RMAguinaldo|2009

Aguinaldo 2009

150º aniversario de fundación de la Congregación Salesiana

La Familia Salesiana ayer y hoy: la semilla se ha convertido en un árbol y el árbol en un bosque


“El Reino de los cielos se parece a un grano de mostaza

que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña

de las semillas, cuando crece es más alta que las

hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas,

y vienen los pájaros a anidar en sus ramas” (Mt 13,31-32)



Comprometámonos a hacer de la Familia Salesiana

un vasto movimiento de personas para la salvación de los jóvenes



Dos acontecimientos convergentes


Hay dos acontecimientos que justifican la elección del tema del Aguinaldo para el 2009: el 150º aniversario de la fundación de la Congregación Salesiana y la preparación del bicentenario de Don Bosco (1815-2015). Con el recuerdo del 150º aniversario de la Congregación Salesiana comenzamos la preparación para el bicentenario del nacimiento de Don Bosco. Dicha celebración significará fidelidad renovada a Don Bosco, a su espiritualidad, a su misión; será un Año Santo “salesiano”.


  1. La Familia Salesiana ayer


El 150º aniversario de la Congregación Salesiana es una ocasión para reflexionar sobre la idea original de Don Bosco acerca del “movimiento salesiano”, con la fundación de los primeros grupos: Salesianos de Don Bosco, Hijas de María Auxiliadora, Salesianos Cooperadores y Asociación de los Devotos de María Auxiliadora. Partiendo de la parábola usada por Jesús para explicar el dinamismo del Reino de Dios, me atrevo a decir que la semilla plantada por Don Bosco ha crecido hasta convertirse en un árbol frondoso y robusto.


La semilla carismática


El espíritu, la mentalidad y la experiencia pastoral llevaron a Don Bosco a madurar algunas convicciones:

  • la misión universal de salvación de la Iglesia, que debe asumirse de manera solidaria, con la especificidad de la preferencia hacia los jóvenes, los pobres, los pueblos no evangelizados;

  • la urgencia y la necesidad impelente de unirse espiritualmente y de asociarse operativamente;

  • la posibilidad del espíritu salesiano de ser vivido en diversos estados de vida y, por consiguiente, de contribuir a través de la unión de los “buenos” a la gran misión de la Iglesia;

  • la fundación de los primeros grupos, coagulados alrededor de la experiencia oratoriana, con diversas vinculaciones, con diversa consistencia asociativa, con diversos requisitos de pertenencia;

  • la función histórica de SDB, FMA, CC.SS.


El crecimiento silencioso


Estas intuiciones de Don Bosco fueron concretándose paso a paso hasta hoy.

  • En diversos continentes han ido surgiendo otros grupos, fundados por Salesianos; entre ellos ciertamente emerge el grupo de las Voluntarias de Don Bosco.

  • Los cambios introducidos por el Concilio Vaticano II han llevado a descubrir y evidenciar el carácter de familia carismática y a formular orientaciones operativas para su crecimiento.

  • La nueva mentalidad, sin embargo, debe todavía pasar en cada grupo del papel a la vida, con el fin de que la Familia Salesiana sea vivida como dimensión vocacional (cf. CGE 20 SDB n. 151).


El árbol y el bosque


Algunos hechos han acompañado y sostenido el desarrollo de la Familia:

  • Se ha solicitado formalmente y reconocido públicamente la pertenencia de los grupos que habían surgido después de la muerte de Don Bosco. Hoy dichos grupos son 23.

  • Han nacido nuevos grupos que esperan ser reconocidos como miembros de la Familia Salesiana; mientras tanto, se cultiva el terreno en el que otros grupos podrían todavía manifestarse.

  • La Familia Salesiana ha reflexionado sobre la propia identidad (cfr. ACG n. 358), sobre los elementos que se refieren a su consistencia y unidad, sobre su organización para la comunicación.

  • Cada grupo ha tratado de reforzarse, dándose Estatutos o Reglamentos de vida.

  • Se ha hecho un esfuerzo común para profundizar las modalidades de comunión entre todos; ha sido válida referencia la Carta de Comunión que todavía debe difundirse, estudiada y realizada.



  1. En el tercer milenio: el hoy y el mañana


En el camino de la comunión


La Iglesia ha entrado en una nueva fase de comunión, marcada por los Sínodos, por el diálogo ecuménico, por el movimiento interreligioso, por la solidaridad globalizada, por el compromiso de la reconciliación. Aunque la nuestra es una Familia preferentemente apostólica, ahonda sus raíces en el misterio de la Trinidad. Contemplando al Dios Amor, comprendemos qué significa para nosotros la misión de “ser signos y portadores del amor de Dios”, la espiritualidad de comunión, el ser familia.


Comunión en la y por la misión


“La comunión genera comunión y esencialmente se configura como comunión misionera” (Chl 32). Ahora bien, nuestra meta es expresar, de modo evidente, la comunión en la misión, teniendo presentes los siguientes criterios:

- según las constantes de los orígenes y del desarrollo de la Familia Salesiana:

hemos conservado, como preciosa herencia, la pasión educativa, en particular por los jóvenes más

pobres: “Da mihi animas” es el lema de Don Bosco que hacemos nuestro; nosotros miramos a los

jóvenes y queremos ocuparnos de ellos para despertar en ellos la vocación a ser hijos de Dios;

- conforme a las condiciones del mundo de hoy:

el mundo ofrece un escenario nuevo: complejidad, carácter transversal de muchas “causas”, posibilidad de redes. La Familia Salesiana tratará juntamente de dar espesor a la propia presencia y acción: hay el problema juvenil, la vida que custodiar, la pobreza que eliminar, la paz que promover; hay los derechos humanos que hacer reales; hay Jesús que hacer conocer;

-como fruto de los últimos Aguinaldos:

los últimos Aguinaldos han puesto en evidencia la emergencia educativa, el compromiso por la familia, la promoción de la vida, la preferencia por los pobres, la solidaridad globalizada, la nueva evangelización; esta nueva fase de la Familia Salesiana estará marcada por la misma ardiente y activa caridad de Don Bosco.



Algunas exigencias


  • Profundizar el posible campo común; esto comporta mirar, reflexionar, dialogar, estudiar, rezar juntos, para encontrar el camino que recorrer en espíritu de comunión.

  • Poner en el centro la espiritualidad como impulso para la comunión por la misión; la santidad es la fuente y la energía de la que “deriva un vasto movimiento de personas que, de diferentes formas, trabajan por la salvación de la juventud” (Const. 5): la Familia Salesiana.

  • Asegurar la capacidad autónoma de los grupos en cuanto al propio desarrollo, a la formación de los propios socios, a las iniciativas apostólicas.

  • Experimentar formas ágiles de colaboración: “pensar globalmente, obrar localmente”.

  • Profundizar la experiencia salesiana salesiana en la condición laical.



3. Líneas para el futuro


Fruto de este Aguinaldo debe ser, pues, un esfuerzo conjunto más visible y también más concreto en la línea de la misión. Tenemos como referencia la Carta de la comunión y la Carta de la misión de la Familia Salesiana; mientras la primera precisa los elementos que caracterizan nuestra identidad carismática, la segunda representa una declaración de propósitos y de orientaciones. Su objetivo es hacer surgir una “cultura de la Familia Salesiana”


Sinergias en la misión


La referencia a la Carta de la comunión y a la Carta de la misión nos ofrece la oportunidad de reflexionar sobre las posibles sinergias en la misión. Nosotros tenemos ya una misión común y la estamos realizando. Es la misión suscitada por el Espíritu Santo en diferentes servicios e iniciativas. La primera condición para crear sinergia es ciertamente que cada grupo cumpla la propia misión. Pero nuestros tiempos consienten y requieren nuevas expresiones de la misión común. Hay hoy, como hemos subrayado en los Aguinaldos de los últimos años, causas transversales como la familia, la vida, la educación, los derechos de los menores, el problema de la paz, la cuestión de la mujer, la salvaguardia de la creación, la solidaridad global que pueden vernos comprometidos juntos.


Recursos


¿Con qué recursos contamos? En primer lugar con la formación de las personas y con el refuerzo de las comunidades o grupos. Pero tenemos también necesidad de la elaboración y de la adquisición de una cultura o mentalidad carismática común, a la que deben servir la Carta de la comunión y la Carta de la misión. El apoyo organizativo es ciertamente útil, pero tiene sólo un valor subsidiario y se adapta a las exigencias y a las situaciones concretas. Seguimos creyendo que la Familia Salesiana es, ante todo, una realidad carismática, cuyos grandes recursos son el Espíritu y la creatividad. Debemos ser corresponsables en la misión. Pero es preciso tener presente que la misión se refiere a campos concretos de compromiso; ella no supone la implicación de todos en cada iniciativa o en cada territorio particular. En cada una de las realizaciones concretas, se verá si convienen colaboraciones bilaterales, trilaterales, sin ancorarnos apriorísticamente en cualquier estructura global.


Campos de la misión común


Algunos campos o aspectos donde ya estamos colaborando requieren alguna palabra de comentario.


Los jóvenes

Todos tratamos de trabajar con el mayor número de jóvenes en diversas iniciativas. Entre los jóvenes se están consolidando los grupos juveniles; en ellos surgen los líderes, que se llaman animadores, educadores, etc. Se está consolidando el Movimiento Juvenil Salesiano, en el que convergen grupos juveniles que nacen en la Familia Salesiana y que quieren formar parte de ella. Ésta es una posibilidad ofrecida a todos. Hasta ahora hay una fuerte colaboración entre los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora. Deseo y espero que en el futuro se haga más intensa la participación de los salesianos Cooperadores y de los Antiguos Alumnos. Hay, pues, sinergias ya existentes y posibilidades de apertura a la Familia Salesiana en el Movimiento Juvenil Salesiano, que ya nota que tiene una conciencia mundial.


La propuesta vocacional

Unido al tema del MJS está el de la propuesta vocacional. Sabemos que Don Bosco, que tenía una gran estima por los seglares, gozaba cuando podía dar a la Iglesia sacerdotes y consagrados. En efecto, si es verdad que todos tienen igual dignidad e igual llamada a la santidad, es también verdad que hay vocaciones que tienen tareas específicas en la comunidad eclesial. Entonces es importante que nosotros estemos unidos también en esto. Haciendo hacer a nuestros grupos o a nuestros jóvenes un camino de formación humana y cristiana, les proponemos la ventaja de las vocaciones, haciendo también notar el mayor compromiso de “sequela” que representan algunas vocaciones.


Misiones

Un tercer campo en el que estamos ya colaborando son las misiones. En las últimas expediciones misioneras se ha ido consolidando la presencia de seglares. Es precioso constatar que, dentro de la Familia Salesiana, hay grupos que incluyen el trabajo misionero en su misma denominación. El trabajo misionero, sin embargo, tiene diversidad de expresiones y de iniciativas. Hay la posibilidad de la presencia personal, hay la posibilidad del hermanamiento y la del sostén a distancia. Viendo las necesidades en las diversas partes del mundo, pienso qué bello sería si hubiese una red de hermanamientos en grado de aportar recursos que respondan a las diversas necesidades y si, donde hay fuerzas disponibles, hubiese apertura a colaboraciones temporales o incluso definitivas.


El Boletín Salesiano

Otro campo, donde ya estamos colaborando, se refiere a la comunicación carismática. Cada grupo tiene su órgano de comunicación. Pero hay una revista o un órgano que nos representa a todos y es el Boletín Salesiano. Nosotros decimos que es un instrumento de comunicación para la Familia Salesiana, para el Movimiento Salesiano y para toda la opinión salesiana del mundo; el Boletín Salesiano presenta el punto de vista de la Familia sobre las realidades que estamos viviendo y abre al mundo una ventana sobre la realidad salesiana. Es verdad que el Boletín está gestionado por la Congregación Salesiana; pero en él se está dando cada vez mayor espacio en el consejo de redacción a la Familia Salesiana y se van presentando nuestras diversas realidades. De la imagen que el Boletín logra crear todos recibimos beneficio.


Visibilidad eclesial de la presencia salesiana como “movimiento”


Sería interesante, a través de las sinergias que poner en acto, obrar cada vez más como movimiento y así tener una presencia visible en la realidad social y eclesial. Debemos superar dos peligros, que no son nada imaginarios: por una parte, un protagonismo demasiado aclamado y, por otra, un absentismo injustificable. Más que una obra de propaganda, debería ser visible nuestra presencia solidaria; deberíamos mostrar más nuestra capacidad de obrar por algunas causas comunes.


Cultura de la Familia Salesiana


Con el fin de que la cultura de la Familia, es decir, del trabajar juntos, pase a todas las ramas y a todo el árbol es indispensable que todos los socios de cada grupo sean conscientes de pertenecer a un vasto movimiento de personas, nacido del corazón apostólico de Don Bosco, y se manifiesten dispuestos a las sinergias, a las convergencias, a las colaboraciones múltiples, diversas, ágiles, actualizables. No buscamos una gran organización que establezca desde el vértice las cosas que hacer, sino un fuerte impulso de espiritualidad para dar vida a células y órganos, para que creen las colaboraciones posibles.


Desde estas perspectivas nace como primera tarea la de hacer leer a todos la Carta de la comunión y la Carta de la misión. Se encuentran en ellas las grandes ideas que transmitir y las grandes opciones que hacer. Pero, además del estudio de estos documentos, ayudará hacer entre los diversos grupos experiencia de convivencia, espiritualidad, fraternidad, colaboración. Esto elevará el nivel de confianza recíproca, el aprecio de las posibilidades que el carisma y la Familia de Don Bosco tienen. La meta es siempre pasar de la con-cordia a la comunión de intenciones, a la colaboración y corresponsabilidad en proyectos comunes sobre el territorio.



4. Sugerencias para concretar el Aguinaldo


Algunos pasos para hacer que la Familia Salesiana llegue a ser un vasto movimiento al servicio de la salvación de los jóvenes.


1. Colaborar juntos en la formación y en la profundización de la mentalidad carismática de Familia Salesiana


Para ello hay que esforzarse en:

  • Hacer objeto de estudio y de profundización la “Carta de la comunión” y la “Carta de la Misión” por parte de cada grupo de la Familia Salesiana, para hacer crecer en cada miembro la cultura de familia y la conciencia de movimiento;

  • Compartir las conclusiones de este estudio en la “Consulta” local e inspectorial de la Familia Salesiana y escoger, como conclusión, algunas líneas operativas de participación y sinergia al servicio de la misión salesiana en el propio territorio.


2. Promover un compromiso compartido


Estudiar juntos, entre los diversos grupos de la FS presentes en un territorio, la situación de los jóvenes de hoy, sobre todo alrededor de los grandes desafíos de la vida, de la pobreza en sus diversas expresiones, de la evangelización, de la paz, de los derechos humanos… y buscar:

  • Caminos para mejorar las iniciativas ya en acto con una mayor colaboración y trabajo en red;

  • Nuevas iniciativas que promover con la aportación específica de los diversos grupos presentes.


3. Un instrumento de comunión: la Consulta local e inspectorial de la Familia Salesiana


Dar mayor consistencia a la Consulta local e inspectorial de la Familia Salesiana, buscando la forma más adecuada para realizarla, para que no sea sólo una ocasión de intercambio de ideas y experiencias, sino sobre todo un instrumento

  • para reflexionar juntos sobre los desafíos de la misión en el propio territorio y para compartir algunas líneas fundamentales de respuesta que cada grupo se esfuerza por asumir según sus posibilidades,

  • para buscar caminos de colaboración ágil y bien articulada en proyectos educativos y de evangelización, sobre todo al servicio de los jóvenes.


4. Algunas plataformas de colaboración y de trabajo en red que promover y desarrollar


- La animación del Movimiento Juvenil Salesiano,

- desarrollando en los diversos grupos juveniles animados por los grupos de la FS el compromiso de compartir y participar en el Movimiento Juvenil Salesiano,

- implicando en el acompañamiento de los grupos y de los jóvenes,

- compartiendo en el camino formativo de los grupos un itinerario de educación en la fe que los ayude a descubrir y asumir la propia vocación apostólica en la Iglesia y en la sociedad.

- La animación y promoción entre los jóvenes y los adultos del Voluntariado salesiano social y misionero como respuesta salesiana a los grandes desafíos del mundo juvenil de hoy, en particular de los más pobres y en peligro.

- La promoción de vocaciones sacerdotales, religiosas y laicales de especial compromiso para el servicio de la Iglesia y en particular en la Familia Salesiana, mediante:

- la participación en las iniciativas vocacionales promovidas en la Iglesia local,

- el testimonio de la propia vida vivida como vocación, y la presentación de las diversas vocaciones en la Iglesia y en la sociedad, de modo especial en la Familia Salesiana,

- una particular atención y acompañamiento de los jóvenes en su camino de pareja con iniciativas adecuadas,

- el apoyo a las familias y a los padres en su compromiso educativo, promoviendo escuelas de padres, grupos de parejas, etc.



Don Pascual Chávez Villanueva,

Roma, 1 de junio de 2008





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