AGUINALDO 2008
de Pascual Chávez Villanueva
EDUCAR
CON EL CORAZÓN DE DB
LA COMUNIDAD
EDUCATIVO-PASTORAL
“Cada vez más, en el núcleo animador de la CEP [Comunidad Educativo-Pastoral] participan otros sujetos (jóvenes, seglares, miembros de la Familia Salesiana, representantes de la Iglesia local y de la zona), que comparten nuestra espiritualidad y nuestra misión comprometiéndose en la animación. En él la comunidad salesiana ejerce la función de referencia carismática en la que todos se inspiran”1.
Fundamental para la realización del Proyecto Educativo Pastoral (PEPS) salesiano es la Comunidad Educativo-Pastoral (CEP): un grupo que “integra a jóvenes y adultos, padres y educadores, de modo que pueda convertirse en una experiencia de Iglesia, reveladora del plan de Dios”2. Desde los primeros tiempos en torno a Don Bosco se ha venido constituyendo esta comunidad familiar, en la cual los mismos jóvenes eran protagonistas y responsables. En ella se vivía un ambiente impregnado de los valores del Sistema Preventivo, con características espirituales y pastorales bien definidas, objetivos claros y una convergencia de roles pensados y coordinados en función de los jóvenes. La complejidad de las situaciones sociales, culturales y religiosas de los jóvenes de hoy exige la existencia y el buen funcionamiento de dicha comunidad para hacer posible la acción educativa. Educar es un hecho social, fruto de la convergencia de personas, intervenciones, calificaciones, según un proyecto participado. El sistema salesiano exige un intenso ambiente de participación y de relaciones sinceramente amistosas y fraternas, que hace de la participación de valores de la espiritualidad salesiana la fuente de la comunicación y de la participación a la misión. En este sentido la CEP no es solamente sujeto sino también objeto de la Pastoral y por lo tanto exige un empeño constante de formación de parte de todos sus miembros. Lamentablemente con frecuencia el joven se siente perdido y disperso, constatando que lo que se respira en la calle, en la familia, en la escuela o en el centro juvenil no va siempre en la misma dirección ni persigue los mismos objetivos educacionales.
La CEP no es una nueva estructura sino una comunidad de personas, un espacio educativo en donde se participa de un conjunto de valores vitales que constituyen una identidad participada y cordialmente querida. Se llama educativa porque coloca al centro la preocupación por la promoción integral de los jóvenes, la maduración de sus potencialidades en todos los aspectos: físico, psicológico, cultural, profesional, trascendente. Y se llama pastoral porque se abre a la evangelización, camina con los jóvenes, realiza una experiencia de Iglesia, donde se experimentan los valores de la comunión humana y cristiana. En un mundo secularizado y laico, la CEP quiere ser una comunidad cristiana de referencia, fermento en el territorio, en la cual se pueda proponer, vivir y celebrar la fe. A más de la comunidad salesiana (garante de identidad y de comunión), y de los jóvenes (se trabaja para ellos, en medio de ellos, con ellos y por medio de ellos), los padres le pertenecen como primeros responsables de la educación. La familia, en efecto, debe ser considerada el ámbito educativo y evangelizador fundamental y primario. En este sentido se vuelve objeto de la preocupación educativa y pastoral de la misma CEP.
Hay también muchos laicos involucrados por razones diversas en la comunidad educativa, entre ellos ante todo los miembros de la Familia Salesiana que operan en el territorio. Colaboran, en niveles diversos, en la preparación del proyecto educativo, que resulta ser el centro de convergencia de toda actividad: ellos colaboran en el mismo proceso educacional. Mantener profesional y pedagógicamente al día, espiritualmente motivados, a cada uno de los miembros y de las categorías que intervienen en el proceso educacional constituye una de las principales preocupaciones de la CEP. La formación permanente del educador es una exigencia fundamental. Es necesario invertir tiempo, recursos y personas en la formación de los agentes educativo-pastorales. La CEP es un organismo vivo, sujeto y objeto de educación y de pastoral, laboratorio donde confluyen y se cruzan las urgencias y los desafíos de la cultura, las ansias y las esperanzas de los jóvenes y donde se trata de encontrar, crear, soñar soluciones. Ante tantas delusiones, ella debe atestiguar que la educación es hoy el mejor camino para transformar la sociedad, formando las nueva generaciones y convenciéndolas que la paz, la solidaridad, la justicia, el respeto de los valores humanos y de la creación son posibles; convenciendo a los jóvenes que Dios tiene un sueño para cada uno de ellos y que descubrirlo y realizarlo significa llenar de sentido su propia vida.
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En torno a Don Bosco se ha ido formando una comunidad en la cual los jóvenes eran protagonistas y responsables. En ella se vivía un ambiente impregnado de valores con características espirituales bien definidas.
El sistema salesiano exige un intenso ambiente de colaboración de relaciones sinceramente amistosas y fraternas, que hace de la participación de los valores de la espiritualidad salesiana la fuente de la comunicación y de la participación a la misión.
1 CG25 70.
2 Constituciones SDB 47.