AGUINALDO 2009
de Pascual Chávez Villanueva
U
PARA LOS JÓVENES
MUCHOS OTROS RETOÑOS
Los movimientos en “espera”.
La Familia de San Juan Bosco crea un movimiento salesiano más amplio cuando sabe expresar, por encima de las peculiaridades de cada grupo, algo con capacidad para unir y con fuerza para manifestar visiblemente la identidad apostólica que se tiene en común (cdc 32).
C
omo
sabemos, los grupos oficiales de la Familia Salesiana (FS)
son 23. Otros ciertamente serán aprobados durante este particular
año aniversario. Pero es indudable que la FS, a más que una
realidad institucional, es un movimiento mucho más abierto. Son
numerosas las personas y muchos los grupos que se reconocen en la
espiritualidad de Don Bosco. Y menciono con placer a los innumerables
colaboradores laicos que trabajan codo a codo con los salesianos,
participando de su método educativo y de su compromiso apostólico:
son decenas de miles. Es justo, además, recordar a los bienhechores
y amigos, más numerosos todavía: sin el apoyo de ellos no sería
posible hacer lo que se hace en las zonas más pobres del mundo.
También
muchos de ustedes, apreciados lectores, forman parte de este inmenso
grupo.
¿Y los jóvenes? Les cuento un episodio que he vivido hace poco en
Brasil. Varios grupos de la FS estaban presentando al Rector Mayor su
compromiso apostólico y salesiano. Hablaban con orgullo y entusiasmo
de su amor a Don Bosco y de su implicación en el trabajo con los
jóvenes. A un cierto punto una chica, impresionada por el entusiasmo
general, conmovida se me acercó: “Y nosotros los jóvenes,
¿podemos formar parte de la Familia Salesiana?”. Contesté
inmediatamente, con alegría” :”¡Por supuesto que sí! Ustedes
son la finalidad y el centro de nuestra familia”. En efecto, la FS
es la expresión más hermosa y completa de un Don Bosco vivo hoy,
que se pone a servicio de la juventud en forma plenamente actual y
comprometida.
<< Señalo las condiciones gracias a las cuales un grupo es reconocido como perteneciente a la FS. Hace varios años el rector mayor P. Egidio Viganó había sugerido algunos criterios.
En primer lugar la “participación” a la vocación salesiana: el grupo que pide formar parte de la FS está llamado a participar del “carisma”. Debe por tanto demostrar que el Espíritu Santo lo mueve a fijarse en Don Bosco como modelo y maestro, con voluntad de actualizar su carisma. Todo ello resulta más fácil si el fundador es un salesiano u otro miembro de la FS.
Un segundo elemento es la participación a la misión juvenil popular. Esto significa que el grupo debe tener las mismas finalidades: evangelización y catequesis, promoción integral de los jóvenes, sobre todo los más pobres y abandonados, atención a los sectores populares, a la comunicación social, al trabajo misionero.
Un tercer aspecto es la participación del espíritu y del método educativo-pastoral. Los elementos que lo caracterizan son: la caridad pastoral, el espíritu de familia, el optimismo, la oración sencilla y de vida, el aprecio de los sacramentos y la devoción a María.
Otro elemento de calidad es la vida evangélica vivida según el espíritu salesiano. El grupo propone a los miembros un ideal evangélico, que puede expresarse con votos religiosos, con simples promesas u otro tipo de compromiso, teniendo como modelo a Don Bosco.
Cada grupo conserva su propia especificidad y autonomía. Al injertarse activamente en la FS, se compromete a una hermandad activa en colaboración con los otros grupos, mientras reconoce al sucesor de Don Bosco como padre y centro de unidad del grande movimiento salesiano.
<< Estos elementos se colocan como base de una intensa comunión y fraternidad apostólica. Don Bosco ha hecho lo posible para realizar una estrecha unión entre los grupos por él fundados. Hoy, dinámicamente fieles a su voluntad, nosotros continuamos tratando, juntos, de robustecer esta comunión. No son pocos los grupos que piden un vínculo carismático más estrecho. Mencionaré a algunos, no sin expresar mi mayor simpatía para los demás que no nombro. “Los Discípulos”, fundados por el Padre G. D’Souza, que trabajan en el campo de la evangelización; la “Comunidade Cançao Nova”, del Padre Jonas Abib, que se dedica a la evangelización a través de los media (radio y tv, canto, música); las “Misioneras de María Auxiliadora”, de Sor A. L. Bimos; la “Comunidad de la Misión de Don Bosco”, formada por laicos que se empeñan también con una promesa particular; la Asociación Mamá Margarita, brotada casi espontáneamente en varias partes del mundo, que se dedica a sostener con la oración a sus hijos e hijas consagrados. El carisma de Don Bosco está vivo, es fecundo. Y hoy, más que nunca, sentimos necesidad de él. La FS lo hace presente en forma activa y original. Estamos felices de encarnar su presencia, su pasión educativa, su corazón misionero y su amor para los jóvenes más pobres y abandonados. ◙