Bosco y con mucha reticencia, lo consintieron bajo coacción Sesión 2 (1880)
e imposición de las autoridades civiles como lo señala
El método salesiano de educación demandaba una
Amadei.27
dedicación original, así como, un educador habilidoso.
(2) Breve tratado sobre el Sistema Preventivo
Ciertamente, este tipo de castigos iba, totalmente, en
contra de aquello que el mismo don Bosco había escrito en
el “Breve Tratado sobre el Sistema Preventivo en 1877.28
Este importante “ensayo” educativo, aunque considerado
un esquema, fue editado y publicado ocho años después.
Permanece, por lo tanto, (junto con la carta de 1883 y con
otros documentos citados en el Excursus siguiente) como la
declaración oficial de Don Bosco en la materia.
Su introducción, en el Breve Tratado, da el tono. Él
escribe “acerca del llamado Sistema Preventivo de uso
generalizado en nuestras casas”. En el párrafo 2 dice: “Este
sistema está basado complemente en la razón, la religión y,
por encima de todo, en la amabilidad, por lo tanto, excluye
cualquier castigo violento y funciona, aún, sin la menor
llamada de atención”.
En el párrafo final, “Una palabra acerca de los castigos”
no hace ninguna alusión al uso de “la celda de reflexión” (ni
para los casos excepcionales) y lo que se ha dicho la excluye
definitivamente junto a otras formas de castigo físico: “El
educador buscará la forma de ganarse la estima de sus
alumnos si quiere hacerse temer” (#1).29 “Con los jóvenes
un castigo es, precisamente, un castigo” (#2). “Corregir
y castigar nunca se harán en público” (#3). “Golpear a un
muchacho, infringirle dolor corporal, [y otros]… deberán,
absolutamente, evitarse” (# 4).
Para subrayar la preocupación de Don Bosco por una
verdadera educación Salesiana, se propone el siguiente
texto más o menos contemporáneo al anterior.
5. EXCURSUS — Caridad y amabilidad hacia los alumnos,
“alma” del Método Educativo Salesiano
(1) Palabras de Don Bosco en el Capítulo General II,
27 Cf. nota al pie de página 20 y el texto relacionado de la parte supe-
rior. – En material del uso de la “celda de detención”, la paráfrasis de Mi-
chael Ribotta capta con precisión el sentido que Don Bosco le da al texto
(citado con antelación). “Creo mi deber decir alguna palabra acerca de
enviar a un indisciplinado al encierro después de clases. Personalmente
no apruebo esas tácticas. Las encuentro degradantes. Enviar a un joven
al encierro, a la larga, termina solamente enfadándolo más. Y el demo-
nio siempre se aprovecha para empeorar una mala situación. He recibido
informes de que algunas de nuestras escuelas consideran esta práctica
“absolutamente necesaria”. Entonces que así sea. Sin embargo, insisto
en que alguien pasea a visitar, ocasionalmente, al joven y dialogue con
él en esos “lúgubres momentos” de aislamiento. Aproveche la visita para
que el muchacho se de cuenta que el castigo fue aplicado porque sus
educadores no sabían más que hacer con él y no deseaban llegar a me-
didas extremas. Tengan corazón. Levántenle la moral al joven cuando se
encuentre a solas consigo mismo. Si el joven da señales de recuperación
terminen el encierro inmediatamente”. (Michael Ribotta, “Tough Love is
Not the Answer”. Journal of Salesian Studies VI: Spring 1995, 106f.).
28 El Sistema Preventivo en la Educación de la Juventud (Il sistema
preventivo nell’educazione della gioventù) in Opere Edite XXIX, 99-109;
para la versión inglesa del texto consultar Constitutions and Regulations
of the Society of Saint Francis de Sales (Direzione Generale Opere Don
Bosco, 3rd ed., 2009) 248-255.
29 “Si desea hacerse temer” es la traducción italiana de “se vuol farsi
temere” que significa, “si desea ganarse su respeto”
Talvez, esto no fue fácil, particularmente, para los clérigos
sobrecargados de trabajo en el aula. Don Bosco tuvo que
lamentar un enfriamiento del espíritu de San Francisco
de Sales en lo referente a la amabilidad, una ruptura de la
relación educador-alumno tan buena y efectiva en tiempos
pretéritos. A los Capitulares les dedicó estas palabras:
Debemos hacer un esfuerzo conjunto para encontrar
la forma de cultivar el espíritu de caridad y amabilidad
(carità e dolcezza) de San Francisco de Sales. Ese
espíritu se ha debilitado entre nosotros y su pérdidas en
más notoria en las aulas, como he tenido oportunidad
de observar en mis visitas a las casas. Algunas veces
los alumnos carecen de la debida atención porque le
desagradan a su instructor. Por momentos, se encuentran
abandonados y se les aísla en el salón de clase; el docente
no les pregunta por largos períodos de tiempo y no les
corrige sus tareas. Y, nuevamente, los muchachos son
expulsados del aula, sin embargo, cuando el superior
los envía de regreso al aula, el instructor los admite de
mala gana, los trata mal y, algunas veces, no ocultan su
rencor contra éste. Entonces el superior para evitarse
la enemistad del docente, con quien necesariamente
debería tomar las medidas del caso, se ve forzado a
desestimar al alumno o a tratarlo injustamente cuando
quizás un tratamiento más amable podría conducirlo a
un comportamiento más religioso y según la voluntad
divina. Los animo insistentemente, por consiguiente,
a fortalecer el espíritu salesiano de amabilidad y de
caridad en ustedes, a promoverlo en sus casas y entre
sus hermanos, particularmente, sin son docentes.”30
(2) Palabras terminales de Don Bosco
Al aceptar centros educativos y en la suscripción de
convenios con las autoridades locales, una de las exigencias
de Don Bosco fue que el programa educativo salesiano y
su método no fueran interferidos de ninguna forma. Esto
no era negociable. Los establecimientos podrían estar bajo
el control de otros; la administración financiera podría
ser negociada; pero la educación de los jóvenes debía
ser salesiana – única y exclusivamente bajo el control de
los salesianos y de acuerdo con el método salesiano. Tal
postura emerge de la correspondencia de Don Bosco con
las partes contractuales así como de las discusiones sobre
las fundaciones en las reuniones del Consejo General.
[Don Bosco al Príncipe Gabrielli]
Por ejemplo, cuando el internado de San Miguel en Ripa,
Roma, fue ofrecido a los Salesianos en 1879, Don Bosco le
dirigió el borrador del convenio al Príncipe Gabrielli (quien
presidía el Comité) en los términos siguientes:
“La administración [presente] tendrá control de las
finanzas y de la oficina de personal, los bienes raíces,
30 Capítulo General II, Sesión 2, Septiembre 4, 1880, Barberis, Minutas
Transcritas, Cuaderno I, 14-15; FDBM 1857 C9-10.
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