DIREZIONE GENERALE OPERE DON BOSCO
Via della Pisana 1111 - 00163 Roma
El Consejero general para la formación
Roma, 18 de enero de 2012
Prot. 12/0071
Al Reverendo
Señor Inspector
en su Sede
Al Reverendo
Delegado inspectorial de formación
en su Sede
Objeto: Revisión de la “Ratio” sobre la formación inicial del salesiano coadjutor
Queridos Inspector y Delegado:
Después del estudio realizado por nuestro Sector para la formación, después de la consulta a las Inspectorías y después de la profundización en el Consejo general, el 13 de enero de este año, el Rector Mayor con su Consejo aprobó algunas modificaciones en el texto de la “Ratio” sobre la formación del salesiano coadjutor.
La calidad de la formación es uno de los cuatro elementos necesarios para favorecer la estima y el crecimiento de esta forma laical de nuestra vocación consagrada salesiana. En efecto, además de la formación, el “cuidado y la promoción de la vocación del salesiano coadjutor”, se asegura por medio del conocimiento de su identidad vocacional la visibilidad de su figura y la animación vocacional (Cfr. ACG n. 382, Roma 2003, pp. 29-43).
Una visión nueva sobre la vocación del salesiano coadjutor la ofrece el CG26 en su núcleo tercero, en el que se describe la unicidad de la vocación consagrada salesiana en sus dos formas. Nuevas situaciones nos han de dar además respuestas apropiadas para la formación del salesiano coadjutor. Por esto se han hecho necesarias para toda la Congregación las modificaciones de la “Ratio”, que figuran en este documento y de las que ahora os ofrezco una visión sintética.
1. Visión global del camino formativo
Muchas veces se han apreciado incertidumbres en el camino formativo del salesiano coadjutor; invocando la flexibilidad, resultaba con frecuencia improvisado. Por múltiples motivos vocacionales y formativos se sentía la necesidad de tener una visión de conjunto de ese camino. Dicha visión se ha formulado ahora, teniendo presente que la formación del salesiano, tanto coadjutor como clérigo, es “al mismo tiempo unitaria en los contenidos esenciales y diversificada en sus expresiones concretas” (Const. 100).
En el número 323 del texto revisado se ofrece una presentación global del proceso de formación del salesiano coadjutor. De ese modo se supera la incertidumbre sobre las fases de su formación y se ofrece a nuestros candidatos una visión segura de la formación del salesiano coadjutor, que es igual a las del salesiano clérigo, aunque con sus peculiaridades. Cada Inspectoría deberá después especificar y concretar sus opciones formativas con referencia al Directorio inspectorial - Sección formación.
2. Discernimiento vocacional
Hasta ahora una grave carencia en la metodología formativa la constituía la escasa atención a la realidad del discernimiento vocacional sobre las dos formas de la vocación consagrada salesiana, que se dejaba casi siempre al individuo, sin referirse a criterios objetivos y sin distinguir la aportación al discernimiento mismo de cada una de las fases.
Ahora se da importancia a ese discernimiento: se recomienda ante todo que, después de la presentación durante el prenoviciado de la vida consagrada salesiana en sus dos formas y la presencia de un salesiano coadjutor como formador (n. 345), hagan todos los novicios en el noviciado el discernimiento de la propia vocación salesiana como futuro sacerdote o coadjutor (nn. 371, 384), utilizando y profundizando en las indicaciones de “Criterios y normas” en los números 84-87.
Para el salesiano coadjutor el discernimiento continúa en otros diversos momentos: en el postnoviciado, cuando se trata de señalar su campo futuro de ejercicio de la misión salesiana (n. 417); en la elección de la cualificación profesional que realizar preferiblemente antes del tirocinio (n. 409, 417, 425); en el tirocinio, cuando el salesiano coadjutor es enviado a un ambiente en el que pueda llevar a la práctica la cualificación profesional adquirida (n. 439).
Además durante la preparación a la profesión perpetua se pide a los salesianos clérigos y a los salesianos coadjutores que tomen y revisen todo el camino formativo realizado, para profundizar en las propias motivaciones, también con referencia a la forma vocacional elegida; este discernimiento debe hacerse antes del comienzo de la formación específica, si ésta precede a la profesión perpetua (n. 512).
Finalmente se pide emprender un proceso más serio y más responsable en el caso de cambio de opción vocacional por parte de un salesiano coadjutor, que, en todo caso, debe ser una excepción y que debe cerrarse con una decisión del Rector Mayor. (n. 481).
3. Estudios académicos
Para el salesiano coadjutor se acepta la importancia de los estudios académicos. Estos estudios no son una prolongación inútil del camino formativo con perjuicio de la cualificación profesional. Las bases filosóficas y pedagógicas, como las teológicas y pastorales, son necesarias.
Está previsto para esto un bienio paritario de estudios filosóficos y pedagógicos durante el postnoviciado, o al máximo un trienio; estos estudios ayudan a hacer comprender la cultura contemporánea y a adquirir competencias en la educación (nn. 409, 417. 425).
También la formación específica del salesiano coadjutor, con los estudios teológicos y pastorales, se caracteriza mejor, evitando confundir formación específica y cualificación profesional; se indica la necesidad para todos los salesianos coadjutores de que esta fase se realice en los centros regionales o interregionales aptos para ello (nn. 456, 480).
4. Cualificación profesional
En el pasado reciente la cualificación profesional se ha descuidado con frecuencia, porque no estaba oportunamente programada en el camino formativo. Aun siendo muy importantes para nuestra tradición el mundo del trabajo y la formación profesional, no todos los salesianos coadjutores se sienten inclinados a trabajar en este campo y, por tanto, a adquirir competencias técnicas.
Por otra parte las exigencias de nuestra misión son múltiples; por esto la cualificación en el campo profesional abraza las competencias necesarias para la realización de otros cometidos diferentes como, por ejemplo, además de la formación profesional, también la escuela, la comunicación social, el trabajo social, la administración y la gestión. Esta cualificación debe asegurar una competencia al menos igual a la de un laico que ejerce en la sociedad civil la misma profesión (n. 409).
La cualificación profesional requiere un discernimiento durante el postnoviciado (nn. 409, 417, 425); parece oportuno que se realice si es posible antes del tirocinio (n. 439); puede completarse con una especialización profesional después de la formación específica (nn. 456, 480).
Deseamos que todo pueda contribuir a dar una mayor calidad a la formación de esta forma de la vocación consagrada salesiana.
Que nuestros salesianos coadjutores, el Beato Artémides Zatti, el Venerable Simón Srugi y el Siervo de Dios Esteban Sandor, intercedan por nosotros y nos obtengan de Dios el don de esa preciosa vocación.
Os saludo cordialmente. En Don Bosco.
Don Francesco Cereda
REVISIÓN DE LA “RATIO”
SOBRE LA FORMACIÓN DEL SALESIANO COADJUTOR
Cap. V: EL PROCESO FORMATIVO SALESIANO
310. En todo este camino la experiencia formativa salesiana pide al mismo tiempo una igualdad básica y una diferenciación que respete y promueva la especificidad vocacional: “La formación inicial de los salesianos laicos, de los futuros sacerdotes y de los diáconos permanentes - dicen las Constituciones - tiene ordinariamente un currículo de nivel paritario con las mismas fases y con objetivos y contenidos semejantes. Las distinciones están determinadas por la vocación específica de cada uno, por las dotes y las aptitudes personales y por los cometidos de nuestro apostolado”.1
311. Las Constituciones describen el camino vocacional y formativo del salesiano, que se realiza en fases o momentos sucesivos:
el prenoviciado para profundizar en la opción vocacional y prepararse para el noviciado;
el noviciado como comienzo de la experiencia de vida religiosa;
el periodo de la profesión temporal en sus diversas fases: el inmediato postnoviciado que ayuda a crecer en la integración de fe, cultura y vida; el tirocinio que procura la síntesis personal en la confrontación vital e intensa con la acción salesiana; la formación específica, que completa la formación inicial y que para los seminaristas se prolonga hasta la ordenación presbiteral;
el periodo de preparación a la profesión perpetua que verifica la madurez espiritual exigida por ella y conduce a la entrega definitiva;
la formación permanente que continúa el proceso de maduración hasta el final de la vida.
323.En todas las fases formativas téngase concretamente en consideración la igualdad básica y la diferenciación debida a la especificidad vocacional de cada formando. En particular
en el prenoviciado preséntese la vocación consagrada salesiana y sus dos formas, ministerial y laical, también a través de encuentros con figuras significativas; de este modo el prenovicio puede adquirir un mayor conocimiento y una primera orientación sobre las formas de la vocación salesiana, sin llegar a una decisión a propósito;
en el noviciado cada novicio, bajo la guía del maestro, haga el discernimiento sobre ambas formas de la vocación salesiana, para llegar a la opción de salesiano coadjutor o salesiano presbítero/diácono permanente; este discernimiento y opción precedan a la petición de admisión a la primera profesión, en la que se debe expresar la propia decisión vocacional; en este proceso debe implicarse también el Inspector;
en el postnoviciado los salesianos coadjutores hagan, con ayuda del Director y del Inspector, el discernimiento sobre el ámbito profesional al que se sienten llamados a desplegar sus dones y capacidad como respuesta a las necesidades de la Inspectoría; en esta fase hagan dos o tres años de estudios filosóficos y pedagógicos;
asegurados al menos dos años de estudios filosóficos y pedagógicos, los salesianos coadjutores comiencen o continúen un periodo de “formación técnico-científica o profesional”, para adquirir una “cualificación específica” con título reconocido2, si es posible antes del tirocinio;
para el tirocinio los salesianos coadjutores sean destinados preferiblemente a obras en las que puedan practicar la cualificación profesional adquirida y verificación y el discernimiento hecho en el postnoviciado sobre el ámbito profesional futuro;3
la formación específica de los salesianos coadjutores, como para el salesiano clérigo, siga inmediatamente al tirocinio,4 tenga la duración de dos años y realícese en uno de los centros regionales o interregionales aprobados por el Rector Mayor con el Consejo general;
la preparación para la profesión perpetua háganla juntos, si es posible, los salesianos coadjutores y salesianos clérigos, antes o durante la formación específica;
el “quinquenio” implique tanto a los salesianos presbíteros/diáconos permanentes en los primeros cinco años siguientes a su ordenación como a los salesianos coadjutores en los primeros cinco años que siguen a su formación específica;
después de la formación específica, en tiempo oportuno, si es necesario, cada salesiano coadjutor tenga la posibilidad de concluir una especialización en su campo profesional específico y en las competencias necesarias para la atención a los diversos cometidos o cargos que se le confíen, completando de este modo la cualificación profesional iniciada durante el tiempo de la profesión temporal.
Las opciones sobre el currículo formativo del salesiano coadjutor deben figurar en la sección de formación del Directorio inspectorial.
Cap. VI: PRENOVICIADO
345. ... El encargado de los prenovicios colabora con un equipo de formadores que podrían tener también otros encargos en la comunidad o en la obra salesiana. Es importante que entre ellos haya al menos un salesiano coadjutor para permitir a los prenovicios que tengan directamente conocimiento de las dos formas de la vocación salesiana. Ya en el aspirantado se ha comenzado la presentación de ambas vocaciones a la vida salesiana; sigue en el prenoviciado; la decisión sobre una de las dos formas vocacionales salesianas se hace después, durante el noviciado …
346. El prenoviciado no es sólo tiempo de formación, sino también de discernimiento.
El prenovicio:
……
adquiere un conocimiento correcto y práctico de las dos formas de la vocación salesiana.
……
Cap. VII: NOVICIADO
371.El año de noviciado es un tiempo de intenso discernimiento vocacional realizado en un clima de fe, de sincera apertura y de acompañamiento sistemático. A medida que vive la experiencia de la vida consagrada salesiana, el novicio valora su situación ante Dios: el lugar que Jesús ocupa en su vida, la asimilación de los valores vocacionales, las motivaciones, el camino formativo y, con el acompañamiento del maestro y la ayuda de la comunidad, llega a un grado de serenidad y claridad sobre la voluntad de Dios sobre él.
Momentos significativos de este proceso son también las verificaciones periódicas y, sobre todo, el discernimiento final, que implica en primera persona al novicio. Son momentos de verificación entre la persona del novicio y su experiencia concreta de cada día, por una parte, y la identidad salesiana, los requisitos y las motivaciones para vivirla, por otra.
Momento especial del noviciado se tiene cuando cada novicio recibe ayuda del maestro para hacer el discernimiento sobre ambas formas de la vocación consagrada salesiana y llega antes de la solicitud de admisión a la profesión a la opción de salesiano coadjutor o salesiano presbítero/diácono permanente. En especial se trata de discernir si, junto a otros criterios, el novicio tiene mayor propensión, en el trabajo educativo pastoral con los jóvenes hacia “el valor propio de la laicidad que le hace de modo específico testigo del Reino de Dios en el mundo, cercano a los jóvenes y a las realidades del trabajo”5 o bien hacia el “ministerio, que lo convierte en signo de Cristo pastor, especialmente con la predicación del evangelio y la acción sacramental”6.
384.Cada tres meses haga el maestro con el Consejo de la comunidad una atenta verificación de la maturación vocacional de cada novicio. Edúquese a los novicios en hacer un constante discernimiento, para comprender la voluntad de Dios y purificar las propias motivaciones.
Cada novicio haga además con el maestro el discernimiento sobre las dos formas de la vocación consagrada salesiana, utilizando especialmente “Criterios y normas” números 84-87. Antes de la petición de admisión a la profesión, aclare cada novicio la propia orientación vocacional de salesiano coadjutor o de salesiano presbítero/diácono permanente. Esta orientación vocacional deberá ser definitiva para todos antes de la formación específica después del tirocinio o antes de la profesión perpetua, cuando ésta se haga antes de la formación específica7.
Para favorecer un correcto discernimiento y dar relieve a la vocación consagrada salesiana, si hay costumbre de imponer la sotana durante el noviciado, déjese para el final del mismo.
Cap. VIII: POSTNOVICIADO
409. Sin comprometer el valor fundamental de la formación filosófica, pedagógica, pastoral y social básica, para poder comenzar o continuar la cualificación en el campo profesional preferiblemente antes del tirocinio, no es conveniente que la duración de los estudios filosóficos y pedagógicos para los postnovicios coadjutores supere ordinariamente los dos-tres años.
La cualificación en el campo profesional se debe dar en las competencias necesarias para el cumplimiento de los diversos cometidos o papeles que le sean confiados como, por ejemplo, el amplio campo de la escuela y de la formación profesional, la comunicación social, el trabajo social y los diversos aspectos de la administración y de la gestión. Hay que hacer también lo posible para que los estudios aseguren una competencia al menos igual a la de un laico que ejerce en la sociedad civil la misma profesión.
417.El Director continúa la acción del maestro de noviciado. Con maestría y sabiduría anima el ambiente y el camino de la comunidad, sigue y ayuda a los postnovicios especialmente por medio del acompañamiento personal y el coloquio, la dirección espiritual de conciencia y las conferencias periódicas. Favorece en cada uno la conciencia vocacional, la profundización de las motivaciones de la vida consagrada salesiana laical o presbiteral, la participación y la responsabilidad formativa.
Además, bajo la responsabilidad del Inspector, acompaña a cada postnovicio coadjutor a hacer un discernimiento sobre la profesión a la que se siente llamado a desplegar sus dones y como respuesta a las necesidades de la Inspectoría, de modo que pueda realizar, asegurados los estudios filosóficos y pedagógicos, un periodo apropiado de “estudios de naturaleza técnico-científica o profesional”8, con vistas a una cualificación profesional.
Por medio de verificaciones periódicas, comunitarias y personales, los formadores evalúan, estimulan y orientan el proceso formativo.
Los docentes tienen en esta fase un gran influjo. Están llamados a ofrecer un marco de referencia sólido y convincente, a desarrollar el conocimiento “sapiencial”, la formación del espíritu crítico en la lectura de la realidad y la capacidad de síntesis.
Es importante valorar la aportación de los laicos y de los miembros de la Familia Salesiana para la formación de los postnovicios. Hágase de modo que su aportación sea cualificada.
425.La duración de los estudios filosóficos y pedagógicos para el salesiano coadjutor durante el posnoviciado debe ser de al menos dos años. Para favorecer además un tiempo idóneo para la cualificación profesional, ordinariamente no es conveniente que prolongue los estudios filosóficos y pedagógicos del posnoviciado más de tres años.
Cap. IX: TIROCINIO
439.El Inspector es consciente de su responsabilidad, en primer lugar en la elección de la comunidad a la que envía al salesiano en prácticas, una comunidad que pueda garantizar las condiciones para la cualidad formativa de esta fase, y en el caso de un salesiano coadjutor, un ambiente en el que preferiblemente pueda ejercer la cualificación profesional adquirida. Indica al Director los aspectos que se deben cuidar en el acompañamiento formativo.
Se preocupa de tener un contacto personal con el joven salesiano y lo acompaña con interés. En este servicio puede hacerse ayudar también por algún hermano cualificado.
Sigue, con su Consejo, la evaluación periódica que se hace del joven.
Con la ayuda de la CIF, asegura iniciativas de animación adecuadas y acompañamiento para los jóvenes salesianos y de soporte a las comunidades, según un programa oportunamente pensado. Estas iniciativas son ocasiones para una confrontación directa entre hermanos que recorren el mismo camino, la comunicación de experiencias, la reflexión compartida y el apoyo mutuo. Ayudan a cualificar el proceso formativo individual.
Es oportuno que al final del tirocinio haya una evaluación global de toda la experiencia y del camino vocacional hecho, tanto por parte del Inspector y de la comunidad como por parte del interesado.
Cap. X: FORMACIÓN ESPECÍFICA
456.El periodo de la formación específica se conoce como el tiempo de la cualificación profesional. No es posible hacer al mismo tiempo la formación específica y la preparación profesional. La cualificación profesional tiene un primer momento durante el periodo de la profesión temporal, preferentemente antes del tirocinio, y se cierra después de la formación específica con una posible especialización.
480.Es responsabilidad de las Inspectorías asegurar a los hermanos coadjutores después del tirocinio la formación específica y la preparación profesional previstas por las Constituciones y por los Reglamentos generales: La formación específica en el ámbito intelectual consiste en una adecuada preparación teológica, pedagógica y salesiana en la línea de la propia vocación específica. Después de la formación específica se puede prever una posible dedicación posterior de especialización, para completar la cualificación profesional comenzada preferiblemente antes del tirocinio9.
481.La vocación del salesiano coadjutor es un don del Señor que deben cuidar y cultivar el hermano y toda la comunidad. En esta perspectiva la solicitud de un salesiano coadjutor que pida comenzar un currículo formativo con vistas al diaconato permanente o al presbiterato debe tratarse con discernimiento especial, con la consideración y las reservas que merece un cambio de opción vocacional.
En el caso de un salesiano coadjutor profeso temporal la decisión la tomará el Inspector con su Consejo, según el proceso que crea oportuno.
En el caso de un salesiano coadjutor profeso perpetuo la petición debe dirigirse al Rector Mayor, previa aprobación del Inspector con su Consejo. Antes de la petición al Rector Mayor debe asegurarse un proceso serio y responsable en la Inspectoría:
el salesiano coadjutor solicitante comienza el proceso de discernimiento con su guía espiritual; cuando el discernimiento con el guía espiritual concluye con una indicación de cambio de opción vocacional, se dirige al Inspector;
el Inspector con su Consejo procede a la aprobación o no de la petición, evaluando la historia vocacional y las motivaciones manifestadas, el parecer del Director de la comunidad, estudiando si el hermano muestra signos claros de una vocación al diaconado permanente o presbiterado salesiano, señalando por último qué ha sucedido para determinar este cambio;
en el caso de aprobación por parte del Inspector y su Consejo, el Inspector eleva toda la documentación al Rector Mayor, al que corresponde la decisión última.
Cap. XI: PREPARACIÓN PARA LA PROFESIÓN PERPETUA
512.La preparación para la profesión perpetua comprende el periodo de verificación y de discernimiento con vistas a la petición, el proceso de admisión y la preparación a la celebración del acto de la profesión; no se limita a preparar la celebración, una vez realizada la admisión. En el periodo de preparación a la profesión perpetua por parte de los salesianos clérigos o de salesianos coadjutores préstese cuidadosa atención al discernimiento sobre las dos formas, ministerial y laical, de la vocación salesiana, con vistas a una elección definitiva. El mismo cuidadoso discernimiento debe hacerse antes del comienzo de la formación específica, cuando ésta preceda a la profesión perpetua. Este discernimiento debe hacerlo no sólo el formando, sino también el Inspector con su Consejo.
Cap. XII: FORMACIÓN PERMANENTE
Ninguna modificación.
1 Const. 106, citado en parte por FSDB 49.
2 Cfr. Reg. 95.
3 Cf. FSDB 442.
4 Cf. C 116; FSDB 479.
5 Const. 45.
6 Const. 45.
7 En “Criterios y normas” en el número 7 se afirma: “Es bueno que la elección vocacional sea clara ya con la primera profesión y, en todo caso, antes del comienzo de la formación específica y de la profesión perpetua”.
8 Cf. FSDB 409.
9 Cfr.Reg. 98.