunos habían consagrado su vida a la labor misionera;
dos, incluso, dieron su sangre en cruento martirio;
uno, un seglar, trabajando entre judíos y árabes,
dio un magnífico testimonio cristiano,
y otros dos, son dos muchachos
que crecieron en la escuela de las misiones.
Pergeñamos unos rasgos sobre sus vidas para constatar
- como sugiere el Vaticano II - "las maravillas realizadas
por Cristo en sus siervos" y porque
"nos proporcionan oportunos ejemplos que imitar".
Los buenos pastores dan la vida: Mons. Luis Versiglia
y D. Calixto Caravario, asesinados en China en 1930.
Era la última esperanza de los Araucanos:
Ceferino Namuncurá, el hijo del cacique.
Su padre soñaba para él los grados de la academia militar,
pero él, para salvar a su pueblo,
soñó llegar a ser un día como los misioneros.
Mi vida por mi madre: Laura Vicuña,
alumna de las Hijas de María Auxiliadora,
que con su muerte
arrancó a su madre de los torbellinos del mal.
Apóstol de la alegría entre los leprosos: D. Luis Variara,
enviado a ser - a través de la música
- sembrador de alegría salesiana
en el lazareto de Agua de Dios en Colombia.
Algo bueno ha salido de Nazaret: el salesiano coadjutor
Simón Srugi. A su muerte se lamentó un palestino:
"Lástima que sea cristiano. Si fuera musulmán,
lo convertiríamos enseguida en uno de nuestro santones".
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
97

11 Pages 101-110

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11.1 Page 101

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que quedó aquel día misteriosamente
oculta en el corazón del Santo. ¿Era tal
vez el sueño de los cálices?
Versiglia decide quedarse con Don
Bosco, y en 1889 ya es salesiano.
Alto, elegante, dotado de nervios de
acero y de músculos robustos, tiene un
trato distinguido, casi señorial, se im-
pone naturalmente a sus compañeros
dentro siempre de un espíritu de cola-
boración y servicio. Se matricula en la
Universidad Gregoriana y obtiene el
Los buenos pastores
dan la vida
doctorado en Filosofía. A los 22 años,
demasiado joven, ha de solicitar dis-
pensa especial para ordenarse de sacer-
por sus ovejas
dote. A los 23, nuevas dispensas, es
nombrado director y Maestro de novi-
"El buen pastor da la vida por sus ove-
jas": Esto fue cierto también en la le-
jana China por los años 30. El Celeste
Imperio, tierra misteriosa, ejercía un
fascinante atractivo en las primeras ge-
neraciones salesianas. Ni siquiera Don
Bosco había resistido a su influjo: en
1874, antes de iniciar las misiones de
América, había hecho los primeros trá-
mites - que después no continuaron -
para montar una escuela profesional
en Hong Kong.
No estaba en la providencia de Dios el
que fuera la China el primer campo
misionero salesiano, pero D. Bosco
había asegurado a los suyos: su de-
bido tiempo, llegarán nuestros misio-
neros también a la China".
Y en un usueño", trasmitido sólo oral-
mente por los primeros Salesianos, y
referido por D. Bosco a aquella futura
misión, el Santo uhabía visto alzarse al
cielo dos cálices, uno rebosante de su-
dor y el otro de la sangre de los Sale-
cios en Genzano (Roma). La Congre-
gación, en plena juventud también
ella, deposita serias responsabilidades
en manos de los jóvenes Salesianos
que la forman. Los recuerdos de los
que estuvieron con él se multiplican:
"¡Qué exigencia y qué exactitud!, era
severo con nosotros, pero más todavía
consigo mismo". "Era un martillo
acolchado - ¡pero martillo! - con quien
se mostraba indolente y perezoso"...
Es Maestro de novicios durante nueve
años, idolatrado en todo momento por
los jóvenes salesianos, a los que va for-
mando duramente en la austeridad de
la vida religiosa.
Mientras tanto sigue esperando impa-
ciente que le dejen partir para las mi-
siones. "Por mí - dice - el baúl está
siempre preparado". Y no deja de en-
trenarse, siempre que le permiten sus
ocupaciones, con duros ejercicios físi-
cos y largas salidas a caballo por los
montes Albanos.
sianos". Este "sueño" comentado con
misterio entre los clérigos salesianos,
hacía más fascinante aún el legendario
Imperio Celeste.
Hijos de un pobre padre. A finales de
1905 recibe la orden de partir, y al co-
mienzo del 1906 ya se encuentra en
Macao, por aquel entonces colonia por-
tuguesa, en la costa de China, capita-
Un martillo acolchado. Entre aquellos neando la primera expedición salesiana
clérigos estaba Luis Versiglia (nacido al Extremo Oriente.
en Oliva Gessi, Pavía, en 1873), viva- Funda enseguida un orfanatrofio; con
racho, inteligente, dotado de natural el tiempo será la "Casa Madre" de los
predisposición para las matemáticas y salesianos en estas tierras.
... para los caballos. Había entrado en La inmensa China de entonces es un
el Oratorio de Don Bosco en 1885 país pobre, sin ferrocarril, con indus-
como estudiante. Era "cumplidor, es- trias rudimentarias, explotado por las
tudioso, simpático". No olvidará fácil- lejanas potencias extranjeras que,
mente el año 1887; en la fiesta de Don desde hace siglos, se llevan en sus na-
Bosco le cupo el honor de leer el dis- ves las mejores riquezas.
curso de introducción; Don Bosco le En 1902 una revolución derroca al úl-
felicitó sonriendo mientras le decía: timo emperador y con él desaparece el
"Ven luego a hablar conmigo, tengo Celeste Imperio: en la nueva Repú-
una cosa que decirte". Pero, por natu- blica, las diferencias sociales y el odio
ral timidez o porque Don Bosco estaba (demasiadas veces justificado) contra
muy ocupado aquella tarde, el caso es el extranjero, crean tensiones conti-
que Luis no habló con él. Toda la vida nuas, revueltas, saqueos y destruccio-
seguirá pensando en aquella "cosa" nes. Los misioneros católicos siguen
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
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trabajando a pesar de todas estas difi-
cultades.
En 1917 se encomienda a los Salesia-
nos una comarca en el interior de la
China. Al año siguiente envía allí D.
Versiglia un grupo de Hermanos re-
cién llegados, y él se queda dirigiendo
la misión de Macao. El jefe de esta úl-
tima expedición, D. Sante Garelli, ha
traído a D. Versiglia un regalo del Rec-
tor Mayor, y se lo entrega al día si-
guiente de su llegada, durante la co-
mida; ¡es un cáliz! Un cáliz que no
dice apenas nada a D. Sante Garelli,
pero que suscita en D. Versiglia una
nube de recuerdos y emociones. "Me
traes un cáliz - le dice - y yo lo acepto.
Mons. Luis Versiglia.
Don Calixto Car avado.

11.2 Page 102

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Una de las embarcaciones en las que acostum-
braba
viajar Mons. Versiglia, tal vez aquella misma
que fue testigo mudo de su heroico sacrificio.
Don Bosco vio en sueños que las mi- ha formado en los oratorios Salesianos,
siones de China prosperarían cuando palestra de apostolado generoso, y está
hubiese rebosado un cáliz con la san- decidido a consagrar su vida a la labor
gre de sus hijos". Y la voz se le quie- misionera.). ¡Y fue hombre de palabra!
bra en la garganta...
En 1924, todavía clérigo, ya está en
En 1920 el territorio confiado a los Sa- Macao. Luego trabajará en Shangai,
lesianos es constituido por la Santa después en Timor en la lejana Indone-
Sede Vicariato Apostólico de Shiu sia...
Chow, y D. Versiglia será su primer Entre tanto empeora la situación in-
Obispo. La consagración se hace en la terna en China. El partido revolucio-
catedral de Cantón; se sienta al órgano nario, entonces en el poder, el Kuo-
el salesiano D. Carlos Braga, quien al mintang - en el cual un tal Chang
final, sin darse cuenta, entona como Kai-shek aparece como nueva estrella
despedida la conocida copla de grato política - se alia en 1925 con el partido
recuerdo para todos los Salesianos, en comunista chino - que cuenta entre
la que aludiendo a Adán, se canta: sus brillantes intelectuales a un tal
"Somos hijos de un pobre padre..." El Mao Tse-tung - . Dos años después se
coro es robusto, son muy pocos los separan los dos partidos para terminar
que advierten la inoportunidad de la combatiéndose mutuamente. Tropas
letra del canto. El Obispo, sonríe y del ejército regular, guerrillas, bandas
murmura: "Tenéis razón, soy un pobre armadas, piratas, recorren el país y lo
padre, pero haré todo lo que pueda dominan.
para ser un padre de verdad". Y da La situación de los misioneros, sobre
emocionado su primera bendición todo en las zonas ocupadas por los co-
episcopal a todos los presentes.
munistas, se hace cada vez más critica.
Se les acusa de ser enemigos del pue-
Calixto es todo del Señor. Todos los
misioneros en Shiu Chow se zambu-
llen generosos en el mucho trabajo que
les desborda: cada pequeño centro de
misión tendrá su escuela. En la capital
funda Mons. Versiglia la escuela de
magisterio, masculina y femenina, una
escuela de catequistas, un dispensario
médico y un reducido seminario. El
Obispo hace de todo: es tipógrafo, sa-
cristán, jardinero, pintor, barbero, y ...
hasta pontifica.
En 1922 vuelve a Turín para el Capí-
tulo General de la Congregación. Su
larga barba ha acentuado su atractivo
personal, sus palabras arrebatan, los jó-
venes Salesianos de Valdocco quieren
marchar con él. "Monseñor, - le dice
un clérigo - me uniré a Vd. en la
blo, de hacer el juego a las potencias
extranjeras, de engañar a los pobres
con el opio de la religión.
El Vicariato de Shiu Chow es uno de
los lugares más peligrosos. En 1926 es-
cribe Mons. Versiglia: "Vivimos en
medio del más completo bolchevismo,
y no sabemos cómo acabará todo
esto".
En 1929 ha vuelto Caravario a China;
Mons. Versiglia lo ha querido a su lado
en Shiu Chow. En mayo lo consagra
sacerdote. "Desde este momento - es-
cribe a su madre - tu Calixto ya no es
tuyo; debe ser todo del Señor, consa-
grado a su servicio".
Su Obispo lo destina a Lin Chow, un
centro muy prometedor, y D. Carava-
rio se entrega de lleno a su trabajo. Su
China. Ya verá, soy hombre de pala- pequeña comunidad va creciendo, se
bra". Se llama Calixto Caravario (ha va afirmando en todo sentido; todos se
nacido en Cuorgné, Turín, en 1903, se hacen lenguas de él; seis meses des-
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
pués Caravario vuelve a Shiu Chow a
referir sus experiencias al Obispo, que
decide marchar con él para ver con sus
propios ojos aquel fruto tan esperanza-
dor. Parten para la misión de Lin
Chow: el viaje suele durar dos días.,
pero ellos no llegarán nunca.
La emboscada. El primer día viajan en
tren; el segundo alquilan una barca.
Llevan consigo a dos jóvenes maes-
tras, recién diplomadas en la escuela
de la misión; van también en la expe-
dición dos muchachos, también diplo-
mados, y una alumna muy joven. To-
dos van contentos de volver a su casa,
están muy lejos de sospechar que al-
guien les espera escondido entre las
cañas de bambú de la orilla del río.
Han preparado la emboscada en el lu-
gar oportuno, lejos de la vista de todos.
Son diez o doce hombres: algunos sol-
dados comunistas y otros vulgares pi-
ratas; entre ellos hay un joven que
quiere adueñarse de una de las maes-
tras. La había pedido en matrimonio,
ella lo había rehusado, soñaba con ser
un día religiosa. El decide hacérsela
suya a la fuerza.
Es mediodía del 25 de febrero de
1930. La pesada barca se desliza a lo
largo de la orilla del río Lin Chow. De
improviso una voz recia: "¡Deteneos!"
Aparecen los hombres repentinamente
entre las cañas, apuntando con sus fu-
siles. "Atracad la barca". La orden no
admite réplica.
Mons. Versiglia de momento no se
impresiona demasiado; ya otras veces
ha sido capturado por los piratas - una
vez precisamente en aquel mismo sitio
- y siempre ha salido con bien, deján-
doles, desde luego, todo lo que llevaba.
Pero esta vez la demanda de los piratas
es desorbitada, absurda: quieren 500
dólares al contado, bajo pena de
muerte. ¿Quién en tiempos tan peli-
99

11.3 Page 103

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Era la última esperanza
de los Araucanos
trotado se refugia en la Cordillera;
reúne en torno a sí un reducido grupo
de Araucanos dispuestos a combatir
hasta la muerte, y comienza una san-
grienta guerra de guerrillas; aprove-
chando las tinieblas de la noche, caen
sobre granjas y campamentos militares
matando e incendiando sin piedad.
En 1882 los militares, agotada la pa-
ciencia, deciden acabar también con
las guerrillas de Namuncurá: en una
amplia redada militar por sorpresa, ha-
cen prisioneros a diez mil Araucanos:
hombre, mujeres y niños. Entre los
prisioneros están la mujer y cuatro hi-
jos de Manuel Namuncurá. Es el golpe
grosos iba a ser tan loco de viajar con
semejante suma encima? Tal petición
es, por tanto, sólo un pretexto: clara-
mente se advierte que lo que quieren
El 16 de abril de 1879 son lanzadas al
viento las campanas de todo Buenos
Aires: la gente corre gozosa por las ca-
lles; ocho mil soldados a las órdenes
los soldados comunistas son los misio- del General Julio Roca, abandonan la
neros (les llaman "diablos extranje- capital de la joven República Argen-
ros"), y los otros adueñarse de las mu- tina para dirigirse al sur del país. Co-
chachas. Mons. Versiglia, dispuesto a
todo por salvar a aquellas indefensas
jóvenes, trata de llegar a un acuerdo
con ellos, pero los bandidos en ese mo-
mieza la tragedia para el noble pueblo
araucano.
La desolada llanura que se extiende al
sur de la provincia de Buenos Aires,
mento saltan a la barca para hacerse ha constituido hasta ahora el reino in-
con ellas; él intenta defenderlas escu- discutible de los Araucanos: raza
dándolas con su cuerpo; D. Caravario brava, hombres robustos como tron-
se pone a su lado.
cos, que cabalgan sobre sus caballos a
Se origina entonces una desigual y pelo, manejando con maestría la larga
desesperada lucha: los dos misioneros, lanza.
golpeados con las culatas de los fusiles Desde hace tiempo los colonos euro-
en el pecho, en los brazos, en la cabeza
caen en la barca sin sentido. Las tres
jóvenes son obligadas a bajar a tierra
junto con los misioneros.
peos se han ido instalando, lenta pero
inexorablemente en las tierras arauca-
nas. Han vallado los mejores pastos,
han construido factorías, granjas, "es-
A éstos los atan de pies y manos, los tancias" como ellos las llaman. A me-
registran y luego los alejan del lugar: nudo, por ignorancia o crueldad, han
imposible hacer algo por las mucha- cometido graves injusticias con los na-
chas.
tivos. Y se han organizado auténticas
"Destruiremos todas las religiones", guerras de exterminio contra los Arau-
gritan los soldados. "Si salimos victo- canos, contándose por centenares los
riosos, ninguna mujer en China vol-
verá a estudiar el catecismo".
Luego llevan a los misioneros a un
bosquecillo cercano. Mons. Versiglia
intuye cuanto va a suceder y suplica a
muertos.
En 1875 los indios habían elegido un
nuevo cacique para que les acaudillase
en la guerra, Manuel Namuncurá, y
habían sembrado el pánico y la muerte
los soldados: "Yo ya soy viejo, ma- en sus numerosas, fulminantes y san-
tadme si queréis; pero él es joven, per-
donadle" y señala a D. Caravario.
Tiene 27 años.
No, "los diablos extranjeros" deben
morir todos. Los dos misioneros rezan
grientas correrías: incendiaban las co-
sechas, mataban a los colonos, roba-
ban el ganado.
Es por lo que el General Roca, Minis-
tro de la Guerra, había decidido orga-
en silencio. De repente 5 disparos ras- nizar una gran campaña para defen-
gan sangrantes el silencio del bosque. derse de los indios.
"Es algo inexplicable - comentará des-
pués un soldado - , hemos visto a tan-
tos... y todos temen la muerte. En
cambio éstos, todo lo contrario, mue-
ren felices".
Ceferino. Los Araucanos se encuen-
tran prácticamente desarmados, no
pueden oponer resistencia a los fusiles
y a los escuadrones de caballería.
Verdaderamente los buenos pastores Algunos huyen, muchos son hechos
dan felices la vida por sus ovejas. * prisioneros. Manuel Namuncurá de-
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
100
Cefcrino Namuncurá.
definitivo: el gran cacique se doblega y
se resigna a negociar condiciones de
paz. Su desconfianza hacia el hombre
blanco no tiene límite. Solamente se
fía de uno: del misionero salesiano D.
Domingo Milanesio. Es amigo y de-
fiende a los Araucanos; ha aprendido
su lengua, y emprende largas camina-
tas para administrar un bautismo o
para defender a un araucano maltra-
tado por el blanco "civilizado".
Elegido como mediador de la paz,
convence al gran cacique de que se
presente en persona, aseguradas todas
las garantías, y de que haga un acto de
sumisión ante las autoridades milita-
res.
El cinco de mayo, Manuel Namuncurá
entra en el Fuerte Roca acompañado
de otros nueve caciques. Promete no
volver a combatir contra el ejército ar-
gentino. Se asigna a su pueblo un
vasto y fértil territorio en el valle del
Río Negro, cerca de Chimpay.

11.4 Page 104

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Allí continúa la tragedia de los arauca-
nos. Desperdigados por la guerra, diez-
mados por las enfermedades y la mise-
ria, tratan de adaptarse a la extraña
forma de vida de los blancos. En 1894,
nueva orden de abandonar aquellas
tierras; a cambio se conceden a la tribu
araucana ocho leguas cuadradas en el
alto valle del Aluminé, entre las neva-
das cimas de los Andes.
Los pocos supervivientes araucanos
parten para el largo viaje hacia el des-
tierro. Al lado del viejo cacique, al que
rodean en silencio sus guerreros, corre-
tea un niño de ocho años. Es el sexto
de los doce hijos de Namuncurá, el
más inteligente. Se llama Ceferino.
vuelve a despedir a Ceferino, antes de
iniciar el viaje de vuelta, lo encuentra
triste y avergonzado: la disciplina fé-
rrea y las pesadas bromas de los com-
pañeros lo han desanimado completa-
mente: con lágrimas en los ojos ruega
el muchacho a su padre que se lo lleve
de allí.
"¿Por qué no lo lleváis al Colegio de
los Salesianos?, sugiere alguno. Allí se
va a encontrar muy bien". En el "Co-
legio salesiano Pío IX" está, de paso
aquellos días, Mons. Cagliero, Vicario
Apostólico de la Patagonia.
El encuentro es cordial. Comen jun-
tos, y, después, el Obispo se hace foto-
grafías entre el Cacique y Ceferino. Ya
Un rito propiciatorio del pueblo araucano.
Agosto de 1897. El viejo cacique dis- son amigos.
cute largamente con los ancianos de la En el colegio el pequeño araucano se
tribu; deciden, entre todos,, que Cefe- encuentra bastante bien. Demuestra
rino irá a estudiar a la escuela de los enseguida una voluntad de hierro,
blancos. El cacique le llama y le pone pero, al mismo tiempo, un fuerte ins-
una mano sobre el hombro: "Tú eres tinto natural a la libertad plena. Du-
inteligente, sabrás salir adelante. Eres rante varios meses se niega a hacer fila
la última esperanza de nuestra tribu. con los demás: se queda a un lado mi-
Cuando seas mayor deberás defender rando en silencio el espectáculo, para
los derechos de los Araucanos, de lo él un poco absurdo, de tantos mucha-
contrario, nuestra raza desaparecerá chos en orden a la voz de la disci-
para siempre".
plina...
Ceferino no tiene más que once años, En clase demuestra una inteligencia
pero no olvidará jamás la última tarde vivaz. Aprende a leer en poquísimo
pasada en Aluminé. "¡Sé fiel a tu tiempo y adquiere una caligrafía clara
raza!", le recomiendan los ancianos de y elegante.
la tribu, moviendo solemnemente la Ceferino da "un paso en profundidad"
cabeza.
en septiembre de 1898 al hacer su pri-
mera comunión. Con la lealtad carac-
Un pacto para toda la vida. Llegados a terística de su raza, el pequeño arau-
Buenos Aires, lleva Namuncurá a su cano de 12 años considera el aconteci-
hijo a la escuela militar. Allí el cacique miento como un pacto firmado para
es recibido con los honores debidos a toda la vida. Si se acepta el encuentro
su grado de coronel. Pero cuando con el Señor, hay que comprometerse
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
a vivir como hijo de Dios.
Según va creciendo, se van marcando
en su rostro los rasgos característicos
de su raza: labios abultados, pómulos
salientes, piel morena.
A la par se desarrolla su ansia instin-
tiva por una vida libre. Los pupitres de
la clase son para él una trampa incó-
moda, una cárcel. Lo acaba de enten-
der un día su maestro, D. Bertagna,
cuando al cambiarlo de sitio, lo nota
molesto y triste. "Es que desde el pu-
pitre que tenía antes - explica Ceferino
un poco cortado - veía a través de la
ventana la lámpara del sagrario en la
capilla. Cuando ya no podía más, y las
horas se me hacían años, miraba allí
abajo y pedía al Señor la fuerza para
continuar. Desde el nuevo puesto de la
clase no se ve la lámpara. Será más
duro para mí".
Una tos insistente y rebelde. El Cole-
gio salesiano de Buenos Aires es "la
101

11.5 Page 105

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Casa Madre" de la Obra salesiana en 17 años, y se decide a comenzar el es- de aquellos años se declara impotente
Argentina. Por allí pasan todos los mi- tudio del latín. Se ha convertido en un contra la tuberculosis).
sioneros que van y vienen de la Pata- muchacho alto, robusto; en el colegio, Abril de 1904: Mons. Cagliero es
gonia. El que más cautiva a Ceferino los pequeñines de las clases elementa- nombrado Arzobispo y ha de ir a
es D. Milanesio. Los Araucanos le tie- les se lo pasan con él en grande. A la Roma a visitar al Papa. Ceferino, con
nen tal veneración que, cuando son sombra de los pórticos va narrando a el consentimiento del viejo Cacique, le
maltratados por los "blancos", suelen sus pequeños amigos las leyendas de acompaña. El clima italiano junto con
invocar su nombre.
su raza. Los ojos se le iluminan la medicina, que está más adelantada
Apenas ve Ceferino asomar la barba cuando describe las salidas a caballo en Europa, tal vez puedan alargar
gris de D. Milanesio por la portería del por la inmensa Pampa, o la caza del aquella preciosa vida.
colegio, vuela literalmente a su en- guanaco. Narra las dramáticas hazañas En agosto de 1904 desembarcan en
cuentro.
del gran cacique Calcufurá, padre de Genova y marchan a Turín. Les recibe
Y la figura de este misionero le hace su padre, que llegó a tratar de igual a con paternal afecto D. Rúa, el sucesor
brotar en la mente un ideal concreto igual con el gobernador.
de Don Bosco. Con la emoción en los
de vida: su padre espera hacer de él un Después de muerto, en una batalla, los ojos el joven araucano se arrodilla a los
militar o un político; Ceferino por el caciques sacrificaron su caballo ante su pies del gran cuadro de María Auxilia-
contrario sueña ahora en volver entre tumba, para que su,espíritu pudiera ca- dora y luego sube a Valsalice, a visitar
su gente como sacerdote, como misio-
nero, para promover a su raza, para li-
berarla de las supersticiones, del alco-
hol que la está exterminando, de las
costumbres ancestrales que consideran
sagrada la venganza y hacen cuestión
de honor la muerte del enemigo.
Los Araucanos, fuertes como robles en
su ambiente, se encuentran, en
contacto con los blancos, totalmente
indefensos contra los gérmenes de las
enfermedades más comunes. Consti-
pados, bronquitis, resfriados, derivan
rápidamente en tuberculosis, enferme-
dad que siega las vidas a millares. Du-
rante el cuarto año de su estancia en
Buenos Aires, la salud de Ceferino co-
mienza a ser objeto de preocupación.
Una tos insistente y rebelde le va mi-
nando los pulmones.
Mons. Cagliero tiene su residencia en
Viedma, una ciudad a 800 km. al sur;
decide llevarse consigo a Ceferino para
que encuentre allí un clima mejor.
Hoy el viaje se realiza en una hora de
avión, en aquel lejano 1901 eran nece- La histórica foto de Mons. Cagliero con el cacique Manuel Namuncurá y su hijo
sarios 15 días. Llegan agotados por el de once años Ceferino.
cansancio, después de haber recorrido
en una vieja diligencia los polvorientos
caminos que surcan la salvaje y de-
solada Pampa. Ceferino tiene ya
quince años.
Es casi un hombre cuando vuelve a
abrazar al viejo Cacique, su padre y a
sus hermanos, después de remontar el
curso del Río Negro. Durante 30 días
respira el aire sutil de los Andes,
come a estilo indio, desgarrando con
los dientes la carne recién cazada y
asada al fuego del campo, duerme en
las tiendas envuelto en el tibio calor-
cillo, tan familiar, de una piel de gua-
naco. Se va recuperando. Pero sólo
balgar todavía durante las grandes ca-
cerías en los reinos de ultratumba.
Hipnotizados por las narraciones, los
pequeños construyen bajo su direción
arcos y flechas, y dan rienda suelta a
su ardor guerrero parodiando fieras ba-
tallas de indios y blancos. Cuando se
cansan, Ceferino los lleva a la capilla y
reza con ellos por la raza araucana.
A finales del año 1903, casi de repente,
la salud de Ceferino se agrava. La tos
se hace persistente y violenta, co-
mienza a perder el color y a bajar de
peso. La tisis ha atacado irremediable-
mente los pulmones.
Ha de guardar cama y hacer reposo
la tumba de Don Bosco. Escribe a su
padre: "No sufráis por mí. Tengo
siempre a mi lado un médico que se
preocupa de mi salud. Y estoy conti-
nuamente en compañía de Mons. Ca-
gliero, vuestro gran amigo".
En septiembre marcha Mons. Cagliero
a Roma y presenta al Papa al araucano
llegado de Argentina. Pío X no puede
ocultar su emoción al tener delante de
sí a Ceferino, y lo bendice largamente
a él y a todos los de su raza.
Luego vuelven a Turín de nuevo. El
espléndido otoño de aquel año parece
que devuelve las energías perdidas al
hijo del Cacique; acompañado de un
aparentemente: la tos no desaparece, durante mucho tiempo. Cuando Salesiano recorre gozoso los paseos de
por el contrario, el aire fresco y hú- vuelve a aparecer en el patio, todos la ciudad cubiertos de árboles, trepa
medo de las noches andinas la hace comprenden que no se ha recuperado. por las colinas. Pero el acompañante
más insistente y molesta.
Podrá durar algún año más tal vez, va anotando: "Todo lo que ve le re-
Visita al Papa. 1903: Ceferino cuenta pero la suerte está echada (la medicina cuerda su patria lejana. Habla con un
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cariño sin medida de su tierra argen-
tina, parece que sienta adoración por
ella".
Eran un millón. Llega el invierno. La
niebla se apodera de Turín. Mons. Ca-
gliero lo lleva a Roma y le busca un
puesto en el "Colegio salesiano Villa
Sora", entre los olivos de la campiña
romana. Ceferino frecuenta las clases.
Seis meses dura este esfuerzo; los mu-
chachos romanos, inquietos, exube-
rantes, sienten por este joven educado,
silencioso, un respeto profundo. "No
le vi nunca la sonrisa en los labios -
recuerda uno de ellos - . Estaba siem-
pre serio, casi triste; pero la paz y la
alegría se adivinaban en sus ojos". To-
dos lo recordaban absorto como un án-
gel cuando se encontraba en la capilla,
a donde se retiraba con frecuencia a re-
zar. Las calificaciones escolásticas, que
se conservan en un acta de estudios,
son espléndidas. La voluntad sigue
siendo de granito.
Y en la primavera de 1905, lo inevita-
ble. La tos adquiere una violencia que
impresiona, la fiebre lo va consu-
miendo. Murmura: "Rezad por mí
para que me cure y sea sacerdote, si es
ésta la voluntad del Señor".
28 de abril Ceferino es trasladado al
hospital de la Isla Tiberina.
Se da cuenta de que va a morir y pide
la comunión. Su vida se apaga mansa-
mente en la madrugada del 11 de
mayo.
Unos días después, desde las alturas
del valle del Aluminé, se distingue la
figura del misionero salesiano que va
subiendo lenta y fatigosamente. Ha
llegado a la tienda del gran Cacique:
todos le han rodeado interrogándolo Laura Vicuña.
con los ojos: Manuel Namuncurá se
sienta en una piedra y... llora. La flor
más hermosa del viejo árbol ha caído
tronchada. Ha desaparecido la última
esperanza de los Araucanos.
Hoy, a 70 años de distancia, el grupo
étnico de los Araucanos ya no existe.
Queda alguna que otra aldea perdida
entre los Andes. Los jóvenes han
huido a la gran ciudad. Minado por
tres siglos de persecución, de guerras,
de miseria, de enfermedades, el pueblo
araucano, que en 1.500 contaba con un
millón, tal vez millón y medio de per-
sonas, se ha diluido entre las otras ra-
zas y ha desaparecido como pueblo
para siempre.
Pero un día del año 1924, Ceferino
volvió a su Argentina. Cien mucha-
chos acompañaron el reducido féretro
hasta la capilla de Fortín Mercedes, a
orillas del río Colorado. Allí sus ante-
pasados habían combatido y ... habían
sido derrotados. Pero los Araucanos,
gente que sabe esperar y tomarse la re-
vancha, preparan la suya: aquel mu-
chacho araucano puede que sea el pri-
mer santo de toda la nación argentina.
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
Mi vida
por mi madre
21 de enero de 1900. Laura Vicuña con
su hermana pequeña Julia Amanda y
su madre Doña Mercedes Pino se en-
cuentran en Junín de los Andes, en el
"Colegio María Auxiliadora" abierto
hace unos meses. Mons. Cagliero, el
apóstol de la Patagonia, queriendo ha-
cer de Junín un centro de irradiación
evangélica, había encargado hacía al-
gún tiempo a D. Milanesio la construc-
ción de un colegio para los mucha-
chos. El decidido misionero, con el
deseo de completar la obra, había
construido, con mucho sacrificio, un
colegio también para las muchachas.
"La construcción de estas dos casas -
comentará más adelante - nos costó
tantos trabajos y sudores, que es más
fácil imaginarlo que contarlo".
Después D. Milanesio marchó a Chile
para pedir alguna Hija de María Auxi-
liadora para la casa de Junín. En abril
de 1898 ya estaba de vuelta con la
nueva comunidad de Hermanas: Sor
Angela Piai, como Directora, una no-
vicia (Sor Rosa) y una aspirante. Du-
rante el viaje se les unió otra joven as-
pirante.
La casa que encontraron en Junín era
pobre pero digna. Unas cuantas habi-
taciones a los dos lados de un pasillo,
en una planta baja: un pequeño patio
con pozo y jardín dentro del edificio; y
alrededor un soleado huerto orientado
hacia los Andes.
Las Hermanas, pobres entre los po-
bres, ansiaban una sola cosa: establecer
el reino de Cristo en el corazón de
cada hermano. Y lenta, pero tenaz-
mente, se pusieron a roturar el terreno.
Laura lo sabe. Aquel 21 de enero de
1900, en la pobre y sencilla sala de vi-
sitas, las hermanas Vicuña esperan
con su madre a la Directora, antes de
separarse. Julia Amanda solloza ocul-
tando el rostro en el pecho de su ma-
dre; Laura, pálida, ahoga el llanto en la
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garganta.
el colegio, bajo la mirada de María sus llega a ser cariñosa, confidencial,
Es un poco mayor y ya ha aprendido a Auxiliadora y bajo la dirección serena de amiga a amigo.
sufrir.
y alegre de aquellas jóvenes Hermanas
"¡Adiós, mamá, vuelve pronto!", dice salesianas: Laura está impresionada. Mi vida por la suya. Sor Rosa su asis-
Laura mientras separa dulcemente a Ha descubierto al "Amor", y se deja tente, tiene una manera muy particu-
su hermanita de los brazos de su ma- llevar por su luz cada vez más fascina- lar de hablar de Jesús. Entusiasma, en-
dre. "¡Sed buenas!", acierta a recomen- dora.
fervoriza, convence.
dar Doña Mercedes con voz temblo- El amor que va empapando su vida le Un día habla del sacramento del matri-
rosa. Es necesario separarse de sus dos exige un cambio de actitud: Laura se monio. Hace ver su grandeza como co-
pequeñas por su propio bien, para dar- hace "toda para todos". Quiere a las laboración con Dios en el plan de la
les una buena educación.
compañeras. Ayuda a las más torpes a creación. Habla sin ningún temor a ser
Laura sigue con la mirada triste a su peinarse, a hacerse la cama. Está siem- mal interpretada. Aquellas niñas cono-
madre que se aleja. Es aun pequeña, pre dispuesta a hacer un servicio con la cen, por desgracia, la cruda realidad de
pero ya lo intuye todo. ¡Sabe muy bien aguja de coser. Corrige cariñosamente las uniones ilegítimas, del estado de
a dónde va!
a su hermanita, un poco caprichosa y pecado de muchas personas. La Her-
A qué precio. Un paso atrás en el
tiempo: Mercedes Pino se había casado
testaruda. Por donde pasa Laura todo
queda en orden. Es el alma de todos
mana afronta, por tanto, con valentía y
claridad el problema. Laura escucha
con un militar que pertenecía a una
noble familia chilena, José Domingo
Vicuña. Cuando nació la primera hija,
Laura, 5 de abril de 1891, Chile vivía
un momento político muy grave: en
enero había estallado la guerra civil. El
partido conservador fue derrotado; co-
menzaba para sus miembros un pe-
ríodo de luchas y dificultades. Tam-
bién José Domingo Vicuña tuvo que
huir.
El camino del destierro es duro y pe-
noso. Pocos días después del naci-
miento de Julia Amanda, muere víc-
tima de un agotamiento físico y de un
abatimiento moral completo.
Mercedes queda sola con sus dos pe-
queñas. Después de superar los prime-
ros momentos de descorazonamiento,
se decide a luchar. Fija su residencia
en Temuco, pequeña ciudad de Chile; Niñas de la misión de las Hijas de María Auxiliadora.
pero convencida de que es imposible
sobrevivir allí, opta por el destierro vo-
luntario: cruza los Andes y se esta-
blece en Neuquén, en Argentina.
La primera etapa en busca de trabajo la
lleva hasta Las Lajas: no hay trabajo,
imposible quedarse. La angustia la do-
mina: se encuentra sola, en un país
que no es el suyo, rodeada de peligros,
incluso morales.
Un día se presenta en Quilquihué, una
gran hacienda, una "estancia", de un
tal Manuel Mora. Este es el típico
"gaucho" argentino: jactancioso, pen-
denciero, un poco romántico y soña-
dor. Es un hombre de dudosa reputa-
ción. Doña Mercedes cede a sus pro-
puestas, acepta su protección.
Su ayuda económica le permitirá ma-
tricular a las dos niñas en el colegio de
Junín, donde recibirán adecuada edu-
cación. ¡Pero a qué precio!...
Laura, inteligente y despierta, aunque
no cuenta más que nueve años, ha in-
tuido la tragedia interior de su madre.
No está tranquila, sufre por ella.
los juegos. Amiga de todas. Sabe olvi-
dar los pequeños desplantes de las
compañeras envidiosas y celosillas.
Laura sabe que Dios es Amor, sabe
que Dios está en ella y esto le colma
de gozo. Comprende, observando a las
Hermanas, el porqué de su sonrisa, de
su entrega, de su capacidad de hacer
ver a Dios en su vida.
Ella también quiere vivir aquello que
ha dicho Jesús: "Todo lo que hagáis a
uno de estos pequeñuelos, me lo ha-
céis a mí".
Las Hermanas han abandonado la pa-
tria, la familia, los padres, para consa-
grarse al bien de los demás. También a
Laura le atrae este ideal: consagrarse al
Amor por amor a los hermanos. Se en-
cuentra a los pies del sagrario rezando:
"Quisiera que mamá te conociese me-
jor y fuera feliz".
"Te pido por Amanda, que sea menos
caprichosa; perdónala, Jesús, es tan pe-
queña.. ¡Ayúdale!"
con atención. De pronto se pone pá-
lida. Un aire de tristeza ha invadido su
rostro. La realidad aparece ahora ante
ella más terrible que la misma muerte.
¡Sí, no hay duda, su madre se encuen-
tra alejada de Dios!
Manuel Mora tiene la culpa.
¡Pobre mamá! No ha sabido resistir.
La lucha continua la ha rendido. Y ha
terminado por ceder. Ha sido un mo-
mento de debilidad, de soledad, de
desesperación. Pero ella, Laura, lu-
chará por devolver a su madre la amis-
tad con Dios. Le dará a gustar su
amor, el Amor de Dios, el verdadero
Amor. "Señor - pide con toda la
fuerza de su corazón arrodillada una
vez más delante del sagrario - lucharé
aun a costa de mi vida...
¡Sí, mi vida por ella!..."
El. Llegan las vacaciones. Amanda es
feliz: volver a Quilquihué en la in-
mensa llanura verde; respirar el aire
Toda para todos. Comienza la vida en "Te pido..." y su conversación con Je- puro del campo; sentir de nuevo las
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caricias de la madre... No cabe en sí de
alegría. También Laura siente el gozo
de volver a abrazar a su madre. Pero
en la "estancia" no habrá capilla. Y
además está él... Un escalofrío indefi-
nible le recorre su grácil cuerpo. ¡El!
Un escudo. La vuelta al colegio, al co-
mienzo del nuevo curso, es para Laura
una fiesta. Pero es imposible olvidar a
su madre; ya se ha hecho cargo perfec-
tamente de su situación.
El 2 de junio 1901 recibe por primera
vez a Jesús en la comunión.
Es un encuentro decisivo. En su li-
breta de notas escribe: "Dios mío,
quiero amarte y servirte durante toda
escudo de protección materna.
Pronto lo va a experimentar.
La prueba. Ha terminado el año esco-
lástico, hay que volver a la "estancia".
Laura capta enseguida las "atencio-
nes" excesivas que le prodiga "él", el
"protector".
Reza y vigila. "Señor, no permitas que
te ofenda", pide Laura cuando intuye
que está cerca la prueba, la lucha.
Un día se ha quedado sola en casa con
Manuel Mora: ha llegado el tan temido
momento. Pero fuerte, con la fuerza de
los castos, Laura se suelta, se defiende
y huye... dejando a Manuel humillado
y furioso.
La casa de Junín de los Andes, donde murió Laura Vicuña.
mi vida: te doy mi alma, mi corazón, Pero no vencido. Laura no se hace ilu-
todo mi ser". Amar, amar con todas siones; él volverá a la carga.
sus fuerzas, poder decir cada noche: Se celebran las fiestas populares de la
«Hoy no te he dicho "no" a nada, Se- Pampa argentina: se organiza una co-
ñor.»
mida en grupo, juegos, carreras, y tam-
"Dios mío, dame una vida de amor, de bién un baile por la noche. Manuel
mortificación, de sacrificio".
Mora, con una maliciosa sonrisa en los
Este es el propósito que constituye el labios, se acerca a Laura y la invita a
"secreto" de Laura. Será fiel a él hasta bailar. La niña adivina las intenciones
el sacrificio total por la salvación de su y se niega en redondo. De nada sirven
madre: la amará hasta el fin. No tiene las amenazas de Manuel ni la insisten-
más que diez años, pero ha compren- cia de la madre: "¿Por qué, Laura?,
dido misteriosamente las exigencias bailar no es pecado". ¿Cómo explicar a
del Amor.
su madre las pretensiones de Mora?
La vida de Laura es una ascensión lu- Laura escapa y se pierde en la oscuri-
minosa. Fija su mirada en Dios y se dad de la noche. El hombre, perdido el
deja moldear por su gracia. Cristo es el control por el excesivo alcohol, des-
ideal. Se une al dolor de María al pie ahoga en la madre su rabia brutal.
de la cruz.
Laura permanece escondida fuera de
El 8 de diciembre de 1901, Laura entra casa casi toda la noche. Aprieta la me-
a formar parte de las Hijas de María, dalla de Hija de María. Se siente
siente un intenso cariño hacia la Vir- fuerte. No tiene miedo: siente cómo la
gen. La medalla que cuelga del cuello, Virgen la tiene entre sus brazos y la
no es solamente un distintivo, sino un protege.
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
Un pacto con Dios. Manuel Mora ya
ha encontrado la manera de vengarse:
no pagará la pensión de las niñas en el
colegio. Sor Piai se entera. Y las acepta
gratuitamente. Doña Mercedes está
avergonzada, enviará sólo a Laura.
Laura está de nuevo en su querido co-
legio. Debajo de su sonrisa oculta el
secreto de su inmenso sufrimiento. Su
pensamiento está prisionero en la "es-
tancia": no se le va de la cabeza el re-
cuerdo de su madre esclava de las arti-
mañas de Manuel Mora.
Llora silenciosamente. Reza. Renueva
su ofrecimiento. En la Pascua de 1902
recibe de manos de Mons. Cagliero el
sacramento de la confirmación. Recon-
fortada por el sagrado crisma está pre-
parada para la lucha final. Mientras ha-
bla con Jesús, Laura intuye que to-
davía no ha hecho todo lo que debía
por la salvación de su madre: le queda
algo por hacer. Lucha consigo misma,
duda, llora y por fin: "¡Sí, Señor!"
Arrodillada a los pies del confesor le
pide permiso para ofrecer su vida por
la "vida" de su madre.
D. Crastanello queda perplejo al princi-
pio. Pero no quiere ser obstáculo a la
acción de Dios en aquella niña tan dis-
puesta a seguir el carisma del espíritu.
Y le da permiso.
Laura acaba de descubrir que el amor
es más fuerte que la muerte. Que el
amor vale más que la misma vida.
Dice: "Señor, te ofrezco mi vida por la
de mi madre". Ha hecho un pacto con
Dios.
La respuesta. Aquel año de 1903 el in-
vierno se deja sentir implacable y duro
sobre Junín. Frío, lluvia, humedad.
Laura está cada día más pálida y las
fuerzas la van abandonando. Pierde
día tras día.
Su madre decide llevarla a Quilquihué,
donde el aire es más sano. Pero es inú-
til: su salud no mejora. Y Laura em-
pieza a sospechar que Dios le ha escu-
chado y que no curará jamás.
Es la respuesta de Dios.
Mercedes está muy preocupada. Al-
quila una habitación en Junín para te-
ner más a mano la asistencia médica.
El rostro de Laura es cada vez más
transparente. Pero los ojos conservan
aquella luz sobrenatural y se clavan en
su madre con expresión interrogativa.
Doña Mercedes no quiere entender...
Una tarde, a mediados de enero de
1904, se presenta Manuel Mora en la
casita donde viven ahora Laura y su
madre. "Esta noche me quedo aquí",
dice con aire fanfarrón y prepotente.
Doña Mercedes no lo ve oportuno y
trata de oponerse. Mora insiste.
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Apóstol de la alegría
entre los leprosos
Laura, pálida y desfallecida, al ver a Con un gesto ingenuo, que haría son-
aquel hombre no se acobarda. "Si se reir a más de un aburrido joven de hoy
queda él, yo me voy", dice muy deci- día, el clérigo salesiano Luis Variara,
dida. Y sin esperar respuesta, haciendo 19 años, coloca a escondidas una carta
un supremo esfuerzo de voluntad, sale bajo la estatua de María Auxiliadora
de casa. El, ciego de ira, no puede so- en la capilla de Valsalice, en Turín. En
portar el quedar derrotado por una aquella carta pide una gracia especial:
muchacha; la alcanza y la golpea bru- Que le envíen los Superiores a Agua
talmente. La niña exhausta cae al de Dios, en Colombia, a sembrar mú-
suelo. Pero no está vencida: el vencido sica y alegría entre los leprosos de
una vez más ha sido él.
aquel lazareto.
Los leprosos tienen necesidad de la
En la paz. A partir de aquel día ya no alegría salesiana: se lo ha dicho D. Mi-
se levantará más Laura. El golpe ha guel Unia, el heroico Salesiano que
sido de muerte. Doña Mercedes no hace cuatro años que está intentando
abandona la cabecera de la enferma y organizar la vida de aquellos seres vi-
rodea a su hija de cariño y atenciones. vos, condenados a muerte. D. Unia ha
Laura mira a su madre tiernamente. estado unos días en su patria, Italia,
Ha llegado el momento de revelar su para descansar, y ha pedido a los Supe-
secreto: "Mamá, voy a morir, pero me riores un sacerdote que sea músico,
siento muy feliz de poder ofrecer mi para llevárselo consigo a Colombia. El
vida por ti. ¡Se lo he pedido al Señor!" clérigo Variara tiene todavía muy lejos
Doña Mercedes queda aturdida... Cae la meta del sacerdocio, pero desea con
de rodillas sollozando. Lo comprende toda su alma este trabajo con los lepro-
todo de repente.
sos. Y, contra toda esperanza, es él el
uSí, Laura, perdóname. Señor, perdona elegido (es el primer clérigo destinado
mi vida de pecado... ¡Sí, volveré a em- por la Congregación a trabajar con los
pezar!"
leprosos). Algunos años antes, cuando
El rostro de Laura se ha iluminado: su padre, maestro de escuela en Via-
"Entra en el gozo de tu Señor". * rigi, Asti, le había llevado (octubre de
1887) a Valdocco para cursar estudios
de bachillerato con D. Bosco, Luis con
sus trece años mal cumplidos, le había
puntualizado: uPapá, que quede bien
claro, yo no tengo vocación". No podía
entonces conocer el destino que iba a
seguir su vida. D. Bosco se encontraba
en los últimos cuatro meses de su
vida; los muchachos desde el patio al-
zaban con frecuencia la cabeza hacia
las habitaciones de D. Bosco por si lo
podían ver una vez más antes de que
desapareciera para siempre (los fre-
cuentes achaques impedían al Santo
estar entre sus jóvenes, pero ellos sa-
bían que, de vez en cuando, él los es-
piaba desde las ventanas con la misma
mirada cariñosa de siempre).
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
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Luis lo vio finalmente un día. Era in-
vierno, y volvía Don Bosco de dar un
paseo en coche: todos los muchachos
corrieron a rodearlo, parecía agotado
de cansancio. "Me acerqué cuanto
pude - contará más adelante Luis - y
D. Bosco alzando los ojos me miró lar-
gamente. Aquel fue uno de los días
más felices de mi vida: estaba conven-
cido de que D. Bosco había descu-
bierto en mí algo que solamente Dios
y él lo podían saber". En 1891 hace
Luis el noviciado, viste sotana, y un
año después ya es Salesiano.
Está haciendo sus estudios superiores
en Valsalice cuando llega D. Unia de
América: ha dirigido a todos - Luis la
D. Luis Variara.
considera hecha a él solo - aquella fan-
tástica invitación a ir a trabajar por los
leprosos. Son setenta días de viaje: pri-
mero cruzar el océano, luego en barca
a lo largo del río Magdalena, y final-
mente en mulo, hasta llegar a la
cuenca tropical de Agua de Dios.
Para endulzar la terrible copa. La ciu-
dad de los leprosos tiene dos mil habi-
tantes, de los que 800 están enfermos
de lepra. Los más graves están en el la-
zareto, los otros viven en chabolas di-
seminadas aquí y allá entre los mato-
rrales, mezclados con frecuencia con
las personas sanas, que son, por otra
parte, sus familiares. La vida en la ciu-
dad de los leprosos es abrumadora,
monótona, desesperada: hace de ver-
dad mucha falta la alegría del clérigo
Luis. Tiene notables conocimientos
musicales (era incluso el solista en
Turín); él se lanza entusiasmado al es-
tudio de la lengua y de los instrumen-
tos musicales. Y comienza enseguida
el oratorio con los muchachos, sanos y
enfermos.
Distribuye entre los mayorcitos los
instrumentos musicales y comienza

11.10 Page 110

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las primeras lecciones. "Es para llorar
de emoción - escribe D. Unia en una
carta a Turín - el ver a estos pobres
muchachos intentando todo el día sa-
car sonidos de los instrumentos, so-
plando con el poco aire que les queda
en sus deshechos pulmones".
Luis es maestro de todos; con frecuen-
cia aplica su boca donde estuvo la de
sus pequeños leprosos; pero ahora es
una verdadera fiesta cada función de
iglesia o cada pasacalles por el pueblo.
Organiza el teatro, da catecismo, crea
asociaciones de jóvenes, forma un
coro... El ambiente de Agua de Dios
ha cambiado: los enfermos, condena-
dos hasta ahora a la inacción, encuen-
tran en estos entretenimientos una
sorprendente medicina.
Entre tanto, Luis estudia la teología
por su cuenta (además tiene ocasión de
"hacer prácticas" de la misma en aquel
hermoso campo de apostolado).
En 1898 se ordena sacerdote. Todo
Agua de Dios considera el aconteci-
miento como algo propio, una especie
de éxito común, una promoción de
todo el pueblo.
Dos fotografías históricas descoloridas por el tiempo.
Arriba, el Padre Luis con su banda de música que alegra la tristeza del lazareto.
Abajo, la humildísima casa en la que el Padre Luis ha reunido a las primeras «Hijas de los Sagrados
Corazones»,
la Congregación por él fundada con el fin de que también las jóvenes leprosas puedan consagrarse
al Señor en la vida religiosa.
"Que puedas construir la casa de Dios
con tu palabra y con tu ejemplo" - le
ha dicho el Obispo leyendo el ritual, y
un leproso ha añadido en nombre de
todos: "Y que Dios le bendiga por su
trabajo generoso para endulzar la terri-
ble copa de veneno que nos ha tocado
beber". La gente que abarrota la iglesia
está fascinada por la nueva luz que
emana de la descarnada figura ascética
del neosacerdote.
mero una sangrienta guerra civil (lla-
Un céntimo para los más abandona- mada de "los mil días"), después la
dos. A partir de ese día el Padre Luis "peste amarilla"... ¡miles de muertos!
(así lo llaman ahora) se dedica con más Los leprosos de Agua de Dios ya so-
intensidad al trabajo espiritual en los brepasan los mil cien; el hambre y el
grupos y asociaciones que ha creado, dolor siembran la desesperación por
en la dirección de conciencias. "Pasa doquier. Los Salesianos (dos en total)
cada día de cuatro a cinco horas en el están agotados; el Superior que los ha
confesionario, escribe su Superior; visitado escribe: "Su aspecto es cada-
temo que no aguante".
vérico, más triste y desconsolador to-
Pero él está decidido a todo: quiere davía que el de los enfermos".
abrir un asilo-hospicio para recoger a Pero al fin vuelve la calma; las heridas
los huérfanos, sobre todo a los enfer- se cicatrizan y se puede construir el
mos. Marcha a la capital, Bogotá, y di- asilo.
rige desde el pulpito una invitación a El P. Luis, confesor y director espiri-
todos los niños de Colombia: "Cada tual, ha aprendido entretanto a pene-
niño un céntimo para los huerfanitos trar en el laberinto del corazón hu-
más abandonados". La invitación es mano; conoce las miserias y las gran-
recogida en los periódicos, repetida en dezas. Ha hecho descubrimientos
las escuelas, predicada en todas las emocionantes: generosidad, frustracio-
iglesias. Llegan los céntimos como go- nes, tragedias, más angustiosas que la
tas de agua generosa que forman un misma lepra.
torrente, luego un río y luego... sobran Entre las jóvenes de la asociación de
gotas para comprar un terreno y hacer "Hijas de María" no faltan las que dan
una casa. Se empieza enseguida, pero signos evidentes de vocación a la vida
hay que paMrarisiionnmeedsiaDtaomnenBteo:scpori-añorelcigieionsato: .pe1r8o,7c5omSoDsoBn 1le8p7ro7saFs Mo hAi-
jas de padres leprosos, no podrán ja-
más realizar su entrega al Señor. No
existe en toda la Iglesia una Congrega-
ción que quiera recibirlas. El P. Luis
comprende su desilusión, y hace suya
la amargura de estas jóvenes. Y un día
piensa que ha dado con la solución:
fundará una Congregación nueva; su-
blimarán la terrible prueba que les de-
paró la vida, ofreciéndose generosa-
mente a Dios en el apostolado activo
entre los leprosos.
La idea del P. Luis es sencilla, pero
tres son al menos las razones que la
hacen irrealizable: una Congregación
para leprosos es un proyecto sin prece-
dentes en la Iglesia de Dios; segunda,
ningún Salesiano hasta ahora se ha
atrevido a fundar una nueva institu-
ción religiosa; y tercera, él es además
un sacerdote joven, no ha cumplido
los treinta años, sin un cargo que lo
avale, sin autoridad, sin experiencia.
Reflexiona, reza y se aconseja. Y des-
pués comienza a trabajar sobre la idea.
El primer campo de apostolado de las
107

12 Pages 111-120

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12.1 Page 111

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nuevas religiosas será el asilo de Agua Su pequeña Congregación lo necesita
de Dios (ofrecido, por otra parte, en todavía, pero él debe partir.
vano a otras Congregaciones) que está "La cruz - dice despidiendo a las Her-
a punto de ser inaugurado.
manas - es ligera porque la llevamos al
lado de Jesús".
Una Congregación como un oasis. En En Bogotá comienzan a aparecer en
1905 las primeras siete aspirantes de la sus manos ciertas señales preocupan-
nueva Congregación, que se llamará tes; no, no es la lepra, pero sienten al-
uHijas del Sagrado Corazón de Jesús y gunos tal terror, que le van huyendo al
de María", escriben al entonces Rector principio, para terminar "confinán-
Mayor de los Salesianos, D. Miguel dolo" (¡ironía cariñosa de Dios!) en
Rúa: "Nuestra finalidad será el cui- Agua de Dios.
dado de nuestros hermanos leprosos... En 1919, nuevo destino: Barranquilla,
En nuestra Congregación serviremos a en la costa norte. Algo más tarde en
Dios, ofreciéndonos como víctimas Venezuela, en Táriba: clase de canto,
voluntarias de expiación, bajo la pro- catecismo, confesiones, predicación.
tección del Sagrado Corazón de Jesús Escribe a las Hermanas lejanas:
y de María Auxiliadora".
"Amad mucho, hijas, pensad que si el
No se trata de un plan de Congrega- mal os ha segregado de la sociedad, Je-
ción "a lo grande", dicen, sino de "una sús os quiere mucho más a vosotras
humilde Congregación que será para que a los demás, porque tenéis sobre
nosotras una especie de oasis de felici- ellos vuestro sufrimiento. ¿De qué os
dad en medio del desierto que nos ro- quejáis entonces, si vuestra enferme-
dea".
dad, no sólo no os aleja de Dios, sino
Y, a diferencia de no pocos que viven que os acerca más a El? ¿Qué importa
al lado de ellas y que no acaban de ver lo demás si Jesús os ama con predilec-
la mano de Dios en esta obra, D. Rúa, ción?"
desde tan lejos, ve todo con una clari-
dad meridiana y las anima a seguir Sé que el Señor está, conmigo. La casa
adelante.
salesiana de Táriba se encuentra a
Para el P. Luis comienza, a partir de 1.600 metros en la Cordillera; el clima
aquel 1905, un tremendo período de es demasiado duro, y resulta desas-
pruebas. Hay quien considera la nueva troso para la salud del P. Luis. En 1922
obra fruto de la fantasía de una mente el médico le diagnostica nefritis, ure-
joven e inexperta; alguien le pronostica mia, junto con otras graves complica-
una duración de un día; y no falta ciones. Tiene que ser trasladado ur-
quien juzga que es deber de conciencia gentemente en estado desesperado a
hacerla fracasar. La vida del P. Luis es Cúcuta, en Colombia, a casa de una
una sucesión de dificultades y contra- buena familia que, con cariño in-
stes; está entretejida de incomprensio- menso, intenta la imposible recupera-
nes y luchas, abundan las hostilidades ción del venerado enfermo. Ya es de-
y los destierros.
masiado tarde. El grano de trigo ente-
Aquel mismo año de 1905 le llega el rrado entre matorrales de hostilidad e
nombramiento de Padre Maestro y incomprensión se dispone a morir para
tiene que marchar de Agua de Dios; poder dar fruto abundante.
los leprosos se rebelan: "Sin el P. Luis, No tiene un solo momento de depre-
el lazareto ha perdido su vida, los en- sión, no le queda ningún resenti-
fermos ya no tienen tranquilidad, paz, miento. "Sé que el Señor está conmigo
calma...".
- escribe una vez más a sus Hermanas
Quince días después su Superior lo - sé que va a ser mi compañero de
envía de nuevo a Agua de Dios.
viaje y no se alejará de mí. Y sé tam-
En 1908 el P. Luis se desahoga con D. bién que él está con mis Hijas y quiere
Rúa y recibe estas recomendaciones: que formemos un solo corazón para
"Procura que aumente el número de llevarlo junto al suyo. Así viviremos
religiosas e informa siempre de todo a unidos y felices".
la autoridad eclesiástica. La Institución Se apaga el 1 de febrero de 1923, lejos
es hermosa, hay que conservarla y de todos. Tiene tan solo 48 años.
desarrollarla".
En 1964 Pablo VI declara su Congre-
Pero el P. Luis en 1910 debe partir una gación de derecho pontificio; cuenta
vez más: le han enviado a Contrata- con 400 religiosas y unas 50 casas en
ción, otro lazareto de Colombia aten- Colombia y Ecuador. La casa de Agua
dido por los Salesianos.
de Dios conserva todavía hoy el privi-
Vuelve un año después; abre una es- legio único de estar abierta a cualquier
cuela profesional para sastres, zapate- religiosa que padezca la enfermedad de
ros, carpinteros y tipógrafos.
la lepra: y las que están sanas reivindi-
En 1916 lMo misaiondnaensaDBoongoBo...sco año ccaien nptaora. s1í8e7l 5priSviDleBgio18de7c7uiFdaMrlAas. *
Algo bueno
ha salido de Nazaret
Simón Srugi ha nacido en Nazaret. Es
normal que de cuando en cuando le
pregunten con la ironía inocente de
Natanael: "¿Puede salir algo bueno de
Nazaret?". Y él, pequeño, flaco y pali-
ducho, asiente con una sonrisa y
afirma invariablemente: "Es verdad,
de Nazaret ha salido esta nulidad que
soy yo".
Quinto y último hijo de una familia
cristiana de guarnicioneros de Nazaret
(Srugi quiere decir precisamente guar-
nicionero en árabe), oriundos del Lí-
bano, el pequeño Simón queda muy
pronto huérfano: nace en 1877; a los
dos años ya ha perdido al padre, y, an-
tes de cumplir los seis, ha muerto tam-
bién la madre.
Se hacen cargo de él, primero una her-
mana mayor, luego una tía. Los PP.
Franciscanos le ponen en las manos
una cartilla, y en los ojos y en el cora-
zón la fascinante imagen de la Tierra
Santa, los Sagrados Lugares de Jesús,
de la Virgen, de S. José.
En 1888 Simón va a Belén, al orfeli-
nato católico donde los muchachos
aprenden a ser buenos zapateros, car-
pinteros, sastres. Simón, debilucho y
avispado, está hecho para la aguja y las
tijeras.
El Director de aquella obra es un
sacerdote que ha venido de muy lejos,
D. Antonio Belloni, a quien todos lla-
man el Abuliatama (padre de los huér-
fanos). En 1891 el Abuliatama anuncia
a los 300 huérfanos de Belén que los
va a confiar a nuevos Superiores: y en
efecto, llegan los Salesianos (todas las
obras que D. Belloni había fundado en
el Oriente Medio pasan a manos de los
Salesianos, y hasta sus religiosos, con
él a la cabeza, pasan en bloque a la
Congregación Salesiana: de este modo
tan original comenzó la actividad sale-
siana en el Oriente Medio).
En cuanto a Simón: le piden que estu-
die y lo hace a gusto, le piden que jue-
108

12.2 Page 112

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El Coadjutor salesiano D. Simón Srugi.
A la derecha: su retrato, por el pintor
Caffaro - Rore.
Al centro: la gente del lugar
que acudía a su dispensario.
Abajo: Simón Srugi con los pobres,
sus amigos.
gue y él no se niega, le piden que rece
y su hermosa alma parece predesti-
nada a la oración.
Le gustan los nuevos Superiores; a los
16 años pide que le admitan a ser
como uno de ellos. Ya está en Beitge-
mal (a 30 km. de Jerusalén) como aspi-
rante a la vida salesiana.
Beitgemal es un pueblecito agrícola,
recostado en la falda de los montes
que van bajando desde Judea hasta el
mar, cerca de Gaza, donde hace siglos
hacían estragos los filisteos.
La casa salesiana es un edificio ma-
cizo, casi un castillo, que domina la co-
lina. Aquí pasará Simón toda su vida,
exactamente 50 años, y no la dejará
más que para irse al cielo.
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
Maestro, molinero, enfermero. Cinco
años en el anonimato, en la sencillez,
en el servicio. Cuando llega al novi-
ciado dicen de él: "Este muchacho lo
hace todo a la perfección; es diferente
de los demás".
Cuando profesa como coadjutor sale-
siano, cuelga en la chaqueta el crucifijo
de la consagración religiosa, en la parte
izquierda, para tener a Jesús cerca del
corazón.
Trabaja mañana y tarde, a veces tam-
bién por la noche. Hace de maestro,
asistente, sacristán, sastre, molinero,
enfermero, se encarga de la venta de
los escasos productos de la huerta. En
todos estos trabajos, que simultanea
casi siempre, Simón hace honor a
Aquel paisano suyo que divinizó el
trabajo manual, dignificándolo con su
silencio, su servicio, su oración.
Ejerce de maestro de escuela: Muallem
Srugi (maestro Srugi) le comienzan a
llamar sus primeros alumnos, y este
nombre lo tendrá toda la vida. Le re-
cuerdan: "Nos guiaba la mano al hacer
los primeros palotes con tanta dulzura,
que un padre no lo haría igual. No he
encontrado a nadie que fuera tan ar-
tista como él en sacar punta a los lápi-
ces".
Se multiplican los recuerdos de sus
alumnos musulmanes: "Le conozco
como a la palma de la mano: era como
un vaso de miel... Yo soy musulmán,
y él era cristiano, y, sin embargo, me
trataba como a un hermano... Me reco-
mendaba ser bueno con todos, no ha-
cer mal a nadie, perdonar a quien me
injuriase, pero perdonarle de verdad,
como a un hermano... El maestro
Srugi no tenía ningún enemigo bajo el
sol..."
Molinero: le traen a moler los sacos de
trigo sin pesarlos y se los llevan moli-
dos también sin pesarlos: están todos
109

12.3 Page 113

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seguros de que no les roba ni un aliviar los dolores de Cristo, alivia los
grano. Sembrador de paz: en alguna al- dolores de los otros "cristos", los en-
dea se origina una discusión y le lla- fermos que se le presentan.
man como juez de paz. «Para nosotros, Sus Hermanos, los Salesianos, nunca
después de Dios, él; y él es un hombre han tenido ocasión de molestarse con
"taman" Gusto)».
él: "Sus palabras - dicen - tienen para
Enfermero: no hay un médico en toda nosostros más prestigio que las del Di-
la comarca y acuden a él en tropel aun rector". Y el Director añade: "Es el pa-
haciendo largas horas de camino, rarrayos de la casa. Nos dirigimos a él
desde las cincuenta aldeas de los alre- y nos encomendamos a sus oraciones
dedores. Por lo general, es gente pobre cuando necesitamos una gracia". Así
y miserable; pastores, labradores, be- por ejemplo: "Señor Srugi, rece, por-
duinos. Pero no falta la gente rica que que en casa no queda ni un céntimo";
llega montando veloces camellos.
entonces él, sabiendo que pide a un
Llegan a cualquier hora, durante la co- Padre que nos quiere de verdad, to-
mida (y lo deja todo), durante la no- davía hace más: cuelga de un clavo en
che. Los cura en la casa salesiana (ha la capilla una bolsa, que alguno se en-
habilitado una sala para ambulatorio y
dispensario), pero también acude a las
casas de los enfermos. El que puede le
da algo, pero él no pide nunca.
Enfermos rudos, ignorantes, muchas
veces plagados de insectos, con enfer-
medades repugnantes: él siente com-
pasión por todos, no desprecia a nadie.
Los limpia, los cura, los trata con deli-
cadeza. En realidad es que ve en ellos
únicamente la figura de Cristo.
Y les habla de ese Cristo. Al ponerles
una inyección, al aplicarles una medi-
cina añade: "En nombre de Jesús, ver-
dadero médico". O pregunta: "¿Has
rezado a Sitti Mariam?"
Los enfermos están convencidos de
que los cura por su fe y santidad.
cargará de llenar.
Cuando D. Rúa visita Beitgemal en
1908, después de haber hablado con él,
recomienda a los Hermanos: "Seguidle
de cerca y anotad día a día lo que hace
y lo que dice. Es un verdadero santo".
Y cuando va a Beitgemal el Patriarca
de Jerusalén, permite que le besen el
anillo todos, menos Srugi: "es un
santo", dice y le da un abrazo.
En realidad no hace nada del otro
mundo, y sin embargo hay algo de ex-
traordinario en él. Cristianos y musul-
manes sienten por igual su encanto, su
continua familiaridad con Dios. Todo
el que vive a su lado se ve como obli-
gado a participar en su intensa vida es-
piritual.
nosostros tenemos que hacer lo
mismo".
Muere en 1943, mientras está dur-
miendo, a consecuencia de aquella en-
fermedad de la que había curado a tan-
tos enfermos: la malaria.
De todos los pueblos vecinos van lie-
gando a darle el último saludo sus
amigos, los pobres. Y también las au-
toridades. Es una multitud inconteni-
ble la que pasa por la capilla ardiente.
Todos unánimente comentan: "Ha
muerto un santo".
Y un musulmán se lamenta: "¡Lás-
tima que Muallem Srugi sea cristiano!
Si fuese musulmán lo haríamos uno
de nuestros santones".
*
i
¡
\\
¡
¡
%
¡
¡
-
"¿Porqué vienes a Beitgemal desde tan
lejos? ¿No hay médico en tu pue-
blo?" "Sí, pero no tiene las manos mi- Lástima que sea cristiano. Un día su
lagrosas del maestro Srugi". Su pre- Director, D. Mario Rosin, parte a ca-
sencia, en fin, hace menos tenebroso, ballo para Rabat: va a visitar al Pa-
casi aceptable, el misterio de la triarca. A la noche llega el caballo
muerte.
solo... Una banda de malhechores han
asaltado en el camino a D. Rosin y lo
han asesinado golpeándolo con pie-
El pararrayos. El secreto de todo esto dras. La policía identifica la banda,
es su vida interior, donde Srugi llega a pero es imposible detener a los bandi-
gustar lo divino. Siente a todas horas dos; hasta que un día...
una seguridad y una alegría inmensa Se presenta en el ambulatorio de Srugi
de vivir, como si fuera un niño llevado el jefe de la banda. Tiene heridas de
de la mano cariñosa de su madre. Vive importancia en la cabeza y en la es-
absorto en Dios: "Cuando está en ora- palda, implora ayuda.
ción, ni el ruido más estruendoso le Srugi lo ha reconocido y la Hermana
haría volver la cabeza atrás".
del ambulatorio también. Los guardias
Está a la escucha de la Palabra: el le siguen pisándole los talones; entran
evangelio del domingo predicado en la corriendo en el patio y registran por to-
misa (¡cuántas veces le pregunta al das partes. Es el momento oportuno
predicador fuera de la iglesia, que le para entregarlo. Srugi lo cura, le venda
aclare algún punto!) le sirve de tema las heridas y lo acompaña hasta una
de conversación con los demás du- salida de emergencia, librándolo de ser
rante toda la semana.
detenido. La Hermana está desconcer-
Vive en sintonía con Cristo: los vier- tada, protesta; pero él, imperturbable,
nes se le ve taciturno, y muestra un comenta: "Nosotros estamos aquí para
rostro velado por la tristeza. No es hacer el bien, como el Señor. D. Rosin
tiempo de largas conversaciones, Jesús ya está en el cielo, y ese infeliz que
sufre, y Simón participa en los sufri- causó el mal ya se las entenderá con
mientos del Gólgota. Y no pudiendo Dios. Jesús perdonó a sus verdugos,
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
110

12.4 Page 114

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LOS HIJOS
DE
DON BOSCO
EN EL
MUNDO
Las siglas empleadas son las siguientes:
S = superficie, en miles de km2.
H = habitantes, en miles.
C = católicos, en miles.
% = tanto por ciento de católicos sobre la
población.
Fuentes utilizadas:
- los datos relativos a superficie, habitantes,
católicos, y tantos por ciento,
se han sacado del "Anuario Estadístico de la Iglesia"
publicado en 1973, y responden al año 1971;
- los datos sobre los Salesianos
e Hijas de María Auxiliadora se refieren al año 1974,
y están sacados del "Catálogo General"
de las respectivas Congregaciones
y de otras fuentes del archivo.
Orden de las naciones por continentes:
Solamente las que tienen alguna obra salesiana.
ÁFRICA: Argelia, Burundi, Cabo Verde,
Congo (Brazaville), Egipto, Gabón, Guinea Ecuatorial,
Libia, Marruecos, Mozambique, Ruanda, Sudáfrica,
Swazilandia, Túnez, Zaire.
AMÉRICA: Argentina, Solivia, Brasil, Canadá,
Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador,
El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Haití,
Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay,
Perú, Puerto Rico, República Dominicana,
Uruguay, Venezuela.
Para completar la panorámica misionera
hasta aquí presentada, damos a continuación
un resumen alfabético de todos los Estados
en los que trabajan o han trabajado los Salesianos
y las Hijas de María Auxiliadora.
En este resumen, como es natural,
se da mayor importancia
a los países en los que se desarrolla todavía
alguna actividad misionera.
ASIA: Bhután, Birmania, Ceilán, Corea del Sur, China,
Filipinas, Formosa, Hong Kong, India, Irán, Israel,
Japón, Líbano, Macao, Siria, Thailandia,
Timor, Turquía, Vietnam.
AUSTRALIA
EUROPA: Alemania Federal, Alemania Oriental,
Andorra, Austria, Bélgica, Ciudad del Vaticano,
Checoslovaquia, España, Francia, Holanda, Hungría,
Inglaterra, Irlanda, Italia, Lituania, Luxemburgo,
Malta, Polonia, Portugal, Suecia, Suiza, Yugoslavia.
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
111

12.5 Page 115

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nera enviada por D. Bosco, llegan a Buenos
Aires: año y medio más tarde ya han fun-
dado cinco casas. Las Hijas de María
Auxiliadora llegan en 1879. En 1880 cua-
tro Salesianos y cuatro Hijas de María Auxi-
liadora comienzan a trabajar en la Patago-
nia, en el extremo sur, entre los indios. Más
al sur todavía está la Tierra del Fuego: en
1887, en Punta Arenas se abre el primer
colegio salesiano de aquella región.
A pesar de la preocupación de los misione-
ros por proteger los grupos étnicos primiti-
vos (Araucanos, Onas, Alacalufes, Jaganes)
éstos van desapareciendo poco a poco:
unos diezmados por las guerras y las enfer-
medades, otros diluidos y absorbidos por
los grupos de blancos venidos de Europa.
Hoy ya no se puede hablar de actividad mi-
sionera en Argentina: la Iglesia está sólida-
mente constituida. Queda algún que otro
grupo aislado de indígenas en el Chubut y
sobre todo en Neuquén; en Junín de los
Andes (Neuquén) los dos colegios de Sale-
sianos y Salesianas educan a 200 mucha-
chos hijos de los indígenas.
Los Salesianos son hoy en Argentina cerca
de un millar que atienden 119 centros; las
Hijas de María Auxiliadora son 880 y tienen
60 casas.
ALEMANIA FEDERAL
S. 248 - H. 59.379 - C. 28.914 - % 48'7
Los Salesianos llegaron a Alemania en
1916 desde Austria. Hoy la República Fe-
deral alemana está dividida en dos Inspec-
torías, con 516 salesianos y 40 obras (una
de las cuales está en Berlín).
Las Hijas de María Auxiliadora, que entra-
ron en el país en 1922, tienen una Inspec-
toría con 147 Hermanas y 17 casas.
Figuras: Cardenal Juan Cagliero, Mons.
José Fagnano, D. Costamagna, D. Domingo
Milanesio, D. José Beauvoir, D. José Vespi-
gnani, el Siervo de Dios Ceferino Namun-
curá (hijo de un cacique andino); la Sierva
de Dios Laura Vicuña (chilena de naci-
miento pero educada en Junín de los An-
des), Madre Angela Valiese.
AUSTRALIA
S. 7.667 - H. 12.734 - C. 3.035 - % 22'8
ALEMANIA ORIENTAL
Los Salesianos se establecen en el "quinto
continente" en 1922 al venir a relevar a los
S. 108 - H. 19.147 - C. 1.538 - % 8'0
No existen ya obras salesianas en el país.
misioneros Pallottini, de origen alemán, que
han sido expulsados del vicariato de Kim-
berley (al noroeste) durante la primera
guerra mundial. El trabajo resulta muy difí-
ANDORRA
S. 0'5 - H. 20
cil, y en 1926, con la vuelta a la normalidad,
restituyen los Salesianos a los Pallottini el
terreno de misión y se marchan a otros paí-
Los Salesianos de España han abierto un ses. Quedan tres Salesíanos en el conti-
colegio en la capital.
nente para atender a los emigrantes, y son
éstos los que dan origen a la Inspectoría
ARGELIA
Australiana que cuenta hoy con 150 Sale-
sianos.
S. 2.382 - H. 14.769 - C. 71 - % 0'5
Las Hijas de María Auxiliadora están en
En la patria de S. Augustín, abrieron los Sa- Australia desde el año 1954, y tienen tres
lesianos en 1891 una casa en Oran: tiene casas.
el honor de ser la primera obra en tierras de Figuras: Mons. Ernesto Coppo.
África (sigue abierta hoy y depende de la
Inspectoría de Lyón, en Francia) Las Hijas
de María Auxiliadora están en Argelia AUSTRIA.
desde 1893, y atienden una escuela, en S. 84. - H. 7.456 - C. 6.859 - % 92'0
francés y en árabe, en Mers-el-Kebir.
Los Salesianos abren la primera casa en
Austria en Trento (que era entonces, 1887,
ARGENTINA
S. 2.777 - H. 23.552 - C. 22.360 - % 94'9
territorio austríaco). Hoy la Inspectoría
austríaca cuenta con 199 Salesianos y 23
casas.
Es la tierra de los sueños misioneros de La obra de las Hijas de María Auxiliadora
Don Bosco. El 14 de diciembre de 1875 los comienza en 1931; hoy forman una Inspec-
SalesianosMdiesilaonpreimserDa oexnpeBdiocisóncomiasioñ-o ctioenatcoo.n 1182975HeSrmDanBas1y81717obFraMs. A
BÉLGICA
S. 31 - H. 9.726 - C. 8.820 - % 90'7
Llegan los primeros Salesianos en 1891.
En 1902 forma ya Bélgica una Inspectoría,
y el 1911 envía los primeros misioneros al
Congo (hoy Zaire). En 1959 se divide en
dos Inspectorías: en conjunto son 417 Sa-
lesianos que trabajan en 27 obras.
Forman igualmente dos Inspectorías las Hi-
jas de María Auxiliadora (llegadas en
1891): son en total 266 y tienen 17 casas.
BHUTÁN
S. 47 - H. 770 - C. O - % O'O
En este reducido estado asiático de religión
budista, los Salesianos abren en 1965 la
primera escuela profesional del país, con
las especialidades de mecánica, carpin-
tería y sastrería. La obra está en la locali-
dad de Phuntsholing y pertenece a la Ins-
pectoría india de Gauhati.
BIRMANIA
S. 678 - H. 27.584 - C. 268 - % 1'0
Los Salesianos están en Birmania desde
1938: no llegan a 20 y forman una Delega-
ción que depende de la Inspectoría india de
Calcuta. Tienen cuatro parroquias; pero su
esfuerzo principal está ahora encaminado a
formar personal birmano, tanto más, cuanto
existe la prohibición estatal de la entrada
de misioneros extranjeros.
Las Hijas de María Auxiliadora entraron en
el país en 1961, pero fueron invitadas a sa-
lir en 1966.
SOLIVIA
S. 1.099 - H. 5.063 - C. 4.496 % 88'8
Los Salesianos están en Solivia desde
1896 y forman Inspectoría independiente
desde 1963. Su acción se ha desarrollado
en dos direcciones: Escuelas agrícolas de
notable influencia social (el 60% de la po-
blación activa trabaja en el campo), y for-
mación del clero local en los seminarios
diocesanos. La mayor parte de los 97 sa-
cerdotes de la Inspectoría están trabajando
directamente en la evangelización. Igual-
mente las Hijas de María Auxiliadora que
están en el país desde 1928 y que trabajan
en número de 37 en cinco obras que de-
penden de la Inspectoría del Perú.
BRASIL
S. 8.512 - H. 95.408 - C. 85.162 - % 89'3
Los Salesianos son actualmente en el
112

12.6 Page 116

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Brasil 1.100 y atienden a más de 120 CABO VERDE
obras; bastantes se encuentran trabajando
en terrenos de misión, confiados a ellos por
la Santa Sede. La primera casa salesiana
se abrió en 1883.
En 1892 llegan las Hijas de María Auxilia-
dora (hoy son alrededor de 1.400 con 109
S. 4 - H. 264 - C. 257 - ' ,97'5
Están los Salesianos en esta pequeña isla
del Atlántico desde 1943: atienden una es-
cuela y un centro juvenil y dependen de la
Inspectoría de Portugal.
obras agrupadas en seis Inspectorías con
intensa labor misionera).
En 1889 comienza en el Mato Grosso el CANADÁ
trabajo entre los Bororos. La Obra sale-
siana se extiende, poco a poco, como man-
cha de aceite hasta alcanzar el actual nú-
mero de seis Inspectorías y cuatro Prelatu-
ras Apostólicas.
En 1914 confía la Santa Sede a los Sale-
sianos la Prelatura de Guiratinga en el
Mato Grosso. Su superficie es de 104.000
km2 y su población hoy es de 120.000 ha-
bitantes casi todos católicos. Aquí trabajan
S. 9.976 - H. 21.572 - C. 9.067 - % 41'8
Hace muy poco (1951) que los Salesianos
entraron en este inmenso país; tienen 9 ca-
sas, preferentemente parroquias, agrega-
das a las dos Inspectorías de los Estados
Unidos.
En igual condición se encuentran las tres
obras que atienden las Hijas de María
Auxiliadora.
49 Salesianos en 9 residencias, y su labor
se desarrolla entre los colonizadores, los
Bororos y los Chavantes.
CEILÁN. (SRI LANKA)
La Prelatura de Porto Velho en el territorio
de Rondonia fue confiada a los Salesianos
en 1925; abarca 20.000 km2 y tiene 50.000
habitantes de los que están bautizados
37.000. Está atendida por 22 Salesianos
distribuidos en 7 residencias.
La Prelatura del Río Negro, en el estado de
Amazonas, establecida también en 1925,
S. 6 6 - H . 12.858 - C. 954- ' 7'4
En esta hermosa isla independiente, de reli-
gión budista e induísta, tienen los Salesia-
nos desde 1956 una compleja obra, que
pertenece a la Inspectoría de Madras, con
escuelas de diverso nivel académico y un
aspirantado.
tiene 204.000 km2 de superficie y 135.000
habitantes, de los que 125.000 son ya cató-
licos. Trabajan 40 Salesianos en 10 resi-
dencias y promocionan a los Tucanos y
Guaicas.
La Prelatura de Humaitá es de reciente
creación, 1961, y tiene 94.000 km2 y
CIUDAD DEL VATICANO.
Los Salesianos se encuentran en el Vati-
cano desde 1937 al frente de la tipografía
"Políglotta Vaticana" donde se imprime el
periódico "L'Osservatore Romano".
50.000 habitantes, de los que 42.000 están
bautizados. Ocho sacerdotes.
Han sido fundadas cuatro Congregaciones COLOMBIA
femeninas por cuatro Obispos Salesianos.
Trabajan también con éxito algunos grupos
juveniles de fuerte compromiso social,
como Operación Mato Grosso, Vibra.
Figuras: Mons. Luis Lasagna, fundador de
la Obra salesiana en el Brasil; el siervo de
Dios D. Rodolfo Komorek; D. Juan Balzola;
D. Juan Fuchs y D. Pedro Sacilotti, a quie-
nes dieron muerte los Chavantes; D. Col-
bacchini, evangelizador de los Bororos; Sor
Rosa Kiste.
S. 1.139-H.21.772-C. 2 1 . 1 4 3 - % 9 7 ' 1
Llegan los Salesianos al maravilloso país
andino, habitado antiguamente por los
Chibchas, en 1890 y se encargan, entre
otras obras, de dos lazaretos de leprosos.
En el de Agua de Dios se funda la Congre-
gación de las "Hijas de los Sagrados Co-
razones", que cuenta hoy con 400 Herma-
nas y que recibe también a Hermanas le-
prosas.
En 1897 llegan a Colombia las Hijas de
María Auxiliadora y, al año siguiente, ya
BURUNDI
S. 28 - H. 3.615 - C. 1.941 - % 53'7
están trabajando en el lazareto de Contra-
tación. Los Salesianos son en total 405 y
forman dos Inspectorías con 44 centros. La
En este pequeño país en el corazón del
África están los Salesianos desde 1962 y
tienen dos colegios y un noviciado, depen-
diendo de la Inspectoría del África Central.
actiridad misionera está centrada en la Pre-
fectura del Ariari, establecida en 1964:
tiene una superficie de 35.000 km2, casi
toda de selva virgen formando una llanura
inmensa que va descendiendo hacia el Bra-
sil. Tiene 260.000 habitantes, todos emi-
grantes de otras zonas de la nación, que
han ido llegando en los últimos años, vi-
viendo como auténticos pioneros que lo
han de hacer todo: caminos, pueblos, tier-
ras de labor...
Aquí trabajan 20 Salesianos en nueve resi-
dencias, intentando crear una Iglesia total-
mente nueva y diferente.
Las Hijas de María Auxiliadora han tenido
en Colombia un desarrollo excepcional: son
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
905, en 59 obras divididas en 4 Inspecto-
rías. Tienen 3 casas en la Prefectura del
Ariari.
Figuras: D. Miguel Unía, apóstol de los le-
prosos; el siervo de Dios D. Luis Variara,
fundador de las "Hijas de los Sagrados Co-
razones"; Sor Modesta Ravasso.
CONGO (Brazaville)
S. 342 - H. 958 - C. 432 - % 45'1
Están aquí los Salesianos desde 1959 lle-
vando una popular obra en Pointe Noire
(parroquia, escuela profesional para car-
pinteros y mecánicos); forman parte de la
Inspectoría francesa de París.
CONGO (Lubumbashi): vide Zaire
COREA DEL SUR
S. 98 - H. 31.917 - C. 789 - % 2'5
En la castigada península del Extremo
Oriente están los Salesianos desde 1954:
un total de 35 con cuatro casas, de las que
tres están en la capital. Constituyen una
Delegación independiente recientemente
separada de la Inspectoría del Japón. Su
labor se desarrolla en parroquias y escue-
las y en un moderno centro juvenil. Tienen
la "serie completa" de casas de formación
y dirigen además un seminario diocesano.
Las Hijas de María Auxiliadora atienden
también a su vez tres grandes obras, entre
las que destaca una floreciente casa de
formación.
Están en el país desde 1957.
COSTA RICA
S. 51 - H. 1.786 - C. 1.688 - % 94'5
Los Salesianos abrieron la primera casa en
1907 y cuentan actualmente con otras dos
obras.
Mayor desarrollo han logrado las Hijas de
María Auxiliadora que tienen 6 casas.
CUBA
S. 115 - H. 8.657 - C. 3.819 - % 44'1
Los Salesianos están en la isla desde
1917. En 1959, al subir Fidel Castro al po-
der, tenían los Salesianos 11 obras de ca-
rácter popular: ahora se han reducido a
cuatro. Se desarrolla actividad parroquial y
de catcquesis entre la juventud.
También las Hijas de María Auxiliadora se
dedican a la catcquesis en la única obra
que les ha quedado.
CHECOSLOVAQUIA
S. 128 - H. 14.500 - C. 10.189 - % 70'3
Los Salesianos contaban con dos flore-
cientes Inspectorías. Sus 25 casas fueron
"requisadas" por la autoridad y en la actua-
lidad quedan todavía en el país 221 Sale-
sianos que viven individualmente, sin poder
formar comunidad.
113

12.7 Page 117

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También las obras de las Hijas de María
Auxiliadora fueron ocupadas por las auto-
ridades: hoy quedan aún 23 Hermanas, sin
que se les permita formar comunidad
CHILE
S. 757 - H. 8.992 - C. 8.625 - % 95'9
Comienzan los Salesianos a trabajar entre
los indígenas del extremo sur y a ellos se
debe en la práctica la formación de la Igle-
sia en aquellas tierras. Actualmente ios
indígenas han desaparecido casi por com-
pleto absorbidos por el resto de la pobla-
ción y la acción misionera se ha dado por
terminada en el país. Los Salesianos cuen-
tan actualmente con 250 religiosos que tra-
bajan en 26 casas.
Las Hijas de María Auxiliadora llegaron a
Chile en 1888 y han trabajado al lado de
los Salesianos en el campo misionero.
Cuentan ahora con una floreciente Inspec-
toría con 23 obras y 314 Hermanas.
Figuras: Mons. Santiago Fagnano, D. Mayo-
rino Borgatello, y el explorador D. Alberto
De Agostini.
CHINA
S. 9.561 - H. 772.596 - C. ? - % ?
Los Salesianos se acercan a la frontera
china en 1906 fundando una obra en Ma-
cao, y en 1910, durante un breve período,
en Hong Kong. En 1911 abren los primeros
centros misioneros en el distrito de Hung
Shon, en la China propriamente dicha. En
1918 abren la misión de Shiu Chow en
Kwang Tung: en 1920 la misión se
convierte en Vicariato (35.000 km2 y 3 mi-
llones de habitantes todos paganos), y D.
Versiglia es nombrado Obispo.
En 1923 también las Hijas de María Auxi-
liadora se establecen en China y multipli-
can sus obras.
En 1930, el martirio de Mons. Versiglia y D.
Caravario (siervos de Dios). Entretanto se
han abierto nuevas casas en Shanghai,
Nankín y Pekín.
En 1948 el Vicariato se transforma en Dió-
cesis: 10.000 cristianos, 22 residencias, 37
misioneros itinerantes, con un centro-base
en el que han fundado desde el principio la
escuela católica. En el 49 sube al poder
Mao Tse-tung: las casas son confiscadas y
los misioneros expulsados o encarcelados.
Otras figuras: D. Ludovico Olive, D. Carlos
Braga, Sor Elena Bottini.
ECUADOR
S. 284 - H. 6.297 - C. 5.359 - % 85'1
Los Salesianos llegan al Ecuador en 1888,
tres días antes de la muerte de Don Bosco.
En 1892 se les confía el Vicariato de Mén-
dez y poco después empiezan a trabajar
entre los indios Shuar.
En 1902 llegan las primeras Hijas de María
Auxiliadora (vienen del Perú después de
hacer un viaje de tres meses).
En 80 años de labor misionera los hijos de
Don Bosco han trazado caminos, fundado
escuelas primarias, agrarias y de magiste-
rio, han abierto hospitales, han publicado
un diccionario y una gramática de la lengua
Shuar, han tendido la línea telefónica, han
establecido estaciones de radio y han pu-
blicado el primer periódico en lengua regio-
nal. Y, ante todo, han defendido a los indí-
genas y sus territorios de la avaricia de los
colonos y los han organizado en una efi-
ciente Federación.
El Vicariato de Méndez tiene una superficie
de 35.000 km2 y 46.000 habitantes, de los
que 39.000 son ya católicos. Hay 12 cen-
tros de misión a cargo de los Salesianos y
10 de las Salesianas, trabajando todos en
la formación humana y cristiana de los
Shuar. Desarrollan también su labor misio-
nera algunas Voluntarias de Don Bosco y
los jóvenes de la Operación Mato Grosso
en Sucúa.
Son en total los Salesianos en el Ecuador
cerca de 270 con 39 obras, y las Salesia-
nas 290 en 29 casas.
Figuras: Mons. Santiago Costamagna,
Mons. Domingo Comín, Sor María Troncatti.
EGIPTO
S. 1.001 - H. 34.130 - C. 140 - % 0'4
Trabajan los Salesianos en el país del Nilo
desde 1896. En la actualidad son 50 los
Salesianos que atienden, en el Cairo y Ale-
jandría, dos importantes escuelas profesio-
nales con varias obras anejas, que están
muy bien miradas por las autoridades por la
aportación que aportan al desarrollo del
país.
Igual labor social prestan las Hijas de
María Auxiliadora en tres grandes comple-
jos escolares en El Cairo, Alejandría y He-
liópolis.
EL SALVADOR
S. 21 - H. 3.541 - C. 3.303 - % 93'3
Están los Salesianos en esta pequeña re-
pública centroamericana desde 1899: tie-
nen 7 obras (escuelas profesionales y una
casa de Ejercicios).
Las Hijas de María Auxiliadora, llegadas
en 1903, atienden cinco obras.
ESPAÑA
S. 506 - H. 34.153 - C. 33.765 - ' >98'9
La primera casa salesiana fue abierta por
D. Cagliero en 1881 en Utrera (Sevilla).
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
114
Desde entonces la obra salesiana se ha di-
fundido espectacularmente por toda Es-
paña: en la actualidad son 7 las Inspecto-
rías y 2.462 los Salesianos que atienden a
145 casas. Por el número de Inspectorías,
Salesianos y obras es la segunda nación,
dentro del mundo salesiano. Son también
numerosos (pasan de 400) los misioneros
españoles diseminados por todo el mundo.
También las Hijas de María Auxiliadora
llegadas a España en 1886, cuentan con
tres florecientes Inspectorías, 1.294 Her-
manas y 75 casas.
ESTADOS UNIDOS
S. 9.363 - H. 207.009 - C. 46.256 - %
22'3
Los Salesianos se establecieron en esta
importante nación en 1896, abriendo ini-
cialmente parroquias y centros de asisten-
cia para los emigrantes. Muy pronto se mul-
tiplicaron y tomaron diversa fisonomía las
obras para los jóvenes, extendiéndose la
actividad salesiana hasta el Canadá. Ac-
tualmente son 550 Salesianos con 47
obras, agrupadas en dos Inspectorías.
Gran desarrollo ha logrado también la acti-
vidad de las Hijas de María Auxiliadora,
que cuentan más de 300 Hermanas y 36
obras, trabajando sobre todo en las escue-
las parroquiales.
FILIPINAS
S. 300 - H. 37.959 - C. 30.521 - % 80'4
En este pintoresco archipiélago del Pací-
fico los Salesianos están desde el año
1951. Con la inesperada ayuda de los mi-
sioneros expulsados de la China, se ha
desarrollado la obra salesiana en gran ma-
nera y forma ahora una Inspectoría con 170
Salesianos y 13 centros (escuelas, cole-
gios, parroquias y casas de formación al
completo en todos los niveles).
Hoy están en grado de enviar misioneros a
otros países vecinos.
Las Hijas de María Auxiliadora atienden
cinco centros.
FORMOSA
S. 36 - H. 14.280 C. 304 - % 2'1
Formosa, hoy Taiwan, tiene una población
china de religión confuciana y budista. Los
Salesianos llegaron en 1963 y tienen dos
casas, con escuela, parroquia y centro ju-
venil.
En 1966 han abierto las Hijas de María
Auxiliadora una obra.

12.8 Page 118

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FRANCIA
S. 547 - H. 51.260 - C. 45.486 - % 88'7
Don Bosco fundó la primera obra en Niza
en 1875. Hoy hay en Francia dos Inspec-
torías con 502 Salesianos que atienden 50
obras.
Dos años después, en el 77, comenzaba
también la actividad de las Hijas de María
Auxiliadora, que cuentan en la actualidad
con 35 obras (incluidas las de Argelia, Ga-
bón y Túnez) atendidas por 372 Hermanas.
HAITÍ
S. 28 - H. 4.244 - C. 3.797 - % 89'5
Los Salesianos tienen aquí cuatro casas
(la primera se abrió en 1935), en las que
desarrollan un intenso trabajo sobre todo
entre los muchachos de color, sumidos en
la más degradante miseria.
También las Hijas de María Auxiliadora
están en el país desde 1935; tienen cuatro
casas y desarrollan intenso trabajo de com-
promiso social.
GABÓN
HOLANDA
S. 41 - H. 13.194 - C. 5.337 - % 40'4
S. 268 - H. 500 - C. 290 - % 58'0
En la excolonia francesa en la que trabajó
con tanta eficiencia el conocido Doctor Al-
bert Schweitzer, intentan los Salesianos
ser útiles a la Iglesia local dirigiendo dos
seminarios diocesanos.
Las Hermanas Salesianas han abierto en
1971 un centro social para los indígenas.
Los Salesianos de Bélgica extendieron su
actividad a la vecina nación en 1928. Hoy
los 137 Hermanos forman una Inspectoría
con 13 obras.
Las Hijas de María Auxiliadora han abierto
una casa en 1965.
HONDURAS
GUATEMALA
S. 109 - H. 5.348 - C. 4.347 - % 81'3
Están aquí los Salesianos desde 1929, y
dirigen un seminario teológico que ejerce
un beneficioso influjo en la cultura teoló-
gica de Centro América.
Trabajan desde 1939 entre los Kekchí,
pueblo Maya de bravura excepcional, que
se había aislado de los invasores blancos
refugiándose en el corazón de la selva vir-
gen; fueron un tiempo convertidos a la fe,
pero luego se les abandonó y han vuelto a
la superstición y a las prácticas paganas.
Se ha confiado a los Salesianos un territo-
rio de la diócesis de Coban, con 1.080 km2
de superficie y 100.000 habitantes en su
mayoría Kekchi: hay dos centros de misión
con 11 misioneros, de los que algunos son
itinerantes.
Las Hijas de María Auxiliadora tienen en el
país ocho obras, de las cuales tres en terri-
torio de misión.
Trabajan también intensamente los jóvenes
de distintas obras salesianas organizados
bajo el nombre de "Operación Carcha".
GUINEA ECUATORIAL
S. 28 - H. 289 - C. 232 - % 80'4
S. 112 - H. 2.582 - C. 2.440 - % 94'5
Los Salesianos están en la capital desde
1906; ahora trabajan en dos obras para
atender a la juventud.
Las Salesianas, presentes desde 1910, tie-
nen tres casas.
HONG KONG
S. 1 - H. 3.948 - C. 253 - % 6'4
En este miniterritorio inglés, puerta de la
China, los Salesianos entraron por primera
vez en 1910, pero en realidad se puede de-
cir que hasta 1927 no se desarrolló una ac-
tividad normal. Hay ahora ocho obras, sobre
todo escuelas (elementales, medias y supe-
riores de todo tipo), atendiendo a una ju-
ventud inquieta y sedienta de aprender.
También existen oratorios, centros juveni-
les y catecumenados. Hay una casa de for-
mación para los Salesianos jóvenes del lu-
gar, que hace abrigar hermosas esperanzas
para el futuro.
Las Hijas de María Auxiliadora tienen en
Hong Kong dos grandes colegios y una
casa de formación.
Aquí tiene también su casa central la
Congregación diocesana "Anunciadoras
del Señor" fundada por Mons. Versiglia:
tienen el noviciado y un gran colegio.
En la pequeña república bantú, excolonia
española, la Inspectoría de Madrid ha HUNGRÍA
abierto en 1972, en la capital Bata, una
obra (colegio) en la que trabajan 9 Sale- S. 93 - H. 10.364 - C. 6.306 - % 60'8
sianos.
Las 21 casas abiertas por los Salesianos
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
han sido confiscadas; hoy son 98 los sale-
sianos que viven dispersos sin poder for-
mar comunidad.
La misma suerte ha tocado a las Salesia-
nas que están en el país desde 1937.
INDIA
S. 3.463 - H. 562.723 - C. 8.332 - % 1'5
En este inmenso país asiático, encrucijada
de pueblos y civilizaciones, se establecen
los Salesianos el año 1906, en el estado de
Madras.
Las Hermanas en 1922.
Aquel mismo año abren los Salesianos la
primera misión en Shillong, en la región del
Assam (al Noreste del país). En 1926 se
constituye la primera Inspectoría. Dos años
después se les confían las diócesis de Ma-
dras y de Krishnagar. Después del parénte-
sis de la segunda guerra mundial, viene un
nuevo resurgir de las misiones. Pero a par-
tir de este momento hay que contar, desde
luego, con el trabajo de los propios nativos,
de los Salesianos indios: el número de vo-
caciones va en continuo aumento.
Situación actual: 1073 Salesianos (de los
que el 82% son indios) y 117 obras, agrupa-
das en 4 florecientes Inspectorías. Las Hi-
jas de María Auxiliadora son 432, en dos
Inspectorías. Cinco son las diócesis del As-
sam confiadas a los Salesianos:
- Shillong-Gauhati (en 1889 Prefectura
Apostólica, en 1934 Diócesis, en el 69 Ar-
chidiócesis) cuenta con 94.000 católicos,
14 misiones, 70 Salesianos y 48 Salesia-
nas, y un número grande de catequistas.
- Krishnagar: Diócesis fundada en 1928.
Tiene una superficie de 26.000 km2 y viven
allí 5.000.000 de habitantes, de los que
sólo 15.000 están bautizados. Trabajan 34
Salesianos y muchos catequistas que dan
un excelente resultado. La mayor parte per-
tenecen al grupo étnico Santali.
- Dibrugarh: Diócesis fundada en 1951.
Superficie 86.000 km2, 62.000 católicos.
Salesianos 21, Salesianas 9, un buen grupo
de catequistas.
- Kohima-lmphal: Diócesis fundada en
1957. Superficie 39.000 km2, habitantes
1.500.000, católicos 27.000. Los Salesia-
nos son 15 e igual número las Hijas de
María Auxiliadora. Catequistas.
- Tura: Encomendada a los Salesianos en
1973. Católicos 43.000. Salesianos 9.
En todas estas Diócesis, además del in-
tenso trabajo de catecumenado, se atien-
den escuelas, hospitales y obras sociales
de diversa índole. Congregaciones dioce-
sanas: han sido fundadas dos en el Ñor-
115

12.9 Page 119

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deste, por Salesianos: "Las Hermanas mi-
sioneras de María Auxiliadora", que tie-
nen su origen en Gauhati, en 1942; y en
Krishnagar "Las Hermanas de María In-
maculada", que visten el blanco "sari" in-
dio adornado con la cruz.
Figuras: Mons. Ludovico Mathias, Mons.
Manuel Bars, D. Luis Ravalico, D. Orfeo
Mantovani, D. Santi Mantarro.
INGLATERRA
S. 231 - H. 54.001 - C. 4.998 - % 9'3
Se abrió la primera obra salesiana en Bat-
tersea (Londres) en 1887. Hoy la Inspec-
toría inglesa cuenta con 252 Salesianos y
16 casas.
También las Hijas de María Auxiliadora,
presentes en el país desde 1902, tienen
una Inspectoría con 124 Hermanas y 13
casas (dos de las cuales están en Sudá-
frica).
total de 4.698 Salesianos que atienden
243 obras. Es muy difícil calcular el número
de misioneros italianos dispersos por todo
el mundo, que dieron origen y continúan
trabajando en el campo de las misiones sa-
lesianas.
La Congregación de las Hijas de María
Auxiliadora, nacida en Mornese en 1872,
cuenta hoy en Italia con 21 Inspectorías en
las que trabajan 7.978 Hermanas en 639
casas. También ellas tienen un maravilloso
número de Hermanas trabajando en las mi-
siones por los cinco continentes.
lico de Derna. Realizaron una labor apre-
ciadísima en los duros años de la guerra,
entre la población italiana y con los prisio-
neros de los campos de concentración. Se
retiraron los Salesianos el año 1949.
LITUANIA
En la época de su anexión a la URSS
contaba este país con cinco obras, hoy
confiscadas. Los Salesianos viven disper-
sos, fuera de comunidad.
LUXEMBURGO
S. 3 - H. 341 - C. 299 - % 87'6
En este reducido país atienden los Salesia-
nos una residencia para obreros.
IRÁN
S. 1.648 - H. 29.783 - C. 24 - % 0'1
En este montañoso país del Golfo Pérsico,
musulmán en su totalidad, trabajan los Sa-
lesianos desde 1936. Atienden dos parro-
quias y un colegio de reconocido prestigio
en la capital Teherán.
IRLANDA
S. 84 - H. 4.499 - C. 3.332 - % 74'1
Los Salesianos están aquí desde 1919. Su
Inspectoría cuenta con 202 Hermanos y 11
casas, de las cuales 6 están en Sudáfrica.
Un año más tarde comenzaron su actividad
las Hijas de María Auxiliadora, que tienen
ahora en su Inspectoría 124 Hermanas y 8
casas.
JAPÓN
S. 372 - H. 105.616 - C. 355 - % 0'3
En el Imperio del Sol Naciente los Salesia-
nos abren su primera obra en 1925. Tres
años más tarde llegan las Hijas de María
Auxiliadora.
Se abren casas de formación. Se funda una
Congregación femenina las "Hermanas de
la Caridad de Miyazaki", que se dedican a
toda obra de caridad en general.
Los Salesianos, después del difícil período
de la guerra, se extienden rápidamente lle-
gando hasta Corea. Actualmente son 144
sólo en el Japón los que atienden a las 26
obras de la Inspectoría. Las Hijas de María
Auxiliadora son 335 y atienden 24 obras.
Figuras: El siervo de Dios Mons. Vicente
Cimatti, Sor Leticia Begliotti.
ISRAEL
S. 21 - H. 3.013 - C. 92 - % 3'0
En el agitado estado judío, que corres-
ponde hoy más o menos a la antigua Pales-
tina, los judíos son mayoría, casi el 90% de
toda la población.
Los Salesianos contribuyen a reforzar la
exigua presencia cristiana en la patria de
Jesús, con dos importantes escuelas técni-
cas y profesionales en Belén y Nazaret, con
un colegio con internado para muchachos
árabes y cristianos pobres en Beitgemal, y
con un estudiantado teológico en Cremi-
san.
Desde 1891 están también las Salesianas
en Tierra Santa: tienen cinco obras.
Figuras: D. Antonio Belloni; han dejado un
indeleble recuerdo dos Salesianos coadju-
tores: el siervo de Dios Simón Srugi y Juan
Bautista Ugetti.
LÍBANO
S. 10 - H. 2.873 - C. 1.047 - % 36'4
En este pequeño estado asiático, en el que
también estuvo Jesús, los Salesianos tra-
bajan desde 1952. Atienden dos obras en
Beirut: un gran colegio y una casa de for-
mación.
Otras tres obras han sido abiertas por las
Hijas de María Auxiliadora recientemente.
ITALIA
LIBIA
S. 301 - H. 54.096 - C. 53.301 -( >98'5 S. 1.760 - H. 2.010 - C. 3 - % 0'1
La patria de Don Bosco y de la Obra Sale- Los Salesianos se establecieron en 1939;
siana cuenta hoy con 11 Inspectorías y un Mons. Lucato fue el primer Vicario Apostó-
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
116
MACAO
S. 16-H. 321 -C. 27 - % 8'4
En este territorio de la costa de China, ha-
bitado en su mayoría por chinos de religión
budista, se establecen los Salesianos (con
Mons. Versiglia) en el año 1906, y hacen de
Macao la base de operaciones para la su-
cesiva expansión en China. En 1910 una
revolución les obliga a abandonar el país
por algún tiempo.
Los Salesianos de la Inspectoría portu-
guesa tienen desde 1940 un complejo es-
colar muy bien montado; existen además
otras tres escuelas atendidas por Salesia-
nos de la Inspectoría china. Estos atienden
también un lazareto de leprosos en el islote
de Coloane: han formado un poblado en el
que enfermos y sanos colaboran traba-
jando en un clima de profunda caridad cris-
tiana. En el lazareto trabajan también las
"Hermanas Anunciadoras del Señor".
Las Hijas de María Auxiliadora tienen
desde 1946 dos obras, una de las cuales
está dedicada a hijos de pescadores.
Las Voluntarias de Don Bosco atienden la
"Ciudad de los muchachos" y una obra
para retrasados mentales.
MALTA
S. 0'3 - H. 325 - C. 314 - % 96'7
Están los Salesianos en la isla desde 1903
y tienen tres obras.
Y las Salesianas desde 1963 con dos ca-
sas.
MARRUECOS
S. 445 - H. 15.379 - C. 130 - % 0'8
En este país en su totalidad musulmán, tie-

12.10 Page 120

▲back to top
nen los Salesianos de París dos parroquias
y una escuela, en la diócesis de Rabat. Co-
menzaron a trabajar en 1929.
MÉXICO
S. 1.973 - H. 50.830 - C. 47.202 - % 92'7
Llegan los Salesianos al antiguo imperio
de los Aztecas en 1892; dos años después
se les unen las Hijas de María Auxiliadora.
En 1936 todas las obras son confiscadas
por el Gobierno; los Salesianos se ven obli-
gados a huir a las Antillas y a América Cen-
tral: solamente quedan en México 11.
Cuando se serena la situación vuelven y
comienzan a trabajar con mayor entu-
siasmo. Hoy son 330 los Salesianos que
trabajan en 45 obras y 490 Salesianas en
30 centros.
En 1962 la Santa Sede les encomienda la
Prefectura de los Indios Mixes: 10.000 km2
de selva y 95.000 habitantes, en su mayoría
del grupo étnico Mixe, alejados de toda ci-
vilización desde hace 200 años, cuando
fueron evangelizados y convertidos en su
mayoría: hoy el trabajo difícil consiste en
recristianizarlos. Trabajan entre ellos una
veintena de Salesianos en 9 centros, y un
grupo de Salesianas en 3 centros.
MOZAMBIQUE
S. 783 - H. 8.233 - C. 1.483 - % 18'0
En este país tropical de África, formado por
los Bantúes en un 99%, trabajan los Sale-
sianos desde 1907; hoy tienen en la capi-
tal tres centros escolares con actividades
parroquiales y misioneras.
La obra de las Hijas de María Auxiliadora
se ha desarrollado espectacularmente. Lle-
garon en 1952 y tienen 8 centros que cons-
tituyen una Delegación Inspectorial inde-
pendiente. Desarrollan una auténtica labor
misionera entre los nativos.
PANAMÁ
S. 77 - H. 1.523 - C. 1.335 - % 87'5
Los Salesianos trabajan en este pequeño
estado, a caballo sobre el Canal, desde
1907. Cerca de la primera obra popular
(que tanto ha contribuido a dar a conocer a
Don Bosco), se abrió en 1958 un gran insti-
tuto técnico.
También las Hijas de María Auxiliadora
desde 1922 atienden un gran centro al ser-
vicio de la juventud femenina.
PARAGUAY
S. 407 - H. 2.386 - C. 2.295 - % 96'2
Llegaron los Salesianos a esta inmensa
planicie americana, testigo durante dos si-
glos de la singular aventura de las "Reduc-
ciones", en el año 1896.
Las Hijas de María Auxiliadora en 1901.
La Santa Sede encomienda en 1917 la mi-
sión del Chaco Paraguayo, que se convierte
en Vicariato en 1941: es un territorio de
150.000 km1 con 30.000 habitantes sola-
mente, de los que 21.000 están ya bautiza-
dos. Entre los pocos sin bautizar, están los
indios "Moros", escondidos hasta hace
poco en lo más intrincado de la selva e ina-
sequibles a todo contacto. En 1962 una
pertinaz sequía los reduce por hambre a
comunicarse tímidamente con los misione-
ros: desde entonces han encontrado en la
misión salesiana la seguridad para el fu-
turo. Cuentan los Salesianos en el Vica-
riato con seis misiones y las Salesianas
atienden cinco centros de misión.
En total la obra del Paraguay cuenta con
109 Salesianos en 16 centros, y otras tan-
tas Hijas de María Auxiliadora en 11 obras.
POLONIA
S. 313 - H. 32.749 - C. 30.751 - % 93'9
Están los Salesianos en Polonia desde
1893 y su actividad continúa hoy en au-
mento a pesar de las condiciones difíciles
en que se desenvuelve. Son 870 religiosos
que viven en 57 casas. Administran además
provisionalmente 48 parroquias y conti-
núan enviando preciosas vocaciones misio-
neras a todo el mundo.
Las Hijas de María Auxiliadora, presentes
en el país desde 1922, forman también Ins-
pectoría independiente con 321 Hermanas
y 31 obras.
PORTUGAL
S. 92 - H. 8.668 - C. 8.349 - % 96'3
Los Salesianos, llegados al país el año
1894, son en la actualidad 272 y tienen 23
casas. Atiende además esta Inspectoría,
con una generosidad sin límites de medios
materiales y de personas, las misiones de
Macao, Mozambique, Timor y Cabo Verde:
no desmienten la fuerte tradición misionera
que siempre fue patrimonio de esta gene-
rosa tierra.
Desde 1940 trabajan también las Hijas de
María Auxiliadora, con 205 Hermanas y 25
obras, incluidas las misiones de Mozambi-
que y del Transvaal.
PUERTO RICO
S. 9 - H. 2.757 - C. 2.419 - % 87'7
Desde 1947 están los Salesianos en esta
isla de las Antillas que pertenece política-
mente a los Estados Unidos. Hay cuatro
obras populares.
Otras dos obras son atendidas por las Hijas
de María Auxiliadora
PERÚ
S. 1.285-H. 14.015-C. 13.726 - % 97'9
En el país de la antigua civilización Inca,
los Salesianos dan su aportación a la
evangelización con centros hasta a 3.900
metros de altura. Llegaron al país en 1891
junto con las Hijas de María Auxiliadora.
Han abierto las primeras escuelas profesio-
NICARAGUA
S. 130 -H. 1.912 -C. 1.781 .93'2
nales agrícolas de la nación y difunden pu-
blicaciones muy apreciadas en el campo de
la catequesis popular. Hoy son 167 en 18
Los Salesianos atienden 3 obras al servi- centros, y muchos de ellos están compro-
cio de la juventud; la primera fue abierta en metidos en auténtica labor misionera entre
1911.
los pueblos andinos, pobres de bienes ma-
Un año después llegaron las Hijas de teriales y de fe cristiana.
María Auxiliadora que tienen en la actuali- Las Salesianas son 249 y condividen el
dad 4 centros.
mismo sacrificado trabajo.
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
REPÚBLICA DOMINICANA
S. 49 - H. 4.188 - C. 3.753 - % 89'6
La presencia de los Salesianos en esta re-
ducida república está ya muy consolidada:
hay 12 obras de carácter popular. Abrieron
la primera casa en Santo Domingo en 1934,
y al año siguiente el Director de la misma,
D. Ricardo Pittini era nombrado Arzobispo
de la ciudad.
Las Hijas de María Auxiliadora, llegadas
en 1937, tienen en la isla nueve obras, en-
tre las que destacan las casas de forma-
ción con numerosas vocaciones del país.
117

13 Pages 121-130

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13.1 Page 121

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RUANDA
S. 26 - H. 3.827 - C. 1.458 - % 38'1
En el pequeño estado, gemelo de Burundi, y
como él con la mayoría de los habitantes
Bantúes, tienen los Salesianos cuatro
obras de reciente fundación en la capital
Kigali: dos colegios y dos parroquias de
fuerte compromiso misionero.
SWAZILAND
S. 1 7 - H . 421 -C. 3 8 - ' 9'O
En este pequeño estado africano trabajan
los Salesianos desde 1953 entre la pobla-
ción de color atendiendo desde una resi-
dencia algunas escuelas misioneras.
misión de atender a los emigrantes italia-
nos y a la población francesa; en la actuali-
dad, al desaparecer este campo de acción,
se han retirado de Túnez.
Las Hijas de María Auxiliadora, llegadas
poco después de los Salesianos, siguen to-
davía atendiendo una escuela.
TURQUÍA
S. 781 - H. 36.162 - C. 25 - % 0'1
En la tierra de los Concilios de Nicea y de
Efeso, hoy totalmente musulmana, los Sale-
sianos trabajan en una escuela abierta en
1903 en Estambul.
SIRIA
S. 185 - H. 6.451 - C. 179 - % 2'8
En el país que contempló los milagros del
Salvador y la conversión de S. Pablo, tienen
los Salesianos desde 1948 una obra con
oratorio en Alepo.
Las Hijas de María Auxiliadora atienden
dos hospitales. Las escuelas tanto de Sale-
sianos como de Salesianas han sido cerra-
das, debido a dificultades políticas de todos
conocidas.
SUDÁFRICA
S. 1.221 - H. 22.092 - C. 1.529 - % 6'9
Se impidió durante muchos años a los mi-
sioneros católicos la entrada en el país. Los
Salesianos llegaron en 1896. Ahora tienen
cinco casas que forman (con una sexta en
el país vecino Swaziland) una Delegación
que se ha independizado de la Inspectoría
irlandesa. Su trabajo apostólico se orienta
en el campo de la escuela, muy difícil, por
otra parte, en esta nación.
También las Hijas de María Auxiliadora
trabajan desde hace diez años con tres
obras para la juventud.
SUECIA
S. 450 - H. 8.105 - C. 59 - % 0'97
En Estocolmo tienen los Salesianos una
parroquia que atiende a los emigrantes.
S. 514 - H. 35.335 - C. 154 - % 0'4
En la "Tierra de los libres" entraron los Sa-
lesianos en 1927; tres años después les
confía la Santa Sede, como misión "sui iu-
ris", la parte peninsular del territorio: una
estrecha faja de tierra de 1435 km de lon-
gitud.
Un año después se les unen las Hijas de
María Auxiliadora.
En 1934 la misión se convierte en Prefec-
tura (con la sede en Ratburi), luego en Vi-
cariato y finalmente en Diócesis.
Paralelamente se desarrollan las dos Ins-
pectorías: Salesianos, hoy 93 misioneros, e
Hijas de María Auxiliadora, hoy 54 Herma-
nas; 10 casas y 6 respectivamente, todas
con escuela, que es lo que les proporciona
la estima y el afecto de los nativos.
En 1937 fundan los Salesianos la Congre-
gación local de las "Esclavas del Corazón
Inmaculado", que se dedican a los centros
de misión y a las escuelas, y que confiaron,
desde el principio, su dirección y formación
espiritual a las Hijas de María Auxiliadora;
hoy son cerca de un centenar.
En 1959 abren los Salesianos un lazareto
en Thavá.
En 1969 se divide la Diócesis en dos: la
parte sur, casi toda por roturar evangélica-
mente, queda para los Salesianos que han
de recomenzar desde cero: tiene 76.000
km2 de superficie y 4 millones de habitan-
tes, de los que sólo 4.000 son católicos; el
centro está situado en Surat Thani y ya
existen en este momento 9 centros misio-
neros situados, como las cuentas de un ro-
sario, a lo largo de la estrecha península.
SUIZA
TIMOR
S. 41 - H. 6.366 - C. 3.119 - % 49'0
S. 15 - H. 614 - C. 180 - % 29'3
La primera obra de los Salesianos fue
abierta en Zurich en 1889: una "misión"
para los emigrantes. Hoy, en la Confedera-
ción, hay 7 obras que dependen de las Ins-
En esta remota isla del mar de la Sonda tra-
bajan los misioneros portugueses desde
1927 y tienen tres centros de misión entre
los aborígenes del interior.
pectorías lindantes (Italia, Francia, Alema-
nia).
Las Hijas de María Auxiliadora, en Suiza
desde 1898, tienen tres obras dependien-
TÚNEZ
S. 164 - H. 5.240 - C. 30 - % 0'6
tes de Italia y de Francia.
Van los Salesianos a Túnez en 1894 con la
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
118
URUGUAY
S. 177 - H. 2.920 - C. 2.646 - % 90'6
En el estado más pequeño de Sudamérica
abren los Salesianos la primera casa en
1876, al llegar la segunda expedición mi-
sionera.
Las Hijas de María Auxiliadora se estable-
cen al año siguiente, en su primera expedi-
ción; un año después florece la primera vo-
cación de toda América: la uruguaya Sor
Laura Rodríguez. En la actualidad hay 201
Salesianos y 227 Salesianas que se dedi-
can con entrega y eficacia a la formación
de la juventud.
Figuras: Mons. Luis Lasagna y la primera
misionera salesiana Sor Angela Valiese.
VENEZUELA
S. 912 - H. 10.399 - C. 9.775 - % 94'0
Llegan los Salesianos a Venezuela en
1894 y abren varias escuelas en las zonas
populares de diversas ciudades. En 1933
les confía la Santa Sede el Vicariato de
Puerto Ayacucho en el Alto Orinoco, donde
viven todavía algunos grupos de aboríge-
nes. Hoy cuentan con 32 obras y son más
de 300 los Salesianos que trabajan en el
país, muchos de ellos en territorio de mi-
sión. El Vicariato tiene una superficie de
175.000 krrv y 38.000 habitantes, de los

13.2 Page 122

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que 20.000 son católicos; hay 13 residen-
cias misioneras.
Desde 1927 trabajan también las Hijas de
María Auxiliadora, que forman hoy una flo-
reciente Inspectoría con 23 casas y 222
Hermanas. Seis de estas casas radican en
territorio de misión.
VIETNAM
S. 174 - H. 18.332 - C. 1.799 - % 9'8
En este país devastado por la guerra fratri-
cida están los Salesianos desde 1941, y a
principios del 75 contaban con 9 casas. La
generosa cristiandad ofrece abundantes
vocaciones y actualmente son 141 los Sa-
lesianos que allí trabajan, la mayor parte
nativos: forman una Delegación inspecto-
rial independiente.
Las Hijas de María Auxiliadora tienen tam-
bién dos casas en Saigón.
YUGOSLAVIA
S. 256 - H. 20.504 - C. 6.854 - % 33'4
Los Salesianos están aquí desde el año
1901: están divididos en dos Inspectorías
con un total de 334 Hermanos y 17 obras.
Las Hijas de María Auxiliadora, que entra-
ron en el 36, tienen 7 obras que dependen
de la Inspectoría Véneta.
ZAIRE
S. 2.345 - H. 22.477 - C. 9.614 - % 42'8
Los Salesianos llegaron al Zaire (entonces
Congo Belga) en 1911; hoy forman ya una
Inspectoría (llamada del África Central, y
que abarca también a Ruanda y Burundi)
con 28 centros y casi 200 misioneros.
En 1925 se les confió la actual Diócesis de
Sakania, que tiene una superficie de
57.000 km- y una población de 155.000 ha-
bitantes, de los que 75.000 son católicos. A
pesar de las innumerables dificultades del
momento, la penetración misionera sigue
adelante con óptimos resultados.
También las Hijas de María Auxiliadora,
presentes en el país desde 1926 trabajan,
en número de 57 formando una Inspectoría,
en cinco obras de intenso compromiso mi-
sionero.
Figuras: Mons. José Sak, primer Obispo de
Sakania y Sor Matilde Meukens.
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
119

13.3 Page 123

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EL
CENTENARIO
EN CIFRAS
La panorámica presentada en los capítulos precedentes da una
idea de la variedad y pujanza de la acción misionera de los Sale-
sianos y de las Hijas de María Auxiliadora. En este capítulo viene,
en cambio, sintetizado en números, el compromiso misionero de
las dos Congregaciones durante estos cien años de actividad.
Los datos aquí compilados proceden de los archivos (donde si-
guen aún sin explorar una enorme cantidad de datos interesan-
tes), y de publicaciones como el Boletín Salesiano, Juventud Mi-
sionera, Anales de la Sociedad Salesiana, Catálogos generales
de los Salesianos y Salesianas. Estos números ayudan a com-
prender algunos aspectos del trabajo misionero: número de Sale-
sianos y Hermanas enviados a terrenos de misión; circunscrip-
ciones misioneras confiadas jurídicamente a la Congregación;
directrices principales de la actividad misionera...
Las expediciones misioneras
Una primera serie de datos describe las expediciones misioneras
efectuadas desde 1875 hasta 1974 (gráficos 2, 3 y 4). Antecede
a estos datos un cuadro que resume el desarrollo de las dos
Congregaciones durante el mismo período: puede servir como
término de comparación para apreciar mejor el esfuerzo que ha
supuesto el trabajo misionero, esfuerzo manifestado a través de
las expediciones, comparándolas con la totalidad de los miem-
bros disponibles en cada período.
Los datos toman como base las expediciones oficiales salidas de
Turín: las cifras podrían sufrir alguna pequeña modificación si se
toman otros criterios como base. Por ejemplo, la estadística
podría completarse añadiendo el personal externo ( = no sale-
siano) que se unió a las diversas expediciones: 60 personas du-
rante el rectorado del Beato Miguel Rúa, 9 en tiempo de D. Pablo
Albera, 106 en el rectorado del siervo de Dios D. Felipe Rinaldi y
24 durante los años de D. Pedro Ricaldone.
En cuanto a las Hijas de María Auxiliadora, conviene recordar
que su primera expedición fue en 1877 y participaron en ella 6
Hermanas.
Las expediciones misioneras, sobre todo las de Hermanas, acu-
saron fuertemente las dificultades de las contiendas bélicas (cfr.
gráfico 2). El mismo gráfico 2 pone de relieve el período más rico
de expediciones, el comprendido entre las dos guerras: de 1920
a 1939 parten, en efecto, 3.885 Salesianos (44% del total) y 765
Hermanas (39% del total). A este período corresponde, por otra
parte, un aumento muy apreciable de religiosos en ambas
Congregaciones (cfr. gráfico 1).
Es interesante recordar también que la mayor parte de los misio-
neros son jóvenes: basta observar que de 8.666 Salesianos,
4.250 (o sea el 49%) son clérigos, 1.833 coadjutores (también jó-
venes en su mayoría) y los demás, sacerdotes. Sólo durante el
rectorado de D. Albera fueron mayoría los sacerdotes que partie-
ron (el 58%); pero tiene su explicación: era muy difícil enviar clé-
rigos durante el período bélico (sólo fueron tres).
Territorios confiados a los Salesianos.
Las primeras expediciones, tanto de Salesianos como de Salesia-
nas, tuvieron como meta la parte sur de la América Latina, en par-
ticular la Patagonia y la Tierra del Fuego. Y precisamente en es-
tas regiones fueron confiadas jurídicamente a los Salesianos las
primeras circunscripciones misioneras: el Vicariato Apostólico de
la Patagonia y la Prefectura Apostólica de la Patagonia Meridio-
nal y de la Tierra del Fuego (1883).
A finales de siglo se funda también en otro continente, África.
Pero en 1900, a los 25 años de la primera expedición misionera,
los territorios confiados por la Iglesia siguen siendo solamente
los de la América .Meridional (cfr. gráfico 5).
Los gráficos 5,6,7 y 8 presentan la situación de las misiones sa-
lesianas en: 1900,1925,1950 y 1974. De las dos primeras misio-
nes, dada su importancia y significación en la historia salesiana,
viene presentada una descripción (cfr. gráfico 5)
Las cifras relativas a la extensión territorial y a la población, son,
como se puede suponer, aproximativas, sobre todo las que se re-
fieren al período inicial. Téngase presente, por otra parte, que ni
siquiera hoy es posible establecer con exactitud la población
indígena que habita en los territorios de algunas misiones.
Compromiso misionero global
Como se indicó más arriba, en la fase inicial del trabajo misionero
de Salesianos e Hijas de María Auxiliadora, se fundaron obras en
territorios que dependían de otras Congregaciones. A partir del
1900, con la apertura de las primeras obras de Asia, se tendió
tanto a esta forma de colaboración, conjunta, que las obras y el
personal que trabajaban en misiones exclusivamente confiadas a
los Salesianos, eran minoría con respecto al número total de
obras y personal comprometido en territorios no salesianos.
El gráfico 9 refleja en síntesis el número global de obras y perso-
nas en algunos momentos de particular importancia. Los gráficos
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
120

13.4 Page 124

▲back to top
10 y 11 presentan la misma situación, pero más detallada, para el
1925 (cincuentenario de las misiones) y para el año 1974 (a un
año del centenario).
Aparece evidente la continua expansión de la actividad misio-
nera, ya sea bajo el punto de vista de la extensión geográfico
-territorial, ya de las obras y del personal.
El gráfico número 12 presenta en forma detallada, la relación en-
tre el número total de Salesianos y de Hijas de María Auxiliadora,
y el número de misioneros. Los datos precedentes cobran mayor
significado si se tiene en cuenta que algunos territorios, origina-
riamente "tierras de misión", se han convertido ya en circun-
scripciones eclesiásticas ordinarias, en las que Salesianos y Sa-
lesianas continúan prestando su trabajo.
Clase de actividad misionera.
Junto a los datos estadísticos del número de obras y personal,
tiene gran importancia y cobra un significado altamente orienta-
dor, la indicación del tipo de actividad desarrollada por los Sale-
sianos y Salesianas en los territorios de misión. De todas formas,
en este punto, la documentación no puede ser más que indicativa
y aproximada. Falta en efecto, (resulta muy difícil encontrarla)
rroquias fundan escuelas y asilos propios (estos últimos, sobre
todo, en el Japón y al terminar la segunda guerra mundial); en
otras partes se reúne a los jóvenes en su propio ambiente dando
vida a oratorios, centros juveniles "volantes", etc...
una documentación detallada sobre las múltiples actividades de
cada uno de los centros.
Desbordados por el trabajo, siempre superior a sus fuerzas, los
Organización eclesiástica.
misioneros, sobre todo los de los primeros tiempos, se dedicaron
a hacer, descuidando el escribir lo que hacían. De cuando en
cuando mandaban alguna carta a los Superiores, a los amigos,
pero describían sus actividades de modo anecdótico y sin unifi-
car criterios.
Las informaciones que arroja el gráfico 13 (actividades de las Hi-
jas de María Auxiliadora) y el 14 (y de los Salesianos) reflejan
grandes sectores de trabajo, sin pretender agotarlos. Así y todo
dan una idea más que suficiente de las directrices que orientaron
el compromiso misionero salesiano: promoción cultural, especial-
mente entre los jóvenes (escuelas, talleres); actividades asisten-
ciales (orfanatrofios, ambulatorios, hospitales...) y religiosas.
En cuanto al abanico de actividades de las Hijas de María Auxi-
liadora, hay que precisar que no aparece explícitamente la com-
ponente religiosa, porque todas las casas, teniendo como fin pri-
mario la evangelización, son centros de actividad catequística y
de irradiación de la instrucción religiosa. Además hay que notar
que bajo la voz "obras sociales" están reunidas, junto a activida-
des de promoción cultural y social (centros de alfabetización, de
El último cuadro (gráfico 15) arroja datos sobre la situación de
las misiones bajo el punto de vista del desarrollo de la Iglesia lo-
cal.
Naturalmente aparecen aquí únicamente los datos relativos a las
misiones confiadas a los Salesianos.
Una información más completa exigiría los datos sobre las misio-
nes confiadas un día a los Salesianos, y convertidas hoy en cir-
cunscripciones eclesiásticas autónomas," como los territorios de
la Patagonia, la Archidiócesis de Madras, de Sakania, etc.. (cfr.
gráfico 16)
Otros datos que indican el crecimiento de la Iglesia local son los
referentes al clero y a los religiosos autóctonos. Refiriéndonos a
la situación actual (1974) los datos son los siguientes: clero au-
tóctono, 155; en el seminario mayor, 60; en el seminario menor,
341; Hermanas autóctonas, 757.
También es interesante recordar (gráfico 15) el número de parro-
quias, número que pone de relieve la importancia de este sector
en el total de actividades misioneras.
promoción de la mujer, escuelas nocturnas, asistencia a los colo-
nos blancos, guarderías infantiles ...) también otras actividades Los Obispos salesianos.
relacionadas más directamente con la labor evangelizadora,
como por ejemplo: los centros catequísticos, las escuelas de ca- Cerramos esta rápida presentación de los datos sobre las misio-
tequistas, visitas a los poblados, etc...
nes salesianas, con la lista de Cardenales, Arzobispos y Obispos
El cuidado de los enfermos se concreta en actividades diversas. salesianos. No todos han sido o son misioneros, pero la gran
Merece especial mención la asistencia a los leprosos: eran dos mayoría ha trabajado y trabaja todavía en territorios de misión
los lazaretos en 1900, tres en 1925, seis en 1974. De ellos de- propiamente dicha, o en diócesis donde surgió y se desarrolló la
penden además otros centros: dispensarios para leprosos, en los actividad misionera salesiana.
que se presta una oportuna asistencia religiosa.
Los Salesianos elevados, por siete Pontífices, a la plenitud del
Bajo la voz "escuelas profesionales" están sintetizadas todas las sacerdocio son hasta el presente 108: de ellos, cuatro han lle-
escuelas, que van desde los tradicionales talleres (sastres, zapa- gado al cardenalato, 26 son Arzobispos. No pocos ya han muerto;
teros, carpinteros, tipógrafos, mecánicos) hasta las más moder- viven en la actualidad 57, de los cuales son Arzobispos doce y
nas escuelas técnicas montadas también en terreno de misión uno es Cardenal.
para una preparación profesional adecuada a los tiempos (elec- En cuanto a los Pontífices que los han nombrado, este es el grá-
tromecánicos, electrónicos...) Faltan en esta estadística datos, fico:
numéricamente tal vez sin importancia, pero muy interesantes León XIII (1878- 1903) nombró tres Obispos salesianos.
para una valoración objetiva de la incidencia social de la obra sa- Pío X (1903- 1914) nombró también tres Obispos.
lesiana: fundación de poblados, obras de regadío, explanación de Benedicto XV (1914- 1922) creó siete Obispos y el primer Car-
terrenos y experimentación de nuevos cultivos, observatorios me- denal salesiano (Cagliero)
teorológicos, estaciones de radio, editoriales, librerías...
Pío XI (1922- 1939) nombró 22 Obispos y el segundo Cardenal
Otro aspecto que conviene subrayar en estas notas explicativas (Hlond).
de los gráficos, es el esfuerzo de adaptación a las diversas situa- Pío XII (1939-1958) creó 36 Obispos.
ciones locales. Así por ejemplo: en América del Sur fueron abier- Juan XXIII (1958- 1963) creó 13 Obispos y el tercer Cardenal
tas escuelas e internados al servicio exclusivo de los indios; se (Silva)
establecen escuelas nocturnas al lado de las diurnas, sobre todo Pablo VI desde 1963 hasta abril del 75 ha nombrado 24 Obispos
cuando se trata de la alfabetización de los adultos; muchas pa- y el cuarto Cardenal (Trochta).
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
121

13.5 Page 125

▲back to top
AÑO
ttoo
DESARROLLO DE LA CONGREGACIÓN SALESIANA
Y DEL INSTITUTO DE LAS HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA DESDE 1875 A 1974
AÑO
1875
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
• Datos del 1947

13.6 Page 126

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NUMERO DE SALESIANOS E HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA
DESTINADOS A LAS MISIONES DESDE 1875 A 1974
bO
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA

13.7 Page 127

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EXPEDICIONES MISIONERAS DE SALESIANOS DESDE 1875 A 1974
SUPERIOR GENERAL
EXPEDICIONES
NUMERO DE
SALESIANOS
S. G. Bosco
D. P.AIbera
B. M. Rúa
D. F. Rinaldi
D. R Ricaldone
D. R. Ziggiotti
D. L Ricceri
TOTAL
104
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
124
8666

13.8 Page 128

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EXPEDICIONES MISIONERAS
DE HIJAS DE M. AUXILIADORA DESDE 1875 A 1974
SUPERIORA GENERAL
EXPEDICIONES
NUMERO
DE HERMANAS
S. María D. Mazzarello
M. Caterina Daghero
M. Luisa Vaschetti
M. Linda Lucotti
M. Angela Vespa
M. Ersilia Canta
TOTAL
85
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
125
1963

13.9 Page 129

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MISIONES CONFIADAS A LOS SALESIANOS: AÑO 1900
CONTINENTE
bO
ON
AMÉRICA
NACIÓN
Argentina y Chile
Brasil
Ecuador
CIRCUNSCRIP.
SUPERFICIE (Km2)
V.A. de Patagónia*
729.339
P.A. de Patagón ia
Meridional
Misión del
Mato Grosso **
507.049
V.A. de Méndez
y Gualaquiza***
30.000
* Abreviatura: D. = Diócesis; V.A. = Vicariato Apostólico; P.A. = Prefectura Apostólica; Pl. = Prelatura; M. = Misión.
* Encomendada a la Inspectoría del Mato Grosso.
*AI Vicario Mons. Costamagna se le prohibió la entrada. Los Salesianos residían en Gualaquiza.
US PRIMERAS MISIONES CONFIADAS A LOS SALESIANOS: SITUACIÓN EN 1903
DENOMINACIÓN
V.A DE PATAGONIA
Río Negro
Neuquén
Chubut
Prov. del Plata
Pampa Central
213.000
109:000
240.000
38.000
160.000
Santa Cruz
P.A DE LA PATAGONIA MERIDION.
Tierra del Fuego
Islas Malvinas
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
300.000
79.299
7.800

13.10 Page 130

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MISIONES CONFIADAS A LOS SALESIANOS: AÑO 1925
CONTINENTE
NACIÓN
ÁFRICA
AMÉRICA
ASIA
IsJ
AUSTRALIA
Congo Belga
Argentina
Brasil
Chile
Ecuador
Paraguay
China
India
Australia
CIRCUNSCRIP.
SUPERFICIE Km')
P. A. de Luapula Sup.
M. de la Patagonia
M. de la Pampa
P.A. de Río Negro
Pl. de Registro
do Araguaya
V.A. de Magallanes
V. A. de Méndez
y Gualaquiza
M. del Chaco Parag.
V.A. de Shiu-Chow
M. del Heung-Shan
P. A. del Assam
M. de Tanjore
V.A. de Kimberley
36.575
800.000
150.000
350.000
600.000
100.000
20.000
300.000
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA

14 Pages 131-140

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14.1 Page 131

▲back to top
MISIONES CONFIADAS A LOS SALESIANOS: AÑO 1950
CONTINENTE
tsJ
00
ÁFRICA
AMÉRICA
ASIA
NACIÓN
Congo Belga
Brasil
Ecuador
Paraguay
Venezuela
China
Japón
India
Thailandia
CIRCUNSCRIR
V.A de Sakania
Pl. de Porto Velho
Pl. de Registro do A.
Pl. de Río Negro
V. A. de Méndez y G.
V. A. del Chaco P.
P.A. del Alto Orinoco
D. de Shiu-Chow
P.A. de Miyazaki
D. de Krishnagar
Ard. de Madras
D. de Shillong
V.A. deRatburi
SUPERFICIE (Km2)
36.575
300.000
275.000
300.000
25.000
300.000
190.000
33.500
16.072
34.490
10.000
165.336
118.000
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA

14.2 Page 132

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MISIONES CONFIADAS A LOS SALESIANOS: ANO 1975
CONTINENTE
AMÉRICA
ASIA
bo
NACIÓN
Brasil
Colombia
Ecuador
México
Paraguay
Venezuela
India
Thailandia
QRCUNSCRIP.
Pl. de Guiratinga
Pl. de Porto Velho
Pl. de Humaitá
Pl. de Río Negro
P.A. del Ariari
V.A. de Méndez y G.
Pl. de Mixes
V.A. del Chaco P.
V. A. de Puerto Ayac.
D. de Krishnagar
D. de Dibrugarh
D. de Shillong-Gauhati
D. de Tura
D. de Kohima-lmphal
D. de Surat-Thani
SUPERFICIE (Km2)
104.000
320.000
93.689
286.498
35.000
35.000
10.000
150.000
175.750
26.131
86.077
24.731
12.763
38.923
76.450
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA

14.3 Page 133

▲back to top
COMPROMISO MISIONERO
TOTAL
DE SALESIANOS ,
E HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA
00
O
CASAS
SALESIANOS
1900
36
212
1925
107
1023
1950
181
1280
1960
274
1978
1970
318
2499
1974
375
2913
CASAS
20
46
105
102
127
169
HERMANAS
141
347
756
792
910
1522
* Comprende: actividades en las misiones confiadas a los Salesianos y en las misiones «subsidiarias», o sea en territorios de misión bajo la jurisdicción ajena.
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA

14.4 Page 134

▲back to top
COMPROMISO MISIONERO
DE LOS SALESIANOS
Y DE LAS
HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA
EN 1925
CONTINENTE
ÁFRICA
SALESIANOS
PAÍSES CASAS
SALESIANOS
HIJAS DE M. AUXILIADORA
PAÍSES CASAS
HERMANAS
17 137
20
AMÉRICA
54 511
35
257
ASIA
29 363
70
AUSTRALIA-OCEANÍA
12
TOTAL 17 107 1023
13 46
347
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
131

14.5 Page 135

▲back to top
COMPROMISO MISIONERO
DE LOS SALESIANOS
Y DE US
HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA
EN 1974
CONTINENTE
ÁFRICA
SALESIANOS
PAÍSES CASAS
SALESIANOS
HIJAS DE M. AUXILIADORA
PAÍSES CASAS
HERMANAS
14 47
394
24
204
AMÉRICA
107 538 11 57
368
ASIA
18 211 1851 10 85
925
AUSTRALIA-OCEANÍA
10 130
25
TOTAL 40 375 2913
29 169 1522
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
132

14.6 Page 136

▲back to top
SALESIANOS
E HlJAS DEM. AUXILIADORA:
NUMERO TOTAL
Y MISIONEROS
SALESIANOS
AÑO
TOTAL
MISIONEROS
HIJAS DE M. AUXILIADORA
AÑO
TOTAL
MISIONERAS
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA

14.7 Page 137

▲back to top
ACTIVIDADES DE US HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA EN TERRITORIOS DE MISIÓN
OJ
AÑO
ESCUELAS MATERNALES ESCUELAS ELEMENTALES
ESCUELA MEDIAS
ESCUELAS SUPERIORES
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA

14.8 Page 138

▲back to top
AÑO
OBRAS SOCIALES ORFANOTROFIOS
00
ANO
1001
•LÍ25
•liiO
AMBULATORIOS
¡1
DISPENSARIOS
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
HOSPITALES
PRESTACIONES DOMÉST.

14.9 Page 139

▲back to top
ACTIVIDADES DE LOS SALESIANOS EN TERRITORIOS DE MISIÓN
AÑO
ESCUELAS ELEMENT. ESCUELAS MEDIAS ESCUELAS SU PER. ESCUELAS PROF. ESCUELAS AGRÍC.
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA

14.10 Page 140

▲back to top
ORFANATROFIOS ESCUELAS PARA INDIG
IGLESIAS PUBLICAS
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
Editoras
y Centros Audiovisivos
Emisoras de Radio
y Centros de TV
36

15 Pages 141-150

▲back to top

15.1 Page 141

▲back to top
ORGANIZACIÓN ECLESIÁSTICA DE LOS TERRITORIOS DE MISIÓN CONFIADOS A LOS SALESIANOS
00
AÑO
MISIONES
ARCHIDIÓCESIS
Y DIÓCESIS
1900
1925
1950
19Í0
::•" ' •" " •". ^U- ''--: ?;C''<:ftí??;ií^
1970
':'- ..": ": : •--. •- •;• í : ;í:; ^:h-i;S:l||^:i§&Í^;Í^ÍÍ;ÍI^K;^^^K
: .- Vi- ^: .V,' :'• .•'. -.
i •;K:;;;; ""•• V:: •;-:*•-;><•;;
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
VICARIATOS
APOSTÓLICOS
PREFECTURAS
APOSTÓLICAS
PRELATURAS
Y MISIONES

15.2 Page 142

▲back to top
LOS OBISPOS SALESIANOS
LEÓN XIII
1 CAGLIERO Juan
2 LASAGNA Luis
3 COSTAMAGNA Santiago
1838 1862 1884 1904 1926
1850 1873 1893
1895
1846 1868 1895
1921
PÍOX
4 MARENCO Juan
5 D'AQUINO Francisco
6 MALAN Antonio
1853 1873 1909
1921
1885 1909 1914 1921 1956
1862 1889 1914
1931
BENEDICTO XV
7 GUERRA Félix
8 OLIVARES Luis
9 AGUILERA Abrahán
10 GOMES de Oí. Elvecio
11 COMIN Domingo
12 VERSIGLIA Luis
13 PIANI Guillermo
1866 1890 1915 1916 1957
1873 1896 1916
1943
1884 1908 1916
1933
1876 1901 1918 1922 1960
1874 1900 1920
1963
1873 1895 1920
1930
1875 1898
1921 1956
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
139

15.3 Page 143

▲back to top
••
PÍO XI
14 GOMES de Oí. Manuel
15 ORTIZ Octavio
16 COPPO Ernesto
17 MUNERATI Dante
18 LUSTOSA Antonio
19 MOURAO Enrique
20 HLOND Augusto
21 JARA Arturo
22 MEDERLET Eugenio
23 EMANUEL Federico
24 CANAZEI Ignacio
25 SOSA Emilio
26 COGNATA José
27 PRIANTE Vicente
28 FERRANDO Esteban
29 MATHIAS Luis
30 ESANDI Nicolás
31TAVELLA Roberto
32 OLAECHEA Marcelino
33 PITTINI Ricardo
34 ROTÓLO Salvador
35 SELVA José
1874
1879
1870
1869
1886
1877
1881
1880
1867
1872
1883
1884
1885
1883
1895
1887
1876
1893
1889
1876
1881
1886
1901
1907
1892
1894
1912
1901
1905
1908
1894
1895
1909
1912
1909
1912
1923
1913
1900
1918
1912
1899
1905
1914
1922
1921
1922
1923
1924
1925
1926
1926
1929
1930
1931
1933
1933
1934
1934
1934
1935
1937
1937
1932
1931
1926
1928
1935
1935
1934
1946
1935
1955
1958
1948
1942
1974
1945
1948
1939
1934
1962
1946
1970
1972
1944
1965
1948
1963
1972
1961
1969
1956
....
PÍO XII
36LARAVOIRELuis
37 LUCATO Juan
38 ITURRIZA Francisco
39 ALVAREZ Víctorio
40 CHIRICHIGNO Fortunato
41 SAK Juan
42 MASSA Pedro
43 PASOTTI Cayetano
44 CAICEDO Julio
45 TURCIOS José
46 RADA Cándido
47 APARICIO Amoldo
48 COSTA Juan Bautista
49 VANHEUSDEN Renato
50 TROCHTA Esteban
51 CHAVES Orlando
52 MUZZOLON Ángel
53 ARDUINO Miguel
54BORICVIadimiro
55 DOMITROVITSCH José
56 CAMPELO Antonio
57 CARRETTO Pedro
58 MARENGO Orestes
59 BARANIAK Antonio
60RESENDEJuan
61 ALCEDO Otoniel
62 MARIASELVAM Pablo
1892
1892
1903
1887
1878
1875
1880
1890
1884
1884
1905
1908
1902
1888
1905
1900
1898
1909
1905
1893
1904
1912
1906
1904
1910
1913
1897
1921
1922
1928
1914
1910
1899
1905
1916
1907
1920
1931
1937
1933
1919
1932
1927
1925
1933
1930
1923
1936
1939
1932
1930
1935
1939
1922
1939
1939
1939
1940
1940
1940
1941
1941
1942
1943
1945
1946
1946
1947
1947
1948
1948
1948
1949
1949
1950
1951
1951
1951
1952
1953
1953
1947
1956
1957
1957
1966
1962
1958
1953
1946
1968
1950
1958
1968
1958
1974
1972
1973
1962
1954
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
140
;'-':íf;sP «; :'."'*'• ':~3;-.-:

15.4 Page 144

▲back to top
i^^^S^^^p
• •
PÍO XII
JUAN XXIII
63 GARCÍA Segundo
64 BORGATTI José
65 FARESIN Camilo
66 PAZ Ladislao
67 MARIANAYAGAM David
68 PÉREZ Carlos
69 RASPANTI Miguel
70 BARBOSA Antonio
71 SANTOS Héctor
72 PINTADO José
73 GONZÁLEZ Julio
74 LEHAEN Francisco
75 SILVA Raúl
76 BONAMIN Victorio
77 ÑUTÍ Orestes
78 RIVERA Arturo
79 PRATA Jenaro
80 DE NEVARES Santiago
81 MAGLIANO Mauricio
82 SAPELAK Andrés
83 D'AVERSA Miguel
84 MARCHESI Juan
1899 1928
1891 1916
1914 1940
1903 1932
1905 1934
1907 1933
1904 1928
1911 1936
1916 1947
1953
1953
1954
1955
1956
1957 1964
1957
1958
1958 1962
1975
1973
1969
i»»€ :»»»!§«»•»»»!
1903 1930 1958
1923 1952 1959 ritir.
1908 1933 1959
1907 1938 1959 1961
1909 1935 1960
1919 1946 1960
1923 1953 1960
1923 1951 1961
1915 1951 1961
1920 1948 1961
1919 1949 1961
1915 1945 1962
1889 1917 1962
1974
wm
PABLO VI
85 D'ROSARIO Huberto
86 PEYROU Eugenio
87 ROLON Ismael
88 ALAGNA F. Miguel
89 ALVAREZ Ernesto
90 ALEMÁN Miguel Ángel
91 RUBIO Andrés
92 OSANDO Miguel
93 OBELAR Alejo
94 SÁNCHEZ Braulio
95 ROCA Onofre
96 KERKETTA Roberto
97 PICCHI Mario
98 SARTO Antonio
99 WORKÚ Sebastián
100 GOTTARDI José
101 CORONADO Jesús
102 CASTILLO Rosalío
103 ALANGIMATTATHIL Abrahán
104 BAROI Mateo
105 GONZÁLEZ Tomás
106 CECCARELLI Enzo
107 AMARAL Edvaldo
108 MOURE Argimiro
1919
1913
1914
1913
1925
1922
1924
1926
1915
1922
1924
1932
1915
1919
1919
1923
1918
1922
1932
1925
1935
1918
1927
1921
1947
1939
1941
1942
1953
1950
1949
1958
1941
1950
1957
1963
1940
1951
1947
1950
1947
1949
1965
1957
1963
1947
1954
1948
1964
1964
1965
1967
1967
1968
1968
1968
1969
1970
1970
1970
1970
1971
1971
1972
1973
1973
1973
1973
1974
1974
1975
1975
1969
1967
1970
1970
Misiones Don Bosco año ciento. 1875 SDB 1877 FMA
141
: V;-'*f^ ::í<:;'';í?'íi;S