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Titolo n otiziario
Boletín para la Animación Misionera Salesiana
Una publicación del Sector para las Misiones para las comunidades salesianas y amigos de las misiónes salesianas
Q ueridos amigos,
En pleno mes de las misiones el Papa Francisco en San Pedro, durante la oración del
Ángelus, dijo: “Yo os pregunto a vosotros, muchachos y muchachas, que estáis ahora en la
plaza: ¿habéis sentido la mirada de Jesús sobre vosotros? ¿Qué le vais a responder? ¿Preferís dejar
esta plaza con la alegría que os da Jesús o con la tristeza en el corazón que os ofrece el mundo?
(11 octubre). Creo que Don Bosco, en una ocasión parecida, abría “dejado las redes” como lo hizo
el Papa Francisco.
La Divina Providencia pone ante nuestros ojos a todos los jóvenes, y en los “seis
continentes” (incluso los digitales), innumerables jóvenes que esperan preguntas parecidas,
preguntas de fuego. A veces, nosotros, distraídos e indiferentes, olvidamos estas preguntas, o no
tenemos la valentía de hacerlas.
Aquí es precisamente donde tenemos un modo de “medir” nuestro espíritu misionero,
independientemente del lugar geográfico, del continente cultural o de la estructura educativo-
pastoral en la que nos encontremos. En todos estos espacios juveniles el Señor nos espera para
encender el espíritu misionero.
P. Guillermo Basañes SDB
Consejero para las Misiones
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M e permito recordar aquí lo que
bien sabemos: Don Bosco, de-
sde joven, acarició el deseo
de ser misionero. Don Cafasso,
acompañándo lo en su discernimiento
vocacional, le cerró el camino diciéndole que él no debía ir a las misiones (MBe II, 162-163),
pero siempre tuvo esta inquietud en su corazón; y realizó su deseo por medio de sus hijos, de-
sde aquel 11 de noviembre de 1875, escogiendo de entre sus prime ros salesianos a los que en-
viaría a América para atender las necesida des espirituales de los emigrantes y llevar el Evan-
gelio a los pueblos que no lo conocían. Desde aquel primer envío al de este próximo del 27 de
septiembre de 2015, se habrán sucedido 146 expediciones. Poco después del primer envío,
también las Hijas de María Auxiliadora han ido año tras año a tierras de misión. En la actuali-
dad, este envío cuen ta también, frecuentemente, con la presencia de misioneros y misione
ras laicos.
No hemos de descuidar un dato que habla por sí mismo y que ya mencioné en otra carta
anterior (ACG 419): A la muerte de Don Bosco, en 1888, los salesianos en América eran 153, es
decir, el veinte por ciento de los salesianos de entonces, tal como figura en el catálogo de la
Congregación en ese año.
Y don Pablo Álbera escribe en una de sus cartas de 1912, refirién dose a Don Bosco: «Las
misiones eran el argumento predilecto de sus discursos y sabía infundir en los corazones un vi-
vo deseo de llegar a ser misioneros, de manera que parecía la cosa más natural del mundo» .
Siempre he estado convencido de que la dimensión misionera es rasgo esencial y consti-
tutivo de nuestra identidad como congregación. Cuanto más me he acercado a nuestros pro-
pios documentos, más firme es la convicción!
P. Ángel Fernández Artime SDB
(ACG 421)