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Recensioni
vida en el externado» (1940-1950); «tiempos de paciente espera. 1951-1960»; «fideli-
dad creativa. 1960-1970»; «tiempos de inclemencia y esperanzas. 1970-1978»; «la
historia sigue y se perfecciona. 1978-1990».
En sentir del autor «la síntesis de los capítulos se hace en torno a los directores»
(p. 27), estructuración que, a veces, origina ese estilo fragmentario, discursivo —por
detallista en demasía—, y repetitivo. En parte ha soslayado este riesgo el ansia de
querer plasmar «período tras período [...] la fuerza expansiva «de la presencia sale-
siana», y, prescindiendo del ritmo cronológico, ubica, en el lugar más oportuno,
cada señal de esta «fuerza expansiva»: «en la realización material de la obra actual
—las escuelas, la parroquia, los talleres de la escuela profesional, el internado, el
teatro, el centro local...—; en la expansión de la obra salesiana [en la ciudad]...; en el
crecimiento de las actividades educativas, religiosas y sociales», mucho más al con-
vertirse, desde 1958, en sede de la nueva Inspectoría de San José (pp. 9-10); en la
constante apertura a la iglesia local, acrecentada con la llegada de «Mons. Marceli-
no Olaechea, arzobispo de Valencia. 1946-1960» (pp. 268-286), hasta existir «en
Valencia la persuasión de que los salesianos han sido los evangelizadores de la calle
Sagunto» (p. 27).
¡Los salesianos, es decir, «el grupo comunitario»! El autor subraya que, en tor-
no a los directores, «más de trescientos salesianos, procedentes de Italia, Polonia y
de todas las regiones españolas, supieron identificarse con la barriada» (p. 26) y,
junto a ellos, se asoman —en concisas semblanzas— cooperadores, antiguos alum-
nos, AMA, bienhechores, profesores, empleados, profesionales, trocándose la histo-
ria, conforme se avecina al presente, en crónica vivida. Limitación aceptada por el
mismo autor —«Con gusto hubiéramos ofrecido al lector una historia más apretada,
prescindiendo de anécdotas que no llevan la categoría de historia» (p. 25)—, y refleja-
da en la diferencia de Fuentes, que han alentado las «dos etapas» (pp. 19-22).
Mas, por otra parte, eso mismo patentiza la riqueza y variedad de Fuentes utiliza-
das, que van desde el documento archivistico hasta los de crónica; desde «la abundan-
te bibliografía» hasta las no menos abundantes relaciones de los salesianos entrevis-
tados o consultados; desde el artículo de las «revistas salesianas» hasta los aparecidos
en los diarios provinciales o locales. Tal riqueza de fuentes y documentación, garan-
te de la objetividad y del rigor científico, viene avalada con oportunas estadísticas,
profusión fotográfica y dos apéndices, en los que «por primera vez aparece esta
síntesis de terrenos y [proceso de] construcciones [...], suelo y edificios o el instru-
mento material de la acción salesiana en calle Sagunto» (pp. 451-480).
Puede sentirse el autor satisfecho de haber cumplido con creces su objetivo de
ofrecer una «síntesis de datos con una primera reflexión sobre personas y realizacio-
nes de un grupo humano animado por la tradición viva del espíritu de Don Bosco».
Su obra, además, resulta una aportación apreciable, no solo —como se lo augu-
ra el autor— para «editar los anales de la institución salesiana en Valencia» (p. 25),
sino «los anales» de la presencia salesiana en España. Tal género de estudios marcan
el único camino a seguir para que, a largo plazo, puedan ver la luz los auténticos
«Anales de la Sociedad Salesiana».
JESÚS BORREGO