Actas_1987_322.ACG


Actas_1987_322.ACG

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del consejo generai
ano LXVIII - julio-septiembre 1987
n.0 322
organo oficial
de animaci6n
y comunicaci6n
para la
congregaci6n salesiana
Direzione Generale
Opere Don Bosco
Roma

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1.3 Page 3

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del consejo generai
de la sociedad salesiana
de san juan bosco
ORGANO OFIC IAL DE ANI MACION Y COMUNICACION PARA LA CONGREGACION SALESIANA
N.0 322
aiio LXVIII
julio-septiembre 1987
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
EL ANO MARIANO
Pàgina
3
2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES 2.1 La parroquia salesiana
31
2.2 El «manual del inspector»
39
3. DISPOSICIONES Y NORMAS
(No se dan en este numero)
4. ACTIVIDAD DEL C. GENERAL
4.1 De la cronica del Rector Mayor 46
4.2 De la cronica de los consejeros
generales
46
5. DOCUMENTOS Y NOTICIAS
5.1 Centenario del Sagrado Corazon
en Ronia
59
5.2 Carta del Rector Mayor a los obis-
pos ...
61
5.3 Normas para el calendario liturgico 63
5.4 lndulgencias para el Colle Don
Bosco
64
5.5 Una obra del lnstituto Historico 65
5.6 Nuevo obispo salesiano
66
5.7 Hermanos difuntos
57·

1.4 Page 4

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Centrai Catequistica Salesiana
Alcal:i , 164 - 28028 Madrid
Edici6n extracomercial
lnslituto Politécnico Salesianos-Atocha

1.5 Page 5

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
El Ano Mariano
lntroducci6n .- Por qué un ano mariano.- Perspectiva eclesial dinàmica.- Matemidad y filiaci6n en el testamento del
G61gota.- Nuestro acto de entrega a Maria.-Tres momentos de nuestra entrega a Maria Auxiliadora.- EI aspecto
mariano de nuestra profesi6n.- Tarea especial de la familia salesiana.-{;onclusi6n.
Roma, solemnidad de Pentecostés
7 de junio de 1987
Queridos hermanos:
I . Cf. Redemptorù Mater 49
y 50.
Termino de escribir esta carta el dia de Pente-
costés. jQué el Espfritu Santo more en nuestros
corazones y nos haga crecer en interioridad !
Hoy, solemnidad de Pentecostés, comienza el
especial ano mariano establecido por el Santo Pa-
dre mediante la enciclica Redemptor h6minis. El ju-
bileo durara hasta la solemnidad de la Asunci6n
de Maria al cielo del ano 1988 1• El Papa desea
que la plenitud de gracia de la mujer que crey6,
ilumine y guie la fe de la Iglesia en el camino de
estos ultimos anos del siglo XX.
El Espfritu Santo habit6 plenamente en Maria
desde el primer instante de su concepci6n, y la
Virgen experiment6 intimamente su presencia.
Ella , madre de Jesus por el poder del Espfritu , vi-
vi6 Pentecostés con los Ap6stoles, contemplando
el extenderse de su maternidad a roda la Iglesia.
Con el Espfritu y en el Espfritu nos !leva a Cristo,
y con Cristo y en Cristo nos conduce al Padre.
Este ano mariano servira para profundizar y au-
mentar nuestra fe .

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N.0 322
4
Coincide, durante siete meses, con nuestras ce-
lebraciones centenarias de Don Bosco. Asi podre-
mos subrayar y vivir con mayor intensidad algu-
nos aspectos caracteristicos e importantes de ias
iniciativas y presencia de Maria en la vocaci6n y
misi6n de la familia salesiana.
Por ella os invito aquf a reflexionar sobre el
significado que puede tener para nosotros este afio
mariano, recordàndo y comentando el acto de en-
trega a Maria Auxiliadora, realizado solemne-
mente por toda la Congregaci6n el 14 de enero de
1984.
Por qué un ano mariano
Nos preguntamos, ante todo, por qué ha pro-
clamado el Papa este jubileo en honor de Maria.
Lo explica él mismo en la enciclica Redemptoris
Mater, del pasado 25 de marzo. Ademas de evocar
dos acontecimientos hist6rico-eclesiales particu-
làrmente significativos, da corno raz6n de fondo
el hecho salvifico de que Maria continua precedien-
do , también hoy, como figura O mode/o 2 al pueblo de
Dios en su peregrinar.
Los dos acontecimientos hist6rico-eclesiales
son:
2. Retkrr,ptoris Mater 5.
(( El XII centenario del II concilio ecuménico de
Nicea (a. 787), en el que, al final de la famosa
controversia sobre el culto de las imagenes sagra-
das, se defini6 que, segun la ensefianza de los san-
tos Padres y la tradici6n universal de la Iglesia, se
podfan proponer a la veneraci6n de los fieles, jun-
to còn la Cruz, las imagenes de la Madre de Dios ,
de los angeles y de los santos » 3;
- y (( el milenio del bautismo de san Vladimiro ,
3. Redemptoris Mater 33.

1.7 Page 7

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5
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
4. R,de111ptorù Mater 50.
gran principe de Kiev (a. 988), que dio comienzo
al cristianismo en los territorios de la Rus' de en-
tonces y, a continuacion, en otros territorios de
Europa orientai [ . . .} hasta los territorios septen-
trionales del continente asiatico» 4 .
Esta ultima evocacion, hecha con sensibilidad
ecuménica de alcance nada indiferente, nos mueve
a rezar con intensidad por el crecimiento de la fe y
unidad cristiana en la Union Soviética.
5 . Redm1ptorù Mater I ,
nota 2.
Pero la razon principal para proclamar el ano
mariano se relaciona con el misterio de la plenitud
del tiempo.
«La expresion "plenitud del tiempo" [ ... }
-dice la endclica en nota- indica no solo la
conclusion de un proceso cronologico, sino sobre
todo la madurez o el cumplimiento de un periodo
particularmente importante, porque emi orienta-
do hacia la actuacion de una espera, que adquiere,
por tanto, dimensi6n escatologica. Segun Galatas
4,4 y su contexto, es el acontecimiento del Hijo
de Dios lo que revela que el tiempo ha colmado,
por decido de algun modo, la medida; o sea, que
el periodo indicado por la promesa hecha a
Abraham, asi corno por la ley interpuesta por
Moisés, han alcanzado su vértice, en el sentido de
que Ctisto cumple la promesa divina y supera la
ley antigua» 5.
.
Podemos aii.adir que , desde tal plepitud en ade-
lante, el tiempo se enriquecio con una dimension
nueva, que le da la capacidad permanente de reju-
venecer, pues en su incontenible caminar horizon-
talmente hacia adelante -medido por el reloj-
Cristo inserto el dinamismo vertical de la resu-
rreccion -es decir, la eternidad-, que lo enri-
quece de energia escatologica . Asi, en el tiempo
de la Iglesia el pueblo de Dios puede realizar su

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N.0 322
6
peregrinaci6n terrena avanzando de comienzo en
comienzo -segun dice los Padres- hasta el co-
mienzo ultimo, es decir, en multiples etapas de
juventud renovada, hasta la juventud definitiva
de la resurecci6n final. De esa forma, «la Iglesia
camina en el tiempo hacia la consumaci6n de los
siglos y va al encuentro del Seiior que !lega» 6 .
La circunstancia que ha impulsado al Papa a
éentrar nuestra atenci6n en este tema «es la pers-
pectiva del ano 2000, ya cercano, en el que el ju-
bileo bimilenario del nacimiento de Jesucristo
orienta, al mismo tiempo, nuestra mirada hacia
su madre[ ... } Maria apareci6 antes que Cristo en
el horizonte de la historia de la salvacion [ ... } Este
su preceder a la venida de Cristo se refleja cada
ano en la liturgia de Adviento. Por consiguiente,
si los aiios que nos acercan a la conclusi6n del se-
gundo milenio después de Cristo y al comienzo
del tercero, se refieren a aquella antigua espera
hist6rica del Salvador, es pienamente comprensi-
ble que en este periodo de tiempo deseemos diri-
girnos de modo particular a la que, en la noche de
la espera del adviento, comenz6 a resplandecer
corno estrella de la mariana. En efecto, igual que
dicha estrella, junto con la aurora precede a la sa-
lida del sol, asi Maria desde su concepci6n inma-
culada precedi6 a la venida del Salvador, salida
del "sol de justicia" en la historia del género hu-
mano» 7 :
Asi pues, la raz6n principal para haber procla-
mado este ano mariano es que el Santo Padre sien-
te la necesidad profética «de poner de relieve la presen-
cia singular de la Madre de Cristo en la historia, espe-
cialmente durante los ultimos afzos que preceden al
2000» 8.
Es una perspectiva de recuerdo y profecia, de
agradecimiento y esperanza, pues mientras nos
6. R,t1m,p1oriJ Mater 2.
7. RtdnnptoriJ Mater 3.
8. Redm,ptoril Mater 3.

1.9 Page 9

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7
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
disponemos a recordar con gratitud inmensa el bi-
milenario del nacimiento de Cristo , consideramos
el tercer milenio corno una hora de nueva juven-
tud en la vida de la Iglesia, uno de los comienzos
que aprovechan la energfa de la resurreccion in-
troducida definitivamente por Cristo en el riem-
po . Profeda, estfmulo y fuente de este nuevo co-
mienzo fue la visita que el Espiri tu Santo hizo a la
Iglesia en el concilio ecuménico Vaticano II.
Por nuestra parte, en la Congregacion estamos
experimentando su prometedor florecimiento,
tras los laboriosos Capftulos Generales del pos-
concilio. Nuestros esfuerzos de renovacion sincera
constituyen la aportacion salesiana al rejuveneci-
miento de la Iglesia peregrina.
Perspectiva eclesial dinamica
9. R,d,mp1ori1 Mattr 49.
10. Redw,ptorù Mat,r 49 .
En la enciclica nos dice el Papa que «la Iglesia
esta llamada no solo a recordar [ ... }sino también
a preparar, por su parte , el futuro , ya que el fìnal
del segundo milenio cristiano abre corno una nue-
Va perspectiva» 9 .
La invitacion a mirar al 2000 no es, segun ha
insinuado algun periodista, una obsesion apoca-
lfptica, corno si se pensara en una especie de ca-
tastrofe al estilo del medieval «mii y nada mas ».
Es mas bien una mirada escatologica, abierta a los
tiempos nuevos y a corno debe renovarse la Iglesia
para evangelizarlos.
Igual que al principio , en cada nuevo comienzo
se halla presente de forma imprescindible la «coo-
peracion materna de la Madre de Dios » IO. Es un
elemento querido por Dios en la historia de la sal-
.vacion; es realidad objetiva; es senda que lleva a
un futuro mejor.

1.10 Page 10

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ACTA$ DEL CONSEJO GENERAL N. 0 322
8
El Papa ha querido que la duraci6n del afio ju-
bilar fuera de Pentecostés a la Asunci6n, para in-
dicar el espacio de tiempo en que Maria acompa-
fi6 a la Iglesia naciente; en aquel periodo, la Vir-
gen fue asidua en la oraci6n con los ap6stoles y
disdpulos, y vivi6 la consumaci6n de su itinerario
de fe corno madre, cual nueva Eva, para cumplir
el testamento de J esus en la Cruz: «Mujer, ahi
tienes a tu hijo » 11 .
La enciclica del Papa es una meditaci6n biblica
y teologa! sobre el papel de Maria en la historia de
la saivaci6n, a la luz del capf tulo octavo de Lumen
gentium .
Ha elegido corno clave de lectura de tal papel la
afirmaci6n profética de lsabel: «jDichosa tu , que
has creido! » 12
El camino que hay que recorrer para llegar a
Dios tiene su expresi6n mas sublime en la pere-
grinaci6n de fe de Maria. No es fe estatica, corno
si ya hubiese llegado a la meta ~l dia de la Anun-
ciaci6n; sino fe que crece continuamente, envuel-
ta en oscuridades y nuevas luces , abierta al descu-
brimiento, y a una colaboraci6n cada vez mas in-
tensa ; no es simple posesi6n de una mente satisfe-
cha, sino busqueda ardiente de un coraz6n sedien-
to. El punto de partida es e] gran si de la Encarna-
ci6n; pero, jCuantas novedades que escrutar y qué
noche tao larga hasta Pentecostés y la Asunci6n!
El velo que cubria al Hijo no fue transparente del
todo hasta la visi6n del cielo. La fe de Maria,
igual que la de Abraham , creci6 continuamente,
esperando contra toda esperanza.
«En la Anunciaci6n, Maria se abandon6 en
Dios completamente, manifestando su "obedien-
cia de la fe" a quien le hablaba por medio de un
mensajero y prestando el "homenaje del entendi-
miento y la voluntad". Respondi6 con todo su yo
11. Jua11 19,26 .
12. Luca, 1,45; cf. R,-
d,mptoriJ Mater I 2.

2 Pages 11-20

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2.1 Page 11

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9
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
13. RedemptoriJMater 13.
14. Rtdemptorù Mater 18.
15. RedemptorÌJ Mater 19 .
humano, femenino, y en tal respuesta de fe iban
contenidas una cooperaci6n perfecta con "la gracia
de Dios que previene y ayuda" y una disponibili-
dad perfecta a la acci6n del Espiritu Santo , que
"perfecciona constantemente la fe por medio de
sus dones" » 13
El movimiento de cooperaci6n con la gracia de
Dios se centro gradualmente en la colaboraci6n
con la obra de redenci6n de Jesucristo. Ya en la
boda de Cani Maria colabora en cuanto mujer (asi
la llama Jesus), corno para indicar en ella a la se-
gunda Eva, que intercede y ayuda. A los pies de la
Cruz , en la originalidad de la nueva Alianza , ex-
perimenta la paradoja inefable de la obediencia de
la fe: «Aqui tenemos quiza la kénosis mas profun-
da de la fe en la historia de la humanidad » 14• Es
la segunda E_va que, «en cierto modo, se convierte
en contrapeso de la desobediencia e incredulidad
contenidas en el pecado de los primeros padres
[ ... )San Ireneo, citado por la constituci6n Lumen
gentium, [ensena): "el nudo de la d_esobediencia de
Eva fue desatado por la obediencia de Marfa; lo
que at6 la virgen Eva por su incredulidad, lo desa-
t6 la virgen Maria por su fe" » 15.
Precisamente en esta plenitud oscura de fe Ma-
ria alcanza la cima de madre de los vivientes. El
testamento de Cristo en la Cruz revela el misterio
de la nueva maternidad de Maria, producida por
la fe mediante su participaci6n mas intima y do-
lorosa en el amor redentor del Hijo.
«Las palabras que pronuncia Jesus desde lo alto
de la Cruz significan -dice la enciclica- que la
maternidad de su madre halla nueva continuaci6n
en· la Iglesia y mediante la Iglesia, simbolizada y
representada por Juan. Asi[. .. ) continua estando
en el misterio de Cristo corno la mujer indicada por
el Génesis (3, 15) al comienzo y por el Apocalipsis

2.2 Page 12

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N.0 322
10
(12, 1) al fìnal de la historia de la salvaci6n. Segun
el designio eterno de la Providencia, la materni-
dad divina de Maria debe derramarse sobre la
Iglesia corno (. . .] reflejo y prolongaci6n de su
maternidad con respecto al Hijo de Dios » 16.
16 . Redemptori, Mater 24.
Maternidad y filiacion
en el testamento del Golgota
J uan Pablo II afirma en la enciclica que la ma-
ternidad en el orden de la gracia conserva la analo-
g fa de las relaciones mutuas entre madre e hija, y
aplica este principio al testamento de Jesus en la
Cruz , enunciado en singular para la persona re-
presentativa del ap6stol J uan: «Ahi tienes a tu
hijo ».
.
El Papa considera corno elemento fundamental
de la maternidad el hecho de referirse intimamen-
te a la persona de cada hijo: una relaci6n mutua,
unica e irrepetible. «Incluso cuando una misma
mujer es madre de muchos hijos - afirma- su
relaci6n persona! con cada uno de ellos caracteriza
la maternidad en su misma esencia, pues cada hijo
es engendrado de modo unico e irrepetible; esto
vale para la madre y para el hijo. Cada hijo es ro-
deado de la misma suerte por el amor materno en
que se basa su formaci6n y maduraci6n en la hu-
manidad » 17 .
Por eso la maternidad espiritual de Maria, a la
vez que aparece corno don que Cristo brinda per-
sonalmente a cada hombre al elevar a Maria a se-
gunda Eva , se presenta corno un dato cristiano de
la nueva Alianza , que vincula el camino de fe de
los discfpulos a los cuidados maternos de quien
crey6 y se convirti6 en corredentora mediante una
cooperaci6n de amor sostenida por la mayor fe hu-
17. Redt111ptoriJ Ma1er45 .

2.3 Page 13

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11
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
18. Lumen gen1ùm1 62; cf.
Rede111p1orù Maler 38,
39,40,4 1.
19. Efe1 io1 1, 10.
mana. Asi la Virgen Madre participa objetiva-
mente, con modalidad subordinada especial, en la
universalidad de la mediaci6n del Redentor, uni-
co mediador definitivo . «Asunta al cielo -dice la
constituci6n Lumen gentium- , no dej6 esta mi-
si6n salvadora, sino que con su multiple interce-
si6n continua obteniéndonos los dones de la salva-
ci6n eterna. Con su amor materno se cuida de los
hermanos de su Hijo que todavfa peregrinan y se
hallan en peligros y ansiedad, hasta que sean con-
ducidos a la patria bienaventurada . Por este moti-
vo, la Santisima Virgen Maria es invocada en la
Iglesia con los titulos de Abogada, Auxiliadora,
Socorro y Mediadora» 18 .
Tal solicitud materna se prolonga por los si-
glos, hasta que «se recapitulen en Cristo todas las
cosas » 19 .
Pues bien , Juan Pablo II ve en·el testamento de
Jesus clavado en la Cruz la investidura publica y
solemne de la maternidad mediadora de Maria,
que consiguientemente lleva consigo una respues-
ta correlativa de fìliaci6n mariana en la vida de los
discipulos de Cristo . Asi, su ponerse en manos de
Maria corno madre es un dato cristiano que co-
menz6 en el Golgota.
«A los pies de la Cruz -dice el Papa- co-
mienza la entrega especial del hombre a la madre
de Cristo que posteriormente , en la historia de la
Iglesia, se ha practicado y expresado de diferentes
modos [ . .. ] La dimensi6n mariana de la vida de
un discipulo de Cristo se manifìesta de modo es-
pecial precisamente por medio de dicha entrega
filial a la Madre de Dios [ .. .] Al ponerse fìlial-
mente en manos de Maria , el cristiano, corno el
ap6stol Juan, recibe en su casa a la madre de Cris-
to y la introduce en todo el espacio de su vida in-
terior, es decir , en su yo humano y cristiano: "La

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 322
12
torna consigo". De ese modo, procura entrar en el
radio de accion de su caridad materna» 20 .
2.0. Rtdemp1orù Maltr 45.
Entre los diferentes modos de expresar y practi-
car la entrega de los disdpulos de Cristo a Maria,
recordamos con alegria y satisfaècion peculiar el
«acro de filiacion » promovido y recomendado por
Don Bosco en un opusculo de 1869, publicado en
las Lecturas Cat6licas para los devotos de Maria
Auxiliadora. La formula que redacto para tal acro
coloca al devoto a los pies de la Cruz, precisamen- ·
te junto al apostol Juan.
En la circular que os escribf sobre el acro de
abandono en manos de Marfa, corno preparacion
al XXII Capf culo Generai, anadfa que «la fecha
de redaccion y el contenido de esce texto mariano
de Don Bosco unen espontaneamente esce acro de
filiacion al caracteristico nombre dado a sus reli-
giosas -Hijas de Marfa Auxiliadora-, que él
guiso corno modelo de abandono filial en manos
de la Santfsima Virgen » 2 1. Estas celebran, cabal- 21. ,KS 309, pigs. 11- 12.
mente en vfsperas del comienzo del ano mariano
-el 9 de mayo de 1987- e! 150° aniversario del
nacimiento de santa Maria Mazzarello; es un ani -
versario feliz para coda la familia salesiana.
Sabemos que nuestro Fundador y Padre tuvo
una sensibilidad mariana extraordinaria, que se
desarrollo mediante aquel su profundo sentido
eclesial, que le hada mirar a la Virgen corno Au-
xilio del pueblo cristiano y Madre de la Iglesia.
Nuestras relaciones de fìliacion con Maria son
profundamente eclesiales y de perspecciva dina-
mica, de cara a una actividad apostolica de carac-
ter juvenil y popular. Estamos convencidos de la
presencia solfcita de Maria entre nosocros 22 , de su 22. Cf. Comril11cione1 8.
intercesion continua 23 , de su cuidadosa sabiduria 23. Cf. Comlilucione, 84.
de Maestra 24 ; la miramos siempre corno a modelo 24. Cf. ConJJilucione, 20.
supremo de quien cree 25 ; es para nosot~os la «es- 25. Cf. Con11il11ciones 92.

2.5 Page 15

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13
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
26. Eva11gelii 1111111ia11di 82 .
27 . Com1i111cio11e1 34.
tr~lla de la evangelizaci6n » 26 : «caminamos con
los j6venes para llevarlos a la persona del Seri.or re-
sucitado [ ... ] La Virgen Maria es una presencia
materna en este camino. La hacemos conocer y
amar corno a la Mujer que crey6 y auxilia e infun-
de esperanza» 27 .
Nuestro acto de abandono
en manos de Maria
28. Cf. ACS 309 , pags .
7-8.
29 . Comtir11ciont.1 8.
El 14 de enero de 1984, antes de inaugurar el
XXII Capftulo Genera!, que debia concluir el
gran trabajo posconciliar de formular de nuevo
nuestra Regla de vida, todas las comunidades de
la Congregaci6n se unieron a los capitulares que,
en nombre de las comunidades inspectoriales y re-
presentando a todos los hermanos , hicieron so-
lemnemente en la capilla de la casa generalicia de
Roma el acto de abandono en manos de Maria .
Se hizo con la conciencia de estar en los umbra-
les del 2000 28 , es decir, en la aurora de una nueva
etapa de la vida de la Congregaci6n en el largo ca-
mino de la Ig lesia.
En ocasi6n del ano mariano convocado por el
Papa, es mas que oportuno recordar y profundizar
el significado de nuestro gesto hist6rico.
El nuevo texto de las Constituciones recoge su
contenido: «La Virgen Maria indico a Don Bosco
su campo de acci6n entre los j6venes , y lo gui6 y
sostuvo constantemente, sobre todo en la funda-
ci6n de nuestra Sociedad . Creemos que Maria esta
presente entre nosotros y continua su misi6n de
Madre de la Igles ia y Auxiliadora de los cristia-
nos. Nos confiamos a ella, humilde sierva en la
que el Seri.or hizo obras grandes, para ser , entre
Hlos1.J.O_j6» v2e9 n. es, testigos del amor inagotable de su

2.6 Page 16

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N.0 322
14
Con tres afios de anticipaci6n sobre el presente
jubileo mariano , nos sentimos en gozosa sintonia
con la raz6n de fondo de su proclamaci6n, con el
contenido de la endclica que lo ilustra y con la
perspectiva dinamica que invita a preparar el co-
mienzo del tercer milenio cristiano.
Creo que la famosa copia en limpio de que ha-
blaba nuestro Padre mirando al futuro desarrollo
y maduraci6n de nuestra Sociedad, emi precisa-
mente en la adecuaci6n posconciliar de su caris-
ma, «vivido, custodiado, profundizado y desarro-
llado continuamente enarmonia con el cuerpo de
Cristo en crecimiento perenne» 30 .
Debemos cultivar nuestra conciencia de fe acer-
èa de la intervenci6n poderosa y constante del Es-
pfritu del Sefior en la historia, durante la vida de
Don Bosco y en los cien afios de desarrollo y de
trabajo apostolico de su familia.
El concilio Vaticano II fue ciertamente una vi-
sita extraordinaria del Espfritu Santo. Lo vemos
en la vida de la Iglesia, y lo experimentamos no-
sotros en la renovaci6n -aunque no ha hecho mas
que comenzar- de la Congregaci6n. Nos halla-
mos de verdad ante una iniciativa de nuevo co-
mienzo profético.
La conciencia de fe nos invita a captar la res-
ponsabilidad hist6rica especial que nos correspon-
de , corno si nos hallaramos implicados en un pa-
pel no buscado, pero real, de fondar de nuevo,
llamados a hacer obras grandes. Recordemos
cuanto escribia don Pablo Albera a los hermanos
el dia de Pascua de 1918: «Aunque nos encomen-
damos a la protecci6n de Maria , sin embargo aco-
metemos obras grandes. Si la amamos con afecto
ardiente, nos obtendra todo lo que deseemos » 31•
Las obras grandes que debemos realizar para
llevar a la practica todo nuestro proyecto de reno-
30. Mutua, relationeJ 11.
31. Ltlltrt cirro/a ri, pig .
286.

2.7 Page 17

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15
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
vac10n, se las comunicamos a la Virgen precisa-
mente el mes de enero de 1984, al ponernos en
sus manos corno individuos y corno Sociedad.
Para recordarlas bien, os invito a repasar juntos
la formula de nuestro acto de abandono.
Tres momentos en la oracion
de entrega a Maria Auxiliadora
La oracion de nuestro solemne acto de abando-
no en manos de Maria (que se publica en apéndi-
ce), consta de tres momentos complementarios:
uno de adoracion y alabanza trinitaria, el segundo
de suplica y memoria cristologica, y e1 tercero de
confianza filial y entrega a Maria Auxiliadora.
Creo que sera util concentrar nuestra atencion
orante en esta formula del acto de abandono. Es
un tema de meditacion muy rico: muestra la esen-
cia intima del espiritu salesiano e invita a hacer
con fe el camino de la renovacion.
• Primer momento:
El rostro de Dios en la contemplaci6n salesiana
La adoracion y alabanza al amor infinito de la
Trinidad se expresa con los sentimientos del cora-
zon de Don Bosco: corazon ardientemente aposto-
lico, que descubre en la contemplacion de Dios la
raiz secreta y el estimulo animador de toda su
santidad: el «da mihi animas ». Nunca podra
comprender a Don Bosco quien no sepa sumergir-
se en el misterio trinitario, y admirar el amor infi-
nito del Padre que crea e1 mundo y da todo al
hombre y le perdona; el amor infinito del Hijo,
que se hace hombre para ser uno de nosotros, soli-
dario en todo-incluido el dolor y la muerte-, y

2.8 Page 18

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N.0 322
16
asf librar al hombre pecador, comenzando por los
humildes y pobres; en fin, el amor infinito del Es- .
pfritu Santo, que se introduce en la historia, y ila-
ma al corazon de cada persona y gufa la Iglesia
para transformar al hombre, a la sociedad y al
mundo, y ofrecer asf al Padre un reino de justicia,
de paz y de alegrfa.
El Padre es Dios de misericordia, el Hijo es
Dios de liberacion, el Espfritu Santo es Dios de
santifìcacion: un solo Dios , que es amor total-
mente vuelto hacia el hombre.
La contemplacion de tal rostro de Dios impulsa
al orante a colaborar generosa y pienamente en la
mision salvffica de Cristo y de la Iglesia: de ella
surgen los santos , corno Don Bosco, que viven ol-
vidados de sf mismos en el éxtasis de la accion
apostolica.
Nosotros , salesianos - repitieron los miembros
del XXII Capftulo Generai- , congregados en la
unidad del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo , ado-
ramos y damos gracias, con el coraz6n de Don Bosco , al
Amor infinito que quiso tanto al mundo, que le entreg6
su Hijo unico y le envi6 el Espiritu Santo para la re-
denci6n y santificaci6n del hombre.
Gloria a ti, Padre de misericordia; a ti, Hijo reden-
tor; a ti, Espiritu santificador, Amor uno y trino que
salva.
Y, en esta sublime vision apostolica de adora-
cion y alabanza, la mirada del salesiano se dirige a
la persona y al papel de Marfa , a fin de admirar en
ella la obra maestra de una Madre-Auxiliadora,
asociada al Amor infinito de Dios insertado en la
historia del hombre.
Te alabamos, Trinidad divina - sigue siendo la
oraci6n-por haber asociado inefablemente a Maria a
la obra de la salvacion, elevandola a Madre de Dios y
Madre nuestra.

2.9 Page 19

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17
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
Este primer momento trinitario es la actitud de
fondo presente constantemente en el coraz6n sale-
siano, que da dinamismo a su capacidad de acci6n
y le hace repetir en toda ocasi6n con Don Bosco:
«da mihi animas ».
Segundo momento:
Los sentimientos de Cristo en et coraz6n salesiano
32 . Cf. ACS )09 , pags .
11 - 12.
33. Rtdemptoris Mattr 45 .
La suplica del segundo momento de nuestra
oraci6n de abandono, que es simultaneamente
memoria cristologica, nos lleva al Calvario, para
pronunciar el profondo «acto de filiaci6n » pro-
puesto, corno hemos visto, por Don Bosco 32 . Di-
rigiéndonos directamente aJesus en la cruz, le pe-
dimos que renueve para cada uno de nosotros su
testamento, cuando --corno ha escrito el Papa-
«el Redentor confia Maria a-J uan en la medida en
que confia J uan a Maria», es decir, cuando «al
discipulo se le asigna el papel de hijo corno res-
puesta al amor de la madre» 33 .
El poder del Espfritu Santo enviado por Cristo
resucitado, puede renovarnos e infundir en noso-
tros los mismos sentimientos de Cristo.
Jesus es el hombre nuevo, primicia del mundo
nuevo, que hizo de su madre la mujer nueva, la
segunda Eva que inaugura con él los destinos de la
nueva humanidad. Le pedimos que nos ayude a
sentir diariamente nuestro vfnculo de filiaci6n
mariana de novedad, de entrega y de esperanza:
Y tu , Sefior Jesus, Hijo de Maria y primicia del
munda nuevo, danos tu Espiritu, a fin de que suscite en
nuestros corazones los mismos sentimientos de tu amor.
Te suplicamos que renueves para nosotros el inefable tes-
tamento que hiciste en la cruz, cuando legaste al ap6stol
Juan la condici6n y el titulo de hijo de tu madre Ma-
ria. Repite también para cada uno de nosotros: «Mujer

2.10 Page 20

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N.0 322
18
ahi tienes a tu hijo », a fin de que sepamos vivir siempre
con << Maria en casa» .
El Santo Padre hace ver, en su enciclica, que
«la expresi6n evangélica "la recibi6 en su casa" On
19,27) supera el limite de una acogida de Maria
por parte del discipulo reducida al simple aloja-
miento materiai y hospitalidad en su casa; quiere
indicar mas bien la «comuni6n de vida» que se es-
tablece entre los dos en virtud de las palabras de
Cristo agonizante » 34 . Por eso afirma después que , 34. Rednnptorù Mater 45,
«al entregarse fìlialmente a Maria, el cristiano,
nota 130.
corno el ap6stol Juan , "acoge corno algo propio" a
la Madre de Cristo y le da cabida en todo el espa-
cio de su vida interior, es decir, en su yo humano
y cristiano: "La recibi6 en su casa" . Asi el cristia-
no procura entrar en el radio de acci6n de la cari-
dad materna con que la Madre del Redentor "cui-
da de los hermanos de su Hijo"» :is_
35 . Rtdnnptorù Mater 45 .
Ahora bien, ese «algo propio » del salesiano , los
grandes valores de su herencia espiritual , son los ·
contenidos de la consagraci6n apostolica de dedi-
caci6n a la pastora! juvenil y popular, con sentido
de Iglesia y metodologia de bondad, que ahora
debe renovar e intensificar para disponerse al gran
jubileo del 2000.
Por tal raz6n decimos después:
Que ella {Maria} se quede materna/mente con noso-
tros, nos tome de la mano y sea nuestra' inspiradora en
la evangelizaci6n de « los pequenos y /os pobres»; nos
ayude a ser piedras vivas de la Iglesia en comuni6n de
vida y acci6n con e/ Papa y los obispos; nos a/canee in-
tensidad de escucha y celo apostolico para ser auténticos
profetas de esperanza en e/ pr6ximo adviento del tercer
milenio de la fe cristiana; nos eduque en la creatividad
pastora/ yen la bondad atrayente, alimentada de asce-
sis, que nos hacen expertos en e/ dialogo y la amistad,
especialmente con los j6venes mas pobres.

3 Pages 21-30

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3.1 Page 21

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19
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
Asf, este segundo momento de suplica cristolo-
gica nos obtiene, en Maria, ser salesianos con ma-
yor autenticidad en esta hora de la historia tan Ile-
na de significado.
Tercer momento:
Tesoros salesianos que encomendamos a Maria
La oraci6n, en su tercer momento, indica una
actitud de confianza filial y nuestra entrega a Ma-
ria de las principales «cosas propias », y nos lleva a
compartirlas familiarmente con ella, gozosamente
convencidos de tenerlas aseguradas , protegidas y
desarrolladas por su solfcita intercesi6n materna.
Por eso la proclamamos , con Don Bosco, nues-
tra maestra y guia.
He aquf las principales «cosas propias » que le
confiamos:
- ante todo, nuestras personas, individua! y
com um tanamen te;
- nuestra nueva Regla de vida, que deseamos
testimoniar con fidelidad en la pluriforme comu-
ni6n de la unidad;
- el esfuerzo por santificarnos en la liturgia
cotidiana de la vida;
- la fecundidad vocacional y la responsabili-
dad de la formaci6n;
la generosidad misionera;
- la capacidad de animar la familia salesiana;
- por ultimo, corno sfntesis concreta y apice
de rodo, el ardor de la caridad pastora! para con la
juventud .
La adoraci6n inicial de la Trinidad y la suplica
ardiente a Cristo, Hijo de Maria, han guiado
nuestro coraz6n, en sintonia con el plan del Padre
y el testamento de Cristo, a responder a sus inicia-

3.2 Page 22

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 322
20
tivas de amor con gesto filial, pieno de entrega de
nosotros mismos y de nuestras cosas a Maria Au-
xiliadora, Madre de la Iglesia.
Debemos volver con frecuencia al contenido de
este gesto y considerar cada una de las principales
«cosas propias» confiadas a Maria, a fin de vivir-
las y promoverlas en comuni6n de vida con ella.
Tal es el significado que quisimos dar a nuestra
oraci6n:
Maria Auxiliadora, Madre de la Iglesia, los Sale-
sianos de Don Bosco nos entregamos hoy, persona/ y co-
munitariamente, a tu bondad e intercesi6n. Te confia-
mos el precioso tesoro de nuestras Constituciones, el com-
promiso de fidelidad y unidad en la Congregaci6n , la
santificaci6n de sus miembros, el trabajo de todos ani-
mado por una actitud de culto en espiritu y verdad, la
fecundidad vocacional, la ardua responsabilidad de la
formaci6n, la audacia y generosidad misionera, la ani-
macion de la familia salesiana y, sobre todo, el ministe-
rio generoso de predilecci6n por la juventud.
Te proclamamos, con gozo , maestra y guia de nues-
tra Congregaci6n.
Don Bosco nos asegur6 que la Virgen Santfsi-
ma es la fundadora y sera la sostenedora de nuestra
Congregaci6 n 36 , que unicamente en el cielo po-
dremos conocer extasiados lo que ha hecho por
nosotros 37 , que sin duda seguira protegiendo
nuestra Congregaci6n , si nosotros seguimos con-
fiando en ella 38 , y que no nos equivocaremos
mientras sea ella de verdad nuestra guia 39 .
Conviene recordar también que el famoso sue-
fio del «augusto personaje » vestido de un manto
con diez diamantes , en el que se presenta el mo-
delo del verdadero salesiano 40 , fue considerado
por Don Bosco corno un precioso regalo mariano,
pues lo sofi6 en san Benigno Canavese el dia de la
36. Memoria, Biografica,
VII , 334.
37. Menu>ria1 Biografica, X,
1078.
38. Memoria, Biografica,
XVII , 26 1.
39. Memoria, Biografica,
XVIU , 439.
40 . Cf. ACS 300, abril -
junio de I98 I.

3.3 Page 23

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21
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
4 I. MemoriaJ Biogrtlficas
XV , 183.
42. Cf. Memoria, Biografi-
ca, XVIII , 247 .
fiesta del nombre de Maria; y después lo quiso re-
dactar el dia de la Presentaci6n de la Virgen al
templo 41. Con ello queria indicar que esperaba
del cielo luces especiales en las fiestas de la Vir-
gen 42 _
Asi pues, el acto de abandono en manos de Ma-
ria es una expresi6n genuina del coraz6n, de la vi-
vencia y, por tanto, de los sentimientos mas fnti-
mos y queridos de nuestro Santo Fundador. Pro-
curemos reriovar a menudo su conciencia; sera una
indicaci6n 6ptima de marcha, a fin de caminar
con la Iglesia hacia el tercer milenio .
Con Maria no podemos equivocarnos: avanza-
remos por el buen camino de Cristo para edificar
el Reino .
Con gran acierto nuestra oraci6n, comenzada
de forma descendente de la Trinidad a Cristo y
Maria , termina con la invocaci6n de los peregri-
nos que ascienden en el Espfritu, por los senderos
de la historia, de Maria a Cristo y con Cristo al
Padre.
Al concluir la oraci6n, nos dirigimos a la Vir-
gen Madre para que nos ayude en la subida:
Te rogamos que aceptes este filial acto de abandono,·
haz que participemos cada vez mas vivamente en el tes-
tamento de tu J esus en el Calvario: por él , con él yen él
nos proponemos vivir y trabajar incansablemente en la
construccion del reino del Padre.
Maria Auxiliadora de los Cristianos, ruega por no-
sotros. Amén.
Estas reflexiones sobre los tres momentos com-
plementarios de nuestra oraci6n de abandono nos
estimularan a tener mayor confianza y a ser mas
audaces para acometer las «obras grandes» que es-
pera de nosotros la Iglesia , al lado de los pequeiios
y pobres.

3.4 Page 24

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 322
22
El aspecto mariano de nuestra profesion
Entre las «cosas propias » que confiamos a Ma-
da esta, corno realidad basica, nuestra profesi6n
salesiana.
Esta resulta de algun modo la sintesis de cuan-
to somos y tenemos: es la forma con que vivimos
nuestra realidad de discipulos de Cristo, traza el
camino que conduce al Amor, propone la dimen-
si6n evangélica de nuestra vocaci6n y delinea el
proyecto eclesial de nuestra misi6n .
El gesto de abandono quiere significar que rea-
lizamos nuestra profesi6n en comuni6n de vida
con Maria.
La consagraci6n del Padre, que nos sella «con
el don de su Espiritu » 43 ' hace que también Maria
saeyuhdaal,lnedO«OpOreSseCnOtOe
entr
SU
e«nl.notseorcteroSstO.»,O44»y46no«sa
guie
am
45
ar
corno amaba Don Bosco» 47 , a acoger, meditar y
hacer fructificar la palabra de Dios corno lo hizo
ella 48 ' a crecer en «la donaci6n plena »' a tener
aliento «en el servicio a los hermanos », y a imitar
«su fe, la solicitud por los necesitados, la fideli-
dad en la hora de la cruz y el gozo por las maravi-
llas realizadas por el Padre » 49 . De tal forma, con
ella -madre y maestra- tenderemos todos los
dias a ser verdaderos educadores y pastores de los
jovenes 50 , seguo CuantO profesaffiOS.
En el mes de mayo de 1988 -simultaneamen-
te ano mariano y centenario de Don Bosco- hay
una fecha muy significativa que deseamos solem-
nizar en roda la Congregaci6n con intensidad es-
piritual extraordinaria: jes el dia 14, sa.bado!
Como ya se os comunico 51, sera «el dia de la
profesi6n salesiana».
.
Al conmemorar la profesi6n religiosa de Don
Bosco y de los veintid6s primeros hermanos , emi-
43- Comtitt1riones 3.
44 . Comrituriones 8.
45 . Cf. Comrituriones 20 .
46. Comri11,ciones 24 .
47 . Comrituriones 84 .
48. Comti111riones 87 .
49 . Comri111ri011es 92 _
50. Cf. Comtituriones 98 .
5 1. ACG 321.

3.5 Page 25

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23
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
52 . ComtituciontI 24.
53 . Mmzoria1 Biografica1
VII , 163.
tida en 1862, todos renovaremos nuestra profe-
si6n .
Nos estamos preparando en todas las inspecto-
rias. El estudio y profundizaci6n del nuevo texto
de la Regia de vida es la primera tarea de toda co-
munidad en el urgente quehacer vocacional de
responder a· las interpelaciones de los tiempos. La
formaci6n permanente es imprescindible en todas
las épocas ; pero lo es todavia mas en esta hora de
cambios acelerados, si gueremos asegurar la iden-
tidad vocacional ante los desafios que se presen-
tan. El texto renovado de la Regia de vida es el
carné o tarjeta de identidad del salesiano de los
tiempos nuevos . Resulta, pues, muy importante
asimilar sus contenidos , a fin de que el proposito
de llevarlos a la practica sea genuino y verdadero .
El pr6ximo 14 de mayo queremos relanzar
nuestra vocaci6n y misi6n, renovando todos jun-
tos la profesi6n religiosa «segun el camino evan-
gélico trazado en las Constituciones salesianas » 52 .
jQue Maria Auxiliadora nos asista y santa Ma-
ria Mazzarello, cuya muerte santa conmemoramos
en tal dia, interceda para que sepamos reperir con
Don Bosco: me ofrezco «en holocausto al Seri.or,
dispuesto a todo, para procurar su mayor gloria y
el bien de las almas, especialmente las de la ju-
ventud » 53 .
Tarea especial de la familia salesiana
El Santo Padre nombr6, el 11 de febrero,
miembro del comité centrai del ano mariano a la
superiora generai de las Hijas de Maria Auxilia-
dora, madre Marinela Castagno. Es un gesto gue
honra y obliga a nuestra familia.
Las Hijas de Maria Auxiliadora representan, de

3.6 Page 26

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 322
24
forma viva y permanente, el gran amor de Don
Bosco a la Virgen. Quiso que fueran el «monu-
mento vivo » de su gratitud a Maria Auxiliadora y
les pide que sean su acci6n de gracias a lo largo
del riempo 54 . Ellas saben que en nuescra familia
tienen la obligaci6n especial de profundizar y de-
sarrollar la dimensi6n mariana de todos.
Por nuestra parte, «colaboramos con ellas en
profundizar la espiritualidad y la pedagogfa de
Don Bosco y en mantener viva la peculiar dimen-
si6n mariana del carisma salesiano » 55 .
Conviene, pues, promover con ellas durante
este ano mariano iniciativas que aprovechen cuan-
to el Papa ofrece en su endclica y lleven a los j6-
venes y al pueblo las caracteristicas de la peculiar
devoci6n mariana de Don Bosco .
Con Maria la familia salesiana crecera mucho
en la comuni6n mutua, en la laboriosidad aposto-
lica y en la eficacia evangelizadora.
Los inspectores procuren reunirse oportuna-
mente con las inspectoras, a fin de tratar juntos
este punto con miras a los trabajos comunes y
convenientes . El artfculo 74 de los Reglamentos
habla de nuestra devoci6n mariana corno elemen-
to que hay que considerar en el directorio inspec-
torial , y anade : «Los hermanos, individuai y co-
munitariamente, sientan el deber de difundir con
celo la devoci6n a Maria Auxiliadora».
Nos recomienda, entre ocras cosas, dar impor-
tancia, en nuestras casas, al rezo del Rosario. Y,
jtodos lo vamos a tener en cuenta!
La proclamaci6n de este ano mariano para favo-
recer el proposito de I~ Iglesia de realizar un nue-
vo comienzo resulta , pues, particularmente opor-
tuna y beri.eficiosa para la vida de nuescra Congre-
gaci6n y de toda la familia salesiana .
54 . Cons1it11tiones HMA 4 .
55 . Rtglamtmos Genera/tJ
37.

3.7 Page 27

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25
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
Conclusion
56 . Memoria, Biografìcas
X VIII , 34 1.
Queridos hermanos , deseo concluir estas refle-
xiones marianas recordando el centenario de la
consagraci6n del templo del Sagrado Coraz6n.
Tuvo Iugar en Roma el 15 de mayo de 1887 . El
lunes , dia 16, que seguia a la solemne consagra-
ci6n de la iglesia, Don Bosco, anciano y enfermo,
baj6 a la iglesia para celebrar la Eucaristia en el al-
tar de Maria Auxiliadora.
«Durante el divino sacrificio --dicen las Me-
morias Biograficas- se detuvo no menos de
quince veces, presa de fuerte emoci6n y derra-
mando lagrimas . Carlos Viglietti, que lo asistfa,
debi6 distraerle de cuando en cuando, para que
pudiera proseguir. [Al preguntarle} por la causa
de tanta emoci6n, respondi6: - Tenia ante mis
ojos viva la escena de cuando hacia los diez afi.os
sofi.é la Congregaci6n. Veia precisamente y oia a
mi madre y hermanos discutir sobre mi suefi.o .. .
»Entonces la Virgen le habia dicho: "A su
tiempo comprenderas todo". Transcurridos desde
entonces sesenta y dos afi.os de fatigas, sacrificios y
luchas, una luz repentina le habia revelado , en la
erecci6n de la Iglesia del Sagrado Coraz6n de
Roma , el coronamiento de la misi6n que se le ha-
bia su§ erido misteriosamente al comienzo de su
vida» 5 .
No es casual la afirmaci6n de su biografo e inti-
mo conocedor, Juan Bautista Lemoyne . Al inten-
tar comprender la magnanimidad de las iniciati-
vas de nuestro Padre, su osadia en favor de la Igle-
sia y los buenos resultados obtenidos a pesar de
problemas sin numero y de gravisimas estreche-
ces, dijo: «Entre la Virgen y Don Bosco debia de
haber un pacto. Puede creerse que muchas veces

3.8 Page 28

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 322
26
se le apareda y le indicaba lo que tenia que hacer
y co, rno » 57 .
Estamos convencidos de que no solo el templo
del Sagrado Coraz6n de Roma y cada piedra de la
basilica de Valdocco proclaman una gracia de la
Virgen 58 , sino que toda la obra de Don Bosco, en
particular nuestra Congregaci6n, el Instituto de
Hijas de Marfa Auxiliadora . y la Asociaci6n de
cooperadores salesianos , tuvieron en Marfa la ins-
piradora, maestra y guia que llev6 a Don Bosco a
crear la familia salesiana en la Iglesia.
Monsefi.or Santiago Costamagna nos transmite
una frase de nuestro Padre que sintetiza magnffì-
camente esta convicci6n suya: «Todo lo ha hecho
Mada» 59 .
En su misi6n de fundador, nuestro Padre de-
mostr6 claramente que no estaba cerrado en sf
mismo , en su territorio, en su tiempo y en la cul-
tura de su época -aunque necesariamente estu-
viese encarnado en ella-, sino que comprendi6
que tenia valores permanentes que transmitir, un
patrimonio y un espfritu evangélico que difundir
y una criteriologia pedagogica y pastora! valida
para el futuro. Tuvo que persuadirse de que esta-
ba llamado con vocaci6n persona! a ser fundador,
es decir, a proyectarse mas alla de su tiempo.
Un carisma es una experiencia viva que se
transmite en cuanto viva --es decir, dotada de
fluidez en desarrollo, siempre necesitada de inte-
ligencia creativa para nuevas encarnaciones en
otros tiempos y culturas-, una herencia espiri-
tual de iniciador de escuela, enriquecida ininte-
rrumpidamente con otros carismas personales in-
corporados de manera organica al suyo, segun el
proyecto y la llamada siempre coherente del Es-
pfritu Santo.
·
Tal perspectiva ductil vincula su misi6n de
57 . M,,,,,,,.iaJ BiograficaJ X,
92 .
58. Cf. Memoria, Biografi-
ca, VII , 47 1; X VIII ,
338 .
59 . E. VALENTLNI, Scrit-
ti di vita t di spirituali-
,a/aiana, LAS 1979,
pag . 144 .

3.9 Page 29

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27
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
fundador a los dos resucitados -Cristo y Ma-
ria-, que inyectan en el tiempo la energia de la
resurreccion , influyen en el curso de los aconteci-
mientos a lo largo de los siglos, y dan asi a la his-
toria un espesor de salvacion y una fisonomfa de
novedad humana que fluye de la Pascua.
Dicha vitalidad escatologica es perceptible, so-
bre todo, en las horas de nuevo comienzo eclesial,
corno ocurre en lo que queda del segundo mile-
010 .
Durante el mes de mayo de 1887 Don Bosco
comprendio, en Roma, cuanto le habfa comuni-
cado Maria, su maestra y gufa; en la vision sinté-
. tica de sus setenta y dos afi.os de vida, pudo intuir
proféticamente, corno otras veces, el porvenir del
carisma recibido. Confiemos, pues, corno él en
Maria, para poder cumplir las responsabilidades
que tenemos en este momento tan significativo de
la historia de la Iglesia y de la vida de la familia
salesiana.
Al terminar esta carta me complazco en recor-
dar de nuevo el 150° aniversario del nacimiento
de santa Maria Mazzarello, conmemorado el ulti-
mo 9 de mayo. Tal fecha trae a nuestra memoria
los planes de Dios para preparar a la santa Cofun-
dadora de las Hi jas de Maria Auxiliadora y, a la
vez, nos recuerda de forma viva y permanente la
dimension mariana de toda la familia salesiana,
encomendada a Maria Auxiliadora, Madre de la
Iglesia.
Pidamos a ésta nuestra querida Santa que inter-
ceda, junto con Don Bosco -a quien siempre
miro corno a su estrella polar-, nos obtenga gran
sensibilidad para experimentar constantemente
presente entre nosotros a la Virgen Santisima, y
nos ayude a renovar y vivir mas eclesialmente
nuestra consagracion apostolica.

3.10 Page 30

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N.0 322
28
Un saludo cordial a todos, en comuni6n de es-
fuerzo y oraci6n .
Que el Espiritu Santo inunde nuestros corazo-
nes y nuestras comunidades.
Afmo . en Don Bosco
EGIDIO VIGANO
Rector Mayor

4 Pages 31-40

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4.1 Page 31

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