“Dios amó tanto al mundo que dio a
su Hijo unigénito”
D el folleto del GMS 2019: Don Papi Reddy es un joven misio-
nero salesiano de la provincia de Guwahati, India (ING). In-
mediatamente después de su ordenación sacerdotal, fue
enviado para la apertura de la presencia salesiana en el asentamien-
to de refugiados en Palabek, Uganda, en 2017. Actualmente es misio-
nero en Sudán del Sur.
Mi experiencia en el campo ha sido fuerte y enriquecedora. Hubo
momentos en que me sentaba con la gente y lloraba, porque sus his-
torias eran tan conmovedoras. No tienen comida ni ropa, están preo-
cupadas porque sus hijos están dispersos en el campo, algunos de sus
familiares han muerto en el camino. Fue muy difícil escuchar estas historias.
La experiencia más hermosa que he tenido... Después de dos meses de estar en el cam-
pamento, un domingo bauticé a 30 personas en una pequeña capilla que llamamos San Pedro y
Pablo. Después de la misa, una mujer ciega se acercó a mí y me pidió: "Padre, por favor, abra el
Evangelio de Juan y subraye los versos en los que dice: "Dios amó tanto al mundo que dio al Hijo unigénito". Me sor-
prendió pues siendo ciega, no podía leer ni ver. Hice lo que me pidió; abrí el evangelio, enfaticé las palabras y se lo di
a ella. Al cabo de un rato tomó la biblia y se dirigió a la entrada de la iglesia. Como la Misa había terminado, la gente
pasaba, ella los detenía e invitaba a todas las personas a unirse al grupo, diciendo: "Dios amó tanto al mundo que dio a
su Hijo unigénito". La gente se sentaba, escuchaba y hablaba con ella. Para mí, fue una de las experiencias más hermo-
sas: lo que la mujer hizo ese día especial fue catequizar y llevar a más personas a Dios. Esta gente tiene mucho sufri-
miento psicológico debido a problemas familiares, luchas diarias en el campo. Y entonces alguien les habla de Dios, de
perdón y amor... Miré a esta mujer y ella fue una gran inspiración para mí. Ella era ciega y no esperábamos que una
persona ciega hiciera algo grande. Esta mujer estaba llena de la fuerza de Dios y andaba difundiendo la buena nueva.
Mi experiencia más triste en el campo... Después de 3 meses y medio de mi estadía, creé el grupo de jóvenes en el
campo. Algunos de estos jóvenes me llevaron a encontrar a dos recién llegados al campamento. Eran dos niños peque-
ños que yacían sin ropa y sin un lugar apropiado para vivir. Le pregunté: "¿Qué pasó? ¿Cómo es posible que estén en
estas condiciones? "Padre, ellos no tienen a nadie. Llegaron aquí después de dos días caminando por el bosque. No tie-
nen comida, no tienen ropa y están prácticamente al borde de la muerte". Me acerqué, me senté y no pude evitar llo-
rar. No sabía qué hacer. Inmediatamente fui a casa para conseguir darles algo de comer. Tomé algunas ropas y se las
di. Me di cuenta de que estaban asustados y tímidos. Me senté, los escuché y hablé con ellos.
Escuché sus historias sobre cómo escaparon de la guerra, sobre la situación en Sudán del Sur, cómo llegaron aquí; real-
mente no sabía qué hacer. Me quedé sentado, llorando. Después de un rato me dijeron: "Padre, gracias, gracias por
venir. Viniste a nosotros como Dios para ayudarnos". Y me emocioné mucho. Esta experiencia dramática pero hermosa
me ayudó a fortalecer mi vínculo con los jóvenes. Ahora, cuando camino entre ellos, los chicos me llaman "¡Abuna,
adiós! ¡Abuna, hola! ¡Ven, ven!". Y estoy feliz de haber aprendido su idioma. Celebro la misa en su idioma. Puedo con-
versar a un nivel básico en su idioma, pero sobre todo para hablarles con entusiasmo.
Papi Reddy, misionero indio en Sudán del Sur
Testimonio de Santidad Misionera Salesiana
P Pierluigi Cameroni SDB, Postulador General para las Causas de los Santos
La Beata María Troncatti (1883-1969), cuyo 50 aniversario de nacimiento en el cielo es el 25 de
agosto, oraba así: "Señor, quiero ser tuya para siempre. Oh Jesús, dejé todo lo que más aprecié
para venir y servirte, para santificar mi alma. Sí, lo he abandonado todo: solo tú me quedas aho-
ra, pero eres suficiente para mí. ¡Jesús, hazme tan buena y perseverante en el estado al que me
has llamado, que siempre te sirva fielmente! Hazme ser olvidada por todos para ser solo tuya;
Aléjame de todos para ser tu poca cosa... Dame tanto amor, tanto espíritu de sacrificio,
humildad, sacrificio personal para ser un instrumento del bien para muchas almas".
Por las familias en ASIA.
Intención Misionera Salesiana
Para que las familias, gracias a una vida de oración y amor,
se convierten cada vez más en "laboratorios de humanización".
La presencia salesiana en Asia ha sido bendecida por el Señor. Estamos
con presencias jóvenes en 32 países, con casi 600 comunidades.
Oremos para que Don Bosco en Asia continúe contagiando el espíritu
de la Familia y promoviendo el tesoro de las familias como fuente de
humanización y de vida cristiana.