dirección del Espíritu Santo, para ser sensibles a la escucha de sus
inspiraciones y mociones”.
El año en que la Iglesia va a dedicar un Sínodo de los Obispos al tema de los
jóvenes, a sus caminos de fe y de vocación, me satisface que se haya tratado no
solo de los santos jóvenes que hay en la Familia Salesiana –podemos contar
hasta 45 que tienen menos de 30 años y que son una prueba del dinamismo del
espíritu salesiano encarnado en muchachos y muchachas, adolescentes y
jóvenes–, sino también de la juventud de los santos como expresión de la acción
de Dios, con modos muy variados, en la vida de las personas.
Con ponencias de gran calidad, unido a momentos de compartir y de trabajo en
grupos, este encuentro ha alcanzado el objetivo de presentar los contenidos y los
procesos que ayudan a seguir y comprobar los presuntos milagros; pero, sobre
todo, ha servido para confirmar que la promoción y diligencia de las Causas de
Beatificación y Canonización en nuestra Familia impulsan dinámicas de gracia
que suscitan alegría evangélica y sentido de pertenencia carismática, porque
renuevan propósitos y compromisos de fidelidad a la llamada recibida, y generan
fecundidad apostólica y vocacional.
Este seminario, cuya tercera edición será del 13 al 17 de abril de 2021, permite
hacer algunas reflexiones respecto de la Postulación General y las realidades que
ella coordina a nivel local, y que, además, interpelan al Gobierno de la
Congregación y sus dicasterios, para irradiarse después en las realidades locales,
animadas por las Inspectorías y la Familia Salesiana, en colaboración con las
Iglesias locales. Es un ritmo binario o, si se prefiere, una doble vía ––institucinal
y pastoral–– para trabajar en sincronía, complementándose, tal como aparece en
algunos de los desafíos que se han señalado y que debemos recoger y afrontar:
1) Continuar en la Familia Salesiana, en comunión con las Iglesias locales, la
promoción de las Causas por medio de iniciativas que permitan conocer, imitar y
rezar a nuestros candidatos a la santidad. Me pregunto en forma de provocación:
¿Nos atrevemos a invocar a nuestros Beatos, Venerables y Siervos de Dios?
¿Creemos en la comunión de los santos? ¿Confiamos en su capacidad de
intercesión?
2) Sincronizar mejor la doble vía ––Gobierno y Posstulación General–– con
personas que, a nivel local, asuman la responsabilidad de acompañar nuestras
Causas, mantenerlas activas, y difundir la veneración a los Siervos/Siervas de
Dios, a los Venerables, a los Beatos, en comunión con la Iglesia local.
Vicepostuladores, colaboradores, promotores deben sensibilizar, informar, activar
intervenciones ante los obispos locales y los superiores. Hay que moverse; no se
puede esperar pasivamente a que lluevan de arriba indicaciones y decisiones.
Hay que ser responsables y corresponsabilizar, con espíritu de comunión eclesial
y de creatividad pastoral. Una primera iniciativa podría ser la de organizar en las
Iglesias locales y en el ámbito de la Familia Salesiana una jornada para presentar
y divulgar los contenidos del Seminario.
3) Acrecentar nuestra sensibilidad sobre la importancia del milagro y de su
necesidad para el buen resultado de una Causa. A la luz de las intervenciones del
Card. Amato, de Mons. Pellegrino y del P. Turek, es preciso reflexionar sobre