San Francisco Province
July 2009
Apreciados Amigos Salesianos
Este mes, por medio de la colaboración del
P. Horacio Macal, SDB, se puede compartir
el boletín de formacióm permanente del
Instituto de Espiritualidad Salesiana de Don
Bosco Hall in Berkeley, en español. Tenemos la
esperanza de seguir haciéndolo así. Como una
parte de la misma region nos da gusta hacerlo.
El P. Arthur Lenti nos ofrece la segunda parte
de una reflexión sobre la santidad desde uns
perspectiva bíblica.
En el mes de Agosto no habrá boletín, pero en
Septiembre vamos a comenzar con el prim-
ero de cuatro artículos sobre Don Rua para
preparar para el centenario de su muerte. Las
palabras de Don Chavez “Recordando a Don
Rua” que incluimos aquí ya nos preparan para
este acontecimiento.
Gael E Sullivan, SDB
Office of Ongoing Formation
Don Bosco Hall, Berkeley
LA LLAMADA A LA SANTIDAD
EN EL DISCIPULADO
SEGÚN LOS EVANGELIOS SINOPTICOS.
I. COMENTARIOS INTRODUCTORIOS
1. La Sagrada Escritura como Comuni-
cación Divina
Toda forma de espiritualidad Cris-
tiana auténtica y de santidad hunde
sus raíces en la Biblia y es, además,
Cristo-céntrica. Esto es debido a que,
para el creyente cristiano, la Biblia no
es solamente un registro histórico de
intervenciones divinas. Es, sobre todo,
un don sin paralelos en el que Dios se
nos revela y nos conduce.
(1) El Don de la Comunicación Divina.
Un
problema
religioso
fundamental es la posibilidad y las
formas de comunicación entre Dios
y la humanidad. Cada creyente sabe
que el misterio de nuestras relaciones
con Dios descansa en dos facetas
complementarias, proximidad y
lejanía de Dios. Una auténtica relación
humana con Dios necesariamente
deberá estar enmarcada sobre esta
dialéctica entre lejanía y proximidad.
Dios es infinitamente el “Otro” y
sin embargo, el abismo que nos separa
es cubierto por Él mismo en el acto
gratuito de la Creación. Dios que nos
creó, lo hizo precisamente así para
poder comunicarse con nosotros y
nosotros con El.
Dios le habla al hombre y lo invita a
responderle personalmente de forma
continua y de formas tan distintas.
Sin embargo, la palabra de Dios no
es siempre reconocida y la respuesta
humana puede dar la sensación de
alguien que va a tientas, sin un norte.
Tal es el caso de millones de seres
humanos que no han conocido a Dios
explícitamente o de otro tanto que sí lo
ha conocido pero no como el Padre de
nuestro Señor Jesucristo.
El creyente cristiano cree que Dios
ha hablado de manera particular en la
historia de la humanidad – al pueblo
de Israel - y en Cristo, al Pueblo de
Dios del Nuevo Testamento y de la
Iglesia Cristiana. Hemos llegado a
reconocer que no somos los únicos
con tradiciones religiosas profundas.
Somos, de hecho, una minoría. Pero
somos portadores de privilegios únicos
de la comunicación con Dios.
Aceptamos que la Sagrada
Escritura, tanto Antiguo como Nuevo
Testamento son el vehículo para la
comunicación divina o revelación.
(2) El Don de la Palabra Escrita
La Sagrada Escritura es un regalo
de Dios mismo. Llega a nosotros a
través de personas o comunidades
que percibieron y recibieron lo que
Dios quiso comunicarles para, luego,
dar a conocer dichas palabra a sus
contemporáneos expresando por
escrito todo lo que Dios quería y
transmitiéndolo intacto de generación
en generación. Cada vez que hacemos
oración, leemos o escuchamos la
Sagrada Escritura (Antiguo y Nuevo
Testamento), fuera de la asamblea
litúrgica, entramos en el misterio de
una comunicación privilegiada de
Dios a nosotros como nuestro Dios.
Somos deudores de Dios y deudores
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de aquellos que hicieron posible
beneficiarnos de este tesoro.
(3) La Escritura como norma de
Santidad Cristiana y de Espiritualidad
A través de la presencia y de la
actividad del Espíritu Santo, la Escritura
y, en particular, los Evangelios, revelan
los rasgos de Jesús y los desafíos de su
mensaje. Por esta razón, toda forma
auténtica de santidad Cristiana y de
espiritualidad será bíblica y basada,
especialmente, en los Evangelios por
haber sido calcados en Cristo. Él es
la fuente común de todo estilo de
vida Cristiana, vivida en soledad o
en comunidad, en el celibato o en el
matrimonio.
Este tratado, “la llamada a la
santidad en los evangelios sinópticos”
se centrará específicamente en las
palabras de Mateo, Marcos y Lucas que
son la fuente principal de las palabras y
hechos de Jesús. El Señor llamó a sus
discípulos para que lo siguieran y para
iniciarlos en los misterios del Reino y
para la vida del Reino. Haciéndolo así,
trazó un camino para el discipulado
cristiano (entendido como santidad,
tópico específico de este estudio).
Pero antes de considerar los
textos que tratan sobre el discipulado,
es decir, del seguimiento de Cristo,
es necesaria una palabra sobre los
discípulos en los Evangelios Sinópticos.
2. Los discípulos de Jesús y su misión
(1) Seguimiento radical de Jesús
Cierto número de personas
aceptó el mensaje del Reino de Jesús
y los desafíos que este presentaba. Y lo
aceptaron de manera radical dejando
a sus familias y viviendo con Él sus
itinerarios de viaje, recibiendo sus
amplias enseñanzas, asistiéndolo en
sus necesidades y compartiendo su
ministerio.
Jesús llamó a algunos personal-
mente. A ellos se dirigió directamente
ordenándoles “Sígueme” y con