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SALESIANOS DE DON BOSCO
CAPÍTULO GENERAL XXIX
APASIONADOS
POR JESUCRISTO
DEDICADOS A LOS JÓVENES
Para una vivencia fiel y profética
de nuestra vocación salesiana
«Instituyó doce para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar,
y que tuvieran autoridad para expulsar a los demonios» (Mc 3,14-15)
INSTRUMENTUM LABORIS
TURÍN - VALDOCCO, 16 DE FEBRERO - 12 DE ABRIL DE 2025

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INTRODUCCIÓN
El Capítulo General 29 representa, para la Congregación Salesiana, un momento crucial de
reflexión, discernimiento y renovación. El tema «Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóven-
es» nos invita a un profundo examen de nuestra identidad y misión en el contexto contemporáneo,
caracterizado por rápidos cambios sociales, pastorales, culturales y tecnológicos. Nuestra misión
entre los jóvenes, especialmente los más pobres y marginados, nos pide ser valientes y creativos,
permaneciendo siempre fieles al carisma de Don Bosco.
Complejidad y riqueza del tema
La complejidad y riqueza del tema del CG29, así como la articulación de los núcleos temáticos,
reflejan la realidad multiforme de nuestra vocación salesiana. Para facilitar una comprensión orgán-
ica e integrada, hemos optado por estructurar el documento de modo que presente cada núcleo en
un flujo continuo, desde la escucha a la interpretación y a la propuesta de algunas opciones. Esta
disposición pretende ofrecer una visión coherente y completa de cada aspecto de nuestra reflexión.
El Instrumento de Trabajo ha tratado de sintetizar lo más fielmente posible los materiales re-
cibidos de las inspectorías, manteniendo el mismo esquema utilizado para la recopilación de las
contribuciones. Esto conduce inevitablemente a algunas repeticiones y redundancias en el texto. La
asamblea capitular podrá decidir organizar los temas de otra manera, para que el discurso sea más
conciso, coherente y eficaz.
Los tres núcleos temáticos
Núcleo 1. Animación y cuidado de la vida verdadera de cada salesiano: este núcleo se centra en
la renovación espiritual y vocacional de cada salesiano y de cada comunidad local. Explora cómo
alimentar una profunda vida interior, reforzar la identidad consagrada y vivir auténticamente los
consejos evangélicos en el contexto contemporáneo.
Núcleo 2. Juntos salesianos, Familia Salesiana y laicos «con» y «para» los jóvenes: el tema abor-
da el desafío de la misión compartida, examinando cómo salesianos, miembros de la Familia Salesia-
na y laicos pueden colaborar más eficazmente en la educación y en la evangelización de los jóvenes.
Reflexiona sobre la formación conjunta, sobre la corresponsabilidad y sobre las nuevas formas de
presencia salesiana.
Núcleo 3. Verificación y renovación de las estructuras de gobierno de la Congregación: el núcleo
considera la eficacia de las actuales estructuras de gobierno y propone modos para que respondan
mejor a las necesidades de la misión salesiana en el mundo de hoy. Incluye reflexiones sobre el lide-
razgo, sobre la gestión de los recursos y sobre la adaptación de las estructuras a los contextos locales.
Diversidad y sinodalidad en la Congregación
El proceso de preparación del Instrumento de Trabajo ha puesto de relieve la extraordinaria
diversidad de nuestra Congregación. Esta diversidad, reflejada en las aportaciones procedentes de
todos los continentes y en las experiencias particulares de cada inspectoría, representa una riqueza

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inestimable y una fuente de creatividad apostólica, al tiempo que plantea el reto de un auténtico
camino sinodal en sintonía con toda la Iglesia.
La redacción del texto es el resultado de la síntesis de las numerosas contribuciones recibidas,
que expresan tanto un alto nivel de consenso sobre los temas, como instancias proféticas para el
futuro de la Congregación. Esta síntesis, si bien no ha podido reflejar cada una de las aportaciones,
ha tratado de mantener la esencia de las reflexiones y propuestas surgidas, dando voz a la Congre-
gación en todas sus articuladas y concretas expresiones.
La diversidad de nuestras realidades exige un compromiso constante de inculturación y contex-
tualización del carisma salesiano, para ser esos salesianos y esa comunidad educativo-pastoral que
esperan los jóvenes de hoy (CG 28). Damos gracias por la riqueza y complejidad de la Congregación,
que nos desafían a ser creativos y fieles al carisma de Don Bosco en el mundo contemporáneo.
El sueño de los nueve años y nuestra misión hoy
El sueño que Don Bosco tuvo a los nueve años, que nos ha vuelto a proponer el Aguinaldo 2024
del Rector Mayor, sigue ofreciéndonos una poderosa imagen de transformación y reconciliación.
Meditar sobre este sueño ha reavivado en nosotros el ardor por la misión y la voluntad de vivirla con
las actitudes de mansedumbre evangélica y de fuerza carismática que el Resucitado indicó a nuestro
Fundador. Estamos convencidos de que también hoy la gracia del Señor actúa para que los lobos se
transformen en corderos, convirtiéndose en un signo de conversión y de una paz tan deseada que
queremos construir con todas nuestras fuerzas para que sea una realidad lo antes posible.
Cuidado, reconciliación y esperanza
La misión salesiana se funda en el ejemplo de Jesús, que nos dice en el Evangelio: «El que acoge
a un niño como este en mi nombre me acoge a mí» (Mt 18,5). Esta frase nos recuerda que cada niño,
cada joven es una «imagen» del mismo Cristo.
Con valentía, espíritu profético y profunda gratitud, estamos llamados a vivir tres dimensiones
fundamentales de nuestra vocación: el cuidado de nuestra propia llamada y la de los otros, la va-
lentía de caminar juntos –salesianos, laicos, miembros de la Familia Salesiana– con los jóvenes, y la
actualización de nuestro servicio de autoridad. Estas dimensiones se manifiestan concretamente en
el cuidado de la creación, en la atención al mundo digital particularmente frecuentado por chicos
y jóvenes, en hacernos cercanos a los demás con un acompañamiento personal cualificado, y en el
servicio de la autoridad según el modelo de Cristo Buen Pastor, siguiendo los pasos de Don Bosco.
Que María, Madre de Esperanza, nos sostenga en cada etapa del camino capitular, confiados en
que el Espíritu Santo nos guiará en el discernimiento y en las opciones que deberemos tomar por el
bien de la Congregación y de los jóvenes a los que somos enviados.
4 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

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NÚCLEO 1
ANIMACIÓN Y CUIDADO DE LA VERDADERA VIDA DE CADA SALESIANO
«Si quieres ser perfecto, anda, vende tus bienes, da el dinero a los pobres —así
tendrás un tesoro en el cielo— y luego ven y sígueme» (Mt 19,21)

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Como salesianos, estamos llamados a centrar nuestra vida y misión en Jesucristo, fuente de nue-
stra consagración y alegría. Este núcleo subraya la importancia de profundizar en nuestra relación
con Cristo, fomentando fuertes lazos fraternos y manteniendo un equilibrio entre nuestro creci-
miento espiritual personal y el servicio apostólico. Reflexionando sobre estos aspectos y tomando
decisiones ponderadas y llenas de fe, podemos redescubrir el gozo de nuestro carisma y aportar
nueva vitalidad a nuestra misión, especialmente en el servicio a los jóvenes y a los más vulnerables.
Se nos presenta una oportunidad para nuestra renovación personal y comunitaria, instándonos a
abrazar el coraje, la esperanza y una renovada dedicación a nuestra vocación.
1.1. La importancia de la vida consagrada salesiana centrada en Jesucristo
«Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto
abundante; porque sin mí no podéis hacer nada» (Jn 15,5)
Con un sentimiento de humilde gratitud damos gracias al Padre por lo que la Sociedad de San
Francisco de Sales ha vivido y realizado en los años transcurridos desde el CG28. Sabemos que no
ha sido solo obra nuestra, sino don del Espíritu Santo que nos ha acompañado y ha permitido a los
capítulos inspectoriales reconocer los frutos presentes y madurados en la vida salesiana.
Escucha
Hay una mayor conciencia de la centralidad de la Eucaristía y muchos salesianos viven una inten-
sa relación personal con el Señor, a través de su Palabra y de los sacramentos. Cuando la vida salesia-
na está centrada en Dios, los hermanos experimentan un profundo gozo al vivir su consagración, e
incluso en medio de los desafíos de la sociedad contemporánea son testigos de una Luz que ilumina
a las personas, especialmente a los jóvenes con los que se encuentran.
Este gozo se alimenta de la participación en el misterio pascual celebrado en la Eucaristía diaria,
prolongado en la Liturgia de las Horas, preparado en la meditación, purificado en el sacramento de
la Reconciliación y contemplado en los misterios del Rosario. Estas formas de oración comunitaria y
personal, reforzadas por los retiros mensuales y por los ejercicios espirituales anuales, favorecen la
unidad y el crecimiento espiritual y hacen resplandecer la belleza de la vida consagrada. Siguiendo
a Cristo obediente, pobre y casto, muchos salesianos son fieles y están dispuestos a asumir los com-
promisos de la misión, haciéndose pastoralmente fecundos.
Además de estos dones por los que dar gracias a Dios, las inspectorías reconocen que falta, en
algunos salesianos o en algunas comunidades, la coherencia en la vida religiosa con la preocupante
ausencia de la oración, el abandono del diálogo con el director, el uso inadecuado de los bienes, la
escasa participación e implicación en las reuniones comunitarias.
A esto se añade una falta de profundidad en la relación personal con Cristo que desplaza el foco de
atención hacia las tareas pendientes y el éxito de las actividades pastorales, generando así un activismo
estéril y vaciando de sentido la consagración apostólica. La oración se convierte en un hábito más que en
un auténtico compromiso, los consejos evangélicos pierden su incidencia en la vida falta el testimonio
personal y el secularismo y la mundanidad espiritual se abren paso en el corazón del salesiano.
La falta de vocaciones en varias inspectorías, especialmente en las occidentales, hace que las co-
munidades sean cada vez más pequeñas y ancianas, con la dificultad de vivir la fraternidad y la vida
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de oración, y la consiguiente incapacidad de dar testimonio en una sociedad cada vez más alejada
de los valores del Evangelio..
Interpretación
La fuerza de la vida consagrada salesiana se basa en la relación personal con Jesucristo vivida en
la Eucaristía y en la oración. Cuando Jesús está en el centro de la vida, el salesiano difunde la alegría
(C17) de vivir los consejos evangélicos, convirtiéndose en signo y portador del amor de Dios a los
jóvenes (C2). Este vínculo vivo con el Señor Jesús permite resistir los desafíos de la cultura secular y
las distracciones.
Cuando la vida de fe y la relación personal con Cristo se debilitan, surgen el cansancio y la deso-
rientación. Sin la fuerza del Espíritu, nuestra acción educativa y pastoral corre el riesgo de reducirse a
una mera prestación de servicios sociales. Una vida no centrada en Cristo pierde su corazón palpitante,
buscando modos de hacer o buscando actuaciones en una forma carente de auténtico fruto espiritual.
Las causas de una vida consagrada no centrada en Cristo pueden ser tanto externas como inter-
nas. La superficialidad espiritual, la cultura individualista, la excesiva cantidad de trabajo, la «mun-
danidad espiritual» (EG93) y el uso desmesurado de los medios de comunicación social debilitan la
vida espiritual desde el exterior y a menudo conducen a crisis de identidad. Las causas internas, en
cambio, pueden remontarse a la responsabilidad individual: la falta de compromiso personal y co-
munitario en la oración que genera fatiga espiritual y el desequilibrio entre acción y contemplación
que corre el riesgo de convertir al salesiano en un trabajador social (CG27, 38).
Además, la disminución de las vocaciones y el envejecimiento, el número reducido de salesianos,
junto con las pesadas responsabilidades, conducen al aislamiento, al burnout y al debilitamiento del
testimonio profético de cada uno y de la comunidad1.
Opciones
1. E l Inspector en la visita canónica velará para que cada comunidad salesiana y cada hermano viva
bien la oración personal y comunitaria; según la oportunidad promueva, entre los hermanos, un
«tiempo de renovación» espiritual personal.
2. E l Director verifique la carga de trabajo de cada hermano y promueva ritmos de vida comunitaria
donde se garantice el compartir la fe, la participación en la oración, la profundización de la espi-
ritualidad salesiana y el conocimiento de los desafíos del mundo contemporáneo.
3. La comunidad salesiana local renueve la propia vida fraterna y la misión a partir de la centralidad de
la Eucaristía (C88), cuide el proyecto de vida comunitaria manteniendo tiempos y espacios adecua-
dos que garanticen: los ritmos de oración diaria común, el día de la comunidad semanal, los retiros
mensuales, los ejercicios espirituales anuales, la formación y el descanso de cada hermano.
1 Cf. FERNÁNDEZ ARTIME, A. Líneas programáticas del Rector Mayor per la Congregazione Salesiana después
del Capítulo General 28. Salesiano de Don Bosco para siempre. Un sexenio para crecer en la identidad sale-
siana, en ACG 433.
8 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

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4. E l salesiano debe hacer vivir a Jesús en sí mismo con la conciencia de que sin Él no puede hacer
nada, cultivando la unión con Dios (C12) a través de los medios de la tradición salesiana: la Euca-
ristía diaria, la visita al Santísimo Sacramento y la adoración, la meditación de la Palabra de Dios,
la oración personal, la devoción a María, la confesión, el examen de conciencia.
1.2. El cuidado de la vocación propia y ajena
«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres (Mc 1,17)
Escucha
El cuidado de la propia vocación es ejemplar en muchos mayores y jóvenes y manifiesta la fuerza
de la vida consagrada salesiana. Esto se expresa en el cuidado de la vida de oración (adoración eu-
carística, Lectio divina...) y en el acompañamiento espiritual. También las asambleas comunitarias,
el compartir la vida, los momentos de distensión previstos en el proyecto de vida comunitaria, son
el signo de una sana formación permanente en la vida ordinaria de una comunidad salesiana que
alimenta la fidelidad a su Señor.
El cuidado de la vocación se manifiesta en el apoyo que los hermanos se ofrecen mutuamente,
sobre todo en los momentos difíciles de la vida. Esta ayuda no se improvisa, sino que es fruto de
diálogo, de corrección fraterna, de búsqueda de soluciones compartidas, elementos humanos que
estrechan los lazos dentro de la comunidad. Muchos salesianos, con su vida ejemplar, animan a las
personas a vivir en fidelidad y a comprender mejor su propia vocación a través de un fecundo in-
tercambio intergeneracional, en el que la sabiduría de los hermanos mayores nutre a los miembros
más jóvenes (C25).
También las relaciones respetuosas y fraternas con los laicos que comparten la misión refuerzan
la autenticidad de la vocación y hacen de ella un testimonio creíble del carisma. Naturalmente, para
que estos elementos se mantengan unidos, emerge con fuerza el papel del director en la escucha,
en el acompañamiento y en el apoyo a los hermanos para que vivan un nivel alto de vida salesiana.
A estos elementos presentes a nivel local se añaden las numerosas propuestas inspectoriales, como
retiros, ejercicios espirituales, cursos y seminarios, que cultivan y renuevan la vocación.
Frente a elementos tan valiosos, lamentablemente también se dan tendencias individualistas que
anteponen las necesidades personales al cuidado de la comunidad, y un activismo sobrecargado que
lleva a un desequilibrio entre las actividades apostólicas y la vida comunitaria. El riesgo del «funciona-
lismo» ensombrece el profundo valor de la vocación salesiana reduciéndola a tareas que realizar.
La formación permanente a veces no ofrece instrumentos para prevenir y afrontar los momentos
de crisis y vulnerabilidad de los hermanos. Las comunidades no siempre logran ser un ambiente de
apoyo; faltan oportunidades para la corrección fraterna, la oración regular y el acompañamiento
vocacional. Además, se nota la debilidad de la figura del director.
Por último, no hay que olvidar que en algunas comunidades las diferencias generacionales y
culturales crean visiones contrapuestas de la vida consagrada, lo que dificulta la promoción de una
comunidad verdaderamente cohesionada y solidaria.
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Interpretación
El cuidado de la propia vocación expresado en ser apasionados por Cristo, ya presente en la vida de
muchos salesianos, nace de la pasión de Jesús mismo que sostiene la vitalidad de su camino espiritual.
Por otra parte, la falta de cuidado por la propia vocación está generada por razones tanto exter-
nas como internas. Por un lado, la sociedad actual promueve una exagerada autonomía, empujan-
do a la autorrealización más que a una dinámica comunitaria y sinodal (CG27, 9). Por lo tanto, estar
inmersos en el clima cultural actual, sin un combate espiritual, conduce al activismo y al individuali-
smo con esfuerzos apostólicos fragmentados y la pérdida del sentido de unidad.
Por otra parte, la escasa responsabilidad personal, la falta de equilibrio entre tiempos de oración
y tiempos de trabajo, el descuido de la Palabra de Dios y la insuficiencia de una formación perma-
nente debilitan el compromiso personal en el seguimiento de Jesús2. A estas causas personales hay
que añadir la falta de una vida comunitaria estructurada con tiempos de oración y de descanso, la
falta de cuidado de la vida fraterna en la comunidad y en la CEP, y una dificultad para interpretar el
papel del director que aparece más como gestor que como padre: todos estos elementos que debi-
litan la vocación salesiana propia y ajena (CG27, 51).
Opciones
1. El Inspector con su Consejo se haga sensible a las situaciones de fragilidad personal de los her-
manos, cree espacios para compartir y de escucha fraterna, los acompañe fraternalmente,
también valiéndose de la ayuda de especialistas. Programe, también, tiempos de formación
específica para formadores y directores, en particular sobre temas de acompañamiento, del
discernimiento vocacional y de la madurez humana.
2. El Director de cada comunidad salesiana programe encuentros regulares para ofrecer a cada her-
mano un tiempo adecuado de escucha. Estos encuentros presten especial atención a los momen-
tos de dificultad y crisis, promoviendo la corrección fraterna en un clima de apertura y confianza.
3. La comunidad salesiana en el proyecto de vida comunitario establezca momentos periódicos para
el diálogo, para compartir sobre nuestra vida consagrada y la misión confiada a la comunidad.
4. El salesiano combata cuanto en sí mismo descubre de anticomunitario (C52), valore los momen-
tos que renuevan la voluntad de conversión como el retiro mensual y los ejercicios espirituales
anuales (C91).
1.3. La fidelidad a Dios y fraternidad en la comunidad
«Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mt 18,20).
Escucha
El testimonio de salesianos profundamente comprometidos y fieles al proyecto de vida consa-
grada es el don más precioso que podemos ofrecer a los jóvenes (C25). La acción del Espíritu es para
nosotros una fuente permanente de gracia que sostiene, a través de nuestro esfuerzo cotidiano,
nuestra intimidad con Dios y el deseo de crear comunidades más fraternas. Es un motivo de alegría
2 Cf. CHÁVEZ, P. Vocación y Formación: don y compromiso, en ACG 416.
10 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

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constatar que en todas las inspectorías del mundo vemos muchas comunidades salesianas con un
fuerte ambiente de familia, sentido de fraternidad y fidelidad a Dios: es el espíritu de familia que se
manifiesta, en los momentos de oración y en los momentos informales, en las reuniones de trabajo
y en las comidas, en las excursiones y en las experiencias de fe compartidas. Estos momentos de
encuentro, tanto a nivel local como inspectorial, se viven como un compartir las responsabilidades y
una oportunidad de comunicación transparente.
Sin embargo, no podemos dejar de mencionar algunos males que ponen en grave peligro la fide-
lidad y la fraternidad. En primer lugar, a nivel personal, el debilitamiento de la vida espiritual, debi-
do también a la sobrecarga de trabajo, no hace evidente la primacía de Dios ni en la vida personal ni
en la fraterna, y se traduce en una falta de integración armónica entre el ser y el hacer del salesiano.
Desgraciadamente, en algunos hermanos, el materialismo, el individualismo, el activismo y el
deseo de comodidades han arraigado y son una amenaza constante para la vida fraterna. El hábito
de la vida de oración comunitaria, en lugar de ser una experiencia de fe y de gozo, se convierte en
una realización formal. A nivel comunitario, entonces, la vida fraterna aparece superficial porque se
basa en prácticas externas, otras veces incluso se convierte en antitestimonio debido a relaciones
conflictivas y tensas entre los hermanos. Hay casos de división y aislamiento, falta de transparencia
en las relaciones, sectorialismo pastoral, abandono de las responsabilidades comunitarias en favor
de intereses personales, prejuicios culturales y étnicos, facciones y divisiones regionales, fragmenta-
ción dentro de algunas comunidades.
Por último, dos últimos obstáculos son fuente de preocupación en algunas inspectorías. En pri-
mer lugar, la disminución del número de miembros de la comunidad a medida que aumenta la edad
media, lo que traslada progresivamente la carga de la responsabilidad a unos pocos y debilita a las
comunidades. En segundo lugar, el uso inapropiado de la tecnología que interfiere en las relaciones
fraternales y tiende a crear barreras invisibles entre los hermanos.
Interpretación
La fidelidad a Dios se basa en que Dios muestra su amor incondicional y su misericordia perma-
neciendo fiel a sus promesas (Hb 10,23). Dios nos envía a ser signos y portadores de su amor a los
jóvenes (C2), viviendo y trabajando juntos como hermanos (C49). La fraternidad se hace profecía
con la gracia de Dios, la escucha, el diálogo y el cuidadoa3.
Cuando se es fiel a Dios, resplandece la fraternidad y se vive el carisma salesiano de manera
auténtica y atrayente, porque vive en nosotros el espíritu de Don Bosco de los primeros años de Val-
docco, donde casa, parroquia, escuela y patio (C40) se convertían para los jóvenes en una experien-
cia envolvente y familiar. En cambio, cuando la comunidad no se construye en torno a la Eucaristía,
como el «acto central de cada día para toda comunidad salesiana» (C88), las relaciones personales
se vuelven superficiales y las relaciones entre hermanos funcionales. También la vida comunitaria
se vuelve rutinaria, centrada en el cumplimiento de roles y tareas, con poca atención a la persona
del hermano (CG27.42). Esta situación crea desafección, frialdad en las actitudes de algunos herma-
nos y apaga la profecía de la fraternidad (Sal 133).
3 Cf. FERNÁNDEZ ARTIME, A. Pertenecer más a Dios, más a los hermanos, más a los jóvenes, en ACG 419.
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Además, el proceso de envejecimiento, no exclusivo de la vida consagrada, genera también
malestar físico, psicológico y, consecuentemente, espiritual. Otras resistencias causan dificultades
en la vida comunitaria: inmadurez, sentimientos de resentimiento, miedos, diferentes necesida-
des de atención, etc.
Opciones
1. El Inspector asegure la «consistencia cualitativa y cuantitativa de las comunidades» (CG25, 75-
77) para permitir a los hermanos experimentar de manera más significativa la alegría de la vida
fraterna a través de la escucha y la acogida mutua, la solidaridad y el apoyo en los momentos de
fragilidad y de crisis personal, la comunicación auténtica y el cuidado de los hermanos enfermos
y ancianos.
2. La comunidad salesiana programe el «día de la comunidad» cuidando la convivencia fraterna,
incluyendo momentos de oración, valorando la diversidad cultural y generacional.
3. El salesiano reavive el don de la castidad consagrada como «signo y estímulo de la caridad», viva
el sentido cristiano de las relaciones personales, cultive verdaderas amistades y contribuya a
hacer de la comunidad una familia (C83).
1.4. El acompañamiento y la formación
««Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: “¿Qué buscáis?”. Ellos le contestaron:
“Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?2. Él les dijo: “Venid y veréis”». (Jn 1,38-39)
Escucha
En estos años se han dado pasos importantes en el acompañamiento y en la formación, tanto en
la fase inicial como en la permanente. La formación inicial ha tenido una buena cualificación gracias
a la buena preparación y competencia de formadores y profesores. La formación permanente se ha
enriquecido con propuestas de calidad tanto a nivel local como inspectorial con la implicación de
salesianos y laicos. A ello han contribuido de modo especial la Escuela de Acompañamiento Salesia-
no promovida por el Sector Formación y diversas iniciativas interinspectoriales puestas en marcha
tanto en las Regiones como en las distintas conferencias. No hay que olvidar la acción de los diversos
centros de estudio y de las IUS con su propuesta cultural y académica.
Para el desarrollo de estos dos aspectos han sido fundamentales algunos instrumentos indispen-
sables: el cuidado y la práctica regular del coloquio con el director; el acompañamiento espiritual
recibido y practicado con personas disponibles y preparadas para este servicio; la coordinación de
las iniciativas formativas llevadas a cabo por el Delegado inspectorial para la formación y la Comisión
inspectorial para la formación; el valor decisivo del proyecto comunitario que promueve y realiza la
formación permanente para la renovación personal y comunitaria.
Quedan todavía serios retos que afrontar con perseverancia. En primer lugar, el cuidado de la
continuidad entre la fase inicial y la permanente de la formación: existe una distancia considerable
entre las comunidades de formación inicial y las demás comunidades. En segundo lugar, la coordi-
nación orgánica de la formación permanente no puede ser débil ni dejarse solo a la buena voluntad
de cada uno.
12 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

2.3 Page 13

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A menos que se aborden estos dos retos, no se superará la brecha entre los principios y la
práctica pastoral diaria. A esto se suman las crecientes dificultades en el acompañamiento debido a
la falta de personal capacitado para la dirección espiritual y el liderazgo comunitario, lo que debilita
el sistema de apoyo dentro de los programas de formación. Las consecuencias de estas carencias se
manifiestan en el hecho de que el coloquio con el director y el acompañamiento espiritual no han
sido asumidos como un hábito por los salesianos para su crecimiento vocacional y el discernimiento.
El déficit de acompañantes y confesores cualificados no solo se manifiesta para el servicio a los
hermanos, sino también a los jóvenes. De hecho, no son muchos los salesianos que dedican tiempo
al ministerio de la escucha y del acompañamiento, prefiriendo más bien los servicios de gestión que
el encuentro con las personas.
Un último elemento muy delicado que las Inspectorías están abordando en términos de toma de
conciencia, acompañamiento y formación, son los dolorosos casos de abusos sexuales, desarrollan-
do medidas preventivas y una reflexión en el campo de la formación sobre las causas para prevenir
la repetición de este drama.
Interpretación
La falta de un programa de formación sistemático no crea continuidad entre la formación inicial
y la formación permanente. Ciertas atenciones como la personalización del proceso formativo y la
responsabilidad personal en la formación inicial ayudarían a madurar y a estar disponibles para el
proceso de formación permanente. Este proceso debería prever aspectos prácticos que ayuden a los
hermanos a vivir relaciones profundas en comunidad y en las CEP y a estar preparados para afrontar
la misión en el contexto cultural actual.
Las muchas propuestas de formación permanente presentes en las inspectorías no siempre produ-
cen significativos cambios de vida porque o no son de calidad o se viven de manera rutinaria y formal.
El acompañamiento personal nace de la necesidad de Dios y de la percepción de la propia fra-
gilidad, que abre a confiarse a alguien que acompaña. El acompañamiento como experiencia tran-
sformadora del amor de Dios permite afrontar los nuevos desafíos de la vida religiosa, provocados
por los nuevos contextos culturales, por los rápidos cambios en los medios de comunicación social
y por la falta de modelos a imitar. El texto «Los jóvenes salesianos y el acompañamiento» ha puesto
de relieve que, entre las causas ligadas a la dificultad de los salesianos para dejarse acompañar, se
encuentran a veces una experiencia no siempre positiva durante la formación inicial, debida a veces
a la falta de reserva y la dificultad de encontrar guías preparados.
Por último, algunos problemas relacionados con la maduración afectiva y, en particular, el drama
de los abusos de conciencia, espirituales e incluso sexuales, tienen como causas, entre otras, la falta
de educación y formación recibida en relación con la comunicación de la propia vivencia afectiva y
emocional.
Opciones
1. El Inspector se involucre personalmente en la composición de las comunidades y de los equipos
formativos en las casas de formación inicial capaces de responder al desafío de la interculturali-
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2.4 Page 14

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dad, del intercambio intergeneracional y de la maduración afectiva, también con la presencia de
figuras femeninas preparadas e idóneas4.
2. El Inspector con su Consejo establezca una serie de medidas en cada Inspectoría para prevenir y
responder adecuadamente a eventuales situaciones de abuso. En particular:
- establezca un protocolo riguroso de prevención y respuesta a los abusos en todas las obras
salesianas, con formación obligatoria para todos los miembros de la CEP;
- ofrezca apoyo psicológico y espiritual a las víctimas de abusos;
- establezca un proceso de acompañamiento y discernimiento para los hermanos acusados o
culpables de abusos, que incluya los procedimientos canónicos correspondientes;
- promueva una cultura de transparencia y responsabilidad dentro de la Inspectoría, fomen-
tando la prevención e investigación de conductas sospechosas o inapropiadas.
3. La comunidad salesiana valore las propuestas inspectoriales o de otras instituciones educativas
o religiosas para la formación de los salesianos y laicos en la CEP, con el fin de crecer en el di-
scernimiento de los signos de los tiempos y comprender mejor el mundo juvenil y los retos de
los nuevos contextos culturales y de los medios de comunicación social.
4. El salesiano se comprometa a hacerse acompañar para vivir el acompañamiento espiritual de los
jóvenes. Si es necesario, debe potenciar también otros tipos de acompañamiento con la ayuda
de especialistas para la integración de todas las dimensiones humanas: psicológica, relacional,
intercultural, médica....
1.5. El compromiso en la fraternidad evangélica y la apertura a los excluidos
«Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo;
pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse,
porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido;
estaba perdido y lo hemos encontrado» (Lc 15,31b-32)
Escucha
La fraternidad evangélica se vive muy bien en algunas comunidades según el espíritu de familia
con el que construimos la comunión de las personas (C51). En muchas comunidades salesianas existe,
de hecho, un profundo sentido de colaboración multicultural e intergeneracional, y se testimonian los
valores del Evangelio: sensibilidad, compromiso, dedicación, cercanía y caridad fraterna comunión en-
tre salesianos, empleados y voluntarios laicos, miembros de la Familia Salesiana y jóvenes.
Un punto fuerte reconocido por la Iglesia y la sociedad civil es el compromiso con y para los
jóvenes que viven nuevas formas de pobreza (refugiados, migrantes, niños de la calle y jóvenes en
4 «¿Qué sería de Valdocco sin la presencia de Mamá Margarita? ¿Hubiesen sido posible vuestras casas sin
esta mujer de fe? Sin una presencia real, efectiva y afectiva de las mujeres, vuestras obras carecerían del
coraje y la valentía capaz de declinar la presencia como hospitalidad, como casa. Frente el rigor excluyente es
necesario aprender a gestar la vida nueva del Evangelio. Os invito a llevar adelante dinámicas donde la voz de
la mujer, su mirada y su acción – apreciada en su singularidad– encuentre eco en la toma de decisiones; no
como un actor auxiliar sino constitutivo de vuestras presencias». Mensaje de su santidad papa Francisco a los
miembros del CG28, en ACG 433, 95-96.
14 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

2.5 Page 15

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conflicto con medidas judiciales minorías étnicas e indígenas, marginados, personas con diferente
orientación sexual, personas con problemas físicos o mentales) y a quienes se ofrecen oportunida-
des tanto para afrontar las necesidades inmediatas como para garantizar respuestas a largo plazo
a través de la instrucción, la formación profesional y la atención pastoral. Patio y asistencia siguen
siendo categorías salesianas centrales en nuestra pedagogía como lugares de encuentro gratuito e
informal.
Al mismo tiempo, sin embargo, hay heridas en la fraternidad y faltas de atención a los excluidos.
Hay comunidades en las que los hermanos se sienten excluidos o son evitados por diferencias inter-
personales, con el consiguiente riesgo de aislamiento.
La concentración sobre la misión personal en detrimento de la misión comunitaria y, a veces, el
abuso de los social media debilitan el sentido de unidad. Este modo de vivir, que debilita la fraternidad
entre los hermanos, se refleja también dentro de la CEP con un escaso compromiso en la animación
de los laicos y de la Familia Salesiana. Además, sin una auténtica puesta en común de los compromisos
confiados a la comunidad, el cuidado de los excluidos se confía a menudo a hermanos individuales;
falta unidad y organicidad de la propuesta, la acción pastoral no se inscribe en un proyecto inspectorial
con la consiguiente falta de continuidad en el tiempo. En este punto surge un desafío urgente: equi-
librar la fidelidad al carisma salesiano con una apertura profética a los signos de los tiempos, es decir,
mantener nuestra identidad específica adaptándose a las nuevas realidades sociales.
Interpretación
Cuando una comunidad escucha la Palabra, vive la unión fraterna, parte el pan y ora (Hch 2,42)
la fraternidad de esa comunidad se extiende a todos, especialmente a los excluidos y marginados de
la sociedad y se convierte en signo profético para los jóvenes. Al contrario, cuando la apertura a los
pobres se vive sin la primacía de Dios, la educación se vuelve funcional, la eficacia el único criterio
de la misión, los ritmos de trabajo excesivos llevan a la dispersión y, al final, los más pobres dejan de
ser considerados prioritarios (CG 27, 55).
Para superar una pastoral de eventos esporádicos y una atención a los pobres confiada solo a
hermanos individuales (o a laicos individuales), el buen funcionamiento del consejo de la CEP es un
recurso importante y un lugar para vivir la experiencia de compartir, porque fortalece el espíritu
de familia, busca soluciones orgánicas y compartidas, y garantiza la continuidad de los procesos. La
forma comunitaria acompaña cada etapa de la formación y es esencial para el cuidado de los jóven-
es pobres, en peligro y abandonados (C26).
Opciones
1. El Capítulo General estudie la posibilidad de añadir un artículo en los Reglamentos Generales
dedicado específicamente a las Obras Sociales.
2. El Rector Mayor, con su Consejo, promueva la reflexión a nivel de Congregación sobre la revitali-
zación de la experiencia oratoriana en el contexto contemporáneo para una presencia educativa
en el «patio digital» y en los canales de influencia juvenil. Reflexione también sobre la creación
de «comunidades de frontera» en zonas de conflicto o de extrema pobreza.
15

2.6 Page 16

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3. El Consejero General para la Pastoral Juvenil estudie la creación de una «red salesiana de mi-
grantes» que vincule las obras salesianas en los países de origen, tránsito y destino de los flujos
migratorios.
4. Las inspectorías estudien la posibilidad de establecer «comunidades de paz» en zonas de confli-
cto, donde convivan salesianos de distintas nacionalidades como testimonio de reconciliación y
diálogo intercultural.
5. La comunidad salesiana, según el contexto y el ambiente en el que se encuentre, haga accesibles
y disponibles sus estructuras a los jóvenes más pobres y marginados del barrio, recuperando el
espíritu oratoriano para favorecer un ambiente de encuentro libre y acogedor.
6. Las casas de formación inicial organicen periódicamente una experiencia pastoral significativa
en contextos de pobreza o misión, acompañando a los hermanos a nivel personal y comunitario
para asegurar la interiorización de la experiencia, incluyendo la práctica de la «tutoría» a jóven-
es y mayores.
7. El Consejo de la CEP revise su Proyecto Educativo Pastoral para incluir iniciativas concretas de
acogida e integración de jóvenes pobres, migrantes y refugiados, trabajando en red con otros
organismos educativos presentes en la zona.

2.7 Page 17

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NÚCLEO 2
JUNTOS, SALESIANOS, FAMILIA SALESIANA Y LAICOS
«CON» Y “PARA” LOS JÓVENES
«Un solo corazón y una sola alma» (Hch 4,32)

2.8 Page 18

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2.9 Page 19

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Estamos llamados a abrazar nuestra misión compartida, con un profundo sentido de responsa-
bilidad y colaboración, con nuestros colaboradores laicos y con la Familia Salesiana, esforzándonos
por servir eficazmente a los jóvenes. Los temas que aquí se presentan nos impulsan a evaluar y
mejorar nuestra vida espiritual y apostólica, asegurando que nuestros esfuerzos estén basados en la
fe y en un compromiso apasionado con nuestra misión. Es esencial adaptarse a las necesidades en
evolución de los jóvenes explorando de forma creativa nuevas formas de afrontar los retos contem-
poráneos. En este contexto, sostener nuestros recursos y estructuras para la misión entre los más
pobres se convierte en una prioridad y resulta crucial. Unidos en un solo corazón y con un solo fin,
avanzamos, en sintonía con el Espíritu, tomando opciones que conformarán un futuro esperanzador
para nuestro ministerio con y para los jóvenes.
2.1. Completar los itinerarios de reflexión del CG28 sobre la misión com-
partida
«Ni el que planta es nada, ni tampoco el que riega; sino Dios, que hace crecer.
8El que planta y el que riega son una misma cosa, si bien cada uno recibirá el salario
según lo que haya trabajado. 9Nosotros somos colaboradores de Dios y vosotros,
campo de Dios, edificio de Dios» (1 Co 3,7-9).
Escucha
En muchas inspectorías se ha convertido en patrimonio común que el núcleo animador no
es solo la comunidad religiosa, sino todo el consejo de la CEP5. De hecho, muchos laicos se han
hecho corresponsables en la misión, implicándose en funciones de liderazgo y en la planificación
y animación de nuestras obras. Laicos pertenecientes a los grupos de la Familia Salesiana han
trabajado junto a los Salesianos, orgullosos de participar en la misión de Don Bosco. También ha
crecido la conciencia de la vocación bautismal común, lo que ha significado que la formación de
los laicos no solo se ha llevado a cabo profesionalmente, sino también desde el punto de vista
espiritual y carismático.
Algunos salesianos se resisten y les cuesta compartir el liderazgo con los laicos debido a la per-
sistencia de una mentalidad clerical y al miedo a perder espacios de poder. Muchas comunidades,
además, no promueven plenamente la participación y la responsabilidad en las estructuras de co-
laboración, no permitiéndoles entrar en el espíritu de la CEP, que trabaja con un PEPS resultante
de un trabajo conjunto de análisis y elección de las opciones más adecuadas (CG27, 13).
Por eso es todavía insuficiente la formación de los colaboradores laicos en el carisma salesia-
no, porque se entiende casi exclusivamente como delegación de determinadas tareas y funciones.
No siempre está claro a quién se refiere el término «laico»: si a un miembro de la comunidad
cristiana con una vocación bautismal específica, a un colaborador o empleado que trabaja en una
obra salesiana, o a un corresponsable en la misión salesiana, o a un miembro de la Familia Sale-
siana. Por último, no siempre hemos sido capaces de conocer, promover y planificar la acción de
la Familia Salesiana de manera eficaz.
5 Cf. Cuadro de referencia de la Pastoral Juvenil Salesiana. 1.3. Un servicio específico de animación el núcleo
animador, pp. 117-119.
19

2.10 Page 20

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Interpretación
La Iglesia está en camino hacia la sinodalidad, un recorrido que implica colaboración y compartir
las decisiones entre todos los bautizados y requiere un enfoque más participativo de la misión. La
misión compartida entre salesianos y laicos es inherente a la misma vocación bautismal y es, al mi-
smo tiempo, también un imperativo carismático, no ligado solo a una necesidad numérica. Sabemos,
en efecto, que los laicos aportan una contribución original y esencial a nuestra misión, enriqueciénd-
ola con su experiencia y su estilo de vida (C47).
Sin embargo, no hay convergencia sobre la identidad del sujeto destinatario de las intervenciones
de la Congregación cuando se habla de misión compartida y de formación conjunta salesianos-lai-
cos, porque el término laico es muy amplio y necesita una aclaración. Si los procesos formativos no
tienen en cuenta el «perfil del laico» para ofrecer una formación carismática gradual y adaptada a
cada situación personal, según la tarea, las competencias y las experiencias de vida, se seguirá cami-
nando en la ambigüedad.
Las dificultades en la colaboración entre salesianos y laicos derivan en parte de una inadecuada
definición de las responsabilidades, de la resistencia de algunos hermanos y de la falta de confianza
recíproca. Por un lado, es necesario superar actitudes de clericalismo y, por otro, desarrollar un plan
estratégico que active procesos para preparar a las personas que asumen responsabilidades en pue-
stos más altos con el necesario cambio en la organización estructural de las inspectorías.
«La formación conjunta en la misión compartida es una prioridad absoluta y debe dirigirse, sobre
todo, a los miembros del núcleo animador»6. La insuficiente formación de los laicos en el carisma
salesiano y la falta de un proyecto de formación conjunta impiden avanzar en la misión compartida.
Esto exige un renovado compromiso en la formación carismática de los laicos.
Opciones
1. El Director, con su Consejo, promueva la creación y/o consolidación del Consejo de la CEP, defi-
niendo claramente las responsabilidades, funciones y tareas de salesianos y laicos.
2. El Delegado para la Formación y el Delegado para la Pastoral Juvenil de cada inspectoría, ela-
boren un itinerario de formación conjunta y continua entre salesianos y laicos, centrado en la
misión compartida y la identidad carismática.
3. La Inspectoría elabore un plan sistemático de cualificación en la identidad salesiana a partir del
perfil del laico, que tenga en cuenta el punto de partida de los laicos, a quienes va dirigido, y los
niveles de competencia en pedagogía y espiritualidad salesiana que se quieren adquirir.
4. La Inspectoría emprenda una revisión de las estructuras organizativas tradicionales para hacer
posible el acompañamiento profesional y carismático de los laicos con altos puestos y con re-
sponsabilidades en la gestión financiera, educativa o pastoral de la obra.
6 Cf. FERNÁNDEZ ARTIME, A. Líneas programáticas del Rector Mayor per la Congregazione Salesiana de-
spués del Capítulo General 28. Junto con los seglares en la misión y en la formación, en ACG 433, 62.
20 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

3 Pages 21-30

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3.1 Page 21

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2.2. Promover la vida espiritual y apostólica
«Cuida de ti mismo y de la enseñanza. Sé constante en estas cosas,
pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te escuchan» (1 Tim 4,16).
Escucha
Muchas CEP gozan de una buena vitalidad espiritual y apostólica: la colaboración con los laicos
es fecunda, las propuestas de formación favorecen caminos de crecimiento en la fe tanto para los
laicos corresponsables como para los jóvenes. Esta vitalidad se funda en las raíces carismáticas que
guían la misión apostólica de los hermanos. Logran asegurar el equilibrio entre la oración y la acción
en la comunidad salesiana a través de los retiros, el cuidado de la vida sacramental y las lecturas
espirituales. Estos momentos se viven junto con los laicos, y toda la CEP se beneficia de ello.
En algunas CEP, sin embargo, hay una disminución de la vitalidad espiritual, centrándose en las
obras externas en detrimento de la vida de oración, reduciendo la energía apostólica. Los laicos son
vistos a veces como sustitutos más que como colaboradores, creando distancia entre los salesianos
y los destinatarios y limitando un compromiso espiritual más profundo. También cuesta establecer
comunidades «en salida», y se tiende a una pastoral de «conservación», con pocas o ninguna nove-
dad, repitiendo los esquemas de siempre.
Interpretación
La disminución de la vitalidad espiritual y apostólica de los salesianos, elemento crucial para su
misión, refleja la «crisis de identidad» de la vida consagrada y de los agentes pastorales mencionada
en la Evangelii gaudium (EG78). Este preocupante fenómeno pone de relieve un desafío fundamen-
tal que la Congregación está llamada a afrontar para mantener vivo el carisma en el mundo contem-
poráneo.
La disminución de las fuerzas, el número decreciente de hermanos, el compromiso creciente en
la gestión de las estructuras y el envejecimiento, provocan en la comunidad salesiana el desapego de
la obra y el declive de la vida espiritual. Esto no se supera con el activismo estéril y el funcionalismo
que llevan a la fragmentariedad de la vida, sino recuperando una vida pobre y el sacrificio por los
demás (cetera tolle), compartiendo con los laicos. Todos estos son elementos que devuelven vigor a
la misión, haciendo posible ver a los jóvenes con los mismos ojos y compasión de Jesús Buen Pastor
(da mihi animas). El desafío consiste en encontrar modos eficaces de alimentar la vida espiritual y
apostólica de todos los miembros de la CEP, respetando la diversidad de los itinerarios de fe y pro-
moviendo una espiritualidad salesiana compartida.
Opciones
1. La Inspectoría, inspirándose en los inicios de Valdocco donde los jóvenes vivían con Don Bosco
y sacerdotes y laicos participaban con él en la misión, proyecte con audacia, en comunidades
adecuadas, experiencias de vida con jóvenes: salesianos, laicos y jóvenes pueden vivir juntos en
la misma casa experimentando nuevas formas de convivencia, de espiritualidad, de formación
conjunta y de compartir la misión.
21

3.2 Page 22

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2. La Inspectoría organice anualmente cursos de actualización en espiritualidad y pedagogía sa-
lesiana, tanto para los hermanos como para los colaboradores laicos. Velará para que todo el
material espiritual y de animación salesiana, así como la literatura pedagógica, sea accesible a
cada comunidad y hermano, y para que el Director anime regularmente a la comunidad sobre
temas salesianos.
3. El consejo de la CEP ayuda a redescubrir la espiritualidad y el carisma salesiano, como se indica
en las Constituciones (C10-21), para mantener el equilibrio entre acción y contemplación.
2.3. Educar y evangelizar
«Toda Escritura es inspiradapor Dios y además útil para
enseñar, para argüir, para corregir, para educar en la justicia,
a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado
para toda obra buena» (2 Tim 3,16.17).
Escucha
Fieles al Sistema Preventivo, que conjuga las dimensiones educativa y evangelizadora en una
propuesta unitaria de formación, se siguen desarrollando iniciativas cualificadas para acompañar a
los jóvenes en sus itinerarios de educación a la fe, buscando modalidades cada vez más adecuadas
al anuncio de Cristo y al crecimiento integral de la persona humana.
En la propuesta salesiana se han desarrollado diversos proyectos formativos específicos en las
dimensiones ética (formación de la conciencia), afectivo-sexual, ecológica, socio-política, digital, ar-
tística, deportiva, etc., con el objetivo de llegar prioritariamente a aquellos jóvenes que se encuen-
tran en situaciones difíciles ligadas a la crisis familiar, al sentimiento de soledad y desconfianza ge-
neracional, a diversas formas de dependencia y a los malestares psicológicos, o debido al ambiente
descristianizado.
El cambiante contexto social, que incluye la migración, la trata de seres humanos y las cuestiones
LGBTQ+, presenta obstáculos adicionales. Encontrar un equilibrio entre educación y evangelización
sigue siendo un reto clave, sobre todo a la hora de abordar necesidades especiales y cambios socio-
políticos que requieren una colaboración más amplia de las fuerzas educativas y una seria profundi-
zación de estudio y adaptación al contexto moderno.
Este clima cultural lleva a algunos educadores (salesianos y laicos) a tener miedo de anunciar a
Cristo, especialmente en contextos demasiado secularizados o predominantemente no cristianos.
Nuestra respuesta a los jóvenes que buscan profundidad, espiritualidad, interioridad en nuestras ca-
sas es a menudo pobre e insignificante, y nos ve más comprometidos en iniciativas «seculares» que
propiamente evangelizadoras. Rara vez llegamos a presentar propuestas de compromiso vocacional
explícito a jóvenes y laicos, dándoles su espacio y protagonismo.
Interpretación
El oratorio de Valdocco sigue siendo un criterio permanente para nosotros salesianos (C40). El
papa Francisco sobre la opción Valdocco y sobre el carisma de la presencia, nos recuerda que incluso
22 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

3.3 Page 23

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«antes, incluso, que cosas a hacer, el salesiano es el recuerdo vivo de una presencia en la que la di-
sponibilidad, la escucha, la alegría y la dedicación son las notas esenciales para suscitar procesos»7.
Este enfoque requiere educadores capaces de encarnar los valores salesianos en contextos mul-
ticulturales e interreligiosos. El impacto de la secularización y de la descristianización en muchos de
nuestros contextos culturales hace que muchos educadores, consagrados y laicos, encuentren inade-
cuadas e incluso obsoletas algunas propuestas carismáticas de nuestro proyecto educativo-pastoral,
en particular las relacionadas con la vida espiritual.
Las exigencias, cada vez más intensas, sobre la calidad del servicio educativo y pastoral, generan
un sentimiento de cansancio o rutina, que puede llevar a opciones que renuncia a la propia identidad
tanto desde el punto de vista de compromiso educativo como vocacional.
Sensibles a los signos de los tiempos, con iniciativa y continua flexibilidad, evaluamos, renovamos
y creamos nuevas actividades (C41). Esto pone de relieve nuestra flexibilidad y adaptabilidad ante los
retos sociopolíticos, pero también señala la continua necesidad de colaboración y crecimiento para
hacer frente a los desafíos modernos, como la migración, la trata de seres humanos y las cuestiones de
identidad de género y de orientación sexual.
Opciones
1. El Capítulo General valore la oportunidad de adaptar la visión y el lenguaje de la nueva evange-
lización en sintonía con el Magisterio de la Iglesia, integrando y revisando los artículos 6 y 30 de
las Constituciones.
2. El Consejero General para la Pastoral Juvenil y el Consejero General para la Comunicación Social
estudien el proyecto de una «plataforma digital salesiana global» para la educación y la evange-
lización, que pueda involucrar también a los jóvenes de zonas remotas o en situaciones difíciles.
3. La Inspectoría organice programas de preparación y actualización en los que participen expertos
en campos como el mundo digital, los contextos sociales y políticos y los ambientes multicultu-
rales, con el fin de equipar a los salesianos y a los colaboradores laicos para hacer frente a los
desafíos en continua evolución en este campo.
4. La Inspectoría estudie la oportunidad de crear «centros de escucha y apoyo psicológico» ofre-
ciendo ayuda profesional a los jóvenes y adultos en dificultad, y desarrolle programas de forma-
ción adecuados.
5. El Consejo de la CEP asegure la elaboración del PEPS de la obra, combinando sabiamente las
propuestas relacionadas con la educación con las típicamente evangelizadoras, sin descuidar
ninguna de las dos dimensiones de la misión salesiana.
6. El Director, los Consejos de la CEP y los responsables de los sectores de la obra promuevan en
la CEP el compromiso de trabajar en red con el sector público y privado para ofrecer programas
cualificados y pertinentes para los jóvenes, abordando cuestiones contemporáneas como la mi-
gración, la multiculturalidad y la secularización, promoviendo al mismo tiempo la flexibilidad y
la adaptabilidad indicadas en los valores salesianos.
7. Cada educador salesiano, consagrado y laico, renueve el compromiso de asistencia, cuidando su
presencia entre los jóvenes.
7 Cfr. FERNÁNDEZ ARTIME, A. Linee programmatiche del Rettore Maggiore per la Congregazione Salesiana
dopo il Capitolo Generale 28. Vivere il “sacramento salesiano della presenza”, in ACG 433.
23

3.4 Page 24

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2.4. Buscar nuevos modelos de presencia y nuevas expresiones del cari-
sma salesiano
«Pero considerando una cuestión de honor no anunciar el Evangelio más
que allí donde no se haya pronunciado aún el nombre de Cristo, para no construir sobre
cimiento ajeno» (Rom 15,20).
Escucha
Como salesianos, seguimos teniendo la capacidad de comprometernos con los jóvenes margi-
nados y vulnerables, como los inmigrantes, los niños de la calle y los que se enfrentan a desigualda-
des de género, discriminación social o problemas de salud mental. Trabajando con organizaciones
gubernamentales y no gubernamentales, pretendemos elaborar políticas favorables a los jóvenes,
aprovechando al mismo tiempo las nuevas tecnologías para conectar con ellos en el mundo digital.
Sin cuestionar la pertinencia de las respuestas tradicionales, muchas inspectorías se han com-
prometido a poner en marcha nuevos modelos de servicio a los jóvenes, con el apoyo de la colabo-
ración de muchos laicos y de los propios jóvenes.
Existe también un creciente compromiso, junto con la Familia Salesiana, en la formación socio-
política de los jóvenes, a pesar de la preocupante tendencia a la desvinculación política. Además, se
están dando algunos pasos en el mundo del arte, de la música y de la comunicación, reconociendo
las posibilidades que ofrece este campo para la educación y la evangelización.
También son preocupantes los signos de creciente fundamentalismo religioso y político en varios
países del mundo. Es importante tener en cuenta estos y otros fenómenos sociales y la necesidad de
aumentar la colaboración con los laicos para responder a las necesidades de los jóvenes socialmente
aislados, dependientes o marginados.
En muchos hermanos existe una resistencia a abandonar algunas estructuras donde nos senti-
mos más seguros para aventurarnos en proyectos nuevos.
Falta una formación específica para las nuevas modalidades de apostolado salesiano, donde no basta
la buena voluntad, pero que requiere una preparación adecuada y específica para las nuevas necesidades.
Interpretación
Los nuevos modelos de presencia salesiana requieren una mentalidad pedagógica creativa y
recursos humanos cualificados. Debemos estar atentos a los «signos de los tiempos» para respon-
der eficazmente a los nuevos desafíos juveniles (C19). Además, la falta de preparación y de medios
financieros obstaculiza a menudo esta innovación, corriendo el riesgo de hacer nuestra presencia
poco incisiva en el contexto contemporáneo.
La elección de nuevas formas de presencia y de servicio debe ir precedida de un serio análisis de
la realidad juvenil actual. Cuando esto falta o se aborda superficialmente, acabamos reproduciendo
respuestas anteriores o desperdiciando energía y recursos. Debemos ser flexibles y proactivos, bu-
scando constantemente nuevas formas de responder a las necesidades de los jóvenes.
24 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

3.5 Page 25

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Opciones
1. La Inspectoría promueva entre los salesianos, la Familia Salesiana y los colaboradores laicos,
el compromiso de una presencia continua y activa entre los jóvenes, dando prioridad al acom-
pañamiento en sus ambientes físicos y digitales.
2. La Inspectoría planifique la especialización de algunos hermanos en áreas de servicio que reve-
len nuevas expresiones del carisma salesiano: migrantes, refugiados, menores no acompañad-
os, grupos LGBTQ+.
2.5. Comunión con los jóvenes y formación en ecología integral y en la
cultura digital
«Os he escrito, jóvenes, porque sois fuertes y la palabra de Dios permanece
en vosotros, y habéis vencido al Maligno» (1 Jn 2,14).
Escucha
En muchas obras la comunidad está abierta a la acogida de los jóvenes para compartir con ellos
la oración, las comidas y los momentos de reflexión sobre la misión salesiana. En algunas inspec-
torías hay una gran sensibilidad por lo que están sufriendo los niños y los jóvenes a causa de las con-
secuencias provocadas por guerras y conflictos, por crisis políticas debidas también a expresiones de
nacionalismo, antisemitismo, racismo y otras formas de exclusión social.
En las inspectorías ha crecido la conciencia, la promoción de iniciativas ecológicas con interven-
ciones concretas hacia la protección de la creación que han involucrado a los jóvenes en acciones en
sintonía con el magisterio del papa Francisco.
En muchas inspectorías hay una creciente conciencia de la importancia de los procesos de di-
gitalización que están afectando especialmente a los jóvenes «nativos digitales». Hay inspectorías
en las que el «continente digital» es reconocido como el «nuevo patio» en el que encontrarse con
los jóvenes. En varias inspectorías, los salesianos están utilizando con éxito las plataformas digitales
para la evangelización, la pastoral juvenil y la educación, ofreciendo programas de alfabetización
digital y creando contenidos en sintonía con el Evangelio y la espiritualidad salesiana.
Existe una cierta incoherencia en la integración de las prácticas ecológicas en muchas comunida-
des que no promueven una educación y formación sistemáticas en ecología integral. En muchas in-
spectorías, la urgencia de la crisis ecológica no se toma en serio: la evidente amenaza a la existencia
de la flora y fauna, e incluso del hombre mismo, se considera una moda o se vincula a los programas
de movimientos y de algunos partidos políticos. A menudo, las iniciativas sobre ecología permane-
cen aisladas o se limitan a las obras en las que están presentes los educadores más sensibles a esta
realidad. Está casi totalmente ausente una «política inspectorial» capaz de promover el desarrollo
de esta dimensión mostrando la íntima relación existente entre espiritualidad y ecología.
Se echa en falta una estrategia global para abordar las cuestiones relacionadas con las tecnologías
emergentes, como la inteligencia artificial y los social media, de forma que se alineen con los objetivos
de la evangelización y de la educación. El malestar de algunos hermanos a la hora de abordar cuestio-
25

3.6 Page 26

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nes relacionadas con el mundo digital y la ecología, unida a la insuficiente integración institucional de
la «espiritualidad ecológica», exige un enfoque más sólido y sistemático de estas áreas vitales.
El objetivo de la pedagogía salesiana es formar «honrados ciudadanos» (C31). Esto incluye la
educación política, la educación a la paz, la educación a la democracia y la promoción de los dere-
chos humanos y de los menores, según la tradición de Don Bosco y los impulsos del Concilio y del
magisterio de la Congregación8.
Interpretación
La predilección por los jóvenes está en el corazón de la misión salesiana (C14). La presencia entre
los jóvenes, especialmente en una época de crisis y de conflictos como la nuestra, requiere un com-
promiso renovado para comprender y responder a los desafíos que los jóvenes afrontan.
La ecología integral, como se indica en Laudato si’, no es una opción facultativa, sino un imperati-
vo para la misión salesiana contemporánea. El papa Francisco afirma: «No hay dos crisis separadas,
una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental. Las líneas para la solu-
ción requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los
excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza» (LS139). La falta de una «política inspecto-
rial» coherente en este ámbito refleja la desconexión entre la espiritualidad salesiana y los urgentes
desafíos medioambientales.
La cultura digital representa un nuevo «patio» salesiano, como señala el papa Francisco: el entor-
no digital es una plaza, un lugar de encuentro, donde se puede acariciar o herir, tener una discusión
fructífera o un linchamiento moral (ChV88). La ausencia de una estrategia global para hacer frente
a los desafíos relacionados con las tecnologías emergentes corre el riesgo de hacer que la misión
salesiana sea menos relevante y eficaz para los «nativos digitales» (CG27,62).
La formación de «honrados ciudadanos», elemento clave de la pedagogía salesiana, ha sido de-
scuidada a pesar de su creciente importancia en el contexto global actual. Como recuerda el Rector
Mayor: «El ciudadano honesto del tercer milenio es una persona que no solo no roba y no engaña,
sino que vive su ciudadanía como un servicio a los demás y a la sociedad»9. Para abordar eficaz-
mente estos retos, es necesario un enfoque integrado que reconozca la interconexión entre espiri-
tualidad, ecología y cultura digital. Esto requiere no solo una adaptación de las prácticas, sino una
verdadera «conversión ecológica y digital» que impregne todos los aspectos de la misión salesiana,
formando a los jóvenes como «profetas» del cuidado de la «casa común» y ciudadanos responsables
en el mundo en todas sus formas.
Opciones
1. Los Consejeros Generales para la Pastoral Juvenil y para la Comunicación Social y las universida-
des salesianas (IUS) promuevan estudios sobre los retos ligados a la digitalización: redes socia-
les, inteligencia artificial, adicciones.
8 FERNANDEZ ARTIME, A. Buenos cristianos y honrados ciudadanos. Aguinaldo 2020, en ACG 431.
9 Cfr. FERNANDEZ ARTIME, A. Buenos cristianos y honrados ciudadanos. Aguinaldo 2020, en ACG 431.
26 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

3.7 Page 27

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2. El Inspector instituya una comisión para la ecología integral que tenga la tarea de estudiar, elaborar
propuestas, preparar hermanos y laicos, que promueva pasos concretos de «conversión ecológica».
3. La Inspectoría considere la oportunidad de promover un «movimiento juvenil salesiano por el
clima», movilizando a los jóvenes para acciones concretas a favor del medio ambiente y tran-
sformar todas las obras salesianas en «eco-comunidades».
4. El Delegado inspectorial para Pastoral Juvenil, en colaboración con el Delegado para la Comu-
nicación Social, elabore un plan de formación sobre ecología integral y a la cultura digital para
salesianos, laicos y jóvenes, integrando temas en la planificación pastoral a todos los niveles.
5. El Delegado inspectorial para la Pastoral Juvenil, junto con los coordinadores locales, elabore un
plan para dar a los jóvenes responsabilidades concretas de animación en las obras, promovien-
do su protagonismo.
6. El Director de cada comunidad, en colaboración con el consejo de la CEP, identifique y reserve
algunos espacios de la casa para acoger a los jóvenes, favoreciendo su participación en la vida
cotidiana de la comunidad salesiana.
7. La comunidad salesiana prepara planes para alcanzar el objetivo del 100% de energía renovable.
8. Cada comunidad inicie y complete una auditoría energética para explorar las mejores opciones
de fuentes de energía renovables10.
2.6. Buscar, junto con los laicos, una sostenibilidad financiera de las pre-
sencias salesianas, sin excluir nunca a los pobres.
«Pero si uno tiene bienes del mundo y, viendo a su hermano en necesidad,
le cierra sus entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios?» (1 Jn 3,17).
Escucha
Cada vez hay más conciencia de la importancia de la sostenibilidad económica para la misión,
especialmente en lo que respecta a la asistencia a los pobres. Las Oficinas inspectoriales de
Desarrollo (OPD) y la implicación de profesionales laicos garantizan una gestión transparente y
eficaz de los recursos. El cumplimiento de la legislación gubernamental en muchas inspectorías ha
llevado a la profesionalización en el ámbito de la gestión financiera, lo que se traduce en una mayor
transparencia y responsabilidad.
La colaboración de laicos competentes, sobre todo en gestión financiera, ha sido esencial.
Esta colaboración, junto con la creación de oficinas de desarrollo y fundaciones, ha contribuido
a movilizar recursos a través de patrocinios, proyectos y actividades generadoras de ingresos.
La solidaridad entre las inspectorías se ha manifestado en las intervenciones de las inspectorías
más fuertes financieramente, que han prestado ayuda en tiempos de crisis, como la pandemia del
COVID-19 y la guerra de Ucrania.
A pesar de los recientes problemas financieros, la Congregación ha mantenido su compromiso con
los pobres y vulnerables. Algunas obras han desarrollado estrategias encomiables para apoyar a familias
y jóvenes con dificultades económicas. Estos esfuerzos subrayan la misión de la Congregación de servir a
los necesitados, al tiempo que procura autofinanciarse y ser prudente en el uso de los recursos.
10 Cf. FERNÁNDEZ ARTIME, A. Líneas programáticas del Rector Mayor per la Congregación Salesiana después
del Capítulo General 28. Acompañando a los jóvenes hacia un futuro sostenibile, en ACG 433.
27

3.8 Page 28

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En muchas realidades persiste cierta dificultad para implicar a los laicos en las estrategias de
autofinanciación. Además, algunos hermanos no pueden o no quieren diseñar soluciones para la
autosostenibilidad. Las faltas de entendimiento junto con el aumento insostenible de los impuestos
en algunos países, debilitan aún más las iniciativas de apoyo a nuestras obras.
En algunas inspectorías falta de transparencia financiera, especialmente cuando las
responsabilidades de gestión se confían a personas sin las competencias profesionales necesarias.
Esto conduce frecuentemente a decisiones equivocadas y a las consiguientes pérdidas financieras.
La sostenibilidad económica de las obras salesianas, a menudo, no se considera una prioridad en
los consejos de la CEP, en los que no se comparten estas cuestiones. Además, la disminución de
los recursos locales debido al creciente número de hermanos jubilados y la baja remuneración del
personal crean problemas de facturación e inestabilidad.
Algunas inspectorías siguen dependiendo en gran medida de la financiación estatal y de la ayuda
exterior que, en una situación de crisis, corre el riesgo de no llegar.
La ausencia de estructuras de recaudación de fondos sólidas y fiables en varias inspectorías pone
aún más en peligro el futuro de sus proyectos educativos y pastorales. La fuerte competencia con
otras ONG y la creciente desconfianza en la Iglesia, que ha llevado a antiguos benefactores a retirar
su apoyo, agravan este reto. El auge de las políticas nacionalistas cuestiona la ayuda al desarrollo y
añade incertidumbre al futuro financiero de nuestras obras.
Interpretación
Cada vez se reconoce más la necesidad de que los profesionales laicos participen en la gestión
financiera. Esta colaboración favorece la transparencia y el uso eficaz de los recursos. Los laicos formados
ofrecen su experiencia, lo que mejora la sostenibilidad financiera y garantiza la continuidad de la misión.
El compromiso de la Congregación con los jóvenes y los pobres sigue siendo central. La solidaridad
entre las comunidades salesianas y las asociaciones con exalumnos y donantes locales refuerzan los
esfuerzos de movilización de recursos. Estas asociaciones fomentan las posibilidades asegurando la
sostenibilidad financiera sin comprometer la opción preferencial por los pobres.
Llevar un estilo de vida sencillo, de acuerdo con el consejo evangélico de la pobreza, ayuda a gestionar
los recursos de forma responsable. Nuestra credibilidad atrae el apoyo de bienhechores y fundaciones
externas, dándonos a conocer como una Congregación para los pobres (CG27.55).
La reticencia a implicar a los laicos en la gestión financiera, por cuestiones de confianza y falta de
transparencia, obstaculiza los esfuerzos de sostenibilidad. Es esencial superar la mentalidad paternalista
que mina la confianza en la implicación de los laicos.
La falta de una gestión profesional, de una planificación a largo plazo y de políticas de gestión de
los recursos crea ineficiencias que conducen a la dependencia de la ayuda exterior. La transparencia
financiera y la formación conjunta de salesianos y laicos en materia económico-administrativa son
necesarias para desarrollar competencias y fomentar el sentido de pertenencia a la misión.
28 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

3.9 Page 29

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En algunos casos, la sostenibilidad económica de las obras salesianas no es suficientemente priorizada
en los consejos de toma de decisiones (CEP). Algunas estructuras requieren muchos recursos financieros
y de personal que no están en consonancia con la misión de los jóvenes. Es necesario tener más confianza
en el asesoramiento de expertos y en la innovación para diversificar las fuentes de financiación y reducir
la dependencia exclusiva de benefactores externos.
Opciones
1. La Inspectoría renueve su confianza en la Divina Providencia e identifique formas concretas y
actualizadas para la búsqueda y el acompañamiento de bienhechores que nos ayuden a soste-
ner las obras dedicadas a los más pobres.
2. La Inspectoría, valiéndose también de profesionales laicos expertos, cree un equipo para buscar
y actuar soluciones de autosostenibilidad financiera para las obras, sin excluir a los pobres, y
forme una comisión económica integrada por salesianos y laicos cualificados para afrontar los
desafíos económicos de la integración de los jóvenes en el mundo del trabajo.
3. El Director con su Consejo promueva la cultura de la sencillez, la transparencia financiera y la
participación activa de los laicos en la gestión económica, buscando nuevas y diversificadas
fuentes de financiación.
4. La comunidad salesiana evalúe periódicamente sus recursos, incluyendo terrenos, edificios y
estilo de vida personal, alineando los objetivos de ingresos sostenibles con la disciplina religiosa,
implicando también a expertos, especialmente de la Familia Salesiana y de los exalumnos, para
preparar planes de sostenibilidad que reduzcan la dependencia de ayudas externas.
5. El Consejo de la CEP sea responsable de la elaboración, del control y de la evaluación de los
presupuestos anuales y de la salud financiera de las obras, con la guía de administradores sale-
sianos o laicos y de consultores externos, garantizando transparencia y responsabilidad.
29

3.10 Page 30

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4 Pages 31-40

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4.1 Page 31

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NÚCLEO 3
UNA VALIENTE REVISIÓN Y REPLANIFICACIÓN
DEL GOBIERNO DE LA CONGREGACIÓN A TODOS LOS NIVELES
«Y no os amoldéis a este mundo,
sino transformaos por la renovación de la mente,
para que sepáis discernir cuál es la voluntad de Dios,
qué es lo bueno, lo que le agrada,
lo perfecto» (Rom 12,2)

4.2 Page 32

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9

4.3 Page 33

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El tercer núcleo temático se inserta armoniosamente en el camino de discernimiento del Capítulo
General, siguiendo el tema y la estructura indicados en la carta de convocación del Rector Mayor y
en la ficha de trabajo enviada a todos los capítulos inspectoriales. Como los dos primeros, el tercer
núcleo también incorpora la contribución de los 92 capítulos inspectoriales.
Este núcleo, sin embargo, presenta una particularidad: además de los temas ordinariamente tra-
tados, incluye también una serie de temas jurídicos que han surgido del Capítulo General anterior y
que requieren confirmación o revisión para su validación. Estos temas han sido cuidadosamente exa-
minados por la comisión jurídica precapitular, que ha preparado formularios especiales para facilitar el
trabajo en profundidad y permitir una votación clara e informada por parte de la asamblea capitular.
De acuerdo con la metodología adoptada para el trabajo capitular, hemos integrado estos temas
jurídicos dentro del tercer núcleo, tratando de asegurar un tratamiento fluido y orgánico.
Finalmente, es importante recordar que existen otros temas importantes que, si bien sugieren
cambios a las Constituciones, no han sido incluidos en esta sección. Estos temas se tratarán directa-
mente en la asamblea, si los miembros del CG29 lo consideran oportuno. Estos materiales, enviados
por hermanos a título individual y por grupos de hermanos, están a disposición de todos los capitu-
lares para su posterior estudio y aportaciones.
3.1. Organización del Consejo General
Escucha
Algunas inspectorías aprecian la estructura actual del Consejo General, que reconocen eficaz
para la animación y el gobierno de la Congregación, con una complementariedad entre consejeros
de sector y consejeros regionales: los primeros son más transversales y los segundos se convierten
en los «ojos y oídos» del Consejo General en una zona geográfica concreta.
La interculturalidad del Consejo General ofrece también una visión diversificada, que se manifie-
sta también en las visitas del Rector Mayor y de los miembros del Consejo, que son muy apreciadas,
para estrechar lazos con las inspectorías y promover la comunión.
Otras inspectorías afirman que el Consejo General tiene demasiados miembros. Sería necesaria una
estructura más ágil y, en consecuencia, más eficaz, para evitar también una acumulación de tareas, que
compromete la calidad de la animación y del gobierno, que parece demasiado centrado en la eficacia y
en los procesos de gestión más que en la promoción de las relaciones y del compromiso personal.
Existe una falta de coordinación y comunicación entre los consejeros de sector y los consejeros
regionales, así como una especie de yuxtaposición entre los propios sectores, que envían demasia-
das propuestas a las inspectorías, con la consiguiente dificultad para asumirlas.
El solapamiento de funciones dentro del Consejo, en particular del Consejero General para la
Pastoral Juvenil y del Consejero General para la Comunicación Social, da lugar a una duplicación de
esfuerzos con un impacto limitado.
El papel del Delegado del secretariado de la Familia Salesiana sigue sin estar claro chiaro.
33

4.4 Page 34

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Interpretación
La tensión entre eficacia y comunión en el Consejo General refleja el reto de equilibrar la efi-
cacia del gobierno y el espíritu de familia. Demasiadas responsabilidades plantean problemas de
coordinación entre sectores y regiones. Además, la forma actual de elegir a los consejeros generales
no siempre sienta las bases para una coordinación eficaz y un trabajo que cuida las sinergías en el
propio Consejo.
La falta de claridad de funciones y de tareas dentro del Consejo General depende de la falta de
una visión que integre la misión salesiana y la estructura de gobierno de la Congregación, evitando
el solapamiento de responsabilidades.
La creación de secretariados (R108) puede ser una solución con vistas a aliviar los compromisos
de cada uno de los consejeros, con la consiguiente reducción del número de miembros del Consejo.
La escasa o no reconocida eficacia de la animación de la Familia Salesiana depende del poco co-
nocimiento de las funciones del secretariado.
Opciones
1. El Capítulo General se pronuncie sobre la composición del Consejo General según se indica en
la Ficha 1.
2. El Capítulo General estudie la conveniencia de crear secretariados específicos para ayudar a la
animación y gobierno de la Congregación, como se indica en la Ficha 2.
3. El Rector Mayor instituya una Oficina Central que incluya la portavocía, ANS, el Boletín Salesia-
no, la página web y otras redes de comunicación, para mejorar la coherencia y eficacia de la
comunicación a nivel mundial.
4. El Consejo General ponga en marcha un plan para mejorar la coordinación y comunicación entre
los consejeros de sector y los consejeros regionales, con el fin de reducir el solapamiento de
iniciativas y facilitar su aplicación en las inspectorías.
5. El Consejo General desarrolle y ponga en marcha un sistema de evaluación periódica de los
sectores y secretariados, para promover una mayor sinergia, evitar la dispersión de las interven-
ciones y mejorar la eficacia global del gobierno central.
34 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

4.5 Page 35

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Ficha 1
Composición del Consejo General (C133)
Contribuciones recibidas
- 17 Capítulos inspectoriales proponen no modificar Const. 133;
- 48 Capítulos proponen modificaciones, de los cuales 20 capítulos inspectoriales proponen mo-
dificaciones relacionadas con el sector de la comunicación social, 24 relacionadas con el sector
de la misión. Hay 6 propuestas relativas a la Familia Salesiana y una propuesta relativa a la insti-
tución de un sector para los laicos.
Motivos a favor de la no modificación
- el número de consejeros es razonable y suficiente;
- la composición actual del Consejo General es óptima, está bien estructurada para la animación y
el gobierno, funciona bien y permite una buena representación de las regiones y culturas;
- la reducción de sectores en favor de sectores muy grandes no facilita la coordinación.
Propuestas de modificación y motivos:
a) instituir un Consejero para la Familia Salesiana y los laicos con el fin de asegurar una represen-
tación más significativa en el Consejo General;
b) aumentar en dos el número de Consejeros generales: un Consejero para la Familia Salesiana y
un segundo Consejero para África-Madagascar, ya que la Familia Salesiana representa un aspec-
to crucial de nuestra misión y la región África-Madagascar es demasiado vasta;
c) reducir los consejeros de sector a tres: Pastoral Juvenil, Formación, Economía, para favorecer
una acción de gobierno más eficaz y directa. Es aconsejable crear secretariados de Comunica-
ción Social, Familia Salesiana, Misiones, Educación, para hacer más ágil y unificado el trabajo del
Consejo General;
d) un único sector que integre Pastoral Juvenil, Misiones y Comunicación Social, para evitar el ri-
esgo de que una excesiva especialización operativa de las distintas áreas pueda comprometer
una visión de conjunto;
e) el Consejo General está compuesto por: Rector Mayor, Vicario, Consejero para la Pastoral Ju-
venil, Consejero para la Formación y Ecónomo General, con el fin de garantizar una acción de
gobierno más ágil. Los Regionales no formen parte del Consejo, sino que sean Visitadores extra-
ordinarios dependientes del Vicario;
f) se eliminen todos los sectores, sustituyéndolos por secretariados u órganos técnicos, dejando
solo los Regionales, para permitir una mayor coordinación del Consejo y un acompañamiento
más eficaz de las inspectorías;
g) instituir un sector adicional para obras gestionadas por laicos;
h) transformar los sectores de la Comunicación Social y de las Misiones en secretariados, depen-
dientes directamente del Rector Mayor, para articular el gobierno mundial en tres círculos con-
céntricos: sectores, regiones y secretariados, lo que favorece el trabajo sinodal;
35

4.6 Page 36

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i) el Ecónomo General, miembro del Consejo, es nombrado por el Rector Mayor con el consenti-
miento de su consejo por 6 años.
Sugerencias que no requieren modificaciones constitucionales:
j) reforzar los equipos de los sectores, incluso mediante la figura de un coordinador;
k) mantener y mejorar la coordinación de las regiones con la participación de los delegados inspec-
toriales y con reuniones periódicas de animación;
l) instituir secretariados para ayudar al Consejo General;
m) consolidar y estabilizar la acción de los secretariados centrales (Reg. 108) dándoles autoridad
formal para tomar decisiones ordinarias, y de las oficinas al servicio de los sectores (Reg. 107)
para acompañar a los consejeros en la animación;
n) nombrar un salesiano como secretario ejecutivo con competencias administrativas profesiona-
les para favorecer la eficacia del Consejo;
o) confiar la responsabilidad de la supervisión del Instituto Histórico Salesiano al Consejero para la
Formación, en lugar de al Vicario del Rector Mayor.
36 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

4.7 Page 37

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Ficha 2
Secretariados - posibilidad de institución (R108)
Contribuciones recibidas
- 34 Capítulos inspectoriales proponen la posibilidad de instituir nuevos secretariados;
- 3 Capítulos inspectoriales no modifican.
Motivazioni a favore della non modifica:
- No hay necesidad de establecer otros secretariados, siendo suficiente la conformación actual.
Propuestas de modificación y motivos:
a) Establecer un secretariado que incluya la instrucción escolar, la formación profesional y las uni-
versidades, para coordinar mejor estos ámbitos considerados fundamentales para la misión de
la Congregación. La mayoría de los Capítulos inspectoriales sitúan este secretariado dentro del
sector de la Pastoral Juvenil, modificando Reg. 108. Una minoría propone que dependa directa-
mente del Rector Mayor;
b) Crear un secretariado para la Familia Salesiana y los laicos corresponsables de la misión para
ofrecerles una especial atención carismática;
c) instituir un secretariado para los laicos corresponsables de la misión con el fin de elaborar pro-
gramas de formación para ellos y ofrecer orientaciones para las obras de gestión laical bajo la
responsabilidad de la Inspectoría;
d) instituir un secretariado para las temáticas ecológicas, con el objetivo de sensibilizar a toda la
Congregación;
e) instituir un secretariado ejecutivo encargado de coordinar todos los demás secretariados.
Sugerencias que no requieren modificaciones constitucionales
f) ninguna.
37

4.8 Page 38

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3.2. Organización de las regiones de la Congregación
Escucha
La estructura regional ha reforzado los vínculos entre las inspectorías y el liderazgo central. Las
visitas periódicas de los consejeros regionales favorecen el entendimiento, la cooperación y la plani-
ficación unitaria a través de las conferencias inspectoriales (14,15).
La configuración actual de las regiones permite el trabajo en red y las conferencias regionales de
los inspectores se han revelado útiles.
La creación de comisiones regionales con los delegados inspectoriales de cada sector (formación,
pastoral juvenil, comunicación social, misiones) ha permitido coordinar mejor el camino de la región.
Otras inspectorías señalan la dificultad de los Consejeros Regionales para conocer a fondo cada
una de las inspectorías y acompañarlas. Algunos Consejeros Regionales no tienen la oportunidad de
visitar todas las inspectorías en el sexenio debido a la sobrecarga de compromisos y a la extensión
de las regiones.
En las regiones que evolucionan más dinámicamente se necesita una coordinación más eficaz,
por ejemplo, la región de África y Madagascar es demasiado vasta (44 naciones) para ser una sola
región; mientras que las dos regiones de Europa tienen dificultades para dialogar en vista de una
indispensable reflexión sobre todo el continente.
Existe también una considerable disparidad de recursos financieros y de personal salesiano entre
las distintas regiones, lo que requeriría un espíritu de mayor solidaridad en la Congregación.
Algunas inspectorías afirman que el método actual para la elección del Consejero Regional no es
el más adecuado y que, al final de las Visitas Extraordinarias, la voz del Regional no siempre restituye
la riqueza de una inspectoría.
Interpretación
La dificultad de los Consejeros Regionales para conocer a fondo las inspectorías se debe a la di-
ficultad de armonizar sus tareas en el gobierno central como miembros del Consejo General con la
necesidad de un acompañamiento más frecuente en las inspectorías de la región.
Además, el refuerzo de la coordinación en el seno del Consejo General para buscar una modali-
dad compartida de realizar las visitas extraordinarias y de acompañar a las Inspectorías ayudaría a
actuar con procedimientos similares y evitaría planteamientos subjetivos.
La propuesta de dividir la región África-Madagascar refleja no solo el crecimiento numérico,
sino también la necesidad de un acompañamiento más contextualizado que garantice la identidad
carismática.
38 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

4.9 Page 39

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Opciones
1. Que el Capítulo General se manifieste sobre la propuesta de la Ficha 3 de dividir África-Madag-
ascar en dos regiones para abordar los retos de liderazgo y del crecimiento.
2. Que el Rector Mayor, especialmente en las regiones más grandes, elija a un hermano para ayu-
dar al Consejero Regional en la realización de visitas extraordinarias o para colaborar con él en
la animación de la Región (R104).
3. El Consejo General revise las tareas del Consejero regional expresadas en el art. 140 de las
Constituciones y confirmadas en el CG27, para que sea posible realizar lo que allí se contiene
(CG27,81).
4. Los Consejeros Regionales refuercen las conferencias de inspectores con vistas a favorecer una
sinergia más eficaz entre las inspectorías de las conferencias.
5. Los Consejeros Regionales y los inspectores de la región promuevan una efectiva solidaridad
entre las inspectorías, compartiendo el personal salesiano para iniciativas comunes a la propia
región.
39

4.10 Page 40

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Ficha 3
Configuración de las Regiones
Contribuciones recibidas
- 11 capítulos inspectoriales proponen no modificar la estructura actual de las regiones;
- 64 capítulos inspectoriales proponen modificaciones (62 proponen la subdivisión de la región
África-Madagascar).
Motivos a favor de la no modificación:
- sestudiar la posibilidad de una nueva región en África si el Consejo y las inspectorías lo ven ne-
cesario;
- la organización actual de las regiones es suficiente para una experiencia más sinodal;
- mantener la estructura actual, incluso con la flexibilidad para una posible reconfiguración de las
regiones, para adaptarlas a los contextos y a la lengua para una mejor animación.
Propuestas de modificación y motivos
a) dejar el discernimiento al Consejo General en diálogo con las inspectorías interesadas, incluso
si el dato numérico de los salesianos en África justifica la creación de una segunda región (mo-
dificando Const. 154);
b) dividir la región África-Madagascar en dos regiones. Constatamos la inmensidad de la región, el
número creciente de hermanos, el nacimiento de nuevas circunscripciones, carga excesiva para
un solo Consejero Regional para animar 44 países;
c) que se revisen las regiones actuales y se cree una nueva en África, pero manteniendo un solo
Consejero Regional para facilitar un mejor acompañamiento de los hermanos en las regiones;
d) es necesario un rediseño radical de las regiones para una animación más eficaz de las inspec-
torías de una misma región;
e) revisar la configuración de la región Europa Centro-Norte, transfiriendo Francia, Bélgica Sur, Cro-
acia, Eslovenia y Malta a la región Mediterránea para una mayor homogeneidad cultural y una
mejor composición del panorama mundial de la Congregación; la formación inicial se realice en
las casas de formación de la región Mediterránea
f) revisar la composición de las regiones del continente europeo para un mejor diálogo entre la
región mediterránea y la de Europa Centro-Norte y una mejor animación de las inspectorías;
g) dividir Asia Este Oceanía en dos regiones para un mejor seguimiento de las inspectorías;
h) que la UPS forme parte de la región Mediterránea porque ha llegado el momento de una refor-
ma radical que tenga en cuenta sus particularidades de servicio a la Congregación.
Sugerencias que no requieren modificaciones constitucionales:
i) Crear dos conferencias interinspectoriales en África ad experimentum con vistas a una posterior
posibilidad de dividir la región en dos;
40 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

5 Pages 41-50

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5.1 Page 41

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j) Las regiones no deben ser simples aglomeraciones de inspectorías vecinas, sino que deberían
estar constituidas por inspectorías más afines por cultura e historia, tras un diálogo respetuoso
con las propias inspectorías;
k) Identificar los criterios, no solo lingüísticos, para la subdivisión de las regiones;
l) escuchar la opinión de los inspectores y del Regional sobre el método que debe aplicarse para la
división de la región África-Madagascar.
41

5.2 Page 42

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3.3. Organismos interinspectoriales
Escucha
Los órganos interinspectoriales (conferencias, comisiones) son una buena oportunidad para la
coordinación y el intercambio entre inspectorías, aprovechando también las oportunidades que
ofrecen las nuevas tecnologías.
Algunas «buenas prácticas» y experiencias de colaboración entre los inspectores, como las redes
regionales, han permitido hacer un buen servicio a las inspectorías.
Algunas inspectorías señalan los escasos efectos concretos dependientes de las decisiones de las
conferencias inspectoriales.
Un número considerable de inspectorías manifiesta que hay poca claridad sobre las figuras de
autoridad en los órganos Interinspecciónales. Es necesario clarificar las responsabilidades de go-
bierno y animación en las casas de formación inicial interinspectoriales (papel del Curatorium, de
Regional y del sector Formación).
Los organismos interinspectoriales tienen a veces líneas de trabajo autónomas o desconectadas
del gobierno de cada inspectoría.
Por último, los hermanos de las comunidades locales a menudo desconocen el funcionamiento
de las estructuras interinspectoriales.
Interpretación
La falta de claridad en las estructuras de autoridad interinspectorial refleja la creciente compleji-
dad de la organización salesiana y la necesidad de una gobernanza más eficaz. La falta de atención a
la coordinación y a la aplicación del principio de subsidiariedad en la elección del equipo de forma-
dores produce consecuencias negativas en la juventud salesiana.
Cuando la autonomía de cada inspectoría prevalece sobre la dinámica colegial de reflexión y de
orientación ---establecida por la conferencia de inspectores--- se produce un empobrecimiento.
Opciones
1. El Consejo General defina claramente los estatutos y los niveles de responsabilidad en los curatoria.
2. Los Consejeros Regionales velarán para que las instancias interinspectoriales de su Región
actúen como centros de animación y apoyo a los diversos proyectos a nivel regional, para el
intercambio de recursos, competencias y buenas prácticas entre las inspectorías
3. Los curatoria que son responsables de las casas de formación interinspectoriales, creen un plan
interinspectorial de formación inicial que incluya la preparación de los formadores y comparti-
ción del personal, teniendo en cuenta la unidad en la diversidad y la contextualización.
42 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

5.3 Page 43

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3.4. Visitas extraordinarias
Escucha
Las Visitas extraordinarias, bien planificadas y realizadas, representan un momento de encuentro
fraterno. Permiten que el Consejo General conozca mejor las inspectorías y hacer sentir la cercanía
del Rector Mayor a los hermanos.
En estas Visitas, el Regional tiene la oportunidad de encontrar personalmente a los hermanos en
profundidad, con un impacto significativo en su vida y en la de las obras.
Cuando la Visita extraordinaria es realizada por una persona distinta del Consejero Regional se tiene la
oportunidad de una posterior perspectiva que ayuda al Consejo General a conocer mejor las inspectorías.
A veces las visitas extraordinarias no son muy eficaces, sobre todo cuando se realizan al principio
del sexenio del mandato del inspector. Esto parece deberse tanto a la modalidad de realización de la
Visita como al hecho de que se esté al comienzo de un mandato.
Otra dificultad depende de la disponibilidad de tiempo por parte de los Consejeros Regionales,
que no siempre es suficiente para conocer a fondo las realidades individuales y acompañar a los
hermanos y comunidades para poner en práctica las recomendaciones destacadas durante la Visita.
Algunos hermanos creen que la visita extraordinaria es simplemente una «formalidad» y, por lo tan-
to, no tiene ningún efecto incisivo en la vida de la inspectoría. Cuando la visita no la realiza un miembro
del Consejo General, se corre el riesgo de limitar su eficacia solo a las conclusiones del Rector Mayor.
Interpretación
La inmensidad de algunas regiones y el número de hermanos y de comunidades con los que
hay que reunirse parece limitar la cercanía del Rector Mayor y del Consejo General a la vida de las
inspectorías y les impide encarnar el espíritu de familia requerido por Don Bosco.
La percepción de que las recomendaciones de las Visitas extraordinarias no siempre se ponen
en práctica indica una posible desconexión entre la Visita y el acompañamiento continuo. El desafío
consiste en desarrollar modos eficaces de seguimiento de las recomendaciones del Rector Mayor,
manteniendo vivo el espíritu de renovación suscitado por la Visita.
Opciones
1. El inspector y el Consejo inspectorial estudien, de acuerdo con el Visitador extraordinario, las
modalidades de realización de la Visita extraordinaria para que los consejos locales, los consejos
de la CEP y cada uno de los hermanos a título puedan ser implicados y hacerse partícipes de todo
el proceso y, a continuación, poner en práctica las orientaciones enviadas por el Rector Mayor.
2. Antes de la visita, el inspector y su consejo deberán presente al Visitador extraordinario también
la realidad socio-política y religiosa del territorio de la inspectoría para que pueda tener un cono-
cimiento más completo del contexto en el que se encuentran actuando los hermanos y los laicos.
43

5.4 Page 44

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3. El Consejero Regional y los inspectores estudien las modalidades de las Visitas extraordinarias y
evalúen las medidas para hacerlas aún más fructíferas y eficaces.
3.5. Visitas de conjunto
Escucha
Las Visitas de conjunto se han convertido en momentos privilegiados de comunión y unidad en
la animación y gobierno de la Congregación. Son una herramienta valiosa que ofrece la oportunidad
de vivir directamente momentos de fraternidad y reflexión con el Rector Mayor y algunos Conseje-
ros Generales. Ayudan a comprender claramente la visión del Consejo General y son muy útiles para
evaluar y orientar a las inspectorías de la Región.
Falta el acompañamiento para la puesta en práctica de las decisiones tras la Visita. El impacto de
las conclusiones de la Visita de conjunto en las inspectorías no parece ser especialmente significati-
vo. El sistema de evaluación y verificación también parece débil.
El programa de las Visitas de conjunto es a menudo demasiado denso. Esto limita o reduce el
tiempo para realizar las necesarias profundizaciones. Las visitas deberían caracterizarse por dedicar
más tiempo a escuchar y debatir y no limitarse a una serie de conferencias.
Los Consejeros Generales han ofrecido muchas aportaciones sustanciales de enseñanza, pero no
siempre han captado en profundidad la realidad de cada una de las inspectorías. El estilo de comunica-
ción ha estado caracterizado también por las presentaciones de los consejeros generales y por la escucha
pasiva de los consejos inspectoriales, más que por el intercambio y por un aprendizaje mutuo y fraterno.
Los hermanos ---con excepción de los que participan--- saben muy poco de ellas.
Interpretación
La preocupación de varias inspectorías por el programa excesivamente denso de las Visitas de
conjunto indica la tensión entre el deseo de abordar muchos temas y la necesidad de un discerni-
miento profundo y ponderado. Esto refleja la complejidad de los retos regionales y la dificultad de
equilibrar la eficacia con la profundidad de la reflexión, como se destaca en las Constituciones (C124)
en relación con la necesidad de adaptar las estructuras a las necesidades de la misión.
Las Visitas de conjunto deberían evolucionar de un modelo de comunicación unidireccional a
otro de intercambio y aprendizaje mutuos. Este cambio reflejaría mejor el espíritu de familia y la lla-
mada a la corresponsabilidad expresados en las Constituciones (C123). El reto consiste en transfor-
mar estas reuniones en verdaderas experiencias sinodales que promuevan una colaboración eficaz
y una auténtica renovación a nivel regional.
Opciones
1. El Rector Mayor y el Consejo General continúen promoviendo las Visitas de conjunto, con una
mayor participación de los hermanos en la fase de preparación y en la fase de ejecución de las
44 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

5.5 Page 45

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decisiones tomadas junto con el Rector Mayor, a través de comunicaciones adecuadas, utilizan-
do también las reuniones de las conferencias de inspectores para la verificación.
2. El Consejo General estudie el modo más adecuado de desarrollar un estilo más sinodal en las Visitas
de conjunto (intercambio de experiencias, escucha, pasos de colaboración) precedidas de una buena
preparación.
3. El Consejero Regional, en la organización de la Visita de conjunto, deberá procurar dar un espacio ade-
cuado a los elementos espirituales, escuchar a los inspectores y consejeros inspectoriales, y proponer
reflexiones sobre temas urgentes.
3.6. Organización de la animación de las inspectorías
Escucha
La figura del Delegado para la Pastoral Juvenil y del Delegado para la Formación a tiempo com-
pleto ha sido una opción de muchas inspectorías.
La creación de comisiones para sectores específicos ha facilitado la coordinación de actividades
y la comunión a través de reuniones frecuentes y bien planificadas.
La visita y animación del Inspector y otros consejeros ayuda a crear un buen vínculo y unidad
entre el inspector y los consejeros con las comunidades.
El papel del Vicario del inspector no está claro y sus funciones no están bien definidas.
Debido a las numerosas tareas y desafíos, la animación de la inspectoría resulta a veces agotado-
ra. Los inspectores están a menudo más ocupados en resolver los problemas de los hermanos que
en animar la inspectoría: hay muchas tareas inspectoriales para pocos hermanos. Además, la dificul-
tad de delegar algunas tareas de animación por parte del Inspector reduce la eficacia de la misión.
Varias inspectorías piden reducir la frecuencia de los capítulos inspectoriales y sustituir un capítulo
por una asamblea inspectorial. El Capítulo inspectorial, convocado cada tres años, sirve para preparar
el Capítulo general o para poner en práctica sus resoluciones. Sin embargo, el tiempo entre capítulos
parece escaso para poner en práctica las resoluciones de los Capítulos generales e inspectoriales.
Nos preguntamos cómo hacer para que los numerosos laicos de nuestras CEP sean verdadera-
mente corresponsables en la misión salesiana.
Interpretación
La falta de claridad en el papel del Vicario del inspector refleja la necesidad de una mejor defini-
ción de las funciones de liderazgo (C168). Esta ambigüedad puede minar la eficacia de la animación
inspectorial y requiere una revisión de las Constituciones para aclarar las funciones y responsabili-
dades del Vicario, garantizando un liderazgo más eficaz y colaborador.
La insistencia en que los inspectores y los superiores estén más ocupados en resolver proble-
mas que en animar refleja la tensión entre gestión y liderazgo, un tema recurrente en la literatura
45

5.6 Page 46

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contemporánea sobre liderazgo religioso. Esta situación pone de relieve la necesidad de repensar
el papel del superior, equilibrando mejor las responsabilidades de gestión con las de animación
carismática, como indican las Constituciones (C161-162). El reto es encontrar un equilibrio que per-
mita a los superiores ser verdaderos animadores de la vida salesiana, sin descuidar las necesidades
prácticas de la gestión de la inspectoría.
Una animación eficaz depende del trabajo en equipo del inspector, de los consejeros y de las
comisiones. Una buena coordinación ayuda a centrar la misión y a mejorar las respuestas pastorales.
Opciones
1. El Capítulo General estudie la propuesta de tareas del vicario del inspector (cf. Ficha 4).
2. Que el Capítulo General estudie la propuesta de incorporación de los Delegados inspectoriales
de Formación y de Pastoral Juvenil al Consejo inspectorial, en línea con los objetivos generales
de la Congregación (cf. Ficha 5)
3. El Capítulo General se pronuncie sobre las Fichas 6 y 7.
4.El inspector y su Consejo realicen visitas a todas las comunidades y obras. Además, los delega-
dos inspectoriales deben trabajar juntos en armonía para asegurar una animación cohesionada
y unida de la inspectoría.
5.El Inspector promueva que en cada inspectoría exista una Comisión de protección y salvaguarda
de menores y personas vulnerables para asegurar que a nivel inspectorial e institucional exista
una política de seguridad para su protección de acuerdo con las leyes civiles y eclesiásticas.
46 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

5.7 Page 47

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Ficha 4
Tareas del Vicario del Inspector (C168)
Contribuciones recibidas
- Capítulos inspectoriales proponen que no se modifique el artículo 168 de las Constituciones.
- 16 Capítulos proponen modificaciones
Motivos a favor de la no modificación
- Las tareas del Vicario están suficientemente definidas y siempre pueden ser precisadas poste-
riormente por el Inspector
Propuestas de modificación y motivos
a) Confiar al Vicario del Inspector la tarea sobre la disciplina religiosa, en analogía con el Vicario
del Rector Mayor;
b) que el Vicario del Inspector sea el delegado inspectorial para la formación;
c) que el Vicario del inspector sea el delegado para la Pastoral Juvenil.
Sugerencias que no requieren modificaciones constitucionales
d) que al Vicario del Inspector no se le confíen otras funciones que las establecidas en el artículo
168 de las Constituciones;
e) que no se confíe al Vicario del inspector la coordinación de demasiadas comisiones inspectoriales;
f) se informe a los hermanos de la inspectoría sobre el significado de la potestad ordinaria vicaria.
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5.8 Page 48

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Fecha 5
Composición del Consejo inspectorial
Contribuciones recibidas
- 9 Capítulos inspectoriales proponen que no se modifique el artículo 164 de las Constituciones.
- 56 Capítulos proponen modificaciones.
Motivos a favor de la no modificación
- el Inspector debe tener libertad para elegir a los miembros que considere más idóneos para el
Consejo, no estando vinculado únicamente por las funciones que uno desempeña como delega-
do de un sector de animación;
- incluir al delegado de pastoral juvenil y al responsable de la formación como miembros de dere-
cho en el Consejo inspectorial limita demasiado la elección de miembros por parte del Inspector;
- no se considera que el delegado para la formación deba ser miembro de derecho del consejo.
Propuestas de modificación y motivos:
a) Que el delegado de pastoral juvenil sea miembro de derecho en el Consejo Inspectorial ya que
la pastoral juvenil es el núcleo de la misión salesiana;
b) El delegado para la formación sea miembro de derecho en el Consejo Inspectorial para el acom-
pañamiento de los hermanos en la formación inicial y permanente. Además, la composición del
Consejo Inspectorial debe reflejar la del Consejo General;
c) El delegado para la Familia Salesiana sea miembro de derecho del Consejo Inspectorial;
d) que haya, al menos, un laico con derecho a voto en el Consejo Inspectorial para una mayor cor-
responsabilidad de los laicos;
e) los consejeros sean elegidos por los hermanos.
Sugerencias que no requieren modificaciones constitucionales:
f) Los delegados para la pastoral juvenil y para la formación sean nombrados a tiempo completo y
residan en la sede inspectorial;
g) es necesario aclarar las funciones específicas de los delegados para la pastoral juvenil y para la
formación.
48 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

5.9 Page 49

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Ficha 6
Oficios, secretariados, comisiones inspectoriales
Contribuciones recibidas
- 12 Capítulos inspectoriales proponen no modificar el artículo 164 de las Constituciones.
- 7 Capítulos proponen enmiendas.
Motivaciones a favor de la no modificación
- la legislación vigente es suficientemente adecuada
- cada inspectoría puede organizarse según sus propias necesidades pastorales;
Propuestas de modificación y motivos:
a) que en cada inspectoría la comisión para la pastoral juvenil y la comisión para la formación sean
obligatorias (como exige la Ratio) ya que son estratégicas para la animación de la inspectoría;
b) que cada comisión tenga su propio Directorio aprobado por el Rector Mayor;
c) crear un secretariado que coordine pastoral juvenil, comunicación social y misiones;
d) que cada inspectoría establezca una comisión de seguimiento de la aplicación de las delibera-
ciones del Capítulo General
e) que cada inspectoría cuente con una Comisión de Disciplina Religiosa, encargada de la protec-
ción de menores y personas vulnerables;
Sugerencias que no requieren modificaciones constitucionales:
f) que los responsables de las comisiones sean nombrados por 3 años;
g) c larificar el papel del delegado para la formación, dada la tendencia actual de la Congregación a
promover la formación conjunta de salesianos y laicos;
h) formar personas capaces de animar la familia salesiana y los laicos corresponsables.
49

5.10 Page 50

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Ficha 7
Consistencia cuantitativa y cualitativa de las comunidades
Contribuciones recibidas
- 19 Capítulos inspectoriales piden la modificación de Reg 150.
- 4 Capítulos inspectoriales proponen no modificar Reg 150.
Motivos a favor de la no modificación
- invertir energías en la formación inicial y permanente de los hermanos para promover la calidad
de las personas;
- que se aplique con mayor rigor la normativa vigente para garantizar comunidades que reflejen
la vida fraterna salesiana;
- será tarea del Inspector con su Consejo valorar las situaciones individuales según un proyecto
específico (Cf. ACG 422, Orientaciones).
Propuestas de modificación y motivaciones:
a) Modificar Regla 150 permitiendo que el número de miembros con votos perpetuos, no en for-
mación inicial, por comunidad no sea, ordinariamente, inferior a tres Salesianos;
b) Modificar Reg. 150: comunidades con un mínimo de cuatro Salesianos. En apoyo de estas pro-
puestas indicamos la disminución numérica del número de hermanos, la dificultad en muchas
inspectorías de fundar comunidades con seis hermanos, la necesidad de dar consistencia juríd-
ica a las pequeñas comunidades ahora existentes.
Sugerencias que no requieren modificaciones constitucionales:
c) Es urgente una reflexión para buscar nuevas modalidades de organización de las comunidades.
Otras motivaciones presentadas en el CG28:
- la presencia de al menos cuatro hermanos de votos perpetuos que no estén en formación inicial
puede permitir suficientemente la vida común y el funcionamiento del consejo de la casa;
- la comunión y la participación en el espíritu y en la misión de Don Bosco, por parte de salesia-
nos y laicos, ahora establecida en amplias zonas de la Congregación, permite una gestión de
las obras diferente de la del pasado y la atribución a los laicos de tareas que antes eran desem-
peñadas exclusivamente por los salesianos;
- algunas inspectorías están en pleno crecimiento numérico. Necesitan abrir ahora frentes apostólic-
os -aunque no puedan asegurar al menos cuatro profesos perpetuos en cada comunidad- porque en
el futuro es previsible que no se repitan las actuales condiciones favorables. Dado el gran número de
hermanos en formación, es fácil prever que comunidades de tres hermanos hoy puedan ser mayo-
res mañana. Tal situación puede considerarse como una etapa en el crecimiento de una inspectoría.
Reg. 20 prevé que las «residencias misioneras», en sentido estricto, no tengan menos de tres her-
manos. Este criterio podría utilizarse también en la fase de expansión misionera de una inspectoría.
50 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

6 Pages 51-60

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6.1 Page 51

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3.7. Duración de los cargos de gobierno
Escucha
La mayoría de las inspectorías están de acuerdo con la duración actual de los tiempos ligados a
los cargos de gobierno.
Unas pocas inspectorías consideran que algunos hermanos permanecen demasiado tiempo en
el cargo de director; sin embargo, a veces también se produce una falta de continuidad de las activi-
dades porque un director ha sido sustituido demasiado rápido.
Interpretación
El debate sobre la duración de los mandatos refleja la tensión entre el deseo de estabilidad y
continuidad y la necesidad de renovación y adaptación. Esto recuerda la necesidad de un equilibrio
entre tradición e innovación, un tema central en la vida religiosa contemporánea. El debate pone de
relieve la complejidad de encontrar una duración óptima que permita tanto una ejecución eficaz de
los proyectos a largo plazo como un relevo generacional en el liderazgo. Las Constituciones (C 128,
142, 163, 177) han establecido duraciones diferenciadas para los distintos niveles de gobierno, tra-
tando de equilibrar estos aspectos. Sin embargo, la evolución de los retos pastorales y organizativos
exige una reflexión continua sobre la adecuación de estos plazos.
Opciones
El Capítulo General encomiende al nuevo Consejo General la tarea de estudiar la duración de los
cargos de gobierno y la periodicidad de los capítulos inspectoriales y generales, sopesando los pros
y los contras y presentando propuestas al CG 30.
3.8. Otras propuestas
Escucha
Varias inspectorías piden un cambio de las Constituciones para que los hermanos coadjutores
puedan llegar a ser superiores de la comunidad religiosa.
Algunas inspectorías piden una revisión del reglamento de la representación en el Capítulo Ge-
neral. Se trata de garantizar una mayor representatividad (las inspectorías con menos de 50 miem-
bros y las que cuentan con 199 miembros están representadas por el inspector y un delegado. El
criterio para nombrar otro delegado comienza a partir del umbral de los 200 miembros).
Interpretación
La decisión de suprimir el requisito del sacerdocio para ser Rector Mayor, Inspector o Director
requiere un estudio en profundidad porque es necesario tener clara la diferencia entre superior de
51

6.2 Page 52

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la comunidad y ordinario, antes de tomar una decisión sobre esta cuestión (cf. Rescriptum valora-
ción canónica).
El número de hermanos necesarios para tener un delegado en el Capítulo General fue indicado
en la Resolución 16 del CG27 con la modificación del artículo 114 del Reglamento General, cambian-
do de 250 a 200 el número de delegados a enviar al Capítulo General (CG27,16).
Opciones
1. El Capítulo General se pronuncie sobre las Fichas 8, 9, 10.
2. El Capítulo General autorice a las inspectorías a realizar inversiones económicas con vistas a una
mayor sostenibilidad financiera (Cf. Ficha 11)
3. El Capítulo General se pronuncie sobre las Fichas 12, 13, 14 y 15.
4. El Consejo General estudie la posibilidad de celebrar el Capítulo General en otras partes del
mundo salesiano, en lugar de Italia o Europa, para favorecer una mayor representatividad y par-
ticipación de las distintas realidades de la Congregación.
52 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

6.3 Page 53

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Ficha 8
Director - requisito del sacerdocio (C177)
Contribuciones recibidas:
- 31 capítulos inspectoriales solicitan la modificación de C 121 y 177.
- 7 Capítulos inspectoriales solicitan la no modificación de C121 y 177.
Propuestas de modificación y motivos:
Eliminar el requisito de la ordenación sacerdotal para ser director, para que los coadjutores pue-
dan ejercer el cargo de director local. Esta propuesta busca llevar a cabo la posibilidad dada por el
papa Francisco con el Rescripto del 18 de mayo de 2022, refiriéndose al Canon 588 §2, CIC, conside-
rando las siguientes motivaciones:
a) resaltar mejor la unidad y la igualdad de las vocaciones salesianas y reforzar la fraternidad en
las comunidades
b) favorecer la sinodalidad en el gobierno de la Congregación y la verdadera igualdad entre los
miembros
c) en los nombramientos, fijarse en las cualidades de los hermanos y no en la condición clerical;
d) superar el clericalismo, dando prioridad a la consagración sobre el sacramento del orden;
e) promover una verdadera inclusión y democratización en la Iglesia.
Motivos a favor de la no modificación:
- El magisterio y la tradición carismática de la Congregación se han orientado siempre a que el
Director local sea un sacerdote;
- Debemos escuchar nuestra tradición y preguntarnos sobre las consecuencias a nivel carismático
de que los coadjutores puedan ser Directores.
Sugerencias que no requieren modificaciones constitucionales:
f) Realizar un estudio desde el punto de vista carismático, sobre las intenciones del fundador Don
Bosco respecto a la figura del Director local, expresadas en sus escritos y experiencia;
g) Analizar la tradición y el magisterio de la Congregación y la realidad actual, sobre la posibilidad
de que los coadjutores puedan ser superiores locales.
53

6.4 Page 54

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Ficha 9
Inspector - requisito del sacerdocio (C163)
Contribuciones recibidas:
- 14 capítulos inspectoriales solicitan la modificación
- 3 capítulos inspectoriales y 1 contribución personal no solicitan la modificación.
Motivos a favor de la no modificación
- es una constante de nuestra tradición y del Magisterio salesiano que el Inspector sea un
sacerdote;
- un cambio tocaría un dato propio de nuestro carisma.
Propuestas de modificación y motivos:
Se propone que también el hermano laico pueda ser nombrado Inspector por las siguientes
razones:
a) los hermanos laicos tienen capacidad de gobierno y animación;
b) todo hermano debe poder asumir tareas de gobierno;
c) es necesario superar el clericalismo, dando prioridad a la consagración con respecto al sacra-
mento del Orden;
d) se hace más evidente la unidad e igualdad de la vocación religiosa laical y sacerdotal;
e) se suprime la restricción legal prevista por el CIC para una Congregación clerical
f) el cambio permitiría centrarse en las cualidades y capacidades reales del hermano coadjutor,
más que en el estatus clerical.
Sugerencias que no requieren modificaciones constitucionales:
g) Se necesita más tiempo, estudio y oración;
h) e s necesario hacer un estudio desde el punto de vista carismático, la experiencia de Don Bosco,
la tradición y la realidad actual;
i) realizar una amplia consulta y un profundo estudio histórico y una reflexión sobre las intencio-
nes de Don Bosco.
54 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

6.5 Page 55

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Ficha 10
Rector Mayor - requisito del sacerdocio (C129)
Contribuciones recibidas:
- 15 capítulos inspectoriales solicitan la modificación
- 9 capítulos inspectoriales no solicitan modificación
Motivos a favor de la no modificación:
- que la dispensa del canon 588 no se aplique en nuestra Congregación a ningún nivel. La inten-
ción del Fundador, el carisma, el oficio ordinario del Superior Mayor requieren las Órdenes Sa-
gradas. Hacer referencia a CG 20, CG 21 y CG 22. Los hermanos coadjutores que ocupan el cargo
de Superior no es un cambio que deba hacerse;
- el magisterio y la tradición carismática de la Congregación se han inclinado siempre a favor de
que el Superior sea un clérigo.
Propuestas de modificación y motivos:
a) c ada miembro de la Congregación deben poder ejercer posiciones de autoridad y de liderazgo;
b) los coadjutores elegidos para el cargo de Rector Mayor pueden tener aptitud y capacidad de
liderazgo;
c) los coadjutores puedan ejercer cualquier función de gobierno: hay que superar el clericalismo,
haciendo de la consagración una prioridad con respecto al sacramento del orden;
d) posibilitar la elección de un coadjutor como Rector Mayor para enfatizar mejor la unidad e igual-
dad de las vocaciones salesianas y fortalecer la fraternidad en las comunidades;
e) eliminar la exigencia de que el Rector Mayor sea sacerdote. Para ello, modificar el artículo 129
de nuestras Constituciones, suprimiendo la expresión «debe ser sacerdote».
Sugerencias que no requieren modificaciones constitucionales:
f) que la aplicación de la derogación del canon 588, párrafo 2, se posponga a una reflexión poste-
rior. Se consulte a todos los coadjutores sobre los cambios en la identidad carismática, la vida y
la obra del hermano salesiano con respecto a sus futuras funciones de superior (Director) o su-
perior mayor (Inspector o Rector Mayor). Se estudiará la voluntad de Don Bosco, las tradiciones
de la Congregación y las necesidades actuales de las Inspectorías.
55

6.6 Page 56

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Ficha 11
Exclusión de la adquisición y conservación de bienes inmuebles
con el fin exclusivo de lucro, así como cualquier otra
forma permanente de capitalización fructífera (C 187)
Contribuciones recibidas
- 17 Capítulos proponen modificar el art. 187 Const.
- 7 Capítulos proponen no enmendar el art. 187 Const.
Motivos a favor de la no modificación:
- El art. 187 ya es claro y debe ser interpretado de manera estricta: ninguna capitalización que no
esté en vista de la misión;
- del Testamento Espiritual de Don Bosco: «Manténgase como principio invariable el no conservar
propiedad alguna de bienes inmuebles...».
Propuestas de modificación y motivos:
a) Se propone modificar el párrafo 2 del art. 187 de las Constituciones, de modo que se permi-
ta la posibilidad de poner en renta bienes y capitales para garantizar anualidades en apoyo
de las comunidades más en dificultad y de la misión de la Inspectoría. Habrá que comprobar
la legalidad y el carácter ético de estas operaciones. Este cambio está motivado por la no
autosuficiencia económica de algunas de las obras, sobre todo las de carácter social. Exi-
sten también problemas de sostenibilidad económica y financiera de la inspectoría en su
conjunto, especialmente para hacer frente a los gastos de formación inicial y de atención a
los hermanos ancianos;
Sugerencias que no requieren modificaciones constitucionales:
b) El Capítulo General puede dar una interpretación auténtica de cómo entender la prohibición
establecida en el art. 187 Reg, sin modificarlo;
Motivos elaborados en el capítulo 28:
- Es de esperar que el flujo de dinero garantizado hasta ahora por los bienhechores disminuya en
el futuro;
- La concesión de subvenciones estatales o privadas puede resultar problemática;
- Existe la conciencia de que la Providencia no dejará de ayudar y, al mismo tiempo, esta situación
exige que comprometamos con prudencia los recursos de que disponemos en vista de nuestra
misión;
- La redacción utilizada en el § 2 del artículo 187 de las Constituciones (exclusión con el fin exclusivo
de lucro, así como cualquier otra forma permanente de capitalización) no se entiende de forma
inmediata e inequívoca, ya que las actividades generadoras de ingresos éticamente lícitas y con
una clara asignación de beneficios han sido consideradas legítimas tanto en el pasado como en
56 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

6.7 Page 57

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el presente, sin que ello haya generado escándalo ni constituido motivo para contraargumentar
la pobreza institucional;
- Const. 187 no impide que los inspectores promuevan actividades que generen un rédito (lucro
objetivo). Estas actividades, en cuanto a tipo, modalidades de gestión, dimensiones, pueden ser
contradictorias con la identidad religiosa de quienes las promueven, o pueden ser coherentes
con la misión salesiana;
- Es necesario un atento discernimiento y ponderación de las opciones, teniendo en cuenta que
estas actividades pueden ser creadas para generar beneficios destinados a sostener finalidades
precisas y previstas, como el apoyo a obras sociales, casas de formación, residencias para
ancianos.
Notas de la Comisión jurídica precapitular CG28:
- Const. 188 n. 3 permite la aceptación de herencias, legados o donaciones a título oneroso, lo
que puede conllevar limitaciones en el uso de las anualidades, establecidas por el donante,
como exigir, por ejemplo, la conservación de los bienes inmuebles recibidos;
- Const. 188 n. 4 permite la creación de rentas vitalicias, instituciones benéficas, fundaciones que
deben ---por estatuto--- estar dotadas de un patrimonio propio y estable.
57

6.8 Page 58

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Ficha 12
Ecónomo en la comunidad local
Contribuciones recibidas
- 5 Capítulos inspectoriales han pedido la modificación del art. 184;
- 2 capítulos inspectoriales se han pronunciado para no cambiar el art. 184;
Motivos a favor de la no modificación:
- mantener la presencia de un ecónomo salesiano en todas las comunidades, distinguiéndolo del
coordinador laico de la gestión administrativa de la obra;
- que el ecónomo local sea siempre un salesiano, mientras que los laicos pueden ser nombrados
asistentes del ecónomo;
Propuestas de modificación y motivos:
a) introducir el ecónomo local laico, dando orientaciones sobre su papel y participación en el con-
sejo local, distinguiendo el papel del ecónomo local laico del del administrador laico de la obra;
b) que no sea obligatorio un ecónomo religioso, por la dificultad de encontrar salesianos y la posi-
bilidad de que un laico sea administrador;
Sugerencias que no requieren modificaciones constitucionales.
c) a centralización financiera y administrativa ha demostrado ser ventajosa, aliviando a los ecón-
omos y a las comunidades locales. En la medida de lo posible, se puede aplicar esta solución;
d) es necesario aclarar si un coordinador laico de la gestión administrativa deba ser miembro del
consejo de la casa;
Otros motivos presentados en el CG 28
- Una comunidad religiosa cuantitativa y cualitativamente consistente tiene como ecónomo a un
salesiano, que es por tanto miembro de derecho del consejo de la casa. Puede ser ayudado
por un experto laico en ciertas cuestiones técnicas. No parece oportuno que la economía de la
comunidad religiosa ---vinculada a las exigencias del voto de pobreza--- sea gestionada por una
persona que no sea un religioso salesiano.
- En cambio, el conjunto de la obra (sobre todo si se trata de una obra compleja y articulada)
necesita un «coordinador de la gestión administrativa» que tenga competencias y capacidades
específicas y goce de la confianza del Director y del consejo de la casa.
58 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

6.9 Page 59

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Ficha 13
Legitimidad del Director-Ecónomo local
Contribuciones recibidas
- 12 Capítulos inspectoriales proponen no modificar el artículo 172 de los Reglamentos.
- 10 Capítulos proponen modificaciones.
- 20 de 22 piden distinguir la función de director de la de ecónomo.
Motivaciones a favor de la no modificación:
- el Director debe estar siempre acompañado por un hermano que siga los aspectos económicos
de la casa.
Propuestas de modificación y motivos
a) Modificar Reg. 172, indicando expresamente que el Director no sea también el ecónomo de la
comunidad;
b) Modificar Reg. 172, estableciendo expresamente que el cargo de Director no sea compaginado
ordinariamente con el de ecónomo.
c) Estas propuestas están motivadas por la necesidad de mantener la distinción entre el Director
y el ecónomo; afirmar con autoridad que el Director no tiene que ocuparse directamente de la
administración económica y financiera de la comunidad, sino que lo hace siempre a través del
ecónomo; mantener las funciones diferenciadas para garantizar una mayor transparencia y cor-
responsabilidad; evitar el riesgo de una fragmentación de las tareas del Director;
d) Modificar Reg. 172 permitiendo que el Director sea ecónomo, cuando haya un coordinador lai-
co de la gestión administrativa de la obra, dado que el Director, ya es por las Constituciones, el
primer responsable de la administración de la casa.
e) Propuesta de modificación de Reg. 182: ofrecer la posibilidad de asociar el oficio de ecónomo
al de vicario.
59

6.10 Page 60

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Ficha 14
Consejo de la Comunidad religiosa y Consejo de la Comunidad
educativo-pastoral
Contribuciones recibidas
- 7 Capítulos inspectoriales y 2 contribuciones individuales proponen que no se modifique el art.
57 de las Constituciones, el reg. 5 y el reg. 198;
- 9 Capítulos inspectoriales proponen modificaciones.
Motivos a favor de la no modificación:
- Los textos de referencia del CG24 son claros.
- El ámbito de responsabilidad de cada consejo está claramente indicado en el Cuadro de Pastoral
Juvenil.
Propuesta de modificación y motivos:
a) modificar Const. 5, indicando como núcleo animador de la obra no solo a la comunidad religiosa,
sino a salesianos y laicos corresponsables;
b) Introducir un artículo Const. 57 bis sobre el Consejo de la comunidad educativo pastoral como
núcleo animador de la misión para resaltar en las Constituciones la reflexión desarrollada en la
Congregación en documentos recientes.
Sugerencias que no requieren modificaciones constitucionales:
c) s e mantenga la práctica, extendida en algunas Inspectorías, según la cual los miembros del Con-
sejo de la casa son de derecho miembros del Consejo de la CEP;
d) que la Congregación elabore orientaciones sobre las relaciones entre el Consejo de casa y el
Consejo de la obra;
e) sea ve necesaria una reflexión profunda por parte del Capítulo General sobre la distinción entre
el Consejo local de la casa y el Consejo local de la obra;
f) no todos los sectores de actividad son dirigidos por salesianos y, por tanto, es necesario indicar
cómo llevar a cabo la coordinación de los laicos encargados de sectores de responsabilidad en
la Casa, con el Consejo local.
Contribuciones personales - Sector para la formación
- M odificación del artículo 99 Const. insertando las palabras en negrita
Propuesta: El ambiente natural de crecimiento vocacional es la comunidad, tanto la religiosa como
la educativo-pastoral, en la que el hermano se integra con confianza y colabora con responsabilidad;
- modifica la Regla 5 insertando las palabras en negrita
Propuesta: La actuación de nuestro proyecto requiere que se forme la comunidad educativo-pa-
storal en todos los ambientes y obras. Su núcleo animador es un grupo de personas que se iden-
60 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

7 Pages 61-70

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7.1 Page 61

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tifican con la misión, el sistema educativo y la espiritualidad salesiana, y donde la comunidad
religiosa es el punto de referencia carismático.
Fundamento: El núcleo animador está constituido tanto por salesianos como por laicos (CG25
70; CG28 39; AnGC 121).
El papel de la comunidad salesiana en la CEP: ser el punto de referencia carismático (CG25 70,
78; AnGC 121).
61

7.2 Page 62

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Fecha 15
Consejo de la Obra de gestión laical
bajo responsabilidad inspectorial
Contribuciones recibidas
- 8 Capítulos inspectoriales proponen no modificar la normativa
- 3 Capítulos inspectoriales proponen una modificación
Motivos a favor de la no modificación:
- es necesario un estudio de las disposiciones del CG 24, números 180-182.
- en algunas Regiones de la Congregación no hay obras dirigidas por laicos bajo la responsabilidad
inspectorial.
Propuestas de modificación y motivos
a) el Inspector nombre un Consejo de la Comunidad Educativo-Pastoral, para garantizar la anima-
ción de la obra según el estilo salesiano;
b) se constituya un Consejo de Dirección de la obra de gestión laical donde el Director laico de la
obra se reúna periódicamente con el Inspector, el Delegado del Inspector para esa presencia y
otros consejeros eventuales para garantizar la titularidad inspectorial de la obra;
c) definir el papel de los laicos dentro de las estructuras de gobierno (local e inspectorial) de las
obras de dirección laical.
Sugerencias que no requieren modificaciones constitucionales:
d) que la Congregación elabore directrices específicas para las obras de dirección laical;
e) establecer un iter de formación y de acompañamiento de las obras elegidas para ser confiadas
a la gestión laical.
Otros motivos presentados en el CG28:
- El Rector Mayor y los Dicasterios de Pastoral Juvenil y del Economato General ofrezcan a los In-
spectores orientaciones para la elaboración de un proyecto de acompañamiento de las obras de
gestión laical que permanecen bajo la responsabilidad inspectorial.
Motivaciones:
o existen ya en diversas Inspectorías experiencias concretas de aplicación de lo previsto en
el CG24, 180-181, como para permitir la identificación de algunas orientaciones comunes;
o ofrecen interesantes perspectivas de comunión y compartición entre Salesianos y laicos en
el espíritu y en la misión de Don Bosco.
- El Inspector con su consejo elabore un modelo de animación y gobierno de las obras gestiona-
das por laicos incluidas en el proyecto educativo pastoral de la Inspectoría.
9 Motivaciones:
o Es necesario elaborar un modelo estable de animación y gobierno de estas obras, para dar
continuidad a las mismas y garantizar la calidad carismática salesiana.
62 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

7.3 Page 63

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7.4 Page 64

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7.5 Page 65

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IRESCRIPTUM EX AUDIENTIA SS.MI: Rescripto del Santo Padre
Francisco sobre la derogación al can. 588 §2
18.05.2022
[BO371]
El Santo Padre Francisco, en la Audiencia del 11 de febrero de 2022 a los infrascritos Cardenal
Prefecto y Arzobispo Secretario, concedió a la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y
las Sociedades de Vida Apostólica la facultad de autorizar, discrecionalmente y en casos individuales,
a los socios no clérigos para que pueda conferírseles el oficio de Superior mayor en los Institutos re-
ligiosos clericales de derecho pontificio y en las Sociedades clericales de vida apostólica de derecho
pontificio de la Iglesia latina y dependientes de la misma, en derogación del can. 588 §2 del CIC y del
derecho propio del Instituto de vida consagrada o de la Sociedad de vida apostólica, sin perjuicio del
can. 134 §1.
1. El socio no clérigo de un Instituto de vida consagrada o Sociedad de vida apostólica clerical de
derecho pontificio es nombrado Superior local por el Moderador supremo con el consentimien-
to de su Consejo.
2. El socio no clérigo de un Instituto de vida consagrada o de una Sociedad de vida apostólica cle-
rical de derecho pontificio es nombrado Superior mayor después de haber obtenido la licencia
escrita de la Congregación para los Institutos de vida consagrada y las Sociedades de vida apo-
stólica, a petición del Moderador supremo con el consentimiento de su Consejo.
3. El socio no clérigo de un Instituto de vida consagrada o de una Sociedad de vida apostólica cleri-
cal de derecho pontificio que sea elegido Moderador supremo o Superior mayor, según las mo-
dalidades previstas por el derecho propio, requiere la confirmación – mediante licencia escrita
– de la Congregación para los Institutos de vida consagrada y las Sociedades de vida apostólica.
4. E n los casos previstos en los §§2-3, la Congregación para los institutos de vida consagrada y las
Sociedades de vida apostólica se reserva el derecho de evaluar el caso individual y las razones
dadas por el Moderador supremo o el Capítulo general.
El Santo Padre ha ordenado también que el presente Rescripto sea publicado en L’Osservatore
Romano, y posteriormente en el comentario oficial de las Acta Apostolicae Sedis, entrando en vigor
en la fecha de hoy.
Vaticano, 18 de mayo de 2022
João Braz Card. de Aviz
Prefecto
José Rodríguez Carballo, O.F.M.
Arzobispo Secretario

7.6 Page 66

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7.7 Page 67

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El Rescriptum ex audientia del Santo Padre Francisco
sobre la derogación del canon 588 § 2 del CIC
La naturaleza del documento
Se trata de un «rescripto», es decir, un acto administrativo singular que la competente autoridad
ejecutiva emite por escrito y que por su propia naturaleza concede un privilegio, una dispensa u otra
gracia, a petición del interesado (cf. c. 59 §1).
El contenido del Rescripto
El contenido del rescripto es la derogación del canon 588 §2, que establece: «Se llama instituto
clerical aquel que, atendiendo al fin o propósito querido por su fundador o por tradición legítima, se
halla bajo la dirección de clérigos, asume el ejercicio del orden sagrado y está reconocido como tal
por la autoridad de la Iglesia».
Dado que el canon en cuestión sigue en vigor y no está derogado (cf. canon 20) ni en todo ni en parte1,
podría decirse que ---más que una derogación--- el legislador ha concedido una dispensa del requisito
del sacerdocio exigido por el canon 588 § 2 CIC, para asumir el gobierno en un Instituto clerical.
Con este rescripto, el Papa ha concedido a la DIVCSVA «la facultad de autorizar, discrecionalmente y en
casos individuales, a los miembros no clérigos para que pueda conferírseles el oficio de Superior mayor
en los Institutos religiosos clericales de vida apostólica de derecho pontificio ... en derogación del can.
588 §2 CIC y del derecho propio del Instituto de vida consagrada, ... sin perjuicio del canon 134 §1».
El hecho de que se trate de una dispensa de la observancia de una ley y no de su abrogación queda
confirmado por la disposición según la cual esta facultad (concedida a la DIVCSVA) deberá ser usada
«discrecionalmente» y «en casos individuales».
La ley por la que se contempla la posibilidad de derogación (o excepción) es o bien el canon 588 §2
CIC, o bien la ley propia (los Constituciones y los Reglamentos Generales) de un Instituto.
La derogación se refiere a la facultad concedida a la CIVCSVA de autorizar la atribución del cargo de
«Superior mayor» a miembros del Instituto («socios») que no sean clérigos.
Son Superiores mayores «aquellos que gobiernan todo el instituto, una provincia de éste u otra parte
equiparada a la misma, o una casa autónoma, así como sus vicarios» (can. 620).
La dispensa no afecta al canon 134 § 1, que identifica quiénes son los «Ordinarios» en la Iglesia: el
Romano Pontífice, los Obispos diocesanos y todos aquellos que, aun interinamente, han sido nom-
brados para regir una Iglesia particular o una comunidad a ella equiparada, los Vicarios generales y
episcopales; «así también, respecto a sus miembros, los Superiores mayores de institutos religiosos
clericales de derecho pontificio... que tienen, al menos, potestad ejecutiva ordinaria».
1 V. DE PAOLIS – A. D’AURIA, Le norme generali, Roma 2014, p. 172: La abrogación se produce cuando
la ley es simplemente anulada en su valor jurídico; la derogación, en cambio, se produce cuando la ley es
anulada solo parcialmente».

7.8 Page 68

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El Dicasterio para los textos legislativos respondió negativamente a la pregunta «si el Superior Mayor
no clérigo es Ordinario para sus propios miembros».
A la pregunta posterior sobre «quién ejerce para súbditos del Superior Mayor no clérigo las faculta-
des que el Código de Derecho Canónico atribuye al Ordinario», el Dicasterio respondió que
«si un Instituto pretende acogerse a la facultad concedida por el Rescriptum y pretende
nombrar o elegir un Superior Mayor no clérigo, deberá prever en su propio derecho quién
es competente para ejercer las facultades atribuidas al Superior mayor/Ordinario, durante
munere del Superior mayor laico (por ejemplo, podría indicarse el Vicario sacerdote). Estas
normas, por supuesto, serán aprobadas en conformidad con los cc. 587 [modificación de las
Constituciones y aprobación de la Santa Sede] y 631 §1 [deber del Capítulo General], a no
ser que el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apo-
stólica emita disposiciones diferentes»2.
La cuestión del Superior mayor no Ordinario
La respuesta del Dicasterio para los textos legislativos confirma que el Superior mayor (el Rector
Mayor o el Inspector, en nuestro caso, y sus respectivos vicarios) que no es clérigo, no es Ordinario
para sus propios miembros.
En tal caso, el Instituto debe establecer en sus propias Constituciones quién ejercerá las facultades
atribuidas al Ordinario por el Código de Derecho Canónico.
A modo de ejemplo, se indican algunas facultades propias del Ordinario:
1. Puede dispensar de leyes invalidantes o inhabilitantes en duda de hecho (c. 14)
2. Puede conceder una gracia (c. 65 § 1)
3. Puede dispensar válidamente de las leyes disciplinares, tanto universales como particulares, cuan-
do el recurso a la Santa Sede es difícil y, al mismo tiempo, hay peligro de grave daño (c. 87 § 2).
4. Es capaz de la potestad de gobierno, llamada también potestad de jurisdicción, propia de los que
están sellados por el orden sagrado (can. 129 §1)
5. Tiene potestad eclesiástica de gobierno tanto para el foro externo como para el foro interno (c. 596 § 2).
6. Restringe o quita completamente a los presbíteros y diáconos la licencia para predicar (c. 764).
7. Concede licencia para predicar a los religiosos (c. 765)
8. Tiene la facultad de oír confesiones de sus súbditos o de aquellos que moran día y noche en su
casa (968 §2)
9. Tiene competencia para otorgar a cualesquiera presbíteros la facultad de oír confesiones de sus
súbditos y de aquellos que moran día y noche en la casa (c. 969 §2)
10. Puede revocar la facultad de oír habitualmente confesiones (c. 974 §1)
11. Puede dar las dimisorias para sus súbditos para el diaconado y para el presbiterado y el (c. 1019 § 1).
12. Puede dispensar de las irregularidades e impedimentos no reservados a la Santa Sede (c. 1047 §4)
13. Bendice los lugares sagrados (c. 1207)
14. Inicia una investigación preliminar cuando tiene una noticia de un delito (c. 1717 § 1).
2 DICASTERO PER I TESTI LEGISLATIVI, Risposta al Procuratore generale della Società di San Francesco di
Sales, Città del Vaticano 10 agosto 2022 (Prot. n. 17795/2022).
68 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

7.9 Page 69

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15. Decide si se puede ponerse en marcha el proceso para infligir o declarar una pena, y si es conve-
niente (c. 1718 §1, 1-2).
16. Cita en juicio al imputado y emite el decreto extrajudicial de absolución o de condena.
El Superior local
La excepción del c. 588 § 2 no se refiere solo al nombramiento (o elección) del Superior mayor no
clérigo, sino también al nombramiento del Superior local. En este caso, el Moderador supremo con
el consentimiento de su Consejo (no, por tanto, de la DIVCSVA) puede nombrar Superior local a un
miembro no clérigo («socio»).
Entrada en vigor del Rescripto
Entró en vigor el 18 de mayo de 2022. Los Institutos que deseen acogerse a la posibilidad de nom-
brar a un religioso no clérigo como Superior mayor tendrán que identificar a quién se atribuirán las
facultades del Superior mayor Ordinario. Esto supone ---como indica el Dicasterio para los Textos
Legislativos--- un cambio en el derecho propio, es decir, en el texto constitucional.
Por lo que se refiere al nombramiento del Superior local, sin embargo, el rescripto permite desde
ahora una derogación tanto del can. 588 §2 CIC, como del derecho propio. Por lo tanto, es inmedia-
tamente operativo.
La posición de cada uno de los Institutos ante la posibilidad ofrecida por el Rescripto
El Rescripto introduce una posibilidad de derogación, no una obligación.
Con respecto al nombramiento de un «socio no clérigo» como Superior local, la responsabilidad re-
cae en el Moderador supremo, con el consentimiento de su consejo. Puede o no hacer uso de esta
posibilidad.
Esto requiere una delicada operación de discernimiento para cada Instituto, a partir de los elemen-
tos constitutivos de su propio «patrimonio espiritual»:
El Código de Derecho Canónico define el patrimonio espiritual de un Instituto de la siguiente manera:
«Todos han de observar con fidelidad la mente y propósitos de los fundadores, corroborados
por la autoridad eclesiástica competente, acerca de la naturaleza, fin, espíritu y carácter de
cada instituto, así como también sus sanas tradiciones, todo lo cual constituye el patrimonio
del instituto» (c. 578).
Tal operación de discernimiento es un ejercicio legítimo de la autonomía:
«Se reconoce a cada uno de los institutos una justa autonomía de vida, sobre todo en el
gobierno, de manera que dispongan de su propia disciplina dentro de la Iglesia, y puedan
conservar íntegro el patrimonio propio de que trata el c. 578» (c. 586 §1).
Corresponde al Capítulo general «sobre todo defender el patrimonio del instituto del que trata el c.
578 y procurar la acomodación y renovación de acuerdo con el mismo» (c. 631 § 1 CIC).
69

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8.1 Page 71

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Rescriptum ex audientia de 18 de mayo de 2022
Relectura carismática salesiana
La cuestión relativa a la posibilidad de que un religioso no clérigo sea nombrado Superior local no
es nueva en nuestra Congregación. Fue ampliamente reflexionada en el Capítulo General Especial,
en el CG21 que tenía entre sus temas «El Salesiano Coadjutor», y en el CG22 que formuló el artículo
121 de las Constituciones. El CG25 también hizo referencia a ello.
Sobre este argumento también se han pronunciado los Rectores Mayores, en particular, don Luigi
Ricceri, don Egidio Viganò y don Juan Edmundo Vecchi.
1 - El Capítulo General 21 (1978)
El CG21 dedica un Documento entero (n. 2) al «Salesiano Coadjutor». dentro del cual se coloca
explícitamente el tema: «El Servicio del Superior salesiano y el Salesiano Coadjutor» (nn. 199-205).
Aquí se exponen los puntos principales, pero todo el Documento merece ser leído en su integridad.
El problema
«Después de un siglo de pacífica y universal tradición respecto a la exigencia del carácter sacerdotal
para aquellos que deben guiar y animar las comunidades salesianas, ha surgido en la Congregación,
en unas zonas más que en otras, la cuestión sobre la posibilidad de acceso del SC [Salesiano Coadju-
tor] al servicio de superior. [...]
No se trata, evidentemente, de una cuestión únicamente jurídica, ni sociológica, o de algo que per-
tenezca de modo genérico a la vida religiosa en la Iglesia. Se trata de una realidad eclesial religiosa
especifica, esto es, “salesiana”. Se refiere, en efecto, a un determinado modo de vida de la comu-
nidad salesiana, iniciado y estructurado por Don Bosco, vivido en la Iglesia y por ella aprobado, en
orden al desarrollo de la misión concreta que el Espíritu Santo confió a nuestro Fundador y Padre».
La reflexión y las deliberaciones del CGE
«La cuestión había sido fuertemente sentida en el CGE (1971), que tenía el cometido de reflexionar
sobre la identidad de la Congregación salesiana con miras a la revisión de las Constituciones. [...]
El problema del sacerdocio como condición para la función de superior salesiano fue afrontado
especialmente en el estudio sobre «I corresponsabili della nostra missione»; se discutió a fondo,
pues se trataba de una cosa que afectaba a las raíces del espíritu y de la vida salesiana, tanto dentro
de la misma comunidad, como respecto al método pastoral propio de nuestra mission.
El CGE concluyó su dictamen con la decisión que posteriormente pasó a formar parte del nuevo
texto de las Constituciones: «Según nuestra tradición, para esta labor apostólica, la comunidad sale-
siana tiene como guía a un socio que, por el sacramento del orden y la experiencia pastoral, puede
orientar el espíritu y la acción de sus hermanos».
El Congreso Mundial Salesiano Coadjutor (1975)

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«[...] En su discurso de clausura, el Rector Mayor don Luis Ricceri, al tiempo que manifestaba su
propósito de mandar estudiar posteriormente temas de tanta importancia, declaró: “Frente a este
delicado problema yo veo que la conciencia de la Congregación ha respondido hasta ahora a través
de los pronunciamientos expresados formalmente en el CGE, donde el problema ha sido planteado
y estudiado, y oficialmente sancionado en las Constituciones”.
Y hacía notar que, para un eventual cambio al respecto sería necesario esclarecer si se trata de un
elemento “sustancial” o no, de nuestro carisma. A tal fin, recordó tres condiciones que se deben
tener presentes, cuando se quiere esclarecer este punto, u otro cualquiera, relativo al carisma fun-
dacional:
- la voluntad explicita y verificable del Fundador,
- la unión íntima de tal elemento con la misión,
- la declaración formal de la Iglesia.
Teniendo presentes esos criterios, hay que admitir que los estudios hechos, especialmente en los
últimos años, sobre el problema, no manifiestan una clara posibilidad del cambio propuesto».
El CG21
«Al principio de los trabajos el cardenal Secretario de Estado de Su Santidad, en nombre del papa
Pablo VI, mandó al Rector Mayor don Luis Ricceri una carta «de exhortación y orientación para los
religiosos capitulares. En dicha carta el cardenal Villot se refiere directamente a nuestro tema con
las siguientes palabras: “Por último, mirando con confianza la creciente floración organizativa de la
Familia Salesiana, el Vicario de Cristo hace votos para que el Instituto se mantenga fiel a su proyecto
constitutivo también en cuanto a la figura y función del Director, de modo que este, avalado por los
carismas de la ordenación sacerdotal, pueda guiar con sabiduría eclesial las distintas crecientes pro-
mociones de cuantos desean militar bajo la guía y el espíritu de San Juan Bosco”. [...]
El CG21, consciente de la propia responsabilidad, ha estudiado largamente la realidad del SC y ha de-
lineado con amplitud la figura del Superior salesiano, para poner de relieve, sobre todo, su función
de animador espiritual de la comunidad y guía pastoral de nuestra misión salesiana.
Por consiguiente [...], el Capítulo ha decidido mantener, en concordancia can la voluntad del Papa, la
tradición salesiana hecha norma por el CGE en el artículo 35 de las Constituciones: “La comunidad
salesiana tiene como guía a un socio que, por el sacramento del orden y la experiencia pastoral,
puede orientar el espíritu y la acción de sus Hermanos”».
2 - El Capítulo General 22 y la redacción de las Constituciones (1984)
Artículo 121 de las Constituciones
La larga y articulada reflexión iniciada en 1970 por el Capítulo General Especial, continuada de ma-
nera específica en el CG21, desemboca en el CG22 que formula en un artículo (n. 121) la síntesis de
este camino.
El artículo se encuentra en el capítulo décimo de las Constituciones, titulado «Principios y criterios
generales». En él se describe la «naturaleza del servicio de la autoridad». En él se lee:
72 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

8.3 Page 73

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«La autoridad, en la Congregación, se ejerce en nombre y a imitación de Cristo como servicio
a los hermanos, según el espíritu de Don Bosco, para buscar y cumplir la voluntad del Padre.
Este servicio se ordena a promover la caridad, a coordinar el esfuerzo de todos, a animar,
orientar, decidir y corregir, con el fin de que se realice nuestra misión.
De acuerdo con nuestra tradición, las comunidades tienen como guía a un socio sacerdote
que, por la gracia del ministerio presbiteral y la experiencia pastoral, sostiene y orienta el
espíritu y la acción de los hermanos.
Como indica el derecho, está obligado a emitir la profesión de fe».
La guía de lectura de las Constituciones Salesianas
El comentario al artículo 121 en el volumen «El Proyecto de Vida de los Salesianos de Don Bosco»
(pp. 960-965), da las razones de esta elección.
«El texto explicita un aspecto de la forma de nuestra Sociedad, indicado por el artículo 4. Se
basa en la tradición salesiana, que se remonta al Fundador y que se ha mantenido ininter-
rumpidamente hasta nuestros días; más aún, ha sido confirmada explícitamente por los tres
últimos Capítulos Generales, que hicieron la revisión posconciliar de nuestras Constituciones».
Tras una extensa cita del CG 21, el texto continúa:
«Es un hecho que la comunidad salesiana se construyó en torno a Don Bosco, primer director
del Oratorio, quien dio a la figura del superior toda la impronta de la paternidad derivada de
su ministerio de sacerdote. Incluso después de que la Sede Apostólica impuso que el supe-
rior de una comunidad religiosa no fuera confesor habitual de sus hermanos, los sucesores
de Don Bosco no se han cansado de señalar en el director salesiano al verdadero pastor y
director de espíritu de salesianos y jóvenes, según la mente del Fundador [...].
El superior salesiano no es, fundamentalmente, un administrador ni un organizador, gerente
de una obra o constructor...; es, por encima de todo, guía de una comunidad que tiene enco-
mendada una misión pastoral concreta; es, de algún modo, el educador espiritual del grupo de
educadores, el pastor del grupo de pastores, el animador de su espíritu, el que orienta la acción
misionera de sus hermanos —sacerdotes y laicos—, considerada en todos sus aspectos.
De esa forma se comprende el significado de que sea un socio sacerdote quien desempeñe
este servicio y por qué lo quiso así Don Bosco. El sacramento del Orden le confiere capacidad
radical para ello, la experiencia pastoral le da capacidad práctica. Su modelo es Don Bosco,
sacerdote-educador, superior y pastor, director espiritual de la comunidad de Valdocco, de
sus hermanos».
3 - El Capítulo General 25 (2002)
Al reflexionar sobre la «comunidad salesiana hoy» el CG25 dedica especial atención al «director
animador de la comunidad».
73

8.4 Page 74

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Entre las orientaciones operativas (n. 64) hay una que se refiere al carácter sacerdotal, citando un
discurso de don Juan Vecchi sobre la Espiritualidad salesiana:
«El director, según el modelo de Don Bosco, sea “una figura paterna, afectuosa y de autoridad al
mismo tiempo… Profundamente marcado por el carácter sacerdotal, lo traduce cotidianamente en
el ministerio de la palabra, de la santificación y de la animación».
4 - Las intervenciones de los Rectores Mayores
Las intervenciones de los Rectores Mayores sobre el tema se concentran principalmente en el pe-
riodo 1970-1984, que es el periodo en el que se reformularon las Constituciones a la luz del Concilio
Vaticano II y del Magisterio posconciliar.
Don Luis Ricceri (1975)
En el discurso de clausura del Congreso Mundial de los Salesianos Coadjutores afirmaba:
«A mí me parece que se está tocando en vivo algo constitutivo inherente a la naturaleza de
nuestro tipo de comunidad religiosa... Ante una posible duda sobre la pertenencia de un
determinado elemento a la misma forma constitutiva de nuestra Congregación, no se puede
proceder a cambiar por razones de «posibilidad genérica», porque al hacerlo, en el caso del
Director, sin razones graves objetivamente probadas, correríamos el riesgo de prescindir de
una elección explícita del Fundador, con la consecuencia de empobrecer a la Congregación y
a toda la Familia Salesiana de un valor orientativo radical; y haciendo esto haríamos, a largo
plazo, menos auténticamente salesianos los miembros de nuestra Familia, y por tanto la figu-
ra misma del Salesiano Coadjutor que queremos promover» (ACMSC р. 579).
Don Egidio Viganò. Intervención en el CG21 (1978)
El 24 de enero de 1978, durante el CG21, hace una larga intervención en la Asamblea Capitular sobre
el tema «La participación en la vida y en el gobierno de la Congregación» (nn. 212-239).
«Permítanme ir directamente al meollo de la cuestión. Todos, espero, estamos más que de
acuerdo en la importancia del Salesiano Coadjutor y en la necesidad de su promoción. Pero
no es ésta estrictamente la cuestión que nos tiene un poco en vilo: es claramente otra, aun-
que relacionada, de hecho, con ésta.
Ya antes del CGE se había planteado la cuestión: en línea con el proyecto constitutivo sale-
siano, ¿el servicio de la autoridad está o no sustancialmente ligado al ministerio sacerdotal?
En aquel momento la pregunta se planteó como un problema general del ejercicio de la
autoridad en la Congregación a todos los niveles (Director, Inspector, Rector Mayor); ahora,
sin embargo, el ámbito del problema para nosotros se ha limitado al nivel del Director. El en-
foque correcto de este tema nos exige considerar directamente qué tipo de autoridad debe
animar y servir a la comunidad salesiana. [...]
Ahora bien, es un hecho innegable que el Director en la Congregación ha sido siempre un
«sacerdote», y que la figura de tal Director ha tenido, en las preocupaciones de Don Bo-
74 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

8.5 Page 75

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sco, de todos sus sucesores y de los Capítulos Generales, una atención y una importancia
centrales.
El problema planteado nos enfrenta, por tanto, a la posibilidad de un cambio cualitativo en
la vida de la comunidad salesiana. Sería una imprudencia ocultar o subestimar este aspecto:
quien debe proceder a un cambio cualitativo debe conocer con suficiente claridad y profun-
didad los valores, las motivaciones y las consecuencias, con las relativas ventajas e inconve-
nientes».
Don Viganò resume así las posiciones y perspectivas en las que se mueven las diversas posturas
sobre la cuestión:
«La propuesta de un posible “cambio radical” en este campo partía de un diferente modo de
ver la función de la autoridad en la comunidad salesiana:
-para unos, la caridad pastoral de la comunidad salesiana debe ser animada, alimenta-
da y guiada, en virtud del proyecto constitutivo, por un tipo de autoridad enriquecido
por las gracias del ministerio sacerdotal, mucho mejor comprendido y eclesiológic-
amente reactualizado por el Vaticano II, en respuesta a los signos de los tiempos y en
vista de una nueva epoca histórica;
-para otros, el estilo y la actividad de la comunidad salesiana deben saber adaptarse a
los signos de los tiempos percibidos en el vasto proceso de secularización y de sociali-
zación, iluminados también por la eclesiología conciliar del Pueblo de Dios, en el que
emergen los valores igualatorios del Bautismo para la Vida Religiosa y la importancia
del laicado en la Iglesia. Según esto, el tipo de autoridad salesiana exigido por los tiem-
pos nuevos no debería ya estar vinculado necesariamente al ministerio sacerdotal.
«En estas dos posiciones se fueron reuniendo, ya en el CGE, los argumentos pertinentes. Que
son varios: de tipo eclesiológico-religioso, de tipo sociocultural, de tipo psicológico, de tipo
de perspectiva, de tipo histórico-salesiano. En los diversos encuentros de discusión poste-
riores al CGE se han venido repitiendo, más o menos, los mismos argumentos, sin ulteriores
progresos sustanciales, y a veces perdiendo la serenidad del dialogo».
La perspectiva desde la que don Viganò se propone iluminar la cuestión está estrechamente ligada
al carisma salesiano. Lo llama «un problema específico de los Salesianos de Don Bosco»:
«A estas alturas debería estar ya claro que no nos encontramos frente a un tema «genérico»
de teología del Sacerdocio o de teología de la Vida Religiosa, sino de una bien precisa y con-
creta «experiencia carismática »: la de la Sociedad de San Francisco de Sales, iniciada por
Don Bosco y desarrollada en su espíritu.
En este campo de realidad vivida es donde debemos colocarnos para argumentar con vali-
dez. ¿Cuáles son los elementos de la “índole propia” de nuestro Instituto? ¿Cuándo viene
considerado un determinado elemento como “sustancialmente” propio de nuestra índole
fundacional?
El adverbio “sustancialmente”, perdonad la observación, se ha de entender en “sentido técn-
ico” semejante al usado en teología para la “sustancia” de un Sacramento; la cual depende
de la libre determinación de la voluntad del Fundador, más que de exigencias ideológicas o
75

8.6 Page 76

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de argumentos abstractos y genéricos. No nos encontramos frente a un problema doctrinal
de “esencia metafísica”, sino frente a la determinación concreta de una pedagogía histórica,
que no se deduce, por razonamiento, de la naturaleza misma de las cosas, sino de la voluntad
del Fundador que ha estructurado aquel determinado proyecto pedagógico-pastoral. En la
Vida Religiosa hay muchísimos Institutos, cada uno con su proyecto constitutivo, según una
pluriformidad de carismas realmente admirable. En efecto, el estado religioso “no es inter-
medio entre el de los clérigos y el de los laicos”, sino que de uno y otro algunos cristianos son
llamados por Dios para poseer un don particular en la vida de la Iglesia (cf. LG 43); por eso se
da, de hecho, en la Vida Religiosa una variadísima gama de tipos de autoridad, que van desde
la inclusión constitucional del ministerio sacerdotal, hasta su indiferencia, su imposibilidad
e, incluso, su exclusión».
Don Viganò vuelve sobre el tema en 1982 en su carta La animación del Director Salesiano (ACG 306).
Escribe:
«Queridos Directores,
¡Cuántas veces he pensado en este asunto! De un modo llano y familiar, a vosotros que sois
colegas míos en el servicio de la autoridad salesiana, os presento algunas reflexiones que
considero muy importantes. Se trata de un aspecto fundamental del superior salesiano, se-
gún una modalidad muy propia de nuestra tradición: la animación del Director en la Comuni-
dad Salesiana debe ser un ejercicio del ministerio sacerdotal [la cursiva es del texto].
Una primera premisa.
En primer lugar, ¿por qué en la tradición salesiana es sacerdote el director? ¿Qué supone en
la práctica tal aspecto?
Es un hecho vivido por Don Bosco y experimentado en la vida de la Congregación. No deriva
de exigencias eclesiales o sociales; lo hace de una experiencia carismática. [...]
Los dos últimos Capítulos Generales tocaron explícitamente este aspecto, como elemento
propio de nuestra peculiar índole carismática. El papa Pablo VI, con una carta de su Secreta-
rio de Estado ---al inicio de la CG21---, nos invitó a conservar esta disposición de las Constitu-
ciones por ser una característica de nuestro carisma. Nos dijo: Que el director, «enriquecido
con los carismas de la ordenación sacerdotal, puede guiar con sabiduría eclesial las diversas
y crecientes filas de cuantos se proponen militar bajo la guía y el espíritu de san Juan Bosco».
No hacemos afirmaciones doctrinales que se pueden aplicar a cualquier instituto religioso:
nuestro carisma nació así y así ha crecido.
Don Viganò articula su reflexión en tres puntos. En primer lugar, el Director es portador de una con-
sagración a dedicación plena:
Don Bosco fue sacerdote en el altar, en el púlpito, en el confesionario, en el patio, en la calle,
en las vicisitudes políticas, con los ministros, en el uso de los medios de comunicación, en los
sectores culturales: siempre y en todas partes.
El director debe saber imitarlo, a pesar de los cambios eclesiales producidos en el ejercicio
del ministerio sacerdotal. [...]
76 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

8.7 Page 77

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En la conciencia explícita de un director salesiano debe brillar con clara y en primer puesto
esta convicción: «el servicio a que he sido llamado en favor de los hermanos de mi comuni-
dad y de la Familia Salesiana local es un tipo de ministerio sacerdotal que se origina y nutre
en la gracia y en los carismas pastorales del sacramento del Orden.
En segundo lugar, el director es testigo de la trascendencia de Cristo mediador:
Aquí viene inmediatamente a la mente cuál debe ser el anhelo de un sacerdote, según lo
vivió Don Bosco, quien lo expresión en un lema pastoral tan elocuente: «Da mihi ánimas,
cétera tolle». El director, el sacerdote debe ser testigo de la trascendencia histórica de Cristo
y agente incansable de su misión; debe saberla cuidar y promoverla en los otros; debe con-
servar en su Comunidad la primacía de lo «pastoral» por encima de y dentro de las restantes
actividades humanas. En consecuencia, debe ser, ante todo, espejo sacramental de Cristo
mediador comprometido a vivir para sus hermanos ---especialmente los jóvenes--- como
«buen pastor».
En tercer lugar, el Director Salesiano es un especialista del «sensus Ecclésiae».
El Vaticano II nos recuerda que el sacerdote es el ministro de la Iglesia, el hombre de comu-
nión, el tejedor y conductor de la comunidad de los creyentes, un corazón que late al unís-
ono con el de la Iglesia ---Cuerpo de Cristo--- que en la historia prosigue la misión entre los
hombres. Por lo tanto, en el ánimo del sacerdote debe vibrar permanentemente el «sensus
Ecclésiae»: de la Iglesia universal y de la particular.
En la tradición salesiana de Don Bosco existe ---como característica siempre cultivada--- gran
sentido de Iglesia universal, traducido en visión pastoral de alcance mundial y lanzado anhelo
misionero. [...]
Como sacerdote no puede prescindir de la vida de conjunto de la Iglesia local en sus diversos
niveles.
En consecuencia, la consagración del Orden lleva al Director a cultivar en sí mismo y en los
otros esa sensibilidad pastoral y a interesarse de un modo concreto por la vida y actividad de
la Iglesia local.
Unida a este «sensus Ecclesiae» existe toda una red de vínculos con el Papa, con los obispos
y con los demás sacerdotes. El Vaticano II describe con razón al sacerdote como inteligente y
creativo «colaborador del obispo». Este aspecto de «colaboración» pastoral es intrínseco a la
misma naturaleza del sacerdocio cristiano. No es algo que se suma a lo que uno decide hacer
por generosidad, no; es una dimensión indispensable, porque ha sido llamado y consagrado
para ejercer el verdadero ministerio sacerdotal de Cristo.
Don Viganò identifica a continuación las incumbencias ministeriales características del director
Salesiano:
En primer lugar, el servicio de la Palabra: Percibir los valores de la revelación de Dios y saber
mostrar su verdad salvífica.
77

8.8 Page 78

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En segundo lugar, el servicio de santificación: liturgia, fuentes de la gracia, superación del
pecado, crecimiento en la caridad.
Finalmente, el servicio de la dirección comunitaria: coordinación pastoral, cuidado de la co-
munión y gobierno espiritual de la Comunidad.
A continuación, trata cada uno de estos rasgos característicos bajo los epígrafes: profeta de la verdad
salvífica, maestro y guía de la santificación, tejedor de comunión eclesial.
Don Juan Edmundo Vecchi
Predicando a los Directores de dos Inspectorías italianas en marzo de 2002, se detiene en el tema
del sacerdocio ligado al oficio de Director salesiano. (cf. Espiritualidad Salesiana, 2000, pp. 129-131).
Hablando de Don Bosco, afirma:
«La paternidad sacerdotal educativa se expresaba en la capacidad de hacer nacer a la voca-
ción salesiana, de ayudarles a crecer en el sentido de la consagración, de hacerles cada vez
más abiertos a la gracia hasta la santidad.
La consecuencia de todo esto es el uso continuo y confiado de los ministerios sacerdotales
en el proceso educativo y en la guía de la comunidad religiosa: el de la palabra, el de la san-
tificación, el de la animación».
El Manual del Director
El pensamiento de Don Bosco, las reflexiones de los Rectores Mayores y de los Capítulos Generales
convergen en las dos ediciones del «Manual del Director», la de 1986 y la de 2020.
El Director Salesiano. Un ministerio para la animación y el gobierno de la comunidad local (1986).
Sobre la complementariedad entre sacerdote salesiano y coadjutor en la comunidad, el Manual
afirma en el n. 67:
«Don Bosco ideó una comunidad que viviera su propia comunión original y un guía pastoral
que estuviera enriquecido con los carismas del sacerdocio ministerial, al objeto de asegurar lo
más posible dicha comunión y alcanzar de forma completa los objetivos de la caridad pastoral.
Dotado en medida nada común ---según don Rinaldi--- de «genialidad creadora», determinó
la exigencia de que en su comunidad estuvieran presentes el salesiano coadjutor y el sale-
siano presbítero comunidad con funciones complementarias e incumbencias igualmente im-
portantes. Es un don del Señor. Creó dos formas de una única vocación con modos caracterís-
ticos de ser en el pensar, en el testimoniar, en el actuar y en el influir en el estilo religioso y
apostólico de la comunidad. [...]
No se trata únicamente de comunión fraterna. Se trata, sobre todo, de mutua referencia de
dos elementos sacerdotal y laical. Uno y otro se compenetran desde dentro, con una dosis
armónica, para hacer real «la genial modernidad y la misión común que constituyen la índole
propia de nuestra Congregación religiosa».
78 Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes

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Dialogando idealmente con el Director salesiano, el Manual prosigue en el capítulo titulado «Una
guía que pone al servicio de los hermanos la función del ministerio presbiteral», en el nº 68:
«La comunidad, desprovista de tu ministerio, no podría ser ella misma, según la idea original
que Don Bosco tuvo de su Congregación. Existe al máximo de sus posibilidades, como sale-
siana, cuando en ella y para ella haces presente hoy a Cristo como cabeza que infunde vida
y como siervo que da la suya».
Animación y gobierno de la comunidad. El servicio del Director Salesiano (2020)
Después de 34 años, la nueva edición del Manual del Director dedica un capítulo entero al «Carácter
presbiteral del Director Salesiano» (nn. 44-46). El texto retoma las afirmaciones de las Constitu-
ciones y de los Capítulos Generales, comenzando por el Capítulo General Especial. Comentando el
artículo 121 de las Constituciones, el texto observa:
No se trata de la categoría canónica (Instituto clerical) ni de la distribución de competencias
y roles en el servicio de la autoridad; y mucho menos se trata de clasificar a los salesianos en
categorías. Se está refiriendo al modo de vivir la comunidad fundada por Don Bosco, que con
su paternidad sacerdotal unió a sus hijos en el proyecto común, que es la base de nuestra
vida salesiana.
Siguiendo el ejemplo dejado por Don Bosco, las comunidades están guiadas por salesianos
presbíteros. La celebración de los sacramentos ha marcado profundamente la animación
espiritual mediante la que Don Bosco ha formado y guiado a sus hermanos, y esto se ha con-
vertido en parte del patrimonio carismático que se nos ha transmitido, mantenido por sus
sucesores y comunidades.
Recordar los textos fundamentales de la reflexión que nuestra Congregación ha hecho sobre la iden-
tidad sacerdotal del Superior local, nos permite señalar algunos elementos fundamentales:
-Nos encontramos ante una riquísima doctrina salesiana sobre la figura del Director. La pro-
funda continuidad entre el dato original (las intenciones de Don Bosco), la tradición sale-
siana, la relectura posconciliar del carisma y las intervenciones de los Rectores Mayores, ha
desembocado en la redacción del art. 121 de las Constituciones y ha sido reafirmada recien-
temente en la edición 2020 del Manual del Director.
-El carácter sacerdotal propio del Director Salesiano no se refiere a cuestiones canónicas o
sociológicas, sino carismáticas.
-Los cuidados análisis madurados en el arco de cincuenta años permiten afirmar que la iden-
tidad sacerdotal del Director salesiano forma parte del «patrimonio espiritual» de nuestro
Instituto.
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