Mi tierra necesita misioneros, pero he aprendido que la misión no tiene fronteras!
Dos elementos se encuentran en mi deseo de ser misionero. El primero es que creo
que mi vocación misionera se fue formando en mi corazón y en mi mente mucho
antes de que tuviera conciencia. Mi madre pertenece a la Legión de María, y
recuerdo que antes de aprender el catecismo, ella me llevaba a ofrecerle de comer a los
que tenían hambre, consuelo y esperanza a los que estaban enfermos. Poco a poco fui
entendiendo que esto significaba ser cristiano, dejar la casa, salir al encuentro, compartir
con otros, inclusive lo poco que teníamos.
El segundo es que durante mi infancia y mi juventud tuve la gracia de conocer
muchos misioneros que con su vida marcaron profundamente mi vida, hasta el punto de
querer imitarlos: españoles, italianos, polacos, irlandeses, egipcios, colombianos,
argentinos, etc., plomeros, educadores, cocineros, psicólogos, mecánicos, enfermeros,
músicos. Pero sobre todo, ellos han sido hombres y mujeres que por amor a Jesús y a los
demás, lo han dejado todo para servir. Ellos dejaron su tierra y vinieron a ayudarnos, a vivir
con nosotros, a llorar y a reír, a cantar y a rezar, a caminar y a crecer. Ellos con su vida compartieron con nosotros
una gran noticia, la notica de Jesús. A través de ellos nació mi vocación misionera,
deseo imitar sus vidas, su buenas obras, sus sacrificios, su entrega y perseverancia.
Deseo siempre poder amar como ellos han amado.
África es una tierra misteriosa, donde el dolor y la tristeza están siempre a
nuestras puertas. Muchos jóvenes han sido empujados a una vida de sobrevivencia,
de enfermedad, de injusticia, de peligro, de muerte. En medio de esta realidad,
mis mayores alegrías han sido descubrir la acción amorosa y misericordiosa de Dios;
y el darme cuenta de que cuanto más trato de evangelizar, mucho más soy
evangelizado.
Muchos piensan: “Venezuela necesita también misioneros, ¿por qué ir a
África?” Ésta es una pregunta difícil. Ciertamente que Venezuela, la tierra que tanto amo, necesita misioneros, pero
poco a poco he aprendido que nuestra vida es misión y que la misión no tiene fronteras. Que nuestra vida se basa en el
llamado de Cristo que nos envía. Con cuánta alegría serviría a mi gente, pero siento que el Señor me pide ir al último
rincón, al encuentro con el que todavía no lo conoce.
A los salesianos que quieren ser misioneros, especialmente los de Sudamérica quiero decir: ¡Estemos atentos a
la llamada misionera “ad gentes” del Señor y dejémonos conducir por su Espíritu! No nos olvidemos que nuestro padre
Don Bosco soñó siempre con ser misionero. ¡Tú puedes hacer realidad el sueño de Don Bosco, recuerda que hay
muchos que te están esperando !
P. Ubaldino Andrade
venezolano, misionero en Sierra Leona
CURSO PARA NUEVOS MISIONEROS DE LA 146a EXPEDICIÓN MISIONERA
El Curso de Orientación para los 23 nuevos misioneros de la 146 Expedición Misionera Salesiana ha dado comienzo el pasado 2 de
septiembre. El acto de clausura del curso, con su momento culminante, tendrá lugar el domingo 27 de septiembre, con la entre-
ga del crucifijo por parte del Vicario del Rector Mayor, don Francesco Cereda, en la Basílica de María Auxiliadora, en Valdocco.
El curso está pensado como ayuda para la preparación inmediata de los nuevos misioneros antes de partir, a fin de proporcionar-
les instrumentos adecuados para entrar en una nueva cultura, formar parte de un nuevo pueblo y asumir actitudes personales de
apertura, respeto y confianza hacia los demás, de manera que se dé una presencia agradable, eficaz, humilde y discreta.
Siguiendo una método ya bien experimentado con los años, el curso se desarrolla en dos fases: la primera, en Roma, en la Casa
General, y la segunda en los lugares salesianos. El curso se compone de 3 núcleos – antropológico-cultural, misiológico y salesiano
– y se entiende principalmente como experiencia formativa (favorecer valores y actitudes correctas en un misionero) y no infor-
mativa (adquirir nuevos conocimientos o ideas); quiere ser una ayuda al nuevo misionero en verificar, profundizar y, a veces, de-
scubrir las razones profundas de ir a las misiones; se da, pues, gran importancia a la reflexión y a la oración personal, al hecho de
compartir experiencias y a la escucha de los testimonios.
¡Acompañemos a nuestros 23 nuevos misioneros con nuestras oraciones!
Intención Misionera Salesiana
Por la 146a expedición misionera salesiana
Para que la 146ª expedición misionera salesiana promueva el espíritu
misionero y el entusiasmo vocacional en toda la sociedad salesiana.
En la historia de nuestra Sociedad, las expediciones misioneras ad gentes y ad exteros han suscitado
en los jóvenes y en los salesianos la alegría de la evangelización y el entusiasmo por la vocación
salesiana. Al mismo tiempo que rezamos para que los misioneros salesianos sean testigos coherentes
de la fe que anuncian, pidamos al Señor que esta expresión concreta del espíritu misionero de Don
Bosco suscite el ardor apostólico en los Salesianos y nuevas vocaciones salesianas.