Un guía espiritual es el secreto de ser un misionero feliz
C omo yo era profesor de inglés antes de ser
Salesiano, pedí ser misionero en un país de
lengua inglesa en Europa o en otra parte. Me
sorprendí cuando, en 2003, siendo
diácono, el Inspector me propuso
ir a Hungría. Dudé, pero acepté
trabajar tres años en Hungría.
Mientras hacía el último año de
teología en Polonia, traté de
estudiar el húngaro, pero lo
encontré tan difícil y complejo
que me dormía cada vez que
trataba de estudiarlo. El año
siguiente, después de mi
ordenación sacerdotal, me
mandaron a Hungría, como
primer misionero europeo del
Proyecto Europa.
Los tres primeros años los
empleé en estudiar la lengua. Frecuenté durante ocho
meses el curso intensivo de lengua en la Universidad
de Debrecen en Budapest. Pero tanto la lengua como
la cultura me parecían muy extrañas y difíciles. Me
sentía como un niño sin poder comunicarme. Perdí mi
independencia. Sufrí psicológica y espiritualmente.
Realmente llegué a querer dejar Hungría tres veces.
Mirando atrás, esta experiencia me ha enseñado a
entender y a aceptar a los demás de la manera en que
yo quiero que la gente me entienda y acepte.
Después del curso me mandaron a
Péliföldszentkereszt, donde encargaron a un salesiano
de guiarme en la nueva lengua y en la cultura. Con su
ayuda he tenido el coraje de "echar las redes". Pero
hubo días de desconcierto en los que no tenía ganas
de dar clase porque los estudiantes se reían de mi
manera de hablar el húngaro. Sólo cuando aprendí a
reírme de mis propios errores me he sentido
’liberado’ y me he animado a hablar. Poco a poco he
encontrado tantos amigos que me han ayudado en mis
predicaciones y traducciones. Ahora hablo y escribo el
húngaro con pocos errores. ¡Gracias a la fatiga de mis
primeros años!
Aunque Hungría fue evangelizada en el siglo
Xº, la persecución comunista desde 1095 al 1990 casi
ha barrido el cristianismo. Sin embargo hemos
encontrado que es más fácil hablar
de Don Bosco y de su pedagogía,
como punto de partida para la
evangelización, porque el Sistema
Preventivo está empapado de
Evangelio. La atmósfera acogedora
de nuestras escuelas y oratorios con
frecuencia es el punto de partida
que suscita el interés por la fe.
Desde 2010 he trabajado en nuestra
escuela salesiana para gitanos de
Kazincbarcika. Muchos muchachos y
maestros están bautizados, porque
sus padres gitanos los bautizaron de
niños, pero no han practicado su fe
cristiana. Una cantidad grandísima
de diversas regiones hace que nuestro trabajo sea
complejo porque necesitan no sólo de la nueva
evangelización sino también el primer anuncio. Por
eso he decidido quedarme misionero aquí para
siempre. En 2010 Don Klement me envió a participar
del curso de orientación para nuevos misioneros y
recibir el crucifijo misionero en Valdocco.
La búsqueda de un guía espiritual no es fácil,
pero es indispensable para un misionero. Si yo aún soy
misionero en Hungría, es porque tengo un director
espiritual salesiano regular y estable. Es una persona
con la que puedo hablar en cualquier momento. Al
principio me resultó muy difícil, pero con el tiempo
me he animado a abrirle mis pensamientos, deseos,
opiniones. Ahora estoy más seguro de mi vocación y
soy más estable espiritualmente para afrontar los
retos. Gracias a mi guía espiritual soy un misionero
feliz en Hungría. He aprendido a amar más a los
jóvenes y esto me acerca más a Dios !
P. Robert Kukuczka
Polaco, misionero en Hungría
Intención Misionera Salesiana
Región Europa Oeste - España, Portugal, Francia - Bélgica (Sur)
Para que los hermanos de la Región Europa Oeste, vocacionalmente la más árida
de todas las regiones salesianas del mundo, continúen en el año de la Fe
construyendo una cultura vocacional con fe, entusiasmo y paciencia.
La Región Europa Oeste está compuesta por 8 inspectorías y unos 1450 hermanos, es
la única de las ocho Regiones salesianas sin un noviciado abierto, con tres novicios en
el año escolástico 2012-2013. Los ambientes fuertemente secularizados, la poca
natalidad y la edad media muy alta de los hermanos no favorecen las vocaciones a la
vida consagrada en general. Oremos para que el año de la Fe y el paso de las reliquias de Don Bosco por la
Región fortalezca a los hermanos en la vida de fe, suscite un nuevo entusiasmo y pasión por construir aún
hoy una cultura vocacional entre los jóvenes de nuestros ambientes.