SOCIETA’ DI SAN FRANCESCO DI SALES
Sede Centrale Salesiana
Via Marsala 42 - 00185 Roma
Discurso del Vicario del Rector Mayor
Don Stefano Martoglio
en la apertura del CG 29
Una palabra de saludo y de bienvenida
Reverendísima sor Simona Brambilla,
Prefecta del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica
Excelentísimos Arzobispos y Obispos salesianos
Queridísima Madre Chiara Cazzuola,
Superiora General del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora
Queridos Responsables de los Grupos de la Familia Salesiana,
Señor Alcalde y estimadas Autoridades civiles
de la Ciudad de Turín y de la Región del Piamonte
Autoridades militares
En nombre de todos los Capitulares, quisiera agradecer vuestra presencia y disponibilidad, con la que habéis querido acompañar significativamente el día de la apertura oficial del 29º Capítulo General de la Sociedad de San Francisco de Sales (Salesianos de Don Bosco).
Sentirse apoyados por cada uno de vosotros nos honra y nos recuerda la responsabilidad que tenemos ante la Iglesia, la Familia Salesiana y, especialmente, ante la Congregación de Don Bosco. Todo esto nos anima a iniciar el trabajo con una mirada profética y llena de esperanza.
Al mismo tiempo, doy la bienvenida oficial a los Hermanos Capitulares provenientes de todas las circunscripciones jurídicas de la Congregación: inspectores, superiores de las Visitadurías, delegados inspectoriales, observadores e invitados.
Cada uno de vosotros es esencial. A la luz de la visión de fe que cada uno lleva en el corazón, somos conscientes de un hecho: es el Señor quien nos ha reunido aquí, a través de los “misteriosos” caminos de la Providencia, para vivir un acontecimiento muy importante. Lo confirman las palabras del mismo Don Bosco, pronunciadas con ocasión del primer Capítulo General de nuestra Congregación: «Emprendemos una obra de la mayor importancia para nuestra Congregación»1.
Pues bien, hoy también nosotros estamos llamados a una tarea muy especial y lo que surgirá de la escucha del Espíritu, como fruto de nuestro CG29, será de la mayor importancia para nuestra Congregación. Todos lo creemos profundamente.
La buena disposición de todos será sin duda decisiva para los frutos de esta asamblea capitular.
1. El CG29 de la Sociedad de San Francisco de Sales
Don Bosco convocó el primer Capítulo General el 5 de septiembre de 1877 en Lanzo Torinese. Los participantes eran veintitrés y el Capítulo duró tres días enteros.
Siguieron otros Capítulos Generales, algunos de ellos aquí mismo en Valdocco. No es, pues, indiferente celebrar el Capítulo General en un lugar u otro. Ciertamente, en la “cuna del carisma” tenemos la oportunidad de redescubrir nuestros orígenes y encontrar la originalidad que constituye el corazón de nuestra identidad de consagrados y apóstoles de los jóvenes.
Nos encomendamos, pues, al Señor y a su Espíritu Santo que sigue asistiendo a nuestra Congregación. Nos dejamos tomar de la mano por María Auxiliadora, que «sigue haciéndolo todo», escuchando la llamada que Don Bosco nos dirige en este santo lugar salesiano.
En la apertura del primer Capítulo General, Don Bosco dijo a nuestros hermanos: «Dice el Salvador en el santo Evangelio que donde están dos o tres congregados en su nombre, allí se encuentra él mismo en medio de ellos. En estas reuniones no tenemos otro fin que la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas redimidas con la preciosa Sangre de Jesucristo»2. Por tanto, podemos estar seguros de que el Señor estará entre nosotros y que conducirá las cosas de tal manera que todos se sientan cómodos.
Con la misma convicción y con la misma mirada de fe he querido subrayar las palabras de Don Bosco: son expresiones que nos superan y nos recuerdan la continuidad de la visión y del camino en la fidelidad a Dios y a Don Bosco.
Leemos en nuestras Constituciones: «El Capítulo General es el signo principal de la unidad de la Congregación dentro de su diversidad. Es la reunión fraterna donde los Salesianos reflexionan comunitariamente para mantenerse fieles al Evangelio y al carisma del Fundador, y sensibles a las necesidades de los tiempos y los lugares.
Por medio del Capítulo General, toda la Sociedad, dejándose guiar por el Espíritu del Señor, se esfuerza por conocer en un determinado momento de la historia la voluntad de Dios, para servir mejor a la Iglesia»3. Esto es lo que estamos llamados a vivir.
Queremos y debemos afrontar con este espíritu de fe la importante tarea que toda la Congregación nos confía en este CG29.
Tema y objetivo del CG29
El Rector Mayor, don Ángel Fernández Artime, con carta fechada el 24 de septiembre de 2023, convocó el 29º Capítulo General, haciendo notar que el tema elegido había sido identificado por el Consejo General, después de una oportuna y amplia consulta a las inspectorías de todo el mundo, recibiendo de estas una gran cantidad de aportaciones.
A pesar de la aceleración de los tiempos de convocación y de preparación, el Rector Mayor constataba la profunda motivación y el gran compromiso de toda la Congregación en este proceso.
Ha sido un “quinquenio” imprevisto e impredecible por todas las cosas que han sucedido, el agradecimiento de corazón va para los hermanos del Consejo y para todos vosotros por haber sabido afrontar lo que ha sucedido en estos años y que nos ha traído aquí.
El tema de reflexión, que todos conocemos, que hemos preparado en los capítulos inspectoriales y que estamos llamados a profundizar en estas semanas, es el siguiente:
«Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes»
Para una vivencia fiel y profética de nuestra vocación salesiana
y se divide en tres núcleos:
- Animación y cuidado de la verdadera vida de cada salesiano.
- Juntos, Salesianos, Familia Salesiana y laicos, “con” y “para” los jóvenes
- Una valiente revisión y replanificación del gobierno de la Congregación a todos los niveles.
En el tema propuesto son evidentes la centralidad y la primacía de Dios, en quien encontramos la energía y la motivación para la entrega a la misión juvenil, junto a los miembros de la Familia Salesiana, a los laicos y a los mismos jóvenes.
Incluso la referencia a la revisión de nuestro modelo de gobierno no es yuxtapuesta, sino que forma parte del camino que, en fidelidad a nuestra tradición y con la mirada abierta al futuro, nos permitirá actuar mejor en el campo de nuestra misión de educadores y pastores. Un punto importante y valiente de obediencia a la realidad.
Finalmente, el subtítulo recoge la preocupación actual, tanto en la vida religiosa en general como en nuestra vida consagrada en particular, de la característica específica de la vida religiosa que se configura como “profética”. El camino que la Iglesia está recorriendo bajo la guía del papa Francisco nos anima a ser fieles a Dios y proféticos en nuestras aperturas a las pobrezas del mundo, según el corazón de Don Bosco.
Como se ha mencionado, este es el resultado del trabajo realizado por el Consejo General en armonía y sinergia con la respuesta rica y convergente recibida de las inspectorías en la consulta del verano de 2023.
2.1. Motivo para la elección del tema
Con el tema propuesto para el CG29 creemos que la Congregación puede poner de relieve concretamente los esfuerzos y las carencias que, en lugar de lanzarnos adelante en el camino de la fidelidad al Señor y en el testimonio profético de nuestra vida, nos frenan, nos limitan, nos hacen o pueden hacernos incapaces de aprovechar las múltiples oportunidades que presenta el contexto actual.
En la vida de la mayoría de los hermanos, de las inspectorías y de la Congregación hay muchas cosas positivas, pero esto no basta y no puede servir de "consuelo", porque el grito del mundo, las grandes y nuevas pobrezas, la lucha cotidiana de tantas personas –no solo pobres, sino también sencillas y trabajadoras– se alza fuerte como una llamada de ayuda. Son, todas, preguntas que deben provocarnos y sacudirnos y no dejarnos tranquilos. Son, todas, preguntas que requieren de nosotros respuestas personales e institucionales.
Con la ayuda de las inspectorías a través de la consulta, creemos haber identificado por una parte los principales motivos de preocupación y por otra los signos de vitalidad de nuestra Congregación, expresados siempre con los rasgos culturales específicos de cada contexto.
Durante el Capítulo nos proponemos centrarnos en lo que significa para nosotros ser verdaderamente Salesianos apasionados por Jesucristo, porque sin esto ofreceremos buenos servicios, haremos el bien a la gente, ayudaremos, pero no dejaremos una huella profunda. Nuestra identidad como religiosos consagrados es el centro de nuestro estar aquí.
La expresión evangélica: «Jesús llamó a los que él quiso y los envió a predicar» (Mc 3,14-15), dice que Jesús elige y llama a los que él quiere. Estamos entre ellos. El reino de Dios se hace presente y aquellos primeros Doce son un ejemplo y un modelo para nosotros y para nuestras comunidades.
Los Doce son personas comunes, con méritos y defectos; no forman una comunidad de gente pura, ni tampoco un simple grupo de amigos.
En el momento de nuestra profesión, optamos por una verdadera compañía de Jesús, totalmente implicados en una relación de persona a persona. Es precisamente esta implicación con Jesús la que nos impulsa hacia los jóvenes.
La misión de Jesús continúa y se hace visible en el mundo de hoy también a través de nosotros, sus enviados. Somos consagrados para construir grandes espacios de luz para el mundo de hoy, para ser profetas. Hemos sido consagrados por Dios y puestos en el seguimiento de su amado Hijo Jesús, para vivir verdaderamente como conquistados por Dios.
Por tanto, una vez más, lo esencial se juega en la fidelidad de la Congregación al Espíritu Santo, viviendo, con el espíritu de Don Bosco, una vida consagrada salesiana centrada en Jesucristo. Si falta esto –y a veces falta– podremos ofrecer servicios, tener escuelas y centros de formación profesional, oratorios y centros juveniles, casas de acogida para jóvenes..., pero si falta lo esencial, es decir, nuestra pertenencia al Señor Jesús, no honraremos la misión que hemos recibido. Por lo tanto, constantemente vuelve la llamada a la fidelidad a nuestra identidad consagrada.
Diversas voces en la Congregación piden afrontar, redescubriendo, esta realidad de vida consagrada y nuestro modo de vivir en el Señor con y para los jóvenes, sobre todo los más pobres. Es evidente que se quiere y se desea una mayor autenticidad..
Y hay un fuerte deseo y una expectativa de que este sea un Capítulo General valiente, en el que se digan cosas, sin perderse en frases correctas, bien empaquetadas, que no tocan la vida. Hay un fuerte deseo de dar un impulso al futuro de la Congregación.
En general, los hermanos desean una Congregación fiel al Señor y a Don Bosco. En la que todos nosotros, como Salesianos de Don Bosco, viviéramos esta pasión intensa por Dios y por la misión juvenil.
Duele mucho cuando uno no se da cuenta de que no se vive así, cuando hay distintas velocidades en el camino de la entrega y de la radicalidad evangélica y cuando la “gracia de unidad” no se vive en su integralidad, sino que se reduce a intimidad o activismo.
He aquí lo que está en juego en el CG29, provocados también –me atrevo a decir– por el Espíritu de Dios a través de muchas mediaciones, entre ellas, en primer lugar, la del mismo Santo Padre con sus decisiones.
Queridos hermanos, quisiera recordar un aspecto que seguramente muchos de vosotros habréis percibido. Me refiero a la continuidad y armonía con la experiencia del CG28. De hecho, el tema se centra fuertemente en nuestra identidad consagrada salesiana, con un verdadero deseo de crecer en la fidelidad y en el valor profético de nuestra vida, así como en la misión compartida con los laicos y la Familia Salesiana, llevando siempre en el corazón los jóvenes y sus familias, a menudo pobres y probadas.
Hay también continuidad en lo referente a los temas concernientes a la animación y gobierno de la Congregación que no han sido abordados anteriormente. Puedo aseguraros que casi todas las inspectorías han pedido dedicar tiempo en la asamblea capitular –ya que fue imposible en la anterior– para estudiar en profundidad estas situaciones que son esenciales y vitales.
Reanudo el desarrollo de lo dicho hasta ahora en los tres núcleos temáticos.
- Animación y cuidado de la verdadera vida de cada salesiano: como creyentes conquistados por Dios, fijamos nuestra mirada en Jesús y nos consagramos a Él. Esto es custodiado en cada uno de nosotros, todos los días, en el cuidado de la propia vocación y la de los demás, en la fidelidad a Dios y a nosotros mismos.
Es importante ser fieles a Dios, como comunidad, viviendo juntos la experiencia de Dios en una fraternidad sencilla, concreta y evangélica.
Es un camino que acompaña toda nuestra vida y no se interrumpe nunca: desde la formación inicial hasta el encuentro final con el Señor.
Nuestra fraternidad abierta a las pobrezas del mundo nos hace humanos y atentos a todos, empezando por los más pobres y excluidos.
«Reaviva el don de Dios que hay en ti» (2 Tim 1,6)
- Juntos, Salesianos, Familia Salesiana y laicos, “con” y “para” los jóvenes: estamos llamados a completar, en continuidad, los caminos de reflexión del CG28 y crecer en la misión compartida.
La vitalidad apostólica, como la vitalidad espiritual, es un compromiso con los jóvenes, con los chicos, en las más variadas formas de pobreza, por eso no podemos quedarnos en ofrecer solo servicios educativos, el Señor nos llama a educar evangelizando, llevando su presencia y acompañando la vida con oportunidades de futuro.
Estamos llamados a buscar nuevos modelos de presencia, nuevas expresiones del carisma salesiano en nombre de Dios. Esto debe hacerse en comunión con los jóvenes y con el mundo, a través de “una ecología integral”, en la formación de una cultura digital. en los mundos habitados por los jóvenes y por los adultos.
Por tanto, debemos tener cuidado de desarrollar un modelo de bien económicamente sostenible, sin excluir a los pobres.
«Un solo corazón y una sola alma» (Hch 4, 32)
- Una valiente revisión y replanificación del gobierno de la Congregación a todos los niveles: la obediencia a la realidad exige ser concretos, mirar y verificar las formas de animación y gobierno de la Congregación, para evaluar y verificar si son adecuadas para acompañar la vida de las personas –empezando por los Salesianos– y la misión.
La fe nos hace concretos: en los capítulos inspectoriales hemos verificado las estructuras de animación y gobierno de la Congregación; Haremos lo mismo y todavía más en este Capítulo General. Nuestra tarea es desarrollar y realizar reflexiones valientes y con visión de futuro sobre esta actividad. La verificación de la dimensión institucional es la condición concreta de posibilidad de la vida personal y comunitaria, en la misión y en los diferentes contextos.
Todo esto unido a diversas cuestiones jurídicas que hemos abordado en los capítulos inspectoriales y que, como bien sabéis, estamos llamados a retomar y completar como asamblea capitular.
«Y no os amoldéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir cuál es la voluntad de Dios, qué es lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto» (Rom 12,2)
Conclusión
Termino con una última referencia a Don Bosco y a nuestra Madre Auxiliadora.
Nuestro Fundador, consciente de que no todo terminaría con él, sino que seguramente sería solo el comienzo de un largo camino a recorrer, un día de 1875, le dijo a don Giulio Barberis, uno de sus más cercanos colaboradores: «Vosotros completaréis la obra que yo he comenzado; yo hago el
croquis y vosotros le pondréis colores […] yo hago ahora el borrador de la Congregación y dejaré a los que vengan detrás de mí que lo pongan en limpio”4.
Con el CG29 que hoy iniciamos, limpiaremos otras partes del boceto que nos dejó Don Bosco, como se ha hecho siempre en todos los Capítulos Generales de la historia de la Congregación, seguros de que también hoy podemos seguir siendo iluminados por el Espíritu para ser fieles al Señor Jesús en la fidelidad al carisma original, con los rostros, la música y los colores de hoy.
En esta misión no estamos solos. Sabemos y sentimos que la Virgen María es un modelo de fidelidad.
Es bello volver con la mente y el corazón al día de la solemnidad de la Inmaculada Concepción de 1887 cuando, dos meses antes de su muerte, Don Bosco dijo a algunos Salesianos que, conmovidos, lo miraban y lo escuchaban: «Hasta ahora hemos caminado siempre sobre seguro; no podemos equivocarnos: es María quien nos guía...."5.
Aquí está María Auxiliadora, la Virgen de Don Bosco, guiándonos. Ella es Madre de todos nosotros y es Ella quien repite, como en Caná de Galilea en esta hora del CG29: «Cualquier cosa que os diga, hacedla»6.
Que nuestra Madre Auxiliadora nos ilumine y nos guíe, como hizo con Don Bosco, a ser fieles al Señor y a no defraudar nunca a los jóvenes, especialmente a los más necesitados.
Don Bosco recordaba muy a menudo a quienes vivían o venían a Valdocco, a la Casa Madre: si estamos aquí es porque la Virgen nos ha traído aquí.
Todos creemos firmemente en esto, en escuchar el “hacer lo que os diga” de memoria cananea. Y nos encomendamos a esto, abiertos al asombro de la presencia de Dios que tendremos en esta experiencia capitular.
Gracias por vuestra escucha.
Turín, 16 de febrero de 2025
Sac Stefano Martoglio
Vicario del Rector Mayor
1 MB XIII, 250 [MBe XIII, 221].
2 MB XIII, 251 [MBe XIII, 221].
3 Const. 146.
4 MB XI, 309 [MBe XI, 265].
5 MB XVIII, 439 [MBe XVIII, 381].
6 Cf. Jn 2,5.