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Boletín para la Animación Misionera Salesiana
Una Publicion del Sector para las Misiones para las Comunidades Salesianas y los amigos de las misiones Salesianas
Q ueridos hermanos y
amigos,
Motivados por el Aguinaldo
2016, seguimos con Jesús
llevando juntos esta
aventura misionera del
Espíritu. Por eso, el Rector
Mayor nos invita este año a
educarnos y a educar a los
jóvenes a apreciar y gustar
en todos los ámbitos de la
existencia la solidaridad con
el que sufre, la renuncia al
propio yo para servir a los
demás, la aceptación de la
vida como don, como servicio
que nos hace mejores, que
nos libra del egoísmo y da
sentido a nuestra vida.
“Estas habilidades deben
proponerse para ponerse en
práctica”, dice don Ángel.
Con mucha frecuencia al
origen de una vocación
misionera se encuentra un
inicial y fuerte deseo de
estar cerca del que sufre.
Pensemos, por ejemplo al
particularísimo llamado que
tuvo en el Beato don Luigi
Variara,
misionero
salesiano, su llamada a servir
a los leprosos en Agua de
Dios (Colombia), y a fundar
con el carisma de Don Bosco,
una congregación religiosa
centrada totalmente en esta
solidaridad con los que
sufren.
¡Que siga esta aventura del
Espíritu!
P. Guillermo Basañes SDB
Consejero para las Misiones
LA PARROQUIA:
Aunque durante su vida Don Bosco sólo aceptó 7 parroquias, siempre
era considerado el párroco de los muchachos pobres y abandonados
sin parroquia. Efectivamente, el Oratorio de Valdocco era “una
parroquia que evangeliza”. Por eso no es extraño que en un pasado no
muy lejano el ministerio parroquial no se haya considerado como un
apostolado típicamente salesiano. Ha sido durante el 19 Capítulo
General, cuando se ha reconocido la parroquia como lugar apropiado para
“un cuidado ejemplar de la comunidad juvenil” (CG19, IX, 3).Después, en
1971 el Capítulo General Especial reconoció el ministerio parroquial como
“un verdadero apostolado salesiano” pues nos da “vastas posibilidades y
favorables condiciones para cumplir las finalidades propias de nuestra
misión y, especialmente, para la educación de los jóvenes de ambientes
populares y pobres” (GC20, 400-401). O sea, que la aceptación de la
parroquia se justificaba por la posibilidad de ayudar a los jóvenes y a la
clase obrera, y finalmente se ha codificado en las Constituciones art. 42 y
Reglamentos art. 26. En esta línea las parroquias se colocan dentro de la
Pastoral Juvenil, y el Cuadro de Referencia para la Pastoral Juvenil
Salesiana pone “la Parroquia y el Santuario confiados a los Salesianos"
bajo las Actividades y obras de la Pastoral Juvenil Salesiana (Cap. VII),
juntamente con el Oratorio-Centro Juvenil, Escuelas y Centro de
Formación Profesional, Institución de Educación Superior y servicios
sociales para jóvenes en riesgo.
Pero en nuestro mundo globalizado hoy el contexto ha cambiado
drásticamente. La parroquia - ya sea en la ciudad, zona rural o en la
floresta - se ha convertido en “un santuario donde los sedientos van a
beber para seguir caminando, y centro de constante envío
misionero” (Evangelii Gaudium, 28). En ella se encuentran no sólo los
católicos ‘lapsi’, sino también los refugiados, los emigrantes, los que
siguen otras religiones y los ateos de todas las edades: “los pueblos aún
no evangelizados” a los que se refiere Cost. 30.
Por tanto, en cada territorio parroquial se encuentran no sólo los
fieles comprometidos, sino también muchos de los que se supone que ya
conocen bastante a Jesús y están contentos de vivir su fe en un mundo de
rutina o como algo cultural. Están también los que han recibido un débil
primer anuncio del Evangelio, por tanto, con una identidad cristiana débil
y vulnerable, que generalmente abandonan la fe en Jesucristo o lo viven
como una cosa cultural, sin celebrarlo con la comunidad y sin recibir los
sacramentos, y sin responsabilizarse en la vida y en la actividad de la
Parroquia. De la misma manera, están los que no han oído hablar de
Cristo, los que buscan a Alguien o algo que perciben, pero no saben
nombrar, como incluso los que viven su vida diaria sin sentido. Hoy, de
hecho, cada parroquia se está convirtiendo siempre más en una
verdadera frontera misionera en la que hay urgente necesidad de
actividad pastoral ordinaria, misión ad gentes y nueva evangelización,
como subrayó San Juan pablo II en la Redemptoris Missio 32-33 ya en
1990.
Es necessario repensar nuestras parroquias salesiana para hacerlas
más misioneras, que sean parroquias en salida! En una situación tan
misionera es urgente que cada parroquia salesiana supere una pastoral de
mantenimiento de lleva a la acidia pastoral y, por el contrario, recupere
la importancia y la actualidad del primer anuncio, como la llave de una
conversión pastoral, que a su vez, promueve el entusiasmo misionero y
lleva la alegría de la evangelización (Evangelii Gaudium, 79, 82-83).
P. Alfred Maravilla, SDB
Sector para las Missiones