MAMÁ MARGARITA, MUJER


MAMÁ MARGARITA, MUJER














FELIZ NAVIDAD, DE LA BUENA


La Navidad es un período que genera en muchas personas sensaciones contrapuestas, contradictorias. Es la Navidad de la familia, del reencuentro, del cariño, pero al mismo tiempo es la Navidad de la diversión, del consumismo, de las ausencias. Hace años había una campaña del Corte Inglés que causó sensación: Ya es primavera en el Corte Inglés. Parodiando dicha campaña, podemos decir que “Ya es Navidad en las grandes superficies”. Pero la auténtica Navidad, la de un Jesús que viene, como viene siempre, esa nos va a costar un poquito más el prepararla, realizarla y vivirla. Pero las cosas grandes cuestan un poquito. Feliz Navidad, de la buena.









  1. Retiro ………………….……….......... 3-11

  2. Formación…………….……….........12-20

  3. Comunicación.….…................ 21-26

  4. El anaquel……….……............ ...27-43







Revista fundada en el año 2000

Segunda época


Dirige: José Luis Guzón

C\\ Las Infantas, 3

09001 Burgos

Tfno. 947275017 Fax: 947 275036

e-mail: jlguzon@salesianos-leon.com


Coordinan: José Luis Guzón y Eusebio Martínez

Redacción: Raimundo Gonçalves

Maquetación: Xabi Camino

Asesoramiento: Segundo Cousido y Mateo González


Depósito Legal: LE 1436-2002

ISSN: 1695-3681






Mamá Margarita, madre de la familia educativa creada por D. Bosco en Valdocco1


El 150 aniversario de la muerte de mamá Margarita ha sugerido el aguinaldo del Rector Mayor para el año 2006. Mamá Margarita, madre de la familia educativa creada por D. Bosco en Valdocco, nos anima a prestar especial atención a la familia, cuna de la vida y del amor, lugar privilegiado de humanización.


Se puede abordar la figura de mamá Margarita desde muchos frentes: como mujer, como madre, como madre de D. Bosco y de sus muchachos. Dejemos a los historiadores que hagan su particular trabajo. Este año nos conviene contemplarla como mujer que se hace madre de la familia creada por D. Bosco.




1. La mujer de hoy


Basta sentarse un rato delante del televisor con un poco de sentido observador para percatarse del amplio repertorio de modelos femeninos con los que nos encontramos. Consideraciones estéticas, valoraciones morales de actos y actitudes, circunstancias laborales, modelos de relaciones con las personas, vivencia de la sexualidad, pretensiones de ocupar lugares en la sociedad, manipulación del cuerpo femenino como reclamo publicitario... Pero, para conocer a la auténtica mujer de hoy, conviene dialogar con las mujeres, más o menos jóvenes, de nuestras obras; podemos percibir la multitud de circunstancias que les toca vivir y de problemas que afrontan.


Quizás conviene separarnos un poco de la ‘realidad virtual’ que nos imponen los medios y fijarnos más en las mujeres reales de carne y hueso: las que enseñan a rezar a sus hijos, las que estudian con ellos para estimularles en sus tareas, las que velan por sus sueños y sus enfermedades, las que asisten a las reuniones de padres en la parroquia o en el colegio, las que sufren con sus hijos los fracasos de la vida, las que enseñan a sus hijos compartir tiempo y dinero con los más necesitados, las que superan sus dudas de fe en un voluntariado social o parroquial, las que acompañan a sus maridos donde no les apetece con tal de fortalecer el amor de pareja, las que comprenden y perdonan las debilidades de los miembros de su amada familia,...


Esta es la mujer de hoy; esa mujer es más cercana a la imagen de mujer que experimentó D. Bosco y que percibieron los jóvenes del Oratorio con la persona de Mamá Margarita.




2. Mujer o rostro femenino-materno de Dios


La mujer, como persona humana, integra cuerpo y alma, proyectos y valores, ideales y vivencias. No es sólo cuerpo o alma, inteligencia o voluntad.... Es unidad de persona que, en lo más íntimo de su ser, se puede denominar “espíritu”. Esto es lo que la hace más imagen de Dios; no su cuerpo ni su inteligencia, no su psicología o su voluntad.


Por su espíritu, la mujer se siente abierta a Dios, se siente morada de Dios, se experimenta protegida de Dios y llamada a plenitud de vida. Y de ahí se puede intuir la sintonía con Dios. El Espíritu, tercera persona de la Trinidad, la ‘ruaj’ de Dios, es el rostro femenino de Dios.


Sin este principio femenino de Dios, reflejado en el espíritu de la mujer, no es posible comprender el surgir de la historia de la salvación. La mujer ayuda a entender este rasgo de Dios, en el cual se muestra su fecundidad, su amabilidad, sus proyectos de familia,... Esto tan característico de la mujer, reflejo de la vida de Dios, también tomó forma en mamá Margarita y pudieron tocarlo los muchachos de D. Bosco. Quizás la formulación teórica y teológica la hayamos inventado más tarde, pero ellos se adelantaron a vivirla y experimentarla. En el encuentro con la madre del Oratorio, los muchachos pudieron experimentar la amabilidad de Dios, su providencia, la fuente de vida, los sueños de un futuro mejor para todos, la fortaleza por conseguir nuevas metas en la construcción de una sociedad más acorde con los criterios de Jesús.



3. Mamá Margarita que se realiza compartiendo la misión del hijo


El punto de partida de la vida de Mamá Margarita no fue el nacimiento de Juan Bosco, su hijo santo, sino la marcha desde el pueblo a la ciudad de Turín, acompañando a su hijo embarcada en una aventura cuyo fin era impredecible.


Juan Bosco llevaba años dedicando todas sus energías al Oratorio, hasta caer extenuado en una enfermedad “que difícilmente se cura” (en expresión de la marquesa de Barolo). Juan Bosco se recupera durante una temporada en la casa materna y vuelve a Turín acompañado de su madre. Cuando se acercaban a la ciudad encuentran a un sacerdote amigo de Juan, que le apoya donándoles su reloj de bolsillo para hacer frente a las primeras necesidades; ese es el panorama con el que Margarita se encuentra. Panorama escorazonador para cualquier mujer sin fe en Dios y en su hijo. Otro motivo para quedarse con su hijo lo proporcionaba el ambiente en que tenía que vivir: barrio conflictivo, junto a una casa “dove si commettevano dei nefandi”.


D. Bosco sabía que necesitaba una madre para su obra; y Margarita comprendió también la necesidad por ello la opción arriesgada y valiente de consagrarse también ella a la obra de su hijo. La figura de mamá Margarita es fácil imaginarse, a pesar de que no existan muchas fotografías suyas. Mujer campesina de su tiempo. Recia, fuerte, capaz de desempeñar labores de un campesino, pues se las arregló, siendo viuda, para sacar adelante una familia de tres hijos y una abuela. Con intuición femenina comprendía el estado de ánimo de los miembros de la familia y adivinaba el posible futuro de su hijo: sacerdote.


El “hazte robusto” del sueño no estaría lejos de la fortaleza que veía en su madre; sin necesidad de preocuparse de ‘guardar la línea’, sin controles de peso, sin masajes ni gimnasios, sin terapias ni preocupaciones de fitness... Margarita comprendía que la salud es don de Dios, que cuidar la salud es un deber moral, que lo que daña al cuerpo no es bueno para el espíritu, que la naturaleza es sabia y creada por Dios por lo cual merece respeto.


Mamá Margarita enseñará a su hijo a contemplar el cielo y la naturaleza, como don de Dios y ámbito en el que desarrollar la vida. Don Bosco lo transmitió también a sus chavales, aunque sin la organización ecologista que posteriormente se ha desarrollado.


Como mujer, también Margarita se preocuparía de la estética; pero no con el afán que prima en nuestros tiempos (forma externa, figura,...) sino con la inquietud de armonía con la naturaleza. Estética que la ayuda a comprender la auténtica belleza del cuerpo del Crucificado. Es una escena sobradamente conocida cuando, cansada por los destrozos que producen los biricchini, decide volverse al pueblo; D. Bosco la señala el crucifijo. Margarita comprende que el cuerpo tiene un mensaje de salvación, en cuanto que es cuerpo entregado donado. La enfermedad, así como la muerte de su marido, también la ayudan a comprender que es necesario cuidar el cuerpo. Es cierto que no tratará ‘delicadamente’ su cuerpo, pero sí con las elementales reglas de prudencia en el contexto rural de su época, que la permitan desarrollar con salud las tareas de su condición. Así, en armonía con la naturaleza, mamá Margarita afrontará las dificultades que la vida va poniendo en el camino.



1 MADRE DE DON BOSCO Y DE SU PRIMERA COMUNIDAD

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2 MAMÁ MARGARITA EN EL AGUINALDO PARA EL 2006

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3 La cultura musical como fuente de diálogo12

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4 PARÁBOLA DUODÉCIMA

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5 Parábola del libro de Dios

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6 Libros sagrados abiertos

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7 La palabra hace el libro

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8 Los secretarios de las Iglesias

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9 El libro es la Palabra

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10 Las palabras sagradas

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11 Las otras palabras

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12 Dios habla sin cesar

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13 La palabra de cada día

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14 El libro se pierde, pero se encuentra siempre

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15 La palabra moderna

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16 La permanente Palabra de Dios

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17 Llega la Palabra

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