Los ejercicios salesianos

Los ejercicios “Salesianos”


D. Juan E. Vecchi



  1. La fuente

  2. Las características

  3. Esfuerzo de renovación

  4. Nuevo punto de partida: una experiencia de Dios

  5. Elementos de una experiencia salesiana.




1. LA FUENTE


EI modo salesiano de los EE se origina en la experiencia de Don Bosco, allí confluyen 3 cauces:


  • Práctica personal: los hizo en los momentos principales de su vida. Ya sacerdote frecuentó el centro jesuita San Ignacio y las indicaciones ignacianas adaptadas al lugar.


  • Uso pastoral: esta convencido de su eficacia, es una práctica del pueblo, lo recomiendan los pastores de la Iglesia. Los adapta a los jóvenes, al pueblo y a los sdb. Es importante el predicador pues ninguna de estas 3 categorías estaba preparada para la lectura personal ni para largas meditaciones. Signo esencial de la conversión es la confesión.


  • Adaptación a la congregación: Está en las Constituciones de 1864 pero se fue llevando lentamente a cabo. Primero se hacían con los muchachos, antes de la ordenación se daba la posibilidad de hacerlos aparte. AI principio eran de 3 días: cuidado del alma, descanso corporal y convivencia alegre. En 1870 se pasó a 6 días: 4 enteros más la apertura y conclusión. EI silencio también fue progresivo. Esta evolución culminó con el Reglamento de 1883 (Cap. Gral 3) que revisado y corregido duró hasta 1965. Todos los Rectores Mayores dijeron algo sobre ellos. EI CG 19 inspirado en el Vaticano II propone una renovación de contenido y forma.


2. Las características


En toda evolución se destacan algunos elementos.


  • Es evidente la importancia de los ejercicios para la vida espiritual salesiana: son parte fundamental de las prácticas de piedad, aparecen más como un medio.


  • Es evidente la adhesión a los criterios ignacianos de contenido y método: título del Reglamento de 1883: Reglamento para hacer con fruto durante ocho días los EE según el método de S. Ignacio.




  • Es determinante la presencia de Don Bosco: sigue el paso espiritual, adapta elementos y horarios según su experiencia de los caminos del espíritu. Meditaciones e instrucciones, estas últimas elaboran ejemplos, exigencias y criterios de vida salesiana.


  • Hay una reformulación de los objetivos específicos: más que la conversión en general es la fidelidad y entusiasmo a un estado de vida conocido y asumido.


  • Hay una simplificación de métodos y se da mayor espacio a la peculiaridad de cada persona, el hablar con el Director de EE es suplido por la conversación con el Superior en la cuenta de conciencia.


  • EI carácter comunitario, gozoso y festivo, se manifiesta no sólo en los momentos litúrgicos sino en la vida de familia diaria.


Se van plasmando así las características definitivas de los EE salesianos: mantenimiento de la dimensión persona unida a una fuerte componente comunitaria, importancia singular de los momentos litúrgicos, experiencia de fraternidad y familia con prevalente tono de alegría, una cierta ductilidad en la elección de la línea temática, un método de meditación a medida de la persona.


3. Esfuerzo de renovación


En los años setenta se dan simultáneamente algunos hechos:


  • La práctica anual va sufriendo una erosión o desgaste mas allá de la Congregación, aparecen otras formas de retiros, es menor la fuerza de la obligación de hacer EE, la repetición de los temas y la rigidez de los métodos ignacianos. En las Inspectorías hay ausencias de hermanos, insatisfacción. Se buscan otras experiencias espirituales. Consecuencia: confusión y desorientación.


  • Contemporáneamente está la difusión y esfuerzo de aplicación de Vaticano II. Hay un replanteamiento de la espiritualidad y de la vida del creyente en el contexto de la modernidad. La centralidad de la palabra, el horizonte antropológico, la liturgia como fuente de vida espiritual, la perspectiva histórica de los problemas del hombre.


  • EI esfuerzo de renovación de los EE que va haciendo la Iglesia se dirige a aclarar el carácter específico de los ejercicios, subraya su finalidad, enumera los puntos fundamentales de contenidos y metodología y termina confirmando su validez y recomendando su práctica. FIES: "Son el realizarse del hombre cristiano en una fuerte experiencia de Dios. Los elementos esenciales de tal experiencia son la oración, la escucha e interiorización de la Palabra de Dios bajo la acción del Espíritu Santo, para una conversión, conformación y entrega siempre mas profunda a Cristo en el servicio de los hermanos, de la Iglesia y del mundo".



  • La profundización de nuestra identidad carismática con la toma de conciencia de la espiritualidad que se formula como una síntesis orgánica que recoge la vivencia de muchas personas y de mucho tiempo. Se hacen esfuerzos locales para replantear los EE y de esas experiencias hay 3 aspectos en los que se concentran los esfuerzos: 1: la Palabra de Dios, sobre ella se concentra la atención y conseguido un buen predicador el problema parece resuelto; 2: la liturgia, buscando dar calidad espiritual a la celebración; y 3: el conjunto de condiciones para favorecer un proceso interior en la persona. También los capítulos generales han llevado la reflexión a la formulación del artículo 91 de las Constituciones.


4. Nuevo punto de partida: una experiencia de Dios


Hoy los síntomas de rechazo y ausencia son menos graves, se fija la atención más que en los elementos externos en la disposición del ejercitante, hay una evolución de los ejercicios-práctica a los ejercicios-experiencia.


Los ejercicios-experiencia espiritual responden a una visión mas profunda: se suponen que sean una historia, un acontecimiento espiritual, una realidad dinámica que hay que crear e inventar un encuentro personal con Cristo, algo que se juega fundamentalmente no en un ambiente externo y ni siquiera en la inteligencia del ejercitante, sino en su corazón, en su yo, donde solo el espíritu de Dios alcanza llegar. En esta perspectiva no se subestiman los contenidos o verdades que hay que comunicar, las indicaciones de método. AI contrario constituyen un presupuesto indispensable, pero son sólo medios. EI fin es la apertura espiritual del ejercitante, es decir, su docilidad al Espíritu Santo y su obediencia a la Palabra, su experiencia espiritual y comunicación con Dios. EI protagonista es el Espíritu Santo, en dependencia de el, el ejercitante. EI predicador es únicamente ministro y servidor del Espíritu, de la Palabra y del ejercitante.


5. Elementos de una experiencia salesiana


En la reflexión capitular desde 1970 a 1984 se pueden identificar algunas coordenadas en las que hay que situar los ejercicios espirituales salesianos.


  • Su relación con una espiritualidad original y con otros tiempos semejantes: retiro mensual, trimestral y otros valores como el ritmo diario de la oración salesiana. No se trata de una práctica separada, sino de un tiempo en el que se concentra un aspecto de nuestra experiencia carismática. Si se medita Constituciones 91 los EE se colocan en la óptica de la misión, no tanto en su aspecto operativo sino espiritual. Esto influye en la elección de los predicadores, en el planteamiento de los temas y prácticas de oración.


  • Hay una acentuación del aspecto comunitario, miran no sólo a la conversión personal sino también al crecimiento de la comunidad en la fraternidad, la claridad de la misión y el seguimiento de Cristo (C. 91). La persona crece y madura construyendo la comunidad y aprovechando sus riquezas, y viceversa. No hay que colectivizar o comunizar los ejercicios, pero tampoco hay que privatizarlos. Son una especial experiencia de comunidad salesiana concentrada, en la que pueden recuperarse elementos que se pierden en el activismo: la comunicación espiritual, la condivisión profunda aunque silenciosa de la opción radical por Cristo, la calidad y dignidad de la celebración y de los tiempos de Dios, la búsqueda común de profundidad en nuestro trabajo apostólico.


  • Los cinco valores que hay que buscar y promover en los EE salesianos en la línea de la espiritualidad y de la comunidad: escucha atenta de la palabra de Dios, meditación prolongada en clima de silencio exterior e interior, atmósfera de oración, centralidad de la Eucaristía en una liturgia diaria, vida de comunión fraterna y salesiana. La insistencia va de nuevo sobre la Palabra y la figura del predicador que es identificado como guía de los EE. No descargar sobre el predicador excesivas responsabilidades. Cualquier iniciativa de cualificación influirá en los EE pero no hay que olvidar que el Espíritu habita y mueve todo hacia la comunicación de y con el Señor.





















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