A GUINALDO 2008
EDUCAR CON EL CORAZÓN DE DB
EL PROYECTO EDUCATIVO
“El Proyecto educativo salesiano es el elemento de inculturación del carisma”1. “[Él] orienta y guía un proceso educativo en que las múltiples intervenciones, recursos y acciones se cruzan y articulan al servicio del desarrollo gradual e integral de la persona del joven”2.
E
n
el umbral de los cuarenta años, Don Bosco tomó conciencia de que
Dios lo llamaba a una misión entre los jóvenes y de que en el
Oratorio habría alcanzado la finalidad de su vida. El Oratorio se
inserta así en la economía de la salvación como respuesta a una
vocación divina, no como obra brotada de la buena voluntad de una
persona. Pero tuvo que superar muchos obstáculos: dificultades para
reunir a los jóvenes, falta de recursos económicos y de locales
adecuados, necesidad de una nueva estrategia pastoral y de una
inédita propuesta de formación como respuesta a la inmigración que
en diez años había visto aumentar la población de Turín del 17%3.
Él no piensa que el desarrollo económico sea malo de por sí; la
instrucción popular – que despierta las preocupaciones de los
ambientes más conservadores – no la ve como un mal que exorcizar,
sino como un recurso que valorizar para la formación de los jóvenes.
Habiendo constatado que las estructuras eclesiásticas ‘organizadas’
no resisten ante el enfrentamiento con los desequilibrios sociales y
los cambios culturales, ensaya nuevos caminos, abre nuevos frentes a
favor de los jóvenes desarraigados de su ambiente natural y traza
nuevos y más atrevidos horizontes educativos4,
dando vida a iniciativas y obras. Así redacta el “Plan
de Reglamento para el Oratorio”
a fin de poner en práctica su propio estilo educativo: es la primera
piedra del “Proyecto
Educativo/Pastoral
Salesiano”,
el PEPS.
El PEPS es la mediación histórica y el instrumento operativo de la misión salesiana, la manifestación de la mentalidad hecha proyecto que debe guiar el desarrollo de la misión en las diversas obras, la guía del proceso para encarnar la misión en un contexto determinado, la propuesta y la formulación exacta del tipo de hombre que se quiere formar. En el centro se halla la persona del joven, visto en la totalidad de sus dimensiones (corporeidad, inteligencia, sentimientos, voluntad) y de sus relaciones (consigo mismo, con los demás, con el mundo y con Dios). El PEPS presta una atención prioritaria a los jóvenes más pobres y en dificultad. Antes aún que un texto, es un proceso mental y comunitario que involucra, clarifica e identifica, que tiende a engendrar sinergias operativas en torno a criterios educativos, a objetivos y líneas de acciones comunes, evitando así la dispersión en la acción. EI PEPS es la “cédula de identidad” de toda obra salesiana. La sociedad es siempre más compleja y global; emerge una cultura planetaria que tiende a transformarnos en masa con carácter pluralista, donde los medios de comunicación social difunden con rapidez valores, lenguajes, criterios, modelos y estilos de vida, con frecuencia contradictorios y ambiguos. A menudo los jóvenes se encuentran solos en la búsqueda de sentido; temerosos frente a un futuro incierto, incapaces de decisiones claras y de larga duración. Familia, escuela e Iglesia parecen perder el papel privilegiado de referencia que poseían un tiempo. En esta situación el PEPS debe presentarse como un ofrecimiento válido que, tomando al joven en su realidad concreta, favorezca en él un proceso que lo lleve a la plena madurez humana, lo haga protagonista de su propia vida.
Las esperas de los jóvenes se presentan diferenciadas. Muchos se encuentran alejados de la fe casi sin saberlo. Otros viven una religiosidad débil, con una práctica religiosa ocasional. Pero en todos es posible notar una necesidad de verdad, de liberación, de crecimiento humano, y el deseo, aunque sea implícito, de un conocimiento más profundo del misterio de Dios. Por tanto, en la perspectiva de una educación que evangeliza y de una evangelización que educa, el objetivo del PEPS es que el joven llegue a la síntesis fe-cultura en su propia vida: madurar una fe que constituya el valor central de la persona y de su visión del mundo, sea abierta a todos los desafíos culturales, esmerada en traducir en la praxis la propia elección de valores; que estimule y ahonde los procesos de promoción de las personas según el modelo del Evangelio. Realmente el PEPS es la expresión del Sistema Educativo de Don Bosco en este tiempo, la mediación histórica y el instrumento operativo a través del cual Don Bosco quiere manifestar su pasión por la salvación de la juventud y realizar el sueño de hacer de cada joven “un honrado ciudadano y un buen cristiano”. ■
1 cfr. CG24 5.
2 La Pastoral Juvenil Salesiana, Roma 1998, p.26.
3 F.MOTTO, “Ripartire da Don Bosco”, LDC 2007, p.76.
4 cfr. F.MOTTO, o.c., p.76
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