Inspectoría
Salesiana de “Santiago el Mayor" León , 24 de marzo
de 2001 nº 7
TIEMPO PARA VIVIR LA FE
Estamos finalizando la Cuaresma y hemos dicho o nos hemos cansado de escuchar que ésta es un camino que conduce a la Pascua. Teológicamente es cierto. Lo importante es la meta. Sin embargo, algunos MCS (particularmente la publicidad) nos está clarificando esa meta: al final, las vacaciones. Las vacaciones de Pascua serán un tiempo en el cual cabe de todo. Aquí comenzaría la interpretación (la exégesis) de esta imagen no excesivamente sencilla: tiempo para el mar, tiempo para practicar deportes náuticos, tiempo para realizar nuestras actividades preferi4as, para ir a las procesiones.. .Y Jesús, el Nazareno, ¿sobre las aguas? (Mc 6, 45-52). Esta exégesis la dejo abierta a vuestra capacidad de interpretación.
“El
único camino para la paz es el perdón” —nos ha dicho Juan Pablo
II en esta Cuaresma-. Demos a la paz esa oportunidad que merece,
enriquezcamos nuestras relaciones humanas, ya que sólo así habrá
una renovación social auténtica y la paz en el mundo se
consolidará. Estas actitudes de perdón y misericordia son un fruto
maduro de la fe. ¿Por qué no atrevemos a dar la vuelta al “slogan”?
Sea cual sea la actividad que realicemos esta Pascua, tiempo para
vivir la fe a través del perdón, la reconciliación y un testimonio
coherente de comunión y solidaridad.
ÍNDICE
Formación…………………..…3-7
Comunicación.……............8-32
El anaquel…………….......33-36
Revista fundada en el 2000
Edita y dirige:
Inspectoría Salesiana "Santiago el Mayor"
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Maqueta y coordina: José Luis Guzón.
Redacción: Segundo Cousido y Mateo González
Depósito Legal: LE 1436-2002
ISSN 1695-3681
FORMACIÓN
LA FAMILIA Y EL SÍNDROME DE ESTOCOLMO
(Cap.
1 del libro de E. VERDÚ, Adultescentes.
Autorretrato de una juventud invisible, Temas
de hoy, Madrid 2001, pp. 19-27).
La
relación con los padres: la jerarquía amistosa
Ya
no hay
respeto a
los
mayores. Antes, cuando nosotros éramos pequeños, los
de octavo
eran los reyes del patio, nos mandaban saltar la valla del colegio -
con lo
que nos
arriesgábamos a que nos expulsaran- para traerles el balón que
habían chutado fuera. Cuando crecimos y nos convertimos en los
mayores del recreo, los enanos nos daban cabezazos en los huevos para
que desalojásemos las porterías. Con esta increíble rapidez se ha
perdido el respeto a las canas.
Nuestra
generación fue, por así decirlo, la primera que dejó de llamar a
los padres de usted. Pero esta aparente falta de consideración ha
sanado nuestra relación con ellos, nos ha. aproximado. Ahora las
conversaciones se producen de igual a igual, a escampado ese
formalismo tradicional que burocratizaba el trato.
Nuestros
padres hablaron mucho menos con los suyos y de muchas menos cosas que
nosotros con los nuestros. Nuestros abuelos eran señores de clase
media que gastaban la moda autoritaria de la época. El padre que no
derramaba la sopa de un puñetazo en la mesa no era verdaderamente un
padre, un modelo a imitar de hombría y disciplina. Nuestros abuelos
prestaron menos atención a sus hijos porque no se estilaba (si
aceptamos que estas conductas responden a las modas) el talante
cálido y condescendiente del que hemos disfrutado nosotros.
Nuestros padres no tenían nada que ver con los suyos, aquellos hombres anticuados, machistas y con mucha brillantina, que se vieron de frente contra la generación ye-ye. Pero entonces eso no parecía frustrante. No importaba que el padre perdiera la cuenta de los años y de las intervenciones quirúrgicas de su hijo, no suponía una falta de comunicación o de interés hacia él, porque ser amigo de los hijos no constituía ni un reto ni una necesidad.
Nuestros
padres padecieron lo que titularon “conflicto generacional”: al
superviviente de la guerra contra los rojos, de repente le salió un
hijo que leía a Bakunin y una hija que no usaba sujetador. Los
jóvenes de los sesenta escribieron “Prohibido prohibir” en las
paredes, lucharon contra toda forma de autoritarismo y, coacción,
reivindicaron el anarquismo, el amor libre, la tolerancia. Luego se
hicieron mayores y nos tuvieron a nosotros. Es verdad que ya los
valores revolucionarios y las tetas se les habían caído, pero
seguían condenando la represión, aún movidos por la inercia del
antifranquismo.
Los
curas de hoy ya no recetan más de dos padrenuestros por
masturbación, los políticos invitan al diálogo a pesar de tener
mayoría absoluta, los jefes negocian los días libres con sus
empleados. La generación de los sesenta no ha querido repetir el
modelo censor que tanto la amargó. Enterraron a Franco, eligieron a
Suárez, desnudaron a Marisol y todo se volvió democracia.
Siempre existirá un desfase generacional, pero nosotros podemos hablar con nuestros padres, algo que aunque no nos parezca gran cosa, ellos lo consideran un mundo. Creo que hoy somos más amigos, podemos peleamos, discutir, pero casi como lo haríamos entre compañeros. Según el estudio Jóvenes 99 realizado por la Fundación Santa María, más de la mitad de los jóvenes reconoce que se lleva estupendamente con sus padres y más de un cuarto que éstos le consultan las decisiones que afectan a la familia, y le explican las razones de una orden.
Las
encuestas de este mismo estudio revelan que a los jóvenes, cuando se
nos pregunta qué es lo que consideramos que tiene mucha importancia
en nuestra vida, contestamos, en primer lugar, que la familia. Luego
vienen los amigos, el trabajo, ganar dinero, una vida moral y digna,
y los estudios y la competencia profesional. Los jóvenes también
nombramos en primer lugar a lá familia cuando se nos interroga dónde
pensamos que se dicen las cosas más importantes sobre ideas e
interpretaciones del mundo, por delante de los amigos, la escuela,
los medios de comunicación y los libros. Hoy la familia es crucial
para nosotros. Quizá el hecho de que nuestros padres nos hayan
tenido con más edad de la que tenían los suyos cuando nacieron
ellos, hace que estén mejor preparados para las relaciones y el
diálogo.
Muchos
de ellos planearon, poseídos por la fiebre de la comuna, que se
harían nuestros “colegas”, que les contaríamos lo que fumábamos
y que ellos también darían alguna calada a nuestros “petas”.
Pero muchas de estas pretensiones se les fueron pasando conforme se
hicieron mayores y el costo empezó a venir más cargado. Tengo
amigos que conversan realmente de todo con sus padres: el chico les
cuenta que hace pellas y no asiste a las clases del master de millón
y medio pagado con la herencia de la abuela, y el padre le detalla al
hijo su reciente vasectomía. Pero esto no funciona del todo. No
debemos perder la perspectiva. Un padre ha de ser un padre, con su
barba y su corbata el 19 de marzo. Si entra en el juego de ser tu
amigo no acaba siendo ni una cosa ni otra y esto nos desconcierta
(luego nos tienen que poner psicólogos los lunes por la tarde).
Intentar explicarle a una madre de qué son las manchas del asiento
de atrás de su coche es demencial.
Naturalmente
que es bueno que padres e hijos conversen y se cuenten la vida, pero
no creo que los hijos nos sintamos cómodos con una excesiva
camaradería. Incluso hay veces en que son los propios padres los que
se violentan cuando les ofrecemos una gran dosis de confianza. Muchos
de ellos presentan normalmente una actitud permisiva y tolerante, se
hacen los “progres” en lo que pueden, pero cuando un chico les
confiesa que se ha fundido la paga viendo a una señorita girar en
una plataforma rodeada de espejos, o cuando una hija los pregunta por
la ubicación del punto G, se sofocan, igual que cuando dan una
calada a los nuevos petas magrebíes.
A
pesar de esta destilación del autoritarismo, los padres, como es
natural, siguen ejerciendo su hegemonía en casa: se quedan con el
sillón más cómodo, con el único aparato de aire acondicionado de
la casa y con la última ración de nata para las fresas. De vez en
cuando pegan gritos por un suspenso, por una falda corta o por el
olor clandestino del Fortuna en el baño, pero ha nacido un nuevo
tipo de contrato. Vivimos en casa (en sus casas) hasta casi los 30,
nos independizamos unos seis años más tarde, como media, de lo que
lo hacían ellos (a los 26 y medio según un estudio realizado por el
Instituto de la Juventud en el año 2000 entre jóvenes de 15 a 29
años). Permanecer tanto tiempo y hasta tan mayor “a las órdenes”
de tus viejos crea un nuevo tipo de relación menos subordinada, ya
que carece de sentido que un padre le organice el horario a un chaval
con la alopecia y el doctorado en marcha.
Así
pues, comienza a tejerse una serie de pactos tácitos, de
concesiones. Ellos entienden que necesitamos más espacio, más
independencia y privacidad, y a nosotros no nos queda más remedio
que asumir que nunca dejarán de servimos coliflor. Nosotros
accedemos a vestimos “bien” para poder sentamos a comer los
sábados y ellos comprenden (o fingen comprender) que la música sólo
nos resulta. audible a partir de ciertos decibelios. Nosotros
soportamos en silencio su caótico zapping
(en el que el cambio de la primera a la segunda cadena siempre
desemboca en el mal sintonizado canal 12) y ellos permiten que te
cortes el pelo, a su juicio; como un homosexual jubilado o un asesino
en serie.
La
jerarquía sigue siendo la tradicional, pero la manera de mostrar su
disconformidad con algunas de nuestras actitudes ha dejado de ser
radical. Por un lado sienten que tienen el derecho a opinar sobre
nuestras conductas y nuestras perillas, pero por otra entienden que,
una vez que los chicos hemos elegido la prestación frente a la mili,
la “canguro” del tercero frente a la hija pija de sus amigos;-y
la Play antes que a Borges, y que las chicas se han decantado por la
ingeniería aeronaútica y el cuero antes que por las diademas y el
petit
point,
es normal que también decidamos dónde veranear y cuántas horas
dormir.
Bien,
han asimilado que eres mayorcito, que mides más que papá y llevas
más pendientes que mamá, pero no pueden dejar de ser tus padres.
Jamás dejarán de serlo. Supongo que esto no importa demasiado
(incluso puede. resultar conmovedor) si vives en Atocha y vas a comer
a su casa domingo sí, domingo no, pero cuando lo que te separa de
ellos a la hora de dormir no es la Castellana sino el pasillo que
acaba en el baño, la cosa cambia. La nueva forma de ejercer su
autoridad ya no es la coacción, la amenaza o la prohibición, ya no
puede serlo. Los padres de este principio de siglo han desarrollado
una nueva estrategia de mandato mucho más subliminal y sutil. Ya no
vociferan: “ ¡ Tú no sales de esta casa!”, o “Como cruces esa
puerta te enteras!”, sino que simplemente lanzan el dardo
silencioso de: “,Ya te vas?”.
“¿Ya
te vas?” es una frase mucho más efectiva que una reprimenda, es un
cóctel molotov emocional que te hace coger el ascensor envuelto en
las llamas del remordimiento. Da igual si es un sábado por la tarde
y has aguantado en casa hasta el final del partido de las autonómicas
o si has quedado a cenar con unos amigos con cáncer terminal, “¿Ya
te vas?”, pronunciado por el padre desde el sillón de orejeras,
con un tono melancólico y desgarrador, es más eficaz a la hora de
hacer que te quedes o que vuelvas pronto, que una prohibición de
posguerra. (Al igual que el “¿Ya te vas?”, existen otras
oraciones venenosas, como: “,Entonces a ti no te sirvo de la sopita
que he preparado?”, pronunciada por la madre, o “Creí entender
que te apetecía ir con nosotros a la playa”).
Aunque
hay que reconocer que a veces apetece ir con ellos al apartamento de
Santa Pola. Los jóvenes estamos hasta tardísimo en casa porque
servir whoppers
no da para el piso en Atocha, pero también porque en el cuarto de
estar de siempre no se está mal. Los padres son condescendientes,
algún hermano recién casado te ha cedido su estantería y acaban de
instalar Canal Satélite Digital.
Pero la armonía familiar en la que nos desenvolvemos no está exenta
de conflictos. Los muy estudiosos del tema, como los autores del
estudio Jóvenes
99,
han llegado a la conclusión de que hoy la razón por la que más
discutimos padres e hijos es por la colaboración en el trabajo
doméstico. En 1994 los vecinos, por lo que más bajaban a protestar,
era por el jaleo que armaban padres e hijos a causa de la hora de
llegar a casa por la noche. Hoy este tema ha pasado al segundo lugar
en el ranking oficial de motivos de discusión doméstica, aunque
todavía tres de cada diez chavales afirma tener movida en casa por
esta razón. Un tercio de los jóvenes piensa que volver antes de las
4 de la mañana es un delito contra la propia noche; un porcentaje
similar considera que entre las 3 y las 4 de la madrugada es una hora
razonable para “chapar” la marcha: y uno de cada diez afirma que
piensa volver cuando su padre se esté afeitando.
El
tercer motivo de cisco familiar son Los estudios. Casi la tercera
parte de los jóvenes confiesa que ha tenido “jari” por el
asunto. Los hombres somos los que más broncas nos llevamos, supongo
que porque a muchas de las chicas todavía se les exige,
desgraciadamente, menos. Lo que nadie dice en este apartado
estadístico es por qué nota se ha quedado el angelito sin viaje de
fin de curso. ¡Ah, claro, es que es muy bonito ir por ahí diciendo
que el niño no estudia! ¿Pero qué notas sacabal padre, eh? ¡Tiene
hoy la pobre criatura que aprobar por los dos?!
La
paga, o el dinero que nos asignan mensualmente, es el cuarto motivo
de choque. Y es que con 4.241 pesetas semanales que nos dan de media
no tenemos ni para el taxi que nos lleve al segundo motivo de
discusión. Este es el dinero que reciben los chicos y chicas de 15 a
25
años
(según el citado estudio), pero con lo caras que se están poniendo
las botellas de agua mineral en las discotecas... Aunque a los padres
les salga algo cara nuestra juventud, luego, cuando ganamos dinero (y
seguimos viviendo en su casa, claro) más de la mitad de nosotros
confiesa sentir la obligación de entregarles parte del sueldo. Y es
que, aunque trabajemos, la mayoría de los jóvenes no tenemos
autonomía económica.
La
hora de levantarse parece una tontería, los estudiosos aseguran que
está en el quinto lugar, que sólo una cuarta parte de los jóvenes
tiene problemas con sus progenitores por levantarse a la vez que los
documentales de la 2, pero ignoran el cabreo que esta circunstancia
puede llegar a provocar en un padre. Una de las cosas que de verdad
les jode a los padres es que estés durmiendo cuando ellos ya han
bajado a comprar el pan en chándal, han leído las facturas del
correo y han presenciado cómo a Carlos Sáinz se le ha salido la
biela en el último rally.
Bien,
pues esta gente que sabe de nosotros cosas que ni nosotros sabíamos
que sabíamos, cuenta que después de todas estas razones de
discusión doméstica, están las de ámbito privado que, eso sí,
crean menos follones pero son igualmente importantes, como el consumo
de alcohol. Y es que bebemos como posesos. De las 291.000 personas
que reconocen emborracharse cada día en España, 280.000 son jóvenes
de entre 15 y 29 años. Algunos, a fuerza de iniciarse en el culto a
los “minis” desde muy pequeños, han desarrollado algo muy
curioso y envidiable. Se trata de un sistema inmunoetilico que les
permite tomarse 16 cubatas en una noche y volver a casa para discutir
con sus padres de lo que les echen. Otros tantos, aún adolescentes,
están en ello, y todavía tendrán que ser visitados varías veces
por el Samur en noches de coma etílico hasta alcanzar el antídoto
estomacal definitivo.
La gente con la que uno va sigue sin gustarle a los padres. Las supuestas “malas compañías” son, cada vez más un motivo de conflicto, Pues los jóvenes le concedemos una gran importancia a la amistad (es lo que más nos importa después de la familia, según el estudio, Jóvenes 99). En esta cuestión los padres no han escarmentado. Mira que les molestaba que los suyos miraran mal a los chicos y chicas que llevaban a casa... pues ahora ellos hacen lo mismo. Las madres son más condescendientes (como en todo), pero los padres les hacen preguntas cabronas como: “¿A tu edad no tendrías que estar trabajando?”, “¿te has cortado tú solo el pelo?” o “¿qué significa la palabra HATE que llevas tatuada en los nudillos?”
Por
el último tema de broncas intergeneracionales que aparece en la
lista, ya no discute ni Dios. La religión y la política eran las
principales causas por las que nuestros padres se quedaban sin cenar
o sin herencia, pero ahora no les importan a casi nadie. Uno de cada
cuatro hijos no comparte las ideas religiosas o la ideología de sus
viejos, pero sólo 6 de cada 100 discute al respecto. Los jóvenes
pasamos mucho de la religión y la política, y a los padres, tan
liberales y comprensivos como son ahora, les da igual que no creamos
en nada. Mejor, menos disgustos.
COMUNICACIÓN
A continuación ofrecemos una serie de artículos que puedan servir para conmemorar de un modo digno la XXXV JORNADA MUNDIAL DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES. En primer lugar, la palabra del Papa; después un artículo que puede servirnos de retiro: los MCS son una presencia amiga; un artículo interesante de José Luis Restán que analiza el modo como tratan los MCS las noticias que tienen que ver con la Vida Religiosa y, finalmente, una pequeña aportación sobre la influencia de Internet en la conducta humana y un catálogo de Agencias de Noticias Católicas y su localización en Internet.
“PROCLAMAR
DESDE LAS AZOTEAS”
EL EVANGELIO EN
LA
ERA
DE
LA COMUNICACIÓN GLOBAL
MENSAJE DEL PAPA JUAN PABLO II
PARA
LA XXXV
JORNADA
MUNDIAL DE LAS COMUNICACIONES
SOCIALES
29 DE ABRIL
DEL
2001
1. El tema que he elegido para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales de 2001 se hace eco de las palabras de Jesús. No podía ser de otro modo, ya que nosotros predicamos solamente a Cristo. Recordamos sus palabras a sus primeros discípulos: “Lo que os digo de noche, decidlo en pleno día; y lo que escucháis al oído, pregonadlo desde la azotea” (Mt 10,27). En el fondo de nuestro corazón hemos escuchado la verdad de Jesús; ahora debemos proclamarla desde las azoteas.
En
el mundo de hoy, todas Las azoteas, casi siempre, se nos presentan
como un bosque de transmisores y antenas, enviando y recibiendo
mensajes de todo tipo a y desde los cuatro costados de la tierra. Es
de primordial importancia asegurarse de que, entre esos mensajes, no
falte la palabra de Dios. En la actualidad, proclamar la fe desde las
azoteas significa hablar con las palabras de Jesús en y a través
del dinámico mundo de las comunicaciones.
2.
En todas las culturas y en todos los tiempos -ciertamente en medio de
las transformaciones globales de hoy en día- las personas se hacen
las mismas preguntas fundamentales sobre el sentido de la vida:
¿quién soy? ¿de dónde vengo y a dónde voy? ¿por qué existe et
mal? ¿qué hay después de esta vida? (Cfr. Fides
et Ratio,
1). Y en cualquier período, la Iglesia ofrece la única y definitiva
respuesta satisfactoria a las preguntas más profundas del corazón
humano el mismo Jesucristo “manifiesta plenamente el hombre al
propio hombre y le descubre su altísima vocación” (Gaudium
et Spes,
22). Por lo tanto, los cristianos no deben nunca permanecer callados,
el Señor nos ha confiado la palabra de salvación que todo corazón
humano anhela. El Evangelio ofrece la perla de gran valor que todos
están buscando (Cfr. Mt 13,45-46).
En consecuencia, la Iglesia no puede dejar de estar cada vez más profundamente comprometida con el efervescente mundo de las comunicaciones. De día en día la red de las comunicaciones globales se extiende y crece de forma más compleja y los medios de comunicación ejercen visiblemente una mayor influencia sobre la cultura y su divulgación. En el pasado los medios informaban sobre los acontecimientos, ahora, con frecuencia, son las necesidades de los medios las que dan forma a los acontecimientos. De este modo la interacción entre la realidad y los medios se ha hecho cada vez más compleja dando lugar a un profundo fenómeno ambivalente. Por una parte se puede deformar la distinción entre verdad e ilusión; pero por otra, es posible crear oportunidades sin precedente para hacer que la verdad sea mucho más accesible a muchas más personas. Es tarea de la Iglesia asegurar que esto último sea lo que realmente suceda.
3.
A veces el mundo de los medios puede parecer indiferente e incluso
hostil a la fe y la moral cristiana. En parte esto sucede porque la
cultura mediática se ha ido penetrando progresivamente por un
sentido típicamente postmoderno donde la única verdad absoluta
admitida es la inexistencia de la verdad absoluta o, en caso de que
ésta existiese, sería inaccesible a la razón humana y por lo tanto
irrelevante. Con una tal perspectiva, lo que acontece no es la verdad
sino “el relato”; si algo es noticia digna o entretenida, la
tentación de apartar las consideraciones de la verdad se hace casi
siempre irresistible. Como resultado, el mundo de los medios puede,
algunas veces, parecer un ambiente tan poco propicio para la
evangelización como el mundo pagano en tiempos de los Apóstoles.
Pero del mismo modo que los primeros testigos de la Buena Nueva no se
retiraron cuando encontraron hostilidad, tampoco hoy los seguidores
de Cristo deben hacerlo. El grito de San Pablo resuena todavía entre
nosotros: “Pobre de mí si no anunciará el Evangelio!”(I Cor
9,16).
Sin
embargo, del mismo modo que el mundo de los medios puede, en algunas
ocasiones, dar la impresión de estar reñido con el mensaje
cristiano, éste también ofrece oportunidades únicas para
proclamar, a la entera familia humana, la verdad salvífica de
Cristo. Pensemos, por ejemplo, en los programas vía satélite de
ceremonias religiosas que, con frecuencia, alcanzan una audiencia
enorme, o Las buenas posibilidades que ofrece Internet para difundir
la información y enseñanza religiosas sobrepasando obstáculos y
fronteras. Una audiencia tan vasta habría sido imposible de imaginar
por nuestros predecesores en la predicación del Evangelio. Por lo
tanto, lo que se necesita en nuestros días es un activo e
imaginativo compromiso ante los medios por parte de la Iglesia. Los
católicos no tendrían que sentir temor de abrir las puertas de la
comunicación social a Cristo, de forma que La Buena Nueva pueda ser
oída desde Las azoteas del mundo.
4.
Es primordial también que al inicio de este nuevo milenio recordemos
la misión ad gentes que Cristo ha confiado a la Iglesia. Se estima
que dos tercios de los seis mil millones de personas que pueblan el
mundo no tienen el menor conocimiento de Jesucristo; y muchos de
ellos viven en países con antiguas raíces cristianas, donde grupos
enteros de bautizados han perdido el sentido vivo de la fe, o incluso
no se reconocen ya como miembros de la Iglesia, llevando una
existencia alejada de Cristo y de su Evangelio (Cfr. Redemptoris
Missio,
33). Ciertamente, una respuesta eficaz a esta situación compromete a
un ámbito mucho mayor que el de los medios; pero en el esfuerzo de
los cristianos para hacer frente al desafío de la evangelización,
no cabe ignorar el mundo de las comunicaciones sociales. Realmente,
los medios de todo tipo pueden jugar un papel esencial en el esfuerzo
evangelizador y en facilitar a las personas las verdades y los
valores en que se apoya y perfecciona la dignidad humana. La
presencia de la Iglesia en los medios es, de hecho, un aspecto
importante de la inculturación del Evangelio exigida por la nueva
evangelización a la que el Espíritu Santo está convocando a La
Iglesia en todo el mundo.
Así
como toda la Iglesia desea tener en cuenta la llamada del Espíritu,
los comunicadores cristianos tienen “una tarea, una vocación
profética: clamar contra los falsos dioses e ídolos de nuestro
tiempo; el materialismo, el hedonismo, el consumismo, el nacionalismo
extremo...” (Ética
en las Comunicaciones Sociales,
31). Por encima de todo, ellos tienen el deber y privilegio de
proclamar la verdad, la gloriosa verdad sobre la vida humana y el
destino humano revelado en la Palabra hecha carne. Los católicos
comprometidos en el mundo de las comunicaciones sociales pueden
predicar desde las azoteas la verdad de Jesús con mucho más valor y
alegría, de forma que todos los hombres y mujeres puedan oír hablar
sobre el amor que es el corazón de la autocomunicación de Dios en
Jesucristo, que es el mismo hoy que ayer y será el mismo siempre
[Cfr. Heb 13,B).
En
el Vaticano, a 24 de enero de 2001, conmemoración de San Francisco
de Sales.
loannes
Paulus II
EVANGELIO
Y VIDA
«ZAQUEO,
BAJA... HOY QUIERO ENTRAR EN TU CASA» (Lc
19,5).
Una presencia amiga ¿quién la encontrará?
La
escena ocurrió en Jericó, esa ciudad de Tierra Santa marcada por el
tiempo de los milagros, el encanto de las palmeras y el silencio de
las noches que baja del desierto. Zaqueo, que llevaba días y noches
pensando cómo arreglárselas para ver a Jesús, y al que por fin se
le ocurrió lo de subirse a un árbol (icuántas cosas puede
significar aquel árbol...!: una buena lectura, una consulta, unos
días de silencio y reflexión, una celebración bien vivida, etc.
¡Cuántas cosas...!), experimentó el milagro
de
una presencia amiga. Zaqueo experirnentó
cómo alguien, Jesús
mismo, lo miró con cariño y con delicadeza,
con ganas de
hacerle algún bien; sencillamente, con mucho amor.
«Zaqueo,
baja...» A Zaqueo se le clavó aquella voz en el alma; le hizo
temblar de emoción. «Zaqueo, hoy quiero entrar en tu casa...»
La casa, ya se entiende, era más que la casa, era la vida misma; la
mesa, lógicamente, era más que la mesa, era todo su mundo. Casa y
mesa eran, pues, su vida y sus sentimientos, su corazón y sus
anhelos.
Aquella
voz y aquella presencia amigas provocaron el milagro
en
el alma de Zaqueo. Puesto en pie, según nos relata el
evangelio, manifestó su alegría y el cambio en su corazón, su ser
un hombre
verdaderamente nuevo. «Señor, le vino a decir a
Jesús, voy a arreglar mi
vida y mis asuntos, voy a cambiar
totalmente, la mitad de mi dinero se
la voy a dar a los pobres,
ya los que les haya hecho algún mal les
recompensaré con
creces». ¡Lo que significó en la vida y en el corazón de Zaqueo
aquella voz y presencia amigas! ¡Lo que pueden significar en
cualquier vida una voz y una presencia amigas que sólo busquen el
bien...!
Jericó, nuestra ciudad de cada día
La
historia real de los hombres, de nosotros mismos, está llena de
experiencias de Jericó,
de
almas subidas en el árbol
de
la búsqueda y anhelo de algo bueno. Porque el hombre vive buscando y
vive en la medida en que busca. Así todo hombre. Desde el que busca
la solución a un problema concreto e inmediato hasta el que busca el
sentido último y definitivo de su vida o del mundo mismo. El hombre
se pasa la vida buscando: hoy busca trabajo y mañana aprobar unos
exámenes, por la mañana busca la paz y por la tarde busca un amigo,
ahora busca luz en la inteligencia y luego amor en el corazón. Y de
fondo, y
siempre, el hombre busca la felicidad, que es lo mismo
que encontrar el sentido y alcance definitivos de su vida y
compromisos. O sea, al final, el hombre se sorprende a sí mismo como
un buscador de Dios, fuente, origen y meta de todo hombre y de todo
en el hombre. Y ahí vivirnos, cada uno a su modo, subidos
permanentemente en el árbol
de
la búsqueda del bien y la felicidad. Cualquier voz y presencia
amigas que nos ayuden en esas circunstancias y en esos intentos de
búsqueda puede significar un verdadero milagro.
Voz
y presencia amigas que pueden venir de mil
fuentes diversas:
de un libro o una música, de una llamada o una carta, de un discurso
o un silencio, de una simple mirada o de una conversación más
prolongada. La voz y presencia amigas,
las
que hacen milagros
en
el camino de los hombres, pueden aparecer constantemente; cada uno
las puede experimentar, y cada uno asimismo las puede ofrecer a
otros.
•
Porque es voz o presencia amiga aquella que lleva algún bien y
levanta el ánimo y la esperanza; nunca la que hunde o destruye.
•
Es voz o presencia amiga la que alegra y hace un poco más feliz al
otro, la que le ayuda a cambiar y a ser mejor; nunca la que lleva la
amargura o la tristeza.
•
Es voz o presencia amiga la que mira con delicadeza y cariño, la que
es capaz de pronunciar el nombre propio con todas las letras y con
verdadero amor, como la de Jesús en Jericó; nunca la que se atreve
a mirar de frente porque, en definitiva, no ama.
•
Es voz o presencia amiga la que rehabilita y vuelve a poner en píe a
los tumbados y en el camino de la ilusión y de la vida a los
parados; nunca la que pisa o viola, la que pasa del que sufre o del
que está llorando.
•
Es voz o presencia amiga la que ayuda a buscar pan para la mesa y
gracia para el corazón, luz para la inteligencia y sentido para el
alma; nunca la que se conforma sólo con el pan para uno o la droga
para
el momento.
•
Es voz o presencia amiga la que, como la de Dios, está al comienzo
del camino del hombre, todos los días de la vida, y también
esperando al final de la existencia, es decir, acompañando siempre;
nunca la que está a ratos y en algunas circunstancias, normalmente
las más favorables.
• Es voz o presencia amiga la que ayuda a renacer, a ilusionarse de nuevo o a ilusionarse más, a cambiar el corazón de piedra por el corazón de carne; nunca la que da rodeos para pasar de largo de los otros y dejar que todo y todos sigan igual.
Los
medios de comunicación, ¿son también presencia amiga?
¡Ojalá...! Nuestro tiempo y nuestra cultura están marcados, material y espiritualmente, por la fuerza de los medios de comunicación. Su poder y su alcance son verdaderamente impresionantes. Los medios pueden hoy casi todo. Los medios hunden y levantan; crean vida y crean muerte; pueden llevar la paz o pueden llevar la guerra. Poder inmenso, pues.
Los
medios de comunicación podrían —o deberían— ser eso, presencia
amiga del
hombre y para el hombre; «presencia amiga para quien busca al
Padre», como reza el lema de este año. ¡Cuánto bien puede hacer
un medio de comunicación si se emplea de verdad en ello! ¡Cuánto
bien se puede desprender de una página, de un programa de radio, de
una simple noticia..., silos protagonistas y autores así lo quieren!
Jesús desde su voz y presencia amiga para Zaqueo en Jericó, nos
enseña a hacer lo mismo; nos enseña a ser permanentemente voz y
presencia amiga para los demás. Este empeño hay que lograrlo
también, y quizás sobre todo, desde la realidad y poder de los
medios: los grandes y también pequeños medios. También aquí vale,
tantas y tantas veces, eso de que lo aparentemente inútil y pobre es
lo que cuenta y produce auténticos milagros.
Pedro
MORENO
Cooperador Paulino (abril 1999) 16-17
II ENCUENTRO NACIONAL DE RESPONSABLES DE INFORMACIÓN DE INSTITUTOS RELIGIOSOS
La
comunicación en los Institutos Religiosos
Madrid, 2 y 3 de
marzo de 200 1-03-05
Ponencia:
Viernes, día 1, a las 16h.
Comunicación
e Información del hecho religioso en la sociedad actual.
Cuando
ponía en orden mis ideas para esta intervención que tan amablemente
me habéis pedido, me vino a la memoria esta frase del historiador
mexicano Silvio Zavala: “no confío en los investigadores que odian
sus temas, o los estudian para confirmar que son detestables” (Cfr.
S. Zavala, Conversaciones sobre Historia). Podemos sustituir en esa
frase a los investigadores por los periodistas (en sentido amplio del
término) y al estudio por la comunicación, y encontraremos una
clave para entender lo que sucede en los grandes medios de
comunicación social con la información religiosa.
El
prejuicio cultural respecto del cristianismo y la Iglesia
Tanto entre quienes gobiernan las grandes empresas de comunicación, como entre editorialistas, columnistas, redactores, e incluso fotógrafos y humoristas, la sospecha respecto de la experiencia religiosa, su auténtico significado y valor, está ampliamente extendida y actúa como un factor importante (aunque no único) en el proceso de la comunicación. Bien mirado, no es algo que deba maravillamos. La comunicación de masas tiende a rellenar e incluso reforzar la cultura dominante, y en este momento histórico es una cultura que ha roto amarras con la tradición cristiana; más aún, muchos de los representantes de esa cultura han abandonado las grandes preguntas que constituyen el núcleo más radical del ser humano, y con ellas, la aventura humana más apasionante que es la búsqueda del significado del mundo, de la propia vida y de la historia.
La
propuesta cristiana afirma la radical dependencia del hombre respecto
a su Creador y su necesidad de salvación, que se ve correspondida
por el Dios hecho carne, Jesucristo, que sigue presente en la
historia a través de la Iglesia. Por el contrario, la moderna
cultura secularista postula la autonomía absoluta de un hombre que
se basta a sí mismo; admite como mucho, el recurso al subjetivismo
religioso como vía de escape personal, pero rechaza frontalmente la
hipótesis de un lugar histórico (la Iglesia) en el que el hombre
pueda acceder a la Verdad sobre su propia vida, comunicada por la
Revelación de Dios. Con este contraste, ¿puede extrañarnos que se
produzcan reticencias y sospechas, cuando no hostilidad, hacia el
hecho religioso y más en concreto hacia el anuncio cristiano?
Y
sin embargo, a través de la rígida cuadrícula de este racionalismo
que mayoritariamente domina en los grandes medios, no deja de asomar
la pregunta inextirpable y la búsqueda infatigable del corazón
humano, sea cual sea la planilla ideológica en que se vea instalado.
Por eso, a pesar de todo lo dicho, hay una oportunidad para que la
dimensión religiosa del hombre encuentre su justa expresión en el
agreste mundo de la comunicación social, y efectivamente, no faltan
ocasiones en las que así sucede.
Lo
dicho hasta ahora, sirve para el conjunto de los grandes medios de
masas del mundo occidental, pero con importantes matices y variantes.
Algunos de estos medios han logrado curarse del radicalismo
anticristiano que pudo estar vigente en otras épocas, y reconocen
que las Iglesias y comunidades cristianas representan un punto de
referencia espiritual y moral que merece ser atendido en el seno de
la sociedad pluralista, no sólo por los servicios que puedan prestar
en áreas como la educación, la sanidad o la lucha contra la
marginación, sino porque su aportación es importante en un momento
que no pocos califican de crisis de civilización. Y así, han sido
notables en los últimos tiempos algunas aperturas en medios tan
laicos (por no decir laicistas) como Le
Monde,
La
Reppublica,
o Frankfurter
Aligemeine Zeitung.
Sin embargo en la mayor parte de los medios españoles no se ha dado
esta razonable evolución. Comencemos aquí un somero análisis del
panorama en nuestro país.
La singularidad española
Para
comprender la situación de la información sobre el hecho religioso
en España, es preciso que nos remontemos a los tiempos de la
transición a la democracia. En ese momento se delinea una poderosa
corriente cultural, con ramificaciones políticas, artísticas y
mediáticas, cuyo eje vertebral es la necesidad de “modernizar”
España, sacándola de un atraso secular entre cuyos responsables
principales se identifica a la tradición cristiana, y lógicamente a
la Iglesia Católica. Este ha sido ciertamente un hilo conductor de
la política de comunicación de los medios del Grupo PRISA
(especialmente El País y la SER): aquí no hemos asistido sólo a la
incomprensión o a la marginación informativa del hecho religioso,
sino al combate programado contra el cristianismo en cuanto factor
histórico capaz de incidir en la vida social, y en ese sentido han
convergido la línea editorial, las informaciones y las
colaboraciones. Especialmente dura e injusta, ha sido la revisión
del papel histórico de la Iglesia española; y el tratamiento de sus
instituciones y actuaciones con mayor protagonismo público. Es
verdad que en los últimos tiempos se ha suavizado esta línea,
quizás por considerar conseguido el objetivo de arrinconar al
cristianismo en el ámbito privado. Sin embargo, observemos la
prioridad ideológica que tienen para estos medios cuestiones como la
concepción de la familia (con la reivindicación de la
homosexualidad como tema estrella de los últimos tiempos), la
ampliación del aborto, y la legalización de la eutanasia. Son temas
todos ellos, en los que la única instancia con peso social que
manifiesta una oposición cultural de fondo es la Iglesia. De modo
que se abre un nuevo frente en el que ésta es de nuevo
caricaturizada como una institución opuesta al progreso.
Pero
echemos un vistazo a otros grandes medios del panorama español. El
diario El Mundo, gran antagonista político y empresarial de El País,
comparte con él, curiosamente, la misma agenda de temas no sólo
morales, sino fundamentalmente antropológicos, en los que el
encontronazo con la Iglesia está asegurado. Ciertamente, El Mundo no
tiene una orientación rígidamente ideológica como la de El País,
y acoge un arco de voces más plural en sus páginas de Opinión. A
pesar de todo, los temas que tienen que ver con la Iglesia no se
zafan fácilmente del corsé que imponen los tópicos al uso y los
prejuicios culturales descritos. Todo ello sin olvidar que en este
medio escriben algunos de los columnistas más furiosamente
anticlericales del panorama español, y eso condiciona el balance
general de la imagen de la Iglesia que transmite el periódico.
Todo
lo dicho no impide muchas excepciones. Por ejemplo, es de justicia
reconocer que El País ha ofrecido una buena información sobre el
Encuentro de oración por la Paz del pasado mes de Enero en Vitoria,
y no tengo inconveniente en decir que El Mundo ofreció el comentario
más serio y penetrante sobre la visita del Papa a Tierra Santa, que
llevaba la firma del escritor judío francés Bernard Henry Lévy.
Son sólo dos ejemplos para indicar que permanece la posibilidad de
encontrar buenos servicios, aunque el contexto general sea negativo
hacia el cristianismo y la Iglesia.
Pero
la singularidad española ofrece a nuestra consideración otro
interesante capítulo. Me refiero al de aquellos medios supuestamente
cercanos a la tradición católica (o a la componente católica de
nuestra sociedad) que se atribuyen a sí mismos un papel de crítica
y purificación interna de la Iglesia que nadie les ha asignado. El
ejemplo más típico es el diario ABC, pero también podemos incluir
en este capítulo a algunos periódicos de provincias con notable
influencia en su entorno, y más recientemente a La Razón. Por un
lado, estos medios ofrecen un espacio mucho más generoso que los
anteriores para la información religiosa, y en algunos de los
debates de fondo su línea editorial y sus páginas de opinión
permiten una más adecuada representación de las posiciones
eclesiales. Y aunque se trata de medios laicos y plurales, no están
afectados por un sistemático prejuicio anticatólico. Todo esto es
ciertamente beneficioso, no sólo para la Iglesia sino para una
información más veraz. Sin embargo podemos observar cómo en otros
asuntos que tocan su línea editorial estratégica, estos medios
sufren la tentación de “pastorear a la Iglesia” de reprenderla
como se reprende al que es de casa, de “guiarla por el buen
camino”, y sí no acepta, vapulearla sin piedad. Les resulta
especialmente irritante que una institución de la que se consideran
mejores intérpretes que los propios obispos, y que debería estarles
profundamente agradecidos, asuma una determinada orientación que no
concuerda con sus tesis. En estos casos, se echa en falta una
relación menos presuntuosa y más madura con el hecho religioso y
con la Iglesia en particular.
Por
concluir este repaso a vista de pájaro, que de ninguna forma
pretende ser un tratado sistemático sobre el tratamiento que ofrece
cada medio, quisiera mencionar simplemente lo que podríamos llamar
el “modelo tolerante” de La Vanguardia. La información religiosa
en general y la de la Iglesia Católica en particular, se cuidan con
esmero profesional; la línea editorial es respetuosa y reconoce la
relevancia histórica, social y cultural de la tradición cristiana;
por último, hay un reparto equilibrado de voces en las páginas de
opinión. Naturalmente, podemos encontrar enfoques discrepantes y
tratamientos desafortunados de algunos temas, así como columnistas
muy críticos, pero también existe la posibilidad de que los
lectores accedan fácilmente a una información con garantías y
encuentren bien reflejada la posición de la Iglesia en los
diferentes debates.
Una ilustración de este panorama: el tratamiento de la vida religiosa
Una
vez más sin pretensión de ser exhaustivo, intentaré ilustrar las
dificultades y también las posibilidades descritas en estos grandes
medios fijándome en el tratamiento habitual de la vida religiosa.
Para ello, elegiré tres asuntos de actualidad que generalmente
merecen especial atención de los Medios.
1. La actividad de los misioneros
Sin
duda éste es uno de los aspectos más atractivos de la vida eclesial
para los Medios. No siempre por los motivos más decisivos y
profundos, pero reconozcamos que en un mundo basado en la narración,
en lo espectacular y en la imagen, el contexto humano y la peripecia
vital de los misioneros ofrecen un material informativo muy
interesante, que además viene vinculado en muchas ocasiones a
situaciones de crisis que necesariamente atraen la atención.
En
el tratamiento de este asunto,, encontramos ciertamente la admiración
y el reconocimiento ante la entrega de estas personas, su capacidad
de sacrificio y su servicio a los más necesitados. No es poca cosa
que todo esto se refleje, y podría ser un camino abierto hacia el
fondo de la cuestión. Pero aquí es donde con demasiada frecuencia
aparece el prejuicio y se frena una de las preguntas más naturales
en el ejercicio del periodismo: “¿por qué lo hacen?; esta vida
tan singular, ¿dónde tiene su origen, dónde se educa y alimenta?”.
No sólo no se sigue la pista de estas preguntas, sino que se ofrece
una respuesta prefabricada que nace de la ideología y, no de un
acercamiento leal. Por ejemplo, se hace ver que la actividad concreta
de los misioneros no tiene nada que ver, e incluso está en
contradicción con la actuación global de la Iglesia. Como si la
vocación misionera no fuese cultivada en un hogar eclesial, educada
y dirigida en conforme a una regla y sostenida en todos los sentidos
por una comunidad que arraiga en el seno de la totalidad de la
Iglesia. En definitiva, se empieza insinuando que “los misioneros
sí pero la Iglesia no”, hasta llegar a vaciar el contenido de la
propia figura del misionero, convertido en héroe de una película de
acción, en un filántropo o en mero agente del cambio social. Y
todo
ello, además, con la oposición de una Iglesia que por supuesto, le
hace la vida imposible. Se llega al absurdo, pero el camino para
llegar es claro: prejuicios e ideología, en lugar de fidelidad a la
realidad.
Por
supuesto, también en este caso tenemos una responsabilidad en lo que
se refiere a la forma de transmitir la propia experiencia humana de
la vida religiosa y de la vocación misionera. Siempre me acordaré
de aquellas monjas de la Caridad de Santa Ana que habían sido
secuestrada por un grupo guerrillero en Ruanda y tuvieron que caminar
varios días por la selva. Cuando fueron liberadas y volvían a
España, un compañero de COPE les acompañaba en el avión; cuando
habló con ellas, lo que más llamó su atención fue el interés que
tenían en explicar por qué estaban en Ruanda: se sabían enviadas
por la Iglesia para cumplir la misión de Jesús entre los más
pobres y necesitados, y esto daba sentido a su deseo de volver e
incluso al sufrimiento injusto que habían padecido.
2. La tarea educativa de las Órdenes Religiosas
Observo
que éste es uno de los temas más injustamente tratados en los
Medios, y me parece también que adoptamos una postura acomplejada o
cuando menos timorata y defensiva a la hora de presentarlo,
explicarlo, y por qué no, defenderlo. Quizás obedezca a un resabio
de los años treinta; pero lo cierto es que para algunos medios, más
laicistas que laicos, la actividad de la Iglesia en el campo de la
enseñanza es un auténtico objetivo a batir. Para estos medios lo
público se identifica con lo estatal, siempre con una connotación
benéfica y positiva; por el contrario, la iniciativa que nace de los
cuerpos sociales se ve estigmatizada con el calificativo de “privada”
(como si de hecho no prestase un importante servicio público) y pos
supuesto arrastra siempre el pecado original de la parcialidad
ideológica y el elitismo social. No puedo, aunque me apetece, entrar
a fondo en este interesante debate. Os digo simplemente que los
medios a los que me refiero presentan siempre la actividad de la
Iglesia, y concretamente de los religiosos, en la enseñanza, como
algo que es preciso tolerar, pero sometido a estrecha vigilancia. No
se contempla como un derecho que miles de padres tienen. a elegir
para sus hijos una enseñanza conforme a su tradición y a sus
valores, un derecho al que responde la oferta de tantas Ordenes
Religiosas nacidas precisamente con la vocación de educar. Más bien
seria un privilegio que el estado concede por el peso de la historia
y en aras de la paz social.
La
polémica nunca apagada en torno al hecho mismo del Concierto y al
supuesto trato de favor que en algunas Comunidades Autónomas se
presta a los Centros Concertados, obedece en su trasfondo último a
este problema. Pero también podemos encontrar aquí la clave de esa
búsqueda morbosa de casos completamente marginales en la vida de los
Colegios, que permiten construir una imagen caricaturesca de la
enseñanza religiosa.
Frente
a todo esto, creo que seria necesaria una mayor capacidad de explicar
las propias razones, de presentar los logros y servicios que se están
prestando a esta sociedad; no defendernos intentando corregir a
posteriori la falsa imagen que han construido los medios, sino tomar
la delantera, “fijar la agenda informativa”, como dicen los
anglosajones. No hay razón para ningún complejo, porque amamos más
la libertad y el pluralismo, y sentimos con más urgencia la
necesidad de servir a los más pobres, de lo que puedan hacerlo
quienes critican desde los más rancios prejuicios.
3.
Las
vocaciones a la vida
religiosa
También a este tema cabria suponerle un atractivo inicial, que podría traducirse en algo más que la crónica de un comportamiento para muchos extravagante. En la medida en que la sociedad se seculariza, la vocación religiosa (como empieza a suceder también con la vocación familiar cristianamente entendida) suscita una mezcla de curiosidad y recelo. En los últimos tiempos no han faltado reportajes y crónicas sobre este asunto con los más variados acentos.
La
alternativa es muy clara: cuando el comunicador sigue hasta el fondo
la pista humana que se le pone delante, termina reconociendo una
novedad de vida, una belleza personal y comunitaria difícilmente
contestable. Recuerdo en este sentido un hermoso reportaje publicado
por ABC sobre el Monasterio de las Clarisas de Lerma; me contaron
cómo hasta el fotógrafo había salido conmovido. Por el contrario,
cuando el comunicador deja que se interpongan en su camino los
clichés imperantes (a saber, que un joven sólo puede abrazar esta
clase de vida por rareza enfermiza o por desesperación) todo vale
para desacreditar el hecho que tiene delante de los ojos. No hace
falta que os detalle todo lo que en esta materia se puede trenzar a
base de medias verdades, afectos dolidos y resentimientos ocultos. Lo
más puro se puede deformar hasta producir repulsión.
Una
vez más, permitidme que os recomiende lo que podríamos llamar un
“ánimo victorioso” a la hora de comunicar. ¿Qué tenemos que
ocultar? ¿Acaso no es humanamente bello y razonable el camino del
discernimiento vacacional de cualquiera de vuestros novicios? ¿Acaso
no se pueden mostrar los frutos de una alegría, una desenvoltura y
una creatividad mayores, que se derivan del seguimiento de los
Consejos evangélicos? EJ prejuicio y la ideología pueden ser muy
fuertes, pero difícilmente resisten a la fuerza de la realidad
cuando ésta se manifiesta. Hace falta que estemos dispuestos a
abrirle hueco, aunque no siempre sea posible.
Realismo y responsabilidad de los cristianos ante los Medios
Estoy
plenamente convencido de que estamos llamados a testimoniar la fe en
un mundo marcado por la cultura de los Medios de masas. La pasión
por comunicar a los hombres y mujeres de nuestro tiempo la verdad y
belleza de Cristo resucitado, presente en la novedad humana de La
Iglesia, no puede desaprovechar ningún resquicio, menos aún el gran
areópago de los medios de comunicación. Para la Iglesia, estar
presente en los Medios no es cuestión de táctica o de oportunidad,
sino a la Misión encomendada por el Señor. Es necesario ser
conscientes de las dificultades, pero éstas no pueden ser una
coartada para encubrir nuestras inercias, temores o falta de
preparación. Por supuesto, no se trata de caer en la “idolatría
de los medios”, en la ilusión de pensar que una técnica eficaz,
una buena imagen y una gestión profesional de la comunicación, nos
dispensarán de la fatiga de comunicar la fe cara a cara, a lo largo
de un camino tan largo como la vida entera. Los medios son
simplemente medios, y una saludable modestia coopera a que cumplan
verdaderamente su misión.
Pero
debemos estar disponibles para el sacrificio que impone la adaptación
de la forma del mensaje que queremos transmitir a los requerimientos
de los Medios. EL apego a la integridad del contenido de la fe, puede
y debe estar unido a la inteligencia y la sagacidad necesarias para
adaptarse a la forma que impone cada medio. Es perfectamente posible
llevar a cabo esta adaptación en términos de tiempo de respuesta,
agenda informativa, formato, capacidad técnica, etc.... sin
menoscabo de lo que pretendemos comunicar. También en este caso, es
sobre todo un problema de amor a la Misión.
Con
frecuencia nos vemos colocados en una posición defensiva, a remolque
de un proceso informativo y de opinión que se nos impone y frente al
que sólo podemos poner parches o “limitar daños”. Hay ocasiones
en que esto no tiene remedio, y hay que aceptar esta servidumbre,
pero también es necesario tomar iniciativa, diseñar la propia
estrategia de comunicación eclesial, estar disponibles para este
esfuerzo que demasiadas veces nos acobarda o nos retrae.
Creo también, que nunca debemos excluir la posibilidad de que el corazón de nuestra vida cristiana sea entendido por los hombres de La moderna urbe secularizada, recluyéndonos en el ámbito de algunos valores humanos supuestamente compartidos, con la débil esperanza de entrar después en el arriesgado terrena de lo religioso. Bien sabemos que la tensión religiosa de los hombres y mujeres de nuestro tiempo no se ha apagado, sino que busca muchas veces los angostos y sombríos senderos del esoterismo y de las sectas. Por eso es necesario que encuentren de nuevo la propuesta clara y completa del Evangelio que la Iglesia ha custodiado desde hace dos mil años. Es cierto que muchas palabras cristianas (gracia, pecado, salvación, misericordia.... ) no tiene significado real para mucha gente, porque se ha perdido el rastro de la experiencia humana que las llenaba de sentido. Pongámoslas nosotros en el contexto humano de la experiencia vivida de los creyentes, para que vuelvan a ser reconocibles por nuestros hermanos. Porque a pesar de todas las dificultades y asperezas del momento presente, el corazón de los hombres de hoy, necesita y espera, como siempre, la salvación de Jesucristo. Creo que Juan Pablo II es un verdadero ejemplo de este esfuerzo por comunicar, del que apenas he podido esbozar sus trazos principales.
Precisamente
quiero concluir con un texto sobre el Papa publicado por el
periodista Jan Ross en el diario alemán Die
Zeit
(nada cercano a la Iglesia). “La voz del Papa ha dado ánimo a
muchos hombres y a pueblos enteros; en los oídos de muchos ha sonado
también dura y cortante, e incluso ha suscitado odio, pero si
enmudece, será un momento de silencio espantoso “. Lo mismo
podríamos aplicar a la voz de las diferentes comunidades que forman
la Iglesia. De ahí nuestra pasión y nuestra responsabilidad. Muchas
gracias.
Ponente:
José Luis Restán.
Director de programas socio-religiosos de
la Cadena COPE
CÓMO INFLUYE INTERNET EN LA CONDUCTA HUMANA
Internet
está entrando en nuestra vida. Y nada es como antes. El trabajo, el
comercio, la información, la educación, el ocio y un largo etcétera
de actividades están cambiando de forma acelerada gracias a
Internet. Surge la cuestión: ¿hasta qué punto la red -Internet-
puede cambiar la conducta de sus usuarios? Todavía más: si tenemos
en cuenta que en las próximas décadas se prevé la generalización
del fenómeno, ¿es plausible aventurar la aparición de, por así
decirlo, un nuevo tipo psicológico marcado por el espíritu de la
red? Y si es así, cuáles serían las características generales de
ese nuevo tipo? A ello intenta responder el magnífico libro titulado
“La psicología de Internet” (Paidós), escrito por la
estadounidense Patricia Wallace.
Antes
de entrar en materia, no será ocioso situar a la autora. Patricia
Wallace es una doctora en Psicología (entre sus trabajos se cuentan
“Psych on-line” e “Introduction to psychology”, un manual
escrito en colaboración con Jeffrey Goldstein) que está al frente
de la dirección ejecutiva de dos instituciones de vanguardia en el
campo de la investigación y aplicación de la informátiça al mundo
de los negocips y la educación: el Center for Knowledge and
Information Management de la Robert H. Smith School of Business de la
Universidad de Maryland y la Annenberg Projects Corporation for
Public Broadcasting.
Patricia
Wallace, colaboradora habitual de los más prestigiosos medios de
comunicación escritos y, audiovisuales de Estados Unidos y
Australia, es una de las personas que mejor conocen el conjunto de
experimentos y trabajos sobre la influencia de Internet en la
conducta humana. “La psicología de Internet” no es sino el fruto
de este conocimiento Un libro que se ha convertido ya en punto de
referencia.
Y
bien, ¿qué es lo que hoy se sabe sobre el asunto? La autora, tras
desmenuzar y
valorar
una ingente bibliografía, saca sus conclusiones. Unas conclusiones,
como es propio de la ciencia, provisionales. Al grano. El internauta
puede diseñar a la carta ciertos “yos” o identidades (masculina,
femenina, fría, caliente, etcétera) que varían a gusto del
creador. El detalle: puede darse el caso de que algunos “yos”
inventados lleguen a ser reales en la medida en que es frecuente que
el sujeto diseñador adquiera cualidades autoatribuidas. En otros
términos, se empieza vendiendo imagen para causar una buena
impresión y se acaba mejorando la personalidad. Pero ello no siempre
es así. Es perfectamente posible que la imaginación acabe
construyendo una máscara que se reduzca al más puro y duro engaño
de consecuencias perversas. Al respecto, el comportamiento mentiroso
es uno de los vicios impulsados por la red. Pero ningún mentiroso
puede estar tranquilo, ya que la propia red genera una espiral de
reproches dirigidos a quien engaña si es descubierto. Y es que el
engaño va contra uno de los logros psicológicos de Internet: la
cohesión del grupo.
El
ciberespacio, en efecto, genera un fuerte sentimiento de pertenencia
al grupo, pese a lo efímeras y frágiles que suelen ser en la
mayoría de los casos, las uniones creadas en la red. ¿De dónde
proviene el sentimiento que cohesiona? Según parece, la red brinda
un entorno útil y acogedor para intercambiar experiencias y discutir
sobre cuestiones de carácter personal. Y ello es verosímil si
tenemos en cuenta que, según se concluye de diversos experimentos
realizados, las personas tienen tendencia a abrirse más ante un
ordenador que ante un confesor o un psiquiatra freudiano. El tópico
afirma que Internet es un medio frío e impersonal, pero la realidad
señala que puede llegar a ser cliente e hiperpersonal. Tanto es así,
que los programas informáticos Listener, Ask Aunt Dee y Sexpert,
basados en la capacidad de sincerarse ante un ordenador que garantiza
el anonimato, son de gran utilidad para combatir la baja autoestima,
el fracaso amoroso y las disfunciones sexuales de la pareja. ¿Las
relaciones sociales? Resulta que la gélida Internet está repleta de
mensajes socioemocionales que favorecen la comunicación y la
relación afectiva. Y resulta también que gracias a los “emoticonos”
(combinaciones de signos de puntuación que representan expresiones
faciales) es posible añadir calidez o humor a los mensajes emitidos.
Pero
no es oro todo lo que reluce: la red, según algunos cálculos,
sextuplica el comportamiento agresivo y pendenciero. Claro que —
paradojas de la vida — también es cierto que en Internet se sellan
amistades y relaciones sentimentales que, con cierta frecuencia,
resisten el paso del tiempo. No debemos olvidar tampoco que la red,
tantas veces acusada de promover el individualismo y la
insolidaridad, cosa que a veces ocurre, fomenta — otra paradoja —
un elevado índice de altruismo, prestando ayuda real a las personas
necesitadas o facilitando la terapia psicológica a través de los
foros de ayuda emocional. Si tenemos en cuenta que Internet está ahí
y no-puede desinventarse, ¿qué hacer frente a los mensajes y
comportamientos indeseables propagados por la red? En cualquier caso,
no hay que ser catastrofistas. Internet es un medio dotado de tal
flexibilidad -mucho más que la televisión, por ejemplo- que
posibilita que el sujeto pase de inducido a inductor. En otros
términos, los millones de usuarios que comparten la red pueden dar
-al modo kantiano-, lo mejor de sí mismos para frenar lo malo y
lograr la reciprocidad de los conectados. Ese es el camino. O es que
quizá deseamos que surja el enésimo pastor de ovejas? Patricia
Wallace responde: “Lo último que queremos es que aparezca algún
“organismo” que se dedique a controlar y guiar Internet”.
Pero
si tenemos en cuenta que el ser humano no es precisamente un ángel,
mucho nos tememos -se trata de una opinión personal- que, a medio o
largo plazo Internet necesitará algún Leviatán (iHobbes!) al que
el internauta cederá voluntariamente una porción de su soberanía
ciberespacial para así preservar la libertad, la dignidad, la
convivencia y la seguridad. La cuestión reside en saber si esto es
posible en la red.
IMPACTOS PSICOLÓGICOS
Conviene
tomar cumplida nota de algunos de los cambios que Internet está
produciendo en la estructura psicológica y la conducta humana. Ello
nos ayudará a comprender un fenómeno que puede llegar a ser de
alcance universal.
PERSONALIDAD.
La red, además de posibilitar el diseño del propio “yo” en
función de los deseos e intereses, fomenta una personalidad más
fría, irascible y pragmática que la de la vida real.
AGRESIVIDAD.
Las investigaciones revelan que frente a una. pantalla de ordenador
se producen unos niveles sorprendentemente altos de insultos,
palabrotas e improperios en comparación con lo que ocurre en las
comunicaciones personales directas. En la red el hombre acostumbra a
tratar a la mujer con una sutil sobrecarga de agresividad verbal.
POLARIZACIÓN.
En el ciberespacio, a diferencia de lo que suele ocurrir en la vida
real la polarización ideológica es más frecuente, intensa y
acalorada. Ello da lugar a posiciones extremistas de difícil
moderación.
INDIVIDUALISMO.
Internet favorece el aislamiento de aquellas personas que
difícilmente se identifican con el grupo. Con frecuencia, estas
personas adoptan la postura contraria a la del grupo a modo de
resistencia psicológica.
ALTRUISMO.
Frente a la cara individualista, como si de Jano se tratara, Internet
muestra la faz más solidaria del género humano. Gracias a la red
han aparecido decenas de miles de personas que dedican su tiempo
libre a ayudar al prójimo. Por el ciberespacio no sólo se deslizan
mensajes sórdidos y mezquinos.
SINCERIDAD.
El anonimato, que garantiza la comunicación vía Internet, consigue
un alto grado de sinceridad en las comunicaciones. Ello hace que la
red se transforme en una suerte de diván psicoanalítico.
COMUNICACIÓN.
Internet, medio que favorece la comunicación y la sinceridad, puede
favorecer en algunas personas comportamientos sociales autistas que
sustituyan amistades reales por amistades virtuales.
HOMBRE.
En las comunicaciones a través de la red, el lenguaje utilizado por
el hombre en situaciones de conflicto es de tono explícitamente
amenazante. En las conversaciones entre hombres los discursos no
suelen superponerse.
MUJER.
En las comunicaciones a través de la red, las mujeres con poder
adoptan pautas ‘varoniles” de discurso. En situaciones
conflictivas, la mujer prefiere el empleo de la amenaza velada. En
las conversaciones entre mujeres, los discursos suelen superponerse.
RACISMO.
Cierto es que por la red circulan mensajes de contenido xenófobo o
racista, pero también es cierto que el anonimato en la red consigue
que determinadas etnias o minorías no tengan problemas cuando se
trata de comunicarse con sus congéneres.
ADICCIÓN.
El llamado síndrome de adicción a Internet” parecía una broma,
pero no lo es. Existe un número indeterminado de personas que
utiliza de forma excesiva la red, cosa que suele repercutir de forma
negativa en las otras actividades. Los psicólogos, no se sabe si en
broma o en serio, afirman que es adicto quien, al levantarse por la
noche para satisfacer las necesidades fisiológicas, se entretiene a
comprobar si tiene o no un correo electrónico por abrir en su
ordenador. Y
es
que Internet nunca duerme.
CONDICIONAMIENTO.
Determinados espacios de Internet son la prueba del nueve del
condicionamiento operante de Skinner según el cual se repiten
aquellas conductas que reciben recompensa. De este modo, los foros
más concurridos de la red son aquellos en los que se recibe el
premio del reconocimiento y la atención de la persona desconocida.
Si bien se mira, otra forma de adicción que puede dar lugar al
típico comportamiento compulsivo.
Miquel
PORTA PERALES
LA VANGUARDIA, viernes 16 febrero 2001, p. l1.
LOS
SERVICIOS DE LAS AGENCIAS DE NOTICIAS CATÓLICAS POR INTERNET
Ante todo quiero agradecer esta oportunidad única para mí. La realidad virtual tiene potencialidades enormes: la difusión que se puede alcanzar gracias a Internet es inimaginable. Pero nunca nos podrá ofrecer la posibilidad de vemos, conversar, bromear como lo estamos haciendo aquí. Gracias, de verdad, por este momento de convivencia con muchos de los que se encuentran del otro lado de la línea telefónica, frente al monitor, al recibir las noticias de Zenit. Gracias a la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación, a monseñor José Sánchez y a don José María Gil.
Antes
de Internet
¿Se acuerdan de cómo se trabajaba hace siete años? Hay que hacer realmente un esfuerzo de imaginación. En 1993, cuando Internet no era más-que un privilegio de científicos y de jóvenes estudiantes universitarios de Estados Unidos, hacer periodismo era otra cosa. La información dependía de dos elementos fundamentales: la posibilidad de formar parte de una estructura informativa (grandes medios de información) que contaban con acceso a las fuentes (agencias de información nacionales e internacionales, periódicos, publicaciones, etc.); o la posibilidad de acceder a fuentes de primera mano (contactos personales o institucionales), o a fuentes de documentación.
Cada
uno podría poner aquí su experiencia, pues casi todos tenéis más
experiencia que yo. De todos modos pongo la mía, pues no tengo otra.
Recuerdo mi experiencia personal en esos años en Roma como redactor
de “Proyección Mundial” y después como corresponsal de “Alfa
y Omega”. Encargándome de información sobre el Vaticano, todos
los días me tragaba el tráfico y el estrés de buscar un
estacionamiento para pasar a recoger a mediodía el boletín de
información de la Santa Sede al que sólo podían acceder los
profesionales acreditados ante la Sala de prensa de la Santa Sede -un
puñado de “privilegiados”-. La información que todo el mundo
publicaba de la Santa Sede dependía necesariamente de esta especie
de “interfaz”. Sólo uno que vivía en Roma podía comprender y
seguir profesionalmente el día a día de la información de la Santa
Sede. No había nada más. El VIS (Vatican Information Service), al
ser distribuido por fax, era necesariamente caro y estaba pensado
sobre todo para ser distribuido entre los señores obispos.
Si
había una noticia que tenía lugar en el Vaticano a partir de una
cierta hora (para las 4 de la tarde se había cerrado la Sala de
Prensa) era muy difícil cubrirla. Muchas veces pasaba desapercibida.
Todo el resto del trabajo dependía de la profesionalidad, la suerte
y de los contactos que uno podía hacer en el Vaticano (la
importancia del teléfono, cenas, etc.).
Ahora
cualquier persona, en Nueva Zelanda o Gijón, puede conectarse a
Internet y en la página web del Vaticano (www.vatican.va), consultar
en tiempo real, a mediodía, aquellos comunicados de prensa que antes
estaban reservados a un grupo de profesionales (durante un año se
creó un sistema por módem que permitía leerlos por suscripción:
costaba unas lOO mil pesetas al año; hoy día es gratis).
En
estos momentos, cualquier persona, en cualquier rincón del planeta,
tiene prácticamente acceso a todas las fuentes oficiales propias de
un corresponsal del Vaticano. Por Internet puede acceder al Boletín
de la sala de Prensa de la Santa Sede, puede recibir el VIS, puede
escuchar por Internet Radio Vaticano. Además puede recibir o
consultar las noticias de las grandes agencias de información
(Reuters, AP). Con Internet han urgido, además, varios servicios
informativos especializados en información religiosa de orientación
católica. Hay una revista mensual, “Inside the Vatican”,
considerada por algunos como una de las mejor informadas sobre el
Vaticano. ¿Saben dónde se hace? En Annapolis, cerca de Washington.
Su director la dirige por teléfono y por Internet desde Estados
Unidos. Colabora con él una pequeña redacción de periodistas en
Roma, pero él puede seguir toda la actualidad gracias a la red y a
un discreto presupuesto para pagar las facturas telefónicas.
Ustedes
pueden hacer hoy día que la Hoja diocesana que realizan sea una de
las mejores fuentes de información sobre la vida de la Iglesia del
mundo. Pueden lograr que sea un instrumento profesional, creativo.
Hoy día pueden enriquecer el panorama informativo local y nacional
con una aportación informativa diferente, en una época en la que
las fuentes de información están homologadas y homogeneizadas (leer
varios diarios, en ocasiones, parece algo redundante). Internet les
pone esta posibilidad al alcance de la mano. El desafío está, por
tanto, en aprovechar estas potencialidades. Este es el objetivo de
este encuentro.
2. FUENTES DE INFORMACIÓN EN INTERNET
Vamos
a ver, por tanto, cuáles son los medios con que contamos para poder
alcanzar este objetivo. Se trata, sobre todo, de las fuentes de
información que pueden dar originalidad y profesionalidad a los
medios en que trabajamos. Si bien nos concentraremos, como indica el
título de este encuentro, en los servicios de información
católicos, quisiera mencionar brevemente también algunos recursos
católicos (y no católicos) que ofrece Internet y que, según mi
punto de vista, les pueden ser de gran utilidad para los medios en
que trabajan.
2.1.
Servicios de
información institucionales de la Iglesia
Ante
todo creo que es muy importante dejar claro un criterio periodístico
profesional: es necesario distinguir entre información institucional
e información periodística. Se trata de una confusión que en
ocasiones es promovido por el mismo medio, Internet. En la web
aparecen todos: cartas pastorales pastorales, comunicados de prensa,
medios oficiales medios oficiosos, agencias de información...
Los
servicios de información institucionales son aquellos que ofrecen la
información oficial de una institución. En este sentido,
constituyen las fuentes fundamentales del trabajo periodístico. Son
fuentes seguras al cien por cien. Ahora bien, son fuentes que no son
periodísticas. No necesariamente ofrecen el contexto, el por qué,
el cuándo, el cómo. En ocasiones se concentran en el que y el
quién. ¿Cuáles son estas fuentes de información primordiales de
la Iglesia? ¿Cómo se puede acceder a ellas en Internet?
2.1.1.
SANTA SEDE
En la página web de la Santa Sede se puede acceder a toda la información institucional que produce el Papa y el Vaticano. Ante todo se encuentran los Boletines oficiales de prensa (escoger servicios informativos, oficina de prensa ...), que se actualizan todos los días en tomo a las 12:00 del mediodía y en tiempo real cuando hay algún comunicado de prensa extraordinario. En Espejo también se encuentran en la página del Comité Central para el Jubileo (www.jubil2000.org) el boletín, sin embargo, está redactado en italiano. Los discursos del Papa se ofrecen íntegros en la lengua original en que los pronuncia. Sólo en ocasiones particulares se ofrecen traducciones. Los periodistas que están acreditados ante la Santa Sede pueden recibir bajo encargo el boletín por Internet (antes de que sucedan grandes acontecimientos). Para ello, con la acreditación, se les facilita una palabra clave de acceso.
En
la misma página web del Vaticano se pueden acceder al Vatican
Information Service (VIS), que no es una agencia periodística sino
oficial de la Santa Sede. Se trata de un servicio pensado
principalmente par los obispos en el que se resume de manera
“oficial” la vida y actividades del Papa y los hechos más
importantes de la Santa Sede. Se puede acceder al VIS en tiempo real
gratis en la página www.iubil2000.org.
Actualmente
existe una versión digital de la edición cotidiana en italiano de
“L’Osservatore Romano”, en italiano. Se trata de una selección
de algunos artículos. Aparece todos los días en tomo a las 18:00
con la edición que lleva por fecha el día siguiente. Existe,
además, una edición en castellano semanal, que ofrece algunos de
los artículos o discursos del Papa. La información producida por
“L’Osservatore Romano” no es oficial, sino “oficiosa”. Lo
mismo sucede con las traducciones de los discursos del Papa, aunque
son las que se toman en general como referencia científica.
”Radio
Vaticano”, aunque se puede escuchar en la página web del Vaticano,
tiene su propia página web (www.radiovaticano.org), en numerosos
idiomas. Permite escuchar en tiempo real algunos de sus programas y
consultar archivo. En español, tiene además una edición semanal
con un resumen de noticias escrito sobre la vida de la Santa Sede y
la Iglesia en el mundo. En concreto, ofrece comunicados de prensa,
documentos, o noticias de la Iglesia en América Latina dificiles de
encontrar de otro modo. En italiano, “Radio Vaticano” produce dos
informativos de calidad profesional extraordinaria. Se pueden
escuchar por Internet a las 14:00 y a las 21:00. Los programas
informativos de “Radio Vaticano” no son oficiales, pero tienen
casi el peso de un órgano oficioso.
En
la página web se presenta, además, información y documentación
sobre:
•
Acontecimientos que están por suceder (Calendario del Jubileo).
•
Liturgias (informaciones prácticas sobre próximas ceremonias). En
particular, se preparan las canonizaciones y beatificaciones.
• Información
sobre casi todos los organismos de la Santa Sede.
•
Documentos de los últimos Papas y de organismos de la Santa Sede.
2.1.2.
IGLESIA EN EL MUNDO:
En general, las Conferencias Episcopales, las diócesis, las instituciones católicas ofrecen su propia información a través de las páginas web. Estos sitios en Internet se han convertido en buena parte de los casos en la ventana oficial de estas instituciones.
Ofrecer
una lista aquí es muy difícil, pues hay realmente muchos. Pongo
sólo algunos ejemplos. Se trata de instituciones que actualizan la
información y que, por tanto, son fuentes útiles o necesarias de
información. Pueden encontrar más información en www.esglesia.org.
Conferencia Episcopal Española
(http ://www
.conferenciaepiscopal .es/). Arquidiócesis de Madrid
(http://www.archimadrid.es/). Archidiócesis y diócesis
españolas. Pueden visitarse en
http://www.esglesia.org/espanyola.htm.
Conferencia Episcopal Francesa (http://www.cef.fr/). Conferencia
Episcopal de Estados Unidos (http://www.nccbuscc.org/). Consejo
Episcopal Latinoamericano, CELAM (http://www.celam.org/). Más
ejemplos en (http://www.esglesia.org/pagina_n6.htm). Las
Congregaciones religiosas cuentan con páginas propias
http://www.esglesia.org/ordenes.htm.
Existe, además, una página-web que coordina la información entre
estas familias. Puede visitarse en http://www.vridimusdominum.org.
En este apartado habría que añadir las páginas web de información
de instituciones, movimientos, comunidades, asociaciones,
organizaciones católicas. Pueden encontrarlos en
http://www.esglesia.org.
2.2.
AGENCIAS DE
NOTICIAS:
De
la Santa Sede que no es oficial es la agencia misionera “Fides”
(http://www.fides.org). produce un boletín semanal en español,
inglés, italiano, francés, alemán, chino y árabe. Informa sobre
los grandes desafíos de la Iglesia en países de misión y sobre las
grandes emergencias políticas, sociales, culturales, del tercer
mundo.
En
España, la primera agencia de noticias fue el SIC (Servicio de
Información de la Iglesia Católica), de la conferencia Episcopal
Española. La conferencia edíta además el Retablo de actualidad,
una publicación semanal de gran utilidad para los medios que ustedes
dirigen (http ://www.conferenciaepiscopal .es/).
En
España han comenzado a surgir agencias de información de ámbito
diocesano. La primera fue Avan, de la diócesis de Valencia
(http://www.archivalencia.org/noticias/avanlavan.htm). La segunda ha
sido InfoMadrid, de la arquidiócesis de Madrid
(http://www.archimadrid.es/). Entre las agencias de noticias
católicas, que son independientes, la más antigua es quizá
Aceprensa (http://www.aceprensa.com). semanario de análisis e
información.
Fuera
de España, con sede en Roma se encuentra Zenit,
(http://www.zenit.org). En América Latina, de ámbito general, se
encuentra Aciprensa (http://www.aciprensa.com) y Noticias Eclesiales
(http://www.eclesiales.org). Las dos realizadas con sede en Perú.
Argentina es el único país de lengua española que cuenta desde
siempre con una agencia de noticias, AICA. Puede consultarse la
página en (http://www.aica.org/).
La página Vidimus Dominum realiza una agencia de noticias en varios idiomas sobre la vida y actividades de los religiosos en el mundo. Puede visitarse en (http://www.vidimusdominum.org.).
Agencia
Misna, es una agencia promovida por los padres combonianos de gran
calidad profesional: una de las mejores fuentes de información en
absoluto sobre el así llamado sur del mundo, y particularmente sobre
Africa. No se publica en español. Tiene ediciones en italiano,
inglés y francés. Puede consultarse en (http://www.misna.org/).
Varios
países católicos cuentan con servicios de información en su propio
idioma de gran calidad profesional. El más importante es Catholic
News Service, agencia de noticias independiente pero de propiedad de
la conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos
(http://www.catholicnews.com!). En inglés, también puede
consultarse Catholic World News. Su página es
(http://www.cwnews.com/). En francés existe Flashpress, servicio
informativo independiente (http://www.flashpress.com Apic agencia de
información de la conferencia Episcopal de Suiza
(http://www.kipaapic.cb/) , Sip, agencia de información de la
Conferencia Episcopal de Bélgica (http://www.catho.be/cip/cip.html).
En alemán, existe la famosa- KNA, Katholische Nachrichten Agentur
(http:I/www.kna.de/),
y
la agencia Kipa (correspondiente de Apic) de la conferencia Episcopal
de Suiza (http://www.kipa-apic.ch/). En portugués, Ecclesia, agencia
católica portuguesa (http://www.ecclesia.pt/), y el servicio de
noticias de la Conferencia Episcopal Brasileña
(http://www.cnbb.org.br/noticias.html). En italiano, la Conferencia
Episcopal dirige SIR (http://www.chiesacattolica.it). más
información en (http:Ilwww.es
glesia.org/pagina_n.htm).
2.3.
OTRAS FUENTES DE INFORMACIÓN RELIGIOSA EN
INTERNET:
2.3.1.
Publicaciones católicas:
Además
de las agencias de noticias católicas, en Internet se puçden
consultar publicaciones periódicas de interés para sus
publicaciones. En España: Alfa y Omega (http://www.archimarid.es/)
Iglesia en camino, arzobispado de Mérida-Badajoz
(http://www.christusrex.org/www 1
/camino/camino.html).
Paraula de Valencia (http://www.paraula.org/) Mercabá, seminario
cristiano de Murcia (http://www.mercaba.org/). En Español, La voz
católica, de la arquidiócesis de Miami (http://www.vozcat.coml), El
Observador de México (http://www.catholicchurch.org/observador/),
etc. En italiano, el diario (http ://www.
avvenire.it).
En
inglés los semanarios diocesanos de Estados Unidos con seis millones
de ejemplares de tirada. Muchos pueden consultarse en
(http://www.catholic.net/rcc/Periodicals/mags.html.). más
información en (http://www.esglesia.org/publicacl .htm).
2.3.2. Agencias de noticias generalistas:
Para
su trabajo puede ser muy útil la manera en que las agencias de
información afrontan las noticias religiosas. Pueden ser incluso
motivo de ideas. En (http://www.yahoo.es) al escoger noticias, se
ofrece un buscador de noticias en varias agencias (entre otras ,
Reuters, AP, Europa Pess, Notimex). Es un sistema realmente eficaz
pues te permite buscar una noticia en estas agencias la mismo tiempo.
No publica Efe, por lo que es necesario irse a la página de esta
agencia (http://www.efe.es) o a la de alguna otra que republica las
noticias de Efe (http://www.yupi.com/).
2.3.3. Revistas de prensa digitales:
Una
consulta temática con la ayuda de un motor de búsqueda en todos los
periódicos de España que tienen edición en Internet puede
revelarse de gran utilidad. Esto es posible hacerlo en varios
servicios. Da muy buenos resultados el servicio Titulares
(http://www.titulares.com/).
2.4.
Búsqueda de información y documentación en Internet:
los
nuevos motores de búsqueda en Internet y el crecimiento constante de
nuevas fuentes de información y documentación están haciendo de la
red una inmensa biblioteca- hemeroteca. El gran problema de la
búsqueda de la información está siendo redimensionado con motores
de potencia inaudita, como es el caso de (http://www.google.com/).
Este motor de búsqueda, sobre todo si se combinan dos o varias
palabras clave, ofrece a velocidades sorprendentes acceso a las
páginas web.
Ofrece la posibilidad de investigar sobre instituciones y personas recurriendo a fuentes originales. Hagan la prueba de la potencia de estos motores: pongan su nombre. Más de uno se sorprenderá.
3. EL USO DE LAS FUENTES DE INFORMACIÓN:
Ahora
bien, para que sus fuentes de información se vean enriquecidas
realmente por estas posibilidades ingentes, es muy importante aplicar
el pie de la letra un principio fundamental: evitar el pega y copia.
Es importante concebir la información institucional y la información
de las agencias de noticias como material bruto que tiene que ser
trabajado para que se amolde con la armonía del servicio informativo
que ustedes dirigen. Esto implica:
3.1.
Adaptar la información al formato de las Hojas
Diocesanas
La
agencia tiene una periodicidad diferente a la de sus publicaciones.
Podrán y deberán, por ejemplo, hacer un artículo con varios
despachos de agencia. Pueden elaborar información uniendo artículos
sobre un tema de varias agencias de noticias (el resultado puede ser
de una calidad profesional sorprendente). Las agencias de noticias se
dirigen a un público muy amplio. Hay que usar las agencias pensando
en el público de nuestra publicación. El uso y el manejo que se
haga de la noticia debe obedecer también a este criterio.
3.2. Adaptar la información del lenguaje a las Hojas Diocesanas:
Un
semanario no es lo mismo que una agencia. En ocasiones es necesario
vestir la información de una agencia para que se armonice con la
hoja diocesana. En ocasiones, las agencias de noticias son
latinoamericanas. Es importante cuidar el lenguaje, pues en ocasiones
hay conceptos, expresiones, vocabulario que no entiende nuestro
público. Siempre hay que revisar la redacción. Las agencias de
noticias pagan el precio de la rapidez con que se redactan.
4. CONCLUSIÓN
Todas
estas fuentes de información combinadas hacen que Internet sea un
instrumento de información superior al de cualquier redacción de
cualquier periódico. Además, la única desventaja que tiene todavía
Internet, el hecho de recibir la información con varias horas de
retraso con respecto a las grandes agencias, no es un problema para
las publicaciones periódicas que ustedes dirigen. La clave, por
tanto, está en saber hacer uso de Internet.
Esto
requiere varias condiciones:
•
Buen conocimiento de la materia: de lo contrario Internet se puede
convertir en una trampa fatal, pues en la web se pueden encontrar
desde las noticias de Reuters, la agencia más grande del mundo con
miles de periodista, hasta el primer emocionado que escribe cartas a
las que llama noticias.
•
Buen conocimiento de las fuentes de información. Cada mes surgen
nuevos servicios, nuevos sistemas de búsqueda.
•
Ambición profesional. Nuestras publicaciones no deben contentarse
con el trabajo que hacen las agencias. Son una ayuda eficaz, pero en
ocasiones se pueden mejorar: verificar con las fuentes, encontrar
nuevos ángulos, opiniones, etc. es una cuestión de tiempo y medios.
Sabemos que este es el gran problema de sus publicaciones.
•
La clave, por tanto, del buen uso de Internet no está en Internet,
sino en la redacción (por más pequeña o elástica que sea) de las
Hojas Diocesanas. Ahí está la clave para aprovechar este nuevo
horizonte que se abre ante nuestros ojos con la red.
Jesús
Colina
Agencia Zenit.
MCS N° 200/201 (MAYO — DICIEMBRE
2000).
El
ANAQUEL
Abro este espacio, que he denominado “El anaquel”, para ofrecérselo a todos los hermanos de la Inspectoría, como un ámbito para la colaboración y las aportaciones. Comenzamos este mes con unas reseñas que me ha enviado Félix Domínguez. Poco a poco espero ir recibiendo otras aportaciones. Serán de suma utilidad para estimular, entre otras cosas, la lectura en la Inspectoría. Le agradezco a Félix su primera aportación.
Paseo
alrededor de la muerte
Domingo
García-Sabell
Alianza Editorial - 1999 - 187 págs.
En
este ensayo el autor, médico humanista, realiza un paseo alrededor
de este misterio que es también un hecho físico y visible; es un
acercamiento a este fenómeno humano constante en la vida y los
avatares del hombre que es la muerte, el morir. “Nada más nacer,
el hombre tiene ya edad suficiente para morir”. Heiddeger inspira
no pocas páginas del libro, que se enraíza en el pensamiento de
Platón. Sin ser un libro de meditación sobre la muerte, su lectura
nos facilita la meditación, pues está presente la psicología, el
arte, la antropología, la filosofía, la religión; nos invita a
pasear por la ancianidad, la agonía, la eutanasia. Requiere lectura
pausada y atenta. Aún así nos daremos cuenta de que, poseyendo en
cierto sentido la muerte, ella nos posee de una forma más absoluta y
que por eso, cuando creemos que ya la entendemos, ella, aguda, huye
de nuestras búsquedas. Pero no es inútil dialogar con esta dama que
nos espera al final del camino.
Sobre
el cristianismo
Julián
Marías
Planeta - 1997 - 237 págs. –
Es
un ensayo en que se recopilan artículos y conferencias del autor y
que está a medio camino entre la apologética moderna y la reflexión
filosófica; de fácil lectura. Intenta descifrar desde su óptica de
filósofo y cristiano los problemas y desafíos de la Iglesia en este
tiempo. Algunos títulos: El cristianismo como religión; la realidad
humana; la vertiente religiosa de la justicia social; la actitud del
papado; la imagen de Dios; los medios de comunicación social desde
una perspectiva religiosa; filosofía actual y ateísmo; la figura
del sacerdote. Se destacan sobre todo dos estudios muy iluminadores:
matrimonio y divorcio; visión antropológica del divorcio. Los
capítulos son breves lo que facilita su lectura. Es casi seguro que
quien lea esta obra se le agradecerá a Julián Marías su trabajo.
La
perspectiva cristiana
Julián
Marías
Alianza Editorial - 1999 - 139 págs.
“Este libro responde a reflexiones hechas durante más de sesenta años y que arrancan desde mi primera juventud”. Reflexión sobre diversas realidades, desde la perspectiva cristiana, como religión y como visión de la realidad. Algunos temas: Providencia y Paternidad; la Encarnación; el pecado y la redención; el drama de la vida humana; la inmortalidad y la resurrección; Dios como amor; las infidelidades cristianas al cristianismo; libertad y responsabilidad,.. .Son reflexiones claras, en capítulos breves y de fácil lectura. Es casi un libro de bolsillo para llevar en los viajes.
El
problema de ser cristiano
Pedro
Laín Entralgo
Galaxia Gutenberg - Círculo de Lectores - 1997
- 138 págs.
En
este libro se descubre al Laín más cristianamente humano. Nos
confía el ‘examen de la propia vida’, ya larga y profunda,
regida por el pensamiento científico. Alguien ha escrito que éste
es el testimonio más profundo y convincente de un intelectual de
nuestro tiempo y lo demuestra en la síntesis fiel del pensamiento
científico con su ser cristiano.. Lo hace en siete capítulos en los
que el autor introduce al lector a través de lo esencial en el hecho
cristiano y de los modos, cómo se ha ido produciendo a lo largo de
lo siglos, en la gran tarea de la reconciliación del ser cristiano
con la naturaleza, con la historia, con los hombres y consigo mismo.
Su breve curso d conferencias en el Colegio Libre de Eméritos sobre
el hecho de ser cristiano, que eso es el libro, lo cierra afrontando
la crisis histórica y los asuntos más espinosos de nuestro tiempo:
la sociedad occidental a fines del siglo XX, la vida religiosa de esa
sociedad y una propuesta de conducta y no soluciones. Un libro para
leer, meditar y gozar intelectual y cordialmente.
Breve
Historia del siglo XX
Fernando
García de Cortázar
Galaxia Gutenberg. Círculo de Lectores -
1999 - 494 págs.
El
autor que más ha contribuido a la divulgación de la historia de
España, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de
Deusto, comprometido en la clarificación del problema vasco,
presenta un resumen histórico del s. XX en 36 temas que expone por
orden alfabético, con lo que evita decantarse por los más
importantes. Once temas giran en torno a personajes relevantes.
Incorpora una selección de discursos y escritos de grandes hombres
de ese siglo; con ello contribuye a desvelar una a una las claves que
han marcado el destino del siglo pasado. Su elegante prosa, ágil y
amena cautiva al lector. Por otra parte, la selección de temas
variados facilita la elección que más interese.
Pensamiento
único y
globalización: reto a la
escuela católica
Secretariado Interdiocesano de la escuela Cristiana de Euskadi - 2000 - 237 págs.
El
libro incluye las ponencias de las Terceras Jornadas de los Centros
Educativos de Iniciativa Social de la Iglesia de Euskadi. Las
reflexiones giran en torno al debate cotidiano de la globalización
pero en este caso en cuanto a la incidencia en la educación y más
concretamente en la Escuela Católica. Qué hacer no sólo ante la
economía única, la política única, sino ante el pensamiento único
al servicio de éstas; qué desafíos presenta el neoliberalismo a la
pastoral; cómo vitalizar la cultura local frente a la cultura de la
globalización. Para todos los que están interesados en este
fenómeno (¿y quién no debe estarlo y más si somos educadores?) es
un libro que puede ser muy útil.
La
izquierda en el umbral del siglo XXI
Marta Harnecker
Siglo Veintiuno Editores - 1999 - 410 págs.
La
autora es marxista chilena y se refiere a la izquierda
latinoamericana y sus desafios actuales, si bien muchos temas son de
carácter universal. Presta el servicio de poder conocer el
pensamiento marxista en estos momentos. La autora no oculta que su
trabajo se refiere a la izquierda de inspiración marxista
identificada con el movimiento de liberación nacional. El libro, por
tanto, hay que leerlo y entenderlo en esta clave. En una primera
parte presenta los hitos que marcan a la izquierda, desde la
revolución cubana hasta la caída de socialismo en la Europa del
este, y desde su desmoronamiento hasta hoy. La segunda parte presenta
la situación del mundo de hoy. Esta sección es muy interesante por
lo que tienen de análisis sociológico: la nueva revolución
tecnológica, los cambios en la organización de la producción, la
globalización como una nueva fase de internacionalización del
capital, el neoliberalismo y la globalización, sus problemas y los
efectos en los sectores populares, muy en línea con el análisis
sociológico que distinguió a Marx. La tercera parte trata de la
situación en la que se encuentra la propia izquierda, que vive una
crisis muy amplia: cómo situarse ante los nuevos fenómenos y, en
especial, ante la globalización; la solución, según la autora, se
basa en reivindicar a Marx y construir una fuerza social antisistema.
Para ello propugna reformas revolucionarias, distanciándose de los
meros reformistas y de los revolucionarios radicales. Es un libro
interesante sobre todo para los introducidos en estas materias.
Informe
Lugano
Susan George
Intermón Oxfam. Encuentro. Icaria Editorial - 2001 - 255 págs.
La
autora nació en Estados Unidos y vive desde hace varios años en
Francia. Politóloga desde la filosofía. Este libro, según algunos,
debe estar seguramente en las mesillas de muchos gobernantes. El
Informe Lugano ofrece uno de los diagnósticos más reveladores de
las condiciones objetivas y subjetivas de la situación del
capitalismo y de sus perspectivas de futuro, informe autocrítico en
algún punto, pero construido para ratificar la hegemonía del
capitalismo. El mercado (la economía de mercado, que no ‘nuevo
capitalismo’, dentro de una desdramatizacíón lingüística) es el
sujeto de la economía y, en consecuencia, de la política, de la
cultura y de la sociedad. El Informe Lugano es una suposición. Es
como si los dueños de la globalización pidieran a una serie de
pensadores que pusieran por escrito su estrategia; pero la autora es
Susan George. Este libro viene a sumarse a la incipiente literatura
crítica de la globalización y ayuda a repensar el período que
media entre la muerta idea de la modernidad conectada con la
Revolución Industrial y una nueva modernidad. Ayuda a un saber real
acerca del ‘nuevo desorden’. Es un libro fascinante.
La
sociedad multiétnica
Giovanni
Sartori
Taurus -2001 - 138 págs.
La
actual coyuntura por la que atraviesa España y muchos países
europeos y que tiende a convertirse en estructural, confiere a este
libro un interés muy actual. El autor, italiano, y profesor de
Ciencias Políticas en la Universidades de Florencia y Columbia
afronta la situación de las sociedades europeas que atraviesan casi
a ciegas un proceso de tanta envergadura como es su transformación
en sociedades multiétnicas. Un fenómeno que antes sólo ocurría en
Estados Unidos, se está dando con fuerza en Europa. Es una puesta en
escena de la teoría del ‘eterno retorno’ que, en este caso
recuerda las invasiones de los pueblos asiáticos acaecidos en siglos
lejanos. El autor cree necesario verter luz sobre los que nos está
sucediendo, y distinguir bien el multiculturalismo, artificial y
nefasto, del interculturalismo, tolerante y enriquecedor. Pero, sobre
todo, el autor propugna mantener el pluralismo como vacuna frente a
la intolerancia. Para los interesados en este masivo fenómeno de las
migraciones, un efecto más de la globalización, será un libro que
les abrirá horizontes a la hora del diálogo y de las propuestas, y
les hará salir del concepto de sociedad cerrada.