1978_CG021_ACG000_OCR_SPAGNOLO


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1 Pages 1-10

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1.1 Page 1

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XXI Capítulo General
de la Sociedad Salesiana
DOCUMENTOS
CAPITULARES
Roma, 12 de febrero de 1978

1.2 Page 2

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l. S. B.N. 84-7.043-164-1 Depósito Legal 16.858 - 1978
Comercial Malvar, S. L. - Plaza Dos de Mayo, 9 - Madrid-10

1.3 Page 3

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SUMARIO
Presentación
Abreviaturas y siglas
Documento 1: «Los Salesianos evangeliza·
dores de los jóvenes» ... 1-165
Documento 2:
«El Salesiano Coadjutor»:
una vocación de «religioso
laico» al servicio de la mi-
sión salesiana ... ... ... ...
Intervención del Rector Ma-
yor sobre la «Participación
a la vida y al gobierno de
la Congregación» .. . ... ...
166-211
212-239
Documento 3: «La formación para la vida
salesiana» ... ... ... ... .. . 240-342
Documento 4: «La Obra PAS y la Univer·
sidad Pontificia Salesiana». 343-370
Documento 5: «Revisión de las Constitu-
ciones y Reglamentos» ... 371-446
Deliberación Capitular: «Confirmación de
las deliberaciones del CGE ·acerca de la
Facultad concedida por el M. P. Ecclesiae
Sanctae, II, 1,7» ................ ..
447
Anexos (cfr Indice)
448-592
Indices

1.4 Page 4

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Advertencia
Los cinco Documentos del CG21 se hallan aquí
dispuestos según un orden lógico, diverso, en
parte, del orden mds bien prdctico con que
fueron preparados y presentados en la sala
capitular por las respectivas Comisiones.

1.5 Page 5

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PRESENTACION
Queridos hermanos:
Es motivo de alegría para mí el que la primera
carta, con la que el nuevo Rector Mayor os saluda
y se entretiene fraternalmente con vosotros, si bien
brevemente, sea la promulgación de los Documen-
tos del CG21. Elegir como ocasión del primer en-
cuentro la entrega de las conclusiones del trabajo
capitular, es privilegiar la substancia de nuestra fra-
ternidad enriqueciéndola de prerrogativas.
En ello nos sentimos a nuestras anchas, en nues-
tra casa, porque se trata de lo que tenemos de más
íntimo y vital al más alto nivel y en directa rela-
ción con el corazón y los propósitos de nuestro Pa-
dre Don Bosco.
Tal encuentro crea en seguida un clima de amis-
tad; efectivamente, hablamos de nuestra razón de
ser, del significado actual de nuestra común voca-
ción; tocamos las fibras más delicadas de la opción
fundamental que cada uno conscientemente ha he-
cho con la profesión religiosa.
Nos sentimos mutuamente estimados y valorados,
porque el CG confía en las dotes y responsabilida-
des de cada uno; nos presenta una perspectiva de
futuro donde seremos protagonistas, y nos exhorta
a serlo con serenidad e inventiva.
Así, pues, este primer encuentro nos llena de ale-
gría vocacional y se abre a una visión de esperanza.
Es la hora primera después del CG21; sabemos
que, por desgracia, las horas un poco más lejanas
pueden denotar cansancio. Pero ésta es una hora de
juventud en la que es lícito, más aún, nos es espon-
táneo poder «soñar» un poco.
La asamblea capitular, si bien con trabajo y con
los inevitables defectos de todo lo nuestro, ha sido
portadora de un «evento de gracia»: ¡que no pase
inadvertido («1 imeo Deum transeuntem»)!

1.6 Page 6

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8
Presentación
Dejémonos sacudir y rejuvenecer de verdad por
esta ráfaga de Espíritu Santo; volvamos con Don
Rosco a los orígenes, que son una hora de «suefíos»,
donde hay más gracia que cálculo, más vitalidad
que crisis, más proyecto de futuro que peso de fra-
casos pasados. Asumamos también nosotros la psi-
cología de los orígenes, confiados en la intervención
del Seiior que renueva periódicamente nuestra ju-
ventud.
También los más entrados en años, también los
enfermos, también quienes han llegado, cansados,
al atardecer, sientan, en esta hora, profundo agra-
decimiento hacia el Señor que nos renueva.
Con el CG21, el Señor nos está llamando de nue-
vo: nuestra vocación no es un diálogo de ayer ya
cerrado; está siempre abierta, en la conversión y en
la esperanza, a las nuevas invitaciones del Espíritu
del Señor.
Os presento y os entrego, con esta carta, los nue-
vos documentos capitulares.
Las Constituciones nos indican que «los socios
salesianos aceptarán gustosos sus decisiones (del
CG), que obligan a todos, apenas el Rector Mayor
las promulga» (art. 152). Acojamos, pues, estos do-
cumentos con gratitud y con lealtad.
Os invito a leer atentamente, casi como presen-
tación, mi discurso conclusivo dirigido a los her-
manos capitulares (nn. 552-592); os servirá para ver
en seguida, en perspectiva sintética, las líneas esen-
ciales de la orientación global.
Tres son los grandes objetivos a los cuales debe
tender nuestro empeño de conversión:
- ser evangelizadores especializados de los j ó-
venes;
- vivir como auténticos religiosos en m1s10n;
- cuidar la Formación Permanente a través de
una renovada animación salesiana.
En el texto descubriréis cuáles son los botones
que hay que pulsar para nuestro relanzamiento: Pa-
labra de Dios, Constituciones, Sistema Preventivo,

1.7 Page 7

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r
Presentación
9
«espiritualización» del papel del Director, correlati-
vidad y complementariedad en la persona de los
socios.
Quiero destacar aquí un elemento que llamaría
estratégico: la reactualización del aspecto mariano
de nuestra Vocación; ella asegurará el clima apto
para la eficacia de nuestros esfuerzos. Un resurgi-
miento doctrinal y cultural de la devoción a María
Auxiliadora, que coloque a la Familia Salesiana en
lo más vivo del movimiento mariano más actual,
nos hará recuperar (incluso «milagrosamente», como
nos asegura Don Bosco) esa fecundidad vocacional,
entusiasmo y claridad de los que tanta necesidad
tenemos hoy en las luchas de la fe.
María Auxiliadora nos guiará, como en el sueño
de los nueve años y como siempre en la historia de
la salvación, hacia Jesucristo; nos ayudará a ser,
con Don Rosco y como Don Rosco, fieles discípulos
suyos; nos estimulará a hacer de nuestra vida un
testimonio explícito de su Pascua, con la cual ha
salvado al mundo y con la cual nosotros pondremos
todas nuestras energías -los descubrimientos de la
inteligencia y las iniciativas del amor- al servicio
de la salvación de los jóvenes de hoy.
Queridos hermanos, consideremos estos documen-
tos capitulares como un mensaje portador de gra-
cia para nuestra vida y nuestro trabajo: estudié-
moslos personalmente, ahondando en ellos comuni-
tariamente, y programemos con realismo su apli-
cación.
Os saludo a cada uno con afecto y con esperanza,
y os pido, de tú a tú, constantes oraciones y sacri-
ficios diarios por el nuevo Rector Mayor; todo ello
redundará en bien de la Congregación. Agradezco a
todos vuestro trabajo y fidelidad, y os aseguro la
entrega de mi existencia incorporada a la Eucaris-
tía día tras día.
Que el «amor» del Padre, rico de iniciativas, la
«entrega» de Cristo, generoso en la obediencia, y la
«alegría» de su Espíritu, vivifiquen el corazón de

1.8 Page 8

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10
Presentación
cada hermano y purifiquen la atmósfera de cada
casa salesiana.
¡Creamos y esperemos juntos, con la fuerza de
ese amor de comunión que vibra en un solo cora·
zón y una sola alma!
He aquí, pues, nuestra consigna: «¡a trabajar!»
Vuestro afmo.
Don Egidio Viganó
Rector Mayor
Roma, 24 de febrero de 1978.

1.9 Page 9

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ABREVIATURAS Y SIGLAS
art.
c., cap.
cf, cfr
doc.
ib., ibíd.
n., nn.
p., pág.
pp.
SS.
artículo
capítulo
véase
documento
ibídem
número, números
página
páginas
y siguientes
1. Actas del Magisterio
AA
CD
EC
EN
ES
ET
GE
GS
LG
OT
PC
PO
pp
RC
RdC
SCRIS
SDV
Sín.77
Oss.Rom.
Apostolicam Actuositatem
Christus Dominus
Escuela Católica (Doc. de 19 de mar-
zo de 1977)
Evangelii Nuntiandi
Ecclesiae Sanctae
Evangelica Testificatio
Gravissimum Educationis
Gaudium et Spes
Lumen Gentium
Optatam Totius
Perfectae Charitatis
Presbiterorum Ordinis
Populorum Progressio
Renovationis Causam
Renovación de la Catequesis (CEI)
Sagrada Congregación de los Rel. e
Inst. Seculares
Summi Dei Verbum
Mensaje del Sínodo de 1977
Osservatore Romano

1.10 Page 10

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12
Abreviaturas y siglas
2. Siglas Salesianas
ACGE
ACMSC
Actas del Capítulo General Especial
Actas del Congreso Mundial sobre el
Salesiano Coadjutor
ACS
ce
CG
CGC
Actas del Consejo Superior
Cooperadores Salesianos
Capítulo General
Carta del Gran Canciller Don L. Ric-
ceri al Rector de la UPS
CGE
Capítulo General Especial
CI
Capítulo Inspectorial
Const.
Constituciones
DB
Don Bosco
EE
Exalumnos Salesianos
Ep. Epist. Epistolario de Don Bosco
Estat.Conf. = Estatuto de la Confederación Mundial
Exalumnos Salesianos
FCE
Facultad de Ciencias de la Educación
FP
Formación Permanente
FS
Familia Salesiana
HMA
Hijas de María Auxiliadora
LAS
Librería del Ateneo Salesiano
MB
Memorias Biográficas
MCS
Medios de comunicación social
Op.Sist.Prev. = Opúsculo sobre el Sistema Preven-
tivo de Don Bosco
Op. Ed.
PAS
RCS
Opere Edite
Pontificio Ateneo Salesiano
Relación del Consejo Superior (sobre
reestructuración Obra Pas)
Reg
RF, RFIS
Reglamentos Generales
Ratio Fundamentalis Institutionis
Sacerdotalis
RM
RRM
se
Rector Mayor
Relación General del RM sobre el es-
tado de la Congregación
Salesiano Coadjutor
Sch.Prec.
SDB
Esquemas precapitulares CG21
Salesianos Don Bosco

2 Pages 11-20

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2.1 Page 11

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SGUPS
SP
UPS
VDB
Abreviaturas y siglas
13
Estatutos Generales de la UPS
Salesianos Presbíteros
Universidad Pontificia Salesiana
Voluntarias de Don Bosco

2.2 Page 12

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2.3 Page 13

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1
r
IC G 21
422/1. 321
Documento 1
LOS SALESIANOS
EVANGELIZADORES DE LOS
JOVENES

2.4 Page 14

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SUMARIO
Presentación ... ... .. . .. . ... ... ... ...
1- 8
INTRODUCCION ... .. . ... ... ... .. .
9- 19
PRIMERA PARTE. LOS JOVENES Y SU
CONDICION ... .. . .. . .. . ... ... ... ... ... 20- 30
SEGUNDA PARTE. LOS SALESIANOS
OPERADORES DE EVANGELIZA-
CION ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 31- 79
Premisa
1. La comunidad evangelizada
1.1 El don de la fraternidad y la evan-
gelización .. . .. . ... ... .. . ... .. . .. . ...
1.2 El don de la consagración y la
evangelización .. . .. . .. . .. . .. . ... ...
1.3 El don de la oración y la evange-
lización .......................... .
1.4 La animación de la comunidad
para la evangelización. Papel del
director ....................... .
1.5 Orientaciones operativas ... ... ...
34- 37
38- 41
42- 45
46- 57
58- 61
2. La comunidad animadora
2.1 La comunidad salesiana animado-
ra de la comunidad educativa y
pastoral .......................... .
2.2 La participación de los Cooperado-
res y Exalumnos en la obra edu-
cativa y pastoral de los SDB .. . ...
2.3 La colaboración de los demás lai-
cos en la comunidad educativa y
pastoral ...................... ..
2.4 Orientaciones operativas ..... , ...
63- 68
69- 75
76- 78
79

2.5 Page 15

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Sumario
17
, TERCERA PARTE. EL PROYECTO EDU-
CATIVO Y LA FECUNDIDAD VOCA-
CIONAL ............................. . 80-119
l. El proyecto educativo y pastoral sale#
siano
1.1 Los contenidos ................. .
1.2 El estilo .. . .. . .. . .. . ... .. . .. . .. .
1.3 Orientaciones operativas ... ...
81- 95
96-104
105
2. La fecundidad vocacional ... ... ... ... 106-119
CUARTA PARTE. ALGUNOS AMBIENTES
Y CAMINOS DE EVANGELIZACION. 120-161
l. El Oratorio y el Centro Juvenil, am-
1:ªbientes de evangelización ... ... ... .. . ... 121-127
2.
~~cuela como ambiente de evange-
bzac10n ... ... ... ... .. . ... ... ... .. . ... ... 128-134
3. La Parroquia: aspectos particulares de
la presencia salesiana evangelizadora ... 135-142
4. Las Misiones ... .. . .. . ... ... ... .. . ... ... 143-147
5. La comunicación social .. . .. . .. . .. . .. . 148-153
6. Una nueva presencia salesiana para la
evangelización ... ... ... .. . ... ... ... ... ... 154-161
CONCLUSION .. . .. . ... .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . 162-165

2.6 Page 16

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,1

2.7 Page 17

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PRESENTACION
El CG21 entrega este documento a los Hermanos 1
y lo hace con el fraternal deseo de que encuen-
tren en él luz y estímulo para dar testimonio y
anunciar el Evangelio a los jóvenes. «Son millones
en el mundo, acaso errantes y desorientados por
una multiplicidad de voces discordantes, nos decía
el Papa 1, los cuales esperan de nosotros la palabra
de salvación y buscan la mano fraterna y amiga
que con serena firmeza los guíe hacia el Absoluto».
Este documento ha nacido como respuesta a esas
aspiraciones de los jóvenes.
l. Es un documento operativo en el sentido de 2
que, partiendo de la constatación de problemas hoy
existentes (la situación), conduce e invita a con­
clusiones prácticas que resulten de mayor fideli-
dad y eficacia apostólica.
2. Es un documento de familia. Las conclusiones 3
fluyen naturalmente de la referencia a un cuadro
de valores comunes y compartidos. Los valores des-
critos no son ideas que en su substancia se vean
divorciadas de la vida de los Salesianos. Es lo que
ha aparecido leyendo esta vida. Es lo que preci­
samente constituye esta vida en plenitud, cuando
los salesianos evangelizan con la eficacia que da la
fidelidad; y, al hallarse en dificultades, es esto lo
que languidece en esa vida, se encuentra apagado o
empobrecido y reclama una revitalización.
Por esto se habla de un «cuadro de referencia»,
un cuadro en el que la misma vida ve su medida
y en el que se inspira para su salvación. El docu­
mento parte de lo concreto y va a lo concreto. No
pretende ser un tratado. Es algo mucho más mo­
desto, y tal vez, por esta misma perspectiva y por
las personas a quienes va dirigido, es más precioso.
1 Pablo VI al CG21. Oss.Rom., 27 enero 1978.

2.8 Page 18

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20
Documentos capitulares CG21
Su misma composición o estructura confirma es­
tas intenciones. Cada parte trata de un problema
vivo, que se lee a través de una constatación, que
mira a las Constituciones para constatar su validez
y que, de modo particular, marca rutas posibles de
renovación y las orientaciones operativas que pare­
cen más urgentes y decisivas.
4
3. Es un documento con un relieve particular,
hoy. El momento histórico en el cual la Iglesia nos
llama a trabajar es el de la evangelización. La origi­
nalidad y la creatividad de nuestro carisma deben
intentar una interpretación y una vida que sea sa­
lesiana, ya que «a nadie pasa inadvertida la rela­
ción que hay entre este nuestro tema y el problema
de la educación del mundo de hoy» 2.
Nuestro carisma debe, pues, convertirse en pro­
yecto histórico para responder a la «juventud de
hoy, tan sedienta de verdad y proyectos históricos» 3,
Así pues, la idea que une todas las partes y que es
el principio de su unidad no es otra que nuestra
vocación de evangelizadores, que se hace realidad
cuando es vivida en el proyecto educativo y pas­
toral salesiano, repensado y actualizado.
5
4. La carta del Cardenal Villot dirigida a don Luis
Ricceri en nombre del Santo Padre y el discurso
que el mismo Papa dirigió en audiencia privada al
Capítulo General nos apremian a asumir este com­
promiso. Los puntos en los cuales ha fijado su aten­
ción el Papa y a los cu.ales los hijos de Don Bosco
«se someten filialmente (...), y están disponibles para
el bien de la Iglesia universal» 4 parece como si se
hubieran entrelazado para hacer aparecer el espí­
ritu y la vitalidad de nuestro documento.
6
S. El Papa, tras haber expresado su aprecio por
la elección del tema general del CG21, vuelve su
pensamiento a Don Basca, una «presencia anima-
2 Sín. 77, n. l.
3 Saludo del Rector Mayor don Egidio Viganó al Santo
Padre. Oss.Rom., 27 enero 1978.
4 Const. art. 128.

2.9 Page 19

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Presentación
21
dora y amonestadora», «que va delante de nosotros
con paso juvenil y dinámico». Recuerda cómo en
sus Memorias Don Bosco habla de su «sed de sa­
cerdocio» y que anhelaba «lanzarse en medio de
los jóvenes a fin de conocerlos íntimamente y ayu­
darlos en toda ocasión a evitar el mal» s.
Las dos dimensiones de la vida de Don Bosco son
su sed de vocación, los jóvenes y su condición. El
«en sus tiempos, complejos en verdad y difíciles, fue
un auténtico protagonista de la historia de Italia
y de la Iglesia» s.
6. Esta profunda responsabilidad respecto al ca- 7
risma del cual participamos nos compromete tam-
bién a nosotros a marchar en las mismas direc­
ciones:
a) Propongámonos decididamente el problema
de nuestra fidelidad en «seguir a Cristo de manera
total y sin condiciones (...) mediante una generosa,
alegre y fiel práctica de los consejos evangélicos»,
según el espíritu de Don Bosco, a fin de mostrar a
los muchachos y jóvenes «un rostro que no sea una
máscara artificial, sino la expresión límpida de un
amor que se abre al hermano en un amor más
grande, cual es el de Dios que es "más grande que
nuestro corazón"» 6La carta del Cardenal Villot nos
dice que se «ponga en primer plano el espíritu re­
ligioso».
b) Conservemos el «carácter particular de la
obra y la pedagogía salesiana, tanto más que las
necesidades sociales y eclesiales de los tiempos mo­
dernos parecen corresponder mds que nunca al ge­
nio del apostolado de los Hijos de San Juan Bos­
co, dirigido con preferencial interés y dedicación
a la juventud masculina» 7.
e) Vivamos esta vocación y este carisma, tras las
huellas de Don Bosco, que fue un «protagonista au-
6 Pablo VI al CG21, cit.
8 Ibídem.
i Carta del Card. Villot a Don Luis Ricceri, 29 octubre
1977 (n. 448).

2.10 Page 20

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22
Documentos capitulares CG21
téntico», de tal modo que la fidelidad y entrega y
las competencias adquiridas despierten la creativi-
dad e inventiva del don de Dios.
8
7. La figura animadora y amonestadora de Don
Rosco y la del Papa que nos «indica las notas es-
pecíficas de nuestra identidad en un momento de
cambio en que las cosas no se ven claras» s nos
animan a reflexionar sobre estos sectores determi-
nantes y nos obligan a un examen y comprobación
no sólo de los valores que hemos de cultivar sino
también del deber de encontrar instrumentos aptos
para defenderlos.
~ Intervención de don Egidio Viganó en la Sala Capitular.

3 Pages 21-30

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3.1 Page 21

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INTRODUCCION
«La actividad evangelizadora y catequística es la 9
dimensión fundamental de nuestra misión. Como
salesianos, todos y en toda ocasión, somos educa-
dores de la fe.» 1
Este servicio, que «exige ( ... ) de nuestras co-
munidades capacidad de anuncio y fuerza de testi-
monio» 2, nos ha sido propuesto también en el Men-
saje de los Obispos reunidos en su IV Sínodo. Ellos
creen «que en los próximos diez años la cateque-
sis será el terreno natural y más fructífero para
la renovación de la entera comunidad eclesial en
todo el mundo» 3 y dan las gracias a las comu-
nidades religiosas que renuevan la esperanza «en
la gran fecundidad espiritual que es para el mundo
una vida según el espíritu de las bienaventuran-
zas» 4• El mismo Papa considera la ayuda inmen-
sa de aquellos religiosos que, testigos de santidad,
se dedican a anunciar a Cristo mostrando «una ori-
ginalidad y una imaginación que suscitan admira-
ción» 5•
Para nosotros, los Salesianos, esta originalidad e 10
imaginación van unidas y están alimentadas por
dos fuentes: Jesucristo y su Evangelio, vivido con
el espíritu de Don Basca 6 y de los jóvenes, de los
cuales «se dice que sufren horrores ante lo ficticio
y la falsedad y que además son decididamente par-
tidarios de la transparencia» 7.
Nos preguntamos, por tanto, si creemos en aque-
llo que anunciamos, si vivimos aquello que cree-
mos, si verdaderamente predicamos lo que vivimos,
atentos a la llamada que nos lanzan los jóvenes;
1 Const. 20.
2 Const. 20.
3 Sín. 77, n. 4.
Sín. 77, n. 18.
ª EN 69.
6 Cfr Const. 10l.
EN 76.

3.2 Page 22

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24
Documentos capitulares CG21
si verdaderamente damos testimonio de nuestra so-
lidaridad afectiva hacia ellos al mismo tiempo que
hacia el Dios Absoluto s.
11
«Seguimos de cerca a Jesucristo, escogiendo un
modo intensamente cristiano de amar a Dios y a
los hermanos con corazón indiviso» 9. Por esto, en
primer lugar, hallamos en las Constituciones, fiel-
mente practicadas, un privilegiado criterio de nues-
tra identidad, como individuos y como comunidad.
Y afirmamos que es preciso conocerlas, aceptarlas
y vivirlas, para poder reproducir las riquezas del
corazón apostólico y las intenciones de Don Bosco,
«el hombre de Dios, y hombre de Dios para los
jóvenes» 10•
En este sentido reafirmamos también los valores
permanentes de la Tradición que interpretan con
autoridad y vuelven a presentar con novedad el Rec-
tor Mayor y los Capítulos Generales, a la luz de la
vida de los hermanos. Tienen hoy particular im-
portancia para nosotros las Actas del CGE, las cua-
les, aun llevando «la impronta de nuestra fragili-
dad» 11, son un esfuerzo válido para llevar a Don
Bosco a los jóvenes de nuestros tiempos y contie-
nen las «motivaciones y los principios de que di-
manan» las mismas Constituciones 12.
12
En segundo lugar, reconocemos en los jóvenes la
otra fuente de nuestra inspiración evangelizadora.
Nosotros, los Salesianos, somos unos enviados a los
jóvenes, especialmente a los más pobres, y colabo-
ramos en la creación de una nueva sociedad promo-
viendo la plenitud de sus vidas en la fe.
A estos jóvenes los encontramos en los varios paí-
ses del mundo, muy diversos unos de otros incluso
a niveles de libertad y de participación; tal vez pa-
rados o cerrados en sí mismos a causa de la mar-
ginación que sufren y de su misma pobreza, o tal
8 Cfr. EN 76.
9 Const. 75.
10 ACGE 769.
11 ACGE 769.
12 ACGE, p. 9.

3.3 Page 23

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Introducción
25
vez presa de contradicciones y conflictos a veces
violentos, o ya aplicados en construir una sociedad
más humana, siguiendo las huellas de Cristo.
En todos y cada uno de estos jóvenes es posible
descubrir un ansia de verdad, de liberación, de cre-
cimiento humano e incluso el deseo -aunque sea
implícito- de un profundo conocimiento del mis-
terio de Dios 13.
Ellos viven esta experiencia suya formando parte 13
viva de un ambiente que hoy se conoce como con-
dición juvenil. Forman este ambiente tendencias y
juicios de valor que hacen más fácil o más difícil
el crecimiento de su humanidad en la fe 14.
La relación de sintonía, necesaria para su educa-
ción, el amar lo que ellos aman, aun sin renunciar
a nuestro papel de adultos y educadores salesianos,
se hace entonces complejo y difícil.
Y, sin embargo, nuestra vocación, regalo de Dios,
es fuente de esperanza: hace falta poner al día nues-
tra competencia, pero más que todo hace falta te-
ner más fe en la fuerza del Espíritu Santo y en el
don original que nos ha concedido para vencer los
miedos y no abandonar el difícil campo de nues-
tro compromiso con los jóvenes.
El CG21, pues, mira por un lado a los jóvenes y
descubre entre sus esperanzas, el llamamiento que
nos lanzan, y nuestra misión una feliz coinciden-
cia is; por otra parte mira la renovada decisión de
la Iglesia en favor de la evangelización y descubre
la característica fundamental de nuestra identidad
en esa misión evangelizadora hacia los jóvenes.
Pero ¿cómo evangelizar a estos jóvenes? Porque 14
participamos en la actividad evangelizadora de la
Iglesia, tenemos fe en el carisma de Don Bosco y
también en el modo original salesiano de evan-
gelizar a los jóvenes. Nuestro modo original de ha-
13 Sín. 77, n. l.
11 Cfr EN 19.
15 Cfr Discurso de Pablo VI al CG21, cfr n. 474. Oss.Rom.,
27 enero 1978.

3.4 Page 24

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26
Documentos capitulares CG21
cer la evangelización una realidad es el proyecto
educativo salesiano, el «Sistema Preventivo», repen-
sado y actualizado, con sus operadores, sus conte-
nidos, sus metas, su estilo y sus diversidades en los
varios ambientes en que nos movemos.
Somos conscientes de que educar y evangelizar son
actividades diferentes en su categoría. Pero van es-
trechamente unidas en el plano de la vida práctica.
Para Don Bosco y en su Sistema Preventivo la sal-
vación es la salvación del joven entero. Es la libe-
ración del pecado y el crecimiento en Cristo hasta
la santidad, pero es también liberación de múltiples
condicionamientos de pobreza y abandono, de ser-
vidumbres sociales y culturales para que los jóve-
nes lleguen a ser «honrados ciudadanos» 16.
Hoy la exhortación apostólica Evangelii Nuntian-
di confirma esta intuición. Los varios elementos
del proceso de evangelización ( «la presencia y co-
munión de vida y de destino, el renovarse de la
humanidad, el testimonio, el claro anuncio, la ad-
hesión del corazón, la entrada en la comunidad, la
acogida de los signos, las iniciativas apostólicas») 11,
en vez de contradecirse o tal vez excluirse entre sí,
son en realidad complementarios y se enriquecen
unos a otros is.
15
Nosotros, los Salesianos, evangelizadores de la ju-
ventud, compartimos esta obra, si, ante todo, acepta-
mos la evangelización de nosotros mismos.
Como personas y como comunidad de creyentes
tenemos un carisma específico por el que nos de-
dicamos a la educación 19, Inmersos en el mundo,
nos vemos frecuentemente tentados por ídolos 20 y
sabemos que necesitamos oír constantemente la pa-
labra de Dios, de convertirnos a sus exigencias, de
nutrir nuestro corazón con la fidelidad al mandato
de su amor y con las razones de su esperanza.
16 Cfr Const. 17.
11 Cfr EN 21.
18 Cfr EN 24.
19 cfr se 89
2º Cfr EN 15.

3.5 Page 25

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1ntroducción
Necesitamos configurarnos con Cristo según el es-
píritu de Don Bosco para que, como él lo hizo, po-
damos evangelizar mientras educamos.
Por esto, cada uno de nosotros construye y hace 16
crecer, en cuanto de él depende y ayudado por sus
hermanos, su propia humanidad y sus talentos en
la comunidad religiosa y educativa. Por ella Dios
se hace presente y se comunica a otros.
Por esto acogemos su iniciativa de consagrarnos
con el amor de Cristo, casto, pobre y obediente, y
damos el sí con gozo y con el brío de nuestra co-
laboración.
Por eso, descubriendo su presencia y el don que
nos ha hecho, lo adoramos, lo alabamos y le da-
mos gracias. Pero, precisamente porque El nos en-
vía a los jóvenes, sentimos que nuestra oración se
hace también luz y fuerza. Es decir, nos sentimos
capaces de descubrir las huellas del obrar de Dios
en el mundo, en sus vicisitudes y en la vida de los
jóvenes; descubrimos lo que nuestra consagración
significa para su salvación y sentimos la urgencia
de colaborar con generosidad.
La comunidad hace madurar esta progresiva evan- 17
gelización de sí misma a través de los ministerios
que la animan, de modo particular el del direc-
tor. Y, a la vez, se convierte en polo de animación
promoviendo la colaboración y encarnándose en la
complejidad del contexto social en que vive, de
modo que pueda dar una respuesta en plenitud y
prontamente al Dios que la envía y a la juventud
que espera.
En la medida en que acepta esta convers10n vi-
virá en sí misma el alma del Sistema Preventivo,
que no sólo es un sistema de educación, sino, sobre
todo, una espiritualidad: es un amor que se regala,
inspirándose en la caridad de Dios, que con su pro-
videncia previene a todas las criaturas, las sigue
con su presencia y las salva dando la vida.
El CG21 quiere poner a la consideración de todos 18
algunos problemas que existen en la vida de la Con-

3.6 Page 26

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28
Documentos capitulares CG21
gregación, según las autorizadas indicaciones del
Santo Padre, las informaciones y apremios de los
Capítulos lnspectoriales y de los Salesianos, con-
versaciones con Capitulares y las observaciones que
figuran en la Relación del Rector Mayor. Quiere
comprobar, en cuanto sea posible, sus aspectos po-
sitivos y negativos y dar normas sobre los puntos
que parecen de fundamental y actual importancia.
Para motivar racionalmente ciertas orientaciones
y para dar un significado al compromiso y al es-
fuerzo que pide a los Hermanos, se refiere a un
cuadro de valores comunes y participados (Consti-
tuciones y ACGE), para que puedan dar a los jó-
venes el testimonio y el anuncio de la Buena Nueva
del Señor.
19 ORIENTACION OPERATIVA
a) Establezcan las Inspectorías las medidas que
favorezcan el conocimiento y la asimilación de las
Constituciones renovadas. A nivel personal y comu-
nitario sean ellas el criterio concreto de identidad,
de revisión de vida y de programación.
Háganse objeto de días de retiro, de encuentros
de formación y de momentos de oración. (Cf. «For-
mación para la vida salesiana», n. 180).
b) Como signo de unidad y como interpretación
autorizada de nuestra identidad, dése el valor debido
a las actas del XX CGE, a las de éste CG21, a las
actas del Consejo Superior y a las orientaciones y
directrices emanadas de los Superiores. Establéz-
canse a nivel Inspectorial normas adaptadas para
conseguirlo.
e) Favorézcase el conocimiento de la historia y
del espíritu salesiano con el estudio y publicacio-
nes del «Centro de Estudios Don Bosco», la edición
crítica de las Constituciones de nuestra Sociedad,
con una mayor difusión de la literatura salesiana
(traducciones y divulgación), con un más rico in-

3.7 Page 27

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Introducción
29
tercambio de noticias e iniciativas (Boletín Sale-
siano, ANS, Noticiarios Inspectoriales). (Cfr. «For-
mación para la vida salesiana», n. 342; véase tam-
bién la orientación operativa n. lOSc de este mismo
documento).

3.8 Page 28

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3.9 Page 29

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PRIMERA PARTE
WS JOVENES Y SU CONDICION
La Evangelización presupone un conocimiento
adecuado de la juventud
Para que un trabajo educativo sea concreto y 200
pueda ofrecer un servicio útil, no puede limitarse
a principios generales y orientaciones genéricas.
Debe indicar con precisión los contenidos y mé-
todos para que a los jóvenes en fase educativa se
les preste la atención y respeto que nos enseña la
pedagogía de Dios, el cual ama a cada hombre,
«llama a cada uno por su nombre» 1 y lo convierte
en protagonista de su anuncio. Debe, pues, distin-
guir la edad, el ambiente, la cultura y el sexo.
Así, pues, la evangelización pasa también y siem-
pre más necesariamente a través del análisis de las
situaciones de vida que inciden en la personalidad
juvenil. Los modelos que presenta el ambiente, las
aspiraciones, tensiones y reivindicaciones que plan-
tea, encuentran muchas veces acogida y solidaridad
en el ánimo de los jóvenes, y frecuentemente a
nivel del subconsciente, suscitan en ellos emocio-
nes y actitudes diversas que favorecen o compro-
meten la intervención del educador y la misma com-
prensión y aceptación del Evangelio.
Esta parte pretende trazar un bosquejo sumario
de la «situación juvenil» para, sobre todo, empujar
a los salesianos, como individuos y como comuni-
dad, a escuchar con atención esta voz del mundo
juvenil y tenerla presente en el diálogo educativo
y pastoral de la evangelización.
1 ACGE 34; cfr nn. 36, 39, 44, 46.

3.10 Page 30

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32
Documentos capitulares CG21
La situación
21 Las Constituciones revelan una viva conciencia del
mundo de los jovenes 2 e invitan a una solidaridad
con los mismos, a valorizar sus expresiones, su po­
sitiva contribución 3 hasta «descubrir los valores
evangélicos de que son portadores» 4• Las actas del
XX CGE esbozan una descripción a grandes rasgos
de la situación juvenil s partiendo de algunos «sig­
nos» de nuestro tiempo 6.
La revisión que ha precedido al CG21 vuelve, de
hecho, a dar una llamada al análisis del contexto
juvenil. Se reafirma que el anuncio del Evangelio
debe hallar una encarnación adecuada en la com­
plejidad del mundo actual. A este respecto se ponen
de relieve las claras dificultades que algunos sale­
sianos encuentran en comprender y acoger a los
jóvenes, en mantenerse en sintonía con los proble­
mas que plantean, en entrar con ellos en un diá­
logo educativo.
Todo esto parece influir a la hora de escoger a
los destinatarios.
Con preocupación se nota en muchas de nuestras
obras una disminución progresiva de aquellos desti­
natarios a quienes debemos privilegiar y la opción
por otros que -por así decirlo- no son tan nues­
tros.
22 Las razones de estos hechos son evidentemente
muy complejas y a . veces diversas, según los luga­
res en los cuales la Congregación es llamada a evan­
gelizar.
Indicaremos algunas de ellas:
23
La realidad socio-cultural ha cambiado rápida-
mente en muchas naciones. En otras, el cambio es
inminente. Esto aumenta las confrontaciones y la
2 Const. 9.
3 Const. 16.
4 Const. 14.
5 ACGE 34-44.
6 XX CGE 31-33.

4 Pages 31-40

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4.1 Page 31

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 33
ruptura entre las generaciones jóvenes y las de los
adultos. Es desconcertante de modo particular el
conflicto acentuado que la sociedad manifiesta en
algunos de sus aspectos y de los cuales los jóvenes,
quieran o no, se resienten profundamente:
- La exaltación de la persona y su instrumenta­
lización;
- la reclamación de la libertad a la vez que la
opresión de muchas libertades;
- la aspiración a valores mayores y la contes­
tación de todo valor;
- el deseo de solidaridad y a la vez una cns1s
de participación, la difusión del sentido de ano­
nimato, el desinterés;
- la rapidez de los intercambios y de la infor­
mación y la lentitud de reformas culturales
y sociales;
- la búsqueda de unidad y paz universales y la
persistencia de contrastes políticos, sociales, ra­
cistas, religiosos, económicos;
- la exaltación de todo lo que es joven y la mar­
ginación a veces de los jóvenes en el trabajo,
en la participación, en la responsabilidad.
La situación socio-económica actual margina na- 24
dones enteras y aisla, incluso en las naciones más
desarrolladas, vastas áreas de pobreza colectiva. Se
nota el malestar profundo de muchos jóvenes de
las clases deprimidas, excluidos de los bienes eco­
nómicos y culturales y del pleno ejercicio de las
propias responsabilidades. El llegar a ser hombres
en plenitud les resulta imposible.
La lglesia refleja este cambio cultural rápido y !5
profundo. En su interior, la vasta y profunda revi-
sión de la cultura tradicional ha cercenado la ela·
boración de los valores humanos y cristianos 7: la
fe ha experimentado un vasto proceso de seculari­
zación que pone en duda los modos con los que se
formula la propuesta cristiana y su misma credi-
1 Cfr GS 54.
8 Cfr EN 20, 63; GS 53.

4.2 Page 32

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34
Documentos capitulares CG21
bilidad s. Las comunidades cristianas locales encuen­
tran difícil la comunicación y la comunión con los
jóvenes, ya que los encuentran diferentes, absorbi­
dos por intereses nuevos y, sin embargo, deseosos
de corresponsabilidad.
En el mundo exterior, entre tanto, se elaboran
visiones nuevas del hombre, difícilmente compati­
bles o del todo incompatibles con la visión cris­
tiana. La ideología se presenta a veces tan fuerte
que reivindica para sí el significado total de la exis­
tencia, reemplazando a la visión cristiana.
26 En el ambiente salesiano la falta, a veces, de una
sistemática y positiva reflexión sobre la cambiante
realidad juvenil, o a veces la insuficiente reelabo­
ración de los valores siempre válidos del patrimo­
nio educativo salesiano en lenguaje de actualidad,
frenan el empuje y la iniciativa y conducen, tal vez,
a posiciones de incomprensión y prejuicios.
Punto de vista como fórmula de Evangelización
27 Muchísimos jóvenes inmersos en este vasto pro-
ceso, proceso que ellos mismos alimentan en gran
parte, se cansan tratando de orientarse y encontrar
un cuadro de valores humanos y cristianos que sos­
tengan su propia plenitud. Parecen perdidos y au­
sentes. Son aquéllos a quienes busca preferentemen­
te nuestra generosidad salesiana.
Sin embargo, no faltan signos positivos y prome­
tedores que se manifiestan en jóvenes y grupos ju­
veniles, los cuales, tras una conveniente educación,
pueden a su vez ser fermento de las masas. Ellos,
respondiendo a la invitación del Concilio, pueden
«convertirse en los primeros e inmediatos apósto­
les de los jóvenes» 9.
Secundando la reciente reflexión de la Iglesia, te­
nemos por cierto que la fórmula de solución está
en apoyarse sobre las profundas y sanas aspirado-
9 AA 12; EN 72.

4.3 Page 33

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 35
nes de estos jóvenes, llevando a una madurez su
explícita o implícita solidaridad con el Evangelio.
Los jóvenes han tomado ya conciencia de sí mis-
mos y de su propia problemática y maduran. la
conciencia de participación y de corresponsabilidad.
No sólo porque son una mayoría numérica -el año
2000 constituirán los dos tercios de la humanidad-
sino «por las esperanzas de futuro» 10; porque los
problemas que plantean, aunque sea de modo con-
fuso, desconcertante y desgarbado, «mañana serán
probablemente los problemas de la humanidad en-
tera» 11; poi:ique tienden a convertirse en sujeto ac-
tivo de la evangelización 12.
A veces critican abiertamente la institución y se 28
manifiestan insatisfechos de la actual práctica y ex-
periencia religiosa en la comunidad eclesial. Pero
están también sinceramente disponibles a la búsque-
da y el careo, con una propensión notable por la
comunicación personal .y el diálogo 13. Y apelan a la
radicalidad y la pureza del Evangelio e interpelan,
por tanto, vigorosamente e incluso a veces despro-
porcionadamente a la entera comunidad eclesial 14.
Recientemente se constata en ellos un despertar
hacia los valores interiores de la oración, de la con-
templación y de interés por la palabra de Dios is,
que los empuja a actuar para mejorar el mundo.
Ellos proponen con decisión el tema del indisoluble
vínculo entre fe y vida 16; manifiestan una sensibi~
lidad muy particular por la justicia en el mundo;
exigen «una operosidad cristiana en la construó8.9n
de la historia» 17; llevan la práctica de la fe ·lJ_&ffl'1fa
acción concreta en los planos políticos y.J§o~!~sv
25ITOI3.S'IIq2.G
10 Sínodo 1974 y 1977, n. 3.
álim.B a.u s.tn.sib
~ 2oI !103 O.t3~:nib Oí
:: Sínodo 1974. ,
favin .s s2.sbnaiT \\~
A/1- 13
CCffrr Smod3oY19Sm74º,do 1974.'.;)b
:s;:.sq.s:J
o::únh-coi-io
Ol"Stt
..,.. ,.
14 Cfr Sínodo 1974. 02rmo"Iqmo:J Is .sbsrl msíns
1
~
Cfr Sínodo 1974.
.s.tnsm.s:Jibc,i-1::,q s2~úvs1
18 Cfr GE 1; PP 21.
u Sínodo 1974.
18 RdC 138.
.\\'S: r.13: w

4.4 Page 34

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36
Documentos capitulares CG21
La actitud salesiana
29
La reciente reflexión de la Iglesia y su llamada,
como la de la familia salesiana fundada sobre el
sano y sereno realismo de Don 1'osco, obligan a la
comunidad salesiana a descubrir y valorizar las es­
peranzas juveniles, para promover su madurez hu­
mana y cristiana, evitando el riesgo de la nivelación.
Téngase en cuenta sus exigencias específicas, su per­
tenencia al mundo del estudio o de la fábrica, del
campo o del empleo. Aquellos muchachos y jóvenes
que viven en estados de subdesarrollo económico y
marginación necesitarán cuidados especialísimos.
Trabajemos por ellos sobre la base de una solida­
ridad fundamental en continuidad con la novedad
del anuncio evangélico, que es salvación ofrecida a
todo hombre «corno don de la gracia y de la mise­
ricordia de Dios» 19.
ORIENTACION OPERATIVA
30
a) La gravedad de la situación juvenil de nuestro
tiempo y la insistente llamada de la Iglesia y de
la sociedad obligan a nuestra Congregación, a causa
de su misión específica, a movilizar durante los pró­
ximos seis años a los salesianos en torno a los pro­
blemas de la realidad juvenil, para hacerla objeto
prioritario de su renovación y de sus actividades.
b) Como premisa de toda programación educa­
tiva y pastoral es preciso que los Salesianos se vuel­
van más sensibles a la situación juvenil, leída en sus
aspiraciones más de acuerdo con el Evangelio, me­
diante un análisis suficientemente serio y el contac­
to directo con los jóvenes.
e) Tiéndase a nivel inspectorial y local a un pro­
yecto orgánico, capaz de orientar a la comunidad
entera hacia el compromiso de la evangelización, y
revísese periódicamente.
19 EN 27.

4.5 Page 35

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 37
SEGUNDA PARTE
WS SALESIANOS OPERADORES DE
EVANGELIZA<:ION
Premisa
La obligación de anunciar el Evangelio que ha 31
hallado en «Jesús mismo, Evangelio de Dios, ... el
primero y más grande evangelizador» 1 y tiene en el
«Espíritu Santo... el agente principal» 2, se realiza
y depende históricamente del testimonio y del anun-
cio de los operadores de la evangelización. La Igle-
sia, por su medio, «trata de convertir al mismo
tiempo la conciencia personal y colectiva de los
hombres» 3 insertos en las varias culturas y les pre-
senta la Buena Nueva, «proclamada, en primer lu-
gar, mediante el testimonio» 4.
Una reflexión sobre la acción evangelizadora im­
plica, por tanto, una referencia a los operadores de
este proceso.
Por otra parte, la evangelización es siempre un
acto profundamente eclesial. «Nunca es para nadie
un acto individual y aislado» 5• El testimonio y el
anuncio parten de una comunidad que siente viva
la «necesidad de ser evangelizada» 6 y libremente
acepta el mandato; de una comunidad que evange­
liza por vocación propia 1 y suscita, anima y sostie­
ne formas diversas de colaboración en la única mi­
sión evangelizadora s.
Como Salesianos, participamos de modo peculiar
en la misión de la Iglesia. Profesamos públicamente
1 EN. 7.
2 EN 75.
3 EN 18.
4 EN 21; cfr 20, 41.
I Cfr EN 60.
8 EN 15.
7 EN 14.
8 EN 15, 59 SS,

4.6 Page 36

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40
Documentos capitulares CG21
hombre nuevo es aquél que nace de Dios y de la
fraternidad. Y nosotros los Salesianos, recordamos
en relación con esto aquel clima particular de la
primera comunidad en torno a Don Bosco 1s.
Al hablar de comunidad, no nos referimos sólo a la
comunidad local d0nd� ]as relaciones personales �on
más inmediatas, sino también a la comunidad ins­
pectorial, que tiene tareas mucho más importantes
en función de la fraternidad de las comunidades lo�
cales y representa mejor que éstas la complejidad
de la vocación y misión salesianas 19; e incluso a la
comunidad total de la Congregación 20, que hace
presente nuestra hermandad como comunidad espe­
cífica dentro de la Iglesia universal.
35 Se puede, sin duda, afirmar que la vida de nues-
tras comunidades ha conocido en estos últimos años,
respondiendo al movimiento dado por el XX CGE,
una discreta madurez humana y religiosa.
Recorriendo las páginas de los CI, se nota con
satisfacción que las normas para la acción sobre
la Comunidad han dado un resultado muy positivo
en la Congregación y ello en modos de vida, de
obrar y de organizarse en la corresponsabilidad.
En muchos casos ha habido un crecimiento en la
aceptación mutua y en la cordialidad de relaciones,
habiéndose también superado, con ventaja, tensio­
nes y polarizaciones ideológicas. El desarrollo del
espíritu de familia ha sabido dar valor a momentos
y circunstancias de alegría y serenidad, expresán­
dose con gestos de caridad muy significativos, par­
ticularmente al tratarse del cuidado de los herma­
nos enfermos. Ha aumentado el sentido de comuni­
dad en la práctica de los instrumentos de corres­
ponsabilidad previstos por nuestras Constituciones,
que han facilitado el diálogo, la comunicación y
comprensión, incluso entre hermanos de edades y
oulturas diversas.
18 Cfr ACGE 496 SS.
19 Const. 57; ACGE 512.
2° Const. 56.

4.7 Page 37

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Los Salesianos evangeiizadores de tos jóvenes 41
No han faltado las sombras.
36
El CG21 cree conveniente decir una palabra sobre
el individualismo. Es un grave y siempre inminente
peligro. Su gravedad puede medirse por el hecho
de que aleja materialmente a los hermanos de la
comunidad, de los momentos y estructuras de en-
cuentro y de comunicación, y también porque está
en el origen de fáciles ilusiones que hacen creer a
algunos que ello constituye un estilo de vida más
apropiado para realizar la «sequela Cristi».
El individualismo se manifiesta:
- en la dificultad de integración e inserc1on de 37
la persona en la comunidad: la comunidad que-
da muchas veces instrumentalizada y reducida
a una organización que ofrece garantías y se-
guridades puramente externas;
en la falta de sentido de pertenencia profunda,
que explica la dificultad de un diálogo autén-
tico: no hay capacidad de escuchar ni de ex-
presarse con libertad, a causa también de la
indisponibilidad de algunos hermanos a enten-
der la importancia y el significado religioso de
las asambleas comunitarias. No hay corrección
fraterna, según la regla evangélica, y se acepta
resignados el clima de prejuicio recíproco y
desconfianza;
- en no asumir responsabilidades en el proyecto
pastoral y educativo comunes, ya que cada in-
viduo toma arbitrariamente sus decisiones y
actividades;
- en el fenómeno de las «fugas afectivas» que
privan a la comunidad de la cordialidad fra-
terna, de las típicas manifestaciones salesianas
del agradecimiento, de la alegría y de la fiesta;
- en una postura de autosuficiencia frente alma-
gisterio de la Iglesia y las directrices de la Con-
gregación; es una actitud que crea grupos de
opinión y de presión;
- en un encerrarse frente a la «comunión de bie-
nes sobrenaturales»: algunos nunca comunican

4.8 Page 38

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42
Documentos capitulares CG21
fraternamente en los momentos de confronta-
ción con la palabra de Dios y en la participa-
ción de la experiencia de fe.
Para superar el individualismo se requiere vigilan-
cia y esfuerzo personal. Es necesaria también la
ayuda de la comunidad que, animada por la autori-
dad, busca los medios más adecuados para el des-
arrollo de cada persona.
En particular:
- la valorización de las cualidades de cada uno;
- la apertura cordial e iluminada que hace apre-
ciar la obra de Dios en la vida de nuestros her-
manos;
- la más justa colaboración posible de las per-
sonas en la misión comunitaria;
- la corresponsabilidad todos;
- el justo valor que hay que atribuir a los me-
dios humanos para el crecimiento de la fra-
ternidad;
- el reajuste de las comunidades en su número
y tipo de trabajo, a fin de favorecer relaciones
interpersonales más íntimas y ventajosas.
No hay duda de que todo aquéllo que hace crecer
la persona es bueno para construir la fraternidad y
hace posible que se manifieste la caridad. Pero, en
definitiva, la firaternidad es don de Dios, es Dios
que se da. Es percibir la presencia de Dios en los
demás, en todos los demás; es un testimonio de la
obra de Dios en el corazón de los hombres. Hoy
estamos llamados a dar este testimonio, particu-
larmente a los jóvenes.
Esta finura del amor tiene su fuente en Dios, y
su constructor en Jesús. En la EN viene descrita
en estos términos: «Supongamos un cristiano o un
grupo de cristianos que, dentro de la comunidad
humana donde viven, manifiestan su capacidad de
comprensión y de aceptación, su comunión de vida
y de destino con los demás, su solidaridad en los
esfuerzos de todos en cuanto exige de noble y de
bueno. Supongamos además que irradian de mane-
ra sencilla y espontánea su fe en los valores que

4.9 Page 39

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Los Salesianos evangelizadores de l'os jóvenes 43
van más allá de los valores corrientes, y su espe-
ranza en algo que no se ve ni osaría soñar. A través
de este testimonio sin palabras, estos cristianos ha-
cen plantearse, a quienes contemplan su vida, inte-
rrogantes irresistibles: ¿Por qué son así? ¿Por qué
viven de esa manera? ¿Qué es o quién es el que
los inspira? ¿Por qué están con nosotros?» 21.
1.2 El don de la consagración y la evangelización 38
La apertura al don de la fraternidad lleva a otro
descubrimiento. «Don Bosco hacía notar muchas ve-
ces cómo la práctica sincera de los votos robustece
los vínculos de la caridad y la unión en el obrar.
No sólo eso. Observa que el vivir intensamente los
consejos evangélicos, librándonos de cuanto pudiera
ser de impedimento, facilita enormemente la prác-
tica de la caridad pastoral que debe animar nuestra
entera misión, dedicada esencialmente a los jóvenes
necesitados» 22.
La castidad consagrada, la pobreza, la búsqueda
de la voluntad del Padre en la obediencia, se mani-
fiestan como servicio de Dios en la sequela Christi
y confieren a la comunión fraterna su fuerza. Ade-
más, tienen un significado profético de testimonio
y de contestación evangélica para el mundo y para
los jóvenes.
La experiencia resalta, en las palabras del Rector 39
Mayor, el propósito de la mayor parte de los sale-
sianos que, en las situaciones nuevas y en los cam-
bios que han tenido lugar en el ambiente social,
viven su castidad consagrada con «dignidad, estilo
y discusión del todo salesianos» para ser portadores
del particular mensaje de castidad a los jóvenes 23•
El ambiente de fraternidad y de familia que ellos
crean constituye una condición indispensable para
21 EN 21.
22 RRM 81.
23 lb. 82.

4.10 Page 40

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44
Dóéumentos capitulares CG21
madurar en esa castidad consagrada y para forta­
lecerles ante las dificultades. La comprensión y la
corrección fraterna, acompañadas del esfuerzo per­
sonal y del recurso a los medios sobrenaturales, si­
cológicos y de prudencia, hacen más seguro y más
alegre este testimonio profundamente salesiano y
evangélico 24• Por otra parte, se constata que «la
práctica y la misma imagen e idea de este distintivo
tan salesiano está oscurecido, deformado y dañado
en varias partes de la Congregación 25, Ideas, actitu­
des, permisividad, formas de mundanidad, justifica­
das muchas veces de diversos modos, el rechazo de
las normas ascéticas indicadas por las Constitucio­
nes y la tradición salesiana, desfiguran su fuerza,
su riqueza personal y su significado de testimonio 26,
Es, pues, necesario en este contexto reafirmar «la
importancia específica del testimonio y del anuncio
de la castidad para nosotros, Salesianos, en el mun­
do juvenil, teniendo presente la actual situación cul­
tural a este respecto ZI,
Sólo el amor de Dios llama de forma decisiva a
la castidad religiosa y, por tanto, también a la vi­
gilancia. La profundidad espiritual ayudará a enten­
der y vivir la castidad consagrada como voluntad
de vincularnos realmente con los demás, con amor
purificado y cualificado, como reestructurado por
la caridad de Cristo; un amor que sea intensamente
virginal, o sea, desinteresado, disponible hasta el
sacrificio, libre, universal, dominado por la miseri­
cordia y la esperanza. Nuestro esfuerzo es una res­
puesta de fe al don de la gracia que recibimos del
Padre zs: anuncia este amor al mundo de los jóve­
nes, que anhelan la solidaridad y la unidad entre los
hombres, y, al mismo tiempo, es testimonio de que
todo esfuerzo de fraternidad halla su fuente y su
cumplimiento en el don gratuito del Padre.
24 Sch.Prec 213.
25 RRM 82.
:za Const. 79.
27 Sch.Prec. 213.
28 Const. 75.

5 Pages 41-50

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5.1 Page 41

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Los Salesianos evangelizadores de l'os jóvenes 45
Acerca de la pobreza salesiana la comprobación 40
señala que se está produciendo entre los hermanos
un cambio positivo de mentalidad, según la verdad
y equilibrio que describen las Constituciones. Po-
breza no es simplemente desasimiento interior, que
permite ser rico llevando la aureola del pobre; no
es simplemente una dependencia en el uso de los
bienes; ni consiste siquiera en una situación pura-
mente sociológica, aquélla del que no tiene lo ne-
cesario para satisfacer las exigencias primarias de
la vida. La pobreza es fidelidad afectiva y práctica
al primado del espíritu y del amor fraterno en un
mundo en que prevalece el culto del dinero y del
éxito. Es ahondar en el sentido de esta grandeza
de amor evangélico, precisamente mientras vivimos
formas de solidaridad concreta al servicio de los
jóvenes pobres. Hablando de la templanza y del tra-
bajo, la RRM hace notar: «Respecto a la templanza
se constata con edificación que la mayor parte de
los salesianos mantienen un nivel de vida, si no in-
ferior a lo necesario, no ciertamente superior al de
las clases más modestas de los países en donde
viven» 29•
«Nosotros, los Salesianos, somos grandes traba-
jadores, hombres en mangas de camisa, que viven
del trabajo. Tenemos, a Dios gracias, miles de
hermanos, incluso de edad, que en humildes car-
gos o en grandes responsabilidades dan maravi-
llosos ejemplos de laboriosidad 30• Y también de par-
ticipación, de solidaridad y preocupación por el mun-
do de los pobres: el esfuerzo hecho en muchas par-
tes de la Congregación para acercarse a ellos, para
ser más sensibles, de hecho, a sus necesidades y es-
peranzas, ha dado origen a iniciativas que de veras
levantan el ánimo.
«En una civilización y un mundo caracterizados
por un prodigioso y casi indefinido movimiento de
crecimiento material (... ) la llamada de Dios coloca
(a los religiosos) en la cúspide de la conciencia cris-
211 RRM 108.
so lb. 82.

5.2 Page 42

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46
Documentos capitulares CG21
tiana: esto es, recordar a los hombres que su pro-
greso verdadero y total consiste en dar respuesta a
su vocación de participar, como hijos, en la vida
del Dios viviente, Padre de todos los hombres» 31.
Pero la comprobación hace notar también, como
elementos negativos, la falta de conversión de la
propia vida espiritual a este valor evangélico, tan
sentido y expresado en las Constituciones; hace no-
tar la debilitación del sentido salesiano del trabajo
y de la templanza, la tendencia a un cierto «frac-
cionismo» y al aburguesamiento, a actitudes de in-
dependencia económica y de autonomía administra-
tiva y a formas de individualismo de consumo 32.
Considerando el aspecto comunitario y estructu-
ral, hay que notar que en varias Inspectorías se ha
descuidado -aun dentro de los límites de las posi-
bilidades y de un proyecto de realización progresi-
va- ya sea el «scrutinium paupertatis» ya sea lo
que se dice en el artículo 89 de las Constituciones:
«El conjunto de las actividades, la ubicación de las
obras y su disponibilidad para los necesitados deben
ser el espejo de nuestra pobreza».
Pobreza es comunicación plena de todo lo que se
posee, de todo lo que se es, de todo lo que se hace.
Es éste el testimonio evidente que el mundo y los
jóvenes esperan. En este sentido el XX CGE llama
absolutamente indispensable, para el verdadero tes-
timonio, la pobreza comunitaria y colectiva 33.
41
Hablando de la obediencia, el XX CGE había «pe-
dido a la Congregación una renovación en la prác-
tica de la obediencia, que estuviera en armonía, de
una parte, con el valor sobrenatural de la obedien-
cia misma, y, de otra, con los nuevos modos de prac-
ticarla, ya sea en el que tiene que obedecer como
en quien ejercita la autoridad» 34.
«Hay en los hermanos una gran disponibilidad:
la mayor parte de los salesianos, aun en casos en
31 ET 19.
32 Sch.Prec. 211-212.
33 Cfr SP 211.
34 RRM 116.

5.3 Page 43

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 47
que la obediencia se hace heroica (... ) demuestra
una disponibilidad edificante, fruto de amor y de
fe. Aprovecho la ocasión para expresar a estos ge-
nerosos hermanos toda la gratitud de la Congrega-
ción. Mientras tengamos en nuestras filas hombres
tales, podemos mirar con esperanza y confianza al
mañana» 35•
Pero también se constatan deficiencias: faltas y
desviaciones que se encuentran más en el plano de
la acción que en el de las ideas. Aflora, en efecto,
una cierta insensibilidad a la solidaridad operativa,
la tendencia desviada a actuar solos y según líneas
individualistas, la sensación de que el trabajar en
una comunidad y con la comunidad sea un freno
y un impedimento. Se señala también la incom-
prensión de la naturaleza misma de la autoridad,
que es evangélica, y de su papel para la comunión
fraterna.
La credibilidad del testimonio exige que se viva
la substancia de la fe como obediencia a Dios y como
participación personal en la muerte y en la vida de
Cristo, y se reconozca la necesidad de mediaciones
para llegar hasta El: la mediación de la Iglesia, de
los hombres, de la fraternidad. Todo esto dentro del
espíritu y formas renovadas de las relaciones de la
vida comunitaria y de la obediencia, el diálogo, la
corresponsabilidad y la colaboración a todos los ni-
veles.
Al principio hemos hablado de superficialidad. En
materia de obediencia, como de pobreza y castidad,
es, por tanto, necesario que las comunidades estu-
dien en profundidad las experiencias de fe de la
vida religiosa, mediante la cual, «encuentra en Cris-
to la razón de su misma existencia y, en el testi-
monio del misterio pascual al mundo, el motivo de
su cualificado servicio a los hermanos, especialmen-
te a los jóvenes pobres y abandonados, según el
carisma de Don Bosco» 36,
35 RRM 122.
38 ACGE 511.

5.4 Page 44

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48
Documentos capitulares CG21
1.3 El don de la oración y la evangelización
42
La comunidad salesiana sabe que existe solamente
porque es un don de la gracia del Espíritu Santo y
con la oración adora, alaba, pide y da gracias a su
Señor.
De este modo mantiene viva la conciencia de su
íntima y vital relación con Dios y se dispone mejor
a la misión.
En este sentido, la oración es «hoy el punto cen-
tral y el secreto de la renovación de nuestra vida
salesiana» 37. Ella «nos hace descubrir el sentido vi-
tal de nuestra adopción de hijos de Dios. Es la base
de nuestro servicio apostólico a los hombres (... ).
Nos ayuda a mantener vivos la alegría y el entu-
siasmo de nuestra entrega total» 38 y nutre y robus-
tece la urdimbre de nuestra fraternidad.
Las constituciones renovadas y las actas del XX
CGE ponen en evidencia:
- la necesidad de una oración personal que lle-
gue a ser actitud de auténtica y profunda co-
munión con Dios;
- la urgencia de una mayor valorización de las
expresiones comunitarias de la oración;
- la necesidad de un continuo renovarse en el
espíritu, en los contenidos y en las formas, en
sintonía con la sensibilidad y las esperanzas de
los jóvenes y en íntima conexión con los debe-
res pastorales.
La comprobación hecha por el CG21, estudiando
el material de los CI, revela que los Salesianos mues-
tran una sensibilidad creciente por la oración co-
munitaria y litúrgica (concelebración de la Eucaris-
tía, liturgia de las horas); se preocupan con gran
cuidado por una especial preparación de los días
de retiro y Ejercicios Espirituales en diversas for-
mas; promueven experiencias juveniles de oración
y algunos participan también con fruto en expe-
riencias propias de otras espiritualidades.
37 ACGE 519.
38 ACGE 529.

5.5 Page 45

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Los Salesianos evangelizado1-es de los jóvenes 49
Pero también se notan algunas lagunas preocupan- 43
tes en las comunidades. No todas ven o no la sien-
ten con igual intensidad la urgencia de la renova-
ción pedida por la Iglesia y por la Congregación y
la necesidad de una conversión profunda y continua.
Esto se manifiesta en el injustificado absentismo de
las prácticas comunitarias, en la prisa en la oración
y en el descuido en preparar las celebraciones:
- no se promueven iniciativas de oración común
entre salesianos, jóvenes y destinatarios de
nuestra misión;
- se nota un cierto abandono del Sacramento de
la Reconciliación y de las expresiones perso-
nales de piedad salesiana;
- la falta de espontaneidad y creatividad en la
oración comunitaria empuja a veces a ir a bus-
car fuera de la comunidad expresiones de ora-
ción que aparecen más auténticas y más vá-
lidas;
- generalmente no se ha cuidado, a nivel ins-
pectorial y de modo satisfactorio, la prepara-
ción de maestros y animadores espirituales y
litúrgicos, capaces de ayudar a la comunidad
en este momento de cambio, a conservar y
perfeccionar en profundidad el estilo salesiano
de la oración.
Teniendo en cuenta todo eso y con miras a la 44
evangelización, se imponen algunas advertencias:
1.3.1 Profundizar en el sentido apostólico
de nuestra oración
La acción apostólica y la vida espiritual de cada
uno de nosotros y de nuestras comunidades tienen
una fuente única: «son fruto de la Pascua del Se-
ñor» 39 y se vivifican por su Palabra.
A la luz de este misterio pascual comprendido
y vivido, la comunidad salesiana vive la relación
oración-acción en la «liturgia de la vida» 39 bis, des-
39 Const. 58.
39 bis Const. 67.

5.6 Page 46

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50
Documentos capitulares CG21
cubre las huellas de la presencia de Dios en el mun-
do, en sus acontecimientos, en la vida y esperanzas
de los jóvenes; se siente interpelada para colaborar
en el plan divino de la salvación con el anuncio
y el testimonio; toma conciencia de sus limitacio-
nes, pide perdón y renueva su fidelidad; adora, ala-
ba, agradece y pide; se esfuerza con mayor gene-
rosidad en su servicio apostólico de llevar el amor
de Dios a los jóvenes, busca los medios más efica-
ces para transmitirles también la sed de Dios: reza
con ellos, celebra con ellos las fiestas salesianas y
litúrgicas; favorece, sobre todo, la escucha de la
Palabra de Dios que llama continuamente a la con-
versión, especialmente en la celebración del sacra-
mento de la Reconciliación; participa con simpatía
en las expresiones juveniles de oración, promueve
la creatividad y la participación en experiencias
fuertes de oración personal y comunitaria.
1.3.2 Programas y tiempos de oración
«Es necesario orar siempre». Los tiempos de ora-
ción son un aspecto y una parte de este «siempre»
y un medio para tender a la perfección de la cari-
dad que hace cumplir la voluntad del Padre. En
este contexto se comprenden bien las expresiones
de nuestro artículo constitucional: el Salesiano «tie-
ne pocas prácticas de piedad, pero ora sin cesar,
en diálogo sencillo y cordial con Cristo vivo, con
el Padre a quien siente cercano, con María que es
su auxilio. De esta manera, puede ser contempla-
tivo en la oración y realizar, como Don Bosco, la
unión con Dios» 40,
Para alimentar este espíritu la comunidad pro-
grama sus tiempos de oración como moment(?S en
que el testimonio de que Dios está sobre todo y nos
envía a evangelizar a los jóvenes, se hace concreto
y visible.
•° Const. 48.

5.7 Page 47

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Los Salesianos evangeÍizadores de los jóvenes 51
1.3.3 Mantenerse fieles a las devociones salesianas
La comunidad salesiana se mantiene fiel a las de- 45
vociones predilectas de Don Bosco: la devoción a
Jesús Sacramentado y a María Auxiliadora.
La presencia eucarística nos recuerda la parti-
cipación en el misterio salvífica de Cristo, y la Vir-
gen «ocupa un puesto singular en la historia de la
salvación y en la edificación de la Iglesia» 41, y es,
como escribe Pablo VI, «la estrella de la evange-
lización» 42, que sigue guiando a la comunidad en el
cumplimiento de su misión.
La devoción a nuestro padre Don Bosco ayudará
también a los hermanos a volver a encontrar en él
el modelo de la unión continua con Dios en el tra-
bajo, a ser fieles y a vivir en la «alegría salesiana».
1.3.4 Renovar la oración
La oración cristiana es don de Dios, pero es tam-
bién fruto de un aprendizaje.
Los Salesianos desean y dan gran importancia a
todo aquello que les ayuda a crecer y a renovarse
en la oración. Consideran momentos particularmen-
te fuertes de la oración los Ejercicios Espirituales,
verdaderas experiencias de Dios.
Sienten cada vez con más necesidad la apertura a
una equilibrada espontaneidad y creatividad perso-
nal y también comunitaria, para superar el peligro
de la rutina y para ir al encuentro de una mayor
autenticidad. Por ello saben también aprovecharse
de las riquezas de la liturgia y de las experiencias
eclesiales de renovación, que procuran armonizar y
asimilar ya sea con las exigencias del espíritu sa-
lesiano; ya sea con las manifestaciones propias de
su carisma.
Y se esfuerzan en la oración personal con la viva
convicción de su necesidad. Ella precede y prepara
la oración comunitaria; hace posibles el cambio y
41 Const. 65.
42 Cfr EN 82.

5.8 Page 48

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52
Documentos capitulares CG21
la acogida de los dones que los hermanos se hacen
con la comunión en la caridad.
1.4 La animación de la comunidad para la
evangelización. Papel del director
46
La experiencia de la comunidad eclesial en estos
años de renovación nos hace ver que debe desarro-
llarse en un clima de corresponsabilidad y que en-
cuentra en los ministerios que la animan, particu-
larmente en «el ministerio de la autoridad», una de
las más válidas formas para crecer en la fidelidad
a Dios y en el servicio de los hombres.
Tras haber iluminado algunos aspectos de la co-
munidad salesiana en la perspectiva de la evan-
gelización, parece necesario considerar atentamente
las exigencias de la an1mación en línea apostólica
y en el interior de la comunidad; ya que se puede
afirmar que nuestras comunidades tienen imperio-
sa necesidad de una cuidada y creciente animación
para que se conviertan realmente en evangélicas y
evangelizadoras. Esta exigencia aparece con insis-
tencia en la base de la Congregación, como se ha
visto comprobando la situación actual y las peti-
ciones que se han presentado 43.
La animación, en su significado original, se con-
trapone a algo impuesto desde fuera, y, ante todo,
hace pensar en la actividad interior del alma como
energía de vida, de crecimiento armónico, de cohe-
sión articulada de las partes; actividad que brota
de dentro y hace crecer la participación de todos
los miembros en la vida del cuerpo.
Por «animación espiritual» de una comunidad re-
ligiosa entendemos aquel conjunto de iniciativas y
actitudes que promueven la vitalidad de la vocación
específica del Instituto, haciendo una llamada a la
participación activa y a la conciencia madura de
cada hermano, implicando a toda la comunidad con
43 Cfr n. 47 del presente texto.

5.9 Page 49

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 53
la valorización de los cometidos y de las dotes per-
sonales. El proceso de animación se manifiesta así
en el crecimiento de la corresponsabilidad y en el
reconocimiento de la complementariedad, como ex-
presión de una conciencia adulta y de un grado de
desarrollada madurez.
En tal sentido, el significado de animación pare-
ce ligado al de sugerencia, motivación o persuasión.
Para nosotros, los Salesianos, es como momento y
fruto de la «razón» y de la «amabilidad» del estilo
de Don Boscó. La animación de la comunidad cris-
tiana no puede reducirse a un aspecto técnico me-
todológico, aunque útil, sino que se funda en una
actitud de docilidad al Espíritu, primer «Animador»
de todo el Pueblo de Dios. Para una comunidad re-
ligiosa esto entronca con el proyecto inicial del
Fundador, suscitado por el mismo Espíritu. Por eso,
para nosotros, los salesianos, tal animación espiri-
tual se cualifica simultáneamente como «religiosa»
y «pastoral».
«Estamos viviendo en la Iglesia un momento pri-
vilegiado del Espíritu» 44 y, por tanto, un momento
de particular sintonía con las exigencias de una
animación que sabe leer la incansable iniciativa de
Dios en la vida y en la historia. El saber incremen-
tar y orientar adecuadamente el dinamismo de la
animación es un deber de prudencia para la reno-
vación de la acción evangelízadora de la Congre-
gación, como resulta de los signos de los tiempos
y de las peticiones de nuestros hermanos.
1.4.1 La situación
47
La evaluación de la anin:nción comunitaria en es-
tos últimos años hace emerger, sobre todo, algunas
realizaciones positivas: una mayor sensibilidad «es-
piritual» y de escucha de la palabra de Dios, el cre-
cimiento del sentido de corresponsabilidad y una
mejor capacidad de diálogo; el surgir, programado
y espontáneo, de diversas formas de animación; el
44 EN 75.

5.10 Page 50

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54
Documentos capitulares CG21
consolidarse de los servicios formativos a nivel ins-
pectorial y regional; el difícil proceso de transfor-
mar cada casa en un ambiente de formación per-
manente.
Por otra parte, tal vez como consecuencia de una
mayor exigencia espiritual, se lamentan situaciones
negativas y vacíos preocupantes: decaimiento de
entusiasmo vocacional en algunos hermanos; ausen-
cia de comunión y de profundidad espiritual a ni-
vel de comunidad 45; insuficiente o nulo funciona-
miento de algunos cargos o estructuras comunita-
rias 46 y, sobre todo, un cierto vaciamiento de la
figura del director, acompañado de una disminu-
ción del diálogo personal y pastoral y de la direc-
ción espiritual, y de un desplazamiento de atención
de sus principales incumbencias hacia otras de me-
nos monta, hasta llegar a invertir la jerarquía de
sus funciones 47.
48
De esta situación parten las peticiones más in-
sistentes de los hermanos que:
- por una parte, quieren que crezcan las expre-
siones de corresponsabilidad y la valorización
de los papeles de participación de los herma-
nos y de los Consejos en la animación pastoral
y religiosa de la comunidad 48;
- por otra, piden la preparación de animadores,
la intensificación de la función formativa de
la comunidad inspectorial, en particular del
Inspector y su Consejo 49;
- finalmente y sobre todo, insisten en la urgen-
cia de aclarar la figura y la función del direc-
tor, refiriéndose a su elección y preparación,
a la dirección espiritual personal y comunita-
ria, a la jerarquización y simplificación de sus
deberes, etc. so.
45 Sch.Prec. 207-208.
46 Sch.Prec. 237-240.
4
'
Sch.Prec. 227-235.
48 Sch.Prec. 237-240.
49 Sch.Prec. 241-244.
50 Sch.Prec. 227-235.

6 Pages 51-60

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6.1 Page 51

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 55
Todos los aspectos, arriba descritos, tienen una
relación con la animación, y habría que estudiarlos
en profundidad. El CG21, debiendo proceder a una
selección, cree urgente el responder a insistentes
peticiones de muchos Capítulos Inspectoriales y de
hermanos que pedían se clarificara mejor la figura
y las funciones del Director como animador prin-
cipal de la comunidad 51.
Esta opción no sólo no quiere poner en plano de
inferioridad, sino que resalta la importancia de la
corresponsabilidad comunitaria y la incidencia de
los otros cargos y de las otras vías de animación.
1.4.2 Cuadro de referencia.
El Ministerio del Director
La función del Director s2 está totalmente diri- 49
gida a la comunidad como portadora de la vocación
salesiana y al «carácter pastoral» de su misión. No
lleva consigo título alguno que introduzca desigual-
dades en la común vocación, sino una «presidencia
en la caridad» 53 con específica responsabilidad de
servicio 54 en favor de la unidad y de la identidad
articulada del conjunto 55.
Según el querer de Don Bosco y según una mm-
terrumpida tradición -nos asegura el CG XIX- el
Director constituye indudablemente el centro de
unidad y propulsión de toda obra salesiana de cual-
quier tipo o consistencia: sea como la cabeza de
la comunidad religiosa y guía de los Hermanos, sea
como animador de toda actividad apostólica y for-
mativa, y en cuanto fuere posible, como el primero
de los educadores; sea ta:c.1bién como el supremo
responsable de las mismas actividades económicas,
organizativas, técnicas, etc. 56.
51 Sch.Prec. 227-237.
62 Const. 54, 182.
53 ACGE 502.
54 Cfr Const. 115.
55 ACGE 714-716.
56 ACG XIX 37.

6.2 Page 52

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58
Documentos capitulares CG21
Preventivo», colaborador del Obispo y su presbiterio
en una pastoral de conjunto en la Iglesia local.
Tercero: orientador de los deberes de educación
y de promoción humana pedidos a la comunidad en
el sector pedagógico y escolástico, cultural y social
y de asociaciones 65.
Cuarto: primer responsable en la gestión global
de la obra (economía, estructura, disciplina, rela-
ciones públicas, edificios) 66•
53
Más de una vez, por desgracia, la realidad vivida
en nuestras casas ha visto una inversión en este
orden de prioridades, de tal forma que la diferen-
cia entre la figura concreta del Director y su des-
cripción ideal ha resultado tan notable que ha
llegado a hacer mella en la índole salesiana. De
aquí nace, tal vez en gran parte, la crisis en que
este ministerio se ha visto envuelto.
El CG21, por tanto, juzga esencial que el Director
vuelva al orden de prioridades arriba descritas, asu-
miendo como criterio salesianamente probado que
el Director, más que actuar él, debe estimular la
acción de los hermanos, «debe hacer hacer», o sea,
animar la participación responsable de todos, a fin
de que toda la obra converja hacia los fines apos-
tólicos que la Comunidad se ha propuesto. Hace
falta convencerse de que «la esencia del Director
consiste en distribuir el trabajo por h~cer, e in-
sistir luego en que se haga» 67• «La base debe ser
ésta: el Director haga de Director, es decir, sepa
hacer actuar a los demás ... » 68.
«El director sea el director salesiano». Es decir,
tenga aquella fisonomía, aquel papel, aquellas fun-
ciones que Don Bosco, modelo insuperable de Direc-
tores, ha querido que tuviese.
Es· urgente el recuperarlo para su deber esencial
de animador espiritual de la comunidad, de for-
~ 65 Reg 154.
06 Cfr Const. 182; Reg 183.
67 MB XIII 18.
68 MB XIII 256, Don Basca al Primer CG, setembre 1877.

6.3 Page 53

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 59
mador y de presidente de la caridad 69, dejando a
los demás los muchos deberes organizativos, disci-
plinares y administrativos, como hada Don Bosco
con Don Rua.
1.4.6 La animación y el papel de su autoridad
Para una revisión genuína del ministerio del Di- 54
rector es oportuno considerar el papel de su auto-
ridad religiosa y su servicio de animación comuni-
taria y personal. El es, de hecho y por las Consti-
tuciones, el superior de la comunidad local. «Con
la colaboración de su Consejo gobierna la comu-
nidad, a norma de las Constituciones y Reglamen-
tos» 10.
El servicio de su autoridad tiende al «crecimien-
to vocacional» y al esfuerzo misionero de la comu-
nidad en su conjunto y en cada uno de sus miem-
bros.
Hace converger todos los otros servicios de ani-
mación en el único proyecto comunitario. Para esto,
posee, sin duda, verdadera autoridad religiosa en-
tre todos sus hermanos n.
Don Bosco sigue siendo el verdadero modelo del
Director salesiano como padre, amigo y hermano,
como centro de unidad, como pastor y educador,
como coordinador y suscitador de iniciativas, como
buscador de colaboración a todos los niveles, como
«superior» prudente de una comunidad religiosa y
apostólica n.
1.4.7 El ejercicio de su ministerio
en un estilo renovado
Según el modelo descrito, parece hoy necesario 55
el renovar el estilo de ejercer las funciones de Di-
rector. Los cambios culturales piden imperiosamen-
te una verdadera novedad conforme a los valores
69 ACS 281 37.
70 Const. 182.
71 Cfr Const. 125 e Decr. SCRIS, feb. 1972.
72 Cfr Const. 94.

6.4 Page 54

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60
Documentos capitulares CG21
sacados a la luz por los signos de los tiempos y
por la profundidad que el Concilio ha dado a la
palabra «ministerio».
El estilo renovado comporta convicciones de
igualdad en la fraternidad, leal reconocimiento de
la corresponsabilidad, una respetuosa consideración
de la conciencia de adulto, propia de cada uno,
apreciando las legítimas diferencias de mentalidad;
sinceridad y franqueza en el trato, clima de amor
y de servicio, promoción de la comunicación, cierto
conocimiento de las técnicas de grupo, y, sobre
todo, el cuidado de la primacía de la «vida del es-
píritu» por el que se tiende diariamente a hacer
de Cristo el centro de la comunidad. En una pa-
labra: un estilo de autoridad que convenza sin que
llegue a autoritarismo 73.
En el ámbito de este renovado estilo, el Director
ha de saber discernir los espíritus con el consejo
y la oración, y con el estudio personal de las direc-
trices y enseñanzas emanadas del Magisterio, de las
Constituciones y Reglamentos y de los superiores
legítimos. Ya, Don Bosco, escribió en los recuerdos
íntimos a los Directores: «En las cosas de mayor
importancia eleva siempre el corazón a Dios antes
de decidir. Cuando se te cuenten cosas, óyelo todo,
pero aclara bien los hechos antes de dar un jui-
cio» 74.
De este modo, recibirá luces y orientaciones con-
cretas para juzgar y decidir con prudencia sobre
el delicado y complejo fenómeno del pluralismo de
ideas y de posturas en la vida religiosa. E incluso
mediante la corrección fraterna sabrá ayudar a sus
hermanos, para que vivan coherentemente sus de-
cisiones vocacionales.
1.4.8 Algunos medios de animación
56
La tradición salesiana y la actual sensibilidad
ofrecen al Director momentos de encuentro frater-
no que, en la sencillez de nuestro estilo familiar,
Cfr Const. 54. 93.
H Ricordi confidenziali ai Direttori.

6.5 Page 55

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r
Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 61
se convierten en instrumentos y tiempos de anima-
ción personal y comunitaria. Recordamos algunos:
las reuniones del Consejo y de la Asamblea de los
hermanos 1s, los encuentros comunitarios de refle-
xión, de fraternidad, de oración, de revisión de vida,
de programación pastoral; la lectura espiritual vi-
vida como momento de formación permanente; las
conferencias 76; las «Buenas noches» 77; el coloquio
fraternal 1s, etc. 79.
1.4.9 Corresponsabilidad de la comunidad
en este estilo de animación
Cada uno de los hermanos demostrará concreta- 57
mente su deseo de «hacer comunidad» al participar
activamente y según su papel en las iniciativas pro-
puestas para la animación comunitaria, en espíritu
de corresponsabilidad, superando actitudes de pa-
sividad y absentismo. Son, en efecto, la participación
activa y la corresponsabilidad de todos, las que
aseguran la orgánica animación de la comunidad,
para que pueda llegar unida al «proyecto de vida»
que ha profesado.
En los casos en que, incluso tras un diálogo abier-
to y paciente, perdurasen los contrastes entre las de-
cisiones del Superior y puntos de vista personales,
el hermano aceptará la obediencia con la postura
de un adulto en la fe, recordando el ejemplo de
Cristo obediente por el Reino.
No olviden tampoco los hermanos que quien es
llamado a animar a una comunidad de hombres
imperfectos es también, por su parte, hombre im-
perfecto y necesitado como todos de apoyo y com-
prensión. La sincera colaboración y estima de to-
dos hará más fácil y fructífero su ministerio.
75 Reg 154-155.
76 Reg 157.
77 Reg 43.
78 Const. 96.
79 Cfr Documento sobre la Formación.

6.6 Page 56

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62
Documentos capitulares CG21
1.5 ORIENTACIONES OPERATIVAS
SOBRE LA «COMUNIDAD EVANGELIZADA»
58 1.5.1 Para renovar las relaciones interpersonales
y comunitarias
a) Estudie la comunidad la programac10n y re-
visión de su vida y actividades al menos una vez
al año. El empeñar la corresponsabilidad de todos
los hermanos en organizar y valorizar la vida de
comunidad y el proyecto pastoral, es uno de los
más importantes y significativos actos comunita-
rios.
b) Para intensificar el clima de vida fraterna y
de unidad, que son indispensables para la marcha
de nuestras comunidades, cada uno de los salesia-
nos dé el justo peso al «coloquio con el superior»
del que habla el artículo 96 de nuestras Constitu-
ciones y el nuevo artículo 71 bis de los Reglamentos.
c) A fin de que la Comunidad llegue a ser un
ambiente de verdadera comunión entre personas,
haya en programa frecuentes reuniones donde se
pueda informar y dar comunicaciones sobre la vida
de la Comunidad, sirviéndose para ello también de
las técnicas de la comunicación.
59 1.5.2 Para renovar el sentido evangélico
de la profesión religiosa
a) A fin de promover y cuidar una mayor sen-
sibilidad evangélica en materia de pobreza, establez-
can los Directorios inspectoriales el «scrutinium
paupertatis», o sea, una revisión periódica, fijando
sus modos y sus tiempos. Durante esa revisión con-
sidérese también el aspecto del trabajo como ex-
presión de pobreza salesiana.
b) Para favorecer el equilibrio sico-afectivo de
las personas y conseguir un ambiente de ayuda
para hermanos con problemas, cada comunidad
haga examen sobre el estilo de la propia fraterni-
dad, cuidando el espíritu de familia y una oportuna

6.7 Page 57

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 63
«corrección fraterna», según el espíritu del Evan-
gelio (Mt 18,15-17).
1.5.3 Para renovar el sentido apostólico
60
de nuestra oración
a) Cada comunidad local haga periódicamente y
con espíritu de fe una revisión de su vida de ora-
ción, examinando su sentido apostólico, sus con-
tenidos, sus formas y la participación de los her-
manos.
b) Cuídese, de modo particular, la programación
de los tiempos de oración, en conformidad con las
Constituciones y Reglamentos.
c) Renueve cada salesiano su esfuerzo de fideli-
dad a la oración personal, al sacramento de la Re-
conciliación, a las prácticas comunitarias y a la
escucha de la Palabra de Dios.
1.5.4 Para renovar la animación comunitaria
61
El CG21 considerando el «ministerio de la ani-
mación comunitaria» como uno de los puntos fo.
cales de nuestra renovación, da las orientaciones si-
guientes:
a) Empéñese cada director con la oración y la
reflexión personal en desarrollar una clara visión
de su ministerio pastoral en la comunidad, según
las indicaciones del Concilio so. Estudie personal-
mente y con la comunidad las modalidades del ejer-
cicio de su función, con la paciente constancia frente
a dificultades que siempre surgen en los cambios.
Sea solícito en establecer relaciones interpersonales
con todos los hermanos 81, especialmente a través
del «coloquio» en forma sencilla y dúctil, que vuel-
ve a ser propuesto en los Reglamentos, no porque
sea una norma que hay que observar, sino para ali-
mentar la fraternidad vocacional 82.
80 PO e 11.
81 ACGE 488.
82 Cfr Reg 71 bis.

6.8 Page 58

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64
Documentos capitulares CG21
b) El Inspector, como animador de animadores,
considerará deberes prioritarios el de la prepara-
ción de un número adecuado de animadores en los
diversos sectores de la vida de la provincia, cui-
dándose de la cualificación de «hombres espiritua-
les», capaces de iluminar las conciencias.
c) Estudie el Inspector el modo de simplificar en
cada comunidad los deberes del director, según los
criterios y jerarquización dados antes y también
para dejar en claro los papeles complementarios de
cada uno, los del Consejo y los de la asamblea de
hermanos.
d) El Rector Mayor y su Consejo hagan prepa-
rar, cuanto antes, un Manual del Inspector y del Di-
rector, que dé ideas claras y orientaciones sobre
el ministerio de la c;1.utoridad, haciendo una síntesis
entre animación espiritual y autoridad religiosa, y
teniendo presentes las diversas situaciones con·
cretas.
Las Actas del Consejo Superior y otros subsidios
especiales, ofrezcan directrices prácticas particular-
mente sobre las modalidades de una «dirección es-
piritual» puesta al día, tanto para guía de las co-
munidades como para cada uno de los hermanos.
2. LA COMUNIDAD ANIMADORA
62
Para el XX CGE «la formación de verdaderas
comunidades pastorales, basadas en la correspon-
sabilidad y la colaboración, es uno de los principa
les objetivos de nuestra renovación pastoral» 83.
Ante todo, ésta es una afirmación válida para la
comunidad salesiana en sí misma. Como toda co-
munidad apostólica es una comunidad de corres-
ponsabilidades pastorales: «La misión está confia-
da, en primer lugar, a la comunidad, inspectorial
88 ACGE 357.

6.9 Page 59

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 65
y local» 84, «Se desprende de aquí que cada uno de
los salesianos recibe una parte de la misión sale-
siana para cumplir a título de miembro y, por tan-
to, en íntima y estrecha solidaridad con sus her-
manos» 85•
Es una afirmación también válida para el papel
particular de animación a la que es llamada la co-
munidad en sintonía con las otras normas eclesiales
y pedagógicas.
Dado nuestro carisma específico, el animar a la
comunidad educativa de la cual «junto con nos-
otros, son miembros activos (de ella) los padres,
los colaboradores laicos, los mismos jóvenes, uni-
dos en diálogo y corresponsabilidad, según los di-
versos niveles» 86, y esto en ambientes diversos 87,
es una forma de evangelización que se nos pide
como educadores 88: «la colaboración responsa-
ble (... ), la participación vivida en espíritu evangé-
lico es, por su propia naturaleza, un testimonio que
no solo "edifica" a Cristo en la comunidad, sino
que lo irradia, convirtiéndose en "signo" para to-
dos» 89•
El CG21 fija su atención en tres aspectos de
la acción animadora de la comunidad salesiana, por-
que los considera importantes para la comproba-
ción y profundización de la misión evangelizadora:
- la comunidad salesiana misma como animado-
ra de la comunidad educativa y pastoral;
- la participación de Cooperadores y Antiguos
Alumnos que han «hecho la opción evangeliza-
dora» (Mensaje de los Exalumnos al CG21) en
la obra educadora y pastoral de los SDB;
- la colaboración de otros laicos.
84 Const. 34; ACGS 29.
85 ACGE 29. 84.
86 ACGE 357. 340. 750. 356. 395.
87 ACGE 377. 381. 386.
88 Const. 39,
89 EC 61.

6.10 Page 60

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66
Documentos capitulares CG21
2.1 La comunidad salesiana animadora de la
comunidad educativa y pastoral
2.1.1 La situación
63 En el lado positivo la evaluación indica que las
semillas de la renovación, presentes en el XX CGE,
han contribuido a una mejor inteligencia de que la
acción educativa y pastoral tiene una estructura co­
munitaria y tiene un nexo con toda la vida religiosa,
inspectorial y local.
En cuanto a la comunidad considerada en sí mis­
ma, se puede decir que ha habido un crecimiento
real
bros
de la conciencia
responsables, en
comunitaria 90 y
cada uno de los
la de miem­
hermanos 91;
ha habido un mayor conocimiento de nuestra con­
tribución específica a los servicios a que somos lla­
mados. Se han multiplicado los encuentros, con aper­
tura fraterna se han discutido en común «las expe­
riencias y proyectos apostólicos, con efectiva corres­
ponsabilidad» 92,
Este movimiento interior en las comunidades no
ha quedado sin manifestaciones externas, y, por lo
que nos interesa, ha influido sobre la comunidad
educativa.
Muestra de ello es una mejor inserción en el am­
biente de la Iglesia local para una pastoral de con­
junto y no de aislamiento; una más acentuada co-·
rresponsabilidad de_ los laicos, de los padres y de
los mismos muchachos a los cuales se ha dado más
importancia y cuya formación se cuida más; los
intentos para aclarar y elaborar juntos un proyecto
educativo concreto y determinar las condiciones
reales para ponerlo en práctica; la superación de
actitudes de desconfianza o ingenuidad, sobre todo
en situaciones ideológicamente pluralistas.
Finalmente, la necesidad de relaciones nuevas y
diversas con los componentes de la comunidad edu-
90 Cfr RRM 130-131.
91 Const. 4. 52.
92 Const. 53.

7 Pages 61-70

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7.1 Page 61

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 67
cativa halla eco en las resoluciones de los Capítulos
Inspectoriales, que obligan a los hermanos a una
más eficaz promoción de los colaboradores laicos,
particularmente de aquellos que son parte de la Fa-
milia Salesiana, porque su «corresponsabilización es-
timula el desarrollo de nuestra competencia y de
nuestra credibilidad» 93.
No faltan aspectos negativos que obligan a la re- 64
flexión y a obrar en consecuencia. Además de lo
que hemos hecho notar sobre la «comunidad fra-
terna», podríamos añadir:
- a nivel de comunidad apostólica, las decisiones
individuales y las actividades autónomas; la fal-
ta de perspectivas de organización o una insu-
ficiente capacidad de animación en el campo
pastoral, a nivel inspectorial y local. Todo esto,
cuando el diálogo es difícil y las mentalidades
son declaradamente diversas, lleva al fracciona-
miento y a la debilitación de la acción comuni-
taria;
'--- a nivel de comunidad animadora se presta poca
atención a las actitudes más propiamente hu-
manas de la comunidad 94, y, de este modo, se
descuida en la práctica un elemento indispen-
sable del Sistema Preventivo. No se entiende
ni se valora la incidencia del ambiente en la
obra educativa; por esto mismo, no se aprecian
suficientemente los papeles de cada uno de los
componentes de la comunidad educativa.
Algunos, por múltiples razones de rutina o men-
talidad, no ven- siquiera la necesidad de esta
integración. No se nos ve suficientemente pre-
parados a los cambios necesarios y no hay cla-
ridad para desarrollar un proyecto educativo
salesiano, orgánico y coherente.
Además, se nota verdadera dificultad en crear
una auténtica comunidad educativa en obras muy
diversas, más complejas y polivalentes que el tra-
93 Cfr Grupo de mayo, Sch. V, 14.
114 Cfr ACGE 485-486.

7.2 Page 62

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68
Documentos capitulares CG21
dicional internado o la escuela, como, por ejemplo,
Centros Juveniles, parroquias... En ellos las pre-
siones del horario, la dispersión geográfica de los
miembros, las múltiples responsabilidades de los
animadores, hacen difíciles encuentros de conviven-
cia. Se encuentran también situaciones que sufren
interferencias de carácter social, económico, político
o religioso (por ejemplo, en naciones «no cristia-
nas») y no permiten o pueden hacer extremadamen-
te difícil la actuación de nuestro sistema educativo.
2.1.2 Cuadro de referencia
65
Tomando como base la experiencia y a la luz del
XX CGE y los documentos eclesiales, es necesario
insistir sobre algunos puntos para favorecer la for-
mación y maduración de la comunidad educativa,
como elemento decisivo en una perspectiva pas-
toral de evangelización.
La comunidad vivida es la primera aportación
evangelizadora que se pide a los salesianos 95. Ya
que se puede justamente aplicar a la Congregación
lo que hallamos escrito en las ACS: «Toda comuni-
dad hace catequesis, más por lo que es que por lo
que predica»%,
66
La evangelización, testimonio y anuncio, vivida por
los Salesianos en el interior de la comunidad edu-
cativa, pide hacerse conscientes del papel de «ani-
madores» al frente de todas las fuerzas que cola-
boran.
El art. 5 de las Constituciones lo expresa para la
Familia Salesiana 97; el art. 39 -Los seglares asocia-
dos a nuestra misión- tiene este oportuno comen-
tario en la Relación del Rector Mayor (RRM): «Re-
conocemos que, especialmente hoy, no sólo y no
primariamente por un estado de necesidad, sino por
claros motivos de eclesiología y pedagogía, tenemos
95 Cfr Const. 20. 28. 33; ACGE 29. 283. 288. 293. 296.
318-320. 436. 506.
98 RdC.
D'1 Reg 30-31.

7.3 Page 63

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 69
necesidad de seglares que sean colaboradores nues-
tros, conscientes y hábiles, para completar eficaz-
mente nuestra obra educativa, pastoral y evangeli-
zadora» 98•
Este papel de animadores exige:
67
a) Una conciencia viva, a nivel de mentalidad y
de actuación, de la necesidad pastoral y pedagógica
de obrar corresponsablemente. Lo cual supone aper-
tura, confianza y lealtad para con los colaboradores,
su mundo, su posición particular e insustituible; la
búsqueda de formas múltiples de colaboración y de
mutua formación que respeten la vocación y el es-
pecífico aporte de cada uno.
El Salesiano estará atento para evitar que las in-
gerencias de los colaboradores vengan a turbar las
relaciones de naturaleza religiosa que lo unen a la
Comunidad y al Superior.
b) Una clara conciencia de la identidad evange-
lizadora de nuestra educación y de nuestra pastoral
y de un proyecto pensado y actuado corresponsa-
blemente. «Los diversos grupos que constituyen la
comunidad educativa están asociados, según sus pro-
pias competencias ( ... ), sobre todo en la elaboración
y realización de un proyecto educativo cristiano» 99,
Es, por tanto, un proyecto que pide la libre ad-
hesión de todos aquellos que participan en él, la con-
vergencia de intenciones y convicciones de todos sus
miembros 100.
La fidelidad a este proyecto educativo pide «una
continua autocrítica y un constante retorno a los
principios inspiradores» 101.
e) La conciencia de un papel específico de la co- 68
munidad salesiana. «Es tarea de toda la comunidad
educativa asegurar, en la práctica, los caracteres dis-
tintivos que constituyen un ambiente de educación
98 ACS 279, 42.
99 EC 70.
100 EC 59.
101 EC 67.

7.4 Page 64

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70
Documentos capitulares CG21
cristiana». En ella «los padres cristianos asumen
una particular responsabilidad» 102.
Pero toca al Director, a la comunidad salesiana y
a cada uno según el propio papel, por fidelidad al
carisma específico y por misión eclesial, el deber
de ejercer la parte de animadores responsables de
la identidad pastoral salesiana en la comunidad edu-
cativa.
En ella, la última palabra, tras un paciente diálo-
go, toca al Director.
Esta obligación exige, por una parte, el esfuerzo
de una formación constante y de una sensibilidad
especial hacia «el mundo de la educación» que se
irá desarrollando progresivamente: por otra, pide la
presencia de comunidades apostólicas salesianas que,
trabajando en común, manifiestan en la comunidad
educativa su carisma y su ansia de evangelización.
2.2 La participación de los Cooperadores y Ex-
alumnos «que han hecho la opción evangeliza.
dora» en la obra educativa y pastoral de los
SDB
69
No vamos aquí a tratar de los Cooperadores y de
los Exalumnos o de su papel en la Familia Salesia-
na. Fijamos sólo nuestra atención en uno de los
múltiples campos de acción abiertos a la iniciativa
de los Cooperadores y los Exalumnos «que han he-
cho la opción evangelizadora» (mensaje de los Ex-
alumnos al CG21). Queremos, pues, hablar solamen-
te de esta su .Participación en la obra educadora y
pastoral de los SDB.
2.2.1 La situación
70
La experiencia que el CG21 ha constatado, demues-
tra, en general, la importancia que hoy da la Con-
gregación a su presencia. Muestra también una cre-
ciente orientación en este sentido.
102 EC 73.

7.5 Page 65

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 71
La RRM habla de «relaciones más intensas que
en el pasado» y de «una colaboración mucho más
activa y eficaz con varios de estos grupos» 103. Tam-
bién en este sentido los Cooperadores y los Exalum-
nos a cuya formación se ha prestado más atención,
muestran algunas características fundamentales de
la formación salesiana: por ejemplo, la apostólico-
misionera lanzada por los Cooperadores jóvenes, que,
aunque en sus comienzos, confirma la esperanza que
en ellos se ha puesto, como también la de la edu-
cación, que los Exalumnos declaran y ponen a dis-
posición de los Salesianos en su Mensaje al CG21.
Los CI 104 repiten, al respecto, dos cosas con in-
sistencia: la de confiar a los colaboradores seglares
«responsabilidades educativas y deberes bien defi-
nidos de apostolado» 1os y la insistencia de que «sean
elegidos preferentemente de entre miembros de la
Familia Salesiana» 106• No hacen otra cosa que repe-
tir una orientación operativa del XX CGE 101.
Por otra parte hay también en la Congregación 71
actitudes de desinterés que consideran a estos co-
laboradores de la Familia Salesiana, más desde e]
punto de una eficiencia organizativa, que no bajo
el punto de vista de su valor de complementariedad
en la evangelización.
Las razones de este fenómeno parecen reducirse
a cuatro: o porque no se entiende con claridad la
originalidad de cada uno de los grupos, y se corre
continuamente el riesgo de cambio o sustitución de
papeles; o porque falta la experiencia viva y conti-
nua de la sociedad en que nuestros jóvenes se mue-
ven y no se percibe que su inserción en ella resul-
taría mejor con la colaboración de los seglares;
o porque ha habido fallos en «iniciativas y acti-
vidades no siempre estudiadas a los debidos ni-
veles o dejadas -particularmente en las activida-
103 RRM 242.
uJ.J Cfr SP 262.
101 lb. 262 a
IOO lb. 262 b.
107 ACGE 428.

7.6 Page 66

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72
Documentos capitulares CG21
des personales -a la interpretación y al no siempre
iluminado entusiasmo de una única persona» 10s.
Pero la razón final ha sido la no suficiente o total
ausencia de «una seria preparación y formación de
nuestros colaboradores» 100.
2.2.2 Cuadro de referencia
72
Estamos convencidos de que la presencia de los
Cooperadores y de «aquellos Exalumnos que han he-
cho la opción evangelizadora» 110 es importante para
los muchachos, para nosotros y para los demás co-
laboradores seglares.
Presencia importante para los jóvenes
- Cada seglar formado, en una comunidad que
educa a la fe, no sólo permite una mejor eficiencia
y organización, donde haya pocos salesianos o no
bien preparados, sino que ejerce una específica ta-
rea educativa, diversa de la nuestra, pero integra-
ble con ella. Nuestras Constituciones hablan de «una
colaboración original» 111. Por tanto, su presencia,
en cuanto esto es posible y con ciertas condiciones,
es un enriquecimiento.
- Los Cooperadores y los Exalumnos descritos
cumplen válidamente esta tarea en virtud de la vo-
cación salesiana que han recibido en don y en co-
munión con el trabajo apostólico de sus hermanos
religiosos, permiten la integración de «vocaciones
particulares para que se manifieste la riqueza del
carisma del Fundador» y la presencia de «un mode·
lo pedagógico cristiano totalmente particular» 112.
Los muchachos podrán encontrar una dimensión
humana auténtica y completa, el sentido de la con-
fianza que hace de ellos personas creativas y felices
y el del misterio que la sociedad de consumo seca
108 Cfr RRM 243.
109 Cfr Sch.Prec. 263.
110 Mensaje Exalumnos al CG21, A 3.
111 Const. 39; Sch.Prec, 262.
112 ACGE 159.

7.7 Page 67

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 73
y apaga. A la vez se darán cuenta de que se les
encamina a vivir los valores del Evangelio dentro
de un mundo sin misterios, y revelado por aquellos
que viven en ese mundo y lo experimentan: «(. .. ) el
mundo vasto y complejo de la política, de lo social,
de la economía y también el de la cultura, de las
ciencias y de las artes, de la vida internacional, de
los medios de comunicación de masas (... ), el mun-
do del amor, de la familia (... ), del trabajo profe-
sional» m.
Presencia importante para nosotros
73
- Refiriéndonos a los Cooperadores y a aquellos
Exalumnos que con nosotros «son los portadores de
la voluntad del Fundador y hacen fructificar las in-
dispensables variedades del ministerio para cum-
plir la única misión», tenemos ocasión de volver a
pensar y descubrir de veras la especificidad de nues-
tra vocación de evangelizadores y los contenidos que
le son propios y nos decidimos con interés «a for-
mar y unir» a estos hermanos seglares «para ga-
rantizar con mayor eficacia la salvación de la ju-
ventud» 114•
- No sólo esto. Sino que además de la coopera-
ción concreta, de experiencia y de vida vivida que
nos ofrecen, la comunicación entre los que de ellos
son obreros o empleados en obras o empresas y
los Salesianos que se dedican a la educación en las
Escuelas Profesionales, se hace utilísima a causa de
la experiencia y la verdad de la vida real que apor-
tan y que transmiten a los otros. Los Salesianos
amoldarán sus ideas educativas teniendo en cuenta
esta preciosa colaboración.
Presencia importante para los otros
74
colaboradores seglares
Estos Exalumnos y Cooperadores son para ellos
un modelo concreto de estilo y espíritu salesiano.
El asociarlos a la obra de formación y animación
113 EN 70.
114 ACGE 151. 736.

7.8 Page 68

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74
Documentos capitulares CG21
de los colaboradores seglares, y éste era ya el pen-
samiento de Don Bosco, da garantías de que el Sis-
tema Preventivo no perderá su identidad salesiana
ni su eficacia evangelizadora.
2.2.3 Líneas de renovación
75
Considerando todo lo dicho anteriormente, nos
decidimos a dar más y mayor importancia a la cues-
tión de la formación en dos direcciones:
- La «Familia Salesiana» debe cuidar sus estruc-
turas de formación.
Muchas veces ha faltado la «conjunción» a nivel
de comunicación, de formación y de acción en si-
tios donde la Familia Salesiana existía en sus dis-
tintos grupos. El XX CGE hacía votos para que «la
intercomunicación y la mutua colaboración entre
los grupos s~lesianos» pudiera tener como objeto,
entre otras cosas, también «los medios útiles para
una información y una formación común con mi-
ras a la misión que ha de realizarse» m. El Dicas-
terio de la Familia Salesiana deberá iluminar, sen-
sibilizar e incluso coordinar este «conjunto», para
llegar al fin buscado.
- Vivan los Salesianos el compromiso de su ser-
vicio con mayor conciencia y responsabilidad.
Reconocemos las imposibilidades reales y la cre-
ciente desproporción entre posibilidades y necesida-
des. Pero, al mismo tiempo, debemos reconocer que
algunos de nosotros deben todavía recorrer con de-
cisión y esperanza el camino de una auténtica con-
versión espiritual al hecho salesiano de la Familia
Salesiana. El Rector Mayor, en la carta de presenta-
ción a las actas del CGE, la llamaba una de las «es-
tructuras básicas de la renovación poscapitular» 116•
Las Constituciones y las actas del XX CGE invi-
tan a ello. Haremos mayores esfuerzos en la obra
115 ACGE 175.
ns ACGE p XIII. Cfr XIX-XX.

7.9 Page 69

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 75
de formación de los Cooperadores y Exalumnos, pro-
curaremos que estén presentes en los momentos más
significativos de nuestra vida salesiana y en los or-
ganismos de corresponsabilidad educativa y pasto-
ral 117.
2.3 La colaboración de los demás seglares
76
en la comunidad educativa
Nos referimos directamente a aquellos seglares
que, aunque no pertenecen a la Familia Salesiana,
comparten con los SDB la responsabilidad de llevar
a término el proyecto educativo. Y, ante todo, a los
padres, porque son los primeros educadores; en el
ambiente escolástico, particularmente los maestros;
en el ambiente del Oratorio o Centro Juvenil, a los
animadores de cualquier sector y actividad; en los
ambientes de pastoral parroquial y actividades mi-
sioneras, a cuantos, bajo diversos títulos, ofrecen
su tiempo y fuerzas para una más completa evan-
gelización.
Al lado de aquellos que trabajan en el proyecto
por vocación específicamente salesiana, debemos
prestar atención a la presencia de los seglares, ya
por lo que sus servicios significan en una comuni-
dad educativa, ya sea por su número.
En algunas partes de la Congregación, la despro-
porción numérica entre ellos y los SDB se acentúa
cada día más. Este es un riesgo que puede llevar
consigo la pérdida de identidad en nuestra misión
y, en todo caso, algo que nos obliga a una pastoral
nueva y exigente. Los seglares tienen el derecho al
papel de colaboradores y corresponsables. Y deben
ser preparados para este fin.
2.3.1 La situación
Cuando los colaboradores seglares son cristianos 77
convencidos, su presencia pone a los Jovenes ante
una más completa gama de modelos de vida cris-
111 ACGE 744 b.

7.10 Page 70

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76
Documentos capitulares CG21
tiana, da mayor posibilidad a los SDB de usar sus
energías en el campo específico de animadores, y
permite un diálogo más vasto y más actual con los
problemas de la familia y de la profesión ns.
Pero se dan fenómenos de signo negativo. Por par­
te de algunos salesianos, una cierta impreparación
para colaborar con los seglares; una selección poco
prudente, hecha más bajo presiones de la cualifica­
ción y la capacidad profesional, que bajo la finali­
dad evangelizadora; a veces, las relaciones recípro­
cas se ven deteriorados por la relación amos-emplea­
dos, porque se han planteado mal o no se han en­
tendido 119•
2.3.2 Líneas de renovación
78
Hay que prestar una nueva atención especial al
seglar que colabora con nosotros en la educación
cristiana. Nuestra actitud debe abrirse a un estilo
más intenso de colaboración y más unitario, a fin
de favorecer el crecimiento de la comunidad edu­
cativa.
En la recíproca comprensión podrán encontrarse
más fácilmente puntos de acuerdo y convergencia
sobre este «proyecto educativo», en el que todos he­
mos de inspirarnos. Para conocer mejor este «pro­
yecto» y su espíritu estudiaremos y buscaremos jun­
tos, dialogando, más bien que en actitud de maes­
tros.
En este trabajo común de educación, cuide cada
uno de ser fiel a sí mismo, a su identidad, sin que
el salesiano, que tiene deberes religiosos y comuni­
tarios, etc., juegue a hacer de seglar, y sin que éste
con sus deberes familiares, seculares, políticos o
sindicales se comporte como un religioso.
Es muy importante la elección de estos colabora­
dores seglares. No han de ser determinantes la ur­
gencia del momento sino su preparación, su calidad,
su capacidad. El ideal sería encontrar personas ca-
118 Cfr Sch.Prec. 262.
llY Cfr RRM 195.

8 Pages 71-80

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8.1 Page 71

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 77
paces de inserirse en nuestro programa apostólico,
mejor aún si tienen experiencia de movimientos ju­
veniles cristianos o si provienen de ambientes sale­
sianos: no se tenga miedo de proponer a tales per­
sonas la idea de hacerse Cooperadores Salesianos.
Sean, en todo caso, respetuosos con la índole y es­
pecificidad «católicas» de nuestros ambientes y acti­
vidades, aun en el caso en que no entren a formar
parte activa de nuestro programa apostólico. Pue­
den también ser no bautizados, con tal que mani­
fiesten los valores humanos y la sensibilidad edu­
cativa que exige el método salesiano.
Cada comunidad educativa deberá realizar los ac­
tos que se precisen para la formación permanente
de estos seglares, períodos de reflexión y encuentro
sobre el método salesiano de educar y sobre el pro­
yecto educativo concreto de cada comunidad.
La asamblea comunitaria 120, como organismo ins­
tituido ad hoc, deberá programar, seguir la actua­
ción y hacer la revisión de las actividades.
2.4 ORIENTACIONES OPERATIVAS
79
2.4.1 La comunidad salesiana animadora
Propónganse los Salesianos su constante puesta
al día y el promover en los ambientes donde tra­
bajan, la comunidad educativa (XX CGE 395) y la
corresponsabilidad pastoral de los seglares.
2.4.2 La participación de los Cooperadores y los
Exalumnos en la obra educativa y pastoral
a) Cuiden los Inspectores a nive! de Inspectoría
y los Directores a nivel local de «volver a dar a sus
comunidades la dimensión de núcleo animador de
estas fuerzas espirituales y apostólicas». Escojan
para este servicio privilegiado a hermanos Delegados
que tengan las cualidades y preparación adecuadas.
120 Cfr ACGE 710; Reg 168.4.

8.2 Page 72

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78
Documentos capitulares CG21
b) Según un plan acordado entre los Consejos
respectivos (SDB, Cooperadores, Exalumnos) en el
próximo sexenio haga el Inspector conocer a las
comunidades las líneas que regirán la pastoral vo­
cacional y formativa de los Cooperadores y Exalum­
nos y fije los medios y formas concretas según los
cuales serán asociados con corresponsabilidad a al­
gunas iniciativas de evangelización.
e) Esfuércense los Salesianos en formar a los
animadores de la Familia Salesiana; cuidando, des­
de las fases iniciales de la formación, el conocimien­
to de la misma y la asimilación de sus valores.
2.4.3 La colaboración de otros seglares
l. A nivel lnspectorial redáctese un estatuto del
colaborador seglar, en el que se tracen las carac­
terísticas de nuestro ambiente educativo y las cua­
lidades humanas, profesionales, cristianas y salesia­
nas que el papel de educador exige en tal ambiente.
2. Promuévanse cursos de puesta al día del Sis­
tema Preventivo para seglares, con miras a su más
eficiente inserción en nuestras comunidades educa­
tivas y en las obras pastorales.

8.3 Page 73

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 79
TERCERA PARTE
EL PROYECTO EDUCATIVO Y LA
FECUNDIDAD VOCACIONAL
1. EL PROYECTO EDUCATIVO
Y PASTORAL SALESIANO
La actividad evangelizadora salesiana no se carac- 80
teriza solamente partiendo de los destinatarios o
por el típico modo comunitario con que viene efec­
tuada, sino también por la particular organización
de sus contenidos y objetivos y por el estilo con el
cual nos hacemos presentes entre los jóvenes.
Por eso los Salesianos de Don Bosco no pueden
profundizar adecuadamente en el sentido de su mi­
sión sin reflexionar en plan operativo sobre el sis­
tema educativo y pastoral que Don Bosco nos ha
legado como herencia preciosa.
Se diría que es un «aspecto central en la pastoral
juvenil salesiana», algo que pertenece a la esencia
misma de nuestra misión, «nuestro estilo de expre
sar la caridad pastoral» 1• En realidad puede consi­
derarse como una síntesis de cuanto Don Bosco ha
querido ser, el núcleo del programa o proyecto pe­
dagógico-pastoral que él actuó y confió de modo
especial a la Familia Salesiana, el necesario término
de comparación de las modalidades y característi­
cas de nuestra acción pastoral.
Esta llamada al «sistema preventivo» se hace tan­
to más urgente hoy, cuando los miembros de la
Congregación, esparcidos por el ancho mundo, se
encuentran frente a situaciones culturales muy di­
versas en su misión de anunciar y testimoniar el
Evangelio y quieren ciertamente. conservar la vital
unión con el Fundador y la unidad del espíritu, para
precisamente lograr la eficacia comunitaria de su
vocación.
1 RRM 183.

8.4 Page 74

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80
Documentos capitulares CG21
Hay que recordar, ante todo, que el sistema no
indica solamente un conjunto de contenidos que
hay que transmitir o una serie de métodos y pro­
cedimientos para comunicarlos; ni es pura pedago­
gía ni es sólo catequesis. El «sistema preventivo»
tal como ha sido vivido por Don Bosco y sus segui­
dores, se presentó siempre como rica síntesis de
contenidos y métodos; de procesos de promoción hu­
mana y a la vez, de anuncio evangélico y profundi­
zación de la vida cristiana; en sus objetivos, en sus
contenidos, en sus momentos de actuación concreta,
el sistema sugiere indisolublemente las tres palabras
con que Don Bosco lo definía: razón, religión, amor.
Por eso, el CG21 en el trabajo de constatación ha
sentido necesidad de considerar su grado de pre­
sencia o de eficacia y, en cierto modo, comprobar
su vitalidad, teniendo presentes dos puntos funda­
mentales que están vitalmente unidos entre sí en
la acción concreta diaria:
l. Los contenidos.
2. El estiio.
1.1 Los contenidos del proyecto educativo y
pastoral salesiano
81 1.1.1 El problema: Una propuesta unitaria
y diferenciada
Según la intuición de Don Bosco y de la Congre­
gación, confirmada también por el Concilio Vatica­
no 11 y el reciente Magisterio Pontificio y particu­
larmente por la exhortación apostólica Evangelii
Nuntiandi, la evangelización auténtica se actúa den­
tro de un proyecto que mira a la promoción total
del hombre, al desarrollo integral del individuo y
de los grupos. Este proyecto es, a su vez, radical­
mente abierto y orientado positivamente a la plena
madurez en Cristo: «como testigos de Cristo, los
Salesianos educan a· los jóvenes y a los adultos de

8.5 Page 75

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 81
las clases populares, mirando a su promoción cris­
tiana integral» 2.
Entre evangelización, liberación y educación exis­
te, por tanto, una unidad profunda y solidaria. Evan­
gelii Nuntiandi se mueve en estos términos 3. Ya
el CG19 había hablado de humanismo integral sa­
lesiano 4. También el XX CGE recogió esta idea y
habló de «promoción integral cristiana» y de «edu­
cación cristiana liberadora» s. Es el lenguaje mismo
de Don Bosco a quien gustaba resumir el programa
de vida propuesto a los jóvenes en fórmulas senci­
llas, pero densas. El habla de «buenos cristianos y
honrados ciudadanos» 6; mira por la «salud, sabidu­
ría y santidad» de su muchachos 1 y propone un
estilo de vida que comprende «alegría, estudio y pie­
dad» 8.
El CG21 no oculta las dificultades que acarrea el 82
llevar adelante tal proyecto. Y, en primer lugar,
advierte la extrema heterogeneidad cultural en la
que la Congregación desarrolla su misión: países
de tradición cristiana antigua y zonas en vías de
descristianización; regiones en las cuales el primer
anuncio necesita sólidos fundamentos de la fe y la
experiencia cristiana; inmensos subcontinentes don-
de la acción educativo-pastoral se encuentra con re­
ligiones no cristianas sólidamente establecidas; y no
hablemos de niveles de desarrollo económico extre­
mamente diferenciados, de estratificaciones sociales,
de regímenes políticos, de tradiciones.
La resistencia de los mismos jóvenes y de los des­
tinatarios en general, que viven en ambientes que
los condicionan fuertemente y crean en ellos acti­
tudes de sospecha y hostilidad frente a la propuesta
de valores, sobre todo si están ligados a la religión
2 ACGE 59-61.
ª EN 29-33.
4 GG XIX, pp. 214-216.
5 ACGE 61.
8 MB 13,618.
, Epist. 2,465.
8 Il pastorello delle Alpí, en Opere Edite, vol. XV, 332-333.

8.6 Page 76

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82
Documentos capitulares CG21
o a instituciones religiosas, pueden contribuir a
aumentar todavía las dificultades del esfuerzo edu­
cador cristiano. Se trata muchas veces de actitudes
que se encuentran también entre bautizados, y que
no son menos difíciles de superar que las de los
muchachos crecidos en otras ideologías o sistemas
religiosos, con prejuicios arraigados y prevenciones
consolidadas.
Estas dificultades no harán olvidar ni descuidar,
por otra parte, los «nuevos signos de inquietud por
las cosas divinas en el corazón del hombre» 9. Aún
más, nuestra propuesta educativa sabrá partir de
los signos de renovación y de los profundos impul­
sos que especialmente parecen extenderse por el
mundo de los jóvenes; «de las aspiraciones a la
creatividad, a la justicia, a la libertad y a la verdad,
sus aspiraciones de corresponsabilidad en la vida
eclesial y civil y su propensión al amor de Dios y
del prójimo» 10.
83
Todo ello debe estimular todavía más a un vital
replanteamiento que dé nuevo vigor a la acción edu­
cadora y evangelizadora salesiana.
La atención y el respeto de las diversas situacio­
nes y personas no debe traicionar el proyecto del
Fundador. Este debe permanecer punto común ideal
de referencia para un servicio pleno, cristiano y sa­
lesiano, al hombre total; con mesura y prudencia,
pero con valentía y llaneza; sin forzar los ritmos,
pero sin dejar pasar en vano los tiempos de gracia
y de salvación. Partiendo de un proyecto unitario
de base será fácil dar paso a la legítima creatividad
salesiana que -a través de las comunidades inspec­
toriales y locales y las responsabilidades persona­
les- sabrá encontrar los criterios justos para pro­
gramas de educación, de promoción humana y de
genuina e íntegra formación cristiana, en fidelidad
histórica a las diversas situaciones y culturas 11•
9 Sín. 77, n. 2.
10 Sín. 77, n. 3.
11 EN 20, 38-39.

8.7 Page 77

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 83
1.12 La situación
No es fácil una comprobación del esfuerzo educa­ 84
tivo y evangelizador de los Salesianos durante el
último sexenio, por lo complejo de las condiciones
concretas en que se mueve la Congregación, y la va­
riedad de Instituciones que habría que considerar.
Sin embargo, es posible evidenciar algunos ele­
mentos generales.
El XX CGE ha influido de modo positivo respec­
to a la actividad educativa y evangelizadora de la
Congregación. Esto no se ha desarrollado con igual
empeño en todo ni en todas partes; muchos ele­
mentos de renovación están aún empezando y se
abren camino con dificultad o se encuentran toda­
vía en la sufrida etapa de búsqueda y de aspiracio­
nes. Pero se tiene la impresión de haber vuelto a
ponerse en marcha y hallarse en un momento más
sereno de reflexión y de acción. En particular se
notan algunas líneas de tendencia que aparecen lle­
nas de esperanza: el redescubrimiento de la actua­
lidad de las instituciones pedagógicas de Don Bosco
y de la tradición salesiana; la creciente sensibilidad
y el mayor interés por los jóvenes de las clases po­
pulares, por la causa de la justicia en el mundo; un
esfuerzo más acentuado por la catequesis y la evan­
gelización.
Todo esto ha llevado, aunque no en la misma ma­
nera y por doquier:
- a la creación de centros, de organismos de
equipos, de revistas, recursos para profundi­
zar y actualizar el programa educativo y pas­
toral salesiano;
- a la sentida exigencia de una más seria y más
rigurosa programación de nuestra interven­
ción educadora; incluso por la redacción de
proyectos educativos («idearios») en torno a
los cuales se unifica la acción educativa no
sólo de los Salesianos, sino de los miembros
de la FS y de seglares empeñados con nos­
otros en la misión (padres, maestros, anima­
dores, catequistas ... );

8.8 Page 78

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84
Documentos capitulares CG21
- a nuevas, más ágiles y funcionales presencias,
especialmente en el sector de la catequesis;
- a la creación de nuevos organismos de anima­
ción, como los Departamentos de educación de
la fe, que algunas naciones han creado.
Se puede hacer notar además:
- una inserción más viva y responsable en el
contexto ambiental y cultural;
- una participación más estrecha en la pastoral
de la Iglesia local;
- una más amplia colaboración con la FS y con
el desarrollo del movimiento de los Jóvenes
Cooperadores;
- un crecimiento en sentido de la oración y de
la vida litúrgica;
- una atención más interesada a algunos secto­
res de la evangelización como los medios de
comunicación y la animación cristiana de lo
temporal;
- una aportación notable, cualificada y amplia­
mente reconocida en el sector de la animación
catequística y litúrgica.
85 Junto a un proceso evidente de crecimiento y a
elementos de renovación, los CI revelan la presen­
cia de aspectos todavía por llenar, de resistencias
al cambio pedido por el XX CGE y la persistencia
de actitudes superficiales y negativas.
En más de un caso, denuncian la ausencia de un
proyecto educativo y pastoral concreto, salido de
la reflexión de la comunidad, abierto a las cambia­
das situaciones de los tiempos, confrontado con las
líneas de nuestra tradición. Señalan descuido e ig­
norancia de los elementos fundamentales del Sis­
tema Preventivo de Don Bosco y una interpretación
del mismo no equilibrada. A veces, se constata un
bajón en la fuerza del testimonio y la ausencia de
experiencias salesianas significativas, capaces de
suscitar el interés y compromiso de los jóvenes.
En algún caso aparecen incertidumbres sobre la
finalidad precisa de nuestra acción pastoral, de tal
modo que algunos hermanos dudan o no se deciden

8.9 Page 79

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 85
frente a propuestas cristianas explícitas, aun cuan­
do respeten los ritmos y los temas de crecimiento.
Por consiguiente, no siempre resultan claras y pre­
cisas ideas y juicios respecto a puntos esenciales
del método educativo salesiano: la praxis sacra­
mental (particularmente respecto a la Penitencia),
la devoción mariana, la piedad sencilla y popular
y la catequesis sistemática e integral extendida a
todas las edades, de acuerdo con las indicaciones
de la Iglesia local.
Aparece también una pobre comprensión de los
problemas que la condición juvenil y popular plan­
tea a la experiencia cristiana, como por ejemplo:
el ancho pluralismo de modelos culturales, la di­
ficultad del lenguaje en las subculturas juveniles
y populares, las aspiraciones a la participación y
corresponsabilidad a todos los niveles, la sed de
igualdad y de justicia.
1.1.3 Las causas
No tomamos aquí en consideración las causas que 86
están ligadas a condiciones sociopolíticas que im-
piden la plena realización del proyecto educativo
pastoral salesiano: la evangelización no puede des­
arrollarse en todas partes, en amplia libertad de
formas y expresiones.
Pero incluso donde existen amplias zonas de ac­
ción, subsisten causas que limitan y falsean la ac­
ción educadora y evangelizadora. Se podrían resu­
mir así: una «mentalización» insuficiente y una
apertura insuficiente a las exigencias de la acción
pedagógica y pastoral, propuestas por la renovación;
una cierta cerrazón del horizonte cultural y de la
formación de base, que dificulta la percepción de
los cambios sociales, las solicitaciones provenientes
del mundo popular y juvenil, las indicaciones del
Magisterio. En la raíz de ciertas carencias y límites
de nuestra acción, no sería difícil descubrir la pre­
sencia de colaboradores seglares, a veces no su­
ficientemente formados e insensibles a nuestro pro­
yecto mientras los pocos salesianos presentes están

8.10 Page 80

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86
Documentos capitulares CG21
ocupados muchas veces en cargos administrativos
y de organización.
1.1.4 Cuadro de referencia
87
Para la evaluación de la realidad efectiva tene-
mos un punto de referencia de máxima categoría
en el artículo 2 de las Constituciones, que traza la
misión Salesiana: «Realizar, en la consagración re­
ligiosa, el plan apostólico del Fundador; ser, con
estilo salesiano, los signos y portadores del amor
de Dios a los jóvenes, especialmente a los más po­
bres» 12. «Es un servicio total» y «creativo» que
«abarca todas las verdaderas exigencias y reales ne­
cesidades del joven: corporales, espirituales y afec­
tivas». Es una «formación integral» que implica la
respuesta generosa a sus necesidades múltiples: «de
cultura, de vivienda, de actividades y convivencia
en el tiempo libre, de ambientes educativos llenos
de vitalidad» 13.
En la cúspide queda la «actividad evangelizadora
y catequística» que «es la dimensión fundamental
de nuestra misión. Como salesianos, todos y en toda
ocasión, somos educadores de la fe» 14. «El Salesia­
no civiliza evangelizando y evangeliza civilizando» 15,
Y en esta línea siguen siendo fundamentales los
textos del XX CGE y, sobre todo, los documentos
ya citados 3 y 4, Evangelización y Catequesis 16 y Re­
novación pastoral de la acción salesiana entre los
jóvenes 11, los cuales revelan una particular sinto­
nía con Evangelii Nuntiandi, con los Sínodos II,
III y IV de los Obispos (que, respectivamente, ha­
blaron de la justicia en el mundo, la evangelización
y promoción humana, la Catequesis en nuestro
tiempo) y el reciente documento sobre la Escuela
12 También Const. 7, 17-33, 40; Reg. 1-2; ACGE 88-89.
13 ACGE 353; más analíticamente ACGE 354, 178-182,
256-258.
14 Const. 20.
15 ACGE 134, 61.
16 ACGE 274-341.
11 ACGE 342-399.

9 Pages 81-90

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9.1 Page 81

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 87
Católica de la Congregación para la educación ca­
tólica.
En este punto, recordamos algunos objetivos, ele- 88
mentos esenciales para una acción educativa pas-
toral salesiana fiel al proyecto del Fundador y en
diálogo con las exigencias de nuestros destinata-
rios.
Será tarea de las lnspectorías y de las comuni­
dades locales el volver a tomar estos elementos e
incluirlos, con las modificaciones oportunas, en sus
planes y proyectos educativos a nivel de Oratorio,
Centro Juvenil, de Escuela, y de otras presencias
salesianas entre los jóvenes de las clases populares.
Esta breve indicación quiere también ser una in­
vitación a un esfuerzo continuo de reinterpretación
y lectura, a la luz del espíritu de Don Bosco, de la
rica documentación de la Congregación y la Igle­
sia, en la cual se hallan todos los puntos citados.
Parecería oportuno el intentar una clasificación 89
adoptando como criterio cuanto afirmaba Don Bos-
co: «Este sistema se apoya enteramente en la ra-
zón, la religión y sobre el amor» is. Más que base
para una sistematización de los contenidos, este
principio fundamental indica una triple inspiración
conjunta que compenetra y anima todos y cada uno
de los aspectos de la experiencia educativa y pas-
toral de Don Bosco.
De hecho, según la verdadera teología de encar­
nación, todo el rico patrimonio de valores humanos
y religiosos que garantizan un genuíno desarrollo
humano, religioso y cristiano de cada individuo,
debe estar impregnado de razón, de religión y de
amor.
En el plano del crecimiento personal queremos 90
ayudar de modo particular al joven a constn1ir una
humanidad sana y equilibrada, favoreciendo y pro­
moviendo:
18 Op.Sist.Prev., 1887, en Opere Edite, vol. XXVIII, p. 424.

9.2 Page 82

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88
Documentos capitulares CG21
- una gradual maduración a la libertad, a asu­
mir las propias responsabilidades personales y
sociales; a la recta percepción de los valores;
- una relación serena y positiva con las personas
y las cosas, tal, que nutra y estimule su crea­
tividad y reduzca conflictos y tensiones;
- la capacidad de colocarse en situación dinámi­
co-crítica ante los acontecimientos, con fide­
lidad a los valores de la tradición y con aper­
tura a las exigencias de la historia, capaz en­
tonces de tomar decisiones personales cohe­
rentes;
- una sabia educación sexual y al amor, que lo
ayude a comprender el dinamismo de creci­
miento, de donación y de encuentro, dentro de
un proyecto de vida;
- la búsqueda y el proyecto del propio futuro
para liberar y guiar hacia una elección voca­
cional precisa, el inmenso potencial que va es­
condido en el destino de todo joven, aún en
el menos dotado humanamente.
En el plano del crecimiento social queremos ayu­
dar a los destinatarios a que tengan un corazón y
un espíritu abiertos al mundo y a la llamada de
los demás. Para ello educamos:
- a la disponibilidad, la solidaridad, el diálogo,
la participación, la corresponsabilidad;
- a su inserción en la comunidad a través de la
vida y la experiencia del grupo;
- a la lucha por la justicia y por la construcción
de una sociedad más justa y humana.
1.1.5 Un proyecto positivamente orientado
hacia Cristo
91
Un proyecto tal, en sus contenidos, en sus me-
tas, en su estilo, puede proponerse incluso a quien
no comparta nuestra visión del mundo ni participe
en nuestra fe. Por otro lado, no son pocos los sale­
sianos que actúan en ambientes profundamente se­
cularizados o no afectados todavía por el anuncio
del Evangelio.

9.3 Page 83

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 89
También en estos casos el sistema educativo de
Don Bosco se revela genial en sus intuiciones y do-
tado de las más variadas posibilidades. Aplicado
con ductilidad, gradualidad y sincero respeto hacia
los valores humanos y religiosos presentes en las
culturas o religiones de nuestros destinatarios 19 pro-
duce frutos fecundos en el plano educativo, crea
amistad y suscita simpatía en alumnos y exalum-
nos, desencadena grandes energías de bien, y, en no
pocos casos, coloca los fundamentos de un camino
libre de conversión a la fe cristiana.
Todo ello, sin embargo, no impide que todo pro-
yecto educativo del salesiano halle su inspiración
y sus motivaciones en el Evangelio. La luz que lo
ilumina y la meta a la que últimamente conduce,
es Cristo. El hacer conocer a Dios como Padre y
hallar su voluntad en cada momento y colaborar
con Cristo Jesús por la venida del Reino 20 es el fin
último de toda acción educativa salesiana.
El proyecto salesiano mira, por tanto, a otro cre-
cimiento: el crecimiento en Cristo en la Iglesia. En
nuestro proyecto educativo, Cristo es el fundamen-
to: El muestra y promueve el nuevo sentido de la
existencia y la transforma dando al hombre posi-
bilidad de vivir de modo divino, es decir, de pensar,
de querer y actuar según el Evangelio, haciendo
de las bienaventuranzas la norma de vida 21.
En continuidad con el esfuerzo de maduración
y de promoción de los valores más específicamente
humanos, en la acción educativa y pastoral sale-
siana, se desarrolla la dirección propiamente reli-
giosa y cristina.
Las dos líneas no son de por sí sucesivas crono-
lógicamente y menos divergentes, sino que tocan
dos aspectos esenciales de la única vocación del
hombre, tal como está dibujada en el proyecto de
Dios.
19 Nostra Aetate, n. 2.
2° Cfr. Const. 21.
21 EC, nn.34-35.

9.4 Page 84

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90
Documentos capitulares CG21
92
En el plano religioso cristiano la acción salesiana
mira a la educación de una fe inteligente y operan-
te 22 al despertar de la esperanza, del optimismo (el
servir al Señor con alegría) 23 y a la vida de gracia.
Da impulso a la caridad en una experiencia integral
de vida. alimentada por una catequesis viva y por
una predicación concreta y apropiada. Enseña a
descubrir y amar a la Iglesia como signo eficaz de
comunión y de servicio a Dios y a los hermanos,
y a ver en el Papa el vínculo de la unidad y la ca-
ridad en la Iglesia. Hace vivir la experiencia de
celebraciones litúrgicas alegres y juveniles con in-
tensa participación en la Eucaristía. Promueve una
fuerte devoción a la Virgen, Auxilio de los Cristia-
nos, Madre de gracia, verdadero modelo de vida
de fe y de pureza serena y victoriosa 24. Educa y
suscita una vida de oración auténtica con particu-
lar cuidado de utilizar las formas más accesibles
y cercanas a la piedad juvenil y popular is.
Finalmente, como síntesis y coronación de ma-
duración progresiva en lo humano y lo cristiano,
está presente siempre, como objetivo, la orientación
vocacional con todas sus posibilidades de elección:
laical, religiosa, sacerdotal. Es el más precioso fru-
to de un proceso educativo y evangelizador cum-
plido (véase: la fecundidad vocacional de nuestra
acción pastoral, nn. 106-119).
Tratando del proyecto educativo salesiano es ne-
cesaria una breve reflexión sobre lo que Don Bosco
consideraba «como las columnas del edificio educa-
tivo», los sacramentos de la Reconciliación y la Eu-
caristía y la devoción mariana 26•
1.1.6 La vida sacramental y litúrgica
93
Releyendo las tres biografías de jóvenes, escritas
por Don Basca y considerando la praxis sacramen-
22 ACGE 63, 64, 307-311.
23 Cfr Exhortaci6n Apost6lica, Gaudete in Domino.
24 Const. 65; cfr Marialis Cultus.
25 EN 48.
26 STELLA, P., Don Bosco nellá storia della religiosita .. .,
p. 319.

9.5 Page 85

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 91
tal del Oratorio a la luz de la sensibilidad moderna
y de la doctrina del Vaticano II, es fácil captar la
riqueza y actualidad de algunas insistencias y as-
pectos de la pedagogía salesiana.
En la pedagogía de la Penitencia, es una carac-
terística de Don Bosco la continuidad entre el es-
tilo de acercarse al muchacho en el seno del pro-
ceso educativo y el que logra establecer en el mo-
mento sacramental. Se trata de la misma paterni·
dad, amistad y confianza que despiertan en el jo-
ven la atención a los movimientos de la gracia y
un esfuerzo por superar el pecado.
El encuentro sacramental necesita ordinariamen-
te una armonía educativa precedente 27• Don Bosco
decía, con razón, que la confesión era la «llave de
la educación», porque vinculando personalmente al
muchacho, lo invita a vencerse a sí mismo. El en-
cuentro penitencial constante, el diálogo franco y
sereno, el propósito que suscita la constancia, ofre-
cen ocasiones de excepcional valor educativo.
No pueden olvidarse las varias circunstancias que
la liturgia presenta o halladas en la devoción po-
pular o buscadas sabiamente por el educador, para
ofrecer a los jóvenes momentos y celebraciones co-
munitarias de penitencia, cuyo clima es fiesta y
gozo, como conviene al memorial de su misma sal-
vación.
Otro importante aspecto que hay que resaltar es
el valor educativo del año litúrgico. En el pensa-
miento de Don Bosco, la plena y consciente parti-
cipación en la obra salvífica, se organiza alrededor
de la celebración del año litúrgico; sus ritmos con-
dicionan la comunidad juvenil, indicándoles un ca-
mino de crecimiento espiritual y el compromiso gra-
dual que se asume para responder a la llamada de
Dios. Es un modo concreto de estructurar un pro-
yecto educativo sobre el misterio de Cristo. Y en el
centro, se encuentra siempre el encuentro con Cris-
to en la Eucaristía.
21 Bosco G., Scritti spirituali a cura di J. Aubry, p. 176,
notas 5 y 6.

9.6 Page 86

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92
Documentos capitulares CG21
Todo esto se programa a la luz de una catequesis
eficaz que ayuda a los jóvenes a ver las celebra­
ciones litúrgicas como «expresión sacramental de
la vida de los bautizados y de su historia, y, por
tanto, los educa a la continuidad entre Eucaristía
y compromiso comunitario; entre misa y liturgia
de la vida, entre "liberación del mal", invocada en
la oración, y liberación actuada en la sociedad; en­
tre el gesto litúrgico de la paz y la verdadera paz
llevada al ambiente donde se vive» 28• «Animar»,
«dar comodidad para frecuentar los sacramentos»,
«poner de relieve la belleza, la grandeza, la santi­
dad de la religión», «no obligar nunca», obrar de
manera que los jóvenes «queden prendados espon­
táneamente de los sacramentos, se acerquen a ellos
libremente con alegría y con fruto»: son expresio­
nes claras del sistema preventivo que nos manifies­
tan la sensibilidad educativa y la pedagogía sacra­
mental de Don Bosco 29,
1.1.7 Devoción a María
94
María estuvo presente de modo muy particular en
la obra evangelizadora de Don Bosco. El estuvo
siempre convencido de que esta devoción es un ele­
mento esencial en el crecimiento cristiano de sus
muchachos y jóvenes. La promovió y celebró las
fiestas marianas con solemnidad, creando en esos
días un ambiente de alegría y serenidad y, a la vez,
de una fuerte tensión espiritual. La devoción a Ma­
ría Auxiliadora está en la raíz de nuestros orígenes
y, por lo tanto, también de nuestra renovación.
El CG21, por fidelidad a Don Bosco, a la luz .del
Vaticano II y de la exhortación apostólica Marialis
Cultus, de Pablo VI, invita a todos los salesfanps
a volver a descubrir y valorizar la presencia a.e
María en su vida y en su acción educadora en· me­
dio de los jóvenes.
La Virgen ejerce, ante todo, una función de edu­
cadora: nuestras Constituciones recuerdan que «la
28 ACGE 324.
29 ACGE 326.

9.7 Page 87

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 93
Virgen María está presente, de una manera espe-
cial, en la educación de estos hijos de Dios» 3o. En
la vida de nuestros muchachos ella no es solamente
la Madre que acoge y comprende, sino también sig-
no de victoria contra el pecado y ayuda en la coti-
diana lucha. «Démosla a conocer, hagámosla admi-
rar y amar, como la que ha creído y está dispuesta
a ayudar a los cristianos en camino» 31.
El Salesiano no se contenta con nutrir hacia Ma-
ría «una devoción recia y filial» 32, sino que, a imi-
tación de Don Bosco, mira a María como inspira-
dora de su acción educativa. A partir del sueño de
los nueve años y por toda su vida, Don Bosco apren-
dió de ella los rasgos fundamentales de su sistema:
actitud de dulzura y de paciencia, de pureza serena
y luminosa, de trabajo y de templanza.
Los Salesianos, en su obra de educadores de la
fe de los jóvenes, inspirándose en las celebraciones
del año litúrgico y en la Sagrada Escritura, sabrán
descubrir a María como «como ejemplo de la ac-
titud espiritual con la que la Iglesia celebra y vive
los divinos misterios», especialmente en la celebra-
ción de la Eucaristía. En otras palabras: la Virgen
en actitud de escucha que acoge la palabra de Dios
con fe; la Virgen en oración personal y comunita-
ria; la Virgen que nos entrega a Cristo por su fe
y obediencia; la Virgen que se ofrece junto a Cris-
to... 33.
Partiendo de las instancias y exigencias de los
jóvenes, sabrán, como Don Bosco, presentar a Ma-
ría como modelo de vida cristiana, porque «se ad-
hirió total y responsablemente a la voluntad de Dios;
acogió la palabra y la puso en práctica; su acción
estuvo animada por la caridad y el espíritu de ser-
vicio; hizo de la propia vida un culto a Dios, e hizo
del culto un compromiso de vida; fue la primera
y la más perfecta discípula de Cristo» 34. Todo esto
3° Const. 21.
31 Const. 21.
32 Const. 65.
33 Marialis Cultus, 16-20.
34 Marialis Cultus, 35, 21.

9.8 Page 88

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94
Documentos capitulares CG21
preséntese también en vista de una madura con­
ciencia eclesial que María desarrolló en el pueblo
de Dios 35,
1.1.8 El empeño prioritario por la Catequesis
95 Ninguna sólida práctica sacramental o devoción
pueden suplir en la Iglesia la falta de procesos de
conversión e itinerarios de crecimiento en la fe. Hay
una ligazón irrompible entre evangelización y sa­
cramentos: la evangelización, como catequesis que
es, prepara al sacramento y como predicación li­
túrgica, acompaña su celebración 36,
El primado de la evangelización y en particular
de la catequesis, ha sido solemnemente reiterado
por los documentos oficiales de la Iglesia tras el
Vaticano 11, ya sea a nivel de Iglesia universal37, ya
a niveles locales 38 y también por el XX CGE 39,
Por ello y coherentes con las afirmaciones del
Sínodo de Obispos de 1977, los Salesianos intensi­
ficarán, en todas sus actividades, su esfuerzo cate­
quístico «hasta atribuirle la prioridad de su acción
pastoral... aceptando el dedicar todas sus fuerzas
a la misma actividad catequística junto con la de
la evangelización» 40,
Naturalmente, la catequesis presupone un anun­
cio-testimonio del evento salvífica de Dios en Cris­
to y aquella primera opción global de fe que cons­
tituye el proceso de conversión. Y en este contexto,
los Salesianos, mediante la catequesis, no sólo oca­
sional sino orgánica y sistemática, quieren orientar
a las comunidades educativas y pastorales al más
profundo conocimiento y a la experiencia integral
del mensaje de salvación. Este será presentado
como un anuncio jubiloso al hombre de hoy, luz
35 LG 52-69.
36 EN 44, 47.
ª7 Cfr, por ej., Direttorio catechistico generale, 1971.
38 Cfr Direttori nazionali.
39 ACGE 274-341.
40 Sin. 77, conclusión.

9.9 Page 89

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 95
para su vida, solución a sus problemas mediante
los múltiples recursos de la sabiduría cristiana.
En esta actividad, los Salesianos, siguiendo las
huellas de Don Bosco, siempre atento a «las nece-
sidades de los tiempos», tendrán bien en cuenta
las situaciones de ambientes poco o nada evange-
lizados, aunque a veces iniciados ya en la vida sa-
cramental, dando a la catequesis la dimensión mi-
sionera que se remonta a los principios y funda-
mentos de toda conversión verdadera. Por otra
parte, cuidarán todas aquellas formas que llevan
gradualmente a la promoción de una plena madu-
rez cristiana, asumiendo compromisos cada vez más
vastos en la comunidad civil y eclesial.
1.2 El estilo y el espíritu del proyecto educativo
y pastoral salesiano
El problema
Como Don Bosco, el Salesiano ve su m1s10n edu- 96
cadora y evangelizadora no sólo en medio y para
los jóvenes y el pueblo, sino con ellos y por medio
de ellos.
«Esta presencia atenta y amorosa nos abre al
conocimiento del mundo juvenil y popular y a la
solidaridad con él, en todos los aspectos legítimos
de su dinamismo» 41, Es, pues, natural que las exi-
gencias más profundas de la evangelización y de
la promoción humana empapen todo el «sistema
preventivo» no sólo en sus contenidos, sino tam-
bién en el estilo de ponerlo en práctica. El sistema
debe entenderse en sentido amplio y comprensivo
y no sólo en perspectivas de técnica pedagógica. De
hecho, en la mente de Don Bosco y en la tradición
salesiana, el «Sistema Preventivo» tiende a identi-
ficarse cada vez más con el «espíritu salesiano»:
es pedagogía a la vez que pastoral y espiritualidad
que asocia a educadores (como individuos y como
41 Const. 16.

9.10 Page 90

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96
Documentos capitulares CG21
comunidad) y destinatarios en una única experien­
cia dinámica, en contenidos y métodos, con acti­
tudes y comportamientos de características neta­
mente peculiares 42.
1.2.1 La comprobación
97 El CG21 somete también a examen este estilo y
su íntima unión con la misión educadora salesiana.
Este estilo es condición de autenticidad evangeliza­
dora y de real conformidad con Don Bosco. Perder
este estilo significa perder un rasgo fundamental
de nuestra identidad salesiana: «El Sistema Pre­
ventivo sea cosa nuestra», «Valga esto para el tra­
to de los Salesianos entre sí, entre los alumnos
y los demás, ya internos o externos» 43.
La Relación del Rector Mayor (RRM) y las pro­
puestas de varios CI invitan a hacer una medita­
ción responsable 44.
De la evaluación surgen signos positivos dignos
de mención.
Se nota un cierto despertar de todos los Sale­
sianos sobre el Sistema Preventivo y de experien­
cias que a él se refieren directamente.
En la variada y a veces confusa sucesión de nue­
vas ideologías y prácticas educativas, se nota, den­
tro y fuera de la Familia Salesiana, una notable
demanda de pedagogía salesiana que halla su fe.
cunda aplicación incluso en el ámbito de la familia,
de la escuela pública, de los movimientos juveniles
y de las varias instituciones formadoras y pastorales
de la Iglesia.
El interés de los Salesianos por el Sistema Pre­
ventivo no se ha traducido solamente en un au­
mento de encuentros, reuniones, «charlas» de gran
utilidad ideal y práctica 45, sino también en el brote
42 Cfr Carta de Don Bosco a Mons. J. Cagliero, 6 ag. 1886;
y a D. S. Costamagna, 10 ag. 1886, Epist. IV, 327-329 y
332-336.
13
Cfr Cartas citadas, Epist. IV, 332 y 328.
_,_, Sch. Prec. 253-258; RRM 183-185, 196.
46 RRM 185.

10 Pages 91-100

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10.1 Page 91

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 97
de nuevos movimientos juveniles y en una reno-
vada y más incisiva presencia en la promoción edu-
cativa del tiempo libre, de la educación, de la di-
dáctica, de la catequesis, de la pastoral, con ini-
ciativas organizadoras y de animación a nivel
nacional e internacional.
Y, sin embargo, se denuncia también el ensombre- 98
cimiento cuando no la pérdida (al menos en ciertas
zonas) de experiencias típicas del Sistema Preven-
tivo: la animadora presencia-asistencia, la conviven-
cia con los jóvenes, el clima y estilo de familia. Se
está menos en medio de los jóvenes y la gente
sencilla, se vive menos para ellos. Parece que se
entiende menos el sentido profundo de la asisten-
cia salesiana activa, y ello también por un mal
entendido sentido de autonomía del joven y de no-
. dirigismo; se crea menos espíritu de familia, preci-
samente ahora que los movimientos y grupos ju-
veniles privilegian las relaciones primarias e inter-
personales; se promueven menos las iniciativas que
crean el ambiente característico salesiano de edu-
cación. Y, así, en varios ambientes se vacían o se
descuidan totalmente actividades creídas, errónea-
mente, extrañas al compromiso propiamente edu-
cativo y evangelizador: el teatro, el canto, la mú-
sica, los juegos, etc... Añádase: una amplia igno-
rancia del significado histórico y científico del sis-
tema; falta de adaptación a la variedad de situa-
ciones; falta de renovación y contacto con las apor-
taciones más aceptados de las modernas ciencias
del hombre; una adhesión ciega a métodos educa-
tivos y pastorales no compatibles con los fines y
características del servicio apostólico salesiano 46.
1.2.2 Las causas
A veces pueden venir de lejos, como, por ejem- 99
plo, experiencias unilaterales y mecánicas del Sis-
tema Preventivo que lo han identificado con algo
46 RRM 184.

10.2 Page 92

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98
Documentos capitulares CG21
negativo-protector, han confundido asistencia edu­
cadora con vigilancia disciplinar, paternidad con
paternalismo, libertad con permisividad, etc.
Otra explicación podría ser la escasa disponibili­
dad de documentación y literatura específica en la
lengua del educador. Y yendo más a la raíz, tal vez
hallemos la mengua de la identidad y vitalidad re­
ligiosa salesiana, que no podía sino arrastrar tam­
bién al Sistema Preventivo, si es verdad que en é]
Don Bosco «ha condensado para sus hijos toda la
espiritualidad de la acción apostólica» 47.
1.2.3 Cuadro de referencia
100 Los artículos 25 y 40 de las Constituciones nos
ofrecen un precioso punto de referencia 48, eco de
orientaciones capitulares estimulantes 49. Pero para
una más precisa evaluación de la situación y de la
posibilidad de una amplia recuperación operativa,
parece útil una somera recapitulación de los ele­
mentos que «cualifican» el Sistema.
En todos los protagonistas de la actividad educa­
tiva y pastoral se requiere una actitud de búsqueda,
encuentro, presencia, comprensión, diálogo so; el es­
fuerzo de una educación permanente en los adul­
tos, y la cordial disponibilidad al desarrollo en los
jóvenes.
101 En los educadores, además, como individuos y
como comunidad, tienen una importancia funda­
mental algunas disposiciones y actitudes:
- la atención a los jóvenes reales, a sus verda­
deras necesidades, a los intereses actuales y
las tareas que les aguardan en la vida; sim­
patía hacia su mundo y capacidad de acogida
y de diálogo;
- la estima y justa consideración de los valores
47 RRM 183.
48 Cfr Const. 16 y Res. 3.
49 ACGE 349, 188 y 88-105; sobre todo 360-365.
w ACGE 360-365.

10.3 Page 93

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 99
aportados por los jóvenes y atención a los di-
namismos de su crecimiento;
- la racionalidad de normas y reglas, la creati-
vidad y la flexibilidad de las propuestas s1;
- el esfuerzo por solicitar la adhesión a ciertos
valores, no por forzada imposición, sino me-
diante la persuasión y el amor;
- la convicción, humana y cristianamente anima-
dora, de que «en todo joven, aun el más des-
graciado, hay algún punto accesible al bien;
el deber primario del educador es encontrar
este punto, esta cuerda sensible y sacarle pro-
vecho» 52;
- la franqueza de una propuesta cristiana inte-
gral, proporcionada, naturalmente, a la diver-
sidad de edad, de nivel cultural y espiritual,
de capacidad de escucha y aceptación.
El Sistema Preventivo requiere además un inten- 102
so y claro ambiente de participación y de relaciones
sinceramente amigables y fraternas; el espíritu de
familia, de sencillez y de sinceridad; un clima de
optimismo y de gozo «reflejo de la gracia de Dios
y de la serenidad interior» 53; un mundo comunita-
rio de crecimiento humano y cristiano, vivificado
por la presencia amorosa y solidaria, animadora y
activa de los educadores (la «asistencia») 54; una sa-
bia pedagogía del tiempo libre. Favorece, por ello,
I
todas las formas constructivas de actividad y vida
asociativa (en el pensamiento de Don :8osco las
Compañías debían ser «obra de los muchachos») y
ello incluso como una concreta iniciación al com-
promiso comunitario, civil y eclesiástico ss.
Exige también el compromiso apostólico de los
jóvenes que se hacen evangelizadores de sus mis-
mos compañeros y amigos. Esta faceta entra aquí
51 ACGE 362.
52 MB 5,367.
53 Pablo VI al CG21 ACG21 474.
li4 ACGE 57, 363, 188; Const. 16.
55 Const. 46; ACGE 94, 321, 368.

10.4 Page 94

▲back to top
•j
100
Documentos capitulares CG21
con plena espontaneidad y lógica y constituye una
feliz intuición de Don Bosco, gran suscitador de
muchachos-apóstoles, y genial inventor de las Com­
pañías religiosas. En la vida asociativa, los mucha­
chos encuentran al mismo tiempo sitio para el pro­
tagonismo, estímulo a la inventiva y creatividad,
terreno de auténtica acción misionera.
Finalmente, el Sistema deberá ser realmente
«preventivo»: de hecho se mira a educar al joven
del futuro, prevenir y profundizar y anticipar los
tiempos, mediante un ejercicio gradual y madura­
dor de la libertad. En la medida de lo posible, se
pretende estar «presentes» con los jóvenes, incluso
tras el primer período de formación 56. A este fin,
los educadores «como padres amorosos hablan, sir­
viendo de guías en todo acontecimiento, dan con­
sejos y corrigen amorosamente» s1 favoreciendo la
colaboración de los mismos jóvenes, de sus fami­
lias y de todas las fuerzas constructivas disponi­
bles ss.
Estas notas características de nuestro patrimonio
pedagógico-pastoral, dosificadas con sabiduría y
oportunamente integradas con el anuncio explícito,
constituyen un momento indispensable y sumamen­
te fecundo en el proceso de acercamiento de los jó­
venes y del pueblo a los caminos de la fe.
En este clima la adhesión y la comunicación de
la fe se efectúa no sólo a través de la palabra y la
enseñanza, sino también a través del ambiente, los
gestos, las actitudes y los momentos todos de la
existencia. No sólo es educador y catequista el Sa­
lesiano que enseña y da catecismo, sino incluso el
hermano que comparte su vida con los muchachos,
ya sea en momentos de distensión y recreo, ya sea
en los de oración y celebración litúrgica.
El Salesiano evangeliza más por lo que hace que
por lo que dice. Da testimonio ya con su apertura
y disponibilidad a Dios, ya con el ejemplo de una
56 Op. Sist. Prev. en Opere edite, vol. XXVIII, p. 428.
5! Ibídem, p. 424.
118 ACGE 321, 361-367.

10.5 Page 95

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 101
personalidad sana, equilibrada y madura 59, Fiel
también en esto al estilo de Don Bosco en quien
las cualidades humanas y los dones naturales y el
esfuerzo de su voluntad se fundieron armónicamen­
te con los dones de la gracia y los extraordinarios
carismas de una especial vocación.
1.2.4 Líneas de renovación
Un renacimiento general e inc1s1vo del estilo pas- 103
toral y educativo de Don Bosco va ligado a un am-
plio empeño en dos líneas: práctico-vital y teórico­
reflexivo.
Todo Salesiano, ya sea maestro o animador de
grupos juveniles, consciente de la necesidad de su
presencia en el grupo con fines educativos, acep­
tará los sacrificios inherentes al compromiso de la
asistencia salesianamente activa.
Esto significa:
- cuidar el contacto personal, periódico, con
cada uno de los jóvenes, para despertar en
ellos la necesidad y la búsqueda de valores;
- suscitar la cooperación comunitaria de los jó­
venes ¡:sara los momentos más íntimamente
religiosos de sus encuentros, de modo análogo
a como se hace para organizar las actividades
específicas del grupo (actividades didácticas,
deportivas, sociales, etc.);
- poner el máximo esfuerzo en que nazcan den­
tro del grupo expresiones de fe vivida: mo­
mentos de oración, lecturas y cotejo con la
palabra de Dios, preparación para las celebra­
ciones litúrgicas y sacramentales ...
En la práctica educativa y pastoral todos los Sa­
lesianos se esforzarán, con atenta sensibilidad inno­
vadora, en reactivar urgentemente estos elementos
del Sistema Preventivo que parecen haber su­
frido un decaimiento más sensible: la presencia­
asistencia, el clima de familia, la educación en la
69 EN 30ss.

10.6 Page 96

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102
Documentos capitulares CG21
fe y el sentido de la oración, el significado de la
vida sacramental, la devoción a María y el amor
y fidelidad a la Iglesia y al Papa.
En cada una de nuestras casas, basándose en el
principio de la comunidad educativa, promuévan­
se iniciativas capaces de suscitar y potenciar la co­
laboración responsable de los educadores, de los
maestros, de los padres, de los jóvenes, del personal
técnico y administrativo: consejo de la comunidad
educativa y pastoral, conferencias, encuentros... 60.
104 De aquí, la necesidad de que toda comunidad pre-
pare y ponga al día cada año una programación
educativa y pastoral, claramente evangelizadora y
atenta a las exigencias concretas que se detectan
en el ambiente social. Tal programación se hace
juntamente con los muchachos, los otros destina­
tarios y los componentes de la Familia Salesiana.
En la programación debe explicitarse claramente
el proyecto anual, las metas a conseguir, los pun­
tos centrales en torno a los cuales hay que dis­
poner los objetivos intermedios y sus contenidos;
debe también aparecer una distribución concreta de
responsabilidades y deberes entre Salesianos y co­
laboradores seglares. De este modo se evitarán in­
dividualismos e improvisaciones, y se facilitará la
animación de la entera comunidad y la disponibi­
lidad de todos los ambientes para la obra de evan­
gelización.
En tales proyectos y al lado de los contenidos
esenciales, ya indicados sumariamente en el cua­
dro de referencia 61, no deberán faltar algunas di­
mensiones señaladas por muchos Capítulos Inspec­
toriales ( CI) como particularmente pedidas por «las
necesidades de los tiempos»: la formación para la
inserción dinámica de los jóvenes en una sociedad
pluralista; la educación para trabajar por la jus­
ticia y la paz 62; la formación a la responsabilidad
60 Vide Assamblea de los Hermanos en Reg. 168 y en
ACGE 710.
61 Vide, nn. 77-84.
62 Const. 19.

10.7 Page 97

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 103
cívica, social y política; la iniciación a un compro-
miso progresivo de servicio concreto 63; la informa-
ción con una adecuada capacitación para la valo-
ración crítica constructiva de las más conocidas
ideologías contemporáneas.
1.3 ORIENTACIONES OPERATIVAS
a) Cada Inspectoría (o grupo de Inspectorías) 105
elaborará un proyecto educativo adaptado a la rea-
lidad local como base de programación y de con-
trol para sus varias obras, en la línea de las op-
ciones de fondo hechas por la Congregación: Ora-
torios, Centros Juveniles, Escuelas, Internados, Con-
victorios, Residencias, Parroquias, Misiones, etc.
Para favorecer la unidad en la descentralización,
el Dicasterio de la Pastoral Juvenil, a la luz de la
experiencia y de la reflexión salesiana, indique las
líneas fundamentales de este proyecto (objetivos,
contenidos, método, características ... ), teniendo en
cuenta las diversas situaciones geográficas y cultu-
rales.
b) El Inspector, las Conferencias Inspectoria-
les y el Regional promuevan reuniones, días o se-
manas de estudio, debates, intercambios de ex-
periencias educativas y pastorales, eventualmente
abiertas también a educadores y maestros que no
sean de la Familia Salesiana, a fin de favorecer el
conocimiento profundo y reactualizado del Sistema
educativo de Don Bosco, teniendo sabiamente en
cuenta la condición juvenil y popular del propio
ambiente y las aportaciones válidas de las ciencias
pedagógicas y antropológicas de hoy.
e) En el espíritu del «Prefectae caritatis» (n. 2)
y en la convicción de que es sumamente importan-
te que la Congregación, extendida por todo el mun-
do, vuelva a encontrar constantemente su unidad
y autenticidad en el espíritu del Fundador y en
63 ACGE 68; cfr 54, 61.

10.8 Page 98

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106
Documentos capitulares CG21
Palpamos sí, dolorosamente, con la mano la esca­
sez de nuevas promociones; tal, que a veces se po­
dría temer por el futuro de nuestra misión; con
todo, la luz proveniente de la reflexión de toda la
Iglesia 4 nos ayuda a ver esta escasez y crisis nu­
mérica como uno de los signos a través de los
cuales el Señor nos hace tomar conciencia de lo
esencial. En efecto, solamente la Iglesia ministerial
entera, movilizada en cada uno de sus miembros
según el don y la vocación que el Espíritu confiere
a cada uno, es capaz de un compromiso serio de
evangelización.
Es, por tanto, un problema vital para la Iglesia
el de la vocación personal de cada cristiano;
es el problema de la educación en la fe y de la
disponibilidad total a Jesucristo. El Señor llama
tanto hoy como ayer, y quien tiene un corazón
abierto comprenderá si El lo llama a participar de
un modo más directo en su misión.
No se trata, pues, principalmente de un problema
de escasez numérica, sino de un problema de fon­
do de la evangelización misma que es perenne, re­
suélvase como se resuelva el futuro de la situación
numérica de las vocaciones religiosas y sacerdo
tales.
2.2 La situación
108 Para una recta interpretación de la situación ac-
tual de la Congregación, es preciso hacer notar que,
si damos una ojeada a los últimos cincuenta años,
no ha habido nunca tantos estudios, reflexiones,
encuentros sobre la pastoral vocacional como en es­
tos últimos años.
Debemos también reconocer que ha crecido la
sensibilidad y el empeño respecto del tema.
No debemos, por eso, mirar la situación actual
de escasez unilateralmente y con demasiado pesi-
' Cfr RFIS; SDV; Ministeria quaedam.

10.9 Page 99

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 107
mismo, para no atribuir a falta de principios teó­
ricos o a mala voluntad situaciones que tienen como
causa otros factores. Según aparece en la Relación
del Rector Mayor sobre el estado general de la
Congregación s y en las reflexiones de los CI, la
Pastoral vocacional ha avanzado: hay una mayor
claridad de ideas, una más atenta sensibilidad para
el· problema y un mayor empeño en las Inspecto­
rías (aunque no por parte de todos los hermanos)..
Es una constatación de casi todos los Capítulos Ins­
pectoriales.
Quedan, sin embargo, algunos puntos débiles que
hacen que nuestra acción en este actual momento
histórico sea todavía insuficiente:
- algunas señales de desorientación en nuestra
identidad salesiana y de evangelizadores de los
jóvenes;
- un testimonio de vida poco evangélica o poco
comprensible;
- falta de claridad, frente a los muchachos, so­
bre puntos que se refieren a nuestra misión
(destinatarios, proyecto educativo salesiano..
tipo de obras, etc.);
- pastoral inadecuada que muchas veces nos
hace incapaces de llegar hasta los Jovenes en
su individualidad (carencia de verdadera peda­
gogía y pastoral vocacional, falta de asimila­
ción de los principios inspiradores, insuficien­
te organización inspectorial, etc.);
- absentismo, cansancio, desanimación, desilu­
sión de muchos hermanos que, tal vez, enfocan
exclusivamente esta situación de tejas abajo.
Añádese a esto la situación de los jóvenes de hoy.
Inmersos en una cultura en estado de transición,,
desorientados e instrumentalizados por muchos la­
dos, frente a una Iglesia muchos de cuyos aspectos
no pueden entender, nos piden un mayor y más
actual compromiso para responder a su necesidad
de orientación, de verdad, de Cristo.
5 Cfr RRM 205ss.

10.10 Page 100

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108
Documentos capitulares CG21
2.3 El cuadro de referencia
109 Partiendo del Concilio Vaticano II 6 y de los pos-
teriores documentos de la Iglesia 1, el XX CGE ha
dejado en sus documentos y en las Constituciones
un cuadro de principios y de orientaciones, dentro
del cual la Congregación puede hallar una renovada
línea de pastoral vocacional s.
Posteriormente el Rector Mayor en una carta 9 ha
animado a la Congregación a trabajar con más
ahínco en la línea trazada por el XX CGE. En esta
misma dirección el Dicasterio de la Pastoral Juve­
nil con su «Guía educativa de las vocaciones» ha
aportado un elemento de ayuda a la reflexión de las
Inspectorías.
El CG21 quiere ahora ofrecer a los hermanos una
dirección de renovación de este tan importante as­
pecto de nuestra misión juvenil, indicando las me­
tas que cree fundamentales como puntos-clave para
afrontar la situación actual, dando a la vez algunas
directrices para conseguirlas.
110 Las metas fundamentales son:
Comprometer a la Congregación, las Inspectorías
y las comunidades locales y cada Salesiano a des­
arrollar su misión evangelizadora, esforzándose en
hacer emerger la llamada personal que Dios dirige
a todo joven; a convertirse en mediadores de un
mensaje evangélico que llegue personalmente a todo
hombre 10 y le ayude a «desarrollar su vocación me­
diante una vida diaria progresivamente inspirada y
unificada en el Evangelio» 11•
Revitalizar en concreto (en las actitudes e inicia­
tivas de acción) uno de los componentes de nuestra
vocación salesiana: el servicio activo prestado a la
6 Cfr especialmente OT 2: PO 6. 11; PC 4.
r Cfr SDV, RC, FFIS.
8 Cfr ACGE 50. 99. 250. 374. 382. 397. 576. 661-665;
692; Const. 12. 22. 107; Reg. 72. 73.
9 Cfr ACS, n. 273.
1° Cfr EN 18.
11 Const. 22; cfr ACGE 374; EN 24. 72.

11 Pages 101-110

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11.1 Page 101

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 109
Iglesia, cultivando la vocación de aquellos jóvenes
que el Señor llama a la vida sacerdotal o religiosa,
a los diversos ministerios eclesiales o al compromi­
so de dirigentes seglares 12.
Como expresión que somos, como comunidad y
como individuos, de un don que Dios ha hecho a
su Iglesia, hemos de tomar conciencia de la res­
ponsabilidad de mantener vivo en ella el carisma
salesiano en sus múltiples formas, colaborando ac­
tivamente con el Espíritu Santo en suscitar voca­
ciones salesianas, ya sean consagradas, ya sean se­
glares 13•
2.4 Las líneas de la renovación
En base a una metodología concreta para con- 111
seguir las metas señaladas, el CG21 piensa que hay
que indicar algunas directrices para nuestra acción
de promoción vocacional:
l. Partir de los destinatarios de nuestra pastoral
vocacional.
2. Precisar las opciones pastorales fundamentales.
3. Tender a una animación vocacional bien or­
ganizada.
2.4.1 Partir de los destinatarios de nuestra pastoral
vacacional
Todos los jóvenes que de cualquier modo pone el
Señor en nuestro camino, tienen derecho a nuestra
ayuda para orientarse a construir su personalidad
y su vida «según el Evangelio».
En todas las edades les debemos ayudar a orien­
tarse en el descubrimiento y desarrollo de su vo­
cación: en la niñez, en la preadolescencia, en la ado­
lescencia, en la juventud y después de ella, pues
12 Cfr Const. 12; MB XII, 87; ACGE 50. 374. 397; Const.
(1966) 6.
18 Cfr Const. 107; ACGE 169.

11.2 Page 102

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110
Documentos capitulares CG21
cada una de estas etapas de la vida tiene su finali­
dad de crecimiento y pide decisiones proporciona­
das que todo joven debe aprender a tomar respon­
sablemente.
Como pide nuestra vocación salesiana 14, debemos
dedicarnos con seriedad, por medio de adecuadas
actividades y estructuras, a acompañar, en su des­
arrollo vocacional, a los jóvenes que presentan se­
ñales de una llamada de Dios a la vida consagrada
(sea sacerdotal o religiosa) y al compromiso cris­
tiano laical.
Siguiendo las actuales orientaciones de la Iglesia,
es necesario ponerse en la línea de promoción de
vocaciones a los varios ministerios laicales 1s.
Tendremos particular interés por las vocaciones a
nuestra Congregación y a toda la Familia Salesiana
(HMA, VDB, ce, etc...).
Hoy es necesario recalcar de un modo especial
nuestro celo por las vocaciones de Coadjutores. Es
éste un esfuerzo que nos ayudará a comprender y
expresar mejor el verdadero sentido de la vocación
religiosa salesiana 16.
Las vocaciones misioneras tienen un sitio privile­
giado en la pastoral vocacional salesiana.
2.4.2 Precisar las opciones pastorales fundamentales
112 a) Basar nuestra acción evangelizadora-vocacio-
nal en una profunda oración-conversión 11 que per­
mita activar los muchos resortes espirituales que
toda comunidad posee como don del Espíritu. Esto
no debe ser cosa ocasional, sino la actitud habitual
de una comunidad eclesial que vive en la búsqueda
de la voluntad de Dios y se purifica continuamente
para ser fiel a su llamada, viviendo ella misma las
palabras del Señor: «Rezad al Amo... para que en­
víe operarios a su mies» 1s.
14 Cfr Const. 22; ACGE 50.
u Cfr EN 73.
18 Cfr ACGE 692 SS.
11 Cfr ACGE 540; ACS, n. 273, pp. 32-39.
18 Le 10,2; cfr OT 2; SDV 12; RFIS 8. 9 a.

11.3 Page 103

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 111
b) Afrontar el problema a partir de la vida del
Salesiano, de la vida de la comunidad y de la cali­
dad evangelizadora de su testimonio. La autentici·
dad de nuestro ser cristianos y salesianos es funda·
mental, como también lo es una imagen de la Con­
gregación que presente una identidad salesiana «cla­
ra» (en sus motivaciones evangélicas, en sus desti­
natarios y en su proyecto educativo), que esté de
verdad en sintonía con los jóvenes y que se exprese
en una gozosa donación 19. El testimonio y la acción
de cada hermano será siempre el estímulo más fuer­
te y el medio más eficaz para ayudar a los jóvenes
a dar una generosa respuesta a Cristo.
c) Conocer y respetar la naturaleza espiritual de
la vocación. La obra de ayuda ofrecida a preadoles­
centes, adolescentes, jóvenes y adultos, en la cons­
trucción de su indentidad cristiana, debe ser extre­
mamente respetuosa del componente espiritual de
la vocación (que ante todo debemos conocer por
experiencia personal). Es la llamada de Dios, es la
acción del Espíritu Santo que se revela a lo largo
de todo el arco vital dentro de las situaciones in­
dividuales de la historia personal y social 2º.
d) Esforzarse a fin de que en todas nuestras ac- 113
tividades pastorales, especialmente las juveniles, esté
presente de modo «explícito» y «sistemático» la
orientación vocacional como una dimensión esencial
de toda nuestra pastoral. No quede todo esto a ni-
vel de principios intencionales, sino que de hecho
sea la base para repensar un planteamiento, progra­
mación y metodología educativa de nuestras escue-
las, movimientos y grupos... ; sea un punto de vista
privilegiado en la catequesis y la dirección espiri­
tuaJ 21. Este es un punto basilar al cual debemos
dar todo el debido relieve para una verdadera reno­
vación de la Pastoral Vocacional.
1º Cfr PC 24.
20 Cfr PO 11; Sedes Sapientiae II-III; RF1S 5-6.
21 Cfr ACGE 374. 382. 419 e-f.

11.4 Page 104

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112
Documentos capitulares CG21
e) Tener la valentía de ofrecer a los· jóvenes in-
cluso las vocaciones más comprometidas. El respeto
del plan de Dios sobre cada persona pide que, ade-
más de conducir a cada hombre a un entendimiento
de sí mismo y de la realidad comunitaria humana
y eclesial a la luz de la fe, se tenga la valentía de
una total honradez y visión en ayudarle a adoptar
una actitud de disponibilidad frente a todas las vo-
caciones en la Iglesia: compromiso laical en las rea-
lidades humanas, servicio de los varios ministerios
laicos en la Iglesia, servicio diaconal, vida consa-
grada diaconal, vida consagrada, sacerdocio minis-
terial 22.
Un joven cristiano no puede prescindir de con-
siderar también la hipótesis de la vida consagrada
y del sacerdocio. El hecho de no proponerle el exa-
men de esta posibilidad no respeta, sino que limita,
su libertad. Don Bosco tenía una particular habili-
dad para plantear las grandes necesidades de la
Iglesia y de la juventud, entusiasmar con el ideal
misionero y dirigir personalmente a los jóvenes lla-
mados, como hizo Cristo con sus Apóstoles, la in-
vitación a seguirlo.
f) Obrar en una perspectiva eclesial abierta. Cada
vocación está ordenada a la misión de Cristo y de
la Iglesia: construir, a través de la comunidad ecle-
sial y en el mundo de los hombres, el Reino de Dios.
Trabajamos, como cristianos y como salesianos, para
la Iglesia, sin particularismos ni estrecheces; mira-
mos al bien general de la Iglesia. En el plan de las
vocaciones esto responde a un preciso compromiso
muy nuestro 23.
La perspectiva eclesial nos recuerda también otra
importante orientación pastoral: «el deber de fo-
rnentar las vocaciones afecta a toda la comunidad
cristiana» 24_ Trabajamos en medio de comunidades
cristianas en las cuales el Señor suscita vocaciones
para las diversas tareas necesarias para la construc-
22 Cfr RFIS 7.
23 Cfr Cost. 12; cfr RFIS 7.
2~ OT 2; RFIS 8.

11.5 Page 105

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 113
ción de la misma comunidad. Debemos ser, en estas
comunidades, «animadores» y suscitadores de la sen­
sibilidad hacia este problema. Parroquias, familias,
comunidades educativas, grupos y movimientos de­
ben convertirse en el «humus» en que maduran esas
vocaciones. De modo especial, debemos animar este
aspecto particular entre los miembros de la Familia
Salesiana, comprometiéndoles de veras en este apos­
tolado.
2.4.3 Tender a una animación vocacional
bien organizada
En las Inspectorías y en las comunidades locales 114
se hará de modo sistemático una acción de sensi­
bilización y de preparación, de los hermanos prime-
ro, y después de todos los componentes de la Fa-
milia Salesiana y de la comunidad educativa, para
la orientación cristiana del joven, para que esta
acción parta verdaderamente de la comunidad.
Esto exige, a nivel inspectorial y local, una seria
programación (con su correspondiente revisión) de
la acción pastoral vocacional, en estrecha unión con
la programación general, para hacer posible que
toda nuestra actividad sea de veras una acción orien­
tadora.
Es necesaria en toda Inspectoría la presencia de
algún responsable de la animación vocacional. Pue­
de ser una persona o un equipo que por su testi­
monio salesiano, su preparación y prestigio entre
los hermanos estén en disposición de ser «anima­
dores» de las comunidades inspectoriales y de las
locales. Más que personas con una delegación para
«hacer» deben ser estimuladores e informadores de
las comunidades, al mismo tiempo que mantienen
la unión con los organismos eclesiásticos. En e]
equipo, si lo hubiere, figuren miembros de toda la
Familia Salesiana (Salesianos sacerdotes y coadju­
tores, HMA, VDB, Cooperadores).
Una función importante del equipo animador es
la de ayudar a la comunidad inspectorial a ponerse

11.6 Page 106

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114
Documentos capitulares CG21
y mantenerse en una actitud de oración y disponi·
bilidad.
A nivel local el primer responsable de la anima­
ción vocacional es el director, precisamente por su
función de guía de la comunidad; promueva, en cli­
ma de fe y de oración, un escrutinio vocacional pe­
riódico.
Haya además uno o más hermanos que manten­
gan presente en la programación y en la acción la
dimensión orientativa cristiana.
115 a) Algunas «constantes» o elementos que debe-
mos tener presentes en cualquier momento o lugar
de trabajo:
- El clima de familia, de libertad, de acogida, de
alegría y de fe, característicos de la pedagogía de
Don Bosco, encamados ejemplarmente en la comu­
nidad salesiana acogedora y abierta ante todo a los
jóvenes (cfr Proyecto educativo y pastoral sale­
siano).
- El contacto personal, ante todo como dirección
espiritual esmerada y, al mismo tiempo a nivel ge­
neral de convivencia 25• «No hay vocación que llegue
a madurar si no hay un sacerdote que la ayude»
(Pablo VI) 26.
- La animación de grupos, el cuidado de asocia­
ciones y movimientos juveniles salesianos, como lu­
gares indispensables de una experiencia comunita­
ria y de una búsqueda vocacional 21.
- La formación espiritual, puesta en el centro
de todo el desarrollo de la persona, con un cuidado
particular por la formación a la oración personal,
a la participación litúrgica y sacramental, a la de­
voción mariana.
- La experiencia vivida en clave cristiano-apos­
tólica de la responsabilidad eclesial (catequesis, ani­
madores); el conocimiento e interés por los proble-
25 Cfr Cost. 12.
26 Del discurso de Pablo VI al Congreso Mundial para las
Vocaciones.
27 Cfr ACGE 692.

11.7 Page 107

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 115
mas y necesidades de la Iglesia y del mundo, sobre
todo el mundo juvenil 28.
- La posibilidad de un conocimiento experimen­
tal del carisma de la acción salesiana: a nivel de
vida, en todos los momentos del desarrollo; a un
nivel más reflexivo y sistemático, en los momen­
tos más adelantados de la evolución vocacional. Pre­
párense «subsidios» formativos a este fin, presen­
tando la vida de Don Bosco, las biografías de jóvenes
que él escribió, vidas de misioneros y salesianos
eminentes, etc...
b) Algunos «momentos» de «concentración» es- 116
piritual, necesarios para mantener vivo el «sentido
vocacional» en el desarrollo de la persona.
Nuestra acción de «acompañamiento» debe ser
constante, pero diversificada y a ritmo con la ex­
periencia interior del desarrollo vocacional del jo­
ven. Este pasa de una fase inicial de disponibilidad
y de pre-búsqueda a otra en que, descartadas varias
hipótesis de proyecto vital, se concentra en una de
ellas y trata de verificarla.
En este «continuum» son indispensables para una
reflexión seria algunos momentos de intensidad par­
ticular:
- Ejercicios espirituales, programados para la
búsqueda de la voluntad de Dios en la propia vida.
- Encuentros de oración y reflexión, sobre todo
para una iniciación en la liturgia y en la meditación.
- Reuniones «proyecto de vida» como ayuda es­
pecífica para la verificación de las distintas hipó­
tesis de vocación cristiana.
- Campos de orientación (de búsqueda, de pro­
puesta, ec.) bajo diversas formas.
- Momentos de contacto con la comunidad sa­
lesiana (que habrá que promover especialmente para
jóvenes ya maduros) en la oración, en el trabajo
apostólico, en la mesa, etc...
c) Algunos «lugares» y ambientes de nuestra ac- 117
ción vocacional.
22 Cfr EN 72.

11.8 Page 108

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116
Documentos capitulares CG21
- Nuestras obras son el ambiente privilegiado
para esta acción orientadora, que representa un de­
recho de parte de los jóvenes a nosotros confiados
en las escuelas, los oratorios, las parroquias, los cen­
tros y grupos juveniles, etc. Desarrollar en estas
obras tal acción orientadora es un deber y un em­
peño que nos impone nuestra misión.
- Se debe cuidar la acción animadora vocacional
también fuera de nuestros ambientes, con tal de
que sea verdaderamente obra de orientación educa­
tiva, superando el simple contacto ocasional. Las
vocaciones nacen de la comunidad cristiana que
debe ser ayudada a tomar conciencia de ser Iglesia.
118 Para los jóvenes en los que hemos notado una
mayor sensibilidad, disponibilidad y riqueza espiri­
tual, es imprescindible un cuidado especial y par­
ticular 29.
- La forma metodológica «aspirantado» (que hoy
viene convenientemente distinguida en dos fases, la
de orientación y búsqueda genérica, y otra más cla­
ramente centrada en la hipótesis de vocación sale­
siana) se revela siempre válida e indispensable en
ciertas situaciones.
Pero es necesario que, el aspirantado más que
cualquier otra institución juvenil, sea un verdadero
ambiente salesiano en el que la inspiración educa­
tiva de Don Bosco sea vivida en plenitud; que tenga
objetivos y proyecto educativo bien claros y revisa­
dos periódicamente; que cuente con un personal que
dé a los jóvenes el testimonio de una vida salesiana
auténtica 30•
Para una reflexión sobre la naturaleza los fines y
el planteamiento del aspirantado, hay que atenerse
al documento del Dicasterio de la Pastoral Juvenil:
«Guida educativa delle vocazioni» (1975).
El oportuno cuidado de estos jóvenes puede ha­
cerse también de otras maneras: comunidades de
referencia vocacional, clubs vocacionales, incorpora-
211 Cfr OT 3; RFIS 11. 13; Const. 12; Reg. 73; SDV 14.
ªº Cfr ACS, n. 273, pp. 40ss; 28-29; RFIS 12-17.

11.9 Page 109

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 117
ción de los muchachos a alguna de nuestras comu­
nidades, encuentros periódicos locales o de zona,
etcétera. Lo importante es que se asegure y guíe de
veras el proceso de maduración vocacional, de re­
flexión, de revisión 31,
Hoy más que nunca se hace necesario pensar, si­
guiendo el ejemplo de Don Bosco, en ambientes en
que pueda cultivarse la vocación de aquellos que
se sienten llamados al sacerdocio o a la vida religio­
sa en edad más avanzada (trabajadores, universita­
rios, gente de carrera, etc... ) 32.
El aspirantado y las otras formas no se excluyen
mutuamente. Cada Inspectoría pondere cuál o cuá­
les modos son más adecuados a su situación y haga
esa comprobación. Pero téngase en cuenta lo que
es responsabilidad de la comunidad inspectorial y
no debe ser dejado al arbitrio de decisiones de indi­
viduos o comunidades particulares.
- En todos los ambientes arriba indicados es fun­
damental el interesar a las familias de los jóvenes
en esta obra de orientación cristiana para la vida,
y hay que trabajar en estrecha colaboración con
ellas, para crear un ambiente favorable al desarro­
llo de vocaciones.
- Un papel particular como lugar de orientación
vocacional lo deben ejercer nuestras casas de ejer­
cicios o casas de oración. No sean solamente sitios
donde se da hospitalidad a grupos que vienen a
rezar, sino que, a ser posible, tengan un equipo que
lleve a cabo una acción sistemática de orientación
espiritual.
2.5 ORIENTACIONES OPERATIVAS
a) Las Inspectorías preparen cuanto antes sea 119
posible un detallado plan en estrecho contacto con
la Iglesia local y en armonía con su respectivo plan
vocacional elaborado por ellas. Punto esencial de
31 Cfr OT 3; RFIS 18; ASC, n. 273, p. 46.
32 Cfr Const. (1966) 6; RFIS 19; OT 3; ACGE 692 b.

11.10 Page 110

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118
Documentos capitulares CG21
ese plan ha de ser la sensibilización y formación de
los hermanos para la animación vocacional. Envíen
al Dicasterio de la Pastoral Juvenil tal proyecto,
para que pueda realizarse entre todas las lnspecto­
rías un interesante intercambio de experiencias.
b) A nivel de Conferencias Inspectoriales o Gru­
pos de Inspectorías, cuídese la preparación incluso
con «subsidios» apropiados, de los hermanos encar­
gados de la enseñanza religiosa; prepáreseles para
hacer eficazmente presente en la catequesis la ne­
cesaria dimensión vocacional.
e) Dentro de este sexenio prográmense en las
Inspectorías que tienen esa posibilidad, algunas 1m­
ciativas concretas de servicio vocacional en favor
de las Iglesias locales 33.
d) El Dicasterio de la Pastoral Juvenil, para fa.
cilitar lo dispuesto en el art. 72 de los Reglamentos
y la Orientación Operativa n. 1, prepare y envíe a
las Inspectorías las líneas esenciales para la redac­
ción de un plan inspectorial de pastoral vocacional.
33 Cfr Const. 12.

12 Pages 111-120

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12.1 Page 111

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 119
CUARTA PARTE
ALGUNOS AMBIENTES Y CAMINOS
DE EVANGELIZACION
Premisa
La reflexión del CG21 sobre EVANGELIZACION, 120
TESTIMONIO y ANUNCIO, en la perspectiva de
una revisión operativa de lo que se ha hecho y de
lo que aún queda por hacer para llevar a cabo el
CGE, se dirige ahora a actividades y estructuras
pastorales concretas.
Estas constituyen los instrumentos y ambientes
en que se encaman los proyectos de evangelización
y se expresa, en la diversidad de situaciones, la di­
mensión evangelizadora de la misión salesiana.
Conviene recordar la novedad introducida por el
CGE al respecto. El mismo ha hecho un claro lla­
mamiento a preocuparse, sobre todo, de las perso­
nas 1 y de la orientación pastoral en la intervención
educativa z, y a entender las actividades y las mis­
mas estructuras como medio para llegar a nues­
tros destinatarios y ayudarles a asumir su compro­
miso de promoción integral.
Sigue siendo actual la afirmación del CGE: «En
realidad no siempre se ha conseguido satisfacto­
riamente esta finalidad global, y esto por causas
diversas. Para superarlas, es necesario que nos con­
venzamos prácticamente de que cualquier actividad
nuestra, comunitaria o personal, se justifica sólo
cuando está dirigida, organizada y llevada a cabo
con vistas a la evangelización de los jóvenes.» 3
Por lo tanto, el CG21 considera atentamente algu­
nos ambientes, no para repetir la rica doctrina pre­
sentada por el CGE, sino para examinar los pro-
' Cfr Const. 26.
� Cfr Const. 27.
s ACGE 344.

12.2 Page 112

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120
Documentos capitulares CG21
blemas surgidos en el último sexenio y para buscar
una respuesta, un camino, un impulso renovador.
Con relación a otros ambientes que presentan mo­
dalidades diversas en cada región y que operan una
promoción humana y al mismo tiempo una evan­
gelización (pensamos, por ejemplo, en las Residen­
cias para internos, para estudiantes, trabajadores,
universitarios, etc.), el CG21 confirma las indica­
ciones del CGE e invita a los hermanos compro­
metidos en estas actividades, que presentan hoy di­
ficultades y problemas nuevos, a orientar sus
intervenciones educativas y pastorales para una
evangelización según el estilo de Don Bosco, como
se recuerda en este documento.
l. EL ORATORIO Y EL CENTRO JUVENIL,
AMBIENTES DE EVANGELIZACION
121 El Oratorio, como «obra primera y típica» de la
Congregación, ha sido estudiado y propuesto repe­
tidamente por los Capítulos Generales 1 y por otros
documentos autorizados de la Congregación. De
modo particular los Capítulos Generales 19 y 20 han
reflexionado sobre las condiciones externas e in­
ternas que hoy influyen en la eficacia pastoral de
los oratorios, y han animado a los salesianos a un
«relanzamiento» de los mismos mediante la reno­
vación de los ya existentes y la creación de otros
nuevos, incluso sacrificando presencias de otro
tipo.
Al revisar la acción evangelizadora de estas pre­
sencias, y acogiendo los datos nuevos aportados por
los seis últimos años de experiencia, el CG21 pro­
pone algunas orientaciones para una metodología
más adecuada a su función de evangelización y cre­
cimiento de la fe en los jóvenes.
1 ACGE 192-272; 376-379 y referencias allí indicadas.

12.3 Page 113

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 121
1.1 La realidad, los «nombres», el proyecto
pastoral
Como toda obra encarnada en la vida y en la 122
realidad, también el Oratorio cambia, se adapta y
asume formas nuevas.
Una rápida mirada a la realidad pastoral de la
Congregación pone de manifiesto que con los tér­
minos «Oratorio» y «Centro Juvenil» se indican rea­
lidades diferentes, según las diversas regiones: reali­
dades que derivan de la misma intuición pedagógica
y del mismo espíritu, pero que se diferencian en
la opción de destinatarios, objetivos inmediatos y
metodología.
Cou todo, los dos términos están sin precisar aún
en kxtus constitucionales z, dando lugar a ambigüe­
dades con peligro de que, al hablar de una acti­
vidad pastoral tan variada y elástica, las cosas que
se escriben o se dicen se presten a interpretaciones
opuestas, ligadas más a la experiencia personal que
a criterios objetivos.
No todo lo que se ha dicho del «Centro Juvenil»
es aplicable a cualquier «Oratorio», en cuanto a
destinatarios, relación grupo-masa, metodología pe­
dagógica que deba emplearse, etc. La acción sale­
siana en este campo tiene gran variedad de nom­
bres y la estructura «Oratorio», «Centro Juvenil»,
no puede actuarse de igual manera en todas las
regiones.
En el intento de clarificar y hacer posible un
diálogo e intercambio de experiencias, aquí enten­
demos:
- por ORATORIO un ambiente destinado a los
muchachos, abierto prevalentemente a la masa,
y con objetivos y métodos apropiados;
- por CENTRO JUVENIL un ambiente destina­
do a los jóvenes, atento a su exigencias, donde
prevalece la relación de grupo, se favorecen
más los contactos personales, y el compromi-
2 Const. 28; Re: 5. 7. .24.

12.4 Page 114

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122
Documentos capitulares CG21
so humano y cristiano adquiere un peso deci­
sivo sobre otras actividades (deportivas, re­
creativas, etc.);
- por ORATORIO-CENTRO JUVENIL un am­
biente complejo que tiene como destinatarios
a muchachos y jóvenes, y donde la metodo­
logía y las orientaciones se aplican en forma
diferenciada, según las edades de los destina­
tarios.
1.2 La situación
123 El XX CGE ha indicado para el Oratorio y el Cen-
tro Juvenil esta finalidad: tiendan a la evangeliza­
ción y catequesis de los muchachos y de los jóve­
nes de una zona, sobre todo a través de las activi­
dades del tiempo libre organizadas con formas abier­
tas 2 bis.
Este objetivo exige personal preparado y suficien­
te y, al mismo tiempo, la jerarquización de las
actividades, de modo que los fines no se vean com­
prometidos. No cabe duda que esta modalidad exi­
ge una constante adaptación en la organización y
en la selección de contenidos. La revisión de estos
años indica que allí donde se ha descuidado, por
parte de los salesianos, el estar con los jóvenes, se
ha perdido también el ir a tiempo con los cambios,
exigencias e intereses de los jóvenes, y no se ha
logrado una presencia eficaz en la zona.
Allí donde ha disminuido la capacidad de ayudar
a los jóvenes a comprometerse en ideales cristia­
nos, ha prevalecido la tendencia, ya fuerte a causa
de los estímulos reales y ambientales, a compromi­
sos simplemente deportivos y recreativos o socia­
les, pero sin una clara orientación cristiana.
Las limitaciones no provienen sólo de las dispo­
siciones de las personas. Hoy el acercamiento a los
jóvenes se ha hecho difícil por las numerosas po-
2 bis Cfr ACGE 376.

12.5 Page 115

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Los Salesianos evangelizadores de tos jóvenes 123
sibilidades de tiempo libre que los arrastran a di­
versas instituciones y ambientes. Y, por parte
nuestra, quizá no ha habido, en un momento de
contracción numérica, una decidida opción pastoral
para destinar el personal necesario a esta presen­
cia tan específicamente salesiana. A esto hay que
añadir la crisis del asociacionismo católico 3 y en
muchas inspectorías la carencia de una planifica­
ción eficiente 4.
A pesar de estas limitaciones, allí donde los Ora­
torios y Centros Juveniles han reforzado o .recupe­
rado su carácter «integral»; donde han hecho op­
ciones operativas respecto a la «masa», los grupos
y las personas, ofreciendo posibilidades precisas en
orden a la formación de los jóvenes; donde han
tenido la franqueza de presentar la explícita pro­
puesta del Evangelio con un programa de educa­
ción de la fe, con actividades de oración y de intensa
vida sacramental, allí las características pastorales
salesianas han aparecido con especial e insólita cla­
ridad y el Evangelio se ha hecho presente en la
zona.
1.3 ¡Un ambiente, un programa, un estilo!
Las características fundamentales que definen es- 124
tos ambientes pastorales, y los unen estrechamente
a la intuición original de Don Bosco, son: la rela-
ción personal «de amistad» del salesiano con el mu­
chacho, y la «presencia» fraterna del educador en-
tre los muchachos; la creación de un ambiente que.
facilita el encuentro; la posibilidad de diversas ac­
tividades de tiempo libre; el sentido misionero de
las «puertas abiertas» a todos los muchachos que
quieren entrar; la apertura a la «masa», pero con
atención a la persona y al grupo; la formación pro­
gresiva de toda la comunidad juvenil mediante la
pedagogía de la fiesta, la catequesis ocasional y
ª RRM 203.
4 RRM 201.

12.6 Page 116

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124
Documentos capitulares CG21
también sistemática, el compromiso de solidaridad,
la vida de grupo..., a fin de llevar a la formación
de una fuerte personalidad humana y cristiana.
Algunas de estas características, como la aper­
tura a la masa y las actividades variadas de tiem­
po libre, deportivas, turísticas, etc., exigen de los
educadores especial atención para que no preva­
lezcan éstas en perjuicio de los mismos jóvenes que
participen en ellas.
1.4 La presencia de las muchachas
125 La revisión ha puesto de manifiesto también en
algunas regiones una notable presencia de mucha­
chas en nuestros Oratorios y Centros Juveniles 5• El
hecho tiene raíces culturales y sociológicas que no
hay que olvidar.
En algunos casos, también han surgido, a este
respecto, opciones pedagógicas no claras, falta de
entendimiento con la pastoral de las Iglesias loca­
les, escaso diálogo con operadores pastorales o ins­
titutos religiosos con tradiciones educativas propias,
que trabajan en la misma zona.
El concepto de Oratorio mixto está fuera de la
perspectiva de nuestros textos capitulares y docu­
mentos legislativos 6, bien por la edad de quienes
lo frecuentan, bien por la apertura a la masa, que
no permite una presencia mixta indiscriminada, sino
que exige normalmente diversificación y separación.
En cuanto al Centro Juvenil, dicen los Reglamen­
tos a y el CGE 8: «el contexto sociológico y la ne­
cesidad de una educación integral nos aconsejan,
en determinados lugares y circunstancias, la acep­
tación de grupos y actividades mixtas, con todas
las reservas y responsabilidades que de ello se de-
5 DatÍ Statistici delle Opere della Congr., Roma, 1977,
p. 54, además RRM l7lb; l72b; 197.
I Cfr ACGE 2ld; Reg 7.
' Reg 7.
8 Cfr ACGE 51. 355. 356. 378.

12.7 Page 117

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 125
rivan» 9• Es ésta una «respuesta a una exigencia pe­
dagógica que impone tomar en su totalidad al jo­
ven, inmerso en su mundo, a fin de intentar su
promoción integral» 10.
Y, además, precisa el CGE: «Las actividades de
los grupos mixtos verdaderamente educativos, de­
ben tender a desarrollar los intereses formativos y
sociales» 11• «Hay que tener en cuenta tanto la ma­
durez y la preparación de los hermanos, como la
colaboración de laicos especializados, y el disponer
de locales idóneos para este tipo de actividad...» 12.
Estas directrices conservan todo su valor 13 y en
particular hay que tener presente que se requiere
la confrontación o la relación con la comunidad,
con la Iglesia local y con las normas inspectoria­
les 14,
1.5 Líneas de orientación
1.5.1 A la confirmada validez del Oratorio y del 126
Centro Juvenil deben corresponder opciones pro­
porcionales para asegurar a tal obra el personal
necesario, preparado, unido a la comunidad que
lo sostiene con adecuados ambientes y medios, y
asegura una relativa estabilidad para que el en­
cargado pueda animar la corresponsabilidad de los
jóvenes y de los adultos en la acción pastoral y en
la organización de los distintos cometidos. Todo
esto hará superar el estado de perpetua «emergen-
cia», que obliga a volver siempre a comenzar desde
cero en el planteamiento de la acción catequística
y educativa.
Sobre todo se siente necesidad de «animadores»
salesianos capaces de proponer a los jóvenes com-
9 ACGE 355.
1º ACGE 355.
11 ACGE 355.
12 ACGE 355.
18 Cfr también la indicación dada al CG21 en la carta del
Card. Villot, en pág.
14 ACGE 356.

12.8 Page 118

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126
Documentos capitulares CG21
promisos fuertes. Se corre el riesgo de que el Ora-
torio y el Centro Juvenil, nacidos con fines de pro-
moción y de evangelización, no abran a los jóvenes
horizontes cristianos por falta de estímulos profun-
dos de fe.
1.5.2 Hay que prever la programación y la revi-
sión periódica, a nivel inspectorial, de la acción pas-
toral desarrollada en el Oratorio y en el Centro Ju-
venil, y especialmente con relación al proyecto edu-
cativo, la catequesis sistemática y las orientacio-
nes de la Iglesia local.
1.5.3 El Centro Juvenil, para ser propuesta y am-
biente de promoción integral cristiana para los jó-
venes, deberá proceder a opciones metodológicas
precisas, como son:
- la organización en grupos, prefiriendo los de
carácter formativo y apostólico y desarrollan-
do en ellos una educación explícita a la fe;
- la formación de la comunidad educativa, con
la participación activa y responsable de los jó-
venes, de los colaboradores seglares, especial-
mente los padres, y de los salesianos en la par-
te de animadores;
- la jerarquización, en las diversas actividades
para responder a las exigencias de la espon-
taneidad, a los intereses de la creatividad y
a las necesidades del «tiempo libre» de los
jóvenes; y para comprometerles en actividades
apostólicas y sociales en el ambiente y en la
zona, inspiradas en el ideal cristiano;
- un verdadero esfuerzo en sus opciones para
abrirse con un espíritu misionero y de diá-
logo a todos los jóvenes, sobre todo a los ale-
jados.
1.5.4 Pero el motor de todo este trabajo es «el
salesiano».
El Salesiano en el Oratorio y en el Centro Juve-
nil es el buen pastor, el evangelizador de los jó-
venes; no se pertenece a sí mismo; es para ellos,
está con ellos, es el signo del amor de Dios en
medio de ellos.

12.9 Page 119

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 127
1.6 ORIENTACIONES OPERATIVAS
a) Cada comunidad mantenga su inserción en la 127
zona y en la Iglesia local conservando, potenciando
y promoviendo formas también nuevas de Oratorio
y Centro Juvenil como expresión típicamente sale-
siana de promoción humana y de evangelización.
Las parroquias salesianas considérenlos como su
elemento caracterizante, plenamente insertos en la
propia pastoral.
b) Cada Oratorio y Centro Juvenil estudie y pre­
pare su propio proyecto educativo interesando a
todos los corresponsables de su animación, y par­
tiendo de un atento análisis de la situación local;
ello esté en sintonía con el proyecto educativo de
la comunidad inspectorial.
e) En los Centros Juveniles hay que atenerse a
las normas establecidas por el CGE y aquí confir­
madas (ver n. 125) para los grupos y actividades
mixtos. Los responsables y las comunidades sigan
dichas actividades, valoren sus resultados, y, donde
sea necesario, el Consejo inspectorial dé ulteriores
indicaciones al respecto.
2. LA ESCUELA COMO AMBIENTE
DE EVANGELIZACION
La evangelización en la escuela y mediante la 128
escuela, además de la reflexión sobre los puntos
concernientes al hecho escolar y catequístico, im-
plica la profundización de problemas eclesiales y
culturales como la relación entre evangelización
y cultura, entre cultura y sociedad, entre sociedad
y escuela. Para nosotros los salesianos, implica tam·
bién una renovada atención a las características de
nuestra presencia en el ambiente escolar.
El CG21 no pretende detenerse en un análisis y
estudio de estos interrogantes, sino reflexionar so·

12.10 Page 120

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128
Documentos capitulares CG21
bre ellos para llegar a sugerencias y propuestas
concretas. Una respuesta iluminada a estos proble­
mas ayudará a proyectar mejor la praxis 1.
2.1 La situación
129 En varias de nuestras escuelas se han hecho, du-
rante el sexenio precedente, experiencias positivas,
y se ha visto un esfuerzo importante por plantear
la acción pastoral de modo que responda a las
características de la escuela y de los jóvenes de
hoy. Muchos salesianos se han comprometido en
esta renovación, y en bastantes comunidades edu­
cativas se ha verificado un movimiento positivo de
participación y de interés que ha visto a padres,
maestros seglares y jóvenes, comprometidos en una
colaboración más estrecha. La escuela salesiana se
presenta como una respuesta educativa válida, bus­
cada por muchas familias, y en no pocas partes
aparece como un centro de promoción social con
capacidad de unir la entera comunidad del barrio
para objetivos comunes.
Por otra parte, nuevas presiones gravan sobre la
escuela: la creciente complejidad organizativa, la
dependencia de un sistema a veces objetivamente
cerrado a la penetración evangélica, la disminución
de salesianos dispuestos a trabajar en ella, el em­
pleo de salesianos en gestiones de administración
y organización, el aumento del número de alum­
nos, la exigencia de escuelas mixtas, el número cre­
ciente de seglares con escaso conocimiento del Sis­
tema Preventivo, la insuficiente relación entre cul­
tura y evangelización, la dificultad creada por el
cambio de mentalidad y por el pluralismo, han co­
locado a los hermanos en estado de replanteamiento
y, en no pocos casos, de perplejidad.
Piensan algunos que el ambiente escolar presen­
ta al Salesiano escasas posibilidades de evangeli-
1 Cfr EC 2, 12-15, 24-31.

13 Pages 121-130

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13.1 Page 121

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 65
y local» 84, «Se desprende de aquí que cada uno de
los salesianos recibe una parte de la misión sale­
siana para cumplir a título de miembro y, por tan­
to, en íntima y estrecha solidaridad con sus her­
manos» 85•
Es una afirmación también válida para el papel
particular de animación a la que es llamada la co­
munidad en sintonía con las otras normas eclesiales
y pedagógicas.
Dado nuestro carisma específico, el animar a la
comunidad educativa de la cual «junto con nos­
otros, son miembros activos (de ella) los padres,
los colaboradores laicos, los mismos jóvenes, uni­
dos en diálogo y corresponsabilidad, según los di­
versos niveles» 86, y esto en ambientes diversos 87,
es una forma de evangelización que se nos pide
como educadores 88: «la colaboración responsa­
ble (...), la participación vivida en espíritu evangé­
lico es, por su propia naturaleza, un testimonio que
no solo "edifica" a Cristo en la comunidad, sino
que lo irradia, convirtiéndose en "signo" para to­
dos» 89.
El CG21 fija su atención en tres aspectos de
la acción animadora de la comunidad salesiana, por­
que los considera importantes para la comproba­
ción y profundización de la misión evangelizadora:
- la comunidad salesiana misma como animado­
ra de la comunidad educativa y pastoral;
- la participación de Cooperadores y Antiguos
Alumnos que han «hecho la opción evangeliza­
dora» (Mensaje de los Exalumnos al CG21) en
la obra educadora y pastoral de los SDB;
- la colaboración de otros laicos.
8� Const. 34; ACGS 29.
85 ACGE 29. 84.
80 ACGE 357. 340. 750. 356. 395,
87 ACGE 377. 381. 386.
88 Const. 39.
89 EC 61.

13.2 Page 122

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66
Documentos capitulares CG21
2.1 La comunidad salesiana animadora de la
comunidad educativa y pastoral
2.1.1 La situación
63
En el lado positivo la evaluación indica que las
semillas de la renovación, presentes en el XX CGE,
han contribuido a una mejor inteligencia de que la
acción educativa y pastoral tiene una estructura co­
munitaria y tiene un nexo con toda la vida religiosa,
inspectorial y local.
En cuanto a la comunidad considerada en sí mis­
ma, se puede decir que ha habido un crecimiento
real de la conciencia comunitaria 90 y la de miem­
bros responsables, en cada uno de los hermanos 91;
ha habido un mayor conocimiento de nuestra con­
tribución específica a los servicios a que somos lla­
mados. Se han multiplicado los encuentros, con aper­
tura fraterna se han discutido en común «las expe­
riencias y proyectos apostólicos, con efectiva corres­
ponsabilidad» 92.
Este movimiento interior en las comunidades no
ha quedado sin manifestaciones externas, y, por lo
que nos interesa, ha influido sobre la comunidad
educativa.
Muestra de ello es una mejor inserción en el am­
biente de la Iglesia local para una pastoral de con­
junto y no de aislamiento; una más acentuada co­
rresponsabilidad de los laicos, de los padres y de
los mismos muchachos a los cuales se ha dado más
importancia y cuya formación se cuida más; los
intentos para aclarar y elaborar juntos un proyecto
educativo concreto y determinar las condiciones
reales para ponerlo en práctica; la superación de
actitudes de desconfianza o ingenuidad, sobre todo
en situaciones ideológicamente pluralistas.
Finalmente, la necesidad de relaciones nuevas y
diversas con los componentes de la comunidad edu-
90 Cfr RRM 130-131.
91 Const. 4. 52.
92 Const. 53.

13.3 Page 123

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 67
cativa halla eco en las resoluciones de los Capítulos
Inspectoriales, que obligan a los hermanos a una
más eficaz promoción de los colaboradores laicos,
particularmente de aquellos que son parte de la Fa­
milia Salesiana, porque su «corresponsabilización es­
timula el desarrollo de nuestra competencia y de
nuestra credibilidad» 93.
No faltan aspectos negativos que obligan a la re- 64
flexión y a obrar en consecuencia. Además de lo
que hemos hecho notar sobre la «comunidad fra­
terna», podríamos añadir:
- a nivel de comunidad apostólica, las decisiones
individuales y las actividades autónomas; la fal­
ta de perspectivas de organización o una insu­
ficiente capacidad de animación en el campo
pastoral, a nivel inspectorial y local. Todo esto,
cuando el diálogo es difícil y las mentalidades
son declaradamente diversas, lleva al fracciona­
miento y a la debilitación de la acción comuni­
taria;
- a nivel de comunidad animadora se presta poca
atención a las actitudes más propiamente hu­
manas de la comunidad 94, y, de este modo, se
descuida en la práctica un elemento indispen­
sable del Sistema Preventivo. No se entiende
ni se valora la incidencia del ambiente en la
obra educativa; por esto mismo, no se aprecian
suficientemente los papeles de cada uno de los
componentes de la comunidad educativa.
Algunos, por múltiples razones de rutina o men­
talidad, no ven siquiera la necesidad de esta
integración. No se nos ve suficientemente pre­
parados a los cambios necesarios y no hay cla­
ridad para desarrollar un proyecto educativo
salesiano, orgánico y coherente.
Además, se nota verdadera dificultad en crear
una auténtica comunidad educativa en obras muy
diversas, más complejas y polivalentes que el tra-
93 Cfr Grupo de mayo, Sch. V, 14.
94 Cfr ACGE 485-486.

13.4 Page 124

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68
Documentos capitulares CG21
dicional internado o la escuela, como, por ejemplo,
Centros Juveniles, parroquias... En ellos las pre­
siones del horario, la dispersión geográfica de los
miembros, las múltiples responsabilidades de los
animadores, hacen difíciles encuentros de conviven­
cia. Se encuentran también situaciones que sufren
interferencias de carácter social, económico, político
o religioso (por ejemplo, en naciones «no cristia­
nas») y no permiten o pueden hacer extremadamen­
te difícil la actuación de nuestro sistema educativo.
2.1.2 Cuadro de referencia
65
Tomando como base la experiencia y a la luz del
XX CGE y los documentos eclesiales, es necesario
insistir sobre algunos puntos para favorecer la for­
mación y maduración de la comunidad educativa,
como elemento decisivo en una perspectiva pas­
toral de evangelización.
La comunidad vivida es la primera aportación
evangelizadora que se pide a los salesianos 95. Ya
que se puede justamente aplicar a la Congregación
lo que hallamos escrito en las ACS: «Toda comuni­
dad hace catequesis más por lo que es que por lo
que predica» %•
66
La evangelización, testimonio y anuncio, vivida por
los Salesianos en el interior de la comunidad edu­
cativa, pide hacerse conscientes del papel de «ani­
madores» al frente de todas las fuerzas que cola­
boran.
El art. 5 de las Constituciones lo expresa para la
Familia Salesiana 97; el art. 39 -Los seglares asocia­
dos a nuestra misión- tiene este oportuno comen­
tario en la Relación del Rector Mayor (RRM): «Re­
conocemos que, especialmente hoy, no sólo y no
primariamente por un estado de necesidad, sino por
claros motivos de eclesiología y pedagogía, tenemos
95 Cfr Const. 20. 28. 33; ACGE 29. 283. 288. 293. 296.
318-320. 436. 506.
116 RdC.
97 Reg 30-31.

13.5 Page 125

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 69
necesidad de seglares que sean colaboradores nues­
tros, conscientes y hábiles, para completar eficaz­
mente nuestra obra educativa, pastoral y evangeli­
zadora» 98.
Este papel de animadores exige:
67
a) Una conciencia viva, a nivel de mentalidad y
de actuación, de la necesidad pastoral y pedagógica
de obrar corresponsablemente. Lo cual supone aper­
tura, confianza y lealtad para con los colaboradores,
su mundo, su posición particular e insustituible; la
búsqueda de formas múltiples de colaboración y de
mutua formación que respeten la vocación y el es­
pecífico aporte de cada uno.
El Salesiano estará atento para evitar que las in­
gerencias de los colaboradores vengan a turbar las
relaciones de naturaleza religiosa que lo unen a la
Comunidad y al Superior.
b) Una clara conciencia de la identidad evange­
lizadora de nuestra educación y de nuestra pastoral
y de un proyecto pensado y actuado corresponsa­
blemente. «Los diversos grupos que constituyen la
comunidad educativa están asociados, según sus pro­
pias competencias (... ), sobre todo en la elaboración
y realización de un proyecto educativo cristiano» 99.
Es, por tanto, un proyecto que pide la libre ·ad­
hesión de todos aquellos que participan en él, la con­
vergencia de intenciones y convicciones de todos sus
miembros 100.
La fidelidad a este proyecto educativo pide «una
continua autocrítica y un constante retorno a los
principios inspiradores» 101.
c) La conciencia de un papel específico de la co- 68
munidad salesiana. «Es tarea de toda la comunidad
educativa asegurar, en la práctica, los caracteres dis­
tintivos que constituyen un ambiente de educación
u8 ACS 279, 42.
99
º10
EC 70.
EC 59.
101 EC 67.

13.6 Page 126

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70
Documentos capitulares CG21
cristiana». En ella «los padres cristianos asumen
una particular responsabilidad» 102.
Pero toca al Director, a la comunidad salesiana y
a cada uno según el propio papel, por fidelidad al
carisma específico y por misión eclesial, el deber
de ejercer la parte de animadores responsables de
la identidad pastoral salesiana en la comunidad edu­
cativa.
En ella, la última palabra, tras un paciente diálo­
go, toca al Director.
Esta obligación exige, por una parte, el esfuerzo
de una formación constante y de una sensibilidad
especial hacia «el mundo de la educación» que se
irá desarrollando progresivamente: por otra, pide la
presencia de comunidades apostólicas salesianas que,
trabajando en común, manifiestan en la comunidad
educativa su carisma y su ansia de evangelización.
2.2 La participación de los Cooperadores y Ex·
alumnos «que han hecho la opción evangeliza­
dora» en la obra educativa y pastoral de los
SDB
69 No vamos aquí a tratar de los Cooperadores y de
los .Exalumnos o de su papel en la Familia Salesia­
na. Fijamos sólo nuestra atención en uno de los
múltiples campos de acción abiertos a la iniciativa
de los Cooperadores y los Exalumnos «que han he­
cho la opción evangelizadora» (mensaje de los Ex­
alumnos al CG21). Queremos, pues, hablar solamen­
te de esta su participación en la obra educadora y
pastoral de los SDB.
2.2.1 La situación
70 La experiencia que el CG21 ha constatado, demues-
tra, en general, la importancia que hoy da la Con­
gregación a su presencia. Muestra también una cre­
ciente orientación en este sentido.
102 EC 73.

13.7 Page 127

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 71
La RRM habla de «relaciones más intensas que
en el pasado» y de «una colaboración mucho más
activa y eficaz con varios de estos grupos» 103. Tam­
bién en este sentido los Cooperadores y los Exalum­
nos a cuya formación se ha prestado más atención,
muestran algunas características fundamentales de
la formación salesiana: por ejemplo, la apostólico­
misionera lanzada por los Cooperadores jóvenes, que,
aunque en sus comienzos, confirma la esperanza que
en ellos se ha puesto, como también la de la edu­
cación, que los Exalumnos declaran y ponen a dis­
posición de los Salesianos en su Mensaje al CG21.
Los CI 104 repiten, al respecto, dos cosas con in­
sistencia: la de confiar a los colaboradores seglares
«responsabilidades educativas y deberes bien defi­
nidos de apostolado» 10s y la insistencia de que «sean
elegidos preferentemente de entre miembros de la
Familia Salesiana» 106. No hacen otra cosa que repe­
tir una orientación operativa del XX CGE 101.
Por otra parte hay también en la Congregación 71
actitudes de desinterés que consideran a estos co­
laboradores de la Familia Salesiana, más desde e]
punto de una eficiencia organizativa, que no bajo
el punto de vista de su valor de complementariedad
en la evangelización.
Las razones de este fenómeno parecen reducirse
a cuatro: o porque no se entiende con claridad la
originalidad de cada uno de los grupos, y se corre
continuamente el riesgo de cambio o sustitución de
papeles; o porque falta la experiencia viva y conti·
nua de la sociedad en que nuestros jóvenes se mue­
ven y no se percibe que su inserción en ella resul­
taría mejor con la colaboración de los seglares;
o porque ha habido fallos en «iniciativas y acti­
vidades no siempre estudiadas a los debidos ni­
veles o dejadas -particularmente en las activida-
103 RRM 242.
104 Cfr SP 262.
105 lb. 262 a
100 lb. 262 b.
107 ACGE 428.

13.8 Page 128

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72
Documentos capitulares CG21
des personales -a la interpretación y al no siempre
iluminado entusiasmo de una única persona» 10s.
Pero la razón final ha sido la no suficiente o total
ausencia de «una seria preparación y formación de
nuestros colaboradores» 109.
2.2.2 Cuadro de referencia
72
Estamos convencidos de que la presencia de los
Cooperadores y de «aquellos Exalumnos que han he­
cho la opción evangelizadora» 110 es importante para
los muchachos, para nosotros y para los demás co­
laboradores seglares.
Presencia importante para los jóvenes
� Cada seglar formado, en una comunidad que
educa a la fe, no sólo permite una mejor eficiencia
y organización, donde haya pocos salesianos o no
bien preparados, sino que ejerce una específica ta­
rea educativa, diversa de la nuestra, pero integra­
ble con ella. Nuestras Constituciones hablan de «una
colaboración original» 111. Por tanto, su presencia,
en cuanto esto es posible y con ciertas condiciones,
es un enriquecimiento.
- Los Cooperadores y los Exalumnos descritos
cumplen válidamente esta tarea en virtud de la vo­
cación salesiana que han recibido en don y en co­
munión con el trabajo apostólico de sus hermanos
religiosos, permiten la integración de «vocaciones
particulares para que se manifieste la riqueza del
carisma del Fundador» y la presencia de «un mode­
lo pedagógico cristiano totalmente particular» 112.
Los muchachos podrán encontrar una dimensión
humana auténtica y completa, el sentido de la con­
fianza que hace de ellos personas creativas y felices
y el del misterio que la sociedad de consumo seca
108 Cfr RRM 243.
109 Cfr Sch.Prec. 263.
110 Mensaje Exalunmos al CG21, A 3.
111 Const. 39; Sch.Prec. 262.
112 ACGE 159.

13.9 Page 129

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 73
y apaga. A la vez se darán cuenta de que se les
encamina a vivir los valores del Evangelio dentro
de un mundo sin misterios, y revelado por aquellos
que viven en ese mundo y lo experimentan: «(...) el
mundo vasto y complejo de la política, de lo social,
de la economía y también el de la cultura, de las
ciencias y de las artes, de la vida internacional, de
los medios de comunicación de masas (...), el mun­
do del amor, de la familia ( ...), del trabajo profe­
sional» m.
Presencia importante para nosotros
73
- Refiriéndonos a los Cooperadores y a aquellos
Exalumnos que con nosotros «son los portadores de
la voluntad del Fundador y hacen fructificar las in­
dispensables variedades del ministerio para cum­
plir la única misión», tenemos ocasión de volver a
pensar y descubrir de veras la especificidad de nues­
tra vocación de evangelizadores y los contenidos que
le son propios y nos decidimos con interés «a for­
mar y unir» a estos hermanos seglares «para ga­
rantizar con mayor eficacia la salvación de la ju­
ventud» 114•
- No sólo esto. Sino que además de la coopera­
ción concreta, de experiencia y de vida vivida que
nos ofrecen, la comunicación entre los que de ellos
son obreros o empleados en obras o empresas y
los Salesianos que se dedican a la educación en las
Escuelas Profesionales, se hace utilísima a causa de
la experiencia y la verdad de la vida real que apor­
tan y que transmiten a los otros. Los Salesianos
amoldarán sus ideas educativas teniendo en cuenta
esta preciosa colaboración.
Presencia importante para los otros
74
colaboradores seglares
Estos Exalumnos y Cooperadores son para ellos
un modelo concreto de estilo y espíritu salesiano.
El asociarlos a la obra de formación y animación
ª11 EN 70.
114 ACGE 151. 736.

13.10 Page 130

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74
Documentos capitulares CG21
de los colaboradores seglares, y éste era ya el pen­
samiento de Don Bosco, da garantías de que el Sis­
tema Preventivo no perderá su identidad salesiana
ni su eficacia evangelizadora.
2.2.3 Líneas de renovación
75
Considerando todo lo dicho anteriormente, nos
decidimos a dar más y mayor importancia a la cues­
tión de la formación en dos direcciones:
- La «Familia Salesiana» debe cuidar sus estruc­
turas de formación.
Muchas veces ha faltado la «conjunción» a nivel
de comunicación, de formación y de acción en si­
tios donde la Familia Salesiana existía en sus dis­
tintos grupos. El XX CGE hacía votos para que «la
intercomunicación y la mutua colaboración entre
los grupos salesianos» pudiera tener como objeto,
entre otras cosas, también «los medios útiles para
una información y una formación común con in.i­
ras a la misión que ha de realizarse» 115. El Dicas­
terio de la Familia Salesiana deberá iluminar, sen­
sibilizar e incluso coordinar este «conjunto», para
llegar al fin buscado.
- Vivan los Salesianos el compromiso de su ser­
vicio con mayor conciencia y responsabilidad.
Reconocemos las imposibilidades reales y la cre­
ciente desproporción entre posibilidades y necesida­
des. Pero, al mismo tiempo, debemos reconocer que
algunos de nosotros deben todavía recorrer con de­
cisión y esperanza el camino de una auténtica con­
versión espiritual al hecho salesiano de la Familia
Salesiana. El Rector Mayor, en la carta de presenta­
ción a las actas del CGE, la llamaba una de las «es­
tructuras básicas de la renovación poscapitular» 116•
Las Constituciones y las actas del XX CGE invi­
tan a ello. Haremos mayores esfuerzos en la obra
115 ACGE 175.
116 ACGE p XIII. Cfr XIX-XX.

14 Pages 131-140

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14.1 Page 131

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 75
de formación de los Cooperadores y Exalumnos, pro­
curaremos que estén presentes en los momentos más
significativos de nuestra vida salesiana y en los or­
ganismos de corresponsabilidad educativa y pasto­
ral m.
2.3 La colaboración de los demás seglares
76
en la comunidad educativa
Nos referimos directamente a aquellos seglares
que, aunque no pertenecen a la Familia Salesiana,
comparten con los SDB la responsabilidad de llevar
a término el proyecto educativo. Y, ante todo, a los
padres, porque son los primeros educadores; en el
ambiente escolástico, particularmente los maestros;
en el ambiente del Oratorio o Centro Juvenil, a los
animadores de cualquier sector y actividad; en los
ambientes de pastoral parroquial y actividades mi­
sioneras, a cuantos, bajo diversos títulos, ofrecen
su tiempo y fuerzas para una más completa evan­
gelización.
Al lado de aquellos que trabajan en el proyecto
por vocación específicamente salesiana, debemos
prestar atención a la presencia de los seglares, ya
por lo que sus servicios significan en una comuni­
dad educativa, ya sea por su número.
En algunas partes de la Congregación, la despro­
porción numérica entre ellos y los SDB se acentúa
cada día más. Este es un riesgo que puede llevar
consigo la pérdida de identidad en nuestra misión
y, en todo caso, algo que nos obliga a una pastoral
nueva y exigente. Los seglares tienen el derecho al
papel de colaboradores y corresponsables. Y deben
ser preparados para este fin.
2.3.1 La situación
Cuando los colaboradores seglares son cristianos 77
convencidos, su presencia pone a los jóvenes ante
una más completa gama de modelos de vida cris-
117 ACGE 744 b.

14.2 Page 132

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76
Documentos capitulares CG21
tiana, da mayor posibilidad a los SDB de usar sus
energías en el campo específico de animadores, y
permite un diálogo más vasto y más actual con los
problemas de la familia y de la profesión 11s.
Pero se dan fenómenos de signo negativo. Por par­
te de algunos salesianos, una cierta impreparación
para colaborar con los seglares; una selección poco
prudente, hecha más bajo presiones de la cualifica­
ción y la capacidad profesional, que bajo la finali­
dad evangelizadora; a veces, las relaciones recípro­
cas se ven deteriorados por la relación amos-emplea­
dos, porque se han planteado mal o no se han en­
tendido 119.
2.3.2 Líneas de renovación
78
Hay que prestar una nueva atención especial al
seglar que colabora con nosotros en la educación
cristiana. Nuestra actitud debe abrirse a un estilo
más intenso de colaboración y más unitario, a fin
de favorecer el crecimiento de la comunidad edu­
cativa.
En la recíproca comprensión podrán encontrarse
más fácilmente puntos de acuerdo y convergencia
sobre este «proyecto educativo», en el que todos he­
mos de inspirarnos. Para conocer mejor este «pro­
yecto» y su espíritu estudiaremos y buscaremos jun­
tos, dialogando, más bien que en actitud de maes­
tros.
En este trabajo común de educación, cuide cada
uno de ser fiel a sí mismo, a su identidad, sin que
el salesiano, que tiene deberes religiosos y comuni­
tarios, etc., juegue a hacer de seglar, y sin que éste
con sus deberes familiares, seculares, políticos o
sindicales se comporte como un religioso.
Es muy importante la elección de estos colabora­
dores seglares. No han de ser determinantes la ur­
gencia del momento sino su preparación, su calidad,
su capacidad. El ideal sería encontrar personas ca-
118 Cfr Sch.Prec. 262.
119 Cfr RRM 195.

14.3 Page 133

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 77
paces de inserirse en nuestro programa apostólico,
mejor aún si tienen experiencia de movimientos ju­
veniles cristianos o si provienen de ambientes sale­
sianos: no se tenga miedo de proponer a tales per­
sonas la idea de hacerse Cooperadores Salesianos.
Sean, en todo caso, respetuosos con la índole y es­
pecificidad «católicas» de nuestros ambientes y acti­
vidades, aun en el caso en que no entren a formar
parte activa de nuestro programa apostólico. Pue­
den también ser no bautizados, con tal que mani­
fiesten los valores humanos y la sensibilidad edu­
cativa que exige el método salesiano.
Cada comunidad educativa deberá realizar los ac­
tos que se precisen para la formación permanente
de estos seglares, períodos de reflexión y encuentro
sobre el método salesiano de educar y sobre el pro­
yecto educativo concreto de cada comunidad.
La asamblea comunitaria 120, como organismo ins­
tituido ad hoc, deberá programar, seguir la actua­
ción y hacer la revisión de las actividades.
2.4 ORIENTACIONES OPERATIVAS
79
2.4.l La comunidad salesiana animadora
Propónganse los Salesianos su constante puesta
al día y el promover en los ambientes donde tra­
bajan, la comunidad educativa (XX CGE 395) y la
corresponsabilidad pastoral de los seglares.
2.4.2 La participación de los Cooperadores y los
Exalumnos en la obra educativa y pastoral
a) Cuiden los Inspectores a nivel de Inspectoría
y los Directores a nivel local de «volver a dar a sus
comunidades la dimensión de núcleo animador de
estas fuerzas espirituales y apostólicas». Escojan
para este servicio privilegiado a hermanos Delegados
que tengan las cualidades y preparación adecuadas.
°12 Cfr ACGE 710; Reg 168.4.

14.4 Page 134

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78
Documentos capitulares CG21
b) Según un plan acordado entre los Consejos
respectivos (SDB, Cooperadores, Exalumnos) en el
próximo sexenio haga el Inspector conocer a las
comunidades las líneas que regirán la pastoral vo­
cacional y formativa de los Cooperadores y Exalum­
nos y fije los medios y formas concretas según los
cuales serán asociados con corresponsabilidad a al­
gunas iniciativas de evangelización.
c) Esfuércense los Salesianos en formar a los
animadores de la Familia Salesiana; cuidando, des­
de las fases iniciales de la formación, el conocimien­
to de la misma y la asimilación de sus valores.
2.4.3 La colaboración de otros seglares
l. A nivel Inspectorial redáctese un estatuto del
colaborador seglar, en el que se tracen las carac­
terísticas de nuestro ambiente educativo y las cua­
lidades humanas, profesionales, cristianas y salesia­
nas que el papel de educador exige en tal ambiente.
2. Promuévanse cursos de puesta al día del Sis­
tema Preventivo para seglares, con miras a su más
eficiente inserción en nuestras comunidades educa­
tivas y en las obras pastorales.

14.5 Page 135

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 79
TERCERA PARTE
EL PROYECTO EDUCATIVO Y LA
FECUNDIDAD VOCACIONAL
1. EL PROYECTO EDUCATIVO
Y PASTORAL SALESIANO
La actividad evangelizadora salesiana no se carac- 80
teriza solamente partiendo de los destinatarios o
por el típico modo comunitario con que viene efec­
tuada, sino también por la particular organización
de sus contenidos y objetivos y por el estilo con el
cual nos hacemos presentes entre los jóvenes.
Por eso los Salesianos de Don Bosco no pueden
profundizar adecuadamente en el sentido de su mi­
sión sin reflexionar en plan operativo sobre el sis­
tema educativo y pastoral que Don Bosco nos ha
legado como herencia preciosa.
Se diría que es un «aspecto central en la pastoral
juvenil salesiana», algo que pertenece a la esencia
misma de nuestra misión, «nuestro estilo de expre·
sar la caridad pastoral» 1• En realidad puede consi­
derarse como una síntesis de cuanto Don Bosco ha
querido ser, el núcleo del programa o proyecto pe­
dagógico-pastoral que él actuó y confió de modo
especial a la Familia Salesiana, el necesario término
de comparación de las modalidades y característi­
cas de nuestra acción pastoral.
Esta llamada al «sistema preventivo» se hace tan­
to más urgente hoy, cuando los miembros de la
Congregación, esparcidos por el ancho mundo, se
encuentran frente a situaciones culturales muy di­
versas en su misión de anunciar y testimoniar el
Evangelio y quieren ciertamente conservar la vital
unión con el Fundador y la unidad del espíritu, para
precisamente lograr la eficacia comunitaria de su
vocación.
1 RRM 183.

14.6 Page 136

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80
Documentos capitulares CG21
Hay que recordar, ante todo, que el sistema no
indica solamente un conjunto de contenidos que
hay que transmitir o una serie de métodos y pro­
cedimientos para comunicarlos; ni es pura pedago­
gía ni es sólo catequesis. El «sistema preventivo»
tal como ha sido vivido por Don Bosco y sus segui­
dores, se presentó siempre comó rica síntesis de
contenidos y métodos; de procesos de promoción hu­
mana y a la vez, de anuncio evangélico y profundi­
zación de la vida cristiana; en sus objetivos, en sus
contenidos, en sus momentos de actuación concreta,
el sistema sugiere indisolublemente las tres palabras
con que Don Bosco lo definía: razón, religión, amor.
Por eso, el CG21 en el trabajo de constatación ha
sentido necesidad de considerar su grado de pre­
sencia o de eficacia y, en cierto modo, comprobar
su vitalidad, teniendo presentes dos puntos funda­
mentales que están vitalmente unidos entre sí en
la acción concreta diaria:
l. Los contenidos.
2. El estilo.
1.1 Los contenidos del proyecto educativo y
pastoral salesiano
81 1.1.l El problema: Una propuesta unitaria
y diferenciada
Según la intuición de Don Bosco y de la Congre­
gación, confirmada también por el Concilio Vatica­
no II y el reciente Magisterio Pontificio y particu­
larmente por la exhortación apostólica Evangelii
Nuntiandi, la evangelización auténtica se actúa den­
tro de un proyecto que mira a la promoción total
del hombre, al desarrollo integral del individuo y
de los grupos. Este proyecto es, a su vez, radical­
mente abierto y orientado positivamente a la plena
madurez en Cristo: «como testigos de Cristo, los
Salesianos educan a los jóvenes y a los adultos de

14.7 Page 137

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 145
- su apertura a la vida del barrio; evitando todo
espíritu de partido, participa en los problemas
de la gente humilde con la cual vive y com-
parte sus alegrías y dolores, sus desilusiones
y esperanzas.
Concluyendo
Invitamos a repasar cuanto escribieron los Ca-
pítulos Generales tercero y cuarto, presentados por
Don Bosco en 1887: «Los enfermos, los jóvenes y
los niños sean el objeto de las preocupaciones so-
lícitas del párroco. El párroco más amado es aquél
a quien siempre se pueden acercar los niños y los
pobres»26,
Y continúa: «El párroco salesiano, si conserva el
espíritu de la Congregación... , no dejará de ser
apóstol en medio de ese pueblo que Dios ha con-
fiado a sus cuidados, y, santificándose a sí mismo,
ganará muchas almas para el Cielo» v.
3.3 ORIENTACIONES OPERATIVAS
a) Cada parroquia cuide y verifique la propia 142
fisonomía salesiana según las líneas específicas in-
dicadas, dentro del contexto de la Iglesia local y
en conexión con los organismos inspectoriales.
b) Cada lnspectoría, en el plan de reajuste, pro-
vea a la eventualidad de devolver a la Diócesis
aquellas parroquias que, dado el cambio de situa-
ción, no ofrecen ya la posibilidad de un apostolado
típicamente salesiano: por no estar unidas a una
comunidad salesiana; por no alcanzar de forma prio-
ritaria a los jóvenes; por no estar insertas en am-
biente popular.
e) No se acepten nuevas parroquias si faltan las
características dichas.
26 S. G. Bosco, Op. Ed., XXVI, p. 263.
ll'T Ibíd., p. 265.

14.8 Page 138

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146
Documentos capitulares CG21
dJ Los hermanos destinados a la parroquia reci-
ban una formación específica, que subraye y des-
arrolle también los valores del estilo salesiano en
la vida y en la acción.
Además del esfuerzo personal de cada uno de
ellos por la propia formación permanente, ofrézca-
seles la posibilidad de una periódica actualización
teológica y pastoral.
4. LAS MISIONES
143 El tema del CG21, las orientaciones acuciantes de
la Iglesia en estos últimos años, especialmente la
exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi, el inte-
rés y el esfuerzo despertado en toda la Congrega-
ción con ocasión de las celebraciones del Centena-
rio de las Misiones Salesianas, imponen una refle-
xión y un examen sobre el tema de las Misiones.
Esta reflexión está necesariamente en relación
con el CGE, que preparó un documento sobre «El
salesiano en la acción misionera» 1, introdujo en las
Constituciones y en los Reglamentos algunos ar-
tículos importantes sobre nuestra actividad misio-
nera 2, y estableció la creación de un Dicasterio para
las Misiones 3.
La presente reflexión tiene objetivos específicos,
determinados y limitados por la perspectiva del
tema general y del CG21, que es un Capítulo de
verificación. Se trata pues, de recoger los aspectos
más significativos del camino recorrido en este se-
xenio, y ahondar en algún punto particular, para
poder asumir con voluntad operativa algunas orien-
taciones que guíen nuestro compromiso misionero
en los próximos años.
Por tanto, no pretende plantearse todos los as-
pectos de la presencia salesiana en las Misiones; no
tiene la intención de proponer, ni siquiera en pers-
1 ACGE 472-480.
2 Const. 15, 24, 142; Reg. 15-20.
ª Const. 142.

14.9 Page 139

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 147
pectiva salesiana, las principales líneas de una pas­
toral misionera.
Este Capítulo General, que por primera vez des­
pués del Centenario de las Misiones, ve reunidos
representantes de toda la Congregación, siente el de­
ber y la necesidad de alabar y dar gracias a Dios
por las maravillas que ha obrado por medio de los
Hijos de Don Bosco, sostenidos en todo momento
por María Auxiliadora. Un sentimiento igualmente
vivo y sincero de admiración y de gratitud quiere
expresar a los miles de salesianos e Hijas de Ma­
ría Auxiliadora que, en estos cien años, han escrito
páginas luminosas en la historia de las dos Con­
gregaciones, dejándonos un patrimonio de fortale­
za, de audacia apostólica, de creatividad pastoral,
de trabajo incansable, de abnegación y de martirio
que constituye una herencia preciosa y un estímulo
para siempre nuevas empresas.
4.1 La situación
Aunque I).O es fácil resumir en pocas líneas una 144
situación tan variada y compleja, parece, sin em­
bargo, útil poner de relieve algunos aspectos par­
ticularmente significativos 4.
Cabe destacar, ante todo, algunas líneas que tes­
timonian vitalidad y esíuerzo de renovación.
La celebración del Centenario ha puesto en mo­
vimiento diversas iniciativas a nivel mundial, ins­
pectorial y local, que, a menudo, han interesado
e implicado a toda la Familia Salesiana: encuen­
tros, reflexiones, compromisos concretos, etc. En
este contexto, y aunque lo supera, merece desta·
carse la publicación de obras y estudios misioneros
salesianos, en particular las publicaciones del «Cen­
tro Studi di Storia delle Missioni Salesiane» y la
realización de documentales filmados sobre la vida
y la acción misionera salesiana.
4 Fuentes de evaluación: RRM, nn. 248-277; Sch. Prec.
279-280; Relazione sulle attivita del Dicastero per le Missionl
1972-1977, 42 pp.

14.10 Page 140

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148
Documentos capitulares CG21
Desde el punto de vista estn1ctural, se ha pro-
cedido en estos años a la organización progresiva
del Dicasterio de las Misiones.
Pero, sobre todo, es, a nivel de solidaridad y de
empeño por el personal, donde se constatan las
realizaciones más consoladoras y prometedoras: so-
lidaridad y vitalidad expresadas por las cifras par-
ticularmente significativas de hermanos que en es-
tos últimos cinco años han partido para las misio-
nes (cerca de 270), y de los que, habiendo ido como
voluntarios por cinco años después de 1965, han de-
cidido en su gran mayoría continuar en sus puestos.
Solidaridad que adquiere un especial relieve en la
ayuda de personal que algunas inspectorías misio-
neras han comenzado a dar a otras inspectorías.
Es un hecho rico de significado eclesial y de pers-
pectivas para el futuro. Cabe recordar también aquí
la experiencia de los «hermanamientos».
Estos esfuerzos se añaden al celo apostólico y a
la creatividad pastoral de las comunidades y her-
manos de las zonas misioneras. Otro aspecto posi-
tivo y rico de esperanza para toda la Congregación,
es el importante incremento de las vocaciones en
algunas zonas misioneras, p. ej., algunas partes de
Asia donde el porcentaje del personal local es pre-
ponderante (77 por 100).
Significativa, si bien no muy numerosa, es la pre-
sencia en algunos continentes de jóvenes seglares
con explícito compromiso misionero.
Merecen también recordarse los esfuerzos reali-
zados, tanto en el centro como a nivel local, para
la formación de los misioneros, para la cualifica-
ción misionera de algunos hermanos y para la for-
mación de algunos equipos capaces de afrontar con
seriedad la pastoral misionera actual.
Desde otro punto de vista, es de recordar la so-
lidaridad manifestada concretamente en tantas otras
formas, por ejemplo, con el apoyo económico, a tra-
vés de las Procuras, con la creación de fondos es-
peciales o de forma esporádica.
Todo esto resulta particularmente significativo, si
se considera que ha coincidido con un momento

15 Pages 141-150

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15.1 Page 141

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 149
histórico en el cual la Congregación ha vivido una
crisis profunda y a veces dolorosa. La continuidad
del entusiasmo misionero aparece, por tanto, como
un signo de vitalidad y de esperanza, que repercute
en toda la actividad de la Congregación.
Siempre en forma sintética, pero con igual obje- 145
tividad, hay que reconocer también la presencia de
aspectos negativos que frenan nuestra acción mi-
sionera. La animación misionera en la Congrega-
ción, en algunas partes, deja todavía que desear y
está lejos de suscitar un verdadero interés entre
los jóvenes de nuestras obras.
No existen en número suficiente salesianos cua-
lificados, capaces de orientar la reflexión y la ac-
ción misionera sobre la base de estudios serios.
Debido a situaciones de aislamiento y de esfuer-
zos pastorales individuales o excesivos, para mu-
chos misioneros no resulta posible la formación
permanente o son poco frecuentes los momentos
fuertes de oración y de reflexión.
En algunos casos la planificación de la pastoral
misionera, no ciertamente por falta de buena vo-
luntad, revela una insuficiente preparación cultural
y una inadecuada atención a la pastoral y a la me-
todología misionera.
Falta, o al menos es insuficiente, un «movimien-
to salesiano para misioneros seglares»: en este sen-
tido el empeño de la Congregación ha sido poco
destacado. Han contribuido a hacer más difícil la
situación, en no pocos países, complicaciones de
carácter externo, que impiden o reducen en gran
parte la libertad de acción y de iniciativa.
4.2 Cuadro de referencia
Los puntos destacados por la evaluación y por 146
la reflexión hecha a nivel de Congregación a par-
tir del Centenario de las Misiones, ponen de relieve
algunos aspectos ligados a la nueva sensibilidad mi-
sionera y que superan en parte el ambiente sale-
siano.

15.2 Page 142

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150
Documentos capitulares CG21
4.2.1 Misiones -situaciones de misión-
estilo misionero
Es un dato real que hoy, en las tierras tradicio-
nalmente cristianas, amplios estratos de la pobla-
ción, especialmente juvenil, viven en un clima des-
cristianizado, y tienen necesidad de un primer anun-
cio o de una segunda evangelización. Una perspec-
tiva de este género requiere inevitablemente un
cambio «en la geografía misionera»: todos los paí-
ses del mundo pueden ser considerados, hoy, «tierra
de misión». Por eso, cualquier acción evangelizadora
adquiere un significado misionero.
Esta comprensión más amplia del concepto de
misión y la extensión de la perspectiva evangeliza-
dora a toda la acción de la Iglesia no debe, sin em-
bargo, disminuir el significado peculiar· de esa pre-
sencia misionera específica, que para la Iglesia es
una urgencia vocacional desde sus comienzos s.
Una escasa apertura hacia nuevos pueblos puede
resultar una insensibilidad frente a la perspectiva
futura de la historia; el replegarse del mundo cris-
tiano sobre sí mismo lleva consigo una menor fe-
cundidad evangelizadora en su interior.
«En unos momentos en que no faltan quienes
piensan e incluso dicen que (... ) la época de las
misiones es cosa ~el pasado», el Papa en Evangelii
Nuntiandi recuerda que «la Iglesia mantiene vivo
su empuje misionero e incluso desea intensificar-
lo», porque «se siente responsable ante todos los
pueblos, y no descansará hasta que no haya puesto
de su parte todo lo necesario para proclamar la
Buena Nueva de Jesús Salvador» 6.
A la luz de estas afirmaciones nuestra reflexión
se concentra sobre la acción misionera en sentido
específico.
O EN 51, 53.
ª EN 53, 51-52.

15.3 Page 143

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 151
4.2.2 Misión salesiana y misiones
El puesto que ocupa esta acción m1s10nera en la
vida salesiana ha sido expuesto con claridad por
el CGE, y confirmado por el Rector Mayor con oca-
sión del Centenario 7• He aquí, en síntesis, las prin-
cipales afirmaciones: la acción misionera en sentido
específico constituye un «elemento esencial, indis-
pensable, caracterizante» de nuestra Congregación 8•
«Las misiones no son una obra... que pueda elen-
carse con las demás obras ( ... ). En la tradición sa-
lesiana las misiones deben considerarse (... ) como
un lugar privilegiado en donde realizar la misión
salesiana, y un espíritu para realizarla» 9•
4.2.3 Acción misionera y estilo salesiano
El servicio y el estilo salesiano parecen estar en
una particular sintonía con las exigencias de la pas-
toral misionera.
La experiencia ha hecho ver algunas convergen-
cias que merecerían un estudio más detenido. Indi-
camos algunas: la unión íntima entre el empeño
de evangelización y el de promoción humana; la
atención preferencial a los jóvenes pobres y a las
clases populares; el espíritu de adaptación y de
creatividad; la sensibilidad catequística y la piedad
sencilla y concreta; una presencia particularmente
encarnada y atenta a los valores humanos y reli-
giosos de la cultura local; un acercamiento huma-
no fácil, con la marca del optimismo evangélico,
que suscita la simpatía y ejerce un atractivo parti·
cular hacia nuestra propuesta...
4.2.4 Aspectos más relevantes en la acción
misionera hoy
Para situar en un contexto más actualizado lapas-
toral misionera, los salesianos deberán mirar con
7 ACS, n. 267.
8 ACS, n. 267, p. 13.
9 ACS, n. 267, p. 20.

15.4 Page 144

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152
Documentos capitulares CG21
v1s10n renovada a la «misión» y a sus contenidos.
Esto requiere entre otras cosas:
- una integración entre promoción humana y
evangelización, entre cultura y acción pastoral;
- una mayor insistencia sobre la realidad pro-
pia de la Iglesia local, y, por tanto, un es-
fuerzo de apoyo, de integración, de presencia
corresponsable en ella;
- el esfuerzo por plantearse el hecho misionero
con una perspectiva científicamente válida, que
integre sus distintos elementos;
- orientar la acción misionera hacia las zonas
más necesitadas, más sensibles y más decisi-
vas para el porvenir del mundo;
- incluir a los seglares tanto a través de la ac-
ción misionera directa como a nivel de res-
paldo, trasformando en las mismas zonas mi-
sioneras a los evangelizados en evangelizado-
res ...
4.2.5 Animación misionera
La renovación del espíritu y de la acc10n m1s10-
nera a nivel de toda la Iglesia, y, para nosotros,
a nivel de Congregación, exige que se afronte, como
uno de los problemas fundamentales, el de la sen-
sibilización y animación de la comunidad inspecto-
rial y local, con miras a una más profunda con-
ciencia misionera, de un servicio renovado en el
contenido y en la metodología, de un empeño evan-
gelizador que, para tener credibilidad, debe dirigirse
contemporáneamente hacia dentro y hacia fuera de
la propia comunidad.
El artículo 16 de los Reglamentos confía al Ins-
pector y su Consejo la primera responsabilidad de
esta tarea.
El CG21, confirmando cuanto ha dicho el CGE,
recuerda los múltiples servicios que pueden pres-
tar las Consultas, Procuras, Centros misioneros, es-
tablecidos a nivel inspectorial o interinspectorial:

15.5 Page 145

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 153
mantener vivo el interés de los hermanos y de to·
dos los miembros de la Familia Salesiana; suscitar
vocaciones misioneras; conservar un contacto per-
manente con los hermanos de una inspectoría que
han ido a misiones; colaborar con el Dicasterio de
las Misiones; con las diócesis y los otros Institutos
Religiosos; realizar proyectos y obtener ayudas de
organismos estatales, eclesiales, privados, etc.
4.3 ORIENTACIONES OPERATIVAS
El CG21 confirma la validez de cuanto estableció 147
el CGE, en particular de cuanto se refiere a la ani·
mación de la acción misionera y a la formación
permanente de los misioneros 10; y establece algu-
nas líneas operativas para la orientación y renova-
ción de la acción misionera en los próximos años:
a) El relanzamiento misionero requiere objetivos
concretos, exige adoptar una estrategia orientada
hacia países en los cuales la acción misionera re-
sulta más urgente. Por eso, al comienzo del segun-
do centenario de la presencia salesiana, recordando
el deseo profético de Don Bosco 11, los salesianos,
sin cerrarse a la posibilidad de iniciar y desarrollar
su acción misionera en otras zonas prometedoras
o necesitadas, se comprometen a aumentar de for-
ma notable su presencia en Africa.
b) Empéñese cada Inspectoría en favorecer la
participación de los seglares, especialmente de la
Familia Salesiana, en la acción misionera directa.
A tal fin, arbitrarán instrumentos operativos idó-
neos, aprovechándose también de los servicios téc-
nicos de otras organizaciones, y manteniéndose en
contacto con experiencias análogas de otros Insti·
tutos Misioneros. El Dicasterio de las Misiones, en
colaboración con el de la Familia Salesiana y el de
1° Const. 142; Reg. 15-20; ACGE 480; cfr también Docu-
mento sobre la "Formazione alla vita salesiana".
11 MB XVI, p. 254.

15.6 Page 146

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154
Documentos capitulares CG21
la Pastoral Juvenil, colaborará en la misma línea
a nivel mundial.
e) La situación actual de la pastoral misionera,
la importancia y amplitud de nuestro compromiso
exigen que el problema de las Misiones se afronte
sobre la base de estudios científicos serios. A tal
fin, institúyase una Cátedra de Misiología en la UPS;
procúrese que en toda Inspectoría misionera haya
algún hermano cualificado en esto.
d) El misionero evangeliza, ante todo, con su
testimonio. Para que éste sea siempre más claro,
todo misionero procurará ser fiel a los compro-
misos de la comunidad religiosa. Aprovechará gus-
toso encuentros y períodos de puesta al día para
su crecimiento espiritual, para el intercambio fra-
terno y para cotejo de experiencias pastorales. Com-
prométanse las comunidades inspectoriales y loca-
les a ofrecer a los hermanos espacio y tiempo para
esta reflexión y puesta al día, sobre todo para mo-
mentos fuertes de oración, que les ayuden a reno-
var el significado de la misión a la luz de la Pa-
labra de Dios.
5. LA COMUNICACION SOCIAL:
CAMINO PARA LA EVANGELIZACION
5.1 Importancia de la comunicación social
148 Ya el CGE (nn. 443-445) expuso algunas reflexio-
nes sobre la importancia de los MCS. Cabe añadir
que actualmente los MCS, a causa de la presión
producida por el uso combinado de instrumentos
técnicos perfeccionados y formas sofisticadas del
lenguaje de las imágenes, ha adquirido un papel
decisivo en la dialéctica cultural, en la vida social
y en las costumbres.
Deben considerarse no sólo como «velúculo»,
«conjunto de instrumentos», sino como una reali-

15.7 Page 147

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 1.55
dad compleja y dinámica, que posee en sí misma
una incalculable capacidad de persuasión, con la
cual enriquece, en bien y en mal, los mensajes que
expresa.
Los MCS se convierten cada vez más en una pre-
sencia educativa de masa, plasmadora de menta-
lidad y creadora de cultura. A través de ella se ela-
boran las convicciones colectivas en que se basan
los nuevos modelos de vida y los nuevos criterios
de juicio. Su eficacia incisiva y su presencia cada
vez más masiva hacen de los MCS una verdadera
y auténtica escuela alternativa para grandes estra-
tos de la población mundial, especialmente juveni-
les y populares.
5.2 Comunicación social y evangelización
«En nuestro siglo influenciado por los medios de 149
comunicación social, el primer anuncio, la cateque-
sis o el ulterior ahondamiento de la fe no pueden
prescindir de esos medios (... ). La Iglesia se sen-
tiría culpable ante Dios si no empleara esos pode-
rosos medios, que la inteligencia humana perfeccio-
na cada vez más. Con ellos la Iglesia pregona sobre
los tejados el mensaje del que es depositaria. En
ellos encuentra una versión moderna y eficaz del
púlpito. Gracias a ellos puede hablar a las masas» 1•
5.3 El pensamiento de Don Bosco
Don Bosco en su tiempo consideró la prensa y
la difusión de buenos libros, revistas, obras de tea-
tro para la juventud, música y canto, no sólo como
instrumento al servicio de específicas obras apos-
tólicas y educativas (oratorios, colegios, escuelas,
misiones), sino también corno «empresas apostó-
licas originales» en sí mismas ordenadas a la reali-
1 EN 45; cfr Communio et Progressio 13; Sín. 77,9.

15.8 Page 148

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156
Documentos capitulares CG21
zación de la misión juvenil a él confiada por la Di-
vina Providencia 2•
Desde entonces intuyó que los jóvenes y las ma-
sas populares habrían de ser los principales con-
sumidores y primeras víctimas de la violencia de
unas comunicaciones sociales manipuladas e instru-
mentalizadas. En este sentido afirmó que la buena
prensa era uno de los fines principales de la Con-
gregación 3•
5.4 La situación
150 La Relación del Rector Mayor y la del Dicasterio
de la Pastoral de Adultos, así como los Esquemas
Precapitulares del CG21, sobre la base de las expe-
riencias recogidas, han determinado claramente al-
gunos elementos de crecimiento y de compromiso
renovado.
5.4.1 La primera es la de una más madura y efi-
ciente utilización de los MCS como «conjunto de
instrumentos» por parte del salesiano «comunica-
dor».
Se ha verificado un innegable incremento de los
MCS:
- para la información salesiana dentro y fuera
de la Congregación y de la Familia Salesiana
(NI, ANS, BS, cortometrajes, fono y video cas-
settes, diapositivas... );
- para el ejercicio de la acción apostólico-educa·
tiva en nuestras obras juveniles (oratorios, es-
cuelas... ), en las parroquias y en las misiones
mediante el uso de los «Mass-media» (cine, ra-
dio-TV con circuito cerrado), y de los medios
«menores» o «Group-media» (audiovisuales, en
general, expresión corporal, teatro, música... ).
2 Cfr Epist. IV 318; Relaz. di Don Bosco alla Santa Sede,
1877.
ª CGE 451.

15.9 Page 149

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 157
5.4.2 La segunda dirección en la que se ha con-
solidado el esfuerzo de la Congregación ha sido la
producción de material, instrumentos, programas
de MCS «al servicio del Evangelio» para «extender
casi sin límites el campo de audición de la Palabra
de Dios, haciendo llegar la Buena Nueva a millones
de personas» 4• En esta línea cabe recordar algunas
obras que aparecen como lugares y momentos ori-
ginales y privilegiados en los que se realiza nuestra
misión juvenil y popular:
- la actividad de los Centros editoriales para la
producción o difusión de libros, subsidios, re-
vistas para los jóvenes,
- las emisoras de radio y TV,
- los centros de investigación y producción de
programa: audiovisuales (discos, cassettes, vi-
deocassettes, fotografías, películas, posters... ),
así como radiofónicos y televisivos, que son
considerados de por sí obra pastoral sale-
siana 5•
Por último, hay que recordar los esfuerzos reali-
zados en estos últimos años para llegar a una co-
ordinación a nivel interinspectorial, o nacional o re-
gional, de iniciativas editoriales para intensificar y
ampliar la eficacia y para no despilfarrar personas
y medios en «duplicados» inútiles.
Los diversos documentos y relaciones destacan 151
los siguientes puntos débiles:
- en la formación de los salesianos para los
MCS: falta de planes, programas y hombres
especializados para la formación sistemática de
los salesianos en los MCS;
- en la información salesiana: falta de una
«orientación autorizada, estable y segura», para
los Boletines y la información salesiana 6; ca-
4 EN 45.
6 Cfr Sch.Prec. 185. 187c.
« Cfr RRM .249 c.

15.10 Page 150

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158
Documentos capitulares CG21
renda de «corresponsales con el Centro» para
la información salesiana 7;
- en los MCS al servicio de la evangelización:
iniciativas a nivel individual, no conectadas ni
sostenidas adecuadamente por las comunida-
des; insuficiencia de conexión entre centros de
producción y de distribución; falta de estruc-
turas de animación y de coordinación con el
Centro, a nivel inspectorial y nacional; escasa
relación con los organismos eclesiales de los
MCS.
Pero el punto más débil y delicado es la preocu-
pante escasez de personas y grupos de salesianos
capaces de elaborar, a través de los nuevos len-
guajes de los MCS, los contenidos y los mensajes
de una evangelización adaptada al hombre de nues-
tro tiempo. Faltan, o son absolutamente insuficien-
tes, los grupos de reflexión, de estudio, de experi-
mentación y de elaboración fundados sobre serias
bases científicas.
En la raíz de esta situación existen, ciertamente,
problemas de escasez de personal, pero también
falta de visión. Se han preparado instrumentos y
estructuras y se ha buscado la necesaria prepara-
ción técnica e instrumental, pero no se ha puesto
igual atención en la preparación de las personas
y en la búsqueda de contenidos culturales.
5.5 Líneas de acción
152 Las estructuras centrales (Dicasterio, Secretaria-
do) y las inspectoriales háganse cargo, cada una en
su ámbito y competencia, del problema de la for-
mación de los salesianos para los MCS.
A tal fin, son necesarios programas-base para los
distintos grados de la formación, y, sobre todo, hay
que encaminar hacia los estudios especializados a
7 RRM .239 d.

16 Pages 151-160

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16.1 Page 151

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 159
los hermanos que hayan de encargarse de este sec-
tor formativo. Destinar algunos hermanos a la cua-
lificación y especialización en MCS, no significa
perder fuerzas apostólicas, sino antes bien hacerlas
más eficientes y multiplicarlas.
Otra línea de renovación consiste en introducir
el «lenguaje total de la Comunicación» en la ac-
ción pastoral.
Los audiovisuales, la expresión dramática, la crea-
tividad (pintura, dibujo, gráficos ... ), la música y el
canto no se han de considerar como actividades
complementarias y subsidiarias, para usar sólo oca-
sionalmente. Constituyen un verdadero lenguaje,
que no hay que descuidar ni infravalorar en el diá-
logo educativo con los jóvenes de las nuevas gene-
raciones, para los cuales estas formas de comuni·
cación parecen particularmente congeniales.
La experiencia demuestra que el uso de los nue-
vos lenguajes se revela eficaz y fecundo no sólo en
el plano de la didáctica escolar y de la expresión
artística, sino también en la animación catequística,
en la educación a la oración y en la liturgia.
Será útil una acción sistemática que mire un con·
venia e intercambio entre Inspectorías y Regiones
a fin de evitar «duplicados» de gastos y esfuerzos
inútiles. Hay que incrementar, en las formas más
eficaces y según las posibilidades concretas de las
Conferencias inspectoriales, de los Grupos y de las
Comunidades inspectoriales, la creación y consolida-
ción de «actividades específicas» en los diversos paí·
ses, en armonía con los planes del episcopado, y
relacionadas orgánicamente entre sí para un ser-
vicio de comunicación social destinado y abierto a
los jóvenes (radio-TV privadas, editoriales, coope-
rativas teatrales juveniles, centros de producción de
programas cine-video, etc.).
Para sensibilizar los diversos ambientes a la no-
vedad del lenguaje y al cambio de mentalidad, pro-
grámense y realícense en las escuelas, en los centros
juveniles y en las parroquias cursos sistemáticos
de formación para ver críticamente los programas
culturales e informativos de los «mass-media», y

16.2 Page 152

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160
Documentos capitulares CG21
utilícense los Medios de Comunicación Social como
medios ordinarios de comunicación educativa. En
particular, desarróllese el uso creativo de lo audio-
visual y de la escenificación en las actividades di-
dácticas y catequísticas.
Dése especial relieve, en el desarrollo de los MCS,
a la relación cultura-evangelización.
Para acelerar e intentificar nuestra aportación a
unos más adecuados MCS, establézcanse cursos de
formación profesional para jóvenes orientados a las
actividades profesionales de las Comunicaciones So-
ciales.
5.6 ORIENTACIONES OPERATIVAS
153 a) En dependencia del Dicasterio para la Fami-
lia Salesiana, el Secretariado de los MCS cuide la
coordinación, incremento y animación de los MCS
en la Congregación; disponga de los adecuados ser-
vicios para garantizar el cuidado de los sectores
y la mejor realización de los servicios a él con-
fiados; el Secretariado organice, a los oportunos
niveles, encuentros regulares de programación, co-
laboración y verificación para las diversas activida-
des de los salesianos en el campo de los MCS.
b) Para promover la investigación científica, el
estudio y la verificación de los problemas de común
interés salesiano en materia de MCS, el Dicasterio
cree una Consulta Central de expertos, Salesianos
y no Salesianos.
e) En unión con el Dicasterio, nómbrense, a ni-
vel inspectorial (o de Conferencia) encargados para
la coordinación, animación y consulta en el sector
de los MCS, al servicio de la formación para los
mismos, de nuestra misión evangelizadora y de la
información salesiana.
d) Para facilitar a los hermanos el acceso a las
fuentes históricas y de la espiritualidad salesiana
y a los documentos originales, foméntese el estudio

16.3 Page 153

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 161
de la lengua italiana, como lengua de unidad y de
comunicación dentro de la Familia Salesiana.
6. UNA NUEVA PRESENCIA SALESIANA
PARA LA EVANGELIZACION
Al término de la reflexión sobre el tema general, 154
EVANGELIZACION, TESTIMONIO Y ANUNCIO,
DOS EXIGENCIAS DE LA VIDA SALESIANA EN-
TRE LOS JOVENES, el CG21 es consciente de ha-
ber tocado muchos puntos problemáticos de nues-
tras comunidades.
En todo el presente documento, que ha querido
ser una revisión realista y serena de la vida y de
la acción de los salesianos, particularmente en el
último sexenio, se vuelve, como perspectiva del fu-
turo y como medida del pasado, a hacer referencia
a la RENOVACION. Y no podía ser de otra forma,
desde el momento que el XX CGE, con su carácter
de «especial» querido por el Concilio, puso a la
Congregación en estado de «renovación» 1•
Queremos concluir reflexionando una vez más so-
bre este argumento, que pone de relieve el aspecto
dinámico de la renovación en la fidelidad.
Se habla, por tanto, de NUEVA PRESENCIA SA-
LESIANA, indicando con esta expresión varias ini-
ciativas, a nivel interior y personal y a nivel de
estructuras y de organización, con repercusiones en
el espíritu y en las modalidades de acción.
6.1 «Nneva presencia salesiana»
El CGE, al hacer el análisis de nuestra pastoral 155
entre los jóvenes, afirma: «La misión salesiana no
ha sabido encontrar, en muchos sitios, la presencia
1 ACS 283, p. 16.

16.4 Page 154

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162
Documentos capitulares CG21
nueva que exigía un mundo en vías de transforma-
ción» 2•
No se trata de una afirmación aislada. Refirién-
donos a un tema tan central en nuestro CG21, EL
PROYECTO EDUCATIVO SALESIANO, recordemos
otra expresión del CGE: «En la situación de los
jóvenes de hoy, el "sistema preventivo" exige que
se busque una presencia nueva. Nuestra eficacia
educativa depende de la finalidad renovada al Sis-
tema Preventivo de Don Bosco» 3.
Es importante, y en algunos aspectos esencial,
acoger la apremiante invitación de la Congregación.
«En la seguridad de que frecuentemente una re-
novación eficaz comienza por las iniciativas de
hombres y grupos particularmente disponibles, el
Capítulo General anima a realizar oportunas expe-
riencias de formas nuevas de testimonio y servicio
en medio de los más pobres, según el espíritu mi-
sionero de Don Bosco, dispuesto a intervenir donde
más urgentes son las necesidades» 4.
Volviendo a leer la orientación del CGE, se en-
cuentran algunas indicaciones significativas:
6.1.1 Un relanzamiento del espíritu de iniciativa.
No es un descubrimiento de nuestros días.
Los Salesianos de la primera generación apren-
dieron, en la escuela de Don Bosco, a ser empren-
dedores y valientes.
La historia de la expansión salesiana en el mundo
es una clara demostración de la eficacia de la en-
señanza de nuestro Fundador.
Afirma don Albera: «Hay que saber unjr el es-
píritu de iniciativa personal con la debida sumisión
al superior; precisamente de este espíritu saca nues-
tra Sociedad esa genial modernidad que nos da la
posibilidad de hacer el bien exigido por las nece-
sidades de tiempos y lugares» s.
2 ACGE 393.
ª ACGE 188.
• ACGE 619.
6 ACS, 2 (1921), 4.

16.5 Page 155

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 163
Don Rinaldi, más tarde, con palabra más incisi-
va, escribía:
«Esta elasticidad de adaptación a todas las for-
mas de bien que van continuamente surgiendo en
la humanidad, es el espíritu propio de nuestras
Constituciones: y el día en que se introdujese una
desviación contraria a este espíritu, sería el fin de
nuestra Pía Sociedad. La aprobación de 1874 ha
consagrado este principio, y nuestra Pía Sociedad
comenzó a ser de todos los tiempos, a medida que
se iba extendiendo a todos los lugares. Pero este
creciente desarrollo creó la necesidad de modificar
las Constituciones» 6,
En perfecta sintonía se halla la interpretación que
Don A. Caviglia ha dado de la historia salesiana:
«A esto se debe... el hecho de que las personas por
él destinadas a iniciar nuevas fundaciones, sin aban-
donar el espíritu de institución, pudieron dar a
cada una la impronta particular que las condiciones
del lugar exigían, apareciendo ellos mismos, lo que
no es poco mérito, como auténticos fundadores de
obras fuertes y diversamente eficaces.
Quien conoce la vida y sabe historia, comprende
cuán gran dosis de genialidad y de sabiduría se
contiene en concebir y actuar un principio como
éste» 7•
6.1.2 Una atención a la INTUICION y
SENSIBILIDAD de algunos hermanos
«Una renovación eficaz comienza a menudo por
las iniciativas de hombres y grupos particularmen-
te disponibles», dice el CGE.
Se trata, pensamos, de una disponibilidad para
con el Espíritu de Dios que habla y urge; de una
sensibilidad al grito de muchachos y jóvenes que
llaman y esperan s.
8 ACS, 3 (1923), 21.
7 A. CAVIGLIA, Don Bosco, Profilo Storico, SEI, Turín,
1934, 2.°, pp. 169-170.
8 Cfr discurso de Pablo VI al CG21 477.

16.6 Page 156

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164
Documentos capitulares CG21
6.1.3 Un cuidado por trabajar SEGUN EL ES-
PIRITU MISIONERO de Don Basca asegurando la
«identidad congregacional» de nuestro proyecto re-
ligioso «en su espíritu y en su forma» 9, No basta
que una iniciativa se presente como nueva, como
apostólicamente válida y entusiasmante, para que
pueda decirse salesiana.
Existen unos criterios que hay que aplicar.
Ante todo, la forma de vida y el estilo apostólico
deberán ser comunitarios. «El vivir y trabajar to-
dos unidos es para nosotros, salesianos, una exigen-
cia fundamental y un camino seguro para realizar
nuestra vocación» 10.
Camino que, muchas veces, resulta fatigoso es el
de hacer que toda la comunidad inspectorial entre
en el proceso de renovación; pero es la garantía
de éxito según el plan de Dios, y de la empresa
apostólica y de la vocación salesiana.
Un segundo criterio, íntimamente ligado al aspec-
to comunitario de la misión, es el del «mandato
recibido».
La caridad pastoral exige la comunión jerár-
quica.
No tiene sólo valor jurídico la «carta de obedien-
cia»: «los Superiores y comunidades (son) como in-
térpretes cotidianos de la voluntad de Dios» 11.
9 Intervención del RM en la Sala Capitular, 30.1.1978.
1° Const. 50.
11 Const. 91. El decreto conciliar PO, que puede citarse
aquí oportunamente, afirma: "Esta obediencia que conduce a
la más madura libertad de los hijos de Dios, exige por su
naturaleza que, al escogitar prudentemente los prebíteros, en
el cumplimiento de su ministerio, movidos de la caridad, nue-
vos métodos para el mayor bien de la Iglesia, propongan con-
fiadamente sus propósitos y expongan insistentemente las ne·
cesidades de la grey que les ha sido confiada, prontos siempre
a someterse al juicio de los que ejercen la autoridad principal
en el gobierno de la Iglesia de Dios" (PO 15).

16.7 Page 157

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 165
6.2 Realizaciones de «una nueva presencia
salesiana»
6.2.l Hay una NUEVA PRESENCIA SALESIANA 156
que compromete directamente el corazón de los
hermanos, y únicamente su santidad llegará a ex-
presar en cada caso, respondiendo con generosidad
a la gracia del Espíritu, volviendo a vivir el caris-
ma de la vocación salesiana. ¡Renovándose interior-
mente, los hermanos hacen nueva la Congregación!
A este propósito el CG21 exhorta a todos los her-
manos a recordar la afirmación del CGE: «Para
actuar el discernimiento y la renovación necesarias
no bastan los historiadores, ni los teólogos, ni los
políticos, ni los organizadores: hacen falta hom-
bres profundamente espirituales, hombres de fe,
que vibren por las cosas de Dios y estén dispuestos
a una obediencia decidida como la de nuestro Fun-
dador. La genuína fidelidad a Don Rosco no con-
siste en copiarlo en lo exterior, sino en imitar la
fidelidad de Don Bosco a las mociones del Espíritu
Santo»u.
6.2.2 Hay una NUEVA PRESENCIA SALESIANA 157
ligada al trabajo y a la actividad que los hermanos
y las comunidades locales e inspectoriales realizan
en las obras surgidas durante toda la historia pa-
sada, y que nosotros llamamos OBRAS Y ACTIVI-
DADES TRADICIONALES.
El presente documento ha intentado, reflexionan·
do sobre los ambientes y vías de la evangelización,
formular indicaciones prácticas para dar nueva vi-
talidad a aquellas iniciativas que el tiempo, las
nuevas condiciones sociales, culturales y eclesiales,
y el cansancio de los hermanos amenazan vaciar de
significado y hacer ineficaces. Exhorta a una reno-
vación real, si bien, a veces, difícil. La Relación del
Rector Mayor se expresa así: «A menudo... el con-
cepto de nueva presencia ha sido empobrecido al
ser visto «en un solo sentido», o sea, según un
12 ACGE 18.

16.8 Page 158

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r
166
Documentos capitulares CC-21
umco «modelo tipo». No parece haberse proyectado,
por ejemplo, según el espíritu del CGE, la renova-
ción de la presencia salesiana en las obras tradi-
cionales, como podría ser la creación de una es-
cuela verdaderamente «piloto», o una nueva pers-
pectiva pastoral para una presencia diversa de la
escuela o del centro juvenil en el barrio, etc.» 13.
La renovación, por otra parte, no se postula sólo
a nivel metodológico, pastoral, operativo. Debe lle-
gar al nivel comunitario.
«Las comunidades, pequeñas o grandes, no po-
drán ayudar a sus miembros más que permane-
ciendo constantemente animadas por el espíritu
evangélico, alimentadas por la oración y generosa-
mente marcadas por la mortificación del hombre
viejo, por la necesaria disciplina para la formación
del hombre nuevo y por la fecundidad del sacrificio
de la Cruz» 14.
158 6.2.3 Hay una NUEVA PRESENCIA SALESIA-
NA, fruto de la creatividad pastoral que sabe cu-
brir espacios de intervención, a favor particular-
mente de los jóvenes, hasta hoy poco considerados.
A título de ejemplo se indican algunos de estos
espacios de intervención:
a) la necesidad espiritual de muchos jóvenes de
las grandes ciudades, indiferentes o alejados
de la Iglesia y de la fe;
b) el interés, a nivel de promoción humana y
cristiana, por la juventud y el pueblo de los
ambientes marginados, no sólo en los llama-
dos países en vías de desarrollo, sino también
en los industrializados is;
e) la animación de movimientos juveniles, mien-
tras se asiste a la búsqueda y al deseo por
13 RRM 175.
14 ET 41.
15 Cfr Conclusiones del Congreso "Salesianos y promoción
humana y cristiana en ambientes de marginación", Roma, Cruia
Generalicia, 19-24.2.1977.

16.9 Page 159

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 167
parte de los jóvenes de una conexión que su-
pere los límites de la propia zona.
Las Constituciones expresan bien estas situacio-
nes y exigencias: «Debemos actuar con la constan-
te creatividad pastoral heredada de Don Bosco, re-
novando las existentes, adaptándolas a la evolución
de las necesidades y creando otras nuevas que res-
pondan mejor a los cambios y exigencias de los
tiempos» 16.
Los servicios que nacen serán prestados:
- en algunos casos, por hermanos individual-
mente o en grupos, a tiempo pleno o limitado
partiendo de una comunidad dedicada funda-
mentalmente a otra actividad;
- en otros casos, por comunidades creadas a
propósito, generalmente con un número redu-
cido d€ hermanos; siempre con el objetivo de
una «educación y gradual evangelización de
otros muchos jóvenes, sobre todo, entre los
más pobres, con los que sólo se puede entrar
en contacto dentro de su ambiente natural y
en su estilo de vida espontáneo» 11.
El servicio salesiano al cual se nos dedica, será
ofrecido o directamente a las instituciones de la
Iglesia local o a aquellas iniciativas que son promo-
vidas por nuestras instituciones para responder a
las necesidades locales 1s.
Realmente, no se nos oculta la problemática que
plantea tal «creatividad pastoral».
En general, se polariza en torno a algunos puntos
esenciales; entre ellos, éstos más significativos:
- la difícil relación entre esa nueva presencia
salesiana y el ambiente que, con las contra-
dicciones y tensiones de todo tipo, acentúa la
dificultad de definir el sentido de nuestra pre-
18 Const. 27.
17 Const. 30.
lS Cfr ACGE 81, 82.

16.10 Page 160

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168
Documentos capitulares CG21
senda y hace inestable el equilibrio entre exi-
gencias religiosas y servicio apostólico;
- la difícil relación entre esa nueva presencia
salesiana y la comunidad inspectorial se debe
atribuir también a la falta de comunicaciones
oportunas y de entendimiento acerca de al-
gunas opciones particulares de trabajo, y a la
aparente huída de tales hermanos de los com-
promisos de la inspectoría anteriormente asu-
midos.
159 6.2.4 Hay una NUEVA PRESENCIA SALESIA-
NA que, después del CGE, llamamos en la Congre-
gación PEQUE&AS COMUNIDADES.
En la diversidad de las formas, adaptadas a los
lugares y a las urgencias, el CGE 19 señalaba como
características fundamentales las siguientes:
- búsqueda de una vida salesiana inás inserta
entre los destinatarios, por la proximidad de
estilo de vida y de morada;
- servicios menos estructurados, más ágiles y
con más facilidad para responder a las espe-
cíficas exigencias de la zona;
- naturaleza experimental de tales iniciativas,
nacidas por una parte, «del deseo de una in-
tensa comunión entre las personas, (pero tam-
bién) de la vocación de insertarse en ambien-
tes especiales de vida y de trabajo» 20.
6.3 Revisión del CG21 de una de las realizaciones
de nueva presencia: las pequeñas comunidades
Dentro de lo que hemos llamado nueva presen-
cia salesiana, las pequeñas comunidades son las
que mayor preocupación han despertado en algu-
nas partes de la Congregación en el pasado sexe-
1° Cfr ACGE 510, 515.
zo ACGE ~no.

17 Pages 161-170

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17.1 Page 161

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Los Salesianos evangelizadores de l'os jóvenes 169
nio. Por ello detenemos más la atención sobre ellas,
para recoger tanto los aspectos positivos como los
elementos negativos 21.
6.3.1 Positivamente, las pequeñas comunidades 160
han despertado en algunas inspectorías una aten-
ción más viva y concreta hacia los jóvenes margi-
nados, una búsqueda de estrategias de intervención
adecuadas a las necesidades reales de algunas zo-
nas pastoralmente alejadas e impenetrables.
A veces han ofrecido nuevos campos de acción
apostólica a grupos juveniles de nuestras obras,
contribuyendo a comprometerlos cristianamente. A
algunos hermanos les han ofrecido la posibilidad
de descubrir el sentido de la participación perso-
nal, de la corresponsabilidad, de la pobreza 22.
Han servido para despertar, en ambientes extra-
ños y a veces hostiles al influjo de la Iglesia, los
interrogantes de la fe y del sentido de la vida, in-
cluyendo a jóvenes y adultos en un crecimiento
cristiano progresivo hasta compromisos de testimo-
nio y de servicio en el ambiente de su vida.
6.3.2 Entre los aspectos negativos anotamos los
que más han influido en el fallo de algunas expe-
riencias. Algunos defectos y errores se manifiestan
más fácilmente en las «pequeñas comunidades»,
aunque no faltan en las otras:
- defectos de convivencia subrayados por la in-
mediatez de la vida común; o referencia a ideo-
logías no aceptables desde el punto de vista
religioso y eclesial 23;
- dificultades de reintegración a las comunida-
des ordinarias;
21 Se han utilizado: a) la "Relazione Generale sullo stato
della Congregazione", especialmente los nn. 135-136, 175;
b) SARTI, Dati Statistici sulle Opere della Congr., pp. 138-139;
e) el material de los CI 77, recogido por el así llamado "Gru-
po de mayo", vol. 2.0 y 4.0
22 Cfr Grupo de mayo, Esquema V.
23 RRM 135.

17.2 Page 162

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170
Documentos capitulares CG21
- problemas y deficiencias en el ejercicio de la
autoridad, debidas también a la falta de una
clara orientación general;
- trabajo no siempre bien organizado y a veces
disperso;
- irregularidad en los ritmos de oración común,
debida a menudo a la variedad de los come-
tidos apostólicos 24;
- actitud de contestación de la autoridad y de
las normas que ésta emana;
- búsqueda de formas de comunidad compuesta
no sólo de religiosos, al margen de las normas
constitucionales.
161 6.3.3 El cuadro de referencia que el CG21 vuelve
a presentar remite a las indicaciones del CGE:
- sincera comunión con la inspectoría y con su
centro, tanto al comienzo de la obra como una
vez puesta en marcha;
- proyecto apostólico concreto en sus objetivos
y elaborado comunitariamente de acuerdo con
el Inspector y su Consejo, según las indicacio-
nes de la Iglesia local;
- elección de personal idóneo y numéricamente
suficiente, con exclusión de los hermanos jó-
venes en fase de formación inicial;
- determinación, por parte de los organismos
inspectoriales, de las modalidades del ejercicio
de la autoridad 25;
- ritmos de oración y de encuentro, según las
Constituc>mes y los Reglamentos, realizando
«la unión entre las exigencias de la vida común
y del apostolado, momentos distintos pero in-
separables de la caridad apostólica» 26;
24 RRM 135.
25 Cfr ACGE 515.
28 ACGE 508.

17.3 Page 163

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 171
- no se realiza una «nueva presencia» para ex-
perimentar nuevas formas de comunidad reli-
giosa, sino para ofrecer un servicio que no se
podría prestar de otra forma 27;
- los hermanos manténganse dispuestos a vol-
ver a pasar a las comunidades salesianas ha-
bituales 28;
el Inspector con su Consejo tenga frecuentes
y fraternos encuentros como signo de comu-
nión y de apoyo, y haga periódicamente, como
ayuda, una evaluación del compromiso y de]
trabajo de los hermanos.
En resumen:
La última palabra sigue siendo: renovarse y re-
novar con miras a la evangelización.
«Percibiendo más ampliamente las inclinaciones
de los espíritus y las exigencias de los hombres de
hoy, debéis procurar que de vuestras fuentes salte
el agua con renovado vigor y frescura. Tal com-
promiso es apto para encender el alma en propor-
ción de las dificultades» 29,
27 La frase hay que leerla en el contexto del documento
"Una nueva presencia salesiana para la Evangelización" y el
grupo técnico la entiende a la luz de cuanto allí se dice:
O en las dos últimas líneas del n. 148: "Entre los aspec-
tos negativos. . . búsqueda de formas de comunidad compuesta
no sólo de religiosos, al margen de las normas constitucio-
nales".
O en el n. 143 c bis, de la 6.ª línea en adelante: "Existen
unos criterios que hay que verificar. Ante todo, la forma de
vida y el estilo apostólico deberán ser comunitarios. "El vivir
y trabajar todos unidos es para nosotros, salesianos, una exi-
gencia fundamental y un camino seguro para realizar nuestra
vocación" (Const. 50).
O en el n. 143 e bis, de la línea 14 en adelante: "Un se-
gundo criterio, íntimamente ligado al aspecto comunitario de
la misión, es el 'mandato recibido' ,..
28 Cfr ACGE 515.
2U ET 51.

17.4 Page 164

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172
Documentos capitulares CG21
Conclusión
DON BOSCO, UN MODELO Y UNA PRESENCIA
Toda obra de evangelización se construye a tra-
vés de un encuentro, «mediante el cual se llega a
la conciencia personal ( ... ) y se deja en.,. ella el in-
flujo de una palabra verdaderamente extraordina-
ria» 1•
162 Don Basca fue elegido por Dios para ir al en-
cuentro de los jóvenes más necesitados. Dios le dio
una humanidad particularmente apta a este fin, y
con los dones de la gracia lo hizo aún más capaz
de anunciarles y transmitirles su vida.
Pablo VI lo describe como una «admirable sín-
tesis de aptitudes y dotes humanas y de dones so-
brenaturales, genio universalmente reconocido de
la pedagogía moderna y de la catequesis, pero, más
aún, genio de la santidad» 2.
163 Nosotros, salesianos, somos llamados a participar
en su proyecto apostólico. Por eso tenemos el don
de conocerlo y nos sentimos movidos a amarlo
como a nuestro Padre y Fundador. No es para nos·
otros un simple recuerdo del pasado, sino una pre-
sencia carismática, viva, operante y lanzada al fu.
tura.
En él nos comprendemos mejor a nosotros mis-
mos, y encontramos el verdadero sentido de per-
tenencia a la Congregación, la cual «no es sólo fruto
de una idea humana, sino de la iniciativa de Dios» 3•
El da sentido unitario también a todos y cada
uno de los elementos de nuestra vida salesiana:
desde la vida interior a la cohesión fraterna, a la
corresponsabilidad y a las programaciones apostó-
licas .
. 1 EN 46.
2 Discurso del S. Padre a los Capitulares, cit.
ª Const. l.

17.5 Page 165

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Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes 173
De estas raíces profundas creemos que ha nacido 164
también este documento y su mensaje.
La Iglesia, Don Bosco y los jóvenes nos llaman
a ser evangelizadores con estilo salesiano:
- ser salesianos para ser evangelizadores;
- ser evangelizadores para ser salesianos;
- encontrar a los jóvenes en la realidad de su
persona y de su «condición», hoy;
- realizar la evangelización y hacer que llegue a
ser una respuesta concreta en la vida de los
jóvenes, mediante el Proyecto educativo y pas-
toral salesiano, con sus contenidos, su estilo
y su espíritu, sus caminos en los distintos am-
bientes en que trabajamos.
Estos compromisos interpretan el momento his- 165
tórico que atravesamos y sus signos.
Los sentimos como esenciales a nuestra vida y
a nuestra vocación que se renueva. Son importan-
tes y decisivos, y, en la perspectiva de la evangeli-
zación, representan una profundización, y, en cierto
sentido, una novedad con relación al CGE.
Dios nos llama a estos compromisos en la perso-
na de Don Bosco, y nosotros respondemos con ale-
gría salesiana. «Sí, con la alegría, porque (... ) la ale-
gría es una necesidad incoercible del muchacho y
del joven, pero también es un reflejo de la gracia
de Dios y de la serenidad interior» 5•
4 Ibídem.
5 Discurso del S. Padre a los Capitulares, cit.

17.6 Page 166

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17.7 Page 167

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IC G 21 424/4.0.41 1
Documento 2
EL SALESIANO
COADJUTOR
Una vocaci6n de «religioso laico»
al servicio de la misi6n salesiana

17.8 Page 168

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176
Documentos capitulares CG21
SUMARIO
Introducción ... ... ... ... ... ... ... ... ... 166-170
l. El se en la comunidad salesiana ... 171-196
1.1
1.2
RLtiaadsagadoccsvioófcnuancadipoaonmastelóndltieacllaessededl.e..sel..a.
iden-
... ...
... ...
172-180
181-185
se 1.3
Algunos rasgos de la vida espiri-
tual del ... ... ... ... ... ...
186-191
1.4 Participación en la vida y en el
gobierno de la Congregación ... ... 192-193
1.5 Esencial correlación entre el SC y
el SP ... ... ... ... ... ...
194-196
2. La Congregación Salesiana y el se
197-198
3. El servicio del Superior Salesiano y
el se ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 199-205
3.1 El problema ... ... ... ... ... ... ... 199
3.2 La reflexión y las deliberaciones
del CGE ... ... ... ... ... ... ... ... 200
3.3 El Congreso Mundial Salesiano
Coadjutor y los CI 77 ... ...
201-202
3.4 El CG21 ... ... ... ... ... ... ...
203-205
4. Orientaciones operativas ... ... ... ... 206-211

17.9 Page 169

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INTRODUCCION
El grande corazón de Don Bosco habría querido 166
salvar el mundo entero: por eso buscó constante-
mente colaboradores que le ayudasen a realizar su
sueño apostólico. Los primeros fueron sus mismos
jóvenes; vinieron luego sacerdotes, clérigos y laicos.
Algunos de ellos llegaron a ser sus salesianos «sa-
cerdotes, clérigos y laicos» previstos y queridos por
la primera redacción, manuscrita, de sus Reglas
(1858-60) l,
A los Salesianos Coadjutores (SC) Don Bosco les
confió una gama vastísima de actividades: un es-
pecífico camino de santidad en la prestación de di-
versos servicios a la Comunidad; responsabilidades
administrativas y dirección de algunos sectores; co-
metidos educativos y apostólicos; actividades de
evangelización en tierra de misión. Veía la necesi-
dad y la riqueza de su presencia en la Congregación,
participando en la obra apostólica de la comunidad
en ocupaciones más propias del laico que del sa-
cerdote, y en la posibilidad de dar un testimonio
cristiano y de aportar su obra evangelizadora allí
donde el sacerdote resultaba inoportuno o no podía
llegar 2•
Este primer siglo de historia de la Congregación
testimonia el progresivo, y no siempre fácil, reali-
zarse de la intuición de Don Bosco en formas siem-
pre más ricas, diversas y profundas.
'
El CG19 (1965), atento a la nueva sensibilidad y 167
a las nuevas exigencias de la Iglesia en Concilio,
afrontó el estudio de la figura del SC, subrayando
su original y característica realidad. Recordó que
es «un elemento constitutivo de la Sociedad sale-
siana (... ), la cual, sin Coadjutores, no sería la que
quiso Don Bosco» 3; proveyó a una inserción más
1 MB V 937.
2 MB XII 152, 823; XIV 394, 783; XV 312-314.
ª ACS 244, p, 75.

17.10 Page 170

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178
Documentos capitulares CG21
viva del mismo en la vida de la Congregación 4; se
interesó por su formación cada vez más comple-
tas, «pidiendo» a los organismos competente's que
se encarguen de que prosiga el estudio de la par-
ticular vocación y realidad del Coadjutor Salesia-
no bajo el aspecto teológico, espiritual, jurídico,
histórico y apostólico, con el fin de elaborar una
doctrina y una espiritualidad del Hermano laico» 6.
168 El CGE (1971), llamado a definir de manera re-
novada la identidad global de la Congregación, tra-
tó del SC en el contexto de la misión salesiana ac-
tuada por la comunidad religiosa. Hablando de los
corresponsables de nuestro misión, afirmó la com-
plementariedad de funciones, cohesión y correspon-
sabilidad fraterna entre todos los miembros con
miras a los objetivos pastorales propuestos. Así
pues, delineó la identidad del SC, su vocación di-
vina y original, su participación en todas las for-
mas educativas y pastorales salesianas no ligadas
al ministerio sacerdotal, su papel integrante e in-
sustituible para el éxito del trabajo común 1. Con-
cluyó con algunas orientaciones operativas, en las
que, entre otras cosas, se afirma: «El más impor-
tante y decisivo trabajo por realizar, sigue siendo
la sensibilización o mentalización, como se dice, de
toda la Congregación sobre el Coadjutor Salesia-
no» 8• A tal fin dispuso la organización de Congre-
sos inspectoriales, regionales y mundial 9.
169 El «Congreso Mundial Salesiano Coadjutor», ce-
lebrado en Roma del 31 de agosto al 7 de septiem-
bre de 1975, trató los siguientes temas: Identidad
del SC en sus aspectos históricos, teológicos, jurí-
dicos; su acción apostólica; su formación; propues-
ta de la vocación religiosa laical a los jóvenes de
la sociedad actual.
4 ACS 244, pp. 79-80.
6 ACS 244, pp. 82, 83, 84.
ª ACS 244, p. 80.
7 Const. 34; CGE 145-149.
8 CGE 184.
9 CGE 184.

18 Pages 171-180

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18.1 Page 171

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El Salesiano Coadjutor
179
De este Congreso, junto a notables aportaciones
doctrinales, sobresalían también evidentes proble-
mas 10, sobre los cuales volvit;!ron a tratar un año
más tarde numerosos Capítulos Inspectoriales con·
vacados para la preparación del eG21. Estos pidie-
ron a este eG que recopilara orgánicamente los es-
tudios y reflexiones de los últimos años en busca
de una respuesta a los problemas todavía abier-
tos u.
Quizá la actual crisis vocacional, más sentida en
los coadjutores que en los sacerdotes, y las dificul-
tades de convivencia y colaboración que en ocasio-
nes surgen en las comunidades, son debidas tam-
bién a un conocimiento incompleto y, en consecuen-
cia, menor estima de la figura del se. «A diferencia
de la crisis del sacerdote, consistente en un vacío
y una deformación de su identidad, la esencia de
la crisis del se es de ignorancia de su identidad,
o, si queremos, proviene de un conocimiento ina-
decuado, limitado o acaso falseado. Ignorancia que,
por desgracia, hay que lamentar, a menudo, en los
salesianos sacerdotes y... quizá hasta en los mis·
mas hermanos coadjutores» 12.
El eG21 quiere afirmar, ante todo, la plena vali- 170
dez de esta vocación de religioso laico en todas las
expresiones queridas por Don Bosco y en las exi-
gidas por la misión salesiana hoy.
En segundo lugar, quisiera responder, al menos
en parte, a las esperanzas de la Congregación, con
una reconsideración de la figura del se en el cua-
dro del CGE y a la luz de la teología del Vaticano 11.
Este estudio, más que agotar el argumento, conti-
núa una reflexión y anima a intensificar su pro-
fundización en la línea abierta por el Concilio en
el campo de la teología de la vida religiosa, en ge-
neral, y de la vida religiosa laical, en particular.
Nuestro trabajo se sitúa así en la línea del tema
propuesto para el eG21: «Testimoniar y anunciar
1° CMSC pp. 545-554.
11 Sch. Free. 349-351.
12 CMSC p. 607.

18.2 Page 172

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180
Documentos capitulares CG21
el Evangelio», ya que el SC es componente indis-
pensable de la comunidad salesiana evangelizada y
evangelizadora, y, como tal, está llamado a ser siem-
pre y en todas partes auténtico testimonio y fiel
evangelizador.

18.3 Page 173

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El Salesiano Coadjutor
181
l. EL SALESIANO COADJUTOR
EN LA COMUNIDAD SALESIANA
Don Basca, en su afán de salvar a la juventud, no 171
se sirvió solamente de colaboradores esporádicos y
aislados, sino que, por inspiración del Espíritu
Santo, reunió a los más fieles y adictos en una
Congregación: por consiguiente, no serán los indi-
viduos en singular los que llevarán adelante su
mensaje, sino sus comunidades, «formadas de ecle-
siásticos y laicos», fraternal y profundamente inte-
grados entre sí 13• Por eso, sólo dentro de la comu-
nidad fraterna y apostólica puede ser estudiada y
valorada adecuadamente la dimensión exacta de
cada salesiano.
Al tratar de la identidad vocacional del SC, es
preciso partir de su condición de miembro de la
comunidad salesiana y tener ésta presente en todo
momento. En la comunidad él vive, se desarrolla,
testimonia su vocación; en ella revela, a sí mismo
y a los demás, su verdadera identidad.
1.1 Rasgos fundamentales de la identidad
vocacional del se
A primera vista, el SC aparece que no es un «ecle- 172
siástico» 14 ni tampoco simplemente un «laico» 1s: es
un bautizado llamado por Dios a darse totalmente
a El en Cristo, para servirle como «religioso laico»
en la Congregación salesiana. En ella y en comu-
nión con el salesiano sacerdote, realiza con el es-
píritu de Don Bosco la misión específica de promo-
ver la educación integral cristiana de los jóvenes,
especialmente los más pobres 16. Conviene examinar
más detalladamente algunos elementos.
1'l CMSC pp. 88-89; Constituciones manuscritas MB V, 397.
14 Cf LG 111, especialmente n. 28.
15 Cf LG 31.
10 Cf Const. 2-7, 9-10, 17-20, 40.

18.4 Page 174

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182
Documentos capitulares CG21
1.1.1 Una vocación salesiana completa
y significativa
173 Dicen las Constituciones: «El cristiano, que entra
en la Sociedad como coadjutor, responde a una vo-
cación divina original: la de vivir la consagración
religiosa laical al servicio de la misión salesiana» 11.
Esta vocación es una realidad:
- concreta. Dios no llama a ser genéricamente
salesiano, sino que hace comprender, a veces
gradualmente, que la llamada es para reali-
zar el proyecto de Don Basca como religioso
laico;
- completa en sí misma. Dentro de la Congrega-
ción no existen dos grados distintos, ya que
el SC participa de todos los elementos que
componen la vocación salesiana: misión juve-
nil, comunión fraterna-apostólica, consagra-
ción religiosa, espíritu salesiano 18• Por consi-
guiente, participa de la misión a título propio,
y no derivado de otros 19;
- original. El SC es una «genial creación del gran
corazón de Don Bosco, inspirado por María
Auxiliadora» (Don Rinaldi) 20• Esta vocación,
por tanto, es característica respecto a otras:
dentro de la Iglesia, porque está al servicio de
la misión salesiana, y dentro de la Familia Sa-
lesiana, porque la .vive como religioso laico en
una comunidad con características propias he-
redadas del Fundador;
- significativa. Abarca todas las dimensiones de
la vida y ofrece la posibilidad de un completo
desarrollo de la propia personalidad.
17 Const. 37.
18 Cf PC 10.
19 Const. 3.
20 Cf ACS 40, p. 572.

18.5 Page 175

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El Salesiano Coadjutor
183
1.1.2 Que se injerta en la vocación cristiana
La vocación del SC es un desarrollo de la con- 174
sagración conferida por los sacramentos del bautis-
mo y de la confirmación, mediante la cual vive los
valores cristianos del pueblo de Dios: santificado y
enviado por Dios Padre para la salvación del mun-
do, participa de la misión y acción de Cristo pro-
feta, sacerdote y pastor, y se inserta así en la mi-
sión de la Iglesia de testimoniar y anunciar el Evan-
gelio.
En su vocación de religioso laico salesiano, el
SC asume también la actitud fundamental del cris-
tiano: conciencia de la común dignidad de hijos de
Dios y hermanos en Cristo, y de la común corres-
ponsabilidad en la edificación de su Cuerpo y de
la común vocación a la santidad; libertad evangé-
lica, que es don del Espíritu, vivo sentido de la per-
tenencia a la Iglesia local que preside el Obispo,
renovada presencia en la sociedad, y, en fin, soli-
daridad cristiana especialmente con los pobres, sen-
sibilidad y apertura a los «signos de los tiempos>i
y atención activa a las necesidades concretas 21.
1.1.3 Al servicio de la misión salesiana
Don Bosco consideró que, para realizar plena- 175
mente su misión de promoción humana y cristiana
entre los jóvenes pobres y abandonados, era nece-
sario la contribución del religioso laico.
La vocación hace a cada SC partícipante de la
misión salesiana confiada a la comunidad, y al mis-
mo tiempo corresponsable de su realización. Cada
SC «recibe una parte de la misión salesiana para
cumplir a título de miembro, y, por tanto, en ínti-
ma y estrecha solidaridad con sus hermanos. Por
eso, cualquier servicio, dentro de la comunidad,
aun no siendo un apostolado directo, participa de
dicha misión y es servicio y testimonio de dimen-
siones eclesiales» 22.
21 Cf CMSC pp.116-126.
22 Cf CGE 29.

18.6 Page 176

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184
Documentos capitulares CG21
1.1.4 Vivida y realizada en comunidad
176 El proyecto apostólico de Don Bosco es comuni-
tario. Por tanto, el SC recibe de Dios la vocación
salesiana con miras a su entrada en la comunidad,
y la vive dentro de ella, con conciencia de su co-
mún dignidad de hermano, como Don Bosco lo qui-
so y la tradición salesiana ha confirmado repetidas
veces 23. La fe y la caridad son el cimiento de esta
fraternidad salesiana caracterizada por el espíritu
de familia. Y este espíritu de familia crea en la
comunidad ese «clima de afecto correspondido, cu-
yos elementos esenciales son el aprecio y la con-
fianza recíprocos, que lleva al trato fraternal y a
la participación de bienes entre los hermanos» 24.
Participa en la comunión de oración, en la escu-
cha de la Palabra de Dios, en los sacramentos de
la Eucaristía y de la Reconciliación.
Toma parte corresponsablemente en la programa-
ción, actuación y revisión del proyecto apostólico
comunitario.
Es constantemente animado en la fidelidad a su
específica vocación y se hace, junto con sus her-
manos, signo de la nueva y definitiva fraternidad
instaurada por Cristo.
1.1.5 Con la profesión de los Consejos
evangélicos
177 El SC es consciente de que el empeño de santi-
ficación personal y la misión que se le ha confiado,
son superiores a las fuerzas humanas, pero sabe
también que el Señor, después de llamarle, con una
particular consagración que impregna. toda su vida
y su acción, lo habilita para ellas. Bajo la acción
del Espíritu, responde a la llamada de Dios ofre-
ciéndole la totalidad de su ser ·y de su obrar por
la salvación de los jóvenes.
23 Cf ACG XIX, pp. 75-78; ACGE 146.
24 ACGE 499.

18.7 Page 177

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El Salesiano Coadjutor
185
Expresa este compromiso en los votos religiosos,
con los cuales testimonia su modo de ser discípulo
de Cristo, y anuncia la vida nueva y la futura re-
surrección. La profesión de los Consejos evangéli-
cos constituye un elemento esencial de su ser sa-
lesiano 25.
El SC descubre también en la profesión religiosa
un profundo lazo de unión con la misión salesiana
y la vida de comunión. Halla en los votos una ga·
rantía de autenticidad y de eficacia sobrenatural
para su misión, una fuente de fraternidad y de
claridad pastoral, empuje y dinamismo apostólico.
Los votos lo hacen al mismo tiempo totalmente dis-
ponible para los demás y apto para su función, y
le comprometen a vivir íntegramente el Evangelio
que debe testimoniar y comunicar a los jóvenes 26•
1.1.6 Caracterizada por la laicidad
La dimensión laica! es la forma concreta con que 178
el SC vive y obra como religioso salesiano. Esta es
su característica específica, un valor destacado y
esencial de su identidad. La laicidad, por tanto, no
se ha de entender como algo negativo; no se re-
duce a un simple servicio o función; es el conjunto
de valores que constituyen al cristiano laico cualifi-
cado por la consagración religiosa salesiana.
He aquí cómo presenta esta laicidad el CGE:
«Vive con las características propias de la vida re-
ligiosa su vocación de laico, que busca el. Reino de
Dios, tratando las cosas temporales y ordenándolas
según Dios; ejerce el sacerdocio bautismal, su fun-
ción cultural, profética y de testimonio y su ser-
vicio real, de tal modo que participa verdaderamen-
te en la vida y en la misión de Cristo dentro de
la Iglesia; realiza, con la intensidad que proviene
de su congración específica, y por mandato de la
Iglesia y no en nombre propio como simple se-
glar, la misión de evangelización y de santificación
no sacramental; desempeña su misión de caridad
25 Cf LG 44 y Const. 3.
2° Cf Const. 68-72; ACGE 106, 117-125.

18.8 Page 178

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186
Documentos capitulares CG21
con mayor entrega, dentro de una Congregación
que se dedica a la educación integral de los jóvenes
particularmente necesitados; finalmente, como reli-
gioso, anima cristianamente el orden temporal, ha-
biendo renunciado a la secularidad, ejerce esta for-
ma de apostolado de manera eficacísima, educando
a los jóvenes a la animación cristiana del trabajo
y de los otros valores humanos» 21.
La dimensión laical afecta a toda la vida del SC:
la misión salesiana, la vida de comunidad, la ac-
ción apostólica, la profesión religiosa, la oración
y la vida espiritual son vividas por él como sale-
siano religioso laico. De este modo, su entera exis-
tencia se transforma en un testimonio salesiano
concreto, tanto ante los hermanos sacerdotes como
ante los destinatarios y ante todos los grupos de
la Familia Salesiana en general.
Y esto hace asumir también a la comunidad sale-
siana un aspecto propio querido por Don Bosco:
enriquecida con la dimensión laical, puede acer-
carse al mundo de manera más apostólicamente
válida 28•
179 Por la consagración religiosa, el SC se diferencia
de los seculares sacerdotes y laicos; en cuanto re-
ligioso salesiano, se diferencia de los consagrados
en otras familias religiosas o institutos seculares
y de los otros grupos de la Familia Salesiana; en
cuanto salesiano laico, se diferencia del salesiano
sacerdote. No es una diferencia de clase, sino ca-
rismática, que no se debe, ni disolver en un gene-
ricismo salesiano que ignora las diferenciaciones
concretas, ni aislarse de la correlativa dimensión
sacerdotal, ya que en nuestra Congregación «el SC
tiene su característica laicidad en estrecha relación
de integración con la sacerdotalidad del salesiano
sacerdote» 29. Se corre el primero de estos peligros
cuando se acentúan los elementos comunes a SC y
SP, afirmando únicamente que «todos somos sale-
27 ACGE 149.
28 Cf CMSC pp. 147-154, 574-576.
211 Cf CMSC p. 574.

18.9 Page 179

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El Salesiano Coadjutor
187
sianos»; de ese modo, se da a entender que la laici-
dad o la sacerdotalidad se consideran como elemen-
tos accidentales y secundarios. Por otro lado, si se
consideran separadamente SC y SP, fuera de los
lazos de comunión que los unen vitalmente entre
sí, se corre el peligro de caer en una visión indi-
vidualística o, peor aún, clasista de la vida sale-
siana.
Esta diversidad carismática exige que en la for-
mación de base del se se dé el justo relieve a los
elementos específicos de su identidad 30. También
la pastoral vocacional debe presentar la vocación
salesiana en sus dos componentes, laical y sacer-
dotal 31,
Hemos de reconocer que el estudio de la identi- 180
dad del se encuentra todavía hoy particulares di-
ficultades por falta de una adecuada profundización
de los temas laicado-laicidad (el laicado cristiano
en la Iglesia y en cada comunidad cristiana -lai-
cidad y vida religiosa- carismas y autoridad de la
vida religiosa en relación con la laicidad). Por eso,
el profundizar ulteriormente el significado de la lai-
cidad (en la vida y en la acción de la comunidad
salesiana en general y del se en especial explici-
tando sus riquezas, posibilidades y exigencias con-
cretas), es un estimulante deber que se ofrece a
todos los hermanos para los próximos años: habrá
de realizarse dentro de la mentalidad salesiana al
tiempo que se sigue el desarrollo de la teología en
este campo.
1.2 La acción apostólica del Salesiano Coadjutor
El se, en virtud de los sacramentos del bautis- 181
mo y de la confirmación y de su misma vocación,
participa en la misión salesiana dentro de la Igle-
sia. Por consiguiente, tiene el deber y el derecho
3° Cf Reg 92; CG21 Doc. sobre la Formación n. 263.
31 Cf CG21 Doc. Los salesianos evangelizadores de los jó-
venes, n. 110.

18.10 Page 180

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188
Documentos capitulares CG21
de ejercer una acción apostólica profética, santi-
ficadora y renovadora del orden temporal, corno
miembro educador y evangelizador de la comunidad
salesiana.
Del hecho de participar de la misión confiada a
la comunidad con su característica de religioso lai-
co, se sigue que hay un modo laical, propio de él,
de cumplir los servicios de promoción humana y
cristiana mediante los cuales se realizará la misión
salesiana.
Dicho modo se realiza en el ejercicio de las fun·
ciones y ministerios típicamente laicales con los
cuales actúa la misión salesiana; en el desempeño
de los distintos servicios dentro de la comunidad
apostólica, de cuya misión él también participa; en
el ejercicio de todas las funciones educativas, pas-
torales y misioneras no ligadas al ministerio pres-
biteral, dando en ellas su testimonio de educador
de la fe 32•
182 Todas las actividades del SC, sean catequísticas,
misioneras, evangelizadoras o educativas, culturales,
administrativas, burocráticas o domésticas, tienen
un sentido y un valor educativo-pastoral dentro de
la comunidad salesiana-apostólica, constituyen un
verdadero testimonio comunitario, y están íntima-
mente relacionadas entre sí y todas juntas dirigidas
a Cristo 33.
A este respecto, también en respuesta a las peti-
ciones de los CI 34, se subraya la necesidad de con-
firmar y explicitar la dimensión apostólica del tra-
bajo y de la acción educativa del SC evitando una
visión únicamente profesional de su actividad.
Convendrá, donde sea posible, ampliar los come-
tidos del SC como educador explícito de la fe. Ello
le ayudará a unir más profundamente, en su ac-
ción, promoción humana y formación cristiana; le
abrirá a más amplias exigencias de formación y de
32 Cf Const. 37; CGE 149; CMSC pp. 134-141, 148-154,
185-186, 555-557, 641-642.
33 Cf Const. 37; ACGE 29.
34 Cf Sch. Prec. 367-371, 400.

19 Pages 181-190

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19.1 Page 181

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El Salesiano Coadjutor
189
colaboración en vista de un servicio salesiano más
eficaz a los jóvenes 35.
El eG21 acoge la invitación de Pablo VI: «Los
seglares también pueden sentirse llamados o ser
llamados a colaborar con sus Pastores en el ser-
vicio de la comunidad eclesial, para el crecimiento
y la vida de ésta, ejerciendo ministerios muy diver-
sos según la gracia y los carismas que el Señor
quiera concederles» 36, y desea que también los se,
convenientemente preparados, tengan la posibilidad
de ejercer como religiosos los «ministerios sin or-
den sagrado» 37 al servicio de la acción evangeliza-
dora de la comunidad salesiana.
El SC, por tanto, puede participar en todos las
tareas educativas y pastorales salesianas no liga-
das al servicio específicamente sacerdotal 38. Esto
significa que en la comunidad salesiana, a excepción
de los ministerios y funciones estrictamente laica-
les o sacerdotales, no existen espacios o actividades
absolutamente propias de los se o de los SP. Su
respectiva aportación específica consiste más bien
en realizar los distintos cometidos o tareas del ser-
vicio salesiano con estilo, espíritu y dimensión laica1
o sacerdotal: de ese modo crece la riqueza y efi-
cacia de la común misión.
Sin embargo, considerando la naturaleza de cier- 183
tas actividades y el ambiente socio-cultural en que
se desenvuelven, puede resultar que algunas de ellas
son signos más evidentes y significativos de la iden-
tidad del se. Así, si se mira la importancia e in-
flujo que el «mundo del trabajo» tiene en muchos
países, se ve claro que las actividades correspon-
dientes al área del trabajo resultan, si no las úni-
cas, sí ciertamente de las más significativas para
la acción apostólica del se en tales zonas 39.
ª5 Cf CMSC pp. 338-342, 555-557.
36 EN 73.
37 EN 73.
38 Cf Const. 37.
3° CMSC pp. 322-338.

19.2 Page 182

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190
Documentos capitulares CG21
Ya Don Bosco, con la sensibilidad propia de su
tiempo, había subrayado que uno de los cometidos
característicos del SC debía ser el de animar cris-
tianamente el mundo del trabajo, del cual había
captado algunos valores todavía actuales hoy: el
carácter de ascesis y de severa autodisciplina;
el testimonio y la eficacia apologética de religiosos
trabajadores ante la opinión pública, particularmen-
te sensible al significado del trabajo.
Hoy el trabajo no se reduce sólo a esto. Consti-
tuye un vasto fenómeno que hace interdependien-
tes las categorías sociales, determina las caracte-
rísticas de un grupo social, crea nuevos modelos
culturales, forja un tipo de hombre; es un potente
factor de desarrollo para la persona humana. Por
eso, con la expresión «mundo del trabajo» nos re-
ferimos, no tanto a la materialidad del trabajo,
cuanto al trabajo como hecho cultural y social.
184 Las distintas presencias del SC en este campo
serán significativas, con estas dos condiciones:
- que no olvide nunca que siempre y en todas
partes es un educador salesiano cuyo objetivo
ha de ser poner los distintos elementos de
esta realidad social al servicio de los valores
personales y colectivos de la persona, para,
con su promoción, hacer que encuentre, en la
propuesta de la fe, su plena y total realiza-
ción;
- que se mantenga fiel a su «ser religioso sale-
siano laico». Esto comporta diversos deberes:
Saber descubrir el bien presente en el mun-
do del trabajo (un proyecto de sociedad y
de hombre personalístico, comunitario y so-
lidario), y al mismo tiempo señalar los ma-
les que le amenazan (visión materialista de
la vida, cerrarse a las realidades espiritua-
les, individualismo, envidia, sentimientos de
hostilidad, tentación de la violencia).
41 Cf ACGE 744, 750.

19.3 Page 183

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El Salesiano Coadjutor
191
Defenderlos y promoverlos: como religioso
totalmente orientado a Cristo, fundamento_
y vértice de los mismos valores humanos,
podrá mejor individuar los peligros que
amenazan dichos valores y ayudar a los
otros a superarlos.
Testimoniar, mediante el desinterés y el
amor con que se da continuamente, una so-
lidaridad profunda y universal que debería
poner en crisis toda forma de egoísmo, ex-
plotación, búsqueda exclusiva del interés
personal.
Revelar el Reino de Dios, ya presente en e]
mundo y en la historia, y, de este modo es-
pecífico, anunciar proféticamente el Reino
futuro.
La escuela profesional, el centro juvenil obrero, 185
los movimientos cristianos de la juventud obrera,
son algunas de las estructuras válidas para la acción
educativa del SC según un proyecto alternativo de
trabajador.
Por último, el SC está llamado particularmente a
animar a cooperadores y a exalumnos trabajadores
en su formación humana y cristiana y en su acción
apostólica.
1.3 Algunos rasgos de la vida espiritual del
Salesiano Coadjutor
La vida espiritual se entiende, aquí, como la far- 186
ma concreta de recibir, experimentar, madurar y
vivir la santidad cristiana y salesiana. El SC es lla-
mado a vivir y testimoniar en la comunidad sale-
siana una experiencia de fe y de Iglesia, en conso-
nancia con la vocación específica recibida. También
esto forma parte de su identidad vocacional.
La espiritualidad salesiana no existe en abstracto,
sino concretamente encamada y vivida por laicos,
religiosos, sacerdotes. El SC la recibe y la vive como

19.4 Page 184

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192
Documentos capitulares CG21
laico religioso, para ser también animador de un
_apostolado de tipo laical 42.
187 De acuerdo con las líneas fundamentales de la
espiritualidad salesiana, el SC mantiene una unión
y adhesión vital a Cristo, apóstol del Padre, que
llama constantemente a todos a la salvación; sabe
que participa de la caridad preferencial de Cristo
hacia los jóvenes pobres; es consciente de ser coope-
rador de Dios como instrumento humilde, pero ne-
cesario y eficaz; tiene un sentido profundo de per-
tenencia a la Iglesia y a la comunidad salesiana; en
su vida y acción tiene siempre presente la persona,
el estilo y el espíritu de Don Bosco, como Fundador
y modelo. Sabe, por otra parte, que estas actitudes
nacen del Espíritu Santo recibido en el bautismo
y en la confirmación: El vivifica constantemente su
vocación específica y la orienta a la gloria del Pa-
dre y a la salvación de la juventud necesitada.
Esta experiencia espiritual, evidentemente, tiene
carácter profundamente personal y, por ello mismo,
no fácilmente comunicable. Con todo, resultaría in-
teresante recoger testimonios de SC, que han tenido
una intensa vida de oración y de unión con Dios,
un grande amor al trabajo, un vivo sentimiento de
pertenencia a la Congregación y un profundo amor
a Don Bosco.
188 He aquí algunos elementos de la vida espiritual
del SC, sacados de toda la gama de su experiencia
salesiana:
·
- El SC vive con alegría su vocación de religio-
so salesiano laico, como un valor positivo y com-
pleto, significativo y esencial en la Congregación; la
considera como don de Dios, y al mismo tiempo
respuesta libre y personal; hace de ella la única
razón de su vida, el único camino de su santifica-
ción 43.
12 Cf CMSC pp. 154-157, 186, 189-191; Spiritualita dell'
azione a cura di M. Midali, pp. 278-282.
43 Cf Const. 37, 4.

19.5 Page 185

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El Salesiano Coadjutor
193
- Vive una vida de fraternidad, trabajo y ora-
ción con sacerdotes. De este hecho se deriva que
una característica de su espiritualidad debe ser la
experiencia profunda de su comunión con el SP.
Esto le comunica un vivo sentido de Iglesia, como
familia en la cual todos son hijos de un mismo Pa-
dre, e igualmente responsables, si bien con minis-
terios y funciones distintos, que los enriquecen mu-
tuamente. Por eso tiene conciencia de la propia res-
ponsabilidad, de la originalidad de su indispensable
contribución y al mismo tiempo de la necesidad de]
otro 44•
- Las características del «mundo del trabajo» 189
-frecuente campo de la acción del se- (solidari-
dad, realismo, adaptabilidad, crítica, etc.), le per-
miten hacer personalmente experiencia de algunos
valores del espíritu salesiano, como son: sentido de
lo concreto y de las exigencias del momento, espí-
ritu de iniciativa y creatividad, capacidad de revi-
sión y de adaptación 45.
- La situación laical del se y el tipo de trabajo
que frecuentemente realiza, le permiten un «nuevo
y específico acercamiento» a los jóvenes y a los lai-
cos; lo ponen en la posibilidad de poner en prác-
tica de modo original «el estilo salesiano de rela-
ciones»: apertura y cordialidad, sencillez, delicadeza
de trato, desarrollo de las cualidades sociales reco·
mendadas al laico 46.
- En general, e] tipo de trabajo del se lo acer-
ca más a la creación, a la técnica, al arte, dándole
capacidad para ejercitar en una forma particular el
optimismo salesiano. De este modo, capta con gra-
titud los valores del mundo 47, admira la creación
y el poder que Dios en ella confía al hombre, goza
en los éxitos del progreso humano.
-a Cf Const. 2, 34.
45 Cf Const. 43.
46 Cf Const. 45; AA 4i,29e.
47 Cf Const. 47.

19.6 Page 186

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194
Documentos capitulares CG21
190 - El SC es un religioso santamente preocupado
por transformar todas sus actividades, de las más
humildes a las más brillantes, en ofrenda a Dios
para su mayor gloria y su Reino: su vida recibe,
así, «impulso filial y sacerdotal: se convierte en li-
turgia para gloria única del Padre» 48.
- El Vaticano II afirma que la profesión reli-
giosa permite conformarse más «al género de vida
virginal y pobre que Cristo Señor escogió para sí
y que abrazó su madre, la Virgen» 49, y presenta, a
los laicos, a María como «modelo perfecto de es-
piritualidad apostólica» so. En este sentido, la devo-
ción mariana del SC puede ser vivida de una ma-
nera característica y personal.
191 La profundidad de la vida espiritual alcanza su
meta y se convierte en riqueza para toda la Con-
gregación cuando, a imitación de Don Bosco, se
llega a la perfección de la caridad en grado he-
roico.
El CG21 tiene motivos suficientes para creer que
este don ha sido concedido a no pocos salesianos
coadjutores. Cada hermano tiene presente alguna
figura que ha realizado esta plenitud en diversos
lugares y situaciones, aun las más sacrificadas y
escondidas. Muchos han pasado a la historia de la
Congregación; algunos de ellos, mártires por la fe
o héroes de la caridad, son candidatos a la gloria
de los altares.
Todos estos testimonios nos ofrecen una prueba
más de la riqueza carismática contenida en la vo-
cación salesiana laical.
1.4 Participación en la vida y en el gobierno
de la. Congregación
192 El SC, como miembro de la Congregación sale-
siana, se halla en una dimensión de correlación y
de corresponsabilidad proveniente de su original vo-
48 Cf Const. 67, 70.
49 Cf LG 46 b; PC 25.
5° Cf AA 4.

19.7 Page 187

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El Salesiano Coadjutor
195
cación salesiana en la que es un hermano entre her-
manos.
Toda la tradición salesiana muestra la rica y va-
riada ayuda del SC a la vida de la comunidad con
funciones de responsabilidad directa, incluso en los
órganos de gobierno a todos los niveles:
- a nivel local desempeña diversas responsabi-
lidades tanto en la comunidad religiosa como
en la educativa: director técnico, jefe de ta-
ller, ecónomo ... miembro del Consejo 51;
- a nivel inspectorial participa en todas las es-
tructuras de animación de la Inspectoría (con-
sultas, secretariados... ), forma parte del Con-
sejo Inspectorial 52 y puede ser Delegado para
el Capítulo General 53;
- a nivel mundial puede ser miembro del Capí-
tulo General 54 y formar parte del Consejo Su-
perior de la Congregación 55.
De este modo, el SC contribuye responsable y
efectivamente, complementaria y orgánicamente 56,
a la animación de la comunidad fraterna y apostó-
lica con una verdadera autoridad en razón de los
principios de participación, subsidiariedad y des·
centralización 57. Dicha autoridad es ejercida por él
constantemente «en nombre y a imitación de Cristo
y en el espíritu de Don Bosco, como un servicio a
los hermanos, para buscar y cumplir la voluntad
del Padre» 58•
El CG21 ha podido constatar que los SC forman 193
parte de muchos Consejos locales, están presentes
en los Consejos inspectoriales de casi la mitad de
las Inspectorías; en cambio, su participación a los
51 Const. 185-189.
52 Const. 171-176.
63 Const. 179.
5,1 Const. 156.
55 Const. 146.
68 Cf Const. 34.
01 Cf Const. 126, 127.
68 Const. 125.

19.8 Page 188

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196
Documentos capitulares CG21
CI 77 ha sido más bien escasa, y muy escasa su
presencia en el CG. A este respecto, tanto el CMSC 59
como los CI 77 60 han pedido que se asegure y se
haga efectiva la ya posible participación de los SC
en los Consejos y especialmente en los Capítulos.
Considerando la naturaleza y finalidades de los
e1 y del CG 61, parece fundada la petición de ga-
rantizar en ellos una presencia real y significativa
de se, de modo que la Congregación no quede pri-
vada de la aportación directa de la experiencia lai-
ca! salesiana en un momento tan importante de re-
flexión, revisión y decisión sobre su vida y misión.
No se trata de asegurar la participación de un
«grupo o clase de hermanos» ni de responder a una
exigencia sociológica. Es una exigencia carismática
a la cual tal vez no hemos sido hasta ahora sufi-
cientemente sensibles: con una participación signi-
ficativa de SC en los CI y en el CG, se quiere ase-
gurar la presencia en los mismos de las dos dimen-
siones, sacerdotal y laical, que componen la Con-
gregación.
Si se constata que la presencia de la dimensión
laical es muy escasa, parece obligado proveer de
la mejor forma posible a colmar esta laguna. El
CG21, más que multiplicar normas jurídicas, cree
más oportuno confiarlo a la sensibilidad salesiana
de los hermanos.
1.5 Esencial correlación entre el Salesiano
Coadjutor y el Salesiano Sacerdote
194 Hemos dicho al principio que, por voluntad de
Don Bosco, las comunidades salesianas se compo-
nen de sacerdotes y de laicos. Esto hace que el se
viva su vocación salesiana con todos los rasgos y
riquezas hasta aquí presentadas, no él solo, sino en
hermandad y en correlación con el SP. «En nuestra
69 ACMSC p. 552, prop. 7.
80 Sch. Free. 372-374.
81 Const. 177, 151.

19.9 Page 189

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El Salesiano Coadjutor
197
Congregación -afirma don Ricceri- el SC lleva su
laicidad característica en estrecha relación de inte-
gración con la sacerdotalidad del SP... Tal laicidad
no existe sola e independiente... Subsiste en sim-
biosis con la sacerdotalidad de los SP; ambas se
compenetran mutuamente en una original espiritua-
lidad de acción, propia de la comunidad salesiana
en la Iglesia... La sacerdotalidad, a su vez, no exis-
te tampoco sola e independiente... Laicidad y sacer-
dotalidad, en nuestra Congregación, coexisten y se
compenetran. Se trata de un aspecto carismático
original, todavía por estudiar... Esta es la realidad
viviente sobre la cual reflexionamos: -una comuni-
dad de sacerdotes y laicos que se intercambian vi-
talmente en el Espíritu las riquezas de sus diferen-
cias vocacionales, en intrínseca vinculación con una
misión común de pastoral juvenil y popular» 62.
La correlación, pues, no significa subordinación
o contraposición, ni tampoco pérdida o fusión de
las propias características. Por el contrario, es algo
que caracteriza a las personas y a la comunidad sa-
lesiana apostólica.
De este modo, la presencia del SC enriquece a la 195
comunidad; hace presentes, a los sacerdotes, los va-
lores de la vida religiosa laica! y les estimula cons-
tantemente a la viva colaboración con los laicos;
actúa el proyecto de Don Bosco, que quiere llegar
a los jóvenes con una acción de profunda colabora-
ción entre sacerdotes y laicos, hermanos en la mis-
ma comunidad religiosa; «recuerda y exige al SP...
una visión y un empeño apostólico, complejo pero
concreto, que va más allá de la actividad sacerdotal
y catequística en sentido estricto» 63.
Ante los jóvenes testimonia los valores de la vida
religiosa laical, como alternativa de la vida religio-
sa sacerdotal; ofrece, a cuantos no se sienten lla-
mados a una vida consagrada, un modelo más pró-
ximo de vida cristiana, de santificación del trabajo,
62 ACMSC pp. 574-577.
63 Don Luis fuccERI, cf ACMSC p. 575.

19.10 Page 190

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198
Documentos capitulares CG21
de apostolado laica!. Permite a la comunidad una
peculiar encarnación en el mundo y una particular
presencia en la Iglesia.
196 Por estar mutuamente correlacionados dentro de
la comunidad salesiana, SC y SP se caracterizan y
se influencian recíprocamente: no se puede definir
adecuadamente la identidad del SC, sin referirse a
la identidad del SP, y viceversa. La crisis de identi-
dad o el cambio de la figura de uno, implica, más
o menos profundamente, también al otro. Sus ri-
quezas espirituales se alimentan mutuamente una
a otra, y la pobreza de la propia vida espiritual,
respectivamente laical o presbiteral, repercute ne-
gativamente sobre ambos.
Para que la comunidad salesiana se mantenga fiel
al proyecto original y sus miembros desarrollen
fielmente la propia característica específica, será
necesario que sacerdotes y coadjutores se compren-
dan, se abran los unos a los otros en contemplación
del don de Dios. «Así se realiza ese intercambio
admirable donde cada uno es él mismo y es para
los demás, y todos para aquéllos a quienes son en-
viados. Un sacerdote que no considere en esta di-
mensión al hermano coadjutor y disminuya su pre-
sencia real y su alcance profético, sería uno que
lucha contra su propio significado.
Idéntica inquietud debería turbar la conciencia
y el deseo de fraternidad de los coadjutores, ellos
que libremente s'e han comprometido a una vida
de comunión, cuando viesen que algunos sacerdotes
no parecen aceptar sentirse sacudidos en su exis-
tencia por El, el Señor... y mercantilizan el propio
ministerio con ciertos clericalismos, terrenalismos
o espiritualismos desencarnados» 64.
Respecto a la correlatividad, el Rector Mayor don
Egidio Viganó, ha afirmado: «Pienso que será muy
útil que los estudiosos continúen profundizando en
este tipo peculiar de fusión y de complementariedad
orgánica entre ministerio sacerdotal y laicidad en
64 ACMSC pp. 307-308.

20 Pages 191-200

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20.1 Page 191

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El Salesiano Coadjutor
199
la consagración salesiana» 65. Por eso, la Congrega-
ción debe proseguir la reflexión sobre cómo la lai-
cidad y la sacerdotalidad caracterizan, en forma co-
rrelativa y complementaria respectivamente, al se
y al SP dentro de la única comunidad salesiana
apostólica.
2. LA CONGREGACION SALESIANA
Y EL SALESIANO COADJUTOR
Hasta ahora hemos hablado casi exclusivamente 197
de la vocación personal del SC. Queremos ahora
ampliar la reflexión a las dimensiones de la Con-
gregación.
De cuanto se ha dicho hasta aquí, se deduce que
el se es una riqueza para nuestra Sociedad, una
dimensión de la misma, esencial e indispensable.
La vocación específica de religioso salesiano laico
influye en el tono global de la Congregación y la
define junto con la dimensión sacerdotal.
El tema del SC «está en íntima relación con la
imagen de la Congregación... Preguntarse quién es
el SC significa preguntarse al mismo tiempo cuál
es la naturaleza de la Congregación, su misión, su
espíritu. Porque la Congregación querida y funda-
da por Don Bosco no puede ser concebida más
que como comunidad apostólica de laicos consagra·
dos y de clérigos. Si bien se mira, los problemas
de los SC se identifican con los problemas de la
Congregación, son nuestros problemas, los más esen-
ciales» 66•
La Congregación, pues, debe mantenerse fiel a su 198
naturaleza carismática querida por Don Bosco. Y
no sólo con una fidelidad teórica o doctrinal, sino
concreta e histórica. Es decir, no debe únicamente
65 CG21: intervención en la Sala Capitular, 24 de enero
de 1978, n. 235.
6º Don Luis RrccERI, ACS 272, pp. 63-65; ACMSC pági-
nas 588, 590-591.

20.2 Page 192

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200
Documentos capitulares CG21
afirmar que es clerical y laical, sino serlo en rea·
lidad y visiblemente, en la conciencia, en las acti-
tudes, en la vida y manifestaciones externas. Una
Congregación salesiana sin la presencia de miem-
bros laicos, dejaría de ser la que quiso Don Bosco.
Sería históricamente infiel, aunque en los docu-
mentos continuase diciendo que se compone de sa-
cerdotes y laicos. Quizá se pueda añadir que cuando
la proporción entre SC y SP está comprometida en
Ufül. Inspectoría, allí donde esto sucede no damos
un testimonio completo y exacto de lo que caris-
maticamente somos.
El CG21 afirma con don Ricceri que «volver a des-
cubrir y actualizar el SC significará una mayor fi-
detidad al proyecto de Don Bosco y una profun·
dh.ación de nuestro ser comunitario de salesianos» 67,
3. EL SERVICIO DEL SUPERIOR SALESIANO
Y EL SALESIANO COADJUTOR
3.l El problema
199 Después de un siglo de pacífica y universal tra-
didón respecto a la exigencia del carácter sacerdo-
ta1 para aquellos que deben guiar y animar las
comunidades salesianas 68, ha surgido en la Congre-
gación, en unas zonas más que en otras, la cues-
tión sobre la posibilidad de acceso del SC al ser-
vicio de superior.
Se plantean las preguntas: ¿por qué el SC no
puede guiar la comunidad salesiana? ¿No puede la
comunidad salesiana cumplir su misión, si su ani-
mador es un SC? ¿Por qué en las Constituciones
no se elimina toda distinción en esta materia entre
se y SP?
67 ACS 272, p. 65 (ed. ital.); CMSC p. 591.
08 "Es un hecho innegable que el Director, en la Congre-
gación, ha sido siempre 'sacerdote'", Discurso del RM don E.
Vigano, 24.1.1978, n. 214.

20.3 Page 193

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El Salesiano Coadjutor
201
El problema es suscitado, ante todo, por el he-
cho de que parece que no se realiza plenamente la
igualdad fraterna en la Congregación, si no desapa-
rece de nuestro derecho particular cualquier dife-
rencia sobre este punto, y que sólo con esta con-
dición parece posible un desarrollo de la vocación
salesiana laical y su propuesta vocacional compren-
sible a los jóvenes hoy.
Otras consideraciones tienen origen en la reno-
vada sensibilidad y nueva posición asumida por el
laicado en la Iglesia, sobre todo después del Con-
cilio Vaticano II. Los interrogantes se plantean con
el vivo deseo de interpretar hoy la voluntad del
Fundador 69.
No se trata, evidentemente, de una cuestión úni-
camente jurídica, ni sociológica, o de algo que per-
tenezca de modo genérico a la vida religiosa en la
Iglesia. Se trata de una realidad eclesial religiosa
específica, esto es, «salesiana». Se refiere, en efec-
to, a un determinado modo de vida de la comunidad
salesiana, iniciado y estructurado por Don Bosco,
vivido en la Iglesia y por ella aprobado, en orden
al desarrollo de la misión concreta que el Espíritu
Santo confió a nuestro Fundador y Padre 10.
3.2 La reflexión y las deliberaciones del CGE
La cuestión había sido fuertemente sentida en el 200
CGE (1971), que tenía el cometido de reflexionar
sobre la identidad de la Congregación salesiana con
miras a la revisión de las Constituciones 11. Por su
cuidadosa preparación, se pudo conocer el proble-
ma con sus motivaciones e implicaciones 72.
uo Cf Contributo di Studio allo Schema III, nn. 579-572,
especialmente n. 579, 580, 584; ver Sch. Free. n. 318.
7° Cf Don R1ccEru, Discurso de clausura del CMSC, en
CMSC pp. 576-577, n. 3.3.4.
1
Cf ES II
3; PC 2, 3.
' 2 Cf "Ecco cío che pensano i Salesiani della loro Congre-
gazione oggi" (1969), vol. IV, cap. VI, pp. 134-143.

20.4 Page 194

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202
Documentos capitulares CG21
El problema del sacerdocio como condición para
la función de superior salesiano fue afrontado es-
pecialmente en el estudio sobre «I corresponsabili
della nostra missione» 73; se discutió a fondo, pues
se trataba de una cosa que afectaba a las raíces
del espíritu y de la vida salesiana, tanto dentro de
la misma comunidad, como respecto al método pas-
toral propio de nuestra misión.
El CGE concluyó su dictamen con la decisión que
posteriormente pasó a formar parte del nuevo tex-
to de las Constituciones: «Según nuestra tradición,
para esta labor apostólica, la comunidad salesiana
tiene como guía a un socio que, por el sacramento
del orden y la experiencia pastoral, puede orientar
el espíritu y la acción de sus hermanos» 74.
El «íter» poscapitular, que debía ayudar a la apli-
cación de las conclusiones del CGE, programó con-
gresos para coadjutores, a fin de estudiar los do-
cumentos capitulares correspondientes 75, esclarecer
su identidad y sugerir orientaciones prácticas a la
luz del CGE 76•
3.3 El Congreso Mundial Salesiano Coadjutor
y los CI 77
201 La respuesta autorizada del CGE no impidió, con
todo, que la cuestión siguiese siendo vivamente sen-
tida en algunas partes de la Congregación.
En el CMSC celebrado en Roma (1975), en clima
de verdadera salesianidad 77, y en el que se estudia-
ron a fondo los temas de la identidad del SC, su
acción apostólica y formación 78, apareció también
73 Cf Sch. Prec. 319.
74 Const. 35.
75 Cf CGE 763.4b.
78 Cf CGE 184.4a.
77 Cf Discurso citado de D. Ricceri, CMSC pp. 569-571,
número l.
78 Cf Sch. Prec. nn. 334-340.

20.5 Page 195

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El Salesiano Coadjutor
203
el aspecto psicológico de la cuestión llamada «pa·
ridad jurídica» 79.
En su discurso de clausura, el Rector Mayor don
Luis Ricceri, al tiempo que manifestaba su propó-
sito de mandar estudiar posteriormente temas de
tanta importancia so, declaró: «Frente a este deli-
cado problema yo veo que la conciencia de la Con-
gregación ha respondido hasta ahora a través de
los pronunciamientos expresados formalmente en
el CGE, donde el problema ha sido planteado y es-
tudiado, y oficialmente sancionado en las Consti-
tuciones» 81
Y hacía notar que, para un eventual cambio al
respecto sería necesario esclarecer si se trata de
un elemento «substancial» o no, de nuestro caris-
ma. A tal fin, recordó tres condiciones que se deben
tener presentes, cuando se quiere esclarecer este
punto, u otro cualquiera, relativo al carisma fun-
dacional:
- la voluntad explícita y verificable del Fun-
dador,
- la unión íntima de tal elemento con la mi-
sión,
- la declaración formal de la Iglesia s2.
Teniendo presentes esos criterios, hay que adrni- 202
tir que los estudios hechos, especialmente en los
últimos años, sobre el problema, no manifiestan una
clara posibilidad del cambio propuesto 83.
En la preparación del CG21, un cierto número de
CI volvieron sobre el terna: algunos pidieron la eli·
minación, en las Constituciones, de toda disparidad
jurídica entre SC y SP, otros confirmaron la op-
ción del CGE, otros pidieron que se estudiara más
a fondo un problema de tal importancia 84•
79 Cf Discurso cit. de D. Ricceri, CMSC p. 573, n. 3.3;
Sch. Prec. n. 342; ver "Proposte e mozioni del CMSC" n. 4,
CMSC pp. 548-551.
8° Cf Discurso cit. de D. Ricceri, CMSC p. 573, n. 3.2.
81 D. fuccERI, CMSC p. 578, n. 3.3.5.
82 Cf D. fuccERI, CMSC p. 579, n. 3.3.6.
83 Cf Estudios presentados al CMSC.
84 Cf Sch Prec. nn. 47-53.

20.6 Page 196

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204
Documentos capitulares CG21
Las motivaciones aducidas, tanto a favor del man-
tenimiento de la situación actual, corno a favor de
un cambio, no modificaban sustancialmente las que
habían sido antes expresadas en el CGE y en el
CMSC 85•
3.4 El CG21
203 El CG21, teniendo en cuenta las peticiciones de los
CI, así corno las mociones del CMSC, se proponía
hacer una reflexión al respecto. Al principio de los
trabajos el cardenal Secretario de Estado de Su
Santidad, en nombre del Papa Pablo VI, mandó al
Rector Mayor don Luis Ricceri una carta «de ex-
hortación y orientación para los religiosos capitu-
lares». En dicha carta el cardenal Villot se refiere
directamente a nuestro terna con las siguientes pa-
labras:
«Por último, mirando con confianza la cre-
ciente floración organizativa de la Familia
Salesiana, el Vicario de Cristo hace votos para
que el Instituto se mantenga fiel a su pro-
yecto constitutivo también en cuanto a la fi-
gura y función del Director, de modo que
éste, avalado por los carismas de la ordena-
ción sacerdotal, pueda guiar con sabiduría
eclesial las distintas crecientes promociones
de cuantos desean militar bajo la guía y el
espíritu de San Juan Bosco.»
204 El significado de este mensaje fue subrayado por
el Rector Mayor saliente don Luis Ricceri y, más
tarde, por el nuevo Rector Mayor don E. Viganó.
«La carta aportaba evidentemente una orien-
tación bien definida a los trabajos de este
nuestro Capítulo; sus palabras son un suple-
85 Cf Sch. Prec. nn. 48, 49, 51; "Contributo di Studio ...",
números 578-601. "Le ragioni a disposizione sono pero sostari-
zialmente quelle gia prese in considerazione dal CGS", ib. 603.

20.7 Page 197

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El Salesiano Coadjutor
205
mento de luz para ver mejor y con certeza,
como dijo Don Ricceri al contestar a algunas
preguntas: "son las palabras del Padre que
invita a estudiar con serenidad, con amplitud,
con sentido salesiano los problemas del Ca-
pítulo, y, concretamente, los que afectan subs-
tancialmente a nuestra identidad. Son las pa-
labras de Aquél que es nuestro guía en ese
discernimiento en que nos sentimos compro-
metidos, con hechos y no con palabras, como
la mediación más cualificada para garantizar
la identidad y la autenticidad de nuestra vo-
cación"» 86•
El CG21, consciente de la propia responsabilidad, 205
ha estudiado largamente la realidad del SC y ha
delineado con amplitud la figura del Superior sale-
siano, para poner de relieve, sobre todo, su función
de animador espiritual de la comunidad y guía pas-
toral de nuestra misión salesiana 87.
Por consiguiente, en actitud de «veneración y ad-
hesión especial» hacia el Sucesor de Pedro 88, supre-
mo superior de nuestra Sociedad, y acogiendo con
docilidad su magisterio 89, recordando el modo de
pensar de Don Bosco, según el cual «la palabra del
Papa debe ser nuestra regla en todo y para todo» 90,
en la oración, en .la reflexión y en la búsqueda sin-
cera de la voluntad del Señor, el Capítulo ha de-
cidido mantener, en concordancia con la voluntad
del Papa, la tradición salesiana hecha norma por
el CGE en el artículo 35 de las Constituciones: «La
comunidad salesiana tiene como guía a un socio
que, por el sacramento del orden y la experiencia
pastoral, puede orientar el espíritu y la acción de
sus hermanos».
El CG21 confía a todos los salesianos el compro-
miso de poner todo nuestro empeño en acrecentar
86 Cf n. 221.
87 Cf "Los salesianos evangelizadores de los jóvenes", nú-
meros 46-47.
88 Cf Const. 44.
89 Cf Const. 128.
,.o MB Const. 494.

20.8 Page 198

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206
Documentos capitulares CG21
la sensibilidad de verdadera y profunda fraternidad
salesiana querida por Don Basca, como alma y for-
ma de nuestras comunidades.
4. ORIENTACIONES OPERATIVAS
206 Nosotros, salesianos, debemos poner una atención
particular en acoger y valorizar la riqueza de la
identidad vocacional del SC y su significado esen-
cial para la vida y la misión de la Congregación.
Por tanto, cada Inspectoría programe los medios
eficaces para que los hermanos, sacerdotes y co-
adjutores, estudien con profundidad el justo sen-
tido de la vida laical consagrada del SC y su espe-
cífico compromiso comunitario.
Momentos muy oportunos pueden ser los Ejerci-
cios Espirituales y los Cursos de Formación Perma-
nente.
207 Para favorecer un conocimiento exacto del SC den-
tro de la realidad salesiana, para alimentar su vida
espiritual y ayudar su pastoral vocacional, el Di-
casterio para la formación provea a la continuidad
de los estudios sobre los rasgos más nuevos de esta
vocación, así como la publicación de biografías de
salesianos coadjutores.
208 A fin de que la igualdad y diversidad radicada en
el ser salesiano del SC y del SP sea acogida como
una riqueza para la comunidad salesiana, y se con-
vierta en realidad vivida diariamente, es necesario
que cada salesiano la acepte interiormente y la ma-
nifieste visiblemente por medio de algunas actitudes
fundamentales: sentido radical de dicha igualdad
fundamental y de la respectiva diversidad; espíritu
de familia; corresponsabilidad fraterna; alegre reco-
nocimiento de la «mutua necesidad»; correlación y
generosa solidaridad; reconocimiento práctico de la
propia, si bien relativa, autonomía y responsabilidad.

20.9 Page 199

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El Salesiano Coadjutor
207
La presencia del SC en la comunidad salesiana 209
afecta profundamente a la identidad de la Congre-
gación. Las Inspectorías, en el próximo sexenio, sien-
tan la urgencia de intensificar la pastoral vocacio-
nal del SC; cualifíquese la presencia apostólica del
SC entre los jóvenes, para que su testimonio sea
ante los mismos jóvenes significativo y compren-
sible.
La presencia significativa de Salesianos Coadju- 210
tores en los Consejos y Capítulos es, sobre todo, un
servicio prestado a la comunidad salesiana por el
carisma específico de la laicidad consagrada.
Por ello, al proponer para Consejeros inspectoria-
les y elegir Delegados para el CI, los hermanos ten-
gan en cuenta la conveniencia de la presencia de
salesianos coadjutores.
En la elección de los Delegados de la Inspectoría
para el CG, los miembros del CI tengan presente
la posibilidad de escoger sus representantes tam·
bién de entre los hermanos coadjutores, sobre todo
cuando la Inspectoría tiene derecho a mandar más
de un Delegado al CG.
Para testimoniar fielmente ante la Iglesia y ante 211
el mundo el don carismático recibido por Don Bos-
co, es necesario que la Congregación, a todos los
niveles, ofrezca de sí misma una correcta imagen
oficial de comunidad religiosa de sacerdotes y lai-
cos, y procure no privilegiar una figura de salesiano
más que la otra.

20.10 Page 200

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21 Pages 201-210

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El Salesiano Coadjutor
209
INTERVENCION DEL RECTOR MAYOR SOBRE
«PARTICIPACION EN LA VIDA
Y EN EL GOBIERNO DE LA CONGREGACION»
Este discurso, pronunciado por el Rector Mayor el 24 de
enero de 1978, por su carácter particular y pOT su utilidad
práctica, se coloca aquí después del Documento Il, en lugwr
de entre los Anexos.
1. Significado de mi intervención.-2. El verdadero
interrogante que crea el problema.-3. Es un proble-
ma específico de los "Salesianos de Don Bosco".-
4. La solución dada por el CGE.-5 La indicación
explícita del Papa sobre la figura del Director.-6.
Algunos desarrollos particulares.-7. Reflexiones so-
bre el valor de la carta.-8. Confirmación y no
imposición.-9. Nuestra actitud genuinamente sale-
siana.-10. El plan operativo de este sexenio.-11.
¿Y para el Salesiano Coadjutor?-12. Nuestro pro-
grama práctico.-13. Y concluyo.
Siento el deber de conciencia de intervenir sobre
el tema propuesto a nuestra reflexión en los días
pasados: el de la «participación en la vida y en el
gobierno de la Congregación», y también sobre el
valor de la carta recibida del Santo Padre al res-
pecto.
Es coincidencia y fecha escogida por mí el hecho
de que os hable precisamente hoy, 24 del mes y
fiesta de nuestro Patrono San Francisco de Sales.
l. SIGNIFICADO DE MI INTERVENCION
La razón que me mueve a decir estas palabras 212
es la función misma de Rector Mayor, que ha in-
vestido mi persona de responsabilidades concretas
para la dirección de este CG (cfr Const. 155) y para
guiar la Congregación durante el próximo sexenio
(cfr Const. 129, ss.).

21.2 Page 202

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210
Documentos capitulares CG21
De cuanto voy a decir no quiero responsabilizar
ni a la Presidencia, ni a la Comisión Central de
Coordinación, sino sólo a mi personal responsabili-
dad como Rector Mayor, después de haber rezado
y reflexionado y de haber dialogado con el que ha-
béis designado como mi «colaborador más inmedia-
to» (Const. 138), el Vicario: Don Cayetano Scrivo.
Intervengo, pues, con particular seriedad y, espero,
también con suficiente claridad y precisión, porque
se trata de un punto que afecta a las raíces del es-
píritu y del estilo salesianos y tiene consecuencias
muy concretas para el desarrollo de nuestra reno-
vación, para la unidad de la Congregación, para la
identidad de sus socios y para la animación de toda
la Familia Salesiana.
Hablo, evidentemente, en una coyuntura histórica
circunscrita a este CG21 y en vista del mandato de
Rectorado de los próximos seis años: es normal
que la vida concreta y el realismo de gobierno es·
tén siempre bien delimitados. Lo que importa sub-
rayar es que, precisamente en esta coyuntura, sien-
to el deber de recurrir modesta y familiarmente al
ejercicio práctico del alto ministerio de unidad y
de guía propio del Rector Mayor.
2. EL VERDADERO INTERROGANTE
QUE CREA EL PROBLEMA
213 Permitidme ir en seguida al nudo de la cuestión.
Todos, así lo espero, estamos más que de acuerdo
sobre la importancia y la promoción del Salesiano
Coadjutor (SC). Pero no es éste, exactamente, el
problema que nos tiene algo nerviosos: es otro, evi-
dentemente, aunque esté vinculado, de hecho, a
aquél.
Ya antes del CGE se había planteado el siguiente
interrogante: en línea de proyecto constitutivo sa-
lesiano, ¿está sustancialmente unido el servicio de
la autoridad con el minist.srio sacerdotal, o no?

21.3 Page 203

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El Salesiano Co(ldjuto,r
211
Entonces la pregunta se ponía como un problema
general del ejercicio de la autoridad en la Congre-
gación a todos los niveles (Director, Inspector, Rec-
tor Mayor); ahora, en cambio, el ámbito de la
cuestión entre nosotros se ha limitado al nivel de
Director. Para plantearlo con exactitud, hay que
considerar directamente qué tipo de autoridad debe
animar y servir a la comunidad salesiana. Ningún
socio tiene derecho en la Congregación a acceder a
las funciones de autoridad (en las elecciones de]
pasado 15 de diciembre, cuando escuchaba la pro-
clamación de los nombres, jamás me pasó por la
imaginación ningún derecho; sentía solamente te-
mor y temblor). Es la comunidad, en cambio, según
la índole peculiar propia de nuestro Instituto la que
tiene derecho a ser servida convenientemente por
la autoridad; son, en una palabra, todos los socios,
en mutua comunión, quienes tienen derecho a ser
guiados y animados por un determinado tipo con-
creto de autoridad.
Ahora bien, es un hecho innegable que el Director, 214
en la Congregación, ha sido siempre «sacerdote», y
que la figura de tal Director ha tenido, en las pre-
ocupaciones de Don Bosco, de todos sus sucesores
y de los Capítulos Generales, una atención y una
importancia centrales.
El problema que tenemos delante nos pone, por
eso, frente a la posibilidad de un cambio cualita-
tivo en la vida de la comunidad salesiana. Sería
inconsciencia esconder o minusvalorar este aspecto:
quien debe proceder a hacer un cambio cualitativo
tiene que conocer con suficiente claridad y profun-
didad sus valores, sus motivaciones y sus conse-
cuencias, con las correspondientes ventajas y des-
ventajas.
La propuesta de un posible «cambio radical» en 215
este campo partía de un diferente modo de ver la
función de la autoridad en la comunidad salesiana:
- para unos, la caridad pastoral de la comuni-
dad salesiana debe ser animada, alimentada y

21.4 Page 204

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212
Documentos capitulares CG21
guiada, en virtud del proyecto constitutivo, por
un tipo de autoridad enriquecido por las gra-
cias del ministerio sacerdotal, mucho mejor
comprendido y eclesiológicamente reactualizado
por el Vaticano 11, en respuesta a los signos
de los tiempos y en vista de una nueva época
histórica;
- para otros, el estilo y la actividad de la comu-
nidad salesiana deben saber adaptarse a los
signos de los tiempos percibidos en el vasto
proceso de secularización y de socialización,
iluminados también por la eclesiología conci-
liar del Pueblo de Dios, en el que emergen los
valores igualatorios del Bautismo para la Vida
Religiosa y la importancia del laicado en la
Iglesia. Según esto, el tipo de autoridad sale-
siana exigido por los tiempos nuevos no de-
bería ya estar vinculado necesariamente al mi-
nisterio sacerdotal.
En estas dos posiciones se. fueron reuniendo, ya
en el CGE, los argumentos pertinentes. Que son va-
rios: de tipo eclesiológico-religioso, de tipo socio-
cultural, de tipo psicológico, de tipo de perspectiva,
de tipo histórico-salesiano. En los diversos encuen-
tros de discusión posteriores al CGE se han venido
repitiendo, más o menos, los mismos argumentos,
sin ulteriores progresos sustanciales, y a veces per-
diendo la serenidad del diálogo.
3. ES UN PROBLEMA ESPECIFICO
DE LOS «SALESIANOS DE DON BOSCO»
216 A estas alturas debería estar ya claro que no nos
encontramos frente a un tema «genérico» de teolo-
gía del Sacerdocio o de teología de la Vida Religiosa,
sino de una bien precisa y concreta «experiencia ca-
rismática»: la de la Sociedad de San Francisco de
Sales, iniciada por Don Bosco y desarrollada en su
espíritu.

21.5 Page 205

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El Salesiano Coadjutor
213
En este campo de realidad vivida es donde de-
bemos colocarnos para argumentar con validez.
¿Cuáles son los elementos de la «índole propia»
de nuestro Instituto? ¿Cuándo viene considerado un
determinado elemento como «sustancialmente» pro-
pio de nuestra índole fundacional?
El adverbio «sustancialmente», perdonad la obser-
vación, se ha de entender en «sentido técnico» se-
mejante al usado en teología para la «sustancia»
de un Sacramento; la cual depende de la libre de-
terminación de la voluntad del Fundador, más que
de exigencias ideológicas o de argumentos abstrac-
tos y genéricos. No nos encontramos frente a un
problema doctrinal de «esencia metafísica», sino
frente a la determinación concreta de una pedago-
gía histórica, que no se deduce, por razonamiento,
de la naturaleza misma de las cosas, sino de la vo-
luntad del Fundador que ha estructurado aquel de-
terminado proyecto pedagógico-pastoral.
En la Vida Religiosa hay muchísimos Institutos,
cada uno con su proyecto constitutivo, según una
pluriformidad de carismas realmente admirable. En
efecto, el estado religioso «no es intermedio entre
el de los clérigos y el de los laicos», sino que de
uno y otro algunos cristianos son llamados por
Dios para poseer un don particular en la vida de
la Iglesia (cfr LG 43); por eso se da, de hecho, en
la Vida Religiosa una variadísima gama de tipos
de autoridad, que van desde la inclusión constitu-
cional del ministerio sacerdotal, hasta su indiferen-
cia, su imposibilidad e, incluso, su exclusión.
Todo esto ayuda a situar el problema, pero no
lo resuelve aún.
4. LA SOLUCION DADA POR EL CGE
En nuestro caso, una vez suscitado el problema, 217
tuvimos una solución oficial por parte del CGE, lla-
mado por su misma naturaleza de CG «especial»
a afrontar el tema de la identidad de todo nuestro

21.6 Page 206

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214
Documentos capitulares CG21
proyecto constitutivo (cfr Esquemas prec., I Com.
A, 4b «Forma propia de la Congregación de los Sa-
lesianos religiosos», pp. 109-151. Estas páginas sir-
vieron de base a los capitulares para la discusión
y luego para la aprobación de la solución dada).
La solución del CGE es una respuesta oficial y
cualificada; es una toma de posición consciente,
preparada, discutida, cualitativamente aprobada y
explícitamente formulada por la suprema autoridad
de la Congregación en un CG especial, expresamente
encargado por la Santa Sede y por todos los herma-
nos de estudiar y decidir si la figura y la función
del Director en la Congregación, por tradición cons-
titutiva, requiriese las modalidades y los dones del
ministerio sacerdotal.
La esencia de la respuesta capitular está codifi-
cada en el texto renovado de las Constituciones,
artículo 35, en el que se afirma que «según nuestra
tradición» la Comunidad debe ser guiada por una
figura de Superior cuya función esté enriquecida
por las gracias especiales del sacramento del Orden.
El CGE preparó, además, todo un «íter» de re-
novación, en el que se incluia, de manera bien pre-
cisa, la evaluación y la promoción de la figura del
SC. Dicha programación de actividades ha tenido
su expresión suprema en el Congreso Mundial Sa-
lesiano Coadjutor (CMSC).
218 Ahora bien, como la presentación inicial de nues-
tro problema, antes del CGE, había sido planteada
por algunos en vinculación directa con la promo-
ción del Coadjutor, como si fuese el aspecto más
significativo de una supuesta falta de «paridad ju-
rídica», han continuado vivas, por diferentes mo-
tivos (sobre los cuales sería útil meditar) las dis-
cusiones, las dudas y las investigaciones. Estas se
encuentran reunidas y ordenadas en las Actas del
CMSC; algunas han sido expuestas posteriormente
en varios CI y se han enviado como Propuestas a
este CG21 (cfr Sch. Prec.).
¿Cómo leer y qué significado dar a esta persis-
tencia post-CGE del problema?

21.7 Page 207

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El Salesiano Coadjutor
215
- Ante todo, es preciso tomar nota de ello, por-
que representa un fenómeno concreto que hay que
afrontar. Todos somos corresponsables de la vida
de la comunidad salesiana y de su buena salud. Es
necesario encontrar un punto común de unidad fra-
terna y de perspectiva de desarrollo, que nos haga
superar las dificultades y nos ayude a ver más cla-
ro, por amor de Don Bosco.
- Luego, hay que decirlo también por objetivi-
dad, se trata de un fenómeno limitado a determina-
das zonas y grupos de hermanos que sugieren una
«propuesta» pero no aseguran una solución. Un
Congreso, aunque sea mundial, como uno de vos-
otros ya lo ha hecho notar, no es un CG ni ordina-
rio ni menos aún especial. Tiene ciertamente un
peso indicativo y un significado de estudio nada
despreciables, pero no se le puede atribuir un valor
de solución o de orientación constitucionalmente
cualificado.
El Rector Mayor Don Luis Ricceri, en su discurso 219
conclusivo del CMSC, subrayó la delicadeza del pro-
blema y afirmó con discreción: «A mí me parece
que se está tocando en lo más vivo algún elemento
constitutivo inherente a la naturaleza de nuestro
tipo de comunidad religiosa... Ante una posible duda
sobre si un determinado elemento pertenece a la
forma misma constitutiva de nuestra Congregación,
no se puede proceder al cambio por motivos de
simple posibilidad genérica», porque al hacerlo, en
el caso del Director, sin razones graves objetiva-
mente demostrativas, «correríamos el riesgo de em-
pobrecer la Congregación y toda la Familia Salesia-
na de un valor orientativo radical; y, procediendo
así, haríamos, a largo plazo, menos auténticamente
salesianos a los miembros de nuestra Familia y, por
lo tanto, la figura misma del SC que queríamos
promover» (ACMSC, p. 579).
Pero, ¿dónde encontrar las razones para determi- 220
nar si un elemento pertenece sustancialmente o no
a nuestro carisma salesiano? En el mismo discurso
se indican tres condiciones determinantes:

21.8 Page 208

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216
Documentos capitulares CG21
a) la voluntad explícita y verificable del Funda-
dor;
b) la aprobación y determinación por la Sagrada
Jerarquía;
e) el nexo de conveniencia de tal elemento con
la metodología del Sistema Preventivo en la
realización práctica de nuestra misión (cfr
ACMSC, p. 579).
En estos últimos años se han llevado a cabo es-
tudios varios de diverso valor sobre esta triple pis-
ta; ciertamente es posible seguir aún profundizando
el argumento y es deseable que más de uno de nues-
tros estudiosos lo haga, con competencia y con
amor.
5. LA INDICACION EXPLICITA DEL PAPA
SOBRE LA FIGURA DEL DIRECTOR
221 Al comienzo de este nuestro CG21 intervino per-
sonalmente el S. Padre con una carta enviada por
el cardenal Villot y leída solemnemente en el día
mismo de la apertura oficial del Capítulo. La indi-
cación papal es clara en su formulación: «El Vica-
rio de Cristo hace votos para que el Instituto se
mantenga fiel a su proyecto constitutivo también
en cuanto a la figura y función del Director, de
modo que éste, avalado por los carismas de la or-
denación sacerdotal, pueda guiar con sabiduría ecle-
sial las diversas y crecientes promociones de cuan-
tos desean militar bajo la guía y el espíritu de San
Juan Bosoo».
La carta aportaba evidentemente una orientación
bien definida a los trabajos de este nuestro Capítu-
lo; sus palabras son un suplemento de luz para ver
mejor y con certeza, como dijo Don Ricceri al con-
testar a algunas preguntas: «Son las palabras del
Padre que invita a estudiar con serenidad, con am-
plitud, con sentido salesiano, los problemas del Ca-
pítulo y, concretamente, los que afectan sustancial-

21.9 Page 209

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El Salesiano Coadjutor
217
mente a nuestra identidad. Son las palabras de
Aquél que es nuestro guía en ese discernimiento en
que nos sentimos comprometidos, con hechos y no
con palabras, como la mediación más cualificada
para garantizar la identidad y la autenticidad de
nuestra vocación».
Yo haría notar, además, que en su tercer punto
al referirse al Director la carta añade a la claridad
y a la precisión un tono más intenso de autoridad:
habla de «Vicario de Cristo» y de «fidelidad» pre-
cisamente a «un proyecto constitutivo».
6. ALGUNOS DESARROLLOS CAPITULARES
Ahora bien: ¿de qué modo había que acoger la 222
intervención del Papa en el proceso de los trabajos
capitulares?
Alguno ha presentado propuestas para que en los
documentos finales del Capítulo apareciera toda la
importancia y el valor de la carta y de sus orien-
taciones.
Yo fijo mi atención, en este momento, en el punto
a que hemos llegado en la discusión de este es-
quema.
La Comisión había procedido presentando sinté-
ticamente, en la última parte de su texto, las dos
posiciones conocidas, redactando un documento pro.
visiona! de trabajo destinado exclusivamente a la
asamblea capitular. En él se afirma, en el núme-
ro 131, que «el único camino idóneo para un posible
cambio es realizar un discernimiento espiritual y
comunitario al respecto. Hecho tal discernimiento
por parte del CG21, pertenece a la Santa Sede el
juicio sobre la autenticidad y sobre el ejercicio de
nuestro carisma (LG 12; Const. 151-153)». Para ello
pensaba presentar a la Asamblea cuatro votos-
sondeo.
En un diálogo entre la presidencia de la IV Co-
misión y la CCC, se discutió sobre el significado de
tal concepto de «discernimiento» que se dirigía a

21.10 Page 210

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218
Documentos capitulares CG21
abrir una discusión en el aula sobre las dos opues-
tas posiciones como igualmente posibles, para so-
meter luego la conclusión, si hubiera resultado ne-
gativa, a la Santa Sede y aceptar su juicio defini-
tivo.
La CCC por unanimidad pensó que, si tal era el
método propuesto, convenía informar antes a la
misma asamblea; le parecía, efectivamente, que la
carta del cardenal Villot no tenía necesidad de nin-
guna ulterior solicitud nuestra de clarificación, sino
que exigía previamente una sincera adhesión; otra
actitud habría extrañado a la mayor parte de los
hermanos dentro y fuera del CG.
Se dialogó en este sentido hasta llegar a un acuer-
do sobre las tres cuestiones que votamos el mar-
tes, 10 pasado. El resultado de la votación ha in-
dicado el camino a seguir, y la IV Comisión se ha
hecho cargo y ha reelaborado su texto en este sen-
tido.
7. REFLEXIONES SOBRE EL VALOR
DE LA CARTA
223 De todos es sabido cómo en estos años se ha ve-
nido desarrollando enormemente, también en la
Iglesia, la capacidad crítica y hermenéutica; en sus
justos límites, nos ayuda a ser más razonables y
adultos en nuestra vida de fe. Pero si se la exagera
y desvía, destruye los valores más vitales y centra-
les de la misma vocación cristiana.
Si, desde un punto de vista hermenéutico de aná-
lisis, alguien formulase una pregunta como la si-
guiente: pero ¿cuál es el valor y qué tipo de adhe-
sión requiere una carta como ésta, escrita para una
concreta situación bien determinada?, debería sa-
ber colocar junto a ella esta otra: y ¿cuál es la
autoridad de este CG21 sobre el problema propues-
to y cuál debe ser su actitud genuinamente salesia-
na? Realmente, un CG no puede ser sino expresión
de fidelidad a Don Bosco en la clara conciencia de

22 Pages 211-220

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22.1 Page 211

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El Salesiano Coadjutor
219
sus finalidades y de sus límites, porque, como ya
he dicho, la autoridad capitular es también limi-
tada y queda situada en unas circunstancias muy
concretas.
Una carta oficial de la Secretaría de Estado, por
medio del cardenal Secretario Villot, quiere expre-
sar en forma auténtica el juicio formulado por el
Santo Padre sobre el problema de la figura y fun-
ción del Director que debía tratarse en el CG21.
Para iluminar el grado de autoridad de la carta 224
nos puede servir el ejemplo de la intervención del
Papa sobre un tema semejante en la última Con-
gregación General de la Compañía de Jesús. El
3 de diciembre de 1974, el mismo Secretario de Es-
tado cardenal Villot, enviaba una carta al Padre Ge-
neral de los Jesuitas, presidente de la XXXI Con-
gregación General, en referencia a un argumento
en parte análogo al nuestro. En ella se expresaba el
pensamiento del Santo Padre, con discreción, en el
siguiente modo: «El Sumo Pontífice desea que le
sea comunicado que tal innovación, a la vista de
un atento examen, parece presentar graves dificul-
tades que impedirían la necesaria aprobación por
parte de la Santa Sede».
El P. Luis González nos narró, durante los Ejer-
cicios Espirituales, cómo se sucedieron las cosas.
El Papa, informado de las discusiones y de la vota-
ción capitular sobre el problema señalado por él,
quiso tener una relación objetiva. Luego, el 15 de
febrero de 1975, escribió al Padre General otra carta
(esta vez firmada por el Papa mismo), en que con-
firmaba «cuanto Nuestro Cardenal Secretario de.
Estado le ha escrito, por encargo Nuestro, el 3 de
diciembre pasado: ... ninguna innovación al respec-
to». Y después de haber asegurado que le había
movido «no ciertamente un sentimiento de menor
consideración ni el desconocimiento de la dificultad
de los problemas», sino el amor a la Compañía para
que conservase la fidelidad al Fundador y así apor-
tara un gran incremento a la obra cada vez más
difícil de la Iglesia en el futuro, añadía textualmen-

22.2 Page 212

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220
Documentos capitulares CG21
te: «Precisamente en esta perspectiva le expresa-
mos nuestra duda, proveniente de orientaciones y
actitudes surgidas de los trabajos de la Congrega-
ción General: ¿podrá la Iglesia confiar, como siem-
pre, todavía en vosotros? ¿Cuál debería ser la ac-
titud de la Jerarquía eclesiástica hacia la Compa-
ñía? ¿Cómo podrá confiarle, con ánimo libre de
temores, la prosecución de incumbencias tan impor-
tantes y delicadas?... El momento es decisivo para
la Compañía de Jesús, para su suerte futura y tam-
bién para todas las Familias religiosas. Pensamos
en las incalculables repercusiones que una actitud,
Dios no lo quiera, en contraste con la línea indi-
cada, podría tener sobre la Compañía y también
sobre la Iglesia».
Terminado todo de la manera positiva que cono-
cemos, el Santo Padre escribió todavía otra carta
el 7 de marzo al Padre General y a sus Asistentes;
en ella vuelve a insistir sobre la importancia de la
fidelidad a la «fórmula Instituti» que garantiza la
identidad de la Compañía y asegura la fecundidad
de su apostolado.
225 Este episodio, inicialmente semejante al nuestro,
y otras parecidas intervenciones de la Santa Sedf;!
con otras Congregaciones, nos hacen ver el valor
objetivo que da la Santa Sede a este tipo de cartas
y al tenor de una formulación estilísticamente dis-
creta con la que se indica el pensamiento del Papa.
Y, además, nos debe hacer pensar que el problema
del Director, planteado por algunos sólo a nivel de
promoción de la figura del SC, entra en un movi-
miento eclesial más amplio. Se trata en realida_p
de toda una delicada confrontación de la vida re-
ligiosa con el actual proceso de secularización que
tiende peligrosamente a degenerar, bajo varios as-
pectos, en secularismo, con concesiones de tipo
sociológico en la eclesiología. Este dato concreto me
parece que está obligando a la Santa Sede a consi-
derar con cautela ciertos fenómenos y ciertas ten-
dencias ideológicas que atacan, por ejemplo, los
valores del ministerio presbiteral. Para juzgar un

22.3 Page 213

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El Salesiano Coadjutor
221
problema como el nuestro, la Santa Sede dispone
de una visión más vasta y de una información más
global· y de mayor proyección.
8. CONFIRMACION Y NO IMPOSICION
Por otra parte, la carta del Santo Padre viene 226
a confirmar y a iluminar cuanto la suprema auto-
ridad de nuestra misma Congregación había ya pre-
cisado en el CGE. Este es un dato no despreciable,
que pesa objetivamente en una lectura desapasio-
nada de las cosas. Alguno ha llegado a observar
que esta intervención puede ser considerada como
un gesto providencial que viene a curar la des-
orientación producida en la Congregación por el
decreto de la Santa Sede, a principios de siglo,
acerca del ministerio sacerdotal del Director: la he-
rida de la famosa espina en el corazón de Don Rua.
No. puedo dejar de leer con vosotros una página
confidencial de Don Rinaldi sobre este delicado su-
ceso:
«Yo nunca he podido contar cómo sucedieron las
cosas -dice Don Rinaldi-. Cuando se dio la or-
den, Don Rua me dijo que probablemente Roma
tendría en cuenta cuanto había hecho Don Bosco.
El golpe, a quien lo consideraba en aquel tiempo,
parecía realmente grave. Es preciso haber sido su-
perior antes y después, para comprender lo que
sucedió con aquella disposición. Era de temer que
los Directores corrieran el peligro de convertirse
en simples administradores. Se comenzó entonces a
poner la Dirección junto a la puerta de la casa para
atender a las personas de fuera, cosa antes enco-
mendada a los prefectos. La figura del Director se
fue modificando. No obstante todo ello, me parecía
que Roma no se volvería atrás; y viendo cuán de-
licado era el paso que Don Rua estaba para dar,
insistí varias veces diciéndole que no lo hiciese,
porque Roma no cedería. La decisión fue totalmen-

22.4 Page 214

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222
Documentos capitulares CG21
te suya: quiso escribir a Roma. Le parecía incum-
plir, si callaba, el juramento que había hecho a Don
Bosco en el lecho de muerte, de que mantendría
fielmente todas las tradiciones; y decía: Y o no pue-
do violar aquel juramento: lo he prometido. Roma
verá y decidirá. Nosotros actuaremos siempre como
la Iglesia y el Papa nos manden hacer. Escribió.
A los pocos días Roma contestó. Don Rua reunió
el Capítulo y lo primero que hizo fue leer la carta:
era una condena formal. Todos los Capitulares se
quedaron consternados y no sabían cómo reaccio-
nar. Don Rua, en cambio, después de la lectura del
documento, puso a un lado la carta, con toda calma
y enteramente dueño de sí, como si de nada se
tratase, mientras los Capitulares encontraban difi-
cultad para reanimarse por lo que había sucedido»
(E. CERIA, Don Filippo Rinaldi, SEi, 1932, pp. 172-
173).
227 De esta preciosa página de Don Rinaldi se pueden
deducir fácilmente dos cosas:
- que era claro para Don Rua que el Fundador
había querido que el Director fuera Padre en
el ministerio sacerdotal,
- y que era tal la adhesión al Papa en el espí-
ritu de Don Bosco, que su primer sucesor, no
obstante el juramento hecho, aceptó cambiar
un elemento importante querido por el Padre,
cuando ello fue explícitamente ordenado por
la Santa Sede.
9. NUESTRA ACTITUD GENUINAMENTE
SALESIANA
228 Pero ¿cuál es el testimonio, o sea, el obsequio in-
terior de reflexión en la fe y la actitud específica
de conformidad sincera y activa que debe ofrecer
el CG a los hermanos y a toda la Familia Sale-
siana?

22.5 Page 215

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El Salesiano Coadjutor
223
Desde el día de la inauguración del Capítulo he
meditado personalmente sobre este asunto y a ve-
ces he hablado de él con algún amigo. Pienso que
hay que recuperar un antecedente vital y una in-
tuición global, digamos así, de «hermenéutica sale-
siana», que precede y guía la capacidad crítica y el
análisis reflexivo; es una actitud de virtud, una in-
clinación connatural de nuestro espíritu peculiar,
que comporta una emblemática experiencia de fe
en el ministerio de Pedro; así la vivió profunda-
mente Don Bosco y así la hemos visto arraigada
perennemente en nuestra tradición corno una de
las columnas de la tríada espiritual del Salesiano:
el lugar central y familiar de la Eucaristía, el as-
pecto mariano de nuestra espiritualidad apostólica
y el realismo eclesial de adhesión sobrenatural,
consciente y activa, al Papa.
Nosotros sabernos que Don Bosco no cedía fá- 229
cilmente ante este o aquel monseñor de la Curia,
ni ante este o aquel Obispo, cuando se trataba de
la índole propia de su nueva Congregación. Pero
tenía una docilidad suma, inmediata y hasta he-
roica, cuando se le manifestaba el pensamiento ex-
plícito, grato o exigente, del Papa. Lo consideraba
Fundador, por la participación directa que había
tenido en los orígenes mismos del Instituto. Escri-
biendo a Pío IX, el 1 de marzo de 1873, afirmaba:
«Societas Salesiana quam Tu, Beatissime Pater,
opere et consilio fu.ndasti, direxisti, consolidasti»
(Op. ed. XXV, 337).
Don Lemoyne en los procesos apostólicos asegura
que «la reverencia que Don Bosco profesaba hacia
el Papa era efecto de un amor apasionado y fun-
dido con el amor que tenía a Jesucristo» (Positio
super virt. I, 395, par. 399).
Sabemos de Don Rua, como os acabo de leer,
cuánto sufrió por el decreto de la Santa Sede y
cuál fue su reacción de perfecto salesiano. Quiero
leer con vosotros las expresiones más importantes
de su carta confidencial, enviada entonces a todas
las casas para comunicar lo que se tenía que hacer:

22.6 Page 216

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224
Documentos capitulares CG21
«Hasta ahora, a norma de los acuerdos de los
Capítulos Generales, seguíamos un camino que nos
parecía el más idóneo para nuestras circunstancias;
ahora, Quien ha sido puesto por Dios para enseñar
a los pueblos y a sus maestros, nos notifica que
debemos modificarlo; y nosotros, agradecidos y res-
petuosos, con plena y generosa obediencia, haremos
cuanto se nos prescribe, imitando así a nuestro buen
Padre Don Bosco, que tanta veneración y obedien·
cia prestó siempre a cualquier indicación de la
Santa Sede...
Comprendamos que es disposición de la amable
Providencia: que es Jesucristo mismo quien se dig-
na hablarnos por medio de su Vicario; y tratemos
de seguir las órdenes con la mayor fidelidad. La
fecha de esta carta -6 de julio, Octava de los
SS. Apóstoles Pedro y Pablo- nos debe recordar
que es San Pedro quien por medio de su Sucesor
León XIII, gloriosamente reinante, nos entrega este
precioso documento» (RICALDONE: La Pieta, Maria
Ausiliatrice, Il Papa. LDC, 1951, p. 477).
230 Y añado, en fin, el episodio de la frustrada con-
fesión de Don Rinaldi: «Un día, después de este
nuevo orden de cosas, yo me presenté a Don Rua
para confesarme, según la costumbre, y él me dio
con la puerta en las narices» (CERIA, Don Filippo
Rinaldi, SEI, 1932, p. 172).
231 De Don Ricaldone he oído citar una frase que
debió decir después de haber perdido una causa
que defendía ante la curia romana en favor de la
Obra del Cottolengo: «Si el Papa creyese deber suyo
incluso suprimir nuestra Congregación, yo le sería
plenamente dócil». Es un modo paradójico de ex-
presar lo que Don Bosco ya había dicho con pro-
funda fe: «Si nuestras Reglas, si nuestra Congre-
gación, no van a ser para la mayor gloria de Dios,
me sentiría absolutamente dichoso de que el Señor
hiciera surgir dificultades, para que no fueran apro-
badas ni aquéllas ni ésta» (MB 6, 721).
En la Congregación somos hijos de «creyentes»

22.7 Page 217

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El Salesiano Coadjutor
225
formidables: la Providencia nos estimula hoy a sa-
ber imitarlos.
Así, pues: con esta actitud típicamente salesiana 232
es como debemos responder personalmente y tam-
bién en grupo, para hacer un verdadero discerni-
miento espiritual, de modo que no aparezcamos
obrando como niños apocados, incapaces de juzgar
y de profundizar las cosas, ni como críticos de ana-
tomía, que no tienen un tesoro de vida que defender
y desarrollar.
Un testimonio nuestro claro, sencillo, viril, sere-
namente objetivo frente al problema y sagazmente
contemplativo de la mediación auténtica del Vica-
rio de Cristo, influirá mucho más en nuestra iden-
tidad, en la unidad de la Congregación y en la re-
novación de toda la Familia Salesiana, que cualquier
reticencia o camuflaje de sutiles disquisiciones.
10. EL PLAN OPERATIVO DE ESTE SEXENIO
Pero vengamos más explícitamente a lo concreto. 233
Me parece que la Asamblea está más que de
acuerdo en una solución práctica de expresa y clara
sumisión al Santo Padre.
Conviene, sin embargo, buscar el modo de ma-
nifestar esta nuestra actitud no sólo a los Herma-
nos, sino a toda la Iglesia que nos mira, como nos
recordaba el cardenal Pironio.
El nuestro debe ser un gesto que dé público tes-
timonio, tanto de la espiritualidad realista que he-
mos heredado de Don Bosco, como de la madurez
de reflexión salesiana que una fe adulta nos ayuda
a hacer después de nuestro CGE.
De manera particular debe quedar claro que este 234
CG21 orientará las iniciativas de animación y de
gobierno del próximo sexenio a todos los niveles
en la línea trazada a la luz y con la ayuda de la
indicación papal, tanto más que ésta ha venido

22.8 Page 218

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226
Documentos capitulares CG21
prácticamente a confirmar cuanto nuestra praxis
centenaria ha ya corroborado.
No debe ser éste un compromiso de valor sim-
plemente jurídico, sino un verdadero compromiso
práctico y global de nuestra actividad de vida y de
apostolado. Estamos bien convencidos de que, a
través de las directrices del Magisterio, nos llega
una gracia del Espíritu con la que se nos asegura
una especie de «infalibilidad biológica», como escri-
bía el cardenal Journet; o sea, la certeza de estar
caminando por el camino justo de la buena salud
y del crecimiento, sin el temor de habernos desvia-
do por senderos equivocados. El compromiso debe
centrarse en la renovación de la figura y de la fun-
ción del Director:
- la Congregación lo pide: ver los Esquemas pre-
capitulares, nn. 245, 246, 247;
- la novedad de presencia salesiana evangeliza-
dora lo exige, sea en razón de los destinata-
rios, sea en razón de la mutua complementa-
riedad y comunión de los socios (cfr el tema
«Los Salesianos evangelizadores de los jóve-
nes», n. 1-165).
- la carta del Papa nos sirve de luz y de estí-
mulo.
Si este CG21 no recibiera de la historia otro ape-
lativo que el de «El Capítulo del Director», por ha-
berle hecho recobrar el sentido primigenio de su
función, su influjo sobre el crecimiento futuro de
la Congregación sería notable.
11. ¿Y PARA EL SALESIANO COADJUTOR?
235 He dicho al principio que mi intención era refe-
rirme directamente al problema que connotaba cier-
to nerviosismo en el aula. El tema del SC nos en-
tusiasma y nos preocupa en plena y total sintonía,
aunque con diversa sensibilidad y con diferentes
propuestas.

22.9 Page 219

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El Salesiano Coadjutor
227
Yo pienso que no es poco lo que este CG21 ha
hecho al respecto. El resultado de todo el conjunto
de los trabajos y de las vicisitudes capitulares me
parece sumamente positivo:
- se ha aclarado la importancia y el influjo del
elemento laical en nuestro común proyecto
pedagógico-pastoral;
- se ha afirmado y ahondado la complementa-
riedad de la dimensión ministerial y laica! en
la comunidad salesiana;
- se ha calibrado, con la ayuda del Papa, la do-
sificación de fusión entre la una y la otra: no
una complementariedad indiferente y como
casual, según las circunstancias, ni una com-
plementariedad de categorías en tensión, sino
una complementariedad objetivamente orgáni-
ca que exige, en todos y comunitariamente,
caminar juntos bajo la guía pastoral de quien
sirve a la comunidad con los dones de un mi-
nisterio que hace posible el actuar verdadera-
mente «in persona Christi» (cfr PO 2).
Pienso sea cosa muy útil que los estudiosos con-
tinúen en la investigación de este tipo peculiar de
fusión y de complementariedad orgánica entre mi-
nisterio sacerdotal y laicidad en la consagración
salesiana.
12. NUESTRO PROGRAMA PRACTICO
Un plan de futuro, o sea, las orientaciones para 236
el próximo sexenio, para nosotros, Salesianos, no
se pueden traducir prioritariamente en una receta
doctrinal, sino en un compromiso de vida y de ac-
tuación.
El núcleo central de todos nuestros problemas
está en esta línea: ¿cómo crear auténticas presen-
cias salesianas en la nueva cultura? ¿Cómo hacerlo,
conservando fielmente nuestro estilo comunitario?

22.10 Page 220

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228
Documentos capitulares CG21
¿Qué tipo de actividad hemos de escoger conforme
al genuino proyecto apostólico de nuestro Instituto?
¿Dónde buscar los destinatarios y cómo evangeli-
zarlos civilizándolos? ¿Cómo reactualizar hoy el
Sistema Preventivo? ¿Cómo suscitar vocaciones en-
tre los jóvenes? Etc.
Este es el verdadero programa que nos debería
encontrar unidos a todos en la brecha operativa.
237 En los próximos seis años dediquémonos, por una
parte, a corregir, con razón, los defectos que hemos
encontrado acerca de la figura del SC en relación
con una época cultural y eclesiástica evidentemente
superada; dediquémonos también, por otra, a ahu-
yentar los peligros, no ficticios, de una perspectiva
socio-cultural y eclesiológica sutilmente desviada y
antropocéntrica. Pero no nos paremos en semejante
programa, parcial y negativo, que nos llevaría a
desembocar en polémicas estériles.
Comprometámonos, sobre todo, a actuar positiva-
mente y a programar con creatividad, aunque sea
modestamente, para que crezca el Reino de Dios
entre los jóvenes más necesitados: hemos nacido
de un generoso propósito de «ejercicio práctico de
caridad hacia el prójimo». Los trabajos del CG21
y el mensaje del Santo Padre nos proponen tres
objetivos de acción bien definidos:
l.º el anuncio del Evangelio a los jóvenes, según
el proyecto peculiar apostólico salesiano. En
este empeño el Papa nos recuerda que «las
necesidades sociales y eclesiales de los tiem-
pos modernos parecen corresponder más que
nunca al genio del apostolado de los Hijos de
San Juan Bosco, dirigido con preferencial in-
terés y dedicación a la juventud masculina»;
2.º el testimonio, personal y comunitario, de
nuestra «sequela Christi», dedicándonos a co-
nocer mejor, a profundizar y a vivir sincera-
mente las Constituciones de nuestra Sociedad,
dando «el primer puesto», corno nos indica
el Papa, «al espíritu religioso»;

23 Pages 221-230

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23.1 Page 221

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El Salesiano Coadjutor
229
3.º la animación de la Comunidad salesiana, apun-
tando realísticamente y con estudiada estra-
tegia a renovar la figura y la función del Di-
rector, en consonancia con el primitivo espí-
ritu de los orígenes y en fidelidad a la indi-
cación pontificia.
A propósito de este tercer objetivo, me ha impre- 238
sionado hondamente la coincidencia de las consi-
deraciones que presentan muchos hermanos hoy
con las reflexiones que, cincuenta años atrás, hacía
Don Felipe Rinaldi, tercer sucesor de Don Bosco y
«figura-puente entre la primera y la segunda ge-
neración de los Salesianos: último Rector Mayor
que tuvo con Don Bosco intimidad de vida y de
pensamiento» (E. VALENTINI, «Don Rinaldi, maestro
di pedagogia e di spiritualita salesiana», Torino-Cro-
cetta, 1965, p. 3).
Los Esquemas precapitulares, después de haber
enumerado los «puntos salientes» acerca de la ani-
mación de las comunidades locales, nos presentan,
en las «líneas de solución», el tema que debería
constituir el núcleo que principalmente habría que
cuidar. Dicen a este propósito:
«El ministerio de la animación comunitaria ( = fun-
ción del Director) podría llegar a ser uno de los
puntos focales del CG21» (p. 158, n. 246). E inme-
diatamente después precisan el trabajo de reflexión
que hay que realizar acerca de la figura del Direc-
tor y su preparación específica (cfr n. 247).
Hace cincuenta años, Don Rinaldi, además de
cuanto os he leído antes, decía en una conferencia:
«Cuando llegó el decreto de la Santa Sede... con
el pretexto de evitar cualquier inconveniente, se
pasó más allá de los dispuesto por el decreto ...
Queridísimos Inspectores y Directores, os conjuro
en las entrañas de la caridad de N. S. Jesucristo
que hagáis revivir en vosotros y a vuestro alrede-
dor la tradición de la paternidad espiritual, que
desgraciadamente va apagándose, con gran daño de
las almas juveniles y de nuestra fisonomía salesia-
na» (E. VALENTINI, o. c., p. 76-77).

23.2 Page 222

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230
Documentos capitulares CG21
Y CONCLUYO
239 He dicho al princ1p10 que la fecha del 24 de este
mes era una feliz coincidencia, escogida también por
mi parte, para hablaros bajo el especial patrocinio
de la Virgen Auxiliadora y en el clima gozoso de
la fiesta de San Francisco de Sales en quien se ins-
pira, dentro de la variedad eclesial de los carismas,
el rostro de nuestra vocación.
En el año 1887, celebrándose el jubileo sacerdotal
del Papa León XIII, se le pidió a Don Bosco que
escribiera un artículo para un fascículo de home-
naje al Santo Padre.
Eran los últimos meses de la vida de nuestro
Fundador. Lo hago observar, porque así sus afir-
maciones adquieren un valor como de testamento.
Don Bosco redactó un escrito breve, desarrollan-
do el tema de la adhesión al Papado por parte del
santo Obispo de Ginebra, Francisco de Sales. La
conclusión de su escrito se dirigía paternalmente
a orientar el modo concreto como tenían que com-
portarse sus hijos:
«Quiero que los miembros de la humilde Congre-
gación de San Francisco de Sales, escribe, no se
aparten nunca de los sentimientos de este gran San-
to y Patrono nuestro hacia la Sede Apostólica: que
acojan pronta y respetuosamente y con sencillez de
mente y de corazón, no sólo las decisiones del Papa
acerca del Dogma y la disciplina, sino que también
en las mismas cosas disputables abracen siempre
la opinión suya aún como doctor privado, antes que
la opinión de cualquier otro teólogo o doctor del
mundo» (MB 18, 277).
El pensamiento del Padre está claro: no será tal
vez el suyo un consejo para quien tuviera que es-
cribir científicamente una tesis doctoral, pero sí
es una orientación preciosa de vida para quien tra-
baja y programa en el clima espiritual de su san-
tidad.
¡Somos herederos de grandes creyentes! Que San
Francisco de Sales alcance para nuestro CG21 el

23.3 Page 223

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El Salesiano Coadjutor
231
programar inteligentemente el próximo sexenio. re-
corriendo el mismo sendero de fe y de laboriosidad
realista de nuestros «padres» en el espíritu sale-
siano.
¡Gracias!

23.4 Page 224

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23.5 Page 225

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\\ C G 21
423/4.1.7 \\
Documento 3
LA FORMACION
PARA LA VIDA SALESIANA

23.6 Page 226

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238
Documentos capitulares CG21
PRIMERA PARTE
LA UNIDAD DE LA FORMACION
241 Los principales problemas sobre aspectos gene-
rales de la formación salesiana, convergen signifi-
cativamente en el tema de la unidad en cuanto a
contenidos, comunidad formadora y descentraliza-
ción 2•
Se advierte que la unidad de la formación es con-
dición, instrumento y garantía de la unidad de la
Congregación 3• Así, pues, el CG21, en su esfuerzo
de evaluación, pretende privilegiar esta problemá-
tica, no ya en la totalidad de sus aspectos, sino en
aquéllos que más atención y cuidados requieren,
por ser punto de convergencia de muchas necesi-
dades de la Congregación hoy 4.
La descentralización deseada por el CGE conser-
va toda su validez. Subrayar, por tanto, la unidad
no significa olvidar la descentralización. La unidad
se realiza hoy en la descentralización; y un genuino
proceso de descentralización implica un compromi-
so explícito y concreto de unidad s. Lógicamente,
este principio es válido también para la formación.
l. PREMISAS
242 El Capítulo advierte que toda la formación tiende
al desarrollo de la identidad vocacional de los sale-
sianos. Subraya también que la formación ahonda
sus raíces de unidad en la identidad vocacional.
Esta constituye, por encima de legítimas diferen-
2 Cf Sch. Prec. 444-447; 460-463; 482-487; RRM 143-
144; RDF p. 13.
3 Cf Const. 99; CGE 659.
4 Cf Sch. Prec. 445-447, 428; RRM 143; RDF p. 15.
6 Cf ACS 272, p. 6.

23.7 Page 227

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La formación para la vida salesiana 239
das socio-culturales, la unidad cualitativa y la rea-
lidad más profunda de la Congregación 6.
Esta unidad cualitativa o identidad vocacional sa-
lesiana halla sus principales líneas directrices en
los elementos siguientes:
- la presencia viva, entre nosotros, del Señor y
de su Espíritu, que nos mueve hoy a reactua-
lizar el don permanente iniciado en Don
Bosco 7;
- la misión que la Iglesia nos ha confiado ª;
- los contenidos del «espíritu salesiano» 9;
- un proyecto original de vida evangélica 10;
- una identidad salesiana, sacerdotal y laical,
específica 11;
- una peculiar dimensión comunitaria en espí-
ritu de familia 12;
- un estilo de presencia apostólica, «el sistema
preventivo» 13.
Estos aspectos, a su vez, están armónicamente
unificados en la misión que el Espíritu Santo nos
ha dado a través de Don Bosco. En realidad, dicha
misión especifica el trabajo que tenemos en la Igle-
sia, haciéndonos partícipes de la misma misión de
Cristo, apóstol del Padre 14.
La unidad de la formación está en relación di- 243
recta con las etapas de la formación y la formación
permanente. Representa, de hecho, la realidad de
fondo en la continuidad de las distintas fases de
la formación y en todo el proceso armónico de la
formación permanente.
6 ACS 272, p. 6.
ACGE 1-22.
8 ACGE 23-57.
º ACGE 85-105.
10 ACGE 106-127.
11 Const. 36-37; CGE 140-150.
12 ACS 272 p. 10; ACGE 84, 481-503.
13 Cunst. 25; CGE 58-84, 93, 360, 365.
u Cf Const. 2-3, 49; 4; CGE 26; Sch. Free. 459.

23.8 Page 228

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240
Documentos capitulares CG21
Al mismo tiempo, afirmamos que la unidad de
la formación y el principio de la formación perma-
nente se exigen recíprocamente. Sin embargo, en
nuestro estudio nos orientamos principalmente ha-
cia las fases iniciales de la formación, pues son
a las que se refieren los problemas planteados en
los CI y presentan características formativas pecu-
liares e irrepetibles.
1.1 La unidad de la f orm.ación en los contenidos
244 Nosotros, salesianos de Don Bosco, formamos
una comunidad que realiza, en forma sacerdotal y
laical, una única vocación 1s. La naturaleza de esta
vocación, especificada por los valores de la consa-
gración religiosa, de la comunidad fraterna y de
la misión apostólica, determina la orientación espe-
cífica y unitaria de nuestra formación en el ámbito
de sus contenidos 16.
Maduración humana y preparación intelectual y
profesional, crecimiento en la vida religiosa e in-
serción gradual en el apostolado son factores que
la formación armoniza en unidad vital, vivificán-
dolos a la luz de la persona de Cristo, el modelo en
quien nos inspiramos 11.
El Evangelio de Jesús, pues, vivido según el es-
tilo y el espíritu de Don Bosco, constituye la sa-
lesianidad. Esta representa el elemento unificador
de los contenidos de nuestra identidad, y nos per-
mite prepararnos y formarnos como educadores
auténticos y pastores salesianos 1s.
15 Cf Const. 2.
16 Cf Const. 3, 100.
17 Cf Const. 10l.
18 Cf Const. 41, 49, 101; CGE 661-672.

23.9 Page 229

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La formación para la vida salesiana 241
1.2 La unidad de la formación en la comunidad
La comunidad formadora es realmente tal 19, 245
cuando encarna nuestra identidad salesiana en lo
concreto de las personas. La unidad de la comu-
nidad formadora es, por tanto, un factor necesario
para la comunicación de los valores de la unidad
vital de nuestra vocación. De hecho, lo que forma
es la vida misma de la comunidad unida, en Cristo,
por el Espíritu 20.
La comunidad formadora local está en estrecha
relación con la comunidad inspectorial, «formado-
ra» a su vez 21. La formación es, en efecto, el «re-
sultado de la acción acorde de todos los hermanos,
no solo de la comunidad local, sino también de la
inspectorial» 22.
La identidad vocacional se construye con la apor-
tación de todos los miembros de la comunidad for-
madora, si bien con diversidad de funciones 23. Me-
rece especial atención el dinamismo de maduración
personal en el crecimiento comunitario de los va-
lores de la salesianidad 24, Esto es posible por el
clima familiar de fecunda comunicación caracterís-
tico del espíritu salesiano 25.
La unidad de la formación está asegurada en la
comunidad cuando ésta, «familia unida por la mu-
tua confianza y por la convergencia de los esfuer-
zos» 26, supone un equipo entusiasta de formadores,
sacerdotes y coadjutores, y una relación serena y
constructiva entre formadores y formandos n, El
Director es, en ella, el principal responsable, anima-
dor y unificador de la formación zs.
19 Ver requisitos de una comunidad formadora n. 39, y
Reg 73 bis.
,-o Cf Const. 99 104; ACGE 680a; Reg 78.
21 Cf Reg 89. .
22 ACGE 672.
23 Cf Const. 54.
~1 Cf Const. 52.
25 Cf Const. 50, 53.
Cf Const. 105.
27 Cf ACGE 683-686.
28 Cf ACGE 678.

23.10 Page 230

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242
Documentos capitulares CG21
El CG21 reafirma el papel determinante de la
participación personal y comunitaria de los forman-
dos en la construcción de la comunidad formado-
ra 29, y, en la situación presente, subraya la función
insustituible de los formadores y las exigencias par-
ticulares para con ellos. En realidad, de nada ser-
virían las mejores descripciones de nuestra iden-
tidad salesiana, si ésta no se viera testimoniada con
la práctica de los animadores principales de la co-
munidad formadora.
246 1.3 La unidad de la formación en la
descentralización
La descentralización, como adecuada distribución
de responsabilidades de gobierno en los distintos
niveles 30, hace concreto, en el sector de las estruc-
turas, el principio fundamental de subsidiariedad
y pluralismo 31.
En las estructuras de la formación salesiana, la
descentralización ha dado nuevas e importantes
responsabilidades a los niveles locales 32, inspecto.
riales 33 e interinspectoriales 34.
Las estructuras locales de formación, al ser des-
centralizadas, pueden adaptarse más fácilmente a
las diferencias culturales de cada región. Sirven así
al pluralismo de formas de vivir la única vocación
salesiana 35.
De esta forma, las estructuras descentralizadas
concurren a la unidad de la formación. Se trata,
en efecto, de hacer crecer a los salesianos, en to-
dos los países, en la vocación salesiana única y uni-
taria: las formas de expresión cultural son múlti-
ples, pero el proyecto salesiano de vida es único 36.
29 Cf ACGE 680, 683.
3° Cf Const. 127.
31 Cf ACGE 137, 139, 706.
ª2 Cf Reg 85.
33 Cf Const. 106.
34 Cf Reg 130,2.
35 Cf ACGE 139, 665.
36 Cf ACS 272, p. ll; ACS 276, p. 66.

24 Pages 231-240

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24.1 Page 231

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La formación para la vida salesiana 243
2. SITUACION
2.1 La unidad de la formación en los contenidos
Los rápidos cambios acaecidos en la Iglesia y en 247
la cultura durante estos últimos años, se han re-
flejado inevitablemente en la problemática de la
formación. La Congregación, después del CGE, ha
realizado un notable esfuerzo para encontrar nuevas
soluciones que garanticen la integración de los con-
tenidos de la formación, de cara a la unidad de la
vocación salesiana. No es difícil, sin embargo, com·
prender que los resultados no han alcanzado toda-
vía los niveles deseados.
Uno de los problemas más fuertes, al cual han
hecho referencia numerosos CI 37, es, sin duda, el
debilitamiento y, en algún caso, la falta de conte-
nidos típicamente salesianos en la formación. Esta
carencia, acentuada por la necesidad de adecuar las
estructuras de la formación a las exigencias de las
distintas zonas y culturas, ha causado cierta sen-
sac1on de excesiva genericidad, con el riesgo, en
alguna ocasión, de la pérdida de la identidad sale-
siana.
En particular, se hacen notar los siguientes fallos:
- olvido parcial de las fuentes de la espirituali-
dad salesiana;
- los estudios, además de adolecer de no sufi-
ciente solidez y estructura orgánica, no han
sido unificados, con frecuencia, por la dimen-
sión salesiana;
- pobreza de preparación pedagógica y catequís-
tica salesiana, con repercusión en los trabajos
apostólicos;
- influjo negativo del debilitamiento general de
la vida sacramental y de la oración 38 en el
ambiente formativo;
37 Cf Sch. Prec. 483.
38 Cf RRM 80.

24.2 Page 232

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244
Documentos capitulares CG21
- ausencia de contenidos específicos para la for-
mación del salesiano sacerdote y del salesiano
coadjutor;
- insuficiente conocimiento de la teología de la
vida religiosa.
2.2 La unidad de la formación en la comunidad
248 Los Esquemas Precapitulares, la Relación del Rec-
tor Mayor y la del Dicasterio para la formación, así
como la evaluación hecha por el CG21, demuestran
que en este sexenio se han intentado crear, en va-
rias partes, comunidades formadoras en la línea
prevista por el CGE, de acuerdo con las Constitu-
ciones y los Reglamentos.
En estas comunidades un elemento determinante
ha sido el equipo de formadores. Ha habido tam-
bién un crecimiento de responsabilidad, de diálogo
y de vida fraterna. Se ha podido realizar una ade-
cuada apertura y una conveniente flexibilidad. Ha
crecido la sed de salesianidad. En la mayoría de
los casos estas comunidades formadoras han dado,
en la Inspectoría, un testimonio de primer plano.
249 Con todo, el trabajo de comprobación lleva a se-
ñalar también puntos negativos. «Muchas veces ha
faltado el esfuerzo para construir auténticas y espe-
cíficas comunidades formadoras, con claridad de
objetivos, con suficiente número de formadores y
medios adecuados para la formación» 39. A menudo
esto ha dependido de una inadecuada interpretación
del artículo 105 de las Constituciones y 81 de los
Reglamentos.
Es común en toda la Congregación la dificultad
de encontrar hermanos idóneos para la función de
formadores. No es raro ver profesores que descui-
dan su responsabilidad formadora. En algún caso,
se les ha visto envueltos en verdaderas crisis o ce-
811 RDF p. 14.
40 RDF p. 14.

24.3 Page 233

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La formación para la vida salesiana 245
der a la primacía de la ideología sobre la fe. La
cualificación y recualificación de los formadores no
siempre ha sido una prioridad en la programación
inspectorial 40.
Por otra parte, en algunos lugares, por una no
exacta comprensión del espíritu de familia y del
sentido de participación, se ha puesto en duda la
necesidad de los formadores o de la autoridad 41.
El tema resulta más delicado aún con relación
a la figura del Director, que debería ser capaz de
llevar adelante una verdadera dirección espiritual.
En general, «se nota una trágica falta de maestros
y guías espirituales» 42, con graves repercusiones en
las mismas fases iniciales de la formación 43.
Por último, la falta de la obligada relación entre
la vida de la comunidad formadora local y la de
la comunidad inspectorial crea a veces una peli-
grosa desorientación en el momento de pasar de
una a otra.
Igualmente es de lamentar la ausencia de sale-
sianos coadjutores formadores en las comunidades
formadoras.
2.3 Unidad de la formación en la descentralización
A nivel inspectorial,
250
se nota la incipiente asunción de responsabilidades
locales, pero en algunas inspectorías no se ha pres-
tado atención prioritaria a este sector, como apa-
rece por el Directorio no redactado, o poco logrado
y, consiguientemente, por la fragmentariedad e ines-
tabilidad de iniciativas a nivel de nuevas estructu-
ras, programas y formadores.
41 RDF p. 14.
42 RDF p. 15.
ta Cf ACGE 678c.

24.4 Page 234

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246
Documentos capitulares CG21
A nivel interinspectorial,
junto a interesantes iniciativas de colaboración, se
constatan también dificultades entre las inspectorías
para resolver en común problemas de formación,
que superan las posibilidades de una sola. A veces
no han funcionado las estructuras intermedias,
como Conferencias inspectoriales y el «Curatorium»,
organismo colegial de colaboración entre un Estu-
diantado interinspectorial y las inspectorías que lo
sostienen.
A nivel mundial,
se advierte la necesidad de una mayor clarificación
de las funciones del Dicasterio para la formación
y la necesidad de orientaciones más específicas, so-
bre todo, respecto a los estudios 44.
En síntesis, durante estos años se ha comprobado
en ciertas partes un vacío o falta de asunción de
responsabilidades a distintos niveles, por falta de
conocimiento suficiente, de tiempo, de personas ap-
tas, medios y normas claras.
3. DELIBERACIONES
251 3.1 La importancia de las comunidades formado-
ras exige en este sexenio, por parte del Inspector
y su Consejo, una privilegiada responsabilidad en
el momento de su constitución y revisión. Para que
una comunidad sea formadora, debe ser expresa-
mente estructurada para esa finalidad, y deberán
darse en ella:
- un Director particularmente cualificado y un
equipo de formadores,
- verdadera dirección espiritual,
4·1 Cf RDF p. 11.

24.5 Page 235

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La formación para la vida salesiana 247
- clima de corresponsabilidad dentro de la di-
versidad de funciones y de la claridad de las
metas formativas,
- estilo salesiano de vida, de estudio y de traba-
jo, con programación periódica, revisión y eva-
luación,
- por último, una especial sensibilidad inspec-
torial.
3.2 El Inspector y su Consejo provean para que 252
los Directores de las comunidades formadoras ten-
gan una específica y periódica actualización que les
ayude en el desempeño de la delicada y necesaria
función de la dirección espiritual comunitaria, como
igualmente de la personal en la forma prevista por
el CGE 4s.
3.3 Cada inspectoría debe constituir su propia Co- 253
misión inspectorial para la formación. Sus incum-
bencias específicas estarán indicadas en el Directo-
rio inspectorial para la formación.
3.4 El Consejero para la formación, en diálogo 254
con los respectivos Consejeros regionales e Inspec-
tores, promueva en las inspectorías una creciente
corresponsabilidad y participación activa en el aná-
lisis de la situación actual de las comunidades for-
madoras, y coordine una serie de medidas capaces
de asegurar una tempestiva realización de las deci-
siones capitulares.
3.5 El Dicasterio para la formación sea poten- 255
ciado de modo que pueda ser instrumento más efi-
caz al servicio de la unidad de la formación. Ello
se obtendrá con la organización de un equipo de
personas competentes en los distintos sectores de
la formación.
3.6 El Rector Mayor con su Consejo, por medio 256
del Consejero para la formación, cuide la creación
en la UPS de un Centro idóneo para la preparación
45 Cf ACGE 678 a,c.

24.6 Page 236

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248
Documentos capitulares CG21
de los futuros formadores y la recualificación de
los actuales. De acuerdo con los Grupos regionales
promueva, asimismo, cursillos y encuentros para
una mayor atención a los problemas de cada zona.
257 3.7 Para la investigación a fondo de los elemen-
tos que integran la unidad vocacional salesiana, sean
potenciadas por el Dicasterio para la formación las
publi_caciones de espiritualidad salesiana y su tra-
ducción a otras lenguas.
3.8 «Ratio Fundamentalis Institutionis Salesia-
nae».
258 Muchos de los problemas mencionados se podrán
resolver más fácilmente dentro de una visión global
y armónica de la formación. Con este fin, el Rector
Mayor con su Consejo haga redactar, mediante el
Dicasterio para la formación, y promulgue cuanto
antes para toda la Congregación, la «Ratio Funda-
mentalis Institutionis Salesianae».
- Dicha «Ratio» exponga, en forma orgánica, el
conjunto de principios y normas sobre la forma-
ción que se hallan en las Constituciones y Regla-
mentos, en los documentos del CGE y en las con·
clusiones del CG21, así como otros elementos váli-
dos para toda la Congregación expuestos en docu-
mentos eclesiales y salesianos emanados después
del CGE.
- Recalque en particular la importancia y nece-
sidad del desarrollo integrativo de los distintos
aspectos de la formación: maduración humana,
preparación intelectual y profesional, vida religiosa
y apostólica, dentro de la unidad de la vocación sa-
lesiana.
- La «Ratio» dedicará también especial atención
a la formación espiritual salesiana en todo el pro-
ceso formativo. En esta perspectiva, indicará la fi.
sonomía e identidad propia del salesiano sacerdote,
coadjutor y diácono, respectivamente.

24.7 Page 237

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La formación para la vida salesiana 249
- Formará parte del documento una «Ratio Stu- 259
diorum», concebida como conjunto de normas ge-
nerales acerca de la formación intelectual en la
Congregación. Dicha «Ratio» debe asegurar los ele-
rn entos principales de un currículum para los sale-
sianos (sacerdotes y coadjutores), tanto para la for-
mación de base, como para la formación específica,
sacerdotal o laical. E indicará, por último, los con-
tenidos orgánicos de salesianidad correspondientes
a las distintas fases del proceso formativo.
- Tenga en cuenta, la «Ratio Fundamentalis», la 260
necesaria previa experiencia pastoral en los forma-
dores 46 y la gradual proporcionalidad de las activi-
dades apostólicas para los formandos, subrayando
en éstas últimas el insustituible valor de la presen-
cia orientadora de los formadores. Para tales acti-
vidades apostólicas escójanse ordinariamente obras
salesianas.
3.9 Directorio inspectorial para la formación.
261
Cada Inspectoría, inmediatamente después de co-
nocerse la «Ratio», elabore o revise el propio Di-
rectorio Inspectorial de la formación, según las exi-
gencias de aquélla 47.
48 Cf ACGE 679.
11 Cf Const. 106.

24.8 Page 238

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250
Documentos capitulares CG21
SEGUNDA PARTE
LAS ETAPAS DE LA FORMACION
PREMISAS
1. Continuidad e igualdad de la f onnación de base
262 Al estudiar las fases de la formación, el CG21 ha
tenido presentes dos instancias del CGE: la conti-
nuidad del proceso formativo y la igualdad de la
formación de base, con las necesarias distinciones.
1.1 Continuidad del proceso formativo
Aunque metodológicamente este tema se divide
en varias partes, la unidad y la continuidad del
proceso formativo es una premisa que hay que te-
ner siempre presente a lo largo de todo el período
formativo, que propiamente no se acaba con la ter-
minación de la formación inicial, sino que conti-
núa y dura toda la vida a través de la formación
permanente. En efecto, «el proceso formativo debe
ser unitario y continuo en sus varias etapas. Cada
una de ellas sea continuación de la anterior y una
preparación de la siguiente» 48• Esta continuidad en
el crecimiento presupone el principio de la gradua-
lidad en todos los aspectos del proceso formativo.
El carácter unitario y al mismo tiempo complejo
del proceso formativo exige que se tengan presen-
tes en cada etapa, armonizados en una unidad vi-
tal, los diversos aspectos de la formación salesiana:
maduración humana y cristiana, preparación inte-
lectual, profundización en la vida religiosa salesi&·
na e inserción en el trabajo apostólico 49• Con todo,
el acento puesto en cada uno de dichos aspectos
48 CGE 691.
49 Cf Const. 10 l.

24.9 Page 239

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La fonnación para la vida salesiana 251
será diverso según el carácter específico de cada
etapa:
- la maduración humana y cristiana, en la pre-
paración al noviciado;
- la profundización en la vida religiosa salesia-
na, en el noviciado;
- la preparación intelectual, en el inmediato pos-
noviciado;
- la inserción en el trabajo apostólico, en el tiro-
cinio;
- la dimensión sacerdotal, durante los estudios
teológicos para los candidatos al sacerdocio.
1.2 Igual formación de base
263
«Los coadjutores y los futuros sacerdotes reciben
idéntica formación fundamental con un plan pro-
gramado al mismo nivel» 50• Esto significa que e]
período de formación salesiana hasta la profesión
perpetua, tiene las mismas fases, con objetivos, con-
tenidos y duración similares para todos los socios,
según la propia especificación vocacional laica! o
sacerdotal, las funciones específicas de nuestro
apostolado y las dotes y aptitudes personales st.
2. Aspectos del proceso formativo
El proceso formativo, en sus distintas etapas. 264
comprende los dos aspectos siguientes:
- la maduración vocacional hasta la profesión
perpetua, igual para todos los salesianos, según
la especificación laica! o sacerdotal;
- la preparación específica del salesiano coadju-
tor o del salesiano sacerdote.
Estos dos aspectos, aunque diferentes, no son se-
parables en el conjunto de la formación. En nin-
110 Const. 103.
li1 Cf Const. 103.

24.10 Page 240

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252
Documentos capitulares CG21
gún momento tenemos el salesiano «genérico». Pero,
por necesidad de claridad, hablamos en un primer
momento de los aspectos genéricos y comunes de
la formación salesiana, y, en un segundo momento,
de los aspectos específicos de la formación del sa-
lesiano sacerdote y del salesiano coadjutor.
Así, pues, resulta el siguiente índice de nuestro
tratado:
1. Período de maduración vocacional
hasta la profesión perpetua.
1.1 Preparación inmediata al noviciado.
1.2 Noviciado.
1.3 Período de los votos temporales.
1.3.1 Inmediato posnoviciado.
1.3.2 Tirocinio
1.3.3 Preparación inmediata a la profesión per-
petua.
2. La preparación específica del salesiano.
2.1 Sacerdote.
2.2 Coadjutor.
I. PERIODO DE MADURACION VOCACIONAL
HASTA LA PROFESION PERPETUA
1.1 PREPARACION INMEDIATA AL NOVICIADO
265 No tenemos un Postulantado canónico con mar-
cos jurídico-estn1cturales, pero las Constituciones
presentan la preparación inmediata al noviciado
como una de las etapas «necesarias tanto para el
candidato, como para la comunidad» 52, e indican,
esquemáticamente, los correspondientes objetivos,
metodología, clima y lugar 53. Por eso preferimos,
~2 Const. 108.
53 Const. 109~

25 Pages 241-250

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25.1 Page 241

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La f orm.ación para la vida salesiana 253
para esta etapa, usar la denominación «preparación
inmediata al noviciado».
El CGE no estableció una estructura fija y única
para este período, dejando a las Inspectorías deci-
dir el modo de realizarlo «conforme a las exigencias
locales y las directrices de la Iglesia y de la Con-
gregación» 54• Un documento posterior 55 ha explici-
tado mejor la naturaleza, objetivos y modalidades
de esta preparación inmediata al noviciado, dejan-
do para los Directorios de la formación de cada
Inspectoría su programación concreta.
Situación
266
«En un buen número de Inspectorías el prenovi-
ciado es ya una realidad bien organizada y da bue-
nos resultados» 56• Pero en algunos sitios no es aún
bien comprendida su necesidad 57. Se puede decir
que todavía no constituye una etapa formativa bien
programada y actuada en todas las Inspectorías.
DELIBERACIONES
El CG21 reafirma la necesidad de un período de 267
preparación inmediata al noviciado, y da las si-
guientes indicaciones:
a) Los objetivos señalados por el artículo 109 de
las Constituciones indican, en general, un clima y
una metodología para «madurar», «conocer la pro-
pia vocación» profundizando en sus motivaciones,
y «decidir» consciente y libremente el hacerse reli-
gioso salesiano 58.
54 Const. 106.
•;; ACS 276, pp. 68-73.
ne RRM 147.
"7 Cf RRM 147.
GS Cf ACS 276, p. 70: 1.3.1.

25.2 Page 242

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254
Documentos capitulares CG21
Sólo cuando el candidato ha hecho la opción por
la vida salesiana, está en condiciones de comenzar
la preparación inmediata al noviciado.
268 b) La estructuración de esta etapa, si bien fle-
xible y distinta según los lugares y las circunstan-
cias 59, debe ser tal que ofrezca al candidato la po-
sibilidad de profundizar en Za propia opción voca-
cional por medio de:
- un conocimiento más profundo de sí mismo;
- la dirección espiritual;
- la apertura a la palabra de Dios, a la vida
sacramental y a la oración;
- un conocimiento general de Don Basca y de
la Sociedad salesiana;
- una experiencia de vida comunitaria;
- una experiencia apostólica salesiana.
269 c) En este período se debe en particular evaluar
la madurez humana y cristiana del candidato para
ver si ha alcanzado el nivel necesario para comen-
zar bien el noviciado 60• La coordinación constante
de los formadores de esta etapa con los del novi-
ciado, especialmente con el maestro de novicios, fa.
cilitará grandemente dicha evaluación.
270 d) La preparación inmediata al noviciado ha de
durar normalmente un año, y no ser, de ordinario,
inferior a seis meses. Las modalidades concretas
de este tiempo las establecerá el Directorio de la
formación de cada Inspectoría.
1.2 NOVICIADO
271 El noviciado es el comienzo de la experiencia re-
ligiosa salesiana 61 Tiene, por tanto, una función
59 Cf Const. 109; ACS 276, pp. 70-72: 1.3.1-1.3.6.
6° Cf Reg 73 ter.
01 Cf Const. 111; RC 13,1.

25.3 Page 243

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La formación para la vida salesiana 255
importantísima para la unidad y el desarrollo de
la vocación salesiana en su devenir histórico 62.
Su organización es de suma importancia. La di-
versidad del tipo de noviciado salesiano, debida al
número variable de novicios y a los diferentes con-
textos culturales y pastorales, no permite establecer
una línea uniforme en la organización de los novi-
ciados 63 Pero hay un criterio fundamental:
- el ambiente y las estructuras del noviciado de-
ben ser aptas para dar una auténtica forma-
ción, es decir, para alcanzar los fines y conte-
nidos del noviciado 64.
Situación
« En general, los informes acerca de los novicia- 272
dos son positivos» 65. El exiguo número de novi-
cios 66 y la imposibilidad de contar con un equipo
de formadores suficiente y cualificado, han impe-
dido en algún sitio crear ese ambiente apto para
alcanzar los objetivos de esta etapa formativa. En
tales casos, los noviciados interinspectoriales pre-
sentan evidentes ventajas 67, si bien habrán de re-
solverse los problemas relativos a la corresponsa-
bilidad de las Inspectorías interesadas. En los úl-
timos años, por efecto de la creciente complejidad
de la vida religiosa, apostólica y cultural, se ha
visto la necesidad de una cualificación específica
del maestro.
DELIBERACIONES
273
El ideal que se ha de proponer a los novicios es
el de servir comunitaria y totalmente a Cristo en
los jóvenes, según nuestro espíritu. Este ideal lo
62 ACS 276, 2.3.1.
63 Cf ACS 276, 2.3.3; Const. 106.
04 ACS 276, 2.3.3.
65 RRM 148.
66 RRM 149.
67 RRM 148.

25.4 Page 244

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256
Documentos capitulares CG21
encontramos en los dos libros fundamentales de
nuestro pensamiento y de nuestra vida: el Evange-
lio y las Constituciones 68• A fin de que sea verda-
. deramente eficaz esta etapa formativa, el CG21 cree
oportuno resolver:
274 a) Características del noviciado
Todos los elementos de la vida del noviciado de-
ben orientarse a iniciar al novicio en el conocimien-
to y en la práctica de la vida religiosa salesiana. El
novicio, con la ayuda de la comunidad y especial·
mente del maestro, interioriza los valores salesia-
nos y adquiere una mentalidad de fe, haciéndose
capaz de discernir la voluntad de Dios acerca de
su vocación.
Los aspectos más directamente intelectuales y
práctico-pastorales, han de orientarse de forma que
contribuyan a profundizar e iluminar su experien-
cia espiritual salesiana 69.
Siendo nuestra Sociedad un Instituto dedicado a
las actividades apostólicas, «en la formación del no-
viciado hay que dar más importancia, ya desde el
principio y de modo más directo, a la preparación
de los novicios para la vida y las actividades que
deberán ejercer en el futuro; y hay que enseñarles
a realizar progresivamente en su vida, aquella co·
herente y armoniosa unidad que debe existir entre
º. la contemplación y la acción apostólica» 7
Una especificación más precisa de los fines y cri-
terios de selección de las actividades apostólicas en
el noviciado, se puede ver en ACS 276 71.
275 b) Contenidos del noviciado
Los contenidos esenciales de esta etapa se hallan
formulados también en ACS 276 72• La propuesta y
la asimilación de tales contenidos se ha de hacer
68 Cf ACS 276, 2.2.2; Const. 101.
89 Cf ACS 276, 2.2.1.2.
70 RC 5.
71 ACS 276, pp. 79-81.
72 Cf ACS 276, 2.2.2.1-2.2.2.5.

25.5 Page 245

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La formación para la vida salesiana 257
a un doble nivel constantemente integrado: estudio-
reflexión, y práctica-experiencia.
c) Cualificación de los maestros de novicios
276
En el próximo trienio, las Inspectorías deberán
dar una cualificación en espiritualidad salesiana a
aquellos hermanos que, en posesión de una sufi-
ciente experiencia práctica - apostólica - salesiana 73,
sean destinados a desempeñar el cargo de maestro
de novicios.
Es importante que los maestros de novicios sean
abiertos a los valores espirituales y culturales que
los novicios llevan consigo.
d) Noviciados interinspectoriales
277
Cuando, por razones de una mayor incidencia for-
mativa, es aconsejable el noviciado interinspectorial,
la responsabilidad de cada lnspectoría respecto a
sus novicios, se manifestará:
- en la participación por parte de las Inspecto-
rías interesadas con personal apto;
- en las relaciones de los novicios con su Inspec-
tor de origen;
- en la competencia del Inspector de origen para
el eventual despido de los novicios.
Las Inspectorías interesadas, mediante un acuer-
do, establecerán las normas que regulen dicha co-
rresponsabilidad.
1.3 PERIODO DE LOS VOTOS TEMPORALES
Los objetivos de la formación después del novi- 278
ciado con miras a la profesión perpetua, son: des-
arrollar los varios aspectos de la vocación salesia-
na, y continuar el proceso de maduración del joven
hermano 74.
73 Cf CGE 684a.
ª Cf Const. 114.

25.6 Page 246

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258
Documentos capitulares CG21
Estos objetivos precisan una mayor explicitación
en conformidad con los distintos matices de cada
período de esta etapa, esto es, el inmediato posno·
viciado, el tirocinio, y la inmediata preparación a la
profesión perpetua.
1.3.1 Inmediato posnoviciado
279 El noviciado es ciertamente una fase basilar
como iniciación 75 en la vida salesiana. Pero nece-
sita un complemento y desarrollo posterior 76• El
inmediato posnoviciado es la primera fase comple-
mentaria. Es indispensable la coherencia y conti-
nuidad entre el trabajo realizado durante el novi-
ciado, y el de después 77, evitando un cambio brusco
y fuerte de estilo de vida que provoque una «ba-
jada de tensión» en el crecimiento vocacional 78,
Por esta razón, el inmediato posnoviciado es un
momento delicado e importante para la madura-
ción religioso.salesiana de los hermanos jóvenes.
280 Situación
Mirando el conjunto de la situación, la realidad,
por los motivos más diversos, se presenta muy di-
ferente, a veces confusa y, en algunos casos, no bien
planteada 79, A menudo la formación religioso-sale-
siana presenta deficiencias por falta de programas,
tiempo, coordinación, comunidades aptas o de hom-
bres cualificados para proponer la parte doctrinal.
La dirección espiritual, tan importante en este pe-
ríodo, se practica poco. Falta en muchas partes una
seria ordenación de los estudios. La naturaleza y
15 Cf RC 4.
78 Cf ACGE 691.
77 Cf ACS 276, 3.2.2.
78 Cf ACS 276, 3.3.3.
79 RRM 153.

25.7 Page 247

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La formación para la vida salesiana 259
los objetivos de esta fase 80 no estaban claros, y por
eso no han sido bien entendidos por muchos.
DELIBERACIONES
a) Objetivos del inmediato posnoviciado
281
El CG21 precisa que el inmediato posnoviciado es
un tiempo de maduración y de desarrollo:
- en la fe, mediante una progresiva integración
fe-vida, fe-cultura 81, hecha especialmente me-
diante la reflexión comunitaria y la dirección
espiritual 82;
- en la vocación salesiano-religioso-apostólica vi-
vida por los hermanos jóvenes mediante una
adecuada preparación catequística y pedagógi-
ca teórica y práctica, centrada en Don Bosco
educador y en el sistema preventivo, especial-
mente con miras al tirocinio 83;
- en la formación intelectual-cultural, con una
introducción fundamental en el mundo de la
cultura (conocimiento del hombre, del mundo,
de Dios).
Para ello es indispensable el estudio sistemá-
tico de la filosofía 84, que dé respuesta a los
problemas de hoy y no esté disociada de la
cultura propia de cada región.
b) Comunidades formadoras de esta fase
282
Tiene importancia decisiva para esta fase, el cons-
tituir una comunidad explícitamente formadora y
un ambiente salesianamente válido. Dos tipos de
estructuras son posibles:
8° Cf Const. 114; Reg 81.
81 Cf ACGE 677, 689.
82 Cf ACGE 678.
83 Cf Reg 88; ACGE 675, 676.
84 Cf RF 59.

25.8 Page 248

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260
Documentos capitulares CG21
- el estudiantado, es decir, una comunidad for-
madora con un Centro propio de estudios;
- una comunidad formadora para los hermanos
jóvenes que cursan los estudios fuera.
Dése preferencia al estudiantado en conformidad
con el artículo 81 de los Reglamentos.
En los casos que se consideren necesarios, el Rec-
tor Mayor con su Consejo puede permitir que los
formandos se integren en una comunidad activa,
cursando los estudios fuera.
283 c) Centro de estudios
El delicado proceso de síntesis cultural y reli-
giosa de este período, requiere una atenta selección
de un Centro de estudios con programación de con-
tenidos compatibles y aptos al desarrollo vocacio-
nal, prefiriendo los centros de estudios salesianos,
incluso a nivel interinspectorial.
284 d) Directorio inspectorial de la formación
El Directorio inspectorial de la formación debe
señalar directrices concretas para esta fase forma-
tiva: lugar apto, comunidad idónea, duración (no
inferior a dos años), plan de estudios, actividades
apostólicas.
285 1.3.2 Tirocinio
El tirocinio es «una confrontación intensa y vital
con la acción salesiana» en una «experiencia de ca-
rácter educativo-pastoral», donde el joven salesiano
«se adiestra en la misión salesiana y en el espíritu
del sistema preventivo», esforzándose por madurar
«sus propias aptitudes, intereses y responsabilida-
des» 85•
85 Cf Const. 116; Reg 88.

25.9 Page 249

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La formación para la vida salesiana 261
Para que esta experiencia vital resulte formativa,
el tirocinante debe encontrar «en la comunidad, y
especialmente en el Director, una actitud de com-
prensión, de estímulo y de apoyo» 86• Debe asimis-
mo hacer el tirocinio normalmente en grupo 87.
Situación
286
Si se organiza bien, este período de prueba puede
resultar uno de los más bellos y positivos del «cu·
rrículum» salesiano 88. Sin embargo, con frecuencia
el tirocinio se reduce a un período de trabajo ex-
cesivo en favor de una actividad u obra, y en detri-
mento de la formación relig1usa y espiritual del
joven salesiano 89. A veces las comunidades no son
las adecuadas, y la falta de orientación y dirección
espiritual es frecuente.
DELIBERACIONES
a) Comunidades adecuadas
287
Las comunidades para la práctica del tirocinio:
- sean comunidades capaces de influir positiva-
mente con el propio estilo de vida coherente,
dinámico, fraterno y familiar, donde el tiroci-
nante se sienta a gusto, como miembro res-
ponsable;
- sean comunidades en las cuales el tirocinante
tenga la posibilidad de dar la propia contri-
bución original en la certeza de que es positi-
vamente aceptado;
- tengan un Director y hermanos capaces de co-
nocer, seguir, ayudar y valorar la experiencia
del tirocinante;
sq ACGE 696.
81 Cf ACGE 696.
88 RRM 154.
Sil RRM 155,

25.10 Page 250

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262
Documentos capitulares CG21
- ofrezcan al tirocinante un trabajo pastoral
proporcionado a su preparación y a sus fuer-
zas, y la posibilidad de reflexión comunitaria
y de dirección espiritual para ayudarlo a rea-
lizar la integración personal entre sus intensas
actividades y los valores espirituales de la vida
religiosa 90, en esa síntesis de contemplación y
acción tan característica de la espiritualidad
salesiana.
289 b) Asistencia salesiana
El tirocinio es el período más apto para formar
concretamente en lo que es la asistencia salesiana,
entendida como presencia activa y fraterna entre
los jóvenes 91. Este es uno de los deberes más im-
portantes de los salesianos de la comunidad donde
el hermano hace su tirocinio, y lo cumplirán espe-
cialmente mediante el testimonio.
289 c) Directorio inspectorial de la formación
El Directorio inspectorial de la formación deter-
mine claramente, respecto a este período:
- el tipo de trabajo más conveniente;
- las modalidades de una evaluación periódica
que ayude al tirocinante en su experiencia;
- reuniones formativas periódicas, a nivel local
e inspectorial.
290 1.3.3 Preparación inmediata a la profesión
perpetua
La profesión perpetua es meta de todo este pe-
ríodo de maduración vocacional y, por eso, todo
el ciclo formativo es una preparación a la misma.
9° Cf "Il tirocinio pratico, Resoconto di una consulta", 1,
2-3, p. 3; 11, 2, p. 5.
91 Cf Const. 16, 25.

26 Pages 251-260

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26.1 Page 251

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La formación para la vida salesiana 263
Pero, como punto culminante del compromiso re-
ligioso, la profesión perpetua debe estar precedida
de un período conveniente de preparación inme·
diata 92•
Situación
Esta preparación más explícita e inmediata a la
profesión perpetua con frecuencia se ha descui-
dado.
DELIBERACIONES
291
El Directorio inspectorial de la formación deter-
mine:
- las modalidades para la evaluación periódica
de los profesos temporales;
- un tiempo conveniente de reflexión para ayu-
darles a madurar su opción definitiva;
- un programa para la inmediata preparación a
la profesión perpetua con indicaciones concre-
tas (forma, contenidos, duración).
2. PREPARACION ESPECIFICA DEL SALESIANO 292
SACERDOTE Y COADJUTOR
2.1 FORMACION DEL SALESIANO SACERDOTE
Al establecer que coadjutores y futuros sacerdo-
tes reciban igual formación básica, las Constitucio-
nes no han ignorado las necesarias distinciones
determinadas por la naturaleza específica de la
vocación y por las funciones de nuestro apostola-
92 CGE 698d.

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264
Documentos capitulares CG21
do 93• Uno de estos elementos específicos, para los
salesianos sacerdotes, es el ministerio sacerdotal.
La formación específica sacerdotal, con un «currí-
culum» ya establecido en líneas generales por la
Iglesia, queda puntualizado por parte de la Con-
gregación 94 para el candidato a la vida sacerdotal.
Dicho elemento específico debe tenerse presente a
lo largo de todo el proceso formativo de acuerdo
con la naturaleza de las distintas fases, aunque re-
ciba una atención particular durante los estudios
teológicos.
Las Constituciones 95 y el CGE 96 indican algunas
características del salesiano sacerdote que nos pue-
den orientar en su formación:
293 Situación
Con relación a la formación sacerdotal de los
salesianos, existe actualmente diversidad de situa-
ciones en la .Congregación: estudiantados teológi-
cos, grupos de estudiantes de teología que cursan
sus estudios en centros no salesianos (Universida-
des católicas, Centros interreligiosos, Seminarios... ),
e incluso, acá y allá, jóvenes hermanos incardina-
dos en casas cualesquiera sin cuidados especiales 97•
Los estudiantados, no tan repletos, desde luego,
como en otros tiempos, prestan un buen servicio,
no obstante sus inevitables defectos. Las tensiones
de hace unos años han desaparecido en gran parte,
y la buena marcha de estos centros está condicio-
nada en gran medida por el personal docente y for-
mativo que en ellos trabaja 98.
La situación de los numerosos grupos de estu-
diantes que cursan en centros salesianos o no sale-
93 Cf Const. 103.
04 Cf ACGE 660.
95 . Const. 35, 36.
OG CGE 141-144.
97 RRM 159.
08 RRM 160.

26.3 Page 253

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La formación para la vida salesiana 265
sianos, es muy diferente de uno a otro grupo o lu-
gar. Allí donde hay buenos formadores (que en al-
gún caso son también profesores en los centros de
estudio), se puede, en general, estar satisfecho. Es-
tos casos presentan algunos aspectos positivos: el
contacto con estudiantes de otras congregaciones
despierta en nosotros un sentido más vivo de per-
tenencia a nuestra Sociedad, y comunica a los otros
nuestras riquezas espirituales; hay posibilidad de
tener una misión más amplia de la Iglesia local y
del mundo real. Pero, a veces, el centro presenta
deficiencias, o los responsables del grupo no son
aptos, o bien la comunidad en que el grupo está
incardinado, por una serie de motivos, no contri-
buye debidamente a la formación de estos jóve-
nes 99•
De la situación afloran algunos problemas:
- falta de una específica formación sacerdotal
salesiana: algunos hermanos se sienten sacer-
dotes en general; otros no llegan a ver lo es-
pecífico sacerdotal en su vida salesiana 100;
- falta de seriedad, de pastoralidad y de sale-
sianidad en los estudios;
dificultad de relaciones comunidad formadora-
centro de estudios 101.
DELIBERACIONES
a) Características de la formación sacerdotal del 294
salesiano sacerdote
Convencido de la necesidad de subrayar la espe-
cificidad salesiana de nuestros candidatos al sacer-
docio, el CG21 señala a la «Ratio Institutionis» los
siguientes contenidos, y los confía, ante todo, a los
formadores y a los hermanos interesados, como ob-
jeto de estudio y reflexión constante:
99 RRM 161.
°10 Cf Sch.Prec. 477, 479.
101 Cf Sch.Prec. 480.

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Documentos capitulares CG21
- destacar la figura de Cristo Pastor, del cual el
salesiano, como Don Bosco, es testimonio ante
los jóvenes necesitados, especialmente en la
predicación del Evangelio y en la administra-
ción de los sacramentos, en particular la Eu-
caristía y la Penitencia 102
- profundizar el sentido eclesial de unidad y de
comunión con la Iglesia, en particular con el
Papa y los Obispos, acogiendo con docilidad
su magisterio y ayudando a jóvenes y fieles a
aceptar sus enseñanzas 103;
- vivir el ministerio sacerdotal desde y dentro
de la comunidad local e inspectorial 104 en re-
cíproca complementariedad con el salesiano
coadjutor;
- cultivar en el salesiano la capacidad de discer-
nir en los acontecimientos y en las personas
la voluntad de Dios, preparándolo a la anima-
ción y dirección espiritual, especialmente de
los jóvenes;
- desarrollar la especial sensibilidad propia del
espíritu salesiano, para la dimensión catequís-
tica 10s, vocacional 106 y mariana 107 en el ejerci-
do de su ministerio sacerdotal;
- crear la conciencia de que, para él, el sacerdo-
cio es una dimensión específica de su voca-
ción salesiana, presente en todas sus activida-
des, siendo él, como Don Bosco, sacerdote siem-
pre y en todas partes 1os.
102 Cf Const. 36, 41.
103 Cf Const. 44, 128.
104 Cf Const. 34.
105 Cf Const. 20.
106 Cf Const. 29, 107.
107 Cf Const. 65.
108 Cf Const. 36.

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La formación para la vida salesiana 267
b) Fonnación teológico-pastoral
295
Haya una seria formación teológico-pastoral, con
los estudios establecidos por la Iglesia 109, con una
duración mínima de cuatro años programados y
desarrollados según nuestra específica intenciona-
lidad vocacional. Cuídense en particular los estudios
de salesianidad con explícita referencia a la figura
de Don Bosco sacerdote.
No se permitan otras ocupaciones y estudios que
distraigan del cometido específico de este período
formativo.
c) Práctica pastoral
296
Una precisa práctica pastoral, programada y opor-
tunamente valorada con la presencia orientadora
de los formadores, prepare al salesiano a ser sa-
cerdote:
- en medio de los jóvenes al servicio de la mi-
sión de la comunidad inspectorial;
- encarnado en su contexto social y eclesial;
- capaz de asumir responsabilidades de anima-
ción en la Familia Salesiana 110.
d) Comunidad formadora y centro de estudios
297
Son igualmente válidas, para esta fase, las nor-
mas establecidas para el inmediato posnoviciado
con relación al tipo de estructuras posibles m. Las
relaciones entre comunidad formadora y centro de
estudios quede bien precisada en cada caso, de
modo que queden aseguradas las exigencias especí-
ficas de ambos.
e) Identidad del salesiano sacerdote
298
El CG21 reconoce que el estudio de la identidad
del salesiano sacerdote en la línea de las Constitu-
109 Cf "La Formazione Teologica dei futuri sacerdoti", lette-
ra della S.C. per l'Educaz. Cattolica, 1976.
°11 Cf Const. 5.
111 Cf nn. 81, 82, 83 y 84 de este Doc.

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Docunwntos capitulares CG21
dones (arts. 35-36) y del CGE (141-144), hará más
fácil la labor de la formación sacerdotal del sale-
siano sacerdote. Se pide al Dicasterio de la Forma-
ción que en los próximos años continúe ahondando
en este punto.
2.2 FORMACION DEL SALESIANO COADJUTOR
299 La especificidad del salesiano coadjutor dentro
de la común vocación religioso-salesiana, exige que
se estudie a fondo la laicidad consagrada en la co-
mún formación básica. Por tanto, aun siendo ple-
namente válido para el salesiano coadjutor lo que
se dice en este documento sobre las fases de la
formación en los nn. 53-94, creemos obligado decir
una palabra sobre su formación específica.
Si para el candidato a la vida sacerdotal la Con-
gregación tiene que puntualizar el «currículum» for-
mativo ya establecido en líneas generales por la
Iglesia, «para los coadjutores se trata, muy a me-
nudo, no sólo de potenciar, sino más bien de crear
la praxis formativa que garantice el armonioso y
completo desarrollo de su personalidad humana
y religiosa, con miras a la misión apostólico-educa-
tiva que están llamados a cumplir dentro de la
Congregación» 112•
A este fin, el CG19 m, el CGE 114 y el Dicasterio
para la formación 115 han establecido normas y dado
orientaciones al respecto. El CMSC 116 ha estudiado
en profundidad este argumento, clarificándolo y en-
riqueciéndolo.
Toda la formación recibe su orientación especí-
fica de la naturaleza de la vocación salesiana 117• Es,
112 ACGE 660.
ª11 Cf ACS 244, pp. 71-75.
m Cf ACGE 660, 688, 692d, 70lb.
115 Cf "Formazione salesiana", Roma, 1973, pp. 28-35.
ltG Cf ACMSC, pp. 375-478, 558-562.
117 Cf Const. 100.

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La formación para la vida salesiana 269
pues, necesario tener presente cuanto se indica en
el documento del CG21, sobre el salesiano coadju-
tor, acerca de su identidad y su acción apostólica.
Hemos de tomar conciencia de la urgente nece-
sidad de una formación adecuada y actualizada para
el salesiano coadjutor 118: se ha de considerar como
problema absolutamente prioritario.
Situación
300
A pesar de las orientaciones del CGE y los otros
documentos posteriores, los CI 77 reconocen que
aún estamos lejos de una adecuada preparación de]
salesiano coadjutor.
Ha habido diversas iniciativas y algunas realiza-
ciones prometedoras. Bastantes Inspectorías se han
preocupado de este problema en los Capítulos Ins-
pectoriales y han aprobado algunos programas
para la formación de los salesianos coadjutores,
pero en el conjunto se constata una insuficiente
preparación cultural y pastoral adecuada a las exi-
gencias religiosas y apostólicas de hoy 119 y a las
nuevas funciones que la Congregación confía al sa-
lesiano coadjutor.
Han existido dificultades para proveer, después
del noviciado, a una adecuada formación, no sólo
técnico profesional, sino también religiosa, apostó-
lica y salesiana 120. Ya que el salesiano coadjutor
está llamado a ser, sobre todo, un educador y un
apóstol salesiano.
En general, todavía faltan en la Congregación
nuevas experiencias concretas y quizá también pro-
gramas, contenidos, tiempos y modos de formación
que puedan orientar y servir de base a los Direc-
torios inspectoriales de la formación 121. La gran
118 Cf ACMSC, p. 19.
119 Sch.Prec. 382.
120 RRM 158.
ACMSC, p. 559, prop. 19; Sch. Prec. 405.

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Documentos capitulares CG21
variedad de funciones del salesiano coadjutor en
la comunidad salesiana y el escaso número de vo-
caciones, hacen difícil una programación formativa
y su realización 122.
DELIBERACIONES
301 «Currículum» formativo
Las posibilidades concretas de v1v1r en la Con-
gregación la vida laica! consagrada, son muchas y
muy variadas. Esta pluralidad exige que los Direc-
torios inspectoriales de la Formación prevean un
«currículum» formativo serio y al mismo tiempo
flexible y adaptable a la naturaleza de los diversos
cometidos y a las posibilidades concretas del can-
didato.
Cuando la edad o la preparación cultural del sa-
lesiano coadjutor lo exijan, el Inspector con su
Consejo puede adaptar, el «currículum» común
aquí indicado, a las situaciones particulares.
302 b) Algunas características de la formación laical
del salesiano coadjutor
El CG21 señala algunos elementos específicos de
la formación del salesiano coadjutor, que habrán
de tenerse en cuenta en todas las etapas, constan-
temente integrados en su doble nivel de estudio-
reflexión y práctica-experiencia:
- una formación religioso-salesiana que le ayu-
de a comprender y asegurar cada vez más el
sentido y el valor de la laicidad consagrada
en la Congregación salesiana. En el progresivo
estudio de la espiritualidad salesiana procúre-
se desarrollar, sobre todo, los rasgos específi-
cos de su laicidad consagrada 123, y su recíproca
122 Cf RRM 158.
123 Cf nn. 186-191.

26.9 Page 259

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La formación para la vida salesiana 271
complementariedad con el salesiano sacerdote
dentro de la comunidad salesiana 124;
- una formación que tienda a hacer del salesia-
no coadjutor un educador salesiano laico 125•
Para ello es necesario ofrecer a todos los sa-
lesianos coadjutores una oportuna preparación
pedagógica, humanística y salesiana, según las
exigencias de sus respectivas funciones 126;
- una formación teológico-catequística suficiente
para calar en el sentido de la propia vocación
religiosa y apostólica, a fin de comprender me-
jor la presencia de Dios en las realidades del
mundo en que vive, y testimoniarla y anun-
ciarla con una vida y una acción coherentes 121.
- una preparación técnico-profesional que le dé,
de acuerdo con sus posibilidades y con el ca-
rácter educativo-pastoral de su vocación, una
competencia al menos igual a la de un laico
que ejerce en la sociedad civil la misma pro-
fesión 128;
- una educación socio-política que le prepare a la
acción específica educativa, en particular en
el mundo del trabajo 129.
c) El inmediato posnoviciado
303
Es de desear que clérigos y coadjutores hagan
vida común en la misma comunidad formadora no,
donde vean valorizadas las dos formas de la única
vocación salesiana.
Es conveniente que los estudios técnico-profesio-
nales estén acompañados de una preparación filo-
sófica, pedagógica y catequística necesaria para el
124 Cf n. 294.
125 Cf Reg 92.
120 Cf ACGE 688.
121 Cf ACGE 688, 70lb.
128 ACMSC, p. 560, prop. 19.3b.
1211 Cf ACMSC, p. 560, prop. 19.3a.
°13 Cf nn.281-284.

26.10 Page 260

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Documentos capitulares CG21
apostolado de los salesianos coadjutores y propor-
cionada a las distintas situaciones.
304 d) Formación superior
Terminada la experiencia apostólica y formativa
del tirocinio, el salesiano coadjutor que continúa los
estudios a nivel superior debe encontrar los medios
y facilidades necesarios m. Es muy importante la
selección del centro de estudios y de un ambiente
comunitario particularmente rico en recursos de ex-
periencias salesianas y de reflexión vocacional.
Dicha formación debe ir acompañada, o seguida
inmediatamente, de estudios teológicos y salesianos
proporcionados a los estudios técnico-científicos he-
chos 132, para ayudar al salesiano coadjutor en la
progresiva maduración de su vida religioso-apostó-
lica 133•
305 e) Los f armadores
Por, fidelidad al carisma fundacional, los forma-
dores deben procurar conocer, presentar y hacer
apreciar mejor la identidad salesiana en las dos di-
mensiones de la vocación religioso-salesiana: la lai-
ca! y la sacerdotal 134• Para ello, durante todo el pe-
ríodo formativo:
- el salesiano coadjutor debe estar presente,
siempre que sea posible, en las estructuras de
formación, no sólo con cometidos de forma-
ción cultural y técnica, sino, sobre todo, con
funciones de formación para la vida religiosa
y salesiana. Por consiguiente, en los próximos
seis años póngase un cuidado especial en pre-
parar salesianos coadjutores capaces de des-
empeñar convenientemente esta función de
formadores;
ª1 1 Cf Reg 82.
ª1 2 Cf ACGE 688.
133 Cf "Gli studi e la formazione intellettuale del Salesia-
no", Roma, 5-VIII-1977, nn. 94-95.
134 Cf ACGE 184.3.

27 Pages 261-270

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27.1 Page 261

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La formación para la vida salesiana 273
- el salesiano sacerdote que toma parte en el
proceso formativo del salesiano coadjutor, ten-
ga presentes las características laicales de
esta vocación específica, de modo que sepa
comprender, promover y hacer crecer eficaz-
mente la llamada que Dios dirige a un joven
para seguir a Cristo en la laicidad consagrada
salesiana.
f) «/ter» poscapitular
306
En estos próximos seis años el Inspector con su
Consejo, a través de la Comisión inspectorial para
la formación, programe con particular atención los
distintos elementos del «currículum» formativo del
salesiano coadjutor, integrándolos en el Directorio
inspectorial para la formación.

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274
Documentos capitulares CG21
TERCERA PARTE
LA FORMACION PERMANENTE
l. LA SITUACION ACTUAL
307 La actual rapidez de las transformaciones socio-
culturales pone de manifiesto, en algunos salesia-
nos, formas de inadecuación educativa y apostólica,
y de deterioro de la vida consagrada, que demues-
tran la necesidad urgente de una renovación perso-
nal y comunitaria m.
Para responder a esta urgencia y en cumplimien-
to de las conclusiones del CGE 136, el Consejo Su-
perior, las lnspectorías, los Grupos de Inspectorías
y las comunidades locales han realizado varias ini-
ciativas de formación permanente m.
Algunas de esas iniciativas y experiencias han
dado buenos resultados, otras han tenido un efecto
menos satisfactorio 138.
Entre las causas de las deficiencias, cabe enume-
rar: la falta de mentalización de los salesianos y
de las comunidades, que todavía poseen un concepto
estático de la formación, o están sujetos a formas
de trabajo que los vacían interiormente; un cierto
equívoco por el cual la formación permanente es
considerada sólo como actualización cultural; el nú-
mero insuficiente y los límites de los cursos; la falta
de tiempo para su frecuencia y asimilación; la ca-
rencia de animadores y expertos 139.
Por todo ello, el CG21 estima necesario proponer
de nuevo sistemáticamente este tema.
135 RRM 71, 177. "Formazione Salesiana", doc. del Dicas-
terio de la Formac., 1973, n. 646.
136 ACGE 690f, 701; Const. 118; Reg 93, 94; "Forma·
zione salesiana", n. 313.
137 RRM 70. 164, 165, 166; numerosos CI 77; RDF 3,13;
4,2; 5,3.
138 RRM 165, 166.
139 RRM 70, 166; RDF 5,3.

27.3 Page 263

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La formación para la vida salesiana 275
2. LINEAS DE REFLEXION
2.1 El concepto de formación pennanente
La formación no es, o al menos no es únicamente, 308
una determinada estructura formativa, ni una etapa
provisional de la vida. No se agota, por tanto, en
los necesarios cursos de recualificación y puesta al
día teológica, pastoral y profesional.
No es tampoco una fase ulterior de la primera
formación, que, por otra parte, da por descontada.
La formación permanente es un principio orga-
nizador que inspira y orienta la formación a lo
largo de toda la vida. Formación y cultura personal
se conciben hoy, más como capacidad indefinida
de aprender en relación con la vida, que como ad-
quisición de nociones. La formación permanente,
por tanto, comporta:
- una esencial continuidad, durante toda la vida,
del proceso formativo, del crecimiento de la
persona y de su inserción constructiva en la
sociedad;
- una actitud de conversión permanente, en el
discernimiento de la voz del «Espíritu que re-
nueva la faz de la tierra»;
- un empeño personal y comunitario para re-
novar continuamente la propia fidelidad diná-
mica y creativa, en el hoy de la historia, al
ideal de Don Bosco, para ir a los jóvenes con
una propuesta educativa adecuada y actual 140.
Aunque en primer lugar es una actitud personal
y un empeño comunitario general, no puede que-
darse en puro estado de ánimo. Interesa al salesia·
no individualmente y a las comunidades, y se con-
creta en actividades determinadas, personales y
º14 ACGE 659; Const. 118.

27.4 Page 264

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276
Documentos capitulares CG21
comunitarias, en estructuras fundamentales, en un
clima de animación salesiana y de viva participación
comunitaria.
2.2 Motivaciones
309 La formación permanente es necesaria por diver-
sos motivos:
- el carácter evolutivo de la personalidad huma-
na impone una constante apertura, a nivel de
síntesis doctrinal y de proyecto de vida;
- la vida cristiana es, por naturaleza, un creci-
miento continuo en Cristo, en la atención vi-
gilante al Espíritu, presente en los aconteci-
mientos de la historia, que esperan de nos-
otros una interpretación y una respuesta de
fe; la misma Iglesia vive en estado de con-
tinua renovación;
- la vocación salesiana, dirigida a la juventud,
es decir, a esa parte de la humanidad que, más
que ninguna otra, es siempre nueva e impre-
visible, exige creatividad y dinamismo siempre
renovados.
310 Pero además, hoy para nosotros es particularmen-
te urgente por el hecho de que:
- los ritmos cada vez más acelerados de las
transformaciones del mundo en que vivimos,
nos provocan de forma a menudo inquietante
y nos plantean interrogantes que exigen, a ni-
vel personal, respuestas adecuadas;
- empujados por el progreso técnico, la rapidez
y continuidad de las informaciones han llevado
a una sociedad y a una cultura pluralista en
la cual es indispensable una constante confron-
tación crítica sobre la base del proyecto de
vida escogido;
- estas mismas transformaciones nos espolean a
una continua renovación para mantener inte-

27.5 Page 265

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La formación para la vida salesiana 277
ligible nuestro testimonio, y eficiente nuestro
servicio apostólico;
- los cometidos forma tivos encomendados por e]
CG21 a toda la comunidad inspectorial, le im-
ponen la urgencia de repostar espiritual y
apostólicamente, y de una puesta al día doc-
trinal que la haga verdaderamente formadora.
2.3 El sujeto
311
El sujeto de la formación permanente es, en pri-
mer lugar, la persona del salesiano. Nada ni nadie
puede sustituirle en un empeño libre y convencido,
ni puede recorrer por él el itinerario de la reno-
vación.
Sujeto de la formación permanente es también
la comunidad salesiana en cuanto educadora de sus
miembros, y también en cuanto necesitada ella mis-
ma de continua renovación en la fidelidad a Don
Bosco y de discernimiento del Espíritu.
La comunidad salesiana es sujeto de formación
permanente en su esencial relación educativa con
los jóvenes. Esa relación es también estímulo para
la renovación espiritual, y ofrece motivaciones, cri-
terios de comprobación e indicaciones para estar
al día.
2.4 Objetivos
Objetivos, por tanto, de la formación permanen- 312
te son: la renovación de todos y de cada uno de
los hermanos, la reactualización de su vocación sa-
lesiana, de su eficiencia apostólica, de su madurez
humana (mentalidad abierta y crítica, sentido de
responsabilidad, capacidad de comunicación y de
diálogo, disponibilidad, creatividad, etc.).
La formación permanente se propone, además, la
renovación de la comunidad como tal en su comu-
nión fraterna, en su capacidad de anuncio y de tes-

27.6 Page 266

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278
Documentos capitulares CG21
timonio, en su inserción orgánica en una pastoral
de conjunto.
2.5 Areas de la formación permanente
313 La formación permanente, como esfuerzo de cre-
cimiento vital, comprende todos los aspectos de la
personalidad del salesiano y, por tanto:
- la espiritualidad, por medio de una profundiza·
ción de fe dirigida a una continua conversión
y a la búsqueda de plenitud vocacional;
- la identidad salesiana y, por consiguiente, el
proyecto religioso-apostólico de Don Bosco y
su método pedagógico pastoral 141;
- el ámbito teológico-pastoral, la dinámica de co
munidad, el mundo juvenil actual;
- lo profesional, las nuevas metodologías operati-
vas y el replanteamiento de mentalidad que
ellas comportan.
3. ORIENTACIONES OPERATIVAS
3.1 Criterios de organización
314 Las iniciativas, estructuras y programas para po-
ner en práctica la formación permanente, se inspi-
ran en estos criterios:
3.1.1 Unidad y descentralización, se~ lati normas
de las Constituciones 142
La cualidad formativa y salesiana de las iniciati-
vas de formación permanente esté garantizada con
la asistencia, la orientación y las oportunas decisio-
Ul ACGE 670.
142 Const. 106.

27.7 Page 267

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La formación para la vida salesiana 279
nes del Consejo Superior. A él toca aprobar la crea-
ción de Centros interinspectoriales e interregionales.
Las regiones y las Inspectorías programan, respec-
tivamente, la ejecución y adaptación local, respon-
sabilizándose de las mismas, según las exigencias
reales de la propia situación y cuidando el patrimo-
nio carismático de la unidad.
3.1.2 Continuidad y gradualidad 143
315
La formación permanente del salesiano debe darse
sin rupturas, sin soluciones de continuidad o nega-
ción de la formación recibida. Esto ha de resultar
claro, tanto por los contenidos doctrinales, de vida
espiritual, como por el método, lenguaje y formas
didáctico-pedagógicas, y sin que por ello se reduzca
a una pura repetición o ampliación del «curriculum»
inicial.
3.1.3 Carácter práctico y vital 144
316
El protagonista de la formación permanente es
un sujeto inserto en la vida concreta. Sus dificulta-
des, su posibilidad de crecimiento, sus incumben-
cias están condicionadas por su situación. La pro-
gramación y el método de la formación permanente
deben contar con esta exigencia, y las finalidades
propuestas habrán igualmente de referirse a ellas.
3.1.4 Salesianidad 145
317
La vocación salesiana sea el tema unificante y
cualificante de la formación permanente, y ocupe
un espacio destacado en la totalidad de los conte-
nidos y perspectivas.
148 ACGE 660, 691.
144 ACGE 671.
145 ACGE 660; Const. 100.

27.8 Page 268

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280
Documentos capitulares CG21
3.2 Responsabilidad a los distintos niveles
318 3.2.1 El salesiano
Cada hermano, como responsable del propio cre-
cimiento y del de la comunidad en que vive y tra-
baja, refuerce, o eventualmente recupere, con un
oportuno programa de vida, la capacidad y el há-
bito de la lectura sistemática, del estudio de las
ciencias propias de su misión, y asimismo la dis-
posición a la oración personal, a la meditación, a la
dirección espiritual y a la liturgia penitencial 146.
En este empeño será asistido fraternalmente por
la Congregación por medio de los distintos respon-
sables. Estos están presentes en la tarea ordinaria
de crecimiento y proveen a las iniciativas indispen-
sables.
3.2.2 En las iniciativas ordinarias, tienen especiales
responsabilidades:
319 a) El Director. Siendo la comunidad local el lugar
ordinario de la formación permanente, la figura del
Director, su testimonio, su acción y su mentalidad
tienen una importancia decisiva. Su deber de ani-
mación religiosa y pastoral y de dirección espiritual,
sea prioritario, en el desempeño de su servicio, por
encima de las otras incumbencias 147.
b) El Inspector. A él concierne animar la vida re-
ligiosa y cuidar la formación integral y permanente
de los hermanos 148.
Para esto:
- apoye con el contacto personal el empeño de
renovación de los hermanos;
- programe con su consejo las actividades e ini-
ciativas relativas a la formación permanente
de los hermanos, y la cualificación de los for-
146 ACGE 659.
141 ACGE 672; Const. 182; Reg 153, 155, 157.
148 Const. 168.

27.9 Page 269

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La formación para la vida salesiana 281
madores y animadores, especialmente de los
Directores 149;
- cuide el cumplimiento de dicha programación,
siguiendo de un modo particular la vida ordi-
naria de las comunidades locales 150.
c) Animadores-formadores. La formación perma-
nente requiere personas preparadas para esta fun-
ción y, al menos a nivel interinspectorial, con posi-
bilidad de dedicarse totalmente a ella.
d) Personal salesiano cualificado. El personal sa-
lesiano cualificado considere prioritario este servi-
cio a los hermanos por encima de otros compromi-
sos ocasionales y supererogatorios.
3.2.3 En las iniciativas extraordinarias y para la
animación a un radio más amplio:
a) Los Consejeros Regionales. Son responsables, 320
con los Inspectores interesados, de la actuación de
los programas interinspectoriales de formación per-
manente. Favorezcan una mayor colaboración y coor-
dinación entre las Inspectorías para la formación
permanente.
b) El Consejero para la formación. «Cuida y se
responsabiliza de la formación integral y perma-
nente de los salesianos» 151 De acuerdo con el res-
pectivo Regional exige de las Inspectorías la pro-
gramación y la actuación de líneas prácticas con
relación a la formación permanente de los herma-
nos; tenga cuidado especial de la marcha de los
Centros de formación permanente y de las casas de
espiritualidad.
c) El Rector Mayor. Como padre y centro de
unidad, promueve una constante y renovada fideli-
dad a la vocación salesiana 152• Ello, entre otras co-
149 ACGE 690f.
150 Reg 93.
151 Const. 139.
152 ACGE 714, 719; Const. 129.

27.10 Page 270

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282
Documentos capitulares CG21
sas, trae consigo la función de animar a los herma-
nos en la formación permanente. Lo cumple median-
te el gobierno ordinario, con su magisterio (discur-
sos y cartas circulares), con los encuentros, visitas
y demás formas de contacto con grupos y perso-
nas 153,
3.3 Estructuras
321 3.3.1 Inclúyase en los documentos normativos
(Ratio Institutionis, Ratio Studiorum, Directorios
inspectoriales) de la formación salesiana, el capítu-
lo sobre la formación permanente. El tratado sobre
la formación inicial presente la perspectiva de la
formación permanente como principio organizador y
orientador.
322 3.3.2 A la Comisión inspectorial para la forma-
ción compete también la programación de la for-
mación permanente de los salesianos y su actuación
bajo la dependencia del Inspector y su Consejo.
323 3.3.3 Las Regiones, los Grupos lingüísticos, o las
Conferencias lnspectoriales tengan, según la posibi-
lidad y conveniencia, su Centro de formación per-
manente. Las iniciativas interinspectoriales que en
él se desarrollen, están bajo la responsabilidad de
los Inspectores de la Región o conferencia interesa-
da, del Consejero Regional y del Consejero de la
formación.
324 3.3.4 El Centro «Salesianum» de Roma tenga co-
mo uno de sus cometidos específicos el de preparar
Directores y Animadores para los otros Centros re-
gionales.
325 3.3.5 Para los cursos de formación permanente
de los hermanos, se pueden aprovechar también Cen-
tros interreligiosos, especialmente cuando la inser-
ción en la pastoral de la Iglesia local lo aconseja,
118 ACGE 70 l.

28 Pages 271-280

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28.1 Page 271

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La formación para la vida salesiana 283
y cuando la presencia de los salesianos en ellos apor-
ta un intercambio enriquecedor con los otros reli-
giosos.
3.4 Líneas de acción
3.4.1 A nivel local
a) Hágase de la comunidad local el ambiente 326
privilegiado de la formación permanente, evitando
toda dicotomía o discontinuidad entre paréntesis de
tiempos fuertes, y vida de comunidad. La vida de
comunión y de trabajo apostólico es ocasión conti-
nua de perfeccionamiento personal. La comunidad
apoya este proceso valorando y enriqueciendo todos
los tiempos, medios y aspectos comunitarios que
nos llevan a una mayor comprensión y profundidad
de nuestra vocación 154,
Entre éstos, cabe enumerar:
- los tiempos de oración comunitaria, de medita-
ción participada, de reflexión sobre el Evange-
lio y de revisión de vida; los retiros mensuales
y trimestrales;
- los momentos de participación y de correspon-
sabilidad (Consejo, Asamblea, reuniones) y de
comunicación comunitaria;
- las ocasiones de profundización salesiana, como
el coloquio con el Director, las conferencias 1ss,
las «Buenas noches»;
- la comunicación con la comunidad inspectorial
y con la Congregación por medio de la lectura
en común y comentada de las comunicaciones
de la Inspectoría y de las directrices del Rector
Mayor;
- la participación en los intereses de la Iglesia
mediante el conocimiento personal y comuni-
tario de sus orientaciones.
154 Const. 100.
1511 Cf Reg 157.

28.2 Page 272

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284
Documentos capitulares CG2 l
327 b) Las comunidades locales deberán programar
la propia actividad, de modo que se asegure a los
hermanos la participación en los espacios de ora-
ción, de reflexión en común, e igualmente «el tiem-
po necesario para una actualización personal con-
tinua» 156•
328 e) La comunidad favorezca el esfuerzo del her-
mano, con medios oportunos: ocasiones de inter-
cambio a nivel de estudio, participación en confe-
rencias y encuentros pastorales, correspondencia a
las propuestas de formación de la Iglesia local,
aprendizaje y ejercicio sistemático de medios de co-
municación («training» de comunicación), biblioteca
funcional al día, un ambiente comunitario reserva-
do 157 que favorezca el clima de recogimiento, de
oración y de trabajo personal.
329 d) La comunidad local favorezca también la for-
mación de los hermanos, a través de encuentros de
reflexión y experiencias religiosas con los jóvenes
y con los otros destinatarios de nuestra misión.
3.4.2 A nivel inspectorial
330 a) Los Inspectores y Delegados, al presentar los
documentos capitulares, pongan en evidencia la im-
portancia de la formación permanente. La Comisión
inspectorial para la formación continúe después la
labor mediante oportunas intervenciones.
331 b) Medios y ocasiones ordinarias a nivel inspec-
torial, son las reuniones de Directores, Ecónomos,
Animadores pastorales y otras similares. En ellas,
además de tratar aspectos administrativos y orga-
nizativos, exista la preocupación por la vida reli-
giosa y por el progreso espiritual y doctrinal de los
salesianos.
332 e) Los Ejercicios Espirituales tienen una efica-
cia particular para el crecimiento personal y la co-
156 Reg 93.
m Reg. 39.

28.3 Page 273

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La formación para la vida salesiana 285
munión inspectorial, y han de valorizarse mediante
la preparación de los hermanos, así como mediante
la puesta al día de sus formas y de los Animadores.
d) La Inspectoría programe también encuentros 333
breves, según las propias posibilidades, para favore-
cer el esfuerzo de formación permanente (por ejem-
plo, sobre temas bíblicos, catequísticos, pastorales,
de vida religiosa, de salesianidad, etc.).
e) La Inspectoría cuidará de modo particular a 334
los sacerdotes que se hallan en sus primeros años
de ejercicio del ministerio: además del acompaña-
miento pastoral, proveerá a una ulterior preparación
en las disciplinas propias del sacerdote salesiano:
catequesis, pastoral juvenil, etc. Análoga providen-
cia se tomará para los salesianos coadjutores en los
primeros años de su inserción de lleno en el tra-
bajo pastoral.
f) Ofrézcase a todos los salesianos, después de 335
la profesión perpetua, periódicamente, la posibilidad
de un tiempo de conveniente duración para la re-
novación de su vida religiosa y pastoral.
Las Inspectorías, en su programación de trabajo,
tengan en cuenta esta exigencia. Cada hermano res-
ponda generosamente a esta necesidad de formación,
para bien propio y de la comunidad.
g) Dese prioridad en el próximo sexenio al tema 336
de la salesianidad y al estudio de las Constituciones.
h) Cada Inspectoría o Grupo de Inspectorías pro- 337
vea en el próximo trienio a preparar expertos en
salesianidad aprovechando el servicio de la UPS.
i) La formación permanente exige el reajuste de 338
las obras y de las actividades como hecho de cre-
cimiento cualitativo. El CG21 reafirma la necesidad
de aplicar los criterios de reajuste dados por el
CGE, incluso para dar lugar a la formación perma-
nente de los hermanos.

28.4 Page 274

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286
Documentos capitulares CG21
3.4.3 A nivel regional y mundial
339 a) Prográmense para el próximo trienio cursos
completos en el centro del «Salesianum» de Roma
para Directores y Animadores de Centros regionales
de formación permanente.
340 b) El Consejo Superior organizará periódicamen-
te iniciativas encaminadas a la cualificación espe-
cífica de los Inspectores para su papel de anima-
dores de las comunidades inspectoriales.
341 cJ La cualificación específica de los Directores se
llevará a cabo por medio de iniciativas interinspec-
toriales organizadas, al menos cada tres años, bajo
la coordinación de la Conferencia o del Regional
con los Inspectores interesados.
342 d) Las Conferencias o Grupos lingüísticos deben
proveer de suficiente y actualizada bibliografía sa-
lesiana en la propia lengua. Por otra parte, se hacen
votos por la formación, a nivel regional, de grupos
de estudio de salesianidad, con posibilidad de ser-
vicios y publicaciones.

28.5 Page 275

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I C G 21
425/4.2.61
Documento 4
LA OBRA PAS
Y LA UNIVERSIDAD
PONTIFICIA SALESIANA

28.6 Page 276

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SUMARIO
PREMISAS ...............
343-345
l. Líneas de evaluación ... ... ... ... ... ... 346-352
1.1 Principales metas ya alcanzadas ... 346-347
1.2 Aspectos positivos ... ... .. . .. . 348-350
1.3 Aspectos problemáticos ...
351-352
2. Orientaciones operativas ..... .
353-370
2.1 Claridad eclesial y salesiana de
los fines .......................... . 354
2.2 Especial atención a la realidad ju-
venil y popular .. . .. . .. . ... ... .. . 355
2.3 Programaciones congruentes ..... . 356
2.4 Destinatarios que se reconocen en
los fines y programaciones de la
UPS ............................. . 357
2.5 Particular corresponsabilidad de
los Salesianos ... ... ... ... .. . .. . .. . 358
2.6 Secciones y programas ... ... ... 359
2.7 Reestructuración en el campo de
la organización didáctica ...
360
2.8 Cursos no académicos ... ... ... 361
2.9 Intercambio salesiano ......
362
2.10 Profesorado .. . .. . .. . .. . .. . ... 363-365
2.11 Aspecto económico ... ... ... ... 366
2.12 Comunidades salesianas y forma-
doras ....................... . 367-369
2.13 Modificación de los Estatutos ... 370

28.7 Page 277

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PREMISAS
1. En conformidad con lo dispuesto por el CGE 343
(CGE 705 i), el Consejo Superior ha ofrecido a los
miembros del CG21 una útil síntesis valorativa de
la vida del PAS-UPS durante los años 1972 a 1975,
y ha recalcado la oportunidad de que el Capítulo
estudie «las orientaciones concretas con miras a
asegurar el fin específico de esta universidad, en
razón del cual la Congregación la sostiene e incre-
menta».
El CG21 ha asumido responsablemente este co-
metido, dentro del trabajo de revisión de la vida
de la Congregación y de las perspectivas de acción
en los próximos años. Su intervención es también
expresión de fraterna solidaridad con los hermanos
que, en el máximo Centro académico salesiano, son
llamados a realizar, en forma particularmente sig-
nificativa, la misión de nuestra Sociedad 1.
Teniendo presente que en el CGE la denominación
P.A.S comprendía tanto la actual Obra PAS como
la UPS, el CG21 ha hecho objeto de su atención el
entero complejo religioso y académico. Con todo,
ha creído obligado ocuparse con preferencia de la
UPS, al constatar en la Relación del Consejo Supe-
rior (concl. b) «un juicio global positivo sobre la
reestructuración de la Obra PAS y un progreso en
la realización de las orientaciones del CGE», mien-
tras «queda aún pendiente la delicada labor de la
reorganización unitaria del sector académico» 2.
1 Const. 2.
2 Para la exacta comprensión del documento es conveniente
tener en cuenta que, lo que solía llamarse PAS, comprende
hoy:
a) La Universidad Pontificia Salesiana (UPS): o sea, el
centro académico de estudios constituido por 5 Facul-
tades (Teología, Derecho Canónico, Filosofía, Ciencias
de la Educación, Letras Clásicas y Cristianas).
b) La Delegación de la Obra PAS: es decir, un grupo se-
leccionado de hermanos organizados en comunidad en
la circunscripción de Roma, Piazza dell'Ateneo Salesia-
no, n. 1, con el fin específico de realizar la misión de

28.8 Page 278

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290
Documentos capitulares CG21
344 2. Para este trabajo de evaluación y de orienta-
ción, los miembros del CG21 han tenido a su dis-
posición una amplia documentación. Más inmedia-
tamente han utilizado:
2.1 las Orientaciones Operativas del CGE relati·
vas al PAS, nn. 702-705;
2.2 la carta del Rector Mayor-Gran Canciller al
Rector de la UPS, de fecha 10-1-1977;
2.3 la Relación del Consejo Superior sobre la rees·
tructuración del PAS de 1972 a 1977 (CG21 1/6.7,
Roma, 1-XII-1977); en particular:
a) las conclusiones de la Comisión poscapitular,
b) los consiguientes acuerdos del Consejo Supe-
rior y algunas realizaciones,
c) los datos relativos a la visita canónica de don
Egidio Viganó y a la primera Asamblea Capi-
tular de la comunidad «Jesús Maestro»,
d) las informaciones acerca de la erección de la
Delegación especial de la Obra PAS y la es-
tructura actual,
e) los resultados y conclusiones del Capítulo 1976·
1977 de la Delegación especial,
f) el «dossier» de los estudios, no concluidos, so-
bre la reestructuración académica de la UPS;
nuestra Congregación a través de la Universidad Ponti-
ficia Salesiana. Al frente está un Superior Delegado del
Rector Mayor, con facultades específicas, análogas a
las de un Inspector; un estatuto especial, "Statuto della
Delegazione", regula sus modalidades de vida y de tra-
bajo en armonía con los Estatutos académicos.
e) En la Delegación existen:
+ Comunidades del personal de la UPS: hoy son dos,
la de "Gern Maestro", y la de "S. Domenico Savia",
+ Convictorios para estudiantes salesianos en la UPS:
hoy son dos, el de "S. G. Bosco" y el del "B. M.
Rua".
Estos Convictorios son Comunidades para hermanos no
en período de "formación inicial".
d) Los hermanos jóvenes, alumnos del primer ciclo de fi-
losofía y de teología, acceden a la Universidad proce-
dentes de comunidades formadoras no dependientes de
la Delegación de la Obra PAS.

28.9 Page 279

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La Obra PAS y la Univ. Pont. Sales. 291
2.4 los «Schemi Precapitolari», nn. 466-467;
2.5 el trabajo de síntesis realizado por un grupo
de estudio formado por Capitulares (grupo UPS del
CG21).
3. El proceso de conocimiento y discernimiento 345
y las correspondientes propuestas han permitido al-
canzar los siguientes objetivos:
- realizar una evaluación global de la acción
del PAS-UPS en el quinquenio 1972-1977;
- precisar, perfeccionar y reactualizar las orien-
taciones operativas del CGE con miras a sus
cometidos futuros.
l. LINEAS DE EVALUACION
El CG21 constata que, también en el PAS-UPS, el
CGE ha tenido un eco positivo, con buenos resul-
tados en muchos sectores, si bien quedan abiertos
algunos problemas que cree susceptibles de rápida
solución. Y antes de señalar algunos aspectos posi-
tivos o problemáticos, el CG21, considerando global-
mente la historia del PAS-UPS y sus finalidades ins-
titucionales, considera que se han dado algunos pa-
sos fundamentales.
1.1 Principales metas ya alcanzadas
346
1.1.1 La legítima función de la UPS en el cuadro
de la realidad salesiana, al servicio de la Congrega-
ción y como expresión .cualificada de su misión en
la Iglesia, con su específico potencial cultural y for-
mativo.
1.1.2 La existencia de comunidades de Hermanos,
expresamente destinados a actuar en la UPS la mi-
sión salesiana.
1.1.3 La estructura de la UPS con las cinco Fa-
cultades y sus correspondientes actividades en el

28.10 Page 280

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292
Docwnentos capitulares CG21
ámbito eclesial, que son el fundamento de su cua-
lificación de Universidad Pontificia Salesiana, según
el significado atribuido a la misma por el «Motu
proprio» «Magisterium Vitae» de Pablo VI (24-V-
1973) y en conformidad con cuanto afirma el CGE 3•
347 1.1.4 Las consecuencias inmediatas derivadas de
esta realidad, ya puestas de relieve por repetidos
documentos, y fundamentalmente por el CGE:
a) compromiso de servicio a la Iglesia y en la
Iglesia, dentro de la fidelidad a la tradición y al Ma-
gisterio católico 4;
b) servicio específico prioritario institucional a
la Congregación Salesiana y a su misión 5;
e) apertura también a alumnos externos, eclesiás-
ticos y laicos 6;
d) serio nivel universitario, didáctico y científico,
con la correspondiente autonomía académica y las
características propias de un instituto científico del
máximo nivel, en las formas reconocidas por los
Estatutos 7;
e) función de particular significado y responsa-
bilidad, con relación a la especificidad salesiana, de
la Facultad de Ciencias de la Educación, tanto por
los aspectos de contenido eminentemente pedagógi-
cos, como por los metodológicos (didáctico-formati-
vos ), según resulta también de la carta del Rector
Mayor del 10-1-1977, n. 21, y del documento «Magis-
terium Vitae», el cual confiere al Ateneo el título de
Universidad, determinando una especialísima inser-
ción de la misma en la vida de la Iglesia: «El Pon-
tificio Ateneo Salesiano vive y opera eficazmente en
casi todo el mundo, para promover, con los crite-
rios y los métodos propios de la enseñanza univer-
sitaria, la formación de los que, una vez preparados,
3 Cfr ACGE 702.
4 Cfr ACGE 702 B.
5 Cfr ACGE 702 C.
6 Cfr ACGE 702 A.
7 Cfr SGUPS 1-3 y 6; CGE 702 A.

29 Pages 281-290

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29.1 Page 281

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La Obra PAS y la Univ. Pont. Sales. 293
han de ser a su vez formadores de otros, según el
espíritu del Santo Fundador, que se expresa en el
así llamado "sistema preventivo", y que, no sin una
inspiración divina recibe su genuina naturaleza y
fuerza del Evangelio».
1.2 Aspectos positivos
348
1.2.1. Constitución de la Obra PAS como Delega-
ción (junio 1975) tras un laborioso «íter», iniciado
a partir de la supresión de la Inspectoría (octubre
1972), con comunidades de salesianos de modo es-
table, directa o indirectamente, al servicio de la UPS.
1.2.2 Inserción en la Delegación y reorganización
de apropiados «Convictorios» para estudiantes sale-
sianos que han terminado el período de la «forma-
ción inicial».
1.2.3 Honda toma de conciencia del carácter uni- 349
versitario, eclesial y salesiano de la UPS, y reorga-
nización de sus actividades en conformidad con las
orientaciones del CGE y de los nuevos Estatutos.
En particular:
a) revisión y aprobación «ad experimentum» de
los nuevos Estatutos (4-IX-1973) redactados en con-
sonancia con el «Normae Quaedam» y con la nueva
condición del PAS como universidad;
b) redacción, por parte de las Facultades, de las
respectivas secciones y programas según la nueva
división de los cursos en ciclos; y puesta en funcio-
namiento de los distintos organismos colegiales exi-
gidos por los Estatutos;
e) particular vitalidad y funcionalidad salesiana
de los sectores de Espiritualidad y de Catequética,
según también se pone de relieve en la Relación del
Rector Mayor s;
d) sensible aumento de la afluencia de estudian-
tes, en particular salesianos, al 2.º ciclo de la Facul-
8 Cfr RRM 168.

29.2 Page 282

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294
Documentos capitulares CG21
tad de Teología, al tiempo que se mantiene buena
la matrícula en la Facultad de Ciencias de la Edu-
cación por parte de estudiantes eclesiásticos y lai-
cos y en la de Catequética también de salesianos
(menos presentes en las secciones de Metodología
pedagógica y de Pedagogía escolar);
e) primer reajuste de los Institutos y de los Cen-
tros, reorganización del «Centro Studi Don Bosco»
y constitución del «Centro Storia Missioni Salesia-
ne» (ambos Centros cuentan con una reglamenta-
ción particular, que establece su especial relación
con el Consejo Superior);
f) mejor dirección de la gestión económica, con
presupuestos y balances anuales regulares, rigurosa-
mente supervisados por el Consejo de Administra-
ción y el Consejo Académico de la UPS y por el
Consejo de Administración general de la Obra PAS;
g) consolidación y ampliación de la afiliación de
Centros Salesianos de Estudios Teológicos (Mesina,
Verona, Cremisán-Belén, Benediktbeuern, Barcelona,
Salamanca, San Pablo-Brasil, Guatemala) a la Facul-
tad de Teología (a la cual está agregado, como se-
ción para la parte académica, el Centro de Estudios
Teológicos de Turín-Crocetta), e inicio -según las
nuevas orientaciones de la S. Congregación para la
Educación Católica- de otras afiliaciones a la Fa-
cultad de Filosofía (Benediktheuern, Guatemala, Los
Teques-Venezuela);
h) intensificación de la actividad editorial (pri-
mero a través del PAS-Verlag de Zurich, y actual-
mente con la LAS-Editrice de Roma), con interés
especial por los temas teológicos, filosóficos-religio-
sos, pedagógicos y salesianos;
i) empeño directo o participación de Facultades
y profesores en congresos, semanas y jornadas de
estudio y en cursos de formación permanente.
350 1.2.4 Trabajo de discusión y estudio a fondo de
problemas concernientes a una mejor funcionalidad
de las estructuras académicas surgidas en base a
los nuevos Estatutos. Dicho trabajo fue llevado a

29.3 Page 283

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La Obra PAS y la Univ. Pont. Sales. 295
cabo por la UPS en constante diálogo con los Su-
periores del Consejo, logrando ya encontrar posi-
bles soluciones (cuya confirmación está. pendiente
de las indicaciones contenidas en la nueva Constitu-
ción de la Iglesia sobre los estudios eclesiásticos).
Entre los resultados positivos de esa colaboración,
cabe recordar:
a) la declarada disponibilidad para la colabora-
ción interdisciplinar;
b) el reconocimiento, por parte de todos, de la
utilidad de una organización didáctica departamen-
tal, a fin de hacer efectiva la corresponsabilidad co-
legial formativa de las Facultades y eliminar inútiles
«duplicados» en la enseñanza y cursos de menor in-
terés por su contenido;
e) el estado avanzado de elaboración de varios
proyectos, ya próximos a la fase de realización con-
creta, como se precisa en las Orientaciones Opera-
tivas.
1.3 Aspectos problemáticos
351
Quedan aún pendientes algunos puntos problemá-
ticos, que exigen la reflexión operativa, no sólo de
este CG21, sino de todos los responsables de la fe-
cundidad formativa específica de la UPS.
1.3.1 Activación de secciones y especialidades que
no han logrado aún una coordinación recíproca, exis-
tiendo por otra parte «duplicados» no suficientemen-
te justificados (las dos secciones de Catequética; las
secciones de Pastoral Juvenil, Catequética, Metodo-
logía pedagógica).
1.3.2 Caracterización pedagógica, no del todo sa-
tisfactoria, de la sección de Psicología de la Educa-
ción (Cursos, prácticas, disertaciones para la licen-
cia y el doctorado); falta de claridad en la finali-
dad educativa y pastoral de enseñanzas e investiga-
ciones en el campo de las ciencias humanas (Bio-
logía, Psicología, Sociología).

29.4 Page 284

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196
Documentos capitulares CC21
1.3.3 Multiplicación de Institutos y Centros, e ina-
decuada inserción de algunos en las estructuras
académicas (en la UPS y en las Facultades).
1.3.4 Carencia de unidad formativa, debida a in-
suficiente coordinación de programas entre disci-
plinas, cursos, secciones: el concepto rígido de auto-
nomía de las Facultades, no superado· por el parcial
intercambio de cursos y de docentes, causa inevita-
blemente sensibles diferencias de actitudes menta-
les entre los respectivos alumnos.
352 1.3.5 Dificultad para hallar, preparar y cualificar
personal salesiano, docente y técnico, con repercu-
siones negativas para una razonable movilidad del
mismo y una oportuna colaboración e intercambio
con otros Centros de Estudios Salesianos.
1.3.6 Escasa matrícula de estudiantes salesianos
en algunas Facultades, y mínima utilización de cur-
sos especiales pedagógicos, como Metodología peda-
gógica y Pedagogía de la Escuela.
1.3.7 Serias dificultades económicas, hasta ahora
resueltas no sin sacrificios por parte de cuantos tra·
bajan en el PAS-UPS y del Economato General.
2. ORIENTACIONES OPERATIVAS
353 El CG21 cree oportuno aportar una contribución
a la superación de las dificultades y secundar los
esfuerzos que se están haciendo ya para acrecentar
la vitalidad de la UPS y reforzar su efectiva credi-
bilidad, formulando algunas orientaciones opera-
tivas.
En esta colaboración con la UPS, el CG21 se pone
en sintonía con las intenciones, que han dado ori-
gen a la fundación del máximo Centro de Estudios
de la Congregación y con su historia, ya autoriza-
damente interpretadas por el Rector Mayor-Gran
Canciller don Luis Ricceri en carta al Rector de la
UPS de fecha 10-I-1977.

29.5 Page 285

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la Obra PAS y la Vniv. Pont. Sales. 297
Las precisas indicaciones operativas que siguen
pretenden que el rico potencial de la UPS se mani-
fieste a niveles aún más altos en bien de la Con-
gregación salesiana y para la dilatación de su mi-
sión específica en la Iglesia.
2.1 Claridad eclesial y salesiana de los fines
354
Para una mejor comprensión práctica del puesto
que la UPS ocupa en la Congregación y en la Iglesia,
y teniendo presentes algunas perplejidades e incer-
tidumbres surgidas, incluso en estos años, dentro
y fuera de la UPS, el CG21 entiende reafirmar el
carácter claramente eclesial y salesiano que ésta
debe presentar constantemente.
Sobre este punto vital, el CG21 pide cumplimiento
constante y coherente de los Estatutos generales
(en particular del art. 2) y de los de cada Facultad.
Esto implica entre otras cosas:
2.1.l trabajar siempre y fielmente a la luz del
Magisterio de la Iglesia y de acuerdo con las Cons-
tituciones Salesianas, dentro de las diferencias de
relación requeridas por la autonomía de método de
cada ciencia;
2.1.2 cultivar una particular sensibilidad hacia la
vida de la comunidad cristiana y salesiana, en la
cual y para la cual la UPS existe y funciona, y que
debe orientar sus opciones preferenciales;
2.1.3 promover el incesante diálogo entre cien-
cias del hombre y ciencias religiosas y teológicas,
ya corriente en todas las Universidades Católicas y
particularmente obligado en las Universidades Ecle-
siásticas, confirmado por esa especial intuición sa-
lesiana de la vida de fe encarnada y vivida en la
realidad juvenil y popular, como ha subrayado S. S.
Pablo VI: «Difundid el anuncio evangélico median-
te esa contribución viva, seria, meditada, a la cul-
tura catequética, pedagógica, psicológica y socioló-
gica», que integra «el apostolado directo y personal

29.6 Page 286

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298
Documentos capitulares CG21
en el mundo juvenil, con particular atención y de-
dicación a las clases pobres, necesitadas, margina-
das» 9.
Esta claridad eclesial y salesiana, que se exige
para todas las Facultades, resulta más obligada aún
para la Facultad de Ciencias de la Educación. En
efecto, ella caracteriza de modo particular a nues-
tra Universidad en la Iglesia to; y ha nacido, según
la expresa voluntad de don Pedro Ricaldone, ante
todo para «preparar... cada vez mejor a los Socios
Salesianos para la alta misión de educadores según
el Sistema Preventivo que nos dejó en preciosa he-
rencia nuestro Santo Fundador» y «valorizar y di-
fundir cada vez más los principios de la Pedagogía
Católica»; y el mismo don Ricaldone destaca un
particular sumamente importante: «Me parece su-
perfluo añadir que la Catequética tendrá siempre,
tanto en el Instituto de Pedagogía del Ateneo como
en las Casas de Formación, un puesto de absoluta
preferencia» 11.
355 2.2 Especial atención a la realidad
juvenil y popular
Así, pues, el servicio salesiano ofrecido por nues-
tra Universidad en la Iglesia, compartirá plenamen-
te los contenidos y el estilo de la misión salesiana
de nuestra propia Congregación, de acuerdo con las
Constituciones y según lo que en síntesis establece
el art. 2 de los Estatutos Generales:
«La UPS, al cuidado por promover el pro-
greso científico, añadirá la solicitud pastoral
respecto a los problemas de los jóvenes y de
su educación, teniendo presente el espíritu y
las enseñanzas de Don Bosco» 12.
9 Cfr Pablo VI al CG21, 26-1-1978: L'Oss.Rom., 27-1-1778.
1° Cfr RCS, conclusión.
11 ACS 106, 25 agosto 1941.
12 Debe completarse con: el art. 1,2 de los Estatutos de
la Fac. de Teología; el art. 1 de los Estatutos de la Fac. de
Der. Can.; y el art. 1,2 de los Estatutos de la Fac. de Cien·
cias de la Educación.

29.7 Page 287

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La Obra PAS y la Univ. Pont. Sales. 299
En efecto, «centro de toda la actividad es
la planificación orgánica de la Universidad en
orden a un servicio especializado de nuestra
misión juvenil y popular en el mundo» 13•
2.3 Programaciones congruentes
356
En consecuencia, la UPS debe programar sus cur-
sos con miras a estos fines, es decir, al tipo especí-
fico de servicio que la Congregación quiere prestar.
Este criterio claro y cualificante la guiará constan-
temente en la opción de sus actividades, en la orga-
nización de los cursos, en la formación científica
y personal ofrecida. Para acentuar esta claridad
ideal de planteamiento y de servicio, el CG21 hace
votos para que las Facultades de la UPS procuren
que, en los planes de estudio de los Estudiantados
Salesianos, se introduzcan cursos referentes a as-
pectos significativos de la salesianidad.
2.4 Destinatarios según los fines y
357
programaciones de la UPS
Deben considerarse legítimos destinatarios de la
UPS todos aquellos que, perteneciendo o no a la
Familia Salesiana -eclesiásticos, religiosos y lai-
cos-, acepten sus programas con las características
específicas correspondientes a los fines y a la cuali-
dad propia de la Universidad a que acuden: Ponti-
ficia y Salesiana. Por otra parte, los alumnos sale·
sianos que son enviados a ella con miras a pecu-
liares servicios que habrán de prestar en sus res-
pectivas inspectorías, deberán encontrar en ella un
ambiente particularmente favorable a la propia cua-
lificación o especialización.
13 LGC, conclusión; ACGE 703 y Schemi Precapitolari 198.

29.8 Page 288

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300
Documentos capitulares CG21
358 2.5 Particular corresponsabilidad de los Salesianos
Naturalmente, todo esto compromete a la UPS,
pero responsabiliza con ella también a toda la Con-
gregación.
2.5.1 Por una parte, la existencia de la UPS está
justificada por su posibilidad de hacer efectivo su
servicio, ante todo en la Congregación y para la
Congregación; derívase de ello la necesidad de que
no falten alumnos salesianos, sobre todo en aque-
llas disciplinas filosóficas, pedagógicas, teológicas y
pastorales, que más se relacionan con la vocación
y misión salesianas. Aunque la UPS no desempeña
su cometido únicamente mediante la actividad do-
cente, ésta, sin embargo, constituye siempre su ra-
zón de ser más visible, capaz de polarizar y estimu·
lar todas las demás formas de apostolado cultural.
2.5.2 Y por otra parte, la estructura universitaria
no es independiente: subsiste y funciona, en último
término, en virtud de las intenciones de la Congre-
gación, que es la responsable de su gestión. Corres-
ponde, por consiguiente, a la Congregación, a través
de sus órganos decisorios (Capítulo General, Rector
Mayor, Consejo Superior), influir sobre la consis-
tencia de los programas y servicios, según las exi-
gencias de las Inspectorías y también según la vo-
luntad de desarrollar, a través de la UPS, uno u
otro aspecto de la propia misión en la Iglesia y en
el mundo, de acuerdo con los cometidos institucio-
nales y constitucionales.
359 2.6 Especialidades y programas
Respecto a la organización didáctica, y habida
cuenta de los resultados conseguidos hasta ahora,
el CG21 hace votos para que:
2.6.1 Cuanto antes, con un trabajo conjunto de
la Universidad y del Consejo Superior, se decida el
tipo y número de licenciaturas, doctorados y diplo-

29.9 Page 289

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La Obra PAS y la Univ. Pont. Sales. 301
mas que las Facultades habrán de promover en el
futuro inmediato; en este punto será importante el
parecer de los Inspectores.
2.6.2 Defínanse igualmente los Organismos (cáte-
dras, etc.) que delimiten claramente las incumben-
cias y que permitan una planificación adecuada
{personal, medios económicos, etc.).
2.6.3 Redáctense y apruébense, según las normas
estatutarias, los reglamentos («Ordinationes») com-
pletos de cada Facultad y de la Universidad en su
conjunto.
2.7 Reestructuración en el campo de la
360
organización didáctica
Es, asimismo, convicción del CG21 que la UPS
podrá alcanzar resultados aún más fecundos y un
carácter más unitario de contenidos y de inspira-
ción -científica, eclesial y salesiana-, si se logra
cuanto antes una organización programática y di-
dáctica más racional.
Se indican las siguientes resoluciones prioritarias:
2.7.1 Hágase efectivo, también en el plano estruc-
tural y, por tanto, estatutario, el principio de la
«interdisciplinariedad» y «departamentalidad». Así,
las Facultades serán organismos académicos de pro-
gramación y administración, y la gestión departa-
mental garantizará la unidad de la formación.
2.7.2. Hágase una diligente selección de las ma-
terias de enseñanza, de modo que sean coherente-
mente funcionales para los fines que se quieren ob-
tener de cada grupo de estudiantes, según sus le-
gítimos intereses respectivos. En esta perspectiva
será también posible mantener una relativa distin·
ción entre el campo de investigación del profesor,
que tiene características, en parte, diferentes de su
actividad didáctica, y las asignaturas efectivamente
profesadas, que se dirigen a alumnos bien definidos

29.10 Page 290

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302
Documentos capitulares CG21
a niveles culturales y formativos diferenciados, en
diversos momentos o ciclos académicos y con fina-
lidades precisas.
2.7.3 Salvaguárdense en su especificidad y en el
respectivo fin y nivel formativo, los diversos ciclos
de enseñanza, igualmente necesarios para la vida
de la Universidad. Efectivamente, también el primer
ciclo tiene una función precisa en el conjunto, esen-
cial no sólo para la organicidad cultural, sino tam-
bién para la unidad de la misma formación intelec-
tual.
2.7.4 Se anima a enviar también a los primeros
ciclos a Hermanos que, por sus cualidades religio-
sas e intelectuales, parecen particularmente idóneos
para específicas funciones en la Congregación. Tam-
bién a ellos la UPS podrá ofrecer sólidas bases for-
mativas y culturales para la últerior especialización,
al mismo tiempo que apropiadas comunidades for-
madoras contribuirán a su maduración global 14.
361 2.8 Cursos no académicos
De acuerdo con lo previsto por los Estatutos y las
«Ordinationes» de la Universidad, la UPS prepara,
al lado de los cursos académicos, cursillos especia-
les encaminados a la cualificación o recualificación
sobre todo de los salesianos que están en la vida
activa. Se recuerdan algunos de particular interés
para la Congregación:
- Cursos anuales o bienales de espiritualidad y
de pedagogía.
- Cursos anuales de actualización en las ciencias
eclesiásticas, pastorales y educativas.
- Cursos intensivos para categorías especiales:
Directores, Maestros de novicios, formadores
de Salesianos, párrocos, secretarios inspectoria-
les, animadores, catequistas, profesores...
u RCS 12d.

30 Pages 291-300

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30.1 Page 291

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La Obra PAS y la Univ. Pont. Sales. 303
- Cursos anuales o de verano de salesianidad,
combinados posiblemente con el aprendizaje de
la lengua italiana.
Se podría pensar, para un futuro, en cursos por
correspondencia (incluso con valor académico) o rea-
lizados en diversas partes de la Congregación.
2.9 Intercambio salesiano
362
Asimismo, en línea con las indicaciones del CGE
703-704, la UPS con su personal cualificado -ulte-
riormente potenciado en cantidad y cualidad- in-
tensificará su colaboración con las Inspectorías y
Centros de Estudio, de investigación y de forma-
ción de la Congregación: afiliaciones, intercambio
de profesores, actividades de animación, reseña crí-
tica de libros e instituciones científicas, relación con
los exalumnos y amigos.
La obra PAS y la UPS estarán activamente dis-
ponibles para encuentros periódicos con los Supe-
riores Regionales y los Inspectores para intercam-
bio de informaciones y evaluaciones sobre proble-
mas de interés común.
2.10 Profesorado
363
Conscientes de su extraordinaria responsabilidad
formativa, y no únicamente en el plano cultural y
científico, los profesores cultivarán con solicitud la
dimensión universitaria de su vocación salesiana
y la solidaridad con la vida de la Congregación y de
la Iglesia. En esta perspectiva podrán perfeccionar
su competencia científica y la respectiva especiali·
zación, con espíritu de iniciativa y sincera fidelidad
a los fines de la Universidad.
El CG21 destaca algunos aspectos del problema, 364
que presentan mayor urgencia:
a) Para el nombramiento de profesor adjunto,
introdúzcanse en las «Ordinationes» las siguientes

30.2 Page 292

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304
Documentos capitulares CG21
condiciones que explicitan lo dispuesto por el ar-
tículo 22,2 de los Estatutos:
- un período de experiencia en la específica ac-
tividad salesiana;
- la publicación de algún trabajo científico lle-
vado a cabo bajo la guía de un profesor.
b) La responsabilidad directa de la Congregación
en toda la vida de la UPS exige que se establezca
por Estatuto (o en las «Ordinationes») que el Cuer-
po de Profesores esté constituido sólo por Salesia-
nos. Las colaboraciones de otros tendrán lugar a
través de la figura del profesor «invitado» o «con-
tratado» 15•
c) Hágase más explícita en los Estatutos (o en
las «Ordinationes») la condición «religiosa» del pro-
fesorado salesiano, de modo que se considere nor-
mal su disponibilidad para otros ministerios en la
Congregación.
365 d) El profesor Salesiano de la UPS no asumirá
encargos de carácter continuo y estable en otras
Universidades -civiles o eclesiásticas- o en otra
organización extra-salesiana, sin el previo y explí-
cito consenso del Gran Canciller. Igual autorización
se requiere antes de que un profesor de la UPS ini-
cie las diligencias para participar en concursos,
oposiciones a cátedra, o cosas semejantes. Se in-
cluirá esta norma en los Estatutos (o en las «Or-
dinationes» ).
e) Las autoridades competentes proveerán con
urgencia a la progresiva y real internacionalización
del personal docente o de alguna forma pertenecien-
te a la Obra PAS-UPS.
366 2.11 Aspecto económico
Al tiempo que se reconocen vivamente los esfuer-
zos conjuntos del Economato General y de los her-
manos que trabajan en la Obra PAS, el CG21 hace
15 SGUPS 20,4.

30.3 Page 293

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La Obra PAS y la Univ. Pont. Sales. 305
votos para que se estudien formas de financiación
que ayuden a afrontar con relativa seguridad las
frecuentes dificultades y vinculen la Delegación de
la Obra PAS y la Congregación.
Recomienda en especial que se constituyan, con
la aportación de toda la Familia Salesiana y de
otros bienhechores, bolsas o «becas» de estudio
para estudiantes, sobre todo salesianos, enviados
por Inspectorías con dificultades de tipo econó-
mico.
2.12 Comunidades salesianas y formadoras
367
La diversa composición y colocación de las Co-
munidades del personal y de los Estudiantes de la
UPS no permiten orientaciones operativas unifor-
mes. El CG21 desea, con todo, ofrecer algunas indi-
caciones.
a) Las corntuiidades del Pers· nal estén consti-
tuidas, de modo qm~ respond·.m a todas las exigen-
cias de la comunidad salesiana querida por las
Constituciones y Reglam,mtos, pero también que
promuevan eficazmente la «clara orientación salesia-
na y eclesial» y la síntesis Je cultura y vida que per-
mitan, a cuantos trabaj,m en el PAS-UPS, vivir en
plenHud la específica misión científica y formativa.
b) Las comunidades para Estudiantes Salesianos, 368
tanto las que están insertas en la Delegación como
otras separadas de ella, asumen particular impor-
tancia para la preparación de personal salesiano
sólidamente formado 16.
Organizadas como auténticas y verdaderas «Co-
munidades formadoras», promoverán, con criterios
seguros y modernos, la educación, o crecimiento to-
tal de la persona en todas las direcciones, de la cual
el estudio es un elemento de importancia decisiva,
ofrecida a través de la enseñanza, científica, ecle-
16 RCS le, lle. 12d.

30.4 Page 294

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306
Documentos capitulares CG21
sial y salesianamente cualificada de la UPS y de
otras actividades complementarias.
Las autoridades religioso-formadoras de estas co-
munidades son responsables, junto con los profeso-
res de la UPS, de la entera formación de los alum-
nos, sobre los cuales son competentes para dar
juicios y tomar decisiones, teniendo en cuenta no
sólo el aprovechamiento académico, sino también
toda la maduración de la personalidad humana, ecle-
sial y salesiana del estudiante, y, para los candi-
datos a las sagradas Ordenes, también de su for-
mación eclesiástica.
Dichas autoridades, por otra parte, pueden y de·
ben hacer llegar a quien compete y por los debidos
cauces, sus observaciones, positivas o negativas, so-
bre los influjos que la enseñanza de la UPS, en su
conjunto o bajo algún aspecto, pueda determinar
sobre la formación de los estudiantes; y las auto-
ridades de la UPS podrán a su vez expresar aná-
logas opiniones sobre el equilibrio, adaptación y
aplicación de los sujetos que son enviados por ra-
zones de estudio y de formación.
369 c) En los próximos años el Consejo Superior, a
través de los Inspectores competentes, cuidará que
las «Comunidades formadoras» de estudiantes Sa-
lesianos existentes fuera de la Obra PAS estén de-
bidamente organizadas, y favorecerá su carácter
internacional, en cuanto a los alumnos y en cuanto
a los formadores.
370 2.13 Modificación de los Estatutos
El Consejo Superior, en colaboración con los ór-
ganos competentes de la Obra PAS y de la UPS,
estudie las modificaciones de los Estatutos que, de
acuerdo con las directrices de la Iglesia acerca de
las Universidades Eclesiásticas, se consideran nece-
sarias y oportunas para acrecentar la eficacia cien-
tífica, eclesial y salesiana de la acción de la UPS.

30.5 Page 295

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La Obra PAS y la Univ. Pont. Sales. 307
a) De particular urgencia parecen ser las refe-
rentes a algunos temas indicados en este documen-
to, y concretamente las Orientaciones Operativas
números 6, a, b, c; 7 a; 10 b, c, d.
b) Además, con miras a una más eficaz comuni
cación operativa entre UPS y Obra PAS, estudiése
el modo concreto de una presencia cualificada del
Delegado del Rector Mayor en las estructuras de
la UPS.
e) Por último, para una más coherente funciona-
lidad de la UPS, y dentro del respeto a las distin-
tas responsabilidades y competencias, hágase una
atenta revisión y delimitación de las áreas y formas
de participación de los estudiantes en los órganos
colegiales de gobierno y de gestión.

30.6 Page 296

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30.7 Page 297

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I 181 C G 21
421/2.
Documento 5
REVISION
DE LAS CONSTITUCIONES
Y DE LOS REGLAMENTOS

30.8 Page 298

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SUMARIO
l. Declaración del CG21 ... ... ... ... ... ... 371-386
2.
Modificaciones en los artículos de las
Constituciones ... ... ... ... .. .
387-418
2.1
2.2
Capítulo
Capítulo
V: Art. 39 ... ... ...
IX: Art. 74 ... ...
...
...
...
.. .
387-388
389-390
2.3 Capítulo XII: Art. 94 ... ... ... ... 391-392
2.4 Capítulo XIII: Arts. 103 bis, 105. 393-395
2.5 Capítulo XIV: Art. 115 ... ... .. . 396-397
2.6
Capítulo XVII: Arts. 139, 140, 141.
Art.
164D
156.
...
Arts.
... ... ...
164,
...
164 B,
... ... ..
.
164
. ..
c,
398-411
2.7
2.8
Capítulo
Capítulo
XVIII: Art. 179 ...
XIX: Art. 186 ......
...
...
...
412-413
414-415
2.9 Capítulo XX: Arts. 195-196 ... ... 416-418
3
Modificaciones
Reglamentos ...
en
...
los
...
artículos de los
... ... ... .. . ... .. .
419-445
3.1 Capítulo I: Art. 1 ... ... ... ... .. . 419-420
3.2
Capítulo II: Arts. 8, 9, 10, 14,
14 bis ... ... ... ... ... ... ...... ......
421-428
3.3 Capítulo V: Art. 28 ... ... ... ... ... 429-430
3.4
3.5
Capítulo VIII: Art. 46 ... ... ... ...
Capítulo X: Art. 57 ... ... ... ... ...
431-432
433-434
3.6 Capítulo X bis: Art. 71 bis ......... 435-436
3.7
Capítulo XI: Arts. 73 bis, 73 ter, 81,
88 bis, 93, 93 bis ... ... .. . ... ...
437-443
3.8 Capítulo XII: Art. 96
444-445
4. Deliberaciones ... ... ... ... ... ... ... 446

30.9 Page 299

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Revisión de las Const. y de los Reg. 311
l. DECLARACION DEL CG21
El CG21, en conformidad con lo dispuesto por el 371
«Motu proprio» «Ecclesiae Sanctae» 1, procedió a una
revisión general de las Constituciones, aprobadas
por el CGE «ad experimentum» por un sexenio 2.
El trabajo de revisión ha partido de la evaluación
de las observaciones y propuestas llegadas de los
Capítulos lnspectoriales y de los Hermanos en ge-
neral, así como de las consideraciones contenidas
en la Relación del Rector Mayor, que reflejan la
experiencia de este sexenio. Se hace notar que las
observaciones de los Capítulos lnspectoriales y de
los Hermanos se referían, en su mayoría, a peticio-
nes de esclarecimiento de algunos conceptos o pre-
cisación de términos, o bien sugerían correcciones
estilísticas al texto; también había, aunque en nú-
mero limitado, otras propuestas que afectaban a
aspectos no puramente formales de contenido cons-
titucional, y que el Capítulo General ha examinado
atentamente.
Junto con el criterio de la experimentación, el CG
ha tenido presentes también los otros criterios in-
dicados por el «Motu proprio» «Ecclesiae Sanctae»:
el criterio teológico, para juzgar la adecuación del
texto a las orientaciones del Concilio Vaticano 11;
los criterios histórico-salesianos, para valorar la fi-
delidad al espíritu del Fundador y a la tradición
salesiana; el criterio jurídico, para asegurar la cla-
ridad de las normas «necesarias para definir el ca-
rácter, los fines y los medios del Instituto» 3,
Al concluir el trabajo, el CG21 ha podido constatar 372
que las Constituciones renovadas han sido acogidas
globalmente por la Congregación con espíritu de
fe y voluntad de vivirlas, como un don del Espíritu
1 Cf ES II, 12-14.
2 Cf Declaración del CGE, Const. 1972, p. 13.
3 Cf ES II, 12b.

30.10 Page 300

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312
Documentos capitulares CG21
Santo, que continúa haciendo presente y operante
el espíritu de Don Bosco en nuestro tiempo.
No falta, sin embargo, en la evaluación de este
sexenio, la constatación de aspectos negativos: en
efecto, por parte de algunos Capítulos Inspectoria-
les se hace notar que las Constituciones renovadas
no son aún suficientemente conocidas; no han sido
suficientemente estudiadas y meditadas por parte
de todos; sobre todo, no han sido todavía plena-
mente asimiladas, y, por consiguiente, experimen-
tadas como criterio de adhesión a Don Bosco y a
la vocación salesiana. Las causas de tal deficiencia
son concretadas por los mismos CI, ya en los im-
portantes cambios introducidos por el CGE en el
texto constitucional, ya en la brevedad del tiempo
habido para la experimentación.
373 Por tanto, el CG21, constatando, por una parte,
que -aun admitiendo la oportunidad de algunas
mejoras- el texto constitucional redactado por el
CGE está conforme con la doctrina de la Iglesia
y el espíritu del Fundador, y queriendo igualmente
dar a los hermanos la posibilidad de más tiempo
para la profundización y asimilación vital de las
Constituciones, delibera confirmar el texto actual
de las Constituciones salesianas, prolongando la
aprobación «ad experimentum» por otro sexenio.
Sólo se introducen en este momento, en el texto
constitucional, las modificaciones juzgadas necesa-
rias para colmar alguna laguna jurídica o para me-
jor precisar o completar el texto, dando una inter-
pretación más clara.
374 En conformidad con el «Motu propio» «Ecclesiae
Sanctae», antes citado, el próximo Capítulo General
Ordinario proveerá a la redacción de las Constitu-
ciones que se habrán de presentar a la Santa Sede
para la aprobación definitiva; el CG21 -a través
del Consejo Superior- pasa al Capítulo General
próximo sus documentos de trabajo, elaborados con
las observaciones de los CI 77 y de los hermanos,
que habrá de tener presentes en la revisión defini-
tiva.

31 Pages 301-310

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31.1 Page 301

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Revisión de las Const. y de los Reg. 313
Análoga deliberación se Iza tomado con relación a 375
los Reglamentos Generales, aprobados por el CGE,
y que el CG21 confirma como norma para toda la
Congregación, con algunas modificaciones que se
han juzgado necesarias u oportunas.
Al presentar a la Congregación estas deliberado- 376
nes, el CG21 quiere también aclarar el carácter pro-
pio de las Constituciones y Reglamentos Generales,
especificando su índole espiritual y fuerza vinculante.
LAS CONSTITUCIONES SALESIANAS, que el 377
CGE presentó de forma renovada en consonancia
con las normas de la Iglesia 4, constituyen el «Có-
digo de vida» de los Salesianos 5: en ellas aparece
como «regla suprema» «el Evangelio vivido con el
espíritu de Don Bosco» 6, y se contienen «las rique-
zas espirituales de la tradición salesiana y las nor-
mas fundamentales para la vida de nuestra Socie-
dad» 7.
Las Constituciones proceden, ante todo, del Evan-
gelio, en cuanto representan una vía evangélica de
seguimiento de Jesucristo según un determinado
proyecto de vida, dado por el Espíritu Santo a la
Iglesia a través del Fundador.
Proceden del Fundador, en cuanto son una des-
cripción concreta de la fisonomía espiritual de su
proyecto apostólico, con los componentes esencia-
les de su carisma. A nosotros, salesianos, nos re-
cuerdan a Don Bosco, que nos ha dejado escrito:
«Si me habéis amado en el pasado, continuad amán-
dome en el futuro con la exacta observancia de
nuestras Constituciones» s.
Las Constituciones proceden también de la fide-
lidad dinámica y viva de la Congregación a su mi-
sión en la historia; contienen también, por tanto,
normas aptas para definir el espíritu y las finali-
4 Cf PC 2; ES 11, 12-14.
5 Cf "El Rector Mayor a los salesianos", Const., p. 8 ss.
Cf Const. 10l.
Cf Const. 200.
8 Cf MB XVII, 258-273.

31.2 Page 302

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314
Documentos capitulares CG21
dades propias del Fundador, así como las sanas tra-
diciones que constituyen el patrimonio espiritual del
Instituto 9,
378 Por todo ello, las Constituciones son aprobadas
por la Santa Sede, la cual se hace garante de la
autenticidad del carisma del Fundador expresado
por el texto constitucional, y de su utilidad al ser-
vicio de la comunidad eclesial. Con tal aprobación,
se convierten en verdaderas leyes de la Iglesia: la
obligación de conciencia de observarlas nace, con
todo, no de una prescripción positiva de la Iglesia,
sino del vínculo libremente asumido por el herma-
no en la profesión, como respuesta personal a la
llamada del Señor 10.
Vivir las Constituciones es, por tanto -para todo
salesiano-, un acto de fe en Jesucristo y en su
Evangelio, un compromiso de fidelidad a una vo-
cación recibida como don en la Iglesia, «un camino
que conduce al amor» 11.
379 La aprobación «ad experimentum» no quita nada
a la fuerza vinculante propia de las Constituciones:
en efecto, la Sede Apostólica, dando al Capítulo Ge-
neral, en esta circunstancia particular, la facultad
de promulgar directamente las Constituciones,
aprueba de hecho su texto en su auténtico valor
de guía espiritual, reservándose únicamente el ha-
cer un examen crítico de las mismas al final del
período de experimentación.
El experimento por otros seis años, tiempo con-
veniente dado por la Iglesia a la Congregación, ofre-
ce a cada hermano y a cada comunidad una ocasión
especial de estudio de las Constituciones junto con
un motivo de mayor empeño en practicarlas, para
poder confrontar en lo concreto de la propia vida
el espíritu de Don Bosco operante en ellas. La apro-
bación de la Santa Sede puede, así, resultar una
9 Cf PC 2b; ES II, 12b.
1° Cf Const. 200.
11 Cf ..Proemio", Const.

31.3 Page 303

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Revisión de las Const. y de los Reg. 315
convalidación más eficaz de la experiencia viva de
la Congregación.
De las Constituciones, que definen los elementos 380
esenciales del proyecto de vida salesiano, deriva el
conjunto de las otras normas que los Capítulos Ge-
nerales y las autoridades competentes establecen
para la vida de la Congregación y para la constante
renovación de la acción salesiana.
El CG21 quiere indicar brevemente las principa-
les formas en que se expresa dicha legislación.
a) LOS REGLAMENTOS GENERALES represen- 381
tan el conjunto de disposiciones que traducen, en
normas adecuadas a las situaciones variables, los
elementos generales del «Código de vida». Contie-
nen, por tanto, las «aplicaciones prácticas y con-
cretas de interés universal» de las Constituciones,
y «válidas, por tanto, para ser puestas en práctica
por toda la Congregación» 12.
El estilo de los Reglamentos es más detallado y
circunstanciado que el de las Constituciones. Deben
ser aprobados, de acuerdo con las disposiciones de
la Iglesia, por la autoridad suprema de la Congre-
gación (el Capítulo General) y pueden ser conve-
nientemente modificados o adaptados, en armonía
siempre con las Constituciones, sin necesidad de· la
posterior aprobación de la Santa Sede.
Desde el punto de vista jurídico, los Reglamentos
forman, con las Constituciones, un único cuerpo
vinculante, en cuanto participan de la misma ca-
racterística de ley, si bien, por la materia que con-
tienen o por voluntad explícita del legislador, pue-
den tener diferente carácter obligatorio.
b) Además de los Reglamentos Generales, el Ca- 382
pítulo General puede aprobar -como aplicaciones
prácticas de las Constituciones- Decretos o Delibe-
raciones y Orientaciones Operativas.
Con el término DECRETOS o DELIBERACIONES
se indican algunas medidas que se refieren a cues-
12 Cf "El Rector Mayor a los salesianos", Const., p. 8.

31.4 Page 304

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316
Documentos capitulares CG21
tiones de orden prevalentemente jurídico sobre una
materia determinada. Decretos o Deliberaciones pue-
den ser adoptados para introducir modificaciones
en el texto constitucional en alguno de sus artículos
o para establecer normas operativas. La fuerza
obligatoria del Decreto o Deliberación deriva de la
autoridad del Capítulo General, que lo aprueba; en
caso de que establezca modificaciones del texto
constitucional, debe obtener la confirmación de la
Santa Sede.
383 Se llaman, en cambio, ORIENTACIONES OPERA-
TIVAS aquellas normas ejecutivas para la acción
concreta, que suponen una realización diferida en
el tiempo, en cuanto «orientan» la acción en un de-
terminado período de tiempo.
En general las «orientaciones operativas»:
- o suponen autoridades intermedias que inter-
vengan a través de su respectiva legislación
(Capítulos Inspectoriales, Inspectores con sus
Cansejos, Conferencias Inspectoriales... );
- o indican la vía mejor a seguir para la obser-
vancia de algunos puntos de las Constitucio-
nes y Reglamentos en el momento y situaciones
dadas;
- o dan soluciones a situaciones especiales, como
la adaptación de las normas a la renovación
posconciliar.
384 c) Finalmente, las Constituciones y el Capítulo
General, en virtud de los principios de la subsidia-
riedad y descentralización 13, pueden exigir explíci-
tamente la aplicación de las normas generales a los
Reglamentos o Directorios inspectoriales 14.
LOS REGLAMENTOS O DIRECTORIOS INSPEC-
TORIALES son leyes particulares en el ámbito de
la legislación general de la Congregación. Las esta-
blecen los Capítulos Inspectoriales 1s, pero requie-
13 Cf Const. 127.
14 Cf Const. 123; Const. 177,4.
15 Cf Const. 177,4.

31.5 Page 305

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Revisión de las Const. y de los Reg. 317
ren la aprobación de la autoridad superior de la
Congregación 16, que garantiza su dirección práctica,
y tienen fuerza obligatoria sólo después de dicha
aprobación. El ámbito de tales leyes se extiende
únicamente a las Inspectorías interesadas y siem-
pre habrá de presentarse como actuación práctica
de la legislación general de la Congregación.
El CG21, al tiempo que confirma el actual texto 385
de las Constituciones y Reglamentos Generales,
ofreciendo las antedichas precisaciones jurídicas,
llama la atención de los hermanos sobre los DOCU-
MENTOS del CGE como vía para la renovación.
Efectivamente, el CGE ha sido un momento par-
ticular de gracia para la Congregación salesiana,
llamada a confrontarse con sus orígenes y con las
perspectivas del Concilio Vaticano II. Las orienta-
ciones doctrinales y operativas del CGE (éstas úl-
timas en cuanto no ligadas a plazos precisos) con-
servan para la Congregación su valor de fundamen-
to y comentario de las Constituciones renovadas,
interpretación autorizada de las mismas, estímulo
y guía para la realización de la misión salesiana en
nuestro tiempo.
Pero, por encima de toda norma jurídica, el CG21 386
es consciente de la necesidad de que las leyes de
la Congregación, en particular las Constituciones,
sean asumidas por la vida para convertirse en cri-
terio de identidad vocacional.
El CG21 hace un llamamiento a todos los Sale-
sianos para que en el próximo sexenio prosigan el
camino ya emprendido de estudio y asimilación de
las Constituciones, con la aceptación de las orien-
taciones capitulares.
Para ello recuerda algunas actitudes personales
y comunitarias que constituyen las condiciones vi-
vas para que las Constituciones, texto de vida espi-
ritual, puedan resultar eficaces. Tales son, en par-
ticular, el conocimiento y el amor, que llevan a la
adhesión vital.
16 Cf Const. 178.

31.6 Page 306

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318
Documentos capitulares CG21
El esfuerzo diligente y constante por conocer pro-
fundamente los valores contenidos en las Constitu-
ciones es condición previa para la libre aceptación
del compromiso religioso; de aquí la importancia
de un atento estudio personal y comunitario de las
propias Constituciones. Podrán ser útiles, para este
conocimiento, los momentos de la lectura y medi-
tación personal y comunitaria, los retiros mensuales
y los ejercicios espirituales, los cursos de actuali-
zación sobre el espíritu salesiano. Del conocimiento
nacerá en el salesiano la actitud de estima de las
Constituciones, como patrimonio de su familia es-
piritual, fruto de una iniciativa especial del Espí-
ritu Santo para con nosotros, y testamento vivo de
Don Bosco. Dicha actitud de estima y amor a las
Constituciones madurará en el clima mismo de
amor y estima del Evangelio: las Constituciones no
son sino la dimensión vocacional desde la cual me-
ditamos y vivimos el Evangelio.
El verdadero aprecio y amor se deberán transfor-
mar en adhesión activa, o sea, en práctica de las
mismas Constituciones, «no con una fría y forma-
lística observancia, de la que se hace fin, sino por-
que (Don Bosco) veía en ella la base y el medio
esencial para la santificación de sus hijos, el vínculo
de unión entre ellos y la actuación segura y fecunda
de la peculiar misión recibida de la Providencia» 17.
María Auxiliadora y Don Basca, nuestro Fundador
y Padre, bendigan nuestros esfuerzos y nos ayuden
a ser fieles, para perfeccionamiento personal y cre-
cimiento de la Sociedad para un mejor servicio a
los jóvenes,
17 Cf "El Rector Mayor a los salesianos", Const., p. 10.

31.7 Page 307

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Revisión de las Const. y de los Reg. 319
2. MODIFICACIONES EN LOS ARTICULOS
DE LAS CONSTITUCIONES
2.1 CAPITULO V: Los corresponsables de la
Misión
Art. 39.
Algunos CI resaltan en diversos modos:
387
a) la importancia creciente del papel de los se-
glares en todos los aspectos y sectores de la
Iglesia, según las orientaciones del Concilio
Vaticano II;
b) el aumento de la presencia de los seglares en
las distintas actividades salesianas, que lleva
a asociarlos cada vez más a nuestra misión
y pone en evidencia el mutuo enriquecimien-
to de la colaboración recíproca.
De estas dos premisas nace la necesidad de dar,
a los seglares asociados directamente a nuestra mi-
sión, una adecuada posibilidad de conocer y estu-
diar el espíritu salesiano y la práctica del sistema
preventivo. Por ello, el CG21, a la luz de la discusión
sobre la participación de los seglares en la misión
evangelizadora (cfr documento «Los salesianos evan-
gelizadores de los jóvenes», nn. 76-78), propone una
modificación del art. 39 de las Constituciones, a fin
de poner más de relieve la responsabilidad de los
salesianos para con los colaboradores seglares.
texto precedente
te:1-"to modificado
Con frecuencia, los se-
glares están directamen-
te asociados a nuestro
trabajo educativo y pas-
toral. Prestan una cola-
boración original en la
formación de los jóve-
nes, en la preparación
de los militantes segla-
res, en el servicio de las
Con frecuencia, los se- 388
glares están directamen-
te asociados a nuestro
trabajo educativo y pas-
toral. Prestan una cola-
boración original en la
formación de los jóve-
nes, en la preparación
de cristianos comprome-
tidos, en el servicio de

31.8 Page 308

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320
Documentos capitulares CG21
parroquias y de las mi-
siones. La lealtad y la
confianza son básicas en
nuestras mutuas relacio-
nes; les ofrecemos el
testimonio de una vida
evangélica y la ayuda
espiritual que esperan.
Tendremos, además, a
realizar en nuestras
obras juveniles la «co-
munidad educativa» que
implica la presencia ac-
tiva de los padres, pri-
meros y principales
educadores, y la de los
mismos jóvenes, invita-
dos al diálogo y a la co-
rresponsabilidad.
En nuestro clima de
familia, la vida de esta
comunidad se convierte
en una experiencia de
Iglesia, reveladora del
plan de Dios.
las parroquias y de las
misiones. La lealtad y
la confianza son básicas
en nuestras mutuas re-
laciones: comparten con
nosotros el trabajo apos-
tólico, aportando su ex-
periencia, y nosotros les
ofrecemos la posibilidad
de conocer y estudiar a
fondo el espíritu sale-
siano en la práctica del
sistema preventivo, el
testimonio de una vida
evangélica y la ayuda
espiritual que esperan.
Tendemos, además, a
realizar en nuestras
obras juveniles la «Co-
munidad Educativa» que
implica la presencia ac-
tiva de los padres, pri-
meros y principales edu-
cadores, y la de los mis-
mos jóvenes, invitados
al diálogo y a la corres-
ponsabilidad. En nues-
tro clima de familia, la
vida de esta Comunidad
se convierte en una ex-
periencia de Iglesia, re-
veladora del p 1a n de
Dios.
2.2 CAPITULO IX: La consagración religiosa
salesiana
Art. 74: La fórmula de nuestra profesión.
389 Algunos Capítulos Inspectoriales presentaron la
propuesta de redactar dos fórmulas para la profe-
sión, una para la profesión temporal y otra para
la perpetua.

31.9 Page 309

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Revisión de las Const. y de los Reg. 321
El Capítulo General mantiene que la fórmula para
la profesión debe permanecer substancialmente úni-
ca. Y esto, en confirmación de la tradición salesia-
na, como también para resaltar la única profesión
salesiana, temporal o perpetua, y para poner en evi-
dencia que también la profesión temporal está ya
orientada hacia el vínculo definitivo.
Sin embargo, se aprueba la modificación del texto
con la cual se intraduce en la fórmula de la profe-
sión una frase que pronunciarán los profesos tem-
porales y que expresa la orientación hacia el com-
promiso definitivo de la consagración.
Por esto, confiando en
María Auxiliadora, en
San Francisco de Sales
y en San Juan Bosco,
ante... (que hace las ve-
ces del Rector Mayor
de nuestra Sociedad),
hago voto (por... años)
(perpetuos) de ser cas-
to, pobre y obediente,
según norma del Evan-
gelio, recogida por las
Constituciones salesia-
nas. La gracia de Dios y
mis hermanos salesianos
me asistan todos 1o s
días y me ayuden a ser
fiel.
Por esto, confiando en 390
María Auxiliadora, en
San Francisco de Sales
y en San Juan Bosco,
ante... (que hace las ve-
ces del Rector Mayor de
nuestra Sociedad), (para
los profesos temporales)
aun teniendo intención
de ofrecerme a Dios por
toda la vida, sin embar-
go, según las disposicio-
nes de la Iglesia, hago
voto por... años de vi-
vir casto, pobre y obe-
diente, según norma del
Evangelio, recogida por
las Constituciones sale-
sianas. La gracia de
Dios, etc... ( para los
profesos perpetuos) ha-
go para siempre voto de
vivir casto, pobre y obe-
diente, según norma del
Evangelio, recogida por
las Constituciones sale-
sianas. La gracia de
Dios, etc...

31.10 Page 310

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322
Documentos capitulares CG21
2.3 CAPITULO XII: Nuestra obediencia
Art. 94: Obediencia comunitaria.
391 En este artículo de las Constituciones se presenta
la obediencia en la comunidad, entendida como bús-
queda de la voluntad de Dios, bajo la guía del Su-
perior, y como esfuerzo corresponsable en la ac-
ción apostólica.
Recogiendo las propuestas de los Capítulos Ins-
pectoriales, se quiere precisar mejor:
a) el papel del Superior que ejerce el servicio
de la autoridad dentro de la comunidad como ani-
mador del diálogo y de la participación, que con-
duce -en cuanto es posible- a la convergencia de
pareceres, guía a la unión de voluntades y anima
a la fidelidad en la acción corresponsable (cfr CGE
646),
b) el proceso de la obediencia comunitaria en
la búsqueda, en la decisión y ejecución, como se
describe en las Actas del CGE 634-637.
De este modo se ponen más de manifiesto tanto
la importancia de la corresponsabilidad, como el
servicio de la autoridad (cfr también el documento
«Los Salesianos evangelizadores de los jóvenes»: la
animación de la comunidad, nn. 46-57).
392 En la comunidad to-
dos obedecemos, aun
des empeñando funcio-
nes diversas. En asun-
tos de importancia,
buscamos juntos la vo-
luntad del Señor, por
medio de un diálogo
fraternal y paciente. La
decisión, en muchos ca-
sos, brota de la conver-
gencia de pareceres. El
Superior escucha a los
Hermanos, tiene en
cuenta sus opiniones y,
cuando es necesario, to-
ma las decisiones opor-
tunas.
En la comunidad, pa-
ra cumplir la misión
que se nos ha confiado,
todos obedecemos aun
de s empeñando funcio-
nes diversas. En asun-
tos de importancia, bus-
camos juntos la volun-
tad del Señor, por medio
de un diálogo fraterna!
y paciente y un vivo
sentido de corresponsa-
hilidad.
El Superior ejerce el
servicio de la autoridad
escuchando a los herma-
nos, estimulando la par-
ticipación de todos y

32 Pages 311-320

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32.1 Page 311

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Revisión de las Const. y de los Reg. 323
Todos nos empeñamos
activamente en la ejecu-
ción, colaborando con
lealtad, aun cuando no
ha y a n sido aceptados
nuestros puntos de vis-
ta.
Escuchando la Pala-
bra de Dios y celebran-
do la Eucaristía, expre-
samos y renovamos
nuestra común entrega a
la voluntad divina.
promoviendo la unzan
de voluntades en la fe
y en la caridad. El oon-
cluye el momento de
búsqueda común, to-
mando las decisiones
oportunas, que normal-
mente brotarán de una
convergencia de miras.
Todos, por tanto, nos
empeñamos activamente
en la ejecución, colabo-
rando con lealtad, aun
cuando no hayan sido
aceptados nuestros pun-
tos de vista.
Escuchando la pala-
bra de Dios y celebran-
do la Eucaristía, expre-
samos y renovamos
nuestra común entrega
a la voluntad divina.
2.4 CAPITULO XIII: Aspectos generales
La revisión del tema específico de la Formación 393
hecho por el CG21 ha puesto en evidencia la nece-
sidad de modificar el art. 105 de las Constituciones,
para precisar mejor la «comunidad formadora»
como ambiente ordinario de formación, y la opor-
tunidad de introducir un nuevo artículo constitu-
cional para resaltar la importancia de la formación
intelectual.
Las motivaciones para tales modificaciones y pre-
cisaciones se detallan con particularidad en el Do-
cumento sobre «La Formación Salesiana», aprobado
por este CG21.
Art. 103 bis (nuevo). La formación intelectual.
«Nuestra vocación salesiana orienta y caracteriza 394
la formación intelectual de los socios, a todos los

32.2 Page 312

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324
Documentos capitulares CG21
niveles, de modo propio y original. La ordenación de
los estudios armoniza las exigencias de la seriedad
científica con las de la dimensión religioso-apostóli-
ca de nuestro proyecto de vida.»
Art. 105: Estilo general de la formación.
395 La formación, en sus
La formación en sus
diversos aspectos y eta- diversos aspectos y eta-
pas, se realiza en casas pas, se realiza ordina-
estructuradas a tal fin, riamente en comunida-
o también, en otras co- des formadoras.
munidades nuestras, ap-
tas para ello.
Nuestro espíritu debe
brillar particularmente
en las comunidades for-
mativas: todos sus
miembros formen entre
sí una familia, unida
por la mutua confianza
y por la convergencia
de los esfuerzos.
Abierta, como lo quie-
re el estilo educativo de
Don Bosco, tiene en
cuenta las exigencias de
los tiempos y de las
nuevas aportaciones cul-
turales y, particular-
mente, las aspiraciones
de los jóvenes a una vi-
da más personal, más
responsable y más fra-
terna.
En ellas nuestro espí-
ritu debe brillar parti-
cularmente: todos sus
miembros formen entre
sí un a familia, unida
por la mutua confianza
y por la convergencia
de los esfuerzos.
Abierta, como lo quie-
re el estilo educativo de
Don Bosco, tiene en
cuenta las exigencias de
los tiempos y de las
nuevas aportaciones cul-
turales y, particularmen-
te, las aspiraciones de
los jóvenes a una vida
más personal, más res-
ponsable y m á s fra-
terna.
Se invita a cada uno
a responsabilizarse pro-
gresivamente en su pro-
Se invita a cada uno pia formación y a valo-
a responsabilizarse pro- rizar las djversas situa-
gresivamente de su pro- ciones de su vida.
pia formación y a valo-
rizar las diversas situa-
ciones de su vida.
2.5 CAPITULO XIV: Las etapas de la formación
Art. 115.
396 El CG21 ha examinado también las propuestas de
varios Capítulos Inspectoriales que piden la modi-

32.3 Page 313

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Revisión de las Const. y de los Reg. 325
ficación del artículo 115, de modo que permita ha·
cer los primeros votos ordinariamente por un trie-
nio; de hecho, el texto redactado por el CGE, aun
permitiendo tal posibilidad, la considera como ex-
cepción a la norma ordinaria de votos anuales.
Teniendo en cuenta que, tras una prueba de No-
viciado hecha con seriedad y empeño, si el candi-
dato posee suficiente madurez y seguridad de su
vocación, puede ser conveniente que se obligue más
establemente en la elección de su vida religiosa, el
CG21 determina modificar el art. 115, dejando abier-
ta la posibilidad de hacer los primeros votos por
un trienio o por un año. Después de este primer
trienio de votos temporales, los votos, ordinaria-
mente, serán trienales.
Durante el primer
trienio, los votos se ha-
rán, de ordinario, por un
año. Después de este
período de votos tempo-
rales, se harán preferen-
:temente por tres años.
Durante el primer 397
trienio, los votos se ha-
rán por tres años o por
un año. Después de este
período los votos tem-
porales se harán ordina-
riamente por tres años.
2.6 CAPITULO XVII: Estructuras de gobierno a
nivel mundial y regional
Art. 139: El Consejero para la Formación.
La formulación del art. 139 de las Constituciones, 398
que describe los deberes del Consejero para la For-
mación, resulta pobre de contenidos, que allí se pre-
sentan de modo algo genérico y con repeticiones
formales. La presente redacción descuida en par-
ticular elementos importantes de la figura históri-
camente característica del «Director espiritual ge-
neral» (cfr primeras Const. c. IX, art. 7-9. 1966 art. 71
y 74).

32.4 Page 314

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326
Documentos capitulares CG21
El CG21 presenta un artículo nuevo, en el que
se condensan los contenidos de la tradición consti-
tucional a este respecto y donde explícitamente se
incluye el sector de la formación intelectual (cfr
también nuevo art. 103 bis).
La experiencia de este sexenio se encuentra me-
jor reflejada en esta nueva redacción:
399 El Consejero para la
formación cuida y se
responsabiliza de la for-
mación integral y per-
manente de los salesia-
nos, especialmente du-
rante el tiempo de for-
mación.
Al Consejero para la
formación compete el
cuidado y la responsabi-
lidad de la formación
integral y permanente
de todos los hermanos.
Dedica especial solicitud
a la formación inicial,
la ordenación de los es-
tudios y cuanto se refie-
re al crecimiento espiri-
tual de los socios en la
vocación salesiana.
Art. 140: El Consejero para la Pastoral Juvenil.
400 Basándose en las observaciones llegadas de los
Capítulos Inspectoriales y tras el debate capitular,
el CG21 reconoce la oportunidad de que la acción
salesiana en el campo parroquial sea confiada al
Consejero para la Pastoral Juvenil, junto con la
animación de la acción salesiana entre los jóvenes.
Se hace notar ante todo, que según la letra de
las Constituciones, las Parroquias forman parte de
nuestra actividad apostólica, teniendo, sin embargo,
siempre clara la prioridad de nuestra misión hacia
los jóvenes (cfr Const. 31): esto significa que las
Parroquias confiadas a la Congregación deben ca-
racterizarse siempre por su espíritu salesiano y por
la prioridad dada a la acción entre la juventud,
sin descuidar, por supuesto, los otros sectores de
la actividad pastoral.
Las principales motivaciones que han sugerido la
oportunidad de confiar el cuidado de las Parroquias
al Consejero de la Pastoral Juvenil son las si-
guientes:

32.5 Page 315

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Revisión de las Const. y de los Reg. 327
a) Se subraya la necesidad y la importancia de
una pastoral de conjunto, ya que la entera comuni-
dad eclesial, compuesta de jóvenes y adultos, es
objeto y sujeto, destinataria y operadora de pas-
toral.
b) La especificidad de nuestra misión juvenil,
que debe realizarse en las Parroquias, está mejor
garantizada, si hay un único Consejero responsable.
c) Se ve evidente también la estrecha unión que
debe existir entre las diversas obras pastorales en
la comunidad eclesial salesiana: oratorios, centros
juveniles, escuelas, parroquia.
d) Este paso simplifica también la actual orde-
nación, compleja y heterogénea, del Sector llamado
hasta ahora «Pastoral de Adultos» (cfr Relación de]
RM 213).
Por otra parte, se ha acuñado la denominación
«Consejero para la Pastoral Juvenil» para mejor ex-
presar la prioridad juvenil de la acción salesiana
también en las Parroquias.
El Consejero para la
pastoral juvenil tiene la
misión de promover,
animar y coordinar la
acción salesiana entre
los jóvenes.
Le corresponde orien-
tar los oportunos estu-
dios y planes del sector
de su competencia, a
nivel internacional.
El Consejero para la 401
pastoral juvenil pro-
mueve, coordina y orien-
ta, según el espíritu de
Don Bosco, a ni'vel mun-
dial, y con oportunos es-
tudios, proyectos y expe-
riencias, la acción sale-
siana entre los jóvenes.
Cuida, además, nuestra
acción en las parroquias
para una eficaz pastoral
salesiana.
Art. 141: El Consejero para la Familia Salesiana. 402
Algunos Capítulos Inspectoriales proponen que se
corrija el artículo 141 de las Constituciones, con el
propósito de crear un Consejero para la Familia
Salesiana.

32.6 Page 316

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328
Documentos capitulares CG21
Es sabido que la Familia Salesiana, realidad ca-
rismática operante en la Iglesia por la intuición de
Don Bosco, ha sido descubierta de nuevo por el
CGE en su dimensión histórico-pastoral-dinámica
(cfr Actas CGE 151-177; 727-745), y ha sido incorpo-
rada a las Constituciones como hecho espiritual.
«En ella tenemos como responsabilidades particu-
lares: mantener la unidad del espíritu y promover
intercambios fraternos para un enriquecimiento
recíproco y una mayor fecundidad apostólica»
(Const. 5).
La comprobación de estos seis años ha puesto en
evidencia la necesidad de un ahondamiento, por par-
te de la Congregación, en esta realidad, estimulado y
coordinado por el Consejo Superior, a la vez que se
promueve una acción de conexión con los otros gru-
pos de la Familia Salesiana, respetando las autono-
mías propias de cada uno.
Teniendo presente que ya el art. 141 de las Cons-
tituciones redactado por el CGE preveía que el Con-
sejero encargado cuidara algunos aspectos de la
Familia Salesiana, se acuerda explicitar más clara-
mente su deber de sensibilizar y animar a la Con-
gregación en la tarea a ella confiada respecto a la
Familia Salesiana.
Y esto también para responder a las preguntas de
algunas ramas de la Familia Salesiana, que esperan
de nuestra Congregación inspiración e intercambios.
Este Consejero retiene el encargo de promover
la acción salesiana en el sector de los medios de
comunicación social. De él depende el Secretariado
de las Comunicaciones Sociales, dado el particular
papel de coordinador que posee el Dicasterio. Pero
ese Secretariado no deberá trabajar exclusivamente
para el Sector de la Familia Salesiana, sino que
estará de servicio a todos los otros sectores como
son los de la Formación, de la Pastoral Juvenil y
de las Misiones.
403 El Consejero para la
pastoral de los adultos
promueve, a nivel mun-
El Consejero para la
Familia Salesiana tiene
la misión de sensibilizar

32.7 Page 317

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Revisión de las Const. y de los Reg. 329
dial, la acción salesiana
en las parroquias y en
el campo de los medios
de comunicación social,
y promueve también la
organización y la activi-
dad de los Cooperado-
res y Exalumnos y la
vinculación con los de-
m á s movimientos de
inspiración salesiana.
y animar a la Congrega-
ción para el papel a ella
confiado en la Familia
Salesiana, según el ar-
tículo 5. Promueve la
organización y activida-
des de los Cooperadores
y Exalumnos. Cuida,
además, la acción sale-
siana en el sector de las
comunicaciones sociales.
Art. 156.
El CG21 ha estudiado con detalle las normas que 404
establecen la participación de miembros de derecho
y de miembros elegidos en el Capítulo General, exa-
minando las observaciones y propuestas que a este
respecto han enviado los CI y los hermanos.
Se cree, pues, necesario completar el art. 156 de
las Constituciones, llenando algunas lagunas de ca-
rácter jurídico y precisando la participación de al-
gunos miembros en el Capítulo General.
Las modificaciones propuestas se refieren:
l. Participación en el CG de un Delegado por
cada Visitaduría.
Se trata de llenar una laguna jurídica, ya que los
Hermanos de la Visitaduría tienen el derecho a ele-
gir un representante propio al CG.
3. Participación en el CG de un Delegado por
cada Delegación dependiente del Rector Mayor.
Se trata también, en este caso, del derecho de los
hermanos a elegir un representante. Para las Dele-
gaciones con una consistencia numérica notable, se
da la posibilidad de que sea el Superior de las mis-
mas el que participe en el CG como miembro de
derecho.
4. Precisación sobre la voz pasiva en las elec-
ciones para el CG.
El artículo 156, según lo redactó el CGE, no es-
pecifica de hecho que para el CG sólo pueden ser
elegidos los profesos perpetuos de la Inspectoría,

32.8 Page 318

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330
Documentos capitulares CG21
Esto debe ser precisado para seguir las normas del
Derecho Canónico, en armonía con cuanto se esta-
blece en el art. 179,7 de las Constituciones para el
Capítulo Inspectorial.
405 Toman parte en el Ca-
pítulo General con voto
deliberativo:
1. El Rector Mayor,
2. los Rectores Ma-
yores eméritos,
3. los Miembros del
Consejo Superior, tanto
los que terminan como
los nuevos, apenas ele-
gidos,
, 4. el Procurador ge-
neral de la Sociedad,
5. el Regulador de 1
Capítulo General,
6. los Inspectores, o,
en caso de verse grave-
mente impedidos, sus
Vicarios, con aprobación
del Rector Mayor; los
Superiores de las Visi-
tadurías,
7. un Delegado de
cada Inspectoría con
menos de 250 profesos,
y dos Delegados por ca-
da Inspectoría con 250
o más profesos.
Toman parte en el Ca-
pítulo General con voto
deliberativo:
l. El Rector Mayor,
2. los Rectores Ma-
yores eméritos,
3. los Miembros del
Consejo Superior, tanto
los que terminan como
los nuevos, apenas ele-
gidos,
4. el Procurador ge-
neral de la Sociedad,
5. el Regulador de 1
Capítulo General,
6. los Inspectores, o,
en caso de verse grave-
mente impedidos, sus
Vicarios, con aprobación
del Rector Mayor; los
Superiores de las Visi-
tadurías; los Superiores
de las Delegaciones de-
pendientes del Rector
Mayor con al menos 150
socios,
7. un Delegado de
e ad a Inspectoría con
menos de 250 profesos,
dos Delegados por cada
Inspectoría con 250 ó
más profesos, un Dele-
gado por cada Visitadu-
ría y un Delegado por
cada Delegación depen-
diente del Rector Ma-
yor, todos ellos elegidos
entre los profesos per-
petuos de la respectiva
circunscripción.

32.9 Page 319

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Revisión de las Const. y de los Reg. 331
Art. 164.
En este artículo queda eliminada una imprecisión 406
jurídica, en cuanto que el término «autoridad dele-
gada» es impropio. De hecho el Superior de la Vi-
sitaduría gobierna en nombre del Rector Mayor «con
autoridad ordinaria vicaria».
Al frente de cada Vi-
sitaduría hay un Supe-
rior encargado, elegido
de la misma manera que
el Inspector.
Permanece seis años
en su cargo. Gobierna
en nombre y con la au-
toridad delegada de1
Rector Mayor.
Al frente de cada Vi- 407
sitaduría hay un Supe-
rior encargado, elegido
de la misma manera que
el Inspector.
Permanece seis años
en su cargo, Gobierna
con la autoridad ordina-
ria vicaria del Rector
Mayor.
Art. 164 B. C. D. (nuevos).
El CG21 constata que existen hoy en la Congrega- 408
ción Delegaciones que dependen directamente del
Rector Mayor pero que no tienen el aval del texto
constitucional, donde hasta ahora se prevén sólo
Delegaciones dependientes del Inspector. Es nece-
sario, pues, completar el texto de las Constitucio-
nes con la introducción explícita de esta nueva cir-
cunscripción jurídica.
La Delegación directamente dependiente del Rec-
tor Mayor, formada por una o más comunidades,
se instituye por razones especiales de índole geo-
gráfica, política o religiosa. Se diferencia de la lns-
pectoría o de la Visitaduría en cuanto que no posee
un Superior con autoridad ni ordinaria ni propia
ni vicaria, sino que gobierna con poderes delegados
por el Rector Mayor.
La unidad a la Delegación le viene conferida o por
el fin particular de las comunidades que la cons-
tituyen, o por la situación de emergencia en que
aquéllas se encuentran o por otras razones espe-
ciales.
Las disposiciones particulares, que regulan el fun-
cionamiento de una Delegación, son establecidas

32.10 Page 320

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332
Documentos capitulares CG21
por el Rector Mayor en el documento de erección
o en otro documento particular.
El CG21 establece, por tanto, incluir en las Cons-
tituciones los siguientes artículos: uno, para des-
cribir la Delegación en general como circunscripción
jurídica (para poder introducir otros artículos cons-
titucionales sobre las Delegaciones a varios niveles)
(art. 164 B); dos, para las Delegaciones directamen-
te dependientes del Rector Mayor (art. 164 C, D).
409 164 B. La Delegación está constituda por una o
más Comunidades en situación particular,
con un Superior al frente que la gobierna
con poderes delegados por el Rector Ma-
por o por el Inspector.
410 164 C. Cuando razones particulares lo exijan, el
Rector Mayor, de acuerdo con su Consejo,
puede constituir una Delegación, formada
por una o más Comunidades y dependien-
te de él directamente.
411 164 D. El Superior de la Delegación, nombrado
por el Rector Mayor de acuerdo con su
Consejo, ejerce los poderes que el Rector
Mayor juzgare oportuno delegarle.
2.7 CAPITULO XVIII: Estructuras de gobierno
a nivel inspectorial
Art. 179.
412 Entre las propuestas llegadas, se ha tomado en
consideración la de aplicar al Capítulo Inspectorial
cuanto las Constituciones determinan para el caso
en que un Inspector esté gravemente impedido de
participar en el Capítulo General (Const. art. 156,6).
El CG21 reconoce que con esta propuesta se com-
pleta aportunamente el artículo 179,5 abriendo lapo-
sibilidad de suplir a los Directores que se ven grave-
mente impedidos de asistir al Capítulo Inspectorial.

33 Pages 321-330

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33.1 Page 321

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----------------~-- ---~
Revisión de las Const. y de los Reg. 333
Toman parte en el Ca-
pítulo Inspectorial con
voto deliberativo:
Toman parte en el Ca- 413
pítulo lnspectorial con
voto deliberativo:
S. Los Directores de
las comunidades canóni-
camente erigidas.
5. Los Directores de
las comunidades canóni-
camente erigidas o, con
la aprobación del I ns-
pector, sus vicarios si
aquéllos se ven grave-
mente impedidos.
2.8 CAPITULO XIX: Estructuras de gobierno
a nivel local
Art. 186.
El CG21 reconoce la oportunidad de incluir al Ecó- 414
nomo entre los miembros fijos del Consejo de la
Comunidad.
Esta oportunidad es debida al hecho de que el
Ecónomo es el único miembro responsable a nivel
local cuya figura, además de la del Vicario, se des-
cribe en las Constituciones (art. 192), mientras los
otros cargos de las comunidades locales quedan es-
1 tablecidos por el Capítulo Inspectorial (art. 193).
Esto permite al CG el establecer, a nivel mundial,
la presencia del Ecónomo en el Consejo de la Co-
munidad, en analogía con los Consejos a otros ni-
veles.
Son miembros del Con-
Son miembros del Con- 415
sejo:
sejo:
l. El Vicario,
2. los hermanos res-
ponsables de los princi-
pales sectores ........... ..
l. El Vicario y el Ecó-
nomo,
2. los hermanos res-
ponsables de los princi-
pales sectores de las ac-
tividades de la .......... ..

33.2 Page 322

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336
Documentos capitulares CG21
Para obtener tal auto-
rización los órganos de
gobierno in te res ad os
presentarán la adecuada
documentación, acompa-
ñada del parecer del
Inspector y de su Con-
sejo, si corresponde a la
Inspectoría, y también
del Director y del Con-
sejo de la casa, cuando
se refiera a esta última.
Para obtener tal auto-
rización los órganos de
gobierno in t eres a dos
presentarán la adecuada
documentación, acompa-
ñada del parecer del
Inspector y de su Con-
sejo, si corresponde a la
lnspectoría, y t a m b i é n
del Director y del Con-
sejo de la comunidad
cuando se refiera a esta
última.

33.3 Page 323

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Revisión de las Const. y de los Reg. 337
3. MODIFICACIONES EN LOS ARTICUWS
DE LOS REGLAMENTOS
3.1 CAPITULO I: Evangelización y catequesis
Art. 1 (Compromiso de evangelización y de cate-
quesis).
El CG21 ha decidido una revisión parcial de este 419
artículo primero de los Reglamentos por los moti-
vos siguientes:
a) expresar mejor los sujetos de los diversos de-
beres que en la redacción anterior eran dejados ge-
néricamente a la comunidad inspectorial, para, de
este modo, hacer más concreta y operativa la re-
dacción del Reglamento;
b) expresar más adecuadamente el compromiso
de evangelización y catequesis que desarrollan nues-
tras comunidades, dado que la expresión «compro-
miso catequístico de las comunidades» es un tanto
restrictiva.
texto ]Jreced,ente
La comunidad inspec-
torial tiene el deber de
estimular, coordinar y
guiar la actividad evan-
gelizadora. Procura, por
tanto, renovar constan-
temente el compromiso
catequístico de las co-
munidades; reajustar las
obras, ......................... .
texto modificado
La comunidad inspec- 420
torial tiene el deber de
estimular, coordinar y
guiar la actividad evan-
gelizadora especialmente
a través de sus órganos
de gobierno y de anima-
ción. Procura, por tanto,
renovar constantemente
el compromiso catequís-
tico en la evangelización
realizada por cada co-
munidad; reajustar las
obras .......................... .

33.4 Page 324

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340
Documentos capitulares CG21
comunidad que los envía a tales actividades, y por
otra, la necesidad de que estos hermanos estén de
veras integrados en la comunidad salesiana.
Por este motivo se aprueba añadir al art. 14 de
los Reglamentos un párrafo final:
426 Salvas siempre las exi-
gencias de la vida y del
trabajo comunitario, las
comunidades salesianas
deben obtener siempre
e 1 consentimiento de 1
Inspector, con su Con-
sejo, para cuanto se re-
fiere a actividades que
se mencionan en el ar-
tículo 30 de las Consti-
tuciones.
Esfuércense los herma-
nos enviados a tales ac-
tividades en mantener
una real unión con la
comunidad salesiana, la
cual mostrará un frater-
no y corresponsable in-
terés en su trabajo apos-
tólico.
427 Art. 14 bis (Nuevo artículo sobre colaboradores se-
glares).
En vista de las motivaciones aducidas para una
mejora del artículo 39 de las Constituciones (cfr
n. 17), el CG21 ve la necesidad de expresar en un
artículo de los Reglamentos el empeño de los Sa-
lesianos en promover la corresponsabilización de
los colaboradores seglares y de asegurarles una for-
mación suficiente en el espíritu salesiano (cfr tam·
bién Documento «Los Salesianos evangelizadores de
los jóvenes», nn. 69-79).
428 Corresponsabilícese en el proyecto educativo pas-
toral salesiano a los seglares llamados a colaborar
en nuestras Obras. La Comunidad, con los medios

33.5 Page 325

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Revisión de las Const. y de los Reg. 341
más idóneos, asegúreles una adecuada formación en
el espíritu salesiano.
3.3 CAPITULO V: Medios de comunicación social
Art. 28.
El CG21 ha reafirmado la importancia de los me- 429
dios de comunicación social al servicio de la misión
evangelizadora de la comunidad salesiana.
En esta perspectiva se presenta una reformula-
ción del art. 28 de los Reglamentos, a fin de que
las normas en él contenidas sean más concretas y
operativas para conseguir la renovación pedida.
Estén presentes los sa-
lesianos, como promoto-
res y asesores, en los
medios del periodismo,
del cine, de la radio y
de la televisión, al ser-
vicio de la pastoral. Pre-
párense, por tanto, tam-
bién para este quehacer.
El Inspector con su 430
Consejo determine las
modalidades de nuestra
presencia pastoral en los
medios de comunicación
social, ya por medio de
hermanos preparados
para ser promotores y
asesores en los sectores
del periodismo, del cine,
de la radio y de la tele-
vión, ya con servicios
o r g a ni za dos eventual-
mente por nosotros mis-
mos.
3.4 CAPITULO VIII: La oración
Art. 46.
El CG21, examinado el art. 46 de los Reglamentos 431
y tomando en cuenta la interpretación que de él ha
dado durante el último sexenio el Consejo Superior,
determina modificar el texto de este artículo por
las siguientes razones:
l. Favorecer entre los hermanos una cul' ura es-
piritual co1nún, tanto eclesial como shlesiana.

33.6 Page 326

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344
Documentos capztulares CG21
vicio de la Comunidad, particularmente para acoger
y escuchar a los Hermanos. El coloquio fraterno,
como momento privilegiado del diálogo, es de una
gran ayuda para el crecimiento espiritual de cada
uno de los miembros y de la Comunidad. En un cli-
ma de confianza mutua hable frecuentemente cada
Salesiano con su Director 1nanifestándole el estado
de su salud, la marcha del trabajo apostólico, las
dificultades que encuentra en la vida religiosa y en
la caridad fraterna y todo lo que pueda contribuir
al bien de cada individuo y de la Comunidad.
3.7 CAPITULO XI: La formación
437 Los varios aspectos de la evaluación del estado
de la formación en nuestra Congregación durante el
último sexenio, han decidido al CG21 a cambiar al-
gún artículo de los Reglamentos y a introducir nue-
vos artículos, para subrayar aspectos importantes
de la formación salesiana.
Se presentan, pues, las siguientes modificaciones
y añadiduras al texto de los Reglamentos, en armo-
nía con las motivaciones y orientaciones contenidas
en el Documento sobre «La Formación Salesiana»
(nn. 240-342).
Art. 73 bis. Las comunidades formadoras.
438 «Las comunidades farmadoras son comunidades
expresamente estructuradas en orden a la forma-
ción con un Director y un equipo de formadores es-
pecialmente preparados, sobre todo, en lo referente
a la dirección espiritual.
Formadores y formandos viven en la Comunidad
un clima de corresponsabilidad, dentro de la diver-
sidad de los respectivos cometidos, actuando, con
claridad de metas formativas, una programación y
revisión periódicas.»
Art. 73 ter. Preparación inmediata al Noviciado.
439 «Los candidatos al Noviciado tengan, antes de in-
gresar, un período de preparación específica. Ordi-
nariamente este período no sea inferior a los seis

33.7 Page 327

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Revisión de las Const. y de los Reg. 345
meses y transcurra en una Comunidad Salesiana.
Sus modalidades las fija el Directorio lnspectorial.»
Art. 81.
Después del novicia-
do, todos los hermanos,
encaminados o no al sa-
cerdocio, deben conti-
nuar su formación en
comunidades salesianas
adecuadas, preferente-
mente en estudiantados.
Durante este período,
se completa la forma-
ción general filosófica,
teológica y pedagógica:
también pueden comen-
zarse o continuar la for-
mación técnico-profesio-
nal, con miras a una
cualificación específica.
Inmediatamente des- 440
del noviciado, todos los
hermanos, encaminados
o no al sacerdocio, de-
ben continuar, al menos
por dos años, su forma-
ción en comunidades far-
madoras, preferente-
mente en estudiantados.
Durante este período,
se completa la forma-
ción general filosófica y
pedagógica con una ini-
ciación teológica; puede
también comenzarse o
continuar la formación
técnico-científica o pro-
fesional, con miras a
una cualificación especí-
fica.
Art. 88 bis (nuevo). La formación específica del
salesiano sacerdote.
«Los socios que se preparan al sacerdocio deben 441
atender, al menos por cuatro años, a una más in-
tensa formación específicamente sacerdotal en co-
munidades formadoras, preferiblemente estudian-
tados.
Durante este período cumplan con seriedad los
estudios teológicos preferentemente en Centros Sa-
lesianos.
No se permiten tareas y otros estudios que les
aparten del cometido específico de este período for-
mativo.»
Art. 93. Forinación permanente.
Organícese el trabajo
de los hermanos de tal
modo, que les permita
disponer del tiempo ne-
Organícese el trabajo 442
de los hermanos de tal
modo, que les permita
disponer del tiempo ne-

33.8 Page 328

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354
Documentos capitulares CG21
2/3 de los miembros) PARA COMPLETAR LAS EVENTUALES
Y GRAVES LAGUNAS DEL TEXTO DE LAS NUEVAS CONSTITU-
CIONES Y REGLAMENTOS, EN LA LÍNEA DE LA OBRA DE RE-
NOVACIÓN DEL PRESENTE CGE.» (Actas del CGE, n. 765-
766).
El CG21 ratifica estas deliberaciones del CGE y
prorroga las facultades contenidas en los párrafos
arriba citados hasta el próximo Capítulo General
ordinario.
Permanece válida la disposición constitucional que
concede al Rector Mayor la facultad de interpretar
las Constituciones «para la dirección práctica».

33.9 Page 329

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ANEXOS

33.10 Page 330

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34 Pages 331-340

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34.1 Page 331

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Anexos
357
ANEXO 1
CARTA DEL CARD. J. VILLOT, SECRETARIO DE
ESTADO DE SU SANTIDAD, AL RECTOR
MAYOR DON LUIS RICCERI
Ciudad del Vaticano, 29 de octubre de 1977
Reverendísimo Señor:
En la audiencia del 24 del corriente mes de octu- 447
bre ha informado Vd. diligentemente al Santo Padre
acerca del próximo XXI Capítulo General de la So-
ciedad Salesiana de Don Bosco, explicando su índo-
le, fines, características, problemas y perspectivas,
y le ha pedido una palabra de exhortación y orien-
tación para los Religiosos Capitulares, los cuales ha-
brán de tomar importantes decisiones para la vida
del Instituto.
El Sumo Pontífice ha acogido con paternal com-
placencia y viva satisfacción cuanto Vd. le ha refe-
rido con relación a la preparación del Capítulo y a
la común voluntad de proceder en la renovación,
según el espíritu del Fundador y en conformidad
con las directrices de la Iglesia; particularmente ha
apreciado el tema general escogido, que será objeto
del estudio y de la reflexión durante el Capítulo,
«Testimoniar y anunciar el Evangelio: dos exigen-
cias de la vida salesiana entre los jóvenes». También
en ello se manifiesta el empeño de los Salesianos por
mantenerse fieles a la identidad genuina de su Ins-
titución, que, nacida para dedicarse a la juventud
masculina especialmente de las clases populares, ha
vivido más de un siglo de providencial y admirable
presencia, educando y formando innumerables filas
de jóvenes.
Su Santidad desea, al respecto, reclamar vuestra 448
atención sobre la necesidad de mantener este ca-
rácter particular de la obra y de la pedagogía sale-
siana, tanto más que las necesidades sociales y ecle-
siales de los tiempos modernos parecen correspon-
der más que nunca al genio del apostolado de los

34.2 Page 332

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358
Documentos capitulares CG21
Hijos de San Juan Bosco, dirigido con preferencial
interés y dedicación a la juventud masculina, mien-
tras que a la juventud femenina atiende con igual
celo y específica inteligencia la hermosa y ferviente
familia de las Hijas de M.A., a la cual manifestamos
igualmente el aplauso y la confianza de la Iglesia.
449 Con relación al otro importante cometido del Ca-
pítulo, el de revisar las Constituciones y los Regla-
mentos aprobados «ad experimentum» por el Ca-
pítulo Especial, y verificar su validez y actuación
sobre la base de las indicaciones de los Capítulos
Inspectoriales, el Santo Padre recomienda que se dé
el primer puesto al espíritu religioso, que debe ani-
mar la tradición corroborada ya por la experiencia
y por las enseñanzas del Concilio Vaticano II.
450 Por último, mirando con confianza la creciente
floración organizativa de la Familia Salesiana, el
Vicario de Cristo hace votos para que el Instituto se
mantenga fiel a su proyecto constitutivo también en
cuanto a la figura y función del Director, de modo
que éste, avalado por los carismas de la ordenación
sacerdotal, pueda guiar con sabiduría las diversas
y crecientes promociones de cuantos desean militar
bajo la guía y el espíritu de San Juan Bosco.
En prenda de este augurio y de su constante be-
nevolencia, Su Santidad invoca sobre los trabajos
del Capítulo amplia efusión y luces y consuelos ce-
lestiales, y de corazón imparte a todos los partici-
pantes, y a la entera Familia Salesiana y a sus múl-
tiples y beneméritas obras, la anhelada Bendición
Apostólica.
Agradecido, por mi parte, por la atenta comuni-
cación sobre el Capítulo General. enviada el 10 de
los corrientes, le aseguro mi oración, a fin de que
el mismo corresponda plenamente a las esperanzas,
y aprovecho gustoso la ocasión para profesarme
con sentimientos de particular estima,
Devmo. en el Señor.
J. Card. Villot.

34.3 Page 333

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Anexos
359
ANEXO 2
RICCERI EN LA APERTURA DEL CG21
RICCERI EN LA APERTURA DEL CG21
(30 de noviembre de 1977)
A nadie extrañará que al realizar este acto inhe- 451
rente a mi cargo, la apertura del Capítulo General,
confiese que me siento invadido de una emoción
particular.
El acto conclusivo de un período de abrumadoras
responsabilidades, y más en estos tiempos nada fá-
ciles de nuestra historia, ya de por sí sería motivo
suficiente para explicar mi estado de ánimo. Y al
recordar que precisamente hace ahora cien años,
en septiembre de 1877, Don Bosco presidía en Lanzo
Torinese el primer Capítulo General de la Congre-
gación -apenas nacida, se puede decir, con la apro-
bación de las Constituciones-, no puedo evitar que
surjan en lo íntimo de mi espíritu un conjunto de
sentimientos diversos, que van desde la gratitud
por todo lo que la Providencia ha hecho en estos
cien años, hasta los interrogantes que ante el fu·
tura se nos plantean en esta nuestra época agitada.
«Emprendemos una obra de la
máxima importancia»
Este recuerdo nos lleva a reflexionar sobre las 452
palabras que Don Bosco dirigía a aquellos 22 Capi-
tulares en el momento de la apertura: «Emprende-
mos una obra de la máxima importancia para nues-
tra Congregación. Se trata, de modo especial, de
tomar entre manos nuestras Reglas para ver las
cosas que se pueden establecer de modo que se
lleven uniformemente a la práctica en todas las
casas que ya existen, y en las que la Divina Provi-
dencia dispondrá que se abran en el futuro».

34.4 Page 334

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364
Docwnentos capitulares CG21
ción de este tipo. Ante una realidad tan vasta y com-
pleja, una síntesis generalizadora sería injusta y no
objetiva.
Con todo, en el conjunto de la Congregación se
advierten elementos y datos comunes que se pres-
tan a una visión sintética y a determinadas valo-
raciones; además, siempre será posible destacar
oportunamente la diferencia de situaciones.
La Relación, trabajo en colaboración
458 Un trabajo de este género ha requerido, eviden-
temente, una colaboración articulada, paciente e in-
teligente: es la que me han prestado, con fraterna
generosidad, tanto los superiores de los Dicasterios
como los Consejeros Regionales, los cuales han te-
nido amplios contactos con las Inspectorías. Se lo
agradezco sentidamente, también en nombre de las
Inspectorías.
También me han sido muy útiles numerosas re-
laciones de algunos Inspectores, preparadas en otras
circunstancias, así como los no pocos encuentros
tenidos con ellos. Igualmente me he servido de las
muchas informaciones llegadas a través de la co-
rrespondencia con muchos miembros de la Congre-
gación, o recogidas en las reuniones habidas estos
años en diversas ocasiones con Consejos Inspecto-
riales, Directores y Hermanos en general.
Creo poder afirmar que el Centro conoce, aunque
no precisamente en los mínimos particulares, la
Congregación: de este grande y complejo organis-
mo, conocemos, con suficiencia más que regular, su
estado de salud y de eficiencia, los aspectos positi-
vos y los negativos.
La Relación, responsabilidad compartida
459 Debo hacer aún otra puntualización. La Relación,
en todo lo que contiene y presenta, comporta na-
turalmente la responsabilidad del Rector Mayor.

34.5 Page 335

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Anexos
365
Pero creo poder asegurar que tal responsabilidad,
en su globalidad, es compartida por el Consejo Su-
perior.
Esto es para mí, y creo que para todos, motivo
de satisfacción. Entre otras cosas, es una señal más
del trabajo y del estilo con que estos años hemos
llevado adelante nuestro servicio a la Congregación,
no siempre sencillo ni fácil, como podéis imaginar.
Ha sido un trabajo realizado siempre en clima de
cordialísima, fraternal, constructiva colaboración,
ponderando dotes, mentalidad y sensibilidad, pre-
paración y experiencia de todos los miembros del
Consejo, con la común y constante preocupación de
servir a los intereses y fines marcados por Don Bos-
co a nuestra Congregación.
Cada uno ha podido expresarse siempre con li-
bertad; hemos trabajado en diálogo franco y pro-
fundo, respetuoso y cordial, llegando juntos a las
conclusiones que más convenientes nos parecían
para los problemas que se iban presentando cada
día.
GRACIAS, a los miembros del Consejo
Deseo aquí, ante esta asamblea cualificada, ex- 460
presar el más sentido «gracias», ante todo, a cada
uno de los miembros del Consejo Superior: tanto
en el ámbito de sus cargos como colegialmente,
siempre han prestado con cordial generosidad su
preciosa ayuda al Rector Mayor, incluso con su
comprensión ante los límites del Superior.
No puede faltar un recuerdo agradecido hacia los
dos miembros del Consejo que durante este sexenio
han sido llamados por la Santa Sede a otros car-
gos: monseñor José Gottardi, obispo auxiliar de
Montevideo, y monseñor Rosalio Castillo, Secreta-
rio de la Comisión Pontificia para la Reforma del
Código de Derecho Canónico.
Faltaría a un estricto deber, más aún, a una ne-
cesidad del corazón, si no expresase también un
vivísimo «gracias» al carísimo don Domingo Brits-

34.6 Page 336

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366
Documentos capitulares CG21
chu, que en estos años, ayudado por sus colabora-
dores, ha realizado en la Secretaría General (a la
que va unido el laborioso servicio del Archivo Ge-
neral de la Congregación) una labor tan inteligente
como generosamente sacrificada.
GRACIAS, a los demás colaboradores
461 Con el «gracias» al Secretario general, vaya el
agradecimiento, mío y vuestro, al querido don Dedo
Teixeira por el servicio prestado durante estos
años, atendiendo a nuestras relaciones con la San-
ta Sede y a los asuntos de la Congregación ante los
Dicasterios Romanos, con la capacidad de relacio-
nes humanas que lo distingue.
Al Postulador, don Carlos Orlando, al tiempo que
le decimos «gracias» por habernos obtenido, con su
trabajo paciente y generoso, la beatificación de
Don Rua, le auguramos que, a través de su obra
discreta y constante, pueda dar a la Congregación
la alegría y la riqueza de otras beatificaciones, co-
menzando por la de nuestros mártires de China y
la de Ceferino.
He recordado los nombres de los principales co-
laboradores, pero es justo manifestar que toda la
acción del Consejo, como se puede apreciar por la
Relación, supone un conjunto de colaboraciones por
parte de muchos Hermanos de la comunidad de la
Casa Generalicia, con su óptimo Director, humilde
pero incansable guía y animador de los Hermanos,
los cuales, cada uno en su sector, realizan una la-
bor insustituible al servicio de toda la Congrega-
ción.
Elementos positivos y negativos
462 Cumplido este deber de reconocimiento hacia
cuantos en estos años, en formas y niveles diver-
sos, han prestado a la Congregación un servicio no
exento de dificultades, es hora de acercarnos a la
conclusión de esta sesión inaugural de nuestro Ca-

34.7 Page 337

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Anexos
367
pítulo General. Pero antes de terminar, permitidme
aún una palabra que me parece obligada.
Se ha trabajado mucho en estos años por parte
de todos; pero esto no quiere decir que nuestra
acción en este sexenio haya sido perfecta en todos
los aspectos. No, por supuesto.
Las deficiencias y límites habidos, vosotros mis-
mos los habéis podido constatar; y algunos podrán
aparecer a lo largo del Capítulo. De ciertos límites
y fallos nos hemos dado cuenta nosotros mismos
durante el sexenio, y hemos tratado de corregirlos;
de otros, hemos podido darnos cuenta en esta fase
conclusiva de nuestro mandato. Después de la ex-
periencia hecha, especialmente en la segunda parte
del sexenio, hemos comprobado que ciertas defi-
ciencias habríamos podido y debido evitarlas, que
algunas líneas de nuestro gobierno habrían podido
tener intervenciones más incisivas y tempestivas,
orientaciones más claras, etc. Lamentablemente, son
fruto, diría que inevitablemente, de las limitaciones
humanas.
En el examen a que, en estos meses de precapí-
tulo, hemos sometido, con serena franqueza, nues-
tro servicio de estos años, hemos, pues, compro-
bado la existencia de elementos positivos y nega-
tivos. Al tiempo que darnos gracias al Señor por
todo lo positivo que nos ha permitido realizar al
servicio de nuestra querida Congregación, dejarnos
también a la consideración del Consejo que saldrá
de este Capítulo, las valoraciones y las deficiencias
descubiertas en nuestra gestión, con el augurio de
que este humilde fruto de nuestra experiencia pue-
da resultar útil para el trabajo que habrán de
afrontar durante el próximo sexenio.
Declaro abierto el Capítulo
Con este deseo, declaro abierto el CG21 de nues-
tra Congregación, que desde este momento pone-
mos filialmente bajo la protección de nuestra Ma-
dre Auxiliadora.

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368
Documentos capitulares CG21
ANEXO 3
MENSAJE DEL NUEVO RECTOR MAYOR
DON EGIDIO VIGANO
A LOS SALESIANOS DE TODO EL MUNDO
463 Expreso un sentimiento de profunda solidaridad
a todos los Salesianos y a todos los miembros de
la Familia Salesiana de Don Bosco, que trabajan
tan generosamente en la pastoral juvenil y popular
y en las Misiones, siempre fieles a su vocación.
Un saludo muy particular dirijo a los Salesianos
más jóvenes, que se preparan para servir con Don
Bosco a la Iglesia; un recuerdo cariñoso a los an-
cianos, que representan el patrimonio de la fideli-
dad; a los enfermos, que nos ayudan a comprender
con realismo el misterio pascual de Cristo; y a to-
dos aquellos que, en medio del sufrimiento, perma-
necen fieles.
Comparto con todos la convicción más profunda
de la belleza de nuestra vocación que se está ac-
tuando en un tiempo difícil, problemático, pero muy
rico en esperanzas.
Nuestra vocación es un compromiso de plena de-
dicación a la juventud, que hoy constituye el ob-
jetivo más importante de la misión de la Iglesia
y es, en toda época, la gran esperanza de la so-
ciedad.
Continuemos, Hermanos, en el camino de la re-
novac1on, en adhesión clara, leal y entusiasta al Vi-
cario de Cristo, que nos guía en estos difíciles
tiempos.
Nuestro CG21 nos exhorta a hacer de nuestra vida
«un testimonio» y de nuestra acción «un anuncio
del Evangelio», continuando aquel sencillo catecis-
mo del cual ha nacido la Congregación en tiempos
de Don Bosco, dilatándolo y poniéndolo al día con
nuevas realizaciones.

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Anexos
369
El Espíritu Santo y nuestro testimonio desperta-
rán nuevas vocaciones. María Auxiliadora nos ayude
y nos dé entusiasmo y espíritu de iniciativa y crea-
tividad, como lo ha hecho con abundancia con
nuestro Padre y Fundador Don Bosco.
Roma, 15 de diciembre de 1977.

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370
Documentos capitulares CG21
ANEXO 4
SALUDO DEL RECTOR MAYOR DON EGIDIO
VIGANO AL SANTO PADRE EN LA AUDIENCIA
CONCEDIDA POR PABLO VI A LOS CAPITULARES
(26 de enero de 1978)
464 Beatísimo Padre: El primer sentimiento que de-
seo manifestar en nombre de los hermanos Capi-
tulares aquí presentes y de todos los salesianos de
Don Bosco, es la adhesión filial, consciente y deci-
dida de nuestro Instituto a la Cátedra de Pedro.
Es un homenaje de la mente y del corazón, impreg-
nado del realismo pedagógico de nuestra tradición:
constatamos, en efecto, que en una hora de cam-
bios profundos, la guía y el magisterio del Papa son
uno de los dones más necesarios y concretos del
Señor a su Iglesia peregrina. Quisiéramos ser, de
ello, testimonios especializados, capaces de hacerlo
comprender y apreciar, sobre todo, a la juventud
de hoy, tan sedienta de verdad y de proyectos his-
tóricos.
465 Permitidme que exprese también un sentimiento
de especialísima gratitud hacia Vuestra Persona:
siempre que nos recibís, nos sentimos envueltos en
un clima de vivo afecto y simpatía, de alegría fa-
miliar, de benévola estima y de animación entu-
siasta que siempre nos ha sorprendido benéficamen-
te haciéndonos pensar con sinceridad en todo el
camino que aún nos queda por hacer, con prisa
salesiana, para llegar a la meta señalada con tanta
bondad por Vuestro paterno corazón.
466 Beatísimo Padre, estamos concluyendo nuestro
CG21. En nuestros trabajos capitulares ha sido de
grande orientación Vuestro Mensaje trasmitido a
todos nosotros en la persona del querido y bene-
mérito don Luis Ricceri; hemos hecho, del mismo,

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Anexos
371
materia de orientaciones operativas para el próximo
sexenio, a fin de reavivar cada vez más la llama
de nuestro carisma entre los jóvenes y el _pueblo.
Para este compromiso arduo y urgente pedimos
Vuestra Bendición Apostólica sobre toda la Fami-
lia Salesiana, sobre los miembros del nuevo Con-
sejo Superior y sobre mi pobre persona, llamada
a guiar y animar la Congregación fundada por Don
Bosco.

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372
Documentos capitulares. CG21
ANEXO 5
DISCURSO DE SU SANTIDAD PABLO VI A WS
MIEMBROS DEL CG21 EN LA AUDIENCIA
ESPECIAL DEL 26 DE ENERO DE 1978
Se reproduce an.uí el texto tal como fue posible
recogerlo de la viva voz de Su Santidad en la graba-
ción que nos ha sido gentilmente concedida por la
Secretaría de Estado.
467 Deberíamos hacer un preámbulo a lo que ahora
diremos, para descubriros la clave con que ha sido
pensado y debe ser interpretado, es decir, una gran-
de, grande emoción.
Ha dicho muy bien don Viganó cuáles son los sen-
timientos de confianza, de simpatía, de fraternidad
apostólica que nos unen a toda la Familia Sale-
siana, aquí representada ahora de la forma más ple-
na y solemne. Para Nos, repetirnos, se trata de
grande, grande emoción que casi Nos impide expre-
sar los sentimientos que llevarnos en el corazón y
en los labios para deciros a vosotros, ante todo, sí,
la confianza, el reconocimiento, el gozo por el he-
cho de que el Señor da a su Iglesia una Familia
selecta, la Familia Salesiana, que quiere ir allá don-
de mayor es la necesidad y más sentida la obliga-
ción y la responsabilidad: la juventud, la juventud
moderna, la juventud que normalmente vosotros
preferís, la juventud del pueblo, la juventud nece-
sitada de complementos exteriores a la familia, que
resulta insuficiente, y exteriores también al ambien-
te, muy a menudo no precisamente educativo.
Vosotros suplís, completáis, sabéis hacer de esta
juventud almas fuertes, serenas, buenas, bellas, ho-
nestas, cristianas. ¡Cuánta alegría! ¡Cuánta alegría

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Anexos
373
para un Pastor, para el humilde Pastor que os habla
y que mira la geografía universal de la Iglesia y la
geografía espiritual de la sociedad! ¡Cuánto necesi-
tamos de vosotros! ¡Qué función la vuestra, qué
misión, qué responsabilidad!; pero también, ¡qué
condescendencia ha usado el Señor con vosotros,
llamándoos, enviándoos, poniéndoos en este cami-
no, inpirándoos el dedicar vuestra vida a esta causa
de la educación juvenil moderna!
¡Que el Señor os bendiga, seáis comprendidos
sostenidos, colmados de las gracias que el Señor
Nos hace desear para vosotros y para el mundo y
para la Iglesia! Y que la Familia Salesiana esté
siempre a la cabeza de la Iglesia viva, de la que
está con los problemas vitales, contingentes, sí, y
pasajeros y que se mueven bajo tantas fenomeno-
logías, pero siempre humanos, siempre cristianos.
¡Sed Salesianos de verdad!
Este es el augurio con que concluimos este pre-
ámbulo, que encierra también todo lo demás que
hemos de deciros en esta circunstancia, que cons-
tituye también para Nos un momento singular. ¡Si
supiérais cuántas personas, cuántas ocasiones, cuán-
, tos encuentros pasan a nuestro lado!; pero el vues-
tro Nos conmueve de un modo particular y Nos
!
da la alegría y la esperanza de que la Iglesia hoy
es la de Don Hosco, ¡la Iglesia viva!
Por eso, os recibimos en este día con auténtica 468
alegría espiritual, secundando el deseo que Nos llegó
ert nombre de vuestro nuevo Rector Mayor, don
Egidio Viganó. (Y aquí podemos hacer una glosa
marginal. Sabemos que tiene otros dos hermanos
sacerdotes, ¿no?... Y hermanas, acaso también...
Está bien; o sea, que nos encontramos, digamos,
ante un fenómeno que indica verdaderamente que
la mano de Dios ha sido pródiga: ya que hacemos
uno ¡hagamos tres!... y la cosa queda completa.
Porque esto quiere decir que el Señor os quiere
mucho, que el Señor os elige, que el Señor tiene

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374
Documentos capitulares CG21
confianza en vosotros, ¡como también Nos la tene-
mos! ¿No es cierto?). Así, pues, vuestro deseo lo ma-
nifestó don Egidio Viganó, el cual ha tomado en
sus manos más jóvenes la guía de vuestra Sociedad
Salesiana, de manos de su inmediato predecesor, el
querido y venerado don Luis Ricceri: y de este úl-
timo deberíamos hacer un panegírico; pero vosotros
lo podéis imaginar; y él está en nuestro corazón
y mañana lo estará en el recuerdo y en la oración;
a él renovamos -públicamente- nuestro paterno
reconocimiento por cuanto ha hecho en estos años
en favor de la Congregación y de la Iglesia.
469 Pero el encuentro con los miembros cualificados
de un Instituto religioso, que, contando con poco
más de un siglo de vida, se ha extendido maravi-
llosamente por todo el mundo con sus múltiples
iniciativas y obras benéficas, no puede por menos
de traer a nuestra memoria, como presencia anima-
dora y aleccionadora, la figura -claro que sí, ¡pen-
semos en ella todos juntos!- de su Fundador, San
Juan Bosco; y él está aquí y ciertamente nos con-
templa, nos conoce, y nosotros esperamos que com-
parta también nuestra alegría al ver a su Familia
tan numerosa, tan compacta, tan uniforme, tan con-
corde y tan decidida a continuar su obra con el
mismo estilo, y, Dios lo quiera, con los mismos re-
sultados. ¡Está vivo Don Bosco! Sí, está vivo Don
Bosco, admirable síntesis de aptitudes y dotes hu-
manas y de dones sobrenaturales, genio universal-
mente reconocido de la pedagogía moderna y de la
catequesis, pero, más aún, genio de la santidad, que
es una nota caracterizante de la Iglesia, santa y san-
tificadora.
Y si en sus tiempos, complejos en verdad y difí-
ciles, Don Bosco fue un auténtico protagonista de
la historia de Italia y de la Iglesia, la Congregación
nacida de su mente intuitiva y de su gran corazón,
ha seguido fielmente en estos cien años el camino
por él trazado.

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Anexos
375
La estima, el aprecio, el afecto que para Don Bos-
co tuvieron nuestros predecesores que lo conocieron
personalmente, Pío IX, León XIII y especialmente
Pío XI, que lo beatificó y canonizó, son los mismos
sentimientos que Nos sentimos hacia vosotros, sus
hijos, por el bien incalculable que en estos cien
años habéis diseminado en Italia, en Europa, en
América Latina y en el mundo entero, y también
por la colaboración más directa a la Santa Sede
que algunos miembros de vuestra Congregación
prestan generosamente en varios Dicasterios y Ofi-
cinas de la Curia Romana.
También aquí sentiríamos la tentación de otra 470
glosa marginal: la de presentaros los títulos per-
sonales que tenemos para considerar tan querida,
tan cercana vuestra Familia religiosa. Vosotros sa-
béis que hemos tenido un sobrino que fue salesiano,
¿no es cierto? Pues bien: hemos conocido de cerca,
podemos decir, el origen de su vocación: él era ami-
go de Don Cojazzi, otro hombre que merece e]
aplauso de nuestro reconocimiento y de nuestro re-
cuerdo, pues él lo encaminó, durante alguna ex-
cursión. Era un muchacho indisciplinado, hasta el
punto que su madre lo sacó de la escuela: «Tú irás
a trabajar, ya que no puedes estudiar». Y este mu-
chacho, después de aquellas excursiones, con la
amistad de Don Cojazzi, un día, como bien recor-
damos, Nos dijo: «Yo me haría salesiano». Y Nos,
¿qué habíamos de responderle?: «Claro que sí».
Y así fue. Luego su padre, médico, que era tan bue-
na persona, se resignó casi dudando: «Pero este
chico, ¿resultará o no?».
Y marchó para China donde trabajó diecisiete
años y desde donde escribió cartas muy hermosas
que confirmaban su sincera adhesión a la vocación
que había abrazado; y regresó; después fue man-
dado, primero, a Portugal, y más tarde al Brasil,
donde desgraciadamente murió en un accidente: un
baño frío después de una jornada de trabajo; y allí

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376
Documentos capitulares CG21
(para que sepáis también esto, lo cerca que senti-
mos a la Familia Salesiana), allá este año el her-
mano, el único superviviente, ha viajado con el fin
de visitar su tumba, la de Don Luis salesiano, y re-
nunció a la visita que Nos hace todos los años; pero
Nos hemos sentido contentos de renunciar a su vi-
sita, porque iba a estar junto al hermano salesiano
muerto y sepultado allá lejos.
Añadiríamos también otras cosas, muy sencillas,
pero muy significativas. Recordamos que en el es-
tudio de papá, había un rincón junto a la estantería
donde estaba colgado un cuadrito de Don Bosco,
y allí estaban escritas tal vez de mano de Don Bos-
co, o al menos pronunciadas por él, estas palabras
que han quedado siempre vivas en mi memoria:
«en la muerte se recoge el fruto de las buenas
obras»; una frase de Don Bosco. Y todas las veces
que Nos asomábamos al estudio de nuestro padre,
echábamos una mirada al cuadro con esas palabras
escritas, que Nos quedaron textualmente impresas
en el corazón. Tendríamos algún recuerdo más, pero
no queremos cansaros con cosas particulares. Sa-
bed, de todos modos, que existe también en Nos un
vínculo, diríamos, de afecto familiar, de afecto es-
pecial para con vuestro grande y santo Fundador.
471 No dudamos que, dentro de las adaptaciones y
modificaciones que sea necesario hacer en las Cons-
tituciones y Reglamentos Generales, permanecerá
intacta vuestra adhesión total al carisma genuino
del Fundador, cual ha sido aprobado, reconocido y
garantizado por la Iglesia -y diríamos que también
por la experiencia de los años- como afirma el
Concilio Vaticano II: «La renovación de la vida re-
ligiosa comprende, a la vez, un retorno constante
a las fuentes de toda vida cristiana y a la primi-
genia inspiración de los institutos, y una adaptación
de éstos a las cambiadas condiciones de los tiem-
pos» (PC 2).

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Anexos
377
En este CG21 -¿cuándo termina?... ¿ya habéis 472
acabado?..., entonces, ¡aplaudamos con satisfac-
ción... !- estáis ahondando, en la oración y en la
reflexión comunitaria, vuestra -ahora se usa esta
palabra y es muy exacta- «identidad» salesiana,
que es ante todo la de «religiosos», de sacerdotes, es
decir, de creyentes que, en la vida común, han que-
rido seguir a Cristo de forma total e incondicional,
de esa forma que presenta el Evangelio, mediante
la generosa, alegre y fiel práctica de los consejos
evangélicos, de la castidad, de la pobreza, de la
obediencia, a imitación de Jesús; y añadiríamos
otro carisma, el del afecto y la consagración de sí
mismos a la educación de la juventud. ¡Esto son
los Salesianos!
Pero la figura del Salesiano, también a los ojos 473
del pueblo cristiano, está íntimamente unida -de-
cíamos- a su apostolado entre los muchachos y jó-
venes.
Fue la grande intuición providencial religiosa
de San Juan Bosco, quien en sus «Memorias» nos
habla de la «sed de sacerdocio» que crecía en su
corazón durante los años de seminario, «para po-
der -decía- lanzarme en medio de los jóvenes, a
fin de conocerlos íntimamente y ayudarles en toda
ocasión a evitar el mal».
Hemos visto con satisfacción que el tema del 474
CG21 es precisamente éste: «Testimoniar y anun-
ciar el Evangelio: dos exigencias de la vida salesia-
na entre los jóvenes». Ante todo, testimonio: los
muchachos y los jóvenes exigen autenticidad, exigen
ejemplaridad, quieren casi ver y tocar el mensaje
cristiano realizado concretamente en la vida de
quien lo anuncia. En medio de los muchachos y jó-
venes, vosotros, salesianos, debéis ser el signo de
la presencia de Cristo, con la bondad, la delicadeza,
la modestia, la entrega, la pureza, la humildad, la
alegría, la alegría salesiana. Sí, con la alegría, por-
que, como bien sabéis y tratáis de inculcar, la ale-

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Documentos capitulares CG21
gría es una necesidad incoercible del muchacho y
del joven, pero también es un reflejo de la gracia
de Dios y de la serenidad interior.
El Evangelio de San Lucas ha puesto en la ale-
gría, que nace en el corazón de los creyentes, uno
de los efectos más significativos del anuncio evan-
gélico: «gaudete».
475 Además del testimonio religioso personal y comu-
nitario, difundid el anuncio evangélico mediante la
contribución viva, seria, meditada a la cultura ca-
tequética, pedagógica, psicológica y sociológica, pero
especialmente con el apostolado directo y personal
en el mundo juvenil, con particular atención y de-
dicación a las clases pobres, necesitadas, margi-
nadas.
Por todo esto, ¡Dios os bendiga! Os aseguramos
una oración especial, para que el Señor confirme
en vosotros este carisma. ¿Hay en el mundo quien
se consagra a los jóvenes? Sí, hay muchos; pero
están los Salesianos. Pues bien, para éstos tratare-
mos de tener preferencias espirituales, oraciones y
bendiciones.
476 Quisiéramos, como recuerdo de este encuentro,
señalaros las tres grandes «devociones» que Don
Bosco ha dejado como preciosa herencia a los Sa-
lesianos -hablamos a maestros, pero no os parez-
ca mal que Nos os las recordemos-: la devoción
adorante a Cristo, Hombre-Dios, en particular en
la presencia sacramental de la Eucaristía. ¿No es
acaso Cristo el centro y la síntesis de todo el men- 1
saje evangélico? ¿No debe ser Cristo la norma su-
prema del pensamiento y ·de la acción del cristia-
no, del sacerdote, del religioso? Devoción filial tam-
bién a María, la «Auxiliadora», que «con su ma-
ternal caridad cuida de los hermanos de su Hijo
aún peregrinantes» (LG 62); devoción, por último,
al Papa, sucesor de Pedro, «perpetuo y visible prin-
cipio -como dice el Concilio- y fundamento de

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Anexos
379
la unidad, tanto de los Obispos como de la multi-
tud de los fieles».
Hijos amadísimos, los muchachos y los jóvenes 477
os llaman, os esperan. Nos querríamos y podríamos
ser ahora el intérprete de esta llamada, que está
como suspendida en la atmósfera de la historia:
¡la juventud os llama, os llama, tiene necesidad de
vosotros, tiene necesidad de vuestro sacrificio, de
vuestra entrega, de vuestra inteligencia, de vuestro
ardor para jugar, para entenderles, enseñarles, edu-
carles, elevarles y hacerles crecer en la estatura de
los hijos de Dios, de los hijos de la Iglesia! Son
millones en el mundo, acaso errantes y desorienta-
dos por una multiplicidad de voces discordantes,
los cuales esperan de vosotros la palabra de salva-
ción, buscan la mano fraterna y amiga que con se-
rena firmeza los guíe hacia el Absoluto; invocan un
rostro que no sea una máscara artificial, sino la
expresión límpida de un amor que se abre al her-
mano en un amor más grande, cual es el de Dios,
que «es más grande que nuestro corazón», como
dice el Evangelista Juan. Juan Bosco, vuestro pa-
dre, os precede con su paso siempre juvenil y di-
námico.
Con estos deseos -que repetiremos después al 478
Señor pidiendo por vosotros y ofreciendo por vos-
otros, como recuerdo de este encuentro y a conclu-
sión de vuestro Capítulo, una Santa Misa-, os im-
partiremos una particular Bendición Apostólica a
vosotros, a todos los Salesianos, sacerdotes y her-
manos coadjutores, a los colaboradores -y tenga-
mos también un recuerdo para las Salesianas, las
Hijas de María Auxiliadora, que son hermanas- y
a todas las próvidas iniciativas de vuestra Congre-
gación, así como a los muchachos, a los jóvenes y
a los exalumnos a los cuales se extiende vuestro
apreciado trabajo pastoral.
Y, para concluir, diremos juntos un Padre Nues-
tro para pedir al Padre Celestial que confirme es-

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380
Documentos capitulares CG21
tos sentimientos, confirme esta obra que sois vos-
otros y confirme vuestra capacidad de entablar
diálogo, de prodigaros, de conquistar a la juventud
de nuestro tiempo.
Con nuestra Bendición Apostólica.

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36.1 Page 351

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Anexos
381
ANEXO 6
PALABRAS DE CONCLUSION DEL RECTOR
MAYOR EN EL ENCUENTRO CON LOS
REPRESENTANTES LAICOS DE LA
FAMILIA SALESIANA
(7 de enero de 1978)
Interpreto ciertamente a mis hermanos capitula- 479
res al expresar mi agradecimiento a las Voluntarias
de Don Bosco, a los Cooperadores, a los Exalumnos,
a sus Delegados salesianos y Asistentes aquí presen-
tes. Es interesante constatar que todos comenzarnos
dando las gracias. Quiere ello decir que mutuamen-
te nos hacernos el bien y que tenernos un corazón
noble.
Como nosotros, estos seglares han venido a la
sala de nuestro Capítulo pasando a través de las
subcomisiones: exactamente del mismo modo. Nin-
guno de nosotros ha presentado en la sala un pro-
blema sino después de haberlo discutido en la sub-
comisión. E, igualmente, cada uno de nosotros, des-
pués de tratar un problema limitado al terna de la
subcomisión, ha tenido que elevarse hasta las cum-
bres de las visiones más amplias de la Asamblea.
Esta tarde, además del terna específico de la sub- 480
comisión de nuestros colaboradores laicos, todos
hemos respirado un clima más alto: la FAMILIA
SALESIANA. Nos darnos cuenta de que esta visita
nos ha traído aire de primavera. Nos hace esperar
y nos hace sentir -corno uno de ellos lo ha dicho-
que no ha sido sin una asistencia del Espíritu, sus-
citador de nuestro carisma en la Iglesia, que el
Capítulo General ha estudiado a fondo y ha reno-
vado el tema de la Familia Salesiana. Y nosotros
sentimos que en las palabras de entusiasmo y de
constatación se toca un tema vital, que hay escon-
dida una grande energía, que hay un sentido de
crecimiento.

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382
Documentos capitulares CG21
Tal vez puedan ser palabras brotadas más del
entusiasmo que del cálculo; pero con este entusias-
mo y sin tantos cálculos es como Don Lasagna (nos
lo decían ayer en las Buenas Noches) y los primeros
misioneros de Don Bosco fueron a América.
Yo creo que todos (me parece que interpreto los
sentimientos de mis hermanos capitulares) nos da-
mos cuenta de que tocamos una tecla, no de muerte
sino de resurrección. Nos damos cuenta de que so·
mas muchos en el mundo -nos lo han dicho ellos-
¡ni siquiera sabemos cuántos somos! Somos tantos
que muchas veces basta hablarnos para darnos cuen-
ta de que nos queremos bien, que pensamos lo mis-
mo, que tenemos los mismos ideales y que debemos
crecer juntos.
481 Nos han recordado algunos temas fundamentales
propios de nuestra Familia: la secularidad consagra-
da, la escuela católica, nuestro sistema preventivo,
la evangelización propia de la vocación salesiana, la
pastoral juvenil. Es lo que estamos discutiendo, lo
que debemos hacer.
Esta visita nos hace recordar que estamos estu-
diando problemas vitales y los estamos estudiando
en una Familia que tiene más porvenir que pasa·
do. Los estamos estudiando con un corazón que
quiere hacer propósitos prácticos. Porque este Ca-
pítulo no es un Capítulo doctrinal sino operativo,
de realización más concreta después de la evalua·
ción de los grandes horizontes trazados por el Ca-
pítulo General Especial. Precisamente por esto quie-
ro subrayar las palabras de la señorita Clara Bargi,
porque las mujeres son más realistas, no se pierden
en palabras metafísicas, como muchas veces hace-
mos nosotros. Usted no ha hablado en algunos mo-
mentos a los capitulares sino a los mismos Inspec-
tores. Comprendéis la importancia. Yo la apoyo ple-
namente.
Esta esperanza que debe crecer y moverse en cada
Inspectoría, primero debe estar clara, robusta y
cierta en todos los capitulares pero especialmente
en los Inspectores. Es verdad que la responsabilidad

36.3 Page 353

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Anexos
383
es participada por todos en la Inspectoría, pero si
aquél que es el alma, aquél que da las orientaciones
y las decisiones, no está convencido, no tiene este
panorama de futuro, difícilmente esta realidad po-
drá crecer.
Por tanto, yo me asocio a la señorita Bargi para 482
decir a los Inspectores: no olvidéis esta tarde. Lo
que hemos escuchado y lo que el Capítulo deter-
minará, nos estimule a releer, meditar, considerar
detenidamente todo lo que sobre estos puntos ha
dicho el Capítulo General Especial, que queda siem-
pre como la CARTA MAGNA de nuestra Familia.
Agradezco, por tanto, a todos nuestros invitados
que nos hayan traído este aire de primavera y creo
que no podemos terminar sin decir: ¡Viva Don Bos-
co, nuestro Fundador y Padre!

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386
Documentos capitulares CG21
En el mensaje se subrayan tres cosas. Leemos:
«Conscientes de tanto bien recibido ... ». Ante todo,
nos dan el buen ejemplo de fijar nuestra atención
en el bien. Sabemos que todos tenemos defectos
(nosotros y también vosotras, sí), pero cuando nos
reunimos para tratar de nuestra vocación, no an-
demos criticándonos, sacando a relucir nuestros de-
fectos, aunque sean verdaderos.
Tenemos necesidad de volver a descubrir y hacer
resurgir nuestras energías, nuestras riquezas espi-
rituales, mucho más grandes que los defectos, y
de las cuales muchas veces no hablamos, y con ello
las dejamos dormir. Así, pues, «conscientes de tan-
to bien», porque yo estoy seguro que los salesianos
han hecho mucho bien a las HMA, aunque sé que
ha habido también fallos. Pero ahora somos cons-
cientes de esto, y mutuamente.
486 Primero: «Sean cada vez más exigentes en lle-
varnos por el camino de la santidad salesiana con
el ministerio de la Palabra y de los Sacramentos».
Aquí habría que ser más concretos todavía, como
decía la Voluntaria de Don Bosco el otro día: «Yo
hablo a todos los Capitulares, pero sobre todo a
los Inspectores». Pienso que están de acuerdo tam-
bién en esto las HMA. Por tanto, queridos Capitu-
lares, y sobre todo vosotros, señores Inspectores,
es urgente tomar en serio este aspecto ministerial.
El Papa nos ha recordado que hay que hacer fun-
cionar el ministerio sacerdotal en la animación sa·
lesiana a nivel de Inspector y de Director.
¡Mirad lo que nos piden las Hermanas! «Con el
ministerio de la Palabra y de los Sacramentos». Tal
vez también ellas se han dado cuenta de que hay
un poco de crisis de ministerio sacerdotal en la
Congregación. De todas formas, hemos dicho que
no íbamos a hablar de defectos. Lo que ciertamente
sí subraya esta petición es que los Inspectores res-
ponsables deben pensar que, para la animación de
las HMA, es necesario buscar personas competen-
tes, personas que lleven a la santidad, personas que
sepan desempeñar el ministerio de la Palabra, per-

36.5 Page 355

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Anexos
387
sanas que van a fondo en la gracia de Dios me·
<liante la celebración sacramental. No hay que ocul-
tar que existe una crisis sacerdotal en el mundo;
y que hay sacerdotes, también salesianos, que no
tienen todas las ideas en el punto justo. Es preciso
que quien tiene el ministerio de cuidar la anima-
ción de las HMA trate de hacerlo con ecuanimidad,
con profundidad y con sentido de santa actualidad.
Don Bosco, para este ministerio, siempre man-
daba a sus mejores hijos. Primero él personalmen-
te, y luego los primeros directores espirituales de
las HMA, han sido grandes personalidades: Don Ca-
gliero, don Lemoyne, don Costamagna... (Yo vengo
de Chile, y monseñor Costamagna ha dejado allí la
fama de un temperamento más que fuerte; todavía
hoy lo recuerdan. Leyendo las cartas de Madre Maz-
zarello, publicadas hace dos años, veo una nota que
dice: «Tenía un temperamento un poco fuerte, pero
Madre Mazzarello lo trataba tan bien, que le ayudó
a corregirse un poco». ¡Mirad qué servicio recíproco
más bueno!).
Esta primera petición me parece muy importante
para la realización de una verdadera renovación de
la Familia Salesiana. Los Ejercicios Espirituales, los
retiros, las actividades de orientación, los cursos,
etcétera, tantas iniciativas como hay en estos tiem-
pos. Evidentemente, hay que escoger bien. No se
puede mandar a estos servicios, ni a unos «Fran-
zoni» ni a unos «Lefebvre».
Segundo punto. Nos piden ayudarles a conservar 487
en la Iglesia la verdadera fisonomía espiritual y
pastoral querida por Don Bosco y por Madre Maz-
zarello: «Y nos ayuden a cultivar para el Instituto
buenas y sólidas vocaciones». Me parece que, pre-
cisamente en este punto, nos hallamos todos en
un momento de búsqueda. Y es muy bueno que nos
lo digamos mutuamente, porque así podremos ayu-
darnos mejor. También nosotros, tanto en el CGE
como en este CG21, hemos destacado dos puntos
que hay que descubrir en profundidad: la espiri-
tualidad propia de nuestra vocación salesiana y el

36.6 Page 356

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388
Documentos capitulares CG21
Sistema Preventivo; nuestra pastoral y nuestra pe-
dagogía. Y se da el caso de que, precisamente nues-
tros dos Institutos, tienen también instrumentos
para profundizar a nivel universitario en estos cam-
pos. Desde final de este año, tendremos la posibili-
dad de mayores contactos, al trasladarse a Roma el
«Pedagogicum» de las HMA, que hasta ahora fun-
ciona en Turín. Pues bien, ellas nos dicen: «ayudad-
nos a ahondar en la espiritualidad y la pedagogía
·salesiana». Ciertamente debemos hacerlo, pero res-
pondemos en seguida: y vosotras también ayudad-
nos. Es decir, ayudémonos mutuamente. En este
campo debemos hacer mucho más. Nuestra espiri-
tualidad es de actualidad. Se ha visto también en
distintas jornadas de estudio que esto lo piden mu-
chos. Estudiando a Don Bosco, uno descubre que
ha sido suscitado por el Espíritu Santo como una
palabra para los tiempos nuevos.
Por tanto, juntos debemos tratar de comprender
mejor esta palabra de Dios para los tiempos nue-
vos. Con ello se abre todo un panorama. Deberemos
buscar medios para colaborar más, para realizar,
no sólo a nivel de animación apostólica, sino tam-
bién a nivel científico de estudio y de publicaciones,
un modo de poder aunar los esfuerzos de ambos
Institutos y poder producir con más profundidad
y con más actualidad.
Otro punto importante en este segundo momento
del mensaje es éste: nos han recordado que siem-
pre los salesianos, donde han estado, han cultivado
vocaciones para el Instituto. Y yo estoy seguro de
que hay muchos salesianos, que son tales, porque
ha habido alguna HMA que ha rezado y ha ayudado.
He aquí otro sector de colaboración: un mutuo
empeño vocacional. Don Bosco ha mandado muchas
vocaciones al Instituto de HMA, entre ellas tres so-
brinas suyas.
488 Y la tercera petición, como nos ha explicado la
Madre, ha nacido el día de Epifanía en el recordado
intercambio de dones: dedicarnos a reactualizar la
devoción a María Auxiliadora. Esto nos parece un

36.7 Page 357

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Anexos
389
aspecto particularmente importante. Volveremos al
argumento durante estos años, sobre todo a nivel
del Consejo Superior para programar algunas ini-
ciativas.
¿Qué significa un compromiso de toda la Fami-
lia Salesiana para hacer revivir la devoción a María
Auxiliadora? Permitidme decir algunas palabras al
respecto.
Ante todo, se trata de «devoción» en su signifi·
cado más profundo. O sea más que poner en primer
lugar prácticas cultuales, se trata de una actitud
del espíritu, de una visión consciente, que está den-
tro de nuestras convicciones, y que mueve nuestros
afectos. Se trata, pues, de cultivar un espíritu. Para
esto se debe renovar la mentalidad, porque el cam-
bio cultural y los cambios eclesiológicos han llevado
a visiones nuevas, por lo cual si un Instituto de
carácter mariano no se plantea el problema de la
renovación en esta dimensión, fácilmente se desvía
o pierde uno de los elementos que enriquecen su
vocación específica.
Todos conocemos y hemos meditado los últimos 489
textos marianos del Magisterio, comenzando por el
capítulo VIII de la constitución apostólica LG, y
después la exhortación apostólica «Marialis Cultus»
de Pablo VI. En dos números de esta exhortación
apostólica, el 24 y el 40, el Santo Padre recuerda lo
siguiente: hace ver que el Vaticano II exige que se
haga una revisión de la devoción mariana, y agrega:
«Esto muestra la necesidad de que las Conferencias
Episcopales, las Iglesias locales, las Familias reli-
giosas y las comunidades de fieles favorezcan una
genuina actividad creadora, y procedan al mismo
tiempo a una revisión de los ejercicios de piedad
a la Virgen... ». Y en el n. 40: «Hemos indicado al-
gunos principios aptos para dar nuevo vigor al cul-
to de la Madre del Señor; ahora es incumbencia
de las Conferencias Episcopales, de los responsables
de las comunidades locales, de las distintas Familias
religiosas restaurar sabiamente... ». Así pues, nos lo

36.8 Page 358

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390
Documentos capitulares CG21
pide el mismo Papa y el Concilio, nos lo pide la
Iglesia, este trabajo de renovación y de revisión.
490 Para poderlo realizar, debemos volver a Don Bos-
co. En él encontramos respuestas válidas. ¿Qué sig-
nificado tiene en la vida de Don Bosco la devoción
a María Auxiliadora? No es que yo pueda aquí afron-
tar un tema tan vasto; sólo diré algunas palabras
para hacer comprender su sugestiva importancia.
La devoción mariana de Don Bosco se concentró
en el aspecto característico de «Auxilio de los Cris-
tianos», sólo en los años 60, o sea, en la madurez
de Don Bosco, en situaciones peculiares de la his-
toria de la Iglesia: es la década que termina con
la caída de Roma. Don Bosco no ha tenido nunca,
dice don Caviglia, una preocupación específica por
un <<título» de fiesta de la Virgen. Quiero leeros sus
palabras en un clásico comentario que hace en la
vida de Domingo Savio: «Hablando de la devoción
a María, nosotros dejamos aparte todo título cele-
brativo, exhortativo y devocional; es María, la Vir-
gen sin más, diremos vulgarmente: ¿qué Virgen in-
dicaba Don Bosco y de cuál era devoto Domingo
Savio? Todas y ninguna. En el primer sueño de los
nueve años, a Don Bosco niño se le apareció una
Señora, digamos así, sin otro nombre que el de
Señora, María, la Madre de Jesús. Por el tiempo al
cual nos referimos, el santo Maestro era devoto de
la Consolata. La primera estatua de la capilla Pi-
nardi es ésta: la Virgen de los turineses. Entre
tanto, con el clima religioso que llevó a la Iglesia
a la definición del dogma de la Inmaculada, se fue
orientando hacia ésta y con espíritu exquisitamente
católico y con profunda y lúcida comprensión trocó
el artículo de fe en amor y devoción, y ésta se hizo
por largo tiempo y en ciertos aspectos su Virgen.
Y ésta fue la que señaló a Domingo Savio... ».
Conocemos la importancia dada a la Inmaculada,
sobre todo con ocasión de la proclamación del dog-
ma. En los años 60 vemos aparecer cada vez más
intensamente explícito y sintético el aspecto de
Auxiliadora. ¿De dónde viene? Cuando uno busca el

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Anexos
391
origen de una devoción a la Virgen, generalmente
halla una aparición, una vidente que dice algo. Sa-
bemos que hubo por aquellos años una aparición
en Espoleta, que puede haber influido, en parte,
sobre la elección de Don Bosco. Pero en el origen
de la devoción de nuestro Padre a María Auxiliado-
ra, no se da el papel de un vidente que describe
una determinada aparición. Encontramos, en cam-
bio, un testimonio que afirma con seguridad la pre-
sencia activa de María, Madre de la Iglesia, en los
momentos y en las situaciones de mayor necesidad
del pueblo cristiano y del Papa.
Una presencia casi palpable; y Don Bosco lo ha
demostrado con la construcción de la Basílica de
Turín en tres años. La de Auxiliadora es una de-
voción que va de acuerdo con las diversas fiestas
y títulos de la Virgen, pero que contempla y venera
todas sus grandezas, da una visión operativa de in-
cremento y de defensa de la Iglesia. Es una devo-
ción en armonía con un corazón apostólico, situado
históricamente en momentos particularmente difí-
ciles. Para Don Bosco el aspecto de «Auxilio de los
Cristianos» viene a ser subjetivamente como el as-
pecto supremo de toda la presencia de María en la
historia de la salvación.
¿Cómo recuperar, en nuestras convicciones y en 491
nuestra conciencia de fe, este aspecto devocional
propio de Don Bosco? Y, recuperándolo, ¿cómo ha-
cerlo aparecer actual, simpático a los más com-
prometidos y a los jóvenes, que viven con más in-
tensidad los problemas de la Iglesia y de la fe hoy?
Urge presentarla como una devoción de actualidad,
una devoción para jóvenes cristianos valientes, una
devoción para los cetos populares que resisten al
secularismo, una devoción que nutra la esperanza y
anime a quien lucha por superar las dificultades.
«Auxilio de los Cristianos» subraya precisamente
el aspecto característico de la esperanza: «auxilium».
Lleva consigo, pues, elementos muy concretos para
poder llenar un movimiento de espiritualidad ·que
guste a la juventud de hoy, que guste a los com-

36.10 Page 360

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392
Documentos capitulares CG21
prometidos de hoy, que guste al pueblo de hoy,
para poder afrontar sus problemas. Yo creo que la
superficialidad nos ha hecho perder el entusiasmo
y la actualidad de esta devoción.
Si nos industriamos para hallar las ideas y los
medios para un efectivo resurgimiento de la devo-
ción a María Auxiliadora, seremos testigos de lo
que decía Don Bosco y nos ha repetido la Madre:
así como ya en el sueño de los 9 años y después
en la primera actividad de Don Bosco, la presencia
de la Virgen fue la que dio origen a nuestra exis-
tencia, del mismo modo su presencia dará origen
y fortalecerá el movimiento de renovación de nues-
tros Institutos y de nuestra Familia.
Así pues, damos gracias de corazón a la Madre
y a todas las Superioras del Consejo de las HMA
porque, con su gesto, nos han dado una estupenda
lección de salesianidad, que nos abre el corazón a
la esperanza. Gesto de salesianidad, que esperamos
sea profecía de lo que haremos en los próximos años.

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Anexos
393
ANEXO 8
INTERVENCION DEL RECTOR MAYOR
DON EGIDIO VIGANO PARA CLAUSURAR
EL DEBATE SOBRE EL DOCUMENTO 1
(30 de enero de 1978)
No me propongo intervenir en forma solemne, 492
pero, antes del cierre de esta discusión, me parece
obligado decir unas palabras. Una acción de gracias
a la segunda Comisión y al «Grupo Técnico», que
nos han entregado un material rico y muy útil,
como podremos comprobar en los días próximos y,
sobre todo, en los próximos años. Y, además del
agradecimiento por el trabajo de corrección y de
perfeccionamiento, quisiera destacar dos aspectos
que nos ayuden desde ahora a apreciar los conte-
nidos de este documento, y que pueden servir quizá
a mejorarlo aún más
El primer aspecto que me parece de grandísima
importancia para nosotros, como fieles continuado-
res de la vocación apostólica de Don Bosco, con-
siste en que, al tratar del tema de la evangelización
de los jóvenes, se ha llegado a poner como vértice
y como expresión central de este nuestro compro-
miso evangelizador el «Sistema Preventivo». Es uno
de los aspectos más originales, más salesianos y,
en cierto modo, más geniales de este documento.
Plantea bien, desde el primer momento, lo que fue
el gran problema del Sínodo de los Obispos acerca
de las relaciones entre evangelización y promoción
humana. Nosotros nos sentimos hijos de un apóstol
que intuyó y vivió su solución. Me parece que es
la primera vez que la Congregación, a nivel de do-
cumentos del Magisterio Salesiano, nos presenta
nuestra manera de evangelizar mediante el Sistema
Preventivo, es decir, mediante un proyecto unitario
que hace una síntesis vital entre educación y cate-
quesis, entre evangelización y promoción humana,

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Documentos capitulares CG21
entre fe y cultura. Y, de este modo, llamados a ser
apóstoles entre los jóvenes en una época de tras-
vase cultural, percibirnos la importancia metodo-
lógica de saber armonizar el Evangelio con los sig-
nos de los tiempos, aceptando incluso los valores
de la secularización, sin caer ingenuamente en los
peligros del secularisrno.
493 ¡Queda claro, eso sí, que nosotros, ante todo, evan-
gelizamos! Y en esto deberíamos saber imitar a los
Apóstoles, los cuales, en este particular, fueron ex-
plícitos hasta sentirse obligados a cambiar de des-
tiriatario's (no en el sentido de nuestros debates, si
jóvenes o adultos, si muchachos o también mucha-
chas, etc.), en el sentido de cambiar de lugar geo-
gráfico, si en alguna zona encontraban apatía o re-
sistencia al Evangelio. No deberíamos olvidar este
dato concreto, porque hemos sido llamados por
Dios para los pobres, los cuales suelen ser más
abiertos al Evangelio. En determinadas Casas o Ins-
pectorías, una razón para irse a los pobres de otras
zonas puede ser también ésta: la sordera del am-
biente en que nos encontramos, fruto quizá de una
sociedad de consumo, demasiado insensible ya al
Evangelio.
494 Pero el aspecto que quería subrayar es el de de-
dicarnos a perfeccionar, si es posible, y a dar la
máxima importancia a la criteriología pastoral y
metodología pedagógica de evangelización que nos-
otros llamamos Sistema Preventivo.
Y la segunda observación, que me parece un mé-
rito muy considerable de este documento, a pesar
de haber sido vapuleado por la crítica aquí en el
Aula, es lo que yo llamaría «espíritu de iniciativa»;
se trata de un tema característicamente salesiano.
Quien procede de los lugares a donde llegaron los
primeros salesianos, por ejemplo, de la Patagonia
y de la Tierra del Fuego (que no pertenecen sola-
mente a la Argentina, sino también a Chile), cae en
la cuenta de que éste ha sido uno de los elementos
principales y característico salesiano.

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Anexos
395
Perdonad, quería hablar sólo dos minutos, pero 495
se me ha venido a la memoria una figura de sale-
siano de la Patagonia argentina, simpático y original
y sin pelos en la lengua: se llamaba don Zuccarino.
Nos predicó los Ejercicios Espirituales en Santiago.
Una vez, queriendo recalcar el espíritu de iniciativa,
nos dijo (y perdónenme los de la tercera Comisión)
que las famosas casas de formación al mismo tiem-
po que el bien, nos habían traído también un mal,
porque habían adormecido o suprimido el espíritu
de iniciativa. Nos pareció una observación muy
aguda.
Así, pues, el espíritu de iniciativa, la creatividad 496
pastoral, la inventiva apostólica, es un elemento in-
herente a la manera de ser salesiana, un verdadero
dato patrimonial de los orígenes. Ahora bien, este
elemento está presente en varias partes del esque-
ma, principalmente en el capítulo consagrado a las
«nuevas presencias», Debemos saber reconocer un
mérito en todo esto: el de ayudarnos a redescubrir
la característica salesiana del espíritu de iniciativa:
pero será. preciso evitar reducirlo a formulitas re-
ferentes a tres o cuatro sectores, reduciendo y mu-
tilando la verdadera creatividad salesiana.
Por el contrario, el espíritu de iniciativa se nutre
de la fe y la valentía. Todo el ímpetu salesiano mi-
sio:µero ha sido fruto del espíritu de iniciativa, ha
sido. siempre una nueva presencia, ha tenido siem-
pre .necesidad de creatividad y lo han actuado siem-
prn. e;n grupos pequeños: de dos o tres. (Preguntad
al i~spector de la Patagonia cuál es el problema más
grave con que se enfrenta la Inspectoría: ayudar a
construir el sentido de comunidad, acostumbrados
como estaban los hermanos a vivir desparramados).
Y aquí he de añadir una observación muy irnpor- 497
tante. En la búsqueda de una nueva presencia, es
preciso salvar la «característica salesiana» de nues-
tra actividad. Mirad: apóstoles santamente auténti-
cos hay muchos en la Iglesia, pero estilo salesiano
en el apostolado no hay más que uno. Más aún:
dentro del mismo espíritu salesiano, se dan moda-

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396
Documentos capitulares CG21
lidades diversas de realizarlo. Un Instituto secular
como las VDB, tienen un estilo de apostolado dife-
rente del de una Congregación religiosa como son
las HMA y los Salesianos de Don Bosco; lo mismo
que los Cooperadores, dentro del siglo, tienen un es-
tilo salesiano apropiado a su estado. Por tanto, no
porque una iniciativa es nueva, no porque un pro-
yecto es apostólico, no porque una presencia es
emblemática y entusiasmante, «ipso facto» se con-
vierte en salesiana y nuestra. Ha de cumplir unas
condiciones para que sea salesiana para nosotros.
Esto no quiere decir que se menosprecie aquel apos-
tolado que no es propio de los salesianos de Don
Bosco; por el contrario, se le admira. Pero se ha de
añadir que es urgente guardar la identidad de nues-
tro carisma salesiano.
Y aquí quiero destacar, porque son indicaciones
prácticas (oídas en reuniones de Superiores genera-
les), dos facetas que es preciso defender en un Ins-
tituto religioso que busca una nueva presencia suya
apostólica.
498 Primera: nuestra dimensión comunitaria. Como
nos dicen las Constituciones, la comunidad es el
primer sujeto de la misión. Buscaremos, pues, apos-
tolados en sintonía con esta característica de nues-
tro Instituto. El así llamado «apostolado de inser-
ción», característico, sobre todo, de los Institutos
seculares, es hermosísimo en sí, pero si nuestras
nuevas presencias se construyen sobre este tipo,
nosotros perdemos nuestra identidad salesiana, por-
que no somos un Instituto secular. Debe ser, pues,
un estilo apostólico de comunidad, de corresponsa-
bilidad, de programación de conjunto, de vida co-
mún, porque esta es nuestra característica.
499 Y segunda: precisamente porque somos Instituto
religioso, el espíritu de iniciativa y la creatividad
exigen mucha inteligencia y mucha imaginación, pero
también una condición inherente a la naturaleza
comunitaria del Instituto religioso, en correlación
directa con nuestro voto de obediencia y con la dis-
ponibilidad con que nos hemos incorporado a la

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Anexos
397
Congregación: la así llamada misión canónica: me-
diante ella nuestras iniciativas son expresión de
obediencia religiosa. El espíritu de iniciativa, pues,
no prescinde del Inspector y de su Consejo; no
puede ser obra de independencia y menos aún de
resentimiento o de simple genialidad. Es, por el con-
trario, una búsqueda misionera en sintonía con la
conciencia de la comunidad, expresada auténtica-
mente por la vinculación de obediencia con el Ins·
pector.
Me parecía que estas cosas eran importantes y
por eso he querido exponerlas. Creo que estas ob-
servaciones no son ajenas al esquema, pero, si se
las esclarece mejor contribuirán a precisar una fa-
ceta dinámica de nuestro trabajo en los próximos
seis años.
Y ya que estoy en el uso de la palabra, quiero
augurar a todos, para mañana, un día de alegría y
de profundidad espiritual en la fiesta de nuestro
Padre Fundador. Por mi parte, al ir a Turín, os
aseguro que ante el altar de María Auxiliadora me
acordaré de vosotros, y pediré con insistencia a
Don Bosco que nos ayude a concluir y «pronto»
el CG21.
¡Gracias!

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398
Documentos capitulares CG21
ANEXO 9
CONMEMORACION DEL CENTENARIO DE LA
MUERTE DE PIO IX POR EL RECTOR MAYOR
DON EGIDIO VIGANO
(7 de febrero de 1978)
500 Hoy, 7 de febrero, es el aniversario de la muerte
de Pío IX. Sabéis que está introducida la causa de
beatificación y canonización de este Papa. Está en-
cargado de ella Mons. Piolanti. Hoy se ha celebra-
do un acto conmemorativo en la iglesia de San Lo-
renzo en el Verano, donde está sepultado Pío IX.
Mons. Piolanti ha invitado también al Rector Mayor
de los Salesianos por los profundos vínculos histó-
ricos que nos unen con Pío IX. Representarán a
nuestro CG y a la Congregación el Regulador y el
Director de la Casa Generalicia, y también cierta-
mente otros salesianos invitados.
He pensado que está de acuerdo con el sentido
de nuestro CG y con nuestro amor a Don Bosco y
a los orígenes de la Congregación rendir un breví-
simo homenaje a Pío IX recordando algunos hechos.
501 Ante todo, dos cartas escritas por Don Bosco pre-
cisamente el día de su muerte, 7 de febrero de 1878,
desde una casa de Tor de'Specchi aquí en Roma.
La primera va dirigida a Mons. Eduardo Rosaz,
obispo preconizado de Susa el 31-XII-1877, o sea,
en el último consistorio de Pío IX. Está en el vo-
lumen 3.º del Epistolario. Es interesante leer los
consejos pastorales que da a un amigo obispo. Nos
hace descubrir toda una dimensión eclesial de Don
Bosco, que debemos estudiar a fondo para tener en
la Congregación el verdadero sentido eclesial. Des-
pués de unos consejos, sobre los párrocos, añade:
«Hoy, alrededor de las tres y media (la hora es ine·
xacta, difundida erróneamente por la agencia Stefa·
ni) se extinguía el sumo e incomparable astro de
la Iglesia Pío IX. Los periódicos darán más detalles.
Roma entera está conmovida, y creo que lo mismo
sucederá en todo el mundo. Dentro de brevísimo

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Anexos
399
tiempo estará ciertamente en los altares». ¡Intere-
sante previsión!
La segunda carta de Don Bosco, de la misma fe-
cha, va dirigida a Mons. Emiliano Manacorda, obis-
po de Vigevano. Dice así: «Pío IX ya no vive, Roma
está conmovida. Todos los cardenales y todo el cuer-
po diplomático están en el Vaticano. Pidamos a Dios
que nos mande un digno sucesor de tan heroica ca-
ridad y firmeza. Su hermosa alma volaba a su Crea-
dor hoy a las 5,40 de la mañana».
Hay otra carta de Don Bosco, del 22 de febrero, 502
al sucesor de Pío IX, León XIII. Sabemos, y don
Braido nos lo ha contado con precisión y de forma
atrayente, cómo Don Bosco intentó tener una audien-
cia, pero no lo logró, y por eso le escribió esta
carta, donde dice: «Esta Congregación ha sido acon-
sejada, dirigida, aprobada por Pío IX de veneranda
memoria, pero necesita todavía la protección de V. S.,
a fin de que pueda conseguir la estabilidad necesa-
ria para promover la mayor gloria de Dios». He
aquí cómo Don Bosco pone de relieve la importan-
cia de Pío IX con relación a nuestra Sociedad.
Hemos de decir que Pío IX es el Papa de nues- 503
tros orígenes. Y no por una afirmación de simpatía,
un poco poética, literaria, sino como afirmación
histórica que deberemos saber recuperar. Me pa-
rece necesario estudiar y conocer más a fondo este
hecho histórico: la intervención y el peso de la per-
sona de Pío IX en los orígenes y en la orientación
de toda nuestra Congregación. Quiero citar aún una
carta de Don Bosco a Pío IX para pedir la aproba-
ción de las Constituciones. Esta carta, del 1-1.11-1973,
que encontráis en el Volumen XXV de las Obras
Editadas, comienza así: «Beatissime Pater, Societas
Salesiana, quam tu, beatissime Pater, opere et con-
silio fundasti, direxisti, consolidasti». Sería intere-
sante comentar cada uno de estos verbos en forma
histórica, concreta.
Hay también otro elemento interesante. Todos he- 504
mas visitado la Basílica del Sagrado Corazón cons-

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400
Documentos capitulares CG21
truida aquí en Roma por Don Bosco. A la entrada,
a la derecha, hay una grande estatua de mármol de
Pío IX. Otra igual, del mismo escultor, un brian-
zano llamado Confalonieri, se colocó en 1882, toda-
vía en vida de Don Bosco, en la iglesia de San
Juan Evangelista de Turín. Sucedió un hecho cu-
rioso, que he leído esta mañana en las Memorias
Biográficas. Aquel año se había desencadenado un
ataque de rabia anticlerical contra Pío IX. En la
fachada de la iglesia de San Segundo, próxima a la
de San Juan, había un busto de Pío IX. Aquel día
25-IV-1882, un grupo de exaltados echó abajo con
cuerdas dicho busto, arrastrándolo después por aquí
y por allá. En aquellos mismos momentos llegaba
a la estación de Turín la estatua de Pío IX ordenada
hacer por Don Bosco para la iglesia de San Juan
Evangelista. Buzzetti, avisado, hubo de buscar al-
guien que le ayudase a llevarla a San Juan. Cami-
nando, encontró a aquellos individuos exaltados que
ya se marchaban, y los llamó para que le ayudasen.
Así, ¡ellos mismos trasladaron la estatua de Pío IX
a la iglesia de San Juan! Tiene un poco de símbolo
de lo que deberíamos saber hacer nosotros.
505 La última vez que he estado en San Juan, me he
detenido a leer las palabras escritas bajo la estatua
(y he quedado impresionado de la importancia de
Pío IX en nuestra historia, una idea que me da vuel-
tas en la cabeza desde hace algún tiempo). Comienza
con estas palabras: ALTER! SALESIANORUM PA-
RENTI, y termina con la fecha, 1887, si no me equi-
voco. He preguntado si la inscripción la mandó po-
ner el mismo Don Bosco. Las informaciones no son
históricamente precisas. Me han dicho que ha sido
puesta después; seguramente Don Bosco no habría
puesto «alteri salesianorum parenti». La escribieron
los primeros salesianos, que sabían quién es Pío IX
para nosotros. Lo presentan como el segundo Padre
de nuestra Congregación.
506 Hay también otra coincidencia providencial que
da un tono sugestivo a una interpretación nuestra.
Siempre que he ido a San Pedro me ha impresio-

37.9 Page 369

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Anexos
401
nado el hecho de que sobre la estatua de San Pedro
está la de Pío IX, y más arriba la de Don Bosco.
Y que Don Bosco haya soñado estar allí, en San
Pedro, es una intuición curiosísima que no sé cómo
explicarme. Pero esto debe servirnos como signo
para comprender el significado de nuestra vocación,
que crece con Don Bosco vinculada a Pío IX y ra-
dicada en la fidelidad a la cátedra de Pedro.
Entre Don Bosco y Pío IX hay afinidades espiri- 507
tuales que han sido estudiadas también por algún
salesiano. Por ejemplo, don Bogliolo ha preparado
un artículo precisamente sobre las afinidades es-
pirituales entre Don Bosco y Pío IX. Quisiera su-
brayar algunas que nos iluminan. No es que yo
tenga ninguna competencia especial en esto; son
cosas que he percibido y leído. Hay sin duda una
fuerte diferencia de orígenes: Pío IX es de un alto
rango soc:ül, es un noble de los condes de Sinigallia;
Don B8sco es hijo de labradores, de padres pobres.
Pero en la diferencia de orígenes y dignidad (un
Papa y un simple sacerdote), hay una convergencia
y una afinidad espiritual muy profunda. Ante todo
en la grandeza de corazón y en la sencillez del es-
tilo y del clima espiritual. El de Don Bosco lo cono-
cemos, el de Pío IX deberíamos estudiarlo más, por-
que nos ayudaría a comprender mejor el de Don
Bosco y la sintonía de ambos. Un sentido de la
historia propio de los profetas, y practicidad en
afrontar los problemas históricos. De Don Bosco lo
sabemos bien. De Pío IX lo ha recordado el Papa
en el discurso del domingo antes del Angelus: esta
sensibilidad histórica en un momento de tránsito
dificilísimo para la Santa Sede y para toda la po-
lítica italiana y europea del siglo pasado. Basta pc:n-
sar en la caída del Estado Pontificio y en su inter-
pretación. Hoy es fácil interpretar lo que debía ha-
cer el Papa en aquel momento. Pero entonces era
necesaria una fe clara y una fuerte esperanza.
Otra afinidad: la pasión por la juventud necesi- 508
tada. Aunque era un noble, Pío IX comenzó su mi·
nisterio sacerdotal, y aún antes, trabajando ocho

37.10 Page 370

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402
Documentos capitulares CG21
largos años en un instituto que se llamada «Tata
Giovanni» (Padre Juan) entre chicos pobres huér-
fanos, de la calle. Allí se sentía a gusto, y sólo des-
pués de ocho años lo dejó por una pasión misione-
ra que quería realizar acompañando una Delegación
Apostólica enviada a Chile (he ahí otra cosa impor-
tante). Pero no pudo quedarse allí, como deseaba.
De regreso de ese viaje, se puso a trabajar de nue-
vo en un hospicio apostólico llamado de San Miguel
en Ripa. Una obra de tipo social con escuelas pro-
fesionales. Allí trabajó hasta 1827, y con tanto celo,
que fue promovido a arzobispo de Espoleto. Así
pues, en los comienzos del ministerio sacerdotal de
Pío IX hay la pa.sión por los jóvenes pobres, nece-
sitados, y su dedicación a ellos.
509 Otra afinidad es la que he insiuado antes: el
ideal misionero. Era tan intenso que lo llevó a dejar
los jóvenes huérfanos y de la calle, tan queridos,
para poder ir de misionero a América. El viaje con
la Delegación Pontificia fue bastante arriesgado e
interesante, con prisión, aventuras sobre los Andes ...
Pero hubo de regresar por obediencia, para hacer
más por la Iglesia. Sin embargo, esta ansia de ser
misionero y precisamente en Sudamérica, es una afi-
nidad, una sintonía interesante con Don Bosco que
merece estudiarse.
510 Otra afinidad: la simpatía y la lectura continua
de San Francisco de Sales, de su espiritualidad.
Pío IX pertenecía a una Asociación sacerdotal que
tenía como regla la lectura asidua de San Francisco
de Sales. ¡Qué interesante!
511 Otra afinidad: la devoción mariana. En esto, so-
bre todo, hay coincidencias que se deben estudiar.
La primera es clarísima: Pío IX es el Papa de la
proclamación del dogma de la Inmaculada.
Sobre este punto tenemos las ideas bastante cla-
ras. Pero hay otro aspecto, estudiado por don Pedro
Brocardo en un artículo sobre el primer santuario
en Italia dedicado a María Auxiliadora, la «Madonna
della Stella» en Espoleta; y las apariciones inmedia-

38 Pages 371-380

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38.1 Page 371

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Anexos
403
tamente antes de la caída de Roma, desde 1862 en
adelante. Así pues, la devoción a María Auxiliadora.
Hay que recordar que Pío IX fue arzobispo de Es-
poleta, donde está este santuario, construido por
Mons. ·Arnaldo después de la aparición de la Virgen
a unos niños. Pero antes de ser Papa, Pío IX fue
también obispo de Imola, y también allí hay una
capilla dedicada a María Auxiliadora, por expresa
voluntad suya. Las apariciones de Espoleto, como
podéis leer en el artículo de don Brocardo, atrajeron
la atención de los italianos sobre la Virgen como
auxilio en una situación dificilísima. Pongámonos
en la situación de entonces: lo que significaba para
todos los católicos el Risorgimento, con la caída
del Estado Pontificio, y toda la furia anticlerical
de la política. El arzobispo de Espoleta, hablando
con Pío IX, dio a esta aparición el significado de
auxilio a la Iglesia en situación difícil; y, de acuer-
do con él, quiso que se construyese un grande san-
tuario, que yo he podido ver y que entonces era
meta de muchas peregrinaciones, precisamente de-
dicado a María Auxiliadora. Esta devoción llegó a
convertirse en un símbolo político. Mons. Arnaldi
estuvo en la prisión, y los periódicos (nunca faltan
entre los católicos los integristas de derechas) hi-
cieron de María Auxiliadora una bandera de defensa
política. Hay un carteo entre Don Bosco y Mons.
Arnaldi precisamente sobre María Auxiliadora. Y en
el año 1862 fue cuando Don Bosco dijo la famosa
frase: «Los tiempos son difíciles, y la Virgen quiere
que la invoquemos con el título de María Auxilia-
dora».
Sabemos que las autoridades no querían que die-
se a su iglesia el título de María Auxiliadora, por
razones políticas. Don Bosco lo consiguió con ha-
bilidad. Pero he aquí lo que quisiera destacar, lo
que ha sabido hacer Don Basca con esta devoción.
No es la devoción a un título, sino un aspecto de
todo un modo de estar presente María en la historia
de la Iglesia. Don Bosco supo separar el aspecto
de bandera política de la devoción a María Auxilia-
dora, sin separarla de la realidad de los aconteci-

38.2 Page 372

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404
Documentos capitulares CG21
mientes históricos. Presentaba a María como real-
mente viva hoy, por su asunción al Cielo, y real-
mente presente en la historia de la Iglesia.
Sería necesario estudiar los importantes núme-
ros 61 y 62 de la constitución apostólica LG sobre
María Asunta al Cielo. La fe en la presencia de
María en los acontecimientos históricos hace nues-
tra devoción realista, de encarnación, sin desviarnos
por la coloración política que los acontecimientos
históricos asumen tan fácilmente.
Es importante renovar nuestra devoción a María
Auxiliadora para ser realistas sin ser ideólogos, e
insertarnos en la historia como protagonistas sin
hacer política en sentido partidista: es un elemento
constitutivo de nuestra vocación.
512 Concluyo. Nos hallamos frente a dos santos de
notables afinidades espirituales, y muy importantes
para nuestra identidad vocacional. Un tipo de san-
tidad hecha para tiempos difíciles. ¡Qué hermoso
tener una voc.1c.ión para tiempos difíciles! Pero no
creamos que los nuestros son los más difíciles. Si
hubiésemos vivido en la p ·el de Pío IX o de Don
Bosco, habríamos vivido f<>rtísimos cambios polí-
ticos y culturales. Con igual pasión que ellos por
los jóvenes, trasmitamos a las nuevas generaciones
juveniles los valores permanentes de la fe, de la
religión, sin miedo a los cambios socio-culturales.
Esta breve y desordenada conmemoración de
Pío IX era para nosotros obligada. Nos estimula a
conocerlo más; nos hace admirar la grandeza de
la Providencia de Dios, que ha suscitado a estos
dos santos; nos hace ~.mar más nuestra vocación
hecha para tiempos difíciles, en los cuales quere-
mos construir el futuro mediante los valores de la
fe, asumidos en plenitud por los jóvenes: convenci-
dos de que el futuro «tiene un corazón antiguo».
Que nos asista Pío IX, santo en el Cielo junto con
Don Bosco, para ser más salesianos y saber crecer,
como ellos, en estos otros tiempos difíciles con la
misma santidad.

38.3 Page 373

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Anexos
405
ANEXO 10
INTERVENCION DEL RECTOR MAYOR
DON EGIDIO VIGANO SOBRE
«LA FAMILIA SALESIANA»
(después de la aprobación de los mensajes
del CG21 a la Familia Salesiana)
( 11 de febrero de 1978)
Creo importante hacer algunas observaciones, des· 513
pués que hemos votado estos mensajes, porque en
su parte principal, los cuatro mensajes -a las HMA,
a las VDB, a los CC y a los Exalumnos- se refie.
ren a un tema de particular importancia como es
el de la Familia Salesiana, que ciertamente en este
sexenio debemos saber incrementar en las comuni-
dades locales y en las lnspectorías.
Nos hallamos ante un tema vital y delicado, no
estudiado en este Capítulo, ni siquiera desde el pun-
to de vista de la evaluación. Porque en estos seis
años pasados se han dado algunos pasos adelante,
pero también ha habido en algunos sitios ambigüe-
dades y defectos. El caso es que en este Capítulo
no hemos tratado estos aspectos.
No hago una crítica del Capítulo, sino que cons-
tato un hecho. Hemos de trabajar en este campo
delicado, pero no hemos revisado los resultados de
nuestro trabajo.
Entonces, precisamente por ser un tema vital y
delicado, en el trabajo por hacer deberemos basar·
nos y atenernos a la doctrina segura, la común, d.ada
por el Capítulo General Especial, contenida en las
Constituciones y Reglamentos. Por tanto, sobre este
tema os recuerdo explícitamente el CGE.
A todos, y particularmente a los Inspectores, que 514
en sus inspectorías deben llevar adelante todo el
tema de la Familia, recuerdo que el documento fun-
damental para la animación de este sector de nues-
tra vocación es el CGE. Hay también en el CG21
alguna alusión, pero es desde el punto de vista de

38.4 Page 374

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406
Documentos capitulares CG21
la colaboración en nuestro trabajo apostólico. Sin
embargo, nuestro Capítulo ha introducido una va-
riante diría que emblemática, importante, en este
campo; la del artículo 141 de las Constituciones, so-
bre el Consejero para la Familia Salesiana.
Aunque el CG21 no ha afrontado aspectos doctri-
nales sobre este tema ni ha realizado una evalua-
ción, ha expresado de forma clara y constitucional
el compromiso en este trabajo. La determinación
de que haya un miembro del Consejo para este ser-
vicio significa que, por responsabilidad de Congre-
gación, y, por tanto, también a nivel inspectorial y
a nivel de las casas, habrá que llevar adelante esta
labor.
515 Quiero volver a leer este artículo, porque pone en
claro algunas cosas importantes que deseo subrayar.
«El Consejero para la Familia Salesiana tiene la
misión de sensibilizar y animar a la Congregación
para el papel a ella confiado en la Familia Salesia-
na, según el artículo de las Constituciones.
Sensibilizar y animar a la Congregación: he ahí
lo que nos dice el CG21. Es uno de los deberes, di-
ría, prioritarios, de quien tiene el ministerio de la
animación: hacer comprender en la Congregación
a todos los hermanos la importancia de este tema.
Veis que el artículo asigna al Consejero para la
Familia Salesiana, como primer trabajo, algo que
ha de hacer dentro de la Congregación, entre nos-
otros: sensibilizar y animar a los hermanos. Ade-
más, insiste explícitamente en dos actividades con-
cretas que hay que atender: promover la organiza-
ción y la actividad de los Cooperadores y cuidar la
Asociación de los Exalumnos. Y esto hace pensar...
que antes de unir las diversas ~mas de la Familia
Salesiana entre sí, hay que proveer a que las haya
y vivan, y vivan con entusiasmo y con vigor. Si no,
¿qué unimos?
516 Otra observación.
El artículo 5 de las Constituciones, citado en la
nueva formulación del 141, habla de la pertenencia
de los varios grupos a la Familia Salesiana. Me

38.5 Page 375

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Anexos
407
parece importante insistir en dar prioridad al tra-
bajo concreto de sensibilización y animación de la
Congregación y en hacer florecer a los Coopera·
dores y a los Exalumnos, más bien que perdernos
en elucubraciones abstractas y no indicadas en la
doctrina y en las orientaciones del CGE.
La pertenencia a la Familia Salesiana, debemos
interpretarla según este artículo S. Se pertenece a la
Familia Salesiana, no individualmente; por ejemplo,
una persona que tiene el espíritu salesiano y que
ha hecho por su cuenta el voto de castidad o de
apostolado: no. Se pertenece a través de «grupos».
La Familia Salesiana está constituida por grupos,
y no grupos cualesquiera, sino grupos «instituidos»;
esto significa que ha de haber un reconocimiento
oficial, en el cual, para un discernimiento válido,
interviene quien tiene el ministerio más autorizado
en la Familia Salesiana, como sucede en todos los
grupos instituidos de la Iglesia; se requiere una
certificación oficial. No es que se origine la perte-
nencia por sólo esto; depende sustancialmente de
la iniciativa del Espíritu Santo. Pero no basta que
un grupo haya nacido por iniciativa de un salesia-
no, aunque santo, para decir que ya pertenece a la
Familia Salesiana, porque podría ser también otro
tipo de vocación.
Es preciso, por tanto, que haya este elemento. Para
algunos grupos esto está clarísimo, por ejemplo,
los nombrados.
Digo esto porque, también en el campo de los
carismas de consagración (lo he oído en alguna
reunión de la Sagrada Congregación de Religiosos),
se ha notado en varias regiones una exuberancia de
proliferación carismática; y los obispos se sienten
obligados a decir: ¡vayamos despacio! ¿quién dis-
cierne la autenticidad de un carisma?
Estemos, pues, atentos a no dejar crecer una pro-
liferación de grupos, sino más bien cuidar los ya
instituidos y que tanto necesitan de renovación.
Debe estar claro que un grupo no es instituido,
si no tiene la aprobación del Rector Mayor con su
Consejo, si no tiene una historia que asegura su

38.6 Page 376

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408
Documentos capitulares CG21
discernimiento por parte de organismos oficiales,
que pueden dar la calificación de institución a un
grupo.
517 Hemos hablado en el aula de aquellos «exalumnos
que han hecho una opción evangelizadora».
Ahora bien, los exalumnos que. han hecho una
opción evangelizadora no son un grupo instituido.
Los exalumnos, según el artículo 5 de las Constitu-
ciones, pertenecen a la Familia Salesiana a título
de la educación recibida. Pero la educación recibida
tiene una gama de niveles y de posibilidades, que
puede llegar al más alto apostolado. Basta que la
educación haya tenido lugar en un país cristiano
con jóvenes cristianos, y haya madurado entre ex-
alumnos que viven el cristianismo.
Pero el punto es éste: si entienden cualificarse
como exalumnos, y quieren ser considerados parte
viva de los exalumnos pertenecientes a la Familia
Salesiana, no serán considerados pertenecientes a la
Familia Salesiana por razón del apostolado, sino
por razón de la educación recibida, la cual no ex-
cluye el apostolado.
Hago observar que la manera de pertenecer a la
Familia Salesiana como exalumnos, no está en opo-
sición con la de los Cooperadores, sino que tiene
posibilidad de ósmosis, es más, debería precisamen-
te ser así, como sucedía en las antiguas compañías
de nuestros colegios: un camino gradual que parte
de la educación para llegar a la vocación salesiana.
Ahora bien, dado que también hay que tener en
cuenta situaciones y actitudes psicológicas, de los
lugares y de las personas, será necesario proceder
con inteligencia; pero queda claro que, si se puede
hacer lo que hemos dicho, es mucho mejor. Yo he
pensado siempre que los mejores dirigentes de los
exalumnos deberían ser, o mejor, podrían ser estu-
pendos Cooperadores, que realizan la misión sale-
siana asegurando entre los exalumnos el espíritu de
Don Bosco, y cultivando la posibilidad de mantener
unidos a los no pocos exalumnos que se alejan (y

38.7 Page 377

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Anexos
409
por desgracia son más los alejados que los cer-
canos).
Entre paréntesis, os he de decir, sin embargo, que
entre todos los grupos salesianos, aquel en el que
he encontrado más entusiasmo y más amor a Don
Basca, es el de los exalumnos; y la última experien-
cia es la que he tenido últimamente precisamente
en Turín.
Por consiguiente -y concluyo-, como todas es- 518
tas cosas no las hemos discutido ahora, y, por otra
parte, hemos lanzado una serie de compromisos im-
portantes en este campo, diría que el sentido común
y la practicidad salesiana nos deben llevar a incre-
mentar la Familia apoyándonos con claridad sobre
los elementos seguros y evitando disquisiciones que
pueden hacernos entrar en ambigüedades nocivas a
la labor apostólica.
He aquí, pues, que el artículo 5, al hacernos des-
cubrir esta grandeza de la vocación salesiana bajo
el aspecto de la Familia, reconoce que el Espíritu
Santo ha querido en nuestra Congregación, para
esta Familia, una responsabilidad especial. En ella,
dice el citado artículo, «tenemos responsabilidades
particulares».
Con este pensamiento quisiera concluir, dirigién·
dome principalmente a los Inspectores, no porque
sean los únicos, sino para que puedan guiar mejor
la animación. Nosotros, salesianos, tenemos esta
responsabilidad particular: hacer crecer y vivir con
entusiasmo y con actividad apostólica y educativa
la Familia Salesiana.
Es un programa operativo del CG21, que debemos
ver señalado en la reformulación del artículo 141.

38.8 Page 378

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410
Documentos capitulares CG21
ANEXO 11
MENSAJE DE LOS MIEMBROS DEL CG21
A TODOS WS HERMANOS DE LA
CONGREGACION
Queridos hermanos:
519 Antes de terminar nuestro trabajo, queremos di-
rigirnos a vosotros con este último mensaje, que
podrá abrir e iluminar la nueva fase que ahora se
abre en el proceso de renovación que se está lle-
vando a cabo en la Congregación después del CGE.
Intimamente ligado al CGE está este CG21, en-
tendido y querido ya desde su convocatoria como
un «Capítulo de evaluación». Tenía, en efecto, e1
cometido preciso de «verificar en qué medida se ha
seguido ese camino seguro en la Congregación,· y
qué se debe hacer aún para animar y perfeccionar
iniciativas y acciones felizmente operantes ya en
la línea fijada por el CGE» (Actas del CS, n. 283,
página 6).
Hemos tratado de cumplir este deber, agradeci-
dos a la activa colaboración que han aportado to·
das las Inspectorías de la Congregación. A través de
los Capítulos Inspectoriales ellas iniciaron, con sin-
cero y responsable interés, la revisión general de
nuestra vida y de nuestra acción. Los Esquemas
Precapitulares (fructuosa e inteligente recopilación
de todas las observaciones llegadas) han sido, du-
rante nuestros trabajos, punto constante de refe-
rencia y fuente rica de ideas y orientaciones.
Tenemos, pues, gran esperanza de que reconoce-
réis la validez de la verificación -efectuada tras
largo y atento estudio-, ayudados también para
ello por la Relación general sobre el estado de la
Congregación del Rector Mayor don Luis Ricceri.
520 Siendo éste un Capítulo de verificación o evalua-
ción, debía ser también «Capítulo de perspectiva».
Por eso, no ha mirado solamente al sexenio pasado

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Anexos
411
después del CGE, sino que ha tratado también de
individuar y corroborar las líneas-fuerza que han
guiado desde entonces y habrán de seguir guiando
a la Congregación hacia un nuevo futuro.
La evaluación se ha concretado en la llamada in-
sistente que nos lanza nuestra misión evangelizado-
ra para con los jóvenes, en la confirmación del tex-
to de las Constituciones y Reglamentos, con sólo
las modificaciones juzgadas necesarias, y en algunas
decisiones prácticas y orientaciones operativas. Ta-
les decisiones y orientaciones forman un programa
de acción para el próximo sexenio, con «fines que
alcanzar y estrategias que descubrir, iniciativas
que potenciar y nuevas realizaciones» (ACS n. 283,
página 17). Esperamos que sean realmente indica-
doras e incisivas para nuestra renovación.
Es preciso que desde ahora todos colaboremos
en la realización de este programa, poniéndonos con
generosa disponibilidad y con fraterna solidaridad
en sintonía con las líneas trazadas por el CG, sa-
crificando, si es necesario, puntos de vista perso-
nales.
La voz del Capítulo General no pretende ser otra
sino la de la Congregación, la realidad de «una re-
flexión comunitaria para mantenerse fieles al Evan-
gelio y al carisma del Fundador, y sensibles a las
necesidades de los tiempos y lugares» (Const. 151).
A través de ella nos habla el Espíritu del Señor.
El nos da a «conocer, en (este) momento de la
historia, la voluntad del Padre, que está en los cie-
los, para prestar un mejor servicio a la Iglesia»
(ibídem).
Durante todo el Capítulo hemos tocado casi con 521
la mano -y se lo agradecemos de corazón al Señor-
la realidad viva de la Congregación, conviviendo fra-
ternalmente en estos meses en el común empeño
y en la oración diaria, comunicándonos las esperan-
zas y las ansias de cada Inspectoría, buscando dis·
cernir, mediante un diálogo abierto e intenso, a ve·
ces laborioso, 1a voluntad del Señor para nuestra
Congregación.

38.10 Page 380

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412
Documentos capitulares CG21
Quisiéramos, a través de nuestro mensaje, hace-
ros participar, en cuanto sea posible, de este «cur-
so de formación permanente» que ha sido para nos-
otros el Capítulo General. Sabemos que compartís
con nosotros la convicción de que también este Ca-
pítulo, no obstante todas nuestras imperfecciones
y debilidades, ha sido un don precioso del Señor
a la Congregación en este momento de su historia.
522 El futuro se presenta, a un tiempo, rico de pro-
mesas y cargado de responsabilidades.
Con el nuevo Rector Mayor reafirmamos «la be-
lleza de nuestra vocación que se está actuando en
un tiempo difícil, problemático, pero muy rico en
· esperanzas (... ) con un compromiso de plena dedi-
cación a la juventud, que hoy constituye el objetivo
más importante de la misión de la Iglesia y es, en
toda época, la gran esperanza de la sociedad» (Men-
saje del Rector Mayor con ocasión de su elección).
523 La actualidad de la misión salesiana no ha dis-
minuido en nuestros tiempos; antes bien, ha au-
mentado. El último Sínodo de los Obispos ha in-
sistido en la urgencia de la evangelización de la
juventud. Y el Papa nos lo ha repetido a nosotros
directamente: «Los muchachos y los jóvenes os lla-
man, os esperan (... ). Son millones en el mundo,
y acaso errantes y desorientados por una multitud
de voces discordantes, esperan de vosotros la pala-
bra de salvación (... ). Juan Bosco, vuestro Padre,
os precede con su paso siempre juvenil y dinámico»
(del discurso del Papa a los miembros del CG21 ).
524 Ante un campo tan vasto y urgente, puede pare-
cer, sobre todo en la situación presente de la Con-
gregación, que las fuerzas son insuficientes para
semejante tarea.
Pero podemos mirar con confianza el porvenir,
porque creemos, ante todo, que es Dios quien nos
llama y nos envía. Dicen nuestras Constituciones:
«Nuestra Sociedad no es sólo fruto de una idea hu-
mana, sino de la iniciativa de Dios (... ) para salvar
a la juventud» (Const. 1).

39 Pages 381-390

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Anexos
413
Y Don Bosco nos enseña que, conociendo la vo-
luntad de Dios sobre nuestra Congregación, es ne-
cesario ponernos a trabajar con fe y con esperanza.
«Yo tenía una vaga idea de hacer el bien, aquí, pre-
cisamente en este lugar, y de hacer el bien a los
muchachos pobres. Este pensamiento me domina·
ba... El cómo después se han hecho las cosas, no
sabría decirlo... Lo que sí sé, es que Dios lo que-
ría» (MB XII, 78).
Muchos hermanos, desde Don Bosco, han traba- 525
jada y trabajan con el mismo espíritu dando cum-
plimiento a la misión y haciendo crecer la Congre-
gación: en esto -y con la gracia del Señor- ve-
mos el camino para superar la crisis, que todavía
no ha desaparecido del todo en la Congregación;
esta es la razón por la que sentimos poder afirmar
sin presunción: «el futuro está en nuestras manos».
El trabajo capitular termina con la misma con-
clusión que la Relación del Rector Mayor. Hacemos,
pues, nuestras sus palabras: «el optimismo puede
justificarse a condición de que tomemos seriamen-
te conciencia de nuestras deficiencias ... y pongamos
remedio con sentido de realismo, con decidido en-
tusiasmo, con clara percepción de la jerarquía de
las urgencias, de los valores que hay que recuperar
e incrementar... El optimismo está en manos de
cada uno de nosotros» (Relación RM, n. 290).
Creemos firmemente que el Señor bendecirá nues- 526
tra Sociedad y su apostolado, suscitando también
vocaciones entre los jóvenes a la vida salesiana,
si nuestro testimonio personal y comunitario es
coherente con nuestro anuncio del Evangelio. «Ante
todo, testimonio: los muchachos y los jóvenes exi-
gen autenticidad, exigen ejemplaridad, quieren casi
ver y tocar el mensaje cristiano realizado concre-
tamente en la vida de quien lo anuncia» (del Dis-
curso del Papa al CG21).
El amor a la juventud nos empuja a un renovado 527
empeño en nuestra vocación y misión, y nos hará
capaces de afrontar con valentía las dificultades

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414
Documentos capitulares CG21
y obstáculos que ponen en nuestro camino las cir-
cunstancias del momento histórico en que vivimos.
Cuando los problemas se nos presenten más com-
plicados y agobiantes en la vida personal de cada
uno y en la de nuestra comunidad, recordaremos
la promesa de los primeros hermanos jóvenes re-
unidos en torno a Don Bosco: «Hicimos entre nos-
otros promesa solemne de que, si, por desgracia,
a causa de los penosos tiempos que corren, no se
pudiesen hacer los votos, cualquiera sea el lugar
donde uno se halle y aunque todos nuestros com-
pañeros estuvieran dispersos, o aunque no existie-
sen más que dos, o uno solo, éste trabajará para
promover esta pía Sociedad, y observar siempre sus
Reglas en todo lo que sea posible» (MB VI, 630-632).
528 Este empeño solemne e incondicional fue recor-
dado durante el Capítulo en unas Buenas noches
por un Inspector representante de tantos hermanos
de países donde la Congregación sufre violencia.
Fue para todos nosotros un testimonio extraordi-
nario de fidelidad a Don Bosco en una situación
mucho más difícil que aquellas en las cuales ordi-
nariamente vivimos y trabajamos.
Inspirémonos en el amor y disponibilidad total
de aquellos primeros hermanos. Unidos en torno
al séptimo sucesor de Don Bosco, renovemos en
nosotros ese espíritu de fe, de solidaridad y de ini-
ciativa con el cual todavía hoy es dado mover la
«rueda» de nuestra historia (MB VI, 901 ss.), ,.al ser-
vicio de los jóvenes y de la Iglesia.
«Conservemos sin incertidumbres la esperanza
que decimos tener, porque Dios es fiel a sus pro-
mesas. Y no cesemos de animarnos recíprocamente
en el amor y en las buenas obras» (Hebr 10,23-24).
Don Hosco, cuya fiesta acabamos de celebrar jun-
tos aquí en Roma, en el noventa aniversario de su
muerte, nos asegura: El Señor está con nosotros, y
la Virgen Auxiliadora sostendrá con su auxilio ma-
ternal nuestras empresas.
LOS MIEMBROS DEL CG21

39.3 Page 383

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Anexos
415
ANEXO 12
RESPUESTA DEL CG21 AL MENSAJE
DE LAS HIJAS DE MARIA AUXILIADORA
Damos gracias a Dios y a todas vosotras por el 529
mensaje de fraternidad que nos dirigió en la Sala
Capitular la Madre General en presencia de todas
sus Consejeras; mensaje donde se entrecruzan los
sentimientos de oración con los de gratitud.
Ese mensaje y ese encuentro han sido un gesto
de verdadero carisma salesiano; como ya dijo el
Rector Mayor en su inmediata respuesta, subrayan
el sentido de nuestra fraternidad y colaboración.
El Espíritu Santo nos hizo nacer juntos, nos llevó
juntos a todas las naciones y nos ha ayudado a cre-
cer juntos en el testimonio de la Buena Nueva, para
llevarla y difundirla con el mismo fuego de amor
que ardía en el corazón de nuestro Padre y común
Fundador.
Hemos recorrido muchos caminos juntos: en las
Misiones, en actividades pastorales, en servicios re-
cíprocos entre nuestras comunidades. Os agradece-
mos todo esto y confiamos que todo ello perdure
en las formas y maneras que la identidad de espí-
ritu y de misión hacen posibles, a pesar de los cam-
bios de tiempos y circunstancias.
Nos habéis pedido con sencillez y firmeza:
- que seamos más exigentes en ayudaros a re-
correr el camino de la santidad salesiana con el
ministerio de la palabra y los sacramentos. Esta
vuestra petición cae plenamente entre los fines de
servicio a la Familia Salesiana que nos trazó el
XX CGE y que este CG21 ha reafirmado.
Vuestro Capítulo se unió al proyecto de colabora-
ción y formación de esta Familia; vuestro testimo-
nio y entrega religiosa tienen dentro de ella una im-
portancia insustituible. Trabajaremos, pues, en her-
mandad salesiana para que la genial intuición de
Don Bosco lleve adelante su carisma, destinado a

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416
Documentos capitulares CG21
dar vida en la Iglesia a ese vasto movimiento espi-
ritual y apostólico que alimentó las esperanzas de
nuestros Fundadores.
Procuraremos -lo harán nuestros Inspectores en
particular- dar a vuestras comunidades sacerdotes
con espíritu salesiano de sabiduría y gracia para
que vuestra caridad sea perfecta, como lo requiere
vuestra docilidad al Espíritu.
530 - que os ayudemos a realizar y mantener en la
Iglesia la verdadera fisonomía espiritual y pastora]
que Don Basca y Madre Mazzarello os dejaron en
preciosa herencia, y a cultivar vocaciones buenas y
decididas.
Juntos estudiaremos en profundidad nuestro pro-
yecto educativo y pastoral, al mismo tiempo que
la espiritualidad propia de nuestra vocación salesia-
na, en particular, estudiaremos la puesta al día del
Sistema educativo de Don Bosco, siempre actual,
para adecuarlo a las múltiples exigencias de la ju-
ventud y de las clases populares de nuestro tiempo,
según el modo y campo de acción de nuestras dos
Congregaciones. Y juntos con mutua y gozosa en-
trega, seguiremos preparando a los continuadores
de nuestra común misión.
531 - finalmente, que colaboremos ardientemente con
vosotras en la actuación del «regalo-invitación» que
os comentó el Rector Mayor en la celebración de la
Epifanía: es decir, trabajando con vosotras para que
la Virgen vuelva a ocupar el sitio que le correspon-
de y que nuestro carisma siempre reconoció. Don
Basca, en efecto, quiso hacer de vuestro Instituto
«un monumento vivo a la Virgen Auxiliadora».
Vosotras, como nosotros, creéis profundamente en
la materna intervención de la Virgen en la Historia,
y señaláis la importancia primordial que la devo-
ción a María Auxiliadora tiene para el pueblo cris-
tiano, para la educación di..' los jóvenes y la forma-
ción religiosa salesiana.
Hemos de reactualizar esta devoción, siguiendo
los documentos conciliares y la Exhortación Apos-
tólica de Pablo VI.

39.5 Page 385

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Anexos
417
La Familia Salesiana nació con una fisonomía ma-
riana muy intensa y sólo la constante renovación
de estos valores hará más patente y segura su iden-
tidad espiritual en estos tiempos históricos carga-
dos de cambios.
Gracias a esa vuestra ayuda, será algo hermoso
para todos nosotros el volver a descubrir y hacer
más actual el espíritu y la devoción a María Auxi-
liadora, para presentarla -fresca y viva- a la ju-
ventud en cuyo servicio gastamos nuestras vidas.
Y un deseo final: que el «espíritu de Mornese», 532
fruto de la fidelidad a Don Bosco de Madre Maz-
zarello y de la docilidad a los dones con que el Es-
píritu premiaba el fervor del Santo y el de las pri-
meras Hijas de María Auxiliadora, continúe vivo y
atrayente en vuestro Instituto.
De todo corazón y con bendiciones copiosas:
LOS MIEMBROS DEL CG21

39.6 Page 386

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418
Documentos capitulares CG21
ANEXO 13
RESPUESTA DEL CG21 AL MENSAJE DE LOS
COOPERADORES SALESIANOS
Queridísimos Cooperadores Salesianos:
533 Tenemos vuestro mensaje en nuestras manos. Lo
hemos leído y meditado con atención y vivo interés.
Nuestra respuesta quiere ser un «gracias» por vues-
tras oraciones que han ido acompañando la pre-
paración de los trabajos todos de nuestro Capítulo.
Nos ha sido particularmente grata la visita que
vuestros representantes hicieron al· Aula Capitular
y la colaboración prestada participando en la Sub-
comisión S.ª de la Comisión 2.~ del CG21.
534 El tema de la evangelización -eje de este CG21-
revela y declara la sintonía de los problemas y as-
piraciones comunes. Durante la entera reflexión Ca-
pitular os hemos sentido muy asociados a nuestro
trabajo. Pues una vez más surgieron y se recalcaron
elementos y aspectos que entran de lleno en nues-
tro proyecto apostólico común. Y por ello también
consideramos una vez más los temas de la coopera-
ción y aceptamos plenamente las peticiones que nos
presentasteis. En efecto:
535 - El CG21 ha querido que haya en el Consejo
Superior un encargado de la Familia Salesiana, cuyo
nombre ha tomado. De este modo -creemos, así lo
esperamos- la Congregación se sensibilizará y ani-
mará mejor para el papel a ella encomendado en
la Familia, y se coordinarán y estimularán las rela-
ciones de conocimiento y colaboración mutuas, de
comunión fraterna y enriquecimiento recíproco.
536 - También hemos vuelto a confirmar no sólo los
artículos de las Constituciones y Reglamentos, sino
también el Documento 18 del XX CGE, donde se
delinearon los elementos vocacionales del Coope-

39.7 Page 387

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Anexos
419
rador salesiano y se pone de relieve toda su im-
portancia y originalidad.
1
- Respecto a la animación de los Centros, el Ca- 537
' pítulo ha querido, con apropiadas Orientaciones
operativas, que la Comunidad Salesiana vuelva a
ser el núcleo animador de vuestros Centros, según
el espíritu del art. 21 del Nuevo Reglamento. Y ha
dado prioridad, para la elección de Delegados, a
Hermanos con cualidades y preparación adecuadas.
- Se han dado también nuevas normas referen- 538
tes a la programación y el plan pastoral vocacional
de los Cooperadores, especialmente de los jóvenes,
que, con el crecer de su movimiento, demuestran
la actualidad del ideal de Don Bosco, vivo «en y
para la juventud» de nuestro tiempo. De esta ma-
nera, serán asociados y hechos corresponsables en
la misión común, como ya escribió el XX CGE
(744 b ), cuyas normas y orientaciones conservan
pleno vigor.
- No falta la mención del compromiso misione- 539
ro a que se abren los Cooperadores jóvenes; pues
no ignoramos cómo algunos de ellos, antes de par-
tir, han recibido el crucifijo junto a nuestros Her-
manos misioneros y a las Hijas de María Auxilia-
dora. El CG21, con sus orientaciones sobre misiones,
quiere que todas las Inspectorías promuevan una
directa participación de los laicos en la acción mi-
sionera y desean ver nacer y crecer un Movimiento
Seglar Misionero dentro de nuestra Familia.
- Finalmente, el CG21 ha tomado nota del pro- 540
blema de la aprobación definitiva del Nuevo Regla-
mento, pero juzga que tal decisión no es de su in-
cumbencia.
- Reemprendamos, pues, nuestro camino de após- 541
toles, hombro con hombro. Estamos convencidos de
la importancia que tiene para los jóvenes vuestra
presencia en la común misión salesiana, pues que
encuentran en vosotros «un modelo pedagógico
cristiano totalmente particular» (ACGE, 159), y de

39.8 Page 388

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420
Documentos capitulares CG21
vosotros reciben «una dimensión humana auténtica
y completa» (Doc. I). También vuestra presencia
es importante para nosotros, los salesianos. Efecti-
vamente, de este modo «tenemos ocasión de pen-
sar -al redescubrirla- en la especificidad de nues-
tra vocación de evangelizadores», y con interés re-
novado nos esforzaremos en «formar y unirnos» a
vosotros, nuestros hermanos, para asegurar con más
eficacia la salvación de la juventud» (Doc. I y
ACGE 151, 103 bis, 736).
La Virgen Auxiliadora y Don Basca, nuestro Fun-
dador y Padre, nos ayuden a ser fieles a la vocación
salesiana, tan actual y viva en la Iglesia.
LOS MIEMBROS DEL CG21

39.9 Page 389

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Anexos
421
ANEXO 14
RESPUESTA DEL CG21 AL MENSAJE
¡
DE LAS VOLUNTARIAS DE DON BOSCO
El mensaje de saludo y los sentimientos de gra- 542
titud y participación que nos envió en nombre de
todas las Voluntarias vuestra Responsable Mayor
y que una de vuestras Hermanas nos dirigió per-
sonalmente en la Sala Capitular, coinciden con los
nuestros en el mismo Espíritu que guía los trabajos
de este CG21.
Vuestra oración y en particular la jornada de Ado-
ración Eucarística en que transcurrió vuestro día
de retiro el pasado diciembre pidiendo luz para
nuestros trabajos, ha dado ciertamente sus frutos.
El mes de diciembre fue, en efecto, un mes de gra-
cia especial para el Capítulo General: basta pensar
en la elección del Rector Mayor y los miembros del
Consejo Superior. Agradecemos de veras a Dios y
a todas vosotras, este vuestro aporte espiritual en
el Señor.
Habéis querido reconocer en la Congregación Sa- 543
lesiana «el único y seguro canal que lleva el ge-
nuino espíritu de Don Bosco», repitiendo cuanto la
Primera Asamblea General había afirmado solem-
nemente al votar la pertenencia de vuestro Insti-
tuto a la Familia Salesiana tal y como había sido
definida por el XX CGE. Tal. afirmación figura en
vuestras Constituciones. Y para nosotros es de gran
alegría el constatar cómo esta Familia se va con-
solidando y señalando nuevas presencias según lo
piden tiempos nuevos. Pero todo ello implica ma-
yores responsabilidades para ambos Institutos.
El CG21 ha decidido que en el Consejo Superior 544
haya un Consejero para la Familia Salesiana con
la incumbencia específica de sensibilizar mejor a la
Congregación en el papel que le compete dentro de

39.10 Page 390

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422
Documentos capitulares CG21
esa misma Familia, según el art. 5 de nuestras Cons-
tituciones.
545 Declaráis, además, en vuestro mensaje, y lo ha-
céis con vigor y confiada insistencia, que esperáis
de nosotros el genuino espíritu de Don Bosco, me-
diante la asistencia espiritual confiada a sacerdo-
tes auténticamente salesianos, que creen y aman
al Instituto. Que el Espíritu Santo nos ayude a ele-
gir con prudencia a esos Hermanos preparados para
prestaros tal servicio.
546 Por vuestra parte queréis asegurarnos el don de
vuestra específica «secularidad consagrada», vivida
en un auténtico espíritu salesiano de activa colabo-
ración, para hacer presente en la Iglesia el carisma
de Don Bosco.
Este testimonio vuestro de consagradas es un don
que prometemos «meditar más a fondo», como dijo
a vuestras Dirigente_s Centrales, en su primer en-
cuentro con el nuevo Rector Mayor, nuestro Padre
común.
Enriquezcamos con la oración y renovación de
nuestro compromiso estos intercambios de dones.
Fraternalmente en Don Bosco Santo.
LOS MIEMBROS DEL CG21

40 Pages 391-400

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40.1 Page 391

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Anexos
423
ANEXO 15
RESPUESTA DEL CG21 AL MENSAJE
DE LOS EXALUMNOS SALESIANOS
Queridísimos exalumnos:
Vuestro mensaje no sólo nos ha ofrecido la oca- 547
sión de un encuentro ideal con vosotros, sino que
una vez más nos ha dejado entrever vuestro entu-
siasmo de hijos afectuosos y agradecidos.
Como bien sabréis, algunos miembros de la Junta
de la Confederación fueron invitados a tomar parte
y presentar sugerencias en una reunión de trabajo
de la 5.a Subcomisión del CG21, que trataba sobre
la Evangelización en general y la participación de
los seglares en nuestra misión.
Con grande alegría hemos leído en el texto de
vuestro mensaje el deseo que tenéis de mayor par-
ticipación en nuestra tarea de educadores cristianos
de los jóvenes, particularmente en el seno de cada
Asociación. Así hemos interpretado nosotros las pe-
ticiones contenidas en él y expresadas por la voz
viva de vuestros representantes.
Y por ello, el CG21:
- ha reafirmado plenamente cuanto sobre los 548
exalumnos dicen nuestras nuevas Constituciones y
Reglamentos, y los Documentos del XX CGE;
- ha dado tres Orientaciones Operativas, para 549
atender en modo adecuado a vuestra participación
en la obra de educación integral de la juventud:
a) «Cuiden los Inspectores a nivel de Inspectoría
y los Directores a nivel local de "volver a dar a sus
comunidades la dimensión de núcleo animador de
estas. fuerzas espirituales y apostólicas". Escojan
para este servicio privilegiado a hermanos Delega-

40.2 Page 392

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424
Docwnentos capitulares CG21
dos que tengan las cualidades y preparación ade-
cuadas.
b) Según el plan acordado entre los Consejos
respectivos (SDB, CC, EE) en el próximo sexenio
haga el Inspector conocer a las comunidades las
líneas que regirán la pastoral vocacional y forma-
tiva de los (... ) exalumnos y fije los medios y for-
mas concretas según las cuales serán asociados con
corresponsabilidad a algunas iniciativas de evange-
lización.
e) Esfuércense los Salesianos en formar a los
animadores de la Familia Salesiana, cuidando, des-
de las fases iniciales de la formación, el conoci-
miento de la misma y la asimilación de sus valores.»
550 Confirmando, finalmente, el artículo 5 de las
Constituciones el CG21 vuelve a afirmar vuestra
pertenencia a la Familia Salesiana «en virtud de la
educación recibida» como punto de partida para
una participación más consciente del espíritu sale-
siano en el que crecisteis y con el que os podéis
asociar más íntima y activamente a la misión sa-
lesiana en la Iglesia. Sabemos que existen hoy en
todas las naciones del mundo grupos de exalumnos
que demuestran un admirable ejemplo de fidelidad
a Don Bosco con su esfuerzo comprometido y con
su ayuda a las Obras de la Congregación y la Fa-
milia Salesiana.
Nuestro deseo es que, trabajando según los fines
primordiales de vuestra Asociación, particularmen-
te en la animación del Movimiento y la captación
de los Exalumnos alejados, nos ayudéis a aumen-
tar en la Iglesia los grupos comprometidos que
trabajan según el carisma de Don Bosco.
551 Queridos Exalumnos, es constante nuestro apre-
cio por vosotros, que sois el fruto más precioso del
trabajo educativo salesiano.
Continuad vuestro trabajo en medio de la socie-
dad, como verdaderos hijos de Don Bosco; esfor-
zaos en honrar siei:npre su nombre siendo como
exigía él a sus exalumnos «buenos cristianos y hon-
rados ciudadanos».

40.3 Page 393

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Anexos
425
De este modo el grito común: «¡Viva Don Bosco!»
se hará concreto en una vida fecunda.
María Auxiliadora os bendiga y os ayude a per-
severar en el bien.
LOS MIEMBROS DEL CG21

40.4 Page 394

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426
Documentos capitulares CG21
ANEXO 16
DISCURSO DEL RECTOR MAYOR
DON EGIDIO VIGANO
EN LA CLAUSURA DEL CG21
(12 de febrero de 1978)
l. El gesto final.-2. Unanimidad operativa.-3.
Capítulo de "evaluación" y, por eso, de "conver-
sión" .-4. Primer objetivo: EL EVANGELIO A LOS
JOVENES.-Un · "corazón oratoriano" .-El Sistema
preventivo.-El espíritu de iniciativa.-Una propues-
ta de pedagogía vocacional.-Evitar el peligro del
genericismo.-5. Segundo objetivo: EL PRIMER
PUESTO AL ESPIRITU RELIGIOSO.-Más profun-
da reflexión sobre la "misión" .-El cultivo de al-
gunos valores de unidad.-La importancia vital de
las Constituciones.-La correlatividad de los socios
en la comunidad.-6. Tercer objetivo: LA ANIMA-
CION SALESIANA.-Verdadera novedad de estilo.-
La figura y la función del Director salesiano.-La
responsabilidad para con la Familia Salesiana.-La
devoción a María Auxiliadora.-7. Conclusión.
Queridos Hermanos Capitulares:
Nos encontramos aquí reunidos en el Aula por úl-
tima vez: hoy, por la bondad del Señor, concluimos
el CG21.
552 l. EL GESTO FINAL
Este no debería ser un día «cualquiera», el 100º
de un largo «iter» de nuestros trabajos capitulares,
sino una fecha determinante que caracteriza y da
el toque definitivo a la fisonomía de este Capítulo
y precisa su significado global. En efecto, hoy, te-
nemos que expresar formalmente nuestro gesto fi-
nal de Capitulares: el de asumir como propias las
orientaciones y las decisiones aprobadas.
Esta es la intención que el Rector Mayor quiere
asignar a la celebración eucarística conclusiva: os

40.5 Page 395

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Anexos
427
invito a participar en ella con conciencia explícita.
Hemos experimentado juntos durante más de tres
meses los valores de la comunión en una misma
vocación; lo hemos hecho llegando acá desde un
pluralismo de situaciones, afrontando problemas
nacidos de nuestras diversidades y conviviendo, sí,
fraternalmente, pero en un trabajo de búsqueda no
fácil y metodológicamente no unánime. Podemos
testificar que hemos sentido, entre nosotros, la pre-
sencia del Señor con su gracia de unidad; El nos
ha guiado hacia la convergencia a través de múlti-
ples indicaciones de ruta; ha iluminado nuestra ca-
pacidad de discernimiento y ha movido nuestro
corazón con llamadas al estudio a fondo y con exi-
gencias de conversión; nos ha hablado particular-
mente en las horas de oración.
2. UNANIMIDAD OPERATIVA
553
Durante esta última semana cada uno de nosotros,
meditando en los documentos capitulares para apro-
barlos definitivamente, ha enriquecido y orientado
su conciencia salesiana, poniéndose en sintonía con
las «decisiones» de la asamblea; haciéndolo así, he-
mos comenzado a delinear el verdadero rostro de
este Capítulo General, por el cual éste viene a ser
«el principal signo de unidad dentro de la diversi-
dad de la Congregación» (Const. 151). Dentro de
poco, en la solemne celebración eucarística de clau-
sura, todos estamos invitados a ratificarlo con un
acto consciente de unanimidad.
2.1 Sí; he dicho «unanimidad»; las Inspectorías
y los hermanos tienen necesidad de esta unanimi-
dad; ella constituye un deber para nosotros. No se
trata, lo sabemos, de suprimir las diversidades le-
gítimas, sino de asumir y manifestar claramente la
común aceptación de las grandes líneas orientativas
establecidas en el Capítulo y la concreta voluntad
de actuarlas en el próximo sexenio.

40.6 Page 396

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428
Documentos capitulares CG21
Una tal unanimidad es dimensión integrante de
un Capítulo General; hablo de la unanimidad no
como «método de búsqueda» (efectivamente se ha
trabajado y discutido partiendo de puntos de vista
diferentes y deseando llegar, acaso, a conclusiones
diversas), sino de una unanimidad operativa que
es la «etapa conclusiva» de un acontecimiento sal-
vífica, destinado a toda la Congregación como pla-
taforma operativa del inmediato futuro.
Si es verdad que un Capítulo General no es sim-
plemente un hecho parlamentario, sino un aconte-
cimiento de gracia con espesor sacramental, debe-
mos saber ver en su dinámica una mediación de la
voluntad del Señor; y como los capitulares han
obrado con seriedad y conciencia en las votaciones
finales, el texto aprobado se ha convertido en un
signo auténtico de lo que hay que hacer para ser
fieles a la Vocación salesiana hoy. Efectivamente,
las Constituciones indican expresamente que «los
socios salesianos aceptarán gustosos sus decisiones,
que obligan a todos, apenas el Rector Mayor las
promulga» (Const. 152).
554 2.2 Don Bosco, al presentar las deliberaciones del
3.º y 4.º Capítulos Generales, escribía el 2 de julio
de 1887: «Vosotros sabéis, queridísimos, que las de-
cisiones de los Capítulos Generales tienen gran im-
portancia y ayudan eficazmente a practicar nuestras
santas Reglas; por eso os recomiendo vivamente
que las tengáis en la debida cuenta; léanse atenta-
mente; procúrese conocerlas bien y, lo que es más
importante, practíquense con toda exactitud» (Op.
ed., vol. 36, p. 256). Y, anteriormente, en 1880, al pre-
sentar a los hermanos la nueva colección de las de-
liberaciones. del CG 2.º, escribía: «El desarrollo de
nuestra pía Sociedad en Europa y en América .es una
señal segura de que Dios la bendice de una manera
especial. Por eso, sea propósito de todo Salesiano
hacerse cada vez más digno de la gracia del Señor
con el espíritu de oración, de obediencia y de sa-
crificio. Esto lo podremos alcanzar por medio del

40.7 Page 397

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Anexos
429
exacto cumplimíento de nuestras Constituciones y
de estas decisiones» (MB XIII, 521 ).
Como veis, en el pensamiento de Don Bosco la
unanimidad operativa respecto a las Constituciones
y al CG constituyen una condición «sine qua non»
para nuestra fecundidad vocacional y nuestra vital
identidad.
2.3 Nos toca, entonces, a nosotros aportar al 555
CG su plenitud y su expresión suprema: la de una
asamblea concorde en reconocerlo objetivamente
como tal y en comunicar operativamente a los Her-
manos sus propósitos de compromiso. Esta nuestra
convergencia y unanimidad de intentos ayudará a
hacer percibir mejor la verdad de cuanto afirman
las Constituciones: «Por medio del CG, toda la So-
ciedad Salesiana, dejándose guiar por el Espíritu
del Señor, se esfuerza por conocer, en un determi-
nado momento de la historia, la voluntad del Pa-
dre, que está en los cielos, para prestar un mejor
servicio a la Iglesi~» (Const. 151).
La importancia de este nuestro último gesto ofi-
cial supondrá en todos nosotros una actitud postca-
pitular de testimonio y de responsabilidad anima-
dora: ser en las Inspectorías los portadores de las
orientaciones y de los propósitos de este Capítulo;
serlo lealmente; serlo inteligentemente; serlo gene-
rosamente.
3. CAPITULO DE «EVALUACION»
556
Y, POR ESO, DE «CONVERSION»
Hemos reeptido muchas veces, en estos meses, que
el nuestro era un CG de evaluación con un carácter
particularmente operativo, realmente distinto del
CGE; mejor aún, celebrado precisamente con el fin
de evaluar la incidencia concreta del CGE en la
vida de la Congregación y, por consiguiente, de re-
conocer su extraordinaria importancia, de estudiar
a fondo sus contenidos, de clarificar algunas expre-
siones ambiguas, de completar y actualizar algunos

40.8 Page 398

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430
Documentos capitulares CG21
de sus aspectos y de corregir posibles interpreta-
ciones desacertadas.
Hemos partido directamente de la situación de
vida en las comunidades y hemos analizado la ur-
gencia del momento con los numerosos problemas
anejos. Hemos tratado de hacerlo con lucidez, je-
rarquizando con visión de prudencia los aspectos
de mayor relieve a escala mundial; y hemos mi-
rado, sobre todo, al CGE como cuadro de refe-
rencia.
Nos hemos dado cuenta de que el trabajo no era
fácil y reconocemos que nos ha costado no poco el
pasar, primeramente, de la propia visión personal
a la mayoritaria del grupo; luego, de la de una
subcomisión o de una comisión a la requerida por
la asamblea; y, finalmente, a la global y unitaria
del Capítulo en su expresión definitiva.
Y, todavía, esta última tendrá necesidad de ser
mejor comprendida y robustecida en el estudio y en
la meditación de los próximos días: es necesario,
realmente, que cada capitular se reserve un tiempo
de reflexión y de consideración sintética de los tex-
tos capitulares para asegurar la unanimidad a que
me he referido. Aunque hemos pasado dificultades,
constatamos que hemos llegado a una conclusión
más que positiva; ésta influirá benéficamente en los
compromisos del próximo sexenio.
Demos, de forma panorámica, una mirada rápida
al fruto de los principales trabajos:
557 3.1 La J.a Comisión, con los resultados de su exa-
men analítico, ha llevado a concentrar la responsa·
bilidad del próximo sexenio y del CG22 en las Cons-
tituciones y los Reglamentos; éste ha sido, a mi
parecer, un dato providencial que sólo el transcu-
rrir de los años podrá hacer valorar objetivamente.
Esto ha significado, por una parte, reconocer en
conciencia el ·valor muy positivo del trabajo reali-
zado por el CGE sobre los textos constitucionales y
reglamentarios, y, por otra, precisar, profundizar y
estudiar a fondo el concepto de «texto ad experi-
mentum», que no insinúa la más mínima carencia
de obligatoriedad, ni tiene significado de transito-

40.9 Page 399

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Anexos
431
riedad, sino precisamente lo contrario, o sea, deter-
mina que se trata de un texto que debe ser avalado
con la práctica de la vida. Para que la experiencia
vivida resultase válida, era necesario un espacio más
razonable de tiempo.
En este campo, pues, se abre un programa con-
creto y cargado de trabajo en la Congregación a to-
dos los niveles. La perspectiva, consiguientemente,
es de compromiso fuerte y de programación bien
definida.
3.2 La 2.ª Comisión ha confirmado la peculiar im- 558
portancia de la «misión» en la Vocación de los Sa-
lesianos de Don Bosco, pero ha precisado su sig-
nificado sobrenatural y ha esclarecido sus diversas
exigencias espirituales preocupantes de estos años.
Tenemos en la mano un documento válido, profun-
damente orientativo, que ilumina puntos estratégi-
cos de nuestra misión: la comunidad evangelizada,
la comunidad animadora, el proyecto educativo de
Don Bosco, la fecundidad vocacional, la inventiva
apostólica en nuestros ambientes de acción.
Es algo así como la traducción o aplicación, para
nosotros, salesianos, de la exhortación apostóli-
ca EN.
3.3 La 3.ª Comisión ha revisado, clarificado y pre- 559
cisado todo el vasto campo de la formación, incor-
porando explícitas disposiciones para el Salesiano
Coadjutor y desarrollando el sector específico de
la Formación Permanente; sus orientaciones, apo-
yadas sobre una cuidada lectura crítica de la si-
tuación en la Congregación durante el sexenio
transcurrido, han aportado disposiciones operativas
clarificadoras y concretas acerca de las exigencias
salesianas de una comunidad formadora, los centros
de estudio y la importancia de la formación inte-
lectual, como también sobre el aspecto vital de uni-
dad en las varias fases de la formación, asegurando
la preparación de algunos instrumentos urgentes de
cohesión, como la «Ratio Institutionis» y la «Ratio
Studiorum». Esta Comisión ha afrontado seriamen·
te su tema, hasta el punto de haber podido aportar

40.10 Page 400

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432
Documenros capitulares CG21
ya ahora algunas modificaciones a las Constitucio-
nes y a los Reglamentos.
560 3.4 La 4.ª Comisión ha profundizado el tema del
Salesiano Coadjutor (SC), incluso en su delicada
parte doctrinal; esto abre a las Inspectorías un vas-
to campo de trabajo: bien para una verdadera con-
versión de mentalidad en algunos sectores de la
Congregación, bien para un nuevo impulso de la
pastoral vocacional en favor de la figura del SC y
de una concreta programación paritaria de su for-
mación, bien para la incidencia de la dimensión lai-
ca! del SC en las iniciativas de nueva presencia sa-
lesiana.
561 3.5 El grupo UPS ha ayudado a la asamb_lea en
la preparación de un precioso documento para nues-
tra Universidad; documento que orienta con clari-
dad el vasto proceso de renovación ya en curso en
la UPS (Universidad Pontificia Salesiana) y que de-
berá contribuir a dar a nuestra Congregación un
lugar convenientemente cualificado para la realiza-
ción de su misión en la Iglesia. Si el personal de
la Obra PAS y todos nosotros, particularmente los
Inspectores, sabemos comprender el valor y la ur-
gencia de este alto servicio científico y formativo,
saldrá beneficiado, no poco, el crecimiento de nues-
tra identidad vocacional.
562 3.6 Finalmente, el grupo de los Mensajes nos ha
recordado el papel confiado a la Congregación en la
Familia Salesiana. Hemos vivido momentos emble-
máticos en nuestro CG, gestos de esperanza, que
abren un atrayente horizonte de futuro a nuestras
comunes iniciativas de fidelidad: la visita y el diá-
logo, en el aula, de las Hijas de María Auxiliadora,
de los Cooperadores, de las Voluntarias de Don
Bosco y de los Exalumnos; además, la significativa
reestructuración del Consejo Superior con la desig-
nación de un Consejero para la Familia Salesiana.
Esto exige ciertamente una reflexión de los Inspec·
tares con sus Consejos y de todas las Comunidades
locales en su imprescindible función animadora.

41 Pages 401-410

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41.1 Page 401

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Anexos
433
Esta reseña panorámica del resultado de los tra- 563
bajos capitulares nos demuestra en seguida que he-
mos caminado por un camino justo, aunque a veces
no asfaltado. Para un CG como el nuestro, de ca-
rácter operativo y de evaluación, las metas alcan-
zadas son claramente positivas; debemos saber
explic3:r y' transmitir sus valores a los hermanos.
¡Es un' deber nuestro de creyentes considerar un
poco mejor, a la luz de una inteligencia realista y
de fe, cuanto, con el Señor, hemos podido realizar
en estos meses por el bien de la Congregación! ¡No
dejemos de leer la presencia de Dios en los aconte-
cimientos salvíficos: es ciertamente anacrónico sa-
cralizar las cosas humanas, pero es también perni-
cioso e ingenuo horizontalizarlas!
El ojo de la meditación nos debe hacer penetrar,
como ya hemos dicho, el espesor sacramental de
nuestro CG, corno hacía María con los acontecimien-
tos de su existencia y como han hecho siempre los
grandes creyentes.
Esta actitud es tanto más necesaria en un CG de
«evaluación» porque, precisamente por ser tal, su
conclusión práctica no puede desembocar más que
en un verdadero propósito de «conversión»; y toda
conversión espiritual es obra de la inteligencia de
la fe, vivida con el valor de la esperanza y actuada
con el ejercicio de la caridad. Para iluminar tal
propósito de conversión querría proponeros, ahora,
una síntesis capitular de compromiso práctico.
Considerando los grandes contenidos operativos
del CG21, a la luz del mensaje enviado por el Santo
Padre Pablo VI, podernos individuar tres grandes
objetivos de acción:
A) el Evangelio a los jóvenes;
B) el primer puesto al espíritu religioso;
C) la animación salesiana.
4. Primer objetivo: EL EVANGELIO
564
A LOS JOVENES
El Santo Padre se ha congratulado con nosotros
por haber afrontado el tema «Testimoniar y anun-

41.2 Page 402

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434
Documentos capitulares CG21
ciar el Evangelio: dos exigencias de la vida sale-
siana entre los jóvenes», diciéndonos que «tam-
bién en ello se manifiesta el empeño de los Salesia-
nos por mantenerse fieles a la identidad genuina
de su Institución, que, nacida para dedicarse a la
juventud masculina especialmente de las clases po-
pulares, ha vivido más de un sigló de providencial
y admirable presencia, educando y formando innu-
merables filas de jóvenes».
Y, .seguidamente, el Papa expresa con claridad su
deseo de atraer nuestra atención «sobre la necesi-
dad de mantener este carácter particular de la obra
y de la pedagogía salesiana, tanto más que las ne-
cesidades sociales y eclesiales de los tiempos mo-
dernos parecen corresponder más que nunca al ge-
nio del apostolado de los Hijos de San Juan Bosco,
dirigido preferencialmente a la juventud masculina».
Es de notar, para quien calcula en términos cuan-
titativos, que el mensaje papal desarrolla principal-
mente el tema de la evangelización de los jóvenes;
tal desarrollo constituye casi la mitad de la carta.
Ahora bien, el CG21 ha señalado algunos elementos
característicos de nuestra identidad genuina para
distinguirnos efectivamente como «misioneros de
los jóvenes», portadores del Evangelio a la juven-
tud de hoy.
¿Cuáles son estos elementos? Yo subrayo los prin-
cipales:
565 4.1 l.º: Un «corazón oratoriano»
Es ésta una característica peculiar de Don Bosco,
que Don Albera ha llamado con agudeza «el don de
la predilección por los jóvenes». Deducimos este
elemento de la confirmación capitular de nuestra
adhesión al Fundador; ésta se encuentra un poco
en todas las páginas de los nuevos documentos, y
particularmente en la conclusión: Don Bosco, un
modelo y una presencia.
566 He dicho antes que tendremos que dedicarnos in-
tensamente a conocer, practicar y perfeccionar
nuestras Constituciones, en cuanto que ellas nos

41.3 Page 403

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Anexos
435
aseguran la fidelidad al pensamiento y al espíritu
de Don Bosco. Pero conviene considerar que la rea-
lidad carismática de que era portador nuestro Pa-
dre comportaba una riqueza exuberante de valores
vividos que se expandía más allá de su proyecto
constitucional. Así, entre los escritos más espiritual-
mente significativos para el carisma de nuestro Ins-
tituto hay que enumerar, además de las Constitu-
ciones, también las «Memorias del Oratorio de San
Francisco de Sales» y los diversos escritos sobre
«El Sistema Preventivo».
Hay que saber volver con inteligencia a estas pá-
ginas como a fuentes privilegiadas de autenticidad.
«A las "Memorias del Oratorio" -dice, por ejem-
plo, un estudioso del tema- ·Don Bosco remitía a
sus "hijos" no para que encontrasen el fundamento
de una costumbre jurídica, sino para que encon-
trasen en ellas una "norma para superar las dificul-
tades futuras, aprendiendo lecciones del pasado",
para "conocer cómo Dios mismo ha guiado todas
las cosas en todo tiempo"» (P·. Stella, ciclostilado).
Precisamente en tales páginas es donde descu- 567
brimos el primer elemento característico de nues-
tra identidad original, que he querido llamar «co-
razón oratoriano». En los orígenes del Oratorio de
Valdocco se encuentra el primero y más fundamen-
tal valor salesiano, por el que somos, en la Iglesia,
verdaderos misioneros de los jóvenes. Don Caviglia,
con aguda intuición, ha escrito: «Yo creo que no
se comprenderá nunca a fondo la razón íntima del
sistema educativo (de Don Bosco), si no se tiene
en cuenta la primera de sus concepciones, que
constituía el recuerdo y, digámoslo, la nostalgia de
la vida de aquellos primeros tiempos. ¡Ah! el ori-
gen de las ideas ¡cómo debería servir para expli-
carlas! No es un paréntesis ocioso, si pensamos que
precisamente entonces, en la formación de Domingo
Savio, se concentraron, una vez para siempre, las
orientaciones espirituales que él ha dejado en he-
rencia a los suyos y al mundo» (Op. e scritti ed.
e ined., vol. 4.º, pp. 68-69, SEi). Aquella primera hora

41.4 Page 404

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436
Documentos capitulares CG21
del Oratorio de Valdocco no se ha de considerar
sólo como el comienzo de ésta o aquélla «institu-
ción» (tampoco la excluye), sino como la expresión
más clara y la concreción primigenia de la caridad
pastoral de Don Bosco.
568 Tendremos que volver, pues, como criterio pri-
mero de renovación, al corazón de nuestro Funda-
dor, que es un «corazón oratoriano» no en el sen-
tido de dedicarse a instituir un determinado tipo
de obras, sino en el sentido de vivir y expresar una
actitud pastoral característica que debe distinguir
toda presencia salesiana en cualquier obra. Esta es
la primera opción operativa que hay que subrayar:
urge dar la prioridaq a la «pastoral juvenil», lle-
nando el corazón de «nostalgia oratoriana»; esto
significa poner a la raíz de todo nuestro obrar un
criterio de «predilección por los jóvenes», o sea,
una típica búsqueda de los muchachos y de los jó-
venes, sintetizada en el lema «da mihi animas».
Sólo a través de esta actitud basilar, siguiendo
a Don Bosco, sabremos imbuir cualquier obra de
un espíritu genuinamente oratoriano, en el sentido
histórico de los orígenes de nuestro Carisma.
569 4.2 2.º: El Sistema Preventivo o Proyecto
educativo salesiano
Constituye ciertamente uno de los puntos-clave
del trabajo capitular. El Papa había atraído nuestra
atención «sobre la necesidad de mantener este ca-
rácter particular de la obra y de la pedagogía sale-
siana»; pues bien, el CG21 ha clarificado, ha reac-
tualizado y vuelve a proponer a los hermanos el
Sistema preventivo como «el Proyecto educativo sa-
lesiano»; éste se caracteriza, no sólo por los desti·
natarios y por el típico modo comunitario en que
se pone en práctica, sino también por la particular
organización de sus contenidos, por sus objetivos y
por el estilo, mediante el cual se hace presente entre
los jóvenes. Este Sistema nos conduce directamente
al corazón oratoriano de Don Bosco, a su· manera tí-

41.5 Page 405

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Anexos
437
pica de concebir la evangelización como «salvación
total»; nos conduce igualmente a las experiencias
salesianas más genuinas llevadas adelante bajo la
guía del mismo Fundador y consideradas, por eso
mismo, «ejemplares». Si alguien pensara que ésta
es una propuesta teórica o secundaria, yo me atre-
vería a decir que demostraría no haber compren-
dido ni el corazón de Don Bosco, ni el delicado «mo-
mento» actual de la Congregación.
La identidad de nuestra presencia evangelizadora
en la Iglesia y en el mundo consiste también hoy
en «evangelizar educando». La educación es nuestro
modo preferido y nuestro campo privilegiado de
evangelización; y el anuncio del Evangelio es el ner·
vio y la razón de ser de nuestra arte educativa.
Este Proyecto educativo salesiano, además de una 570
organización de contenidos, comporta un «estilo ca-
racterístico de presencia y de acción». Encontramos
en él la aportación original de «sabiduría» dada por
Don Basca a la Iglesia y al mundo: su asimilación
del Evangelio en clave de caridad educativa, la sín-
tesis que traduce su experiencia de educador y su
espiritualidad. Si S. Agustín decía «ama y haz lo
que quieras», Don Bosco en su sabiduría pedagógica
nos repite: ¡«no basta amar; es preciso saber ha-
cerse amar»!
4.2.1 Nuestro Capítulo propone todo el Proyecto 571
educativo de Don Bosco como programa del sexenio.
El Sistema preventivo:
a) estudiado mediante una reflexión sistemática y
científica profunda (cfr Centros de Estudios Sale-
sianos, UPS);
b) actuado y traducido en términos de praxis en
nuestros «ambientes de evangelización» (cfr proyec-
tos educativos para los diversos ambientes);
e) ofrecido como reflexión pedagógica sistemáti-
ca a nuestros colaboradores e incorporado a la co-
munidad educativa como «filosofía de la escuela sa-
lesiana» (cfr proyectos y propuesta sobre la comu-
nidad educativa);

41.6 Page 406

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438
Documentos capitulares CG21
d) llevado al diálogo y a la comparación peda-
gógica entre los varios proyectos alternativos de
educación, como hizo Don Bosco en su tiempo cuan-
do lo comparó con el Sistema represivo y con los
sistemas «laicos».
Las perspectivas de este esfuerzo son prometedo-
ras. Si se orienta bien, puede marcar un período
de expansión y de difusión de nuestra pedagogía
que se convertirá también en criterio de nuestros
colaboradores, de la Familia Salesiana y de muchos
otros educadores. Podrá ser la «novedad» de la que
los salesianos son portadores característicos en el
encuentro entre la juventud y la Iglesia.
572 4.2.2 El proyecto y el estilo de Don Rosco se rea-
lizan concretamente en «ambientes» y «obras». Don
Bosco, joven sacredote, supo encarnar y enriquecer
su proyecto apostólico. De la simple, si bien rica
realización personal con sus muchachos, pasó a la
búsqueda de un «espacio» donde procuró crear un
«ambiente» que preparaba, facilitaba y completaba
la relación personal. Integró este ambiente con ini-
ciativas adecuadas a las necesidades y a los inte-
reses de los jóvenes. Tal «fórmula» es todavía el
signo del realismo y del «carácter concreto de la
pedagogía salesiana».
Nuestro CG21 para «mantener» el carácter particu-
lar de la obra y de la pedagogía salesiana ha estu-
diado y ofrecido directrices y líneas operativas para
cualificar los ambientes de evangelización:
a) en la línea educativa;
b) en la línea explícitamente catequística y de
formación en la fe;
e) en la línea comunitaria y de participación;
d) en la línea del asociacionismo juvenil. (Si bien
este último tema no ha sido tratado directamente,
ha entrado como componente de nuestro proyecto
educativo en los oratorios, en las escuelas, en las
parroquias: y la asamblea ha demostrado un nota-
ble interés cada vez que se hacía mención de él).

41.7 Page 407

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Anexos
439
4.2.3 Corresponderá a las Comunidades inspecto-
riales y locales hacer penetrar todo esto en la rea-
lidad, pero es cierto y se ve evidente que el Capí-
tulo ha dado directrices, sugerencias e instrumentos
para hacer florecer, como nos ha pedido el Papa,
«el carácter particular» de la pedagogía salesiana.
4.3 3.º: El espíritu de iniciativa
573
Es éste otro elemento característico de las orien-
taciones capitulares: la inventiva pastoral, la fan-
tasía pedagógica, la habilidad, la osadía, el valor, la
astucia santa, son expresión genuina del corazón ora-
toriano de Don Bosco. Los Salesianos de la primera
generación, nos dice el texto capitular, la han apren-
dido en la escuela de nuestro Padre y Maestro, y
la historia de la expansión salesiana en el mundo
es una clara demostración de su eficaz aprendizaje.
4.3.1 El CG21 hace votos por (cfr doc. l.º, n. 155):
a) una renovada aplicación de esta original crea-
tividad salesiana;
b) una atención a la intuición y sensibilidad de
algunos hermanos;
e) un esfuerzo para actuar según el espíritu mi-
sionero de Don Bosco.
Esta llamada capitular a la renovación del espí-
ritu de iniciativa hará posible, esperamos, la reali-
zación de «una nueva presencia salesiana» en favor
de los «numerosos jóvenes de las grandes ciudades,
indiferentes o alejados de la Iglesia y de la fe»;
«de la juventud y el pueblo de los ambientes de
marginación»; y «para la animación de movimientos
juveniles» (cfr n. 158).
4.3.2. ¡Cuánta sana utopía bulle en estas orienta-
ciones capitulares! Se encuentra en plena sintonía
con cuanto el S. Padre nos decía en la audiencia:
«Son millones en el mundo, acaso errantes y des-
orientados por una multiplicidad de voces discor-
dantes, los cuales esperan de vosotros la palabra

41.8 Page 408

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440
Documentos capitulares CG21
de salvación, buscan la mano fraterna y amiga que
con serena firmeza los guíe hacia el Absoluto» (Oss.
Rom., 27-I-1978).
Ya es hora de no dejar por más tiempo la inven-
tiva pastoral a merced de algunos antojadizos, o
acaso amargados o disidentes, sino de asumirla co-
mo patrimonio de toda comunidad salesiana y como
expresión de fidelidad a Don Bosco.
574 4.4 4.º:Una propuesta de pedagogía vocacional
El documento l.º la presenta de forma explícita y
sistemática, clara en sus presupuestos, inserta en
un plan global de maduración en la fe, con suge-
rencias prácticas para los diversos niveles de res-
ponsabilidades. Hay que reconocer que este CG21
ha dado a la Congregación el primer documento
capitular que presenta una guía orgánica de reno-
vación de la pastoral vocacional salesiana. Es de
esperar que esto ayude a recuperar uno de los fines
específicos de nuestra Congregación: el cultivo de
las vocaciones sacerdotales y religiosas.
575 4.5 5.º: Evitar el peligro del genericismo
Así, pues, los textos capitulares son ricos y llenos
de sugerencias al presentar los elementos más ca-
racterísticos de nuestra «identidad original» de mi-
sioneros de la juventud. Si en las Inspectorías no
faltan personas capaces de ponerlos en práctica,
pronto respiraremos aire de avanzada primavera.
Pero no querría concluir este primer objetivo del
«Evangelio a los jóvenes» sin aludir a un peligro
que nos acecha si no insistimos en nuestra «identi-
dad original»; se trata del peligro del genericismo:
no ya misioneros especializados para la juventud
masculina, sino trabajadores comunes sin un dis-
tintivo propio y, por lo mismo, sin necesidad de
inspirarnos en el carisma del Fundador. El Papa nos
ha dicho que nos dirijamos «con preferencial inte-
rés y dedicación a la juventud masculina».

41.9 Page 409

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Anexos
441
Hemos de tener en cuenta que éste es un punto
delicado, que hay que considerar con serenidad y
discernimiento. Toca un elemento de nuestra «mi-
sión», de nuestra «acción específica» y de nuestro
«estilo pedagógico»; por consiguiente, también de
nuestra identidad y de nuestra eficacia concreta.
No sin razón la carta del S. Padre habla de ello
dos veces: la primera vez, relaciona el hecho con
el momento «fundacional», y la segunda, con la re-
novación de nuestra presencia entre los jóvenes, pi-
diéndonos una continuidad de criterio aun en medio
de los cambios del contexto social y cultural.
¿Habrá dado nuestro Capítulo indicaciones sufí- 576
cientemente claras? ¿Habrá creado instrumentos efi-
caces para mantener, aun en la diversidad de situa-
ciones pastorales, la identidad de su misión en lo
que se refiere a los destinatarios y a la organización
de las iniciativas? Pienso que sí. No hay que dra-
matizar algunas situaciones particulares. Pero el Ca-
pítulo ha vuelto a confiar a los Inspectores y a sus
Consejos inspectoriales la función de un discerni-
miento serio y salesiano caso por caso (cfr doc. l.º,
nn. 133-125).
Para este discernimiento ha vuelto a señalar la
importancia de las orientaciones operativas que ya
trazó el CGE y ha confirmado las responsabilidades
comunitarias, la necesidad de la evaluación perió-
dica, la adopción de convenientes cautelas y el diá-
logo con el Consejo Superior para una acción de
asistencia y de clarificación.
Una responsabilidad colocada en las manos de
los Inspectores y de los Consejeros inspectoriales
no significa mayor facilidad para que se multipli-
quen las iniciativas que no vayan dirigidas a nues-
tros destinatarios, sino sencillamente la posibilidad
de dar un juicio circunstanciado y concreto sobre
una situación. A los criterios objetivos, al discerni-
miento salesiano, a la aceptación operativa de las.
indicaciones del Santo Padre, quedan obligados tan-
to las Comunidades locales y los Inspectores con sus

41.10 Page 410

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442
Documentos capitulares CG21
Consejos, como el Rector Mayor y el Consejo Su-
perior.
Hemos de augurarnos y proponernos que todos
estén a la altura de esta hora delicada para nuestra
identidad vocacional.
577 S. Segundo objetivo: EL PRIMER PUESTO
AL ESPIRITU RELIGIOSO
La evaluación sobre la vida salesiana en estos úl-
timos años ha puesto en claro, en varias zonas, un
peligro no irreal de secularidad e, incluso, de secu-
larismo y de aburguesamiento; este peligro provie-
ne de ciertas posiciones ideológicas que han llegado ..
a apropiarse, como se dice, el concepto de «misión»,
puesto en el centro de nuestra renovación por el
CGE, para interpretar su significado de manera in-
debida, adulterando así su verdadero alcance.
Ahora bien: el S. Padre nos ha recomendado que
en la revisión de las Constituciones y de los Regla-
mentos y para la evaluación de su validez y actua-
ción, diésemos «el primer puesto al espíritu reli-
gioso, que debe animar la tradición corroborada ya
por la experiencia y por las enseñanzas del Concilio
Vaticano 11».
El CG21 ha decidido que esta revisión y evalua-
ción se realicen durante el próximo sexenio: de aquí
la particular importancia operativa para nosotros
de la recomendación recibida.
578 5.1 Más profunda reflexión sobre la «misión»
Dar el primer puesto al espíritu religioso, nos
dice Papa, es un criterio de la misma tradición ecle-
sial corroborado, ya, tanto por la ·praxis experien-
cia! cuanto por la reciente doctrina conciliar. Cons-
tituye, por tanto, un punto seguro sobre el cual ayo-
yar nuestra visión de futuro.
No se trata de volver a plantear el famoso debate
sobre «consagración y misión» en vista de un nuevo
enfoque diverso del estudiado y aprobado por el

42 Pages 411-420

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42.1 Page 411

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Anexos
443
CGE; se trata, más bien, de su confirmación por en-
cima de ciertas interpretaciones unilaterales surgi-
das acá y allá. La l .3 Comisión, en el «Anexo» de las
modificaciones consideradas oportunas para la revi-
sión definitiva de las Constituciones, refiriéndose al
planteamiento, al título y a la terminología del Ca-
pítulo IX de las Constituciones, ha afirmado justa-
mente que no reflejan de manera adecuada el con-
tenido de la 3.ª parte ni del Capítulo IX:
«La parte III y el Capítulo IX llevan el título de
"Consagración" y en los artículos aparecen con fre-
cuencia los términos "consagración" y "vida religio-
sa"; pero el contenido correspondiente se refiere
exclusivamente a la profesión y a la práctica de los
consejos evangélicos. Parece que esto no es exacto;
y ello es causa de una cierta tensión entre consa-
gración y misión, que en el texto actual aflora acá
y allá. Pensamos sea necesaria una clarificación:
Con el término "Consagración religiosa" o "Vida re-
ligiosa" creemos se deba entender la globalidad de
nuestra vida de salesianos religiosos: brota de la
acción de Dios que llama, consagra y manda para
cumplir una misión y a ella corresponde nuestra
oferta con la que... nos ponemos a disposición de
Dios para la misión que nos confía; por consiguien-
te, "comprende diversos elementos que se integran
entre sí" (la práctica de los consejos evangélicos,
la misión apostólica y la vida de comunión), y que
"no se pueden separar".
Si la tradición ha ligado la "vida religiosa" esen-
cialmente a la práctica de los consejos evangélicos,
ha sido debido al hecho de que ésta es común a
todos los proyectos de vida religiosa; pero esto no
significa que la vida religiosa se reduzca a la prác-
tica de los consejos evangélicos».
Así, pues: para nosotros, Instituto de vida activa, 579
colocar en el «primer puesto el espíritu religioso»
deberá significar descubrir el origen último y la
fuente que alimenta permanentemente la misión sa-
lesiana.
La fe, en efecto, nos asegura que toda misión en

42.2 Page 412

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444
Documentos capitulares CG21
el Pueblo de Dios fluye del «amor fontal» (AG 2) y
que todo compromiso apostólico brota de la caridad
de Dios Padre, se concreta auténticamente a través
de Cristo, Cabeza de la Iglesia, y se desarrolla y
actúa en el Espíritu Santo.
Por eso la genuina misión salesiana no es ni sim-
ple activismo pragmático, ni sólo iniciativa inde-
pendiente, ni una especie de altruismo antropocén-
trico; sino una verdadera participación en el miste-
rio de la Iglesia, cuya misión prolonga la de Jesu-
cristo, injertándose en aquélla su obediencia (cfr
Hebr. 5,8) con la que se ofreció a mismo al Padre
por la vida del mundo.
De aquí la absoluta necesidad, en toda verdadera
misión, de una intensa unión con Dios. La unión
con Dios constituye la característica que especifica
el espíritu religioso ( = «total consagración de sí
mismo a Dios, amado sobre todas las cosas» - LG
44); además, según el válido juicio de don Ceria,
la unión con Dios es precisamente la definición más
penetrante de la personalidad de nuestro Padre Don
Bosco.
580 5.2 El cultivo de algunos valores de unidad
Uno de los aspectos más concretos del espíritu
religioso es el de vivir el Carisma del Fundador en
sus diversos elementos y exigencias.
El CG21 invita a los hermanos a comprometerse:
a) a un profundo conocimiento de Don Bosco
y de la tradición salesiana (cfr doc. 3 sobre la For-
mación, l.ª parte); esto nos evitará los peligros del
olvido y de ciertas clemitizaciones falsificadoras de
la historia;
b) a una más genuina mentalidad religiosa, su-
perando, por fin, algunas posiciones ideológicas más
o menos de moda, pero ajenas a nuestras Constitu-
ciones y Reglamentos, y en disonancia con la expe-
riencia eclesial y el magisterio (cfr doc. 1, parte 11:
«La comunidad evangelizada»; y doc. 5, nn. 377-386);

42.3 Page 413

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Anexos
445
c) a una clarificación de la obediencia salesiana¡
como la raíz más significativa para nosotros de la
disponibilidad de la misión (cfr doc. 5, Modificacio-
nes en el art. 94 de las Constituciones; el art. 77 bis
de los Reglamentos; doc. 1, nn. 41, 54-55, 155, 6.1.3.
La 1.ª Comisión, al presentar el art. 94 renovado,
nos asegura que «se ponen más de manifiesto tanto
la importancia de la corresponsabilidad, como el
servicio de la autoridad»). Esto nos ayudará a re·
cordar que el voto de obediencia no lo hemos he·
cho a la Comunidad, sino al Superior, a quien nos
sometemos en espíritu de fe (cfr LG 42 y PC 14).
Estos tres aspectos (el conocimiento del Funda-
dor, la genuina mentalidad religiosa y la clarifica-
ción de la obediencia salesiana) son valores priori-
tarios para la unidad de nuestra Congregación. Con
razón el documento sobre la Formación insiste en
recuperar la claridad de algunos aspectos carismá-
ticos que nos aseguran nuestra identidad en las di-
versificaciones culturales.
En un legítimo proceso de descentralización, estos
aspectos constituyen el «polo teologal» de nuestro
carisma, que hay que armonizar con el «polo antro-
pológico» de la pluriformidad. Una preponderancia
de los aspectos culturales propios de las particula-
ridades de una región, acaso exasperada por lo que
se ha venido llamando el «complejo antirromano»,
corre el peligro de dañar la vida de la unidad y el
crecimiento de la comunión; en el Pueblo de Dios,
la historia de las frialdades, de los distanciamientos
y de las rupturas entre estos dos polos están a la
raíz de las polarizaciones y de las separaciones. Es
necesario mantener siempre unidos los dos polos:
¡ni valores carismáticos con pura uniformidad, ni
valores culturales con los ídolos de una ideología o
del nacionalismo!
(NB: Os invito a volver a leer con atención, a
este respecto, el n. 62 de la exhortación apostólica
«Evangelii nuntiandi»).

42.4 Page 414

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446
Documentos capitulares CG21
581 5.3 La importancia vital de las Constituciones
Un proyecto concreto y autorizado de convergen-
cia, que mida y defienda la armonía entre los dos
citados polos, lo tenemos en las Constituciones. Es-
tas preceden y juzgan nuestras pluriformidades; son
una plataforma de unidad, que precisa el espíritu
común y los comunes objetivos, y que delimita el
servicio tanto de la autoridad como de las iniciati-
vas de la creatividad. Sólo la Santa Sede, el Capítulo
General y el Rector Mayor con su Consejo pueden
interpretar auténticamente las Constituciones (cfr
Const. 199); por consiguiente, no sería legítimo un
pluralismo que se antepusiese a ellas o que quisiese
manipularlas en este o en aquel sentido según la
mentalidad de moda.
El CG21 nos recuerda que «la obligación de con-
ciencia de observarlas nace... del vínculo libremente
asumido por el Hermano en la profesión como res-
puesta personal a la llamada del Señor (cfr Const.
200). Vivir las Constituciones es, por lo tanto, -para
todo Salesiano- un acto de fe en Jesucristo y en
su Evangelio, un compromiso de fidelidad a una
vocación recibida como don en la Iglesia, un "cami-
no que conduce al amor"» (n. 378).
Aquí tenemos, pues, un magnífico trabajo que rea-
lizar en los próximos años: volver a descubrir el
verdadero significado de la Profesión religiosa y
profundizar, entre los Hermanos, en el valor y en
el sentido positivo espiritual de las Constituciones.
Tenemos la fortuna de poseer un texto constitucio-
nal muy válido, con una formulación que facilita el
paso de la lectura a la oración; podemos, así, intro-
ducir nuestras Constituciones en los momentos más
espirituales de la vida personal y comunitaria.
582 5.4 La correlatividad de los socios
en la comunidad
Finalmente, dar el primer puesto al espíritu re-
ligioso significa para nosotros recuperar todo el sen-
tido de la dimensión comunitaria salesiana: la Co-

42.5 Page 415

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Anexos
447
munidad inspectorial y local, nos dice el art. 34 de
las Constituciones, es el sujeto al que está confiada,
en primer lugar, nuestra misión. Esto lleva consigo
consecuencias muy concretas sobre las que se de-
berá reflexionar más realísticamente en la progra-
mación de nuestra renovación.
La primera, es la urgencia de saber convivir con
«un corazón solo y una sola alma», para testimoniar
la caridad que nos ha llevado a la profesión religio-
sa y nos hace vivir la consagración.
La segunda, es la importancia de conservar aquel
estilo de vida y de apostolado «comunitario», que
nos distingue en la Iglesia de los Institutos secu-
lares.
Y la tercera, sobre la cual el CG21 ha centrado
una parte destacada de sus trabajos, es la de la
correlatividad y complementariedad de los socios
-sacerdotes, diáconos, coadjutores- por la cual to-
dos viven en reciprocidad de afecto y de correspon-
sabilidad con una forma propia y original. Este ter-
cer aspecto deberá constituir un especial campo de
compromisos postcapitulares, como ya he dicho
antes.
Tales consecuencias exigen, de manera particular, 583
la plena revalorización de la figura del Salesiano
Coadjutor, no sólo doctrinalmente, sino sobre todo
concretamente en el estilo y en las responsabilidades
de convivencia, en la formación y en las programa-
ciones apostólicas y, particularmente, en la pastoral
vocacional.
Pienso que, en muchas zonas, tal trabajo deberá
constituir un objetivo preferencial, para saber pre-
sentar y asumir con lealtad y penetración lo que el
Santo Padre nos ha ayudado a distinguir: la igual-
dad vocacional de todos los hermanos y el particu-
lar servicio comunitario del Director.
El laborioso trabajo, no carente de sufrimiento,
vivido en el Capítulo, respecto a este tema, se con-
vertirá en fuente de luz y de generosidad; y quien
más haya estudiado y sufrido en la búsqueda de su
fidelidad a Don Bosco en este campo podrá influir

42.6 Page 416

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448
Documentos capitulares CG21
más eficazmente para la comprensión y aplicación
de las orientaciones capitulares pertinentes.
584 6. Tercer objetivo: LA ANIMACION SALESIANA
El tercer objetivo que hay que lograr es el de la
animación espiritual como «actividad» que, desde
dentro, mueve a buscar la participación de «todos
los miembros en la vida del cuerpo»; la animación
religiosa es el verdadero antídoto contra el peligro
del indiferentismo y de la pérdida del sentido de
pertenencia. El documento de la 2.a Comisión nos
indica que «el proceso de animación se manifiesta ...
en el crecimiento de la corresponsabilidad y en el
reconocimiento de la complementariedad, como ex-
presión de una conciencia adulta y de un grado de
desarrollada madurez... Para nosotros, los Salesia-
nos, es como un momento y un fruto de la "razón"
y de la "amabilidad" del estilo de Don Bosco» (n. 46).
El saber promover oportunamente la animación
espiritual llegará a ser, de hecho, el elemento prác-
tico más incisivo de nuestra renovación; dicha ani-
mación toca el «alma»: el alma de cada uno, el
alma de la comunidad, el alma de la Familia Sale-
siana; y es expresión de nuestra docilidad al Espí-
ritu Santo, que es precisamente el alma de la Igle-
sia. Con una fuerte renovación de la animación será
como nos sentiremos inmersos en el clima de Pen-
tecostés. La exhortación apostólica Evangelii Nun-
tiandi constata que «vivimos en la Iglesia un mo-
mento privilegiado del Espíritu» (n. 75), y, por ello,
un momento particularmente en sintonía con las
exigencias de una animación que sepa percibir y
seguir la presencia real y la iniciativa salvífica de
Dios en la vida.
·
585 Efectivamente, en clave de misterio eclesial, la
animación está estrechamente vinculada con la pre-
sencia vivificadora del Espíritu Santo, que anima
orgánicamente toda la Iglesia como «Cuerpo» que
tiene a Cristo como «cabeza»; o sea, su animación

42.7 Page 417

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Anexos
449
está ordenada a una comunidad ya construida y ar-
ticulada, para rejuvenecer sus energías, vivificar sus
funciones y estimular su operosidad.
La animación no crea la comunidad, pero la su-
pone y la vitaliza. La animación no da origen a una
independencia individualista, sino que une y armo-
niza los varios dones y los diferentes ministerios:
es propio del alma dar origen y vigencia a la iden-
tidad, la comunión orgánica y el dinamismo de un
ser vivo.
6.1 Verdadera novedad de estilo
586
Comprometerse a la animación significa cuidar
prioritariamente algunos aspectos estratégicos que
hacen crecer el sentido de pertenencia, la conciencia
de corresponsabilidad y el entusiasmo adulto. Esto
lleva consigo el delicado trabajo de convencimiento
de las libertades, las múltiples interrelaciones de
diálogo (reciprocidad, capacidad de escucha, discer-
nimiento de los corazones, comunicación) y el re-
curso al clima de familia en sus variantes expre-
siones de bondad y de servicio.
Se trata de construir un estilo verdaderamente
nuevo de convivencia salesiana de mayor calidad
espiritual, de celo apostólico más agudo y de sen-
cillez religiosa más profunda.
Para lograr esta novedad de estilo deberán sen-
tirse comprometidos todos los hermanos; pero, pre-
cisamente por eso, habrá que concentrar los esfuer-
zos en algunos «animadores» especializados, a nivel
inspectorial, y, sobre todo, en una estudiada reva-
lorización del papel de la autoridad salesiana, par-
ticularmente del Director. Ya los Esquemas Preca-
pitulares (cfr n. 246) habían subrayado las exigencias
de los hermanos en esta materia, y así habían hecho
votos para que la función del Director, denominada
acertadamente «ministerio de la animación comuni-
taria», fuera considerada como uno de los puntos
focales del CG21.

42.8 Page 418

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452
Documentos capitulares CG21
HMA, a los Cooperadores, a las VDB y a los Exalum-
nos, y lo sabemos por la experiencia que tenemos
de los otros grupos.
En consecuencia, se abre aquí un nuevo frente;
y habrá que preparar seriamente y con urgencia en
todas las Inspectorías un contingente de «anima-
dores» idóneos y competentes.
¡Pobres de nosotros, dirá alguno; entonces toda
la Inspectoría se va a tener que poner ahora en
estado de emergencia para la formación!
¡Eh, sí, poco menos! No es el CG21 quien ha inven-
tado artificialmente tantas urgencias formativas: es
la realidad más viva y más apremiante quien las
reclama.
Por tanto, habrá que adecuarse a las exigencias
de esta realidad que nos rodea y decidirnos a cam-
biar, en todos los casos, nuestra mentalidad «de
manager» de tipo activista, recordando que, en los
cambios de la historia, el futuro no está en manos
de las obras ya instituidas, sino en manos de las
personas, las comunidades y la Familia, en cuanto
que constituyen el sujeto vivo y permanente de la
Vocación salesiana. Por ello será importante consi-
derar con particular atención las orientaciones ope-
rativas del documento 1, en los números 61 y 79,
sin echar en olvido cuanto os decía sobre la deli-
cadeza de algunos problemas ya sentidos en algunas
partes.
589 6.4 La devoción a María Auxiliadora
Un aspecto particularmente característico, para
nosotros, en este nuevo esfuerzo de la genuina ani-
mación salesiana es el de saber reactualizar en pro-
fundidad doctrinal y en actualidad pastoral la di-
mensión mariana de nuestro carisma (cfr ACGE,
105, 545).
Ya hemos hablado de ello con ocasión de la pre-
sencia entre nosotros del Consejo Generalicio de las
HMA y en la breve conmemoración del centenario
de la muerte de Pío IX. Os confieso mi íntima con-
vicción, cada vez más lúcida y más honda, que sin

42.9 Page 419

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Anexos
453
un nuevo empeño en reavivar esta devoción no lo-
graremos gran cosa en todo lo demás. La Congre-
gación ha nacido y ha crecido por la intervención
de María y se renovará en la medida en que la Vir-
gen vuelva a ocupar el puesto que le corresponde en
nuestro carisma.
Miremos los orígenes de la Vocación salesiana,
miremos las actitudes y las iniciativas de Don Bos-
co, miremos el significado histórico de esta devo-
ción en la vida de los misioneros y de los primeros
grandes discípulos de Don Bosco, y encontraremos
que la expresión de nuestro buen Padre de que «Ma-
ría lo ha hecho todo», porque Ella es la «fundadora
y la sustentadora de nuestras obras» (cfr MB VII,
334) es un dato cierto vocacional; y uno de los ele-
mentos que volverá a brillar con intensidad cada
vez que nos renovemos objetivamente.
6.4.l Nuestra actitud mariana debe apoyarse en 590
dos líneas fundamentales muy concretas, expresión
realista de la verdadera fe:
a) el misterio de la resurrección, por el cual es-
tamos seguros de la actividad motriz de las reali-
dades escatológicas ya ahora en la historia; de ma-
nera particular la convicción de fe de que la «ma-
ternidad de María en la economía de la gracia per-
dura sin cesar... ; pues, asunta a los cielos, no ha
dejado esta misión salvadora» (LG 62);
b) y un trato muy concreto y práctico de filia-
ción personal, por el que nos insertamos en la ur-
dimbre de los acontecimientos salvíficos, no con
la ciencia de los «ideólogos de los proyectos», sino
con la practicidad operativa de los «monjes de las
cosas».
Don Bosco se colocó precisamente sobre estas dos
líneas e hizo de su devoción a la Virgen una expre-
sión extraordinaria de fe en la presencia de los va-
lores pascuales en la historia, con su consecuente
laboriosidad verdaderamente constructiva en favor
de la sociedad humana. Debemos, como él, insertar-
nos en lo vivo del movimiento mariano más actual,
incrementando con todo interés la devoción a Ma-

42.10 Page 420

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454
Documentos capitulares CG21
ría Auxiliadora; y esto, en el ámbito operativo pre-
ferido por él; de hecho, también en este campo,
como de costumbre, «la actitud de Don Bosco es
la de educador cristiano y de pastor de almas, más
que de teólogo especulativo» (P. STELLA, Don Bosco,
II, p. 152).
Considero útil, en esta materia, subrayar un as-
pecto que ya os he recordado en otras ocasiones.
La devoción de Don Bosco a la Virgen, vista como
Auxiliadora del Pueblo cristiano, está unida a los
acontecimientos concretos de la existencia, se su-
merge en el curso vivo de la historia, en sus labe·
rintos y en sus pasiones, pero se conserva clara-
mente escatológica (Don Bosco diría «religiosa»); no
se transforma en una «cruzada de cristiandad»;
siente y participa en las vicisitudes socio-culturales
y en los incesantes caminos nuevos de los pueblos
en su proceso ininterrumpido de nuevos niveles de
liberación; pero no se convierte jamás en política;
es realista, pero transcendente, en plena sintonía
con la misión específica de la Iglesia (cfr GS 42).
591 6.4.2 Añado una última observación sobre nues-
tra característica mariana, que tenemos que reavi-
var. La devoción a María Auxiliadora es, por una
parte, un estilo de filiación, o una original visión
de la espiritualidad, con la que se contemplan y se
proclaman los diversos aspectos salvíficos y los di-
ferentes títulos de gracia con que la Iglesia venera
a la Virgen; por consiguiente, es una devoción, no
de concurrencia, sino de multiplicación y de acti-
vidad eclesial.
Por otra parte, para nosotros y para nuestra Fa-
milia, la devoción a María Auxiliadora constituye
una verdadera síntesis de la fisonomía espiritual
salesiana, porque expresa vitalmente sus componen-
tes de transcendencia religiosa, de realismo pedagó-
gico, de esperanza operativa y de incondicional
bondad.
El Rector Mayor ha pedido a las HMA que se
consideren comprometidas, de manera muy espe-
cial, en esta común responsabilidad de reactivar,

43 Pages 421-430

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43.1 Page 421

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Anexos
455
con fuerza renovadora, la devoción a María Auxi-
liadora en toda la Familia Salesiana; a nosotros
nos toca, en las Inspectorías y particularmente en
los Santuarios dedicados a Ella, suscitar con en-
tusiasmo y renovación de criterios tantas iniciati-
vas de colaboración. Un nuevo despertar mariano
nos hará comprender y repetir lo que Don Bosco
escribía a Don Cagliero: «Confiad todas las cosas
a Jesús Sacramentado y a María Auxiliadora y ve-
réis lo que son milagros» (MB XI, 395 ).
7. CONCLUSION
592
Queridos Hermanos capitulares, he terminado.
He querido concluir nuestras sesiones con un in-
tento de visión sintética en la perspectiva de nues-
tros compromisos postcapitulares; las reflexiones
que os he comunicado espero servirán para desper-
tar la urgencia de una meditación personal en cada
uno de los Capitulares sobre el conjunto de los do-
cumentos y de los acontecimientos que ahora se
llamarán el CG21: debemos saber descubrir el so-
plo del Espíritu en las principales líneas pragmá-
ticas de nuestra acción.
El jueves pasado el cardenal E. Pironio, con el
inapreciable don de su visita, nos puso en gozosa
sintonía con el Espíritu Santo, para saber interpre-
tar y aplicar el CG: aprovechemos la extraordinaria
riqueza y el concreto sentido pastoral tanto de su
conversación como de su homilía.
Yo os agradezco a todos vosotros el patrimonio
de comunión salesiana atesorado, entre todos, en
estos meses y me asocio con vivísima gratitud a
cuanto ha expresado fraternalmente nuestro Don
José Sangalli.
Y, antes de salir para prepararnos a la celebra-
ción eucarística de clausura, escuchad todavía el
saludo final que Don Bosco dirigía a los Capitula-
res del III CG en Valsálice en 1883: «Al volver a
vuestras casas, saludaréis a los hermanos y a to-
dos los jovencitos. Llevad el pensamiento de que la

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456
Documentos capitulares CG21
gloria de la Congregación está con vosotros: todo
está en vuestras manos. La ayuda de Dios no fal-
tará. Tenéis en Turín amigos y un Padre. Rezad
por él, y él no se olvidará de vosotros en la Santa
Misa» (MB XIII, 418).
También en la Casa Generalicia de Roma será así.
¡Gracias!
Roma, 12 de febrero de 1978.

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Anexos
457
ANEXO 17
CRONOHISTORIA DEL CG21
1. La llegada de los Capitulares
(18-22 de octubre de 1977)
Verano 77: a medida que se acerca la fecha, los
trabajos de preparación de la gran asamblea capi-
tular toman un ritmo vertiginoso: todo debe estar
preparado para recibir lo mejor posible a los 184
«padres capitulares» y a los observadores prove-
nientes de los cinco continentes. «Nos habéis es-
perado y amado aún antes de conocernos», confe-
saba admirado un capitular.
Ya se les habían mandado a todos, con tiempo,
los «Esquemas Precapitulares», el Reglamento del
CG21 y el módulo para escoger el tema y la corres-
pondiente comisión de trabajo.
Mientras en la Casa Generalicia se hacen los úl-
timos preparativos, comienzan a llegar los primeros
capitulares, que luego se hacen más numerosos, a
medida que se acerca la fecha fijada. Es un en-
cuentro alegre de viejos y nuevos amigos, cuya ale-
gría contagia también a quien, por primera vez,
tímidamente, pone el pie en la «Pisana». Es mo-
mento de recuerdos y de nuevos contactos.
2. Los Ejercicios Espirituales
(23-29 de octubre de 1977)
Domingo 23 de octubre, jornada m1s10nera mun-
dial, comienzan los Ejercicios Espirituales. Con su
pausa de silencio y de recogimiento facilitan el paso,
de las preocupaciones y urgencias cotidianas, a un
progresivo clima de comunión, de búsqueda interior
y de separación crítica de los problemas, además de
una necesaria carga espiritual.

43.4 Page 424

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458
Documentos capitulares CG?.1
Los primeros días se desarrollan en la forma tra-
dicional. Monseñor Felipe Franceschi, con sus me-
ditaciones, introduce a los capitulares en una dimen-
sión de servicio plenamente eclesial y salesiano. La
solemne liturgia penitendal concluye un estilo y
abre otro. Los dos días restantes, los capitulares
son iniciados, bajo la guía del Padre Luis Gonzá-
lez S. l., a un ejercicio concreto de «discernimiento
de espíritus», como preparación espiritual y psico-
lógica a las discusiones capitulares.
29 de octubre: la primera etapa importante de]
camino capitular se concluye en la fiesta litúrgica
del beato Miguel Rua.
3. Apertura del CG21
(31 de octubre de 1977)
31 de octubre: solemne apertura del CG21. La Con-
celebración eucarística, presidida por el cardena]
Pironio, Prefecto de la Sagrada Congregación de
Religiosos, crea el clima espiritual necesario para
captar la profundidad salvífica del acontecimiento.
A las 10,30: en el Aula magna, llena de capitula-
res, invitados, miembros de la Familia Salesiana y
amigos, tiene lugar la primera sesión plenaria. To-
dos, a una sola voz, rezan: «Henos aquí, Señor, Es·
píritu Santo, henos aquí en tu presencia... ven a
nosotros ... enséñanos qué hemos de hacer, la meta
a conseguir... , sé tú nuestro guía... , únenos. Amén».
El Regulador, presentado por el Rector Mayor,
presenta, a su vez, a los que serán la Secretaría del
Capítulo. Sigue luego la lectura del mensaje en-
viado por Pablo VI por medio del Secretario de
Estado, cardenal Juan Villot.
Muchos, son los mensajes augurales y las adhesio-
nes. Entre éstas, cabe señalar la que llega del Viet-
nam: «Unidos en oración y en el espíritu salesiano,
con el CG21 nos comprometemos a la fidelidad a
Don Bosco y a la misión salesiana. Hermanos Viet-
namitas».

43.5 Page 425

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Anexos
459
El Rector Mayor pronuncia el discurso de aper-
tura. Este Capítulo, dice, se celebra exactamente en
el centenario del primer Capítulo General de la Con-
gregación Salesiana. Le corresponde ser el «capítulo
de la verdad».
El cardenal Pironio señala en el Capítulo tres
dimensiones: es, dice, un acontecimiento salvífica,
eclesial y familiar. Y nos deja con un ¡«arrivederci»!
Esta primera jornada tiene también otro polo de
interés especial: la Relación General sobre el es-
tado de la Congregación del Rector Mayor don Luis
Ricceri: amplia, bien trabada, documentada, abierta
a las luces y a las sombras. Sobre ella los capitu-
lares son invitados a reflexionar, como base de par-
tida para la «evaluación» que habrán de hacer.
4. El rostro de la Congregación
Es un mundo variado, complejo y rico de expre-
siones como el rostro de la Congregación, el que
representan y, en cierto modo, reproducen los 210
salesianos directamente empeñados en el CG21: 184
capitulares, 10 observadores, siete ayudantes de la
secretaría, ocho de la traducción simultánea y un
encargado del complejo sistema electrónico de la
sala capitular.
Hay lentitudes inevitables debidas al número
elevado de capitulares; problemas de comunicación
y comprensión a causa de la diversidad de lenguas;
dificultades provenientes de la presencia contem-
poránea de mentalidades, necesidades, sensibilida-
des y problemáticas que reflejan realidades y si-
tuaciones harto distantes, no sólo geográficamente
sino también culturalmente. Pero, por encima de
todo, domina el amor a Don Bosco y a la Congre-
gación, y unas enormes ganas de trabajar.
5. Noviembre: «primeros pasos»
Las jornadas capitulares se van llenando, día a
día, de trabajo y de estudio. El horario diario está
distribuido de modo que haya espacio para la ora-

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460
Documentos capitulares CG21
ción comunitaria, para el estudio personal y para
los encuentros de grupo y de asamblea.
La compleja máquina capitular va entrando gra-
dualmente en marcha, constituyendo los instru-
mentos necesarios para su buen funcionamiento.
Aprueba con rapidez el Reglamento, reservándose
el revisar, corno sucederá de hecho, aquellas nor-
mas que creasen dificultad. Son elegidos modera-
dores, los cuales, junto con el Presidente y el Re-
gulador, forman la Presidencia del CG21. Pocos días
después, se constituye la Comisión Central de Coor-
dinación. También las Comisiones, propuestas en su
día por el Consejo Superior, tras un largo e intenso
debate, obtienen el pase de la Asamblea. El grupo
de trabajo sobre «el Salesiano Coadjutor», por ra-
zón de la importancia del terna, se constituye en
Comisión, con el derecho, por tanto, de presentar
los resultados de su trabajo directamente a la
asamblea general sin pasar por otras Comisiones.
Otro paso importante hacia la «normalización» es
la elección de responsables provisionales de las Co-
misiones. En cuanto lo permita el mutuo conoci-
miento, se procederá a la definición de los órganos
directivos de las Comisiones y Subcomisiones. Para
cuestiones de procedimiento y reglamento dudosas,
se encarga la Comisión para el Reglamento, y para
la información oportuna de los hermanos se nom-
bra la Comisión para la Información. Su cometido
es informar al mundo salesiano sobre los trabajos
del CG con «Noticias» frecuentes y objetivas.
4-5 de noviembre. El Rector Mayor responde a las
preguntas de clarificación sobre la Relación Gene-
ral. Estas son abundantes y clasificadas, y tocan,
en un clima de libertad y de franqueza, todos los
puntos cualificantes de la Relación. Las interven-
ciones manifiestan convergencia, y también diver-
gencias, respecto al análisis ofrecido. Hay quien
pone de relieve la presentación de una Congrega-
ción de rasgos muy destacados, no obstante, los
claroscuros, y quien tiene la sensación de una línea
de pesimismo en la evaluación de la realidad y de
la reciente historia.

43.7 Page 427

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Anexos
461
Con igual franqueza el Rector Mayor responde
que «ha mirado a la Congregación con la sinceridad
y el amor de un hijo que ama a su madre, pero
que no cierra los ojos ante los peligros que la ame-
nazan... No soy pesimista, concluye, pero tampoco
un fácil optimista... ; el optimismo lo tenemos cada
uno de nosotros en nuestras manos».
6. «La carta del Papa»
El mensaje de Pablo VI, enviado a través del
cardenal Villot, estará constantemente presente en
los trabajos capitulares, suscitando, desde los pri-
meros pasos, algunas perplejidades y dudas sobre
su significado y su alcance.
La respuesta del Rector Mayor es clara y sale-
siana. Cita el artículo 128 de las Constituciones:
«La Sociedad Salesiana reconoce como superior su-
premo al Sumo Pontífice». Y prosigue: «El Rector
Mayor ve en el Papa, con el corazón de Don Bosco,
su directo superior, y sobre todo el Padre aman-
tísimo y benevolentísimo de la Congregación». Esta
carta, dice, «es como una invitación a reflexionar
seriamente sobre un problema fundamental de la
Congregación cual es el de nuestra identidad. No
un condicionamiento, sino una ayuda de quien tie-
ne toda la autoridad sobre la Congregación... y
como grande amigo que es, siente en su corazón
la vitalidad y la fecundidad de la misma... Por eso
nosotros hemos de estar agradecidos al Santo Pa-
dre Pablo VI».
7. Hablan los periódicos
«Abierto examen para los salesianos». «Llegados
de todo el mundo para ofrecer nuevos rumbos a
la Congregación». «A cien años del Capítulo cele-
brado por Don Bosco, el CG21 de los salesianos».
«Los salesianos al encuentro de los "más pobres"
del mundo». «El futuro de la Congregación». «Los
salesianos reunidos en Roma buscan nuevos cami-
nos, después de una dura crisis»... Estos son al-

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462
Documentos capitulares CG21
gunos de los títulos de los diarios italianos; señalan
claramente que el CG21 «marcará una etapa deci-
siva para la Congregación».
8. Una gran familia
El CG21, con el pasar de los días, acorta distan-
cias psicológicas y se convierte cada vez más en
comunidad, familia capitular. Los momentos de
encuentro informales facilitan los contactos. Los in-
tervalos del trabajo capitular se aprovechan como
momentos preciosos para el intercambio de pare-
ceres, para una confidencia, un consejo ... En el co-
medor, con puestos libres, el círculo de conocimien-
tos y de intercambio de experiencias se ensancha.
El espíritu de iniciativa y la alegría fraterna se
manifiestan a alto nivel en la celebración de la ve-
lada en honor de la Inmaculada, y en la velada de
fraternidad, a mitad de enero, en honor de los nue-
vos superiores, con el saludo agradecido a quienes
concluían su servicio, en particular a Don Ricceri.
El nuevo Rector Mayor comenta: «¿ ... el espíritu
salesiano? ... No se describe, se vive así».
La fantasía se pone al servicio de la común ale-
gría, y se organizan encuentros de fraternidad con
ocasión de cumpleaños y onomásticos. También en
el Aula capitular se mantiene constantemente el
sentido del humor: antídoto infalible contra el can-
sancio y tónico eficaz para la rápida recuperación
tras un momento de tensión.
9. La «cuestión previa»
Jueves 10 de noviembre. La primera Comisión
<<Constituciones y Reglamentos» presenta a la aten-
ción de la Asamblea una importante cuestión que
se considera previa a su trabajo y al del mismo Ca-
pítulo 21: «¿Aprobación definitiva de las Constitu-
ciones y Reglamentos, o continuación de la expe-
riencia por otro sexenio, con eventuales retoques
y modificaciones?». Los argumentos a favor de una
u otra hipótesis son numerosos y bien documen-

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Anexos
463
tados. Con todo, la mayor parte de quienes toman
la palabra en el aula se pronuncian por una pro-
longación de la experimentación, aunque no pocos
insisten en que un eventual nuevo sexenio «ad ex-
perimentum» no debe cerrar a priori la posibilidad
de aportar modificaciones, incluso sustanciales, al
texto constitucional. Ulteriormente precisada, la
«cuestión previa» se somete a votación, quedando
confirmada con amplitud la orientación que ya
aparecía más fuerte en la discusión.
10. Correo de familia
A primeros de noviembre llega, inesperada, una
carta del Vietnam. Son nuestros hermanos salesia-
nos. Sienten no poder estar presentes en el CG21
y aseguran su unión espiritual con la asistencia de
sus oraciones y con un rico tesoro de sacrificios
ofrecidos al Señor. «Don Bosco estará con nosotros
si nos mantenemos fieles a su ideal».
28 de noviembre: el cartero de nuevo llama a la
puerta. Don Ziggiotti escribe al Rector Mayor y a
todo el Capítulo: «Soy feliz de poder colaborar,
pero sólo con el ofrecimiento total de mi vejez,
después de setenta y ocho años de vida salesiana».
11. Un trabajo escondido
Pasan las semanas del CG21. Alguien, dominado
por la impaciencia y la prisa, quisiera ver algún
fruto, mientras que las asambleas plenarias se dis-
tancian.
¿Dónde están los capitulares? Bajo la hábil y a
veces enérgica guía de los Presidentes de las Co-
misiones, están haciendo trabajos de excavación,
de cimentación, de proyecto del edificio del CG21.
Acumulan material de construcción, seleccionan
proyectos, extienden y confrontan esquemas... Se
trata de un trabajo que no se ve, que no se cons-
tata inmediatamente, que exige tiempo, fatiga, pa-
ciencia. Se apreciará cuando, sobre los cimientos,

43.10 Page 430

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464
Documentos capitulares CG21
se vean asomar y dibujarse las estructuras del edi-
ficio capitular.
Entre tanto, por los corredores de la Pisana se
oye hasta tarda noche el tecleo de las máquinas de
escribir, y la «prensa» suena infatigable en la tipo-
grafía. Las Comisiones están trabajando. Se estu-
dia, se busca, se va a las fuentes ... Se alternan
momentos de estudio y reflexión personal con en-
cuentros de Comisión y Subcomisión. Reuniones va-
rias veces al día; se discute incluso animadamente,
se hilvanan esquemas... Algunas Comisiones pare-
cen caminar decididas hacia el debate asamblear,
otras pasan por dificultades e indecisiones, pero,
en todo caso, los trabajos van adelante. Los diver-
sos temas van tomando forma ... El Capítulo entra
en lo vivo de los problemas a los cuales debe dar
una respuesta.
12. Diciembre: «Las primeras piedras preciosas»
A primeros de diciembre la primera Comisión
presenta en el aula un documento de trabajo so-
bre las «estructuras de gobierno a nivel mundial».
El presentar este esquema el primero, obedece, por
así decir, a la proximidad de la elección del Rector
Mayor y de su Consejo. La Comisión pide un pro-
nunciamiento sobre la reestructuración de algunos
«Dicasterios», sobre la figura y número de los Con-
sejeros regionales, y sobre la situación especial en
que se hallan las inspectorías de Polonia. En el de-
bate se delinean las distintas posiciones, esclareci-
das posteriormente por preguntas-sondeo.
Entre los cometidos del CG21 figura también el
estudio de los problemas de la UPS-Obra PAS, a los
cuales se dedica un grupo de trabajo. Una amplia
relación del Consejero para la formación expone
los pasos realizados en estos seis años, subrayando
particularmente la elevación del Ateneo Salesiano
al grado de Universidad Eclesiástica; documenta el
trabajo hasta aquí hecho y los problemas que es-
peran solución.

44 Pages 431-440

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44.1 Page 431

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Anexos
465
13. La oración
La oración constituye diariamente el momento
fuerte del Capítulo. La Eucaristía, celebrada por
grupos lingüísticos o comunitariamente, se convier-
te en el corazón y el signo de la comunión capitular.
Se viven con más intensidad también las etapas del
año litúrgico mediante la celebración de la Palabra
de Dios: Cristo Rey, Adviento, Inmaculada, Navi·
dad... Particularmente sentidas las fiestas salesia·
nas: la del beato Miguel Rua, San Francisco de Sa-
les, Don Bosco. Es la primera vez en la historia de
la Congregación, que un Capítulo General se en-
cuentra reunido el día del Fundador. El templo de
Don Bosco en Roma acoge a los capitulares para
una solemne concelebración presidida por el carde-
nal Felici.
La actividad febril no impide encontrar tiempo
para algunos retiros espirituales, guiados por el
cardenal Garrone, y por don Aubry. Es el momento
saludable de la pausa del espíritu y de más íntimo
contacto con Dios.
El último mes ve nacer una iniciativa espontánea
de oración. Un nutrido grupo de capitulares acom-
pañan el trabajo con una media hora diaria de ado-
ración ante el Santísimo.
14. Señales de cansancio
El tiempo pasa, y el pensamiento vuela a las pro-
pias inspectorías, al mucho trabajo que espera, a
los hermanos ... mientras el CG avanza engullendo
días sin que se entrevea el final.
El 9 de diciembre la Presidencia toma la iniciati-
va, y pregunta a la asamblea sobre la oportunidad
de proyectar la clausura de los trabajos capitulares
no más tarde del período comprendido entre el 15
y el 25 de enero. La respuesta positiva manifiesta,
sobre todo, la esperanza y la voluntad de llevar a
buen puerto con seguridad y optimismo el trabajo
emprendido.

44.2 Page 432

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466
Documentos capitulares CG21
15. El séptimo Sucesor de Don Bosco
El mismo 9 de diciembre la asamblea, pregun-
tada, opina que es tiempo de elegir el sucesor de
Don Bosco. Los capitulares, con vivo sentido de
responsabilidad, piden y dan útiles informaciones
sobre posibles candidatos, pero sobre todo buscan
luz y consejo, personalmente y comunitariamente,
en la oración intensa y prolongada.
15 de diciembre. La jornada se abre con la con-
celebración plenaria. El Presidente reza: «Padre... ,
ilumínanos en la elección que debemos hacer, acom-
paña con tu Espíritu a los elegidos ... ».
A las 9: asamblea plenaria. Cuando a la segunda
votación, la voz del escrutador repite por 92.ª vez
el nombre de don Egidio Viganó, estalla el aplauso
en torno al nuevo Padre: Don Bosco tiene su sépti-
mo sucesor.
Los flashes fijan estos momentos históricos, con-
movedores y festivos, genuinamente salesianos. En
el palco de la Presidencia. don Ricceri recibe al
neo-electo con un caluroso y afectuoso abrazo. A la
pregunta de rito, don Viganó responde: «Acepto
con grandísima esperanza».
La noticia se difunde en un momento por todo el
mundo salesiano: no se conocen distancias. Llueven
los telegramas de felicitación de todos los conti-
nentes.
Los «grandes electores» se reúnen de nuevo, pri-
mero para elegir al Vicario del Rector Mayor, el
día 19; luego, para los miembros del Consejo Su-
perior encargados de sectores especiales, el 22; y, el
27 de diciembre, para los siete regionales.
Todos los elegidos, «repetidos», «promovidos»
o «matrículas», como se dicen, aceptan su mandato
con la serena convicción de que en el CG se ha
manifestado la voluntad de Dios.

44.3 Page 433

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Anexos
467
16. Las «buenas noches»
Desde los primeros días del Capítulo, las buenas
noc1:i.es han sido uno de los momentos fuertes espe-
rad.os de la jornada. Durante los Ejercicios Espi-
rituales las dio el Rector Mayor, que habló de al-
gunos temas de familia. A continuación se fueron
sucediendo, en el micrófono de la tarde, con un
orden que obedecía a criterios no bien definidos,
los Superiores y los Inspectores.
Evidentemente, los «dos o tres» minutos tradicio-
nales no eran suficientes. Se alargaron a 15, a 20...
seguidos siempre con sumo interés, porque iban
exponiendo ante los ojos de los capitulares el ros-
tro de la Congregación en sus rasgos más significa-
tivos. Ha resultado como un gran fresco, o un mo-
saico, que revela la realidad de la Familia Salesiana
en la Iglesia y en el mundo. Día tras días, a me-
dida que se iban juntando las piezas del mosaico,
la imagen de la Congregación aparecía grandiosa y
sugestiva, con sus luces y sombras, con sus pers-
pectivas y sus limitaciones, con sus realizaciones
concretas y con sus esperanzas, puestas en las
bendiciones de Dios y en la buena voluntad de los
hombres.
17. «Se va adelante»
La primera Comisión prosigue en su trabajo pre-
sentando a la asamblea un esquema sobre las es-
tructuras de gobierno a nivel inspectorial y local,
y concretando su trabajo en algunas propuestas de
modificación de artículos constitucionales.
20 de diciembre. La Comisión IV tiene su primer
encuentro en la asamblea. Presenta «algunas orien-
taciones sobre la identidad y problemas inherentes
a la pastoral vocacional y a la formación del sale-
siano coadjutor».
El 22 le toca el turno a la tercera Comisión con
su documento sobre «La formación para la vida sa-
lesiana».

44.4 Page 434

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468
Documentos capitulares CG21
El último, muy esperado y triunfal, entra en el
aula el «documentazo» de la II Comisión «Los sa-
lesianos evangelizadores de los jóvenes». Es el 31 de
diciembre, y el canto del Te Deum, aquella tarde,
es más convencido y solemne.
18. La jornada de los ausentes
17 de diciembre. La comunidad capitular se aprie-
ta en fraterna amistad en torno a un grupo de her-
manos originarios de los países del Este europeo
en la jornada dedicada al recuerdo y a la oración
por las inspectorías y hermanos forzadamente au-
sentes del CG. Participan también los muchachos
de los colegios Lituano, Eslovaco y Ucraniano de
Roma, que presentan un aplaudido acto folklórico.
Alrededor del altar, durante la concelebración
plenaria, se rinde testimonio a la heroica fidelidad
de estos hermanos a su vocación salesiana, mien-
tras los cantos de los jóvenes ucranianos y eslove-
nos crean una atmósfera de profunda y conmovida
oración por los hermanos perseguidos.
19. Enero: «a marchas forzadas»
Los problemas y las fechas apremian. Las hojas
impresas se acumulan sobre la mesa de trabajo,
la carpeta aumenta: hay ya quien recurre a la bol-
sa... ; alguno piensa también en un posible carrito
con el cartelito matrícula «CG21»... El tiempo vue-
la. La Presidencia recurre a soluciones «fuertes»:
se trabajará también después de la cena en Comi-
sión y Subcomisión, y el sábado por la tarde en
asamblea.
6 de enero: la cuarta Comisión pone a estudio y
discusión el tema: «Participación en la vida y en
el gobierno de la Congregación». Un párrafo trata,
en forma interrogante, del Salesiano Coadjutor
como posible superior de la comunidad. Todos ad-
vierten que se está tocando algo extremadamente
delicado y decisivo para nuestra identidad salesia-

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Anexos
469
na. La CCC, en diálogo con la Comisión, pide a la
asamblea que se pronuncie. En concordancia con
la carta del cardenal Villot, ésta confirma la tra-
dición salesiana hecha norma por el CGE en el ar-
tículo 35 de las Constituciones.
11 de enero. La primera Comisión, completado su
complejo trabajo, lleva al aula las conclusiones so-
bre revisión de las Constituciones y de los Regla-
mentos.
Pocos días después, también el documento sobre
PAS-UPS está preparado para el debate en el aula.
Los debates se suceden uno detrás de otro, vivos,
críticos. Es un examen severo pero constructivo.
Dentro de la firme cortesía de los Moderadores de
turno, de tres en tres minutos, se devoran los tiem-
pos de trabajo y las jornadas. Las intervenciones
orales, y los centenares de intervenciones escritas
que llueven sobre las Comisiones, enriquecen de
contenidos y de perspectivas los esquemas, dándoles
una forma cada vez más capitular.
A medida que un documento sale «martirizado»
del aula, se reanuda, febril, el trabajo de las Co-
misiones y de los expertos. Los incansables mecanó-
grafos luchan con el tiempo...
20. «A un mes exacto...»
A un mes exacto de su elección, el Rector Mayor
comunica a los capitulares algunas reflexiones SO·
bre la marcha de los trabajos. Una primera cons-
tatación es que habrá que superar la fecha del 25 de
enero. Tras una breve panorámica sobre la labor
hasta ahora realizada, concluye invitando a los ca-
pitulares «a una concentración de esfuerzos y a un
suplemento de optimismo para vivir y trabajar
juntos, en los días que faltan, con el dinamismo
de la esperanza».

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470
Documentos capitulares CG2J
21. Encuentros con la Familia Salesiana
7 de enero, los delegados de los Cooperadores, de
los Exalumnos y la represetante de la Responsable
mayor de las VDB hacen una visita al CG21. Tienen
un primer encuentro con la Subcomisión encargada
de estudiar las relaciones con la Familia Salesiana.
A los capitulares dirigen el augurio de una cada
vez más amplia y fecunda colaboración. «Esta vi-
sita, comenta el Rector Mayor, es una ráfaga de
aire primaveral sobre el capítulo».
28 de enero. El Rector Mayor lo definió «un gesto
inspirado y un don del Espíritu Santo»: el Consejo
Superior de las HMA, guiado por la Madre Gene-
ral, se encuentra con el Consejo Superior de los
salesianos y con el Capítulo General. Las HMA han
acogido el «reto» lanzado por el Rector Mayor de
asumirse ellas la animación mariana en la familia
de Don Bosco. Madre Canta, leyendo el mensaje de
las HMA al Capítulo General, afirma, dirigiéndose
al Rector Mayor: «No podía darnos consigna más
grata, acogida con ánimo conmovido y bien pode-
mos decir que exultante».
22. La audiencia especial de S. S. Pablo VI
(26 de enero de 1978)
26 de enero: un día largamente esperado. Tem-
prano, los capitulares se dirigen al Vaticano. Se
preparan para el encuentro con el Papa, sucesor de
Pedro, con el canto de la profesión de fe ante el
altar de la confesión. Después esperan, bajo la vi-
gilante mirada de la guardia suiza, poder pasar el
famoso portón de bronce. Finalmente se entra. Có-
modamente sentados en la Sala Clementina, se es-
pera, no sin impaciencia, la entrada del Papa. Pa-
blo VI aparece sonriente a las 12,30, recibido por
un aplauso estruendoso.
Después del saludo del Rector Mayor, el Papa se
dirige a los atentísimos capitulares. Su palabra sen-
cilla y afectuosa cae dulce y amiga en el fondo del
ánimo para quedar allí inolvidable. Son muchos los

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Anexos
471
ojos que brillan. «Hijos queridísimos, los mucha-
chos y los jóvenes os llaman, os esperan. Yo qui-
siera ser ahora intérprete de esa llamada, que está,
diría, suspendida en la atmósfera de la historia.
La juventud os llama, tiene necesidad de vosotros ... »
23. Hacia la conolusión
Del 23 de enero al 4 de febrero, los esquemas
capitulares, reelaborados de nuevo, vuelven al aula
para someterse a una nueva y minuciosa verifica-
ción.
Las primeras votaciones traen una lluvia de «mo-
dos». Las Comisiones examinan, ponderan, reciben:
caen las ramas secas, y los puntos inciertos son ul-
teriormente estudiados con profundidad.
24. El servicio de la autoridad
Sobre algunos puntos de los esquemas, como son
las «nuevas presencias», las parroquias, los destina-
tarios, la UPS ... la asamblea se hace más dinámica,
quedando parada en algún caso por la contraposi·
ción equilibrada de las partes. La palabra clara del
Rector Mayor, ofrecida en espíritu de servicio, pe-
netra en lo vivo de la problemática superando los
estrechos límites de la polémica, y la proyecta en
una perspectiva constructiva de futuro. También
sobre el delicado tema de la vida y del gobierno de
la Congregación, «siente el deber de conciencia de
intervenir en calidad de Rector Mayor». Los calu-
rosos aplausos de asentimiento por parte ,Je la
Asamblea son la respuesta más elocuente.
25. Febrero: la aprobación de los
Documentos del CG21
Todavía una vez más, los esquemas, minuciosa-
mente revisados, retocados y reformulados, entran
en el aula para la batalla conclusiva del voto final.
Uno a uno los cinco esquemas, entre el 6 y el 11
de febrero, superan brillantemente el examen de

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472
Documentos capitulares CG21
madurez: y se convierten en «los Documentos del
CG21».
26. «Gaudete in Domino semper»
9 de febrero. El cardenal Pironio, fiel a su «¡arri-
vederci!» de la apertura del CG, vuelve a encon-
trarse con los capitulares. Su conversación familiar
y su homilía son una insistente invitación a la ale-
gría: «Gaudete in Domino, semper», porque, si el
CG ha sido una verdadera celebración pascual, en
la Iglesia ha sucedido algo definitivamente nuevo...
Esta novedad significa el paso del Señor y la ac-
ción trasformadora de su Espíritu.
27. Clausura del CG21
(12 de febrero de 1978)
A las nueve, cumplidas las formalidades del Regla-
mento del CG, la Asamblea, por boca de un capi-
tular, expresa su «gracias» al Señor y a todos los
que han hecho posible la feliz realización del Capí-
tulo. Después, con profunda atención, escuchan el
discurso de clausura. Partiendo del trabajo hecho
en estos meses de CG, el Rector Mayor presenta las
metas y las orientaciones de fondo para el próximo
sexenio. Termina saludando a los capitulares con
las mismas palabras pronunciadas por Don Bosco
en la clausura del 3.º CG: «Al volver a vuestras ca-
sas, saludaréis a los hermanos y a todos los joven-
citos. Llevad el pensamiento de que la gloria de
la Congregación está con vosotros: todo está en
vuestras manos. La ayuda de Dios no faltará» (1883 ).
A las once treinta, Concelebración eucarística con
los representantes de la Familia Salesiana. El Ca-
pítulo, iniciado el día de la jornada misionera mun-
dial, y madurado en la conciencia de su com-
promiso evangelizador para con los jóvenes, se
concluye con un gesto profundamente significativo
y al mismo tiempo profético: la entrega del Cru-
cifijo misionero a un capitular de las Filipinas que
parte para Etiopía.

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Anexos
473
La comida fraterna, alegrada también por la pre-
sencia de algunos representantes de la Familia Sa-
lesiana, es el último acto de la comunidad capi-
tular.
Se parte. La alegría del retorno a casa, al propio
trabajo, se cubre de nostalgia: se dejan muchos
amigos, la alegría de una intensa fraternidad, la
irrepetible experiencia del CG21. Pero no es un
adiós, es un ¡arrivederci! pletórico de esperanza.
Una crónica detallada del CG21 se halla en los I 1 número"
de "Notizie del CG21", redactados por la Comisión para la
Información y enviados a las Comunidades de la Congregación
en italiano, español, inglés y portugués.

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Documentos capitulares CG21
ANEXO 18
LISTA DE LOS PARTICIPANTES EN EL
CAPITULO GENERAL 21
I. CAPITULARES
l. Don Luis RICCERI, Rector Mayor.
2. Don Cayetano SCRIVO, Vicario.
3. Don Egidio VIGANÓ, Consejero para la forma-
ción del personal.
4. Don Juvenal DHo, Consejero para la pastoral
juvenil.
5. Don Juan RAINERI, Consejero para la pastoral
de los adultos.
6. Don Bernardo ToHILL, Consejero para las Mi-
siones.
7. Don Roger PILLA, Ecónomo General.
8. Don Luis FrnRA, Consejero Regional.
9. Don José HENRÍQUEZ, Consejero Regional.
10. Don Antonio MÉLIDA, Consejero Regional.
11. Don Juan TER ScHURE, Consejero Regional.
12. Don Juan Edmundo VECCHI, Consejero Re-
gional.
13. Don Jorge WILLIAMS, Consejero Regional.
14. Don Decio TEIXEIRA, Procurador General.
15. Don Rafael FARINA, Regulador del CG21.
I GRUPO: Inspectorías de Italia y Oriente Medio
16. Don Carlos MELIS, Inspector, Italia-Adriática.
17. Don Nazareno CENTIONI, Delegado, Italia-Adriá-
tica.
18. Don Félix RrzzINI, Inspector, Italia-Central.
19. Don Mario FILIPPI, Delegado, Italia-Central.
20. Sr. Mario MIGLINO, Delegado, Italia-Central.
21. Don José SANGALLI, Inspector, Italia-Ligur Tos-
cana.

45 Pages 441-450

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Anexos
475
22. Don Pablo NATALI, Delegado, Italia-Ligur Tos-
cana.
23. Don Severino BRESCHI, Delegado, Italia-Ligur
Toscana.
24. Don Angel VIGANó, Inspector, Italia-Lombardo
Emiliana.
25. Don Francisco MARACCANI, Delegado, Italia-Lom-
bardo Emiliana.
26. Don Luis BosoNr, Delegado, Italia-Lombardo
Emiliana.
27. Don Pascual LIBERATORE, Inspector, Italia-Me-
ridional.
28. Don Pío DEL PEzzo, Delegado, Italia-Meridional.
29. Don Nicolás PALMISANO, Delegado, Italia-Meri-
dional.
30. Don Juan Bautista LuCETTI, Inspector, Italia-
Novara.
31. Don Víctor RE, Delegado, Italia-Novara.
32. Sr. Renzo TOMASELLO, Delegado, Italia-Novara.
33. Don Salvador DE BoNrs, Inspector, Italia-Ro-
mana.
34. Don Luciano VECCHI, Delegado, Italia-Romana.
35. Don Pablo VILLASANTA, Delegado, Italia-Ro-
mana.
36. Don Arturo MORLUPI, Inspector, ltalia-Sicilia.
37. Don Gino CORALLO 1, Delegado, ltalia-Sicilia.
38. Don Ramón FRATTALLONE, Delegado, ltalia-Si-
cilia.
39. Don Antonio MARRONE, Inspector, Italia-Subal-
pina.
40. Don Mario COLOMBO, Delegado, ltalia-Subal-
pina.
41. Don Santiago MoRGANDO, Delegado, ltalia-Su-
balpina.
42. Don Homero PARON, Inspector, Italia-Venecia.
43. Don Aldo BoRr, Delegado, Italia-Venecia.
44. Don Celinda TRENTI, Delegado, Italia-Venecia.
45. Don Antonio MARTINELLI, Inspector, Italia-Ve-
rana.
46. Don Ramón Loss, Delegado, Italia-Verana.
47. Don Guido GATTI, Delegado, Italia-Verana.
48. Don Lino ÜTTONE, Inspector, Oriente Medio.

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476
Documentas capitulares CG21
49. Don Alfredo PICCHIONI, Delegado, Oriente Me-
dio.
50. Don Mario BAssr, Del. del R. M., Del. Obra
PAS.
51. Don Pedro BRAIDO, Delegado, Del. Obra PAS.
52. Don Domingo BRITSCHU, Delegado, Roma, Casa
Generalicia.
II GRUPO: Inspectorías de Africa Central, Austria,
Bélgica, Francia, Alemania, Yugoslavia, Holanda,
Polonia
53. Don Enrique REUMERS, Inspector, Africa Cen-
tral.
54. Don Santiago NTAMITALrzo, Delegado, Africa
Central.
55. Don José PITZL, Inspector, Austria.
56. Don Ludovico ScHWARZ, Delegado, Austria.
57. Don Mauricio QuARTIER, Inspector, Bélgica-
Norte.
58. Don Enrique BIESMANS, Delegado, Bélgica-
N orte.
59. Don Roger van SEVEREN, Delegado, Bélgica-
Norte.
60. Don Pascual POUMAY, Inspector, Bélgica-Sur.
61. Don Fernando NrH OUL, Delegado, Bélgica-Sur.
62. Don Jorge LINEL, Inspector, Francia-Lyon.
63. Don Edmundo KLENCK 2, Del e g ad o, Francia
Lyon.
64. Don Pedro PICAN, Inspector, Francia-París.
65. Don Jorge LoRRIAUX, Delegado, Francia-París.
66. Sr. Ivo BouRSIER 3, Delegado, Francias-París.
67. Don Carlos ÜERDER, Inspector, Alemania-Co-
lonia.
68. Don Enrique ScHUH, Delegado, Alemania-Co-
lonia.
69. Don Ricardo FEUERLEIN, Inspector, Alemania-
Munich.
70. Don Augusto BRECHEISEN, Delegado, Alemania-
Munich.

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Anexos
477
71. Sr. Juan BORCHARDT, Delegado, Alemania-Mu-
nich.
72. Don Rodolfo BoRSTNIK, Inspector, Yugoslavia-
Liubliana.
73. Don Estanislao HOCEVAR, Delegado, Yugoslavia-
Liubliana.
74. Don Milán LITRIC, Inspector, Yugoslavia-Za-
greb.
75. Don Adriano van LUYN, Inspector, Holanda.
76. Don Guillermo SARIS, Delegado, Holanda.
77. Don Miecislao KACZMARZYK, Inspector, Polonia-
Cracovia.
78. Don Agustín DzrnozIEL, Delegado, Polonia-Cra-
covia.
79. Don Guillermo NocoN, Delegado, Polonia-Cra-
covia.
80. Don Estanislao STYRNA, Inspector, Polonia-
Lódz.
81. Don Esteban PRus 4, Delegado, Polonia-Lódz.
82. Don Estanislao SKOPIAK, Delegado, Polonia-
Lódz.
111 GRUPO: Inspectorías de España y Portugal
83. Don José María MAro, Inspector, Portugal.
84. Don José María RIBEIRO, Delegado, Portugal.
85. Don Alfredo RocA, Inspector, España-Barcelona.
86. Don José COLOMER, Delegado, España-Barce-
lona.
87. Don Antonio DOMENECH, Delegado, España-
Barcelona.
88. Don Salvador BASTARRICA, Inspector, España-
Bilbao.
89. Don Matías LARA, Delegado, España-Bilbao.
90. Don Juan LAZARO, Delegado, España-Bilbao.
91. Don Antonio CALERO, Inspector, España-Cór-
doba.
92. Don Antonio RODRÍGUEZ T. Delegado, España-
Córdoba.
93. Don Aureliano LAGUNA, Inspector, España-León.
94. Don Antonio GoNZÁLEZ, Delegado, España-León.

45.4 Page 444

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478
Documentos capitulares CG21
e
95. Don Antonio SAN MARTÍN, Delegado, Espafía-
León.
96. Don José RICO, Inspector, España-Madrid.
97. Don Julián ÜCAÑA, Delegado, España-Madrid.
98. Don Eugenio ALBURQUERQUE, Delegado, España-
Madrid.
99. Don Santiago SÁNCHEZ, Inspector, España-Se-
villa.
100. Don Valentín VIGUERA, Delegado, España-Sevilla.
101. Don Joaquín CARDENAL, Inspector, España-Va-
lencia.
102. Don Miguel AsURMENDI, Delegado, Espmia-Va-
lencia.
103. Don Jesús EzcuRRA, Delegado, España-Valencia.
IV GRUPO: Inspectorías de Asia, Australia,
Inglaterra, Estados Unidos
104. Don Wallace CORNELL, Inspector, Australia.
105. Don Ferrucio BERTAGNOLLI, Delegado, Australia.
106. Don Juan WAN, Inspector, China.
107. Don Alejandro MACHUY, Delegado, China.
108. Don Jesé CARBONELL, Inspector, Filipinas.
109. Don Edgardo ESPÍRITU, Delegado, Filipinas.
110. Don Jenaro HONDA, Inspector, Japón.
111. Don Danilo FORTUNA, Delegado, Japón.
112. Don Bernardo HIGGINS, Inspector, Inglaterra.
113. Don Martín McPAKE, Delegado, Inglaterra.
114. Don Antonio D'SouzA, Inspector, India-Bombay.
115. Don Eugenio CASTI, Delegado, India-Bombay.
116. Don Nicolás Lo GROI, Inspector, India-Calcuta.
117. Don José KEZHAKKEKARA, Delegado, India-Cal-
cuta.
118. Don Mateo PuLINGATHIL, Inspector, India-Gau-
hati.
119. Don Tomás MENAMPARAMPIL, Delegado, India-
Gauhati.
120. Don Mateo KocHUPARAMPIL, Delegado, India-
Gauhati.
121. Don Benjamín PuTH OTA, Inspector, India-Ma-
drás.

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Anexos
479
122. Don Tomás PANAKEZHAM, Delegado, India-Ma-
drás.
123. Don Pablo PUTHANANGADY, Deelgado, India- Ma-
drás.
124. Don Miguel HrcKs, Inspector, Irlanda.
125. Sr. Juan HARKIN, Delegado, Irlanda.
126. Don Salvador lsGRO, Inspector, Estados Uni·
dos-Este.
127. Don Eduardo LIPTAK, Delegado, Estados Uni-
dos-Este.
128. Don José TYMINSKI, Delegado, Estados Unidos-
Este.
129. Don Arrigo R.AsMUSSEN, Inspector, Estados Uni-
dos-Oeste.
130. Don Tomás PRENDEVILLE, Delegado, Estados Uni-
dos-Oeste.
131. Don Miguel PRAPH ON, Inspector, Tailandia.
132. Don Antonio SMIT, Delegado, Thailandia.
133. Don Roberto FALK, Delegado, Delegación Korea.
V GRUPO: Inspectorías de las Antillas, Bolivia,
Centro América, Colombia, Chile, Ecuador,
México, Perú, Venezuela
134. Don Juan ARTALE, Inspector, Antillas.
135. Don Angel Sorn, Delegado, Antillas.
136. Don Rinaldo VALLINO, Inspector, Bolivia.
137. Don Mario PANI, Delegado, Bolivia.
138. Don Luis CHINCHILLA, Inspector, Centro Amé-
rica.
139. Don Vidal HERNÁNDEZ, Delegado, Centro Amé-
rica.
140. Don Sergio CUEVAS, Inspector, Chile.
141. Don José Nrcowssr, Delegado, Chile.
142. Don Mario Alberto JIMÉNEZ, Inspector, Colom-
bia-Bogotá.
143. Don Luis RIVEROS, Delegado, Colombia-Bogotá.
144. Don Jorge NIETO, Inspector, Colombia-Medellín.
145. Don Gabriel GoNZÁLEZ, Delegado, Colombia-Me-
dellín.
146. Don Carlos VALVERDE, Inspector, Ecuador.

45.6 Page 446

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480
Documentos capitulares CG21
147. Don Fernando PERAZA, Delegado, Ecuador.
148. Don Teodoro ARROYO, Delegado, Ecuador.
149. Don Horado PÉREZ, Vicario, México-Guadala-
jara.
150. Don Macrino GUZMÁN, Delegado, México-Gua-
dalajara.
151. Don José GURRUCHAGA, Inspector, México-Mé-
xico.
152. Don Pablo AGUAYO, Delegado, México-México.
153. Don Jorge SosA, Inspector, Perú.
154. Don Carlos CORDERO, Delegado, Perú.
155. Don Ignacio VELASCO, Inspector, Venezuela.
156. Don Luciano ÜDORICO, Delegado, Venezuela.
157. Don José Angel DIVASSON, Delegado, Venezuela.
VI GRUPO: Inspectorías de Argentina, Brasil,
Paraguay, Uruguay
158. Don Jorge CASANOVA, Inspector, Argentina-Bue-
nos Aires.
159. Don Wenceslao MALDONADO, Delegado, Argenti-
na-Buenos Aires.
160. Don Francisco LEOCATA, Delegado, Argentina-
Buenos Aires.
161. Don Juan CANTINI, Inspector, Argentina-Bahía
Blanca.
162. Don Benjamín STOCHETTI, Delegado, Argentina-
Bahía Blanca.
163. Don Jorge MEINVIELLE, Inspector, Argentina-
Córdoba.
164. Don Eusebio PARÍAS, Delegado, Argentina-Cór-
doba.
165. Don José Pedro Pozz1, Inspector, Argentina-La
Plata.
166. Don Demetrio LICCIARDO, Delegado, Argentina-
La Plata.
167. Don Francisco TESSAROLO, Inspector, Argentina-
Rosario.
168. Don Angel BUTTO, Delegado, Argentina-Rosario.
169. Don Alfredo CARRARA, Inspector, Brasil-Belo
Horizonte.

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Anexos
481
170. Don Pompeyo CAMPOS, Delegado, Brasil-Belo
Horizante.
171. Don Walter BINI, Inspector, Brasil-Campo
Grande.
172. Don Walter BoccHI, Delegado, Brasil-Campo
Grande.
173. Don Antonio RASERA, Inspector, Brasil-Manaus.
174. Don Bruno SECHI, Delegado, Brasil-Manaus.
175. Don Guerrino STRINGARI, Inspector, Brasil-Por-
to Alegre.
176. Don Pedro Antonio de LIMA, Delegado, Brasil-
Porto Alegre.
177. Don Antonio PossAMAI, Inspector, Brasil-Recife.
178. Don Orsini NuvENS LINARD, Delegado, Brasil-
Recife.
179. Don Fernando LEGAL, Inspector, Brasil-Sao
Paulo.
180. Don Hilario MosER, Delegado, Brasil-Sao Paulo.
181. Don Víctor REYES, Inspector, Paraguay.
182. Don Carlos G1Ac0Muzz1, Delegado, Paraguay.
183. Don Héctor LECUONA, Inspector, Uruguay.
184. Don Nicolás CoruGNO, Delegado, Uruguay.
II. OBSERVADORES
l. Don Estanislao ROKITA, Delegado del Rector
Mayor para las Inspectorías de Polónia.
2. Don José ZAVATTARO, Vicario para las Hijas de
María Auxiliadora.
3. Sr. Angel AcosTA, de la Inspectoría de Rosario.
4. Sr. Armando AvILA, de la Inspectoría de Bo-
gotá.
5. Sr. Roberto DIAS, de la Jnspectoría de Bombay.
6. Sr. José JUARROS, de la Jnspectoría de Madrid.
7. Sr. Ramón MESQUITA, de la Inspectoría de Belo
Horizante.
8. Sr. Matías PIÑUELA, de la Inspectoría de León.
9. Sr. Renato RoMALDI, de la Casa Generalicia de
Roma.
10. Sr. Uberto SANóN, de la Inspectoría de las An-
tillas.

45.8 Page 448

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482
Documentos capitulares CG21
III. SERVICIO DE SECRETARIA
l. Don Nicolás CERISIO, Secretario del Regulador
y Jefe de Servicios Técnicos.
2. Don Pedro AMBROSIO, Secretario adjunto del
CG21.
3. Don Angel BoTTA.
4. Sr. Guido CANTONI.
5. Don Juan CHERUBIN.
6. Don Sabino FRIGATO, Secretario adjunto del
CG21.
7. Don Mario MAURI,
IV. SERVICIO DE TRADUCCION SIMULTANEA
l. Don Gregario ARANDA, español.
2. Don José CASTI (Musa), francés.
3. Don Miguel KRAEMER, alemán.
4. Don Gabriel LARRETA, español.
S. Don Fausto SANTACATARINA, Portugués.
6. Don Gualterio SCHMIDT, alemán.
7. Don Albino SIMONETTI, inglés.
8. Don Eugenio OJER, inglés.
Sustituciones:
1 Don Calogero CONTI, desde el 6-I-1978. Suplen-
te l.º
2 Don Miguel MoUILLARD, desde el 27-XII-1977. Su-
plente l.º
3 Don Julián GouRrnu, desde el 27-XII-1977. Su-
plente l.º
4 Don Andrés STRus, desde el 1-11-1978. Suplente l.º

45.9 Page 449

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Anexos
483
ANEXO 19
ORGANOS DIRECTIVOS DEL CG21
Presidencia
Presidente:
Ricceri, Luis (hasta el 15-XII-1977)
Vigano, Egidio (desde el 15-XII-1977)
Regulador: Farina, Rafael
Moderadores: Cantini, Juan
Cuevas, Sergio
Oerder, Carlos
Comisión Central de Coordinación
Ricceri, Luis
Vigano, Egidio
Cantini, Juan
Oerder, Carlos
Miglino, Mario
Teixeira, Decio
Farina, Rafael
Cuevas, Sergio
Bini, Walter
Rasmussen, Arrigo
Vigano, Angel
Secretaría
Liberatore, Pascual
Palmisano, Nicolás
Loss, Ramón
Ambrosio, Pedro
Frigato, Sabino
COMISIONES *
Comisión 425: «UPS»
Rico, J. (P)
Caralla, G. (R)
Cantini, J.
Braido, P.
Panakezham, T.
= = O P Presidente; R == Relator; S Secretario.

45.10 Page 450

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484
Documentos capitulares CG21
Comisión 426: «INFORMACION»
Prus, E. (P)
Filippi, M.
Bertagnolli, F.
Laguna, A.
De Lima, P.
Sosa, J.
Comisión 427: «REGLAMENTO DEL CG2b
Martinelli, A. (P)
Sosa, J.
Teixeira, D.
Laguna, A.
Vallido, R.
COMISION 421: «CONSTITUCIONES Y
REGLAMENTOS»
Presidencia:
Teixeira, D. (P)
Maraccani, F. (R)
Vanseveren, R.
Van Luyn, A.
Frattallone, R. (S)
Roca, A.
McPake, M.
Subcomisión 421.1: «MISION»
Roca, A. (P)
Dziedziel, A.
Rokita, S.
Del Pezzo, P. (S)
Lorriaux, J.
Schuh, E.
Frattallone, R. (R)
Oerder, C.
Valverde, C.
Subcomisión 421.2: «COMUNIDAD-FORMACION»
Vanseveren, R. (P)
Arroyo, L. T.
Puthanangady, P.
Riveras, L. (S)
González, G.
Tyminski, J.
Bosoni, L. (R)
Nihoul, F.
Williams, J.

46 Pages 451-460

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46.1 Page 451

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Anexos
485
Subcomisión 421,3: «OONSAGRACION-VOTOS»
McPake, M. (P)
Britschu, D.
Ottone, L.
Pani, M. (S)
Fortuna, D.
Pulingathil, M.
Maraccani, F. (R)
González, A.
Zavattaro, J.
Subcomisión 421.4: «ESTRUCTURAS»
Van Luyn, A. (P)
Feuerlein, R.
Panakezham, T.
De Bonis, S. (S)
Laguna, A.
Poumay, P.
Teixeira, D.
Picchioni, A. (R)
Klenck, E. (Mouillard, M.)
Scrivo, C.
COMISION 422: «TESTIMONIAR Y ANUNCIAR»
Presidencia:
Vigano, A. (P)
Natali, P. (R)
Velasco, J.
Bassi, M.
Rizzini, F.
Villasanta, P. (S)
Saris, G.
Maio, J.
Calero, A.
Casanova, J.
Subcomisión 422.1: «IDENTIDAD VOCACIONAL»
Saris, G. (P)
Alburquerque, E.
Chinchilla, L.
Falk, R.
Nocon, G.
Sangalli, J.
Casti, J.
Breschi, S.
Corallo, G.
Fiora, L.
Palmisano, N.
Trenti, Z. (R)
Campos, J. P.
Ezcurra, J.
Morlupi, A.
Reumers, E.
Vigano, A.

46.2 Page 452

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486
Documentos capitulares CG21
Subcomisión 422.2: «VIDA FRATERNA»
Velasco, I. (P)
Borsnik, R.
Lázaro, J.
San Martín, A.
Paran, H. (S)
Kaczmarzyk, M.
Loss, R.
Lucetti, J. (R)
Kezhakkekara, J.
Puthota, B.
Tessarolo, F.
Subcomisión 422.3: «ORACION»
Maio, J. (P)
Bastarrica, S.
Higgins, B.
Smit, A.
Centioni, N. (S)
Butto, A.
Rasera, A.
Stochetti, B.
Bertagnolli, F. (R)
Hicks, M.
Ribeiro, J. M.
Ter Schüre, J.
Subcomisión 422.4: «DIRECTOR»
Bassi, M. (P)
Cantini, J.
Pican, P.
Prus, S. (Strus, A.)
Nicolussi, A. (S)
Carbonell, J.
Pitzl, J.
Lo Groi, N. (R)
lsgro, S.
Pozzi, J. P.
Subcomisión 422.5: «COLABORADORES LAICOS»
Calero, A. (P)
Brecheisen, A.
Filippi. M.
Lima, P. A.
Martinelli, A. (S)
Divassón, J. A.
Lecuona, H.
Natali, P.
Braido, P. (R)
Farías, E.
Legal, F.
Sechi. B.

46.3 Page 453

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Anexos
487
Subcomisión 422.6: «ESCUELA»
Rizzini, F. (P)
Artale, J.
Cornell, W.
Linard, O.
Melis, C.
Rasmussen, A.
Re, V. (S)
Asurmendi, M.
Honda, J.
Machuy, A.
Menamparampil, T.
Sánchez, S.
Wan, J.
Villasanta, P. (R)
Bocchi, W.
Kochuparampil, M.
Marrone, A.
Raineri, J.
Tohill, B.
Subcomisión 422.7: «PASTORAL VOCACIONAL»
Casanova, J. (P)
Dho, J.
Linel, J.
Reyes, V.
Bort, A. (S)
Espíritu, E.
Litric, M.
Sanon, H.
Skopiak, S.
Colombo, M. (R)
Hocevar, S.
Mélida, A.
Schwarz, L.
COMISION 423: «FORMACION»
Presidencia:
Bini, W. (P)
Carrara, A. (R)
,Giacomuzzi, C.
Gatti, G. (S)
Gurruchaga, J.
Peraza, F.
Subcomisión 423.1: «UNIDAD DE LA FORMACION»
Gurruchaga, J. (P)
Acosta, A.
Cuevas, S.
Licciardo, D.
Praphon, M.
Guzmán, M. {S)
Bini, W.
Harkin, J.
Leocata, F.
Meinvielle, J.
Cotugno, N. (R)
Cardenal, J.
Henríquez, J.
Liberatore, P.
Odorico, L.
Prendiville, T.

46.4 Page 454

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488
Documentos capitulares CG21
Subcomisión 423,2: «ETAPAS DE LA FORMACION»
Giacomuzzi, C. (P)
Aguayo, P.
D'Souza, A.
Moser, H.
Soto, A.
Vallino, R.
Maldonado, W. (S)
Dias, R.
Jiménez, M.
Ntamitalizo, S.
Stringari, G.
Carrera, A. (R)
Doménech, A.
Liptak, E.
Rodríguez, A.
Styrna, S.
Viguera, V.
Subcomisión 423.3: «FORMACION PERMANENTE»
Peraza, F. (P)
Biesmans, E.
Nieto, J.
Romaldi, R.
Pérez, H. (S)
Cordero, C.
Piñuela, M.
Vecchi,, J. E.
Gatti, G. (R)
Hernández, V.
Possamai, A.
Vecchi, L.
COMISION 424: «EL SALESIANO COADJUTOR»
Miglino, M. (P)
Tomasello, R. (S)
Rico, J. A. (R)
Avila, A.
Borchardt, J.
Gouriou, J. (Boursier, Y.) Colomer, J.
Juarros, J.
Mesquita, R.
Margando, S.
Ocaña, J.
Sosa, J.

46.5 Page 455

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INDICES

46.6 Page 456

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46.7 Page 457

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INDICE ANALITICO
(Los números se refieren a los marginales del texto,
excepto cuando van precedidos de p, es decir, página).
Actas del Capítulo Gene- Sobre el espíritu de inicia-
ral Especial:
tiva 155.
Contienen motivaciones y Ambientes de evangeliza.
principios de las Constitucio- ción:
nes 11; valorícense como sig-
En los - se expresa la di-
no de unidad v de identidad mensión evangelizadora de la
19b.
.
misión salesiana 120. 572;
Actas CG21:
directrices para los - 572.
Valorícense como signo de Animación:
unidad y de identidad sale-
Necesidad, descripción, ca-
siana 19b.
Actas del Consejo Supe-
rácter salesiano, religioso, pas-
toral de la - 46; elementos
rior:
positivos y negativos de la
Valorícense como signo de situación 47; peticiones de
unidad y de identidad 19b; los hermanos 48; función
den directrices para la direc- animadora del Director (ver
ción espiritual 61.
Director) 49; medios de - 56;
Actividades sociales:
corresponsabilidad de la co-
Propias del Oratorio, pero munidad en la - 57; de los
deben jerarquizarse can la seglares y sus exigencias 66-
función evangelizadora 123. 68; - vocacional 114; pr9-
Administración:
grama de - propuesto por el
Precisiones sobre la - de
los bienes temporales 416-
RM para el próximo sexenio
237-238, 584-591; la - es
418 (Const. 195 modificado);
condición para la cesión de
la - de los propios bienes
433-434 (Reg. 57 modifica-
el elemento más incisivo de
la renovación 584; vivifica-
do por el Espíritu Santo 585;
verdadero estilo nuevo de
do).
Miliación:
Centros salesianos de estu-
dios teológicos afiliados a la
UPS 349.
Africa:
convivencia salesiana 586;
Directores animadores 587;
animadores para la FS 588;
animadores de la devoción a
María Auxiliadora 589-691;
ver Comunidad, Comunidad
animadora.
Auméntese la presencia mi-
sionera en - 147.
Agencia de Noticias Sale-
Animadores:
Ha faltado la
de - espirituales
preparación
y litúrgicos
sianas (ANS ):
43; pedidos por los herma-
Instrumento de información
que debe valorizarse 19. 150.
Albera, don Pablo:
nos 48; los Inspectores pre-
paren - con empeño priorita-
rio para varios sectores 61;

46.8 Page 458

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492
Documentos capitulares CG21
11repárense - para la forma- Boletín Salesiano:
ción permanente 319; espe-
Difundirlo como-instrumen-
cializádos a nivel inspecto- to de información y de uni-
rial 586; - vocacionales 114; dad 19.150.
- en los Oratorios y Centros Bosco, san Juan:
juveniles 126; - para la Co-
Protagonista de la historia
municación social 151-153; - 6.7.469; presencia animado-
en las casas de formación ra y amonestadora 6; genio
249.
reconocido de la pedagogía
Asamblea comunitaria:
moderna y catequesis y más
El individualismo no hace aún de la santidad 469; ¡es-
disponibles para la - 37.
tá vivo Don Bosco!" 469; -
Asia:
Constitución de la Región
del - con las lnspectorías
asiáticas y las Delegaciones
del Vietnam y Korea del Sur
446.
la "sed de sacerdocio" 473;
- precede con paso juvenil y
dinámico 477; - y los votos
38; devoción a - 45; - mo-
delo del Director 49-53; - en
la pastoral vocacional 113; -
y la Comunicación Social
Asistencia:
149; fidelidad a - en la Nue-
Descuidada 98; activa y va Presencia salesiana 155.
animadora 102; empeño es- 156; modelo de evangeliza-
pecífico del tirocinio 288.
Asociaciones:
Utiles para la pastoral vo-
cacional 115; crisis de las -,
causa de la crisis oratoriana
123; - para el relanzamien-
to del Oratorio y Centro ju-
venil 126; - entre jóvenes en
la escuela 131; - padres 133;
relanzamiento de las - para
cualificar los ambientes de
evangelización 572; - (com-
pañías) obra de los jóvenes
102.
ción 162-165; pensamiento
de - sobre el se 166; servi-
cio del Superior salesiano y
el se en el pensamiento de
- 199.200-201.205; y de ad-
hesión al Papa 229.231.239;
afinidad entre - y Pío IX
500-512; conocimiento de -
valor de unidad 580; - y la
devoción mariana 490.511.
589-591; - y las deliberacio-
nes del CG 554.592; - y las
"Memorias de I Oratorio" :
ver Memorias.
Aspirantado:
El - es siempre válido,
planteamiento, ambiente, in-
dicaciones en la "Guía edu- Cambios de orientación:
cativa de la vocación", no
En la pastoral vocacional
excluye otras formas de pas- 116.
toral vocacional, comprome- Capítulo General:
ta a las familias 118.
Autoridad:
Invitación a elegir tam-
bién se, especialmente don-
de hay más de un Delegado
Incomprensión de la natura- 210; participan por derecho
leza evangélica de la - y de los Superiores de las Dele-
sus funciones para la comu-
nión fraterna 41; - función
del Director 54-55; - en las
gaciones dependientes del RM
con 125 socios, un Delegado
por Visitaduría y un Delega-
pequeñas comunidades 160- do de las Delegaciones de-
161; ver Gobierno de la Con- pendientes del RM 404-406
gregación.
(Const. 156 modificado).

46.9 Page 459

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1ndice analítico
493
Capítulo General 19 la - 39; importancia especí-
(CG19):
Y se 167.
fica para los Salesianos en
el mundo juvenil actual 39;
Capítulo General 21
(CG21):
gusta a los jóvenes que aman
la solidaridad por el bien de
las almas 39.
Finalidad del - 18; de má-
xima importancia 452; - de
Catequesis:
la verdad 455; - de evalua-
- Dimensión fundamental de
ción 455.519.556; - de pers- la misión salesiana 9; empe-
pectiva 520; - operativo 455; ño primario de la pastoral
- hecho espiritual 456; 1.0
objetivo: compromiso juvenil
salesiana como alegre anun-
cio de salvación, especial-
522-527; 564-576; 2.0 obje- ·mente en los ambientes poco
tivo: promoción del espíritu evangelizados, con fidelidad
religioso 577-583; 3.0 objeti- a las necesidades del tiempo
vo: animación salesiana 584- 95; - finalidad del Oratorio
.591; - de conversión 563. y Centro Juvenil 123.124.
525-526; exigencia de una- 125; - característica de la
nimidad operativa 553-55,5.
Capítulo General Especia]
evangelización salesiana en
la Parroquia 140; es v -
149; empeño catequístico- en
(CGE):
la Inspectoría guiado por los
importancia 11; - y la ac- órganos de gobierno 419-
tividad salesiana 84; textos 420 (Reg 1 modificado); di-
fundamentales del - 87; - y rectrices del CG21 572; ver
las misiones 143; - y "Nue- Evangelización.
va Presencia salesiana" 155;
- y el se 168.178; - y el
Gobierno de la Congrega-
ción 200.217; valor de las
Actas del - 19.385; - y las
Constituciones 447; - y la
Caviglia, don Alberto:
Y espíritu de iniciativa 1.55;
devoción de Don Bosco a la
Virgen 490; - y el sistema
educativo de Don Bosco 567.
FS 513.514.
Centro de Estudios:
Capítulo Inspectorial:
El Vicario sustituye al Di-
rector impedido en el -, pre-
via autorización del Inspec-
- Para el postnoviciado 283;
- para la formación sacerdo-
tal 297; - no salesianos: ven-
tajas e inconvenientes 293.
tor 412-413 (Const. 179 mo- Centro de estudios Don
dificado).
Carisma Salesiano:
Bosco:
Preocúpense de investiga-
Mantenerlo vivo para sus- ciones y publicaciones sobre
citar vocaciones 11O; hacer la historia de la Congrega-
experiencia del - 115; - reac- ción 19c; reorganización del
tualizarlo en el momento his- - 349e.
tórico 4; elementos sustan-
ciales o no del - 201-202;
ver Identidad salesiana.
Castidad:
Centro de estudios de his-
toria de las Misiones sa-
lesianas:
- Intensamente vivida da
Publicaciones y e s tu di o s
testimonio seguro para la del - 144; constitución del
evangelización de los jóvenes -349e.
39; ideas prácticas en algu- Centro Juvenil:
nas partes quitan fuerza y
Ver Oratorio y Centro Ju-
significado al testimonio de venil.

46.10 Page 460

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494
Documentos capitulares CG21
Centros de Formación y del Secretariado, progra-
Permanente:
- Créense en las Regiones,
en los Grupos lingüísticos, en
las Conferencias inspectoria-
les 3!3.
Centros Editoriales:
- A servicio de la evange-
lización 150.
Centros interreligiosos:
- Se pueden frecuentar por
los hermanos 325.
Centros Misioneros:
mas, cualificaci6n, lenguaje
total y es en la pastoral,
intercambios entre Inspecto-
rías, cursos 152; Orientacio-
nes operativas: funciones del
Secretariado, Consulta Cen-
tral, encargados inspectoria-
les, estudio de la lengua ita-
liana 153; modalidades de la
presencia pastoral en la - de-
terminadas por el Inspector
429-430 (Reg 28 modifica-
do); funciones centrales para
Funciones a nivel inspec- la - 152.153.
torial e interinspectorial de
los - 146.
Coadjutor salesiano:
Ver Salesiano Coadjutor.
Coloquio con el Superior::
Comunidad:
- Se evangeliza a sí misma
16; para evangelizar 17.33;
- será salesiana en la medida
en que sea evangelizadora
Valorizar el - 58; orien- 32.65; centralidad de la - y
taciones para el - 61; deber condición de renovación 33;
del Director y de los herma- oración fundamento del ser-
nos 435-436 (Reg 71 bis).
Comisión inspectorial pa-
vicio apost61ico de la - 42-
45; exigencia de la anima-
ra la formación:
ción en la - 46.47.58; Di-
Cada Inspectoría constitu· rector en la - 49c; - progra-
ya la - 253; elabore el Di- me anualmente vida, activi-
rectorio inspectorial 261; - dades, encuentros de forma-
programe la FP 322.
ción 58; - educativa 62.132;
Complementariedad:
reajuste de la - 37; comple-
- Exigencia de la animación mentariedad y corresponsabi-
comunitaria 46; ve·r Corres- lidad en la - 46; - y voca·
ponsabilidad.
ción 112.115; - responsable
Comunicación Social
(MCS):
Valorización de la - 84;
importancia de la - en la vi.
da cultural 148; papel deci-
sivo para la evangelización
de la Iglesia 149; pensa-
miento de Don Bosco sobre
la - 149; situación actual: a)
renovado empeño en la uti-
lización para la informaci6n
y la educación y en la pro-
ducción (Centros editoriales,
emisoras, Centros de investi-
de la Parroquia 138; refe-
rencia a la - para los "gru-
pos mixtos" 125; - mantenga
inserción en la Iglesia local
127; renovación de las - tra-
dicionales 157; - aptas para
el tirocinio 287; - sujeto de
FP 311; lugar privilegiado
de FP 326; tiempos y me-
dios de FP en - 326-329; ·
dimensi6n esencial de nues-
tra misi6n 498; ver Peque-
ñas Comunidades, Comuni-
dad Animadora.
gación, coordinación) 150: Comunidad animadora:
b) elementos negativos: po-
Crear - sobre la correspon-
cos salesianos y grupos cua- sabilidad y colaboración ob-
lificados, escasa información jetivo de la renovaci6n 62;
y utilización 151; líneas de la creciente conciencia co-
acción: obra del Dicasterio munitaria ha favorecido la

47 Pages 461-470

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47.1 Page 461

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Indice analítico
495
animación salesiana 63; as- y función 437-438 (Reg 73
pectos positivos de la anima- bis); realización 248; dificul-
ción en la comunidad edu- tades y deficiencias 249; re-
cativa: pastoral de conjun- lación entre - e Inspectoría
to, corresponsabilidad de los 249; formación ordinariamen-
seglares, de los padres y de te en la - 393.395 (Const.
los jóvenes, proyectos edu- 105 modificado}; 440 (Const.
cativos, superación de actitu- 81 modificado); - preferible-
des negativas, deliberaciones mente estudiantado 282.440;
de los CI 63; aspectos ne-
gativos: individualismo (ver
- preparación al
293-297; - para
elsasceerd3o0c5io;
Individualismo), actitudes hu- en la UPS 368-369.
manas poco cuidadas, rutina, Comunidad fraterna:
dificultades de situ a ciones
Ver Fraternidad.
particulares 64; cada comu- Comunidad inspectorial:
nidad catequiza más por lo
- Y funciones para la fra-
que es que por lo que dice
65; el papel de animación
ternidad 34; - intensifique la
función formativa 251-254;
exige : conciencia de la ne-
cesidad de corresponsab}es
seglares a quienes dar con-
fianza, de la propia identi-
dad evangelizadora, del pa-
pel específicú de los Salesi1.-
nos en la comunidad educa-
tiva 67-68; recualifíquense
los Salesianos, promuevan la
comunidad educativa, cuiden
la responsabilidad pastoral de
los seglares 79; - en la comu-
nidad educativa 63-68.79; -
en la participación de Coo-
peradores y Exalumnos 69-
debe actuar las líneas ope-
rativas del CG21 572; - fa-
vorezca a los seglares en la
acción misionera 147.
Comunidad local:
- Vigile la presencia de las
chicas en el Centro Juvenil
125.127; - lugar privilegiado
de FP 326-329; hermanos
en servicio fuera de nuestras
obras mantengan inserción en
la - 425-426 (Reg 14 inte-
grado).
Comunidad· mundial:
75. 79; -
de otros
en la colaboración
seglares 76-78.79;
- Y fraternidad 34.
Comunidades pequeñas:
animación espiritual alma de
Ver Nueva Presencia Sa-
la comunidad 584-586: ver lesiana.
Animación, Comunidad.
Comunión fraterna:
Comunidad educativa:
Ver Fraternidad.
Promover - en el Oratorio Condición juvenil:
y Centro juvenil 96; - en la
Ver Jóvenes.
escuela 132; Comunidad, -
animadora, Educación, Siste-
ma Preventivo.
Conferencias
les:
inspectoria-
Comunidad evangelizada:
Condición necesaria para
evangelizar 25; - a través de
la fraternidad, la consagra-
- Y Sistema Preventivo 105;
- y FP 323; - y cualificación
de los Directores 341; - y
BibliograHa salesiana 342.
ción, la animación: ver cada Congregación (sagrada)
una de estas voces.
para la educación cató-
Comunidad formadora: lica:
Responsabilidad del Ins-
Estudio del documento de
pector para con la - 251; fi. la - sobre la Escuela Cató-
sonomía 245-251; estructurn lica 130.134.

47.2 Page 462

▲back to top
496
Documentos capitulares CG21
Congreso Mundial Salesia- encargado de las Parroquias
no Coadjutor (CMSC): y mejor definidos sus debe-
Temas tratados en el - 169; res 400-401 (Const. 140 mo-
sobre el servicio
rior salesiano y
el
desle
Supe-
201-
dificado).
Consejero
Regional:
202.218.
- Promueva encuentros so-
Consagración:
bre el Sistema Preventivo
La - vivida por medio de
los consejos evangélicos da un
testimonio e fi c a z p a r a la
evangelización 38; clarifica-
ción sobre el sentido de la
- 578-579; ver Castidad, Po-
105; promueva a su nivel la
FP 314-320.341; - promue-
va encuentros con la UPS
para intercambiar informa-
ciones 362; - y visita extraor-
dinaria 444-445 (Const. 96
breza, Obediencia,
modificado).
Consejero para
lia Salesiana:
la
Fami-
Consejo local:
El Ecónomo participa de
derecho en el - 414-415
Nueva denominación con
funciones de animac10n y
coordinación sin el encargo
de las Parroquias 402-403
(Const. 141 modificado) 515.
544; significado emblemáti-
co de la nueva denominación
514.535.
Consejero para la Forma-
ción:
Funciones del - 398-399
(Const. 139 modificado); - y
(Const. 186 modificado).
Consejo Superior:
- Funde el Instituto Histó-
rico Salesiano 105; aprueba
y sigue los Centros interins-
pectoriales c intnregi.-,nalcs
de la FP 314; - organiza ini-
ciativas para la cualificación
de los Inspectores 340.
Constituciones:
e rite ri o privilegiado de
FP 320; continúe la refle-
xsieón
sobre la
207; sea
vocación
potenciado
del
el
nuestra identidad 11; las
Inspectorías promueven el es-
tudio y la asimilación de las
Dicasterio como instnnnento
de unidad de formación 255;
dé directrices para las ca-
sas de fonnación 250.254;
preocúpese de publicar bio-
grafías de SC 207; elabore
la Ratio FundamentaUs Ins-
titutionis Salesianae 258-2.59;
potencie las publicaciones de
espiritualidad 257; anime a
los Consejeros Regionales y
a los Inspectores en el cui-
dado de la formación 254.
Consejero para la Pasto-
- ll.19a.237; hága::e la edi-
ción crítica de las Constitu-
ciones 19c; - objeto priorita-
rio de estudio 336.386; de-
claración del CG21 sobre la
revisión de las -: criteri"s
de revisión 371; aceptación
de las - 372; se prorroga el
experimento por otro sexenio
373; los documentos de tra-
bajo del CG2 l pasan al CG
próximo .374; se reconfirrna
el experimento de los Regla-
mentos 375; - "reglas de vi-
da" 377; valor vinculante de
ral Juvenil:
las Constituciones y Regla-
Indique las líneas funda- mentos 378-380; Reglamen-
mentales para el proyecto tos generales 381; Decretos
educativo inspectorial 105; o Deliberaciones 382; Orien-
prepare las líneas fundamen- taciones operativas 383; Re-
tales para la pastoral voca- glamentos o Directorios ins-
cional 119; informe sobre pectoriales 384; ACGE 385;
experiencias escolásticas 134; concepto de texto ad experi-

47.3 Page 463

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Indice analítico
497
mentum 557; Constituciones Consejero para la FS 535;
principio de unidad, valor confirmados los ar tí cu lo s
vinculante, riqueza espiritual constitucionales 536; los De-
581; modificaciones de las legados para la animación de
Constituciones 378-418.
los centros 537; la programa-
Consulta central de la co·
municación social:
Para investigación y estu-
dios sobre la es 153.
Consulta misionera:
ción y los jóvenes - 538; em-
peño misionero 539; no com-
petencia del Capítulo Gene-
ral para la aprobación del
Reglamento 540; ver Familia
Salesiana.
Funciones a nivel inspec-
torial e interinspectorial 146.
Contemplación:
«Corazón oratoriano»:
Ir a los jóvenes con - ca-
racterística actitud pastoral
- Y acción 44.
Conversión:
-A la Palabra de Dios 15;
- base de nuestra pastoral vo-
cacional 112; resultado prác-
tico del CG21 563.
Convictorios:
salesiana 565-568.
Corrección fraterna:
- No realizada por el indi-
vidualismo 37; - ayuda a la
castidad 39; promuévase la
- en toda comunidad 59.
Para estudiantes salesianos Correlación:
en la Obra PAS 348.368.
Relación de - entre SP y
369.
SC en la Congregación 179.
Cooperadores (ce):
Participación en la
educativa: importancia,
obra
nece-
194.208; - de los socios
la vida comunitaria 582.
Corresponsabilidad:
en
sidad de incrementarla, lími-
Renovado sentido de - des-
tes de la situación actual 69- pués del CGE 35.47; - exi-
71; importancia para los jó- gida por la obediencia 41; -
venes, para los Salesianos, exigencia de la animación co-
para los otros colaboradores munitaria 46; - pedida por
seglares 72-74; líneas de re- los hermanos 48; - con el Di-
novación: formar a los - y rector 49-57; - en la organi-
tomar conciencia de la im- zación de la vida comunita-
portancia de su servicio 5; ria 58; - en la vida del Ora-
Orientaciones operativas: las torio y Centro Juvenil con
comunidades salesianas nú- jóvenes adultos 126; - en la
cleo animador de los -, Dele, escuela con jóvenes, padres,
gados idóneos, conózcanse lí- colaboradores seglares 129-
neas de formación de los -, 133; - de los seglares en la
se les corresponsabilice en pastoral parroquial 140; - en
nuestras ob r a s , prepárense las casas de formación 251;
animadores, hágaseles cono- - de la comunidad en el ser-
cer durante la formación 79; vicio de la autoridad 391-
empeño en la pastoral pa- 392 (Const. 74 modificado);
rroquial 140;
animados por
-
el
tsreaba1j8ad5o; rteís-
- directrices para cualificar los
ambientes de evangelización
tulo de pertenencia a la FS 572.
515.516; - provienen de los Creatividad:
Exalumnos 517; actuar más
Falta de - en la oración
que discutir 516; respuesta 43.45; - en la Nueva Presen-
al mensaje de los - 533-541; cia salesiana 158; relanza-
compromisos to m ad os : el miento de la - salesiana 573.

47.4 Page 464

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498
Documentos capitulares CG21
Cuenta de conciencia:
difícil el - 37; exigido por
Ver Coloquio.
la obediencia 41.57; y por
Cultura/s:
la animación 586; - en la
Heterogeneidad cultural en escuela 424.
que obran los Salesianos 82; Dirección espiritual:
respetar las - locales 91.
Curatorium:
- Papel del Director 49-53;
orientaciones sobre las ACS
Organismo de colaboración 61; - para la pastoral voca-
entre las Inspectorías y los cional 115; - "deficiencia trá-
Estudiantados 250.
gica" 249; - en las comuni-
Cursos:
dades formadoras 251.
- Breves en la UPS dirigi-
dos a la cualificación o re-
cualificación sobre todo de
los Salesianos 361.
Director:
Figura y función del - 47-
57; función del - como cen-
tro de unificación y anima-
ción de la comunidad 49;
función compleja con papeles
complementarios 50; servicio
para una responsabilidad co-
Decretos:
munitaria participada y diver-
Definición y valor vincu- sificada 50; criterios de sa-
lante 382.
lesianidad 51; orden de prio-
Delegados:
ridad en las funciones del -
Los - tengan cualidades y
preparación adecuadas 79.
537; Delegado para Polonia
y su práctico desenvolvimien-
to: servidor de la unidad y
de la i den tid ad salesiana,
445.
guía espiritual de la misión
Delegación/es:
In genere 408-409 (Const.
l 64B modificado); dependien-
tes del RM 410-411 (Const.
164CD modificados); Supe-
riores de las - dependientes
del RM y un Delegado par-
ticipan en el CG 404-405
(Const. 156 modificado).
Delegación obra PAS:
- Y UPS 343-370; consti-
tución de la - 348; ver Obra
PAS.
Deliberaciones:
Ver Decretos.
Descentralización:
- Y unidad en la forma-
ción 241.246.
Devoción/es:
salesiana, orientador de la
educación, primer responsa-
ble de la gestión global 52-
53; necesidad de que el -
vuelva a ser animador espi-
ritual de la comunidad 53;
papel de la autoridad religio-
sa del - 54; estilo renovado
en el ministerio del - 55; ins-
trumentos y tiempos de ani-
mación 56; corresponsabilidad
de la comunidad con el - 57;
valorizar el coloquio con el -
58; orientaciones para la ani-
mación de la comunidad 61;
simplifíquense las incumben-
cias del - 61; prepárese el
Manual del - 61; dense di-
rectrices para la dirección
espiritual 61; el - y la fun-
Mantenerse fieles a las - ción de animación en la co-
salesianas 45.476; ver Euca- munidad educativa 68; pri-
ristía, María Auxiliadora.
Diálogo:
.
mer responsable de la anima-
ción vocacional 114; esclare-
- Crecido en las comuni- cer el papel especüico del -
dades después del CGE 35. en la escuela 133; renova-
47; el individualismo hace ción de la figura y de la

47.5 Page 465

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Indice analítico
49S
función del - 234.237.238; - para - y orientación vocacio-
en la comunidad formadora nal 118; para profundizar la
245.249.251.252; - con los vocación del SC 206; medio
tirocinantes 287; - cuide la de FP 382.
FP en la comunidad 319; Encargado inspectorial de
cursos para la cualificación la comunicación social:
de los - 341; precisada la
función de auto ri da d en
Const. 14.391-392; coloquio
deber del - 435-436 (Reg 71
bis); - animador de la co-
munidad 586; paternidad es-
piritual 587; necesidad de
Institución y funciones 153.
Encargado inspectorial de
la escuela:
Promueva las asociaciones
de los padres 153.
Enfermos:
espiritualizar la función del
Cuidados con amor por la
- primer empeño del Inspec- comunidad 35.
tor y su Consejo 587; servi- Escuela:
cio de la autoridad en la co-
Ambiente de evangelización
munidad 199-205; indicacio- 128-134; experiencias positi-
nes de Pablo VI 203.221. vas y dificultades de renova-
223; intervención del RM ción 129; el CG21 reafirma
212-239; - y el Decreto de la validez de la - 130; - "hay
la S. Sede de 1901, 226; que volver a fundarla" 130;
ve1' Gobierno de la Congre- características de la escuela
gación.
salesiana: popular, libre, los
Director técnico:
jóvenes centro de la acción
Definir el papel específico educativa, familia juvenil, sa-
en la escuela 133.
lesiano entre los jóvenes, de
Directorio inspeetorial:
Cada Inspectoría elabore
el propio - 261; directrices
para el postnoviciado 284;
para el tirocinio 289; para
la profesión perpetua 291;
para el se 301.306; descrip-
ción y fuerza obligante 384.
trabajo, evangelizada y evan-
gelizadora, con atención vo-
cacional 131; líneas de ac-
ción: formar comunidad edu-
cativa, FP, proyecto educa-
tivo para la -, personalizar
las. relaciones, plano de edu-
cación a la fe, colaborar pa-
ra la escuela libre, inserción
en la Iglesia local, preferen-
Ecónomo local:
- Participa de derecho en
el C o,nsej o local 414-415
(Const. 186 modificado).
Educación:
cia por los jóvenes y ambien-
tes pobres 132; opciones por
la -: a) nivel local: Salesia-
nos en los puestos principa-
les, definir los papeles, pro-
yecto educativo, programación
El Director orienta en los anual; b) nivel inspectorial:
deberes de la - 52; -, evan- preparar personal, enrolar a
gelización, liberación 81; mo- los colaboradores s e g 1ar e s ,
do preferido y campo privile- asociación de padres, proyec-
giado salesiano de la evange- to y programa educativo 133;
lización 569; direcb.ices de - escuelas mixtas sólo por gra-
para ambientes y obras sale- ves razones 133; orientacio-
sianas 572; ver Sistema Pre- nes para la acción: estudio
ventivo.
Ejercicios Espirituales:
de los documentos sobre la-,
elaboración de proyecto edu-
- Experiencia de Dios 45; cativo inspectorial, intercam-
- en la pastoral 116; casas bio de experiencias por par-

47.6 Page 466

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500
Documentos capitulares CG21
te del Dicasterio de la PJ; Eucaristía:
estilo salesiano en la escue-
la 421-424 (Reg 8.9.10 mo-
dificado).
- En el proyecto educativo
de Don Basca 93; devoción
a la - 45; herencia de Don
Espíritu religioso:
Bosco recordada por Pablo VI
El Papa recomienda el pri- 476.
mer puesto al - 449; segun- Evangelio:
do objetivo propuesto por el
Norma de vida 91; objeto
CG21 para el próximo se- de catequesis 95; - y voca-
xenio 577-583; ver Espíritu ción 106; - a los jóvenes pri-
salesiano.
mer objetivo de nuestra ac-
Espíritu salesiano:
ción en el próximo sexenio
Conocimiento y estudio del 564-576.
- 19.295; -y Sistema Preven- Evangelización:
tivo 95; - y Misiones 146; -
SDB: evangelizadores de
al primer puesto 231.577- los jóvenes 1-61; - exigencia
583; elementos de identifica- del momento histórico pre-
ción del - 242.244; carencias sente 4; - afirmada por el
en la formación en cuanto al IV Sínodo y por el Papa 9;
- 247; publicaciones de espi- Pablo VI solicita de los Sa-
ritualidad salesiana 257.487; lesianos - de los jóvenes 448.
- a profundizar con las HMA 476s.l.6; -, especialmente de
487.530; elementos de uni- los jóvenes, dimensión funda-
dad del - 580; ver Carisma, mental de la misión salesia-
Identidad salesiana, Salesia- na 9.95.140; los Salesianos
no, Sistema Preventivo, Ini- evangelizan según el propio
ciativa.
carisma original actualizado
Espíritu Santo:
Da fuerza para la misión
de la evangelización juvenil
13; respetar la acción del -
en la pastoral vocacional 112;
animación vinculada a la pre-
sencia vivificadora del - 585;
- para la interpretación y la
aplicación del CG21 592.
Espiritualidad salesiana:
4.14 ( ver Proyecto educati-
vo), en donación total a Cris-
to 7.10, en fidelidad a Don
Bosco 6, a las Constitucio-
nes y a las Tradiciones 11.
19, evangelizando a sí mis-
mos en la comunidad 7, pa-
ra evangelizar a los demás
15.18; ejemplo de los após-
toles 493; - supone el ade-
cuado conocimiento de los jó-
Ver Espíritu salesiano.
venes 20; - presenta dificul-
Estudiantado/s:
Preferibles 282.441; servi-
cio precioso del - 293; teo-
lógico: duración y contenidos
295.441; ver Comunidades
formadoras.
Estudios:
tades por la realidad socio-
cultural 23; por la realidad
socio-económica 24; por la
realidad eclesial 25; por la
realidad salesiana 26; dispo-
nibilidad de los jóvenes a la
- por deseo de corresponsa-
bilidad, diálogo, radicalidad
Durante el noviciado 274; evangélica, oración, justicia
en el postnoviciado para los 28; punto resolutivo: hacer
clérigos 281.283; para la for- fuerza sobre las aspiraciones
mación sacerdotal 295.257;
para los se 302.303.304;
evangélicas de los jóvenes 27,
partiendo de la situación 29;
importancia de los - 393-394 Orientaciones operativas: mo-
(Const. 103 bis).
vilizar a los hermanos sobre

47.7 Page 467

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l ndice analítico
501
la realidad juvenil 30a; ser evangelizadora 69; importan-
sensibles a las esperanzas y cia del hecho, límites de la
condiciones de los jóvenes situación y necesidad de in-
30b; formular un proyecto or- crementarlo 70-71; importan-
gánico inspectorial 30c; - se cia para los jóvenes, los Sa-
realiza por medio de los ope- lesianos, los otros colabora-
radores de - 31; - acto ecle- dores 72-74; líneas de reno-
sial 31; la comunidad será vación: la FS cuide las es-
salesiana en la medida en tructuras de formación 75;
que sea evangelizadora 32; tomar conciencia de la im-
la vida religiosa en función portancia del servicio de los
de - (ver Fraternidad, Con- - 75; Orientaciones operati-
sagración, Oración) 32-33; el vas: las comunidades salesia-
Salesiano civiliza evangelizan- nas conviértanse en núcleo
do y evangeliza civilizando animador de los -, Delegados
87; - obra de los jóvenes 102; idóneos, hágase conocer la
el proyecto educativo salesia- pastoral de los -, se les co-
no modo original salesiano de rresponsabilice en nuestras
- 80s; catequesis compromiso obras, prepárense animadores,
primario de - 95; pastoral hágaseles conocer desde la
vocacional y - 106.110; am-
bientes y caminos de - 120-
prorsimaenriamfaodromsapcioórns7e9;1-85ob; rteí--
165; exigencia fundamental tulo de pertenencia a la FS
del Oratorio y Centro Juve- 517.550; de - a Cooperado-
nil 121-127; - en la escuela res 517; respuesta al mensa-
128.134; en la Parroquia 135- je de los - y compromisos to-
142; - en las Misiones 143- mados para con ellos 547-
147; - y Comunicación So- 551; encuentro de los - con
cial 148-153; - en la Nueva el CG21 479-482.
Presencia salesiana 154-161;
- en toda actividad personal
o comunitaria 120; Síntesis:
162-165; actividades evange- Facultad concedida por el
lizadoras en la Inspectoría
419-420 (Reg 1 modificado);
puntos esquemáticos sobre la
MP «Ecclesiae Sanctae»
11, 1,7:
- tratados por la segunda Co-
misión 558; puntualización
del RM sobre la - de los jóve-
El CG21 confirma las de-
liberaciones del CGE acerca
de la - 447.
nes: primer compromiso del Facultades de Ciencias de
CG21 564; se realiza con la Educación:
"corazón oratoriano" (ver Co-
Papel de particular signi-
r a z 6 n oratoriano) 565-568, ficado en la UPS 347.354.
con la práctica del Sistema Familia:
Preventivo 572, con espíritu
Clima de - necesario para
de iniciativa 573, con pasto- la animación de las comuni-
ral vocacional 574; apostola- dades 586; - en la escuela
do m a s cu 1i n o preferencial 131.
575-576; Don Bosco modelo
de - 5. 6.162.165. 448. 469.
473; ver Catequesis.
Familia Salesiana:
Realidad que se debe pro-
fundizar 402; colaboración
Exalumnos:
SDB-FS 84; promover voca-
Participan en la obra edu- ciones para la FS 111; em-
cativa salesiana por opción peño vocacional de la - 113.

47.8 Page 468

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504
Documentos capitulares CG21
Humanidad:
ción específica salesiana en la
Valor 37; defectos 64; ma- - 127; insértese la escuela en
duración 90.
Humanismo:
- Salesiano integral 81.
la pastoral de la - 132; se
tengan en cuenta los docu-
mentos de la - sobre la es-
cuela 134; inserir la parro-
quia en la - 139; restituir a
la - las Parroquias que no
ofrezcan características sale-
sianas 142; misiones y - 146;
Identidad salesiana:
Nueva Presencia salesiana en
Las Constituciones criterio favor de la - 158.
privilegiado de - 11; evange- Individualismo:
lización de los jóvenes ca-
Aspecto negativo de la vi-
racterística fundamental de da de comunidad 36-37; ma-
la identidad salesiana 13; pe- nifestaciones 37; medios pa-
ligro de perder la - por con- ra superarlo 37; - contrario
tactos extraños 76.99; deso- a la obediencia 41; opcio-
rientación sobre la - es difi- nes individualistas 64.
cultad para la pastoral voca-
cional 108; conservar la - en
la Parroquia 137; y en la
Nueva Presencia salesiana
155; - condición de vocación
112; - vocacional del se 173-
179.186; - del SP 298; man-
tener - en el apostolado por la
juventud masculina contra el
genericismo 575-576; líneas
fundamentales de la - 242;
carencia de - en la formación
247; objeto de FP 313.317;
Información:
Promuévase más amplia-
mente para el conocimiento
de la historia de la Congre-
gación 19c; encuentros en
comunidad para la - 58; - en
aumento, pero con muchas
deficiencias 151.
Iniciativa:
- afirmaciones de don Al-
bera y don Rinaldi 155; -
característica salesiana 494-
- objeto de estudio en el pró- 496.573; sus exigencias 499;
ximo sexenio 336.530; cur-
sos de - en la UPS 356; - en
relanzada por el CG21
Inspector:
573.
el pensamiento de Pablo VI
Preparar animadores 61;
472-473; salvar la - 479-499; simplifique los cometidos del
ver Carisma Salesiano, Sale- Director y esclarezca los pa-
sianidad.
peles de los Hermanos 61.
Iglesia:
- Y el cambio cultural 25;
crecimiento en la - 91.92; -
y vocación 107; - no com-
prendida 108; perspectiva
eclesial en la pastoral voca-
cional 113; - y mass-media
587; prepárese el Manual del
- 61; orientaciones para cui-
dar de los Cooperadores y
Exalumnos 79; - elabore el
proyecto educativo 105; pre-
pare jornadas de estudio so-
bre el Sistema Preventivo
105; programe la pastoral vo-
149.
cacional, promueva iniciati-
Iglesia local:
vas vocacionales para la Igle-
Más estrecha participación sia local 119; dé directrices
en la - 84; empeño vocacio- para las muchachas en el
nal por la 113.119; síganse Centro Juvenil 126.127.576;
las normas de la - para los elabore el proyecto educati-
"grupos mixtos" 125; ténga- vo para la escuela 133.134;
se el Oratorio como inser- empéñese con el Consejo en

47.9 Page 469

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1ndice analítico
505
la ejecución del art. 12 de Inspectoria:
los Reglamentos sobre la es-
- Elabore el proyecto edu-
cuela mixta 133; promueva cativo 105; -y animación vo-
el estudio de los documentos cacional 114.119; profundice
de la S. Sede y de los Obis- el valor de la vocación del
pos sobre la escuela 134; se 20.209; sea comunidad
promueva con el Consejo la formadora 245; - y casas de
animación misionera 146.147; formación 250; Comisión ins-
relaciones del· y Consejo con pectorial para la formación
las Pequeñas Comunidades 253; - elabore el directorio
161; - promueva la Comuni- espiritual para la formación
cación Social y nombre un 261; - y noviciado interins-
encargado 152.153; facilite pectorial 267; - y FP de los
la presencia del se en el Hermanos 335.443.
Consejo y en Capítulo Ins- Instituto Histórico Sale·
pectorial 210; - elabore el di-
rectorio de la formación 261.
311, que se refiera también
al se 306; estudie la voca-
ción del se 206; establezca
siano:
Deliberadas la erección Y
finalidad del - por el CG21
105.
la Comisión para la forma-
ción 253; provea a la actua-
lización de los Directores de
las casas de formación 252. Jesuitas:
261; promueva la FP 314.
Intervención de Pablo VI
319.323.330-338; cuidado en la 31.ª Congregación de
particular de los sacerdotes Y los - 224.
SC jóvenes 334; iniciativas Jóvenes:
para la cualificación de los ·
340; - organice con el Con-
sejero Regional los cursos pa-
Que salvar 1.4; buscan la
evangelización 10.12.13; fuen-
te de nuestra inspiración 12;
ra la cualificación de los Di-
rectores 341; encuentros con
se supone adecuado conoci-
miento de los - 20; el Siste-
la UPS para informaciones ma Preventivo modo original
362; los novicios tengan re- salesiano para evangelizar a
lación con el - de origen 277; los - 14.31; - portadores de
- autoriza al Vicario local pa- valores evangélicos 21; difi-
ra el CI 412-413 (Const. 179 cultades para evangelizarlos
integrado); guía la actividad 21; por la realidad socio-cul-
evangelizadora y catequística tural 23; por la realidad so-
419-420 (Reglam. 1 modifi- cio-económica 24; por la rea-
cado); - determina las moda- lidad eclesial 25; por el am-
lidades para la pastoral de la biente salesiano 26; punto
Comunicación Social 429-430 resolutivo: hacer fuerza sobre
(Reglam. 28 modificado); · las aspiraciones sanas de los
sea informado sobre los bie- - 27; - portadores de futuro
nes de los Hermanos 433- 27; - buscan la radicalidad
434 (Reglam. 47 modificado); del Evangelio, la oración, la
- tenga en cuenta las exigen- justicia, la corresponsabilidad
cias de la FP 433 (Reglam. para mejorar el mundo 28;
93 bis); - y Consejo defien- evangelizar partiendo de la
dan el papel espiritual del realidad de los - 29; Orien-
Director 587; responsabilidad taciones operativas: moviliza-
del - en la FS 482.518.
ción de los hermanos sobre

47.10 Page 470

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506
Documentos capitulares CG21
la realidad juvenil 30a; más do sobre el proyecto educa-
atentos a las esperanzas ele tivo salesiano, conservar la
los - 30b; formúlese proyec- propia identidad, prudente se-
to orgánico inspectorial sobre lección, formación permanen-
la evangelización de los - 30c; te 78; a nivel inspectorial
la castidad testimonio espe- fórmese el estatuto del cola-
cífico de los Salesianos para borador laico y promuévanse
los - 39; desean el testimc- cursos de actualización sobre
nio de nuestra pobreza 40; el Sistema Preventivo 79; co-
resistencias y disponibilidades laboradores - en el Oratorio
al proyecto educativo salesia- y Centro Juvenil 125.126;
no 82; crecimiento personal, colaboradores - en la escuela
social y cristiano de los - 90; 129.130.132.133; unir los co-
actitud de los educadores ha- laboradores - a nivel inspec-
cia los - 100.101.103.474. torial 133; - corresponsabili-
475; - protagonistas de evan- zarlos en la pastoral parro-
gelización 102; la situación quial 140; misioneros - 144.
juvenil actual hace difícil la 145.146.147; - tema de estu-
pastoral vocacional 108; - des dio 180; subrayada la res-
tinatarios de la pastoral vo- ponsabilidad para con los co-
cacional 111-112; - destina- laboradores - 387-388 (Const.
tarios en la escuela 128-134; 39 modificado); corresponsa-
- primer compromiso salesia- bilización y preparación de
no en la Parroquia 139; apos- los - 427-428 (Reglam. 14
talado entre los - pobres 132. bis); Pablo VI invita a los
237; toda actividad salesiana - colaborar 182; discurso del
personal o comunitaria para RM a los - de la FS 497-428.
la evangelización de los - 1.20; LAS . Editorial Roma:
Pablo VI exhorta a la fide-
lidad para con la juventud
Activi·dª
d
: di.to n·a1
d
349
·
masculina 448 (Carta del car- Lectura espintual:
denal Villot) 467.473.477 - En común 431-432 (Re-
(Discurso al CG21); compro· glamento 4 modificado).
miso del CG21 ~ara con ~os Lengua italiana:
- 237.522.527; pnmer Y pnn-
Favorézcase el esh1dio de
cipal ':~mpromis? de la Con- la - como instrumento de uni-
gregac10n despues del CG21 dad y comunicación 153
para con los - 237.463.464. Liberación·
564-576; mantener la identi-
: .,
.,
dad salesiana para con la ju- Evangehzac10n - educac10n
ventud masculina contra el ~l.
peligro del genericisrno 575- Literatura salesiana:
576
Difúndase para dar a co-
.
nocer la historia de la Con-
gregación, también en traduc-
ciones l 9c.99.257; subsidios
Laicos:
para las vocaciones 115; las
Conferencias y los Grupos lin·
Cometidos de corresponsa- güísticos promuevan la biblio-
bilidad en la comunidad edu- grafía salesiana 342.
cativa 63.66-68.104; signifi- Liturgia:
cado de la colaboración de
Creciente sensibilidad litúr-
los - 76-77; puntos negativos gica 42.84; - de la vida 44;
76-77; líneas de renovación: - en el proyecto educativo
actitud de colaboración, acuer- salesiano como expresión sa-

48 Pages 471-480

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48.1 Page 471

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Indice analítico
507
cramental de la vida de los Misionero/s:
cristianos y de su historia 93.
En el primer Centenario
de las Misiones 143; después
de 1905 144; - laicos 144.
145.147.539; el - sea fiel a
Maestros de nOVICIOS:
los compromisos de la vida
Cualificación específica en religiosa 147; - y espíritu de
el plazo de tres años 272. iniciativa 496; pocos - cua-
276.
lificados 145; dificultades pa-
Magisterio:
ra la FP de los - 145; ver
De la Iglesia y de la Con-
gregación no aceptado por in-
Misiones.
Misión salesiana:
dividualismo 37.
Director guía pastoral de
Manual del Inspector y la - 52; - confiada a la co-
del Director:
El RM prepare el - 61.
Maria Awdliadora:
Reactualizar el aspecto ma-
riano de nuestra vocación p.
8; - en la historia de la sal-
munidad 62; elementos esen-
ciales de la - 87.579; belle-
za de la vocación salesiana
512.522; falta de claridad de
la - 108; actualidad de la -
523; confianza en el porve-
nir de la - 524.525; compro-
vación 45; devoción en cri- miso total por la - 527.528;
sis 85; promoverla como ele- - y consagración 578; origen
mento esencial para el cre-
cimiento cristiano de los jó-
venes 92.94; reactualizar la
devoción a - como dimensión
y fuentes
Salesiano,
Misiones:
de la - 579;
Vocación.
ve1
esencial del carisma salesia-
Vocación que hay que pri-
no 488.491.589-591; líneas vilegiar 111; parroquias de -
carasterlsticas de la devoción 135; actividad misionera 143-
a - 590-591; devoción a - 147; - y CGE 143; aspectos
síntesis de la fisonomía espi- positivos en la animación en
ritual salesiana 591.
Medios de comunicación
social (Mass-media):
Ver Comunicación Social.
Memorie dell'Oratorio di
San Francesco di Sales:
Revelan "el corazón orato-
riano", elemento caracterlsti-
favor de las -: colaboración
de la FS, publicaciones y do-
cumentales, organización del
Dicasterio, contribución del
personal, unión de ayuda es-
pecial, vocaciones indígenas,
misioneros seglares, cualifica-
ción de misioneros, ayudas
económicas 144; aspectos ne-
co de la identidad originaria gativos: animación misionera
salesiana 566-567.
Mensajes del CG21:
todavía insuficiente; pocos
misioneros cualificados; esca-
A los Hermanos 519-528; sa FP; pastoral misionera po-
respuesta al - de las HMA co válida; pocos misioneros
529-532; respuesta al - de seglares 145; siempre actual
los CC 533-541; respuesta al la actividad misionera espe-
- de las VDB 542-546; res- cífica 146; - elemento carac-
puesta al - de los EE 547- terizante de la Congregación
551; valoración de los - 562; 146; relación entre espíritu
ver voces correspondientes. salesiano y - 146; líneas de
Ministerios:
orientación para la acción mi·
promover vocaciones para sionera hoy 146; Orientacio-
los - eclesiales laicales 111. nes para la acción: anima·

48.2 Page 472

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508
Documentos capitulares CG21
c1on misionera, FP de misio- dato recibido 155; realizacio-
neros, empeño misionero par- nes varias: Hermanos que re-
ticular por Africa, colabora- novándose espiritualmente re-
ción de seglares de la FS; nuevan la Congregación 156;
Cátedra de Misiología en la obras tradicionales revitaliza-
UPS y estudios científicos das 157; nuevas intervencio-
147; compromiso religioso de nes de Hermanos o de Comu-
los misioneros 147; ~ptena- nidades en situaciones pasto-
rio de las - 143.144; -:Oicas- ralmente necesitadas 158; di-
terio de las - 144.147; con- ficultades de la creatividad
sultas, procuras, centros mi- pastoral para el ambiente y
sioneros 146; Evangelii Nun- la comunidad salesiana 158;
tiandi 146; las - y los Coo- Pequeñas Comunidades: no-
peradores 539; - fruto del tas características según el
espíritu de iniciativa 496. CGE 159; elementos positi-
Montini, don Luigi:
Recordado por Pablo VI
470.
Muchachas:
En los Centros Juveniles
125.127; - en nuestras escue-
vos y negativos en la verifi-
cación 160; nonnas e indi-
caciones del CG21 161; dos
aspectos que diferenciar: di-
mensión comunitaria y misión
canónica 498-499.
las 129.133; interés preferen-
cial por la juventud mascu-
lina, mientras a la juventud
femenina atienden las HMA
Obediencia:
448 (Carta del Card. Villot);
Disponibilidad y fallos en
evitar el peligro del generi-
cismo 574-576 (Discurso del
RM).
la - 41; - supone fuerte ex-
periencia de fe en la comu-
nidad 41 ; - en los contrastes
57; la misión canónica hace
de nuestras iniciativas expre-
sión de - 499; evidenciado e]
Noticiarios Inspectoriales
servicio de autoridad del Di-
rector y la corresponsabilidad
(NI):
de la comunidad 580.
Instrumento de información
19.150.
Obra
PAS:
Noviciado:
Importancia y formas 271;
Premisas 343; estructuras
343 nota 2; documentación
utilizada 344; verificación:
situación actual 272; caracte-
rísticas 270; contenidos 275;
cualificación de los Maestros
puntos alcanzados 346-347;
aspectos positivos 348-350;
aspectos problemáticos 351-
272.276 - interinspectorial 352; Orientaciones para la ac-
277.
Nueva Presencia Salesi~
ción: claridad eclesial y sa·
lesiana de los fines 354; es-
na:
pecial atención a la realidad
- Exigencia de renovación juvenil y popular 355; opnr-
154; descripción 154; patro- t un a s programaciones 356;
cinada por el CGE 155; ca- destinatarios 357; particular
racterísticas: espíritu de ini- corresponsabilidad de ]os Sa-
ciativa, por iniciativa de al- lesianos 358; direcciones y
gunos Hermanos, según el es- programas 359; reestructura-
píritu de Don Bosco, en for- ción en el campo de la or-
ma comunitaria, por un man- ganización didáctica 360; cur-

48.3 Page 473

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Indice analítico
509
sos no académicos de inte- causas de alejamiento de los
rés para la Congregación 361; jóvenes 123; elementos posi-
intercambio salesiano 362; tivos: donde ha habido cohe-
profesores 363-364; aspecto rencia con la función de evan-
financiero 366; comunidades gelización 123 ;características
salesianas y formadoras 367- fundamentales de la pastoral
368; revisión de los Estatu- oratoriana: espíritu de fami-
tos 370; valoración del docu- lia, ambiente, variedad de
mento sobre - 561; ver UPS. actividades, puertas abiertas,
Optimismo:
cuidado de la masa y del in-
"- Está en las manos de dividuo, grupos, pedagogía de
cada uno de nosotros" 526- la fiesta, catequesis 124; pre-
526.
sencia de las muchachas: no
Oración:
en el Oratorio sino en el
Base de nuestro servicio de
evangelización 42.44; crecien-
te sensibilidad por la - comu-
nitaria y litúrgica 42; caren-
Centro Juvenil, para activida-
des formativas y sociales, con
preparación de los Hermanos,
colaboración de seglares, am-
cias en la - comunitaria 43; bientes idóneos, confrontación
programar los tiempos de la con la comunidad local y la
- 44; fidelidad a las devocio- Iglesia local, según normas
nes salesianas 45; renovar la
- en los Ejercicios Espiritua-
les, con creatividad, en las
formas personales 45; - per-
sonal y comunitaria 45.60.
431; Orientaciones para la
inspectoriales 125; líneas de
orientación: a) para el Ora-
torio y el Cenh·o Juvenil:
Hermanos idóneos, evangeliza-
dores; ambientes y medios, es-
tabilidad, corresponsabilidad,
acción: revisión periódica de programación y revisión 126;
la -, reconciliación, prácticas b) para Centros Juveniles:
comunitarias 60; base de la miren a la formación integral
pastoral vocacional 12.116; cristiana a través de grupos
lectura espiritual 431-432 formativos y apostólicos, co-
(Reglam. 46 modificado); - en munidad educativa, jerarqui-
el CG21 456.552.
zación de las actividades, op-
Oratorio y Centro Juve-
nil:
ciones misioneras 126; orien-
taciones para la acción: cada
comunidad mantenga el Ora-
Ambiente de evangelización torio como presencia típica
121-127; exigencia de relan- salesiana, se prepare al pro-
zamiento para la función es- yecto educativo, las activida-
p e c í f i ca de evangelización
121.123; realidad cambiante
con diversos nombres 122;
des mixtas sean seguidas a
nivel de comunidad local e
inspectorial 127; Oratorio y
definición del Oratorio, del Parroquia 135.136.139.
Centro Juvenil, del Oratorio-
Centro Juvenil 122; elemen-
tos negativos de la evalua-
ción: poca aproximación a los
jóvenes, menor empeño de
Orientaciones para la ac-
ción:
Definición y fuerza obli-
gante 383.
ideales cristianos, prevalencia
de empeños deportivos o so-
ciales sin orientación cristia-
na, personal no idóneo; falta Pablo VI:
de programación inspectorial,
Discurso a los Miembros
crisis de las asociaciones, otras del CG21 467-478. 1.5.6.7.

48.4 Page 474

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510
Documentos capitulares CG21
354; - y la Virgen 45.489; - radares, asociaciones 140; -
y las Misiones 203.221; - y popular por situacióu, estilo,
Don Bosco 162; - invita a los apertura al ambiente 141;
seglares al apostolado 182; · Orientaciones para la acción:
y el Director salesiano 203. verificación de las caracterís
221; Carta del Card. Villot ticas salesianas, restitución y
a don Ricceri 448-450; auto- no aceptación de - sin carac-
ridad a la carta de - 223- terísticas salesianas, formación
226; adhesión y gratitud de del personal 142; - confiadas
los SDB a - 464-466.
al Consejero para la Pastoral
Padres:
Juvenil 400-401 (Const. 140
Corresponsabilidad de los · modificado).
en la comunidad educativa Participación:
62.68.76; - en la escuela 129.
Ver Corresponsabilidad
130.131; asociación de los ·
en la escuela 133; - y voca·
ción 118; ver Seglares.
Palabra de Dios:
Mayor sensibilidad y escu-
cha de la - 47.
Papa:
Vínculo de unidad 92; de-
ber del Salesiano de adhe-
sión al - 228.239.464-466;
Pastoral de conjunto:
Favorecerla 139; ver Igle-
sia local.
Paternidad:
Ver Director.
Pedagogía:
Ver Sistema Preventivo.
Penitencia:
Ver Reconciliación.
ejemplo de Don Bosco 229. Pequeñas comunidades:
231; de don Rúa 226.227.
Ver Nueva Presencia Sale-
230; de don Ricaldone 231. siana.
Párroco:
Personalidad:
Salesiano según Don Bos·
Medios para el desarrollo
co 141.
de la - 37; crecimiento de la
Parroquia/s:
- humana y cristiana del jo-
- Y Oratorio 127; ambien- ven 90-91.
te de evangelización 105.135- Piedad:
142; concepto de - 135 nota
Ver Oración
3; número de las - 135 no- Pío IX:
ta 3; ambiente donde surgen
las - salesianas: misiones, paí-
ses sin clero, donde son sólo
toleradas, como condición pa-
ra crear el Oratorio 135;· pri-
mer puesto en la - el com-
promiso directo de los jóve-
nes 136; características de la
- salesiana 137-141; comuni-
Intervención del RM 500-
512; importancia de - para
nuestra Congregación 502.
503.505; afinidad espiritual
entre - y Don Bosco 507-
511.
Pironio, Card.. Eduardo:
En el CG21 233.592.
dad religiosa responsable y Pluralismo:
animadora 138; realidad-prio-
Plantea dificultades en la
ritaria de los jóvenes y su escuela 129.
valoración para la pastoral de Pobreza:
la - 139.400 ; evangelización
Significado de la - 40; ele·
según el proyecto educativo mentas negativos: aburguesa-
salesiano: catequesis sistemá- miento, menor empeño en el
tica, evangelización y promo- trabajo y en la templanza,
ción humana, colaboración de autonomía administrativa, fal-
los seglares y de los Coope- ta de apertura a los jóvenes

48.5 Page 475

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Indice analítico
511
necesitados 40; testimonio Programación:
evangelizador de la - 40; pre-
ferencia por los jóvenes y
ambientes pobres en la es-
cuela 132.137; scrutinium
Mejorada 47; - anual de la
vida y actividad 58; - de los
tiempos de oración 60; - de
las pastoral juvenil 104.105;
paupertatis 40.59; - y admi- - vocacional 114-119; - en la
nistración de los bienes tem- vida del Oratorio 126; - en
porales 416-418 (Const. 195 la escuela 133.
y 196 modificados), 433-434 Promoción:
(Reglam. 57 modificado),
- Humana, - integral cristia-
Polonia:
na 81; - integral cristiana en
Inspectorías de - confiadas el Oratorio y Centro Juvenil
a un Delegado del RM, sus 123.126; - social a través de
prerrogativas 446.
la escuela 129; - integral cris-
Posnoviciado:
tiana a través de la escuela
Necesidad e importancia
279; situación 280; objetivos
281; comunidades formadoras
282; centro de estudios 283;
130; - humana y evangeliza-
ción en la Parroquia 140; -
humana y evangelización en
las Misiones 146.
Directorio espiritual 284; pa-
ra clérigos y se 303.440;
Proyecto de vida:
Como específica ayuda
en
duración de al menos un bie- la verificación vocacional 116.
nio con :iniciación teológica
440 (Reglam. 81 modificado).
Práctica pastoral:
Ver Experiencias pastora-
les.
Prenoviciado:
Proyecto educativo: .
- Inspectorial de evangeli-
zación 30c; - para el Orato-
rio y el Centro Juvenil 127;
- para la escuela 132.134; -
en la Parroquia 140; ver Sis-
Denominación p r efe r id a: tema Preventivo.
preparación al noviciado 265;
situación hoy 266; necesidad
267; estructuración 268; eva-
luación del candidato 269;
duración 270; normas
439 (Reglam. 73 ter.).
437 .
.Ratio
Fundamentalis
Ins-
Presencias nuevas:
Ver Nueva Presencia Sale-
füutionis Salesianae
(RFIS):
siana .
El RM la haga redactar
Procura misionera:
Cometidos 146.
Profesión:
Renovar el sentido de la -
59.581; fórmula modificada
por el Dicasterio de la For-
mación 258; contenidos 258,
260.294; - y Ratio Studiorum
259; - rasgos de la FP 231.
Ratio Studiorum:
de la - 389-390 (Const.
modificado); - perpetua:
u7n4-
Parte de la RFIS 259; nor-
mas generales sobre la forma-
portancia de la preparación ción intelectual de los SP y
inmediata 290; modalidades, SC 259; rasgos de la FP 321.
tiempo, programa en directo- Reajuste:
rio inspectorial 291.
Programa:
Actuarlo para favorecer las
relaciones interpersonales 37;
Propuesto por el RM para pedido por la formación per-
el próximo sexenio 233-238; manente como hecho de cre-
653-592.
cimiento cualitativo 338.

48.6 Page 476

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512
Documentos capitulares CG21
Realizadores de la evan· Religiosos:
gelización:
Su aporte de testimonios
La evangelización se reali- 9; identidad salesiana de los
za con los - 31; Salesianos - - 472.
con el Sistema Preventivo 31. Renovación:
Reconciliación:
Abandono del sacramento
de la - 35 § 85; renovar el
empeño en el sacramento de
la - 60; llave de la educa-
ción en el proceso educativo
93.
Rector Mayor (RM):
Programa de - propuesto
por el Rector Mayor: en la
presentación de las Actas de
CG p. 7-8; en el mensaje
del RM a los hermanos 463;
en los compromisos vitales y
operativos presentados en la
intervención sobre "Participa-
ción a la vida y al gobierno
Haga preparar un Manual de la Congregación" 236-
del Inspector y del Director 238; en los tres objetivos de
y aclare el ministerio del ejer- acci6n para el próximo sexe-
cicio de la autoridad 61; - nio propuestos en el discurso
y la formación 256.258.182; de clausura del CG21 564-
alma de la FP 320; función 592; nueva presencia salesia-
del - al CG 212.
na expresión de la - 154.161;
Regiones:
Tengan un centro de
323; - anglófona creada
FP
por
comunidad condición
ria para la - 33.
Responsabilidad:
necesa-
el CG21 446; - asiática crea-
No aceptada por el indivi-
da por el CG21 446.
dualismo 37.
Reglamentos generales: Ricaldone, don Pedro:
Prolongación del experimen-
Adhesión al Papa - 231; -
to de los - por un sexenio y el PAS 354.
375; contenidos, estilos y va- Ricceri, don Luis:
lor de los - 381; modificacio-
Discurso de apertura del
nes a los - 419-445; ver Cons- CG21 451-462; elogio de Pa-
tituciones.
blo VI a - 468; intervencio-
Reglamentos inspectoria-
les:
Ver Directorio Inspectorial.
nes de - sobre: las Misiones
146, SC y SP 194, el SC y
lraidCadongjurerígdaiccia6nd1el97s.1e982; 0pal.-
Reglamento de los coope· 219; Carta del Card. Villot
radores:
a - él; recordado por don
Nuevo - no aprobado por Vigano 466.
el CG 21; porque no es de Rinaldi, don Felipe:
su competencia 540.
Relación del Rector Ma-
yor (RRM):
-Y
155; y
esepl írsiteu
de iniciativa
173; - y el
decreto le la Santa Sede so-
bre el ministerio sacerdotal
Difícil redacción 457; en del Director 226.227.238; -
colaboración con el Consejo y la confesión de don Rua
Superior 458; compartida por 230; "figura puente" 238; -
el Consejo Superior 459; ele- y la paternidad del Direc-
mentos positivos y negativos tor 587.
462.
Rua, don Miguel:
Religión:
Adhesión de - a la S. Sede
Respetar las - locales 91. después del decreto acerca

48.7 Page 477

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1ndice analítico
513
del ministerio sacerdotal del
Director 226-227; adhesión
al Papa de 229-230.
Sacramentos:
- En el proyecto educativo
salesiano 93.
Salesianidad:
Estudios de - en la forma-
ción 295; tema cualificante
de la FP 317.
Salesiano/s:
Coherencia del - entre tes·
timonio y evangelización 10;
enviado a los jóvenes 12.474.
475.477; dificultad de en-
contrarse con los jóvenes 21.
26; - evangelización 31-79;
102.484; sP y se 179.182.
194-196.208; imagen correc-
ta de la vida salesiana 211;
responsabilidad de la propia
FP 318; necesidad de reno-
vación periódica 335.343;
afecto de Pablo VI por los -
470; devociones específicas
de los - 446; responsable de
la FP; empeño para poner
en práctica el CG21 520.527.
528.553-555; "Corazón ora-
toriano del -" 565.567.568;
ver Carisma, identidad sale-
siana, Misión Salesiana, Sale-
sianidad, Vocación.
Salesianos evangelizado·
res de los jóvenes:
Título del documento so-
bre el tema de estudio del
CG21 1-165; documento ope-
rativo, de familia, con cua-
dros de referencia, muy sig-
nificativo hoy 1-4.
Salesiano Coadjutor (se):
Vocación que hay que va-
lorizar 111.206.583; que hay
que profundizar 209; signifi-
cado y valor de esta voca-
ción 166-211; en el pensa·
miento de Don Bosco 166,
del CG19 167; del CGE 168,
del CMSC 169, del CG21
170; conocimiento inadecua-
do de la identidad del - 169;
integrar a los - en la comuni·
dad 171; vocación específica
172; completa y significativa
173; fundamentada sobre la
vocación cristiana 174; al ser·
vicio de la misión salesiana
175; realizada en comunidad
176; con la profesión de los
consejos evangélicos 177; ca·
racterizada por la laicidad
178; elementos específicos de
identidad del - 179; laicidad
del -: tema que hay que pro-
fundizar 180; la acción apos-
tólica del - 181-185; modo
laical de desarrollarla 181.
182; dimensión apostólica del
trabajo del - 182, especial-
mente en el "mundo del tra·
bajo" 183; condición de efi-
cacia apostólica 184; ambien·
tes de trabajo 185; espiritua·
lidad del -: significado y lí-
neas que comporta 186-191;
recoger testimonios ejempla-
res del se 187.191.207; pre-
sencia de los - en los CI y
en los CG 193.210; SC y
SP: correlatividad y distin·
ciones 194-196.235; integra-
ción del SC y el SP 208.211;
testimonio específico del -
195; esencialidad del se pa-
ra la Congregación 197.198.
235; acceso del - al servicio
de superior: el problema y
sus motivaciones 192.199;
conclusiones del CGE sobre
el problema 200.217; apro-
vechamiento del CMSC 20l.
218.219.220; peticiones del
CI' 77 202; intervención de
Pablo VI 203.221; significa-
do de la intervención según
el RM 204.223-232; decisio·
nes del CG21 205.222; apor·
te del CG21 al estudio de la
figura del - 235; presencia
del - en las comunidades for-
madoras 249.305; formación
de base igual al SP 263; ne-
cesidad de formación espe-
cífica 29; resultados y caren-

48.8 Page 478

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514
Documentos capitulares CG21
cias 300; currículo formati- de los jóvenes 82; condición
vo de los directores 301.306; favorable 82.83; - proponer-
elementos específicos de la lo íntegra, aunque gradual-
formación del - 302-304.
mente 83; elementos positi-
Salesiano Sacerdote (SP):
Formación específica del •
292; situación actual 293; ca-
racterísticas de la FP 294;
duración de la formación 295;
otros estudios no permitidos
295; estudios de salesianidad
295; práctica pastoral 296;
comunidad formadora y Cen-
tro de Estudios 297; identi-
dad del · 298; formador del
se 305; incumbencias del -
respecto a las HMA 486.529;
ver Salesianos.
Salvación:
Concepto 14.
«Salesianum» de Roma:
Prepare Directores y ani-
madores para los Centros Re-
gionales de FP 324.339.
Scrutinium paupertatis:
cos en el empeño evangeliza-
dor de los Salesianos 84; ele-
mentos negativos 85; causas
que limitan la acción evange-
lizadora 86; pleno acuerdo
entre -, Constituciones, CGE,
EN, Sínodos, documentos so-
bre la Escuela Católica 87;
el - ofrece elementos para el
crecimiento personal de los
jóvenes 90; para el crecimien-
to social 90; para el creci-
miento en Cristo y en la Igle-
sia 91-92; para la vida sa-
cramental litúrgica 93; para
la devoción mariana 94; pa-
ra la catequesis 95; para la
orientación vocacional 92.
106; estilo salesiano del -:
síntesis de los signos negati-
vos 99; estilo del - en las
Constituciones 100; elemen-
Ha fallado la realización tos específicos del - 101.102;
del - 40; efectúese periódi- 1í ne as de renovación 103;
camente también acerca del Orientaciones operativas: pro-
trabajo, expresión de la po- yecto educativo inspectorial,
breza salesiana 59.
líneas fundamentales del Di-
Secretariado de la Comu- casterio de la PJ, jornadas
nicación Social:
Cometidos 152.153.
Secularidad consagrada:
Las VDB llevan el don de
la - en el espíritu de Don
Basca a la Congregación 546.
Seglares:
Ver Laicos.
Sínodo:
de puesta al día, erección
del Instituto Histórico Sale-
siano 105; - en las Parroquias
140; - en la escuela 128-134;
relanzamiento del - por parte
del RM para el próximo se-
xenio 237.492; - en el dis-
curso de clausura del CG21
596-572.
De los Obispos IV, 9; II,
III, IV, 87.
Sistema Preventivo:
Modo original salesiano pa-
ra la evangelización de los
jóvenes 80-105; espiritualidad
Templanza:
Decadencia del sentido
lesiano de la - 40.
sa-
del - 17; significado del -: Testimonio:
aspecto central de la pastoral
Irradia los valores de la
juvenil salesiana 80.97; pro- fe 37; - deficiente 108; - de
grama del -: promoción in- vida salesiana elemento de
se tegral cristiana del joven 81; pastoral vocacional 112; - del
dificultades: heterogeneidad
178.184; - empeño para
de las culturas y resistencias el próximo sexenio propuesto

48.9 Page 479

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Indice analítico
515
por el RM 237.526; - autén- eclesial y salesiano de la - y
tico para los jóvenes recor- sus exigencias 354; finalidad
dado por Pablo VI 474.
juvenil y popular de la - 355·
Tiempo libre:
Las actividades del - pro-
movidas en el Oratorio no
sean prevalentes 123.124.
Tirocinio:
Importancia 285; situación
286; en comunidades idóneas
287; asistencia 288; en el
Directorio 289.
Trabajo:
Debilitamiento del sentido
salesiano del - 40; revisión
programación de la - 356 '.
destinatarios de la - 357· res:
ponsabilidad de la Congrega-
ción para con la - 358; orien-
taciones y programas de la -
359-361; cursos de particu-
lar interés para la Congrega-
ción 361; Cátedra de Misio-
logía 147; colaboración sale-
siana 362; cualidades y res-
ponsabilidades de los docen-
tes 363-365; ver Obra PAS.
periódica 59; - característica
de la escuela salesiana 131 ·
mundo del - sector más sig:
nsiefica1t3iv3o.18d4e;l
apostolado del
- en estructu-
ras no salesianas 425-426.
Tradición:
Reafirmar los valores per-
manentes de la - 11.
Vicario local:
Sustituye al Director im-
pedido en el CI, previa apro-
bación del Inspector 412-413
(Const. 179 modificado).
Viganó, don Egidio:
Presentación de las Actas
del CG21 p. 7-9; interven-
Unanimidad:
ción sobre la "Participación
- Operativa, dimensión in-
tegrante del CG 553-555.
en la vida y en el gobierno
de la Congregación" del SC
Unidad:
El Director servidor de la
- 52; - en la formación 241-
261; Constituciones platafor-
ma de - 581; cultivo de al-
gunos valores de -: conoci-
miento de Don Bosco, genui-
na mentalidad religiosa cla-
rificación de la obedien~ia sa-
lesiana 580; valorícense las
orientaciones y directrices de
los Superiores como signo de
unidad 19b.
Universidad Pontificia Sa-
lesiana (UPS):
Centro para la preparación
212-239; mensaje a los Sa-
lesianos 463; saludo de ho-
menaje a Pablo VI 464-466;
palabras en el encuentro con
los seglares de la FS 479-
482; respuesta al mensaje de
las HMA 483-491; interven-
ción sobre el primer docu-
mento 492-499; recuerdo de
Pío IX 500-512; intervención
sobre la FS 513-518; dis-
curso de clausura del CG21
552-592; correlatividad entre
SC e SP 196; recordado por
Pablo VI 468.
Villot, Card. Juan:
de los formadores 156; - y
Carta del Card. Villot al
la Obra PAS 343; la reali- RM para el CG21 448-450;
dad de la - 346; efectos de citaciones de la Carta 5.7,
esta realidad 347; aspectos 203.204.205; reflexiones del
problemáticos de la - 351- RM sobre la carta 212-239;
352; Orientaciones operativas ver Director, Gobierno de la
para la - 353.370; carácter Congregación, Pablo VI, SC.

48.10 Page 480

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516
Documentos capitulares CG21
Visita extraordinaria:
conversión, vida salesiana au-
Puede ser confiada a visi- téntica, respecto a la natura-
tador diverso del Consejero leza espiritual de la -, explí-
Regional 444-445 (Reg. mo- cito empeño vocacional en la
dificado).
pastoral, vocaciones compro-
Visitadores:
metidas, perspectivas eclesia-
Persona y poderes 444-445 les, empeño comunitario 112-
(Reg. 96 modificado).
113; c) organización: sensi-
Visitadurías:
bilización, programación, res-
Participa en el CG un De- ponsables, actitudes con los
legado por cada - 404-405 jóvenes, momentos de empe·
(Const. 156 modificado); el ño vocacional, lugares, voca·
Superior gobierna con autori- ciones adultas, familias com-
dad ordinaria vicaria 407 prometidas 114-118; Orien-
(Const. 156 modificado).
taciones operativas: plan ins-
Vocación/es:
Volver a sentir el valor de
nuestra - p, 7-8; orientación
vocacional en el Sistema Pre-
ventivo 92; - objetivo esen·
cial de la acción educativa
salesiana 106; pastoral voca-
cional servicio de evangeliza-
ción 106; -problema de edu-
cación en la fe 107; crecida
sensibilidad sobre las - 108;
fallos: desorientación sobre
la identidad salesiana, esca-
so testimonio de vida, no
claridad sobre la misión, ina-
decuación pastoral, absenteís·
mo, situación juvenil general
108; líneas de pastoral vo·
cacional en el CGE, en las
pectorial para la formación
de los hermanos, preparación
de los catequistas vocaciona·
les, iniciativas vocacionales
para la Iglesia local, líneas
de pastoral de las vocacio-
nes 119; - en la escuela 131;
- en la Parroquia 140; - en
las Misiones 144; empeño vo-
cacional para SC 208; belle·
za de nuestra - 463.512.522;
primer documento capitular
con orientación orgánica so·
bre la pastoral vocacional sa·
lesiana 574; "Guía educativa
de las vocaciones" del Di-
casterio de la PJ 109.
Voluntarias de Don Bos·
co (VDB):
Constituciones, en los docu-
Encuentro con las - en el
mentos de los RM y del Di- CG21 479-482; pertenencia
casterio de PJ 109; metas de las - a la FS 543; espe-
de renovación: evangelizar de ranzas de las - de los SDB
manera que broten -, revita·. 545; don de las - de la secu·
lizar la finalidad específica laridad consagrada en el es-
vocacional, mantener vivo el píritu de Don Bosco 546;
carisma saleduno 110; líneas respuesta del CG21 al men-
de renovación: a) destinata- saje de las - 542-546.
rios: todos los jóvenes, de to- Votos:
da edad, especialmente los
Valor de la práctica de los
que tienen indicios de llama- - 38; - temporales 278; en el
da, para los ministerios lai- primer t r i e n i o , trienales o
cales eclesiales, para la FS, anuales, des pu é s ordinaria-
para SC y Misiones 111; b) mente trienales 396-397
opciones pastorales: oración- (Const. 105 modificado).

49 Pages 481-490

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49.1 Page 481

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INDICE GENERAL
Sumario .........................................................
5
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Abreviaturas y siglas . .. . .. .. .. . .. . .. .. . .. . .. .. . .. .. .. .. .. . .. .. 11
DOCUMENTO 1
LOS SALESIANOS EVANGELIZADORES
DE LOS JOVENES
15
Presentación
19
Introducción
23
Primera parte: Los JÓVENES Y su CONDICIÓN ....... .. 31
Segunda parte: Los SALESIANOS OPERADORES DE EVAN-
GELIZACIÓN ..... ,,, ........ , ,,, , , ....... ,,,, 37
Premisa ..... ............................................ ........ 37
l. La comunidad evangelizada . .. .. .. ... ... .... .. .... . 38
1.1 El don de la fraternidad y la evangelización .. .. .. 39
1.2 El don de la consagración y la evangelización .. . 43
1.3 El don de la oración y la evangelización .. . .. .. .. 48
1.4 La animación de la comunidad para la evangeli-
zación. Papel del Director .. . .. .. .. . . . .. .. .. . .. . .. . .. 52
1.5 Orientaciones operativas sobre la comunidad evan-
gelizada . ... .... .... . ... .. . .. ... .. . . ... ... .. . ... .. ... . ... . 64
2. La comunidad animadora .. .. . . .. .. .. . . . .. . . . .. . .. . . 64
2.1 La comunidad salesiana animadora de la comuni-
dad educativa y pastoral . .. .. . .. .. . . .. .. .. .. . .. .. .. 66
2.2 La participación de los Cooperadores y Exalum-
nos "que han hecho la opción evangelizadora" en
la obra educativa y pastoral de los SDB . . .. . . . . . 70
2.3 La colaboración de los demás seglares en la co-
munidad educativa . . .. ... .. . .. .. .. . .. ... . ... .. . .. ... . . 75
2.4 Orientaciones operativas .. .. .. . . .. . . .. . .. .. . .. . . .. .. .. 77
Tercera parte: EL PROYECTO EDUCATIVO y LA FECUN·
DIDAD VOCACIONAL .. , . , ............... , . . . 79
1. El proyecto educativo y pastoral salesiano . . . . . . 79
1.1 Los contenidos del proyecto educativo y pastoral
salesiano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80
1.2 El estilo y el espíritu del proyecto educativo y
pastoral salesiano .. .. . .. ... ... . . .. ... .. . ... . .. .. ... . ... . 95
1.3 Orientaciones operativas .. . .. .. .. .. .. .. . .. .. .. .. .. .. .. 103
2. La fecundidad vocacional de nuestra acción pas-
toral . . .. . .. . .. . . . ... ... . .. . .. . .. ... . . . . ... .. . . . ... . . .. .. . . 105
2.1 El problema fundamental y sus aspectos .. . .. .. .. 105
~

49.2 Page 482

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518
Documentos capitulares CG21
2.2 La situación .. .. . .. .. . ... . ... .. . .. ... ... . .. . .. . .. .. .. .. .. 106
2.3 El cuadro de referencia .. .. .. .... .... ... ...... ... .... 108
2.4 Las lineas de la renovación .. .. . .. . .. .. . .. .. .. .. .. . 109
2.5 Orientaciones operativas .. .. . .. .. . .. .. .. .. .. . .. .. . .. .. 117
Cuarta parte: ALGUNOS AMBIENTES y CAMINOS DE EVAN-
GELIZACIÓN ,, ..................... , , ......... , , 119
Premisa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119
l. El Ora~ori~, y el Centro Juvenil, ambientes de
evangelizacion . ... . ... ... .. . .. ... . ... . .... .... .. ... . ... . 120
1.1 La realidad, los "nombres", el proyecto pastoral. 121
1.2 La situación . .. .. ... .. ... .. .. . .. .. .. . ... . ... .. ... .... .. .. 122
1.3 i Un ambiente, un programa, un estilo! .. .. .. . .. 123
1.4. 1;,a presencia. de l~~ muchachas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124
1.5 Lmeas de or1entac10n ... ........ ...... ........... ... .. 125
1.6 Orientaciones operativas .. .. .. .. .. .... ... .. . .. ... .. . .. 127
2. LA JPSCl(p;LA como ambiente de evangelización. 127
2.1 La sltuac1on . . . . . . . . .. . .. . . . . .. . . . . . . . .. . . . . .. . . . . .. . . . . . 128
2.2 La Congregación reafirma la validez de su pre-
sencia en la escuela . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . 129
2.3 Especificidad de la presencia salesiana en la es-
cuela ...................................................... 130
2.4 Algunas líneas de acción .......... .......... ....... 133
2.5 Opciones para la actuación de las líneas de acción. 134
2.6 Orientaciones operativas ................ .......... .... 136
3. LA PARROQUIA: aspectos particulares de la pre-
sencia salesiana evangelizadora . . .. . . . . . . . . . . .. . . . . . 136
3.1 El problema del número de las parroquias . . .. . . . . . 137
3.2 El problema de la salesianidad en las parroquias. 139
3.3 Orient~~iones operativas ....... .... ... ................ 145
4. Las misiones ..... ...... ..... .... .. ...... ...... ....... ... . 146
4.1 La situación . . .. . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . .. . .. . . . . .. . . . . . 147
4.2 Cuadro de referencia .. .. .. .. .. . .. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. . 149
4.3 Orientaciones operativas . . . . . . . . .. . . . . .. ... . . . . .. . . . . . 153
5. La comunicación social: camino para la evangeli-
zación ....................................... .............. 154
5.1 Importancia de la comunicación social .. .. .. .. .. .. 154
5.2 Comunicación social y evangelización . . . . . . . . . . . . 155
5.3 El pensamiento de Don Bosco .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 155
5.4 La situación . . ... .. . .. .... .. . .. . .. ... . ... .. ... . ... .. ... .. 156
5.5 Líneas de acción .. .. . .. . .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. . .. .. . .. 158
5.6 Orientaciones operativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 160
6. Una nueva presencia salesiana para la evangeliza-
ción ...................................................... 161
6.1 "Nueva presencia salesiana" . . . . . .. . .. . . . . .. . . . . . . . . 161
6.2 Realizaciones de "una nueva presencia salesiana". 165
6.3 Revisión del CG21 de una de las realizaciones de
nueva presencia: las pequeñas comunidades . . . . . . 168
Conclusión .. .. .. .. .. . .. .. .. .. . .. . .. . ... .. . .. . .. .... .. ... ... . .. . . 172
DOCUMENTO 2
EL SALESIANO COADJUTOR: una vocacion de
"religioso laico" al servicio de la misión salesiana 175

49.3 Page 483

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Indice general
519
Introducción
177
l. El Salesiano Coadjutor en la comunidad salesiana. 181
1.1 Rasgos fundamentales de la identidad vocacional
1.2
Ldeal
se ····················
acción apostólica del
·······························
Salesiano Coadjutor . . . . . .
118817
1.3 Algunos rasgos de la vida espiritual del Salesia-
no Coadjutor .. . .. . .. . .. . .. . ... .. . .. ... ... . .. . .. . .. . ... . 191
1.4 Participaci~'>,n en la vida y en el gobierno de la
Congregac1on . . ... . ... . ... .... .. .. . ... .. ... . .. ... . .. . .. . . 194
1.5 Esencial correlación entre el Salesiano Coadjutor
y el Salesiano Sacerdote . . .. . . . . .. .. . .. . .. . .. . .. .. .. . . 196
2. La Congregación Salesiana y el Salesiano Coad-
jutor . . ... .. ... . .. .... .. . ..... ... . ...... .. .... .. . .. . ... .. .. 199
3. El servicio del Superior salesiano y el Salesiano
Coadjutor .. .. ... ... . .. . .. . .. ... . ... .. . .. ... . .. ... ... . ... . 200
3.1 El problema . . .. . ... .. . ..... ... . .. ... . ... .. . . . ... . . .. .. . . 201
3.2 La reflexión y las deliberaciones del CGE . . .. . . 201
3.3 El Congreso Mundial Salesiano Coadjutor y los
CI 77 .................................................... 202
3.4 El CG21 .......... ............ .......... ................ 204
4. Orientaciones operativas .... . .. .. .. .. . ... .. .. . ... .. .. . 209
INTERVENCIÓN DEL RECTOR MAYOR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209
DOCUMENTO 3
LA FORMACION PARA LA VIDA SALESIANA
233
Introducción . .... .. . .. . ... .. .. .. .. . ... .. ... . .. ... . .. ... .. . ... . . 237
Primera parte: LA UNIDAD DE LA FORMACIÓN . . . . . . . . . 238
1. Premisas . . ... . ... . . . . . . . . . . .. . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 238
1.1 La unidad de la formación en los contenidos . . . 240
1.2 La unidad de la formación en la comunidad .. .. .. 241
1.3 La unidad de la formación en la descentralización. 242
2. Situación .. .. .... ... .. . . .. . . .. .. . .. . ... .. .. . ... . ... .. ... . . 243
2.1 La unidad de la formación en los contenidos . . . 243
2.2 La unidad de la formación en la comunidad . . .. .. 244
2.3 La unidad de la formación en la descentralización. 245
3. Deliberaciones .. .. . .. . ... . ... .. ... . .. . .. . ... .. ... . ... .. . . 246
Segunda parte: LAS ETAPAS DE LA FORMACIÓN .. .. . .. .. 250
Premisas . ..... .... .. ... . ... .. . ... .. . .. ... . .. ... . .. ... ... ... ... . . 250
1. Perf~do de maduración vocacional hasta la pro-
fesion perpetua . . ... . ... . . . . . . . . . . .. . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . 252
1.1 Preparación inmediata al Noviciado . . . . . . . . . . . . . . . 252
1.2 Noviciado . . .. . .. ... ... . .. . ... .. ... ... . ... . .. .. ... . .. . .. .. 254
1.3 Período de los votos temporales . . .. . . . . . . . . . . . . . . 257
2. Preparación específica del Salesiano Sacerdote y
Coadjutor . . .. . .. . .. ... ... . .. ... .. .. .. . .. . ... . .. ... .. . .. .. 263
2.1 Formación del Salesiano Sacerdote . . . . . . . . . . . . . . . 263
2.2 Formación del Salesiano Coadjutor . . . . . . . . . . . . . . . 268

49.4 Page 484

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520
Documentos capttuiares CG21
Tercera parte: LA FORMACIÓN PERMANENTE . . . . . . . . . . . . 268
l. La situación actual . . .. ... .. .. .. .. . .. .. ... .. .. . .. .. . .. . 274
2. Líneas de reflexión .. .. .. .. .. .. . .. .. .. . .. .. . .. .. .. . .. .. 275
2.1 El ?onc.epto de formación permanente . . .. .. .. .. . . 275
2.2 Motivaciones . . . .. ... . ... . .. .. .. .. . . .. . .. . .. . . . .. . . .. . . . . . 276
2.3 El sujeto . ... . .. . ... .. . .. ... .. .. .. . .. ... . ... ... .. .. .. .. . . 277
2.4 Objetivos . . .. . . .. . . . .. . . .. . .. .. . . .. .. . . .. . .. .. . . .. . .. . . . . . 277
2.5 Areas de la formación permanente . . .. ... . .. . .. . . 278
3. Orientaciones operativas . . .. .. .. . .. . . .. . . .. . . . . .. . .. . . 278
3.1 Criterios de organización .. ... .. .. .. .. . .. .. .. .. .. . .. . .. 278
3.2 Responsabilidad a los distintos niveles . . . . . . . . . . . . 280
3.3 Estructuras . . .. . ... . ... ... . ... .. ... ... . ... .. .... ... .. ... . . 282
3.4 Líneas de acción .. ... .. .... .. ... ... .. ......... .... . .... 283
DOCUMENTO 4
LA OBRA PAS Y LA UNIVERSIDAD
PONTIFICIA SALESIANA
287
Premisas
289
1. Líneas de evaluación . . .. .. . .. .. .. . . .. .. .. . .. .. .. . .. .. 291
1.1 Principales ~e!as ya alcanzadas . . .. . ... .. . .. . .. ... .. 291
1.2 Aspectos positivos .. . .. ... . .. . .. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. .. .. . 293
1.3 Aspectos problemáticos . .. ... .. .. .. .. . .. .. .. .. .. .. .. . .. 295
2. Orientaciones operativas . .. .. . .. .. .. .. . .. .. .. .. .. . .. . . 296
2.1 Claridad eclesial y salesiana de los fines . . . . . . . . . 297
2.2 Especial atención a la realidad juvenil y popular. 298
2.3 Programaciones congruentes . . ... .... ... .... .. . .. . .. .. 299
2.4 Destinatarios según los fines y programaciones de
la UPS ................................................... 299
2.5 Particular corresponsabilidad de los Salesianos . . . 300
2.6 Especialidades y programas ...... .... .. . ........ ... .. 300
2.7 R~e~~cturación en el campo de la organización
didactica . . .. . ... .. . . . .... ... .. .. ... .. . .. ... . .. . ... .. . .. .. 301
2.8 Cursos no académicos .. .. ......... .... .. .... .. ...... .. 302
2.9 Intercambio salesiano .. .. .. . .. . .. .. .. . .. .. .. .. . .. . .. .. 303
2.10 Profesorado . .... .. . ... .. .... . .. . ... .. . ...... ... .. ... . .. .. 303
2.11 Aspecto económico .. ... ..... .... ... .. ... .... ... .. ... .. 304
2.12 Comunidades salesianas y formadoras . .. .. . .. .. .. .. 305
2.13 Modificación de los Estatutos .. ... . .. .. .. .. . .. .. .. .. 306
DOCUMENTO 5
REVISION DE LAS CONSTITUCIONES Y
DE LOS REGLAMENTOS
309
l. Declaración del CG21 .. ....... ... ... .... .. .... .. .... . 311
2. Modificaciones de los artículos de las Constitu-
ciones. . . . . . . . . ... . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . 319

49.5 Page 485

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Indice general
521
2.1 Capítulo V:
Los corresponsables de la Misión. 319
2.2 Capítulo IX: La consagración religiosa salesiana. 320
2.3 Capítulo XII: Nuestra obediencia . . . . . . . . . . . . . . . 322
2.4 Capítulo XIII: Aspectos generales . . . . . . . . . . . . . . . 323
2.5 Capítulo XIV: Las etapas de la formación . . . . . . 324
2.6 Capítulo XVII: Estructuras de gobierno a nivel
mundial y regional . .. .. .. . .. . ... . 325
2.7 Capítulo XVIII: Estructuras de gobierno a nivel
inspectorial .. .. .. .. ... ... ... .. .. .. . . 232
2.8 Capítulo XIX: Estructuras de gobierno a nivel
local . . .. . .. . .. . .. . .. ... . ... ... ..... .. 333
2.9 Capítulo XX: Administración de los bienes tem-
porales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 334
3. Modificaciones en los artículos de los Reglamentos. 337
3.1 Capítulo I:
Evangelización y catequesis ... . 337
3.2 Capítulo 11: Pastoral juvenil . . .. . .. .. .. .. .. . . .. . 338
3.3 Capítulo V:
Medios de comunicación social. 341
3.4 Capítulo VIII: La orac10n . . . . . .. . ... . . .. . . . .. . . . . . 341
3.5 Capítulo X:
La pobreza .. .. .... .. . ... .. ... . .. .. 342
3.6 Capítulo X bis: La obediencia .. . . . . . . .. . . . . . .. . . . . 343
3.7 Capítulo XI: La formación . ... ... . ... .. .. .. . ... . 344
3.8 Capítulo XII: Estructuras de gobierno a nivel
mundial . ...... ............... ........ 346
4. Deliberaciones . . .. . . . . . . . .. . . . . .. . .. . . . . . . . .. . . . . . . . .. . . 348
4.1 Delegado del Rector Mayor para Polonia . . . . . . . . . 348
4.2 Constitución de la Región de Asia . . . . . . . . . . . . . . . 348
DELIBERACIÓN CAPITULAR: Confirmación de "las delibe-
raciones del CGE acerca de la facultad concedida por
el M.P. "Ecclesiae Sanctae", II, 1,7 .......... ... . .... 351
ANEXOS
l. Carta del Card. Villot . . ... .. .. .. .. . .... .. .. ... . . ... 357
2. Discurso del Rector Mayor don Luis Ricceri en
la apertura del CG21 . .............. .......... ... .... 359
3. Mensaje del nuevo Rector Mayor don Egidio Vi-
gano a los salesianos de todo el mundo . . . . . . . . . . . . 368
4. Saludo del Rector Mayor don Egidio Vigano al
Santo Padre en la audiencia concedida por Pablo VI
a los capitulares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . 370
5. Discurso de S. S. Pablo VI a los miembros del
CG21 en la audiencia especial del 26 de enero
de 1978 ................................................. 372
6. Palabras de conclusión del Rector Mayor en el en-
cuentro con los representantes laicos de la Familia
Salesiana . .. . .... ... . .. . ... .. .... . .. . ... .. ... . .. ... .. . ... . . 381
7. Respuesta del Rector Mayor al mensaje de la
Rvdma. Madre General de las HMA . . .. . ... .. .. 384
8. Intervención del Rector Mayor para clausurar el
debate sobre el Documento 1 .. ... .. .. . ... . .. . .. ... . . 393
9. Recuerdo de Pío IX en el centario de su muerte. 398
10. Intervenci,1n dE:l. Rector _Ma~,or don Egidio Vigano
sobre la Familia Salesiana . . .. . ... .. . ... .. ... .. . .. 405

49.6 Page 486

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522
Documentos capitulares CG21
11. Mensaje de los miembros del CG21 a todos los
Hermanos de la Congregación ................... .. 410
12. Respuesta d~l CG21 al mensaje de las HMA .. . 415
13. Respuesta del CG21 al mensaje de los Coopera-
dores salesianos ....................................... . 418
14. Respuesta del CG21 al mensaje de las Volunta-
rias de Don Bosco ................................... . 421
15. Respuesta del CG21 al mensaje de los Exalumnos
salesianos ............................................... . 423
16. Discurso del Rector Mayor don Edigio Vigano en
la clausura del CG21 ................................ . 426
17. Cronohistoria del CG21 ............................ .. 457
18. Lista de los participantes en el CG21 ........... . 474
19. Organos directivos del CG21 ...................... .. 483
Indice analítico .. ... .. ... ... . ... .. ... .. . ... . .. . .. . ... ... .. . .. .. 489
l ndice general . . .. . .. . .. . .. . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . .. . .. . . 515

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