Un Misionero Asiático en Europa para una Nueva Evangelización
M i vocación misionera se ha ido formando y alimentando progresivamente en
distintos momentos de mi vida. La semilla se sembró cuando mi familia
emigró a Uganda; yo apenas tenía un año y fui creciendo en un mundo diferente y en
una cultura extranjera, que me marcó fuertemente. Uganda se hizo una parte de mi
vida.
Al volver a la India depués de 10 años estudié en una escuela salesiana donde
conocí a Don Bosco y a los Salesianos. Mi vocación misionera se fue alimentando a
partir del noviciado. El grupo misionero me ayudó a tomar contacto con los
misioneros a través de sus visitas frecuentes a nuestras casas de formación para compartir sus experiencias, sus
trabajos y los desafios que tiene que afrontar.
El momento decisivo fue en 2006, durante la visita de Don Pascual Chávez,
entonces Rector Mayor, con ocasión del centenario de la presencia salesiana en la India.
Nos invitó a los jóvenes salesianos a ser misioneros. Con la ayuda de mi director espiritual
hice el discernimiento de la vocación misionera salesiana y, una vez hecha la petición de
ser misionero ad exteros, ad vitam, fui enviado a Hungría.
Como misionero asiático en Europa, me he dado cuanta de que lo primero que
necesito es una conversión personal a la cultura nueva en el país en que vivo. Como joven
salesiano, me ha sido fácil inculturarme a pasar de la dificultad de aprender la lengua y la
diversidad de la comida y del clima. Además, como extranjero, me ha costado establecer
relaciones nuevas e integrarme en el pueblo con una cultura diversa y hacerme querer de
los jóvenes. Dado que la mayoría de los Salesianos húngaros ya eran ancianos, el
adaptarme a la vida comunitaria ha representado un auténtico desafío. He tenido también que descubrir mi papel y mi
responsabilidad en la nueva inspectoría. Es como descubrir una vocación dentro de la propia vocación.
Seguramente que la India, donde los cristianos son una 'exigua minoría' tienen gran necesidad de misioneros.
Pero Ungría, un país profundamente marcado después de años de comunismo ateo y ahora por el secularismo, también
necesita que el Evangelio se proclame en los diferentes sectores de la sociedad. Hoy muchos húngaros, especialmente
los jóvenes, no creen en nada, otros han abandonado la fe. Éste es hoy nuestro trabajo misionero ad gentes aquí en
Ungría.
Como salesiano procuro hacer sentir el amor de Dios como el amor de un padre, hermano y amigo con la actitud
típica de Don Bsco: la amabilidad, relación interpersonal, deporte, música, teatro, los nuevos medios de comunicación
sacial. Mi misión salesiana en este país está llena de muchos momentos de alegría y de satisfacción. Sin embargo, mi
alegría más grande es la de experimentar a Dios que actúa a través de mí para tocar al corazón de algún joven.
Quisiera pedirte, querido lector, que hagas una oración por mí, pues ningún afán misionero es suficiente por sí
sólo. Sin embargo, si sientes que Dios te llama, entonces ven a ayudarme !
P. Quadros Lytton Ervanto
misionero de la India en Hungría
Testimonio de santidad misionera salesiana
El Siervo de Dios Don José Vandor (1909-1979), misionero úngaro en Cuba, entre
sus consejos sugería: “Borra de la mente el pasado con sus caídas. La vida comienza
hoy. Vivir hoy como si fuese el único día de nuestra vida. Por la mañana proponerse
vigilar sobre un defecto, ejercitarse en una virtud que cuesta. Por la tarde verificar
lo que se ha conseguido realizar”.
Intención Misionera Salesiana
Por las vocaciones salesianas en Oceanía
Para que los salesianos en Oceanía sean capaces de construir la cultura vocacional por
medio del testimonio de vida, de propuestas audaces, y a través del acompañamiento
personalizado, la coherencia de vida y la oración.
Hay varios desafíos para construir con paciencia y ardor la cultura vocacional en nuestras
presencias de los 6 países de Oceanía donde trabajamos. En Australia el ambiente
secularizado, y en las Islas del Pacífico la fragilidad vocacional, constituyen un verdadero
desafío. Al mismo tiempo que que damos gracias a Dios por los muchos frutos vocacionales
en Samoa y por el don de un primer sacerdote en Papua Nueva Guinea (2013) y de un
Coadjutor en las Islas Salomón (2010), rezamos también por las vocaciones en Australia y
por las futuras vocaciones en Nueva Zealandia y Fiji.