SOCIETÀ DI SAN FRANCESCO DI SALES
SEDE CENTRALE SALESIANA
Via Marsala, 42 - 00185 Roma
Il Rettor Maggiore
Hasta las Inspectorías numéricamente más pobres en vocaciones son capaces de hacerlo. Ya hay una
Inspectoría que cuenta con seis hermanos que han madurado su vocación salesiana misionera y,
desde esa llamada especial, se han puesto a disposición del Rector Mayor para la Expedición 150ª del
año próximo.
Les animo, mis queridos hermanos Inspectores, a que sean ustedes los primeros en ayudar a que los
hermanos cultiven en sus vidas estos deseos misioneros, y en facilitarles el discernimiento,
invitándoles, después del diálogo personal con ustedes, a ponerse en comunicación con el Rector
Mayor. Tengamos muy en cuenta que Dios nunca se deja ganar en generosidad, y ni siquiera la
misma Congregación cuando piensa en las necesidades de cada Inspectoría, y en concreto en las que
dan generosamente, como la viuda del Evangelio con el óbolo en el templo.
El diálogo con nuestro Dicasterio para las misiones y la reflexión que hemos hecho meses atrás en el
Consejo General me permite precisar cuales serían algunas de las urgencias para este 2019, y ojalá se
pudiera enviar un número significativo de hermanos:
A nuestras presencias Amazónicas y a la nueva presencia de Colón en Panamá;
A Sudán y a otras presencias salesianas al servicio de refugiados en diversos lugares de
África;
A Lituania, Albania y Kosovo, Bulgaria y a otras nuevas fronteras del Proyecto Europa;
A Mongolia, Laos, Nepal, Yakutia,
A nuestras variadas presencias en las islas de Oceanía,
A algunas fronteras misioneras de América Latina si hubiese fuerzas suficientes.
Naturalmente todo dependerá de la respuesta a la llamada.
Los Capítulos Inspectoriales, en camino hacia el CG28, ya están en pleno y fecundo discernimiento
sobre el tema crucial: “¿Qué salesianos para los jóvenes de hoy?” Antes de que las respuestas
claras e inspiradoras sean bien redactadas y formuladas, dejemos que hablen, con elocuencia, los
rostros alegres, generosos y decididos de hermanos jóvenes, adultos y más maduros que sientan que
deben escuchar la llamada misionera que el Señor les haga.
Rezo por ello mis queridos hermanos y se lo encomendamos a nuestra Madre Inmaculada y
Auxiliadora, pidiéndole a Don Bosco que siga alimentando entre sus salesianos el mismo celo
misionero que él vivió.
Con verdadero afecto les saluda,
P. Ángel Fernández Artime,SDB
Rector Mayor