Martires españoles

El Papa proclama beatos a 233 mártires de la Guerra Civil española


En sus casi 23 años de pontificado, Juan Pablo II ha proclamado 994 beatos y 443 santos


Estrella Digital. 00/00/2001.


Ciudad del Vaticano


El papa Juan Pablo II elevará el próximo domingo en el Vaticano a la gloria de los altares a 233 mártires de la Guerra Civil española de 1936-39, en la ceremonia de beatificaciones más numerosa de la historia de la Iglesia.


Hasta ahora, Juan Pablo II ha beatificado a 238 mártires asesinados "por odio a la fe" durante la fratricida Guerra Civil española y la Revolución de Asturias de 1934 y a finales de 1999 proclamó santos a diez de ellos (nueve hermanos de La Salle y un sacerdote pasionista).


De los 233 futuros beatos, 226 cayeron en la archidiócesis de Valencia, 6 en la de Barcelona y uno en la de Lérida.


El Vaticano ha elegido como cabeza de estos 233 mártires al sacerdote diocesano de Valencia José Aparicio Sanz.


Entre los futuros beatos hay 42 laicos, lo que demuestra, según dijo a EFE monseñor Vicente Cárcel Ortiz, historiador que ha escrito varios libros sobre la Guerra Civil Española, que se trató de una "verdadera persecución religiosa, que fue mucho más allá de los curas y de las monjas".


Y es que entre los mártires se encuentran, entre otros, María Teresa Ferragud, de 84 años, madre de nueve hijos, de ellos cinco religiosas y un religioso- que fue asesinada junto a cuatro de sus hijas monjas.

La mujer no quiso abandonar a sus hijas detenidas y prefirió morir con ellas antes que dejarlas.


También se encuentra Francisca Cualladó, del Sindicato de la Aguja, y padres de familia, como Pablo Meléndez, uno de cuyos hijos, abogado, defendió años después al asesino de su padre y de su hermano.


Además de los laicos, los futuros beatos son sacerdotes diocesanos, Franciscanos, Dominicos, Capuchinos, Jesuitas, Salesianos, Religiosas terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia, Escolapias, Carmelitas, Servitas y Agustinas.


El hecho de que la mayor parte de los futuros beatos sean valencianos se debe a que esta diócesis es la que investiga desde hace más tiempo aquellos turbulentos años de la vida española.

Actualmente, otras diócesis también tienen concluidas las documentaciones de casos ocurridos en otras zonas de España.


Según datos de la Iglesia Española, en las "persecuciones religiosas" registradas durante la Segunda República y la Guerra Civil (1931-1939) fueron asesinadas en todo el país entre ocho y diez mil personas, entre sacerdotes y laicos.


Sólo desde el 18 de julio de 1936 al 1 de abril de 1939 -el tiempo que duró la contienda- cayeron asesinados 6.832 personas, de ellas unos cuatro mil sacerdotes diocesanos.


Fueron asesinados doce obispos, un administrador apostólico, varios seminaristas, dos mil religiosos y unas 300 monjas, según los datos de la Iglesia española.


Para la Iglesia Católica es mártir quien da la vida por Cristo, quien es un testimonio de fe. No considera mártir a quien la haya dado por un ideal, aunque este sea noble.


En sus casi 23 años de pontificado, Juan Pablo II ha proclamado 994 beatos y 443 santos, la mitad de los elevados a la gloria de los altares en toda la historia de la Iglesia.


Los mártires españoles fueron proclamados beatos en nueve ceremonias. La primera fue en 1987 y los elevados a los altares fueron tres carmelitas descalzas martirizadas el 24 de julio de 1936 en Guadalajara.

Las siguientes fueron en 1989, 1990, 1992, 1993, 1995, 1997, 1998 y 1999.


El 21 de noviembre de 1999 proclamó santos a nueve hermanos de La Salle y a un pasionista. Nueve fueron asesinados en Turón, durante la llamada Revolución de Asturias de 1934 y el otro el 1937 en Tarragona.

A la ceremonia del próximo domingo acudirán varios miles de españoles, en su mayoría valencianos.


La delegación española estará encabezada por el ministro de Medio Ambiente, Jaume Mata; el presidente de la Generalitat valenciana, Eduardo Zaplana; la presidenta de las Cortes de Valencia, Marcela Miró; la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá.


También acudirán los cardenales de Madrid, Toledo y Barcelona, Antonio María Rouco Varela, Francisco Alvárez y Ricard María Carles, respectivamente; los arzobispos de Valencia y Granada, Agustín García Gasco y Antonio Cañizares, y una decena de obispos de otras diócesis en las que nacieron, aunque después murieron en la zona de Valencia o Cataluña, los futuros beatos.