ALGUNOS PUNTOS PRÁCTICOS
El objetivo de este último encuentro es muy práctico y concreto. Trataré algunos puntos que son también el resultado de varias sugerencias que he recibido durante los últimos meses. No se trata de una conferencia, sino de ejemplos concretos en referencia a varias cuestiones que hay que analizar y discutir. Creo que hay que promover el diálogo y en intercambio de experiencias.
1.- La solidaridad.
Se trata de uno de los temas centrales de la carta de don Vecchi y que representa un testimonio palpable tanto de nuestro espíritu comunitario como de la pobreza. Es consolador subrayar que es una realidad en aumento, como ya hemos dicho más veces, también, dentro de nuestra Congregación.
1.1.Me refiero, en primer lugar, a mi artículo en las ACG: “Pobres y solidarios”.
1.2.Un elemento posterior es la solidaridad entre las Inspectorías de Argentina de Paraguay y de Uruguay.
Soy consciente de que se trata de un aspecto delicado como es el de la solidaridad, si se lo considera desde el punto de vista de la organización estructural. Nuestras Constituciones determinan la autonomía de la Inspectoría tanto desde el punto de vista del gobierno como de la animación. El Rector Mayor con su Consejo puede crear Conferencias de Inspectorías para una mejor conexión entre esas mismas inspectorías.
La solidaridad es, por tanto, una actitud confiada a la buena voluntad y a la sensibilidad de todos los inspectores y de los consejos inspectoriales, y ciertamente no es ni imaginable una legislación en tal sentido a nivel nacional. Aclarado esto, dentro de las actuales disposiciones constitucionales, es necesario darse cuenta de lo mucho que estamos interrelacionados tanto a nivel del espíritu como de la misión salesiana que compartimos. A veces a los seglares les resulta muy difícil comprender nuestras distinciones estructurales, sobre todo cuando se trata de comprometerse fuertemente en favor de los más pobres.
Dificultades económicas, emergencias de diverso tipo, obras especiales que ponen de manifiesto de manera especial nuestro carisma, deberían ser asuntos a tenerse en consideración para llevar a cabo una colaboración más concreta y eficaz entre las Inspectorías de Cisur.
A nivel de conferencia debería suceder, creo, lo que se hace a nivel mundial. Ciertamente cada inspectoría es autónoma … pero hay momentos de prueba y de dificultad cuando el interés y la ayuda del “centro” son muy importantes.
2.- Una comisión inspectorial de asesores profesionales.
El artículo 185 de nuestros Reglamentos dice que podemos servirnos de la ayuda y de la asistencia de profesionales no salesianos en áreas específicas como presupuesto y balances, programas económicos, proyectos, etc. Se trata de una indicación muy sabia que debe seguirse, también, con mucha sabiduría y prudencia. Me permito señalaros los siguientes puntos:
- Es aconsejable constituir a nivel inspectorial un grupo de buenos y fiables profesionales con el objetivo de ayudar al ecónomo inspectorial en la gestión de la Inspectoría y de las diversas casas.
- Temas legales y financieros deberían someterse, siempre, al parecer de profesionales.
- Todo proyecto de construcción cae, siempre, bajo la responsabilidad del ecónomo inspectorial. Es aconsejable que sea asesorado por un arquitecto y aparejador que hayan demostrado que son buenos y honestos.
- No es necesario tener una comisión de este tipo a nivel local; sería muy costosa y con frecuencia innecesaria.
- Diversas experiencias dentro de la Congregación, en muchas partes del mundo, han demostrado que son interesantes, sobre todo allí donde estas comisiones inspectoriales (o simplemente los asesores de la inspectoría) han alcanzado un nivel altamente profesional y son capaces de asesorar a las comunidades locales, dejando a salvo la autonomía determinada por nuestras Constituciones.
- Un área que necesita un especial asesoramiento profesional es ciertamente la del trabajo y del derecho del trabajo.
- Otro sector en el cual se puede utilizar el asesoramiento de profesionales es la formación y preparación de los ecónomos locales, como se dice en los Reglamentos en el nº 186. Todos los años el ecónomo inspectorial debería estudiar con sus asesores un plan de formación perramente (no muy denso, sino muy concreto) con atención especial a los nuevos ecónomos que, frecuentemente, se encuentran incómodos en su nuevo cargo.
- Es necesario subrayar con claridad que los asesores están llamados para proporcionar opiniones y a proponer soluciones adecuadas, pero las decisiones sólo pueden ser tomadas por los órganos a los que compete decidir, como está establecido por nuestras Constituciones y por nuestra costumbre. (Inspector con su Consejo, Director con su Consejo).
3.- Los permisos.
Este es otro punto delicado. Para analizarlo quería referirme al artículo de don Paron en ACG 348 “Pedir permiso”.
A todo lo ya dicho me permito añadir lo que sigue:
- Hay situaciones que requieren una “sanatio”.
- Pedir los permisos necesarios, sobre todo para operaciones de importancia, debe ser considerado como una garantía y una corresponsabilidad.
- Operaciones discutibles a nivel financiero y la falta de transparencia además de correr el riego de ser inmorales, pueden crear serios problemas con graves repercusiones … como ya ha sucedido en la Congregación.
- La transparencia engendra claridad de reglas …
3.1. Depósitos bancarios.
Hemos hablado ya del tema de los depósitos bancarios. Creo que es necesario añadir algunos consejos prácticos:
- Asegurarse que todas las cuentas bancarias puedan tener y ser gestionadas por dos firmas (director y ecónomo, hermano y el ecónomo inspectorial, …)
- Es oportuno hacer una revisión periódica para controlar el número de cuentas corrientes personales activas en la inspectoría y para evitar abusos y antitestimonios.
- La Inspectoría debería ser la sede natural donde organizar fondos con fines diversos, como fondo de ancianidad, de salud, de misiones, aún aceptando el hecho de que ciertos fondos, según las diversas legislaciones, deben ser gestionados a nivel local. Sin embargo por lo general debe evitarse crear reservas con el sólo objetivo de acumular capitales.
- La inspectoría se debería preocupar (y sólo la inspectoría) de organizar un fondo de garantía que permita afrontar especiales necesidades financieras, emergencias, campos especiales de apostolado y dificultades financieras de las casas; se podría llamar “reserva inspectorial” bajo riguroso control del inspector y del ecónomo inspectorial.
- Siempre que sea conveniente invertir dinero, deberemos, siempre, evitar que se trate de inversiones especulativas y sobre todo cuidar, con eficiencia y atención, las inversiones. Debemos recordarnos frecuentemente que el dinero que recibimos es para nuestra misión, sobre todo para los más necesitados.
- De manera especial en el campo de las inversiones financieras debemos estar asesorados por profesionales que conozcan nuestras intenciones y aprecien nuestro trabajo pastoral y social. Experiencias negativas enseñan que las grandes y fáciles ganancias son siempre un terreno peligroso e inseguro.
5.- Otros temas.
d. Gianni Mazzali
lENCUENTRO DE ECÓNOMOS INSPECTORIALES
CISUR
ROSARIO, 18-19 OCTUBRE 1999