Presentación de la Región América Cono Sur |
“MIENTRAS VAIS DE CAMINO,
PROCLAMAD QUE EL REINO DE LOS CIELOS ESTÁ CERCA”
(Mt 10,7)
1. SITUACIÓN CULTURAL, SOCIAL Y RELIGIOSA ACTUAL. 2. LOS COMIENZOS DE LA PRESENCIA SALESIANA. 2.1 Argentina – En la Patagonia. 2.2 Uruguay. 2.3 Brasil. 2.4 Chile – La Prefectura Apostólica de Punta Arenas. 2.5 Paraguay. 3. LA PRESENCIA SALESIANA. 3.1 Vida religiosa. – Vocación y vocaciones. 3.2 Vida fraterna de las comunidades. 3.3 Misión salesiana. – Sector Escuela – Escuelas Agrícolas y Centros de Formación Profesional. – Sector Marginación. – Sector Parroquias. – Servicios eclesiales. Participación y formación de los seglares. 3.4 Formación Inicial y Permanente – Formación inicial. – Formación Permanente. 3.5 Familia Salesiana. 3.6 Comunicación Social. 3.7 Animación Misionera. 4. IMPORTANCIA DE LA REGIÓN AMÉRICA CONO SUR PARA LA OBRA SALESIANA EN AMÉRICA Y EN EL MUNDO. – La santidad en la Región Cono Sur. – El trabajo social de los Salesianos en la Región. – Aportación de los Salesianos a la ciencia. – Las instituciones universitarias. 5. DESAFÍOS Y PERSPECTIVAS DE FUTURO. 5.1 Los desafíos. 5.2 Líneas perspectivas. Conclusión.
8 de septiembre de 2005
1 Natividad de la B. V. María |
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Queridísimos Hermanos:
Os escribo esta carta con el afecto de siempre y con una viva esperanza: la de llegar a todos, donde os encontréis. Querría hacerme presente en los contextos más diversos y en las situaciones más variadas en que vivís y realizáis el programa misionero de Jesús: anunciar el Reino, que no es otra cosa sino Dios mismo con su voluntad de venir a nuestro encuentro, y construirlo por medio de obras que lo hacen presente y creíble: “curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios” (Mt 10,8).
Desde la primera expedición misionera, nuestro amado Padre Don Bosco quiso responder a la compasión de Jesús ante las multitudes, descritas como “ovejas sin pastor”. Y él mismo que, en los años del Colegio Eclesiástico, había acariciado también el sueño de ser misionero, llegó a ser fundador de una Congregación misionera. Apenas un año después de la aprobación de las Constituciones, Don Bosco inició la epopeya de América mandando a sus primeros misioneros, que llevaron, junto con el anuncio del Reino, el Evangelio salesiano de la alegría, de la esperanza y de la vida.
Continuando con la presentación de las Regiones Salesianas, en esta carta quiero ilustraros la Región América Cono Sur. Constituida durante el CG24, comprende un grupo de cinco naciones (Argentina, Uruguay, Brasil, Chile y Paraguay) que, también por su historia civil, han tenido entre ellas una relación muy estrecha.
1.SITUACIÓN CULTURAL, SOCIAL Y RELIGIOSA ACTUAL
Para encuadrar la presencia salesiana en el Cono Sur me parece oportuno ofreceros un cuadro general de la situación de los Países que la componen. Conviene decir en seguida que no se trata exactamente del contexto que encontraron los primeros misioneros salesianos. Hoy la situación ha cambiado mucho; en esta parte del continente americano viven cerca de 248 millones de habitantes: Argentina cuenta con 38 millones, Brasil con 184 millones, Chile con 16 millones, Paraguay con 6 millones y Uruguay con 3,5 millones.
En cuanto a los recursos materiales, todos estos son Países ricos, pero un incorrecto planteamiento económico hace que puedan convivir, a breve distancia y en un mismo contexto, el denominado Primer Mundo, el de los ricos multimillonarios, y el Tercer Mundo, el de las favelas, habitadas por familias y grupos sociales situados en las márgenes de la sociedad.
En el campo económico y social no se han hecho grandes progresos, porque la política de signo neo-liberal choca frontalmente con las solemnes declaraciones de los derechos humanos. La política neo-liberal ha llevado a una acentuación de la polarización social entre pobres y ricos, sin una justa distribución del rédito; más aún, ha creado por una parte la descentralización del rédito a favor de una estrecha franja social y, por otra, ha reducido, o incluso anulado, el gasto social, provocando en consecuencia la marginación y el empobrecimiento de franjas cada vez mayores de obreros, el aumento de la desocupación, la creación de las favelas en las ciudades, el hambre y la miseria en el campo. Se ha dado así el fenómeno del aumento del número de niños y de adolescentes que por las calles piden limosna, se arreglan con pequeñas actividades comerciales o comienzan a delinquir. A esto se añade la pesadísima deuda interna y externa, que constituye un fuerte condicionamiento para cualquier inversión en proyectos sociales o de infraestructuras.
La falta de una política agrícola ha estimulado el éxodo rural, dando así origen a un masivo fenómeno de urbanización, cuyo primer resultado ha sido el incremento de la pobreza en las zonas periféricas de las ciudades. El sistema educativo pierde cada año un número considerable de niños y muchachos, que no terminan los ciclos obligatorios. La exclusión de la escuela contribuye así a aumentar la desocupación y la delincuencia de menores. La explotación de los menores se manifiesta en la implicación de menores en el mundo del trabajo o en actividades delictivas e ilícitas, como despacho de droga, prostitución y rapiña.
Los países de la Región tienen aún una gran tradición católica, con fuertes expresiones de religiosidad popular. La Iglesia Católica goza de gran prestigio: es una de las instituciones que inspiran mayor confianza a la opinión pública, porque se presenta profundamente inserta en el contexto social. Vive y sufre la situación de la gente. Desde esta perspectiva, Uruguay es el único país que presenta una actitud en contraste. De hecho, la denominada libertad religiosa es más que otra cosa una declaración de principios, mientras el planteamiento del Estado es claramente irreligioso y sutilmente anticlerical.
Se debería decir, finalmente, que, en estos últimos años, toda esta área de América ha sido invadida por un fuerte movimiento de secularización. Hay que notar también que, históricamente, el número de sacerdotes ha sido siempre insuficiente y los seglares fueron y son todavía hoy una fuerza preciosa en el campo de la evangelización y para el mantenimiento de la fe.
2. LOS COMIENZOS DE LA PRESENCIA SALESIANA
Don Bosco escogió estas tierras no por casualidad, sino como lugar que la Providencia había indicado para la primera experiencia misionera de la Congregación Salesiana. Los Salesianos, por su parte, han considerado siempre la Patagonia como la “tierra prometida” por Dios a Don Bosco, recordando cómo él mismo vio, en el sueño de 1871 o 1872, a los misioneros salesianos que, por medio de los muchachos confiados a ellos, lograban la conversión de los pueblos de la Patagonia1.
En 1875, un año después de la aprobación de las Constituciones, Don Bosco mandaba a sus Salesianos a la Argentina, bajo la dirección de uno de sus hijos predilectos, Don Juan Cagliero2. Don Bosco amó aquella tierra de tal forma que la llamaba “su segunda patria”.
En 1876 tocó el turno a Uruguay. Una expedición misionera, guiada por Don Luis Lasagna, fundaba la Casa de Villa Colón. Del Uruguay los Salesianos pasaron a Brasil en 1883 y a Paraguay en 1896.
Mientras tanto, los Salesianos habían llegado a Chile en 1887, año en que se fundó la casa de Concepción. A ésta siguió en 1888 la casa de Talca. En 1891, con la aceptación de la obra de “La Gratitud Nacional”, en Santiago, se consolidó la presencia salesiana en este país.
A un desarrollo tan rápido contribuyó el hecho que la prensa francesa, que era muy leída en los países citados, hablara mucho de Don Bosco. Hay que notar también la benevolencia de muchos Obispos, entre los cuales Mons. Federico Aneyros, Arzobispo de Buenos Aires, el Siervo de Dios Mons. Jacinto Vera, Obispo de Montevideo, Mons. Pedro María de Lacerda, Obispo de Río de Janeiro. De gran importancia fue también el apoyo de las Conferencias de San Vicente de Paúl, las cuales estaban muy interesadas en la educación de los jóvenes pobres y abandonados.
El Boletín Salesiano y las Lecturas Católicas, además de otras revistas editadas por los Salesianos, difundieron por todas partes el conocimiento de Don Bosco, de su sistema educativo y el interés por socorrer a la juventud pobre y abandonada.
2.1 Argentina
Llegados a la Argentina, en Buenos Aires y en San Nicolás de los Arroyos, los salesianos se dedicaron a atender a la colonia italiana, siguiendo las recomendaciones de don Bosco.
Verdadera bendición para aquellos pobres inmigrados, los Salesianos no encontraron siempre la comprensión del clero y de la sociedad de Buenos Aires. Con la adquisición del terreno y de la Casa de Almagro, los Salesianos entraron en posesión de un sitio de su propiedad. Bien pronto comenzaron una campaña catequética en gran escala, introdujeron los certámenes catequísticos e hicieron imprimir 800 mil copias del catecismo diocesano. En 1882 se organizó la Pía Unión de los Cooperadores; en 1888, en memoria de Don Bosco, se fundó la Obra de María Auxiliadora para las vocaciones. Bajo el inspectorado de Don Santiago Costamagna las obras salesianas llegaron al interior de la República. Con la escuela agrícola de Uribelarrea, los Salesianos se abrieron a los hijos de los campesinos. Mientras tanto, en 1879 habían llegado a Argentina las Hijas de María Auxiliadora, que pronto se difundieron por diversas partes de la República.
Para conmemorar los veinticinco años de la llegada de los Salesianos se celebró en Buenos Aires el Segundo Congreso Internacional de los Cooperadores Salesianos, en noviembre de 1900. Don Pablo Albera presidió el Congreso en nombre de Don Rua. Tomaron parte en él seis Obispos y los Inspectores de Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil. Frutos del Congreso fueron la dedicación a Jesús Redentor y a María Auxiliadora de la Iglesia de San Carlos de Almagro y la fundación de la Escuela Jesús Redentor, para los huerfanitos de Don Bosco, en Maldonado.
Por lo que respecta a la Congregación, se realizó también el Primer Capítulo Salesiano Americano, con la participación de los Inspectores de Argentina, de Uruguay, del Sur de Brasil y de Mato Grosso. Fue presidido por Don Pablo Albera. Los temas tratados se referían a la observancia religiosa, a la formación, al sistema educativo de Don Bosco, a la economía, a las relaciones con las FMA, a los oratorios festivos, a las ceremonias, a la música y a las compañías religiosas. “Aquel año –escribió Don José Vespignani- se notó en todos nosotros un reflorecer de afecto y de espíritu salesiano”.
Para el centenario del nacimiento de Don Bosco (1915), el Arzobispo de Buenos Aires publicó una carta pastoral en la que hacía una hermosa descripción de la acción de los Salesianos y de las FMA que trabajaban en el país. Presentaba la cifra global de los jóvenes de ambos sexos que eran educados “con un método y con el mismo espíritu de caridad activa y paciente que el sabio Fundador supo imprimir en su obra providencial”. Decía que había que considerar a los Salesianos como “una nueva manifestación del poder y de la bondad de María Auxiliadora para salvar la sociedad”.
Aquel mismo año se fundaron los “Exploradores Don Bosco”, un movimiento juvenil nacido de la previsión del futuro de Don Vespignani, al estilo de los Boys-Scouts de Baden Powell, pero con una clara orientación cristiana y salesiana. Éstos, con el tiempo, llegaron a realizar verdaderas y propias misiones en diversas ciudades de la República Argentina. En 1940 los “Exploradores Don Bosco” llegaron a 45 batallones. En 1980 a 65, con 9.000 jóvenes entre los Salesianos, a los cuales se añaden los 15 escuadrones, con 2.000 componentes, de los colegios de las FMA,
Merece una atención particular el esfuerzo realizado por los Salesianos, primero entre todos Don Aquiles Pedrolini, para difundir la devoción a María Auxiliadora en Argentina. En Rodeo del Medio se construyó en su honor un santuario, que se convirtió en meta de numerosas peregrinaciones. El 8 de octubre de 1916, el Obispo de Cuyo coronó la imagen de María Auxiliadora en un parque público de la ciudad. Estaban presentes otros dos Obispos y algunos dignatarios eclesiásticos. Fueron cerca de ocho mil las personas que tomaron parte en el acontecimiento.
1.1 En la Patagonia |
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Después de un primer tentativo no logrado, los Salesianos llegaron a la Patagonia en 1879. En 1880 se les encargó oficialmente de aquella misión. En Roma Don Bosco llevaba adelante las gestiones para la creación de un Vicariato Apostólico, y en 1883 Mons. Cagliero fue nombrado Vicario Apostólico. Para obviar las dificultades legales, el Arzobispo de Buenos Aires, Mons. Federico Aneyros, nombró a Mons. Cagliero su Vicario General para la Patagonia, con todas las facultades episcopales, e incluyó en el balance de la Arquidiócesis el de la misión.
Muy variada fue la acción de evangelización y de civilización llevada a cabo por los Salesianos en aquellas tierras. Los Salesianos y las FMA trasladaron al trabajo misionero muchos elementos típicos de su experiencia formativa: la música instrumental, el canto, las veladas, las representaciones teatrales; las pequeñas loterías llevaban a aquellos lugares desiertos un soplo de alegría y la esperanza de una vida diversa. El misionero llegaba donde tantas veces no lograba llegar la acción de los poderes públicos. Los habitantes de los poblados pequeños se agrupaban y hacían comunidad alrededor de la misión.
Se instituyeron las asociaciones religiosas masculinas y femeninas, para que los fieles no permaneciesen aislados y abandonados a sí mismos. Cuando las condiciones económicas y sociales lo exigieron, se instituyeron también sociedades de mutuo socorro. Se difundieron entre la gente las devociones al Sagrado Corazón de Jesús, a María Auxiliadora y, después de la muerte del Fundador, al mismo Don Bosco.
En el campo de la educación escolar, las misiones actuaban supliendo al Estado, cuando éste no actuaba. Se iniciaron las escuelas de artes y oficios y se comenzó a dar también una enseñanza práctica de técnicas agrarias, valorizando un determinado terreno adquirido por la misión. En Viedma fue posible construir el primero y único hospital del territorio. Las FMA, por su parte, velaban a la cabecera de los pacientes e iban a asistir a los enfermos en sus casas e incluso en las tiendas de los indios. Ellas tenían sus escuelas y también un orfanato para las hijas de los indios.
Para conmemorar el cincuentenario de las Misiones Salesianas (1925) se inauguró un Colegio Salesiano en Comodoro Rivadavia y se bendijo la Iglesia aneja de Santa Lucía. En Buenos Aires se preparó una Exposición Profesional Didáctica, y tuvieron lugar el IX Congreso Internacional de los Cooperadores Salesianos y el II Congreso Internacional de los Antiguos Alumnos, presidido por Don José Vespignani, representante de Don Felipe Rinaldi. Un desfile de 12 mil jóvenes, alumnos y alumnas de los colegios de los Salesianos y de las FMA, coronó las solemnes celebraciones. Como fruto del Congreso se propuso la creación de una nueva casa para jóvenes pobres y abandonados.
Con ocasión de la beatificación de Don Bosco, en los solemnes festejos celebrados en Buenos Aires, las autoridades civiles y religiosas se unieron a la entera Familia Salesiana. En La Plata, la Provincia de Buenos Aires erigió un monumento al gran educador. Fue ésta una iniciativa del Gobierno de aquella Provincia. En Buenos Aires, el busto de Don Bosco fue colocado en la sala del Consejo Nacional de Educación.
2.2 Uruguay
La llegada de los Salesianos al Uruguay sucedió de forma verdaderamente fortuita. El país se modernizaba bajo el gobierno de Lorenzo Latorre, y se iba desarrollando rápidamente con la ayuda del capital extranjero, especialmente inglés. Por consiguiente, se construían nuevos barrios en Montevideo y también en las inmediatas cercanías, como, por ejemplo, en Villa Colón.
Esta localidad aspiraba a tener un colegio que fuera lo mejor que se pudiera encontrar en la República Oriental. Mientras se construían los muros, sus promotores –que eran protestantes- pidieron a la “Sociedad de los Amigos de la Educación del Pueblo” un plan de estudios que aplicar en esta su escuela. Nació así uno de los clásicos de la pedagogía latino-americana, el libro de José Pedro Varela La Educación del Pueblo.
Se trataba en este punto de encontrar quien pusiese en práctica estas intuiciones pedagógicas. Tocó a los Salesianos dar cuerpo a la idea. Desde 1875 estaba en Buenos Aires Don Juan Cagliero. Hizo una visita a Montevideo y el 24 de mayo de 1876 comunicó a Don Bosco la noticia de la aceptación del nuevo colegio. El 26 de diciembre de aquel año, Don Luis Lasagna, con otros Salesianos, desembarcaba en Montevideo y se instalaba en la nueva casa.
Los misioneros se encontraron inmersos en una sociedad culturalmente refinada, que exigía de ellos no poca habilidad para sostener la confrontación en el plano escolástico y educativo. A los círculos anticlericales, dominantes en el ambiente de la escuela en Montevideo, no agradaron los cambios que los Salesianos introducían en el plan de estudios propuesto por Varela. La crisis quedó brillantemente superada, con vigilancia y firmeza, por Don Lasagna. De hecho, se había ganado la confianza y los corazones de la mayor parte de los alumnos y de sus familias y fueron precisamente los mismos alumnos quienes se movieron en defensa del colegio que ya consideraban como suyo.
Don Lasagna, nombrado Inspector de Uruguay y de Brasil en 1880, siguió las indicaciones dadas por Don Francisco Bodrato y por Don Rua. Se puso a la búsqueda de nuevos campos de trabajo. Las escuelas de San Francisco de Paúl, pertenecientes a la Conferencia de San Vicente de Paúl, con el colegio de Las Piedras, con la casa de formación aneja, y la de Paysandú-Rosario, con el colegio anejo, se abrieron a los Salesianos. Llegaron luego a Mercedes, Paysandú-San Ramón, Montevideo-Sagrado Corazón y los Talleres Don Bosco. Para la periferia de Montevideo se orientó la iniciativa de la Sociedad de los Oratorios Festivos; estaban coordinados con ella diez oratorios abiertos por el mismo Don Lasagna. Después de la muerte de este gran pionero y misionero, la Inspectoría de Uruguay y Brasil se dividió en dos. Uruguay y Paraguay pasaron a constituir juntos una Inspectoría.
Mons. Lasagna había apoyado fuertemente la fundación de los Círculos Católicos Obreros. Al mismo Don Andrés Torrielli, que cuidaba del primer círculo y quería hacerse salesiano y ponerse bajo su obediencia, le dio en seguida como primer encargo el de no abandonar los Círculos. Los Salesianos ayudaron a los Círculos a establecerse en las ciudades del interior, sobre todo donde tenían sus obras.
En 1905 la casa de formación de Las Piedras se trasladó a la Escuela Agrícola “Juan Jackson”, que Mons. Soler había pasado a los Salesianos en 1898. En 1910 se fundó el “Centro Cristóbal Colón”, para el cuidado y la animación de los Antiguos Alumnos. En 1915, finalmente, se inauguró en Villa Colón el monumento a Mons. Luis Lasagna.
En el cincuentenario de la fundación del Colegio Pío, Don Héctor Sallaberry tuvo la idea de celebrar el aniversario jubilar promoviendo la Obra de los Ejercicios Espirituales. Dicha empresa fue sostenida por los Antiguos Alumnos y en pocos meses se tuvo, en Villa Colón, la primera casa de Ejercicios Espirituales de la Congregación. Sucesivamente, se llegó a la propuesta de los Ejercicios Espirituales por la radio y esta iniciativa tuvo un gran éxito espiritual y apostólico.
Por lo que se refiere a la devoción a María Auxiliadora, en 1898 el Arzobispo de Montevideo había pedido que en Villa Colón, en la iglesia del Colegio Pío, se erigiese un Templo votivo nacional a María Auxiliadora. El 14 de diciembre de 1901, Su Excelencia inauguró el Santuario de María Auxiliadora, y en octubre de 1904 la imagen que allí se venera fue coronada solemnemente.
2.3 Brasil
En 1877, Mons. Pedro María de Lacerda, Obispo de Río de Janeiro, escribía a Don Bosco pidiendo a los Salesianos para su diócesis3. Al ir después a Turín, dejó, por adelantado, el dinero para los billetes de viaje de los misioneros que un día habrían de ir a su país. En el Estado de Río Grande del Sur, los Capuchinos habían hecho mucha propaganda de los Salesianos, que conocían de Uruguay, y el Obispo de Porto Alegre pidió al Inspector Don Luis Lasagna que mandara a los Salesianos a su diócesis.
Don Lasagna, recibido el encargo de Don Bosco, fue a Brasil en 1882. Hizo un largo viaje siguiendo la costa del país, hasta Belém do Pará, y decidió comenzar la obra salesiana en aquella nación en Niteroi, con el Colegio Santa Rosa. El 14 de julio de 1883 él mismo llegaba a Río de Janeiro con los primeros Salesianos; se abrieron luego las casas de Sâo Paulo (1885) y de Lorena (1890). En 1891 aceptó la casa de Recife, aunque ésta se abrió en 1894. Hecho Obispo de Oea-Tripoli, Mons, Lasagna fundó la casa de Cuiabá y la Colonia Teresa Cristina, primera misión entre los indios Bororos (1894).
Las casas de Brasil dependían entonces de la Inspectoría de Uruguay-Brasil. La situación siguió así hasta la muerte de Mons. Lasagna, cuando las casas de Brasil se constituyeron en Inspectoría; de aquella primera Inspectoría brasileña, no mucho tiempo después, nació la Inspectoría de Mato Grosso.
Se abrieron en seguida las dos casas que habían sido aceptadas por Mons. Lasagna: Campinas, en el Estado de Sâo Paulo, y Cachoeira do Campo, en el de Minas Gerais. Más tarde les llegó el turno al Colegio de Corumbá, en Mato Grosso, de Salvador en Bahía, de la Colonia Agrícola de Jaboatâo, en Pernambuco, de la Escuela Agrícola de Tebaida, en Sergipe.
El desarrollo fue tan rápido que ya en 1901 se constituyeron tres Inspectorías: la del Sur de Brasil, la de Mato Grosso y la del Norte, que comprendía desde Bahía hasta la zona amazónica4. Un año después, los Salesianos, que habían perdido la Colonia Teresa Cristina a causa de nuevas opciones políticas de los gobernantes de Mato Grosso, crearon una misión precisamente en las partes orientales del Estado, con los Bororos orientales.
Muy pronto los Salesianos, no teniendo una organización económica suficiente para sostener sus estructuras educativas, debieron rendirse a la presión de la sociedad y dirigir sus colegios hacia la enseñanza superior, dejando las escuelas profesionales en segundo plano. La Congregación en Brasil respiró desde entonces con los dos pulmones de las escuelas y de los oratorios.
Como en Argentina y Uruguay, también en Brasil desde el principio los Salesianos trataron de difundir la devoción a la Virgen de Don Bosco. Don Luis Zanchetta, como Director, por medio de las “Lecturas Católicas” y muchos folletos propagandísticos, difundió esta devoción en todo el Brasil. Entonces fue posible construir el monumento a María Auxiliadora en la colina sobre el Colegio de Santa Rosa, en Niteroi, que se convirtió en meta de peregrinaciones y primer signo religioso en el panorama de la bahía de Guanabara, cuando todavía no se había construido el gran Cristo del Corcovado.
Para solemnizar el Centenario de la Fiesta Litúrgica de María Auxiliadora, instituida por Pío VII con motivo de la liberación de la cautividad napoleónica, y el Centenario del nacimiento de Don Bosco, del 28 al 30 de octubre de 1915 se desarrolló en Sâo Paulo el VII Congreso Internacional de los Cooperadores Salesianos, con el tema “La restauración social en Cristo”, que, estando a cuanto se declaró en los respectivos documentos, debía llevarse a cabo a través del trabajo y de la educación. Como fruto del Congreso se fundó en el barrio de Bom Retiro, al lado de la parroquia salesiana, una nueva Casa salesiana destinada a dar formación profesional a los jóvenes pobres.
2.4 Chile
En Chile, Don Bosco y los Salesianos eran conocidos y muy apreciados en Santiago, Valparaíso, Talca y Concepción. El libro Don Bosco y su Obra, del Obispo titular de Milo, el español Mons. Marcelo Spínola, había tenido una gran difusión en el país. Personalidades de Chile, que habían ido a Italia entre 1869 y 1887, tuvieron la oportunidad de conocer la grandeza extraordinaria del Santo de los jóvenes; uno de ellos, Don Blas Cañas, fundó en Santiago en 1872, bajo la indicación de Don Rua, el “Patrocinio de San José”.
Sin embargo, Don Bosco comenzó a pensar en las misiones de Chile sólo en 1876. Escribió al Obispo de Concepción pidiendo informaciones para una futura obra, y al mismo tiempo proponía la fundación de tres casas: Santiago, Valparaíso y Concepción. El primer salesiano en tierras chilenas fue Don Domingo Milanesio, que narró su viaje a Concepción en el Boletín Salesiano de marzo de 1886. Los Salesianos comenzaron su trabajo apostólico con las escuelas profesionales para muchachos pobres, los Oratorios festivos, la atención pastoral a los barrios más pobres y con las misiones entre los indígenas del Estrecho de Magallanes.
A la muerte de Don Bosco, las Casas salesianas en Chile eran 14. Cuatro de éstas – La Serena, Santiago, Talca y Concepción – eran Escuelas de Artes y Oficios para jóvenes pobres, a los que se ofrecía también hospitalidad en un internado anejo. En el Colegio San José de Punta Arenas había un grupito de muchachos que se formaban en los talleres de zapatería, carpintería, tipografía y encuadernación. Los Institutos comerciales eran tres: Iquique, Valparaíso y Valdivia. En Linares y Punta Arenas había una escuela elemental. El “Patrocinio de San José” era un internado con cursos elementales y medios. El Aspirantado y el Noviciado se habían colocado en Macul, Santiago. Los Salesianos tenían sólo Parroquias en Punta Arenas y Porvenir. Merece especial mención la casa de “La Gratitud Nacional” en Santiago, que comprendía el Asilo de la Patria y el templo de la “La Gratitud Nacional” al Sagrado Corazón.
El trabajo misionero que se desarrollaba en Magallanes y la atención prestada a los muchachos pobres, juntamente con las características del optimismo y del dinamismo típicas de Don Bosco y del espíritu salesiano, habían suscitado el apoyo de las autoridades civiles y religiosas y de los católicos en general. También la prensa contribuía a hacer conocer y apreciar el mundo salesiano. En 1907 se comenzó a publicar la hoja El Mensajero de María Auxiliadora y las Lecturas Católicas.
En aquel tiempo se pensó en tener dos Inspectorías en Chile. Las obras de la Prefectura Apostólica de Magallanes tuvieron como Inspector, desde 1887 hasta su muerte, a Mons. Fagnano. En 1892 se creó la Inspectoría de San Gabriel, con sede en Santiago. Hay que notar que hasta 1902 dependían de esta Inspectoría también las obras de Perú y de Bolivia.
En este período también las FMA entraron en Chile, tanto en las misiones del Sur como en las regiones del Centro y del Norte del País. En 1910 tenían 10 casas. En 1896 la Madre General, Madre Catalina Daghero, visitó la Misión de la Isla Dawson.
1.2 La Prefectura Apostólica de Punta Arenas |
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En 1882, Don Concha proponía a Don Bosco la fundación de una Casa en Punta Arenas, comenzando así las misiones entre los indios de la Tierra del Fuego. En 1883, después de diversas gestiones hechas por Don Bosco, la Sagrada Congregación de la Propagación de la Fe creaba la Prefectura Apostólica de la Patagonia Meridional, con sede en Punta Arenas. Comprendía también la Tierra del Fuego, las Islas Malvinas y las otras islas existentes en la región.
Prefecto Apostólico fue nombrado Don José Fagnano. En octubre de 1886 él partía de Buenos Aires con una expedición científico-militar para explorar la Tierra del Fuego. Mientras evangelizaba y bautizaba a los indígenas, se convenció de que la sede de la Prefectura debía estar en Punta Arenas. Para las misiones entre los indígenas, Mons. Fagnano prefirió el sistema de las “Reducciones”, como las que crearon los Jesuitas en Brasil y Bolivia, al de los misioneros itinerantes, según se solía hacer en la Patagonia. En marzo de 1889 se dio comienzo a la misión de la Isla Dawson. El mismo Mons. Fagnano, yendo a Santiago en 1880, obtuvo la concesión de la isla por veinte años. En su misión los Salesianos recibieron a los Indios Alakaluf y posteriormente a los Onas.
Las FMA se ocupaban, mientras tanto, de las mujeres y de las muchachas. Además del catecismo les enseñaban a leer, escribir, cocinar, lavar y remendar los vestidos, a conocer las normas más elementales de limpieza y de higiene, a cantar, a coser, a hacer de zapateras.
Superior y animador incansable de todo era Mons. Fagnano, que visitaba frecuentemente las misiones y viajaba a Santiago o a Europa para dar cuentas al Estado del trabajo hecho, para resolver problemas particulares conversando con las autoridades competentes o, más sencillamente, para recoger las ayudas necesarias para las misiones.
Posteriormente, surgieron contrastes con la diócesis de Ancud a causa de la administración eclesiástica de Punta Arenas. La cuestión fue llevada a Roma. Así, en 1916, se creó el Vicariato Apostólico de Magallanes, independiente de la diócesis de Ancud y se nombró Vicario Apostólico al salesiano Mons. Abraham Aguilera Bravo.
Grandes fueron los festejos por la Beatificación de Don Bosco (1929), que se celebraron en el mes de mayo en Talca, en Punta Arenas y con un solemne triduo en Santiago. La prensa contribuyó a crear un clima de admiración por la figura del Apóstol de la juventud y por su obra. Como cariñosa adhesión al nuevo Beato, los Antiguos Alumnos tuvieron su Tercer Congreso, en el que se estudió el método educativo de Don Bosco.
También en Chile, como en el resto de América Latina, una de las cosas que más ha caracterizado la presencia salesiana ha sido la devoción a María Auxiliadora, como lo demuestran también las numerosas capillas que se dedicaron a Ella. Los Salesianos tienen hoy cuatro templos parroquiales y cuatro iglesias públicas dedicadas a María Auxiliadora.
2.5 Paraguay
Fue en 1879 cuando Don Bosco respondió a la petición del Card. Nina, protector de la Congregación, prometiendo enviar a algún salesiano a Asunción para ayudar en la formación al clero local. Don Juan Allavena fue a prestar su ministerio sacerdotal durante la Semana Santa y permaneció dos meses en Paraguay. Sin embargo, no fue posible mantener en seguida la palabra dada. De hecho, los Lazaristas fueron a Paraguay en 1880 y los Salesianos ocuparon, mientras tanto, el lugar de ellos en la Patagonia.
Doce años después, otro misionero salesiano, Don Ángel Savio, llegó a Asunción. Subió el río hasta Bahía Negra, en la frontera con Brasil. Tomó un primer contacto con los indígenas del Chaco y, al volver a Buenos Aires, llevó consigo algunas cartas para el superior salesiano y para la Congregación Romana de Propaganda Fide, pidiendo misioneros para Paraguay.
En noviembre de 1892, el Cónsul de Paraguay en Montevideo, el Sr. Matías Alonso Criado, escribió a la Santa Sede haciendo ver las necesidades de la infancia y de la juventud en Paraguay y el estado deplorable de los Indios del Chaco Paraguayo. El Cardenal Rampolla transmitió a Don Rua el deseo del Santo Padre de interesar al Superior de los Salesianos para estudiar la posibilidad de fundar una Misión en el Chaco y una escuela de Artes y Oficios en Asunción. Don Lasagna, que había ido a Italia para participar en el Capítulo General, fue a Roma y, después de haber sido hecho Obispo titular de Oea-Tripoli, volvió a América. Habiendo ido un año después a Asunción en Paraguay, se ganó en seguida el corazón de todos.
Muerto Mons. Lasagna, fue nombrado Director del nuevo colegio de Asunción Don Ambrosio Turriccia. Los nuevos misioneros partieron de Montevideo el 14 de julio de 1896. En 1900 se fundó una segunda casa en Concepción, ciudad que constituía como una puerta para las misiones del Chaco. El mismo año, en el entonces lejano suburbio de Vista Alegre, comenzó con una pequeña casa y una capilla dedicada al Sagrado Corazón, lo que es hoy el “Salesianito”.
Pero en 1902 los contrastes entre el Director y el Gobierno hicieron que éste ordenara la clausura del Colegio de Asunción. Puesto que los edificios habían sido dados a los Salesianos mediante una ley del Parlamento, se originó un conflicto institucional entre el órgano legislativo y el poder ejecutivo. Después de muchas gestiones, se llegó a una solución. Don Turriccia fue mandado a Chile. Los Salesianos se trasladaron a una nueva sede, donde se encuentran hasta hoy, el colegio fue abierto de nuevo y el hospital volvió a las manos del Gobierno.
Desde 1919, mientras tanto, se iban creando residencias misioneras en los caseríos del Chaco. En 1924 se abrió la escuela agrícola de Ypacaraí. El crecimiento de la presencia salesiana fue tal que en 1954 Paraguay tuvo una Inspectoría propia.
Fue Don Domingo Queirolo quien dio a la devoción a María Auxiliadora una verdadera dimensión popular en la nación guaraní. Se distinguió construyendo iglesias y capillas dedicadas a la Virgen de Don Bosco y dio resonancia social a la fiesta de María Auxiliadora con la publicación del semanario “El Mensajero de María Auxiliadora”. Superior de las misiones salesianas del Chaco, hizo de la Virgen Auxiliadora su titular.
Los años 1932-1935 no fueron un período fácil. La guerra del Chaco diezmó la población masculina de Paraguay; varios colegios salesianos se transformaron en hospitales. Don Queirolo, Don Ernesto Pérez y otros capellanes salesianos infundieron en los soldados y en el pueblo paraguayo una plena confianza en la protección de María Auxiliadora, que fue proclamada protectora y patrona del ejército paraguayo. La devoción a la Virgen Auxiliadora arraigó profundamente en el alma de los paraguayos.
Otro nombre que hay que recordar es el de Don Guido Coronel, que construyó los grandes templos de Coronel Oviedo y del Alto Paraná en honor de María Auxiliadora e hizo que fuera proclamada patrona del agro del Alto Paraná.
Con igual empeño y celo las FMA se comprometían en la difusión de la devoción a la Auxiliadora en las casas y en el mundo femenino de la nación.
3. LA PRESENCIA SALESIANA
La presencia salesiana en la Región Cono Sur surgió de un sueño de Don Bosco y de su misma pasión misionera. Fue así como el carisma arraigó profundamente en América Latina, hasta formar parte de su misma cultura. La prueba está en el crecimiento prodigioso que hoy hace de la Congregación Salesiana la fuerza religiosa más grande de este continente.
En efecto, después de ciento treinta años, la presencia salesiana, entre América del Norte y América Latina, comprende 26 Inspectorías y 2 Visitadurías en 23 naciones, desde Canadá hasta Argentina y Chile. En la Región del Cono Sur hay 14 Inspectorías: cinco en Argentina, seis en Brasil, una en Uruguay, una en Chile y una en Paraguay. La CISUR comprende las Inspectorías de lengua española: Buenos Aires, Bahía Blanca, Córdoba, La Plata, Rosario en Argentina, y las Inspectorías de Chile, Paraguay y Uruguay. La CISBRASIL comprende las Inspectorías de Lengua portuguesa de Belo Horizonte, Campo Grande, Manaus, Porto Alegre, Recife y Sâo Paulo.
Hoy en la Región hay 1788 SDB y 96 novicios, que llevan adelante 312 presencias. Por desgracia, hay que notar que, no obstante la población en su mayoría juvenil en estas naciones, el humus religioso y católico de la sociedad, y un número no indiferente de vocaciones y de hermanos en la formación inicial, hay que reconocer igualmente una caída numérica persistente y progresiva de los Salesianos en la Región.
Teniendo en cuenta la disminución de Salesianos, y también tratando de lograr una calidad mejor en la formación, las Inspectorías han comenzado a promover una colaboración interinspectorial y a proyectar y llevar adelante un proceso de reajuste. En efecto, algunas obras no cuentan ya con una comunidad religiosa, y son gestionadas por los seglares. En otras Inspectorías, en cambio, si bien el número de obras ha sufrido una ligera flexión, los frentes pastorales se han multiplicado.
Vida religiosa
Por lo que se refiere a la vida religiosa, se debe afirmar la sustancial fidelidad de la mayor parte de los Hermanos, que viven con alegría, convicción y serenidad su vocación religiosa, el compromiso en el servicio pastoral y educativo, la vida fraterna, la fidelidad a los votos, la vida de oración y de formación continua.
Por una parte, se debe reconocer la generosidad con que numerosos Hermanos, aún de edad avanzada, asumen cargos de trabajo en los colegios y en las parroquias; pero, por otra parte, hay que hacer notar también el limitado número de hermanos en condiciones de asumir responsabilidades significativas como para ser directores, ecónomos y párrocos. En muchas obras el Director tiene que asumir también la responsabilidad de la administración y esto puede ser en menoscabo de su función de guía espiritual de los Hermanos y de animador carismático de la misión. La desproporción entre obras y salesianos y la disminución de Hermanos lleva, pues, con frecuencia, a acumular responsabilidades, lo cual influye negativamente en la vida de la obra y en la calidad del servicio, con un consiguiente estilo de individualismo pastoral.
1.3 Vocación y vocaciones |
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No faltan en la Región recursos vocacionales. La edad media de la población de estos países, el humus religioso, el sustrato católico y cultural y también la pobreza de grandes franjas de la gente son elementos que concurren al hecho de que la vocación a la vida consagrada o sacerdotal tenga todavía una gran acogida. No hay absolutamente comparación con lo que está sucediendo en la mayor parte de los países de Europa occidental, donde una propuesta semejante no encuentra respuesta en gran parte de los jóvenes, es más, frecuentemente recibe un rechazo. Por eso, es precioso notar, por una parte, cómo, en Argentina, Uruguay, Brasil, Chile y Paraguay, la juventud es todavía numerosa, generosa y abierta a los valores cristianos. Por eso, cada año muchos jóvenes comienzan su itinerario formativo con generosidad y entusiasmo por Don Bosco y por la misión salesiana. Por otra parte, elemento crítico es el hecho de que estos candidatos, con frecuencia, por desgracia, revelan motivaciones vocacionales débiles, una base humana más bien precaria y una formación cristiana poco asimilada.
Se verifica así el hecho de que, aunque son numerosos los jóvenes que frecuentan nuestras obras, los que ya están implicados en las diversas formas de asociacionismo del Movimiento Juvenil Salesiano, o los que manifiestan disponibilidad ante la propuesta vocacional salesiana explícita, sin embargo en los últimos años se ha constatado una persistente caída de las vocaciones. Las Inspectorías que sufren más esta disminución son las de Argentina y Uruguay. En Brasil, por el contrario, se vive actualmente un período de alza vocacional, que merece ser estudiado, precisamente para conocer mejor las causas. Chile, en general, se ha caracterizado por un marcado y fecundo trabajo en este campo. Y Paraguay está recogiendo los frutos de su esfuerzo en la pastoral juvenil y vocacional.
Los Salesianos son conscientes y están preocupados por la caída del personal y tratan de descubrir sus causas y las posibles vías de solución. En particular, se trata de proyectar una pastoral juvenil que lleve a la maduración de proyectos de vida, y una pastoral vocacional de propuesta, con experiencias de voluntariado social y misionero, un acompañamiento bien cuidado, un compromiso de vida sacramental y un serio camino de discernimiento.
3.2 Vida fraterna de la comunidad
Tanto los Capítulos Inspectoriales celebrados hace un año, como las Visitas de Conjunto de las dos Conferencias Inspectoriales de la Región, han puesto en claro que las ideas fuerza del CG25, “La Comunidad Salesiana Hoy”, han sido el cuadro de referencia particularmente idóneo para mejorar la vida de las comunidades. Aún con compromiso y resultado diversos, las comunidades han asumido las cinco fichas del Capítulo General, tratando de realizar el modelo de comunidad querido por Don Bosco y expresado en el trinomio: “Vivere in unum locum, in unum spiritum, in unum agendi finem”. Se ha querido así superar el falso dilema “Vida común” o “Vida fraterna”, con la recuperación de la intuición fundamental: la nuestra es una “Vida fraterna común”. Se ha evitado, de este modo, ceder a la tentación del estar juntos como valor supremo, aunque a veces no existe una relación interpersonal profunda, o a la tentación del “querernos mucho”, aunque no se den concretamente las condiciones para estar juntos.
Todo esto ha llevado a una mejoría del “día de la comunidad”, del funcionamiento de los Consejos de las obras, de la asamblea de la comunidad, del papel de la CEP, como núcleo animador. A propósito de este último elemento, la valorización de la CEP en las presencias resulta cada vez mayor, aunque el camino es todavía largo antes de que ésta sea fermento capaz de originar dinamismo y de transformar toda la obra.
Los objetivos escogidos por el Rector Mayor con su Consejo para la programación del sexenio 2002-2008 han sido asumidos por la mayor parte de las Inspectorías y, de hecho, figuran en sus planes anuales. Hay, además, actividades que demuestran la realización de estos mismos objetivos. La llamada a hacer más significativas las comunidades, sea bajo el aspecto de la cantidad de los hermanos como bajo el de la calidad, ha encontrado respuesta en el esfuerzo hecho por numerosas Inspectorías para reforzar el número de los hermanos en cada comunidad y en el de promover un ritmo de vida que favorezca la formación permanente y la significatividad pastoral. En algunos casos se ha reducido el número de las obras; algunas de éstas han sido confiadas a los seglares, y la ventaja lograda ha sido que los hermanos han podido dedicarse más directamente a su misión específica.
A pesar de estos esfuerzos, sigue siendo grande la desproporción entre compromisos apostólicos, campos de trabajo, complejidad de las obras y el número de hermanos. El peligro está en correr el riesgo de perder la identidad de nuestra presencia, la calidad de la propuesta educativo-pastoral, la visibilidad de nuestro testimonio, la fecundidad espiritual y vocacional. Es necesario, por lo tanto, encontrar y mantener el equilibrio entre nuestra sensibilidad pastoral, que nos impulsaría a ir al encuentro de todas las necesidades de los jóvenes, especialmente de los más pobres, y la convicción de que no estamos llamados, y sobre todo no nos es posible, resolver todos los problemas sociales y pastorales.
3.3 Misión salesiana
La misión salesiana, lo sabemos, no se identifica con las obras o las actividades, y ni siquiera se reduce a ellas. ¡Es, ante todo, la pasión de Don Bosco por el bien de las almas, de los jóvenes! Misión de la pastoral juvenil es, pues, mantener este celo misionero y hacerlo sistemático, orgánico, operativo.
A nivel de la Región América Cono Sur, en 1985 se creó el “Secretariado de Pastoral Juvenil de La Plata” (SECPLA), que se ha transformado en SEPSUR con la integración de la Inspectoría de Chile, y ha demostrado vitalidad, organización y eficacia operativa. Lo demuestran las consultas, los cursos de actualización, los seminarios de trabajo para preparar material pastoral, el “Cuaderno de PJ”, los encuentros especiales con los animadores de las obras y del territorio, los encuentros con los jóvenes
En la Conferencia Inspectorial Brasileña esta misión se confió a la “Articulación de la Juventud” (AJS), que coordina todo el asociacionismo juvenil. Se trata de un equipo nacional de referencia que ha funcionado bien y ha producido también interesantes materiales, como los “cadernos salesianos”, que han sido de gran utilidad para los animadores locales. Actualmente este equipo nacional comprende también a las FMA. Esta integración, válida en sí, no ha estado libre de problemas a causa de la diversidad del camino recorrido por las dos Congregaciones, del modo diverso de concebir el trabajo con la juventud y de la dificultad de mantener un grupo estable. Pero subrayo el gran valor del creer en esta colaboración y del querer crear, de todos modos, sinergia.
Se ha creado también un equipo de reflexión de la CISBRASIL para coordinar el ámbito de la juventud y para responder a los interrogantes de coordinadores, animadores y agentes de pastoral. Anualmente se tiene un encuentro con todos los delegados inspectoriales de Pastoral Juvenil. Entre los datos sobresalientes, por una parte, por lo que respecta a los jóvenes, se nota un aumento de jóvenes voluntarios disponibles para trabajar en las misiones; por otra parte, por lo que respecta a los Hermanos, se constata una disminución del número de Salesianos disponibles para acompañar a los jóvenes, especialmente para un camino de fe.
1.4 Sector ESCUELA |
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En la Región, el sector escuela sigue siendo uno de los servicios más consistentes y significativos. En estos últimos años, a pesar de la disminución del número de Salesianos, ha habido un incremento de las obras de educación formal, en particular de las de nivel superior (IUS). Todas las Inspectorías de Brasil, de Argentina y de Chile cuentan con diversas escuelas de nivel superior. Hablaremos de ello más adelante.
Tal vez lo más digno de ser subrayado en el campo de la educación formal en CISBRASIL es la creación de la red de enlace entre las diversas escuelas. Todo esto en colaboración con las Inspectorías de las FMA. La finalidad principal es garantizar la identidad salesiana de nuestras escuelas, formar a los profesores en la pedagogía salesiana y elaborar textos escolásticos según una línea pedagógica salesiana, sobre todo para las escuelas convencionadas. Se debería recordar aquí que, por lo que respecta a la producción de textos escolares, Argentina y Chile llevan adelante desde hace años esta actividad, en colaboración empresarial con la editorial salesiana EDEBE de Barcelona, España.
Desde el punto de vista de la financiación, la situación de las escuelas se presenta muy diversificada. Mientras las escuelas salesianas de Chile están totalmente subvencionadas por el gobierno y las de Argentina cuentan con el apoyo del Estado, por lo que los padres de los alumnos pagan una cuota accesible, las de Brasil, Paraguay y Uruguay no reciben ningún tipo de subsidio. De este modo quedan penalizadas las familias que, al no tener particulares posibilidades económicas, quedan privadas de la posibilidad de escoger para los propios hijos una escuela de calidad y dotada de un preciso proyecto educativo.
1.5 Escuelas Agrícolas y Centros de Formación Profesional |
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Una de las presencias que han tenido un gran éxito en estos países de la Región Cono Sur ha sido la de las escuelas agrícolas. Aunque en número más reducido que en el pasado, las Inspectorías de Argentina, Uruguay, Chile y Paraguay tienen aún escuelas agrícolas, que son reconocidas por su calidad. En cambio, aparece como paradoxal que, en una nación fuertemente agrícola como Brasil, las escuelas agrícolas no hayan sido tenidas en cuenta por los muchachos y por sus familias. Así ha sucedido que, con el cese de los internados, tales escuelas en Brasil se han cerrado todas.
Al contrario, los Centros de Formación Profesional se han multiplicado, también porque diversas organizaciones, sobre todo europeas, los han favorecido seriamente con medios y subsidios económicos. Hoy, como en los tiempos de Don Bosco, muchos adolescentes o jóvenes tienen necesidad de trabajar para ayudar económicamente a su familia y en las escuelas profesionales encuentran la posibilidad de una formación necesaria para insertarse activa y profesionalmente en el mundo del trabajo. Personalmente soy del parecer que este campo de nuestra presencia debe ser fuertemente promovido y sostenido. En efecto, nos pone en relación con los jóvenes más pobres y nos permite una vinculación con el mundo del trabajo. Y esto es tanto más significativo en este momento en que el modelo cultural tiende a hacer ver la primacía de los estudios superiores y universitarios que dan una cierta imagen y un particular status social. Estoy convencido, además, de que el trabajo de nuestros Centros Profesionales puede ofrecer una aportación preciosa a estos países que están todavía en vías de desarrollo industrial.
1.6 Sector MARGINACIÓN |
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El de la marginación es uno de los ámbitos en que la Región Cono Sur se ha movido con más valor y eficacia. La presencia salesiana al lado de los menores en peligro es hoy uno de los más significativos, no sólo porque es una obra que nos permite obrar a favor de los muchachos más necesitados, sino también porque nos da la oportunidad de estar en contacto constante con los organismos gobernativos y administrativos de los que procede la coordinación de las políticas sociales. Se trata también de una estrategia importante para influir en el cambio de mentalidad de los gobernantes, teniendo en cuenta que son ellos los que tienen la posibilidad de cambiar o al menos mejorar en parte la situación social y cultural de tantos muchachos pobres y en situación de grave peligro personal y social. Hoy encontramos, por fortuna, a diversos hermanos y miembros de la Familia Salesiana presentes en los organismos donde se discuten las políticas sociales para los niños y los adolescentes.
Inspirados en la experiencia de Don Javier De Nicolò (COB), fundador de Bosconia, el Centro de atención a los muchachos de la calle, y en la del Sr. Raimundo Mesquita (BBH), fundador del Centro Salesiano de Atención a los Menores, este tipo de obras se ha desarrollado un poco en todas las Inspectorías. Son nuevas presencias educativas verdaderamente formidables que, en el espíritu que las anima, nos recuerdan naturalmente la primera experiencia del Oratorio de Valdocco. Cito, sólo como ejemplo, la obra de Itaquera (BSP), donde el P. Rosalvino Moran ha creado una auténtica ciudadela salesiana, a favor de los muchachos más pobres. La presencia directa tiene expresiones multiformes: acogida, ayuda alimenticia, oferta de pequeñas formas de artesanado para los más pequeños y preparación profesional, rápida o prolongada, para los jóvenes; en fin, la inserción específica en el trabajo para los jóvenes mayores. Una presencia significativa en el campo de la marginación se observa en las casas-familia para menores en peligro: son 91, con cerca de 3.000 huéspedes. Hay que notar que las nuevas generaciones de Salesianos se sienten movidas y disponibles para trabajar con estos destinatarios. Debo añadir, sin embargo, que, para trabajar con estos jóvenes más necesitados, no es suficiente la buena voluntad; se requiere una sólida motivación de fe, preparación específica y gran profesionalidad.
1.7 Sector PARROQUIAS |
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La presencia de los Salesianos en las parroquias es notable, sea por el número como por la generosidad de los sacerdotes salesianos que están comprometidos en la cura pastoral, en la catequesis y en la preparación y administración de los sacramentos. Las parroquias, con las iglesias públicas y santuarios, son más de 300 y los Salesianos que trabajan en ellas son más numerosos que los comprometidos en la Escuela.
En este trabajo los desafíos que se presentan son: la necesidad de garantizar la identidad de la parroquia salesiana, la coordinación de las fuerzas apostólicas (movimientos, grupos, asociaciones) mediante un proyecto pastoral que dé unidad a la obra de evangelización, a la promoción humana y a la formación cristiana. Para todo esto, hoy, es indispensable la colaboración de los seglares, la creación y la promoción de los ministerios para las diversas actividades apostólicas y, además, el buen funcionamiento de los Consejos Pastorales.
1.8 Servicios ECLESIALES |
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Ciertamente, nuestra participación en la vida y en la acción de la Iglesia local no se reduce a la realización de la misión salesiana y a la guía de las parroquias confiadas a nosotros. Hay un modo ulterior de realizar nuestra presencia; es decir, a través del conjunto de fuerzas salesianas que están más directamente al servicio de la Iglesia Diocesana. Pienso, en este momento, en los 110 Obispos de nuestra Congregación. De ellos, 43 están en la Región América Cono Sur: 25 en Brasil, 9 en Argentina, 4 en Uruguay, 2 en Paraguay y 3 en Chile. Sin pretender disminuir nuestro “sensus Ecclesiae” y nuestra adhesión al Santo Padre, hay que decir que el nombramiento de Obispos ha privado a algunas de nuestras Inspectorías de personas muy valiosas en el campo de la animación o en la dirección de comunidades y obras. Este hecho, además, ha producido, a veces, falta de continuidad en algunos proyectos en curso, o la debilitación de algunos sectores, como el de la formación. De todos modos, nos declaramos felices de dar a la Iglesia pastores bien preparados y particularmente sensibles a los problemas de la juventud.
La colaboración con las Iglesias locales se hace manifiesta también a través de un consistente grupo de Salesianos comprometidos en estructuras educativas y eclesiales a nivel nacional. Piénsese, a título de ejemplo, en las diversas Conferencias de Religiosos, en las Asociaciones de los Educadores Católicos, en los diversos servicios a favor de las Conferencias Episcopales como los servicios de pastoral juvenil y de catequesis, los centros para la comunicación social y otras diversas iniciativas de carácter diocesano.
1.9 Participación y formación de los seglares |
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El Capítulo General 24 llevó a toda la Congregación a un nuevo tipo de aproximación y de comprensión de los seglares que trabajan en nuestras obras. Ya estaban presentes antes, pero desde el CG24 en adelante han sido invitados no sólo a colaborar, sino a compartir plenamente el espíritu y la misión de Don Bosco. Se les ha pedido que vivan y obren como verdaderos salesianos, educadores capaces de testimonio y palabra, plenamente corresponsables de la misión salesiana. Para alcanzar este objetivo era necesario un cambio de mentalidad, tanto por parte de los hermanos como por parte de los mismos seglares.
Por parte de los hermanos, aunque ha habido un cierto progreso en todas las Inspectorías, hay aún resistencias, a veces porque no se ha comprendido bien este nuevo modelo de relaciones SDB-Seglares; otras veces, por efecto de algunas experiencias negativas debidas a la prisa en delegar responsabilidades a personas no preparadas adecuadamente. Otras dificultades han surgido por la poca claridad y la falta de comprensión del nuevo papel que cada salesiano y la comunidad habrían debido desarrollar en este nuevo modelo. Se ha observado, además, que la elección de los seglares, basada más en la capacidad profesional que en la salesianidad, mientras por una parte puede concurrir a mejorar la calidad del servicio, por otra parte puede causar detrimento al clima educativo general. Se debe notar también que la escasez del tiempo, los compromisos con la familia y otras actividades sociales limitan objetivamente la continuidad de presencia de nuestros seglares entre los destinatarios. Finalmente, resulta delicada la relación económica, por la que, a veces, en las relaciones entre los hermanos y los seglares, se pasa de un diálogo entre colaboradores a una relación, o peor aún, a alguna tensión, entre dueños y empleados.
Tratando de salir al encuentro de las dificultades encontradas, las Inspectorías de la Región han elaborado un “Plan de formación para los seglares” de las escuelas y de las demás obras. La Universidad Don Bosco de Campo Grande, Brasil, ofrece, además, un curso de “post-grado” en el campo de la Espiritualidad Salesiana, para hermanos y seglares; las IUS de la Región han ido llevando adelante un curso on line de formación salesiana para los profesores universitarios.
3.4 Formación Inicial y Permanente
1.10 Formación Inicial |
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En la Región, la formación inicial merece una atención especial, porque de ella depende en gran medida la identidad carismática, la robustez espiritual, el impulso apostólico y la calidad pastoral de nuestros Hermanos. Actualmente, hay casas de prenoviciado en todas las Inspectorías. Éstas van caminando más decididamente hacia una colaboración interinspectorial para garantizar equipos consistentes de formadores, un número sólido de formandos, un plan formativo de calidad y, sobre todo, centros de estudios con identidad salesiana. Todo esto debería concurrir a favorecer, por parte de los candidatos a la vida salesiana, la asimilación personal de la experiencia espiritual y del proyecto apostólico de Don Bosco.
Desde esta perspectiva, la fase mejor estructurada es el Noviciado, generalmente compartido entre diversas Inspectorías. En particular, donde funciona bien el Curatorium, se comparte mejor la responsabilidad formativa.
La estructura del Postnoviciado se presenta con matices diversos: en algunas Inspectorías (BPA, ABB) forma una única comunidad con el prenoviciado, desde el momento que durante esta primera fase se hace un año de estudios filosóficos. En Argentina hay colaboración entre las Inspectorías de Buenos Aires y La Plata, con un único postnoviciado en Avellaneda. Las otras Inspectorías tienen su estructura propia. Uruguay mantiene las fases del noviciado y postnoviciado en la misma comunidad, con un único Director.
Por lo que se refiere a la teología, dos Inspectorías de Brasil-Sâo Paulo y Argentina-Buenos Aires tienen el propio estudiantado. Las otras tienen comunidades de teólogos, los cuales estudian en diversos centros, diocesanos o de otras Congregaciones. Los estudiantes de Paraguay comparten el programa de estudios de la Inspectoría de Chile. Las Inspectorías de Argentina-Córdoba y Argentina-Rosario tienen comunidades de estudiantes que hacen el camino de formación teológica en otros centros de estudios de la Diócesis. Las Inspectorías de Bahía Blanca y de La Plata tienen los estudiantes juntos en Buenos Aires. Cinco Inspectorías de Brasil tienen estudiantes en nuestro estudiantado de Sâo Paulo. La Inspectoría de Belo Horizonte es responsable, con otros Institutos Religiosos, de un Centro de Estudios de Filosofía y Teología para los estudiantes salesianos y de otras Congregaciones.
Hasta hoy no hay nada específico para la formación de los Hermanos Coadjutores. Para ayudar a encontrar una respuesta satisfactoria, en la Visita de Conjunto de las dos Conferencias Inspectoriales de la Región, he invitado personalmente a buscar una solución en colaboración con la Región Interamérica.
1.11 Formación Permanente |
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Además de lo ya dicho, sobre el esfuerzo de consolidación de las comunidades y del reajuste de las obras, con el fin de garantizar una vida común fraterna que favorezca la renovación espiritual, la actualización profesional y la competencia pedagógica, en el ámbito de las dos Conferencias Inspectoriales de la Región se han multiplicado los compromisos para una cualificada propuesta de formación permanente de los Hermanos.
Hasta ahora han resultado eficaces los cursos específicos para los Directores y para los hermanos en las diversas edades de vida religiosa o sacerdotal. Entiendo referirme a los encuentros del quinquenio para los sacerdotes jóvenes y para los coadjutores en los primeros años de profesión perpetua, al curso para los confesores, a los diversos cursos para párrocos. La presencia de un coordinador estable en el EFOSUR ha garantizado la continuidad y la unidad de planteamiento de estos encuentros formativos.
Desde 1997 se han realizado, como iniciativa de CISBRASIL y bajo la coordinación de la Comisión Nacional de Formación, un curso de especialización en educación salesiana, en la Universidad Don Bosco de Campo Grande, y un curso de formación para SDB y seglares.
3.5 Familia Salesiana
Entre los grandes recursos disponibles para realizar la misión en la Región hay que mencionar a la Familia Salesiana. La importancia de esta realidad no consiste tanto en el hecho de servirnos de los diversos grupos, como si estuvieran a nuestra disposición, cuanto en la conciencia de estar llamados a trabajar juntos, en un mismo territorio, como Movimiento espiritual apostólico. Todo ello respetando la autonomía de los diversos Grupos y de las diversas Congregaciones. Bajo este aspecto, la preocupación primera será la de formar a hacer funcionar la Consulta de la Familia Salesiana, tanto en ámbito inspectorial como en ámbito local.
La Región América Cono Sur ha sido bendecida por la presencia de muchos grupos de la Familia Salesiana. En efecto, además de los Salesianos, están presentes las FMA, los Cooperadores salesianos, los Antiguos Alumnos y las Antiguas Alumnas FMA, las Voluntarias de Don Bosco, los Voluntarios con Don Bosco, las Damas Salesianas, las Apóstoles de la Sagrada Familia, las Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, las Hermanas de Jesús Adolescente, las Hermanas de la Caridad de Miyazaki, la Congregación de Sacerdotes de San Miguel Arcángel.
Hay también otros grupos aún no pertenecientes oficialmente a la Familia Salesiana, pero igualmente muy cercanos a nuestro espíritu: los Padres de los consagrados salesianos, la Pía Unión María Mazzarello, las Hermanas Josefinas, las Misioneras del Buen Jesús, las Misioneras de Cristo Resucitado, la Comunidad contemplativa de Nazaret, la Familia de la Domus Mariae, la Sociedade Joseleitos de Cristo, la Congregaçâo das Irmâs de S. Teresinha, la Congregaçâo das Irmâs do Divino Mestre, la Comunidade Cançâo Nova.
La colaboración entre SDB y FMA para realizar la misión es muy buena, especialmente en el campo de la educación formal y en la pastoral juvenil. Se trabaja juntos también en la coordinación y en la animación de los Cooperadores, de los Antiguos Alumnos y de las Antiguas Alumnas.
Los Cooperadores, cuya Asociación está trabajando en la renovación del Reglamento de Vida Apostólica, están haciendo un buen camino en la misión. Por desgracia, las Inspectorías no siempre les garantizan la presencia de un Delegado salesiano.
Los Antiguos Alumnos y las Antiguas Alumnas están presentes en todas las Inspectorías y muchos de los centros locales colaboran con nuestras obras educativas. Hay cerca de 115 Uniones en toda la Región, si bien no todas funcionan con la misma vitalidad. También aquí, como en otras partes del mundo salesiano, se trata de implicar más a los antiguos alumnos más jóvenes.
En las parroquias el grupo ADMA, normalmente, se hace responsable de mantener viva la devoción a María Auxiliadora, tan difundida en estas naciones, como hemos visto. Las VDB están presentes en casi todas las Inspectorías. A diferencia de la otra Región del continente, las Damas Salesianas no son muchas y su crecimiento es lento. Sin embargo, los grupos son muy activos en el ámbito de la asistencia social y particularmente en el sector de la salud, entre los más pobres.
Pienso que el de la Familia Salesiana es uno de los campos en que debemos comprometernos a crecer mucho más. Y esto, a partir de los Salesianos que, con frecuencia, más allá de las funciones de animación y coordinación, no manifiestan una verdadera conciencia de pertenecer también a una Familia más amplia. Es necesario comprender mejor la Familia Salesiana como un verdadero movimiento espiritual y apostólico y advertir su importancia en el contexto de la misión salesiana.
Comunicación Social
La Comunicación Social ha sido siempre un campo de acción prioritario para los Salesianos de la Región América Cono Sur. Hoy cada Inspectoría tiene su Delegado inspectorial para la comunicación social, aunque no todos estos Hermanos actúen a tiempo pleno, desde el momento que desarrollan también otras tareas. En casi todas las Inspectorías hay salesianos especializados, con diverso grado de preparación, en comunicación social. En la Región existen dos Institutos Superiores de comunicación, uno en Buenos Aires y otro en Bahía Blanca, que son particularmente apreciados por la óptima calidad de los técnicos que allí se forman. Hay también otros cursos de buena calidad en las Universidades de Campo Grande, de Brasilia, y en el Centro Universitario de Sâo Paulo.
Por lo que se refiere a la información, el instrumento más común es el Noticiario Inspectorial en formato web e impreso. También muchos colegios y parroquias tienen su propia página web y el propio Boletín informativo periódico. Por la falta de una coordinación suficiente, hasta ahora no se han seguido líneas y políticas comunes para la información. Es, pues, necesario crecer en la conciencia de que se puede crear un sistema coordinado de comunicación, evitando la dispersión de energías y recursos y haciendo más eficaz la información al servicio de la misión y del proyecto de animación inspectorial y mundial.
Cinco son las ediciones del Boletín Salesiano, con una tirada de 63 mil ejemplares en Brasil, 51 mil en Argentina, 10 mil en Chile, 7.500 en Paraguay y 3.500 en Uruguay.
En el campo de la producción y de la divulgación de mensajes educativos y pastorales los Salesianos han desarrollado numerosos programas e iniciativas de diverso tipo. Entre las principales señalo la presencia de 2 Centros de comunicación (ABA, BCG), 7 editoriales (ALP, ARO, BSP, CIL, CISBRASIL, PAR), 12 tipografías y escuelas gráficas (ABA, ABB, ARO, BPA, BRE, BSP, CIL, PAR, URU), 4 centros de producción de audiovisuales (ABB, BBH, BCG, PAR), 15 librerías (ABB, ACO, ALP, BCG, BRE, CIL, PAR, URU), 13 emisoras de radio (ABB, ALP, ARO, BCG, BRE, PAR). Los Salesianos, además, realizan un número considerable de programas para otras emisoras de radio presentes en el territorio y siguen directamente 11 canales de TV educativa (BBH), y un canal de TV universitaria (BCG).
La gestión de estas empresas es un gran desafío para las Inspectorías, que no disponen de personal suficiente y con formación profesional adecuada; además, no siempre se asumen estas obras como parte del Proyecto Orgánico Inspectorial. Así, a veces, llega a prevalecer la iniciativa personal, con el riesgo de poner en peligro una correcta gestión administrativa y profesional. La sinergia entre las empresas de comunicación sigue siendo, pues, una línea política que hay que incrementar más aún y perfeccionar con una visión de mayor profesionalidad.
3.7 Animación Misionera
Los Salesianos llegaron a Argentina con un programa que respondía a las necesidades del momento. Comprendieron, de hecho, que los países de esta área se estaban moviendo hacia un mayor desarrollo y una consolidación de la propia nacionalidad. Por eso, el comienzo del proceso de industrialización y la necesidad urgente de instrucción indujo a nuestros Hermanos a abrir los talleres de artes y oficios, escuelas agrícolas, y realizar verdaderas y propias exposiciones técnicas. Escogieron un lenguaje propagandístico que correspondía a la mentalidad emergente de entonces: exaltación del trabajo, estilo juvenil de las diversas propuestas educativas, coreografías y bandas de música, representaciones dramáticas. En el mismo período, en pocos años, se preparó desde Uruguay al Cabo de Hornos toda una cadena de observatorios meteorológicos. Es significativo que, cuando en 1885 las Congregaciones religiosas fueron expulsadas de Uruguay, los Salesianos pudieron permanecer, gracias a su Observatorio Meteorológico.
La Región América Latina Cono Sur se ha caracterizado, pues, desde el principio por su compromiso educativo y apostólico en las misiones. Y este trabajo misionero continúa aún hoy de manera significativa. De hecho, en el territorio hay todavía pueblos indígenas integrados, en diverso grado, en la civilización occidental y también otros pueblos que prácticamente no han tenido ningún contacto con la realidad social de su país. Hay misiones salesianas en la Patagonia argentina, en la región del Chaco en Paraguay, en la Amazonia y en Mato Grosso en Brasil. Según los resultados del censo de la población hecho el año 2000, sólo en Brasil hay 734.131 indígenas, pertenecientes a 225 etnias con 180 lenguas diversas. Cuatro son las Inspectorías típicamente misioneras: Manaus (para los diversos pueblos del Río Negro), Campo Grande (para los Bororos, Xavantes), Bahía Blanca (para los Mapuches), Paraguay (para las poblaciones de la zona del Chaco Terenas).
En la Patagonia la situación política, social y económica ha cambiado sustancialmente en estos 130 años de presencia misionera salesiana, pero los Salesianos siguen siendo todavía los valientes defensores de los derechos de los Mapuches, de su cultura y organización social, y la evangelización se hace con una gran atención a la inculturación del evangelio. Es obligado recordar aquí los internados de jóvenes Mapuches en Junín de los Andes y Zapala, como centros de promoción y de orientación vocacional. Los Mapuches viven en una región inhospitalaria, muchas veces aislada por la nieve durante el invierno. Los Salesianos, misioneros fieles, comparten la pobreza y la riqueza de este pueblo.
Como se ha dicho, hablando de los comienzos de la presencia misionera salesiana en estos países, la primera comunidad salesiana llegó en 1920 al Chaco Paraguayo y en 1948 la Santa Sede creó el Vicariato Apostólico del Chaco, confiándolo a Obispos salesianos. La mayor parte de la población vive todavía hoy a lo largo del Río Paraguay y los Salesianos prestan su obra de asistencia religiosa.
La dimensión misionera de la Inspectoría de Campo Grande es evidente de modo particular en el Mato Grosso con la presencia y la actividad entre los Bororos y los Xavantes, pero también entre los Kaiowá y los Terenas. La Universidad Católica Don Bosco ha contribuido de modo particular al estudio de usos y costumbres de estos pueblos, conservando preciosas documentaciones etnográficas y culturales. Hay que recordar también que fue la presencia de los Salesianos la que evitó la extinción del pueblo Bororo. Las ocho reservas indígenas del Mato Grosso, con una población de más de 15 mil indígenas Xavantes y dos mil Bororos, reciben todavía el apoyo salesiano en los sectores de la salud, de la educación, de la subsistencia y de la evangelización. La historia salesiana entre los Xavantes, que cuenta ya con más de cien años, lleva el sello de la sangre: el P. Fuchs y el P. Sacilotti fueron asesinados por estos Indios el año 1934. Veinte años después, en 1956, los Xavantes llegaron a Meruri en busca de los misioneros y un grupo se ubicó en Sâo Marcos y otro en Sangradouro. Nacieron así las dos misiones residenciales entre el pueblo Xavante.
Aquel año, estos Indios eran poco más de un millar; hoy, en cambio, superan las 15.000 unidades. Con la presencia articulada de los Salesianos y de las FMA, ha disminuido la mortalidad infantil, la población ha sido alfabetizada y la evangelización ha podido ser propuesta con una adecuada obra de inculturación. La enseñanza la imparten maestros indígenas y es bilingüe; esto para facilitar la fidelidad a la cultura indígena, con un continuo proceso de conservación de costumbres y tradiciones de la misma etnia. Gracias a todas estas atenciones, aún bombardeados por los medios de comunicación social, los indígenas no han perdido su cultura, sus costumbres y sus tradiciones.
Además de todo esto, los Salesianos se han cuidado de custodiar de manera científica el patrimonio cultural. Efectivamente, el “Centro de documentación misionera” de la Inspectoría de Campo Grande recoge y conserva libros, films, fotos, documentos y los originales de todas las publicaciones sobre los indígenas que fijan la historia, el contenido y la metodología de la praxis misionera. Y el Museo Don Bosco, con objetos típicos de los pueblos indígenas, animales y pájaros de la región y piedras preciosas, se encuentra bajo la responsabilidad de la Universidad Católica de Campo Grande. Es visitado, en media, por 12 mil personas al año, la mayor parte turistas de todo el país, de Estados Unidos y de Europa y alumnos de las escuelas de Campo Grande y del Estado del Mato Grosso del Sur.
En el ámbito de la evangelización se hace hoy un camino serio de catecumenado, inculturado en los contenidos y en los métodos y dividido en diversas etapas que coinciden, normalmente, con las etapas de iniciación de los indígenas. Merece subrayarse el esfuerzo por inculturar la liturgia entre los Bororos y los Xavantes y la preparación de ministros seglares, catequistas y agentes de pastoral. Hay sensibilidad en discernir y acompañar las vocaciones indígenas a una vida de compromiso laical y también a la vida religiosa y salesiana. Recientemente un Xavante ha sido ordenado sacerdote y otros se encuentran en el período de formación inicial. Dos Bororos están haciendo actualmente el año de prenoviciado.
Entre tantas iniciativas inherentes al trabajo misionero entre los Bororos y los Xavantes querría señalar la siguiente. En 1970 los hermanos misioneros Franz y Luis Würstle comenzaron el Proyecto de Asistencia Misionera Ambulante (AMA) al servicio del desarrollo social de las comunidades indígenas y como apoyo a los misioneros. Después de la muerte del Padre Franz, su hermano Luis, coadjutor salesiano, sigue esta preciosa obra. Juntamente con sus colaboradores trabaja con los indígenas desarrollando proyectos para la producción y el uso de la energía eléctrica, acueductos, apertura y conservación de caminos, construcción de puentes, perforación de pozos artesianos.
La realidad misionera salesiana en Amazonas es todavía muy significativa: representa la tercera parte de las presencias de la Inspectoría de Manaus y compromete a un tercio de los Salesianos. Siete son las presencias misioneras en este territorio, pero es obligado subrayar el generoso y capilar trabajo de itinerancia misionera, desarrollado por los Salesianos, en las orillas del Río Negro. Numerosas son las iniciativas de promoción humana y de evangelización que siguen adelante, pero es interesante recordar que en los indígenas Jauareté existe también un Centro de orientación vocacional y se han recogido ya frutos importantes: las ordenaciones de los primeros sacerdotes indígenas diocesanos y salesianos y las profesiones de jóvenes formandos salesianos. Hay ya 4 sacerdotes indígenas, mientras la presencia misionera eclesial entre los Yanomami de Maturacá se encuentra aún en la fase de fundación inicial.
A nivel de estructuras de apoyo, en Brasil funciona la Procura Misionera “Uniâo pela vida”, con la sede en Brasilia. La Inspectoría de Bahía Blanca mantiene una Procura en la ciudad de Buenos Aires con la finalidad de ayudar a las misiones. La dimensión misionera está también presente en las obras donde existe el grupo misionero, que se hace promotor de diversos tipos de actividad: formación, campañas para la financiación económica de las diversas iniciativas, voluntariado.
La Inspectoría de Sâo Paulo (BSP) es corresponsable de la Revista “Missôes” junto con los Combonianos; participa en el Consejo de dirección y también económicamente. La Inspectoría de Campo Grande mantiene la revista “Notícias Missionárias” (BAKARU).
4. IMPORTANCIA DE LA REGIÓN AMÉRICA CONO SUR PARA LA OBRA
SALESIANA EN AMÉRICA Y EN EL MUNDO
Sin pretensiones de grandeza, pero conscientes también de cuanto el Señor nos ha dado a través de esta presencia salesiana en el Sur de América Latina, querría hacer ver su importancia en el mundo salesiano, y no sólo porque aquí comenzó la gran aventura misionera de la Congregación, sino también por otros motivos que la hacen muy significativa.
De ella han salido los fundadores de la obra salesiana en Bolivia, en Perú, en Ecuador, en Colombia y en Centroamérica. Cuando se pensó constituir un Delegado de Don Bosco para América, fue escogido Mons. Juan Cagliero, Vicario Apostólico en Patagonia, y primer Obispo salesiano. Y cuando Don Rua tuvo necesidad de desdoblar este cargo, dejando a Don Cagliero encargado sólo de la Región Atlántico Sur, fue escogido como Delegado del Rector Mayor para la Región del Pacífico Mons. Santiago Costamagna, con residencia en Chile.
En Argentina, gracias a la iniciativa de Don José Vespignani, se comenzó la modalidad de los aspirantados para adolescentes, que luego se extendió por todo el mundo. No olvidemos la importancia que tenía, hasta el Concilio, la Editorial Salesiana de Buenos Aires por el trabajo de evangelización desarrollado por los Salesianos en toda la América de lengua española.
En Buenos Aires, luego, en 1900, se celebró el Primer Capítulo Regional para toda América. En Uruguay nació la costumbre de celebrar a María Auxiliadora cada 24 de mes. De Chile pasó al CGE la idea de la gran Familia Salesiana, adoptada luego, muy favorablemente, con el nombre precisamente de Familia Salesiana5. Igualmente de Chile, que se inspiraba en una anterior experiencia brasileña, surgió el Movimiento Juvenil Salesiano.
1.12 La santidad en la Región América Cono Sur |
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También en el campo de la santidad salesiana esta Región ha sido bendecida por Dios y ha enriquecido el mosaico con figuras significativas, como la Beata Laura Vicuña, el Beato Artémides Zatti, el Venerable Don Rodolfo Komorek, el Venerable Zeferino Namuncurá y el Siervo de Dios Mons. Antonio de Almeida Lustosa.
1.13 El trabajo social de los Salesianos en la Región |
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Asistencia a los inmigrados, especialmente italianos. Fue uno de los campos de trabajo recomendados por Don Bosco a los primeros misioneros. En Argentina y en Uruguay se organizaron eficaces secretariados para acoger y acompañar a los nuevos inmigrantes.
En Brasil, el Inspector Don Pedro Rota fue el Presidente de la Italica gens, recomendada por Don Rua. Semejante asistencia se extendió luego también a los inmigrados polacos, alemanes y otros.
En Chile, en noviembre de 1915, los Salesianos asumieron el encargo de tres parroquias étnicas para el acompañamiento de los inmigrantes italianos residentes en Chile: Talca, Valparaíso y la “Gratitud Nacional” de Santiago.
Asistencia a los pequeños agricultores. Ha sido grande el trabajo que los Salesianos han realizado en beneficio de los agricultores. Como ejemplo, deberíamos poner de relieve la obra de Don Horacio Meriggi en Uruguay, a favor de los pequeños agricultores. Comenzada la obra de los sindicatos cristianos agrícolas en la diócesis de Salto, el Obispo quiso confiar a los Salesianos la continuación de aquel trabajo. Con la aprobación del Inspector, fue encargado Don Horacio Meriggi de continuar y desarrollar esta obra. Fueron 73 los Sindicatos Cristianos de Agricultores reunidos en tres Federaciones Sindicales y una Conferencia General; 6 mil eran las familias asociadas a esta obra, 10 las colonias agrícolas, 27 las Cajas Populares. Después de 25 años de trabajo, moría Don Horacio Meriggi diciendo: “Muero contento de ser salesiano y se haberme consagrado por entero a la Congregación”.
Para los obreros. De cuantos han trabajado en la Región a favor de la clase obrera, tomamos como ejemplo el trabajo del hermano salesiano Carlos Conci, en Argentina. Bajo la dirección de su Director en el Colegio Pío IX de Buenos Aires, comenzó a preocuparse de los Antiguos Alumnos, a cuya Asociación dio un impulso especialmente en el campo de los estudios sociales. Este trabajo lo empeñó durante treinta años.
Junto con algunos distinguidos miembros del clero de la Arquidiócesis, luchó por implantar en todas partes el orden social cristiano. En 1911 contribuyó a la difusión de la “Liga Social Argentina”. En 1920, a petición del Nuncio Apostólico y de los Exmos. Obispos y con el permiso de los Superiores, ocupó el cargo de Secretario Nacional de la Unión Popular Católica Argentina, que dio luego los mejores elementos para la Acción Católica Argentina.
En 1925, fue nombrado por el Presidente de la República delegado obrero para la Séptima Conferencia Internacional del Trabajo de Ginebra, donde defendió con competencia los principios de la Rerum Novarum. En 1931 presidió la Delegación Argentina en la conmemoración de la Rerum Novarum celebrada en Roma.
También en la prensa Carlos Conci propagaba las ideas cristianas. Colaboró en numerosas revistas, periódicos y folletos. Fue director del diario católico “El Pueblo”. Fundó y dirigió la Revista “Restauración Social” y publicó manuales de difusión de la doctrina católica al alcance de todos.
1.14 Aportación de los Salesianos a la ciencia |
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La colocación de las primeras obras y misiones en el continente suramericano hicieron posible que los Salesianos pudieran distinguirse también por la aportación geográfica, etnográfica y, más generalmente, científica, relativa a la exploración de aquellas tierras a las cuales habían sido enviados, ante todo como misioneros.
Es interesante recordar que, respecto a la Meteorología, el Congreso de Geografía celebrado en Venecia en 1880, confiaba a Don Bosco el servicio de hacer conocer mejor el clima de las regiones meridionales de América.
La red de observatorios meteorológicos salesianos comenzó con el de Villa Colón, en Uruguay. Prestó un buen servicio a favor de la navegación en el río de la Plata. El servicio se extendió luego por toda la parte más austral del Continente, doquiera existiera una estación misionera. La misma difusión tuvo en Punta Arenas y en Mato Grosso, en la Región Amazónica y en otras partes de Brasil. Hay que recordar que dicho servicio meteorológico contribuyó notablemente a un correcto conocimiento científico del clima de aquellas Regiones.
Por lo que se refiere a la Geografía, el salesiano Don Alberto De Agostini exploró los Andes meridionales y las montañas de la Tierra del Fuego, en una época en que poco o nada se conocía de aquellas tierras. Su obra sirvió de ayuda a la causa de la paz entre Argentina y Chile, que, también gracias a la obra de este salesiano “explorador”, fueron entonces capaces de establecer correctamente las propias fronteras en la región.
En el campo de la Biología encontramos el descubrimiento del Myrmicophilus Badariotti, que lleva el nombre del salesiano que lo descubrió. En las misiones de Mato Grosso, además, se elaboró una variedad de cereal, el grano Sales, que resultó muy adecuado para el cultivo del trigo en la altiplanicie brasileña.
Grande fue la aportación en la Agricultura. Cuando la Patagonia era todavía un desierto, el salesiano Don Alejandro Stefenelli introdujo en la colonia agrícola dirigida por él un sistema para la irrigación de las tierras al margen del Río Negro. Con la aprobación del Gobierno llevó adelante dicha obra, con la intención de transformar el desierto de la Patagonia en una región de gran producción agrícola.
Digno de nota es, en particular, la aportación dada por los Salesianos en el ámbito de la Etnografía, de la Antropología y de la lingüística. En Argentina, actualmente se comienza a valorizar la obra de Don Lino D. Carvajal sobre los indígenas de la Patagonia y de la Tierra del Fuego. En Brasil tenemos la monumental Enciclopedia Bororo de Don César Albisetti y Don Ángel Santiago Venturelli, un ejemplo de trabajo científico que ha merecido estas palabras de Levi Straus: “La Enciclopedia Bororo es un monumento sin igual en ninguna sociedad de América Tropical”. De valor inestimable es también el Diccionario Básico Mapuche del P. Francisco Calendino, como también las obras, todavía sobre los Bororos, de Don Gonzalo Ochoa Camargo y los estudios de Don Alcinilio Bruzzi Alves da Silva sobre los indígenas del Río Negro, en Amazonia.
Por lo que se refiere a la Historia, aún es grande el servicio que hace, y no sólo a favor de la historia salesiana, el Centro Salesiano de Documentación e Investigación de Barbacena, Minas Gerais, Brasil. Lo mismo se puede decir del Archivo Histórico Salesiano de la Patagonia Norte, de Bahía Blanca, República Argentina.
Finalmente, recordaré que en diversos Museos de la Región se ha recogido un patrimonio extraordinario desde el punto de vista geográfico, etnográfico e histórico. Entre todos ellos, querría citar el Museo regional salesiano Maggiorino Borgatello, de Punta Arenas, en Chile, y el Museo Don Bosco de la misión salesiana de Mato Grosso, en Campo Grande, en Brasil.
1.15 Las instituciones universitarias |
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Con la consolidación de obras y presencias, varias fueron las motivaciones que llevaron a los Salesianos a dedicarse al trabajo en instituciones universitarias de la Región. Era necesario, ante todo, obtener para los Salesianos los títulos legales de estudio necesarios para trabajar tanto en las escuelas como en las otras presencias a favor de la juventud. En segundo lugar, a extenderse estas instituciones concurrió también el hecho de que la edad media de cuantos entran en la Universidad se había rebajado notablemente; todavía hoy en los Liceos es bastante común encontrar alumnos poco más que adolescentes, mientras que los jóvenes los encontramos mayormente en las Universidades. En tercer lugar, se ha hecho sentir más la necesidad, para quien trabaja en las escuelas, oratorios y otras obras sociales, de tener un apoyo teórico y también técnico de expertos que estudian y profundizan las problemáticas juveniles y educativas, tratando de ofrecer propuestas y soluciones adecuadas a los tiempos actuales.
Entre los Centros Universitarios más significativos de la Región, querría recordar aquí la Universidad Católica “Cardenal Raúl Silva Henríquez” de Santiago de Chile, la Universidad Católica Don Bosco de Campo Grande, en Mato Grosso del Sur y el Centro Universitario UNISAL, con campus en diversas ciudades de Porto Alegre, Manaus, Recife y Vitória. En Argentina está en estudio la unificación de los diversos Institutos superiores en una Universidad Nacional.
5. DESAFÍOS Y PERSPECTIVAS DE FUTURO
Después de haber presentado la situación cultural, social y religiosa de los diversos países de la Región y habiendo visto cómo los Salesianos han respondido hasta ahora a las urgencias de la realidad y a las necesidades y esperanzas de los jóvenes, querría indicar algunos desafíos y perspectivas que me parecen particularmente importantes. Respecto de esta Región, me parece que resultan particularmente aplicables las palabras de Juan Pablo II que, hablando de la Vida Consagrada, testimoniaba que ésta “no tiene sólo una hermosa historia que contar, sino también muchas páginas hermosas que escribir”.
5.1 Los desafíos
Del panorama descrito se desprenden, a mi parecer, estos desafíos principales:
* Ante todo, la vida de comunidad. Ésta manifiesta una debilitación de las comunidades locales, natural consecuencia de la evidente desproporción entre la cantidad de trabajo, la dimensión de las obras y el número de Hermanos presentes en cada una de ellas. Todo esto tiene el efecto de favorecer el individualismo, por una parte, y el sectorialismo por otra, con daño de un verdadero proyecto comunitario.
* Igualmente importante es la evangelización. De hecho se ve cada vez más evidente cómo hay que profundizar y purificar la realidad de la religiosidad popular, suscitando en nuestros destinatarios, jóvenes y adultos, una fe profundamente inserta en la vida, capaz, al mismo tiempo, de afrontar el progresivo impacto del secularismo y el difundido fenómeno de las sectas.
* La educación, en tercer lugar, sigue siendo el punto de una confrontación sustancial por lo que se refiere a nuestro compromiso carismático y a la aportación profética. Frente a una sociedad y cultura neoliberal que promueve un estilo de vida individualista, que aumenta cada vez más la distancia entre ricos y pobres, hay necesidad de promover una educación que transforme la mentalidad y promueva una cultura más solidaria y una ciudadanía activa en el campo social y político.
* Finalmente, querría subrayar la importancia del desafío vocacional. El problema fundamental va unido a dos aspectos importantes: la escasez de vocaciones y su frágil perseverancia. No obstante la presencia de una juventud numerosa, generosa y activa, que logra todavía captar y cultivar el entusiasmo por Don Bosco y la misión salesiana, el número de vocaciones disminuye y, sobre todo, la perseverancia se manifiesta más bien débil.
5.2 Líneas perspectivas
Tratando de apoyarnos en las energías y recursos disponibles y queriendo afrontar positivamente los desafíos internos y externos apenas indicados, mi propuesta es centrar nuestra atención en algunas perspectivas de futuro, que están en línea con las conclusiones de las Visitas de Conjunto de las dos Conferencias Inspectoriales de la Región, celebradas en Brasilia y en Buenos Aires durante la primera parte del mes de abril de 2005.
La primera gran indicación es la de reforzar la identidad carismática como
consagrados, apóstoles y misioneros de los jóvenes, por medio de la evangelización y la educación.
La complejidad del tiempo presente exige el continuo regreso a los orígenes, o sea el redescubrimiento de la propia vocación como proyecto de vida centrado en Cristo y animado por una gran pasión por nuestra misión: “ser signos y portadores del amor de Dios a los jóvenes, especialmente a los más pobres” (Const. 2). El CG25 nos ha indicado los elementos fundamentales de esta identidad carismática: una vida religiosa que manifiesta con claridad la primacía de Dios, que nos hace profecía de comunión a través de una vida fraterna según el espíritu de familia y que nos envía entre los jóvenes como presencia educativa y evangelizadora significativa.
Para vivir esto, se debe continuar la profundización y la aplicación de las líneas operativas del CG25 según los puntos que siguen:
Asumir el verdadero significado de la vocación salesiana en la Iglesia y recuperar la centralidad de Dios en la vida personal y comunitaria.
Hacer visible el testimonio de los consejos evangélicos con el impulso apostólico del “Da mihi animas”, la gratuidad y la oferta incondicionada de la vida a los destinatarios.
Conocer y vivir la espiritualidad del Sistema Preventivo, como fuente de relaciones nuevas en la vida fraterna. Todo esto, por una parte, supone la presencia de los salesianos entre los jóvenes y, por la otra, momentos de compartir la vida y la misión con los seglares.
Favorecer los procesos de crecimiento humano y vocacional en la vida comunitaria, garantizando la posibilidad de vivir y trabajar juntos.
Establecer tiempos, modalidades y criterios en el seno de las comunidades, para verificar su testimonio de vida y el celo apostólico entre los jóvenes.
* Una segunda indicación es la de garantizar una pastoral juvenil animada por la
pasión misionera del “Da mihi animas” y capaz de guiar a los jóvenes hacia
opciones de vida cristiana.
La realidad actual requiere un proyecto global para una presencia salesiana significativa en las diversas Inspectorías y en las diversas naciones. Se deberá, pues, prestar una atención nueva a las necesidades, a las posibilidades y a las exigencias de la educación, a un adecuado número de Salesianos respecto de las obras. Y todo esto teniendo en cuenta la población, las peticiones juveniles, la nueva configuración de las ciudades y el cambio de mentalidad de las nuevas generaciones.
Para esto es necesario continuar el estudio y la práctica del cuadro de referencia de la Pastoral Juvenil salesiana y, en clima de discernimiento, establecer ciertas prioridades estratégicas para la evangelización y la educación en la fe, que respondan a las urgencias de la situación juvenil.
Más en concreto:
- En el campo de la educación formal
La presencia educativa de los Salesianos en las escuelas sigue siendo considerada importante, pero a condición de que la escuela se presente con una propuesta cultural cualificada y profética, según las líneas de los encuentros tenidos en Cumbayá (1995, 2001).
Esto implica una seria preparación de los Salesianos a fin de que puedan llevar adelante este proyecto con renovado vigor.
Además, se deberá cuidar la selección de los colaboradores, en particular de los coordinadores, y la continuidad en el esfuerzo de su calificación; es decir, preparándolos para que puedan eventualmente asumir la responsabilidad de algunas obras con una adecuada competencia educativa y salesiana. En toda la obra de formación se deberá, de todos modos, tener presente la perspectiva de futuro de estas nuestras obras institucionales y escolásticas.
- En el campo de la atención a los más pobres
La opción por la juventud pobre, abandonada y en peligro, ha estado siempre en el corazón y en la vida de la Familia Salesiana desde Don Bosco hasta hoy. La cambiada situación de la sociedad nos desafía, como Salesianos, a dar hoy respuestas nuevas.
En particular:
En todas nuestras obras y presencias, a través de un nuevo estilo de presencia y acogida de todos; ofreciendo un servicio educativo integral centrado en la persona; con la promoción de una cultura de la solidaridad y el compromiso por la justicia y la transformación de la sociedad. Por consiguiente, la atención a los más pobres no se reducirá a un sector de algunas obras, sino deberá representar una línea transversal que comprenda todas las presencias salesianas, profundizando el tipo de cultura que se propone en las escuelas, en las parroquias, en las iniciativas de acogida y en la ayuda a los más débiles.
Nos haremos presentes y activos, en particular, en obras específicas que quieren ser una respuesta al malestar juvenil, ofreciendo a los jóvenes en dificultad propuestas concretas y coordinadas dentro de un camino de crecimiento integral. Estos servicios requieren competencia profesional, programas especializados, colaboración con otras instituciones civiles y superación de una forma individual de obrar. Para esto será necesaria una mayor integración de tales iniciativas y de los hermanos que están comprometidos en el proyecto inspectorial.
- En el campo de la propuesta vocacional
La propuesta es prestar especial atención a los jóvenes que ya comparten la misión y el espíritu salesiano, por medio de un acompañamiento más personal y propuestas vocacionales explícitas que los ayuden en su camino de discernimiento.
Promover, además, una animación vocacional, específica, que sea expresión de la fecundidad de la vida de la comunidad y de la misión.
Una tercera indicación de gran importancia es la de formar a los Salesianos capaces de afrontar los nuevos desafíos.
Es decir, formar a los Salesianos para asumir los desafíos de la juventud actual y para ser presencia nueva y significativa entre los destinatarios preferenciales. En efecto, se requieren Salesianos con una fe robusta, capaces de arriesgar la vida por Cristo y de responder con entusiasmo vocacional y preparación profesional a las exigencias de la misión. En todas las etapas de la formación se hace necesario personalizar e interiorizar las motivaciones fundamentales, una concepción de vida y actitudes que los hagan capaces de vivir con autonomía y serenidad las situaciones nuevas de la vida religiosa y del trabajo pastoral. Para esto es necesario:
Preparar formadores y, sobre todo, constituir y mantener equipos con formadores en número suficiente, calificados, y que permanezcan el mayor tiempo posible para que den fruto la experiencia formativa y la competencia académica.
Unificar los criterios que orientan el discernimiento, asegurar el acompañamiento personal y colaborar entre Inspectorías para crear las condiciones mejores en cada etapa formativa.
Ayudar a los candidatos desde el principio a procurar una madurez humana y una formación cristiana que les hagan posible una opción responsable de la vida salesiana. Ayudarlos, además, a discernir y purificar las motivaciones vocacionales y a asumir actitudes y costumbres conformes al tipo de vida a la que aspiran.
La última indicación es la de continuar el proceso de reajuste dentro de las Inspectorías y también a nivel de la Región.
Este camino es fundamental, ante todo para poder poner en práctica las indicaciones antes señaladas, prosiguiendo, por otro lado, una búsqueda valiente de lugares estratégicos, de iniciativas significativas y de formas multiplicadoras de los recursos al servicio de la misión juvenil.
En todo esto, una operación previa será la de completar el Plan Orgánico Inspectorial (POI), presentando una propuesta de reajuste de cada Inspectoría, que dé una fisonomía renovada a las presencias tradicionales y capaz de reordenar las nuevas presencias de inserción dentro del proyecto inspectorial. Se deberá, además, estar atentos a no favorecer una política de crecimiento desordenada de algunos tipos de obras.
Una opción importante para el centro inspectorial será la de garantizar un grupo consistente de personas para animar los servicios inspectoriales: inspector, vicario, ecónomo y delegado de la pastoral juvenil deberían garantizar con su presencia y disponibilidad este núcleo central de animación.
Otros aspectos que deberán crecer serán la solidaridad y la colaboración interinspectorial en los diversos campos relacionados con el servicio de la misión, dando vida así a un grupo solidario que obra en comunión, según un proyecto compartido.
La formación y el acompañamiento de los directores y de otras personas clave en la animación y en el gobierno de las comunidades y de la Inspectoría garantizará el desarrollo de los procesos de renovación de manera constante y orgánica.
Otras cosas más específicas han sido definidas y asumidas en la conclusión de las dos Visitas de Conjunto de la Región.
He comenzado esta carta diciendo que la presencia salesiana en América nació del sueño de nuestro querido Padre Don Bosco. Sus hijos han sido valientes realizadores de sus sueños. No le han decepcionado y han estado a la altura de las expectativas.
Este año celebraremos los 130 años de la primera expedición misionera. Será éste un momento significativo para renovar el sueño de Don Bosco. Los jóvenes de hoy tienen necesidad de que los Salesianos sigan siendo soñadores, creyendo que un mundo mejor es posible. Debe crecer en ellos la convicción de que hoy, más que nunca, el mundo tiene necesidad de personas con una intensa pasión interior, llenas de fuego, de mística. Sólo así serán capaces de apostar por los jóvenes, de poner en la educación la expresión típica de nuestro carisma. Y su entusiasmo será la fuerza que los arrastre, capaz de implicar en esta causa a innumerables personas que quieran compartir con nosotros espíritu y misión.
Cuando Jesús vio la multitud sintió compasión, porque vio que eran como “ovejas sin pastor” y entonces escogió discípulos y los envió con las mismas palabras y el mismo programa que hoy nos dirige a nosotros: “Mientras vais de camino, predicad que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis” (Mt 10,7-8).
Esta Palabra de Jesús ha estado ciertamente presente en los numerosos misioneros que, en esta Región, han dado la vida para que los jóvenes, las familias y los ambientes populares de las ciudades y de los pueblos pudieran tener la oportunidad de una vida más plena e iluminada por el anuncio del Evangelio. Hoy este mandato misionero continúa. El rebaño sin pastor, por mucho que se ha hecho en el pasado, se presenta siempre numeroso y lleno de necesidades y nos invita a una generosidad y a una entrega cada vez más plena. Dentro de nuestro corazón, en la oración y en la misión, el Espíritu, alma de la construcción del Reino de Dios, suplica incesantemente al Padre con las mismas palabras de Don Bosco: “Da mihi animas, cetera tolle”.
A María Auxiliadora, verdadera guía de nuestra Congregación, confiemos este momento de la historia y dejémonos guiar por Ella en el camino de la fidelidad a nuestra vocación y en la ofrenda de nuestra vida.
Don Pascual Chávez V.
1 Ver la edición crítica del sueño en RSS 28 (1996) pp. 109-117.
2 Cfr. Mons. Luigi LASAGNA, Epistolario (ISS), vol. II, p. 302.
3 Ver Fondo Don Bosco, 175 C 3.
4 De la Inspectoría del Sur de Brasil nacieron luego la de San Juan Bosco, hoy con sede en Belo Horizonte, Minas Gerais, y la de San Pío X, con sede en Porto Alegre, Río Grande del Sur. De la Inspectoría del Norte nació la Inspectoría de Santo Domingo Savio, con sede en Manaus, Amazonia.
5 En los documentos anteriores al CGE, cuando se habla de Familia Salesiana, se entiende siempre la Congregación salesiana de los SDB.