1000 máximas de Don Bosco

COOPERADORES

SALESIANOS

OBRA DE DON BOSCO




1000 MÁXIMAS de

DON BOSCO





Recopiladas por el

P. Rafael SÁNCHEZ VARGAS, SDB















SUBSIDIOS 81

REPRODUCCIÓN del CENTRO ACS

"Mamá MARGARITA" - BERNAL

Belgrano 280 (1876) - BERNAL

Pcia. Bs. Aires - ARGENTINA

TE: 54 (011) 4252-0046

INTRODUCCIÓN


En este mes de agosto, el día 16, memoramos el nacimiento de nuestro padre y fundador San Juan Bosco. Sus consejos son para nosotros los miembros de su Familia, para todos los innumerables amigos de su obra, y para toda persona de bien, una guía espiritual permanente que nos ayuda a ser buenos cristianos y honestos ciudadanos, como él lo propuso a sus muchachos para transitar nuestra ascesis de perfección camino a la santidad.

Por eso, habiendo hallado esta valiosa Colección de sus Pensamientos, obra del P. RAFAEL SÁNCHEZ VARGAS SDB, que fuera editada en 1966 por los Salesianos de México, al cumplirse los 150 años del nacimiento de Don Bosco, nos pareció de suma utilidad por su gran trascendencia, tomarnos el atrevimiento de reproducirla para uso de los Cooperadores Salesianos de nuestro Centro "Mamá MARGARITA" de Bernal, y para muchas otras personas de buena voluntad que comparten la experiencia de estos mismos valores humanos y cristianos.




PRESENTACIÓN

"san Juan Bosco, forjador de nuevas generaciones, es hasta el presente el primero y único educador que ha sabido llevar a los altares a los estudiantes laicos; es, pues, todo un revolucionario en el modo de hacer santos, y creó un método original de educación, llamado Sistema Preventivo, basado en religión y amor, que actualmente fue considerado inclusive en el Concilio Vaticano II.

Uno de los secretos consistía en esas frases lapidarias, consejos cortos y acertados, como palabras al oído, que fascinaban y encantaban, aún pasados los años inquietos de la juventud, sirviendo como de "slogan" a los educadores.

Un intrépido hijo de Don Bosco, el P. Rafael Sánchez Vargas SDB, alma de poeta, avezado en el apostolado donboscano, tuvo la paciencia de sacar de los veinte tomos de las Memorias Biográficas de Don Bosco, estos consejos cortos o máximas, que ese genio de la educación moderna tan atinadamente utilizó y que en nuestros días constituyen un verdadero arsenal de formación y guía espiritual para padres de familia, para educadores, sacerdotes y confesores.

Viene pues, muy a propósito el presente libro... habiendo sido Don Bosco quien tanto bien hizo con el apostolado de la pluma, el iniciador de las famosas Lecturas Católicas... Es pues, la mejor forma de honrar el nacimiento de nuestro Padre Don Bosco".

México, D.F., 16 de agosto de 1966.

NOTA: P. Francisco E. Erdey. SDB


La mayor parte de los textos de las Máximas fueron extraídos principalmente de las "Memorias Biográficas" de Don Bosco (se indica el número del Tomo y de la Página), y de la publicación sobre Don Bosco de la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC).

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A LEGRÍA


  1. Para nosotros la base de toda santidad consiste en estar siempre alegres. (VI, 356).

  2. Alegría, estudio y piedad: es el mejor programa para hacerte feliz y que más beneficiará tu alma. (VII, 494).

  3. Muéstrate siempre alegre, pero que tu sonrisa sea sincera. (VI, 697).

  4. Para ser bueno basta practicar tres cosas y todo te resultará a pedir de boca. ¿Cuáles son estas tres cosas?: Alegría, estudio y piedad. (VII, 494).

  5. ¡Mi mayor satisfacción es verte alegre!. (IX, 627).

  6. Estando siempre alegres, ni cuenta nos daremos qué pronto pasa el tiempo (I, 374).

  7. Es imposible pretender cosas extraordinarias de la juventud, ya es bastante lograr simplemente que sean buenos y que estén siempre alegres. (II, 566).

  8. Dios favorece al hombre alegre. (IX, 819).

  9. El demonio no puede resistir a la gente alegre. (X, 648).

  10. Alegría, oración y comunión son el secreto de nuestra resistencia. (X, 1178).

  11. Si quieres una vida alegre y tranquila, procura estar siempre en gracia de Dios. (XII, 133).

  12. Para ejercer una influencia benéfica entre los niños, es indispensable participar de sus alegrías. (XII, 207).

  13. ¿Queréis estar siempre satisfechos y risueños?. Es la obediencia la que nos lleva a esa alegría. (XIII, 210).

  14. Vuestras plegarias y alabanzas para que sean agradables a Dios, hacedlo no solamente con recogimiento de espíritu, sino con gozo y alegría de corazón. (BAC, 679).

  15. Lo que alegra y halaga al cuerpo, ha de beneficiar también al espíritu, para que así todo se disponga a la mayor gloria de Dios. (XII, 143).

  16. Al Señor le agrada que le sirvan con gusto, porque haciéndolo con alegría y de corazón, se ama más a Dios. (XII, 610).

  17. Mientras los alumnos se dejen guiar por la obediencia, como una madre lleva de la mano a su hijo, reinará la paz y la alegría en nuestro Oratorio. (XVII, 111).

  18. Mientras conservéis vuestra alegría, os alejaréis del pecado. (III, 603).


ALMA



  1. Tus pensamientos, palabras y obras, todo ha de convertirse en beneficio de tu alma. (VI, 442).

  2. ¡Hijo!, tienes una sola alma; es preciso que la salves. (III, 608).

  3. Si yo sintiese tanta solicitud por el bien de mi alma, como la tengo por el bien del alma de otros, estaría seguro de salvarme. Con gusto sacrificaría todo, con tal de poder ganar el corazón de los jóvenes y ofrecérselos al Señor. (II, 250).

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  1. No pienses que vives en el mundo únicamente para divertirte, enriquecerte, comer, beber y dormir, como los animales privados de razón; pues el fin para el que has sido creado es infinitamente superior y más sublime; esto es: amar y servir a Dios en esta vida y salvar tu alma en la otra. (BAC, 686).

  2. Tengo una alma sola: si la pierdo, ¿de qué me servirá haber vivido?. (IV, 55).

  3. La mejor obra que se puede hacer en este mundo es atraer las almas perdidas al buen sendero, a la virtud. (I, 475).

  4. Comprenderás mejor la importancia del bien, si consideras que tu salvación eterna o tu condenación, depende únicamente de ti. (BAC, 686).

  5. Salvando tu alma, serás feliz para siempre; pero, si la pierdes, lo pierdes todo: alma, cuerpo, cielo, Dios, que es tu supremo fin ... , y esto, por toda la eternidad. (BAC, 686).

  6. Quien se preocupa mucho de su cuerpo y poco de su alma, acaba por caer en los brazos del demonio. (IX, 37).

  7. Si cooperas a salvar un alma, aseguras la tuya propia. (XVIII, 470).

  8. Cuando se trate de salvar un alma, no se miden las consecuencias. (V, 661).

  9. Para salvar nuestra pobre alma, hay que estar dispuesto a todo. (X, 1239).


AMISTAD


  1. La dulzura en el hablar, en el obrar y en reprender, lo gana todo y a todos. (IV, 93).

  2. Sin sonrisa no es posible demostrar amistad. (XVII, 108).

  3. ¡Cuántas almas se pueden atraer con el buen ejemplo!. (IX, 348).

  4. El que regala un libro bueno, aunque no tuviera más mérito que haber suscitado un buen pensamiento, ya ha ganado un mérito incomparable delante de Dios. (II, 375).

  5. Si alguno se inclina hacia las amistades particulares, o que, aún remotamente, corra peligro en la moralidad, cámbialo prudentemente de sitio; si fuera necesario, dale otra ocupación; y si pusiera en peligro la inocencia de algún compañero o de algún alumno, destínalo a otra ocupación y da aviso oportunamente. (VII, 525).

  6. No os fiéis de la amistad de los que hablan mal de sus superiores o que tratan de alejaros de vuestros deberes. (III, 167).

  7. Quien da o escucha malos consejos, está ciego y se hace esclavo del demonio. (IX, 34).

  8. Dominad vuestros impulsos y tendréis muchos amigos y ningún enemigo. (VI, 102).

  9. Q uien conversare contigo, ha de separarse de ti como amigo. (X, 1183).6


AMOR


  1. Sin amor, es inútil cualquier sacrificio del educador. (V, 544).

  2. (Una de las últimas frases de Don Bosco a Don Rúa). "Que te amen". (XVIII, 537).

  3. Para poder ser amado hay que demostrar primero que se ama. (XVII, 111).

  4. No basta amar a los niños, es preciso que ellos se den cuenta que son amados. (XVIII, 30).

  5. Sin cariño, resulta estéril toda educación. (VIII, 752).

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  1. No todos pueden ayunar emprender viajes largos; no todos pueden dar grandes limosnas, pero todos pueden amar a Dios; basta quererlo. (V, 566).

  2. A Dios no le placen las cosas hechas por la fuerza. Siendo Él, el Dios del amor, quiere que todo se haga por amor. (VI, 15).

  3. Para que el amor fraterno sea realmente verdadero, debe ser tal que el bien de uno sea para el bien de todos, y el mal de uno lo sientan todos. (XII, 630).

  4. Los jóvenes ... se muestran muy dóciles cuando están convencidos de que la persona que les manda los ama. (XVII, 108).

  5. Los jóvenes secundados en lo que les agrada, poco a poco comienzan a amar lo que antes no les gustaba; como la disciplina, el estudio, la mortificación de sí mismos, adquiriendo esto con entusiasmo y amor. (XVII, 111).

  6. Es el amor el que ayuda a soportar a los superiores las fatigas, los disgustos, la ingratitud, los desórdenes, los defectos y la negligencia de los jóvenes. (XVII, 111).


AUTORIDAD


  1. La Congregación tiene como fin especial sostener la autoridad de la Santa Sede, doquiera que

se encuentre y dondequiera que trabaje. (XVIII, 487).

  1. Recomendamos siempre la obediencia a la autoridad civil, porque quien gobierna está puesto por Dios para mandar. (II, 450).

  2. Respetad todas las autoridades constituidas como ciudadanos, pero como católicos depended del Sumo Pontífice. (IX, 417).

  3. La religión Católica es el fundamento de la prosperidad en los estados, porque los súbditos no serán fieles a la autoridad civil si no son fieles primero a Dios. (IX, 443).

  4. Mi mejor consejo es éste: examinar de un modo práctico cómo dar al César lo que es del César, para que al mismo tiempo se dé a Dios lo que pertenece a Dios. (XIII, 288).

  5. Cuando surja alguna dificultad con la autoridad temporal o eclesiástica, procurad presentaros a explicar la razón de vuestro proceder. La exposición personal de vuestras intenciones disminuye bastante y posiblemente desvanece el juicio que alguna mentalidad pudiera haberse formado de vosotros. (XVII, 270).5


BIEN


  1. Ser bueno no consiste en no cometer ninguna falta, sino en saber enmendarse. (VI, 322).

  2. Nuestra vida es tan fugaz, que apenas nos alcanza el tiempo para hacer el bien. (Mamá Margarita, I, 77).

  3. El sacerdote para hacer mucho bien necesita unir a la caridad una fuerte dosis de amabilidad. (III, 49).

  4. Para hacer el bien se necesita valor, estar dispuesto a sufrir cualquier mortificación, no hacer sufrir nunca a nadie, se siempre amable. (III, 52).

  5. Siempre se debe preferir el bien general al particular. Nuestro beneficio particular no debe tomarse en cuenta cuando se trata del bien común. (XVII, 660).

  6. La mejor manera de adquirir méritos consiste en hacer el bien sin mirar a quien, cada vez que esté a nuestro alcance, sin esperar recompensa del mundo, sino de Dios solamente. (VII, 418). 5


  1. Nunca suprimas el bien para impedir un mal. (XI, 203).

  2. Cuando se trate de hacer el bien, no te fijes en ningún interés material. (XIII, 286).

  3. A los niños se hace mucho bien tratándolos siempre con amabilidad. Hay que amarlos y estimarlos a todos por igual, aunque alguna que otra vez no lo merezcan. (XIII, 286).

  4. Cuando se trata de practicar el bien, los mundanos encuentran siempre muchas dificultades. (XIII, 232).

  5. Por mucho que nos critiquen sigamos nuestro trabajo adoptando el siguiente sistema y precioso lema: obrar bien y dejar a la gente que hable. (XII, 286).

  6. Para que nuestras obras sean meritorias: expongamos la verdad, concretémonos a los hechos, y no entremos nunca en polémicas. (XIII, 883).

  7. Las buenas obras es mejor hacerlas cuanto antes. (XV, 601).


CARIDAD


  1. No es justo que viva de la caridad de otros quien puede bastarse a sí mismo. (V, 754).

  2. Sacrificaré todo para ganar el corazón de los jóvenes, a fin de poderlos regalar al Señor. (VII, 250).

  3. No os recomiendo penitencias ni mortificaciones, pues, seréis dignos de mérito y gloria de la Congregación, si os soportáis unos a otros en las penas y disgustos de la vida, con cristiana resignación. (XVII, 267).

  4. Viviendo sin preocupaciones, fácilmente se olvida uno del Señor. (VI, 329).

  5. Quien protege a los huérfanos, será defendido por Dios en los peligros de la vida, y en la hora de la muerte María Santísima lo salvará. (XVIII, 864).

  6. La manera más eficaz para obtener el perdón de los pecados y asegurarse la vida eterna, es proteger a los niños. (XIII, 247).

  7. Yo os aseguro que quien no da lo superfluo, defrauda al Señor. (BAC, 738).

  8. Demos bastante si queremos conseguir mucho. (BAC, 745).

  9. Proteged a los pobres, si queréis llegar a ser ricos. (BAC, 749).

  10. Quien protege a los pobres, será largamente recompensado por Dios ante su divino tribunal. (BAC, 749 - XVIII, 863).

  11. La mejor manera de apaciguar las controversias consiste en tener paciencia y caridad. Vince in bono malum. Por lo demás estemos contentos en unión con Dios. (X, 448).

  12. Disimula las faltas ajenas y nunca te burles de nadir. (XIII, 880).

  13. Para trabajar con éxito, téngase caridad en el corazón y paciencia en la ejecución. (XVI, 32).

  14. He visto con toda claridad que los jovencitos que han salido de las correccionales -si encuentran una mano benévola que los cuide y los coloque con buenos patrones, los visite de vez en cuando durante la semana y los ayude a pasar bien los días festivos- , se regeneran, olvidan lo pasado, se hacen buenos cristianos y honrados ciudadanos. (II, 12).

  15. Dios bueno, en su infinita misericordia se complace en ayudad y perdonar. (IX, 178).

  16. La mayor satisfacción de nuestra vida será si logramos que la caridad reine perfectamente entre nosotros. (XV, 682).

  17. El mejor estímulo para amar y servir a Dios es su infinito amor que nos rodea. (BAC, 669).

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  1. Las obras no son de caridad cuando se hacen por interés. (VI, 371).

  2. Nunca dejemos escapar la ocasión que se nos presenta para hacer el bien. (VI, 493)

  3. Ayúdame a salvar muchas almas, pero primero la tuya. (III, 620).

  4. Sé espléndido con los pobres, si quieres llegar a rico. La limosna además cubre la multitud de tus faltas. (P.M. 15).

  5. La primera caridad ha de ser la que usamos con nuestra propia alma. (XVI, 316).

  6. Ser amigo de Don Bosco significa que me ayudes a salvar tu alma. (VI, 384).

  7. Amar a todos, para conducirlos a todos al Señor. (II, 525).

  8. Es más bello el amor unido a la caridad. (XIII, 149).

  9. Súfrelo todo, con tal que no te olvides de la caridad. (XIII, 881).

  10. Con caridad y paciencia todo se alcanza y hasta se llegan a juntar rosas sin espinas. (III, 35).

  11. La caridad no distingue razas, no mide distancias ni prefiere lugares. (XVIII, 237).

  12. La caridad de los buenos no tiene límite. (XVIII, 160).

  13. Donde reina la caridad, ahí está la felicidad. (VI, 245).

  14. Humildad, caridad y modestia, no pueden estar separadas la una de la otra. (IX, 436).

  15. La práctica de la caridad es la base de la verdadera educación y buena crianza. (IX, 996).

  16. La corrección fraternal es el fundamento de la caridad. (IX, 998).

  17. El mejor consuelo en las grandes contrariedades, lo proporciona la tranquilidad de

y la caridad. (X, 448).

  1. El bien de uno, sea para bien de todos, el mal de uno sea rechazado como el mal que afecta a

todos. (X, 1311).

  1. Practicad la caridad, toda vuestra caridad con todos. (XI, 389).

  2. Recordad que la educación depende de la formación del corazón. (XVI, 447).

  3. Siempre ha de triunfar la caridad. (III, 369).

  4. Caridad es la virtud que distingue a los hijos de Dios de los hijos del mal y del mundo. (III, 607).

  5. Dar buenos consejos a los compañeros, es una manera de hacer obras de caridad. (III, 607).

  6. Sabed compenetraros en todo como se hace entre buenos hermanos. (IV, 208).

  7. La caridad sea la guía de todas nuestras acciones, que al fin y al cabo, redundarán siempre en nuestro propio bien. (VII, 404).

  8. El vínculo que une a la sociedad, a las congregaciones, es el amor fraterno. (XII, 630).

  9. Amáos los unos a los otros, aconsejáos, corregíos recíprocamente, no seáis envidiosos, ni guardéis rencor. Antes, el bien de uno sea el bien de todos, las penas y los sufrimientos de uno ténganse como penas y sufrimientos de todos; y esmérese cada uno por alejarlas o al menos mitigarlas. (VII, 526).

  10. Si se trata de cosas espirituales o simplemente morales, entonces las divergencias resuélvanse en tal sentido que cedan a la mayor gloria de Dios y el bien de las almas. Empeñáos, puntillos, espíritu de venganza, amor propio, pretensiones y hasta el honor, todo debe sacrificarse antes que la caridad. (VII, 526).

  11. En caso de divergencias en cosas materiales, cede en lo posible, con tal que se conserve la caridad. (VII, 526).

  12. Búsquese el modo de excitar la caridad de otros hacia nosotros con obras pías y exhortaciones

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El Señor dice: "Ayúdate que yo te ayudaré". Es necesario que nosotros hagamos todo el

esfuerzo posible. No se espere la ayuda de la Divina Providencia, estando nosotros sin hacer

nada. Ella se moverá cuando haya visto nuestros esfuerzos generosos por su amor. (XII, 79).

  1. Socorred a los huérfanos en la tierra y el buen Dios os hará ricos un día en el Paraíso. (XVIII, 862).

  2. Digamos siempre de corazón: Perdónanos nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Pero con un olvido absoluto y definitivo de todo lo que en el pasado nos

haya ocasionado algún ultraje. Amemos a todos con amor fraterno. (XVII; 265).

  1. No se oculte el sol sin que os apartéis de todo rencor. (XVII, 271).

  2. Será para vosotros siempre un día hermoso, cuando logréis, a base de beneficios, vencer un enemigo o ganaros un amigo. (XVII, 271).

  3. Asiste a los hermanos, ayúdalos, instrúyelos, de modo que puedan cumplir sus propios deberes. Jamás emplees palabras ásperas y ofensivas. (XVII, 266).

  4. Imponte una pequeña privación, y el pan que te sobra dalo a un necesitado, porque detrás de la mano del pobre está la mano invisible del Señor, que acepta la limosna como si a Él mismo se hiciera. (Casa de la Fortuna, Acto I, Escena II).

  5. Es una obra de misericordia el dar de comer al hambriento, pues, que corta es la vida, quiero que durante mis días ninguno que llegue a mi casa se retire descontento. (Casa de la Fortuna, Acto I. Escena II).

  6. Aún los malos admiran la caridad, aunque no la practiquen. (XII, 583).

  7. Hagamos a los demás lo que quisiéramos que los demás hicieran con nosotros. (Casa de la Fortuna, Acto I, Escena IV).

  8. Es necesario ser tolerante, porque manchas no le faltan ni al sol. (Casa de la Fortuna, Acto I, Escena IV).

  9. Haciendo el bien nada se pierde. (Casa de la Fortuna, Acto I Escena VII).

  10. La venganza es de almas viles, y el perdón es propio del cristiano. (Casa de la Fortuna, Acto II, Escena IV).

  11. Da buenos consejos siempre que se presente la ocasión, especialmente cuando se trate de consolar a un afligido, y acude en su ayuda para que supere alguna dificultad o para prestar algún servicio. (XVII, 267).

  12. No sólo olvida con facilidad los sinsabores y las ofensas personales, sino con benevolencia y con atenciones vence, o mejor dicho, corrige a los negligentes, desconfiados y suspicaces. (XVII, 267).

  13. La caridad de los buenos no tiene límites. (XVIII, 42).

  14. No abusemos de la caridad que los otros nos proporcionan. No busquemos más comodidad. "Teniendo vestido y alimento quedemos satisfechos". "Habens victum et vestimentum his cotentus ero" y nada más.

  15. (A los misioneros). Praticad la caridad y emplead suma cortesía con todos. (XI, 385).

  16. Muchas personas reconocieron que su situación comenzó a mejorar desde el momento que empezaron a hacer caridad a los niños pobres. (II, 339).

  17. La caridad y la cortesía sean las notas características de un Director, tanto para con los internos como para los externos. (VII, 526).

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  1. Jamás reprendas a tus hermanos ni los humilles en presencia de los demás, sino avísalos

siempre "in camera caritatis", o sea dulcemente y estrictamente en privado. (XVII, 266).

  1. Todos los hermanos salesianos que moran en una misma casa formen un solo corazón y una sola alma con su Director. (XVII, 267).

  2. Siembra a manos llenas, porque obrando bien te beneficiarás en esta vida y recogerás mejores frutos en la otra. (P.M. 14).

  3. La caridad es ingeniosa para encontrar siempre motivos de alabanza. (IX, 565).


CASTIDAD


  1. Lo que debe distinguirnos de los demás, lo que debe ser la característica de nuestra

Congregación es la virtud de la castidad. (XII, 224).

  1. La castidad será el mejor triunfo de la Congregación y la forma más patente de agradecer a Dios tantos favores que nos ha concedido. (XII, 225).

  2. Si alguno moralmente no está seguro de poder conservar la castidad, por caridad, no intente hacerse sacerdote ni religioso. (XI, 574).

  3. Vino y castidad no pueden estar juntos. (IV, 184).

  4. Humildad, obediencia, castidad, serán siempre agradables a María Santísima. (VIII, 131).

  5. La virtud sobresaliente de los Salesianos debe ser la Castidad; así como los hijos de San Francisco de Asís se distinguen por su pobreza, y los hijos de San Ignacio sobresalen por la obediencia. (SM. 183).

  6. Medios positivos para conservar la castidad: oración, evitar el ocio, frecuentar los Santos Sacramentos y ser cuidadoso en las cosas pequeñas. (IX, 708).

  7. Medios negativos para conservar la castidad: huir de las ocasiones. (IX, 709).

  8. Gula y castidad y especialmente vino y castidad, nunca pueden armonizar en una persona. (XI, 517).

  9. Estad seguros que seréis bendecidos del Señor si conserváis la bella virtud, y huís de todas las cosas contrarias a la castidad. (XI, 522).

  10. Mientras uno no pueda estar moralmente seguro de conservar la castidad - que es el fundamento y base de las otras virtudes- , yo no le aconsejaría que siguiera adelante en la vocación. (XI, 574).

  11. La castidad es, según mi parecer, la base de todas las virtudes, que debe servir como fundamento básico de un edificio religioso. (XI, 580).

  12. La bella virtud de la castidad es el centro de las demás virtudes. (XII, 15).

  13. La ocupación constante es el medio más eficaz para conservar la castidad. (XII, 16).

  14. La mortificación de los sentidos nos ayuda a conservar la castidad y a fortificar el espíritu. (XII, 15).

  15. En los tiempos actuales, es necesario contar con una modestia a toda prueba y con una castidad firme. (XII, 224).

  16. La castidad es la reina de las virtudes, la virtud que conserva las demás. (XII, 470).

  17. Quisiera emplear días enteros para hablaros solamente de la castidad. (XII, 564).

  18. La castidad perfecta asegura la victoria sobre todos los vicios. (XII, 626).


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CEREMONIAS


  1. Las ceremonias influyen para conservar es espíritu religioso. (XVII, 189).

  2. El recogimiento religioso y devoto durante las ceremonias sagradas es de grandísima edificación para los fieles; además de que la santidad del acto lo requiere así. (XII, 61).

  3. Las ceremonias bien hechas demuestran la seriedad y sensatez con que se debe proceder en el estado eclesiástico. (XII, 89).


CIELO


  1. Todo el bien que los demás hagan por nuestra sugerencia, acrecentará el esplendor de nuestra gloria en el cielo (XVII, 491).

  2. Si el pensamiento del infierno es aterrador, que nos llene de consuelo la esperanza del Paraíso, en donde se gozan todos los bienes. (BAC. 675).

  3. Si os juntáis con los buenos, os aseguro que iréis con ellos al Paraíso. Si con los malos, seréis desgraciados y acabaréis por perder irreparablemente vuestra alma. (BAC. 683).

  4. El afecto hacia las cosas de la tierra, disminuye y ahoga el deseo por las cosas del cielo. (VIII, 774).

  5. Caminad con los pies en la tierra, pero teniendo la mirada y el corazón en el cielo. (V, 544).

  6. La llave y la cerradura que usaba Domingo Savio para entrar por el camino del cielo y cerrar la puerta al demonio, eran la obediencia y una gran confianza en el Director Espiritual. (V, 649)

  7. El mundo está lleno de tontos y de astutos. Los astutos son los que trabajan y sufren para ganarse el cielo; los tontos son los que viven su vida sin pensar en la eternidad. (VIII, 19-20).

  8. Jóvenes, si queréis perseverar en el camino del cielo, os recomiendo tres cosas: acercáos con frecuencia al Sacramento de la Confesión, recibís la Santa Comunión, escoged un confesor a quien podáis abrir vuestro corazón, y no lo cambiéis sin necesidad. (V, 145).

  9. En los sufrimientos y en las penas no hay que olvidar nunca que nos espera un gran premio en el Paraíso. (VI, 442).

  10. El camino para llegar al cielo no son los placeres. (VII, 7).

  11. Un pedazo de Paraíso todo lo suple. (VIII, 444).

  12. En el Paraíso no existirá ninguna controversia. Todos pensaremos igual. (VIII, 444).

  13. Las tribulaciones de esta vida nos disponen para que deseemos más el Paraíso. (VIII, 774).

  14. En el Paraíso se gozan todos los bienes imaginables y para siempre. (XVIII, 483).


COADJUTOR


  1. Se llaman Coadjutores porque tienen el particular oficio de coadyuvar a los Sacerdotes en las obras de caridad cristiana propias de la Congregación. No son servidores, sino condueños. (BAC.28).


COMUNIDAD


  1. No se escatime ningún sacrificio para conservar la vida de comunidad. (XVII, 265).


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  1. Si en vuestra comunidad se presentan honestos entretenimientos, tomad parte en ellos; pero evitad las contiendas con los demás, las burlas, los apodos y el mostraros descontentos de las diversiones que se os proporcionen. (BAC: 679).

  2. La abundancia de los bienes temporales fue siempre la causa de perdición de Comunidades enteras. (VI, 328).

  3. Una comunidad que observa con exactitud el silencio en el tiempo establecido, es ciertamente fiel a las constituciones. En cambio, aquella comunidad donde cada cual habla según su capricho, por lo general, no observa ni las reglas ni el orden. (VI, 773).

  4. No es el número de las personas, sino la caridad y el fervor, que constituyen en la comunidad

la gloria del Señor. (VIII, 476).

  1. Los defectos de una comunidad deben ser siempre disimulados. (IX, 565).

  2. Es mucho mejor la condición de una casa religiosa donde se reza poco y se trabaja mucho, a otra casa, donde siempre están rezando, pero no trabajan. (IX, 566).

  3. ¡Ay de aquellas casas religiosas donde comienzan a vivir como si fueran ricos!. (IX, 702).

  4. Cuando se introduce el ocio en una comunidad, pronto quedará relajada; en cambio, si se trabaja con ahínco, ningún peligro la amenaza. (XII, 438).

  5. La unidad en el mando, de espíritu y administración, es el fundamento y base de la comunidad religiosa. (XII, 499).

  6. Eliminad de una comunidad la murmuración y la parcialidad, y se gozará de una paz perfecta. (XIII, 398).


COMUNIÓN


  1. Las Comuniones hacedlas como se debe. Hay algunos que se acercan a la Santa Comunión y no piensan en corregirse de sus defectos: hacen la Comunión por la mañana y durante el día tienen a veces conversaciones inconvenientes con los compañeros. Murmuran de esto o de aquello, de los superiores, de los compañeros... ¿Cómo se podrá decir que han hecho una buena Comunión?. (VIII, 55).

  2. Después de la Comunión entretenéos al menos un cuarto de hora en dar gracias. Sería una gravísima irreverencia, si pocos minutos después de haber recibido el Cuerpo, la Sangre, el Alma y Divinidad de Jesucristo, uno saliese de la Iglesia. (III, 162).

  3. ¿Queréis saber mi deseo?. Comulgad diariamente. El Concilio de Trento dice: "Sacramentaliter". ¿Entonces?. Entonces hacedlo así. Cuando no podáis comulgar sacramentalmente, comulgad al menos espiritualmente. (VII, 678).

  4. ¡Cuántos niños hay que no escuchan la instrucción religiosa, las explicaciones sobre la santa ley de Dios!. Preparadlos para recibir con frecuencia los Santos Sacramentos... ¡Ah!... "Parvuli petierunt panem, et non erat qui frangeret eis". (Tr. IV,4). (II, 308-309).

  5. Mostradme un jovencito que frecuente la Confesión y Comunión; lo veréis florecer en su juventud, llegar a una edad viril y alcanzar, si así place a Dios, la más avanzada edad, con una conducta que será para ejemplo de quienes lo conocen. (VI, 145).

  6. Quien no se acerca a la Comunión con un desprendimiento de afectos mundanos y no se arroje incondicionalmente en los brazos de Jesús, no podrá sacar los frutos que teológicamente se sabe que deben ser los efectos de la Comunión. (XI, 278).

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  1. Dicen algunos que para Comulgar es necesario ser santo. ¡No es cierto!. ¡Esto es un error!. La Comunión es para quien quiere llegar a ser santo, no para los santos. Los remedios se dan a los enfermos, el alimento a los débiles.

  2. La Comunión es alimento que proporciona vida, fuerza. (IX, 709).

  3. La base de la vida feliz de un jovencito es la Comunión, porque en ella encuentra la fuente de toda energía. (XVIII, 177 - XIV, 126).

  4. Un joven de Confesión y Comunión frecuente, impresiona mucho más a sus compañeros que cualquier sermón. (III, 163).

  5. Un consejo para ser feliz: evitar el pecado y frecuentar la Santa Comunión. (XVI, 26).

  6. Alejarse de la Comunión es dar cabida a las insinuaciones del demonio. (VIII, 116).

  7. La Comunión es fuente de energías que debe ayudaros durante toda vuestra vida. (XII, 610).

  8. Jesús Sacramentado es y debe ser para vosotros el único y verdadero amigo. (XI, 522).

  9. Recordemos que Jesús está presente en el Santísimo Sacramento y es rico en gracias para distribuirlas a quienes las imploran. (La Juventud Instruída, 136).

  10. En cuanto a la Primera Comunión: antes que el vicio se apodere de un joven, sea el Señor quien se posesione de su corazón. (IV, 386).

  11. El tesoro más grande que se puede hallar en el cielo y en la tierra, está en el Sagrario, pues ahí habita el Dueño de todo lo creado. (VI, 320).

  12. ¿Queréis que el demonio os asalte?. Visitad raramente a Jesús Sacramentado. ¿Queréis que huya de vosotros?. Visitad frecuentemente a Jesús. (II, 259).

  13. ¿Queréis que el Señor os conceda muchas gracias?. Visitadlo con frecuencia. ¿No os importa que os conceda pocas?. Visitadlo raramente. (II, 259).

  14. Todos tienen necesidad de la Comunión: los buenos, para mantenerse virtuosos; los malos, para enmendarse. (XII, 567).


CONCIENCIA


  1. Por nosotros mismos somos incapaces de descubrir nuestros defectos. (IX, 999).

  2. Nadie mejor para aconsejarnos, que el Director de nuestra conciencia. (XI, 300).

  3. Conciencia pura y limpia, he aquí la verdadera tranquilidad para servir al Señor. (II, 385).

  4. Conservad vuestra conciencia en tal estado, que os permita acercaros, según el consejo del confesor, todos los días a la Santa Comunión. (V, 926).

  5. Dichosos aquellos que en esta vida no tienen que soportar remordimientos de conciencia. (V, 926).

  6. Está bien que uno sea siempre limpio y aseado en su persona, pero es mucho mejor que esto, tener la conciencia pura de todo pecado. (XIII, 417).

  7. Sed prudentes, pero no olvidéis nunca que vuestra prudencia debe consistir en salvaguardar vuestra fe, la conciencia y vuestra alma limpia. (VII, 32).

  8. Quien tiene paz en su conciencia, lo tiene todo. (XI, 248).

  9. Quien no es capaz de perseverar en tal estado, que su conciencia le permita comulgar durante una semana, yo aconsejo no admitirlo a la Comunión frecuente. (XII, 131).

  10. Un joven que haya tenido la desgracia de no confesarse bien, de haber hecho una confesión sacrílega, tiene su conciencia hecha una verdadera borrasca. (XII, 132).

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  1. Tened la seguridad que cuando un joven por desgracia deja embrollar su conciencia, con el pasar de los años se va empeorando. (XIII, 270).

  2. Es ardiente deseo de la Iglesia que todo cristiano viva siempre en tal estado que pueda recibir todos los días la Santa Comunión. (XIII, 419).

  3. Es aconsejable que cada año se haga examen general de nuestra conciencia. (XV; 606).

  4. No hay nada más penoso para un sacerdote que tener que ver con una conciencia confusa. (XVI, 222).


CONFESIÓN


  1. Está siempre dispuesto para escuchar las confidencias de los que desearen confesarse contigo. Procura alejar hasta la más lejana sospecha de que recuerdas lo que te dijeron en la confesión. No haya ni sombra de parcialidad para quien se confiesa con uno, prefiriéndolo a otro. (VII, 526).

  2. Acoged con amabilidad a toda clase de penitentes, pero en especial a los jóvenes. Ayudadles a exponer el estado de su conciencia, animadlos a frecuentar el santo Sacramento de la Penitencia. Este es el medio más seguro de tenerlos alejados del vicio. Pones todo vuestro esfuerzo en que practiquen los avisos que les déis para evitar las recaídas. Corregidlos con bondad; puesto que si los reprendéis con aspereza, o no vendrán a buscaros más, o bien ocultarán sus faltas por miedo a vuestro severo requerimiento. (Miguel Magone, Cap. V).

  3. Después de haber ganado la confianza de los jóvenes, indagad con delicadeza si sus confesiones pasadas fueron bien hechas. Autores célebres en moral ascética y de larga experiencia, convienen en que, por lo general, las primeras confesiones de los niños suelen ser nulas, o cuanto menos defectuosas, por falta de instrucción o por omisiones voluntarias. (Miguel Magone, Cap. V).

  4. Invítese al joven a escudriñar bien el estado de su conciencia; particularmente desde los siete a los diez o doce años. En esta edad se tiene conocimiento de ciertas faltas, pero no se hace caso de ellas o se ignora el modo de confesarlas. El confesor sea extremadamente prudente y de absoluta reserva; pero no omita aquellas preguntas que se refieren a la santa virtud de la modestia. (Miguel Magone, Cap. V).

  5. Cuando os solicitan para confesar, prestáos de buen grado y no uséis mal modo no demostréis nunca impaciencia. Recibid a los niños con modales dulces y con grande afabilidad. No los reprendáis ni os asombréis por su ignorancia o por las cosas que os manifiesten en confesión. (I, 153).

  6. Se puede variar, sin escrúpulo, de confesor, en caso de haber cambiado de domicilio o cuando no se puede acudir a él sin grave incomodidad, o por enfermedad, o por razón de la mucha concurrencia de penitentes que él pueda tener en las grandes solemnidades. (Miguel Magone, Cap. V).

  7. Cuando uno fuera solicitado para atender las confesiones de los fieles, se puede interrumpir el santo Oficio y hacer más breve la preparación y la acción de gracias de la Misa, a fin de prestarse a ejercitar este sagrado ministerio. (I, 129).

  8. Si alguien, repasando su vida anterior, recordase que ocultó algún pecado en sus confesiones, o tuviere la más leve duda acerca de la validez de alguna de ellas, le aconsejo con el mayor encarecimiento: Amigo, por amor de Jesucristo y por la preciosa Sangre que derramó para


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salvar tu alma, te suplico que arregles el estado de tu conciencia en la primera oportunidad en

que te acerques a confesarte, exponiendo con sinceridad todo lo que inquieta tu alma como si

te hallases en el momento de la muerte. (Miguel Magone, Cap. V).

  1. Os aseguro que cuanto más sinceros seáis con el confesor, más aumentará su confianza hacia vosotros y con tanto mayor acierto podrá aconsejaros y advertiros lo que considere más necesario y oportuno para el bien de vuestra alma. (Miguel Magone, Cap. V).

  2. Si vuestra conciencia tuviera algo que no se atreva a comunicar al confesor ordinario, acudís a otro, antes de cometer un sacrilegio. (Miguel Magone, Cap. V).

  3. Me acercaré al Sacramento de la Penitencia cada ocho días y procuraré practicar los

propósitos que haré en la confesión. (Miguel Magone, Cap. V).

  1. Jóvenes míos, recordad que el confesor es un padre que desea ardientemente haceros todo el bien posible y alejaros del mal. (Miguel Magone, Cap.V).

  2. Frecuentad a menudo a vuestro confesor, rogad por él y seguid sus consejos. (Miguel Magone, Cap.V).

  3. No os dejéis engañar nunca por el demonio callando por vergüenza algún pecado en la confesión. Yo os aseguro, jóvenes muy amados, que mi mano tiembla al trazar estos renglones ante el solo pensamiento de que gran número de cristianos se pierden eternamente por no haber declarado con sinceridad sus pecados en la confesión. (Miguel Magone, Cap.V).

  4. Si no sabes cómo explicarte, basta que sugieras a tu confesor que hay algo en tu vida pasada que te tiene pesaroso e intranquilo. El confesor no necesita más; tú sigue sus disposiciones y ten la seguridad de que todo quedará arreglado. (Miguel Magone, Cap.V).

  5. Si no tenéis un confesor fijo en quien depositar vuestra confianza, os falta el amigo del alma. (Miguel Magone, Cap.V).

  6. Si encuentras un confesor apropiado a las necesidades de tu alma, no cambies sin necesidad. (Miguel Magone, Cap.V).

  7. A lo que más importancia se debe dar es a las prácticas de piedad. Vayamos con frecuencia a confesarnos. Acerquémonos especialmente a la Santa Comunión, que es la que debe alimentarnos toda la vida; dediquémonos a hacer obras buenas, cumpliendo así nuestros deberes y visitemos a menudo al Santísimo Sacramento en la Iglesia. (XII, 610).

  8. Para volar al Cielo necesitamos dos alas: la confesión y la Comunión. (VII, 50).

  9. ¿Queréis entrar al cielo?. La Confesión es la cerradura, la llave es la confianza en el confesor. Este es el medio para abrir las puertas del Paraíso. (VII, 49).

  10. Dios detesta el pecado y aborrece a quien lo comete, pero... su bondad y misericordia es sin límites. (XVIII, 862).

  11. Ante todo, os recomiendo que pongáis cuanto esté de vuestra parte para no caer en pecado; pero si por desgracia cometéis alguno, no déis oído al demonio tentador que os invita a que lo ocultéis en la confesión. (Miguel Magone, Cap.V.)

  12. El confesor ha recibido de Dios el poder para perdonar todos los pecados, cualquiera que sea su número y calidad. Cuanto más graves sean vuestras culpas, mayor será su gozo; porque sabe que es mucho más grande la divina Misericordia que por su conducto os concede el perdón y aplica los méritos infinitos de la preciosa Sangre de Jesucristo, con lo que puede lavar todas las manchas de vuestra alma. (Miguel Magone, Cap.V).

  13. No temáis perder la estimación del confesor comunicándole las faltas graves, ni que él haya


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de revelarlas a otros, porque el confesor, ni por todo el oro del mundo -ni aún para salvar su

propia vida-, puede utilizar o servirse de lo que haya oído en la confesión, ni comunicarlo a

persona alguna. (Miguel Magone, Cap.V).

  1. Confiad también en las oraciones de vuestro confesor, que todos los días pide a Dios en la Santa Misa, que conceda a sus penitentes la gracia necesaria para que sus confesiones sean buenas, y la perseverancia en el bien. Y en justa correspondencia de caridad, rogad vosotros por él. (Miguel Magone, Cap.V).

  2. Las confesiones que no dan fruto, no son buenas. (XII, 573).

  3. El mejor método para tener éxito en la educación consiste en saber hacer buenas confesiones. (IV, 555).

  4. Que cada confesión sea tan sincera como si fueses la última de vuestra vida. (XIII, 418).

  5. El Señor nos asegura que al escuchar la voz del confesor, a Dios mismo se oye. (III, 94).

  6. No critiquéis la conducta de nadie por frecuentar los santos Sacramentos; estas burlas atraen las maldiciones de Dios. (VII, 191).


CONFIANZA


  1. Haz el bien sin esperar agradecimiento de nadir, sino de Dios únicamente. (VII, 418).

  2. Insisto, que hay que tener necesidad de tener suma confianza con los superiores en asuntos del alma; es la llave de la paz interior, el arma más eficaz para ahuyentar la melancolía, el secreto para encontrar la certeza y la satisfacción tanto en la vida como en la muerte, y para alcanzar la perfección cristiana. (IV, 554).

  3. Dios permite las tribulaciones, para sacar mayor bien y mostrar su misericordia y poder. (VII, 461).

  4. Os comunico un secreto que puede haceros mucho bien: abrid vuestro corazón al superior, depositad en él vuestra confianza y sed escuetamente sinceros. (XI, 263).

  5. No se deben aceptar a los aspirantes al estado eclesiástico, si no dan garantía de una moralidad a toda prueba, o mientras no se dejen conocer lo suficiente y no tengan confianza en los superiores. (XI, 269).

  6. Mirad, hay ciertos individuos que son herméticos: no hablan, no abren nunca su corazón al superior; guardan siempre en su interior sus secretos. Estad atentos: "latet anguis in herba". Son un verdadero flagelo, verdadera pesadilla para la congregación. (XII, 468).

  7. De la familiaridad nace el afecto, el afecto lleva a la confianza; ésta abre los corazones de los jóvenes que manifiestan todo a sus maestros, a los asistentes y a los superiores. Serán sinceros en todo, estarán dispuestos para todo si se dan cuenta que son amados. (XVII, 108).


CONSEJOS ESPIRITUALES


  1. El demonio siempre se interpone para impedir la conversión. (IX, 997).

  2. Las debilidades del alma hay que atenderlas por lo menos con el mismo cuidado como se trate la enfermedad del cuerpo. (XVI, 441).

  3. El escándalo es enemigo del buen ejemplo. (XI, 552).

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  1. Nos sirva de lección y de experiencia todo cuanto sucede. (XII, 251).

  2. Los acontecimientos influyen en el hombre, no el hombre en los sucesos. (XIII, 93).

  3. Es ocioso quien se preocupe por cosas innecesarias. (XIII, 801).

  4. Las costumbres cuando son buenas y llevan al bien, debemos seguir practicándolas. (XV, 605).

  5. No basta saber las cosas, es necesario practicarlas. (XVII, 630).

  6. Las cosas o se hacen bien, o mejor no se hacen.

  7. Respeto a todos, miedo a ninguno. (V, 661).

  8. Cuando todo marche bien, no se pretenda cambiar so pretexto de mejorar. (VIII, 228).

  9. Cada cual trabaje según su propia capacidad; el mérito depende de la intención. (BAC. 608).

  10. Siempre que se pueda impedir un mal aunque sea material, hágase lo posible por impedirlo. (BAC. 609).

  11. Antes de formar juicio sobre lo que os refieren, o de fallar sobre una cuestión, oíd a las dos partes. (Recuerdos a los primeros misioneros).

  12. Reflexiona y piénsalo con calma antes de resolver en asuntos de importancia; y en caso de dudas, determina lo que creas que sea para la mayor gloria de Dios. (VII, 524).

  13. Cúmplase con diligencia todos los deberes. Con diligencia, quiere decir con amor, porque la palabra diligencia viene del verbo "diligere", que quiere decir amar. (XII, 610).

  14. Cumplir el deber con alegría y con amor es la mejor preparación para bien morir. El Señor premia al obediente. (XII, 610).

  15. Nunca debemos sentirnos solos, Jesús siempre nos acompaña. (XI, 363).

  16. Todo pasa, lo que no trasciende a la eternidad no tiene importancia. (IV, 556).

  17. Dios nos ayuda a superar las dificultades que son inevitables en este mundo, que según el Evangelio, está todo lleno de la maldad. "Mundus totus in maligno positus est". (VI, 550).

  18. Sé hombre, nunca te acobardes. (III, 348).

  19. Hijitos míos, aprovechando bien el tiempo os habrá servido para vuestra salud eterna. (XVIII, 864).

  20. La murmuración corrompe los corazones. (XVII, 113).

  21. Pobre del que trabaja esperando alabanzas del mundo; el mundo es muy mal pagador y paga siempre con ingratitud. (X, 266).

  22. Si no tenemos a quien acudir en asuntos de importancia, imploremos luz del poder y amor de Jesús Sacramentado, en la Santa Misa, durante la elevación. (VIII, 446).

  23. Pecando, uno llega a ser el enemigo de su propia alma. (BAC. 566).

  24. Lo mejor es siempre enemigo de lo bueno. (X, 869).

  25. No nos creamos necesarios. (XII, 447).

  26. Quien tiene la conciencia en paz, lo tiene todo. (XI, 248).

  27. La voz de la conciencia persigue al pecador que le recuerda:eres enemigo de Dios. (XII, 133).

  28. Todas las riquezas del mundo no cuentan para nada en la eternidad. (VIII, 831).

  29. Quien afirma ser cristiano y no obra como tal, es un simple impostor. (XII, 364).

  30. El demonio es amigo de las tinieblas; trabaja siempre a oscuras. (VI, 321).

  31. Dios no abandona a ninguno. (V, 160).

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  1. Falaz es el mundo. Dios es el verdadero amigo. (III, 608 - IV, 59).

  2. Que tu conversación sea siempre inspirada en la dulzura. (VIII, 490).

  3. Debes dar siempre importancia a todas tus acciones. (III, 614).

  4. Hay que tener cierta prisa para hacer obras buenas, porque puede faltar tiempo y quedarse defraudado. (XVIII, 862).

  5. Cuando se habla al pueblo, es necesario que el pueblo nos entienda. (BAC. 36).

  6. Contigo mismo, sé decidido. (VII, 524).

  7. Dios es un buen Padre; confiemos en Él. (VIII, 986).

  8. La ociosidad e inercia, engendra ruina, porque el ocio es el padre de todos los vicios.

Temblemos de este monstruo. (X, 1054).

  1. Los niños si no son aconsejados a tiempo serán el flagelo de la sociedad. (XIII, 184).

  2. Dios da tiempo y oportunidad para practicar la religión. Hay que saber corresponder. (XIV, 86).

  3. Si has de aconsejar o avisar, que quien consulte contigo se retire de ti como amigo y contento. (XI, 17).


C OOPERADORES


  1. Los Cooperadores Salesianos son el instrumento del cual se sirve Dios para propagar su gloria y la de su Santa Madre. (XVII, 149).

  2. Cuando escribáis a vuestros parientes, decidles... que todos aquellos que tienen Salesianos o Hijas de María Auxiliadora, serán salvos hasta la tercera o cuarta generación. (X, 631).

  3. Nosotros rezaremos todos los días por nuestros bienhechores. (XVIII, 862).

  4. Escríbase a nuestros bienhechores y a nuestros Cooperadores agradeciéndoles de mi parte cuanto hicieron por nosotros mientras yo vivía en la tierra, y rogándoles continúen su ayuda para el sostenimiento de las Obras Salesianas. (XVII, 259).

  5. La salvación de la sociedad, amados Cooperadores, está en vuestros bolsillos. (XVI, 16).

  6. Llegará un tiempo en que ser Cooperador Salesiano será sinónimo de buen cristiano. (XI, 74).

  7. Cooperadores Salesianos son los que ayudan a promover el espíritu católico (XI, 74).

  8. Los Cooperadores Salesianos están destinados a hacer mucho bien a la Iglesia y a la sociedad civil. (Pío XI, XI,74).

  9. Generalmente la Asociación de los Cooperadores es bien vista por todos, porque no se mete nunca en política. (XIII, 265).

  10. Los Cooperadores Salesianos tienen por delante un campo vastísimo de trabajo para hacer el bien. (XIII, 498).

  11. La oración es la más efectiva cooperación. (XIV, 791).

  12. Hay que comprender bien el fin de la Pía Unión. Los Cooperadores Salesianos no deben solamente recoger limosna para nuestros colegios, sino adaptarse a todos los medios posibles para cooperar a la salvación de sus hermanos y en particular de la juventud. Por lo tanto manden a los niños al catecismo. Ayuden personalmente a dar doctrina, preparen a los niños para la comunión y provean los vestidos convenientes; propaguen los buenos libros y

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opónganse resuelta y enérgicamente a la lectura de la prensa irreligiosa e inmoral. Todo esto

entra en el programa de los Cooperadores Salesianos. (XV, 500).

  1. El fin de los Cooperadores Salesianos es ayudar en los catecismos, difundir la buena prensa, enviar a los niños a buenos colegios. (XVI, 413).

  2. Los Cooperadores no son solamente para las obras de Don Bosco, sino para hacer el bien a la Iglesia universal, especialmente a sus respectivas Diócesis, constituyéndose como brazo derecho y ayuda de los Obispos, de sus Párrocos, bajo la dirección de los salesianos, tanto en sus obras de beneficencia, como con el catecismo, educación de los niños pobres y similares. (XVII, 25)..

  3. Los Cooperadores Salesianos son el instrumento del que se sirve Dios para propagar su mayor gloria y la de su Santa Madre. (XVII, 149).


DIRECTORES


  1. Para que vuestra palabra tenga prestigio y obtenga el efecto deseado, es necesario que el superior en toda circunstancia destruya su propio YO. (VI, 389).

  2. La gloriosa distinción de nuestra congregación debe consistir en nuestra castidad. (XIII, 83).

  3. ¡Cuánto se encariña un joven viéndose bien tratado!. Pone su corazón en manos del Superior. (XII, 88).

  4. No mandar cosas dañosas a la salud o que impidan el necesario reposo o hagan descuidar otras obligaciones u órdenes de otro superior. (Manual del Director, XVIII, 89).

  5. Al mandar, empléense siempre expresiones y palabras de caridad y de mansedumbre. Las amenazas, la ira y sobre todo la violencia, estén siempre ausentes de tu hablar y de tus acciones. (Manual del Director, 189).

  6. A los maestros que no les falte nada para la comida, para el descanso y para la clase. Ten en cuenta sus fatigas; y si se enferman o simplemente sienten molestias de salud, reemplázalos prontamente. (VII, 524 -5).

  7. Que te amen, que no te teman: al mandar y al corregir, da a entender que deseas el bien, y no tu capricho. Toléralo todo cuando se trata de impedir el pecado. Que todos tus esfuerzos vayan dirigidos al bien de las almas que se te han confiado. (VII, 524).

  8. Trata con preferencia los asuntos que atañen a los hermanos. (XVII, 266).

  9. Exige de los hermanos solamente lo que son capaces de hacer y nada más. (XVII, 260).

  10. Cinco normas indispensables para el buen gobierno de la Casa: 1º. Cuenta de conciencia mensual; 2º. Leer cada semana una parte de las Reglas o una parte de las deliberaciones capitulares. 3º. Distribuir bien las ocupaciones. El prefecto cuide de la disciplina y de lo necesario para la mesa. 4º. Haya un encargado de la sacristía y del pequeño clero. 5º. Cada uno dé sus clases lo mejor que pueda. (XII, 124).

  11. Los Directores, conozcan bien a sus súbditos y con exactitud, nuestras Constituciones. A éstas deles toda la autoridad y la importancia suprema que realmente tienen. (XII, 80).

  12. El Director tenga ascendiente sobre los jóvenes, y para conseguirlo: 1º. Sea tenido por santo. 2º. Tenga reputación de docto en cualquiera rama de la ciencia, especialmente en las que interesan a los jóvenes. Si le preguntan y no sabe responder, diga al joven: ahora no tengo tiempo, mañana te responderé, y es necesario que se instruya en aquel punto para responder con precisión. 3º. Que los jóvenes sepan que son amados. (VI, 302).

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  1. Dejo esto como testamento a los Directores de las Casas particulares: Si estos avisos son

puestos en práctica, muero tranquilo, porque estoy seguro que nuestra Sociedad será cada día

más floreciente delante de los hombres y bendecida por el Señor, y conseguirá su fin, que es

la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas. (Manual del Director, 190).

  1. Un superior ha de ser padre, médico, juez, y debe estar dispuesto a soportar y a olvidar. (VII, 508).

  2. Procura repartir las ocupaciones de tal modo que nadie esté sobrecargado de responsabilida-

Des, y que cada uno cumpla físicamente aquellos encargos que le fueron encomendados. (Manual del Director, 187).

  1. Instala cuanto antes la Compañía de la Inmaculada Concepción. Tú serás tan sólo promotor y no director: considera esto como incumbencia de los chicos... (VII, 526).

  2. En la Casa de Don Bosco, ninguno ha de estar a la fuerza. (XIII, 205).

  3. La cosa más útil para la Congregación es la observancia de las reglas. (X, 1089).

  4. Cuando recibas queja de alguien, aclara primero bien los hechos antes de juzgar. Con frecuencia se te dirán cosas que parecen vigas, y que no son más que pajuelas. (VII, 524).

  5. Evita las demasiadas modificaciones en el alimento y no descanses menos de seis horas por la noche. Esto es necesario para conservar la salud y promover el bien de las almas. (VII, 524).

  6. Preguntarás: ¿Con qué palabras se gana el corazón de los muchachos?. Con las mismas que un día te dijeron a ti. V.g.: ¿Cómo estás? -Bien-. ¿Y del alma?. -Así, así-. Deberías ayudarme en una gran empresa: ¿me ayudarás?. -Si, ¿pero en qué cosa?-. En hacerte bueno. O bien: a salvar tu alma; o bien: a hacerte el más bueno de nuestros jóvenes. Con los más disipados: ¿Cuándo vas a comenzar?. -Qué cosa-. A ser mi consuelo, a tener la conducta de Domingo Savio. Con los más alejados de los Santos Sacramentos: ¿Cuándo quieres que rompamos los cuernos del demonio?. -¿En qué forma?-. Con una buena confesión. -Cuando usted quiera-. Lo más pronto posible... (Manual del Director, 194).

  7. Los aspirantes necesitan al menos dos conferencias especiales cada mes. En ellas trátese de cuánto debe practicar o evitar un jovencito para poder ser buen cristiano. "El joven cristiano" proporciona los principales argumentos sobre esta materia. (XVII, 263).

  8. Esforcémonos en adaptarnos a nuestro tiempo. Respaldemos a las Autoridades... Procúrese respetarlas y hacerlas respetar, sosteniéndolas aún a costa de sacrificios. Estos sacrificios serán, con el tiempo y la paciencia, recompensados por Dios. (XVI, 416).

  9. Los Directores, responsables ante el público, hagan todos los esfuerzos, para conservar la moralidad. Los medios son las Reglas y las deliberaciones, que deben ser observadas primero por ellos, y por sus dependientes. Para esto es necesario que se conozcan. Por consiguiente, en las dos conferencias mensuales, hágalas conocer. NO SE REQUIEREN CONFERENCIAS DOCTAS; basta que se lean y después se agregue una breve exhortación y explicación. (XVI, 416).

  10. ¡PREVENIR... NO REPRIMIR!. ¿Qué importa reprimir los desórdenes después de que han ocurrido?. ¡Ya se ha ofendido a Dios!. (IV, Cap. VII).

  11. Es un gran error y trabajo perdido el no cumplir las cosas propuestas y aprobadas en Capítulo. (XVII, 270).

  12. Para tratar asuntos de relativa importancia en el Capítulo, propóngase de antemano bien por escrito o verbalmente los asuntos que se quieran tratar. (XVII, 270).

  13. Con paciencia estudia el carácter de las personas. O mejor aún: examina bien lo que valen los 19

hermanos que trabajan dependiendo de ti. (XVII, 260).

  1. No permitas que se critiquen las órdenes dadas en familia, ni que se desaprueben las cosas oídas en los sermones y en las conferencias, o escritos, o impresas en los libros de algún hermano. (XVII, 267).

  2. Eviten todos las novedades a excepción de las propuestas en las Conferencias o Capítulos. (XVII, 270).

  3. Es indispensable que conozcas el reglamento que cada hermano debe practicar en el cargo que se le ha confiado. (XVII, 266).

  4. Si los motivos de los desórdenes o reproches fuesen públicos, es necesario llamar la atención públicamente. (XVII, 266).

  5. En las confidencias, concede el tiempo y la libertad de hacer sus reflexiones y manifestar sus necesidades y sus intenciones. (XVII, 266).

  6. Como a pesar de los sacrificios y de la buena voluntad, algunas veces se deben sostener pleitos y litigios; aconsejo y recomiendo que se remita la controversia a uno o dos árbitros con plenos poderes, dejando en sus manos la decisión. (XVII, 268).

  7. La exacta observancia de las reglas, y especialmente de la obediencia, es la base del éxito. Si quieres que los demás te obedezcan, sé obediente a tus superiores. Ninguno es apto para mandar si no es capaz de obedecer. (Manual del Director, 187).

  8. En vez de hacer observaciones sobre lo que hacen los otros, esfuércese cada uno con la mayor solicitud posible por cumplir los cargos que le fueron encomendados. (XVII, 268).

  9. Para que la corrección sea eficaz, no se debe jamás reprender en presencia de otros. (I,153-4).

  10. Cuando algún hermano tuviese rivalidades y oposiciones con otros hermanos, es aconsejable que se cambie de Casa y ocupación. Pero sea siempre amigablemente prevenido de sus defectos y sugiéransele normas para regularse mejor en el porvenir y evitar los choques. (XVII, 268).

  11. Cúmplase puntualmente todos los acuerdos, y vigílese atentamente para que las deliberaciones no resulten nunca contradictorias. (XVI, 270).

  12. Tanto en la Iglesia como en las Conferencias, no se permitan jamás alusiones personales. Los avisos, las reprensiones, las indirectas hechas públicamente, ofenden y no logran enmienda. (XVII, 266).

  13. Trate con frecuencia y con mucha familiaridad a los hermanos, insistiendo en la necesidad de la observancia uniforme de las Constituciones y en cuanto sea posible, recuerde las palabras textuales de las mismas. (XVII, 267).

  14. Sé paternal en las confidencias (cuenta de conciencia). Abre tu corazón a todos, sin que jamás manifiestes rencor a nadie, sin recordar faltas pasadas, sino da paternalmente avisos o llama al deber a quien fuese negligente. (XVII, 266).

  15. Es importante: Cuando un hermano tiene fricciones con las autoridades eclesiásticas de una ciudad, lugar o Diócesis, el Superior use la debida prudencia y déle otro cargo. (XVII, 268).

  16. En el Consejo, concédase a todos amplia libertad de hablar sobre los argumentos, en pro o en contra, como a cada uno le parezca mejor en la presencia de Dios. (XVII, 270).

  17. NO te olvides nunca de tomar la cuenta de conciencia mensualmente en cuanto sea posible; en esta ocasión recuerda que el Director tiene que ser el amigo, el hermano, el padre de sus subalternos. (XVII, 266).

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  1. Presentándose problemas graves, consúltese con el Superior y aténgase estrictamente a su parecer. (XVII, 269).

  2. La confianza es como una corriente eléctrica entre los alumnos y superiores. Conecta los corazones, manifiesta las necesidades y descubre los defectos. (XVII, 111).

  3. LA habilidad de un Superior no consiste sólo en hacer, sino también en procurar que los otros hagan su parte, TODOS ESTÉN DE ACUERDO EN AYUDARSE MUTUAMENTE. Estúdiese el modo de disminuir el trabajo, procurando que haya exactitud en todo. (XVI, 420).

  4. Cuando el Director descubra a un joven de costumbres sencillas, de carácter bueno, procure ganar su amistad. Busque con frecuencia su conversación. Escúchelo de buena gana, encomiéndese a sus oraciones, asegúrele que reza por él en la Santa Misa, invítelo, por ejemplo a que haga la Santa Comunión en honor de la Sma. Vírgen, o en sufragio de las almas del Purgatorio, por sus padres, por sus estudios, o cosa parecida. Al terminar sus estudios en el Colegio, ayúdelo a escoger su vocación y el puesto más ventajoso para su alma y que le sea de

mayor consuelo en punto de muerte. (XVII, 263).

  1. Es cosa sumamente importante y decisivo para la juventud, que jamás se aleje un niño descontento de nosotros. Al contrario, que se aleje contento, con alguna promesa o una palabra que lo anime a volver a buscarnos con gusto. (I, 153-4).

  2. ¡Ah, que desgracia, cuando en una Casa se forman dos bandos!. Son como dos campos, como dos banderas que si no son contrarias, están al menos divididas. (V, Cap. VII).

  3. Quisiera persuadir a todos, o mejor, darles una instrucción a todos sobre el espíritu salesiano que debe animar y guiar nuestros actos y todas nuestras conversaciones. El Sistema Preventivo debe ser nuestro sistema propio. Nada de castigos penosos, ni palabras humillantes, ni reprensiones severas en presencia de los demás. (V, Cap. VII).

  4. Siempre hay motivo para dar gracias a Dios, a cuya bondad se debe el bien que se está haciendo entre nosotros. (IV, 427).


EDUCACIONALES


  1. Si queréis triunfar entre vuestros alumnos, no os mostréis nunca resentidos contra ninguno. (XVII, 271).

  2. La base de toda educación es cuestión de corazón. (BAC. 35).

  3. Los afectos sensibles son espinas terrenales, la simpatía o antipatía apartan al educador de su verdadero fin, lo hacen vulnerable, lo distraen de su misión e impiden que adquiera méritos para la eternidad. (III, 35).

  4. Soporta con paciencia los defectos de los demás, si quieres que te soporten a ti. (P.M. 3).

  5. Quien quiere ser amado, ame, quien es amado obtiene todo, especialmente de los jóvenes. (XVII, 111).

  6. Procura ser amado, más bien que ser temido. (X, 1041).

  7. Si queréis ser obedecidos y respetados, haceos querer bien. (XIII, 826).

  8. Las impresiones que más perduran en el corazón de los jóvenes, son las que reciben durante su formación. (X, 1022).

  9. De la sana educación de la juventud, depende la felicidad de las naciones. (XII, 700).

  10. Recordad que ciencia sin conciencia, es la ruina de nuestra alma. (VIII, 166).

  11. No peguéis jamás a ningún niño por ningún motivo. (VI, 391).

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  1. La juventud antes de los doce años no es capaz de hacer ni gran bien, ni gran mal. (IX, 855).

  2. La primera felicidad de un niño es saber que es amado. (IV, 455)

  3. La educación de un niño debe tener por base la formación de la voluntad. (XV, 78).

  4. En los jóvenes, un principio de duda les hace mucho mal. (III, 469).

  5. Nunca os expreséis con desprecio de un joven por ningún defecto, mucho menos en presencia de él o de sus compañeros. Cualquier advertencia, dádsela confidencialmente, en privado y con mucha dulzura. (VII, 508).

  6. Enseñad de buena gana el Catecismo; sazonad la clase con ejemplos de caridad hechos por los santos, que demuestren la misericordia y la justicia de Dios, y ciertamente seréis escuchados con avidez. (IX, 713-4).

  7. La afabilidad sea vuestra manera de tratar; ganaos los corazones de los jóvenes por medio del amor: recordad siempre la máxima de San Francisco de Sales: "Más moscas se cazan con una

gota de miel que con un barril de vinagre". (IV, Cap. VIII).

  1. Las notas características en la clase sean: dulzura, caridad y paciencia. Nada de palabras mordaces, ni bofetones. Se deben usar castigos suaves, y siempre de tal manera que después de las reprensiones se vuelvan más amigos nuestros, y no se alejen avergonzados de nuestro lado. (IV, Cap. VII).

  2. Convénzanse a los jovencitos de la importancia de la Confesión y Comunión para que la practiquen; compréndanla ante todo , aquellos que se ocupan de su educación, para poder insinuarla. (VI, 145).

  3. Recomendad a los jóvenes la confesión y comunión frecuentes. (Recuerdos a los Primeros Misioneros).

  4. Las cosas que ordinariamente faltan en las confesiones de los niños son: dolor de los pecados y el propósito. Cuando faltan uno u otro de estos requisitos por su ignorancia, aconséjese al niño que se instruya frecuentando las clases de religión o estudiando el catecismo, si ya es capaz de leer y comprender lo que lee. En caso de duda, si no se encuentra falta grave, se le puede dar la bendición solamente. (I, 153).

  5. Hágase notar, dígase y predíquese siempre que María Auxiliadora ha obtenido y obtendrá siempre gracias particulares, y aún extraordinaria y milagrosas a los que ayudan cristianamente a la juventud en peligro, con obras, con consejos, con el buen ejempli o simplemente con su oración. (XVII, 260).

  6. Para el buen éxito con los niños, hay que ser amables con ellos. Lograr que os busquen y no os teman. Demostradles y convencedlos que deseáis la salvación de su alma. Corregid con paciencia y caridad sus defectos. Sobre todo abstenéos de golpearlos. En fin, haced de modo que cuando os vean, corran a vuestro encuentro y no que os huyan. (IV, Cap. VII).

  7. Sed los primeros en encontraros en la clase y los últimos en salir de ella. (IV, Cap.VII).

  8. Hazte amar primero y después te obedecerán con suma facilidad. (I, 153.4).

  9. Si queréis conquistar estas ovejitas, no las trates a golpes, sino gánatelas con dulzura y con afecto. (Sueño - I, 425).

  10. ¿Por qué hemos de desanimarnos y avergonzarnos cuando en la educación de los niños no nos vemos inmediatamente correspondidos?. Sembremos e imitemos al campesino que espera con paciencia el tiempo de la cosecha. (IV, Cap.VII).

  11. Es necesario que el Señor tome posesión del corazón de los niños, mucho antes de que sean dominados por el vicio. (IV, 385).

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  1. Más vale un poco de rumor (alboroto), que un silencio forzado. (V, 845).

  2. Para lograr disciplina entre los jóvenes, no sirven ni la ira ni los ímpetus momentáneos; se requiere una gran paciencia, o sea, constancia, perseverancia y sacrificio. (XII, 475).

  3. Teniendo el esquema de la predicación bien preparado, todo está hecho; las palabras las darán las circunstancias. El exordio tómese de cualquier acontecimiento de lugar, de tiempo o de ocasión. Son de máxima utilidad las comparaciones, las parábolas y los ejemplos. (II, 230).

  4. No consideres como amigo al que siempre te alaba y no tiene valor para decirte tus defectos. (P.M.4).

  5. Son semillero de buenas costumbres entre los alumnos: la precisión en el horario y la puntualidad de todos en su propio cargo. (XIII, 247).

  6. Si se puede hágase algún servicio, y dése también algún subsidio siempre en los límites

aconsejados y permitidos por el Superior respectivo. (XVII, 269).

  1. Cuando se sepa que en la Casa haya sucedido algo reprobable, especialmente contra la Ley de Dios, debe respetuosamente comunicarlo al Superior. Él sabrá usar la debida prudencia a fin de evitar o impedir un mal mayor. (XVII, 268).


EJERCICIOS


  1. Los ejercicios espirituales son la mejor ocasión para romper ciertas relaciones malsanas. (XII, 55).

  2. Es una gran fortuna hacer los ejercicios espirituales, porque es la oportunidad para asegurarse el Paraíso. (XII, 326).

  3. El silencio es uno de los principales requisitos para hacer debidamente y con fruto, los Santos Ejercicios. (XI, 235).

  4. Durante los ejercicios es importante tratar el problema de la vocación. (XIII, 399-400).

  5. Dios suele conceder gracias extraordinarias durante los ejercicios espirituales. (IX, 994).

  6. Los ejercicios espirituales son el tiempo más propicio durante el cual el Señor suele comunicar sus luces y gracias especiales. (XI, 234).

  7. Cada uno considérese, como si estuviera solo haciendo los ejercicios espirituales, y piense que los hace por última vez. (XII, 444).

  8. El silencio es el fundamento del buen éxito de los santos ejercicios espirituales. (XIII, 446).

  9. El poder hacer los ejercicios espirituales es una gracia extraordinaria; por lo tanto hay que hacerlos bien, y para hacerlos bien, hay que poner en práctica lo que se expone en los sermones y en las lecturas. (XIII, 753).

  10. Dios tiene preparadas gracias especiales para cada uno de los días de los ejercicios espirituales. (XVI, 603).

  11. Durante los ejercicios espirituales se suelen poner en orden todos los problemas de la conciencia. (XIII, 419).

  12. En los ejercicios espirituales se examina qué cosa se ha hecho en el año que ha transcurrido, para dar cuenta a Dios, preparar las cosas mejor para el año entrante, y hacer propósitos para corregir las negligencias pasadas. (XII, 445).


FE Y ESPERANZA


  1. Estando junto a la cruz, venceremos a nuestros enemigos. (BAC. 603).

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  1. El sostén de nuestra paciencia es la esperanza en el premio futuro. (XII, 458).

  2. Si verdaderamente escucháis a Dios y os acercáis a Él, os dará el ciento por uno. (BAC. 587).

  3. Es imposible no vencer las tentaciones acudiendo en tales peligros a la presencia de Dios Nuestro señor. (BAC. 676).

  4. Una impresión funesta, recibida en la edad tierna, debida a una conversación imprudente, puede traer como fatal consecuencia la pérdida de fe y de buenas costumbres. (III, 314).

  5. Nada te turbe, quien tiene a Dios, lo tiene todo. (IV, 516).

  6. ¡Ánimo!. La misericordia de Dios es infinita. (VII, 401).

  7. Como profesión pública de fe, hágase la Señal de la Cruz con devoción y respeto. (III, 588).

  8. Para vencer en las pruebas más duras se requiere mucha fe en Dios. (VII, 319).

  9. La fe, para ser viva y fructífera, debe ser siempre iluminada y guiada por el vicario de

Jesucristo. (IX, 228).

  1. Fe y oración, he aquí el mejor arma, y nuestro apoyo. (XV, 805).

  2. Dios no abandona jamás a ninguno. (V, 160).

  3. Cueste lo que costare, Dios nunca será demasiado caro. (XIII, 393).

  4. La ayuda de Dios nunca falla, si se trabaja de veras con fe y confianza. (XIV, 650).

  5. ¿Los tiempos son difíciles?. Siempre fueron así, pero Dios nunca dejó de prestar su ayuda. "Christus heri et hodie". (Salotti, 515).

  6. Cuando os encontréis en peligro o en suma pobreza, alzad los ojos al cielo. Dios acudirá a vuestra humilde oración. (La Casa de la Fortuna, Acto I, escena II).

  7. Dios es bueno, Dios es omnipotente; si permite tribulaciones, es para sacar mayor bien y mostrar su misericordia y poder. (VII, 461).

  8. No importa lo que haga Satanás, ahora es su tiempo; pero vendrá también el momento de la victoria. (VII, 73).

  9. Si hubiese tenido cien veces más fe de la que tengo, hubiera hecho cien veces más de lo que hice. (XVIII, 587).

  10. Sin el aliento de la fe, todos los imperios caen, las naciones se desmoronan y las obras que el hombre hace, no sirven para nada. (VIII, 67).

  11. Es más cristiano encender una cerilla, que maldecir las tinieblas. (BAC. 10).

  12. Portáos de tal manera que mañana no tengáis que avergonzaros. (VII, 424).


E STUDIO


  1. Estudio, trabajo, oración: he aquí tu lema que te conservará bueno. (IX, 160).

  2. La finalidad de sus estudios era: hacerse digno de su vocación y habilitarse para la instrucción de la juventud. (I, 4).

  3. Quien no tiene temor de Dios, deje los estudios porque trabaja de balde. (IV, 746).

  4. En la ciencia natural se encuentra la ciencia sobrenatural; la virtud consiste en hallar el modo de ponerla en práctica. (VI, 363).

  5. Medios para salir bien en los estudios: primero, temor de Dios; segundo,

no perder nunca ni un minuto de tiempo, frenar la fantasía; tercero,

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habituarse a no seguir adelante, mientras no se haya entendido bien lo que antecede; cuarto,

vencer la dificultad que se encuentra en el estudio de los autores; quinto, acordarse y recurrir

a Jesús y a María con cualquier jaculatoria, este es el medio más eficaz; sexto, ocuparse

exclusivamente en lo que se refiere al estudio; séptimo, recurrir siempre a la protección de

María. (VII, 817-25-57).

  1. La noche se hizo para descansar. Excepto en casos de urgencia, después de cenar, no se hagan trabajos intelectuales. (I, 318).

  2. La moralidad es el lazo que une la santidad y el estudio, y que es al mismo tiempo su fundamento.


HUMILDAD


  1. Haced todo el bien que esté a vuestro alcance, pero sin ostentación; la violeta aunque esté escondida, se descubre por su fragancia. (XVIII, 860).

  2. Sé siempre agradecido q quien te dé avisos. (XI, 17).

  3. La falta de humildad es siempre perjudicial para la unidad de un colegio; por el amor propio de un superior éste caerá en ruinas. (VI, 389).

  4. Si poseemos las ciencias sin la humildad, no seremos nunca hijos de Dios, antes bien, hijos de aquél que es padre de la soberbia: el demonio. (III, 614).

  5. Aunque no digas siempre todo lo que sepas, da a entender bien lo que dices. (III, 614).

  6. Sobre Dios piensa según te dicte la fe; de tu prójimo, según te inspire la caridad, de ti, con humildad. De Dios habla siempre con veneración; del prójimo, como quisieras que hablaran de ti; de tu persona, habla con humildad o mejor calla. (III, 614).

  7. La falta de modestia en el hablar, indica falta de criterio. (III, 615).

  8. Habla poco de los demás, y menos de ti mismo. (III, 617).

  9. Más bien que disculparte de tus defectos, procura enmendarte de ellos. (III, 617).

  10. La virtud que se debe inculcar de una manera particular a los estudiantes, es la humildad; porque un estudiante soberbio es un pobre ignorante. (IV, 747).

  11. A las almas santas, es mucho más penoso, revelar los dones con que Dios les ha favorecido, que hablar de sus propios defectos. (V, 209).

  12. El amable y humilde, será siempre querido de todos, de Dios y de los hombres. (VI, 102).

  13. La gracia de Dios triunfa siempre donde encuentra una humilde obediencia. (VIII, 174).

  14. Si buscamos nuestra propia gloria, vendrá el descontento, la división y el desorden. (VI, 375).

  15. NO soy nada más que lo que valgo delante de Dios. (VII, 375).

  16. Por la paz en casa, hazte humilde y tolerante. (VII, 509).

  17. No te ensoberbezcas jamás por lo que sepas. Cuanto más sabe uno, más se convence, que es un ignorante. (VII, 581).

  18. Todo individuo en casa no sea sino un instrumento que trabaja según los planes de Dios, sin ninguna otra esperanza en la tierra. (VII, 795).

  19. Una persona de talento mediocre, pero virtuoso y humilde, hace mucho más bien que un sabio soberbio. (VIII, 931).

  20. No te fíes mucho de tus propias fuerzas; puedes caer como San Pedro. (X, 9).

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  1. Ninguno se gloríe de aquello que sabe y de lo que hace; cada uno haga lo que pueda sin ostentación. (XI, 394).

  2. Haced lo que podáis, Dios hará lo que nosotros no podemos hacer. Confiad siempre en Jesús

Sacramentado y María Auxiliadora y veréis lo que son milagros. (XI, 395).

  1. La pureza es el premio de la humildad. (XII, 8).

  2. Cuando en cualquier circunstancia se refieren a nuestra pobre persona como humilde instrumento del Señor que quiere servirse de nosotros, diremos siempre: por la gracia de Dios se ha hecho esto y por lo tanto, sólo a Él todo honor y gloria. (XII, 512).

  3. Recordad siempre que Don Bosco no fue otra cosa que un mísero instrumento en las manos de un artista habilísimo y Omnipotente, que es Dios; por lo tanto a Dios todo honor y gloria. (XVI, 290).

  4. Yo creo, que si el Señor hubiese encontrado un instrumento más vil y más débil que yo, se hubiese servido de él para cumplir sus obras. (XVIII, 587).


INFIERNO

  1. Si no puedes soportar una chispa de fuego en la mano, la ligera llama de una vela, ¿Cómo podrás sufrir aquellas llamas por toda la eternidad?. (BAC. 693).

  2. El mayor tormento de los condenados en el infierno es, el pensar que han perdido el cielo por haber pasado en la ociosidad la mayor parte del tiempo, que Dios les había dado para salvarse. (BAC. 681).

  3. El sacerdote nunca va solo, ni al cielo ni al infierno. (Lemoyne, 101).

  4. Uno de los más graves errores de la pedagogía moderna es, no querer hablar de las máximas eternas, sobre todo de la muerte y del infierno. (II, 214).

  5. Los que se dejan vencer por las pasiones, sorprendidos por la muerte y sepultados entre las llamas eternas del infierno, gemirán desesperados: ¡insensatos de nosotros, nos equivocamos!. (II, 363).

  6. Son más numerosos los condenados que se confesaban, porque aún los malos, alguna que otra vez se arrepienten, pero son en mayor número los que no se confiesan bien. (VI, 903).

  7. Las causas principales de tantas condenaciones, son: malas compañías, malos libros y costumbres perversas. (IX, 182).

  8. La causa por la cual la mayoría de la gente se condena, es la falta del firme propósito de enmienda en sus confesiones. (X, 56).


JUVENTUD


  1. La salvación del alma depende ordinariamente de la juventud. (BAC. 669).

  2. Si tus padres u otras personas de autoridad, quisiesen desviarte del camino a que Dios te llama, recuerda, que antes se debe obedecer a Dios que a los hombres. (BAC. 680).

  3. El lazo principal que el demonio tiende a la juventud, es el ocio, origen funesto de todos los vicios. (BAC. 681).

  4. Mis queridos jóvenes, no os recomiendo penitencia, ni disciplinas, sino Trabajo, Trabajo, Trabajo. (IV, 216).

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  1. El que lleva mala vida en su juventud, continúa generalmente así hasta la muerte, yendo a parar inevitablemente en el infierno. (BAC. 669).

  2. Hay tres clases de compañeros: unos buenos, otros malos, y otros, en fin, que no son ni lo uno ni lo otro. Debéis procurar la amistad de los primeros; ganaréis mucho huyendo completamen-

te de los segundos; en cuanto a los últimos, tratadlos cuando os sea necesa-

rio, evitando toda familiaridad. (BAC. 682).

  1. El alma juvenil es su período de formación necesita experimentar la influencia benéfica, la dulzura que puede darle la comprensión sacerdotal. (XVI, 169).

  2. No pienses que vives en este mundo para divertirte, enriquecerte, comer, beber y dormir, como los animales privados de razón; pues el fin para el que has sido creado, es infinitamente más noble y más sublime, esto es: para amar y servir a Dios en esta vida y así salvar tu alma. (BAC. 686).

  3. El más valioso sostén de la juventud es el Sacramento de la Comunión y la Confesión. (XI, 145).

  4. Créanmelo, quien es devoto del Santísimo Sacramento, es decir, que va con frecuencia a hacer santas comuniones y visitas a Jesús en el Tabernáculo, ése tiene una prenda segura de su eterna salvación.

  5. La juventud dejada a su suerte, si no encuentra comprensión a su debido tiempo, será azote para la sociedad, e irá a llenar las cárceles. (XIII, 184).

  6. En la comunión frecuente se encuentra luz, fuerza y santidad. (XVI, 182).

  7. Los hábitos adquiridos en la juventud, por lo general, duran toda la vida. (III, 607).

  8. Es muy difícil arrancar un vicio que se haya adquirido en la juventud. (XII, 585).

  9. Cuando oigáis algún sermón, tratad de recordarlo durante el día; y en la noche, antes de acostaros, detenéos un instante a reflexionar sobre lo que habéis oído. De esa manera sacaréis gran provecho para vuestra alma. (BAC. 673).

  10. Los consejos de tus superiores sean reglas de tus acciones. (IX, 35).

  11. La familiaridad con malos compañeros os expone a graves peligros. (II, 395).

  12. Se llama mal compañero, aquel que de alguna forma os da ocasión de ofender a Dios. (XIII, 800).

  13. El arma más peligrosa que utiliza el demonio en contra de las personas consagradas al Señor, es la juventud. (IX, 922).

  14. Un joven perezoso, indisciplinado, será un joven desgraciado. (VII, 599).

  15. Los jovencitos son la delicia de Jesús y María. (XVIII, 862).

  16. Si comenzáis a ser buenos desde la infancia, lo seréis mientras viváis en el mundo. (BAC. 669).

  17. Los niños son como un precioso depósito que Dios nos ha confiado. (XI, 390).

  18. Antes de los doce años no hay niños malos, después de los dieciocho, ya es muy difícil reformarlos de sus vicios. (IV, 736).

  19. He consagrado mi vida a la juventud, porque de su educación depende la felicidad de una nación. (XII, 700).

  20. Temor de Dios y frecuencia de Sacramentos: he aquí lo que obra milagros entre la juventud.

(XI, 221).

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LECTURA


  1. No leáis cualquier clase de libros, escoged los convenientes a vuestra edad, dejad los que pueden ser peligrosos para vuestra salud moral. (XII, 149).

  2. No leáis libros de cuya moralidad no estéis seguros, sin antes consultar a quien os pueda dar un justo criterio. (XII, 149).

  3. Si estima vuestra fe, si apreciáis la salud del alma, no leáis ningún libro, si antes no fuera aprobado por el confesor o por otra persona conocida y de acrisolada piedad, observad esto bien. (VII, 292).

  4. El veneno es menos dañino para la juventud que los libros malos. En nuestros días, son más peligrosos aún porque abundan los disfrazados de religiosidad. (VII, 292).

  5. Huid de las lecturas malsanas como de la peste. (III, 176).

  6. ¡Si supierais qué semilla tan funesta dejan las malas lecturas en el corazón de la juventud!. (V, 373).

  7. Para conservar la pureza, guardáos de toda clase de lecturas malas; también de las indiferentes, pues pueden ser de peligro para vuestra alma. (VI, 8).

  8. Para leer es preciso tener las siguientes normas: primero, no se lean otros libros hasta que no hayan cumplido los deberes de escuela; segundo, no se lea nada antes de haber consultado al propio maestro o a otras personas capaces, para no perder tiempo en leer libros inútiles o reprobables. (VII, 828).

  9. Jamás leáis un libro, de cuya bondad no estéis seguros, sin solicitar opinión de quien pueda dar un criterio adecuado. (XII, 149).

  10. La primera impresión que recibe la mente vírgen y tierna de la juventud, dura toda la vida; por eso, los libros inconvenientes son la causa principal de su ruina. (XVII, 197).

  11. Para lograr que nuestras publicaciones sirvan de antídoto contra los malos libros, os ruego y suplico, que améis vosotros mismos las publicaciones de vuestros hermanos, alejándoos de todo sentimiento de envidia y desprecio. (Circular, Nov. de 1884).


LIMOSNAS


  1. Quien da limosna para salvar almas, tendrá por recompensa salud y vida larga. (XVIII, 470).

  2. Para conseguir limosnas, es preciso que el pueblo comprenda que aún para conseguir ventajas temporales del Señor, le conviene contribuir; y por el contrario, la avaricia para con las obras de Dios, puede atraer la maldición del cielo. (IV, 289)

  3. Dios es infinitamente rico y de una generosidad sin límites. (XIII, 109).

  4. Tened fe, rogad mucho, pero acompañad vuestras peticiones con alguna obra de caridad. (X, 92).

  5. Dad y se os dará -dijo el Señor-, y no: prometed y se os dará. Por eso adelantad vuestras obras, para obligar a Dios a ayudaros.

  6. El dinero es la llave que sirve para dos cerraduras: nos abre el cielo o nos abre el infierno. (XV, 519).

  7. Quien no es generoso con Dios, fácilmente se olvida del Señor. (VI, 329).

  8. Quien no sea generoso con Dios, pocas esperanzas podrá abrigar para conseguir gracias extraordinarias. (XVIII, 30).

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  1. Para dar limosna no es necesario ser rico. (VI, 223).

  2. No son los ricos los que hacen un bien dándonos limosna, sino somos nosotros los que les hacemos un favor a ellos brindándoles ocasión para ganar méritos. (X, 1129).

  3. El buen Dios premiará con el Paraíso a los que dan su vida por las almas e igualmente a los que ayudan a los misioneros. (XII, 316).

  4. En la persona de los pobres y sobre todo de los más abandonados, debemos ver representado al Salvador. Por lo mismo no son los niños pobres los que demandan vuestra caridad, sino es el mismo Jesús, en la persona de sus pobres. (XIII, 109).

  5. El Evangelio no dice: "Dejad lo superfluo a los pobres después de vuestra muerte", sino: "Dad lo superfluo a los pobres en vida". (XIV, 258).

  6. Algunos se imaginan que dar limosna es un consejo y no un precepto; por lo tanto no se cuidan de sus obligaciones; pero están en un error fatal, pues, quien no hace obras buenas en este mundo arrastra consigo otras almas a la perdición, como lo hemos visto en la parábola del rico Epulón. (XIV, 546).

  7. Dios hizo al pobre para que gane el cielo con su paciencia y resignación; pero hizo al rico, para que se salve mediante la caridad y la limosna. (XV, 518).

  8. Algunos creen que hacen bastante, dando alguna que otra limosna, brindando rara vez algún socorro con ostentación. Están en un error. Jesús manda dar limosna: "¡Lo superfluo, dadlo a los pobres!". (XV, 518).

  9. He vivido entre pobres y tuve que visitar a ricos. En general he visto que dan poca limosna, y muchos señores no hacen buen uso de sus riquezas. (XV, 527).

  10. Para dar gracias al Señor conviene acompañar nuestras preces, además de las palabras de agradecimiento, con alguna limosna. (XVI, 121).

  11. Las manos de los pobres llevan nuestras limosnas al Cielo. Dar a los pobres nuestro óbolo, es como depositarlo en las mismas manos de Jesucristo. (XVII, 70).

  12. Si queréis obtener con más facilidad cualquier gracia, haced primero vosotros la gracia, o sea, dad vosotros alguna limosna, antes que Dios y la Vírgen os concedan el favor deseado. (XVIII, 509).

MALAS COMPAÑÍAS


  1. Cuando os encontréis con un compañero que profiere blasfemias, desprecia la religión o procura alejaros del servicio de Dios, o es malhablado o inmodesto, huid de él como de la peste. (BAC. 678).

  2. Tanto los malos consejeros como los mal aconsejados, corren un peligro inminente de su gran ruina. (IX, 34).

  3. Huid de un mal compañero como de la vista de una serpiente venenosa. (BAC. 682).

  4. Para vivir como buen católico, debe alejarse de los que hablan mal de la religión. (III, 608).

  5. Hay que vivir con tal rectitud que haya siempre motivos para que hablen bien de nosotros. (VII, 252).

  6. Por malos compañeros se entienden: 1º. Aquellos que hablan cosas deshonestas o hacen cosas contrarias a la bella virtud; 2º. Los que hablan con desprecio de la religión; 3º los que se alejan de las funciones religiosas y os invitan a faltar a vuestros deberes. (III, 608).

  7. Se llama mal compañero aquel que de alguna manera ocasiona la ofensa a Dios. (XIII, 800).

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MARIANAS


  1. La devoción y el amor a María Santísima es una gran protección y un arma poderosa contra las asechanzas del demonio. (BAC. 679).

  2. Aún cuando María os obtuviera muchas gracias, de nada os servirían, si no os consiguiera la de no caer en pecado mortal. (BAC. 677).

  3. Estad seguros de que cuanto más puras sean vuestras miradas y palabras, tanto más agradaréis a la Vírgen María y mayores gracias os obtendrá Ella de su divino Hijo y Redentor nuestro. (BAC. 678).

  4. Si queréis, amados jovencitos, ser los verdaderos amigos de Jesús y María, debéis no tan sólo huir de los escandalosos, sino esforzaros con el buen ejemplo a reparar el gran mal que éstos hacen a las almas. (BAC. 685).

  5. Si María favorece tanto a este miserable cuerpo, ¿cuántos favores no concederá a las almas que la invocan?. (M.B. 70).

  6. Si todos los hombres fuesen verdaderamente devotos de María, qué felicidad habría en este mundo. (M.B.77).

  7. Con la frecuente comunión, vosotros mereceréis ser muy queridos de Dios y de los hombres; y María Santísima os concederá la gracia de no morir sin los Santos Sacramentos al fin de la vida. (XVII, 271-2).

  8. Humildad, obediencia y castidad os harán gratos a María Santísima. (VIII, 131).

  9. En todos los peligros invocad a María, y os aseguro que seréis librados. (VII, 360).

  10. Es casi imposible llegar a Jesús, si no es por medio de María. (VII, 677).

  11. María quiere la realidad, no las apariencias. (VIII, 130).

  12. Nuestra Madre, concede grandes favores a los que hacen bien su novena. (XII, 572).

  13. Seamos devotos, sobre todo, de María Santísima; invoquémosla de corazón y Ella nos protegerá. (XII, 610).

  14. Desgraciadamente peregrinamos aún por este valle de lágrimas y estamos lejos de la patria celeste y de nuestra querida Madre; sin embargo confiemos en Ella, invoquemos a María, con toda piedad, que es toda bondad para con nosotros. (I, 11112).

  15. Asistir con devoción a la Santa Misa, visitar a Jesús Sacramentado, recibir la Comunión Sacramental o al menos hacerla espiritual, son prácticas de sumo agrado a María y un conducto eficaz para obtener gracias especiales. (XVII, 261).

  16. A nuestra Congregación la conduce Dios y la protege María Santísima. (XVIII, 531).

  17. Propagad constantemente la devoción a María Santísima Auxiliadora y a Jesús Sacramentado. (Recuerdos a los primeros misioneros).

  18. (Recomendación de Don Bosco moribundo). CUANDO HABLÉIS O PREDIQUÉIS, INSISTID SOBRE LA DEVOCIÓN A MARÍA SANTÍSIMA. (XVIII, 532).

  19. Vosotros ni remotamente podéis daros cuenta qué privilegio tan grande es haber ingresado en el Oratorio. En nombre de Dios os aseguro: Basta que un joven entre en una Casa Salesiana, 30

para que la Vírgen Santísima lo tome inmediatamente bajo su protección especial. (V, Cap.

VII).

  1. La Santísima Vírgen María continuará protegiendo nuestra Congregación y las obras salesianas, si seguimos poniendo toda nuestra confianza en Ella, y nos esforzamos en propagar su culto. (VII, 260).

  2. Publíquese, dígase y predíquese por todos los medios, que María Auxiliadora ha obtenido y obtendrá gracias particulares y aún extraordinarias y milagrosas, a los que ayudan cristianamente a la juventud en peligro, con obras, consejos, con el buen ejemplo o simplemente con la oración. (XVII, 260).

  3. La fiesta de la Santísima Vírgen y más aún, sus solemnidades, sus novenas, sus triduos, el mes a Ella consagrado, sean siempre fervorosamente inculcados en público y en privado; con folletos, con libros, con medallas, con imágenes, con publicar o simplemente contar gracias y bendiciones que nuestra celeste Bienhechora concede a cada instante a la humanidad doliente. (XVII, 261).

  4. En charlas particulares gánense las confidencias indistintamente de todos los alumnos; evítense las amistades particulares y la parcialidad entre los alumnos; cuando ocurran solemnidades o simplemente fiestas en honor de la Vírgen, no se deje pasar la oportunidad sin anunciarlo. (VII, 525).

  5. La Vírgen Santísima nos consiga de su Divino Hijo, días de paz y acierto, a fin de poder amar y servir a Dios en la tierra y gozar un día la bienaventuranza en el cielo. (VI, 550).

  6. (Don Bosco al fin de su vida). Recomendad la frecuente comunión y la devoción a María Santísima Auxiliadora. (XVIII, 502-533).

  7. Para obtener una gracia especial, la jaculatoria más eficaz es ésta: "María Auxiliadora, rogad por nosotros". (XIII, 410).

  8. En el cielo nos quedaremos gratamente sorprendidos al conocer todo lo que María Auxiliadora ha hecho por nosotros en la tierra. (XV, 390).


MISA


  1. Desde por la mañana al oír la Misa, ofreced a Dios las ocupaciones del día y en particular las confesiones, las clases, los catecismos y los sermones. (Recuerdos a los primeros cristianos).

  2. Póngase en práctica el consejo del Concilio de Trento: Cada vez que asistimos a la Santa Misa, procuremos estar en tal estado, que nos permita acercarnos a la santa Comunión, para que de esta manera participemos más del fruto de este augusto Sacrificio. (VI, 1071).

  3. Tened gran empeño en asistir bien a la Santa Misa, y cada uno propóngase promover la devota participación a ella. La Santa Misa es el mejor medio para aplacar la ira de Dios y alejar de nosotros sus castigos. (VI, 1071).

  4. Incúlquese con constancia a los jóvenes, que aprendan bien las palabras rituales de la Santa Misa y las pronuncien devotamente para no caer en el defecto de decirlas rutinariamente y con precipitación. (VII, 87).

  5. El tiempo más propicio para implorar gracias del Señor es la elevación de la Hostia y del Cáliz en la Santa Misa.

  6. La comunión frecuente y la Misa cotidiana son las columnas que deben sostener un edificio educativo. (III, 355).

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  1. De ser posible asístase todos los días a la Santa Misa, recordando aquellas palabras de San Agustín: Que no morirá de mala muerte, quien asista devotamente y con asiduidad a la Santa Misa. (IV, 454).

  2. La manera más fructuosa de participar en la Santa Misa consiste en dividirla en tres letras "P"; Una "P" roja, otra "P" negra y la tercera "P" blanca: La "P" roja significa la Pasión de Nuestro Señor, que se medita hasta la elevación; la "P" negra significa nuestros pecados que fueron causantes de la Pasión del Salvador, y que se ofrece hasta el momento de la Comunión; la "P" blanca simboliza nuestros propósitos de enmienda. ("Buenas noches" de Don Bosco).

  3. La Santa Misa impide cualquier triunfo del demonio. (X, 47).


MISIONEROS


  1. Buscad almas, no dinero, ni dignidades. (Recuerdos a los primeros misioneros).

  2. Amad, venerad y respetad a las demás ordenes Religiosas y hablad siempre bien de ellas. Este es el medio de ganaros la estima de todos y promover el bien de la Congregación. (Recuerdos a los primeros misioneros).

  3. Para triunfar en las misiones se requieren: muchas oraciones, mucho sacrificio y mucho tiempo; el tiempo depende de Dios, el trabajo del misionero, pero las plegarias las debemos suministrar nosotros. (XVI, 195).

  4. Al escoger entre los que deben ir a las misiones, hay que preferir siempre a los que son más seguros en la bella virtud. (XIII, 499).

  5. Si buscáis únicamente a Jesús y su cruz, si deseas verdaderamente sufrir por Él, ve a las misiones. (XVIII, 259).

  6. Los misioneros abandonan la patria, los parientes y los amigos y sacrifican sus comodidades y su reposo, para hacerse apóstoles del Señor, benefactores y salvadores de aquellas gentes que todavía viven en la ignorancia y en la barbarie. (XVIII, 786).

  7. Los que desean verdaderamente gracias especiales de María Auxiliadora, que ayuden a las Misiones y tengan la seguridad de que las obtendrán. (XVIII, 477).

  8. Una de las obras más dignas de encomio y de apoyo es la obra de las misiones entre la gente pagana. (XVIII, 785).


MUERTE


  1. Trabajemos como si nunca tuviéramos que morir, y vivamos como si tuviésemos que desaparecer a cada instante. (VII, 484).

  2. Nunca he oído que alguno haya estado contento a la hora de la muerte, del mal que hubiera cometido. (VII, 674).

  3. A la hora de la muerte te arrepentirás de haber perdido tanto tiempo, sin ningún provecho para tu alma. (XI, 442).

  4. Estad preparados y no confiéis en vuestra salud. (XVIII, 19).

  5. Los asuntos del alma se arreglan con tiempo. ¿Quién sabe si te llegue a faltar?. (P.M. 17).

  6. La muerte no espera a ninguno. (IX, 567).

  7. Como es la vida, tal es la muerte. (IX, 567).

  8. En el momento de la muerte se debe haber obrado y no pretender obrar entonces. (XI, 256).

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  1. En el momento de la muerte recogeremos cuanto hayamos sembrado durante la vida. (IX, 807).

  2. El que quiera pasar bien su último instante en este mundo, viva cristianamente bien. (XI, 322).

  3. Solamente aquellos que se comportan mal y no se acercan nunca o raramente a los Sacramentos, tienen que temer a la muerte. (XII, 247).

  4. Hay que hacer todas las cosas de tal manera que en cualquier momento que nos llegue la muerte nos encuentre preparados. (XII, 608).

  5. Quien bien obra en la vida, se encontrará tranquilo a la hora de la muerte. Como es la vida, así es la muerte. (XVIII, 864).

  6. Si tuvieses que morir en este momento, ¿a dónde irías?. (BAC. 693).

  7. Los que piensan poco en la muerte, cuando se acerca, tiemblan y sienten miedo. (II, 360).

  8. Pensad al acostaros, si la muerte os sorprendiere durante esa noche, ¿qué sería de vuestra alma?. (II, 360).

  9. A la hora de la muerte las cosas se juzgan de muy diverso punto de vista. (IV, 163).

  10. En presencia de la muerte cesan las risas. (XVII, 178).

  11. En el momento de la muerte, lo que más consuela es el bien que hubiéramos hecho y las demás cosas sólo nos causarán angustias. (XII, 426).

  12. ¿Excusas?. ¿Habrá argumentos para tranquilizarte a la hora de la muerte?. (P.M. 46).

  13. La muerte viene como ladrón. Inesperadamente. Luego, ¿estás preparado para la gran sorpresa?. (P.M.47).

  14. Para decidir sobre la vocación es aconsejable imaginarse el momento de la muerte; ahí se ve lo que es realidad y lo que es vanidad. (XI, 509).

  15. Las mejores decisiones se toman poniéndose en el momento de la muerte. (XI, 247).

  16. La muerte para los buenos cristianos no es separación, sino ausencia temporal, para volverse a encontrar luego; así que, paciencia, si alguien nos precede. (XVII, 874).

  17. No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy, porque quien sabe si mañana ya no tengas tiempo. (IV, 439).

  18. El ejercicio de la buena muerte consiste principalmente en hacer la confesión y comunión como si fueses la última de nuestra vida. (XI, 464).

  19. Si el Oratorio va bien, debo atribuirlo especialmente al ejercicio de la buena muerte. (IV, 684).

  20. El ejercicio de la buena muerte y la frecuente comunión, son la clave de todo. (XV, 28).

  21. Observad las Reglas. No dejéis jamás de hacer el Ejercicio mensual de la Buena Muerte. (Recuerdos a los primeros misioneros).

  22. Además de las Reglas, obsérvese especialmente las prácticas de piedad e entre éstas, como recuerdo especial, deseo se haga bien el Ejercicio de la Buena Muerte. Os aseguro que siguiendo bien este ejercicio mensual, se puede estar tranquilo de la salvación del alma y tener la certeza de que está en el verdadero camino de salvación. (XII, 471).

  23. Bienaventurado quien a la hora de la muerte tiene el consuelo de haber hecho buenas obras en la vida. (III, 18).

  24. Hay dos posibilidades para el hombre después de su muerte: el infierno, donde se sufren toda 33


clase de males, y el Paraíso, donde se gozan todos los bienes. (BAC. 669).

  1. Los tres enemigos del hombre son: la muerte (que lo sorprende); el tiempo (que huye); y el demonio que lo tienta con sus lazos. (V, 926).

  2. Amigo mío, todo se paga y se consigue con el dinero, menos alejar la muerte que no se puede sobornar. (VIII, 36).

  3. Ruega al ángel de la guarda, que te venga a consolar y a asistir en la hora de tu muerte. (II, 264).


OBEDIENCIA


  1. No digáis nunca: "esto le corresponde a otro y no a mí". (BAC. 608).

  2. En vez de hacer obras de penitencia, hacedlas de obediencia. (XIII, 89).

  3. Es más grato a Dios tomar una bebida deliciosa por obediencia, que ayunar contra la obediencia. (XVII, 394).

  4. En la práctica se encuentran casos en que al parecer sería mejor obrar diversamente de cuanto está establecido y mandado. Sin embargo no es así. Lo mejor es cumplir con la obediencia. (XVI, 895).

  5. El medio más fácil y rápido para hacernos santos, es reconocer la voluntad de Dios, en lo que nos mandan los superiores y en verla también en todos los acontecimientos de la vida. (VII, 249).

  6. Proponte seguir la voluntad de Dios, suceda lo que sucediere, aunque los mundanos desaprueben tal determinación. (BAC. 680).

  7. Lo que hacen las abejas por instinto, hacedlo vosotros por obediencia. (BAC. 602).

  8. El niño obediente puede llegar a ser santo. (BAC. 671).

  9. Si tenéis la suerte de pertenecer a alguna Congregación o Compañía, procurad cumplir con su Reglamento. (BAC. 678).

  10. Estad dispuestos siempre a hacer la voluntad de Dios. (VI, 114).

  11. La clave del buen ejemplo es la obediencia. (X, 272).

  12. Cuando veáis que un autor escribe mal del Papa, sabed que su libro no debe leerse. (VII, 220)

  13. La obediencia bien observada es el alma de las congregaciones religiosas. (XII, 459).

  14. Con la obediencia y el cumplimiento de vuestros deberes, especialmente de los que enseña la religión, os reportáis grandes beneficios. (La Casa de la Fortuna, Acto II, escena III).

  15. No mandes cosas superiores a las fuerzas de los subalternos, o si prevees que no vas a ser obedecido. Evita la obediencia repugnante: secunda las inclinaciones de cada uno encomendándole de preferencia aquellos cargos que sean de su competencia. (M. del Director. 188).

  16. Todos cargamos con nuestra cruz, tanto el que manda como el que obedece. (BAC. 603).

  17. ¿Queréis estar seguros de que lo que hacéis redunda a la mayor gloria de Dios?. Cumplid con todo lo que a lo largo del día se os ha señalado. (BAC. 608).

  18. Dios que es el fin supremo de nuestro amor, disponga lo que quiera, pues, lo que Él hace es siempre mejor que todo lo que nosotros pudiéramos desear. (V, 518).

  19. Haced lo que podáis; Dios suplirá lo que no alcancemos hacer nosotros. (V, 418).

  20. Es profanar el voto de obediencia, comportarse como hacen algunos, que obedecen única-

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mente cuando les conviene. (XVIII, 207).


OBRAS BUENAS


  1. Al fin de la vida se recogen los frutos de las buenas obras. (IX, 807).

  2. No es necesario saber el momento de la muerte para ir al Paraíso; pero sí es preciso prepararse con buenas obras. (VI, 120).

  3. El dinero no puede satisfacer el corazón del hombre, sino el buen uso que de él se hace, es esto lo que produce la verdadera satisfacción. (I, 129).

  4. En todas las obras buenas, el demonio siempre suscita dificultades. (VIII, 368).

  5. Es Dios quien hace las obras buenas, y nosotros tenemos que rogarle que tenga la bondad de servirse de nosotros en sus santas empresas. (X, 1080).

  6. En las obras de Dios hay que considerar si son necesarias o no. Si no son necesarias, no conviene emprenderlas; pero si son indispensables, hay que hacerlas sin preocuparnos por el éxito. Los medios materiales, Dios los ha prometido y Él mantiene su palabra. (X, 1339).

  7. Antes de emprender una obra, hay que tener en cuenta si es la voluntad de Dios que se haga. Teniendo la certeza, hay que ir adelante; encontraremos miles de dificultades en el camino, pero no importa; Dios lo quiere, seamos firmes en vencer cualquier obstáculo. (XI, 54).

  8. Solamente las buenas obras son las riquezas verdaderas que nos aseguran un puesto en el cielo. (XII, 328).

  9. Hablando de la conveniencia de hacer publicidad a las buenas obras, yo diría lo siguiente: el mejor medio para darlas a conocer, es sostenerlas. (XIII, 126-7).

  10. Los cristianos si son inteligentes llevarán sus riquezas terrenas a la eternidad mediante sus obras buenas. (XVII, 70).

  11. Las buenas obras que puedes hacer, hazlas ahora tú personalmente, sin compromiso para nadie en el futuro. (XV, 604).


OFICIO


  1. El fin que se propone la Congregación Salesiana con sus escuelas-talleres, es educar y formar a sus alumnos de modo que, al salir de nuestras casas, después de haber terminado su aprendizaje, sepan un oficio con que ganarse honradamente el pan, estén bien instruidos en la religión y posean los conocimientos científicos convenientes a su condición. (BAC. 29).

  2. Nuestros aprendices comprendan que son amados y estimados por sus superiores; esto se obtiene con el espíritu de verdadera caridad que recomienda el Santo Evangelio. (BAC. 29).

  3. El secreto para hacer mucho bien en poco tiempo, consiste en esto: tranquilidad constante, pericia en los quehaceres adquirida con paciencia, una absoluta confianza en Dios; ocupar exacta y constantemente el tiempo y practicar la templanza. (IV, 524).

  4. Si quieres hacer mucho, trabaja poco, esto es, nunca más de lo que tus fuerzas naturales te permiten. (XIII, 878).


OPTIMISMO


  1. Así como no hay terreno tan ingrato y estéril, que mediante larga paciencia no dé finalmente rendimiento, así sucede también en el hombre, que es un terreno espiritual, por muy estéril y 35

resistente que sea, tarde o temprano tendrá sentimientos nobles, que redundarán en obras de

virtud. Todo joven por muy desgraciado que sea, tiene un lado accesible para el bien y el

primer deber del educador es, hallar ese punto, ésta cuerda sensible del corazón para sacar

frutos. (V, 367).

  1. Sembremos y luego imitemos al campesino que espera con paciencia el tiempo de la cosecha. (XIV, 514).

  2. Pongamos toda nuestra confianza en Dios y sigamos adelante sin temor. (XV, 468).

  3. El joven desea estar convencido, que el superior tiene confianza en su enmienda. (XVI, 444).

  4. Al recoger rosas encontraremos espinas; pero con las espinas van siempre las rosas. (XVII, 131).5


ORACIÓN


  1. La oración es para el sacerdote como el agua para el pez, el aire para el pájaro, y la fuente para el ciervo. (III, 246).

  2. La oración es tan necesaria para los que se consagran a Dios, como el fusil para el soldado. (III, 613).

  3. El hombre que no reza, es un hombre perdido. (IX, 997).

  4. La oración es para el alma como el calor para el cuerpo. (IX, 997).

  5. La oración vocal, si no se acompaña con la mental, es como un cuerpo sin alma. (IX, 997).

  6. Las jaculatorias tienen el valor de la oración vocal y mental. (IX, 997).

  7. Con la oración se obtiene todo lo que es necesario para nuestra salvación. (XIV, 86).


PACIENCIA


  1. Con paciencia disminuirás el número de tus enemigos y aumentarás el de tus amigos, haciéndolos también amigos de Jesucristo. (V, 512).

  2. Sin paciencia nunca podremos llegar a ser santos. (XII, 606).

  3. Trabajad, pero siempre con la dulzura de San Francisco de Sales, y con la paciencia de Job. (XV, 680).

  4. Tú, como Director, debes ser modelo de paciencia con los hermanos que están bajo tus cuidados. (XVII, 266).

  5. Una hora de paciencia vale más que un día de ayuno

  6. La fuerza del sacerdote consiste en la paciencia y en el perdón. (IV, 628).

  7. Hay que tener la paciencia como compañera inseparable. (XII, 455).

  8. Impacientándose..., no se obtiene que la obra se realice y mucho menos si corregimos con cólera. (XII, 456).

  9. La paciencia es absolutamente necesaria para vencer al mundo y asegurar la victoria para ganar el paraíso. (XV, 608).

  10. Lo que santifica no es el sufrimiento, sino la paciencia. (XVIII, 129).


PAPA


  1. Quien quiera pasar por buen católico, debe cuidarse de los que hablan mal de la religión, de sus Ministros y especialmente del Papa. Es mal hijo quien critica a su padre. (III, 607).

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  1. Estad íntimamente persuadidos de esta gran verdad: donde se encuentra el Sucesor de San Pedro, ahí está la verdadera Iglesia de Cristo. Nadie puede ser verdadero católico sin estar unido al Papa. (IV, 226).

  2. Nuestros Pastores y especialmente los Obispos nos unen al Papa y el Papa nos une a Dios. (IV, 536).

  3. La verdadera religión de Cristo Jesús se encuentra únicamente en la Iglesia Católica; nadie puede ser un buen católico sin el Papa. Quien no tiene a la Iglesia por Madre, no puede tener a Dios por Padre. (V, 253).

  4. Cualquier sacrificio es poco, si se trata de defender la Iglesia y el Papado. (V, 577).

  5. Un deseo del papa, para mí es una orden. (V, 874).

  6. En asunto de Religión, estaré siempre con el Papa, y con el papa pienso quedarme como buen católico hasta la muerte. (VI, 679).

  7. Es de importancia fundamental para nuestra Sociedad, sostener la autoridad del papa. (VII, 622).

  8. Quien está unido al papa permanece unido a Jesucristo, y quien rompe ese lazo, naufraga en el mar borrascoso del error y se pierde miserablemente. (VIII, 567).

  9. Nuestra fe para ser viva y fructífera debe estar siempre iluminada por el Vicario de Jesucristo. (IX, 228).

  10. El Papa constituye el fundamento y la unión de toda la verdad religiosa y de él depende la

salvación del mundo. (XII, 641).

  1. Siempre debemos profesar a la cabeza suprema de la Iglesia la más profunda gratitud y la más respetuosa veneración. (XV, 426).


PECADO


  1. Cuando uno no está bien con Dios, tampoco podrá tener paz consigo mismo, y mucho menos estará en paz con los demás. (XVII, 113).

  2. Dos cosas temo: el pecado mortal que da la muerte al alma y la muerte corporal que sorprenda a quien se encuentra en desgracia de Dios. (VI, 75).

  3. El más grande enemigo de Dios es el pecado. (XVIII, 863).

  4. Insiste en que se confiesen con frecuencia. Este es el medio más seguro para tenerlos lejos del pecado. (II, 152).

  5. Cuando estáis desocupados, estáis en un gravísimo peligro de caer en pecado. (III, 608).

  6. Por un solo pecado mortal se merece el infierno. ¿Qué sería de ti si murieses en ese estado?. (IV, 55).

  7. Vale más no seguir viviendo, que pecar. (V, 637).

  8. No se admita a la Comunión diaria a los que manifiesten afecto al pecado venial. (VI, 430).

  9. La verdadera causa de todos los males es el pecado. El pecado hace infelices a pueblos enteros. (VI, 470).

  10. Tolera cualquier cosa con tal de impedir un pecado. (VII, 524).

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  1. La experiencia enseña continuamente que aquellos que se mantienen alejados del pecado, son los que más adelantan en sus estudios. (VII, 817).

  2. Huid del pecado como de vuestro más grande enemigo,y huid también de la ocasión de pecar, es decir, de las malas conversaciones que son la ruina de las buenas costumbres. (X, 769).

  3. El corazón del joven que vive en estado de pecado, es como el mar en continua agitación. (XII, 133).

  4. Es una locura buscar la felicidad lejos de Dios. (IX, 567).

  5. El medio más eficaz para asegurarse el perdón de los pecados y conseguir la vida eterna, es la caridad hacia los niños pequeños. (XVIII, 622).

  6. De Don Bosco se decía que lo único que pretendía de sus jóvenes era que no cometieran pecado, por lo demás, los dejaba gritar, cantar y saltar. (Sm. 183).


PENITENCIA


  1. Sin penitencia no se puede conservar la inocencia. (XVII, 727).

  2. Con pequeñas mortificaciones se vencen las pequeñas insidias del demonio. (IX, 355).

  3. Decídete, pues, a servir al Señor y haz penitencia; no esperes para cuando ya no sea tiempo. (BAC. 693).

  4. No dejar nunca la penitencia para la vejez, cuando las fuerzas ya no lo acompañan a uno. (II, 362).

  5. La penitencia que el Señor quiere de ti es tu obediencia. (V, 209).

  6. ¿Queréis que os recomiende una manera fácil de hacer penitencia, adaptada a vuestra edad y condición?. Os sugiero un ayuno que todos podéis hacer: esto es, cuidar vuestro corazón y

vuestros sentidos. Haced ayunar al demonio no cometiendo ningún pecado. Atended

los sentidos externos. Haced ayunar a vuestros ojos. (XII, 143).

  1. Podéis hacer alguna mortificación soportando con paciencia ciertas contrariedades, un poco de calor o un poco de frío, sin lamentarse. (XII, 144).

  2. Muchas veces la mejor penitencia consiste en observar el horario. (XIII, 89).

  3. Es un grave error creer que la penitencia tienen que practicarla únicamente los pecadores. La penitencia es necesaria también para conservar la inocencia. (XVII, 726).


PIEDAD


  1. El Sagrado Corazón de Jesús es la fuente de todas las bendiciones y de todas las gracias. (D.Bosco).

  2. Cada mañana la meditación; a lo largo del día una visita al Santísimo Sacramento, y tendrás la unión perfecta con Dios. (VII, 524).

  3. Si rezamos, de dos granos nacerán cuatro espigas; si no rezamos, dos granos darán dos flacas espigas. (BAC. 14).

  4. La devoción y el amor a María Santísima, es una gran defensa y un arma poderosa contra las asechanzas del demonio. (BAC. 679).

  5. Así como nuestro cuerpo se debilita y muere si no lo alimentamos, del mismo modo pierde nuestra alma su vigor si no le damos lo que necesita: el alimento del alma es la Palabra de Dios. (BAC. 673).

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  1. Tanto en el juego como en la conversación, o en el cumplimiento del deber, levantad de cuan

do en cuando vuestro corazón a Dios y ofrecedlo todo a su mayor honra y gloria. (BAC: 682).

  1. Con el recogimiento y con la comunión frecuente se conserva la vocación y se forma un verdadero eclesiástico. (I, 460-493).

  2. Frecuente comunión y confesión, son las armas con las cuales se obtiene una completa victoria contra el demonio. (III, 217).

  3. La Comunión frecuente es la gran columna que sostiene en alto el mundo moral y material, a fin de que no caiga en ruinas. (VI, 583).

  4. Si el alimento del cuerpo se debe tomar todos los días, ¿por qué no el alimento del alma?. (VII, 697).

  5. La Comunión frecuente y devota es el mejor medio para conseguir una santa muerte y salvar el alma. (IX, 14).

  6. Con la Comunión frecuente os haréis muy queridos a Dios y a los hombres,y María Santísima os concederá la gracia de recibir los Santos Sacramentos al fin de la vida. (XVII, 271).

  7. Sólo con la oración constante y la Comunión frecuente se podrá redimir tanto mal y se podrá evitar el infierno. (XVIII, 285).

  8. Todo es vanidad, excepto amar y servir a Dios, ¿Cuándo te resolverás a entregarte del todo al Señor?. (P.M.L.).

  9. Aprende a rezar mejor y recuerda: el que reza, se salva y quien no reza, se condena. (P.M. 9).

  10. Todos tienen necesidad de la Comunión: los buenos para conservarse buenos, los malos para hacerse buenos. (XII, 567).

  11. Si con el dinero se obtiene todo, con la oración también se consigue todo y se triunfa en todo. (XV, 492).

  12. La oración es la más poderosa cooperación. (XIV, 672).

  13. Las pequeñas asociaciones religiosas son la clave de la verdadera piedad, el sostén de la moralidad y la semilla de las vocaciones eclesiásticas y religiosas. (XII, 26).

  14. El pequeño clero, la Compañía de San Luis, del Smo. Sacramento, de la Inmaculada Concepción, sean recomendadas y promovidas. Demuestra benevolencia y satisfacción hacia aquellos que están inscriptos, pero tú sé sólo promotor; considera tales cosas como obra de los jóvenes, cuya dirección está confiada al Catequista. (Manual del Director, 184.5).

  15. Prestemos de buena gana cualquier ayuda en el servicio religioso, lo mismo en la predicación, como para celebrar misas para comodidad del público, y escuchar confesiones siempre que la caridad y los deberes del propio estado lo permitan, especialmente a favor de la Parroquia en cuyos límites se encontrará nuestra Casa. Pero no asumáis cargos que impliquen ausencia del establecimiento o puedan impedir el cumplimiento del propio deber. (M. del Director, 185-6).

  16. Para salvar almas, vale más una onza de piedad que miles de arrobas de ciencia. (XIII, 438).


POBREZA


  1. Economícese en todo, pero a los enfermos no les falte nada. Por otra parte, hágase notar a todos que hemos hecho voto de pobreza; por esto no debemos tener y menos desear comodidad en cosas superfluas. Debemos amar la pobreza y los compañeros de la pobreza. Así pues evitad todo lo especial, lo no absolutamente necesario, en los hábitos, en los libros, en el mobiliario, en los viajes, etc. (Manual del Director, 189-90).

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  1. ¿Podría faltaros la Divina Providencia?. ¡En un solo caso!. Seremos indignos, si derrochamos el dinero, cuando se enfría en nosotros el espíritu de pobreza, a esa hora, las cosas comenzarán a andar mal. Porque no cumplimos las obligaciones impuestas por nuestra vocación. (XII, 79).

  2. Procurad que ninguno pueda decir: esta prenda no es señal de pobreza. Esta mesa, este hábito, esta alcoba, no es de pobre. Quien dé motivos justificables de que se digan tales cosas, causa un desastre a nuestra Congregación, que debe siempre gloriarse de observar la pobreza. (XVII, 271).

  3. Cuando comiencen entre nosotros las comodidades y los lujos, nuestra Sociedad habrá terminado su finalidad. (XVII, 272).

  4. Amad la pobreza si queréis conservar en buen estado las finanzas de la Congregación. (XVII, 258).

  5. No es justo que coma el pan de los pobres quien no lo es. (V, 191).

  6. Un vestido y un trozo de pan deben bastar a un Religioso. (X, 1098).

  7. Procurad que el mundo conozca que sóis pobres en el comer, en el vestir y en las habitaciones, y seréis ricos ante Dios y os adueñaréis de los corazones de los hombres. (Recuerdos a los primeros misioneros, XI, 393).


PREDICACIÓN


  1. La juventud tiene necesidad y desea escuchar la Palabra de Dios, pero la predicación hágase con esmero para que no resulte ni pesada ni aburrida. (II, 389).

  2. La prédica más eficaz es el buen ejemplo. (IV, 753).

  3. Para hacer bien al pueblo no se requieren cosas sublimes o extraordinarias, sino que el pueblo sepa entender, pueda captar lo que el predicador dice. Si lo comprende se contenta, si no entiende, se aburre. (II, 229).

  4. Si quieres agradar y hacer el bien predicando a los niños, es necesario aportar ejemplos, parábolas, comparaciones; lo importante es que las narraciones vayan bien expuestas y bien detalladas; saber descender a las más pequeñas circunstancias. (II, 340).

  5. Mi único afán al predicar y escribir fue siempre el hacerme entender de todos, ya sea en la exposición, como en el uso de las frases más sencillas y conocidas. (IV, 649).

  6. Algunos estudiantes me preguntan las normas para llegar a ser buenos oradores sagrados. He aquí mi respuesta: conversar mucho con el Señor, estudio y meditación, frecuentar buenas y doctas compañías. (V, 926).

  7. Cuando uno sube al púlpito para predicar, sea siempre con el fin de inducir a una buena confesión. (VI, 903).

  8. El verdadero orador sagrado no imite la elocuencia según la sabiduría del mundo, sino hable según el espíritu de Dios. (IX, 24).

  9. En vuestras predicaciones procurad hablar sobre la muerte. Hablad y recordad a todos que no somos dueños de nuestra vida. Dios es el único Señor. (XVII, 178).


PROVIDENCIA


  1. ¡Somos insignificantes!. Es conveniente dejar todo en las manos del Señor. Él, que lo permite todo, sabrá destruir los perversos designios de los perseguidores. Entre tanto, recemos y no temamos. (VI, 691).

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  1. Evitad, al oir la Palabra Divina, las sugestiones del demonio, que os engaña diciendo: "esto lo dice por fulano, aquello por zutano". (BAC. 673).

  2. La Divina Providencia se encargará de tomar a su debido tiempo la defensa de los inocentes. (II, 536).

  3. Hagamos nosotros todo lo que esté a nuestro alcance y el Padre de la Divina Misericordia suplirá lo que falte. (II, 534).

  4. Dios no abandona a ninguno; quien a Él recurre con el corazón limpio del pecado y con la oración bien hecha, obtendrá todo lo que necesite. (V, 160).

  5. ontentémonos con poco, dejemos lo bello y lo cómodo, y seremos bien vistos y ayudados por la Divina Providencia (IV, 473).

  6. Cuando sepamos ahorrar aún el centavo, no desperdiciando sin necesidad o inútilmente, la Divina Providencia estará dispuesta a ayudarnos. (V, 671).

  7. Pongámonos en las manos de Dios con toda confianza, recemos y todo saldrá bien. (V, 850).

  8. Tengo la siguiente norma para todas mis empresas. Primero busco el bien que redunde a la mayor gloria de Dios y a la salvación de las almas; y luego, sigo adelante con seguridad; el Señor nunca dejará faltar su divina asistencia. (VI, 586).

  9. Me consta por experiencia que en las dificultades y persecuciones, cuanto más faltan los medios humanos, tanto más ayuda Dios. (VII, 319).

  10. Si nosotros comenzamos a atesorar y guardar, la Providencia nos vuelve las espaldas. (X, 99).

  11. Confío siempre ilimitadamente en la Divina Providencia, que quiere ser respaldada por nuestros esfuerzos. (XI, 55).

  12. El Señor en las grandes necesidades proporciona grandes ayudas. (XIII, 626).

  13. Me preguntáis ¿qué hay que hacer para conseguir la ayuda de la Divina Providencia?. Dios mismo lo dice: "Dad y se os dará, la fe sin buenas obras es una cosa muerta". (XVII, 893).


PRUDENCIA


  1. Sé severo contigo mismo y benévolo en juzgar a los demás. (P.M.5).

  2. Sed prudentes al juzgar. (IV, 439).

  3. Reguláos siempre, de tal manera, que en cualquier momento que llegue la muerte, os encuentre preparados. (XII, 608).

  4. No se tome ninguna resolución sin haber pedido antes consejo. (XI, 300).

  5. Cuando estéis excitados no toméis ninguna resolución. (XI, 515).

  6. No existe ninguna ventaja material que pudiera compensar un solo daño moral. (V, 556).

  7. Los defectos ajenos hay que soportarlos, aunque fueran en nuestro perjuicio. (XIII, 880).

  8. ¿Sabes lo que te hace falta para salvar tu alma?. Un poco de buena voluntad. (P.M.41).

  9. En las cosas de gran importancia, como sería la elección de estado, consultad siempre al Confesor. El Señor dice que el que lo oye, escucha la voz del mismo Dios. (III, 94).

  10. No tengas por amigo a quien te alabe. (III, 617).

  11. Olvida los favores hechos, pero no los recibidos. (III, 617).

  12. Trata de aprender aquellas cosas de las cuales no tengas que arrepentirte en tu vejez. (VII, 581).


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  1. El superior debe tener tres cualidades especiales: 1º. Siempre dispuesto a perdonar; 2º Parco en castigar; 3º. Pronto en olvidar. (VIII, 446).

  2. Para evitar rivalidades y hostilidades debo tener el método que siempre he seguido hasta el presente: hacer sin hablar. (IX, 391).

  3. Creedme que es una gran fortuna aprender con experiencias ajenas. Tener que aprender por experiencia propia es una desgracia. (XII, 365).

  4. Las innovaciones deben introducirse poco a poco, casi insensiblemente. (XII, 385).

  5. El pasado debe ser maestro del futuro. (XII, 800).

  6. Usemos la prudencia de la serpiente tratando de salvar almas, sosteniendo inviolablemente los buenos principios, respetando y respaldando a las personas. (XIII, 618).

  7. El hombre honesto, cuando no se le cree, debe guardar silencio riguroso. (XIV, 175).

  8. Solamente en caso de inmoralidad deben ser inexorables los superiores. Es mejor correr el riesgo de alejar de la Casa a un inocente, que retener a un escandaloso. (XVII, 112).

  9. Somos hombres y tenemos que obrar humanamente. (XVII, 201).

  10. Recordad que no basta saber las cosas, sino hay que practicarlas. (XVII, 630).

  11. Preocupáos de lo que el Señor podrá pensar de vosotros y no de aquello que, ya sea en bien, ya sea en mal, digan de vosotros los hombres. (XVIII, 329).

  12. Si queremos que prosperen nuestros intereses espirituales y materiales, hagamos primeramente prosperar los intereses de Dios... con nuestras limosnas. (XVIII, 509).


PUREZA


  1. Cuando un sacerdote vive casto y puro, llega a ser dueño de los corazones y es venerado por todos los fieles. (IX, 387).

  2. Toda virtud en los niños es un precioso adorno que los hace amados de Dios y de los hombres. Pero la reina de todas las virtudes, la virtud angélica, la santa pureza, es un tesoro de tal precio, que los niños que la poseen serán semejantes a los ángeles del cielo. (BAC. 675).

  3. La pureza es un diamante de gran valor; si ponéis un tesoro a la vista de un ladrón, corréis el riesgo de ser asaltados. (BAC. 676).

  4. Los limpios de corazón verán a Dios. Por puros de corazón se entiende a los que si por desgracia pecaron, se levantan enseguida. (XVIII, 19).

  5. Comenzad pronto a practicar la virtud y os aseguro que siempre tendréis el corazón alegre y contento, y conoceréis cuán dulce y suave es servir al Señor. (BAC. 670).

  6. Para conservar la castidad es necesario trabajar y rezar. Si, oración y mortificación. (XII,468).

  7. La virtud de la pureza es tan preciosa y tan agradable a Dios Ntro. Señor, que jamás ha dejado sin protección especial en todos los tiempos y circunstancias a los que la practican. (VII, 824).

  8. La castidad es el adorno más bello del cristiano. (X, 1088).

  9. El ocio y la castidad no pueden andar nunca juntos. (XIII, 801).

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  1. La castidad debe ser centro de todas nuestras acciones. (XII, 224).

  2. Observando la pureza estáis seguros de caminar por el camino recto. Todas vuestras acciones, hasta las más pequeñas, serán agradables a Dios, de todas recabaréis inmensos méritos y esta-

réis ciertos de llegar al premio inmortal de la Patria Celestial,al pleno goce de Dios. (XII,224)

  1. Si amáis esta virtud tan delicada, tan gentil, de la pureza, "seréis como los ángeles del cielo". Amando esta virtud tendréis el santo temor de Dios, la paz en el corazón; ya no habrá congojas ni remordimientos, sino un gran atractivo por las cosas que miran al servicio de Dios y disposición para sufrir todo por Él. (XII, 224).

  2. La pureza debe ser el centro de todas nuestras acciones. En los tiempos presentes es necesaria una modestia a toda prueba y una gran castidad. (XII, 224).

  3. Creo que se puede aplicar a la virtud de la pureza la frase de la Escritura: "Todos los bienes me vinieron con ella". Teniéndola, se tendrán todas las demás virtudes. Las atrae a todas. No teniéndola se esfumarán todas las demás, como si no existieran, (XII, 224).

  4. Rogad ardientemente al Señor que os conceda la virtud de la pureza y os la conserve, pues, teniéndola, no necesitaréis preocuparos más. Con la observancia de la pureza os vendrán del cielo todos los bienes y todos los consuelos. (XII, 224).

  5. Reúne con frecuencia a los maestros, asistentes, jefes de grupo y de paseo, y diles a todos que se esfuercen por impedir las conversaciones peligrosas, alejar todo escrito, estampas, "hic scientis est", y cualquier cosa que ponga en peligro la reina de las virtudes: la pureza. Den buenos consejos, usen la caridad con los chicos; conociendo algún muchacho peligroso para los compañeros, que te lo digan pronto y empléense las diligencias requeridas. (VII, 525).

  6. Por ningún motivo se acepten muchachos expulsados de otro colegio, o que de cualquier modo conste que son de malas costumbres. Si a pesar de las debidas precauciones sucediera

que entrara alguno de éstos, asígnenle inmediatamente un compañero seguro que no lo aban-

done jamás. Y si falta, avísale una vez con severidad, y si reincide, aléjalo del colegio. (XII,

526).

  1. Esforzáos para alejar cualquier pensamiento que pudiera, aún remotamente, empañar la virtud de la pureza. Lo que más ayuda a conservarla íntegramente es la obediencia a Dios, porque estas dos virtudes, obediencia y pureza, se complementan la una con la otra, pues, conservando la exacta obediencia, se conserva también el inestimable tesoro de la pureza (XII, 224).

  2. Nunca serás bastante severo en las cosas que ayudan a conservar la moralidad. (I, 153-4).

  3. Recuerden los Directores que son responsables de la reputación de ellos mismos, de los hermanos y de los jóvenes. Los niños por ser pequeños no hablan, pero encontrándose después con los familiares platican y aumentan tal vez, hechos, con detrimento de nuestra buena fama y de la gloria de Dios. Ciertos actos inocentes de afecto hacia los jovencitos pueden ser empleados por el Superior, pero no por otros. (XVI, 416-7).

  4. A todos les he estrictamente recomendado y vuelto a recomendar en la presencia de Dios y en la presencia de los hombres, el deber de cuidar la castidad de los Salesianos y de los que en cualquier modo o por cualquier concepto nos confía la Divina Providencia. (XVII, 268).

  5. Ni por burla, ni por broma, ni por ninguna otra razón o pretexto, se pronuncien palabras que muevan a risa o resten estima o benevolencia hacia personas de otro sexo. Léase y hágase entender bien el significado de estas expresiones y dése explicaciones en distintas oportunidades. (XVII, 269).

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  1. Debes darte cuenta de modo particular qué relaciones morales existen entre maestros y asistentes, entre sí y con los alumnos a ellos confiados. (XVII, 260).

  2. Nuestros oídos los hemos consagrado enteramente a Dios; así pues no escuches al que murmura o siembra descontento; desecha toda malicia en tus conversaciones, y huye de las reuniones en donde el hablar, aunque no sea malo, sea ligero. (XII, 452).


REGLAS


  1. El mejor medio para difundir nuestro espíritu, es la observancia de las reglas. (XII, 80).

  2. No tratemos de reformar nuestras reglas, sino de practicarlas. Quien busca la reforma, deforma su manera de vivir. (X, 870).

  3. La cosa más útil para nuestra Sociedad es la observancia de las reglas. (X, 1098).

  4. A la hora de la muerte, qué contentos estaremos consolándonos con el recuerdo de haber vivido según nuestras reglas. (XII, 460).

  5. Nosotros debemos ser la personificación de nuestras reglas, los más bellos discursos no sirven para nada sin el ejemplo. (XVI, 849).

  6. Observad las Reglas de la Congregación y vuestra observancia triunfará. (X, 1102).


RELIGIÓN


  1. Hay que popularizar lo más que se pueda el conocimiento de la Sagrada Biblia, que es el

fundamento de nuestra religión porque nos resulta más fácil acomodar la narración sagrada a

la enseñanza de la moral y del dogma. (V, 253).

  1. No se debe obligar a nadie a recibir los Sacramentos de la Confesión y Comunión. Cada uno

acérquese a ellos libremente, por amor y no por temor. (III, 162).

  1. Donde no hay religión, todo se degenera en inmoralidad y deshonestidad. (VII, 252).

  2. Sin religión no hay verdadera ciencia, no existe moralidad ni educación. (X, 1012).

  3. El catecismo de los Oratorios Festivos es la única tabla de salvación para la juventud desenfrenada. (XIV, 541).

  4. Únicamente la religión es capaz de dar pleno cumplimiento e influir en la gran obra de la verdadera educación. (III, 605).

  5. La verdadera religión no consiste solamente en palabras; hace falta demostrarla con obras. (VI, 144).

  6. La religión siempre fue considerada como el único sostén de la sociedad humana y de las familias: donde no hay religión no existen ni moralidad ni orden. (VII, 252).

  7. El principio de la autoridad Divina en su cabeza visible, es la base de nuestra santa religión católica. (VII, 397).

  8. Sostengo que sin religión no se puede obtener absolutamente nada entre la juventud. (XIII, 557).

  9. Amad, respetad, practicad nuestra santa religión; esa religión en la cual yo os he educado y os

he preservado de los peligros del mundo; esa religión que nos consuela en las penas de la vida

y nos conforta de la muerte; esa religión que nos abre las puertas de la felicidad sin fin. (XIV,

511).

  1. La religión es el único sostén en las miserias y aflicciones de esta vida, pues únicamente ella nos asegura una felicidad verdadera después de la muerte. (XVI, 245).

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SACERDOTE


  1. Celebra la Santa Misa y reza el breviario "pie, attente ac devote". Procura practicarlo tú e insinuarlo a tus colaboradores (VII, 524).

  2. Es piadosa creencia que el Señor concede infaliblemente aquella gracia que el nuevo sacerdote le pide al celebrar la Primera Misa. Yo pedí ardientemente la eficacia de la palabra para poder hacer el bien a las almas. Me parece que el Señor haya escuchado mi humilde plegaria. (I, 519).

  3. Procura rezar devotamente el Breviario preferiblemente en la Iglesia, a fin de que sirva como de visita al Santísimo Sacramento. (I, 129).

  4. Los ministros de Dios deben desentenderse de la política y de los parientes, si quieren hacer mucho bien. (IX, 703).

  5. (A un Párroco). "No mencione el abandonar la parroquia. ¿Hay que trabajar?. Moriré sobre el campo de trabajo. SICUT BONUS MILES CHRISTI QUI ME CONFORTAT. ¿Hay espinas?. Con las espinas cambiadas en rosas los ángeles tejerán para usted una corona en el cielo". (Salotti, 515).5


SACRIFICIO


  1. No es buen miembro de la Sociedad, aquél que no está dispuesto al sacrificio so pretexto de

cuidar su salud. (IX, 574).

  1. Llegad al convencimiento de que la gloria de la Congregación sois vosotros, que todo está en vuestras manos. La ayuda de Dios no fallará. (XVI, 418).

  2. Nuestras manos las hemos consagrado de una manera especial a Dios, por eso no estén ociosas, sino empléense en oficios que vayan dirigidos a la mayor gloria de Dios. (XII, 452).

  3. Nuestros pies están consagrados al Señor. ¡Oh, que yo entre en el vastísimo campo del bien!. Por eso, no los usemos para volver al mundo que hemos abandonado. (XII, 452).

  4. Nuestra lengua la hemos consagrado al Señor. No digamos palabras mordaces o picantes a nuestros compañeros; no respondamos al Superior, no sembremos el descontento. Ahora que la hemos consagrado al Señor, no la manchemos, sino que sea toda para cantar sus glorias. (XII, 452).

  5. No se mire a ningún interés corporal, cuando se trate de hacer el bien. (XII, 629).

  6. Se pueden esperar grandes maravillas de quien renuncia a la propia voluntad. (XVI, 197).

  7. Con pequeñas mortificaciones se vencen las pequeñas insidias del demonio. (IX, 355).


SALESIANOS


  1. Dios está dispuesto a obrar grandes maravillas que contribuirán al aumento extraordinario de los salesianos. Una sola cosa nos pide: que no nos hagamos indignos de su bondad y misericordia. (XII, 83).

  2. No aceptéis jamás, a no ser por gravísimas razones, invitaciones para comer fuera de casa. Cuando tengáis que aceptarlas, procurad ir siempre acompañados. (Recuerdos a los primeros misioneros).

  3. Tómense las debidas precauciones para que nadie acepte comisiones relacionadas con los parientes y otros externos, cualesquiera que sean. (Manual del Director, 187).

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  1. Por disciplina entiendo un modo de vivir conforme a las reglas y costumbres de un instituto. (X, 1102).

  2. No te olvides de las tres letras: S.S.S: Salud - Sabiduría - Santidad. Pídelas al Señor. (P.M.6).

  3. Recordáos que os mando a pescar, no a que seáis pescados. (III, 592).

  4. Dios Nuestro Señor nos continúe dando su gracia e infunda en nuestros corazones valor y constancia para practicar ejemplarmente nuestras constituciones, teniendo nuestro corazón fijo allá, donde está preparado el gran premio para todos aquellos que perseveren fieles en el divino servicio sobre la tierra. IBI NOSTRA FIXA SINT CORDA UBI VERA SUNT GAUDIA. (XIII, 942).

  5. Valor y sacrificio, aunque cueste, a fin de perseverar en la Sociedad y sostener las obras que la Divina Providencia nos ha confiado. (XVII, 257).


SALUD


  1. Se podrá hacer economía en cualquier circunstancia, pero a los enfermos provéaseles de cuanto les sea necesario. (V, 17).

  2. Os recomiendo que tengáis en cuenta vuestra salud, atended vuestro trabajo, pero cuidáos de no perder la templanza, y todo resultará mejor. (XVIII, 244).

  3. La salud del cuerpo depende de Dios, la salud del alma está en nuestras manos. (XIV, 625).

  4. Dése amplia libertad para saltar, correr, gritar a más no poder. La gimnasia, la música, la declamación, el teatro, el paseo, son medios eficacísimos para obtener disciplina, conservar la moralidad y la salud. (IV, 549).

  5. Para conservar la salud y vivir por muchos años, es necesario: 1º. Conciencia clara, esto es, acostarse por la noche tranquilo y sin preocupación por la eternidad, 2º. Mesa frugal, 3º. vida activa, 4º buenas amistades o sea, huir de los viciosos. (VI, 302).

  6. Cada uno ocúpese y trabaje tanto cuanto su salud y su capacidad le permitan. (IX, 574).

  7. Créedmelo, mis queridos hijos, os revelo una gran verdad: si observáis buena conducta moral, haréis grandes progresos en el estudio y conservaréis vuestra salud. (XI, 15).

  8. Hay que cuidar mucho la propia salud, para poder ganar almas a Dios y conquistar el Paraíso. (XII, 346).

  9. Para conservar la salud, hay que tomar el suficiente descanso; no trabajar demasiado y no comer fuera de las horas establecidas. Ninguna ocupación por la noche después de la cena, es más, después de las oraciones retirarse enseguida a reposar. (XIII, 246).

  10. La salud es un poderosísimo e indispensable elemento para hacer el bien al prójimo. (XIII, 498).

  11. Después de la gracia de Dios, el más grande tesoro es la salud. (XIV, 382).


SANTIDAD


  1. Hagámonos santos, si queremos que el mundo hable de nosotros. (XVII, 557).

  2. Seguid, o mortales, los gloriosos ejemplos de los santos, pues, éstos son el camino que lleva a la gloria, el camino de la felicidad. (V, 727).

  3. La Comunión es para hacerse santo y no para los santos. (VII, 679).

  4. No es la ciencia la que hace los santos, sino la virtud. (VIII, 931).

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  1. Las cruces son las que nos conducen a la gloria, las actuales espinas se trocarán en rosas ante vuestros ojos. (XV, 659).

  2. Sé obediente y serás santo. (VI, 416).

  3. Jesús te espera en la Iglesia. ¿Por qué no lo visitas a menudo?. Sé apóstol de la Eucaristía. (P.M.12).

  4. ¿Queremos llegar aun grado muy alto de santidad y conquistar el Paraíso?. Seamos fieles en obedecer aún en las cosas pequeñas. (XIII, 210).

  5. Santifica a los demás santificándote a ti mismo. (XIII, 880).

  6. No hay que hacer consistir la santidad en exterioridades. (XVI, 24).

  7. Hacéos obedientes y os haré grandes santos. (XVI, 197).

  8. ¿Queréis ofrecer la mejor florecilla a la Sma. Vírgen?. Sé exacto en el cumplimiento de tus deberes. (P.M.LL).


SINCERIDAD


  1. Sed siempre sinceros en vuestras palabras; nunca digáis mentiras; pues, además de ofender a Dios, perderíais la estimación de vuestros superiores y amigos. (BAC. 679).

  2. Os recomiendo que seáis sinceros con vuestros superiores, no ocultándoles nunca vuestras

faltas con disimulo, y aún menos negando haberlas cometido. (BAC. 671).

  1. Decid siempre con franqueza la verdad, porque la falsedad os hace hijos del demonio, príncipe de la mentira, y os hará perder el honor y la reputación cuando vuestros superiores y compañeros lleguen a descubrir la verdad. (BAC. 671).

  2. Por el fruto se conocerá, si hacéis buenas confesiones. (X, 21).


SUFRIMIENTO


  1. El yugo de la cruz es como el jugo que usan las abejas, que impide a los insectos nocivos la entrada a la colmena. (BAC. 603).

  2. En el Evangelio se encuentra escrito: Bienaventurados los que sufren, y no los que gozan. (XII, 631).

  3. Existe una providencia que guía nuestro destino y que permite con frecuencia que uno caiga en los males que deseaba a otro. (II, 119).

  4. Todos debemos cargar nuestra cruz con Jesús, y esa cruz son los sufrimientos que encontramos en el camino de nuestra vida. (X, 648).

  5. El camino de la cruz es el que nos conduce a Dios. (XI, 363).

  6. De la cruz podemos sacar fortaleza, rezando y meditando. (XII, 601).

  7. Venceremos a nuestros enemigos, abrazándonos a la cruz. (XII, 601).

  8. No basta tomar la cruz en la mano, es necesario saber cargarla. (XII, 601).

  9. Los achaques de la vejez, tomémoslos como nuestra cruz. (XVII, 555).

  10. No basta cargar, es necesario amar la cruz que Jesús nos pone sobre las espaldas. (XVIII, 82).

  11. Súfrelo todo, pero no te olvides que ha de ser con caridad. (XIII, 881).

  12. Para hacer el bien hay que tener el valor de sufrir y sobrellevar las contrariedades. (III, 52).

  13. Dios nos quiere en el paraíso, pero por el camino de las tribulaciones. (XVIII, 371).

  14. Acuérdate tú que sufres, que trabajas por un Patrón que es Dios. (VIII, 444).

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  1. Las espinas de la vida se trocarán en flores para toda la eternidad. (VIII, 476).

  2. Si en esta vida soportamos las espinas, en la otra gozaremos de las rosas. (X, 648).

  3. Tarde o temprano, por amor o por fuerza hay que abandonarlo todo y para siempre; al mundo con sus lisonjas, a padres, amigos y casa. (XVII, 263).

  4. Cuando sintáis las espinas, metedlas entre la corona de Jesús. (XI, 363).

  5. Es necesario que nos crucifiquemos con Jesucristo; la cruz es su bandera y su estandarte; quien no lo quiere seguir no es digno de ser su discípulo. (XI, 513).


TEMPLANZA


  1. Nuestra Congregación no disminuirá nunca, antes bien, irá siempre en aumento, con tal que se trabaje mucho y se haga reinar la templanza. (XII, 383).

  2. La templanza es bendecida por el Señor y refuerza nuestra inteligencia y nuestra salud corporal. (II, 395).

  3. Dadme un joven que sea mortificado en el comer, en el beber, en el dormir, y lo veréis virtuoso, cumplidor de sus deberes y amante de todas las virtudes. (IV, 184).

  4. En la cena hay que comer menos que en la comida y recomendar a los jóvenes tener ligero el estómago al acostarse. (IV, 201).

  5. No os impongo específicamente ningún ayuno, pero os recomiendo la templanza. (XII, 20).

  6. Sed parcos en comer carne y en beber vino; los excesos de inmoralidad que campean en algunos países se deben al abuso de la carne y del vino. La sobriedad en la alimentación alivia

los problemas espirituales. (XIII, 85).

  1. Estómago cargado es causa de tentación; todo lo que llena en exceso el estómago, es materia apta para el diablo. (XIII, 432).

  2. Templanza y trabajo son los dos mejores custodios de la virtud. (XV, 460).


TRABAJO


  1. Si trabajo de prisa, es porque por muchos años que se viva, no se puede hacer ni la mitad de lo que quisiera. (DB.449).

  2. Trabajad, trabajad mucho, pero haced de modo que lleguéis a trabajar por mucho tiempo. (XIV, 254).

  3. No hay que obstinarse en querer trabajar; donde no se puede hacer nada, es mejor cambiar a otro lugar donde puedan emplearse nuestras fuerzas útilmente. (XII, 255).

  4. Convencéos de que el hombre ha nacido para el trabajo; y cuando se excusa de él, está fuera de su centro y corre riesgo de ofender a Dios. (BAC. 681).

  5. En mi Casa nunca faltará pan, pues la Divina Providencia proveerá; trabajo, porque cada uno desempeña el oficio de tres; paraíso, porque quien come de la Providencia y trabaja por Dios, tiene derecho a un pedazo de cielo. (XVII; 251).

  6. El trabajo es la mejor arma contra los enemigos del alma. (I, 518).

  7. Trabajo por Dios: el paraíso lo recompensa todo. (III, 587).

  8. Mis queridos jóvenes, en vez de sugerir penitencia o disciplina, os recomiendo Trabajo, Trabajo, Trabajo. (IV, 216).

  9. Quien no se habitúa al trabajo desde la juventud, será por regla general un flojo hasta la vejez. (IV, 748).

48

  1. Por trabajar se entiende cumplir fielmente con las obligaciones del propio estado. (IV, 748).

  2. Trabajemos constantemente en esta vida para salvar nuestra alma y muchas otras almas; ya descansaremos en la eternidad bienaventurada. (X, 9).

  3. El trabajo y la templanza harán florecer nuestra sociedad. (X, 102).

  4. Trabajemos sin cesar y haremos mucho bien. (XI, 169).

  5. Mientras estemos siempre ocupados, nuestros asuntos andarán bien. (XII, 37).

  6. También el trabajo ayuda a conservar la moralidad. (XIII, 86).

  7. Mientras se trabaja, se destierra al demonio. (XIII, 116).

  8. Vivimos en tiempos en los cuales es necesario obrar. El mundo se ha vuelto materialista, por esto es necesario trabajar y dar a conocer el bien que se hace. (XIII, 126).

  9. Nosotros no estamos para buscar dinero, sino para trabajar. (XIII, 80).

  10. No estéis nunca desocupados; si no trabajáis vosotros, trabajará el demonio. (XIII, 801-433).

  11. Si quieres hacer mucho, trabaja poco, o sea, no más de lo que tus fuerzas te lo permitan. (XIII, 878).

  12. Seamos ambiciosos, pero de salvar nuestra alma con sacrificio. (IX, 354).

  13. Haced agradables las vacaciones, mas no estéis ociosos. (XIII, 433).

  14. A quien no le guste trabajar, no es buen Salesiano. (XIX, 157).

  15. Mientras los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora se consagren a la oración y al trabajo, practiquen la templanza y cultiven el espíritu de pobreza, las dos Congregaciones

harán mucho bien; pero si por desgracia aflojan en el fervor y rehuyen del trabajo y aman las

comodidades de la vida, habrá terminado todo, comenzará la decadencia, caerán por tierra y

desaparecerán. (X, 651-2).

  1. Como yo me sacrifico, entiendo que todos los Salesianos trabajarán por la Iglesia hasta el último aliento. (XIV, 229 - 613).

  2. Trabajar con ahínco para preparar mejor nuestra salvación eterna. Este debe ser el fin de todo Salesiano y su continuo anhelo. (XVII, 176).

  3. Los Salesianos triunfarán en todo con la humildad, con el trabajo, con la templanza. (XVII, 301).

  4. ¡Ánimo!. Todo pasa, sólo Dios queda. Ama tu trabajo y no dejes de cumplir tu deber cada día. (P.M.1).

  5. Si un Salesiano sucumbiese por exceso de trabajo, ganará otros cien para la Congregación. (XII, 382).

  6. Nuestra Congregación os asegura: Pan, Trabajo y Paraíso. (VII, 600).

  7. Recuerda siempre a todos los Salesianos el lema adoptado por nosotros: TRABAJO y TEMPLANZA. Son dos armas con las cuales llegaremos a triunfar en todo. (XIII, 326).

  8. Ninguno entre a la Congregación con la esperanza de estarse con las manos en la cintura. (XIII, 424).

  9. Si correspondemos a las gracias de Dios con el trabajo, con la templanza, con el buen ejemplo; el Señor se servirá de nosotros, de tal manera que quedaremos gratamente sorprendidos por el éxito alcanzado y de seguir haciendo maravillas. Con el espíritu de dulzura de San Francisco de Sales, el mundo tendrá que ceder ante la bondad y en la gloria de Dios veremos el bien de la sociedad. Podremos exclamar: "Omnia possum in eo que me confortat". (XII, 83).

49

  1. Cuando un Salesiano sucumba bajo el peso excesivo, trabajando por las almas, entonces podréis decir que nuestra Congregación ha alcanzado un gran triunfo y sobre ella descenderán copiosas bendiciones del cielo. (XVII, 273).

  2. Ánimo, si aquí en la tierra trabajas, en el cielo tendrás gozo eterno. (XII, 797).

  3. Me consta que se trabaja mucho, esto me satisface, porque donde se trabaja incesantemente, el demonio fracasa. (X, 1054).

  4. Sólo las buenas obras son las verdaderas riquezas que nos aseguran un puesto allá en el cielo. (XII, 328).

  5. El dinero no puede llenar el corazón del hombre, sino el buen uso que de él se hace, es lo que produce la verdadera satisfacción. (I, 129).

  6. Trabajemos con fe, practicando nosotros mismos lo que recomendamos a los demás. (X, 992).

  7. Cada día se trabaja por el paraíso, los bienes de esta vida son transitorios, los del cielo son eternos. Asegúratelos. (P.M.36).

  8. La templanza y el trabajo son los guardianes de la virtud. (XV, 460).


VICIO


  1. Cuando un vicio domina a un hombre, sólo por un milagro podrá convertirse. (XIII, 273)..

  2. El ocio trae consigo todos los vicios. (III, 92).

  3. La soberbia conduce al vicio. (V, 708).

  4. Si un joven es goloso, amante del vino, dormilón, poco a poco adquirirá todos los vicios. (IV, 184).

  5. La soberbia y la inmodestia son dos vicios capitales, que arruinan la mayor parte de las almas. (IX, 164).

  6. El principio de todo vicio es la soberbia. (IX, 405).

  7. El sacerdote o muere por el trabajo o muere a causa de sus vicios. (XIII, 86).

  8. El vicio se propaga infiltrándose como el fluido eléctrico sobre el cuadro magnético. (XIII, 726).

  9. El ocio es un vicio que arrastra consigo a muchos otros vicios. (XIII, 801).


VIRTUD


  1. No es el hábito el que honra al religioso, sino la práctica de la virtud. (I, 373).

  2. Las diversiones mundanas traen siempre el riesgo de arruinar la virtud, especialmente la delicadísima virtud de la castidad. (I, 421).

  3. La primera virtud de un joven es la obediencia a su padre y a su madre. (III, 166).

  4. Las buenas costumbres conducen a la virtud y nos dan una certeza moral de salvarnos. (III, 607).

  5. Suelen alejar a un joven de la virtud: los malos compañeros, el exceso en el beber, el acaloramiento en el juego y la costumbre de fumar. (III, 607).

  6. Las virtudes que constituyen el más bello adorno de un joven cristiano son: la modestia, la humildad, la obediencia y la caridad. (IV, 748).

50

  1. Los que verdaderamente quieren llegar a ser algo grande, necesariamente tienen que comenzar desde muy jóvenes a abrazar el camino de la virtud. (VI, 99).

  2. La buena educación es el germen de muchas virtudes. (VI, 211).

  3. Es más importante una virtud constante, que las gracias extraordinarias. (VI, 979).

  4. Un joven que no es capaz de soportar una injuria sin venganza y que no es capaz de tolerar una reprensión, aunque fuera injusta, de sus superiores, y más aún de sus padres, está muy atrasado en la virtud. (VII, 292).

  5. La obediencia es el camino menos difícil y el más seguro para adelantar en todas las virtudes. (VII, 694).

  6. Dios nunca abandona al joven virtuoso. (IX, 567).

  7. No podremos nunca pretender que nuestros dependientes practiquen la virtud que nosotros no ejercitamos. (X, 1105).

  8. Donde hay castidad, allí estarán las demás virtudes, pues ella las atrae. Donde no hay castidad, las demás virtudes desaparecen como si no existieran. (XII, 224).


VOCACIÓN

  1. En la vida religiosa no sólo encontrarás la paz, la salvación del alma, la felicidad espiritual, sino también los bienes temporales que en el mundo no habrás encontrado. (BAC. 591).

  2. Quien se decide a servir al Señor, no ha de caminar siempre sobre rosas, sino que encontrará cardos y espinas. (BAC. 594).

  3. Para ayudar a las vocaciones gastad todo lo que tengáis, y si fuere necesario pedid limosna, y la Sma. Vírgen vendrá en vuestro auxilio prodigiosamente. (XV, 659).

  4. Felices los que se dan a Dios desde el tiempo de la juventud. (XVIII, 864).

  5. Por falta de medios no se deje de recibir a un joven que da esperanzas de tener vocación. (V, 397).

  6. Dios llamó a la pobre Congregación Salesiana para promover las vocaciones eclesiásticas entre la juventud pobre y de mediana condición. (XVII, 261).

  7. Si nosotros nos preocupamos de las vocaciones, la Divina Providencia pensará en nosotros. (XV, 249).


VOTOS


  1. Ningún miembro de la Congregación haga contratos, reciba dinero, o haga préstamos a parientes, amigos o a otros. Nadie conserve dinero o la administración de bienes temporales, sin ser directamente autorizados por el Superior. La observancia de este artículo mantendrá lejos la peste más fatal para las congregaciones religiosas. (Manual del Director, 187).

  2. Quien hace votos religiosos adquiere nuevamente es estado de inocencia bautismal y obtendrá en la presencia del Señor el mismo mérito, como si derramara su sangre por Dios y se considerará como si fuera un mártir por la fe.

  3. No basta hacer los votos, sino es necesario esforzarse por cumplir lo que se promete al Señor. (XII, 452).

  4. Al hacer votos, no se puede tener segundas intenciones. (XIII, 424).

  5. Una buena obra hecha por voto tiene mayor mérito que hacerla sin voto. (XVII, 560).

51

  1. Si amáis la pureza, seréis ángeles, pues tendréis temor de Dios, paz del corazón, sin congojas ni remordimientos. (XII, 224).

  2. Si queréis el secreto de conservar vuestros votos, os lo doy. Todas las virtudes están comprendidas en la obediencia. (XVII, 561).

  3. Despréndete del amor propio y prefiere seguir el consejo de tus superiores, que son tus verdaderos amigos. (P.M.17).

  4. Roma no se hizo en un día. Tú tampoco pretendas hacerte santo de repente. (P.M.4).

  5. Tarde o temprano, por amor o por fuerza hay que abandonarlo todo y para siempre; al mundo con sus lisonjas, padres, amigos y casa. (XVII, 263).

  6. En la vocación transíjase en la mediocridad, pero jamás en la falta de la virtud de la pureza. (XVII, 262).

  7. Quien se tarda en darse a Dios, está en gran peligro de perder su alma. (XVIII, 863).

  8. Con la profesión religiosa, devolvemos al Señor lo que Él mismo nos ha prestado, y es de su absoluta propiedad. (XVII, 16).

  9. Quien se consagra a Dios con votos, ofrece al Señor todo lo que tiene. (XVII, 560).

  10. Antes de pronunciar los votos, hay que asegurarse si existe alguna garantía para observar la castidad. (XIV, 124).

1000 Hallarás, como los hebreos en el desierto, agua amarga, esto es, disgustos, dificultades,

penas, sinsabores, etc., pero haz lo que Moisés recomendó a los suyos, meter en el agua

amarga el leño que tiene la cualidad de dulcificar el agua: el leño de la cruz. (XII, 600).



















52


INDICE




Introducción................................2

Presentación................................2

Alegría........................................3

Alma...........................................3

Amistad.......................................4

Amor...........................................4

Autoridad....................................5

Bien.............................................5

Caridad........................................6

Castidad.......................................9

Ceremonias................................10

Cielo..........................................10

Coadjutor...................................10

Comunidad................................10

Comunión..................................11

Conciencia.................................12

Confesión..................................13

Confianza..................................15

Consejos espirituales.................15

Cooperadores............................17

Directores..................................18

Educacionales............................21

Ejercicios...................................23

Fe y esperanza...........................23

Estudio.......................................24

Humildad...................................25

Infierno......................................26

Juventud....................................26

Lectura......................................28

Limosnas...................................28

Malas compañías.......................29

Marianas....................................30

Misa...........................................31

Misioneros.................................32

Muerte........................................32

Obediencia.................................34

Obras buenas...................... .......35

Oficio.........................................35

Optimismo.................................35

Oración......................................36

Paciencia....................................36

Papa............................................36

Pecado........................................37

Penitencia...................................38

Piedad.........................................38

Pobreza.......................................39

Predicación.................................40

Providencia.................................40

Prudencia....................................41

Pureza.........................................42

Reglas.........................................44

Religión......................................44

Sacerdote....................................45

Sacrificio....................................45

Salesianos...................................45

Salud...........................................46

Santidad......................................46

Sinceridad...................................47

Sufrimiento.................................47

Templanza..................................48

Trabajo.......................................48

Vicio...........................................50

Virtud.........................................50

Vocación....................................51

Votos..........................................51



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SUBSIDIOS PUBLICADOS POR EL CENTRO ACS

"Mamá MARGARITA" de BERNAL

(1989-2003)




  1. LA ALEGRÍA DE SER POBRE ENTRE LOS POBRES – Sor Teresa de Calcuta.

(1989)

  1. RECOPILACIONES – Para ayudar a leer y meditar la Exhortación Apostólica

"CRISTIFIDELES LAICI".

  1. CAMBIEMOS EL CORAZÓN – Mensaje de la Comisión Permanente del Episcopado Argentino.

  2. DON FELIPE RINALDI – Genuino testigo e intérprete del Espíritu Salesiano (Carta del R.Mayor

  3. Don.E. Viganó).

  4. CONSIGNA 1990 – Comentario del Aguinaldo del Rector Mayor para 1990.

  5. AVENTUREROS DEL REINO (1) – MONSEÑOR JOSÉ FAGNANO.

  6. AVENTUREROS DEL REINO (2) – MADRE ANGELA VALLESE.

  7. LA PREOCUPACIÓN SOCIAL DE LA IGLESIA por R. Antoncich.

  8. COMUNICACIÓN SOBRE EL ABORTO Y LA PENA DE MUERTE. Comisión Permanente del Episcopado Argentino.

  9. EDUCAR A LOS JÓVENES EN LA FE, TAREA Y RETO PARA LA COMUNIDAD SALESIANA HOY–C.G.23 de los SDB

  10. AGUINALDO DEL RECTOR MAYOR PARA 1991 – Comentario del Rector Mayor Don E. Viganó.

  11. REFLEXIONES JUNTO A LA VÍRGEN DEL VALLE – Comisión Permanente del Episcopado Argentino en Catamarca.

  12. CARTA ENCÍCLICA “CENTESIMUS ANNUS” del Papa Juan Pablo II.

  13. REGLAMENTO DE VIDA APOSTÓLICA – Para uso de los Aspirantes a CC.SS.

  14. IMITACIÓN DE LA VÍRGEN.

  15. ELEMENTOS Y LÍNEAS PARA UN PROYECTO SEGLARES.

  16. LOS HIJOD DE DON BOSCO EN AMÉRICA.

  17. AVENTUREROS DEL REINO (3) – CARDENAL JUAN CAGLIERO.

  18. AVENTUREROS DEL REINO (4) – PADRE DOMINGO MILANESIO.

  19. AVENTUREROS DEL REINO (5) – Madrecita MARIÁ TRONCATTI.

  20. DE LAS MISIONES A LOS ALTARES (1) – Beata LAURA VICUÑA.

  21. DE LAS MISIONES A LOS ALTARES (2) – CEFERINO NAMUNCURÁ.

  22. DE LAS MISIONES A LOS ALTARES (3) – PADRE LUIS VARIARA.

  23. AVENTUREROS DEL REINO (6) – PADRE EVASIO GARRONE.

  24. DE LAS MISIONES A LOS ALTARES (4) – Coadjutor ARTÉMIDES ZATTI.

  25. BREVE RESEÑA DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA.

  26. AVENTUREROS DEL REINO (7) – P. PEDRO BONACINA – Coadj. SANTIAGO DALMASSO Y ANTONIO PATRIARCA - Monseñor SANTIAGO COSTAMAGNA – Monseñor LUIS LASAGNA – PADRE JOSÉ VESPIGNANI.

  27. NAZARET, ESCUELA DE SANTIDAD (1) – G. Hoormaert S.J.

  28. CONCEPCIÓN TOMISTA DE LA PROPIEDAD – Monseñor Osvaldo Musto.

  29. NAZARET, ESCUELA DE SANTIDAD (2) – G. Hoormaert S.J.

  30. LA LITURGIA DE LAS HORAS.

  31. PARA QUE LA ASOCIACIÓN TENGA FUTURO – P. José Reinoso S.D.B.

  32. LA PALABRA DEL DELEGADO – P. Vicente Ricchetti S.D.B.

  33. MAMÁ MARGARITA, TODOS LA LLAMABAN MAMÁ – María Rampini H.M.A.

  34. JOSÉ FRANCISCO BENÍTEZ, PRIMER COOPERADOR DE AMÉRICA – A. González.

  35. LA VIDA ESPIRITUAL DEL COOPERADOR SALESIANO EN EL MUNDO CONTEMPORÁNEO – José Aubry S.D.B.

  36. COOP.SALES.: UNA VOCACION APOSTÓLICA SALESIANA (1) – UNA VIDA CRISTIANA Y ECLESIAL P. José Colomer S.D.B.

  37. COOP.SALES.: UNA VOCACIÓN APOSTÓLICA SALESIANA (2) – UNA VIDA SECULAR – P. José Colomer S.D.B.

  38. COOP.SALES.: UNA VOCACIÓN APOSTÓLICA SALESIANA (3) – UNA VIDA SALESIANA – P. José Colomer S.D.B.

  39. COOP.SALES.: UNA VOCACIÓN APOSTÓLICA SALESIANA (4) – UNA VIDA APOSTÓLICA – P. José Colomer S.D.B.





  1. COOP.SALES.: UNA VOCACIÓN APOSTÓLICA SALESIANA (5) – UNA VIDA DE COMUNIÓN–P. José Colomer S.D.B.

  2. COOP.SALES.: UNA VOCACIÓN APOSTÓLICA SALESIANA (6) – UNA VIDA EN CRECIMIENTO –P.José Colomer S.D.B.

  3. BERNAL, A CIEN AÑOS DE LA LLEGADA DE LOS PRIMEROS SALESIANOS – LA CASA DE LA SAGRADA FAMILIA.

  4. ALGUÍEN ESTÁ A MI LADO – Alfonso de Santa Cruz S.J.

  5. LA EUCARISTÍA, MISTERIO DE PRESENCIA DEBIDO AL AMOR.

  6. PRESENCIA DE LA MUJER EN LA EXPERIENCIA CARISMÁTICA DE DON BOSCO – P. José Aubry.

  7. CONCLUSIONES DEL 1er. CONGRESO DE CCSS DE LA REGIÓN ATLÁNTICA – Ypacaraí – Paraguay (7-10 Abr.1994).

  8. LA MUJER – Tema de reflexión.

  9. LA PALABRA DEL RECTOR MAYOR DON EGIDIO VIGANÓ – En Bernal en Marzo de 1982.

  10. EN EL DÉCIMO ANIVERSARIO DE LA VISITA DEL PAPA JUAN PABLO II A LA ARGENTINA (1ª Parte).

  11. EN EL DÉCIMO ANIVERSARIO DE LA VISITA DEL PAPA JUAN PABLO II A LA ARGENTINA (2ª Parte).

  12. MUTUAS RELACIONES ENTRE RELIGIOSOS Y LAICOS – Víctor Codina.

  13. DON BOSCO ESTUVO ENTRE NOSOTROS. La palabra del R. Mayor Don Juan Vecchi (12-Abr.-1997)

  14. NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN LOS CUATRO EVANGELIOS. (1er. Cuadernillo - 1997).

  15. NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN LOS CUATRO EVANGELIOS. (2do. Cuadernillo - 1997).

  16. NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN LOS CUATRO EVANGELIOS. (3er. Cuadernillo - 1997).

  17. NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN LOS CUATRO EVANGELIOS. (4to. Cuadernillo - 1997).

  18. NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN LOS CUATRO EVANGELIOS. (5to. Cuadernillo - 1997).

  19. ESPÍRITU SANTO SEÑOR Y DADOR DE VIDA (1er. Cuadernillo – 1998)

  20. ESPÍRITU SANTO SEÑOR Y DADOR DE VIDA (2do. Cuadernillo – 1998)

  21. ESPÍRITU SANTO SEÑOR Y DADOR DE VIDA (3er. Cuadernillo – 1998)

  22. ESPÍRITU SANTO SEÑOR Y DADOR DE VIDA (4to. Cuadernillo – 1998)

  23. ESPÍRITU SANTO SEÑOR Y DADOR DE VIDA (5to. Cuadernillo – 1998)

  24. LA MISIÓN DEL COOPERADOR JOVEN – (1998).

  25. ESPÍRITU SANTO SEÑOR Y DADOR DE VIDA (6to. Cuadernillo – 1998)

  26. SEÑOR, MUÉSTRANOS AL PADRE Y NOS BASTA (Jn. 14,8) (1er. Cuadernillo – 1999)

  27. SEÑOR, MUÉSTRANOS AL PADRE Y NOS BASTA (Jn. 14,8) (2do.. Cuadernillo – 1999)

  28. SEÑOR, MUÉSTRANOS AL PADRE Y NOS BASTA (Jn. 14,8) (3er. Cuadernillo – 1999)

  29. SEÑOR, MUÉSTRANOS AL PADRE Y NOS BASTA (Jn. 14,8) (4to. Cuadernillo – 1999)

  30. SEÑOR, MUÉSTRANOS AL PADRE Y NOS BASTA (Jn. 14,8) (5to. Cuadernillo – 1999)

  31. SEÑOR, MUÉSTRANOS AL PADRE Y NOS BASTA (Jn. 14,8) (6to. Cuadernillo – 1999)

  32. SEÑOR, MUÉSTRANOS AL PADRE Y NOS BASTA (Jn. 14,8) (7mo. Cuadernillo – 1999)

  33. LOS BUENOS PASTORES DAN LA VIDA POR LAS OVEJAS – Beatos LUIS VERSIGLIA y CALIXTO CARAVARIO (2000)

  34. LA ASOCIACIÓN COOPERADORES SALESIANOS – SU CARACTER ECLESIAL – LOS CENTROS Y SU ERECCIÓN CANÓNICA (2001).

75 DOCUMENTOS EMITIDOS DE LA CONSULTA MUNDIAL 2001 – Roma 22-29 Julio 2001

  1. EL DIÁLOGO SOMOS TODOS - Documento de la Mesa del DIÁLOGO ARGENTINO - BASES PARA LAS REFORMAS. (2002)

  2. DON BOSCO ENTRE NOSOTROS - El Mensaje del Rector Mayor Don PASCUAL CHAVEZ a la Familia Salesiana (Bernal 13-OCTUBRE-2002)

  3. AGUINALDO 2003 del Rector Mayor (Marzo 2003)

  4. ¿POR QUÉ NOS MIENTEN? - Dr. Angel Abel MALDONADO (Junio 2003)

  5. UNA VISITA AL SAGRARIO (Julio 2003).

  6. 1000 MÁXIMAS DE DON BOSCO. P. Rafael SÁNCHEZ VARGAS SDB. (Agosto 2003).


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COOPERADORES

SALESIANOS

OBRA DE DON BOSCO

CENTRO "Mamá MARGARITA"

BERNAL