Saludo a la Asamblea del Capítulo General 29°
de los Salesianos de Don Bosco
Turín, 16 de febrero de 2025
Querido
don Stefano, Vicario del Rector Mayor,
y
queridos Hermanos Salesianos,
estoy
aquí en nombre de todas las Hijas de María Auxiliadora del mundo
que han acompañado en estos últimos años, de manera particular con
afecto y oración, la vida y la misión de la Congregación
Salesiana.
Estuvimos muy cerca en el momento en que el Rector Mayor ⸻don Ángel Fernández Artime⸻, fue nombrado Cardenal por el Papa Francisco, comprendiendo todo lo que este nombramiento implicaba a nivel concreto. Es una elección que expresa estima y confianza en su persona, que honra a la Familia Salesiana, a cada uno de vosotros, y que ha llevado a anticipar la celebración de este Capítulo General 29°.
Estamos cerca de vosotros ahora con la oración, y os lo aseguramos durante todo el tiempo que dure la Asamblea capitular.
Que
el Espíritu Santo descienda abundantemente sobre ella con sus dones
de sabiduría y de discernimiento, y que María Auxiliadora siga
guiando vuestras opciones y "haciendo todo", como en la
vida de Don Bosco y de nuestros santos.
El tema del
Capítulo General 29 es hermoso y atractivo: APASIONADOS
POR JESUCRISTO, DEDICADOS A LOS JÓVENES. Por una vivencia fiel y
profética de nuestra vocación salesiana.
Como Hijas de María Auxiliadora nos sentimos plenamente en sintonía con vuestra exigencia de profundización expresada en el subtítulo.
Por una vivencia fiel y profética de nuestra vocación salesiana, es un tema que invita a volver a lo esencial, a la identidad carismática centrada en Cristo y en la educación evangelizadora de los jóvenes.
Es una nueva llamada, del Espíritu y de la contemporaneidad, a renovar el corazón mismo de la vocación salesiana, a reavivar el ardor espiritual y apostólico que ha caracterizado el carisma en sus orígenes y que caracteriza vuestra vida y misión hoy en los cinco continentes.
Las tres prioridades que habéis elegido: renovar la vida espiritual y la formación a través de una relación auténtica con Cristo y un profundo compromiso en la misión; la colaboración con laicos y miembros de la Familia Salesiana en la misión específica propia del carisma salesiano; y, finalmente, una revisión valiente de las estructuras de animación y de gobierno de la Congregación para hacerlas más eficaces y adecuadas a los desafíos siempre nuevos e inéditos de esta contemporaneidad, son tres grandes opciones que garantizarán a toda la Congregación vitalidad renovada, tanto a nivel misionero como vocacional, una fuerte apuesta sobre el presente y el futuro.
El futuro del carisma, en efecto, está en las manos de cada uno de nosotros, como miembros activos y corresponsables de la Familia Salesiana, pero en este momento está, sobre todo, en vuestras manos, como Asamblea capitular mundial.
Sabemos muy bien que el Capítulo General es un acontecimiento de gracia y de sinodalidad de decisiva importancia en la Iglesia de hoy, un acontecimiento del Espíritu Santo. Él puede irradiar toda su luz, su gracia en nuestra pequeña vida diaria para hacernos más valientes, más proféticos, en un tiempo tan complejo y fatigoso en tantos aspectos.
Pienso en las situaciones sociales y políticas difíciles de las que algunos de vosotros provienen. Pienso en las realidades de dolor, de violencia, pobreza y de injusticia, en las situaciones dramáticas causadas por los diversos conflictos que afligen al mundo y que repercuten en vuestras Inspectorías.
Pienso en las comunidades en situación de precariedad y de sufrimiento donde viven y trabajan tantos Hermanos y Hermanas que afrontan, con fidelidad y valentía, el desafío cotidiano de la educación para poder promover la vida de las jóvenes generaciones que os están encomendadas y asegurar a todos un futuro mejor.
La grandeza y la amplitud que abrazáis en esta Asamblea capitular, ofrece una visión maravillosa de la vitalidad y de la fuerza del carisma, del cual toma impulso creativo la misión de la Congregación Salesiana.
El año jubilar que estamos viviendo nos proyecta hacia un radiante horizonte de esperanza, arraigada en el Señor resucitado y vivo. Que él os sostenga en mirar al futuro con confianza sin desalentaros por las incertidumbres del tiempo presente, por muchos aspectos contradictorio, complejo y en continuo cambio.
Vuestro caminar juntos en profunda comunión es un fuerte signo de esperanza para toda la Familia Salesiana y para la Iglesia. La certeza de que María Auxiliadora y Don Bosco os guían, os sostenga en mirar al futuro con valentía y acierto. Todo el mundo salesiano, todas las Hijas de María Auxiliadora, están con vosotros, os acompañan en oración con afecto y estima. Personalmente, aprovecho este momento para agradeceros vuestra cercanía, el gozo de compartir la misma vocación salesiana, de experimentar la belleza de la misma espiritualidad y misión.
Os agradezco la riqueza de vuestro ministerio sacerdotal que con generosidad ofrecéis a nuestras comunidades, a los jóvenes, a las muchachas, a los niños, a las familias que encontramos en las obras educativas en situaciones fáciles y, muy a menudo, en situaciones difíciles. Lo he podido comprobar en mis visitas a nuestras comunidades repartidas por muchas partes del mundo. Por eso me hago portavoz de las Hijas de María Auxiliadora para deciros un "gracias coral".
Os deseo que este acontecimiento de gracia pueda generar una renovada vitalidad carismática y nuevas y santas vocaciones. Encomiendo este deseo a nuestros santos y, en particular, a santa María Domenica Mazzarello que no dejará de interceder por vosotros.
Gracias por la invitación, por la posibilidad de estar aquí con vosotros y por participar en este momento tan importante para toda la Familia Salesiana.
¡Buen trabajo y buena suerte!
Suor Chiara Cazzuola
Superiora general del Instituto FMA