Mensaje a los jóvenes a Confronto Europeo 2009

Vayan más allá

Homilía en la fiesta del cumpleaños de Don Bosco para los jóvenes del Encuentro Europeo


Queridísimos Jóvenes,

Hermanos y hermanas de la familia salesiana,

Amigos.


Desde este Colle donde todo habla de Don Bosco, en su fiesta de cumpleaños, enmarcada en el Encuentro Europeo, en este templo medio nuevo, me dirijo a los jóvenes del Movimiento Juvenil salesiano del mundo.


1. La primera frase que les digo es esta: “Alégrense en el Señor, Siempre” (Fil. 4,4). Esta invitación que escuchamos cada vez que hacemos memoria de Don Bosco resuena hoy más vibrante y convincente.

El Señor está cerca” (Fil 4,5). Más bien está presente, vivo, en medio de nosotros desde la encarnación de su Hijo y lleno de vida y de poder para salvar en virtud de su resurrección.

Cantos de gloria rodearon el nacimiento de Jesús que señala el inicio de nuestra era. Anuncio de alegría fue la pascua, victoria sobre la muerte y garantía de liberación de todo mal.


Felicidad y alegría llenaron la vita de Don Bosco, desde los primeros años trascurridos aquí, entre el trabajo, el cuidado de Mamá Margarita, el deseo de aprender, la compañía de los de su tierra.


La alegría suscita gratitud y de ella nace, porque la vida es don, envuelta en el amor desde el inicio hasta el final. Lo dice la historia: aquella grande en el mundo, fecundada por los santos y los sabios, de testimonios valientes y silenciosos operarios del bien; y también en aquella, más pequeña, que es nuestra vida personal.


Toda la historia de la humanidad comprendidas las páginas oscuras y trágicas, aquellas que han colocado en duda la presencia de Dios, hablan del amor permanente de Dios a través de tantas personas, que en su nombre se han hecho participes en un esfuerzo por la justicia, la paz, la humanización, la civilización y la salvación.

Reunidos aqui como familia salesiana, hacemos memoria de los 150 años de la fundación de la Congregación de la Familia Salesiana: con gloria y gratitud. Y nos disponemos a celebrar el bicentenario del nacimiento de nuestro amado fundador y padre. Aquí, en el 1815, un 16 de agosto como hoy, vio la luz Juan Bosco. Empujando hoy la mirada hacia el mundo, contemplamos la red de obras nacidas en su nombre y la multitud de jóvenes que ellas encuentran casa, amistad, y orientación para sus vidas.


Recorran, les decía, aunque sea velozmente, vuestra joven existencia. Gloria y gratitud brotaran como de una fuente interior: porque tienen vida, porque se les preparó un encuentro feliz con Jesús, porque han tenido el don de la fe cristiana, porque la pueden expresar con libertad según la vivacidad característica de la comunión eclesial.


Cuantas veces han glorificado y agradecido al señor por el amor de sus padres y la disponibilidad de sus educadores, y cuántas más, por haberse encontrado con tantos jóvenes y compartir la amistad, los proyectos, la fiesta concluida en la eucaristía, auténtica y participativa.


Ustedes son protagonistas de esta bella historia, grande y personal, en cuyo origen está Jesús; con tantos hombres anhelando la libertad, la dignidad, la fraternidad y la paz.

Hoy Don Bosco en este lugar que lo vio niño, los motiva a descubrir y a recorrer el camino que, de estas aspiraciones, llevan a la gloria plena.


2. Esto es para nosotros un año jubilar, que nos abre la puerta a la preparación inmediata al bicentenario del nacimiento de Don Bosco. Estamos, entonces, invitados, a atravesar esta puerta: es un signo que contiene un mensaje. Cruzando la puerta entramos en el tiempo, el espacio donde se siente más claramente la presencia de Dios. Cruzando la puerta entramos en el templo, el espacio donde se siente más claramente la presencia de Dios. Entramos también en la asamblea de la comunidad cristiana que celebra juntos las maravillas hechas por Dios; alaba su grandeza, agradece su misericordia, de él toma energía para donarse al servicio del hombre.

La puerta tiene también un significado más personal, que interesa a cada uno de ustedes: es el barco a través del cual Dios y los hermanos pueden entrar en nuestro corazón, en nuestros proyectos, en nuestros bienes.

Puede ser abierta nuestra puerta, como María: que acoge la invitación del Señor y dice “he aqui, la sierva del Señor” (Lc 1,38); Que se dejo conmover de su prima Isabel, por quien “se coloca en viaje y llega al pequeño pueblo” lejos (Lc 1,39); que se mostró atenta en las bodas de Caná, moviéndose para que la fiesta continuara (Jn 2, 3.5); que junto a la cruz coloca su disponibilidad materna para recibir de Jesús la donación de todos nosotros: “Mujer, ahí está tú hijo” (Jn 19, 26).


La puerta puede permanecer cerrada, porque nos apegamos a los bienes (cf. Lc 18, 22-23), porque el desorden reina en la propia vida (cf. Lc 12,29), porque las distracciones y el ruido hace n difícil “entender que sucede cerca a nosotros (Lc 12,56), porque la ambición impide hacer espacio a los proyectos generosos (cf. Lc 14, 7-14).


De este Colle, donde Don Bosco ha hecho el sueño- guía de su vida, él nos dice: “Abran la vida al gran sueño de Dios que ha suscitado en cada uno de ustedes: la santidad”


Es la meta que reclamaba la aflicción de el Papa Juan Pablo II, cuando en el mensaje para la jornada mundial de la juventud del 2000 escribía: Queridos jóvenes……… de cada continente, no tengan miedo de ser los santos del nuevo milenio, sean contemplativos y amantes de la oración, coherentes con la fe y generoso en el servicio a los hermanos, miembros activos de la iglesia y artífices de la paz”


No tomen una mirada baja.

Tengan confianza en la gracia de Dios, de la felicidad que su propuesta les dará en el Espíritu que está en cada uno. No son ustedes los primeros en dejarse llevar del deseo de la santidad: esta es la característica del Movimiento al que ustedes pertenecen, Esa ha sido desde el inicio vivido gracias a aquel llamado de Dios y aquella caridad sin medida que inspiraba a Don Bosco y a Madre Mazarelo. Detrás de ellos los jóvenes han sabido entrelazar estupendamente vitalidad juvenil y respuesta generosa a Dios. Questo luogo racchiude ancora le immagini di quella giornata luminosa in cui Giovanni Paolo II proclamò la santità di Laura Vicuña tra i canti e gli applausi dei giovani.


3. ¿Cuál es la puerta por la que se entra para explorar este maravilloso espacio de la vida según el designio de Dios?

Yo soy la puerta” (Jn 10,7): es la declaración de Jesús. A través de él podemos entrar sin riesgo de alucinación ni engaño en el misterio de Dios, en el amor de los hermanos, en la vida verdadera.

Es la experiencia de todos los que han confiado en él, sobre todo de los discípulos más queridos y entusiastas. Dos de ellos, cuenta el evangelio, fascinados de su personalidad, lo siguen. Jesús mira hacia atrás y les pregunta:¿Que Buscan? Pero antes que le respondieran, porque habia leido su deseo de hacer causa común con él, les dice: “Vengan y Veran”.


Vengan y vean. Es la invitación, dirigido también a vosotros, a conocer profundamente a Jesús, ha hacer amistad compartiendo con él el tiempo, la vida, el trabajo, la compañía. Es el reto de compartir juntos con él manteniendo con fidelidad una promesa de amor que se convierte en fuente de luz y de valentía.

La puerta nos coloca en un camino de amor que empuja más allá, más en alto. “yo soy la luz, la verdad y la vida” (Jn 14, 6).

Con la Con la confianza puesta en Dios e interpretando la consigna de nuestro padre y maestro Don Bosco, en el umbral de este milenio, hago un llamado y doy una consigna a ustedes jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano: Vayan más allá.

Descubran en profundidad, más allá de lo cotidiano, en sus pliegues y en su tejido, el proyecto que Dios Padre ha pensado para ustedes desde la eternidad.

Vayan más allá de los intereses individuales, abriéndose a la escucha de tantas apelaciones que resuenan alrededor nuestro: ofrezcan una palabra sincera, una mirada amigable y una mano generosa.

Vayan más allá de sus naciones y de su cultura cultivando las semillas de aquella fraternidad universal que sabe reconocer el valor de lo diferente, porque nace del Padre de todos los hombres.

Vayan más allá de la pacífica y aburridora satisfacción de las costumbres consumistas y construyan, sin descansar, una solidaridad útil y visible.

Vayan más allá de las visiones individuales, la competencia también fatigosamente conquistada, la riqueza legítimamente ganada y compartan con amor sus bienes con quienes tienen necesidad.

Vayan más allá de las certezas de la razón y de la ciencia e intuyan el misterio que cubre cada realidad, reconociendo con gloria filial las huellas de Dios creador, la energía de Cristo Resucitado y la presencia del Espíritu que vivifica.

También en su experiencia religiosa vayan más allá de las obligaciones, los rituales y la búsqueda de una emoción inmediata y ánclate en la fe de la gran comunión eclesial: celebren la pascua del Señor en la vida y con ella la victoria del bien sobre el mal.

Ir más allá no es otra cosa que creer y asumir la lógica del evangelio de generosidad y creatividad que sugieren las bienaventuranzas “porque de nosotros sea el reino de los cielos.....porque podamos poseer la tierra, para que seamos llamados hijos de Dios, porque grande será la recompensa en el cielo” (Mt 5,10.12).

Es el llamado que se siente potente en este lugar donde nació Don Bosco llamado, a propósito el Colle de las Bienaventuranzas juveniles porque evoca su gran pasión:”quiero que sean felices en el tiempo y en la eternidad”.


4. Ir más allá es también superar las fronteras geográficas. El Reino de Dios tiene necesidad hoy más que nunca de mentes abiertas y corazones generosos que sientan y trabajen a nivel mundial. En un famoso sueño de Don Bosco imagina de estar aquí, al Colle, y de ver el vastísimo campo de su misión. Este lanzamiento misionero, compromiso característico de cada seguidor de Don Bosco, joven o adulto, será entre nosotros particularmente subrayado, en este año jubilar, el 27 de septiembre con una “expedición misionera extraordinaria”.

Como el primer grupo de misioneros enviados por Don Bosco mismo 134 años o son, compuesto de jóvenes audaces y generosos, crecidos en la experiencia oratoriana y de los grupos juveniles, también partirá desde el altar de Mará Auxiliadora hacia todas las direcciones del mundo.

También ustedes están convocados. Algunos voluntarios los reperesentaran. Pero todo el MJS debe tener alma misionera. Háganse por todas partes promotores de gloria y levadura de esperanza. Siéntanse enviados a ser signos y portadores del amor de Dios, dando un alma a la convivencia humana en los barrios y ciudades convirtiéndose en anunciadores de la palabra entre los demás jóvenes.

Así el amor de Dios encarnado continuará en ustedes. Sepan que en la encarnación encuentra su inspiración fundamental la espiritualidad salesiana. Esa es, de hecho, la modalidad primera de ser “signos y portadores del amor de Dios a los jóvenes”. De ella viene el primer paso hacia hermano, de la participación del camino de hombre en la historia, en el encuentro inmediato y personal con el que se está de frente.


Es la encarnación la que revela el amor de la vida cotidiana, hecha de tantos fragmentos que se encuentran en la unidad y que son capaces de desvelar la presencia de Dios así como en diario vivir, del nacimiento a la resurrección, en los acontecimientos domésticos y extraordinarios, se manifestó la luz de la divinidad de Cristo.

5. El trabajo es arduo, pero de aliento; y no faltan indicaciones, energías y compañeros de viaje.

El Encuentro Europeo que han celebrado como Movimiento Juvenil Salesiano es una etapa significativa de este camino, preparada y seguida de momentos de estudio y de búsqueda, de oración y de fiesta.


Láncense en este año jubilar, prontos en comunicar su experiencia a tantos otros jóvenes y a difundir la espiritualidad que Don Bosco propone a los jóvenes.

Por esto, como Don Bosco, tengan a María como “Maestra y Madre”. No quiten la mirada de Ella; escúchenla cuando dice: “Hagan aquello que Jesús les dirá” (Jn 2,5). Recenle con confianza filial para que el Señor suscite entre los jóvenes almas generosas que sepan decir sí a su llamado vocacional.

A Ella se los confió y junto con ustedes confió todo el mundo juvenil, hasta que ellos, de Ella atraídos, animados y guiados, puedan conseguir la estatura de hombres nuevos para un mundo nuevo: el mundo de Cristo, Maestro y Señor.

Don Pascual Chávez V.

Colle Don Bosco – 16 de agosto de 2009

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