N. 134 - Febrero 2020
Boletín para la Animación Misionera Salesiana
Una publicación del Sector para las Misiones para las comunidades salesianas y amigos de las misiones salesianas
L as palabras del último Llamado Misionero hecho por el Rector Mayor (8 de diciembre
de 2019, en http://www.infoans.org) todavía resuenan en nuestros oídos. El tiempo
de Cuaresma y el Capítulo general que comenzamos a vivir durante este mes de
febrero son también una ocasión para escuchar mejor este llamado misionero
ad gentes. "Esta es la identidad de nuestra Congregación", dijo Don Ángel en el llamado:
"Don Bosco tenía una gran pasión misionera en su corazón". Por esta razón, "muy buenos
misioneros fueron a todas partes para compartir la proclamación del evangelio,
la palabra de Dios, la educación de los jóvenes".
Y también es cierto que "hoy nos siguen llamando de todas partes". "La misión salesiana en el mundo es-
pera a los misioneros que llevan este deseo de hacer el bien en el nombre del Señor y por el bien de los
jóvenes". Lo sabemos y el Maestro nos recuerda: "La mies es excelente, los trabajadores son pocos". Las
minorías indígenas en América Latina nos esperan; refugiados y personas desplazadas, particularmente en
África; jóvenes de países musulmanes e incluso ortodoxos; jóvenes prisioneros de un laicismo que mata,
nuestros destinatarios en el Proyecto Europa; los de las islas del océano Pacífico, etc. Y el sucesor de Don
Bosco concluye la apelación diciendo: "Os invito a escuchar. Rezo por vosotros Espero vuestras cartas".
¡Yo también!
P. GUILLERMO BASAÑES
Consejero para las Misiones Salesianas
L a respuesta: Por supuesto, serán salesianos misioneros, en comunidades
misioneras, implicando a laicos misioneros. Estamos comenzando el GC28 y,
como cada Capítulo, será un estímulo e impulso para nuestra misión salesiana
en la Iglesia. Subrayamos algunos puntos en el Instrumento de trabajo que nos
es-
timulan a mantener vivo el sentido misionero salesiano.
La introducción indica el 150º aniversario de la primera expedición misionera (1875-
2025) que nos lanza a redescubrir el valor apostólico de Don Bosco, capaz de abrazar
al mundo entero.
En n. 14 se insiste en el estrecho vínculo entre Formación y misión. Nos formamos en vista de la
misión y dentro de ella. Es urgente dar calidad a la misión y, en consecuencia, cuidar mejor la
calidad de la formación". Es una prioridad de nuestro carisma vivir para y con los jóvenes más
pobres, abandonados y en peligro. La missio ad gentes es un elemento constitutivo de nuestro carisma,
destacado por muchas inspectorías, que requiere una formación específica. Por esta razón, es necesario
formarse "en la misión" para formarse "para la misión".
En n. 19 El vínculo entre misión y formación y el discernimiento en clave salesiana. El Papa Fran-
cisco pide insistentemente una verdadera conversión misionera de la Iglesia en todos los niveles: la
formación también se ve afectada por este proceso necesario e irreversible. Al identificar la reali-
dad como una "cátedra" real, queda claro que la formación se lleva a cabo en una misión, en aquellos
lugares donde no solo hay maestros del espíritu, sino también de la vida pastoral, que ayudan a evaluar
la autenticidad de la vocación salesiana Es la misión, especialmente entre los últimos, la que da el tono
concreto a toda nuestra vida, y por lo tanto, también a la formación, pidiendo el don de la "gracia de la
unidad" y esforzándonos por cultivar la "interioridad apostólica". Es por eso que debemos entrar en el
ritmo de un "discernimiento pastoral" capaz de identificar con precisión el llamado de Dios y responder
con ardor apostólico.
En el n. 27 se habla de "sinodalidad para la misión", una señal de los tiempos que se debe asumir
y profundizar. La eclesiología contemporánea muestra que las diferentes vocaciones eclesiales
tienen una raíz bautismal común y están destinadas a contribuir al crecimiento del pueblo de Dios:
"Cada bautizado, sea cual sea su función en la Iglesia y el grado de educación de su fe, es un sujeto
activo en la evangelización y sería inadecuado pensar en un esquema de evangelización llevado a cabo
por actores calificados en el que el resto de los fieles solo fueran receptores de sus acciones "(Evangelii
gaudium, n. 120).
En el n. 30: Ofrecer a los jóvenes de nuestras obras la oportunidad de vivir experiencias de servicio
voluntario misionero salesiano.