Toda la historia de la humanidad comprendidas las
páginas oscuras y trágicas, aquellas que han colocado en
duda la presencia de Dios, hablan del amor permanente
de Dios a través de tantas personas, que en su nombre se
han hecho participes en un esfuerzo por la justicia, la paz, la
humanización, la civilización y la salvación.
Reunidos aqui como familia salesiana, hacemos
memoria de los 150 años de la fundación de la Congregación
de la Familia Salesiana: con gloria y gratitud. Y nos
disponemos a celebrar el bicentenario del nacimiento de
nuestro amado fundador y padre. Aquí, en el 1815, un 16
de agosto como hoy, vio la luz Juan Bosco. Empujando hoy
la mirada hacia el mundo, contemplamos la red de obras
nacidas en su nombre y la multitud de jóvenes que ellas
encuentran casa, amistad, y orientación para sus vidas.
Recorran, les decía, aunque sea velozmente, vuestra
joven existencia. Gloria y gratitud brotaran como de una
fuente interior: porque tienen vida, porque se les preparó
un encuentro feliz con Jesús, porque han tenido el don de la
fe cristiana, porque la pueden expresar con libertad según
la vivacidad característica de la comunión eclesial.
Cuantas veces han glorificado y agradecido al señor
por el amor de sus padres y la disponibilidad de sus
educadores, y cuántas más, por haberse encontrado con
tantos jóvenes y compartir la amistad, los proyectos, la
fiesta concluida en la eucaristía, auténtica y participativa.
Ustedes son protagonistas de esta bella historia,
grande y personal, en cuyo origen está Jesús; con tantos
hombres anhelando la libertad, la dignidad, la fraternidad
y la paz.
Hoy Don Bosco en este lugar que lo vio niño, los
motiva a descubrir y a recorrer el camino que, de estas
aspiraciones, llevan a la gloria plena.
2. Esto es para nosotros un año jubilar, que nos abre
la puerta a la preparación inmediata al bicentenario del
nacimiento de Don Bosco. Estamos, entonces, invitados, a
atravesar esta puerta: es un signo que contiene un mensaje.
Cruzando la puerta entramos en el tiempo, el espacio donde
se siente más claramente la presencia de Dios. Cruzando la
puerta entramos en el templo, el espacio donde se siente
más claramente la presencia de Dios. Entramos también en
la asamblea de la comunidad cristiana que celebra juntos
las maravillas hechas por Dios; alaba su grandeza, agradece
su misericordia, de él toma energía para donarse al servicio
del hombre.
La puerta tiene también un significado más personal,
que interesa a cada uno de ustedes: es el barco a través del
cual Dios y los hermanos pueden entrar en nuestro corazón,
en nuestros proyectos, en nuestros bienes.
Puede ser abierta nuestra puerta, como María: que
acoge la invitación del Señor y dice “he aqui, la sierva del
Señor” (Lc 1,38); Que se dejo conmover de su prima Isabel,
por quien “se coloca en viaje y llega al pequeño pueblo”
lejos (Lc 1,39); que se mostró atenta en las bodas de Caná,
moviéndose para que la fiesta continuara (Jn 2, 3.5); que
junto a la cruz coloca su disponibilidad materna para recibir
de Jesús la donación de todos nosotros: “Mujer, ahí está tú
hijo” (Jn 19, 26).
La puerta puede permanecer cerrada, porque
nos apegamos a los bienes (cf. Lc 18, 22-23), porque el
desorden reina en la propia vida (cf. Lc 12,29), porque las
distracciones y el ruido hace n difícil “entender que sucede
cerca a nosotros (Lc 12,56), porque la ambición impide
hacer espacio a los proyectos generosos (cf. Lc 14, 7-14).
De este Colle, donde Don Bosco ha hecho el sueño-
guía de su vida, él nos dice: “Abran la vida al gran sueño de
Dios que ha suscitado en cada uno de ustedes: la santidad”
Es la meta que reclamaba la aflicción de el Papa Juan
Pablo II, cuando en el mensaje para la jornada mundial
de la juventud del 2000 escribía: Queridos jóvenes………
de cada continente, no tengan miedo de ser los santos
del nuevo milenio, sean contemplativos y amantes de la
oración, coherentes con la fe y generoso en el servicio a los
hermanos, miembros activos de la iglesia y artífices de la
paz”
No tomen una mirada baja.
Tengan confianza en la gracia de Dios, de la felicidad
que su propuesta les dará en el Espíritu que está en cada
uno. No son ustedes los primeros en dejarse llevar del deseo
de la santidad: esta es la característica del Movimiento al
que ustedes pertenecen, Esa ha sido desde el inicio vivido
gracias a aquel llamado de Dios y aquella caridad sin medida
que inspiraba a Don Bosco y a Madre Mazarelo. Detrás de
ellos los jóvenes han sabido entrelazar estupendamente
vitalidad juvenil y respuesta generosa a Dios. Questo luogo
racchiude ancora le immagini di quella giornata luminosa in
cui Giovanni Paolo II proclamò la santità di Laura Vicuña tra
i canti e gli applausi dei giovani.
3. ¿Cuál es la puerta por la que se entra para explorar
este maravilloso espacio de la vida según el designio de
Dios?
“Yo soy la puerta” (Jn 10,7): es la declaración de Jesús.
A través de él podemos entrar sin riesgo de alucinación ni
engaño en el misterio de Dios, en el amor de los hermanos,
en la vida verdadera.
Es la experiencia de todos los que han confiado en él,
sobre todo de los discípulos más queridos y entusiastas. Dos
de ellos, cuenta el evangelio, fascinados de su personalidad,
lo siguen. Jesús mira hacia atrás y les pregunta:¿Que
Buscan? Pero antes que le respondieran, porque habia leido
su deseo de hacer causa común con él, les dice: “Vengan y
Veran”.
Vengan y vean. Es la invitación, dirigido también
a vosotros, a conocer profundamente a Jesús, ha hacer
amistad compartiendo con él el tiempo, la vida, el
trabajo, la compañía. Es el reto de compartir juntos con él
manteniendo con fidelidad una promesa de amor que se
convierte en fuente de luz y de valentía.
La puerta nos coloca en un camino de amor que
empuja más allá, más en alto. “yo soy la luz, la verdad y la
vida” (Jn 14, 6).
Con la Con la confianza puesta en Dios e interpretando
la consigna de nuestro padre y maestro Don Bosco, en el
umbral de este milenio, hago un llamado y doy una consigna
a ustedes jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano: Vayan
más allá.
Descubran en profundidad, más allá de lo cotidiano,
en sus pliegues y en su tejido, el proyecto que Dios Padre ha
pensado para ustedes desde la eternidad.
Vayan más allá de los intereses individuales,
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