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Titolo n otiziario
Boletín para la Animación Misionera Salesiana
Una publicación del Dicasterio para las Misiones para las comunidades salesianas y amigos de la misión salesiana
Q ueridos hermanos y amigos de
las misiones salesianas:
Un saludo cordial en el año nuevo
2014. Enero es el mes salesiano. Para
algunas inspectorías es el tiempo para
preparar o iniciar el nuevo año
escolástico mientras para otras
inspectorías es el tiempo de celebrar la
jornada misionera salesiana.
La invitación de la Jornada
Misionera Salesiana 2014 consiste en
ensanchar la mirada y abrir nuestros
corazones a los emigrantes cercanos a
nosotros: "Los otros somos nosotros".
El gesto profético de la primera visita
pastoral del Papa Francisco fuera de
Roma (a la isla de Lampedusa (8 de
julio de 2013) confirma muestra
intuición.
En los siete vídeos de la JMS 2014
apreciamos la pasión de los hermanos y
laicos de Suiza, España, Italia,
Alemania y Francia que han abierto sus
corazones y puertas a los emigrantes
(http://www.sdb.org/it/Dicasteri/
Missioni/GMS_2014).
La oración de la JMS 2014 debería
llegar a la mano de todos los
hermanos, el opúsculo didáctico aún
está disponible también en formato de
papel en Roma. El intercambio de las
buenas prácticas durante el 2014
ayudará a toda la Familia Salesiana a
encontrar a Jesús en los emigrantes. Os
auguro un buen inicio de la celebración
del Bicentenario!
P. Václav Klement, SDB
Consejero para las misiones
¡Para mí ser misionero
es un manantial de alegría profunda!
D espués de mi posnoviciado el Inspector pidió
que uno de nuestro curso fuera a hacer el
tirocinio a nuestra misión de Bulgaria. Yo no era
muy entusiasta de la idea porque mi deseo era
hacer el tirocinio en la República Checa. Pero la
necesidad en Bulgaria era urgente, por tanto,
pedí al Inspector que me diera tiempo para
rezar, visitar Bulgaria y después decidir.
Durante este período de discernimiento recibí
una carta personal de Mons. Christo Proykov,
un obispo católico búlgaro del rito oriental,
invitándome a venir durante la visita del Papa
Juan Pablo II (2002). Cuando finalmente tomé
el bus para Bulgaria, sentí en mi corazón que
Dios quería que yo aceptase esta invitación.
Desde entonces trabajo en Bulgaria y, a pesar de alguna
dificultad, quiero quedarme en Bulgaria.
Años después, durante un discernimiento sobre la orientación de
nuestra misión salesiana en Bulgaria y después de un largo período de
reflexión, se tomó la decisión de comenzar una obra con los jóvenes
gitanos de la ciudad de Stara Zagora. De nuevo me acerqué al Inspector.
No tenía el deseo de trabajar con los jóvenes gitanos ni sabía qué tipo de
sacrificios implicaba esto, pero tampoco tenía ninguna objeción real a
esta invitación. Ahora, después de cinco años veo que aquí era donde el
Señor me quería.
Trabajar con los Gitanos es muy exigente psicológica, emotiva y
físicamente. Lamentablemente a veces me pierdo en los retos de la vida
diaria ordinaria: problemas con los padres, el abuso del alcohol, la
violencia doméstica, la falta de instrucción y los comportamientos
antisociales hacia la sociedad en general, etc. Desde la infancia, los niños
gitanos tienen que afrontar el desafío de la supervivencia, heridas
emocionales, falta de interés de los padres. Los jóvenes gitanos con
frecuencia son víctimas de muchascontrariedades: pues sus padres
deciden muchas veces el modo más fácil para salir de la pobreza. Sin
ayuda externa es difícil encontrar la solución. Tienen necesidad de un
amigo que suscite en ellos la esperanza y camine a su lado hacia su propio
desarrollo .
Mirando atrás, debo admitir que los gitanos me han enriquecido enormemente: su espíritu alegre, su sensibilidad
emotiva, la amistad y las celebraciones representan un gran regalo para mí. Mi trabajo con ellos me ha animado también
a ser más paciente, humilde y a llevar una vida espiritual profunda. Con ellos he entendido la excelencia del Sistema
Preventivo de Don Bosco basado en los tres pilares de la religión, la razón y la bondad.
En mi trabajo con los gitanos cada encuentro con personas buenas es una fuente de alegría profunda. ¡En todas partes he
encontrado amigos! Soy feliz cuando veo algún pequeño progreso entre nuestras familias, niños y jóvenes, como su
decisión de cambiar y el esfuerzo de perseverar en el bien a cualquier precio y de ayudar a los demás a hacerlo. ¡Para mí
estos sencillos triunfos son de gran valor y de ello estoy muy agradecido al Señor !
P. Jaroslav Fogl
Checo, misionero en Bulgaria