Para ser bueno basta practicar tres cosas:
alegría, estudio y piedad. (VII, 494).
El demonio no puede resistir a la gente alegre. (X, 648).
La mejor obra que se puede hacer en este mundo es atraer
las almas perdidas al buen sendero, a la virtud. (I, 475).
Quien hable contigo, ha de separarse
de ti como amigo. (X, 1183).6
Sin cariño, resulta estéril toda educación. (VIII, 752)
No todos pueden ayunar, emprender viajes largos ni dar grandes limosnas, pero todos pueden amar a Dios. (V, 566)
A Dios no le placen las cosas hechas por la fuerza. Siendo Él el Dios del amor, quiere que todo se haga por amor. (VI, 15).
Para hacer el bien se necesita valor, estar dispuesto a sufrir cualquier mortificación, no hacer sufrir nunca a nadie,
ser siempre amable. (III, 52).
Quien quiere ser amado, ame, quien es amado obtiene todo, especialmente de los jóvenes. (XVII, 111).
Para que nuestras obras sean meritorias: expongamos la verdad, concretémonos a los hechos, y no entremos
nunca en polémicas. (XIII, 883).
Disimula las faltas ajenas y nunca te burles de nadie. (XIII, 880).
Nunca dejemos escapar la ocasión que se nos presenta
para hacer el bien. (VI, 493)
Amar a todos, para conducirlos a todos al Señor. (II, 525).
Donde reina la caridad, ahí está la felicidad. (VI, 245).
Caridad es la virtud que distingue a los hijos de Dios
de los hijos del mal y del mundo. (III, 607).
En caso de divergencias en cosas materiales, cede en lo posible, con tal que se conserve la caridad. (VII, 526).
El Señor dice: "Ayúdate que yo te ayudaré". Es necesario que nosotros hagamos todo el esfuerzo posible. No se espere la ayuda de la Divina Providencia, estando nosotros sin hacer nada. Ella se moverá cuando haya visto nuestros esfuerzos generosos por su amor.
(XII, 79).
Será para vosotros siempre un día hermoso, cuando logréis, a base de beneficios, vencer un enemigo o ganaros un amigo. (XVII, 271).
Praticad la caridad y emplead suma cortesía
con todos. (XI, 385). (A los misioneros).
La caridad es ingeniosa para encontrar siempre
motivos de alabanza. (IX, 565).
El mundo está lleno de tontos y de astutos. Los astutos son los que trabajan y sufren para ganarse el cielo; los tontos son los que viven su vida sin pensar en la eternidad. (VIII, 19-20).
En el Paraíso no existirá ninguna controversia.
Todos pensaremos igual. (VIII, 444).
La primera felicidad de un niño es saber que es amado. (IV, 455)
Jesús Sacramentado es y debe ser para vosotros
el único y verdadero amigo. (XI, 522).
¿Queréis que el Señor os conceda muchas gracias?. Visitadlo con frecuencia. ¿No os importa que os conceda pocas?.
Visitadlo raramente. (II, 259).
Para volar al cielo necesitamos dos alas:
la confesión y la comunión. (VII, 50).
Dios permite las tribulaciones, para sacar mayor bien
y mostrar su misericordia y poder. (VII, 461).
Nunca debemos sentirnos solos,
Jesús siempre nos acompaña. (XI, 363).
Quien tiene la conciencia en paz, lo tiene todo. (XI, 248).
Todas las riquezas del mundo no cuentan
para nada en la eternidad. (VIII, 831).
Dios es un buen Padre; confiemos en Él. (VIII, 986).
Falaz es el mundo. Dios es el verdadero amigo. (III, 608 - IV, 59).