Actas_1986_317.ACG


Actas_1986_317.ACG

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del consejo generai
ano LXVII - abril-junio 1986
n.0 317
organo oficial
de animaci6n
y comunicaci6n
para la
congregaci6n salesiana
Direzione Generale
Opere Don Bosco
Roma

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\\

1.3 Page 3

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del consejo generai
de la sociedad salesiana
de san juan bosco
ORGANO OFICIAL DE ANIMACION Y COMUNICACION PARA LA CONGREGACION SALESIANA
N.0 317
ano LXVII
abril-junio 1986
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
Pagina
PROMOCION DEL SEGLAR EN LA
FAMILIA SALESIANA
3
2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES Centenario de la muerte de don Bosco
Orientaciones para prepararlo
23
3. DISPOSICIONES Y NORMAS
(No se dan en este numero)
4. ACTIVIDAD DEL C. GENERAL
4.1 De la cronica del Rector Mayor 33
4.2 Actividad de los consejeros
34
5. DOCUMENTOS Y NOTICIAS
5.1 Ejercicios espirituales en el Vati-
cano.-Oiscurso final del Santo Padre 40
5.2 Seminario de directores del Bole-
tin Salesiano
41
5.3 Las Hermanas de la Caridad de
Miyazaki, en la familia salesiana 48
5.4 Xli semana de espiritualidad de
la familia salesiana
49
5.5 Nuevos inspectores
50
5.6 Nombramientos de la Curia de
Roma
52
5.7 Solidaridad fraterna
53
5.8 Datos estad fsticos del persona! 55
5.9 Hermanos difuntos
57

1.4 Page 4

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Centrai Catequ istica Salesiana
Alcala, 164 - 28028 Mad rid
Edici6n excracomercial
lnstttuto Politécnico Salesianos-Atocha

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
Promoci6n del seglar en la Familia Salesiana
lnvitacioo a renovar nuestro camé de identidad.-Ouiénes son los seglares que estan en misi6n con nosotros.-Nueva
mentalidad eclesial.-EI Vaticano Il nos gu fa en una peregrinaci6n de descubrimiento•.-Valiosa novedad de comu-
nioo.-Oué objetivos nos propone,r,os.-Oar vida a un verdadero movimiento espiritual.
Queridos hermanos:
El tema que propone el aguinaldo de 1986 me-
rece ser considerado atentamente en nuestra Con-
gregaci6n.
La vocaci6n y misi6n del seglar de hoy dia es
uno de los grandes frentes renovadores abiertos
por el Vaticano II. La acci6n conciliar de profun-
dizaci6n y de relanzamiento incide también en
nuestra familia, que en la promoci6n de esta voca-
ci6n reconoce una experiencia de retorno a sus
origenes, pues don Bosco siempre conto con mu-
chos seglares en su misi6n juvenil y popular.
Invitaci6n a renovar
nuestro carné de identidad
Al proponer este punto no lo hacemos por
moda, que podria ser actitud transitoria y caduca;
nos mueven la docilidad al Espiritu del Sefior y la
fidelidad al proyecto educativo de nuesrro Funda-
dor.
No acudir a este freme significaria, en ultimo
término , que nos desinteresamos -de nuestra iden-
tidad vocacional. Tras un siglo largo de vida, ne-
cesitamos rejuvenecer las facciones del rostro sale-

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 317
4
siano , al objeto de que aparezca mas clara y atra-
yente su fisonomia auténtica.
Poco a poco se habia producido , en este sector,
cierta involuci6n que nos habia hecho mas gesto-
res autarquicos de las obras existentes que anima-
dores de un movimiento apostolico de la Iglesia
peregrina, mas preceptores de alumnos que mi-
sioneros de j6venes.
Gracias a Dios , el Concilio trajo abundante aire
fresco, que lleg6 a los pulmones de nuestros capi-
tulos generales, sobre todo del especial. Hoy dis-
ponemos de una doctrina rica y sugerente sobre el
seglar, con orientaciones concretas y estimulado-
ras. En cierto nivel yen diversas inspectorias·se ha
trabajado .
Alga se esta moviendo . Lo vimos, por ejemplo,
hace unos meses en el segundo congreso mundial
de cooperadores. Lo vemos también desde hace
tiempo en los antiguos alumnos; se mira con aten-
ci6n nueva a los colaboradores seglares y a los
«amigos de don Bosco». Però en algunas inspec-
torias cuesta despegar, se camina con lentitud.
iQué es lo que falta? iMentalidad conciliar re-
novada? iSentido de Iglesia con mayor comuni6n?
iSensibilidad socia! mas objetiva? iVisi6n mas va-
liente y mas capaz de enrolar otras personas en
nuestro quehacer juvenil y popular? iCarga espi-
ritual de mayor profundidad?
Una cosa es segura: si don Bosco viviera hoy
con los grandes horizontes del Vaticano II , se lan-
zada a implicar a no pocos seglares en su proyecto
de acci6n.
(Por qué no lo debedamos hacer sus hijos, que
para las pr6ximas celebraciones del centenario de
su muerte nos hemos propuesto demostrar que el
carisma del Oratorio sigue en plena vida y actuali-
dad?

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5
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
Quiénes son los seglares
que estan en mision con nosotros
Queremos promover la vocaci6n del seglar que
esta con nosotros al servicio de los j6venes, refi-
riéndonos al espiritu auténtico del Concilio.
Pero al cambiar de registro , es decir, cuando
pasamos de pensar en el seglar o laico segun el
Concilio a la consideraci6n de quiénes son los se-
glares con que tratamos y trabajamos, sentimos
una extrafia dificultad, por lo elastico de los signi-
ficados atribuidos a este término. Se habla desde
niveles distintos , que obscurecen su verdadero
concepto eclesial y clan a nuestra consideraci6n .tal
ambigiiedad, que apenas resulta licito hablar ex-
plicitamente de vocaci6n y de misi6n.
La culpa esta en el valor corriente y multiple de
la palabra «laico ». Su uso esta hoy tan arraigado
en el lenguaje comun, que nosotros mismos, si no
estamos atentos , sin darnos cuenta nos movemos
en planos ambiguos.
Pongamos algun ejemplo de este término, por
lo menos en el ambiente italiano (N. del T. : En
castellano resulta menos ambiguo, porque existe
también el término «seglar»). Hablamos de «co-
laboradores laicos ». Pero, iqué significado damos
a este término? En la prensa se habla frecuente-
mente de «laicos » en politica. Pero, i qué signifi-
ca? O bien, iPOr qué se acepta la expresi6n «esta-
do laico » y, en cambio, se desconffa de la expre-
si6n «moral laica»? Es clara, en uno y otro caso, la
diferencia de significado de la misma palabra. . .
A nosotros nos interesa esto cuando hablamos
de familia salesiana. i Quiénes son los laicos o se-
glares, aquellos a quienes cabalmente nos referi-
mos en el aguinaldo? La respuesta debe ser muy
precisa, porque esta intimamente vinculada a

1.8 Page 8

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N.0 317
6
nuestra fidelidad al Concilio y a don Bosco. La
falta de identificaci6n atenta lleva a una actividad
confusa, sin nitidez ni concreci6n vocacional y,
por tanto, salesianamente superficial.
Asi pues, necesitamos responder con determi-
naci6n consciente que por laicos (o seglares) aqui
entendemos los cristianos miembros de la Iglesia
cat6lica que, estando en el mundo con su tipico
caracter secular, quieren vivir el bautismo en mi-
si6n con nosotros . O sea, corno es obvio, quere-
mos aplicar y hacer fructificar en nuestra familia
la descripci6n concreta que del seglar o laico hace
el Vaticano II.
Me parece vital esta preòsi6n. Sin ella nunca
lograremos que despegue en la Iglesia un verdade-
ro movimiento espiritual de personas1.
No se trata de eliminar de nuestra atenci6n y
de un alistamiento adecuado (en diversos niveles)
a otros muchos colaboradores, antiguos alumnos y
amigos . Sabemos que don Bosco busco colabora-
dores por todas partes, con tal de que tuvieran un
minimo de buena voluntad e · hicieran el bien
(«bienhechores »), incluso por encima de su confe-
si6n religiosa. Es una herencia muy rica que debe-
mos conservar en la Congregaci6n; hoy esta con-
firmada por la apertura conciliar al ecumenismo,
al dialogo con las religiones no cristianas y hasta
con los no creyentes. Sin embargo, el aguinaldo
de este afio no se refiere a tal aspecto, que en no
pocas comunidades ya funciona bastante bien.
Lo que nos proponemos es superar la peligrosa
superficialidad de que hablé en el informe al
XXII Capitulo Generai sobre el estado de la Con-
gregaci6n. Es una superficialidad que acompaiia y
caracteriza al tipo de trajinante genérico que pue-
de parecer amigo de todos, pero que en realidad
no es padre espiritual de nadie.
I. Comtituciones,5.

1.9 Page 9

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7
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
2. XXI Capitulo Generai,
69 .
En nuestra familia los seglares, en sentido con-
ciliar, los vemos y nos los asociamos, de hecho, de
entre los cooperadores, de entre los antiguos
alumnos que, corno dice el XXI Ca~itulo Gene-
rai, han hecho la opci6n evangetizadora , y de entre
los colaboradores externos y amigos que desean
dar testimonio de fe cat6lica.
La labor concreta que debemos hacer es dedi-
carnos mas y mejor a promover, sobre todo, la
Asociaci6n de cooperadores en sus miembros se-
glares, y a intensificar el cuidado de quienes, sin
estar ordenados o consagrados, desean ser cat6li-
cos activos de entre los antiguos alumnos --en sus
asociaciones locales o en la confederaci6n mun-
dial-, de entre los colaboradores y de entre los
am1gos.
Estos son los «seglares » o «laicos» de nuestra
familia a que nos referimos. Debemos actuar en
uni6n con las Hijas de Maria Auxiliadora y demas
grupos de consagrados de la familia, para que es-
tos seglares sientan la alegria de vivir una voca-
ci6n hermosa y participen activamente con noso-
tros, segun el espiritu de don Bosco, en la misi6n
de la Iglesia en el mundo.
Nueva mentalidad eclesial
El hombre maduro deberia ser un sabio abierto
a la novedad del Espiritu Santo. Sin embargo, es-
tos aii.os hemos comprobado que, en algunas per-
sonas, después de cierta edad, es facil hacerse ex-
céptico, creer que no hay nada nuevo, quedarse
sentado, pensar que ya se ha llegado y quiza abur-
guesarse poco a poco. Da pena encontrarse con
personas maduras de aii.os, pero poco sabias de es-
piritu.

1.10 Page 10

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N.0 31 7
8
Os recordaba en la circular anterior que se ha
dicho que en el Concilio no aparecen definiciones
o condenas inéditas , y que, a pesar de todo , pre-
senta una novedad extraordinaria. Nihi! novi et om-
nia nova, nada nuevo , pero todo es novedad.
En cuanto al seglar en la Iglesia hay una gran
novedad. Quien no logre veda, se expone a no ser
docil al Espiritu Santo y, por lo mismo , a no sa-
ber aportar fuerzas que alienten la renovacion.
La vocacion del seglar, tal corno la presenta el
Vaticano II, tiene exigencias concretas que a to-
dos nos imponen simultaneamente dos tareas
complementarias: conocer bien la doctrina del
Concilio en este punto y, ademas, repasar con se-
riedad critica el pensamiento de don Bosco y sus
iniciativas. Nuoca podemos separar un aspecto de
otro; si lo hacemos , caemos o en arbitrariedades
efimeras o en posturas inmovilistas.
Respecto al pensamiento de accion de don Bos-
co, podemos decir que en todas nuestras casas hay
-por lo menos asi lo espero-- bibliografia sufi-
ciente y una tradicion viva que nos facilitan la lec-
tura historicamente seria de la presencia del seglar
en nuestra mision. Todos estamos mas que con-
vencidos de que nuestro Fundador procuro enrolar
al mayor numero posible de colaboradores en su
proyecto de accion, desde su madre Margarita
hasta los patronos que daban trabajo a sus apren-
dices; desde la buena gente del pueblo hasta los
teologos, los nobles e incluso los politicos del mo-
mento. Penso, proyecto , se asesoro y, finalmente,
instituyo , corno expresion organizada, la Pia
Union de cooperadores salesianos. Los cooperadores
-afirmaba convencido y esperanzado-- van a ser
quienes promuevan e! espiritu cat6!ico3.
En cambio , respecto al conocimiento del Vati-
cano II entre nosotros, la cosa es menos segura.
3. Mm,oriaJ Biografica,
XVIII , 161.

2 Pages 11-20

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2.1 Page 11

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9
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
4 . Cfr. Acta, del Consejo
Genera i 3 16, pags . 8-
16.
5. Cfr . Sinodu extraordi-
nario, Documento fìna l
I, 5 y 6.
6. Cfr ., en e.Ile numero de
ACG, secci6n «Docu-
mtntos» 5, 1.
7. Sinodo extraordinario .
8 . CatecheJi tradendae.
Como dije en la ultima circular, los pastores de
la Iglesia tienen la penosa sensaci6n (por mi parte
creo que tal pensamiento se puede aplicar tam-
bién, por desgracia, a no pocos religiosos) de que
no se conoce suficientemente el Vaticano II y,
menos todavia, que esté asimilado y llevado a la
vida. Al contrario, tienen la impresi6n de que se
han seguido mas facilmente interpretaciones su-
perficiales, restrictivas, parciales y hasta err6-
neas4. De ahi la necesidad, para todos, de acudir a
los textos conciliares y programar su estudio orga-
nico5.
Es, por lo tanto, necesario que inspectores y di-
rectores pongan interés particular en organizar
iniciativas concretas al respecto . Todas las inspec-
todas deben hacerlo . Cada casa, por su parte, tie-
ne que ver el modo practico de ahondar sistemati-
camente en la doctrina del Concilio. Tras el lla-
mamiento del Sinodo extraordinario, esta tarea
urgente debe formar parte de nuestra programa-
ci6n de vida. Por mi parte, he creido que convenfa
hacerlo incluso en la reciente predicaci6n de los
ejercicios espirituales al Santo Padre y a la Curia
romana6 .
Si el Concilio es un hecho profético, un regalo de
Dios a la Iglesia 1al mundo, otro Pentecostés, la carta
magna del futuro y el gran catecismo de los tiempos mo-
dernos8, nuestra mentalidad pastora! debe adecuar-
se constantemente y cada vez mejor a sus grandes
contenidos orientadores. Uno es cabalmente la
vocaci6n y misi6n del seglar en la Iglesia.
El Vaticano II nos guia a una
«peregrinaciém de descubrimiento»
En su mensaje para la jomada mundial de la

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N.0 317
10
paz del ano 1985 , Juan Pablo II afirm6 que el de-
venir del hombre en la historia es corno una pere-
grinaci6n de descubrimiento9.
Ciertamente, el Vaticano II es para los creyen-
tes un momento muy rico y fecundo de descubri-
mientos .
Uno de ellos es la visi6n positiva del mundo
corno auténtico valor religioso, a pesar del desas-
tre del pecado: el Padre lo creo para el hombre, y
lo ama tanto, que le envi6 a su Hijo unico .
Tal visi6n encierra una novedad grande en el
modo de concebir globalmente la Iglesia en sus
relaciones con el mundo. La Iglesia vive para el
mundo , pues todo el Pueblo de Dios esta en la
historia humana corno sacramento de salvaci6n.
En este contexto se situa la doctrina de la voca-
ci6n y misi6n del seglar. El Concilio dio una res-
puesta maravillosa al laicismo imperante; le arre-
bat6 la bandera de la laicidad, que enarbolaba
corno conquista poscristiana. El laicismo era y es
unicamente algo que representa la postura -ya
trasnochada- de un iluminismo que recorta la
realidad.
El abanderado del desquite en favor de la ver-
dadera laicidad del mundo es, en el Pueblo de
Dios , el seglar. En efecto, el reconocimiento del
mundo corno creaci6n del Padre y expresi6n de su
amor omnipotente , del mundo corno historia del
hombre donde se encarn6 Cristo corno presencia
de amor que libera, del mundo que camina hacia
el punto omega corno proyecto en transformaci6n
por obra del Espiritu portador de amor santifican-
te, hace que surja fascinador e indisoluble el bino-
mio «Dios-mundo».
jNo conocemos un Dios sin mundo , ni es posi-
ble un mundo sin Dios!
La laicidad no consiste en ver el mundo corno si
9. Mtn1aJ, ,1, 1985, 10.

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11
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
10 . Cfr. Gaudium ti 1pa ,
43 .
Dios no existiera -esto es laicismo-, sino en
vedo precisamente tal corno El lo creo , con sus le-
yes , sus valores autonomos, la consistencia de los
fines respectivos, la realeza y el protagonismo del
hombre, su labor estupenda en la historia, la dig-
nidad de la persona, la solidaridad social , el traba-
jo , la ciencia, la técnica: rodo ello armonizado en
el dialogo de amor con que el hombre deberia co-
rresponder a la iniciativa de Dios 10.
Cuanto mejor se conoce el mundo y la historia
del hombre , ramo mejor se comprende que Dios
solo puede ser amor. El laicista que acepta la exis-
tencia de Dios , pero lo ve corno si no se interesara
por el mundo, le reduce , ·en el mejor de los casos ,
a un motor inmovil sin corazon: una caricatura
blasfema.
Semejante descubrimiento del mundo nos lleva
a imaginar la Iglesia no ya corno piramide de vér-
tice estrecho (la jerarquia) y base amplia (el laica-
do) , sino corno circulo inmenso que se expande en
la historia y recibe del centro energia y estimulos
para seguir adelante.
Es cabalmente el seglar quien esta en la parte
mas externa y en expansion del drculo, corno
frontera de progreso, de liberacion y de transfor-
macion del mundo. Para esto necesita de Cristo y
de su Espiritu (el centro), de luz y de gracia, y de
los valores de las bienaventuranzas, que le llegan
del servicio del ministerio y del testimonio de la
vida consagrada (proxima al centro): necesita estar
en comunion con todos, para sentirse miembro
vivo del Cuerpo de Cristo en la historia (la Iglesia
de todos, una y santa); pero esta en la frontera, en
calidad de protagonista. Da y recibe; los minis-
tros y los consagrados le ayudan, y se enriquecen
con las aportaciones de su vocacion.
Don Bosco habfa intuido estos valores del

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N.0 317
12
mundo, y se sinti6 llamado a trabajar por la mejo-
ra de la sociedad humanali. Se dedico a la juven-
tud popular, descuidada y necesitada, para formar
buenos ciudadanos. Era realista y tenia claro el
sentido de la historia. El punto estratégico en que
se apoyaba fue su convicci6n de que la Religi6n (es
decir, la «fe cristiana») es valor imprescindible
que debemos injertar en el centro de la cultura (y
en el de los j6venes), si queremos renovar una so-
ciedad y hacerla a medida de la dignidad de la
persona.
Su mentalidad practica y propensa a la acci6n
escudriiiaba las complejas vicisitudes del tiempo
y, a la luz de la historia y de la fe, llegaba a la con-
clusion -tan clara hoy en Gaudium et spes- de
que Dios ama de verdad al mundo y le envia a to-
dos los cristianos para salvarlo. En particular, se
senda portador de una misi6n juvenil y popular.
De ahi su rico humanismo, su aprecio por los ade-
lantos de la ciencia y de la técnica, su intuici6n
para la metodologia y la organizaci6n; de ahi su
afan de mover a muchas personas de buena volun-
tad para que fueran activas y corresponsables, y su
llamamiento a los cat6licos a trabajar mas unidos,
a fin de hacer rodo el bien que fuera posible.
No cabe duda, fue un santo Fundador inspira-
do por el Seiior, para preceder proféticamente el
tiempo que iba a venir.
El Concilio nos invita hoy a descubrir esta vi-
si6n eclesial, a fin de dar un rostro mas limpido y
comprometido a la dimensi6n salesiana de servir a
la juventud del mundo.
I 1. Comtitucio11t1, 33 .
Valiosa novedad de comuni6n
Hay un aspecto importante, que debemos con-
siderar, en la novedad procurada por el Concilio y

2.5 Page 15

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13
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
12. G audium et spes , 43.
que tiene mucho que ver con la presencia de los
seglares en nuestra familia.
El hecho de que haya seglares en misi6n con
nosotros, y de que nosotros lo hagamos con ellos,
no se reduce sin mas a suma cuantitativa de fuer-
zas, ni mucho menos a suplencia forzosa para
compensar nuestras pérdidas y las ausencias.
Se trata de comuni6n sumamente enriquecedo-
ra entre vocaciones distintas pero complementa-
rias en la Iglesia. Se intercambian valores que me-
joran la calidad de cada vocaci6n, robusteciendo
su identidad, mejorando su nitidez y enriquecien-
do su actualidad .
Es evidente, hace falta saber forjar entre segla- .
res y consagrados una verdadera comuni6n eclesial
de vocaciones complementarias, cimentada en
Cristo, movida por su Espiritu, y alimentada por
convicciones de fe, por testimonio reciproco y por
una concreta y eficiente opci6n de quehaceres. Es
decir, se trata de una comuni6n profonda dentro
de una espiritualidad apostolica idéntica.
Aqui volvemos a encontrarnos con la necesidad
urgente de desarraigar la superfìcialidad ...
La comuni6n parte sustancialmente de dos po-
los distintos pero correlativos y en tensi6n reci-
proca.
El seglar realiza su vocaci6n eclesial yendo de
los valores seculares, de la base del mundo hacia el
vértice de la actitud religiosa. El salesiano realiza
su vocaci6n yendo de la consagraci6n hacia el
mundo, del vértice religioso hacia los valores hu-
manos. Si tenemos presente la expresiva afìrma-
ci6n de Gaudium et spes de que es preciso poder ejer-
cer todas las actividadas tempora/es haciendo una sinte-
sis vita! del esfuerzo humano, familiar, profesional,
cientifico o técnico con los valores religiosos, bajo cu6a
altisima jerarquia todo coopera a la gloria de Dios 2,

2.6 Page 16

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 317
14
comprenderemos la diferencia de sentido en el
movimiento de ambas vocaciones y su comple-
mentariedad redproca.
Pensemos , por ejemplo , en la funci6n diversa y
complementaria de los padres (seglares) para con
sus hijos y, por otra parte, de los educadores (sale-
sianos) para con esos mismos hijos .
Don Bosco lo recuerda en una carta a los sale-
sianos: Ante todo , si queremos _presentarnos como quien
ama el verdadero bien de nuestros alumnos y obligarles
a cumplir su deber, es preciso que no olvidéis nunca que
representais a los padres de esta querida juventud13• Al
final del Sinodo episcopal sobre la familia escribf
una circular donde subrayé precisamente la nece-
sidad de vincular mas la pastoral juvenil a la pas-
tora! familiar (cfr. ACS 299) .
El seglar padre se dedica cristianamente a la
educaci6n de sus hijos; lo hace por las exigencias
humanas de la generaci6n. El salesiano educador
se dedica, en cambio, a educar a los j6venes a par-
tir de la maternidad sobrenatural de la Iglesia.
Ambos movimientos confluyen, se encuentran,
entran en comuni6n y se enriquecen mutuamen-
te. jCuanto tiene que aprender el salesiano del se-
glar! Y al revés, jCUanto debe aprender el seglar
del salesiano! Si uno u otro actua aislado, solo,
por cuenta propia, vera empobrecida su vocaci6n
persona! 14 .
Podrfan ponerse otros muchos ejemplos donde
el seglar enriquece al salesiano a partir de los valo-
res seculares y, viceversa, el salesiano enriquece al
seglar con quien comparte el servicio a la juven-
tud a partir de los valores religiosos .
Los seglares que estan en misi6n con nosotros y
nosotros, que estamos en misi6n con ellos, tene-
mos una finalidad comun: el apostolado juvenil y
popular. Sin embargo, la modalidad de actuaci6n
13. Epistolario IV, pags .
201-205 . Turin, 1959.
14 . Comtiturionu , 47 .

2.7 Page 17

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15
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
15 . Apo11olicam , acruosita-
ltm, 2.
I 6. Cfr. A rras d,/ Comtjo
SuptriDr, 299 (tntro-
marzo d, 198 1), pags.
27-29 .
para alcanzar el objetivo es diversa. Como dice el
Concilio, hay en la Iglesia diversidad de ministerios,
pero unidad de misi6n 15
Unos y otros nos inspiramos en el mismo espi-
ritu evangélico de don Bosco; pero lo hacemos con
matices y peculiaridades distintos mutuamente
correlativos , que se enriquecen reciprocamente ,
corno en el clasico intercambio del celibato por el
Reino y el matrimonio en Cristo 16 .
Don Bosco realiz6 y ensefi6 vivencialmente esta
valiosa comuni6n. Nosotros nacimos y hemos cre-
cido en comuni6n con los seglares; y ellos con no-
sotros .
iC6mo podriamos, después de un Concilio que
profundiz6 y lanzo este inmenso valer eclesial, no
esforzarnos por crecer mejorando la calidad de co-
muni6n y aumentando el numero de sus partici-
pantes?
Pero es necesario que , cabalmente juntos , ha-
blemos de Cristo, vivamos de Cristo y demos tes-
timonio de El. Se trata de una vocaci6n cristiana
en comun -aunque diferenciada- de auténticos
disdpulos del Sefior.
Qué objetivos nos proponemos
Para promover en nuestras comunidades esta
valiosa comuni6n, necesitamos algunos objetivos
concretos y buscar y utilizar los medios que cada
casa pueda tener a su disposici6n o que la inspec-
toria le pueda ofrecer.
La primera meta, que después ayudara a ilu-
minar todo lo que haya que hacer, es conocer mas
organicamente el Vaticano II, profundizando de
forma especial su doctrina sobre la vocaci6n y la
misi6n del seglar. Ya lo he dicho antes y de ello

2.8 Page 18

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 317
16
hablé por extenso en la ultima circular17 Recuer-
do de nuevo a los inspectores y directores su res-
ponsabilidad en este punto. Sera también oportu-
no organizar algunas sesiones de estudio , bien
programadas , en compania de los seglares .
I7. Acta, dtl Comejo G,_
nera/, 3I6 I ,nero-mar-
zo dt 1986).
Como fruto de dicha profundizacion, habra
que lograr que nazca en los seglares la conciencia
de sentirse verdaderos catolicos comprometidos ,
testigos de su bautismo, conscientes de su voca-
cion secular e intrépidos miembros de una Iglesia
que es sacramento de salvacion en la familia, en el
barrio, en la sociedad, en todas partes .
Don Bosco procuro unir en la accion y con pro-
fundidad espiritual a los salesianos y a los cat6licos
que lo desearan. Los cristianos ---deda- debemos
juntarnos en estos tiempos dificiles, para fomentar e/ es-
piritu de oraci6n y de caridad con todos los medios que
proporciona la Religi6n18
El sentido de pertenencia responsable a la Igle-
. sia cat6lica debera ser el nucleo que mueva esta
actitud apostolica.
18. Reglamento dt coop,ra-
dore, .
El tercer objetivo que debemos conseguir es
encaminar el interés apostolico de los seglares que
colaboran con nosotros hacia la promocion inte-
grai de la juventud y hacia la necesidad de evan-
gelizar al pueblo. La mision comun le da a toda la
familia salesiana una peculiaridad concreta y de-
termina su identidad en el Pueblo de Dios .
Don Bosco enrolaba consigo a los seglares pre-
cisamente para remover o, por lo menos, mitigar los
males que hacen peligrar las buenas costumbres de la .fu-
ventud, en cuyas manos esta el futuro de la sociedad ci-
vi/19.
El interés apostolico del seglar por la juventud
y por el pueblo puede ser directo o inmediato (pa-
dres, educadores, profesores, catequistas, comu-
19. Reglarr.ento dt coop,ra-
doro .

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
nicadores sociales, etcétera) o indirecto e inmediato,
cuando desempefia funciones cultu.rales, sociales,
politicas, que tienen especial proyecci6n juvenil y
popular. No se trata de catalogar actos y funcio-
nes sino de abrir horizontes a la voluntad de apos-
tolado.
20 . Cfr. Apoilolicam actuo-
sitaltm , 5-8 .
Respecto al género practico de apostolado,
hay que intensificar en los seglares la generosidad
y la inventiva, pero teniendo presentes diversos
aspectos que ofrecen un amplio abanico de posibi-
lidades.
Ante todo debemos insistir en el testimonio co-
tidiano que los seglares deben saber dar con su es-
tado de vida y en la profesi6n o trabajo: es el as-
pecto cristiano fundamental de su caracter secular
espedfico.
Es también muy significativo y enriquecedor
lograr que los seglares , en su tiempo libre, reser-
ven un espacio al apostolado. Sea mucho o poco,
es sin duda sefial importante de su pertenencia -
responsable y comprometida- a la Iglesia en la
misi6n peculiar de la familia salesiana.
El decreto conciliar Apost6licam actuositatem pre-
senta tres areas de actuaci6n apostolica. Una se re-
fiere al trabajo espedfico en el ambito de la evan-
gelizaci6n; otra -la mas carcteristica- tiende a
la animaci6n cristiana del orden tempora!; la ter-
cera comprende iniciativas de acci6n asistencial y
caritativa2°.
El decreto presenta también varias formas posi-
bles de apostolado. Las fundamentales son dos: la
individuai, que en algunos paises -y mas de una
vez- es la unica practicamente posible, y la aso-
ciativa, especialmente recomendada por el Conci-
lio, pues responde adecuadamente a las exigencias hu-
manas y cristianas de los fieles y es al mismo tiempo sig-

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N.0 31 7
18
no de la comuni6n y de la unidad de la Iglesia en Cris-
ta2 1.
En nuestra familia hay diversas posibilidades
para desarrollar asociacivamente actividades apos-
tolicas.
Sin embargo, existe una asociacion privilegia-
da: la de los cooperadores salesianos que, desde el
punto de vista de la vocacion cristiana del seglar
en nuestra familia, deberfa ser centro de referen-
cia para todas, porque no es alternativa de las
otras, sino que esca ideada para ser su animadora.
En efecto, la Asociacion de cooperadores no orga-
niza, en cuanto tal, obras ni actividades , sino que
se siente corresponsable con nosotros en fomentar ,
en todos sus miembros y eri coda la familia , la vi-
talidad del proyecto de don Bosco, aportando las
riquezas de su condicion secular. Con ello se abre
a la posibilidad de ofrecer animadores a la identi-
dad de cualquier grupo o _asociacion, cuya indole
y autonomia procura conocer, estimar y apreciar.
Por esce caracter vocacional la Asociacion de
cooperadores tiene vinculos particulares con nues-
tra Congregacion, pues esta llainada a garantizar,
en comuni6n especial con nosotros, la identidad y
la vitalidad del patrimonio espiritual y apostolico
de don Bosco en el mundo.
El Fundador no la concibio corno Asociacion
independiente ni solo de seglares , sino corno parte
integrante o grupo agregado de nuestra Congre-
gacion. La inmensa mayoria de sus miembros son
seglares, y la Asociacion cultiva su caracter secu-
lar; pero tiene también sacerdotes (y hasta obis-
pos) y diaconos. También ella goza de autonomia
peculiar; pero hay que armonizarla eficazmente
con la grave responsabilidad de cuidar, junto con
nosotros, la identidad y la eficacia de la vocacion
salesiana.
2 I. Cfr. Apo110/icam act110-
1itattm , 15- 19 .

3 Pages 21-30

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19
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
Si todos los seglares auténticos que emin en
mision con nosotros (antiguos alumnos, colabora-
dores, amigos) entrasen a formar parte de esta
Asociacion especial, se robusteceda su identidad
persona! salesiana y, ademas, darian, a las asocia-
ciones de que pudieran ser miembros, mayor fuer-
za de compromiso y mejor comuni6n de familia.
Don Bosco lo queria.
22. Com1itJ1riont1, 47 .
Finalmente, otro objetivo importante es ha-
cer conocer y amar el patrimonio evangélico de
don Bosco, con los valores espedficos de su caris-
ma y de su criteriologia de acci6n . Es decir, se
trata de hacer que los seglares crezcan en el espiri-
tu salesiano y en el método apostolico legado por
nuestro Fundador. En esta labor de formacion hay
que armonizar siempre el todo con su vocacion se-
cular22 .
Para alcanzar los objetivos indicados, creo que
todos estamos de acuerdo en que sea preciso fijar
prioridades, para actuar de modo espedfico y efi-
caz . Recuerdo algunas, sobre todo a los inspecto-
res:
23 . Cfr. Apouolùam ac1110-
siratem , 12.
Garantizar el numero, la calidad y la actuali-
zacion de los hermanos encargados, y dejarles el
tiempo que requiera su dedicacion.
- Fomentar constantemente la convocacion, la
amistad y la formacion de los seglares, con miras a
su enrolamiento apostolico. No descuidar, antes
al contrario , convocar con cuidado especial a los
jovenes que haya entre ellos23 .
- Ayudar a cada uno a discernir actividades
concretas -segun sus posibilidades personales,
individuai o asociativamente- en iniciativas
educativas, pastorales, asistenciales y de bien co-
mun.

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 317
20
- Organizar 101oativas inspectoriales que
creen clima de renovaci6n y de relanzamiento en
todas las comunidades.
Dar vida a un verdadero
movimiento espiritual
El concilio Vaticano II suscito un vasto movi-
miento de renovaci6n espiritual. Como <leda Pa-
blo VI, estamos viviendo en la Iglesia un momento pri-
vilegiado del Espiritu . Por doquier se procura conocerle
mejor, tal como lo revela la Escritura. Uno se sientefe-
liz de estar bajo su moci6n; nos reunimos en torno a El y
por El queremos dejarnos conducir24
Pues bien, si el Espfritu del Sefior concede hoy
a la Iglesia un momento extraordinario de renaci-
miento espiritual , seria verdaderamente extrafio
que quienes somos precisamente portadores de un
carisma suyo, permaneciéramos pasivos o nos con-
tentaramos con el minusculo y simple esfuerzo de
repetidores: no seria movimiento, sino aburgue-
samiento e inmovilismo.
Hoy la vida de la Iglesia nos da la pauta -dije
comentando el aguinaldo--: o lanzamos un carac-
teristico movimiento espiritual al que concurra toda
la familia salesiana -y estaremos en las trincheras
del futuro llevando el Concilio al tercer milenio--,
o nos resig namos a q~edar en retaguardia vivien-
do de nostalgia y expuestos a encerrarnos en un
museo de recuerdos.
Necesitamos una sacudida fuerte. El afio 1988
nos ofrece una oportunidad providencial para ello.
La inmensa mayoria de los hermanos respira en
la Congregaci6n el aire fresco de la renovaci6n,
sostenida y alimentada -desde hace mas de un
afio-- por las Constituciones renovadas.
24. Evangelii mmtiandi, 75.

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
25. Mutua, rela1ione1, 12.
Asi pues, existen las condiciones necesarias;
mas aun, en algunas inspectorfas se han dado pa-
sos muy positivos para hacer crecer y ampliar un
movimiento espiritual caractetisticamente apostoli-
co, que arrastre y catalice a muchos s.eglares en
nuestro derredor.
Para elio tenemos que saber devolver a nuestra
vida consagrada su espedfico rostro de «carisma».
Este, corno dice Mutuae relationes, lleva consigo
una carga de novedad genuina a la vida espiritual de
la Iglesia y de especial espiritu emprendedor. Tal carac-
teristica exige revisar continuamente la fidelidad al
Seizor, la fidelidad al Espiritu Santo, la atenci6n inte-
ligente a las circunstancias y la visi6n penetrante diri-'-
gida a los signos de los tiempos, la voluntad de inserci6n
en la Iglesia, la conciencia de subordinaci6n a la jerar-
quia sagrada, la intrepidez en las inciativas, la cons-
tancia en la entrega, y la humildad en soportar los con-
tratiempos. La relaci6n exacta entre carisma genuino,
perspectiva de novedad y sufrimiento interior lleva en si
una constante hist6rica de conexi6n del carisma con la
cruz25
Estas ideas nos ofrecen una buena pauta para
confrontar y revisar.
El carisma de don Bosco suscito en el mundo,
desde el principio, una concreta, adecuada y atra-
yente espiritualidad juvenil. Santo Domingo Savio
es su confirmacion . Hoy, después del Concilio, es
preciso que los miembros de la familia salesiana
renueven en su grupo yen los encuentros redpro-
cos el mas genuino espiritu del Fundador, a fin de
que muestre la existencia, en todos, de un dina-
mismo de santidad, de un movimiento de personas
que inspire, guie y sostenga una auténtica espiri-
tualidad al servicio de la juventud popular.
Sabemos que Maria, Auxiliadora y Madre de la
Iglesia, intervino en el origen de muchos carismas

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 31?
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para bien del Pueblo de Dios ; conocemos su ma-
terna iniciativa y cuidado especial para con el de
nuestra familia. Pidamosle insistentemente, tam-
bién con miras a nuestros prop6sitos de 1988, que
nos obtenga la luz, la fuerza y las dotes practicas
para lograr que nuestra familia sea de verdad en la
Iglesia un vasto movirniento de personas que, de dife-
rentes formas trabajan por la salvaci6n de la juven-
tud26.
Y que nos ayude especialmente a los salesianos,
que en este movimiento de personas tenemos, por
voluntad del Fundador, responsabilidades peculiares:
mantener la unidad de espiritu y estimular et dialogo y
la colaboraci6n fraterna para un enriquecimiento reci-
proco y una mayor fecundidad apost6lica27
26. Comtituciones, 5.
27. Comtituciones, 5
Os saludo a todos con el mejor deseo para cada
comunidad de que sea centro vivo y fecundo de
«espiritualidad juvenil ».
Afecrnosamente en el Sefior,
Rector Mayor
Roma, 24 de febrero de 1986

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